Basta de desalojos

Por: Claudio Katz, Eduardo Lucita, Julio Gambina

Repudiamos desalojo y represión en Guernica

En la madrugada de hoy unas 1450 familias que ocupaban desde hacía meses un predio en la localidad de Guernica, buscando poder alcanzar alguna vez una vivienda digna de ser habitada, fueron violentamente desalojadas por miles de policías de la bonaerense –los mismos que hace pocas semanas rodearon armados la casa del gobernador Kicillof primero y luego la quinta residencial donde se aloja el Presidente de la Nación, sin que se los penalizara. Balas de gomas y gases lacrimógenos a granel utilizaron para avanzar, pertrechados como robocops, contra familias humildes, quemando sus modestas casillas, impidiendo que retiraran sus pocas pertenencias, con un saldo de 37 personas detenidas y otras golpeadas y lesionadas.

El censo puso fin a las dudas sobre la cantidad de familias involucradas, también mostró el origen de las mismas. Familias en situación de calle por no poder pagar los alquileres por pérdida de ingresos, familias hacinadas o que convivían en edificios inhabitables, mujeres con niños/as que huyeron de la violencia de género incrementada por el confinamiento.

Se trata de personas en situación de vulnerabilidad, pobres de toda pobreza que forman parte del 10.5% de indigentes y de los más de tres  millones y medio de familias carentes de vivienda según los registros oficiales. Sin embargo el ministro Berni no dejó de declarar haciendo gala de su eficiencia “Ya está todo desalojado”, como si hubiera vencido en una batalla entre iguales.

El desalojo cortó las negociaciones entre responsables del gobierno provincial y la comisión de delegados de los cuatro barrios organizados en el predio, que ya habían elevado, al juez y al ministro Larroque, por medio de  la Gremial de Abogados, una propuesta realista y posible de ejecutar que no fue considerada. Los funcionarios prometieron una solución alternativa que contemplara las necesidades de las familias, la misma terminó consistiendo en sumas de dinero mensuales a cambio de desalojar los terrenos. En el medio maniobras para desgastar y dividir a los ocupantes hasta que se cumplieran los tiempos fijados por el juez para ejecutar el desalojo por la fuerza.

Es inevitable no destacar que el gobierno nacional y los provinciales no tienen la misma actitud con por ejemplo con la apropiación de Lago Escondido por parte de Joe Lewis (el amigo del ex presidente Macri); con la usurpación de tierras de la escuela Agrotécnica por la familia Etchevehere o con la estafa y fuga de capitales en el caso Vicentín; tampoco con la evasión de sectores acomodados, 100 mil lotes y 50 mil viviendas terminadas en 590 barrios cerrados, clubes de campo y countries que figuran como baldíos o pagan impuestos como tierra rural. Nada hacen con quienes retienen exportaciones buscando forzar una devaluación que agravará la actual crisis humanitaria, nada contra los desmontadores de bosques nativos o  los desarrolladores inmobiliarios que no respetan los humedales o los especuladores que compran tierras a precio vil para revenderlas. En estos casos no hay desalojos, los desalojos solo son para los pobres.

El desalojo violento de la toma de Guernica sienta un delicado precedente ante futuras ocupaciones, también una advertencia para que el intento del Proyecto Artigas no se multiplique. Es una concesión frente a la oposición derechista, la clase dominante y la presión de los grandes medios de comunicación.

Tenemos que ser claros: toda familia que ingresa en un terreno vacío y ocioso lo hace por necesidad. No hay ninguna otra explicación. Son víctimas, no culpables. Llamarlos usurpadores y delincuentes es una bajeza moral y una claudicación ideológica.

Afirmamos que donde hay una necesidad nace un derecho, no un delito. Rechazamos toda criminalización de las demandas sociales. La acción de estas familias no es delito sino denuncia. Es el grito de los excluidos por la avaricia de los poderosos.

Desde el 2001 las necesidades de acceder a una vivienda digna crecen sin parar, esto se ha agudizado bajo la administración Macri y más aun en medio de la pandemia. Es una obligación moral  de todo gobierno dar tierra y techo a quién lo necesite. No otra cosa que amparar a los desamparados.

Basta de represión y desalojos.

Solidaridad con todas las familias desalojadas.

Tierra para vivir.

Bs.As. 29.10.2020 Claudio Katz / Julio Gambina / Eduardo Lucita

Adhesiones a: declarac…@yahoo.com.ar

Fuente e imagen: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2020/10/30/basta-de-desalojos/

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Claudio Katz

Economista argentino, militante y activista de los derechos humanos.