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Pilar Alegría insta a las CCAA a que inviertan en educación parte de los 13.500 millones que recibirán

Por:

La vuelta a los centros, dentro de un par de semanas, parece que se hará en la práctica normalidad. Al menos, así se desprende de las declaraciones de Pilar Alegría, ministra de Educación y FP, al término de la Conferencia Sectorial que se ha celebrado hoy en el Ministerio y en la que, además de las comunidades autónomas, ha estado presente también la directora General de Salud Pública, Pilar Aparicio.

Durante la reunión, extraordinaria y monográfica, se ha tratado, principalmente, sobre las medidas relativas al inicio de curso, con el documento aprobado a finales de junio en el que ya se contemplaba la máxima presencialidad posible y unas distancias sociales de 1,2 metros si la situación sanitaria lo permitía. Ese parece el escenario más probable, máxime, cuando, según Alegría, los datos de vacunación entre la población de entre 12 y 17 años van avanzando a buen ritmo. Algo más del 60% de las y los jóvenes de esa edad ya tiene, al menos, una de las dos dosis de vacuna. El 10%, las dos.

Eso sí, Alegría se ha referido, de nuevo, a la obligatoriedad de llevar mascarilla a partir de los 6 años, así como a otras recomendaciones como la ventilación cruzada, el lavado de manos o la limpieza de los espacios.

La ministra ha querido destacar, eso sí, que todas las administraciones educativas cuentan con una herramienta fundamental en comparación al curso pasado, es decir, la experiencia de los últimos meses en la gestión de la pandemia en los centros educativos. Y de la mano de esa experiencia, los 13.500 millones que el Gobierno hará llegar a las autonomías en los próximos meses. En septiembre será el 70% y en noviembre, el otro 30%. Eso sí, se trata de una financiación que no será finalista, de manera que cada comunidad autónoma decidirá en qué se invierte. Eso sí, Alegría ha asegurado que «les he pedido que sitúen a la educación como elemento prioritario en el reparto».

Un reparto prioritario que podría ir, por ejemplo, destinado a la contratación de personal docente o de apoyo para la creación de desdobles de grupos. Una cuestión, en definitiva, relacionada con la bajada de ratios que desde hace meses vienen reclamando sindicatos, asociaciones y colectivos de docentes pero a la que las administraciones educativas en general no están prestando atención.

A pesar de la cantidad de millones que se han repartido entre las administraciones públicas, algunos llegados desde los fondos de la UE y otros desde el propio Ministerio de Educación, la tónica entre las comunidades autónomas no parece ser la de mantener estas contrataciones durante el curso que comenzará en unos días.

En un comunicado de prensa emitido por Comisiones Obreras, el sindicato exige ratios por debajo de los 20 alumnos por clase, así como mantener las contrataciones extra y aumentarlas, al menos, en 40.000 docentes más. CCOO entiende que este es el momento para que las administraciones educativas, tanto estatales como autonómicas, apuesten por la educación vía inversión en personal, tambien con la contratación de personal para la atención a la diversidad, así como ampliando la oferta pública educativa.

Desde la Federación de Madrid, su secretaria general, Isabel Galvín, recuerda que las distancias de 1,2 metros que se plantearon ya en junio, al menos en la Comunidad de Madrid y dados los centros educativos existentes, pueden suponer que no todo el alumnado pueda estar en las aulas. Desde la Federación Estatal resaltan que esta posibilidad dejaría la puerta abierta a, entre otras medidas, la vuelta a la semipresencialidad en algunas etapas.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/08/25/pilar-alegria-insta-a-las-ccaa-a-que-inviertan-en-educacion-parte-de-los-13-500-millones-que-recibiran/

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Injusticia hermenéutica y responsabilidad

Por: Leonardo Díaz

Toda sociedad está caracterizada por “luchas hermenéuticas” donde nuevas interpretaciones de las experiencias sociales surgen y son expuestas a la mirada y a la comprensión de los otros.

El planteamiento de que la injusticia hermenéutica es estructural e impersonal puede hacernos pensar que la misma excluye la responsabilidad de agentes. Parece depender de la situación azarosa de una época, de la carencia de sus recursos hermenéuticos.

