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Aspiración e incertidumbre. El Plan de Estudios de Educación Básica 2022

Por: Juan Carlos Silas Casillas, ITESO/Luis Medina Gual, Ibero CDMX 


El Nuevo Marco Curricular 2022 se ha conversado (a veces discutido) en este medio y algunos otros con mayor o menor detalle. Se han ponderado sus alcances, intenciones, qué tan factible es su puesta en marcha, así como los elementos que podrían influir en su nivel de éxito o fracaso en la formación de las nuevas generaciones. El punto de acuerdo parece ser que se trata de una propuesta interesante e inspiradora, que va en sintonía con el discurso de la administración 2018-2024 que resalta el derecho a la educación vinculado a los derechos humanos en su conjunto; también destaca la dignidad humana y la vida colectiva como los factores centrales.

Destaca el papel fundamental del reconocimiento y respeto a toda diversidad y propone lograr la mejora de la comunidad en sintonía con el respeto a todo tipo de formas de vida. Por otra parte, asume que las escuelas y el sistema educativo nacional están llamados a dirigir la acción para alcanzar la emancipación de los estudiantes y su compromiso con la comunidad. Justo en este punto comienzan las tensiones en la manera de comprender e interpretar el marco curricular ya que se reconoce a niñas, niños, adolescentes y jóvenes como sujetos capaces de ejercer sus derechos educativos y humanos en tanto se articulen con las visiones pautadas por el sistema educativo. Se resalta el papel de la escuela como el espacio en que se articula la unidad nacional desde la diversidad, así como el lugar en que dialogan los saberes e identidades. Se habla de que lo común permitirá que los sujetos “construyan escuelas en donde el autogobierno permita el despliegue más libre de sus acciones y del actuar común, dentro de los límites de las reglas de justicia que la sociedad se impone a sí misma” (SEP, 2022, p.14). Esta frase da para mucha discusión y aunque inspira, lleva a comprensiones múltiples e inevitables equívocos (en el sentido etimológico de la palabra). Se propone la actuación de todos bajo lo pautado conceptualmente por el Estado que propone una decolonialidad, emancipadora, promotora de la autonomía, bajo la óptica “oficial”. Este asunto será un elemento de tensión en cada escuela y comunidad.

El Marco curricular retrata un futuro armónico, con imágenes de responsabilidad y respeto mutuo, al que es difícil saber cómo llegar. El texto tiene un aura nacionalista que parece relacionarse con la retórica de la mitad del siglo 20 que, sin embargo, tiene notas de actualización en términos tanto de valoración de las prácticas locales como de vínculos con otras culturas en condiciones de igualdad y subsidiariedad.

Otra actualización de agradecerse es incluir en la argumentación, y esperablemente en la práctica, reflexiones en torno a lo que dejó la pandemia. Es un bosquejo de diagnóstico que apunta a rescatar la trascendencia de las interacciones formativas entre estudiantes, docentes, familia, personal escolar y comunidad. Señalan algunas maneras en que el confinamiento influyó en los aprendizajes no planeados y cómo se puede realizar un vínculo entre la vida cotidiana en comunidad y los aprendizajes escolares. En síntesis, plantean reconocer la vida social de la escuela, replantear el papel instrumental de los planes y programas para resolver asuntos relevantes, reconocer a las/os docentes, reforzar el vínculo con las familias y redimensionar el papel de las tecnologías, entre otras intenciones.

La versión más reciente ya no dedica tantas páginas a su crítica al corte neoliberal de los esquemas formativos anteriores, aunque sigue presente el reclamo por haber fomentado el individualismo y la obcecación por la evaluación competitiva para los alumnos y punitiva para los profesores. Refiere cómo los organismos internacionales han “colonizado” al sistema educativo mexicano y lo ha apartado de su función comunitaria, por lo que es importante ir hacia lo común y el compromiso de corresponsabilidad y coparticipación.

Se dedica mucho espacio a resaltar el papel que desempeñan maestras y maestros no sólo en términos de la promoción de aprendizajes sino también en la construcción de ciudadanía y dinamizadores de la comunidad desde la escuela. La propuesta implica otra antigua aspiración que, sin embargo, cuesta trabajo asir bien, como es la autonomía curricular; especialmente ante la presencia de lineamientos centralmente establecidos.

La parte central se integra por varios elementos entre los que se destacan la comunidad (y sus saberes) como el núcleo de los procesos educativos, la comprensión del aprendizaje como un hecho histórico y contextual, así como el diálogo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes con la comunidad. Es decir que ya no es el estudiante el único foco de la educación, también lo es la comunidad en que se ubica la escuela. Haciendo un juego de palabras con frases usadas por la propia Secretaría de Educación, es evidente que “La Escuela es Nuestra” y ya no es sólo está “La escuela al centro”, aunque habrá que pasar de lo dicho a los hechos.

Parece haber un énfasis importante en vincular las actividades escolares con la vida en la comunidad y tener al estudiante (niñas, niños, adolescentes y jóvenes) y a los profesores y profesoras como los actores centrales en ese diálogo. Aquí hay que aclarar un malentendido ya que algunos colegas académicos han dicho que lo que se privilegia son los saberes locales en contra de las convenciones científicas, lo que no es correcto; se propone usar lo comunitario para vincular los conocimientos (y supuestos) locales con los hegemónicos y que funcionen como una especie de “pivote” para reflexiones situadas. Al igual que el punto previo, será importante pasar de una idea interesante a una práctica productiva. En este sentido, los saberes locales o comunitarios se plantean como puntos de partida, más no necesariamente de llegada.

