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Colombia necesita nuevas universidades públicas de calidad

Colombia/Abril de 2017/Fuente: El Espectador

El programa ser pilo paga surgió en 2014 con el fin de beneficiar a los jóvenes de estratos 1 y 2 del Sisben. Anualmente han sido favorecidos alrededor de 40.0000 estudiantes que han ingresado universidades públicas y privadas con la garantía de que el gobierno cubrirá la totalidad de la matrícula. Desde el primer año de la implementación del programa Ser Pilo Paga, varias han sido las críticas que estudiantes y expertos han hecho a la iniciativa.

Por cada estudiante que entra al programa, el gobierno colombiano realiza una inversión anual de $ 3 billones de pesos (Lea: ¿Vale la pena el esfuerzo del Estado para financiar Ser Pilo Paga?). Es por este motivo que varios críticos han expresado que el programa Ser Pilo Paga no garantiza el derecho a la educación superior ya que no todos los jóvenes logran ingresar a la universidad. Lo anterior debido a que el 98% del dinero destinado al programa ser pilo paga está destinado a universidades privadas.

El presidente Juan Manuel Santos presentó un proyecto de ley para que el programa ser pilo paga se convierta en una política de estado. Carlos Caicedo, magister en Dirección Universitaria de la Universidad de los Andes expresó que “Ese modelo de financiación profundiza la desigualdad en el país, pues con los mismos recursos que se paga el estudio a 40.000 beneficiarios de Ser Pilo Paga se hubiera podido pagar la educación de 200.000 estudiantes en universidades públicas de calidad”.

Varios expertos han sugerido que, para aumentar la cobertura en el sistema educativo, se debe fortalecer la educación pública en el país. Precisamente, Caicedo expresó que “Ser Pilo paga es un lucrativo negocio que legitima la exclusión universitaria de los más pobres del país. Si las universidades privadas tienen algún sentido de responsabilidad social deben ser ellas las que financien el programa Ser Pilo Paga y dejar quitarles ese dinero a las universidades públicas”.

De acuerdo con el Ministerio de educación, Ser pilo paga ha beneficiado a 30.500 jóvenes de escasos recursos que provienen de 984 municipios. El 82% de los pilos están estudiando en universidades privadas y el 18% restante en públicas.

Fuente: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/colombia-necesita-nuevas-universidades-publicas-de-calidad-carlos-caicedo-articulo-689915

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Colombia: Nueva oportunidad de acceso a educación para niños con necesidades especiales

Colombia/20 abril 2017/Fuente: El Colombiano

Los niños en condición de discapacidad o con necesidades especiales de Medellín, que en gran parte tienen bloqueado el acceso a la educación, ahora tienen una nueva oportunidad con apoyo del Concejo de la ciudad.

En esta corporación se acaba de crear una Comisión Accidental -la 215 de 2017-, que se dedica al análisis del programa de educación virtual asistida Blended.

Esta es una modalidad educativa especialmente dirigida a los infantes que sufren esta condición, la cual los margina de muchos procesos sociales y de integración a la comunidad.

Una de las falencias de este grupo poblacional es que prácticamente les queda imposible asistir a las instituciones educativas, tanto por sus problemas de movilidad y desplazamiento, como por el mismo modelo educativo, que les resulta hostil e inadecuado a sus condiciones. Por ello, requieren de modelos de atención diferentes y con Blended se les abre un horizonte.

La concejal Nátaly Vélez Lopera, que lidera la Comisión, plantea que, “la educación de estas poblaciones especiales debe ser una apuesta decidida de ciudad, a la que se le asignen recursos suficientes y que se garantice la continuidad adecuada del programa para que los procesos educativos de estos niños tengan éxito”.

La intención es que Blended se establezca como un programa de la Alcaldía, mediante acuerdo que garantice los derechos de los niños y desde la corporación se liderará este propósito.

 Fuente: http://www.elcolombiano.com/antioquia/ninos-en-condicion-de-discapacidad-de-medellin-tienen-oportunidad-de-acceso-a-educacion-DF6362665
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“Colombia necesita nuevas universidades públicas de calidad»: Carlos Caicedo

Colombia/20 abril 2017/Fuente: El Espectador

El ex alcalde de Santa Marta expresó su preocupación por los miles de Jóvenes que no logran accedes a la educación superior.

