Page 17 of 23
1 15 16 17 18 19 23

La universidad: vuelo con destino al éxito

Por: Rose Mary Hernández Román

Tras el estrés del último año de bachillerato, los nervios de la selectividad y el relax que provoca conocer que has aprobado llega uno de los momentos que marcarán tu vida: el primer año en la Universidad. El inicio de una etapa que recordarás para siempre, porque ser universitario implica muchos cambios y, sobre todo uno, que afecta de manera muy personal: comenzar a adquirir poco a poco más responsabilidades y madurar.

Ayer una vez más recordé con Harumi Amano, asistida de su sus padres María y Akira, que ésta es una etapa donde muchos papás suelen acompañar a sus hijos, pero a pesar de su gran interés, no siempre logran darle respuestas a sus inquietudes. En otros casos, simplemente son los mismos muchachos quienes asumen sus compromisos y se adentran a un mundo desconocido, lleno de incertidumbre y temores, para unos, para otros, es una experiencia cargada de adrenalina, donde buscan de entrada usar ropa, calzados e incluso, cabellos con cortes no comunes, se sienten inseguros o deseosos de sentirse independientes.

Esa nueva vida universitaria comienza en el mismo momento en que la universidad te envía la carta de admisión donde te especifica que has sido aceptado para formarte en la carrera que seleccionaste  en el documento de preinscripción. A partir de ese momento tienes un plazo de tiempo determinado para realizar la matrícula. Dependiendo de la universidad tendrás que matricularte en junio o en septiembre, en cualquier caso te informarán de ello con antelación. Durante este periodo tendrás que familiarizarte con muchas de palabras que desconocías y que forman parte del proceso de admisión en una institución  Universitaria. Palabras como créditos (UC), asignaturas obligatorias y optativas, traslado de expediente… aparecerán habitualmente en toda la documentación que tendrás que presentar. Para que no te pillen por sorpresa, en el apartado de Glosario de Términos puedes conocer el significado de muchas de ellas.

El proceso de matriculación se ha ido simplificando y modernizando con el paso del tiempo. Hoy en día muchas universidades permiten realizar la matrícula a través de Internet, sin tener que acudir a la secretaría de la facultad y soportar largas esperas. En los centros donde este procedimiento no se haya implantado te citarán en secretaría para que presentes el impreso de la matrícula cumplimentado, así como la demás documentación exigida. Otras, aun se mantienen en medio de procedimientos lentos, marcados por arduas y tediosas colas para cancelar un monto de aranceles inferior incluso al  costo del recibo bancario que expiden en la taquilla, pero que sin eso no procede el trámite administrativo respectivo.

La familia o el mismo joven se activa en la búsqueda de un hospedaje seguro, indagan entre conocidos temas como: seguridad, ubicación, costo, propietarios, normas de convivencia, derechos y obligaciones en el contrato de alquiler, para tomar la decisión que consideren apropiada. Una vez que se es estudiantes de la universidad ahora  toca descubrir todos sus servicios, sus actividades, sus posibilidades… que como irás descubriendo poco a poco son muchas. Simplemente por el hecho de ser universitario podrás disfrutar de diversos descuentos en transporte, tiendas de libros… presentando el carnet de estudiante. Uno de los servicios universitarios más importantes y útiles para los estudiantes es la biblioteca. Un lugar donde pasarás muchas horas buscando información, estudiando o realizando trabajos con compañeros.

Una vez que te hayas involucrado en el ambiente universitario, hayas conocido a tus compañeros y sepas moverte por el campus, el siguiente paso es disfrutar de todas las actividades culturales y de ocio programadas para los estudiantes. Conferencias, cursos, charlas, conciertos de música, representaciones teatrales… Para que no te pierdas ningún acto en Agenda Universitaria se recomienda revisar la página de internet que contiene su portal informativo, para ello se debe permanecer atento y atenta diariamente a todo que se programa en tu universidad.