En este sentido, se busca posicionar al estudiante frente al presente de su comunidad, un presente resultado del pasado y de la manera en que las dinámicas sociales actuaron (y actúan) en generar lo que caracteriza a su comunidad: injusticia, inequidad, etc. Para ello cada colectivo de estudiantes debe consultar (esperablemente de manera crítica) todas las fuentes posibles que le permitan comprender, para después proponer soluciones. La comunidad será el eje articulador de los procesos educativos y coherente con lo anterior, el documento llega a plantear que la comunidad es también escuela. Busca encontrar lo común desde la diversidad y comprender al mismo tiempo al presente como resultante del pasado, a su vez con vista a un futuro común en mejores condiciones, algo realmente encomiable, aunque francamente difícil de hacer operativo (por lo menos en el corto plazo).

Un elemento que llama al optimismo es emplear la educación como promotora de justicia social, articuladora de prácticas democráticas y generadora de pensamiento crítico y a la escuela como el punto de confluencia de los diversos. La idea de pasar de formadores de “recursos humanos” a “comunidad fortalecida” es muy atractiva, el asunto central es ¿cómo se logra eso?

Este modelo centrado en lo comunitario y con discentes y docentes como articuladores o dinamizadores del cambio comunitario se presta a múltiples interpretaciones. Será necesaria la participación de académicos y miembros de la comunidad para reflexionar en la práctica lo que se debe entender como diálogo escuela-comunidad. Por otro lado, un aspecto central, dado su carácter articulador, es el de la definición de comunidad ¿qué es comunidad? ¿quiénes la integran? ¿cómo se dinamiza? ¿cómo reconozco una cuando la veo? Esto sale a colación porque los ejemplos que mayormente ilustran el trabajo en comunidad, parecen aludir a localidades rurales o semirurales, que son muy importantes, indudablemente, pero no son el único tipo. En este México del siglo 21 tenemos urbes muy complejas que no corresponden a los ejemplos y que seguramente presentarán muchas maneras diferentes de atenderse y desarrollarse. Aquí también será importante reflexionar acerca de cómo se puede entender a la comunidad e incluso desarrollar metodologías concretas en su análisis y propuestas de incidencia. Disculpando el comercial, las universidades e instituciones cercanas al Sistema Universitario Jesuita llevan muchos años reflexionando y proponiendo en esta materia y seguramente tendrán aportaciones importantes.

Por último, es trascendente señalar dos temas torales: la actuación de los docentes y el papel de la evaluación. Con relación a los docentes, hay tres elementos importantes: 1) Se habla mucho de la justa revaloración de los docentes, que ahora estarán asumiendo un papel clave en la transformación social. Su papel ahora se parece mucho a aquellas vasconcelianas misiones culturales y al trabajo para el que se preparaban los docentes de las normales rurales para incidir en la comunidad. Es decir, se les está revalorando al mismo tiempo que se les asigna un muy serio paquete. 2) Se propone mucho la idea de la libertad docente y autonomía curricular, mismas que requerirán tiento y diálogo. Y 3) El esquema de trabajo propuesto requiere de mucho diálogo en el colectivo docente y de un tipo de profesor diferente al que tenemos hoy. Deberá tener otras habilidades, saber cómo vincularse con la comunidad, proponer diálogos de saberes, elegir las formas de llevar a cabo los diálogos, las evaluaciones de lo que dominan los estudiantes como de la situación comunitaria. Y aquí está una de las previsibles futuras tensiones y hasta fuente de conflicto, las escuelas normales no están formando, al menos no completamente, para este tipo de docentes-dinamizadores comunitarios. La USICAMM, es decir, el sistema para la carrera de las maestras y los maestros parece tener otro esquema de valorar la formación y el trabajo docente. Sería interesante ver cómo se incluye el elemento de dinamización comunitaria y del trabajo conjunto de la escuela y la localidad o barrio, en la valoración de los profesores.

Las evaluaciones son “la papa caliente” del marco curricular y merecen una reflexión más serena. Aquí aventuramos dos cosas: 1) Todos sabemos que la evaluación, en la práctica, es el elemento articulador del currículo. Los profesores regularmente carecen de tiempo para planear y desarrollar evaluaciones y suelen necesitar de manera urgente un examen fácil de calificar (como si examen fuera sinónimo de evaluación). La falta de tiempo y otros factores que enfrentan los profesores hacen común ese problema. 2) El Nuevo Marco Curricular pide documentar el proceso de aprendizaje de los alumnos y ya no una evaluación… menos aún una estandarizada de gran escala. Adicionalmente, contar con evaluaciones diagnósticas simultáneamente individuales y colegiadas, que se vinculen con la sistematización de información, que se constituyan en una brújula que oriente el trabajo formativo, etc. son una larga aspiración que, sin embargo, va en ruta de colisión con el uso de estándares nacionales, calificaciones y desempeño de los estudiantes centrado en la nota, como ha sido la práctica usual por décadas. Es un cambio de enfoque, un cambio de cultura, que tendrá tensiones y polarización. Será importante un gran diálogo académico para desarrollar junto con autoridades e instituciones educativas, una mecánica sensata para la documentación, sistematización y análisis de los aprendizajes de los estudiantes, así como su vínculo con la comunidad.