El programa ser pilo paga surgió en 2014 con el fin de beneficiar a los jóvenes de estratos 1 y 2 del Sisben. Anualmente han sido favorecidos alrededor de 40.0000 estudiantes que han ingresado universidades públicas y privadas con la garantía de que el gobierno cubrirá la totalidad de la matrícula. Desde el primer año de la implementación del programa Ser Pilo Paga, varias han sido las críticas que estudiantes y expertos han hecho a la iniciativa.

Por cada estudiante que entra al programa, el gobierno colombiano realiza una inversión anual de $ 3 billones de pesos (Lea: ¿Vale la pena el esfuerzo del Estado para financiar Ser Pilo Paga?). Es por este motivo que varios críticos han expresado que el programa Ser Pilo Paga no garantiza el derecho a la educación superior ya que no todos los jóvenes logran ingresar a la universidad. Lo anterior debido a que el 98% del dinero destinado al programa ser pilo paga está destinado a universidades privadas.

El presidente Juan Manuel Santos presentó un proyecto de ley para que el programa ser pilo paga se convierta en una política de estado. Carlos Caicedo, magister en Dirección Universitaria de la Universidad de los Andes expresó que “Ese modelo de financiación profundiza la desigualdad en el país, pues con los mismos recursos que se paga el estudio a 40.000 beneficiarios de Ser Pilo Paga se hubiera podido pagar la educación de 200.000 estudiantes en universidades públicas de calidad”.

Varios expertos han sugerido que, para aumentar la cobertura en el sistema educativo, se debe fortalecer la educación pública en el país. Precisamente, Caicedo expresó que “Ser Pilo paga es un lucrativo negocio que legitima la exclusión universitaria de los más pobres del país. Si las universidades privadas tienen algún sentido de responsabilidad social deben ser ellas las que financien el programa Ser Pilo Paga y dejar quitarles ese dinero a las universidades públicas”.

De acuerdo con el Ministerio de educación, Ser pilo paga ha beneficiado a 30.500 jóvenes de escasos recursos que provienen de 984 municipios. El 82% de los pilos están estudiando en universidades privadas y el 18% restante en públicas.

Fuente:http://www.elespectador.com/noticias/nacional/colombia-necesita-nuevas-universidades-publicas-de-calidad-para-garantizar-cobertura-universal-de-la-articulo-689915

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Escuelas rurales que van olvidado sus raíces de antaño

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Roosevelt Andrés Ramos Osuna

Las escuelas rurales no pueden dejar de lado la ancestralidad de sus orígenes en el campo.

En muchos casos en nuestras instituciones educativas colombianas, los estudiantes son asumidos como estudiantes regulares homogenizados; pero es deber del docente realizar lecturas de contexto de las realidades actuales que acontecen alrededor de las comunidades educativas, pero la historicidad misma debe hacernos desde lo educativo mismo convocar el devenir histórico para repensar nuestras Instituciones educativas.

El sujeto no es el mismo y mucho menos el estudiante urbano y rural. Este último tiene unas condiciones de vida opuestas al contexto de vida urbana porque ha sido afectado por las condiciones campesinas de sus familias que le han inculcado el amor por el trabajo de campo, por la naturaleza, por el estudio. Pero esas condiciones rurales de antaño han mutado, ya no son las mismas, se han alienado y ahora la modernidad llena de sitios turísticos, de casas campestres y chalets hacen que la ruralidad de antaño se esfume, porque el joven rural no piensa en el otro, no quiere estudiar, ni continuar con las actividades ancestrales de sus familias como conservar su entorno o aprender más de su familia, sino, por citar un ejemplo, trabajar en nuevos oficios rurales como mesero en un hotel rural y otras actividades que han invadido los espacios de producción agropecuaria y han desplazado las mejores tierras de producción agraria por la modernidad y sus múltiples amenazas mercantilizadas.

Ese capitalismo es también mental, pues las prácticas sociales en los pueblos y ciudades tienden a permear las prácticas sociales en la zona rural donde la mentalidad de las últimas generaciones de jóvenes rurales es la migración a los centros poblados para encontrar y capotear la miseria, la delincuencia, la prostitución, entre otras necesidades donde las oportunidades son mínimas en cuanto a calidad de vida para las familias.

Los recursos naturales juegan un papel de augurio en la educación, puesto que al tener contacto con la naturaleza y sus componentes bióticos y abióticos las aulas de clase pueden salir al campo, hacia el sector rural.

