Jesús Redondo Rojo. [Autor] …………………………………………………………………………
Colección Red de Posgrados en Ciencias Sociales.
ISBN 978-987-722-068-1
CLACSO.
Buenos Aires.
Abril de 2015
América del sur/Argentina/03.05.2016/Autor:Hernan Porras/Fuente:http://www.entornointeligente.com/
El punto de partida de la charla «Lecturas para la inclusión y la igualdad. El papel del Estado en la educación y la producción cultural» fue una observación de Rodolfo Hamawi: «Caminando por la feria encontré dos stands que no tienen libros: el del Ministerio de Educación y el de Cultura. Y no está la Biblioteca Nacional», indicó el ex director de Industrias Culturales. «Esta mesa entiende la cultura, la educación y el Estado de otra manera», presentó. La charla convocada ayer por la CTA en la Feria tuvo como oradores al ex ministro Alberto Sileoni; a la secretaria general de Ctera, Sonia Alesso; el politólogo Eduardo Rinesi y la ex directora del Museo del Libro y de la Lengua María Pía López.
«Dan ganas de llorar», manifestó López, luego de que se expresara en el escenario de la Sala Borges Claudio Espector, recientemente desvinculado del Programa de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles para el Bicentenario. Y luego de que Cristina Banegas recitara poemas publicados en libros que la gestión kirchnerista distribuyó a escuelas públicas y bibliotecas populares. «Lecturas para la inclusión» planteó una contraposición entre las políticas culturales y educativas de ésta y la anterior gestión, insistiendo en el mensaje de que «todos somos iguales» y en la necesidad de defender lo construido.
Para López, la principal diferencia entre una y otra etapa tiene que ver con que las políticas del macrismo «se pliegan» a la lógica del mercado. «La afirmación de que hay trabajos inútiles proviene de esa lógica», graficó. El kirchnerismo se propuso, en cambio, objetivos como «la creación de lectores», que «en términos de rentabilidad, es puro gasto». «En la Feria del Libro, como en cualquier feria, gobierna el principio de la desigualdad», postuló Rinesi. «En cambio, el libro nos conduce a la idea de igualdad. Porque en la lectura todos somos iguales. El Estado tiene que estar para que los chicos que no se puedan comprar libros los tengan en las bibliotecas de sus escuelas», sostuvo.
Esa «filosofía» está en la esencia de las políticas del kirchnerismo, dio a entender Sileoni. «El Estado era más amplio y sólido porque hacía más cosas. Y por eso había más gente. Ahora vemos el claro retiro de un Estado respecto de sus responsabilidades», comparó. «Distribuimos 92 millones de libros que fueron a todo el país, todos los niveles, todas las modalidades educativas y a contextos de encierro», recalcó. Opinó que el macrismo está «ahondando la grieta», con hechos como la ruptura de la figura de Zamba y las declaraciones posteriores de Hernán Lombardi. «Este es un odio viejo. Es el odio del 55», concluyó.
Alesso puso el énfasis en la idea de la «resistencia». «Nos quieren convencer a todos los argentinos de que no está habiendo resistencias», apuntó. «Tenemos que poder juntarnos, pensar y soñar que se puede seguir peleando con alegría y resistir. Esos doce años no terminaron. Tienen que continuar.»
Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8337156/’/articulo/8337156/Otra-manera-de-entender-la-educacion-03052016′
Imagen: http://www.entornointeligente.com/images-noticias/2016/05/francisco-velasquez-Otra-manera-de-entender-la-educaci-n.jpg
El aumento extraordinario en las tarifas de servicio eléctrico de casi un 200% en la mayoría de las universidades nacionales, fue motivo de reclamos y movilizaciones durante la semana pasada. Universidades como La Matanza o La Rioja se vieron obligadas a reducir sus actividades nocturnas para combatir su crisis presupuestaria. En el caso de la UBA, se pasó de 7 a aproximadamente 80 millones de pesos en el valor de la tarifa de luz. El bajo presupuesto que mantienen las universidades no se ajusta al contexto inflacionario, poniendo en peligro la existencia de la educación pública universitaria.
