Fuente: Banco Mundial / 27 de Abril de 2016
China y África se asocian para aprovechar las oportunidades que surgen en tiempos de crisis
El desafío
Hoy, en un entorno en rápida evolución, están surgiendo nuevos patrones en las áreas de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y la fragmentación geográfica del comercio, así como en la dirección de los flujos de capital y las redes de producción. Todos los países, desarrollados y en desarrollo, enfrentan ahora grandes disyuntivas y deben encontrar maneras de sortear un entorno económico mundial que cambia rápidamente y convertir las crisis en oportunidades.
La actual crisis mundial significa un grave riesgo para el desarrollo de África, continente donde el crecimiento del PIB se estima en 3,5%. Uno se esos riesgos es la posible desaceleración de los flujos de inversión extranjera que podría afectar la creación de nuevos polos de crecimiento para la economía nacional y las economías locales. El continente ahora enfrenta el reto de ampliar progresivamente los proyectos aislados que han tenido éxito y aprender de las experiencias ajenas en política económica y de inversiones para acelerar su propio progreso económico y social. En este marco, desde diciembre de 2008 el Instituto del Banco Mundial, junto con las regiones de África y Asia oriental y el Pacífico, ha estado organizando una serie de eventos de aprendizaje Sur-Sur sobre “Clima de inversiones y crecimiento equilibrado” entre África y China.
Tomando como ejemplo el crecimiento económico de China, los talleres hicieron un seguimiento al exitosoPrograma de Intercambio de Experiencias de Desarrollo China-África que se realizó en mayo de 2008 y que reunió a 31 autoridades africanas con sus contrapartes chinas para intercambiar ideas. Los objetivos del programa fueron compartir experiencias, aprender de los éxitos y fracasos de China y analizar cómo adaptar estos ejemplos al contexto africano.
El Enfoque de aprendizaje Sur-Sur
Los dos talleres organizados a la fecha han tenido por tema las “Experiencias en la creación de polos de desarrollo”. Mediante la GDLN, los talleres enlazaron a 11 países (de África anglófona y francófona) con Beijing y Washington,D.C. Las sesiones se centraron en cómo detectar lagunas de conocimientos y en aspectos centrales de un proyectado Programa de Intercambio China/Asia oriental y África sobre zonas económicas especiales (SEZ, por sus siglas en inglés), inversión extranjera directa (IED) y creación de polos de desarrollo.
Participaron funcionarios de alto nivel de los principales ministerios (economía, finanzas, industria, planificación y educación) que administran zonas económicas especiales y zonas de procesamiento de exportaciones (EPZ, por sus siglas en inglés), representantes de cámaras de comercio, instituciones financieras y de desarrollo, el sector privado y expertos del sector académico.
Shanta Devarajan, economista principal del Banco para la región de África, inauguró la segunda sesión alentando a los países africanos participantes a compartir sus experiencias y aprender de los demás a través de esta plataforma de debate público. “La clave está en generar conocimientos para el cambio desde el interior de los propios países. Este saber tiene que surgir de un intercambio como el siguiente: a través del aprendizaje de lo que otros países han intentado y lo que han creado, de sus logros y fracasos. Tiene que provenir de su gente, aquellos que conocen bien a su nación y sus problemas y las ideas que funcionarían mejor”, enfatizó, y destacó los éxitos y fracasos de China en materia de desarrollo como una fuente de inspiración.
Las presentaciones durante cada taller, estructuradas como una interacción bidireccional entre los participantes chinos y africanos, dieron lugar a un provechoso diálogo e intercambio de conocimientos entre países, demostrando con ello la importancia y relevancia del tema en África. Las conversaciones también demostraron el dinamismo de los polos de desarrollo y los importantes vínculos con el crecimiento interno, la creación de empleo y la expansión del intercambio comercial, así como el potencial del aprendizaje entre pares usando tecnologías modernas.
Además, esta experiencia de aprendizaje Sur-Sur dejó entrever las dificultades que enfrentan muchos países africanos y el papel vital de los gobiernos y las políticas públicas en la promoción de los polos de desarrollo. Por ejemplo, los representantes de Senegal hablaron de su experiencia en la creación de polos de desarrollo en la agricultura y el turismo para apoyar la puesta en práctica de la “estrategia de crecimiento acelerado” en su país, iniciativa que goza de fuerte respaldo gubernamental.
Las preguntas planteadas por los participantes fueron de gran diversidad: qué puede aprenderse de anteriores experiencias de reforma para responder a crisis económicas; cómo crecer usando recursos locales para atraer la inversión extranjera; cómo ampliar los polos de desarrollo y establecer nodos del desarrollo en regiones con bajo nivel de rendición de cuentas; cómo volverse competitivos en el tiempo dentro del mercado internacional, sobre todo dada la actual crisis financiera; y cuál es el papel del gobierno y de los organismos internacionales de desarrollo en ayudar en la formación de polos de desarrollo en África.
En cuanto a los temas relacionados con la integración regional y la creación de un clima propicio para la inversión, Yang Wang, encargado del Programa de Mejoramiento del Clima para la Inversión, del Instituto del Banco Mundial, manifestó: “En la crisis económica actual, la integración regional se ha vuelto más importante que nunca antes. Mediante el comercio con los vecinos, el desarrollo de redes de producción, la creación de polos de desarrollo que trascienden de las fronteras, hay un enorme potencial para que los países africanos alcancen economías de escala, mejoren la competitividad y mantengan un elevado crecimiento. Los gobiernos deben concentrarse en mejorar los marcos regulatorios y crear un mejor clima para la inversión”.