Esta es una problemática social, que a lo mejor termina con la migración rural, pero que desde el currículo se puede contribuir a su solución y optar porque no se convierta en un círculo vicioso a largo plazo. Para que la problemática no sea también educativa, se quiere es que la escuela no sea repetidora social y cultural del sector urbano como lo hacen los medios de comunicación que venden lo urbano como la última espectacularidad. Se requiere de un currículo validado por sus actores hacia la transformación de lo rural y donde los saberes campesinos sean potentes, activos y dinámicos en la comunidad educativa mediante el diálogo de saberes y la tradición oral porque en estos momentos para el joven estudiante rural es más importante un artefacto tecnológico como la tableta o el celular que las historias de vida de sus familias, los relatos, los cuentos, los mitos y leyendas rurales que van acompañados de la idiosincrasia, las costumbres y tradiciones agropecuarias.

Es tarea de la Institución educativa llenar esos vacíos cognitivos porque la verdad, hablar de escuela rural y campesino presenta divergencias y vacíos. Esto se debe en parte a que las asignaturas del currículo no están adaptadas para el contexto y tejido social rural, no hablan en consenso, además las asignaturas no enseñan para la vida del campo como la soberanía y seguridad alimentarias, las semillas nativas, la agroecología y el perjuicio de los agrotóxicos y la revolución verde enmarcadas en el proyecto ambiental escolar (PRAE).

Estrategias

Los recursos naturales juegan un papel de augurio en la educación, puesto que al tener contacto con la naturaleza y sus componentes bióticos y abióticos las aulas de clase pueden salir al campo, hacia el sector rural. Ahí el saber popular, el clima de familiaridad, la hospitalidad y las relaciones sociales de las comunidades rurales cumplen con la serenidad desapercibida del currículo académico que convoca las aulas expandidas[1]. Conocer los modelos productivos de los agricultores y productores agropecuarios facilita encontrar resonancias y, por qué no, disonancias con el aprendizaje. Es así que el proyecto ambiental escolar (PRAE), facilita generar espacios de aprendizaje al incluir y convocar los escenarios o ambientes naturales de aprendizaje que el estudiante y sus familias ya conocen, así como la problemática ambiental tan álgida y creciente estimulando el pensamiento crítico y cuestionado realidades que son reconsideradas. De tal modo que los docentes de la institución han modificado su pensamiento que han cambiado de hecho sus prácticas docentes involucrando el pensamiento ambiental en sus clases con el fin de realizar cambios significativos en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación donde las categorías ambientales y agropecuarias no dejan de ser aisladas sino por el contrario entran en sinergia con sus asignaturas replicándose a otros espacios del contexto académico y rural.

Luego de analizar el contexto, se convoca a la agricultura, al quehacer diario de las actividades agropecuarias, donde las labores arduas pero productivas que, fuera de vivirlas a profundidad, re-estimulan el trabajo y faena de campo evocando la práctica vivencial viable en la educación del “aprender haciendo”. Es decir, que desde la institución educativa se logran realizar ejercicios prácticos agrarios donde la academia pueda dejarse permear por el contexto rural y sus problemáticas involucrando sujetos políticos en su camino. Se promueve el trabajo con miembros de la comunidad en el aprendizaje de los estudiantes al realizar visitas pedagógicas a las experiencias exitosas de los productores agropecuarios de la zona con el fin de analizar sus modelos y procesos productivos permitiendo resolver problemas de su mismo contexto y teniendo contacto con el otro y lo otro.