En fin, es el mundo universitario, lo que depara el destino solo cada quien lo sabe por lo que vive y por lo que proyecta. Nadie dice que será fácil, nadie dice que no ha logrado graduarse. Los profesores están preparando para que de lo mejor de ustedes puedan salir. Así lo manifiesta la profesora Sthefanny Moreno, docente de la Carrera de Derecho de la Universidad «Rómulo Gallegos» en Venezuela. A diario, ella y sus estudiantes construyen hermosas exResultado de imagen para UNERGperiencias desde la Unidad

Curricular «Clínica Jurídica»,  vivencias que no se desgasta en impresiones individuales, sino que pernocta en la memoria de  todos quienes abordan un vuelo con destino al éxito. Felicidades, a todos los que se llaman universitarios.

Comparte este contenido:

Los Locos que Enseñan

Por: Rose Mary Hernández Román

Las historias vividas por los docentes nos llenan de inspiración para describir de manera agradable las cosas sencillas de su día a día, cargadas de entrega y humildad. No hay maestro o maestra con historia muerta, para mí, pequeñas historias son grandes enseñanzas.

Los Locos que Enseñan

¡Yo he vistos! A esos locos que enseñan. ¡Yo los conozco! Los he  seguido muchas veces. Son raros. Algunos  salen temprano a la mañana y están en la escuela  una hora antes, al llegar barren el frente de su institución, pasan coleto en su oficina. Muchos andan en transportes colectivos. Otros recorren todos los días más de 100Km de ida y otros tantos de vuelta. Hay quienes usan bicicletas y en la cesta llevan algunas cosas para regalar o plantas  medicinales para curarle la tos a sus estudiantes

Acostumbran a conversar mucho, e incluso entre extraños, por lo general llevan caramelos en los bolsillos, una extraña revista debajo de sus brazos, así como una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, en los recesos, persiguen a los estudiantes, se desesperan si no controlan a su grupo, y al estar de nuevo en el aula siguen enseñando, a veces fuerzan su voz, e siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.

¡Yo los he visto, no están bien de la cabeza!.  Organizan paseos con sus estudiantes y se encargan de gestionar autorizaciones, recogida de dinero y responsabilidad extra, e incluso, se llevan a su casa a dormir al que no tiene para pagar el transporte de madrugada que les lleve al sitio de concentración.

¿Qué será de ellos? Llegan a casa y siempre conversan con su pareja lo que hicieron en el trabajo. Al sentarse a comer piensan en los que ese día no lo lograron. Casi no duermen. Por la noche sueñan con su escuela, entretejen historias, se les aparecen planetas, ecosistemas y grandes personajes. He escuchado que llegan al trabajo cargados con cuadernos y exámenes, que han corregido la tarde antes en su casa.

Son mujeres y hombres, casados, solteros,…de diferentes edades, pero a todos les apasiona su trabajo, ver crecer a sus estudiantes, ayudarlos y conseguir de ellos ciudadanos competentes.

¡Los he visto muchas veces!. Están mal de la cabeza. Algunos dicen de ellos que viven muy bien, pero les han recortado el sueldo y siguen trabajando incluso más que antes, algunos no miran ni su nómina porque su pasión por la enseñanza los hace ciegos a pensar en el cobro. Disfrutan con lo que hacen, aunque haya padres que los discutan y les quiten autoridad, ellos siguen para adelante.

Están mal; por las tardes se quedan para hacer cursos de formación y no les importa perder tiempo de su ocio para reciclarse. Dicen que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas, que se frustran cuando no salen las cosas, que se alegran cuando su grupo avanza.

A ellos también se  les dan vacaciones, pero no se desconectan del todo, piensan en lo que necesitan para sus clases, preparan tareas para  los siguientes encuentros. Son impecables, limpian sus zapatos, lavan el uniforme y lo cuelgan almidonado, le planchan y dejan listo para el próximo día de clase. En sus bolsos nunca falta la tiza y el borrador, un lápiz y una pequeña agenda donde resalta lo que considera que debe escribir.

Están mal de la cabeza. No hablan de jubilación, y si ésta llegara se van a trabajar a otra parte, siempre enseñando, con más vigor y entrega, pues piensan que ahora es cuando pueden seguir dando clase. Toman café entre amigos y colegas, sus palabras son de respeto y cortesía a pesar de que la vida se les ha vuelto hostil, que las calles son agresivas y en ellas se encuentra violencia.

