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SNTE: servilismo y abandono al magisterio

Por: Erick Juárez Pineda*

 

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha sido una organización con un perfil francamente servil que ha dado preferencia a los intereses particulares de sus líderes y dejado atrás su papel primordial: la defensa de los derechos de los maestros.

Los hechos de este abandono y actitud cobarde ante los embates que han sufrido los trabajadores de la educación son cuantiosos.

En 2018, su actual líder, Alfonso Cepeda Salas, apoyaba, defendía e impulsaba en nombre de esta organización y del extinto Partido Nueva Alianza al entonces candidato a la presidencia por el PRI, José Antonio Meade. Sin embargo, después del triunfo electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, Cepeda señaló que el sindicato se convertiría en el ejército intelectual de la 4T, adaptándose a los cambios políticos que se ­gestaban.

Además, durante la discusión de la actual reforma educativa, el SNTE se pronunció en pro de estos cambios constitucionales, asegurando que la reforma anterior le hacía mucho daño al magisterio, cuando tiempo antes apoyaban la reforma de Peña Nieto. Bastaron unos meses para que el discurso pasara de “es la reforma que México necesita [la de EPN]” a “desde el SNTE, echamos abajo la reforma educativa y damos la bienvenida a los nuevos cambios constitucionales [los de AMLO]”.

Durante los tiempos de pandemia, el SNTE sólo se limitó a compartir información sobre medidas sanitarias, cuidado de la salud y demás boletines de prensa con información dispersa e inútil para el desarrollo de los docentes, y no hubo acciones puntuales de apoyo hacia sus agremiados.

El principal reclamo hacia esta organización fue el nulo respaldo en cuestiones tecnológicas, de capacitación y salariales, pues con la educación a distancia, los maestros tuvieron que comprar equipos tecnológicos y los gastos de Internet y energía eléctrica aumentaron.

Incluso, en un video publicado recientemente (https://cutt.ly/5QSwoAD), Cepeda Salas asegura que respetarán la indicaciones de que sólo se regresará a clases en semáforo verde por seguridad de los trabajadores; sin embargo, con las recientes declaraciones del presidente López Obrador sobre el regreso a clases presenciales sin importar el semáforo epidemiológico, el sindicato sólo se limita a callar y obedecer las órdenes del jefe del Ejecutivo, faltando a la promesa de velar por la seguridad del magisterio.

Sobre la defensa del salario de estos trabajadores tampoco hubo buenos resultados. Durante la última negociación del aumento salarial entre la SEP y el SNTE, apenas se alcanzó un aumento promedio de 19 pesos diarios. Si consideramos que se registró una inflación anual de 6.05 por ciento, este aumento de 3.9 por ciento al salario y 1.8 por ciento en prestaciones, no sólo no cubre los gastos, sino que les queda debiendo 2.15 por ciento.

Adicionalmente, durante los procesos de promoción horizontal y vertical organizados por la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, los cuales estuvieron llenos de inconsistencias, fallas y acusaciones de plagio y fraude, el sindicato quedó a la orilla de la discusión. Tarde y mal hizo un llamado a esclarecer las cosas; sin embargo, sólo quedó en ello: en un comunicado de prensa. Una actitud francamente ridícula.

Hay muchos más temas en que el gremio magisterial no tuvo el valor de enfrentar de manera objetiva, clara y eficaz: los cambios ante el sistema de pensiones; la cerrazón ante el llamado de auxilio de docentes que no han cobrado su salario desde hace meses o que están contratados bajo sistemas de outsourcing (profesores del Proni y de Prepa en Línea-SEP); la nula revalorización del magisterio, y otros.

El sindicalismo, como entidad defensora de los derechos de los trabajadores es una institución necesaria que debería tener una fortaleza y legitimidad que emane de sus agremiados, no de sus líderes. Sin embargo, la entidad en la que ha devenido el SNTE es una caricatura de lo que debería ser.

Es necesaria y urgente una renovación democrática de sus dirigentes en todo el país. Fundamental es la llegada de nuevas generaciones que destierren de una vez por todas las malas prácticas de corporativismo, corrupción y desprecio hacia sus propios agremiados.

El magisterio lo merece.

*Director de Educación Futura. Locutor de La otra educación, por el 97.3 de FM.

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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Normales rurales: el paisaje en la pared

Por: Luis Hernández Navarro

Durante los últimos 10 años de su vida, ya como ex presidente y a cargo de la Comisión del Río Balsas, el general Lázaro Cárdenas se volcó en cuerpo y alma a la Mixteca oaxaqueña. Caminó la región de arriba abajo, atendió demandas de los pueblos, promovió obras, se reunió con sus pobladores y vivió en Juxtlahuaca.

 

Durante una de sus giras, en una comunidad de aquella región –narra el maestro Mario Aguilera Dorantes, quien llegó a ser oficial mayor de la SEP– los Ñuu Savi (pueblo de la lluvia) le dijeron al Tata que allí no había escuela. Molesto, el funcionario educativo que lo acompañaba los refutó y dio el nombre del profesor a cargo del aula y el número de alumnos que atendía.