La misma institución educativa considera cambiar su currículo y sus prácticas educativas docentes, como lo han hecho los estudiantes históricamente con los docentes. De esta manera, se debe establecer un rastreo general para situar en los antecedentes o componentes históricos de la incubación investigativa. Esto implica facilitar el acercamiento a los estudiantes y jóvenes rurales para identificar sus historias personales y familiares, conocer sus historias de vida y las diversas características en que viven, aquello que traen desde su contexto rural al aula, para dejarme contagiar y conocer su “ruralidad esperanzadora”. Porque la ruralidad ha cambiado externamente, pero internamente desde su ancestralidad, ella es potente, prometedora y con vida y ha cambiado por estar inmersa en un mundo tecnológico de tan rápidos giros, para que la institución educativa cambie su concepción de dejar de ser creadora de jóvenes y adultos dependientes de ella y con mentes pasivas, para transformarse y configurar opciones que produzcan sujetos proactivos y productivos. Es necesario que en estos espacios se convoquen las “aulas vivas y expandidas” rurales, con el fin que emerjan propuestas que permitan asumir su realidad rural, comprenderla y buscar alternativas de proyecto de vida para transformar su contexto y el buen vivir en armonía. Estas aulas expandidas facilitan la utilización del contexto rural en el ejercicio educativo porque se usan los cultivos como tal para desarrollar las clases, así como los animales que tienen cabida en la producción pecuaria, por eso se llaman vivas. Allí, se genera sentido de pertenencia y liderazgo en los miembros de la comunidad educativa y didácticas emergentes que usan el campo o zona rural para la apropiación y generación de conocimiento. Las instituciones educativas a partir de las ferias de las ciencias departamentales pueden liderar eventos que convoquen ideas de negocios e inversionistas para que la comunidad educativa se haga participe de estas ideas y se generen las agroindustrias rurales en el sector rural, brindando transferencia de tecnología aplicada para el campo.

Esa problemática del desempleo planteada inicialmente debe tener una solución que puede ser promovida y motivada por las mismas instituciones educativas donde puedan integrarse y desarrollar procesos productivos de la mano del sector empresarial o de las asociaciones, pensar en el estudiante como relevo generacional del campo articulando con asociaciones de productores con el fin de poner en funcionamiento empresas reales que simbióticamente puedan de forma recíproca aportar para el desempleo creciente en el país.

De tal manera que, el currículo de la institución se ve permeado por el sector productivo y a la vez ese currículo se ve articulado por las demás asignaturas como las matemáticas, el castellano, la ética, las ciencias naturales, entre otras sin perder su carácter cultural, ni mucho menos su norte académico. Re-pensar el desarrollo en la institución educativa de forma transversal en la re-interpretación del currículo y en desempeño en colectivo de docentes.

Es decir, que los docentes puedan referir hacia el currículo y otorgarle significación, en otras palabras, que sea transversal, con el fin que se puedan ver por ejemplo en contexto a las matemáticas, a las ciencias naturales, al castellano, ciencias sociales en contexto, entendiendo las técnicas agropecuarias e identidades rurales contextualizadas, para proponer las aulas vivas expandidas y consecuentemente haya perspectivas de un componente transversal que adhiera fácilmente al estudiante a la educación superior y se encuentre un sentido a la validación del saber, esa validación desde la producción agrícola (cultivos transitorios y permanentes) y desde la producción pecuaria (especies menores y especies mayores). Los estudiantes que antes no entendían las matemáticas en un salón de clase y lo tortuoso y poco pedagógico que resulta, ahora pueden comprender las matemáticas desde modelos que involucran las tecnologías, las matemáticas las asignaturas agropecuarias, entre otras; porque se incentivan la creatividad, la iniciativa, la innovación en modelos experimentales de ciencia que pasa desapercibida lo cual puede constituirse en procesos para analizar por el ministerio de educación nacional para mejorar las pruebas SABER, PISA desde aprendizajes experimentales como prácticas de aula.

La construcción de sentido se hace desde el ejercicio docente, ya que los planes de área permiten plasmar el currículo en su quehacer diario y vivencias en el aula de clase. Estos planes de área de las demás asignaturas deben estar orientadas al desarrollo agropecuario institucional, puesto que pueden encarnar los contenidos para las matemáticas contextualizadas, las ciencias naturales, las sociales y el español en contexto. De esta forma, hay integración desde el plan de área técnico-agropecuaria hasta las demás áreas básicas de manera transversal, obteniendo como consecuencias resultados productivos. Cuando se puedan implementar acciones tendientes a que las asignaturas se dejen permear por las áreas técnicas se puede, por ejemplo, con transversalización curricular, como por ejemplo el castellano agropecuario que puede emplear el contexto rural y natural para provocar acciones desde la composición literaria, así mismo, al manejo de actividades ortográficas contextualizadas, la redacción y elaboración de textos inmersos en el sentir y las necesidades que tienen que ver con el agro y con su proyecto de investigación agropecuaria que se inicia desde grado noveno donde el castellano es imprescindible.