Son personas  diferentes. Ellos dicen que son MAESTROS o MAESTRAS y que se sienten MUY ORGULLOSOS y ORGULLOSAS DE SERLO.

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=maestros+en+bicicleta&biw=1024&bih=485&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwif1IPx78TOAhXJYiYKHaMvDmIQ_AUIBigB#imgrc=zccjwobtZGMNiM%3A

Comparte este contenido:

¡En casa del herrero, el cuchillo es de palol!

Venezuela/Agosto de 2016/Abriendo el Aula-Voces Cotidianas

Por: Rose Mary Hernández Román

Es común ver a mediados  del año escolar a los papás empezar a buscar cupos en las escuelas o colegios de la ciudad donde viven, incluso, estar en una cafetería y escucharles hablar acerca de las bondades que puede ofrecer una institución escolar en comparación con otra y analizar acerca de las características de los maestros y de las maestras. Más aún, solicitar algún número de teléfono de contacto o forma de recomendación para procurar asegurar el cupo de su hijo o hija   para el inicio o continuación de su formación académica. Esta realidad, incluso, trasciende hasta las universidades, donde se ha llegado a pagar cantidades incalculables por una asignación en carreras de prestigios.

Para un profesional que se desenvuelve en la docencia es un alago saber que se le busca para contribuya en la educación de personas, que una universidad se le reconozca por su responsabilidad y compromiso por dar educación de calidad, pero se vuelve sumamente curioso entender  ¿por qué todos quieren al mejor maestro, pero muy pocos quieren llegar a ser docentes de profesión?. Incluso, los grandes maestros buscan a los mejores pedagogos para sus hijos, y cuando estos crecen entre las posibilidades de profesión, estudiar educación se encuentra en el último eslabón o simplemente no existe.

Hay un profundo desapego por la docencia, a pesar de que en los imaginarios infantiles, siempre es uno de los roles que se asumen en colectivo. Más sin embargo, en la medida en que transcurre los años en la profesión estrella se produce un desencanto, producto de razones como: ¡yo quiero ser rico y famoso!, para los jóvenes al igual que para sus familias, ser docente representa llegar a tener poco prestigio y vivir en medio de distorsión salarial.

En ese sentido, se hace urgente revalorar el significado de la profesión docente, pues ya ni los maestros quieren que sus hijos sean se dediquen a enseñar. Es necesario que se accionen estrategias unidas  donde  ser educador deje de una labor poco agradecida. No es un tema exclusivo de la baja remuneración; el asunto radica en el imaginario que hay del profesor como una profesión poco valorada. No se puede seguir en la expresión de: ¡en casa del herrero, el cuchillo es de palo!, se necesita que los hijos de los maestros también sean docentes de calidad, si ese fuese su deseo. Revaluar el papel de los maestros en una sociedad, es fundamental para aspirar a un mejor sistema educativo y por ende: un mejor vivir.

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=casa+de+herrero+cuchillo+de+palo&biw=1024&bih=489&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjKluyX4aLOAhWD7iYKHTjMAA0Q_AUIBigB#imgrc=PSxy2T2Bmofp8M%3A

Comparte este contenido:

Días que se fijan en la memoria.

Es curioso cómo hay días que se fijan en la memoria para siempre. Recuerdo mi primer día de trabajo, como si fuera ayer, y eso que ya han pasado veinte lustros desde que pisé por primera vez un aula. De mi primer día recuerdo a una compañera de claustro, una profesora de sociales, que al verme pocos minutos antes de entrar en al alón me preguntó si era mi primer día. Yo, con la voz temblorosa por los nervios, le dije que sí. Ella esbozo una sonrisa para desearme mucha suerte y se fue. Debo confesar que en ese momento agradecí sus palabras, pero ahora me doy cuenta de que lo que necesitaba no era suerte, sino buenos consejos, pues ciertamente llevaba conmigo una maleta nueva cargada de conocimientos, pero hasta cierto punto, vacía de experiencia…

Tenía 23 años, y estaba recién  titulada como Licenciada en Educación, justamente inicié a trabajar en una Escuela Técnica Industrial. Al entrar al salón de clase casi desmayé…esperaba encontrar a jóvenes con edades entre 13 y 17 años, pero resulta que ese grupo de estudiantes lo conformaban  personas que incluso estaban casadas, con comportamiento propio de la adultez.  Entre súplicas y oraciones, cualquier cantidad de santos se cruzó por mi mente.