 

Con una mirada de desprecio que taladró la arrogancia del burócrata, uno de los campesinos le respondió: Sí, general, estuvo un muchachito, pero no aguantó y se fue. Mándanos un maestro que tome atole y tortillas con chile y viva con nosotros (https://bit.ly/3CvUX1Y).

 

Si alguien sabía la importancia de ese tipo de profesores que le demandaron los mixtecos era Cárdenas. Ellos fueron claves en instrumentar durante su sexenio la reforma agraria, llevar el ideario de la Revolución mexicana, combatir el clericalismo fanatizante y promover una educación liberadora (socialista) en el campo. La transformación social cardenista habría sido imposible sin el magisterio rural. La enseñanza fue una de las más grandes pasiones del general.

 

Pese a que el hecho aconteció en la década de 1960 durante el diazordacismo, tiene enorme actualidad. Situaciones así, en que trabajadores de la educación hechos a los modos urbanos no se hallan en las comunidades se repiten una y otra vez. En las regiones más apartadas e inhóspitas no puede laborar cualquier docente. No aguanta. Se requiere un maestro especial, hijo de campesinos o crecido en las orillas miserables de las grandes ciudades, acostumbrado a enfrentar la precariedad y la pobreza y a lidiar con la adversidad; hecho a la disciplina y dotado de las herramientas del trabajo comunitario. Un docente surgido de las normales rurales.

 

La primera normal rural nació en Tacámbaro en 1922, un año después de creada la SEP. Según su fundador, el profesor Isidro Castillo (que no pudo hacerse cargo de la primera dirección por carecer de título) nadie quería alquilarles una casa, debido a las presiones del obispo cristero Lara y Torres. Tardaron cinco años para que la escuela del diablo consiguiera sede.

 

La escuela rural mexicana fue obra de los docentes, sobre todo del pueblo. José Vasconcelos –cuenta el profesor Castillo– nos ordenó alfabetizar; pero en los ranchos lo que menos interesaba era alfabetizarse; los campesinos tenían problemas más urgentes, como organizarse para repartir tierras. Por ello, la escuela rural extendió su campo de acción ayudando a los campesinos en otras actividades.

 

Este compromiso con la lucha agraria, la organización de la producción, la promoción de la higiene y la concientización comunitaria les valió que se les acusara de ser instituciones subversivas y a sus estudiantes de vándalos. José Santos Valdés, figura central de la pedagogía mexicana, recuerda que, estando él al frente de la normal rural de Tenería, en 1941-42, el general David, mando de la ciudad militar de San José, llegó a visitarlos a las 5:30 de la mañana y se encontró a los estudiantes y al director pizcando trigo.

 

El general preguntó al maestro: ¿cómo es posible que haya puesto a trabajar a estos vagos, ratas villagreras?

 

Santos Valdés contestó: Le voy a decir algo, mi general, y no se vaya a molestar. ¿Sabe por qué a los muchachos los ve tan entusiastas cortando trigo? Porque viven en un régimen democrático y porque to­do lo que se refiere a su comunidad, su ro­pa, sus medicinas, es administrado por ellos.

 

Escandalizado, el militar replicó: ¡Está usted comunizándolos!

 

–No, mi general, no tenga miedo, estamos viviendo en paz, con tranquilidad y muy bien.

 

Fieles a su misión de siempre, a las normales rurales no se les acusa más de escuelas del Diablo, kínderes bolcheviques, madrigueras de comunistas o nidos de guerrilleros. Ahora se les imputa ser corruptas y se quiere terminar con el internado y los comedores.

 

El internado es la espina dorsal del normalismo rural y de la organización política estudiantil. Desaparecerlo es desnaturalizar su especificidad pedagógica. Como en las academias militares con los cadetes, los jóvenes adquieren allí hábitos de disciplina, cooperación y camaradería que no se obtienen en otras escuelas. En esta experiencia se templa el acero de los futuros profesores que los campesinos mixtecos pedían al general Cárdenas: maestros que tomen atole y tortillas con chile y vivan con nosotros.

 

Por lo demás, los alumnos no administran ni los comedores ni los recursos destinados a las escuelas. Sólo algunas normales comparten el manejo del comedor con personal administrativo. El poco financiamiento que llega a las normales rurales es manejado por las autoridades educativas. ¿Dónde está la corrupción?

 

El profesor Isidro Castillo fue también el encargado de fundar la normal rural de Cerro Hueco, antecedente de Mactumactzá (https://bit.ly/2X1OQ4Z). La construimos –explicó– con nuestras propias manos. Cuando hicieron el comedor, había una pared y los chicos, con ansia de espacio, pintaron un paisaje para ver más lejos. Al igual que esos primeros alumnos, los nuevos normalistas rurales llenan los muros de comedores, dormitorios y aulas de grandes frescos con retratos de sus héroes, representaciones de sus luchas y grandes ventanas en las que se miran a lo lejos los horizontes que anhelan.

Fuente de la información: La Jornada

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¿Qué hemos aprendido?