El filósofo José Medina, invitado especial del seminario de hermenéutica que organizaremos desde el Instituto Especializado de Estudios Superiores para Humanidades, Ciencias Sociales y Filosofía Pedro Francisco Bonó, el próximo 10 de septiembre, objeta esta perspectiva y afirma que la responsabilidad es un aspecto intrínseco de la injusticia hermenéutica.

Tendemos a pensar la responsabilidad en términos básicamente individuales, pero Medina señala que debemos replantearnos el problema de la responsabilidad sobre las injusticias hermenéuticas en términos compartidos. (“Varieties of hermeneutical injustice”, en The Routledge Handbook of Epistemic Injustice,2017). En el contexto de una sociedad, los integrantes de un determinado grupo pueden ser responsables de acciones, compromisos o negligencias que posibilitan las distintas expresiones de la injusticia hermenéutica.

Es el caso de las resistencias que ofrecen determinados grupos a comprender las interpretaciones de las personas que construyen significados desde experiencias sociales que han sido marginalizadas, estigmatizadas y criminalizadas.

Al mismo tiempo, como señala Medina, la existencia de acciones y prejuicios en una cultura no exonera de responsabilidades individuales. Hay grados de complicidad en la responsabilidad de los individuos con respecto a las prácticas de su cultura, del mismo modo en que hay grados de responsabilidad individual de la ciudadanía con respecto a las prácticas políticas de su comunidad.

Otro aspecto destacado por Medina para comprender el problema es que una cultura no es un bloque monolítico desde el cual una experiencia social se haga absolutamente ininteligible. Está constituida por una diversidad de subculturas y subgrupos en interacción que construyen significados y disponen de una variedad de recursos interpretativos y de capacidades, así como de una diversidad de actitudes hacia los significados emergentes.

Así, toda sociedad está caracterizada por “luchas hermenéuticas” donde nuevas interpretaciones de las experiencias sociales surgen y son expuestas a la mirada y a la comprensión de los otros; y donde cada uno de nosotros es responsable en mayor o menor medida de la actitud, la apertura y la disposición a comprender esas nuevas formas de experimentar el mundo.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/injusticia-hermeneutica-y-responsabilidad-8979158.html

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El azaroso regreso a clases presenciales

Por: Sergio Martínez Dunstan

Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones…

En nuestro país, ha resultado fallido el regreso a las clases presenciales, hasta en cuatro ocasiones, en el anterior periodo lectivo. Al inicio y al final del mismo y al término de  los periodos vacacionales en diciembre y semana santa. En esta ocasión, para el inicio del ciclo escolar 2021 – 2022, vuelve a intentarse justo cuando sucede el pico más alto de la tercera ola de contagios con indicadores inéditos a lo largo de la pandemia. Al respecto, las opiniones de diversos actores han sido muy diversas y encontradas. Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones, hasta los dicen que “si, pero no así”. La postura gubernamental coincide, está influenciada o simplemente se impuso por organismos internacionales. Por ejemplo, se dio a conocer, el pasado doce de julio, la declaración conjunta (https://bit.ly/3sUlykR) emitida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Ahí se mencionan ciertas expresiones que describen la narrativa oficial. Destaco algunas de ellas:

  1. En muchos casos las escuelas se cerraban mientras que los bares y restaurantes permanecían abiertos.
  2. Los más afectados suelen ser los niños de entornos con pocos recursos y los más pequeños que se encuentran en etapas de desarrollo clave.
  3. Hay pruebas claras que las escuelas primarias y secundarias no están entre los principales impulsores de la transmisión (de la COVID-19).
  4. Todas las escuelas deben proporcionar aprendizaje en persona lo antes posible sin barreras de acceso, incluyendo la no obligatoriedad de la vacunación antes del ingreso antes del ingreso a la escuela.
  5. La reapertura de las escuelas no puede esperar a que todos los profesores y alumnos estén vacunados.
  6. No se puede esperar a que los casos lleguen a cero.
  7. La reapertura de las escuelas para el aprendizaje presencial no puede esperar.

Reafirmo mi sospecha al leer el enunciado siguiente: “instamos a los responsables de la toma de decisiones y a los gobiernos a que den prioridad a la reapertura segura de las escuelas para evitar una catástrofe generacional”.