En síntesis, es realmente difícil estar en desacuerdo con lo planteado por el marco curricular y el plan de estudios 2022, el problema es ¿cómo se logra? ¿cuál es el camino?  Es esperable que, como dice el poema, tendremos que hacerlo al andar.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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El remedio y la enfermedad

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz*

Como en muchas otras escuelas del país, una primaria urbana céntrica de la capital de Colima realizó un diagnóstico de su alumnado al inicio del ciclo escolar. Con este ejercicio se detectó, entre otras situaciones, retrasos considerables en los procesos de alfabetización entre estudiantes de primero a tercer grados. A partir de ello, se diseñó una estrategia remedial para acelerar el aprendizaje inicial de la lectura y la escritura.

La estrategia consistió en brindar a los niños actividades de alfabetización según los niveles en los que se situaban. En los primeros meses, estudiantes de la licenciatura en Educación Especial de la Universidad de Colima, que prestaban su servicio social constitucional, fueron asignadas como auxiliares en los grupos escolares para, con el apoyo de los docentes titulares, atender a los niños diagnosticados con carencias en alfabetización, a través de actividades semanales específicas de la Propuesta para el Aprendizaje de la Lengua Escrita (PALE), de Margarita Gómez Palacio.

Posteriormente, para ampliar los beneficios de la estrategia, se decidió que los niños asistieran diariamente, por una hora, a un taller para realizar las actividades de acceso a la lectoescritura, donde además de las estudiantes auxiliares, se contó con la orientación del personal de la USAER (Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular) del plantel.  A la fecha de publicación de este escrito, prácticamente se había erradicado de la escuela los niveles conceptuales presilábico y silábico del proceso de adquisición de la lengua escrita.

Lo narrado hasta aquí da muestra de algunos de los efectos que, a partir de la promoción automática del alumnado en los últimos ciclos escolares, se han manifestado y cómo han sido atendidos desde los esfuerzos y las posibilidades de cada plantel. A partir de lo contado, surgen dudas también: ¿Qué habrá pasado con las escuelas que no cuentan con las condiciones de personal y organización como la referida? ¿Cuáles habrán sido sus posibilidades para atender el rezago generalizado que ha conllevado la promoción automática? ¿Cuál ha sido el papel de la autoridad educativa central?

Recientemente ha provocado gran revuelo en la opinión pública el hecho de que, por tercer año consecutivo, no habrá reprobados en las escuelas mexicanas. Debería quedar claro que, con o sin reprobación, el golpe está dado: el déficit en los aprendizajes (indudablemente agudizado con la pandemia) perdurará varios años. Pareciera entonces que hay confusión en la polémica en torno a la promoción automática. El debate debería centrarse no en enaltecer los supuestos beneficios de la reprobación (muy cuestionada por especialistas en evaluación), sino en preguntar qué se ha hecho para acompañar la promoción automática. Y de esta pregunta, parece, la autoridad educativa sale mal librada.

Desde luego que es deseable que la escuela se haga cargo de su propio destino y generar, como en el ejemplo abordado, soluciones para sus propios problemas.  Sin embargo, Santos Guerra (2002) desaconseja la autonomía escolar “si provoca el sálvese quien pueda” (p. 95). En ese sentido, sin minimizar las responsabilidades de cada centro escolar, queda en entredicho el papel de la autoridad central ante el fenómeno de la promoción automática y las acciones de acompañamiento que ameritaría. Sin caer en peticiones utópicas, vale la pena preguntarse: ¿por qué no promover, a escala nacional, una cruzada de futuros maestros, como los de la escuela referida, para auxiliar en las acciones remediales en los contextos más adversos? ¿Por qué no focalizar y asegurar la atención en problemas generales como lectura y razonamiento matemático? ¿Por qué no generar un currículo condensado emergente? Da la impresión que la autoridad se centró en la arista administrativa del problema y pronto encontró la solución: que todos pasen.

Podremos haber celebrado en el mediano y largo plazo que, ante los estragos de la pandemia, en nuestro sistema educativo se contuvo la extraedad grave, la reprobación o el abandono escolar, pero ¿a cambio de qué? ¿de un déficit profundo e irreversible en los aprendizajes? Urge entonces atacar los efectos secundarios que una promoción automática, más administrativa que pedagógica, sin una estrategia complementaria por parte de la autoridad central, pueda conllevar. Ojalá no se haga tarde para evitar que sea peor el remedio que la enfermedad.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS
Santos Guerra, M. (2002). La escuela que aprende. Madrid: Morata.

Fuente de la información e imagen: http://proferogelio.blogspot.com

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México| Aumento de contagios en niños: ¡exijamos el fin inmediato del ciclo escolar!

Por: Rosa García *

El gobierno de la 4T, a través de la SEP, impuso un ciclo escolar sin garantizar condiciones sanitarias seguras en las escuelas, ni los servicios básicos y desde que se regresó a clases presenciales se expone la salud y la vida de la comunidad escolar.

La presencialidad en las escuelas ayudó al gobierno a imponer la normalidad en todos los ámbitos económicos y sociales, haciéndonos creer que el covid fue cosa del pasado. Hasta los gobiernos de distintos estados decían que no era necesario el uso de cubrebocas, e incluso la SEP mencionó que ya no eran necesarios los filtros sanitarios en las escuelas.