Por: Manuel Gil Antón

La educación como proceso de aprendizaje social no se reduce a las actividades que se llevan a cabo en las aulas, virtuales o presenciales. Ocurre cada día. El tema del retorno a las escuelas es el que, con razón, predomina en estos días. Es complejo pues implica la consideración de varias dimensiones entrelazadas y heterogéneas si se consideran los diferentes y desiguales contextos sociales, niveles de estudio y condiciones escolares, así como las distintas perspectivas, también variables, desde los múltiples tipos de organización familiar, prácticas docentes e infraestructura material de los planteles, a las que se añaden posiciones divergentes en cuanto a consideraciones políticas, económicas, sanitarias y pedagógicas.

Sin restar importancia a este dilema que reclama la mayor apertura al dialogo para generar proyectos adecuados a las circunstancias, conviene abrir la mirada y preguntar cuáles son las principales vetas que en la comprensión del país y su futuro se han abierto al lidiar con la pandemia. Comparto algunas, que sin duda se ampliarán con las experiencias de quienes lean estas letras.

En primer lugar, la fragilidad del proyecto de nación emergió (más) a través de la inaudita concentración del ingreso, poder y prestigio que produce distancias (barrancos hondos) entre las posiciones sociales ante las que la propuesta de la igualdad de oportunidades, revestida con el predominio del mérito como quantum de esfuerzo, se desmorona.

Sea cual sea el sector social que se enfoque, la desigualdad y la pobreza son un lastre para quienes adhieren a la construcción de un país decente. La inequidad en el acceso a los servicios de salud; a la educación, ahondada ahora por vínculos tan diferenciados entre estratos sociales a la tecnología, y la contrastante densidad de habitantes por metro cuadrado de vivienda o espacios públicos con áreas verdes, por señalar algunos, son inaceptables éticamente y reducen los umbrales para hacer viable compartir el territorio de manera justa.

En segundo, y sin ser experto en la materia, considero que la enorme cantidad de personas ocupadas en el sector informal que no pueden recluirse pues dependen del ingreso diario, junto con la creciente pérdida de seguridad y prestaciones en el empleo en el sector formal, no auguran bases firmes para el desarrollo económico del país.

Añado, en tercer lugar, la escasa presencia de cultura científica en la población, que nos hizo ver, en fases decisivas de la desgracia, la prevalencia de supuestas protecciones religiosas ante el virus, rayanas en la superstición, en muy amplios grupos de la sociedad e incluso del gobierno.

En cuarto sitio, y no en importancia, ha sido costosa, y lo será de no enmendarse, la falta de credibilidad y confianza en las instituciones. Esta dimensión se relaciona con la quinta, a saber: la mayoritaria noción de la condición de beneficiarios y no la de ciudadanos. De persistir la idea de formar parte de un país de beneficiarios de bienes de autoridad – ya sea población marginada o empresarios de cualquier tipo en todos los ramos – la condición fundamental de la democracia, conciencia de ciudadanía con derechos y obligaciones, reduce las posibilidades de un cambio social de fondo.

Ninguno de estos aspectos es privativo del actual gobierno. Son taras de décadas que el virus y sus funestas consecuencias han descarnado dejándolas en los huesos. Urge hacernos cargo de estas lozas para el futuro como aprendizaje de esta temporada de trancazos. Más nos vale.

Manuel Gil Antón. Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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Pandemia y regreso a clases presenciales en el mundo

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

 

Colegas educador@s de varios países nos comparten interesantes respuesta

 

Durante la última semana, pregunté lo siguiente a algun@s colegas educador@s y estudiosos de la educación de diferentes países (la conversación se dio a través de redes sociales digitales):

¿Podrían compartirnos desde cuándo se reiniciaron actividades presenciales, en sus países, en escuelas de educación elemental o básica (pública)?

¿Cuál es la situación actual de la educación pública ante la 3a. ola de pandemia de Covid?

Aunque los contextos y condiciones de salud pública, sociales, de infraestructura y económicas son diferentes en cada nación, las breves respuestas que las y los colegas nos compartieron, son interesantes.

Ecuador

“En el Ecuador hay un conjunto de escuelas, la mayoría rurales, que (previa presentación de un plan de trabajo) obtuvieron autorización para reabrir de manera gradual, semipresencial y a pedido de las comunidades. El proceso recién ha iniciado. Falta mucho para llegar a todo el sistema”, nos compartió Rosa María Torres (1).

España

“En España comenzaron las clases presenciales en septiembre de 2020, aún sin vacunas. Con unos protocolos muy estrictos para alumnos, profesores, familias y todo el personal de las escuelas. Fue muy bien. Casi no hubo casos de contagio… Se redujo el número de alumnos por aula, contratando más profesores y ampliando los espacios de enseñanza… La presencialidad total fue en Infantil y Primaria. En Secundaria fue del 50 por cien. La mitad del grupo iba una semana a clase y la siguiente virtual. Y viceversa. Con semipresencialidad se atendió la Secundaria.”, nos informó María Antonia Casanova (2).

Canadá

“A diferencia de México, en Canadá el sistema de educación pública varía según la provincia. Le he pedido a los profesores de las 3 provincias occidentales (British Columbia, Alberta y Saskatchewan) para que me envíen la información que necesitan en México.”, nos comparte Paul Orlowski (3).