Sólo detecto un par de diferencias notables. La primera se refiere en un fragmento del comunicado. “La decisión de abrir o cerrar las escuelas debe basarse en el análisis de riesgos y en las consideraciones epidemiológicas de las comunidades en la que están situadas”. Mientras que el Presidente de México decretó el regreso a las clases presenciales en todas las escuelas “llueve, truene o relampaguee”. Y la segunda alude al punto nodal, en mi parecer. “El riesgo de transmisión de la COVID-19 en las escuelas es manejable con estrategias de mitigación adecuadas en la mayoría de los entornos”. Repito algunas palabras a fin de comprender la profundidad del mensaje: es manejable con estrategias de mitigación adecuadas. Aquí se halla el desencuentro entre la postura oficialista y los que están en desacuerdo con ella. En los planes pareciera que así es pero en los hechos, no.

Sobre tan delicado asunto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió un pronunciamiento (https://bit.ly/3gKWcRp). Ahí mencionó el impacto que trae consigo tal circunstancia. Toma de referencia la posición de la UNICEF. Menciona que el cierre extendido de los planteles educativos ha afectado negativamente a toda una generación provocando pérdidas de conocimiento y habilidades, rezago en el desarrollo infantil temprano, aunado a un aumento de deserción escolar. Recomienda que el regreso a las actividades presenciales de toda la comunidad estudiantil debe ir acompañada de un plan de acción y una estrategia que contemple como mínimo ciertos elementos. Los revisaré para contrastarla con la realidad que prevalece en las escuelas, sobre todo las públicas, a manera de lista de cotejo o “checklist”.

  • Capacitación del personal docente y administrativo en relación con el protocolo sanitario a seguir:
  • Vacunación del referido personal docente y administrativo.
  • Sana distancia.
  • Ventilación de espacios cerrados.
  • Privilegiar los espacios al aire libre para las actividades escolares.
  • Controles de temperatura de toda la comunidad estudiantil al ingreso a los planteles escolares y a los salones de clase.
  • Uso de gel antibacterial.
  • Uso de cubrebocas en los espacios cerrados.
  • Grupos reducidos o escalonados.
  • Prever un área específica para separar a los alumnos que presenten algún síntoma o malestar.
  • Abastecimiento de Agus suficiente y necesaria para el lavado de manos y suministro de jabón.
  • Sanitización y limpieza frecuente de los salones de clase.
  • Involucrar a los padres, a las madres, tutores y tutoras para que repliquen en su hogar las medidas a seguir.
  • Prever protocolos especiales para los estudiantes con alguna discapacidad, que requieren un tratamiento especial y apoyo psicológico para el proceso de adaptación de vuelta a la rutina escolar.

Al respecto, ¿qué piensan los docentes y directores escolares? Bien valdría preguntarles. Tendríamos más elementos de juicio para valorar las circunstancias. ¿Están las condiciones para el regreso a clases en la modalidad presencial? En algunas escuelas, quizá sí. En otras, probablemente no. Lo cierto es que el gobierno mexicano está manipulando a su antojo la información al igual que lo ha venido haciendo con las estadísticas de la pandemia. Como en este caso, que retoman los argumentos para fundamentar la decisión de reabrir las escuelas para el regreso a clases presenciales pero dejan de lado los compromisos que deben asumir. Tienen otros datos. Los usan para los fines que mejor les conviene. Alejados del bien común y cercano a sus intereses políticos. Es la lucha del poder por el poder. Esta posición gubernamental provoca incertidumbre, frustración, malestar y desconfianza. Ponen en riesgo el futuro de toda una nación y está en vilo la vida humana. Pareciera un juego de azar similar a la ruleta rusa.

Carpe diem quam minimun credula postero


Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: https://profelandia.com/el-azaroso-regreso-a-clases-presenciales/

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El Ritual Escolar: Regla y disciplina

Por:

Los seres humanos no podemos ser por completo obedientes. No podemos nunca ser algo por completo, ni obedientes, ni quietos, ni ordenados… ni buenos, ni malos. Ni todo ni nada.

¿Total obediencia?

