Uruguay / 22 de julio de 2018 / Autor: Tomer Urwicz / Fuente: El País
Pese a una matrícula en caída, las públicas cortaron con 13 años de corrimiento hacia las privadas.
Luego de trece años de fuga de alumnos hacia el sector privado, las escuelas públicas recuperan terreno. La matrícula cerrada de este 2018 muestra que del total de escolares que cursan Primaria común, el 17,51% está inscripto en colegios. Implica que los privados perdieron en manos de los públicos 0,33 puntos porcentuales de la torta —unos 1.000 estudiantes— en dos años.
La escuela —pública y privada— tiene cada vez menos alumnos. Es la expresión más clara de la caída de los nacimientos y, al mismo tiempo, de la baja de la repetición escolar. Los estudiantes pasan de año con más fluidez y la torta de matrícula se va haciendo cada vez más chica; así desde 2004.
Pero un año antes de que se evidenciara ese fenómeno, empezó a surgir otro: los colegios le fueron quitando población a los públicos, en especial en los sectores de ingresos medios. En aquel 2003, de cada 100 escolares, había 88 en públicos y 12 en privados —siempre dejando de lado la educación especial y la oferta de jardines.
Los datos de matrícula a los que accedió El País, revelan que el pico de crecimiento máximo de los privados se alcanzó en 2016, cuando trepó al 17,84%. En 2017 se cortó la tendencia, pero los técnicos desconocían si se trataba de una casualidad. Los nuevos números, en cambio, confirman el cambio.
No solo eso. Un estudio interno de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep) verifica una «lenta» y «persistente» fuga de su alumnado. «El impacto se nota en los colegios de sectores medios; algunos padres deciden cambiar a sus hijos a escuelas públicas o privadas de cuotas menores», explicó Zózima González, presidenta de la Asociación.
Según González: «el tema económico es el más sensible en las instituciones de la franja media, sobre todo en esas familias que tienen más de un hijo en edad escolar». Pero el consejero de Primaria en representación de los trabajadores, Pablo Caggiani, no adhiere a esa hipótesis: «En un escenario de crecimiento económico como el de los últimos años no es razonable que la educación privada pierda matrícula».
A mitad de camino entre ambas posturas, el consejero en representación del gobierno, Héctor Florit, entiende que el salario docente en las escuelas públicas «ha mejorado y eso hace que los privados tengan que elevar sus cuotas para pagarle mejor a sus docentes y así competir con los públicos». Y agregó: «La educación en las canastas de familias de altos ingresos tiene un peso escaso, no así en alguien de clase media». Más aún desde el ajuste fiscal de principios de 2017.