Argentina

“En Argentina existe desde marzo un modelo de semi-presencialidad con cada vez mayor apertura. Existen varios informes epidemiológicos y psicológicos sobre los costes-beneficios de abrir las escuelas sobre los cuales muchos gobiernos europeos se apoyaron.”, indicó la cuenta @Classroomcoach3, vía Twitter. (4)

¿Por qué las autoridades educativas mexicanas tanto de nivel federal (SEP, MejorEdu) como estatales, no han dado a conocer estudios o investigaciones, nacionales e internacionales, sobre las experiencias de reanudación de clases presenciales en la escuela pública en situación de pandemia?

De acuerdo con las experiencias internacionales, aun cuando las condiciones de salud pública, sociales, culturales, de infraestructura y económicas son diferentes, el retorno a la escuela presencial ha sido gradual, por regiones diferenciadas y por niveles educativos.

¿Qué necesidad tenemos, como nación, de reiniciar clases presenciales de manera precipitada y sin la adecuada planificación?

Es necesario considerar las formas de organización de las comunidades escolares, las condiciones de salud (vacunación, vulnerabilidad, cantidad de transmisión del virus, etc.), así como las cantidades de estudiantes por docentes, entre otros temas esenciales.

Es conveniente ponderar y recuperar de manera más profunda y sistemática las experiencias mundiales, y tomar medidas pertinentes y oportunas para regresar a las escuelas sin poner en riesgo a la población en general, ni a las figuras educativas (docentes, directivos escolares, personal de apoyo) en particular.

Notas:

(1) Rosa María Torres es profesora e investigadora en Ecuador, sus áreas de trabajo son: Aprendizaje a lo largo de la vida. Alfabetización. Lectura. Comunidades de aprendizaje. Innovación. ODS. Derecho a la educación.

(2) María Antonia Casanova es investigadora educativa en España, profesora de la Universidad Camilo José Cela y de la Universidad Internacional Villanueva, y Directora de Formación del Instituto Superior de Promoción Educativa, de Madrid.

(3) Paul Orlowski es profesor e investigador en educación en Canadá, colaboró durante algunos años en la Universidad de Saskatchewan. Sus temas de interés son hegemonía, raza, clase social y democracia en el siglo XXI.

(4) La cuenta @Classroomcoach3 de Classroomcoach 360, es una “Edu app” colaborativa que ayuda a los docentes y alumnos del aula (presencial/virtual) a fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. Idiomas: ENG-ESP-FRA”.

Fuente de la información: https://www.sdpnoticias.com

Imagen: REGRESO A CLASES PRESENCIALES (GABRIELA PÉREZ / GABRIELA PÉREZ/CUARTOSCURO)
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México: Desaparición de internados, golpe mortal al normalismo

Por: Laura Poy Solano

Los internados y comedores de las escuelas normales rurales no sólo son espacios físicos, sino de construcción colectiva. Generan un acercamiento a las culturas campesinas e indígenas. Son lugares de intercambio cultural, lingüístico y educativo, afirmaron especialistas, quienes advirtieron que de concretarse la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de entregar becas de manutención a cada estudiante para el pago de alimentos y vivienda, sería un grave retroceso y un golpe mortal al normalismo rural.

 

Ruth Mercado, investigadora del DIE-Cinvestav y experta en temas educativos, afirmó que su implementación sería como dispersar a los estudiantes y privarlos de estos espacios de construcción colectiva que son fundamentales para su formación académica, y que se han convertido en un patrimonio de la educación y del normalismo mexicano.

En entrevista por separado, Tanalís Padilla, profesora-investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts, destacó que el internado y el comedor son espacios centrales para las normales rurales, pues permiten consolidar su esencia colectiva.

Desde su creación en los años 20 del siglo pasado, dijo, nacen con una visión colectiva y se crean con internados, precisamente para agrupar a los estudiantes, darles albergue y comida porque tienen una estrecha vinculación con las comunidades campesinas e indígenas, donde la participación colectiva es central.

Estudiantes normalistas rurales afirmaron a La Jornada que no podemos aceptar una propuesta que parte del desconocimiento de la importancia de nuestros internados y comedores. No sólo es el lugar donde vivimos, es también el espacio donde nos encontramos como estudiantes y futuros maestros rurales.

Venimos de familias donde se gana cien pesos al día, que no dan para poder estudiar, afirma una alumna de segundo grado de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, y las normales rurales nos dan la oportunidad de tener una educación. Ahí nos dan desayuno, comida y cena y un dormitorio, eso para nosotros es mucho.

En los internados y comedores, señala, convivimos, cocinamos, hacemos material para los niños y aprendemos juntos, porque si hay algo que yo no sé mis compañeras me enseñan, nos compartimos ideas y eso es importante, porque hay quienes traen un conocimiento distinto y yo otro, y al compartirlo aprendemos más.

