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Trabajo y cuidado en el contexto de la situación país de Venezuela

Por: Rose Mary Hernández Román

En Venezuela, los últimos hechos de violencia y abuso sexual dados a conocer, ha conllevado a que, junto al listón verde se inicie una campaña de protesta en las redes sociales con la etiqueta #LosNiñosYNiñasNoSeTocan.

Según datos publicados por el Ministerio Público (Fiscalía), durante los primeros 8 meses del año en curso, se contabilizan 718 denuncias de abuso sexual a menores de edad (niñas, niños y adolescentes), lo que representa una cifra elevada en comparación a 102 víctimas de este delito publicado por la Organización Cecodap en primer semestre de 2021.

En una mirada crítica, la situación estructural del país pasa a ser un escenario que propicia comportamientos aberrantes, de prácticas milenarias, siendo este fenómeno un problema de salud pública nacional y mundial, mantenidas en el tiempo, generando secuelas nefastas para las instituciones y las familias. Uno de los indicadores de  los altos índices de violencia suele cruzarse con la situación de pobreza, donde la mujer se enfrenta a múltiples formas de discriminación.

El tema de las sanciones y bloqueo económico a Venezuela, impuesto países dominantes, así como por las incongruentes políticas públicas aplicadas desde el gobierno a la clase trabajadora, tal como la Resolución 2792 del año 2018 y el instructivo de la ONAPRE, de mayo 2022, que especifica de manera arbitraria e ilegal los criterios para aplicar el incremento salarial decretado en el primer trimestre de este año, además de violar los Derechos Colectivos, deterioran cada vez más la estabilidad laboral, precarizando la vida, en especial de las mujeres, quienes en su mayoría son las proveedoras principales de los hogares.

La opulencia en la que ahora vive la nueva élite que gobierna cava aún más las brechas sociales, las desigualdades y carencias golpean fuertemente a diario a las familias, quienes deben hacer maromas para sobrevivir, entre otras cosas, con un salario mínimo o pensión por vejez  de 130 bs, que se corresponde a la fecha con 0,5 dólares por día al mes, cifra considerada por el Banco Mundial como pobreza extrema dado el valor monetario que representa el rango de ingresos.

En el caso de las y los docentes, los pagos mensuales no superan 80 dólares, mientras, la canasta básica está calculada superior a 358$ para el mes de septiembre del año en curso según CENDAS FVM, que es el Centro de Documentación y Análisis para las y los Trabajadores, sin entender entonces, por qué países con menor ingreso per cápita como Haití y México, o, Cuba con bloqueo económico de muchos más años que Venezuela, tengan salarios mínimos mayores para sus trabajadores y pensionados/as.

A diario toca ver cómo las y los trabajadores en servicio y,  al jubilarse, no gozan de un salario digno, tampoco cuentan con seguridad social posterior, no tienen HCM, los hospitales se encuentran sin insumos y con infraestructuras no aptas por falta de mantenimiento, resulta imposible pagar esparcimientos fuera de las ciudades donde se reside, medicinas, costear sus alimentos, cubrir con sus necesidades básicas, y, en la mayoría de las viviendas no se cuenta con servicios estables como agua, luz, internet y gas doméstico.

Esta realidad, sentida y gris, ha conllevado a que se tengan que redoblar o triplicar los esfuerzos para poder paliar parte de los gastos de sustento, por lo que ahora, además de las jornadas diarias de trabajo, las personas se dedican a actividades extras, asumen otros puestos de trabajos, mantienen relación dentro de la economía informal o, en otros casos, abandonan los empleos y emigran a otras tierras en búsqueda de mejores pagas.

Trayendo a este contexto un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello  en el 2021, el índice de abandono escolar para el 2021 fue de 1,2 millones de estudiantes y, de abandono de docentes a sus cargos se ubica en más del 40% ambos casos ha sido por condiciones de pobreza. Estos números se consideran discretos. Por parte del gobierno, existe una opacidad en datos e información desde los Ministerios de Educación. La última Consulta Nacional por la Calidad Educativa la realizó el gobierno en el año 2014.

El grueso de quienes siguen en puestos de trabajo en la Administración Pública tienen una sobrecarga laboral, con ello, el tema del cuidado y de los cuidados se complica. Las cantidades de horas que a diario los adultos progenitores o responsables de las crianzas o cuidos pasan fuera del hogar, son razones para que nuestras niñeces, infancias, juventudes y personas dependientes de cuidado, se encuentren sólxs e indefensxs y, por tanto, su integridad puede ser más fácil de vulnerar. Los casos de violencia doméstica, violencia sexual, desnutrición, desescolarización, prostitución, drogadicción, alcoholismo, trabajo infantil, desincorporación a las actividades escolares han incrementado.

Hoy día, Venezuela es el 2do país con mayor número de emigrantes en el mundo, hecho que incrementa el caos en el tema de la atención y cuidados a quienes dependen del mismo. La ausencia temporal de las personas adultas en sus hogares, facilitan el acecho y la transgresión a la vida por parte de quienes se aprovechan de la soledad en al que se pueden encontrar las personas indefensas. Muchos de los actos de violencia y abuso sexual, infanticidios y feminicidios, son cometidos por familiares o parientes cercanos a quienes se les confía en algún momento el resguardo de personas.

¿Cómo avanzar ante estos nudos críticos?

Se está frente un gigantesco problema que corta la esperanza de vida y desdibuja la sociedad del Siglo XXI. Es un entramado perturbador que amerita con urgencia la intervención del Estado no solo con implicancias legales para quienes cometen delito de violencia, sino también para con sinceras políticas económicas en la distribución equitativa de las riquezas entre toda la población y, políticas educativas  feministas que permitan la reconstrucción del tejido social en el marco de los Derechos Humanos y a una vida libre de violencias.

Vale decir que, la justicia social en la lucha por la igualdad de oportunidades para acceder a empleos, salarios justos y equitativos es un tema recurrente en las Ciencias Sociales. Constituye un principio de la vida en común. Como principio social, requerimos construcciones de contextos donde se potencien las voces, nuestras voces, esas voces que no callan ante la indiferencia de quienes oprimen y ponen en filo el buen vivir, borrando con ello la paz de las mujeres y del Pueblo.

Referencias:

1,2 millones de estudiantes abandonaron la escuela en los últimos años, revela la UCAB

https://cronica.uno/abuso-sexual-y-maltrato-infantil-los-hechos-violentos-mas-publicados-en-la-prensa-durante-primer-semestre-de-2021/

https://www.swissinfo.ch/spa/venezuela-abusos_venezuela-contabiliza-718-denuncias-de-abuso-sexual-a-menores-en-ocho-meses/47919590

Informe de Coyuntura OVE: Inversión, salarios y condiciones de trabajo de los y las docentes en América (pdf): https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/381852

Memorandum 2792: https://lascomadrespurpuras.com/wp-content/uploads/2019/09/Memorando-oficial-2792-del-Ministerio-del-Trabajo.pdf

Violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes se incrementó entre 2019 y 2021

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Venezuela: Profesores, administrativos y obreros de la UCV realizarán marcha este miércoles 26 de octubre

Profesores, administrativos y obreros de la UCV realizarán marcha este miércoles 26 de octubre

Marcharán desde Parque Carabobo hasta el Ministerio de Educación Universitaria

«La Onapre está reteniendo las cotizaciones que los obreros y empleados hacen al sindicato. Es un dinero que nosotros los trabajadores aportamos a nuestros sindicatos. Igual está pasando con el dinero que aportamos a nuestras cajas de ahorro», dijo Eduardo Sánchez

Con la intención de reclamar más de 3,7 millones de dólares que le debe la administración de Nicolás Maduro desde abril a octubre de este año, los profesores, el personal administrativo y los obreros marcharán de la Parque Carabobo hasta el Ministerio de Educación Superior el miércoles 26 de octubre.

La convocatoria fue hecha por Eduardo Sánchez, presidente de la Asociación de Trabajadores de la Universidad Central de Venezuela, quien pidió a todos los sectores acompañar esta «noble causa y reivindicar los derechos laborables de todo el sector».

«Todos los gremios de la Universidad Central de Venezuela en concordancia con todos los gremios del sector público del país convocamos para el próximo miércoles una jornada nacional de protesta. Una jornada que se debe dar en toda las instituciones de educación superior y que debe ser acompañada por el resto de la sociedad civil y todos los sectores para exigir que el bono de Fin de Año sea cancelado de una vez y no como pretende el gobierno, que lo quiere hacer en fracciones», dijo el directivo.

