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Una ocupación estudiantil en Paraná, Brasil

Por: René Rojas González

Si me preguntaran qué significa ocupar en Brasil, mi respuesta sería la siguiente: ocupar en Brasil es ocupar los latifundios, porque contar con un pedazo de tierra puede ofrecer la oportunidad de aprovechar la naturaleza en algún grado; es ocupar los edificios públicos, porque, por lo menos, es necesario incomodar al Estado para torcerlo y garantizar que respete la producción de la vida; es ocupar las escuelas, porque la educación no conoce de presupuestos gubernamentales y es más que la aceptación de materias planificadas. Ocupar es decirle a los que tienen la vida resuelta –o así creen tenerla- que no se está dispuesto a privarse de las condiciones materiales, mismas que pueden tomar diversas formas sociales decididas en colectivo; es decir, se ocupa contra la privatización de la tierra o de la educación, pero también puede ocuparse contra la privatización de la creatividad social para formar producciones propias: no se disputa un solo tipo de producción en la tierra, ni se disputa un solo tipo de producción de la educación, se disputan formas de organización social de lo que queremos producir; generalmente, entre unas que privan de las condiciones materiales y otras que abren las posibilidades de uso de éstas.

La ocupación estudiantil de la Universidade Federal da Fronteira Sul (UFFS) – Campus Laranjeiras do Sul, en el estado de Paraná, como parte de una desbandada de ocupaciones de escuelas que vuelve a Brasil, y con epicentro en ese estado, ha emergido justamente como forma de organización social, en el más instintivo sentido de paralizar las clases como manifestación de no querer privarse del acceso a una educación que depende de una crisis de presupuesto del Estado. El gobierno Temer aborda esta crisis con la típica re-gestión del capital para que esa educación del Estado se pague con más explotación social. Por un lado, la Medida Provisoria No. 746 (MP 746) propone flexibilizar la formación de los estudiantes y deshacerse de la carga social de su preparación, lo que se antoja entender como la construcción de los próximos robots obedientes para el empresariado. Es así que la MP 746 incluye “el retiro de las materias de artes, filosofía, educación física y sociología como obligatorias en el mapa curricular; 50% del mapa curricular será obligatorio y común nacionalmente, el otro 50% estará a cargo de los sistemas estatales, incluyendo la formación técnica profesionalizante; educación media nocturna sólo para mayores de 18 años; el reconocimiento de ‘notorio saber’ con el permiso de que profesores sin formación específica asuman materias para las cuales no fueron preparados” (Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, 2016).

Por otro lado, la Propuesta de Enmienda Constitucional 241 (PEC 241), que ha avanzado en su aprobación en la Cámara de Diputados –primera votación-, deja demasiado claro que los estudiantes son rehenes del presupuesto del Estado, ya que el gasto público en educación quedaría limitado por 20 años a través de un nuevo régimen fiscal, conduciendo al “aumento de la evasión escolar, la inviabilidad del acceso de casi 2 millones de jóvenes de 15 a 17 años que están fuera de la escuela o que trabajan y estudian”, así como “desprecia una formación que debe ser integral, además de estimular la diferenciación de la formación de los que deben ir a la universidad de los que deben ser ubicados de forma inmediata en el mercado de trabajo al concluir la educación básica” (Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, 2016).

Tampoco es que la gravedad de esta situación sea exclusiva del gobierno Temer. Sólo que hoy estamos viendo la re-gestión de la crisis del capital, cuando ayer, con los gobiernos Lula y Dilma, ya se estaba cocinando la rebanada privilegiada e intocable en el presupuesto. Hoy, se propone el recorte en educación, pero ya en 2014 el gobierno federal había gastado el 45.11% de todo el presupuesto de ese año en intereses y amortizaciones de la deuda pública, dejando a la educación el 3.73% y haciendo “evidente el privilegio a la deuda pública, detentada principalmente por grandes bancos, en detrimento del cumplimiento de los derechos sociales básicos establecidos en la Constitución Federal”. Aún más, la propuesta del Ejecutivo para los gastos con la deuda pública dentro del Presupuesto Federal para 2015 abarcaba el “47% de todo lo que el país va a recaudar con tributos, privatizaciones y emisión de nuevos títulos, entre otros ingresos” (Cornelli, 2016).

De esta forma, parece que la primera reacción de resistencia de los estudiantes fue lanzarse a la ocupación de la UFFS el día 11 de octubre en contra de la distribución desigual del presupuesto, acorde con algunos mensajes en los carteles que colocaron dentro del edificio principal, lugar donde se encuentran los salones de clase: de manera más o menos general, podía leerse que demandaban menos presupuesto para banqueros y más presupuesto para educación. A mi llegada, el día 13 de octubre, se percibía una ocupación bastante organizada, la cual impedía el acceso a los salones –concentrados en el segundo, tercer y cuarto piso- a través del cierre de los elevadores y escaleras, poniendo los estudiantes ocupantes sus propios cuerpos sentados –por lo menos, en el caso de los elevadores. Los salones del segundo piso y un salón del tercero eran ocupados para cambiar su uso a dormitorios y se usaban también decenas de colchonetas de la universidad. El resto de los salones del tercer y cuarto piso se mantenían bloqueados.