Finalmente, el gobierno acordó en la reunión con los 17 rectores de universidades de todo el país aumentar el presupuesto en 500 millones de pesos destinado al desarrollo universitario y llamó a los rectores a “cuidar el uso de la energía”. Por su lado, el presidente manifestó que está en su deseo “acompañar a las universidades” y llamó a la cooperación de estas para “lograr una Argentina con Pobreza Cero”.
Sin embargo, no todo está resuelto. El presidente indicó en una rueda de prensa que el reclamo por paritarias docentes se encuentra en manos del ministro de educación Esteban Bullrich, quien debe buscar una solución. Por su parte, docentes universitarios siguen en su reclamo por un aumento salarial, esperando una respuesta por parte del ministerio. Docentes y agrupaciones estudiantiles llevaron a cabo un plan de lucha la semana pasada con paros y clases en la vía pública en reclamo de mejoras salariales para los docentes universitarios.
Desde las agrupaciones que representan a los docentes universitarios, la CONADU y la CONADU Histórica admiten que la propuesta del gobierno para el conflicto salarial en inaceptable. El sábado pasado, dirigentes de los distintos sindicatos advirtieron convocar una nueva jornada de protesta durante la semana del 9 al 14 de mayo, en busca de una respuesta firme por parte del gobierno nacional.
Fuente: http://segundoenfoque.com/argentina-aumenta-el-presupuesto-de-universidades-56-144222/
Se conoce como La Noche de los Lápices a una serie de diez secuestros y asesinatos de estudiantes de secundaria, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores, en la ciudad de La Plata (ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires).
Este suceso fue uno de los más reconocidos entre los actos de represión cometidos por la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), ya que los desaparecidos eran estudiantes, en su mayoría menores de edad (menos de 18 años), que fueron torturados antes de matarlos.
El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, en el Juicio a las Juntas. Además Díaz participó de la creación del guion que llevó la historia al cine en 1986, en el film homónimo. Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.
Por Gabriel Brener
En Mendoza proponen un programa de escolaridad protegida, que se utilizará, según dicen, en situaciones excepcionales, para separar de la escuela a un estudiante con problemas de conducta quien solo podrá vincularse con la escuela en forma virtual y/o a través de un “profesor enlace”. Persigue la intención de generar mejor convivencia, y quien impulsa esta iniciativa aclara que “nos hemos ocupado mucho de estos chicos (los problemáticos, los “manzana podrida”) y ahora hay que ocuparse del resto”
Trataré de poner de manifiesto algunas ideas que sostienen esta propuesta, lo que hay por debajo de lo que se propone, lo que no se dice, lo que queda invisibilizado:
¿A quien se protege? ¿Al estudiante que se separa?
Como se supone que alguien a quien se lo separa del entorno en el que transgredió la norma pueda aprender de ello, repararla, aislado de dicho contexto. En todo caso aquí existe una analogía con la posición de alguien privado de su libertad, que encerrado debe pagar una pena. Entonces será cuestión de reconocer la condición punitiva de una decisión pedagógica sin darle tantas vueltas. Si a este problema escolar se lo resuelve por presión, o mejor dicho más cerca de la prisión que de la educación, se asume e institucionaliza una clara judicialización de la educación, que no es otra cosa que un profundo acto de banalización de la cultura y la ciudadanía, un empobrecimiento acelerado del acto educativo, la confirmación de una democracia tutelada y de bajísima intensidad.
¿A quien se protege? Al resto del grupo? ¿A los que quieren estudiar?
Tampoco. Porque al evadir, esconder o expulsar al conflicto (o al “conflictivo”) se pierde la posibilidad de resolver un problema en contexto. Ningún problema social es resuelto fuera del entorno o condiciones que lo hicieron posible. Excepto que aún se siga creyendo que la realidad escolar es una mera suma de diversas partes (sujetos, normas, etc.) y no una trama compleja de relaciones. Excepto que se explique la realidad, los saberes o una situación conflictiva en términos binarios, de víctima y culpable, buenos y malos, haciendo una reducción o simplificación de una realidad escolar que siempre es compleja y con múltiples condicionamientos.
¿A quien se protege? ¿Al profesor/a?