Relajar las medidas ha sido la estrategia de este gobierno, pero el resultado real es que hay una quinta ola en donde la última semana hubo más de 20 mil contagios a diario. Por tanto nuestro país, hasta el 3 de julio, alcanzó los 6 millones 89 mil 600 casos totales y 325 mil 788 muertes desde que inició la pandemia. Además, el surgimiento de nuevas variantes puede llegar a volver obsoletas las vacunas.

Cifras de contagios en niñ@s
Desde que comenzó la pandemia el gobierno tuvo una estrategia que atentó contra la salud del pueblo trabajador y en particular minimizó los riesgos en los menores de edad, diciendo que niñas, niños y adolescentes (NNA) no presentaban complicaciones al contagiarse e incluso distintos personajes como Hugo López Gattel, AMLO y Delfina Gómez negaron la necesidad de que fueran vacunados.

De acuerdo a datos del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), México ha rebasado los 100 mil contagios de covid en NNA desde el inicio de la pandemia, en medio de la quinta ola de contagios. Las cifras oficiales muestran que durante junio los casos de coronavirus en menores de edad se cuadruplicaron. Algunos especialistas, como el profesor Malaquías López de la UNAM, consideran que el gobierno no muestra el verdadero impacto del coronavirus en los menores de edad, por lo que esas cifras parecen no ser muy certeras.

Además estudios médicos han reportado que niños y adolescentes han presentado secuelas como el llamado Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico.

La irresponsabilidad de las autoridades gubernamentales se muestra también en que apenas se esta brindando la vacunación como opción para menores de edad. Esto luego de las exigencias de padres y madres de familia, que tramitaron por lo menos 6 mil juicios de amparo para asegurar la vacunación de sus hijos. Ahora la vacunación para el sector será a un ritmo lento y dependerá de cada estado del país la fecha en la que comience.

¡Exijamos el fin del ciclo escolar para frenar los contagios!
El derecho a la salud durante toda la pandemia ha sido violentado para toda la población de NNA. Juan Martín Pérez, director de la organización internacional “Tejiendo Redes Infancia”, lamenta que México haya llegado a la cifra de 100 mil contagios en menores de edad y expresa que este sector quedó olvidado en la estrategia epidemiológica de las autoridades del sector salud.

Otra cifra escalofriante es que la pandemia dejó a 118 mil menores de edad en condición de orfandad, de acuerdo al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.

Aunque según Delfina Gómez la presencialidad que se nos impuso en las escuelas y el alargamiento del ciclo escolar es para atender el rezago educativo, los y las maestras sabemos que sin un plan real para abatir el rezago y la deserción escolar, y sin un cambio profundo en las condiciones de la educación pública, pues esta situación no va a mejorar.

Considerando además que los alumnos ya fueron evaluados, que por lo mismo ha disminuido la asistencia a las escuelas y principalmente que el repunte de contagios implica un mayor riesgo, no hay ninguna justificación para continuar con el ciclo escolar.

Por tanto, los y las docentes en conjunto con las madres y padres de familia debemos de exigir el fin del ciclo escolar de manera inmediata para frenar los contagios, así como un plan de salud que atienda verdaderamente a nuestra población infantil, empezando por acelerar la aplicación masivas de vacunas.

Esto junto a otras medidad generales para toda la población, como reanudar de manera masiva las pruebas covid, la sana distancia e insumos y condiciones seguras en espacios públicos y centros de trabajo, garantizados por el Estado y las patronales.

Además de exigir un aumento al presupuesto en el sector salud para que se construyan más hospitales y haya mayor contratación de trabajadores del sector, con plenos derechos laborales para que se atienda la pandemia.

* Maestra de primaria, integrante de la agrupación magisterial y normalista Nuestra Clase.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx


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México| Anuncia SHCP recursos para el Programa Nacional de Inglés: SEP

Por: Erick Juárez Pineda

El Gobierno de México, a través de las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Hacienda y Crédito Público (SHCP), programaron para la primera semana de julio las transferencias a las entidades federativas de los recursos destinados al Programa Nacional de Inglés (Proni), anunció el titular de la Unidad de Administración y Finanzas (UAF) de la dependencia, Oscar Flores Jiménez.

El pasado mes de mayo Flores Jiménez señaló que, con la asignación de recursos al Proni, se quitaría presión a las entidades federativas, y se sumaría un beneficio a docentes, niñas, niños, adolescentes y jóvenes que conforman el Sistema Educativo Nacional.

Durante los trabajos de la LIV Reunión Nacional Plenaria Ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), informó que concluyeron exitosamente las gestiones ante la SHCP para la asignación de los recursos al Proni.

Asimismo, señaló que en los próximos días se liberarán recursos para otros programas sujetos a subsidios para las entidades federativas, tales como: Fortalecimiento a la Excelencia Educativa; Fortalecimiento de Educación Especial; Desarrollo Profesional Docente, y Expansión de la Educación Inicial.

En presencia de las 32 autoridades educativas estales, indicó que, en el marco de la Nueva Escuela Mexicana, y desde el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se instruyó fortalecer las condiciones laborales de maestras y maestros, donde ya existen logros importantes en materia de basificación.

Flores Jiménez informó que se tienen alrededor de 500 mil basificaciones, de las cuales, 40 mil fueron entregadas por la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM).

Asimismo, informó que, a la fecha, se reinstalaron a mil 57 docentes; comentó que en materia de incidencias se regularizaron más de 27 mil claves de trabajadores con problemas de pago.