Justo aquel día de mi llegada, se llevaba a cabo una votación extensiva a todos los estudiantes de la universidad para decidir si se declaraba la huelga estudiantil, lo que, en otras palabras, significaba que, de conseguirse la mayoría, se obtendría la legitimidad de la ocupación. Ya entrada la noche acababa el conteo con el resultado favorable para los ocupantes, provocando en ellos una verdadera explosión de felicidad y alegría por la conquista, expresada en el múltiple contagio de abrazos, brincos, cantos de consignas, batucadas y bailes. Aún dentro de la euforia del momento, la Coordinación de la ocupación daba el mensaje de que se liberaban las trancas de los accesos a los pisos, pues “la universidad es nuestra”.

Efectivamente, la universidad era suya, y lo más probable era que la declaración, “al final”, representaba la reivindicación del carácter público de la universidad frente a la privatización de la educación, pues, si se acepta que la primera reacción de resistencia habría sido contra la distribución desigual del presupuesto, que es público y para la educación pública, la exigencia va por un espacio público de un todos incluyente para que nadie quede excluido de educación justamente. Dicho de otra forma, es muy posible que se declarase que la universidad era suya como parte del sentido de la demanda principal: más presupuesto público para la educación pública. Sin embargo, advertiría que ese “la universidad es nuestra” obedecía primordialmente a la disponibilidad de uso que había generado la ocupación de los estudiantes para ellos mismos: por ello, se abrían los accesos a los pisos de los salones de clase, para que ellos continuaran haciendo uso del espacio –por ejemplo, continuando el re-uso de los salones como dormitorios-, contando con ese respaldo de la votación que implicaba que ningún otro estudiante de la universidad podía interrumpir la ocupación-huelga usando los salones para dar clases. El uso estaba decidido por los ocupantes.

En esa línea, puede entenderse que lo que primaba era el uso sobre la propiedad pública de la universidad por parte de ellos y no el uso predeterminado de la universidad como propiedad pública; es decir, en la disputa de las condiciones materiales por la educación, hasta ese todos incluyente que pretende lo público, se detenía. La ocupación terminaba por fragmentar justamente lo público como cuerpo social monolítico y homogéneo, para abrir paso a una organización social de los estudiantes que se responsabilizaba por la universidad y que, por lo tanto, tenía que ir decidiendo qué hacer con ella. Los estudiantes ocupantes tenían que hacerse cargo del espacio de su propia educación. Podría leerse que su ocupación estaba encuadrada en la típica disputa entre lo público que “protege” y lo privado que despoja, pero su uso de la universidad ya agrietaba la propiedad pública de ésta al disputarle el uso al resto de los estudiantes, sin perder de vista que la preocupación principal era enfrentar la privatización de la educación. Pareciera, entonces, que la responsabilidad de los ocupantes por el uso de la universidad, replanteado a través de la ocupación, se tornaba el verdadero recurso social de protección de la educación, más allá de lo público. En este tenor, en efecto, la universidad era suya, pero más allá de un sentido de propiedad.

Así, esa apertura que producía la ocupación de los estudiantes reclamaba más el uso de las condiciones materiales –tierra, instalaciones, mobiliario, etc.- para decidir la educación, que la propiedad pública de las condiciones materiales para el mismo fin, aunque, contradictoria pero potentemente, todavía estuvieran enmarcados y disputados los usos dentro de lo público: pocos días después de mi llegada, entre los estudiantes ocupantes se escuchaba de la intención de algún profesor de dar clase forzosamente y corría un rumor de desalojo por parte de la Policía Federal. En la segunda semana de ocupación, se reculaba en negociaciones con la directora del campus al entregar los pisos tercero y cuarto para la impartición de clases.

Sin embargo, el movimiento interno de la ocupación puede decirnos otra cosa: la ocupación no sólo abre socialmente para contrarrestar privatizaciones, sino que también abre para desprivatizar lo público. Las decisiones sobre lo público se diversificaban. Se tenía la decisión gubernamental del congelamiento del presupuesto en la educación pública y se tenía la decisión de los ocupantes por encargarse del uso de la universidad pública frente a la decisión presupuestal sobre la educación pública. Pero, además, se tenían decenas de estudiantes que decidieron votar a favor de la ocupación-huelga estudiantil y que no se lanzaron a ocupar, si bien su apoyo fue determinante para conseguir legitimidad. Estos últimos también abrían lo público –aun sin colocar sus cuerpos en la ocupación- a la hora de ceder el uso público al uso relanzado de los ocupantes, es decir, respaldaban la generación de un uso disponible.

Parece que en ese uso disponible se jugaba la lucha de los ocupantes, pues, así como habían conseguido en votación la cesión del uso por parte de la mayoría de los estudiantes, también se preguntaban cómo era posible que los que habían votado a favor de la ocupación no estuvieran ocupando. Asimismo, ya desde el primer fin de semana de la ocupación, varios de los ocupantes salían por compromisos personales, si bien la organización de la ocupación emprendía un registro de los días que cada uno de ellos podía quedarse y, en su caso, de la fecha en que podía regresar. Varios ocupantes terminaban sus compromisos y regresaban. En otras palabras, la ocupación también iba enfrentando cierres: como podía presentarse falta de disciplina por batuquear a cualquier hora del día e incomodar a otros –exhortando varias veces a respetar-, como podía encontrarse a la ocupante que se había perdido el cumpleaños de su hijo por mantenerse en la ocupación.