Para la propuesta de investigación se habla de la ruralidad y los aspectos educativos en lo que respecta al currículo contextualizado a las actividades agropecuarias, usando la didáctica y olvidando la copia de modelos y experiencias foráneas o extranjeras, se deben realizar procesos investigativos en educación desde lo autóctono, étnico que sean propios y nuestras tradiciones y cultura, sin continuar siendo hacedores o repetidores de “guías”, talleres o modelos externos.

[1]El aula expandida es una manera de hacer currículo; agencia trayectos a partir de la interpretación de situaciones, al retomar problemas y producir reflexiones; de allí su carácter epistemológico. Este tipo de currículo, sugiere metodologías participativas-activas; convoca lo grupal y lo individual; de igual manera, privilegia el juicio crítico, como elemento de evaluación. En el aula expandida “la conversación se discursa en un horizonte de posibilidades que aflora en la subjetividad (que) representan el tejido de la palabra, en gesto y en estética en el vínculo con el otro” (Banguero Camacho, 2008)

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/escuelas-rurales-que-van-olvidado-sus-raices-de-antano

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Colombia:Dos maestros de Bolívar reciben distinción por fomentar la Paz en las aulas

Colombia / www.eluniversal.com.co / 19 de abril de 2017

Por generar en los últimos 10 años al interior del aula de clases proyectos que le apuestan a la construcción de la Paz y en el marco del foro “Educación En Valores: construimos paz desde la escuela”, organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Fundación Mapfre y el Premio Compartir al Maestro, se destacó el trabajo de dos maestros bolivarenses que lideran propuestas pedagógicas que visibilizan la formación de seres humanos en el seno de la sociedad actual.

Evento que se llevó a cabo en el auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes, dirigido a docentes, decisores de política y organizaciones sociales que trabajan por la paz. La idea es promover la reflexión sobre la construcción de paz desde el escenario escolar como una condición necesaria para una armonía estable y duradera en Colombia. Además de reconocer esfuerzos de maestros y maestras que la han apostado a la construcción de paz en los últimos 10 años.

Dilia Elena Mejía Rodríguez y  Edgardo Romero Rodríguez, de la Institución Educativa Normal Superior Montes de María, fueron destacados por impulsar prácticas pedagógicas que posibilitan la formación de seres humanos críticos, autónomos, reflexivos, con habilidades para el ejercicio de la civilidad en medio del conflicto y de la violencia cultural heredada del conflicto armado.

La maestra Mejía Rodríguez fue destacada por el proyecto pedagógico “La enseñanza de las ciencias sociales a través de la didáctica viva y la educación para una cultura de paz”. La docente tiene una trayectoria académica y pedagógica reconocida como Maestra Ilustre del Premio Compartir 2014, Premio Santillana de experiencias significativas 2014, Mejor maestra de Colombia 2015, Premio a buenas prácticas docentes por el MEN en el 2015, Nominada por Colombia al premio Global al Maestro 2015; Obtuvo la distinción al Mérito Educativo y Pedagógico por la Red Iberoamericana de Educación y Pedagogía en el 2016. Ha sido ponente en eventos académicos nacionales e internacionales representando al país en Alemania, Guatemala, Brasil y Colombia.

Por su parte, Edgardo Romero Rodríguez, fue destacado por su experiencia “La investigación de historia oral como recurso metodológico en la enseñanza de las ciencias sociales”, el docente fue Maestro Ilustre del Premio Compartir 2004, ha representado al país en la Cumbre del Mercosur, y en eventos académicos de educación para la paz en Perú, El Salvador y Colombia.

Labor meritoria

Oscar Marín Villalba, secretario de Educación de Bolívar, indicó que este reconocimiento es muy importante para el departamento de Bolívar. “Nuestra educadora de los Montes de María, Dilia Elena Mejía Rodríguez es una mujer dedicada a formar mejores ciudadanos y sembrar la semilla de la paz en las aulas de clases”, puntualizó el funcionario.

Por su parte, Robinson Casarrubia Cardona, Director de Calidad Educativa de la Secretaría de Educación, agregó que la labor de la maestra es abnegada y meritoria, sobre todo porque refresca al interior del aula de clases todo el fomento de la convivencia y la paz, convirtiéndose en un ejemplo para toda la comunidad educativa de Bolívar.

Fuente:http://www.eluniversal.com.co/educacion/dos-maestros-de-bolivar-reciben-distincion-por-fomentar-la-paz-en-las-aulas-251124

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Colombia: Quinchía con nuevas sedes educativas.