Reveló que van a «realizar una marchar desde Parque Carabobo hasta el Ministerio de Educación Universitaria para consignar un documento en el que solicitamos una rogatoria. Tenemos las cifras que demuestran que el instructivo Onapre no existe, pero como roba. Nos han quitado más de 23 millones de bolívares en apenas seis meses. Se están robando ese dinero, porque ellos (gobierno) alega que no existe, pero lo están descontando. No existen, pero no los aplican«.

También denunció la apropiación indebida, que es penalizada por la leyes de este país, por apropiarse de las cotizaciones de los sindicatos de las universidades. «La Onapre está reteniendo las cotizaciones que los obreros y empleados hacen al sindicato. Es un dinero que nosotros los trabajadores aportamos a nuestros sindicatos. Igual está pasando con el dinero que aportamos a nuestras de ahorro».cajas

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/actualidad/n377665.html

 

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Venezuela: Investigaciones Lugarizadas – Universidad Nacional Experimental del Magisterio Mérida y Monagas

Investigaciones Lugarizadas – Universidad Nacional Experimental del Magisterio Mérida y Monagas

«La participación activa del colectivo pedagógico del PNFA Dirección y Supervisión Educativa, ha garantizado que el programa continúe dando sus aportes en cada uno de los espacios de formación donde ha sido necesario su apoyo. Durante este periodo ha sido motivante en virtud de que en ocasiones anteriores los participantes consideraban que no era necesario fortalecer estos aspectos, sin embargo cuando se efectúa el llamado para la inscripción del curso nacional multimodal retorno seguro a clases, despertó el interés siendo uno de los curso con mayor participación, en cuanto a los congresos pedagógicos por la dinámica presentada de la medida de bioseguridad solo se reportó 21 participantes.» (Cuadernillo de Monagas, p. 8)

 

«Durante el transitar de la formación de educación primaria, hemos observado los avances que se han reflejado en nuestra área, este programa se inicia un 10 de diciembre del año 2016, con el desarrollo del Congreso Pedagógico Circuital, es a partir de allí que vemos la necesidad de dar a conocer a nuestras maestras ymaestros la importancia de hacer investigaciones desde nuestras realidades, lo importante de sistematizar las experiencias que vivimos en nuestro quehacer educativo.» (Cuadernillo de Monagas, p.16)

Descargar los cuadernillos completos  en los siguientes enlaces con doble clips:

CUADERNILLO MERIDA

 

CUADERNILLO Nº 1 ESTADO MONAGAS

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación CII OVE

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Venezuela: La Etno-Cultura Popular como Propuesta Formativa y Pedagógica

La Etno-Cultura Popular como Propuesta Formativa y Pedagógica

Yuleima Rodríguez Torcatt

El recurso que se expresa a continuación forma parte de la construcción analítica y critica, ya que la génesis de su formulación parte de las realidades y consideraciones del campo problemático presente en los diversos aspectos relevantes de los programas PNF de la Universidad Nacional Experimental del Magisterio “Samuel Robinsón”, los cuales están estrechamente ligados a la propuesta de una pedagogía contextualizada, pertinente, liberadora y aproximada a la comunalización educativa.

Es necesario reconocer que nuestra sociedad requiere mayor interés por parte especifica de los entes educativos, quienes gestionan, diseñan, impulsan y orientan actividades de carácter cultural, ya que desde diversos resultados obtenidos de  investigaciones científicas y estudios territoriales desde la perspectiva  de la cotidianidad se han recabado estadísticas y referencias sustentadas que, comprueban dos visiones: en primer lugar, la carencia de conciencia ciudadana y desconocimiento sobre acciones y acaecimientos discriminatorios en el aspecto étnico  en un alto porcentaje por parte de la población; en segundo lugar que, en una mínima porción se defienden los derechos en comunidades, pueblos y grupos discriminados culturalmente, donde hay que destacar que han sido procesos inéditos para defender activamente sus derechos en todos los aspectos sociales.

Es importante señalar que en los últimos 20 años, a través de la creación e impulso de marcos legales y nuevos modos de organización, en Venezuela surgió un sistema nacional incluyente, democrático, participativo y protagónico, hechos prácticamente inalcanzables por la población hasta entonces. A partir de allí se aunaron más esfuerzos, principalmente desde las bases del pueblo con la puesta en praxis de la creatividad, para la conformación de numerosos modos de encuentros, grupos y organizaciones pluri-etnicas, pluri-culturales y bilingües que se encuentran desplegados en todo el territorio nacional.

También hay que señalar  que, la discriminación étnica no es un tema nuevo en  debates, ni en acciones político-culturales, ya que está ha tenido su origen y cimientos a través de representaciones sociales, educativas y culturales con efectos negativos sobre aquellos que, como colectivos, fuerzas activas, movimientos sociales, entre otros,  se han definido como excluidos de sus libres derechos y visibilización en el ejercicio de la ciudadanía, reivindicación y exaltación en sentido de iguales, en el desarrollo educativo y cultural de los pueblos.

Todos estos acontecimientos históricos son el producto de dolorosos procesos colonizadores, los cuales asignaron al pueblo el papel de subordinado por parte de intereses individualistas e intencionalidades europeas, en contra de grupos vulnerables, que supuestamente no se adecuaban a las características exigidas por las y los denominados blancos, pudientes, clasistas, capitalistas, saqueadores y asesinos. Pero desde entonces, las poblaciones afro e indígenas han librado múltiples  batallas, ubicándose en la actualidad como héroes y heroínas que con el transcurrir del tiempo nos dejaron como legado la fuerza, la resistencia y las armas culturales, entre otras, para la defensa y liberación contra fuerzas impositivas, dominantes, capitalistas, hegemónicas y castrantes, en la recuperación de derechos, igualdad e inclusión social.

Actualmente no basta el deseo de reconocer e implementar un sistema de igualdad como un derecho, valor y  principio constitucional. Se requiere generar condiciones y mecanismos formativos para todas las personas que principalmente hacen vida en las instituciones educativas y que estas vayan siendo evaluadas desde el impacto y transformaciones sociales en los sentidos de igualdad étnica que se vayan garantizando en la población, pero desde términos palpables y efectivos.

Dicho lo anterior porque uno de los canales que han permitido la permanencia del problema discriminatorio en el campo cultural ha sido la práctica Docente, que incide en la falta de cauciones propias y colectivas para lograr una verdadera igualdad entre ciudadanas y ciudadanos, pese a que el Estado ha formulado instrumentos y política pública que permiten prevenir, eliminar y sancionar toda forma de discriminación que vulnere la libertad y el derecho ciudadano a la igualdad social.

De esta forma, la propuesta pedagógica tiene como intencionalidad contribuir colectivamente a la transformación de los contextos institucionales y comunitarios, en el desarrollo endógeno de las culturas, tradiciones, saber popular y costumbres de los pueblos.

La propuesta se fundamenta  en la revisión teórica de las leyes, decretos, lineamientos que emana el Ministerio del Poder Popular para la Educación y su aspiración de la Comunalización de la Educación, así como de la sistematización de experiencias y su revisión teórico-práctica de las relaciones sociales, lo cual permitirá aprovechar nuestros modos, medios, instrumentos y avances que en esta materia proporcionen viabilidad para la formulación de nuevas políticas gubernamentales, con la cual se agilice el desarrollo del territorio comunal, local, regional y nacional con apoyo de las herramientas que facilita y favorece las dinámicas colectivizadas de la Universidad Nacional Experimental Samuel Robinson, a través de las y los estudiantes, Redes Lugarizadas de Investigación, diversas estructuras organizativas, entre otros, que se encuentran agitando los territorios del país con investigaciones más acordes a la realidad.

Hay que reflexionar sobre, como la discriminación étnico-educativa-cultural se disimula en los contextos educativos, comunitarios y comunales; pero con riqueza multicultural, pluricultural y popular que se encuentra invisibilizada. En consecuencia estas acciones están  manifiestas  y conllevan a elevar aportes que pueden contribuir a la formulación de nuevas políticas educativas que requieren la comprensión que, la discriminación étnica-educativa- cultural es un hecho que debe ser asumido como una de las principales problemáticas educativas y sociales, para así alcanzar la transformación e impulsar la gestación de un sistema educativo que reivindique al ser humano desde el reconocimiento y la reivindicación a viva luz de su acervo étnico.