Mal haríamos si no ubicásemos llamadas de atención sobre aquellas cosas que podrían proyectarnos con mayor fuerza social o que nos dejan sin fuerza social momentáneamente, y mal haríamos también si no diésemos reconocimiento a los esfuerzos personales de responsabilidad y compromiso. Pero esta suerte de faltantes y agradecimientos tampoco es tanto para cobrar la factura sobre algún fin último de la ocupación, pues si bien ésta era resultado de la decisión común de abrir un tiempo en cada vida afectada por la privatización de la educación, tampoco se trataba de que este tiempo terminase por restringir los otros tiempos necesarios de reproducción de vida que cada ocupante llevaba por fuera de la ocupación, es decir, cuando no era formalmente ocupante. La ocupación abría un tiempo no contemplado, que se sentía necesario, pero que no necesariamente tenía que pasar por encima de los propios ocupantes, como si fuera un objetivo mayor que, por “ser mayor que ellos”, los aplastaba y les impedía otras producciones.

Mal se haría también en pensar la ocupación como el momento en el que uno se convertía en ocupante: la ocupación no era algo separado y arriba de uno, la ocupación ya era la vida misma en relance. Creo que esto era lo que hacía que, por ejemplo, uno de los coordinadores, a propósito de reivindicar la prioridad de y el ánimo en la ocupación, expresase una ocasión en una asamblea que él qué más quería que en ese momento estar sentado en su casa tomándose una cerveza. La ocupación no tenía por qué opacar que se destinaban o se deseaban tiempos para otras producciones –como la del placer de beber alcohol donde era permitido-, y claro que ciertas circunstancias políticas podían determinar la prioridad productiva hacia la ocupación por parte de los estudiantes, pero nadie era obligado a quedarse.

Eso era interesante en la ocupación: cómo se relanzaban las vidas de los estudiantes ocupantes al disputar un uso disponible en la universidad frente al uso público, abriendo otro espacio y otro tiempo de reproducción de vida social, mientras ajustaban temporalmente las otras producciones necesarias en sus vidas. Esa apertura de tiempo y espacio generada por el uso disponible no estaba disociada del resto de producciones necesarias; al contrario, creo que el interés de los ocupantes en producir el uso relanzado a través de la ocupación estaba conectado con la sensación de imposibilidad de una educación como ámbito que reproduce otras producciones en la vida. Dicho de otra forma, los estudiantes ocupantes se preocupaban por esa educación que permite la continuidad de otras producciones, al percibir que el golpe presupuestal representaría para la UFFS la probable desaparición de cursos, la también probable desaparición de las cuotas para el acceso de los indígenas a la educación y el comprometimiento de la educación para las siguientes generaciones –esto último no sólo por tratarse de la universidad, sino de manera generalizada.

Tal vez, donde más era notoria esa conexión entre el uso disponible para una reproducción social otra y la preocupación por el peligro que corrían las otras producciones por falta de educación, era en aquellas y aquellos estudiantes ocupantes que ya cargaban trasfondos organizativos: varias de ellas y ellos ya venían de procesos de movimentación social con organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) y el Levante Popular de la Juventud. Por lo tanto, esa reproducción social otra en la ocupación, para la reproducción de la educación, ya traía sus perspectivas organizativas, mismas que, por experiencia personal-colectiva, pueden asociarse con el MST.

Tenemos así una manera de entender aquel re-uso de los salones como dormitorios y el uso de las colchonetas. La ocupación disponibilizaba el uso para generar otros usos, permitiendo una vida en relance, no sólo formalmente dentro de la ocupación, sino para garantizar la educación en el resto de producciones “por fuera” de los estudiantes ocupantes. Así, los espacios se adaptaban a la nueva organización del uso de las condiciones materiales de la universidad, por ejemplo: en el edificio de los cubículos de los profesores se usaba la única regadera con la que se contaba y se organizaban los tiempos de baño para la tarde-noche. Ahora bien, al destinarse el edificio principal para las necesidades más básicas como dormir, comer e ir a los baños, el re-uso social de este inmueble se volvía destellante.

En el edificio principal, no sólo se reusaban los salones como dormitorios, se maximizaba el uso de una pequeña cocina con la que ya contaba la universidad, para preparar las comidas y los refrigerios acorde a los tiempos acostumbrados de alimentación; a manera de comedores, se disponía, sobre todo, de las mesas de la cafetería y del gran patio interno que contaba con bancas largas; se garantizaba el uso de, por lo menos, cuatro baños para las diversas necesidades de higiene y se organizaba la limpieza de los mismos. El espacio de dicho edificio, en general, estaba relanzado para reuniones de organización en pasillos, en el patio, en los salones mismos o incluso en los alrededores, y para asambleas de organización que convocaban a todas y todos los ocupantes, generalmente, en el gran patio. El auditorio corría la misma suerte, abriéndolo para otros fines: ahí se realizó el conteo de la votación de la huelga, ahí hubo asambleas, ahí se realizó videollamada con otros campus y rectoría de la UFFS para discutir y posicionarse sobre el problema presupuestal en la educación, y ahí llegaron conferencistas para exponer temas, justamente, como el del presupuesto en la educación y la afectación en ésta por la deuda pública.