El titular de la UAF aseguró que la política de bienestar al salario atenderá, principalmente, a las maestras y los maestros que perciben ingresos menores a 20 mil pesos; menores a 15 mil, y menores a 10 mil, con lo que se beneficiará a un millón 181 mil 351 trabajadores de la educación, con una inversión de 38 mil 500 millones de pesos.

Finalmente, puntualizó que el personal docente de educación indígena será el mayormente beneficiado.

Fuente de la información e imagen: https://www.educacionfutura.org
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Educación y pensamiento crítico

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«El pensamiento crítico, en efecto, no es una habilidad ni una competencia, en sí, sino un modo de ejercer la acción reflexiva, argumentativa, analítica»

La semana pasada afirmé lo siguiente, en una red social digital: “Ojo con esto: El pensamiento crítico (PC) no es una competencia, en términos educativos…”. La idea generó interés, intercambio de ideas y debate (contrastación) en la red.

Esto surgió porque en algún extraviado programa sectorial de educación (Querétaro), se confunde el pensamiento crítico como competencia (básica, transversal o “llave”), para que las/los estudiantes “sean competitivos en un mundo global » (noción instrumentalista, pragmática o simplificada del conocimiento). (Ver: Gob. de Querétaro. Secretaría de Educación. Programa Sectorial de Educación. Querétaro. 2021-2027)

Por ello, en esta oportunidad comparto las ideas y argumentos principales expuestos por colegas en la red virtual, porque percibí en sus comentarios un ejercicio nutrido de pensamiento crítico sin simplificaciones, justo sobre la noción de “pensamiento crítico en la educación”. También abordo, al final, los ámbitos, contextos y niveles del pensamiento crítico en su relación con la educación y la escuela.

Ante la afirmación que hice sobre el pensamiento crítico (PC), Irma Villalpando señaló: “Por supuesto que no. Aprovecho para decir que tampoco es la búsqueda de la emancipación. Mi punto es que el marco curricular nuevo reduce el pensamiento crítico a la concientización de la opresión y la conquista de la emancipación (tipo Freire) y con ello cae en una contradicción porque el PC es el cuestionamiento permanente de los discursos.” En complemento y respuesta a Villalpando, Laura Frade señaló: “Efectivamente!!! Es pensamiento crítico desde la teoría crítica de Adorno y Horkheimer y su correspondiente pedagogía liberadora de Freire, finalmente toda la realidad se observa e interpreta desde ahí, sí es una postura reduccionista finalmente.”

Frade comentó también lo siguiente acerca de si el PC es o no una competencia (educativa): “Sí y no. El pensamiento crítico es una capacidad humana que cuenta con muchas competencias, entre ellas: “Toma posturas a partir de fundamentos filosóficos, científicos y éticos”, entre otras. Esto implica identificar cuáles procesos generan emancipación y cuáles no.”

Lev Velázquez, en contraste, afirmó: “Reduccionismo es el pensamiento crítico concebido como una habilidad acorde al capitalismo del siglo XXI. Así lo redujeron las agendas educativas empresariales. La crítica es formación y acción frente a un sistema de múltiples opresiones. Salgamos de la narrativa empresarial. Pensamiento crítico como habilidad y capacidad de resoluciones de problemas, es lo que la reforma de Aurelio Nuño colocó en el currículo para contrarrestar toda una narrativa pedagógica que no oculta una posición política frente al mundo. ¿Ahora seremos defensores de ese pasado?”

Villalpando: “De acuerdo en que PC no es una habilidad. Tampoco creo que ‘la crítica’ siempre sea un acto de resistencia a los atravesamientos de poder. Eso es un tipo de pensamiento crítico (de raigambre marxista), pero hay otros más y no empresariales, por ejemplo, la postura de M. Foucault”.

Velázquez: “Sí, como cuestionamiento constante a las narrativas. Sólo que, esos pensamientos críticos, no proponen. Lo mismo el pensamiento crítico de Lipovestky, Bauman o Byung-chul, sin alternativa, solo deconstruyen. No desde Marx, desde Simón Rodríguez y el pensamiento muestrearicano.”

Interesante debate en pocos caracteres. Frade: “Pensamiento crítico es ampliar la perspectiva, una postura que no se reduce a la teoría crítica, ni tampoco a observar sólo las ausencias, omisiones o cegueras de algo, es precisamente tomar posturas con fundamentos varios. La disyunción (del tipo) una cosa o la otra no es pensar críticamente.”

Velázquez: “Desde los que hacemos educaciones populares, pensar críticamente es evidenciar la raíz de las desigualdades y las opresiones, actuar y transformar. Ampliar el criterio, informarse más y emitir opiniones, no sirve de mucho, es una postura cómoda.”

Frade: “Discrepo, observar solo un lado de la moneda, reduce la complejidad de la realidad, no se ve la totalidad, sino una parte de ella; la epistemología de la ceguera se encuentra en ambos lados del abismo.”

Velázquez: “Antes que la complejidad, la dialéctica reconoció la relación del todo y las partes; pero, la dialéctica crítica no asume una postura epistemológica ciega, sorda, muda y parapléjica, frente a los problemas del mundo y la humanidad. Se está por la vida o no, con los oprimidos o no.”