Decisión demagógica que opera bajo el supuesto de la restauración de autoridad (como si fuera posible) y de la expulsión de la manzana podrida como (única) causa del problema de convivencia, del mismo modo que algunos creen que la evaluación resuelve todos los problemas de la educación. No nos sirve un apoyo incondicional, porque sería renunciar a las reglas de un funcionamiento democrático. Deben existir condiciones, que regulen el trabajo del hacer docente, que regulen las responsabilidades de estudiantes, con fecha de vencimiento, sujetas a revisión cada tanto. Aquello del apoyo incondicional al docente no es otra cosa que un refuerzo a la omnipotencia de un modelo pedagógico que ha fracasado, el de un adultocentrismo a miles de kilómetros de los estudiantes, el que sostiene una educación bancaria donde uno (en general el adulto) sabe y los otros son depositarios de esa dosificación pedagógica. Así no se lo empodera al docente, se lo debilita. Hay que comprender que su autoridad no es algo que perdió. Solo se pierde lo que se tiene. Y la autoridad no es algo que se tenga como si fuera una cosa. La autoridad se ejerce, porque es siempre en relación. Por eso hay que desconfiar de los discursos de la restauración. Restaurar es algo que se hace con los objetos (madera, bronce) la autoridad es una relación entre sujetos. Al profe se lo fortalece con formación permanente gratuita, en servicio y universal, con herramientas de construcción participativa que mejoren la gestión de directivos y docentes (Guía Federal de Orientaciones para el Abordaje de Situaciones Complejas en las escuelas[1]) y con la posibilidad de que los acuerdos de convivencia funcionen seria y responsablemente, con el necesario ejercicio de la sanción, no como punición sino como acto de enseñanza, aprendizaje y reparación.
La demagogia punitiva intenta resucitar a esa escuela santuario de un mundo ideal , escuela que se alejaba y se distanciaba del contexto del que formaba parte, eficaz en algún momento ( para algunos sectores de la sociedad) pero que ya no lo es porque han cambiado las coordenadas de época, escuela que ya no es el monopolio de la transmisión ni de los saberes, ni de la cultura sino una institución más, clave y única , que debemos intentar que se legitime en el desafío de hacer un lugar para vivir (mejor) y ensayar otros modos de estar con los demás, y no la continuación de la desigualdad por otros medios, esa anticipación cantada de frustraciones que algunos explican como falta de mérito o de esfuerzos.
No será entonces que este sincericidio mendocino es una medida que , bajo la apariencia de “proteger” a los que “escuchan y prestan atención” reafirma y vuelve a legitimar el diseño histórico de una secundaria selectiva, que se asocia a un discurso social y mediático que condena de antemano a millones de pibes que son “ese sujeto inesperado” a quienes la ley de educación nacional inclusiva del 2006 reparó como acto de justicia y reconoció como sujetos con derecho de estar y aprender en la escuela. No será una medida extraordinaria que puede mutar en ordinaria en la medida que millones de adolescentes no encajen con un modelo ideal de estudiante, especialmente quienes portan rostro y gorrita y pierden libertad sitiados por las fuerzas de seguridad con el DNI como pasaporte de circulación cotidiana, y ahora la escuela en nombre de la protección vuelve peligroso a quienes siguen estando en peligro.
Si hay manzana podrida se cree en la portación de un gen violento en el sujeto (sea un pibe o un adulto) y no en el vínculo (entre estudiantes y adulto escolar) como la condición fundante de la relación pedagógica y por tanto de la temperatura del aula, de la sinceridad o falsedad en el vínculo entre generaciones y con la enseñanza y el aprendizaje.
Quien nomina domina, esta manera de llamar a este programa como escolaridad protegida es una trampa… a ciertos pibes los desprotege y los (de)vuelve a la intemperie, y a los otros les niega esa oportunidad de intentar unir lo diverso para confrontar con las adversidades. Y a los adultos les evita asumir esa necesaria terceridad de transformar situaciones incomodas y difíciles en territorio de aprendizajes, mas allá de primeras, segundas o varias oportunidades.
Lo que revela el nombre de este programa no es la condición de protección de la escolaridad sino la construcción de un otro amenazante, y su separación como única forma de solución. A quienes trabajamos como docentes nos sobran motivos para saber que hay algunas cosas que alivian de momento pero que luego vuelven con un efecto boomerang, el chivo expiatorio depositario de todos los males finalmente no era tal cosa, una buena dosis de esas dificultades comienzan a aparecer en ese grupo, ese adulto y la relación con ese “único culpable” que parecía haber sido exorcizado.