La organización del uso relanzado se reflejaba en la Coordinación de la ocupación y sus Sectores constitutivos, como el de Disciplina, encargado de vigilar y hacer respetar los tiempos de las actividades; el de Comunicación, que se responsabilizaba por la comunicación de pautas internas y de manifiestos internacionales de apoyo, así como por la producción de contenidos de texto y audiovisuales, haciendo también un re-uso del internet de la universidad para la publicación en redes de dichos contenidos; el de Infraestructura, que garantizaba la llegada de los alimentos a preparar y las colchonetas, primordialmente; el de Cultura, encargado de intervenciones político-culturales como mensajes en carteles pegados en la pared, música contestataria durante la ocupación, y noches culturales de representaciones artísticas críticas y de baile; o el de Alimentación, que llevaba el control de los alimentos y su preparación para las y los ocupantes. Además, según los pisos que se estuvieran ocupando en el edificio principal, se organizaba un mutirão de limpieza en fin de semana, es decir, casi todos los ocupantes se lanzaban a la labor coordinada de lavar los pisos con jabonadura, escobas y jaladores, como parte de una responsabilidad por lo que se estaba usando.

No obstante, ese uso disponible de la ocupación abría con altas y bajas, como ya se esbozó un poco: por otras producciones que los estudiantes ocupantes tenían que atender en sus vidas, tenían que irse, si bien, en diferentes tiempos, varios regresaban y se rearticulaban. En algunos momentos, se tenía entre 30 y 40 ocupantes, y en otros, con la llegada de algún contingente, se contaba probablemente con alrededor de 60 ocupantes. Conforme eran menos o más personas, la adaptación en la organización de ese uso se hacía necesaria, como fue en los casos de los Sectores de Comunicación y de Alimentación, los cuales, considerando que se tenía más gente en la ocupación, sufrieron modificaciones: el primero decidió una división interna entre Comunicación Interna y Agitación y Propaganda, y el segundo, que había fincado su actividad en una o dos personas específicas, desconcentró hacia una rotación por Núcleos, mismos que involucraban a toda la ocupación y donde cada uno de ellos, compuestos generalmente por tres ocupantes, era responsable por la preparación de los alimentos, según la comida o refrigerio en turno.

Esa vida en relance por la nueva organización del uso no se explica sin otras condiciones materiales que garantizaban la reproducción misma de la ocupación: se mantenían las donaciones de comida, si bien, también tenían sus altas y sus bajas, como el quedarse sin carne en alguna ocasión. Esa vida en relance tampoco se entiende sin el mantenimiento del ánimo, que igualmente dependía de las condiciones materiales con las que se contasen: disponibilidad de conexiones eléctricas, internet, bocina y laptops para la música que se colocaba buena parte del día desde el gran patio; las noches culturales realizadas, también en el gran patio; el reuso del internet en los celulares de cada ocupante, que no sólo se destinaba para los fines de la ocupación, sino también para el entretenimiento; el conocimiento, igualmente, a través del internet, del aumento en el número de ocupaciones en Paraná y en otros estados; un churrasco, cuando llegó carne para hacerlo, y que marcaba otro ánimo en el convivio, como si fuese un día relajado; y hasta la simple diversión por jugar cuando se limpiaba o por jugar el popular truco en las cartas. Todo esto, sin embargo, no eximía de una baja en el ánimo, que se reflejaba en momentos de tedio y cansancio –y se tenía que descansar también-, tal vez, por causa de las reuniones y producciones de cada Sector; por causa de las reuniones de Coordinación con cabezas de Sector; por las asambleas, que abarcaban a todas y todos; e incluso, tal vez, por los tiempos “muertos” de la ocupación –que eran más bien tiempos de alerta ante alguna contingencia.

Toda esa potencia de producciones sociales, a mi entender, desprivatizaba lo público en el contexto de resistencia a la privatización de la educación, a partir del uso disponible generado por la ocupación. Sin embargo, el uso público también ejercía presión para el cierre de esa disponibilidad: como se mencionó más arriba, en la segunda semana de ocupación, se reculaba en negociaciones con la directora del campus al entregar los pisos tercero y cuarto del edificio principal para la impartición de clases. En los siguientes días, al incorporarse decenas de estudiantes de la universidad a sus clases habituales en los salones de los pisos desbloqueados, la ocupación-huelga dejaba de frenar esa normalidad privatizadora al permitir el acceso. Si bien las actividades de ocupación continuaban, por lo menos algunas y algunos ocupantes iban sintiendo una “pérdida de sentido” de aquella.