En Mactumactzá, afirma, se hablan muchas lenguas indígenas, yo soy hablante de tzotzil, otros de chol, tojolabal y tzeltal, y ahí nos encontramos. Hay muchas variantes de mi lengua, y en el comedor o el internado nos ponemos a platicar y compartimos palabras que unos hablamos y otros no, hacemos limpieza, materiales y todo lo hacemos en conjunto, es como otra escuela.

Juan Manuel Rendón, profesor, investigador y ex director de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), destacó que desde 1922 las normales rurales surgen como una opción educativa y de vida para los sectores más empobrecidos del país, pero también nacen estrechamente ligados a una visión de lo colectivo y de la búsqueda de la justicia social.

Aplicar un programa que busque desaparecer sus internados y comedores, dijo, sería como aplicar la política neoliberal del váucher educativo o las escuelas chárter para acabar con un dispositivo pedagógico fundamental para la formación del maestro rural. Acabar con los internados sería como dinamitar los cimientos de un edificio.

Fuente de la información e imagen: https://www.jornada.com

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¿Qué necesitamos para volver a las escuelas?

Por: Pablo Hernández Jaime

El 24 de julio, en Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que se retomarán las clases presenciales a finales de agosto “llueve, truene o relampaguee.” El anuncio se dio en el contexto de una tercera ola de contagios por Covid-19, misma que, tan solo para el 29 de julio arrojó un total de 19,223 casos nuevos y 381 muertes[1]. Y por si esto fuera poco, también nos encontramos frente a la nueva variante delta del virus que resulta ser más contagiosa y, a la vez, puede causar cuadros más severos de la enfermedad, lo que maximiza el riesgo de contagios y muertes, sobre todo entre la población que no ha sido vacunada[2]. Frente a este escenario cabe preguntar: ¿es seguro volver a clases presenciales?, ¿hay condiciones para ello? Veamos.

Ha pasado más de un año desde que el 23 de marzo de 2020 se suspendieron oficialmente las clases presenciales. Y para nadie son secreto las desventajas que esto acarrea. La educación a distancia nunca podrá suplir la educación presencial, pues el proceso de enseñanza-aprendizaje no consiste solo en transmitir información, sino que supone un proceso de construcción colectiva que permita al estudiante apoyarse en sus pares y profesores para asimilar nuevos conocimientos y habilidades. Pero el problema va más allá. Los procesos de enseñanza-aprendizaje suponen ciertas condiciones materiales que, fuera de la escuela, dependen por completo de los recursos del hogar. Y los hogares mexicanos están atravesados por una gran desigualdad y muchos de ellos por la pobreza; de manera que no todos cuentan con los mismos recursos y, por tanto, no todos cuentan con las mismas ventajas para educarse, lo que, además, resulta particularmente cierto bajo el actual contexto, pues la educación a distancia supone la disposición de tecnologías de la información a los que muchos hogares no tienen acceso o tienen acceso solo de manera insuficiente[3].

Cuando la educación se deja por completo a los hogares, la desigualdad que los atraviesa se reproduce.

¿Urge, entonces, volver a clases presenciales? Indudablemente. Pero ¿hay condiciones para ello? Este es el quid de la cuestión. No creo que nadie esté en contra de reabrir las escuelas, siempre y cuando podamos garantizar las medidas para un regreso seguro. No se trata solo de volver, se trata de volver y poder quedarse.

Pero ¿qué condiciones se requieren para volver a clases presenciales? Primero, hay que considerar que nos enfrentamos a una variante más contagiosa y agresiva del virus Sars-CoV-2. Esto pone en mayor riesgo a toda persona no vacunada, incluyendo niños y niñas. Y si queremos minimizar riesgos, una primera medida, es avanzar con la vacunación de jóvenes y adolescentes mayores de 12 años[4]. Es importante que todo aquel que pueda vacunarse lo haga. Sin embargo, aún nos enfrentamos con el problema de no contar con una vacuna para menores de esta edad. Es cierto que la enfermedad parece ser mucho menos agresiva con ellos; sin embargo, es preciso actuar con el objetivo de reducir los riesgos al máximo y, por tanto, es necesario tomar otro tipo de precauciones. Estas precauciones, sin embargo, no son nuevas. Las escuelas requieren mantener la sana distancia y promover el lavado constante de manos y el uso de gel antibacterial; pero, sobre todo, debe usarse cubrebocas para impedir contagios. Otras medidas importantes son la adecuada ventilación y aseo de los salones, el monitoreo y aislamiento oportuno de casos positivos, y la aplicación de pruebas periódicas. De acuerdo con algunos estudios realizados en Estados Unidos[5], si se aplican adecuadamente las medidas preventivas, el número de contagios en las escuelas puede mantenerse bajo y controlado.

Pero, estas medidas, aunque no sean nuevas ni extraordinarias, requieren recursos. Tan solo en EE. UU. el Américan Rescue Plan considera la implementación de 122 mil millones de dólares para dotar de condiciones sanitarias y de equipamiento a las primarias y secundarias de todo el país y, así, poder regresar a las aulas[6]. Y es que la reapertura de las escuelas no solo supone dotarlas de gel y cubrebocas, también se necesita aplicar pruebas periódicas de Covid-19, así como rehabilitar espacios, lo que conlleva un alto costo.