Quiero comenzar este artículo (esta fantasía filosófica) hablando sobre los límites de nuestra obediencia. Como todos sabemos, los seres humanos no podemos ser por completo obedientes. Ni siquiera en los regímenes llamados totalitarios (que no son sólo políticos) lo logramos. Y es que, como también sabemos, las personas no podemos nunca ser algo por completo, ni obedientes, ni quietos, ni ordenados… ni buenos, ni malos, ni nada. Ni todo ni nada. Lo sabemos, lo sentimos y además lo hemos oídos siempre en todas partes. La filósofa española María Zambrano lo resume describiéndonos como “una totalidad a la que algo le falta”.  Por eso nos la pasamos fluctuando ―más o menos bruscamente― entre distintas versiones de nosotros mismos, intentando hacer de ese fluctuar un fluir llevadero, manejable, incluso pacífico y, si se puede, feliz de vez en cuando.

Es posible que, con la esperanza de adquirir cierta estabilidad, los seres humanos hayamos creado leyes, inventado penalidades e intentado forjar una disciplina para cumplir con ambas. Sin embargo, las normas y su regularidad siguen siendo algo difícil de establecer y de cumplir. Y aunque hacemos acuerdos unos con otros ―poniendo en ello un denodado esfuerzo―, caemos con frecuencia en la desesperación de no poder tener un refugio permanente.  

Lo receptivo y lo creativo

En el salón de clases los niños y jóvenes se deslizan también entre extremos, por ejemplo, del de la necesidad de resguardo a su opuesto, la de salir al mundo. Estos dos polos dialogan entre sí para que el estudiante aprenda a cuidarse. La escuela busca, en última instancia, contener al alumno y a la vez impulsar su creatividad para que pueda habitar la realidad circundante.

Antiguos filósofos orientales describían ese diálogo (esa comunicación) como un movimiento e intercambio perpetuo entre dos fuerzas, una receptiva y otra creativa, que regían el comportamiento individual y eran también la base de todo lo existente. A esas dos fuerzas las comparaban con lo femenino y lo masculino, la madre y el padre, la Tierra y el Sol, la oscuridad que todo lo resguarda y la luz que todo lo pone al descubierto. Aquellos hombres trazaban analogías entre el mundo exterior y la naturaleza humana, como una forma de comprender y guiar tanto a la persona como a la sociedad.

En un ejercicio semejante, podemos compararnos con un río que nace en el interior de una montaña: ahí el agua pasa largas temporadas acumulándose bajo la tierra, concentrando presión y brotando finalmente a la superficie en forma de manantial. El proceso que sigue se parece a la terquedad infantil y juvenil. El I Ching o Libro de las Mutaciones (texto sagrado de las antiguas doctrinas taoísta y confucianista) nos explica esa necedad más o menos de la siguiente forma: “Al emerger del manantial, de buenas a primeras el agua no sabe adónde dirigirse, pero con su constante fluir va sorteando los obstáculos y rellenando cada hueco que encuentra en el camino. Así acaba por cubrirlo todo y avanzar, obteniendo el éxito”.

El agua, pues, se convierte en río, aumenta su fuerza, entra en calma y en ocasiones se desborda fertilizando el terreno, pero también poniendo en peligro la vida que ella misma ayudó a sostener. Para aquellos maestros chinos, todo lo anterior supone un infinito número de movimientos en que lo receptivo y lo creativo se entrelazan para, como hemos dicho, crear leyes, establecer penalidades y forjar un modelo disciplinario que ayude al cumplimiento de ambas.[i] De acuerdo con este saber milenario, rara vez la disciplina es introyección forzada de una ley o esfuerzo ciego para obtener un logro. Esto se parece más (y probablemente proviene de ahí) a ese pequeño látigo que, en siglos pasados y en lugares como la escuela o el convento, se usaba para reprender a otros y auto-reprenderse.  Se llamaba “disciplina”, y recibir disciplinas era recibir azotes. Es mejor entender el término como perseverancia para armonizar lo personal con lo social, lo natural y lo trascendente, y regir nuestra conducta con base en ello (por ejemplo, contenernos y contener a otros, corregir el rumbo, recuperar fuerzas, arriesgarnos sólo cuando es debido, saber retirarnos, pelear y un largo etcétera antes de alcanzar el éxito).  En resumen, contener y crear ―solos y en comunicación con otros― nuestro flujo vital.