A partir de esa evaluación que sentían y considerando la afluencia de aquellos estudiantes que se incorporaban a las clases, reorganizaron lo ocupado y lo cedido en lo público, con intervenciones político-culturales más enfáticas para el 24 de octubre: de los primeros carteles que demandaban menos presupuesto para banqueros y más para educación, se pasaba a unos segundos carteles que, en general, expresaban como mensaje un también te va a tocar a ti, pegados en varias partes del interior del edificio principal, pero, particularmente, justo afuera de los salones donde se tomaba clases. Durante una parte de la mañana, se repetía un performance, sincronizado con la hora de llegada a la universidad del transporte escolar, en el cual, varias y varios ocupantes se tiraban al piso cerca de la entrada del edificio, representando su muerte –y acompañándose de música alusiva- por causa de “la PEC de la muerte”, la forma como nombraban a la PEC 241. Un par de intervenciones más se hicieron en el gran patio interno: un performance contra la fobia LGBT y una simulación de álgida discusión estudiantil con argumentos a favor y en contra de la PEC 241.

No obstante, los momentos específicos dentro de la coyuntura creada por el gobierno continuaban marcando la pauta. Al día siguiente, 25 de octubre, se realizaba la segunda votación de la PEC 241 en la Cámara de diputados, con una mayoría de parlamentarios que ya había dejado claro, en la primera votación, que estaba decidiendo la privatización de la educación pública. Al tenerse noción de que la tendencia sería hacia la aprobación, en la ocupación se asomaba la opción de bloquear el acceso a los salones nuevamente. Una vez que se conoció que el resultado de la votación fue justamente hacia la aprobación –turnando a la Cámara de senadores-, se convocó a asamblea para decidir el uso de la UFFS de nueva cuenta. La Coordinación planteó ocupar todo, la propuesta fue sometida a consulta y votación en asamblea, y prácticamente el 100% de las y los asistentes se decidieron por dicha medida. El 26 de octubre, el edificio principal de la UFFS amanecía bloqueado en sus accesos al segundo, tercer y cuarto piso, y, por lo tanto, con los salones inhabilitados para dar clases. Ese mismo día, terminaba mi tiempo en la ocupación.Las últimas reflexiones, que me sugería esta última parte que me tocó vivir con las y los estudiantes ocupantes, son, que una vez más se apreciaba que, ante el uso público en proceso de privatización, volvía a torcerse lo público, volvía a cobrarse una responsabilidad por usar los medios que producen la educación, es decir, por usar la universidad. De hecho, frente a esa segunda votación parlamentaria, no había condiciones para respetar la negociación con la directora del campus sobre los pisos que habían sido desbloqueados. La ocupación se lanzaba nuevamente y, con ello, la vida social de las y los estudiantes ocupantes. Decidir volver a ocupar todo significaba, anímicamente, reconocer la preocupación por el riesgo de volver a poner el cuerpo para bloquear, desafiando el “resguardo” que podía hacer la fuerza pública, pero también era abrazarse en forma de rueda entre todas y todos y lanzar un mensaje de fortalecimiento anímico después de haber decidido la acción de ocupación ampliada para el día siguiente. Decidir volver a ocupar todo priorizaba la producción en la ocupación y no en las otras producciones “por fuera” que tuviesen las y los ocupantes: el Sector de Cultura preparaba nueva intervención; el Sector de Disciplina organizaba a las y los ocupantes que pondrían sus cuerpos justo en los accesos; el Sector de Infraestructura se encargaba de proteger las pertenencias en los dormitorios; la Coordinación daba la instrucción de que, durante el día, éstos se mantuviesen cerrados, concentrándose todas y todos los ocupantes en el patio interno con lo básico material. Esto, sólo por recordar algunos de los movimientos que eran efectuados, acorde con la nueva reorganización del uso del edificio principal de la UFFS.Hago hincapié en que considero que la vida social de las y los estudiantes ocupantes se relanzaba con la ocupación. ¿Por qué? Primero, porque, así hubiese momentos de prioridad en la producción de la ocupación, en detrimento del tiempo asignado a otras producciones “por fuera”, la ocupación finalmente correspondía a la preocupación por una privatización de la educación que afectaría a esas otras producciones, al estar faltando una educación que impactase en éstas. Por esta razón que pueda entenderse que eran más que ocupantes formales: eran personas que se valían de la reproducción de la ocupación sin soltar las otras producciones necesarias en sus vidas. Segundo, porque la ocupación ya asomaba un potencial desprivatizador a través de sus propias producciones: vivir en la universidad sólo era posible disputando lo público, amenazado por lo privado; pero, lo público ya privaba con su pretendido uso para un todos incluyente, al “consensuar” socialmente una sola forma de disponer de las condiciones materiales para la educación, además, dependiente del presupuesto. La ocupación representaba una forma disidente de la organización social que, si bien ya tenía muy claro que la responsabilidad de la educación no cayese en lo privado –sólo quien pueda pagar tiene acceso-, también iba más allá de lo público. Lo público se convertía en uso disponible para reproducir la vida social en la propia universidad con producciones propias, lo cual permitía a las y los ocupantes estudiantes no delegar la producción de la educación ni a lo privado ni a lo público. Por eso la potencia de que ellas y ellos dispusieran de la UFFS para reusarla, organizándose en Sectores, preparando sus alimentos y comiendo ahí, adaptando los salones a dormitorios, ocupando los baños y regadera para sus necesidades de higiene, reusando el internet para los fines políticos de la ocupación y para entretenimiento, tomando posesión de los diferentes espacios del edificio principal para reuniones y asambleas, etc.