En México el problema no es distinto: aquí también se requiere un plan para el regreso a clases presenciales y los recursos para su aplicación; sin embargo, estos brillan por su ausencia, pues el presidente y su administración se han limitado a decir que, sí o sí, se reabrirán las escuelas, y que el regreso a clases será paulatino y voluntario, pero nada más: no se ha dado a conocer ningún plan de rehabilitación y equipamiento, no se ha dicho qué medidas puntuales se tomarán para garantizar el uso obligatorio de cubrebocas o el suministro de agua a las instituciones. Y quizás esta sea una de las cuestiones más complicadas del caso mexicano. Nuestro sistema educativo enfrenta, históricamente, un grave problema de carencias en infraestructura, regularidad en los servicios básicos y equipamiento, por señalar solo algunos de los aspectos más urgentes. De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, antes de su desaparición en 2019), al menos 45% de las primarias presenta carencias en alguno de los servicios básicos de agua, luz y drenaje y al menos una de cada tres escuelas de educación media superior no cuenta con agua los cinco días de la semana[7].

¿Qué podemos esperar de un regreso a clases donde ni siquiera lo más básico está solucionado y donde, peor aún, no se presenta ningún plan para solucionar estas carencias ni para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias elementales? La pregunta no es menor. Así como hay evidencias sobre la posibilidad de controlar los contagios al interior de las escuelas si se toman las medidas adecuadas, también hay evidencias de lo contrario: ante un relajamiento de las medidas, los contagios aumentan[8].

Pero hay una cuestión más que debemos considerar, y es que el virus del Sars-CoV-2 no desaparecerá. Podremos superar la pandemia, pero el virus que la provocó simplemente no desaparecerá y nuevas variantes pueden surgir. De manera que nuestra actual y urgente necesidad de preparar a las escuelas para brindar condiciones sanitarias adecuadas no es algo completamente pasajero. En este sentido, es necesario que el gobierno mexicano enfoque buena parte de sus esfuerzos y recursos en mejorar, sustantiva y significativamente, las condiciones materiales (y no solo materiales) del sistema educativo. Este es uno de los objetivos que debemos perseguir, en lo inmediato para garantizar un regreso a clases seguro y, en el mediano plazo, para garantizar mejores condiciones educativas para todos los niños, niñas y jóvenes mexicanos.


Pablo Hernández Jaime es Maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

[1] https://www.forbes.com.mx/mexico-suma-19223-contagios-y-381-muertes-por-covid-19-en-24-horas/

[2] https://www.nytimes.com/2021/07/29/well/family/back-to-school-covid.html

[3] https://cemees.org/2020/05/12/educacion-a-distancia-solo-4-de-cada-10-hogares-tienen-computadora/

[4] https://www.al.com/coronavirus/2021/07/is-the-delta-variant-affecting-children-uab-childrens-of-alabama-pediatrician-explains.html.

[5] 1) https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/wr/mm7012e4.htm, 2) https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/wr/mm7012e3.htm, 3) https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33419869/, 4) https://schools.archchicago.org/documents/80540/2983414/ABRIDGED_Reopening+Planning+Framework.pdf/b451f470-68da-45e7-b591-485191cc0558

[6] https://www.ed.gov/news/press-releases/department-education-announces-american-rescue-plan-funds-all-50-states-puerto-rico-and-district-columbia-help-schools-reopen

[7] https://cemees.org/2020/10/17/la-educacion-mexicana-a-dos-anos-de-4t/#_ftn6

[8] https://www.eurosurveillance.org/content/10.2807/1560-7917.ES.2020.25.29.2001352.

Fuente de la información e imagen: https://cemees.org/2021/08/04/que-necesitamos-para-volver-a-las-escuelas/
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Estados Unidos: La ONU predica la transparencia fuera pero no la practica dentro

NACIONES UNIDAS – Las Organización de las Naciones Unidas (ONU) predica desde hace mucho tiempo la sabiduría de la transparencia y la rendición de cuentas al mundo exterior, pero no practica esos mismos principios en su propio patio interno y menos aún en el piso 39 de su sede en Nueva York, el de la oficina del secretario general.

La opacidad, irónicamente, es visible en la mayoría de los nombramientos de los cargos de alto nivel en el sistema de la ONU, dos de los cuales quedarán vacantes en breve: los de las directoras ejecutivas de ONU Mujeres y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En el caso del sucesor o sucesora de la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, se sabe que probablemente será Estados Unidos quien imponga el nombre del sucesor o sucesora, como ha sucedido siempre. Por ello, es la sucesión en ONU Mujeres la que despierta más interés, también porque la defensa de los derechos de las mujeres está en juego.

Antonia Kirkland, lideresa mundial de los programas para la Igualdad Jurídica y el Acceso a la Justicia de la organización  Igualdad Ahora (Equality Now), dijo a IPS que “nos preocupa que el proceso de selección de la tercera directora de ONU Mujeres haya sido tan poco transparente”.