En este precepto, es favorable resaltar que nuestra propuesta se basa en la incorporación la formación étno-cultural obligatoria y con la misma relevancia que tienen las áreas de conocimientos universales (matemática, lengua, ciencias, química…), pero desde la mirada de nuestros orígenes indígenas y afro. Es por ello que en nuestras prácticas pedagógicas y en los procesos propios de los Proyectos e investigaciones, de las cuales los principios y propósitos de las Redes Lugarizadas de Investigación presentan la esperanza de obtener una educación contextualizada en la que el currículo educativo-cultural se considera invisibilizado, aun cuando siempre ha estado ahí, en lo individual y colectivo de nuestras y nuestros ciudadanos, quienes hacen vida en los centros educativos y comunidades, cuyas realidades se basan en la diversidad de saberes étnicos que bien podrían contribuir a la educación que demanda el país desde el matiz de la producción y transformación social que busca mermar el sistema capitalista y colonizador.

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación / CII OVE

 

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Venezuela y su derecho a la insurgencia

Franklin González*

*Sociólogo (UCV). Doctor en Ciencias Sociales (UCV). Profesor Titular. Ex director de la Escuela de Estudios Internacionales. Estudios Posdoctorales en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”. Autor de diez libros (10). Profesor de postgrado en la UCV, en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Investigación y Postgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura. Fue embajador en Polonia 2005-2006, Uruguay y Grecia y Decano de Postgrado de la Unerg. Conferencista en eventos científicos y políticos, nacionales e internacionales y articulista de periódicos y revistas. framongonzalez@gmail.com.

“El problema de todo intelectual es un problema de responsabilidad. Frente a sus lectores, o sea su pueblo. Y ese problema de responsabilidad, si no es ético, ¿qué es? Es una cuestión de opciones: está el tipo que se queda en su “torre de marfil” y sigue escribiendo sonetos -perfectamente en su derecho-, pero no es un hombre que asume una responsabilidad de tipo histórico”. (Julio Cortázar: Reportaje publicado en la edición impresa de diario Clarín del 3 de diciembre de 1983).

Introito

En América Latina y El Caribe al iniciarse el siglo XXI comenzó a evidenciarse un panorama de cambios políticos que marcaron una inflexión respecto a lo que era la “normalidad” existente. La llegada de Chávez en Venezuela (1999), Lagos en Chile (2000), Lula y Kirchner en Brasil y Argentina (2003), Vázquez en Uruguay (2005), Morales en Bolivia (2006), Correa y Ortega en Ecuador y Nicaragua (2007), y si se agrega a Castro en Cuba, hizo que se hablara de un giro hacia el progresismo con banderas contrahegemónicas en los discursos y programas de la inmensa mayoría de estos gobernantes.

Uno de esos gobiernos, que le dará un sello particular a ese giro hacia el progresismo, lo constituyó, sin lugar a dudas, el gobierno de Hugo Chávez Frías en Venezuela, quien desde un inicio introduce propuestas que van a generar impacto y mucho ruido en quien era y sigue siendo el hegemón en esta zona del mundo.

En este ensayo, utilizando conceptos de la insubordinación fundante de Marcelo Gullo, del nuevo constitucionalismo y del pluralismo jurídico emancipador, intentaremos dar cuenta de un proyecto emancipador, antihegemònico, como el de la Revolución Bolivariana, que ha levantado las banderas de la resistencia pero también de la insurgencia, bajo el derecho de transición social que le asiste a su pueblo y que ha sido acosado por el todo el poder imperial de EEUU.

El poderoso y el débil en la RI

Tucídides en la Historia de la guerra del Peloponeso (1986: 14), al referirse al diálogo entre los embajadores de Atenas y Melos, dice:

“Vosotros sabéis, como nosotros sabemos, que, tal como suceden las cosas en el mundo, el derecho es un tema del que tratan sólo los que son iguales entre sí por su poder, en tanto que los fuertes imponen su poder, tocándoles a los débiles padecer lo que deben padecer”.

En el artículo: “Apuntes para una teoría crítica de las Relaciones Internacionales”, el escritor argentino Marcelo Gullo (2011: 2-3), sostiene que los estados no son iguales unos a otros, sencillamente, porque algunos tienen más poder que otros y que:

“Por la propia naturaleza del sistema internacional, donde rige, en cierta forma, una situación que se asemeja al estado de naturaleza, los estados con poder tienden a constituirse en estados líderes o a transformarse en estados subordinantes y, por lógica consecuencia, los estados desprovistos de los atributos del poder suficiente para mantener su autonomía tienden a devenir en Estados vasallos o estados subordinados, más allá de que logren conservar los aspectos formales de la soberanía”.

Cuando están en juego los intereses vitales de las grandes potencias el principio de la igualdad jurídica de los estados se transforma en una ficción que apenas sirve a fines decorativos. La política internacional comporta siempre un choque de voluntades: aquella que busca imponerse y la que lucha por no dejarse imponer la voluntad del otro, porque está constituida por estados que pretenden determinarse libremente.

En términos jurídicos y siguiendo con Gullo, se estaría hablando de Estados subordinantes y estados subordinados. Los primeros en el ejercicio de su dominio, utilizan tanto el poder militar, como el poder económico y el poder cultural, que es el que últimamente le está dando mucho rédito.

Para los segundos, el querer decidir sobre su propio destino implica, siempre, una tensión dialéctica entre el temor a las sanciones que pueda recibir y el deseo de alcanzar la libertad o la máxima capacidad de autonomía posible que es capaz de conquistar. Situados como subordinados y pensando cómo salir de esa condición, es imperativo entonces elegir entre ser simples espectadores o protagonistas de la historia.

De allí que sea siempre importante tener una visión totalizadora de las relaciones internacionales, que contemple no sólo la mirada desde el “poder”, sino también desde la carencia del mismo, las características y el funcionamiento del sistema mundial, las posibilidades que tienen sus miembros de actuar en función de sus propios intereses y la perspectiva desde la que uno se ubica, para comprender el funcionamiento del sistema.

Con el escritor ruso Alexander Dugin (2018), diríamos que: o somos sujetos de la historia nuestra o seguimos siendo objetos de la historia hecha por otros. Hay que tener presente que las relaciones internacionales, nació como una disciplina occidental, con una particular visión -la etnocèntrica-, y que dentro de una concepción de reconocimiento del otro, no se debe negar o ignorar, pero que nos conmina a desarrollar construcciones propias en el campo epistemológico.

En el caso particular del derecho, debemos, como diría Boaventura de Sousa Santos, en Derecho y emancipación (2012), tener claro que existe el pluralismo, esto es,  hay varios tipos de derecho que coexisten y no operan uniformemente sobre la base de una misma racionalidad ni sobre los mismos espacios sociales. Estos distintos derechos operan articulados y jerarquizados, pero sin reflejar un criterio homogéneo de unión en todos los casos.

El derecho del poderoso

En el texto El Imperio norteamericano (1970: 11-12)), el periodista francés Claude Julien afirma que Estados Unidos es el imperio sin fronteras al ser «no únicamente el más poderoso que jamás haya conocido la historia” y que “tiene entre sus manos el destino de la humanidad”, sino que es, sobre todo, “extraordinariamente voraz”.

Ese imperio, que no respeta norma ni ley internacional alguna, siempre ha aplicado lo que la profesora Aleida Hernández Cervantes (2014) llamaría, con toda propiedad, el Pluralismo Jurídico Transnacional como expresión jurídica de la globalización hegemónica.

Con la Venezuela bolivariana sustentamos la siguiente tesis: todos los presidentes de EEUU, que se han turnado, han aplicado, en política exterior, el liberalismo y el realismo, simultáneamente, esto es, una versión del Pluralismo Jurídico Transnacional

Una vez que en Venezuela se aprobó una nueva constitución y se comenzó su implementación, los distintos inquilinos de la Casa Blanca (desde hace veinte años), se han planteados qué hacer con un país “débil” como la República Bolivariana de Venezuela que “osa” desafiar sus intereses hegemónicos en el Continente Americanos, simplemente porque defiende su independencia, soberanía y autonomía. Esa pregunta se la hizo Bill Clinton, George W. Bush, también el afrodescendiente Barack Obama, se la hizo Donald Trump, representante de los WASP (White Anglo-Saxon and Protestant) y ahora se la hace el demócrata Joe Biden. Todos, y más allá de la frase latina mutatis mutandi, respondiendo a los intereses de los que realmente mandan en ese país: los «poderes fácticos» (constelación de fuerzas económicas, sociales, políticas, militares e intelectuales que diseña, elaboran y ejecutan la política exterior de ese país, entre las cuales se encuentran el Pentágono, la Casa Blanca, los thing than, los lobbys de distintos tipos, las transnacionales, los grandes grupos económicos) o el “Estado profundo” (una especie de gobierno en la sombra).