América del Sur/Colombia/ 18.04.2017/Autor y Fuente:  http://www.eldiario.com.co

Con una inversión de  $1800 millones aportados por los gobiernos nacional, departamental y municipal, los alumnos del colegio Núcleo Escolar Rural en Quinchía contarán con una nueva sede ubicada en la canchas del  barrio Junin en el casco urbano, donde además se implementará el programa de  Jornada Única.

El alcalde Jorge Alberto Uribe, en compañía de funcionarios del Ministerio de educación, contratistas, administración departamental y la  rectora firmó los diseños de las nuevas instalaciones que se esperan se ejecuten este año.

Las nuevas instalaciones 
De acuerdo a los planos de construcción del Instituto Núcleo Escolar Rural,  se van a construir siete aulas nuevas adicionales y se van a mejorar nueve existentes para los alumnos de educación preescolar y básica media.
Además contará con un  centro de recursos donde se ubicará la biblioteca y la sala de bilingüismos; se construirá un laboratorio integrado; aula de tecnología; aula polivalente; aparatos sanitarios para básica media y otros para los menores de preescolar, así mismo se tendrá en cuenta el baño para personas en estado de discapacidad, entre otros, que permitan la adecuada implementación del programa de Jornada única.
 “Vamos a tener un buen colegio para nuestros niños, niñas  y jóvenes de Quinchía, este se va a  construir en una cancha de futbol.  Hay una parte de infraestructura antigua que nos va a permitir pensar en la construcción de un nuevo proyecto alternativo para la comunidad, además solicitamos  a la Gobernación hacer una cancha adicional que está siendo estudiada”, dijo, Jorge Alberto Uribe, alcalde de Quinchía.
Irra también se beneficiará
El alcalde de Quinchía, Jorge Alberto Uribe, aseguró que entre los proyectos de infraestructura educativa que van a hacer mejoradas en el municipio para la implementación de Jornada Única, está  el Instituto Irra, ubicado en el corregimiento del mismo nombre.
La sede que ha presentado varios daños de infraestructura a causa de vendavales en  temporada invernal, está siendo estudiado para reubicarlo en otro punto del mismo corregimiento, de acuerdo al Alcalde, con las autoridades locales y departamental se han hecho las gestiones correspondientes para la construcción de centro educativo que tendrá un valor aproximado de $ 7000 millones.
“Para poder lograr la construcción de esta sede tuvimos que legalizar escrituras donde está ubicado el colegio, para poder llegar a que fuera del Estado y ser beneficiado con los recursos”.
Fuente: http://www.eldiario.com.co/seccion/RISARALDA/quinch-a-con-nuevas-sedes-educativas-1704.html
Imagen: http://www.eldiario.com.co/uploads/userfiles/20170412/image/STTEFANIA%20/NOTA-1-QUINCHIA-O-foto-2.jpg
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La mala educación.

Es un alivio que lo digan: ¡hay que estudiar! Siempre es bueno leer, escribir, preguntar, oír, experimentar, comparar, aprender, observar y cuestionar. Pensar.

Por: Poly Martinez.

Tal vez por eso por la ausencia de estudio o reflexión es que se ha vuelto tan desgastante y poco gracioso que personas que han ido al colegio, a la universidad, que tienen conocimientos y han visto otros mundos se aferren a la estupidez de multiplicar memes o consignas cargadas de ignorancia.

Sin pedirlo, porque no ando en la movida de repartir chistes o insultos a favor o en contra del gobierno o de los políticos, hace pocos días, justo después de la tragedia de Mocoa, me aterrizó uno en el celular y francamente me superó. El meme decía que el presidente Santos había gastado millones en Cuba para mantener a las Farc y ahora pedía “limosna” para Mocoa.

Efectismo y mala leche parecen ser las dos nuevas materias del pensum nacional. Aprovechar políticamente el desastre de Mocoa para lanzar a esa gallera de las redes sociales un cuestionamiento que nada tiene que ver con la avalancha es francamente un irrespeto, pero no con Santos sino con las víctimas de la tragedia.

Similar al irrespeto de no oír a las víctimas en su día y a cambio pedir más foro y vitrina de la que ya reciben los congresistas, a quienes los medios les dan sobrado espacio no solo de réplica, sino de arenga y señalamiento para descalificar al otro. Embelesados y sin aprender la lección, los micrófonos y las cámaras transmiten con afán ese ese eco hueco.