Consideró que la actual directora ejecutiva de ONU Mujeres, la sudafriana Phumzile Mlambo-Ngcuka, ha trabajado bien tanto con la sociedad civil como con los gobiernos “para hacer avanzar nuestra agenda conjunta para la igualdad de género, que culminó con más de 40 000 millones de dólares de compromisos en el Foro de Generación Igualdad”.

“Para tener éxito en lograr la igualdad de las mujeres y las niñas, ONU Mujeres debe ser dirigida por alguien que tenga credenciales impecables en el campo de los derechos de las mujeres y una experiencia significativa en la conducción de procesos intergubernamentales con excelentes habilidades para construir puentes y negociar”, argumentó Kirkland.

Pero hasta ahora, lamentó, “no hemos tenido ninguna transparencia en torno a los criterios utilizados en las entrevistas y el proceso que se utiliza para tomar la decisión, lo que ha provocado aprensión y peticiones de responsabilidad”.

Purnima Mane, ex subsecretaria general de la ONU y directora ejecutiva adjunta del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), dijo a IPS que los nombramientos de altos cargos en las organizaciones de la ONU “siempre han sido un tema de interés y preocupación para la sociedad civil”.

“La sociedad civil considera que la ONU es un organismo clave que influye en los temas que le preocupan profundamente y en los que quiere tener una mayor participación. Los derechos de la mujer son uno de esos temas, por lo que el nombramiento de la directora ejecutiva de ONU Mujeres es de gran interés”, afirmó.

La antigua alta funcionaria recordó que la ONU siempre ha manejado los nombramientos de altos cargos de manera muy confidencial y como un asunto determinado en gran medida por los Estados miembros.

La mayoría de los socios de la ONU son conscientes de las negociaciones que se llevan a cabo entre bastidores entre los países en el caso de los nombramientos de alto nivel de la ONU para asegurarse de que se nombra al aspirante que prefieren.

“Pero ahora se reconoce cada vez más que la sociedad civil tiene un papel clave en la aplicación de la agenda de la ONU y en el control del cumplimiento de los compromisos asumidos por sus Estados miembros”, señaló.

Por eso, argumentó “no es de extrañar que la sociedad civil pida una mayor apertura en los nombramientos de altos cargos para garantizar que su voz sea escuchada. También quiere asegurarse de que una declaración de visión pública haga que la agenda de un posible candidato sea transparente y a la que se le pueda pedir cuentas”.

La principal intención, según Mane, es ver que se nombra al candidato con el mejor historial y las mejores capacidades y que el director ejecutivo entrante defiende un programa de acción sólido, basado en los derechos y en las pruebas, y respeta la voz de la sociedad civil.

En la primera semana de agosto, una coalición de unas 380 organizaciones de la sociedad civil y 746 reconocidas figuras públicas y feministas expresaron su “preocupación por el proceso de contratación de una nueva directora ejecutiva de ONU Mujeres”.

La carta conjunta dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, planteó que “debido a la importancia de ONU Mujeres en nuestro trabajo por los derechos de las mujeres en todo el mundo, muchas de nosotras hemos firmado dos cartas anteriores para enfatizar la importancia de un proceso transparente informado por la sociedad civil”

“A medida que se desarrolla este proceso, no hemos visto que se respeten esos principios”, expresan en la carta.

Cuando presentó el informe del Grupo de Alto Nivel sobre Rendición de Cuentas, Transparencia e Integridad Financiera Internacional, en febrero de 2021, Guterres dijo que el grupo ofrecía una visión de un sistema mejor que funcionara para todos, así como “recomendaciones para crear sistemas más sólidos de rendición de cuentas, transparencia e integridad”.

Hablando de la corrupción como la máxima traición a la confianza pública, Guterres dijo en 2017: “Juntos, debemos crear sistemas más sólidos para la rendición de cuentas, la transparencia y la integridad sin demora”.

Pero, lamentablemente, los tres elementos están ausentes en la mayoría de los nombramientos de alto rango y de responsabilidad en la ONU.

Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que la legitimidad de la próxima directora ejecutiva de ONU Mujeres depende de un proceso de selección abierto, transparente y competitivo.

Para que ello sea así, argumentó,  es necesario ver las declaraciones sobre su visión de los candidatos y que la sociedad civil participe en audiencias públicas y entrevistas a las personas postulantes.

“Esto debería ser en el mejor interés de la propia ONU, ya que influye en la futura eficacia de ONU Mujeres. A estas alturas, esto debería ser un procedimiento estándar para todos los altos cargos de la ONU”, declaró Bummel.

Mane, que también fue presidenta y directora ejecutiva de Pathfinder International, una organización que promueve mundialmente el derecho a la salud sexual y reproductiva, dijo que es probable que muchas de las demandas de la carta colectiva y organizaciones y personalidades no sean bien recibidas por los Estados miembros de la ONU.

El proceso propuesto para el nombramiento de la nueva máxima funcionaria de ONU Mujeres rompe con el habitual proceso de selección de la ONU, por lo que de aceptarse podría sentar un precedente para todos los nombramientos de alto nivel futuros.