Al indisciplinado, al violento se lo considera portador de algo, “una cosa”, que contagia (esa es la explicación de la manzana podrida) y hay que sacarla, operación pedagógica que deviene en un acto de “saneamiento escolar” y “restauración de la paz necesaria”. Lo contrario a la violencia no es la paz, nos enseñaba el gran docente Mario Zerbino ( 19 proposiciones sobre la violencia[2]) demostrando que esa falsa oposición es la negación del conflicto como fuente de construcción de la vida de una institución.
Escuela protegida? No, es más de ese marketing securitario para seguir calando ondo con la pedagogía de la punición[3].
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Gabriel Brener es Prof. Enseñanza Primaria (Normal Nº 4) Lic. En Cs. Educación (UBA) Especialista en Gestión y Conducción del Sistema educativo y sus instituciones ( FLACSO). Docente de la cátedra de Didáctica General del Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras de UBA y de la carrera de Especialización en Conducción Educativa del ISFD J.V González, así como profesor del Diploma y de la Especialización en “Curriculum y Practicas Escolares en Contexto”, de la FLACSO y de la Universidad Nacional de Hurlingham. Ex Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. (2013-2015).Co-autor “Violencia escolar bajo sospecha “(Comp. Carina Kaplan ) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2009. Co autor de “La escuela inquieta. Explorando nuevas versiones de la enseñanza y del aprendizaje” Comp. Carina Rattero .Ediciones Novedades Educativas, 2103. Buenos Aires. Autor de “Periodismo Pedagógico. De escuelas, violencias, medios y vínculos entre generaciones” Editorial Mandioca. Bs.As. 2014
[1] http://portal.educacion.gov.ar/?p=1478
[2] http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T06_Docu5_19proposicionesparadiscutir%20_Zerbino.pdf
[3] Ampliar en http://www.alainet.org/es/articulo/176871
Narrado por. Francisco Velásquez/ Fuente: Entorno inteligente
Una nena enfrenta un examen y admite no saber nada. La maestra, en vez de centrarse en lo que no, se enfoca en lo que sí. La nena termina escribiendo varias páginas sobre su vida, su entorno desteñido, el trabajo en la plantación de frutillas adonde vive. La maestra cuenta la historia en Facebook y después, lo que ya sabemos. Que la historia se vuelve viral, que miles la comentan, que hay elogios y críticas por partes iguales.
Muchos han visto en ese relato casi una confirmación de uno de los mantras de los últimos años: «La educación ya no es lo que era», «Los chicos no saben nada». Otros muchos, en cambio, resaltaron lo infrecuente de esa docente que entendió que frente a ella, antes que una «alumna», tenía a una nena que decía la verdad. Y que la verdad no era ni blanca, ni radiante, ni palomita. Era ésa (que ella no sabía nada de lo que se suponía debía saber), pero también una verdad mucho más profunda. Una que recién salió a la luz cuando la maestra ayudó a la chica a salir del lugar de la impotencia, y a contar de ése, su vecindario lleno de fruta y hueco de dulzor.
En el medio, para los que quisieran ver, había quedado expuesta la realidad de la enseñanza en muchas escuelas de nuestro país. Esto es, sin estímulos, con padres demasiado extenuados como para revisar cuadernos, con chicos que trabajan a la par de ellos.
El reconocido periodista Francisco Velásquez publica historias curiosas en Facebook.
Pero la escuela también puede ser eso que fue para esta nena inmigrante: un sitio adonde ir a contarle a un adulto lo que le pasa, y que el adulto escuche. Paulo Freire hablaba justamente de la educación como un acto revolucionario y transformador. En su Pedagogía de la esperanza , anota: «Enseñar es un acto creador. Es un acto crítico, no mecánico».
Pero frente a una maestra que puso a su alumna a pensar y a contar, la pedagogía de la torpeza pudo más. Se quedó, como siempre, en las formas. En lo recto del renglón. Mientras tanto, perdió de vista no sólo a la nena sino además, entero, a su universo de barro, frutillas y venenos. «Ya no usamos bromuro», le contó algunos días después al periodista Nicolás Cassese una vecina de esa chiquita, como quien cuenta un progreso. Se refería al bromuro de metilo, una sustancia definida por la OMS como «sumamente tóxica». Un pesticida que actúa sobre el sistema nervioso central, que se utilizó por años para esterilizar el suelo de los cultivos de frutilla, tomate y berenjenas, y que se dejó de usar recién el año pasado.