5584025c4545e60c691fc80d_1434715016800_720

 En ese momento sentí temor, dudas…no sabía si realmente necesitaba conocer a mis alumnos o que ellos me conocieran a mí. En ese ejercicio de reconocimiento, alcancé leer una cartelera colgada al fondo del salón, la cual  contenía  los siguientes  mensajes: “Muéstrate riguroso, pues del rigor viene la disciplina”. “Detente siempre a explicar”, “Premia siempre a quien no se equivoca”.

2

De manera imaginaria abrí la maleta, busque las respuestas a lo que esas expresiones, erradas a mi juicio, y nada encontré. Con el tiempo, seguí buscando con mayor detenimiento pero ya no en lo que conocía.   Había aprendido que en eso de ser docente se trata de crecer juntos, de un espacio común con sueños para alcanzar, en convertirse en una autoridad moral, desde la ética  y la entrega en el trabajo, sobre todo en épocas en que la comunicación entre padres, hijos y maestros se encuentra desdibujada, los chicos se muestran más independientes y muchas veces se depositan en la escuela, en sus maestros, expectativas que otros no pueden cumplir..

¡No existe un  manual para afrontar  el primer día de labor con  éxito, solo existen sabios consejos!

Fuente de la Imagen:

https://www.google.co.ve/search?q=hermosas+flores&biw=1024&bih=529&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwis_MPlpZDOAhVE2B4KHSPoBlEQ_AUIBigB#tbm=isch&q=santos+religiosos&imgrc=JpI9zDQS94rZxM%3A

https://www.google.co.ve/search?q=hermosas+flores&biw=1024&bih=529&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwis_MPlpZDOAhVE2B4KHSPoBlEQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+rigor+docente&imgrc=91cuJpLSRzgNmM%3A

Comparte este contenido:

Educar desde el te quiero y educar desde el te amo

Venezuela/ 19 de Julio 2016/Abriendo el Aula/Voces Cotidianas/OVE

Por: Rose Mary Hernández Román

      En una sociedad convulsionada se habla mucho de querer pero nos estamos volviendo incapaces de amar. El corazón está referido como el órgano  a través del cual se expresan las emociones y sentimientos,  y en las escuelas, liceos y universidades, se les refiere como eso: una parte del cuerpo, y se trata solamente en las asignaturas propias de las ciencias naturales o de carreras o y programas de salud. Reflexionando aún más sobre esa misma sociedad, la cual también tiene la connotación de machista, es curioso ver a un hijo besar a su padre y casi imposible ver a un padre besar a su hijo. Solamente nos atrevemos a caminar agarrados de las manos de nuestros papás mientras estamos en la escuela, es decir hasta los 11 o 12 años, puesto que al haber crecido se afianzan los estereotipos y patrones culturales que rompen con la afectividad y calidez de una familia.

            Para los jóvenes de hoy, existen intereses y necesidades que se alimentan del te quiero. Es común escuchar decir, yo quiero desde la vanidad del pensamiento, donde lo material se convierte en los retos que se trazan los chicos y chicas, realidad que poco cambia con el tiempo o con los años vivido.  El amor por lo que se tiene o se desea se vuelve frívolo, a tal punto que casi ni existe, quedando remplazado por un deseo de placer,  posesión y de posición.