Después del breve interregno de Bill Clinton (1999/2001), donde hubo un respeto mutuo, las dos presidencias del republicano George W Busch (2001/2009) significaron el comienzo de las relaciones de presión y acoso de EEUU sobre Venezuela. Es así como se acusó al presidente Chávez de mantener un “patrón preocupante de comportamiento provocador” y “derrochador de la riqueza del petróleo en un esfuerzo por promover su visión anti-estadounidense y hostil”. También se dijo que la política de Chávez fomentaba la inestabilidad regional y se le endilgó el calificativo de “terrorista y demagogo”, lo cual se dijo en el contexto de la política de seguritización puesta en marcha por EEUU después de los sucesos del 11/09/ 2001.

El golpe de estado de Abril 2002 fue aupado y apoyado por el gobierno de Bush. En febrero del año 2006 ambos gobierno expulsaron a representantes diplomáticos de las embajadas de los respectivos países. Pero esa teoría del realismo siempre la acompañó este gobernante con la acusación de que en Venezuela se violaba la libertad, la democracia y los derechos humanos (principales postulados del liberalismo). El 31/07/2006,  el presidente Bush, durante una entrevista concedida a la cadena de televisión Fox News, afirmó: “Me preocupa mucho un Gobierno que pueda minar los principios de la democracia (…) la amenaza mayor que afrontamos en la vecindad es el debilitamiento de los valores e instituciones de la democracia” y a Chávez lo veo como una amenaza para la democracia” (https://www.lavanguardia.com/internacional/20060731/51278193354/bush-asegura-que-chavez-es-una-amenaza-para-la-democracia.html)

Luego, los dos períodos del demócrata Barack Obama (2009/2017), llevaron a su máxima expresión esas relaciones tirantes contra Venezuela, hasta tal extremo que el 9 de marzo de 2015, faltándole menos de un año para dejar la presidencia, dejó la siguiente declaración:

“Yo, BARACK OBAMA, Presidente de los Estados Unidos de América, entiendo que la situación en Venezuela, incluida la situación del Gobierno en cuanto la erosión de las garantías de derechos humanos, la persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las protestas contra el gobierno, y el arresto arbitrario y la detención de manifestantes que están en contra del gobierno, así como la presencia exacerbada de corrupción pública significativa, que constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, declaro por medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza”.

En otras palabras, nada más y nada menos, que la teoría del liberalismo combinada con la teoría del realismo en una misma declaración.

Después vendrían los cuatros años del republicano Donald Trump (2017/2020), que siguió la línea trazada por el “Estado profundo” aplicándole a Venezuela realismo puro, al renovarse cada año el decreto de Obama, aderezado con otros ingredientes, como las medidas unilaterales, el bloqueo económico, financiero y comercial, la máxima presión con “sanciones” de todo tipo y con “todas las opciones sobre la mesa”, incluyendo la amenaza de una invasión militar directa o, en todo caso, una “guerra proxy”.

Se desarrollaron cualquier cantidad de fórmulas para acabar con la revolución bolivariana a través de la “guerra híbrida”, “guerra multiforme” o “guerra difusa”. Se intentó asesinar al presidente Nicolás Maduro (agosto/2019/), se sabotearon servicios públicos (permanentemente) y se intentaron invasiones del país por la frontera con Colombia (febrero/2019) e incluso por las costas del mismísimo estado La Guaira (mayo/2020)., que se encuentra muy cerca de la capital, Caracas.

Todo ello se acompañó con la acusación permanente de la violación a la libertad, la democracia y los derechos humanos. Se desconocieron las elecciones de mayo de 2018 donde el pueblo eligió como presidente a Nicolás Maduro; se estimuló y apoyó, sin fundamento jurídico alguno, la autojuramentación, a principios del año 2019, como presidente del país de Juan Guaidó, quien para ese entonces era el presidente de la Asamblea Nacional (AN), poder que se encontraba en desacato, según sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Se presionó para que otros gobiernos actuarán en el mismo sentido y así que constituyó el Grupo de Lima (agosto/2017), como mampara regional contra la revolución bolivariana, una vez que fracasaron con la Organización de Estados Americanos (OEA) en la aplicación contra Venezuela de la “Carta Democrática Interamericana”.

Han insistido una y otra vez en la existencia en Venezuela de una dictadura y que, por tanto, deben endurecerse las presiones contra nuestro país para lograr la “restauración plena” de la democracia y la libertad.

El gobierno de Trump presionó y atosigó a Venezuela hasta más no poder. No fue el instrumento de la diplomacia el que utilizó esa administración sino los ataques directos y frontales. El Departamento amplió sus medidas unilaterales. En agosto de 2017, Trump promulgó el Decreto número 13808, a través del cual prohibió la compra directa o indirecta de valores procedentes del gobierno de Venezuela; recrudeciendo el boicot financiero y la política de aislamiento de la banca privada y pública, y afectando gravemente las operaciones de la estatal petrolera Petróleos de Venezuela (PDVSA). La medida impidió que el país tuviese acceso a los mercados financieros de los EE.UU. y significó el inicio de una fuerte caída en la capacidad importadora de la nación.

En marzo de 2018, Trump dictó el Decreto número 13827, que prohibía toda transacción relativa a la expedición y el uso de cualquier tipo de dinero electrónico,

Moneda digital o token digital por parte del Gobierno de Venezuela., quien semanas había lanzado la criptomoneda «Petro».

Después, el 21 de mayo de 2018, tras la reelección de Maduro, Trump arremetió con el Decreto 13835, que recrudeció las prohibiciones de transacciones u operaciones de refinanciamiento de la deuda venezolana, aplicadas no solo al Gobierno, sino a todos los entes estatales, entre ellos el Banco Central de Venezuela (BCV) y nuevamente PDVSA.

Estas sanciones afectaron el comercio de bienes desde y hacia Venezuela, las transacciones financieras internacionales del Estado y de las entidades económicas que tienen vínculos con éste, la capacidad de emitir deuda soberana nueva y la capacidad de refinanciar la deuda ya asumida, así como el comercio petrolero y la cadena de suministros asociada a esta industria.

El 1 de noviembre de 2018, con el Decreto 13850, Trump estableció un marco para bloquear los activos y prohibir las transacciones de personas que operaran en el sector oro o «en cualquier otro sector de la economía que determine el Secretario del Tesoro».

De hecho, el 28 de enero de 2019, según ese mismo decreto, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro clasificó como «empresa designada» a PDVSA. Como consecuencia, todos los bienes y las participaciones de la estatal petrolera que se encuentran dentro de la jurisdicción de los EE.UU. (incluyendo la filial CITGO) fueron bloqueados, y se prohibió en términos generales que los ciudadanos y las compañías estadounidenses realizaran operaciones con la empresa.

Luego, el 5 de agosto 2019, la orden ejecutiva 13884 amplió el programa de sanciones a la categoría de «embargo». Fue así como EE.UU. procedió al bloqueo de todos los activos del Estado venezolano en territorio estadounidense y autorizó la aplicación de sanciones secundarias contra empresas o países que tuvieran relaciones comerciales con Caracas. (Información que se encuentra en: https://actualidad.rt.com/actualidad/343356cincoanossancioneseeuuvenezuelacrimen)

Tampoco reconocieron las elecciones parlamentarias del 06/12/2020 y realizaron la presión necesaria y el lobby correspondiente, para lograr que otros gobiernos del continente americano y europeo los acompañaran en esa posición.

En febrero de este año 2021 la relatora especial de las Naciones Unidas sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas en el disfrute de los Derechos Humanos, Alena Douhan, presentó las observaciones preliminares sobre su visita a Venezuela para evaluar el impacto de las sanciones unilaterales sobre la población venezolana. En ese informe se constata que las sanciones impuestas a Venezuela especialmente a partir de 2014 han propiciado, entre otros, los siguientes resultados: Los ingresos públicos se han reducido en un 99%. El país vive actualmente con el 1% de los ingresos anteriores a las sanciones. Las remesas procedentes del extranjero han disminuido debido al bloqueo de los activos del Estados, a la complejidad de las transferencias bancarias y a los impedimentos para realizarlas. Los activos venezolanos congelados en bancos de Estados Unidos, Reino Unido y Portugal ascienden a 6.000 millones de dólares.