Madre y padre

La época actual se caracteriza por un enfrentamiento arrebatado entre lo femenino y lo masculino, un diálogo controversial para reconsiderar los atributos de ambos. Digo lo anterior porque hablar de función materna y función paterna empieza a sonar un poco anticuado, confuso. Esto, aunque decisivo en la actualidad, no es inédito. Hay que reconocer que desde tiempos inmemoriales existe tanto en la mujer como en el hombre la habilidad de encarnar múltiples matices del espectro femenino/masculino, y que ―hablando específicamente de la crianza de los niños― madre y padre son capaces tanto de proteger a los hijos como de impulsarlos a enfrentar las leyes del mundo. Hoy se busca fortalecer esa equidad, pero los logros son más lentos de lo que se quiere, y todavía hay muchas cosas que no podemos explicar sin la vieja mitología legada en las palabras.

Así, cuando el río se desborda se dice que “se salió de madre”. La frase es sugestiva: de la palabra madre se derivan madera y materia. La madre es la madera, la materia, el soporte; la madre nos otorga un cuerpo, un asidero al cosmos. Salirse de ella conlleva el peligro de desbordarse sin límites, de perderse fuera de uno mismo, de que el río que somos se extienda hasta extraviarse en el mundo.

La madre abraza al hijo como las riberas del río abrazan a éste:

Madre, no es que nos protejas del exterior, es que haces de todo un interior.

Los niños que se salen de madre corren peligro si no está ahí el padre para recibirlos y conducirlos, de la misma forma en que no estarán seguros si no se encuentra ahí también lo materno para recibirlos de vuelta. De la palabra padre viene patrimonio, que evoca aquello que alguien reúne para sí al salir al mundo.  También de ahí viene la palabra patria, mundo exterior al que vamos conociendo, y al que finalmente convertimos en un exterior/interior, llamándole madre patria.

En la escuela también confluyen lo femenino y lo masculino, lo materno y lo paterno. Ahí los maestros nos impulsan a salir a explorar el mundo y nos esperan a la vuelta.  Es el lugar preciso para jugar a extraviarnos y recuperarnos. Si a la lista de los atributos de lo receptivo y lo creativo añadimos los principios básicos de la comunicación (escuchar/ser receptivos, y responder creativamente), comprendemos por qué los docentes cuentan con la comunicación como primera y mejor herramienta para manejar el delicado ir y venir de sus alumnos; comunicación entendida como diálogo donde receptividad y creatividad se unen para conducir nuestro propio andar y guiar a otros.

Exceso y límites

El escritor inglés G. K. Chesterton (a quien algún estudioso llegó a considerar una de las personas más inteligentes de la historia), estaba seguro de su forma de pensar que afirmaba, con su particular humor, que él podría convencer a cualquier persona de sus ideas si pudiera tenerla a su mesa cada noche durante cuarenta años, cenando juntos y platicando.

Pues bien, pongámonos en ese lugar, e imaginemos que somos sabios y que la razón nos asiste. En tal caso quizás, sí, nos bastaría con platicar interminablemente con alguien para conseguir que pensara como nosotros; por ejemplo, para que acatara una regla que estuviéramos seguros de ser justa. Pero como una comunicación así es imposible, aun siendo sabios llega un punto en que, a quien se excede, tenemos que ponerle un “hasta aquí” que lo detenga. Idealmente se trataría de un límite oportunamente impuesto y por completo adecuado a esa persona y a la situación. Pero lo cierto es que ―de nuevo, por sabios que seamos― jamás podremos poner a cada quién el límite perfecto que necesita y merece: no somos Dios y no podemos conocer a nadie como si lo hubiéramos creado. Somos humanos, y en realidad no tan sabios, así que por lo general nos apresuramos a poner un “hasta aquí” severo (de una severidad que nos ayude a ocultar nuestras dudas) o nos ablandamos y aplazamos la determinación, tentados a platicar interminablemente con el infractor hasta convencerlo. Finalmente, salvo en momentos de verdadera inspiración, los límites que ponemos tienen algo de arbitrario y nuestros “hasta aquí” nos hacen dudar.