Catalina Inclán escribió: “Pensamiento crítico es (parte de las) competencias en la reforma (curricular) española. Nada más digo…”

Carlos R. Acosta contribuyó así a este debate: “La intención plasmada en el documento en cuestión (Nuevo Modelo Educativo, 2017), es la de reducir el filo crítico del pensamiento, y con ello su carga de reflexión ética y política, a una cuestión eficientista y de carácter cientificista, en donde el conocimiento y el análisis de la realidad son abordados desde una pretendida neutralidad con objetivos utilitaristas. Pero también en donde se hace un llamado a fomentar la ideología de mercado entre los estudiantes con el llamado ‘espíritu emprendedor’ y una serie de características de corte productivista, como pretexto de responder a los desafíos del presente”. (Fragmento de un comentario publicado en Educación Futura, 12 de agosto, 2018)

Así continua su análisis Acosta: Esta es “…la definición que da el documento sobre pensamiento crítico como ‘la conjugación de distintas formas de pensamiento, como el analítico, el complejo o el creativo para llevar a cabo una valoración holística de un problema en por lo menos dos sentidos: la comprensión del problema en sus componentes, así como las relaciones con el contexto que le dan lugar y le permiten o impiden sostener su funcionamiento’. De esta manera, ‘valorar’ un problema, comprender sus componentes y cómo se relaciona con el contexto ¡funcionalmente!, es pensar críticamente. «

La necesidad de matizar: ambitos, contextos y niveles del Pensamiento Crítico

Otra de las áreas de interés, con un criterio más específico, es la idea de profundizar en “la formación de pensamiento crítico en dominios específicos del conocimiento”… con alusión concreta a la didáctica de las ciencias naturales y sociales. (Ver: Tamayo y colaboradores, 2015. El pensamiento crítico en la educación. Rev. Latinoam. de Estudios Educ., núm. 2). Especialmente en educación media superior y superior, las/los estudiantes acceden a sistemas teóricos y metodológicos más complejos, donde lo deseable (no necesariamente lo posible), es que desarrollen niveles de PC en los cuales alcancen el dominio, comprensión y reconstrucción de conceptos, procesos y contextos histórico-sociales sobre los diferentes ámbitos de la vida pública (economía, educación, ciencias, tecnologías, ecología, historia, cultura, política, etc.).

El pensamiento crítico no es igual en educación preescolar que en media superior o superior; no es lo mismo abordarlo en ciencias sociales que en naturales o en el campo del pensamiento matemático. Ni en contextos diversos de teoría-metodología-práctica. Los horizontes y profundidades en este tipo de pensamiento son diversos, puesto que van desde la Filosofía crítica, la hermenéutica, los robustos planteamientos de las ideologías políticas hasta el diseño, resolución y evaluación de problemas.

Desde nuestra perspectiva, saber argumentar; saber formular, resolver y evaluar problemas (teóricos o prácticos, con perspectiva social); y saber identificar rasgos de la metacognición, son elementos claves del pensamiento crítico.

¿Qué es el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico, en efecto, no es una habilidad ni una competencia, en sí, sino un modo de ejercer la acción reflexiva, argumentativa, analítica, a partir de la observación analítica de la realidad; en ese paquete y en ese proceso están implicados, -desde diferentes perspectivas didácticas-, métodos de argumentación, contrastación y reconstrucción de tesis y discursos. Por eso, me gusta más el término ‘observación crítica’, donde el conocimiento sobre los hechos no está dado, sino que es un campo en proceso de construcción-reconstrucción, en movimiento, es decir, en una dinámica de problematización.

Por otra parte, uno de los componentes del pensamiento crítico que se reconoce hoy como determinante, incorpora la dimensión del lenguaje y, de manera particular, la argumentación y el orden cuestionador del discurso. (Tamayo y colaboradores, obra citada)

Van Dijk (1989), sostiene, por ejemplo, que la estructura del texto argumentativo puede ser descompuesta más allá de la hipótesis (premisas) y la conclusión, e incluye la justificación, las especificaciones de tiempo y lugar y las circunstancias en las que se produce la argumentación. Para él, lo que define un texto argumentativo es la finalidad que este tiene de convencer. El autor caracteriza en un texto argumentativo tres niveles de organización: la superestructura, la macroestructura y la microestructura. El estudio de los diferentes niveles de la estructura del texto argumentativo puede favorecer, en las clases de ciencias, la apropiación de las características del lenguaje científico.

“Uno de los propósitos centrales de la enseñanza de las ciencias es la formación de pensamiento crítico en los estudiantes, propósito que desborda con creces intereses instrumentalistas y cientificistas de la educación. La pedagogía y la didáctica tienen como uno de sus propósitos centrales la consolidación de relaciones sociales a través del pensamiento crítico, deliberativo, creativo e independiente, a través de la relación dialógica y en busca siempre de la generación de procesos liberadores…” de la humanidad . (Tamayo, 2015)

Tamayo y cols. (2015), en resumen, señalan que el pensamiento crítico en la educación incluye: Formación en los procesos de argumentación, solución de problemas y metacognición. Nosotros proponemos (Miranda y Ramírez, 2022), además de la resolución de problemas, formulación y evaluación de problemas por parte del estudiante.

En nuestro libro “Educación y pensamiento matemático infantil”, la maestra Minerva Ramírez Meza y quien escribe, proponemos la siguiente idea: “Las niñas y los niños, así como las/los jóvenes, desde la educación preescolar hasta la educación superior, aprenden no sólo a resolver problemas del ámbito del pensamiento matemático, sino que también tienen la capacidad de formularlos, transformarlos, analizarlos (con argumentos), explicarlos y evaluarlos. A todo ese conjunto le llamamos educación y pensamiento crítico.”