En su evaluación la relatora especial subraya que las sanciones unilaterales contra Venezuela constituyen una violación del Derecho Internacional, y por lo tanto son ilegales, e impactan gravemente contra la población del país e impiden el disfrute de los Derechos Humanos y califica como “efecto devastador” el impacto de las sanciones sobre el derecho a la alimentación, el derecho a la salud, el derecho a la vida, el derecho a la educación y el derecho al desarrollo

(file:///F:/Informe%20UN%20Relatora%20Especial%20Medidas%20Coercitivas%20Unilaterales-%20Venezuela.pdf)

Producida la derrota electoral de Trump, la ilusión hizo presencia. Muchos cifraron la esperanza en que con Joe Biden habría un cambio en esa política de enfrentamiento frontal, que se pondría fin a la estrategia de “máxima presión” y se abriría una oportunidad para promover una solución política.

Pero esas ilusiones están pasando al terreno de la distopía. Las nuevas actuaciones han comenzado. Se están utilizando otros mecanismos buscando el mismo objetivo. Ahora el énfasis se coloca en la aplicación de lo que se llama el soft power (el poder suave) y en la utilización del “multilateralismo”.

No hay duda de que Venezuela es un objetivo asediado y apetecible y, por tanto, factores muy poderosos, desde afuera y desde adentro, la tienen en la mira. Pronunciamientos van y vienen, casi a diario, construyendo el expediente para declararla un “Estado fallido”. Es una nación acosada por múltiples factores que emplean cualquier cantidad de recursos para lograr lo buscado. La coordinación de esfuerzos en el mundo y el servilismo interno no tiene precedentes.

En conclusión, con la Venezuela bolivariana todos los gobiernos que han transitado hasta ahora por la Casa Blanca -republicanos y demócratas-, han implementado simultáneamente el realismo y el liberalismo o, en otros términos, el pluralismo jurídico transnacional. En el caso del realismo por lo estratégico que significa la ubicación geográfica y las riquezas internas de Venezuela y el liberalismo, por el “mal ejemplo“ que significa Venezuela para América Latina y El Caribe, al proponer y estimular mecanismos de integración antihegemónicos (EL Alba, Petrocaribe, Unasur y la Celac).

Simultáneamente, todos estos gobernantes, han levantado la bandera de tres valores contra la revoluciòn bolivariana: la libertad, la democracia y los derechos humanos. (González, Franklin “La revolución bolivariana y Joe Biden”, 2020)

El derecho a sublevarse y emanciparse

Pero nada ni nadie puede arrebatarle a un pueblo, que ha decidido ser independiente, libre y emanciparse, su derecho a sublevarse contra la opresión y contra las sanciones que representa la voluntad del poderoso.

Ese derecho a sublevarse, al ubicarlos en el contexto del derecho insurgente, nos lleva a realizar algunas consideraciones sobre este último.

El derecho insurgente es el “creado por los oprimidos para defender sus intereses y necesidades», siguiendo la lógica del profesor Antonio Carlos Wolkmer (2017). Este Derecho rompe con la fetichizaciòn de la ley, detrás de la cual siempre está la voluntad constituyente y del «estado de derecho» (por sobre la vida de los excluidos); también rompe con el poder constituido, trasciende el ámbito del Estado moderno que “carece de unidad cultural”, por tanto nace del pueblo, se anida en los “sujetos sometidos” (Foucault), en las diversas comunidades, en los movimiento sociales.

Transforma el sistema del derecho desde una nueva instancia de legalidad y legitimidad en tanto es el nuevo poder constituyente.

En la búsqueda de nuevas formas plurales y alternativas de legitimación contrahegemónicas a la tradición formalista y dogmática del derecho occidental, el derecho insurgente es un derecho contrahegemònico y emancipador, que rompe, además, el «mito» monista de la centralización del derecho. Se inscriben en una propuesta que se configura por un tipo específico de pluralidad jurídica, abierta, participativa, democrática e intercultural, y que es síntesis de todos los intereses cotidianos, individuales y colectivos y puede ser considerado una expresión de “pluralismo jurídico, de liberaciòn o juridicidades insurgentes, prácticas que se disponen ir más allá de las esferas de la modernidad monocultural y colonizadora, transformando las instituciones”, según Jesús Antonio de la Torre Rangel (2018).

El derecho insurgente sería una suerte de pluralismo comunitario, capaz de reconocer y legitimar normatividades extra e infra-estatales, generadas en virtud de las carencias y las necesidades fundamentales provenientes de nuevos sujetos sociales, y de captar las representaciones legales de sociedades emergentes en procesos de descolonización, marcadas por estructuras de igualdad precarias y pulverizadas por espacios de conflictos permanentes.

De allí que representa un avance democrático en dirección a una legalidad plural, fundada no más exclusivamente en la lógica de una racionalidad formal, sino en la satisfacción de las necesidades y en la legitimidad de nuevos sujetos sociales. Se inscribe, además, en los nuevos modelos plurales, participativos y democráticos de justicia que apuntan hacia el desarrollo de ciertas prácticas designadas de juridicidad alternativa. En este sentido, no es propiamente un «uso alternativo del Derecho», sino de un proceso de construcción comunitaria de otras formas jurídicas compartidas.

Podríamos  inscribirlo también en la llamada sociología de las emergencias, de la cual habla Boaventura de Sousa Santos, en tanto plantea una variedad de luchas, iniciativas, movimientos y organizaciones que en distintos ámbitos (local, nacional o global) acuden al derecho como recurso para propósitos emancipadores

En ésta el papel de la «crítica jurídica» es fundamental como estrategia pedagógica para crear las condiciones epistemológicas y político-ideológicas de una justicia material efectiva que pueda expresar la alternatividad de un espacio público realmente democrático, capaz de buscar una nueva hegemonía, síntesis de la «voluntad general», en la que coexistan con la pluralidad de los intereses particulares, en una igualdad fundada en las diversidades y en las diferencias.

Es necesario considerar que la constitución de una cultura jurídica antiformalista y pluralista, fundada en los valores del poder social compartido está necesariamente vinculada a los criterios de una nueva legitimidad. El nivel de esa eficacia pasa por la legitimidad de los actores sociales involucrados y de sus necesidades y reivindicaciones.

El objeto último de la teoría crítica es ella misma, transformarse en un nuevo sentido común, en un sentido común emancipatorio, que reconozca el poder científico del conocimiento del «común y como parte de la crítica jurídica opera en la búsqueda de liberar al sujeto de su condición histórica como un ser negado y como un ser excluido del mundo de la vida con dignidad. La «crítica», como saber cognitivo y ejercicio de la emancipación, tiene que mostrar el grado de alienación y de automatización.

Dicho lo anterior, afirmamos que los gobiernos de la revoluciòn bolivariana no han hecho otra cosa que sublevarse contra el dominio del poderoso del norte, con todo su andamiaje jurídico de dominio mundial y de pluralismo jurídico transnacional en función de la emancipación de Venezuela. Y para eso sustenta su accionar en los postulados recogidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), que fue el resultado de una Asamblea Constituyente originaria y de un referéndum popular realizado el 15 de diciembre de 1999  y que se inscribe en el desarrollo del nuevo constitucionalismo latinoamericano.

Es así como desde 1999 se comenzó un proceso de reformas políticas e institucionales con el propósito de extender el alcance y la intensidad de las prácticas democráticas al interior no solamente del Estado existente sino sobre todo en la sociedad venezolana. Dichas reformas implicaron la redacción de una nueva constitución que amplia y profundiza los derechos de los ciudadanos y actualiza sus contenidos, preocupándose especialmente por crear las condiciones necesarias para incluir amplios sectores de la población que fueron históricamente excluidos del disfrute de los derechos y servicios esenciales.

El Estado venezolano se define ahora como democrático y social de derecho y justicia (art. 2). Los artículos 3, 4, 5 y 6 introducen la noción de democracia participativa y el mecanismo de democracia directa, así como otros medios de participación política, tanto en lo referente a los derechos políticos y al referendo popular, como en todo su entramado normativo.

Esta nueva constitución le da poder al pueblo de revocar todo cargo a la magistratura de elección popular, al cumplirse la mitad del período para la cual fue elegido/a el funcionario/a (art. 72). Existen además los referendos aprobatorio y abrogatorio. Se establecen dos nuevos poderes. A los clásicos ya conocidos: el Poder Ejecutivo, liderado por el presidente de la República, el poder judicial, cuya cabeza es el Tribunal Supremo de Justicia y el Poder Legislativo, integrado por la Asamblea Nacional, existen ahora dos nuevos poderes, el Poder Ciudadano (de fuerte inspiración bolivariana) integrado por la Defensoría del Pueblo (nueva institución), la Fiscalía General o Ministerio Público y la Contraloría General de la República y el Poder Electoral, erigido como un poder independiente.

En el preámbulo de esa constitución se aboga por una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para ésta y las futuras generaciones, asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; Promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no-intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad.