       No se enseña amar desde el significado de las realidades que hay en  cada persona, pareciera que reina una educación en todos los contextos contraria al amor, lo que a mi juicio, es el una educación egoísta, porque el egoísta es incapaz de amar, solo sabe tener para él, para el placer, los quehaceres o el prestigio. El amor es la fuerza que hace que el otro realmente vaya creciendo y realizándose. En pedagogía, amar al alumno no implica consentirlo o alcahuetearlo. Significa hacerle ver que lo queremos y por eso deseamos que sea cada día mejor, y por eso le exigimos. Pero es imposible ser afectivo sin ser efectivo. El principio pedagógico fundamental de todo docente debe ser amar a sus estudiantes.

      El amor siempre da una nueva oportunidad, sin tilde romántico, mira con los ojos del corazón para ver más allá de la apariencia y descubrir el tesoro que esconde cada quien. Educar desde el amor es educar para  la felicidad, en enseñar a encontrarse con la mismidad y la otredad, es hacer personas libres, desde el aula, espacio para construir el mundo  que se  anhela, donde prevalezca la diversidad, la aceptación, el respeto y los valores.

Comparte este contenido:

Una educación para llegar a ser

Venezuela/12 de Julio de 2016/OVE

Por: Rose Mary Hernández Román

Hoy, es preciso conversar sobre la preocupación que muchos jóvenes padres  en relación a cómo criar a un hijo en medio de esta crisis de valores,  a la que no escapa el resto del mundo, siendo este un tema que implica la educación en distintas percepciones. Desde la experiencia, argumento que, en la mayoría de los casos, la educación que se imparte en las aulas está concentrada en su mayor porcentaje en los contenidos académicos, es decir, nuestros niños, niñas y jóvenes, e incluso, en la educación de adultos, son considerados como equipos tecnológicos, tal vez como computadoras biológicas que deben programarse  con software de última generación para que de esta manera las personas tengan alguna oportunidad de convertirse en exitosos o de salir adelante en la vida, lo que en nuestra cultura se traduce en: conseguir un empleo, criar a los hijos y costear un funeral decente. Es como si se tratara de llenar de conocimientos para que sobrevivan en medio de las dificultades de la existencia.

Contradictoriamente, a mi juicio, la única herramienta que permite a una persona “llegar a ser”, no está contenida en  los sistemas educativos cargados de conocimientos, aislados de la esencia de los valores de hogares, independientemente del tipo de familia, pues no todos corren con la misma suerte de vivir con padres y madres, y no por eso se deja de tener en su crianza verdaderos valores de familia. Es necesario una escuela con maestros y maestras que, junto con los padres, trabajen el rescate del sentimiento del ser humano, para aprender a compenetrarse emotivamente con su mundo, con su entorno, consigo mismo y con la otredad.

En esa exigencia, y ante una sociedad tan convulsionada pareciera que se han perdido los valores, pero estoy convencida que en el fondo lo que está extraviado es la posibilidad de conectar lo que sentimos con la realidad que transitamos y no los valores en sí mismos. Esto se convierte en una situación que debe atenderse y resolver, pero para ello debe concienciarse que la única manera de defender un valor, innegablemente, éste deberá estar conectado con el sentimiento, con el corazón, de lo contrario, los valores se convierten en un ropaje de moda, que se cambia según las conveniencias y cuadres que se nos presentan en la realidad concreta.

Sencillamente porque el niño, la niña  y el joven, en algunos casos son adiestrados exclusivamente para la resolución de problemas en los que se comparan y analizan escenarios de utilidad y conveniencia externos, ajenos a ellos, pero jamás estados emocionales y sentimentales. Y en casos peores, ninguna de las anteriores. De allí que, lo verdaderamente perdido es la emoción que antiguamente conectaba con el valor o principio defendido. Para ello debe estructurarse en los individuos como sociedad, la aceptación que lo más hermoso de la condición humana es la capacidad espiritual, y la misma no es otra cosa que la perseverancia del ser en medio de la adversidad, solo así seremos capaces de disponernos a recibir una mejor educación, y las dimensiones humanas como: espiritualidad, conocimiento, emociones estarán siendo asumidas por quienes tienen la hermosa tarea de educar para una mejor sociedad.

Comparte este contenido:

¡Meras cuestiones educativas y afectivas!

