Centroamérica/Honduras/29 Agosto 2019/Prensa Latina
Al igual que otros clanes, enfrenta actualmente problemas con campesinos, terratenientes, ganaderos, caficultores, empresarios, mineros y madereros que arriban a la zona tras sus riquezas naturales.
A ello se agregan denuncias con respecto al funcionamiento y transparencia de los Consejos Directivos, estructura integrada por miembros de cada tribu encargada de administrar sus recursos naturales (ríos y bosques).
El reporte advierte sobre ilegalidades, tráfico de madera, corrupción y negocios sucios entre representantes de la institución, madereros y las autoridades estatales de la zona.
Por otro lado, el capital obtenido de la explotación del bosque y otros negocios, realizados por los propios indígenas, y que asciende a cifras mayores a los 100 mil dólares, se reparte solo entre aquellos que apoyan y participan de la explotación maderera ilegal.
Ese dinero no se revierte en proyectos de desarrollo de las comunidades, notificó el Consejo Preventivo de la tribu Locoma, organizado para intentar poner freno a la corrupción y tráfico con los recursos naturales, indicó Ramón Matute, secretario de esa estructura.
Además de explotación irracional del bosque, los indígenas enfrentan la contaminación del río Guaima, una de sus fuentes de abasto, debido a la extracción de antimonio que realizan empresas mineras en el sector de Lagunita, vertiente que cruza la ciudad de El Progreso, la cuarta más poblada de Honduras y se dirige a La Ceiba.
Ello genera situaciones de salud a la población, compromete una de sus fuentes de sustento y además agrede al medio ambiente con consecuencias graves como la deforestación.
Por otro lado, el conflicto, generado tanto por actores internos como externos al grupo étnico, tiene un alto costo humano con la muerte de líderes y pobladores de la zona, hechos que permanecen impunes, declaran los propios tolupanes, lo que mantiene a la comunidad dividida y en pugna.
Ello se agrava porque el gobierno desprotege e invisibiliza a estos grupos vulnerables en sus políticas de salud, educación y desarrollo y no les garantiza el acceso a estos servicios y otros básicos.
En Honduras existen 31 tribus indígenas tolupanes, 25 radicadas en el departamento de Yoro y seis en Francisco Morazán, ubicados a 213 y 72 kilómetros al norte de esta capital respectivamente.
La última estimación hecha a través de un censo en el 2012, establece que había en ambos departamentos unos 30 mil indígenas.
Se les conoce también como jicaques y hablan diversas lenguas como la conocida como jicaque-tol.