Dicho todo lo anterior, mi balance es, que esa crisis de capital que el gobierno regestionaba privatizando la educación pública, es decir, haciéndole pagar al pueblo con la flexibilización de su formación y con la prioridad presupuestaria para el pago de la deuda pública, ya estaba siendo rebasada, en buena medida, por el mismo pueblo a través de sus producciones relanzadas en la ocupación. Tal vez ésta enarbolaba lo público para la educación como defensa frente a la privatización, y tal vez podía “desactivarse” para anclarse en lo público como puerto seguro, pero las y los estudiantes ocupantes estaban mostrando también la potencia de responsabilizarse por las condiciones materiales de su educación, o sea, de tomar la universidad pública: abrirse en tiempo y espacio para una organización social del uso que disputase los medios de producción de la educación, destinada al resto de producciones.

Hacia mi salida de la ocupación, más aperturas aparecían: ocupantes y profesores donaban clases sobre producciones que sabían hacer; se realizaba una segunda votación estudiantil, de la cual las y los ocupantes salían nuevamente victoriosos; lograban la cancelación del calendario escolar; trabajaban voluntariamente en la producción de un área de tierra en forma de mandala; establecían un servicio de guardería; etc. La ocupación abría posibilidades y desprivatizaba la vida social.[1]

Fuentes

Coordenação do coletivo Ocupa UFFS, Manifesto de apoio aos povos indígenas otomí, tepehua e nahua da Sierra Norte do estado de Puebla no México, 2016.

Cornelli, Marcela, A lógica perversa da dívida e o orçamento de 2015, en http://www.auditoriacidada.org.br/blog/2015/03/13/a-logica-perversa-da-divida-e-o-orcamento-de-2015/, consultado el 09 de noviembre de 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221276&titular=una-ocupaci%F3n-estudiantil-en-paran%E1-brasil-

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Cuarta revolución industrial y su impacto en la ecología

Por: Raúl Mannise

La cuarta revolución industrial ya ha empezado, cada vez estamos más conectados, nuestros aparatos son cada vez más capaces de hacer cosas por nosotros, la robótica ya no es algo del futuro y está empezando a convertirse en algo más de la vida cotidiana.

La primera revolución industrial que se da con un conocimiento cabal de cómo nuestras acciones y actos de producción impactan sobre el medio ambiente. Hoy existen leyes ambientales, normas y conciencia sobre el medio ambiente y la sostenibilidad que marcarán esta revolución de una forma nunca antes vista.

Sin embargo, no todo será sencillo, la nanotecnología, el Internet, los teléfonos inteligentes y otras tecnologías están cambiando nuestras vidas a un ritmo de vértigo. Estos cambios traen también un futuro incierto, ya mismo hay trabajos humanos que se pierden por ser innecesarios y se plantea que en un futuro muchas profesiones actualmente valiosas, como un abogado o incluso un médico, pueden remplazarse con sistemas de inteligencia artificial.

No sabemos qué clase de mundo va ser el resultante, cómo podremos responder ante estos cambios y qué solución vamos a encontrar para los millones de personas que dentro de muy poco necesitarán cambiar de empleos.

Pero por suerte muchas de estas tecnologías ya están ayudando a resolver problemas ecológicos; hoy día existe nanotecnología capaz de limpiar un lago contaminado en días o de reducir las emisiones de un motor gracias al control de un computador de forma asombrosa, lo que hace pensar que la sostenibilidad y el generar un medio ambiente más sano es parte de la revolución.

¿Cómo comenzó la cuarta revolución industrial? El primer país en hablar de la misma y que se encuentra actualmente a la cabeza del proceso fue Alemania y él mismo es uno de los países más comprometidos con los temas medioambientales.

La revolución digital ya cambió nuestro mundo, hoy día el nivel de información que podemos manejar es abrumador, todos podemos ser parte del ciberespacio, podemos crear una web fácilmente de esta manera o vivir conectado a través de nuestros teléfonos o pedir un taxi o comida con una app.

Pero la cuarta revolución industrial va un paso más allá. Imaginemos por un momento que un parapléjico se introduce en un traje y con su pensamiento lo comanda y puede mediante la asistencia mecánica y robótica de éste, volver a moverse y comunicarse como si nada; pues bien, estas cosas ya existen y estamos llegando a esos niveles.

En 2016, la cuarta revolución industrial fue el tema central del Foro Económico Mundial. Muchos apuestan por que los países asiáticos se vuelvan más fuertes durante esta revolución e incluso hay quienes dicen que podrá darse un reparto más equitativo de bienes. Esto se puede dar ya que se perderán empleos en países industrializados y surgirán nuevas oportunidades que probablemente puedan ser mejor aprovechadas por países hoy en vías de desarrollo.

Impacto de las nuevas tecnologías en el medio ambiente y en nuestras vidas.