El artículo 152 establece que:“Las relaciones internacionales de la República responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo, ellas se rigen por los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no-intervención en sus asuntos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales, cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por la emancipación y el bienestar de la humanidad. La República mantendrá la más firme y decidida defensa de estos principios y de la práctica democrática de todos los organismos e instituciones internacionales”.

Frente a una política que acude a la fuerza como razón y considera a Venezuela enemiga y una amenaza a la seguridad nacional de EEUU y por extensión al resto del Continente Americano, no queda otra que abogar por la paz y la diplomacia, enfatizando el concepto de gran sociedad internacional en la que los estados colaborarían en base al Derecho internacional, la seguridad colectiva y la cooperación interestatal.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es clara al plantearse la defensa de la paz como valor, pero, además, Venezuela es firmante de la declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), acordada en La Habana, Cuba, los días 28 y 29 de enero de 2014 en la II Cumbre, que dice:

América Latina y el Caribe como Zona de Paz basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional, incluyendo los instrumentos internacionales de los que los Estados miembros son parte, y los Principios y Propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”(https://www.fao.org/3/bl906s/bl906s.pdf).

Ello indica cuál es el camino a seguir desde Venezuela. Su Gobierno está en la obligación de defender esos principios nacionales y regionales y por tanto debe abogar permanentemente por la paz. Camino que hasta ahora ha operado como instrumento de resistencia.

En ese mismo marco, el de la resistencia e insurgencia, el gobierno de Venezuela interpuso, el 13 de febrero de 2020, ante la Corte Penal Internacional de La Haya una denuncia contra las autoridades de EE.UU. por «crímenes de lesa humanidad contra el pueblo venezolano» y emprendió una campaña que busca darle visibilidad a esa realidad, puertas adentro, con el lema «las sanciones son un crimen».

En razón de estos hechos y realidades podemos afirmar que la revolución bolivariana construye una alternativa de emancipación dentro del pluralismo jurídico en pleno desarrollo, sobre todo en un locus: América Latina y El Caribe, prácticamente ignorada desde el pensamiento dominante anglo y eurocéntrico.

Como decía Michel Foucault en “¿Inútil sublevarse?” que “si las sociedades se mantienen y viven, es decir, si los poderes no son “absolutamente absolutos”, es que, detrás de todas las aceptaciones y las coerciones, más allá de las amenazas, de las violencias y de las persuasiones, hay la posibilidad de ese momento en el cual la vida no se canjea más, en el cual los poderes no pueden ya nada y en el cual, ante los cadalsos y las metralletas, los hombres se sublevan”. (file:///F:/Foucault%20In%C3%BAtil%20Sublevarse.pdf).

En definitiva, el gobierno bolivariano es el principal obstáculo para que Estados Unidos logre su verdadero objetivo: apoderarse de Venezuela por lo que ella significa, geoeconómica y geopolíticamente y recuerda mucho lo dicho por el General Norman Schwarzkopf de EEUU, al mando de la coalición durante la Primera Guerra del Golfo (1990-1991), que habla por sí mismo: «Si todo Kuwait hubiese tenido zanahorias en lugar de petróleo, nunca me habrían enviado aquí»(https://www.nodo50.org/redoesteparia/CitasLa%20ganader%C3%ADa%20Elegida-3-Imperio,%20primac%C3%ADa%20y%20gobierno%20global.html)

Conclusiones

En la Venezuela bolivariana estamos en presencia de un proyecto que se inscribe en el Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano (NCL) en tanto representa una corriente de pensamiento que insurge contra el modelo de la democracia liberal, republicana y procedimental, pero al trascender la crítica se plantea entonces la construcción de un modelo de democracia, que sin negar los valores anteriores, los trasciende y levanta como bandera una democracia con olor a pueblo, que incluye la participación en términos reales y no sólo como delegación y además darle el protagonismo a quienes en el constitucionalismo vertical han sido los grandes olvidados.

En Venezuela, también dentro de la corriente del Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano (NCL), se plantea que la soberanía tiene al pueblo como sujeto actor y no al Estado, que debe ser un aparato obediencial del primero y representante del pueblo, elegido por él. Para ello es fundamental la creación de una nueva participación institucional que el Estado moderno, bajo los principios del constitucionalismo tradicional y dominante, no ha creado. Por ejemplo, la construcción de las ciudades comunales.

Detrás de lo que ocurre en Venezuela está una actuación, por parte del imperio estadounidense, con total irrespeto hacia el otro, con desprecio a lo distinto y el creerse la única y universal cultura. El otro, esto es, el pueblo venezolano existe y por tanto hay que comprenderlo, conocerlo y entender su mentalidad, inquietudes y aspiraciones. Hay que aplicar la analéctica (Enrique Dussel), que significa ponerse en el lugar del otro. Pero eso no lo comprenden los “poderes facticos” o el “Estado profundo” que manda en EEUU.

Hoy más que nunca se necesita de soluciones comunes y no unilaterales, en un nuevo orden mundial más equilibrado y más equitativo. Con menos injusticia y diferencias entre los pueblos, donde se respeten las diferencias ideológicas, políticas y culturales. Donde la tolerancia sea base de los acuerdos y las conversaciones y las imposiciones sean cosa del pasado. Sin embargo, como sabemos todas las administraciones gubernamentales de EEUU han hecho todo lo contrario; han actuado al margen del Derecho Internacional Público, violentado el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y desconocido cualquier principio de respeto a las reglas de juego internacional. Esa visión es parte de una política hegemónica que no respecta a nada ni a nadie en el campo internacional.

En el pluralismo jurídico transnacional, representado por EEUU, se considera que los gobiernos no deben ser electos por sus pueblos. Es el “todo poderoso” que decide cómo y cuándo cambiar o colocar gobiernos. Sólo necesita que un gobierno no le agrade, lo acusan de dictadura y violador de los derechos humanos y ello justifica cualquier acción negadora del derecho público e incluso privado internacional.

Con toda razón, el jurista italiano, Danilo Zolo (2007), en el texto La justicia de los vencedores. De Nuremberg a Bagdad, dirá que la justicia internacional responde a los intereses de los victoriosos, generalmente las grandes potencias. Con el mismo autor agregaríamos que “Estados Unidos posee un poder imperial en un sentido complejo, tanto estratégico como normativo” (142). “Un poder imperial por fuera y encima del derecho internacional” (agregamos público y privado). “Es así como la potencia imperial se ha cristalizado en un policía internacional que justifica su acción con argumentos teológicos y éticos” (143).

Como nota final debe decirse que Venezuela como país “débil”, sigue en pie de lucha, en resistencia activa, insubordinado y sublevado, porque escogió el camino de no seguir siendo objeto de una historia hecha por otros, sino más bien ser sujeto de la misma.

Referencias bibliográficas

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Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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El sendero ascendente de la rebeldía

POR: REINALDO ITURRIZA
El aumento de la movilización popular durante este 2022 parece demostrar que mucho más intolerable que las privaciones materiales y espirituales, resulta un relato oficial que sugiere la existencia de un “milagro económico”

“Pero nadie deberá hacer nunca sus propias paces con la pobreza, si esta, cual gigantesca sombra, se abatiera sobre su pueblo y su casa. Tendrá entonces que mantener sus sentidos muy despiertos frente a cualquier humillación que le toque en suerte, y someterlos a una disciplina hasta que sus sufrimientos hayan abierto no ya el abrupto camino de la aflicción, que lleva cuesta abajo, sino el sendero ascendente de la rebeldía”

Walter Benjamin, Dirección única I

Promediando la década de los 20 del siglo pasado, muy fresco el recuerdo de la hiperinflación que azotara a la República de Weimar entre 1921 y 1923, Walter Benjamin escribía a propósito de cierta percepción de “catástrofe inminente” prevaleciente en el seno de la burguesía alemana. Esta se expresaba a través de una de esas “frases hechas que revelan a diario la forma de vida del burgués alemán”: «esto no puede seguir así».

Esta percepción de profunda “inestabilidad”, apuntaba Benjamin, respondía al hecho de que, a diferencia de lo que había ocurrido durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, sus intereses de clase estaban siendo afectados: “Como la relativa estabilización de los años anteriores a la guerra le favorecía, se cree obligado a considerar inestable cualquier situación que lo desposea”.

Pero lo central en Benjamin es el planteo de que, con frecuencia, la “estabilización” económica condena a la desposesión a enormes contingentes humanos: “las situaciones estables no tienen por qué ser, ni ahora ni nunca, situaciones agradables, y ya antes de la guerra había estratos para los que las situaciones de estabilidad no eran sino miseria estabilizada”.

