Puerto Rico/07 diciembre 2017/Fuente: El Nuevo Día
También contempla métodos alternos para reponer el tiempo perdido después del huracán.
La secretaria de Educación, Julia Keleher, está en negociación con el sindicato de maestros para ajustar el calendario escolar, a la vez que contempla la posibilidad de implementar vías alternativas para que las escuelas puedan subsanar el tiempo perdido a causa del huracán María.
La funcionaria dejó entrever que no se podrá reponer cada uno de los días en los que no se pudo ofrecer clases tras el ciclón, por lo que pondera proyectos que entiende permitirán que los alumnos reciban la enseñanza requerida en menos tiempo en el salón de clases.
“Desde hace dos semanas hemos estado trabajando en mesas de trabajo con la Asociación de Maestros para ajustar el calendario”, dijo Keleher.
Señaló que el calendario original era de 180 días de clases y que para completarlo tendría que reponer al menos 40 días.
“Yo me tendría que convencer de la necesidad convocar y hacer al estudiante sentarse en un escritorio para cumplir con algo”, dijo la titular de Educación, al mencionar ejemplos de programas que “promueven la idea de que aprendes dondequiera que estés”.
Keleher señaló que entre las consecuencias positivas del huracán María ha encontrado “que de alguna manera me ha adelantado las posibilidades, porque por primera vez podemos repensar 180 días sin que haya crisis en el país y buscar cómo los propios estudiantes pueden dirigirse en el proceso de educación”.
“Eso no quiere decir que los maestros no tienen responsabilidad, pero tenemos que cambiar un poco el paradigma, porque aquí estamos haciéndolo como si fuera en 1960”, afirmó.
Las expresiones de Keleher tuvieron lugar durante la entrega de 350 lámparas solares a estudiantes de la escuela Casiano Cepeda de Río Grande, uno de los municipios que todavía tiene 0% del servicio de energía eléctrica.
Este plantel es un microcosmos de lo que se vive en cientos de escuelas que comienzan a recibir a sus estudiantes.
La directora Rosa Vélez indicó que la matrícula actualmente es de 281 estudiantes, mientras que antes del ciclón era de 297.
Señaló que oficialmente 12 alumnos se fueron a Estados Unidos, mientras que todavía hay otro grupo que no se ha reportado y desconocen su situación, por lo que ha encargado a su oficina de trabajo social para que investigue los casos.
Mientras, señaló que entre los que sí han llegado hay cerca de 20 estudiantes que cuyas casas fueron destruidas por completo o que perdieron sus techos.
“Están bien emocionalmente. Mientras más rápido uno los traiga al quehacer diario, más rápido se olvidan de lo que pasó”, dijo Vélez. “En la escuela nos reunimos y conseguimos suministros para entregárselos personalmente”.
Por su parte, la maestra Sandra Torres resaltó que “es bien triste para los que perdieron todo y llegaron el primer día sin uniformes ni libretas.
“Pero, gracias a Dios, el tiempo ha pasado y con la ayuda del municipio, los maestros y la directora hemos podido ayudarlos un poquito para que puedan pasar el año”, agregó.
Mientras tanto, la facultad y administración de este plantel lucha por ofrecerles la enseñanza necesaria a los que sí se han reportado, pese a ser una de las escuelas que forman parte del 40% de los planteles del DE que siguen sin el servicio de energía eléctrica.
Torres, particularmente, hizo referencia a las dificultades para la reproducción de fotocopias para entregar a los alumnos.
“Realmente hace falta porque son aproximadamente 88 estudiantes (a los que da clase) y se necesita para poderles dar material, además de que ahora los periodos son hasta las 12:30 por el horario y si no tenemos las copias ni podemos ponerlos a copiar, tenemos que explicarles para que los hagan ahí mismo”, explicó Torres.
Añadió que “hemos sacado copias, pagándolas nosotros y (se usan) otros trabajitos que teníamos en la escuela y ahí mismo se le da para que los peguen ahí mismo”.
“Estamos haciendo todo lo que podamos para ayudar a los estudiantes”, afirmó la profesora, recordando que toman en consideración las limitaciones que los estudiantes pueden tener en sus hogares. “El propósito es que pasen el año, que los ayudamos lo más que podamos y que los trabajos sean cómodos para que ellos lo puedan hacer aquí en la escuela”.
Fuente: https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionevaluacambiosalcalendarioescolar-2379605/