La nanotecnología ya se está usando para depurar y generar agua, sin lugar a dudas estas nuevas tecnologías, que están apenas naciendo, podrán ayudar a la humanidad a luchar contra problemas como la contaminación o el cambio climático de manera mucho más simple y a una escala mayor.

El potencial de todas estas nuevas tecnologías es mucho, esperemos que se tomen en cuenta los marcos sociales, políticos y éticos que necesitamos para hacer un buen uso de estas tecnologías. Las grandes industrias ya empezaron con la adaptación y digitalización de sus procesos, consiguiendo ahorros de tiempo, materias primas y energía.

Lo que es seguro es que el cambio de tecnologías es real y vino para quedarse. Ahora el tema será si somos capaces de hacerlo de forma tal que ayudemos a obtener mejores sociedades y un mejor planeta en el que vivan nuestros hijos en el camino indicado.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Contaminacion/Cuarta-revolucion-industrial-y-su-impacto-en-la-ecologia

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Ecuador: La cátedra de Educación Sexual culmina con feria

América del Sur/Ecuador/14 Enero 2017/Fuente: El tiempo 

Por octava ocasión estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca concluyeron la Cátedra de Educación Sexual y Reproductiva, que busca que los futuros profesionales estén preparados para abordar estos temas sin tabúes y de forma adecuada.

Janeth Quiroga, estudiante de sexto ciclo de Medicina, quien se encontraba en una de las carpas de la feria de clausura exponiendo sobre el embarazo en adolescentes, resaltó la importancia de la materia, pero considera que esto debería darse a todas las personas.

“No basta con las charlas y campañas de prevención, sino que hay que hacer que los adolescentes y los padres se empoderen de estos conocimientos y puedan tratar estos temas sin ninguna vergüenza, eso puede garantizar que se eviten embarazos en adolescentes, por ejemplo”, comentó.

Oswaldo Suárez, coordinador zonal de salud, señaló que el Ministerio de Salud busca el acercamiento con la academia para que los conocimientos se pueda replicar en toda la sociedad. “Los estudiantes deben formarse acorde a las necesidades del país y a la realidad que vivimos, sobre todo en estos temas de educación sexual”.

Varias carpas se instalaron en el patio de la Facultad, en las que los estudiantes expusieron temas relacionados a la cátedra.

Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/cuenca/2/405920/la-catedra-de-educacion-sexual-culmina-con-feria

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Doce mil niños uruguayos participan en programa educativo verano

América del sur/Uruguay/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina

Más de 12 mil niños uruguayos de escuelas públicas participan en el Programa Educativo Verano, como uno de las proyectos del Consejo de Educación Inicial y Primaria para el período estival.
En la iniciativa, que surgió hace 27 años, participan 130 escuelas de todo el país, aunque la mayor presencia la tienen centros de Montevideo y el departamento de Canelones por su densidad poblacional, y ofrece diferentes propuestas impartidas por docentes y talleristas.

Pablo Caggiani, consejero de Educación Inicial y Primaria, declaró a reporteros que el programa tiene la novedad este año de incluir los campamentos, y explicó que se extenderá hasta el 10 de febrero venidero.

Señaló que, además, aborda el aprendizaje a través del juego, el arte, la educación del cuerpo, la convivencia en campamentos y salidas diarias, en tanto los niños desayunan y almuerzan en el centro.

Caggiani destacó el interés de los colectivos docentes en habilitar las instituciones escolares, la colaboración del Ministerio de Educación y Cultura, intendencias, municipios y campamentos educativos para impulsar la iniciativa durante todo un mes en el verano.

Apuntó el funcionario que pese a desarrollarse el programa en todo el país se priorizaron las zonas costeras y los barrios de mayor vulnerabilidad social.

El Programa Educativo Verano comenzó ayer en una escuela del barrio Aeroparque, en Canelones, y contó con la presencia de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=56142&SEO=doce-mil-ninos-uruguayos-participan-en-programa-educativo-verano

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Gobierno boliviano organiza abasto de agua en unidades educativas

América del Sur/Bolivia/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina 

El gobierno boliviano coordina hoy acciones para abastecer de agua a centros educativos afectados por el racionamiento del vital líquido en esta ciudad.
Los ministerios de Salud y Educación trabajan de conjunto con vistas garantizar el almacenamiento y la calidad del fluido destinado al consumo humano.

La entidad sanitaria prevé realizar muestreos para verificar el estado del agua distribuida por cañería y la almacenada en tanques o cisternas.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, Daniel Cruz, las muestras serán evaluadas por especialistas para determinar el nivel de cloro y además se les realizará un examen bacteriológico.

Bolivia sufre en la actualidad los efectos de una fuerte sequía, considerada la más intensa en los últimos 25 años y ocasionada por el cambio climático.

Ante la delicada situación en varios departamentos del país, el gobierno dispuso de algunas medidas para garantizar el abasto equitativo del vital líquido.

La ubicación de tanques fijos en zonas vulnerables y el abastecimiento de agua mediante cisternas son algunas de las acciones realizadas para aminorar los efectos de la sequía.

Creado por iniciativa del presidente boliviano, Evo Morales, el Gabinete del Agua dirige la distribución del vital líquido y la colocación de depósitos en las regiones afectadas por el fenómeno natural.