Es preciso recordarlo: rara vez el “humor” burgués coincide con el de las clases populares.

II.

¿Qué sabemos del origen de la frase «Venezuela se arregló», recurrida de manera muy frecuente hoy día, y qué puede revelarnos su uso?

Cualquiera que indague más o menos a fondo se encontrará con dos grandes sorpresas: en primer lugar, que esta comienza a emplearse mayoritariamente no en el propio país, sino en el exterior; y en segundo lugar, que su uso está directamente relacionado con una cierta actitud de distancia crítica respecto de la instrumentalización del tema Venezuela por parte de los medios del establishment en países como España, Colombia, Argentina y Chile, casi siempre en coyunturas electorales y buscando favorecer a fuerzas políticas conservadoras.

Es lo que se desprende de una revisión en la red social Twitter, que sirve aquí como una referencia parcial y aproximada, pero bastante ilustrativa. En efecto, durante el trienio 2016/2018 la frase fue empleada alrededor de cincuenta veces. En casi la mitad de los casos su uso aludió expresamente, con tono irónico, a la súbita desaparición del tema Venezuela en los noticieros de los referidos países, inmediatamente después de celebrarse jornadas electorales, en marcado contraste con la sobreexposición del mismo tema en tiempos de campaña.

Esto cambiará lenta pero progresivamente a partir de 2019: entonces, la frase aparecerá referida tantas veces como durante el trienio anterior, comenzará a ser utilizada principalmente desde cuentas nacionales y, lo más importante, en lugar de reflejar una actitud crítica frente al relato hegemónico sobre la realidad venezolana, su uso irá dando cuenta de una actitud más bien cínica: en la mayoría de los casos se afirmará que «Venezuela se arregló» en tono sarcástico, a sabiendas de que es falso o, dicho correctamente, a partir de la convicción de que lo que se afirma es mentira.

Este filón cínico de la frase tiende a imponerse en coincidencia con, o más bien en respuesta a fenómenos de hondo calado social, como la dolarización de facto de la economía nacional, la liberación de precios, la masiva eliminación de aranceles para las importaciones, entre otros, que pronto se traducen, para parte de la población, en una percepción de mínima “normalización”, en tanto que, eventualmente, desde entonces es posible transar con una moneda fuerte, reaparecen los productos en los anaqueles, el mercado se ve inundado de productos importados y, al menos en teoría, se multiplican las posibilidades para el consumo suntuario. Todo lo cual en un contexto hiperinflacionario.

En principio, la frase «Venezuela se arregló» vendría a significar un desmentido de tal “normalización”. Incluso, en ocasiones puede identificarse la intención de cuestionar el carácter profundamente regresivo de las políticas orientadas a controlar la hiperinflación y “estabilizar” la economía. Pero no es esto lo que predomina. En general vaciado de sentido crítico, su uso tiende a asociarse a una renuncia manifiesta a intentar comprender lo que está ocurriendo.

A decir verdad, esta actitud cínica es en buena medida la resultante de tiempos confusos, en los que resulta cada vez más cuesta arriba concluir que siguen en disputa dos proyectos antagónicos de sociedad. Las fronteras programáticas se han difuminado. En la noche de la revolución bolivariana, todos los gatos son pardos. El oficialismo ha adoptado una política económica que, de estar siendo aplicada por un gobierno antichavista, no solo la base social del chavismo, sino también parte importante de su actual dirigencia, denunciarían sin ambages como neoliberal. Mientras tanto, la dirigencia antichavista, fracturada y derrotada política y militarmente, se debate entre celebrar o rechazar públicamente la orientación general de una política económica con la que está fundamentalmente de acuerdo. La desorientación es la norma.

“A decir verdad, esta actitud cínica es en buena medida la resultante de tiempos confusos, en los que resulta cada vez más cuesta arriba concluir que siguen en disputa dos proyectos antagónicos de sociedad. Las fronteras programáticas se han difuminado”

De allí el carácter ambivalente de una frase que perfectamente pudiera formar parte del repertorio del discurso autodenigratorio, característico del antichavismo («Venezuela no tiene arreglo»), pero que también pudiera tributar a un sentido común potencialmente subversivo («Si se arregló para una minoría, Venezuela no se arregló»).

Este carácter ambivalente se reforzará a partir de 2021, con motivo de la viralización de la frase. De apenas seis menciones en abril pasará a casi el centenar durante el mes de mayo. Ese será el punto de inflexión. A partir de entonces el incremento será exponencial: más de quinientas menciones en agosto, más de mil quinientas en septiembre, más de dos mil en diciembre.

¿Qué puede explicar semejante comportamiento? ¿Qué ocurre durante 2021? Me parece que dos cosas, fundamentalmente: en primer lugar, que se afianza la “normalización” todavía en ciernes en 2019. Este afianzamiento trae consigo la percepción de que los fenómenos previamente mencionados, a saber, dolarización, reabastecimiento, productos importados por doquier, la multiplicación de bodegones, la reapertura de bingos y casinos, etc., han llegado para quedarse. En segundo lugar, las medidas de política económica dirigidas a controlar la hiperinflación comienzan a dar resultados: la inflación se mantiene por debajo del 50% durante doce meses consecutivos e incluso llega a ubicarse por debajo del 10% entre septiembre y diciembre.

Ambas circunstancias, una economía que camina a paso seguro hacia la “normalización” y la derrota de la hiperinflación, permiten comprender no solo el optimismo rebosante del oficialismo, sino el hecho de que decidiera disputar el significado de la frase «Venezuela se arregló», a veces de manera explícita, casi siempre de manera implícita, a través de un relato abundante en referencias a la “recuperación económica” y tópicos similares.

Es mi hipótesis que esa decisión del oficialismo de disputar el significado de la frase, sumado a la respuesta que eso generó en un auditorio en buena media propenso al cinismo, y en menor medida inclinado a adoptar posturas más críticas, es lo que explica la viralización de la expresión.

III.

Más allá de la burguesía y sus “frases hechas”, señalaba Walter Benjamin, el detalle está en que esa “estabilización” que le beneficia en tanto clase, suele perjudicar a la clase trabajadora. De nuevo, una economía en vías de “estabilización” bien puede significar “miseria estabilizada” para las mayorías.

Puede ser debatible si la expresión “miseria estabilizada” sirve para describir la actual situación venezolana. Lo que no puede discutirse es que la pobreza, la miseria y la desigualdad han aumentado significativamente a partir de 2014; pero además, y a mi juicio esto es lo más importante, difícilmente pueda argumentarse que la política económica gubernamental apunta en la dirección de revertir esta situación. De hecho, podría afirmarse que sucede todo lo contrario.

El aumento de la movilización popular, y más específicamente de sindicatos, docentes, pensionados, jubilados, trabajadores de la administración pública, etc., durante este 2022, parece demostrar que mucho más intolerable que las mismas privaciones materiales y espirituales, resulta un relato oficial que, ciertamente amparado en cifras oficiales, sugiere la existencia de un “milagro económico”. Evidencia de esto último sería el crecimiento de la economía durante cuatro trimestres consecutivos, a partir del tercer trimestre de 2021, en un promedio superior al 17%.

Pero si lo anterior puede ser traducido por el discurso oficial como la señal de un “milagro”, ¿Cómo habría que nombrar el hecho de que entre el 15 de marzo y el 20 de septiembre de 2022, es decir, en el brevísimo período de seis meses, el salario mínimo integral haya pasado de valer 39,95 dólares a 21,77 dólares? De igual forma, ¿Cómo habría que nombrar la modificación regresiva de las tablas salariales o la detención arbitraria de trabajadores que han denunciado graves casos de corrupción?

La persistente movilización de la clase trabajadora ha sido posible a pesar de los chantajes y las presiones del oficialismo, y de la muy evidente intención de algunos actores vinculados al antichavismo de pescar en río revuelto. Unos y otros han sido mantenidos a raya. Pero quizá lo más significativo de esta movilización es que podría estar anunciando tiempos en los que el cinismo, a la postre funcional a la preservación del estado de cosas, pierda terreno frente a posturas más críticas y beligerantes.

Para decirlo con Walter Benjamin, en lugar de hacer las paces con la pobreza, se trata de aguzar los sentidos, adormilados tras años de humillaciones y privaciones, y retomar el sendero ascendente de la rebeldía. Irónicamente, puede que un relato oficial desmesuradamente optimista, cuando las mayorías populares la están pasando realmente mal, haya contribuido decisivamente a espuelear la dignidad popular. Es sabido que, lo mismo que obra “milagros”, Dios actúa de formas misteriosas.