“Gran parte de las ´habilidades generales´ que queremos desarrollar en la escuela, como la resolución de problemas, el pensamiento crítico o la creatividad se apoyan en una base de conocimientos significativos.”

Carles Monereo

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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México: Quinta Ola de contagios COVID ‘ahoga’ a escuelas y maestros en Quintana Roo

Por: Fernanda Duque/Sipse

Docentes acusan desatención e indiferencia del sindicato y autoridades ante el alza de casos positivos.

El aumento de contagios de COVID-19 en Quintana Roo ha preocupado a los trabajadores de la educación, incluso, grupos sindicalizados externaron que hay una desatención e indiferencia por parte de sus representantes y de las autoridades.

Lorena Elizabeth Ribbon, coordinadora en Quintana Roo del Movimiento Nacional por la Transformación Sindical del SNTE, explicó que se han presentado diversos contagios en las escuelas y centros de trabajo, por lo que hay ausencia de docentes en las aulas.

“El gobernador ya pidió que se vuelva a utilizar el cubrebocas. Muchos maestros están contagiados y no están acudiendo a la parte final del ciclo, hay escuelas donde hay dos o tres maestros que están faltando por lo mismo”.
Asimismo, mencionó que pese a esta situación no se tiene un escrito por parte de la sección 25 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por lo que cada plantel ha tenido que tomar sus propias medidas internas.
En cuanto a los contagios, mencionó que no se ha externado el número preciso de trabajadores que actualmente están cursando con la enfermedad causada por el virus SARS-CoV2.
“Si el sindicato estuviera realmente comprometido con el magisterio, sería una de las prioridades establecer una postura clara. La parte sindical se ha mostrado indiferente a la atención de COVID, sobre todo, de vigilar que en las escuelas haya claridad en cuántas personas han sido afectadas”.
La entrevistada señaló que hasta el momento no se ha hecho la revisión puntual de la situación que presentan las escuelas en esta quinta ola, insistiendo en continuar con la modalidad presencial.
“No ha habido una bandera de lucha, ni de atención, para decir que en nuestras escuelas llevan tantos casos o un porcentaje de, para que se suspendan las clases o se haga una atención mucho más puntual”.
De acuerdo con la Secretaría de Salud en Quintana Roo, la entidad suma más de 103 mil casos positivos desde el inicio de la pandemia de COVID-19, mientras que los casos diarios se han mantenido en más de 600 cada 24 horas.
Fuente de la información e imagen: https://sipse.com
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La USICAMM: cuatro años perdidos… ¿y en Veracruz?

Por: Abelardo Carro Nava

«A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual?»

En días pasados circularon en las redes sociales, diversos fragmentos de algunos videos de la presentación de lo que hoy se conoce como “Reconocimiento a la práctica educativa”; en éstos, se observa la presencia de la titular de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), Adela Piña, y algunos otros funcionarios. Después de escuchar y observar dichos videos, mi mente se trasladó al año 2015, justo al Congreso Nacional de Investigación Educativa cuando, en alguna de las sesiones que en ese entonces se programaron y en la que participaron varios integrantes del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Guevara Niebla (uno de esos integrantes), se levantó de su asiento para expresarle a un maestro: “yo le suplico… no, no grite usted, pida la palabra… no, no, no, pida la palabra… no, no, no, usted no tiene derecho hablar…”; esto, en razón de la serie de cuestionamientos, preguntas, inquietudes y demás asuntos derivados de las evaluaciones que, en ese entonces, comenzaban a aplicarse a las maestras y los maestros por la mal llamada reforma educativa impulsada por el Pacto Por México. Obviamente que el rechazo a tal expresión fue más que evidente y, desde luego, las inconformidades de los profesores asistentes a ese evento siguieron, una y otra vez.

Recuerdo muy bien que, después de este momento “incómodo”, otra de las integrantes del INEE intentó calmar los ánimos dando respuesta a varias de esas inquietudes, preguntas, expresiones, etcétera. Si usted observa los tres minutos que dura este video (https://www.youtube.com/watch?v=NgYSnuk69Ng), podrá observar que, si bien es cierto que en las respuestas se percibía un cierto reconocimiento en cuanto a que las cosas no estaban funcionando bien, también es cierto que esa percepción no lograba introducirse en la mente de los presentes porque la realidad vivida por las maestras y los maestros, superaba los argumentos vertidos.

Dos realidades, por así decirlo, se observaron: la de unos funcionarios que fijaban algunas políticas evaluativas, y la de los profesores que las padecían. Realidades que nunca lograron acercarse, por el contrario, conforme el tiempo transcurrió se distanciaron. El resultado, ya lo conocemos.

Ahora bien, en el video que rescaté de esas redes sociales y que comparto para que pueda observarse, si es que así se desea, por lo acontecido en Querétaro, en la presentación de ese reconocimiento a la práctica educativa (https://www.youtube.com/watch?v=fdeVfCa__0Y&t=3253s), se escuchan y observan esas dos mismas realidades que, como en antaño, siguen presentes; es decir, se han mantenido y, presumiblemente, se irán a incrementando porque el fondo de las inconformidades, denuncias, reclamos y demás cuestiones no se ha atendido, debido a la irracional insistencia de continuar con una política de estímulos salariales de corte neoliberal que nada más no termina por traer un beneficio a todo el magisterio ni a la educación en su conjunto.