La paradoja es que los dos temas –los costos de la mesa de negociación con las Farc y el llamado a estudiar- se tocan de una forma mucho más profunda de lo que los detractores del proceso de paz y los botafuegos del congreso alcanzan a pensar o están dispuestos a aceptar. Sin mayor sustento, los repentistas de las redes o del Elíptico sacan cifras sobre el precio de la paz, cascaritas amañadas para que caigan los incautos o los perezosos que prefieren la copialina, repetir como loras.

La discusión sobre el impacto del Acuerdo en la educación y el costo-beneficio a mediano y largo plazo para el país puede ser a la vez un campo de infinita especulación o el más importante para profundizar. Afortunadamente, entre tanta bazofia en las redes también aparece información y gente seria que contribuye a la formación básica de todos nosotros.

El más reciente Monitor del Cerac aporta elementos para la ecuación: por cuenta de las negociaciones en La Habana, al 1 de abril pasado llevábamos 1.497 días sin tomas de poblaciones por parte de las Farc (hoy ya pasamos los 1500 días), eso es cuatro años y tres meses calendario. Pensando es niños que van a estudiar en las veredas y municipios donde tenían mayor impacto las Farc, eso equivale a 5,7 años escolares (tomando como referencia 40 semanas efectivas de estudio). En resumidas: en estos poco más de 4 años calendario, los niños pudieron estudiar sin que les fuera violentado este derecho por cuenta de esta guerrilla; un menor que empezó primaria o decidió seguir a la básica secundaria en 2013, hoy bien puede tener esas etapas escolares terminadas.

A ese mejor entorno para estudiar, de acuerdo con Cerac, se suman 846 días sin retenes ilegales (poco más de dos años), un año y ocho meses sin emboscadas, y cinco meses sin combates de las Farc con la fuerza pública. Resulta fácil imaginar que los maestros pudieron llegar a sus clases y que ese clima menos agresivo logró la permanencia de muchos de ellos para darle continuidad al proceso educativo de cientos de niños de los 281 municipios donde tenían presencia las Farc.

Pero supongamos también que los profesores jamás volvieron, que en estos años los niños y jóvenes más vulnerables no han tocado un cuaderno, no tienen escuelas ni tableros. Están de “recreo”, tiempo en el que han podido jugar un poco más, desaprender el miedo a verse en medio de un enfrentamiento o a ser obligados a nutrir la “fabrica de los guerreros” a la que se refiere Óscar Sánchez. Tal vez han podido recuperar otros saberes locales o ancestrales, que también hacen parte de su formación y que son desdeñados por miles de colombianos que solo creen en el cartón.

Aquí no cabe el dilema del huevo o la gallina: ¿primero la educación o la paz? Lo que ya se sabe de experiencias similares a la del conflicto colombiano es que la educación es intrínseca a la sostenibilidad de la paz. Y además, que ir a estudiar es una de las vías para recuperar el sentido de pertenencia, un espacio para la libre expresión, para aprender nuevas maneras de relacionarse y para proteger al menor.

Claro que hay que estudiar, pero no como antídoto contra la vagancia, sino contra la manipulación; para conocer, debatir y comprender las causas de esta guerra. Se trata de pasar el curso, no de repetirlo. Debemos volver sobre ciertas materias: respetar la diferencia, cuidar el entorno, defender los derechos de todos. Para avanzar en grupo, no en manada.

 

 Hay hechos tan obvios que no los percibimos o nos negamos a verlos. Por ejemplo, que gracias a estos Acuerdos, a los millones de dólares y al tiempo invertido en La Habana, muchos niños del país han podido ir a estudiar y las ayudas a Mocoa llegaron sin los contratiempos de la guerra; los guerrilleros de las Farc, como miles de colombianos más, hicieron su aporte y ofrecieron la mano.

Pero, además, el desastre nos dio una buena lección: los colombianos sí sabemos de solidaridad. Mocoa logró romper el hechizo de la polarización y por unos días nos permitió el reencuentro. Y un aprendizaje adicional: hizo evidente que estudiar y tener títulos no salva de la ignorancia, la mezquindad y la pésima educación a muchos congresistas y politiqueros.

Fuente: http://www.semana.com/opinion/articulo/en-colombia-educacion-implica-escuchar-a-las-victimas/521829

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/4/11/521769_1.jpg

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