       Venezuela/05 de Julio de 2016/

Por: Rose Mary Hernánez Román

          La educación es un fenómeno complejo que se permea de un sinfín de aristas y en derivación es abordado investigativamente por diversas ciencias y en cada una de ellas desde diferentes perspectivas, pudiendo ser epistemológicas y metodológicas. Sin embargo, las reflexiones que a continuación propongo se enmarcan dentro de lo psicológico y específicamente en el nivel subjetivo individual, producto de la experiencia particular vivida.

           En ese sentido, el objetivo principal de esta propuesta es dirigir la atención hacia la necesaria reconstrucción de la educación rescatando su perspectiva liberadora del individuo y poniendo énfasis en su carácter preventivo como preparación para la vida, tal como se contempla en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la vigente Ley Orgánica de Educación Nacional. En tal empeño resulta esencial propiciar una práctica educativa que privilegie en su actuación el desarrollo de la afectividad del sujeto y la formación de sentidos subjetivos a través de la experiencia.

          Sobre todo porque, en la sociedad se operan múltiples procesos que transforman a sus miembros, que modifican su personalidad, sus modos de actuación y en general su vida. La educación es uno de estos procesos. A mi juicio, su rasgo distintivo es que los cambios que produce en los individuos, son socialmente deseables, responden a los intereses cardinales de las clases que tienen el poder real, o sea el económico y el político. Numerosos son los sujetos sociales (personas, grupos, organizaciones, instituciones, entre otros) que participan en la educación.

      No toda transformación socialmente deseada, transcurre en condiciones formalizadas, dirigidas, institucionalizadas. Cabría preguntarse, por ejemplo: ¿si es educación o no los cambios que se operan en la conducta  de un adolescente? esto como resultado de su deseo de ser bien valorado por una conquista amorosa y que no se lograron mediante un currículo, ni a través de actividades docentes concebidas en la escuela?

        Las tradiciones, las normas de funcionamiento de algunos grupos, la formación de la opinión pública, entre otros, son ejemplos de fenómenos educativos que surgen bajo cierta espontaneidad. Con ello sólo quiero llamar la atención sobre aquella parte de la educación que no es formalizada, institucionalizada o escolarizada, pero que sí responde a los ideales sociales vigentes y resultan socialmente deseadas.

       Sin embargo, las influencias pedagógicas, son aquellas que transcurren en un marco institucionalizado, son dirigidas, planificadas, controladas, evaluadas… Tal distinción, en momentos en que hay reconocimiento creciente del carácter selectivo y activo del sujeto, permite comprender como en no pocas ocasiones algunas influencias pedagógicas fracasan, ya que no comprometen al sujeto, que sí resulta sensible, orientado y selectivo a influencias sociales no educativas.

      Determinados vínculos del sujeto con otras personas u actividades, llegan a alcanzar un alto grado de significación para el sujeto, comprometiendo sus motivaciones e intelecto, condicionando su orientación, selectividad y sensibilidad a sus influencias. Cuando esto ocurre en una dirección socialmente deseada estamos hablando de educación.

      No se trata de meras cuestiones teóricas y especulativas, son también problemas prácticos concretos, con los cuales se enfrentan los educadores cotidianamente. En la solución de cada uno de estos problemas a la psicología le corresponde un lugar especial. Una de las tareas más importantes consiste en la traducción educativa del inmenso caudal de conocimientos psicológicos acumulados en las diferentes ramas del saber psicológico

        Por tanto, debemos reflexionar si en el transcurso de un tiempo rigurosamente delimitado y desde el espacio escolar es posible incidir en la construcción de sentidos subjetivos, de nuevas necesidades y motivos movilizadores del comportamiento en todos los contextos de actuación del sujeto. Sin negar el valor esencial de los conocimientos y de la actividad cognoscitiva en la formación de la personalidad, considero que igualmente resultan esenciales otros escenarios de interacción educativa que privilegien lo motivacional afectivo, no de modo indirecto a través de lo cognitivo, sino directamente, desde el comportamiento del propio sujeto, de su comunicación y la expresión de sus emociones y vivencias afectivas.

Comparte este contenido:
Page 17 of 23
1 15 16 17 18 19 23