En Tarija Bolivia: La convivencia entre los estudiantes se complica

PAÚL GARECA LÓPEZ/EL PAÍS May 28, 2016

María Teresa Roca es madre soltera y cuenta que su hijo tiene problemas para socializar en su unidad educativa. Dice angustiada que hasta ahora nadie pudo darle una explicación razonable del porqué del comportamiento de su primogénito.

“A mi hijo no le gusta disertar, tampoco habla con los profesores cuando le preguntan algo, ni pide explicaciones cuando no entendió algo”, dice.
Añade que en el gabinete de psicología de la unidad educativa de su hijo, no han diagnosticado ni dado solución a la dificultad de su primogénito y cree que ellos es porque “seguramente existen otros estudiantes con problemas más graves”.

Este es uno de los tantos casos de problemas de convivencia entre estudiantes que se presentan en las distintas unidades educativas. De hecho, el libro “Problemas más Frecuentes en la Juventud Tarijeña”, presentado el 2012, afirma que esta situación está en aumento y las causas están relacionadas con aspectos sociales, familiares y culturales.

Se trata de una investigación en cooperación entre la Subgobernación de la Provincia Cercado y la Universidad Católica Boliviana “San Pablo que explica que el 65% de los estudiantes de las unidades educativas en Tarija revelaron que recibieron algún tipo de maltrato en su convivencia escolar.

Según la investigación, los problemas más frecuentes son a raíz de los apodos que disgustan, los insultos y las burlas repetitivas, que son conocidos en la actualidad como Bullying. De la misma manera, el libro muestra que si bien este problema de convivencia se presenta tanto en hombres como mujeres, los mayores porcentajes se registran en el segmento masculino.

Las causas por el aumento en los problemas de convivencia entre estudiantes en unidades educativas están relacionadas sobre todo con aspectos sociales, familiares o culturales, por lo que debe ser abordado desde varios ámbitos.

El origen tiene que ver con el sistema de valores que se construye desde la familia y la comunidad, así como con la educación que se imparte no sólo en la unidad educativa, sino desde los espacios de interacción ciudadana.

La directora del Colegio Nacional San Luis, Dolores Jurado, afirma que uno de los factores que intervienen en la convivencia es el cómo son criados los hijos. “La sociedad debe reflexionar, la familia es el núcleo donde los hombres y las mujeres hemos vividos los valores y principios que han de orientar nuestra vida, es nuestro primer centro de comunicación, es el primer espacio donde nos educamos como seres humanos”, dice.

Según su experiencia, los estudiantes que tienen más problemas de comunicación y en el compartir diario con sus compañeros son aquellos cuyas familias están desestructuradas, viven con la madre, con el padre, con la abuela, con el tío o finalmente no tienen a nadie, “eso influye en la conducta”, asegura.

Ella reconoce el problema y afirma que los medios de comunicación no contribuyen debidamente a la educación de los jóvenes. “Si vemos los canales de televisión, los jóvenes están bombardeados de toda clase de información de violencia. El uso del celular y las redes sociales también están marcando profundamente el ser del estudiante”, dice.

Desde otro punto de vista, el psicólogo, Fabián Gareca, explica que entre los estudiantes existe poca tolerancia. “Algunos estudiantes se diferencian entre sí por la forma de pensar, de vestir, hasta por la apariencia física, son elementos que les dificultan la convivencia”, dice.
Gareca menciona que algunos padres de familia están tomando a las unidades educativas como depósitos de sus hijos y dejan al profesor que se encargue de todo. “Cuando llega el fin de semana, algunos padres se dedican a estar con los amigos o hacen otras cosas y no generan un espacio familiar para compartir con sus hijos y conocer qué les ha pasado”, indicó.

Asimismo, dice que las familias han evolucionado y que los adolescentes de ahora no piensan como los de antes, por lo que “hace falta una adaptación al nuevo modelo de crianza de los hijos”.

¿Soluciones?
Para resolver los problemas de convivencia entre compañeros, el estudiante Pablo M. sugiere que los profesores promuevan actividades orientadas hacia el aprendizaje de la convivencia y el respeto.

Además, recomienda que las mismas sean duraderas para que tengan efecto. “A veces los profesores dan reflexiones, pero no hacen seguimiento y máximo, en una semana, todos nos hemos olvidado de los consejos”, asiente.

Considera también necesario que se haga seguimiento personal a los casos de cada estudiante, para verificar el origen del problema y poder ayudarlo de mejor manera.