Vaya, es lamentable que la titular de la USICAMM haya menospreciado lo que en su momento se conoció con el nombre “Carrera Magisterial”, un programa que, como le he sostenido en diversos artículos tenía sus bondades; tan es así que nuestro país llegó a ser considerado pionero (Hevia, 2013) e innovador (Pineda, 2004) en el diseño en este tipo de programas.

De esta forma, tal y como también lo he venido sosteniendo en otros artículos, dicho programa se corrompió a más no poder, derivado de los “acuerdos” que lograban las cúpulas sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por años ha sido un secreto a voces “los mecanismos perversos” de los que tales instancias se hicieron valer para que el profesorado accediera a este esquema de incentivos; sin embargo, también hay que reconocer, que maestras y maestros, vieron en éste la oportunidad de mejorar su quehacer profesional y, por ende, su salario. ¿No acaso es lo que persigue un programa de incentivos o estímulos salariales como el extinto carrera magisterial o el de promoción horizontal tal y como hoy día lo conocemos? En este sentido, si alguien no decide participar, como obviamente lo expresó la profesora Adela Piña, está en su derecho, pero también está en su derecho concursar en este tipo de eventos porque la palabra derecho alude a una decisión personal que NO elimina ese derecho, lo mantiene. En consecuencia, bien valdría la pena revisar que se entiende por derecho y de qué manera se interpreta desde la oficialidad.

Ahora, por lo que toca a las brechas de desigualdad que genera la implementación de este tipo de programas, es innegable; sería ingenuo pensar que no las propició en su momento carrera magisterial o los que hoy tiene en sus manos la USICAMM; habrá quien, desde luego, acceda a este tipo de beneficios, pero habrá quien no acceda, por voluntad propia o por la serie de errores que en el ámbito estatal y federal se comente a diario, ¿revisamos todas aquellas denuncias del profesorado en cuanto a lo que la misma USICAMM ha generado en la evaluación para el ingreso o la promoción de las maestras y maestros? Curiosamente, de esto último no se habla o, si se hace, se alude a los recursos de reconsideración que difícilmente reconsideran algo porque, al ser juez y parte, la misma autoridad deja en estado de indefensión al concursante. Entonces, ¿de qué tipo de brechas de desigualdad estamos hablando?, ¿cuál es el origen de éstas? Y lo que es peor, si se asegura que carrera magisterial no mejoró la educación en nuestro país, ¿qué evidencia existe o se tiene para afirmar que lo que hoy se está haciendo, con este tipo de concursos, si lo está logrando?, ¿acaso ya se olvidó que, como en antaño, un examen es un factor que tiende a definir la idoneidad de un participante y, en consecuencia, de su práctica educativa?

Y ya entrados en esta serie de ideas retomo una que me parece relevante; lo fácil que es expresar que el estado, en estos últimos años y a través de sus dependencias, no es responsable de la aplicación presencial de un “instrumento de valoración” a los concursantes y, por tanto, se delega esta obligación a cada uno de los participantes; pareciera ser que el mensaje es: ¿quieres participar?, hazlo, pero con tus recursos y bajo nuestras condiciones; si fallas tu eres el responsable, nosotros no. Vaya, ¿en qué parte del artículo 3 constitucional, de la Ley General de Educación o de la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros se señala que el concursante deberá participar con su equipo, internet y demás elementos que le son solicitados? Esto lo pregunto porque, que yo recuerde, en dichas normativas se habla de realización de procesos en los que concurran los participantes en IGUALDAD DE CONDICIONES, pero que, además, serán PÚBLICOS, TRANSPARENTES, EQUITATIVOS E IMPARCIALES.  En consecuencia, sobre esto último, yo preguntaría: ¿qué entendemos por igualdad de condiciones?

Y bueno, para finalizar estas líneas resta mencionar, tal y como ha sucedido en Michoacán (por ejemplo), que al parecer este año no se realizará el proceso de promoción horizontal en Veracruz en el que podrían participar docentes estatales de esta entidad; lo que se sabe, es que este tema pasa por un asunto presupuestal; entonces, siguiendo con la línea de análisis que he expuesto, ¿qué entendemos por derecho? Y agregaría, ¿qué entendemos por revalorización docente cuando un programa que requiere de presupuesto no cuenta con él y, por tanto, no se respeta la labor docente y a su persona por parte de las autoridades educativas tal y como se señala en la Ley general de educación en su artículo 90, fracción III?

A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual? Es cierto, por parte de la titular de la USICAMM y de los funcionarios que la acompañaban en ese evento, escuché un reconocimiento a ciertas fallas en los procesos, pero habría que recordar que, en antaño (ahí están los videos), también se reconocía, pero hasta el momento, poco o nada ha cambiado; por eso es la pregunta, nada más.

Al tiempo.

Referencias:

Hevia, F. (2013). Dualidad de objetivos en las reformas al programa de incentivos docentes en México: el caso del programa Carrera Magisterial. https://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v12/doc/0487.pdf

Pineda, R. (2004). La carrera magisterial: un análisis de política pública. http://dcsh.xoc.uam.mx/images/MPP/TesisMPP/98065.pdf

Fuente de la información:  https://profelandia.com
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