Fuente de la información e imagen: https://www.alai.info/

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Venezuela: En educación hemos vuelto a la Venezuela del siglo pasado

Javier Vivas Santana doctor en Educación y columnista de El Nacional denunció que las instituciones educativas del país se encuentran en terribles condiciones, además detalló que su recuperación va más allá de colocarle pintura a sus fachadas.

Debido a la crisis que atraviesa Venezuela las instituciones educativas se encuentran en estado crítico, una situación que se agravó con la pandemia por covid-19, y la respuesta por parte del Estado, es casi inexistente, así lo aseguró Javier Vivas Santana, doctor en Educación.

El también columnista en El Nacional analizó lo que ocurre en el sistema educativo venezolano.

“Las escuelas, liceos y universidades están atravesando un deterioro acelerado de sus plantas física. De hecho, la pandemia agravó la situación porque los institutos educativos fueron abandonados a la buena de Dios. Lo que quedaba de pie en materia de instalaciones sanitarias, bombas de agua, pupitres, ventanas, entre otras cosas, fue desmantelado”, detalló.

La solución del Estado

Ante esta problemática generalizada de las instituciones educativas, el Estado accionó con lo que, a juicio de Vivas Santana, son pañitos calientes. “Pintaron algunos planteles, y a nivel universitario han presentado interés con la Universidad Central de Venezuela porque pretenden hacer ver que Caracas es Venezuela, cuando la situación real es de decadencia”, expresó.

Del mismo modo, aseguró que no basta nada más con recuperar las estructuras y que hay un problema de fondo. “Nos hemos atrasado en materia pedagógica y tecnológica. Las escuelas técnicas no tienen ni una pala o pico para la agricultura, menos materiales veterinarios o de fitotecnia”, indicó.

Además, indicó que esta situación se agrava en el área científica de las universidades. Para restaurar todos estos espacios, en los cuales se incluyen los deportivos y culturales, se requerirá una gran inversión y voluntad política.

La docencia en su peor momento

Vivas Santana aseguró que la profesión docente se encuentra en su peor momento, aunque es algo que se repite con las distintas carreras técnicas y universitarias.

“Sobre todo aquellos dependientes de la administración pública, que en el caso de los docentes han tenido que salir a la calle para hacer valer la malograda contratación colectiva que el régimen violando la Constitución sustituyó por algo que han llamado la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre)”, dijo.

En el mismo orden de ideas, explicó que, “el Tribunal Supremo de Justicia desconoce las contrataciones diciendo que no existe y multando a un grupo de rectores universitarios que demandaron la nulidad de tal adefesio institucional convirtiendo a las víctimas en delincuentes y los verdugos de los educadores en víctimas de quienes solo hemos ejercido nuestro derecho a la protesta”.

300.000 docentes sobreviven en la nómica del sector público

Según Vivas Santana, en la nómina del sector público sobreviven solo 300.000 docentes por la fuerte migración de muchos de ellos. Actualmente, esta debería estar por uno 750.000, lo que es 5% de lo que, en teoría, sería la población estudiantil venezolana.

“Quienes se mantiene en el proceso educativo es porque aún tienen alguna esperanza en el futuro y se niegan a abandonar las aulas. El magisterio rechaza que a las plazas vacantes el régimen quiera sustituirlas por algo que el propio Nicolás Maduro denominó chamba juvenil, y no es más que un proceso de adoctrinamiento ideológico que gradúa docentes en cuatro semanas. Eso es una violación a la Ley Orgánica de Educación y el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente”, advirtió.

En cuanto al pago del bono vacacional, aseguró que solo se logró gracias al trabajo de calle. “El madurismo intentó arreglar el bono vacacional de los docentes del Ministerio de Educación con una semana de trabajo, mientras que con los profesores universitarios llegó a querer pagarle por 10 cuotas devaluadas”, dijo.

Vivas Santana sobre la presión en la calle

“Fue la enorme presión en la calle que tuvo una aceptación en más de 90% de las bases que finalmente Maduro tuvo que aceptar pagar el bono vacacional en su totalidad. Al realizarlo con dinero inorgánico, terminó disparando el valor del dólar y al final también salió perjudicada la población”, lamentó.

Bajo ese contexto, detalló que el Estado pagará cuatro meses de aguinaldos en tres partes, desde octubre, dos partes en noviembre y una en diciembre. Sin embargo, consideró esta situación como una tragedia, porque el gobierno no tiene fondos propios: “Apelarán al dinero electrónico del Banco Central de Venezuela y no podrá contener las presiones inflacionarias. Es muy probable que antes de diciembre ya el valor del dólar haya llegado a los dos dígitos en bolívares”, señaló.

Alimentación en las escuelas similar a la de cárceles

Por otra parte, habló sobre el hecho de que todo material de las instituciones educativas debe ser autorizado por Miraflores para que pueda llegar a las escuelas.

El centralismo excesivo llevó a la educación a un estado de postración social, aseguró. Además, actualmente ninguna escuela o zona educativa tiene presupuesto para solventar los problemas educativos.

La alimentación en las escuelas venezolanas es similar a la que comen los presos en las cárceles, dice. “Hemos visto que solo sirven arroz o pasta blanca a los niños y adolescentes.  Eso es una desgracia para la alimentación de la población educativa. Allí sería bueno citar la sabiduría popular: «amor con hambre no dura», ¿acaso se puede estudiar con hambre? Lo peor es que mientras persista semejante situación, el aprendizaje se hace muy limitado, y la deserción escolar irá en aumento”, aseguró Vivas Santana, que además no ve una mejora a corto plazo.

Mínima esperanza para la sociedad venezolana

La educación es un tema que influye en los distintos campos de la sociedad, en Venezuela, al plantearla de forma errónea permite solo que exista un mínimo de esperanza para el progreso tan necesario del país.

“Aquí se necesita un proceso de reconstrucción de las estructuras educativas y de recomposición curricular y académica”, insistió.

Asimismo, mencionó lo dañino de haber eliminado materias necesarias para el conocimiento de los estudiantes, especialmente en los liceos, donde detalló que quitaron las pruebas finales de lapso.

“No puede decirse que un niño puede pasar a primero, segundo y tercer grado sin saber leer. Eso es una aberración pedagógica. Pasa en el bachillerato, que prácticamente se disolvió el aplazamiento de estudiantes que no tienen las mínimas competencias para asumir un grado superior. Se eliminó totalmente la exigencia”, señaló.

Esta situación también se empieza a vivir en las universidades, en especial las creadas por el Estado y llamadas politécnicas y territoriales.

Atrasados en el tiempo

Venezuela parece quedarse congelada en el siglo pasado, así lo hace saber Vivas Santana, quien comparó con otras instituciones del mundo. En estas, cada alumno y docente tiene herramientas tecnológicas para su desempeño laboral y académico. Mientras tanto, en el país las sillas no son aptas y los pizarrones viejos.

“Hemos tenido un retroceso, que nos ha llevado a la Venezuela del siglo XX. Al paso que vamos, si no se toma una recomposición plena en lo que tendría que ser la administración de los recursos, vamos a llegar a la Venezuela postindependentista”, dijo.

Finalmente, mencionó que arreglar la situación educativa llevará mucho tiempo, y estimó que se necesita un millón de dólares por escuela para convertirlas en centros educativos del futuro.

“Ser docente en Venezuela es de vocación. Pero desde el punto de vista de la movilidad social la carrera es considerada por el régimen algo así como una especie de basura docente”, enfatizó Vivas Santana.

Vivas Santana, perseguido por opiniones críticas

El doctor en Educación y preso político en 2020, se convirtió en un blanco de persecución por sus opiniones contra las políticas del gobierno en el sector educativo y de derechos humanos. Víctima de torturas en la Dgcim fue llevado al, llamado por él, infierno en Rodeo II, en el que recibió un indulto por Nicolás Maduro.

“Desde 2016 el régimen, a pesar de que cuento con dos títulos de pregrado, uno de maestría y otro de doctorado, me excluyó sin procedimientos del Ministerio de Educación. Actualmente, me niegan el pasaporte impidiéndome asistir a dos convocatorias que tenía para este 2022, de las cuales tanto el Ministerio Público como la Oficina de Derechos humanos de la ONU en Venezuela tienen conocimiento”, declaró.

Cuestionó si las acciones en su contra son parte de una persecución política e informó, que al negarle el pasaporte violan los acuerdos con la Unesco en materia educativa y de investigación. Esto, a su juicio, deja evidencia que no les importa el proceso educativo del país.

https://www.elnacional.com/venezuela/javier-vivas-santana-en-educacion-hemos-vuelto-a-la-venezuela-del-siglo-pasado/

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