Mientras tanto, Gareca considera que se debe trabajar con la cultura de paz y con la tolerancia. “Algunos profesores están más centrados en el avance académico y se olvidan de temas transversales como los valores, la pedagogía del amor, la pedagogía de la ternura, que son factores importantes para ayudar a convivir sin violencia”, reflexiona.

Jurado explica que para combatir esto en su unidad educativa han consensuado un reglamento, en el que se tiene tipificadas las faltas y sanciones.
“El documento es socializado con padres e hijos durante las inscripciones, la respuesta ha sido positiva porque los padres han asumido que hay normas en el establecimiento que hay que cumplirlas y que también tienen responsabilidades”, dice al tiempo de asegurar que se está generando consciencia en los estudiantes sobre la necesidad de convivir bajo la línea del respeto.

A esto, la directora del Colegio Nacional San Luis añade que plantearon cuatro proyectos para afrontar este problema.

Uno de ellos es el proyecto socioproductivo, que involucra el desarrollo de valores en la comunidad escolar y en el que participan padres, estudiantes y profesores. También se diseñó un proyecto que utiliza la tecnología para trabajar con los estudiantes. “Estamos próximos a completar los pisos tecnológicos y vamos a utilizar las computadoras, queremos usar los medios con los que más familiarizados están los alumnos para motivarlos en su formación”, dice.

De la misma manera planificaron el proyecto de desarrollo de valores a través del deporte, en el que intentan trabajar en once disciplinas. Ahí los estudiantes tienen la posibilidad de elegir un deporte solamente de cara a la fase de formación, pero además, a nivel competitivo. El último proyecto es la implementación de un gabinete psicopedagógico.

Para concluir, Jurado mencionó que “todos estos proyectos tienen un presupuesto, de lo que los padres de familia están conscientes y están aportando económicamente para pagar a profesionales y tener el apoyo”. “Por ejemplo, en el deporte, para entrenadores y material deportivo, en el gabinete de orientación vamos a contratar un psicólogo más para motivar a los jóvenes en la filosofía de vida”, manifestó.

Recomendaciones para superar el problema

El psicólogo Fabián Gareca recomienda a los padres de familia que brinden calidad de tiempo a sus hijos para poder hacer frente a este problema. “Se ha visto casos específicos de papás que todo el día están ausentes de su casa y no dejan espacio para compartir con los hijos. Por ejemplo, cuando a un estudiante le pasa algo emocionante, ya sea triste o alegre, no tiene con quién compartir ese sentimiento en su hogar porque sus padres no le están brindando un espacio”, dice.

En este aspecto coincide la directora del colegio San Luis, quien manifiesta que los padres de familia deben hacerse responsables de lo que “han traído al mundo”, pues dice que ha podido observar que muchos de ellos han perdido autoridad ante sus hijos.

Ante esta situación, Gareca recordó que en la sociedad existen varios grupos donde pueden participar padres e hijos para compartir, y dio como ejemplo las iglesias.

“Recientemente,  el 15 de mayo, fue el Día de la Familia, pero no ha sido considerando por algunas instituciones públicas”, dice. Agrega que ahora hay que centrarse más en la educación y la prevención, con talleres para estudiantes, profesores y padres de familia.

Si los padres han sido criados de manera positiva y con muchos valores, hay que rescatar aquello, ya que las crianzas negativas hacen que los hijos sean rebeldes, violentos y fríos; por lo que cuando sean padres actuarán de la misma manera. Según él, es menester romper el ciclo de la violencia.

En ese sentido, Jurado expresó que es necesaria la ayuda de la prensa para generar el respeto a los derechos de los niños y de los jóvenes. “Si vemos los informativos en los canales, casi todo es negativo, de diez o quince noticias hay una que refleja la realidad, el resto es violencia, crimen. Los medios de comunicación deben hacer un análisis de qué manera están contribuyendo a la sociedad, porque son un brazo fuerte que influye demasiado”, afirmó.

Para Jurado, todas las instituciones deben preocuparse de los problemas sociales y ocuparse más del ser humano. “La Alcaldía y la Gobernación están ocupadas en obras de cemento. Con el sólo hecho de que nos hayan quitado los psicólogos nos han cortado los brazos, no había necesidad de eso y como ahora no nos están dando, el padre de familia tiene que aportar para tener psicólogos en el colegio”, finaliza.

Fuente: http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/sociedad/item/217152-la-convivencia-entre-los-estudiantes-se-complica

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