Eso conduciría a la reticencia de incorporar nuevos actores y procedimientos en la selección de la sucesora de Mlambo-Ngcuka y de la chilena Michelle Bachelet, la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres.

“Esto es especialmente cierto en el caso de la sociedad civil, a la que algunos Estados miembros, lamentablemente, ven como su adversaria y no como su aliada”, señaló Mane.

Por otra parte, una mayor participación de la sociedad civil y una mayor transparencia en los nombramientos sería, de hecho, el paso correcto si la ONU tiene que ser respetada por todos sus socios y partes interesadas, argumentó.

También, consideró, enviaría un mensaje de que la ONU reconoce el papel clave que desempeña la sociedad civil, junto con los gobiernos nacionales, en la traducción a la realidad de la agenda del organismo mundial.

Mane consideró que la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el panel de entrevistas es quizás la petición más radical incluida en la carta.  Es poco probable, a su juicio,  que los Estados miembros modifiquen el proceso para incluir a la sociedad civil de manera más formal en el comité de selección, tal como se solicita.

“Pero pedir lo ideal es lo correcto, aunque pueda parecer difícil.  Una asamblea (telemática)  en la que las candidatas puedan dialogar con la sociedad civil es, sin duda, factible y merece ser considerado seriamente”, consideró la antigua alta funcionaria de la ONU.

De hecho, la sociedad civil ya ha organizado en el pasado este tipo de intercambios con posibles candidatos, lo que ayuda a elegir al mejor aspirante, según la opinión de la sociedad civil, aunque no esté formalmente representada en el proceso de selección.

“La ONU debe evolucionar para adaptarse a los tiempos, y la inclusión y la transparencia son fundamentales para esta evolución”, consideró Mane.

Puede leer la versión en inglés de este artículo.

Según PassBlue, un medio conducido por mujeres que cubre en forma independiente a la ONU, se ha ampliado el plazo del 28 de junio para presentar candidaturas a dirigir ONU Mujeres, lo que sugiere que se quieren más y nuevas solicitudes.

Aunque la lista de aspirantes no es pública, hasta ahora se cree que las actuales jefas adjuntas de ONU Mujeres, la sueca Asa Regner y la india Anita Bhatia, han solicitado el puesto.

Otras candidatas que se rumorea que han presentado sus nombres, según PassBlue, son la ex secretaria general adjunta de la ONU Radhika Coomaraswamy, de Sri Lanka, Kang Kyung-wha, de Corea del Sur, y Mereseini Rakuita Vuniwaqa, de Fiyi.

Y entre los candidatos de la región árabe figuran Zineb Touimi-Benjelloun, de Marruecos, y Sima Sami Bahous, de Jordania, según PassBlue.

La ONU anima encarecidamente a los jóvenes a presentar su candidatura. Pero de la lista conocida, Vuniwaqa, de 47 años, es la única menor de 50 años. Todas las aspirantes, eso sí,  tienen una impresionante experiencia de liderazgo en la ONU, en sus gobiernos o en ambos.

Mientras tanto, en su carta, la coalición de organizaciones y figuras dedicadas a defender los derechos de las mujeres destacan entre sus planteamientos los siguientes:

  • La lista de candidatas al cargo de directora ejecutiva de ONU Mujeres debería hacerse pública. Este proceso de selección debería seguir el precedente del proceso de selección para otros puestos de liderazgo de las Naciones Unidas, como el de alto comisionado para los Derechos Humanos y el secretario general, haciendo públicos los nombres. Aunque la confidencialidad es vital en la contratación ordinaria, los nombres de los candidatos en esta y en todas las búsquedas de las personas a conducir las agencias de la ONU deberían hacerse públicos.
  • Las candidatas deben tener una motivación o declaración pública sobre su visión. Es importante que todas las candidatas proporcionen una declaración sobre su motivación o visión para que la sociedad civil pueda entender lo que esperan lograr como jefa de ONU Mujeres.
  • Debería celebrarse una asamblea virtual de candidatas para la sociedad civil. Dado que la directora ejecutiva debe ser capaz de interactuar eficazmente con la sociedad civil, todas las partes interesadas deberían tener interés en ver a las candidatas en un formato virtual en directo. Esa asamblea debería celebrarse antes del panel de entrevistas para que el evento pueda alimentar la información recopilada para el proceso de entrevistas.
  • La sociedad civil debe estar debidamente representada en el panel de entrevistadores. Lo ideal es que la mitad de los miembros del panel de selección sean representantes de organizaciones de la sociedad civil. Como mínimo, debe haber un representante del Norte Global y otro del Sur Global.

La próxima directora ejecutiva de ONU Mujeres es de vital importancia para la sociedad civil feminista y otras partes interesadas a nivel mundial. Es fundamental que sea un proceso transparente e inclusivo.

“Como organizaciones feministas de la sociedad civil que colaboran habitualmente con ONU Mujeres, esperamos que nuestras peticiones se reflejen adecuadamente en el proceso, y estamos dispuestas a trabajar directamente con el comité de búsqueda o con los representantes designados para alcanzar este objetivo”, insiste la carta.

T: MF / ED: EG

Fuente de la información e imagen: https://ipsnoticias.net

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