Esta iniciativa reitera el alto nivel de compromiso del Ejecutivo con el pueblo, afectado por una severa sequía desde noviembre pasado.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=56190&SEO=gobierno-boliviano-organiza-abasto-de-agua-en-unidades-educativas
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Libro: América Latina y el Caribe en la economía y sociedad del conocimiento

América Latina y el Caribe en la economía y sociedad del conocimiento

Una revisión crítica a sus fundamentos y políticas

Germán Sánchez Daza. [Editor]

Ana Laura Rivoir. Carlos Bianchi Pagola. Fernando Julio Piñero. María Eugenia Martínez De Ita. Miguel Ángel Aguilar Aguilar. Carlos Alberto Jiménez Bandala. Ana María Taborga. José María Araya. Rubén Ortigoza Limón. Guillermo Campos Ríos. Eduardo Shmidt. Dolores Erasun. Eduardo A. Rueda Barrera. Nathalie Chingaté Hernández. Raúl E. Porras Lavalle. Fernando Luis Neciosup La Rosa. [Autores de Capítulo]

Colección Campus Virtual.
ISBN 978-607-7541-86-8
CLACSO. BUAP. UR-U, DS, FCS. UNCPBA, FCH, CEIPIL.
2009

Esta compilación es resultado del curso impartido durante el segundo semestre de 2006 en el Campus Virtual del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, en el marco de la Cátedra Florestan Fernandes. La propuesta del curso partía de reconocer que hacía poco más de una década se habían desarrollado diversas caracterizaciones de la economía contemporánea, y de la sociedad en general, que argumentaban que en su funcionamiento había nuevos elementos que mostraban que se estaba transitando hacia una nueva fase o etapa histórica, así se señalaban, entre otros fenómenos: la revolución científico técnica, la acelerada difusión de las tecnologías de la información y la comunicación, el desarrollo de ramas productivas y empresas con altos contenidos de conocimientos científico-tecnológicos, los logros científicos y la creciente importancia de la educación, la evolución de los medios masivos de comunicación, etc. De esta manera, hacia fines de la década pasada se habían ya acuñado conceptos como infraestructura global de la información, new economy, economía basada en el conocimiento, sociedad del conocimiento, sociedad informacional, economía del aprendizaje. Algunos de ellos fueron abandonados en la medida que la misma realidad mostraba sus inconsistencias -por ejemplo el de «new economy», desechado a partir de la crisis de 2000-2001-, otros han ido adquiriendo mayor fuerza por su coherencia teórica y/o por su uso en las políticas públicas. En este contexto, en diciembre de 2003 y en noviembre de 2005 se efectuaron las dos fases de la denominada «Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información», organizada por la ONU, a través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones y de diversos organismos internacionales, gubernamentales y de la sociedad civil. […]

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=410&campo=titulo&texto=conocimiento

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Argentina: Fuerte cruzada de UDA en defensa de las paritarias nacionales

Argentina/Enero de 2017/Fuente: Nova Argentina

“La Organización Internacional del Trabajo dio curso a nuestro reclamo en contra de la violación de la libertad sindical respecto de la negativa por parte de la cartera educativa nacional de reapertura de la discusión salarial en el marco de las paritarias docentes”, indicó el titular de la Unión Docentes Argentinos y Secretario de Políticas Educativas de la CGT, Sergio Romero.

A su vez, el dirigente indicó que “es imprescindible que los funcionarios respeten las leyes, por lo tanto, presentaremos en los ministerios de Educación y de Trabajo de la Nación un escrito en el que se exige la convocatoria inmediata a paritarias para llevar a cabo la discusión del salario inicial docente tal como lo indica la Ley 26.075 de Financiamiento Educativo en su artículo 10 y el artículo 5 reglamentario del decreto 457/2007”.

“Esta gestión estaría incumpliendo las normas vigentes de forma descarada pretendiendo delegar exclusivamente en las provincias la discusión salarial, desvalorizando así a la paritaria nacional como ámbito de negociación en el que, además de un salario inicial para el sector,  se generan recursos para que las provincias puedan hacer frente al pago del mismo; algo que deberíamos recordarle a los gobernadores”, sentenció.

“Estamos viviendo un retroceso a la década de los noventa porque desmantelar la paritaria federal es acentuar lo que hizo el menemismo con la transferencia de los servicios educativos: desentenderse del sostenimiento de la educación. Esto nos entristece profundamente a quienes hemos luchado por reivindicar a la educación pública y rescatar a las escuelas técnicas del abandono político”, declaró Romero.

Y agregó que “no vamos a claudicar en nuestra lucha. Nos declaramos en estado de alerta y movilización, y advertimos que, de no haber una respuesta a nuestro reclamo acudiremos a la instancia judicial”.

“De continuar esta situación caótica es imposible que las clases comiencen en tiempo y forma y el único responsable de esto será el propio ministro de Educación y Deportes, Esteban Bullrich”, acusó el titular de la UDA.

Fuente: http://www.novargentina.com/nota.asp?n=2017_1_13&id=46048&id_tiponota=85

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