A los chicos que viven en esas condiciones y expuestos a daños que ni siquiera podríamos imaginar les pedimos que aprendan como si tuvieran tiempo, ayuda y abrigo. Pero después la torpe es ella, claro, por no saber. Por no saber lo poco que les importa su vida a todos los que se escandalizaron al leer la historia.
En esta nota: Educación LA NACION Ideas Pensamiento
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Con información de: La Nacion
Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8329166/0124-am–Francisco-Velasquez–La-formal-pedagogia-de-la-torpeza
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Argentina /02 de mayo 2016/Fuente: Universia/
Con motivo del 19° aniversario de la muerte de Paulo Freire, en esta oportunidad te invitamos a conocer el método de alfabetización propuesto por este reconocido pedagogo y educador brasileño.

Considerado una figura referente en área de la enseñanza, Freire impulsó su propio método de alfabetización, el cual influyó las renovaciones pedagógicas que tuvieron lugar en América Latina, África y Europa durante la segunda mitad del siglo XX. Su propuesta consistió en la promoción de una educación humanista y la transformación total de la sociedad, a través de la liberación del individuo y el desarrollo de su conciencia crítica.
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Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, capital del estado de Pernambuco. Estudió filosofía y psicología del lenguaje en la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife y en 1959 se doctoró en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis “Educación y actualidad brasileña”, documento que sentó las bases de su método.
Apoyado en los principios de diálogo e independencia, el método Freiriano se opone al sistema unidireccional de educación, concebido como un instrumento de opresión, y propone el establecimiento de un nuevo vínculo entre los profesores y sus alumnos.
De acuerdo con lo expuesto en su libro “Pedagogía del oprimido” (1968), existen dos tipos de educación, la domesticadora y libertadora, las cuales se contraponen de forma directa.
La primera, también llamada “Educación Bancaria”, posiciona al docente como figura central del proceso de enseñanza. Bajo esta lógica, el educador posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al educando, en tanto estos últimos adoptan una posición pasiva y se limitan a practicar la memorización mecánica cómo método de estudio. “El educador es el que sabe, los educandos los que no saben; el educador es el que piensa, los educandos los objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente”, señaló Freire al respecto.
La segunda, también conocida como “Educación Problematizadora”, fue elaborada por Freire como una alternativa a la primera, con el cometido de eliminar la dicotomía entre educadores y educandos, destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. En este contexto, el dialogo cobra una gran importancia, ya que funciona como instrumento de liberación y construcción de la conciencia crítica de los alumnos, transformándolos en creadores y sujetos de su propia historia.
El método de enseñanza de la alfabetización que propone Paulo Freire comprende tres fases.
1. La primera, denominada “estudiar el contexto”, consiste en determinar y registrar el vocabulario utilizado en el medio cultural de los educandos.
2. La segunda consiste en seleccionar palabras “generadoras” o “generativas” de entre el vocabulario descubierto. Es decir, aquellas que poseen mayor contenido emocional, y que además, son capaces de generar otras.
3. La tercera, el proceso real de alfabetización, abarca tres sub fases. En primer lugar, las sesiones de motivación, que tienen el propósito de estimular debates entre los educandos acerca de las situaciones y problemáticas que atraviesan. Luego, el desarrollo de materiales de aprendizaje, como por ejemplo láminas y diapositivas, que descompongan las palabras “generadoras” en sílabas o ilustren situaciones donde estas intervengan. Y por último, la decodificación, que consiste en que los educandos promuevan nuevas combinaciones a partir de las palabras “generadoras” y estudian la relación entre estas y la realidad que significan.
¿Te gustaría conocer más? A continuación, incluimos el documental “Paulo Freire contemporáneo” (Toni Venturi, 2006), el cual incluye fotos, imágenes y fragmentos de entrevistas a Freire, además del testimonios de sus hijos y otros pedagogos. ¡Miralo!
Asimismo, te sugerimos el video “Paulo Freire: Educar al oprimido”, el cual forma parte de la miniserie «Maestros de América Latina”, producida por el Canal Encuentro.