Tarde o temprano todo maestro, convertido en magister (magistrado), debe tomar la balanza de la justicia en las manos, aguzando el oído para escuchar (siendo receptivo) y disponiendo toda su creatividad para dar respuesta. Sí, incluso si alguien rompe una regla, la comunicación sigue teniendo lugar: la ley nunca es el final del camino, siempre forma parte de la delicada dinámica entre lo receptivo y lo creativo y su intención es corregir el rumbo. Así pues, al menos idealmente ―como también querían los sabios chinos― el lugar del límite debe ser un sitio de paso; un espacio, aunque restringido, internamente ensanchado por la sensación de resguardo, donde de verdad se pueda reflexionar sobre la propia falta y del que la personalidad emerja no sólo entera sino fortalecida.

Pero los maestros no deben sentirse avergonzados si pocas veces atinan a poner el límite justo en el momento exacto. Todos sabemos lo difícil que es poner en equilibrio una balanza. Ejemplos de esa dificultad tenemos todos los del mundo, así que quizás diremos más si mencionamos un caso contrario, uno en que hacer justicia resulta fácil. Yo sólo conozco un ejemplo. Aparece en El Quijote de Cervantes y contiene una enseñanza que siempre podemos tener presente a la hora de juzgar. Se trata del acertijo que unos sujetos bromistas plantean a Sancho Panza cuando éste recibe el cargo de gobernador de una imaginaria isla. El acertijo es, en resumen, aquel del hombre que llega a un puente sobre el que cuelga la advertencia “El que mienta, será colgado”. Desafiando las razones de la justicia, el hombre asegura: “Vengo a que me cuelguen” (si lo cuelgan habrá dicho la verdad, y si no, habrá mentido y tendrían que colgarlo). Es así como, para demostrar sus dotes de gobernante, Sancho tiene que resolver este dilema en apariencia irresoluble. Pero para el ingenuo labrador y escudero no hay dificultad alguna. Incluso se da el lujo de bromear: “Que deste hombre aquella parte que juró verdad la dejen pasar, y la que dijo mentira la ahorquen”. Finalmente presume que resolverá el asunto en dos patadas (véase por favor la nota[ii] al final de este artículo): “Porque si no hay manera de ahorcar a medio hombre dejando en libertad al otro medio; y si la balanza está en el fiel con las mismas razones para condenarle que para perdonarle… lo que sobra es la ley. Con que perdónese a ese hombre, que de doblarse alguna vez la vara de la justicia, más vale que se doble hacia la misericordia y no hacia el castigo”.

[i] Esos movimientos involucran tanto a la persona como a la comunidad y a la naturaleza circundante, y como digo son innumerables. El I Ching reúne 64 especie de parábolas que intentan descifrar esos movimientos. Cada uno de esos relatos se aplica a seis situaciones distintas, y además se transforma, o muta, en otra de las 64 parábolas para añadir algo.

[ii] La presente versión del pasaje de El Quijote está tomada de la obra Sancho Panza en la ínsula, del dramaturgo español Alejandro Casona, que recapitula páginas del original de Cervantes.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-regla-y-disciplina
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CCOO alerta al gobierno de la Comunidad de Madrid que sin bajada de ratio no habrá seguridad sanitaria ni mejora de la educación

Por: Tercera Información

  • Ante el inicio del nuevo curso, CCOO exige al Gobierno de Madrid el mantenimiento de la bajada de ratio, que ha sido clave para el éxito sanitario y educativo del anterior curso. Es inexplicable que algo que funcione se desmantele.

  • El sindicato exige también que se destinen los fondos europeos a la contratación de profesorado y personal educativo para que se haga posible la bajada de ratios, ampliación de la presencialidad y el refuerzo al alumnado.

  • Para CCOO es inaceptable que en plena pandemia se inicie el curso sin medidas de seguridad suficientes y con 5.000 profesores menos que el curso pasado.

Ante el inicio del nuevo curso escolar, CCOO exige al Gobierno de Madrid el mantenimiento de la bajada de ratio, que ha sido clave para el éxito sanitario y educativo del anterior curso. Es inexplicable, denuncia el sindicato, que algo que funciona se desmantele.El consejero de Educación alega que la bajada de ratios es “imposible” mientras recibe 500 millones para inversión educativa de parte del Gobierno central y de los Fondos Sociales Europeos.

La efectividad de las ratios bajas está más que probada. El curso pasado los grupos burbuja mejoraron la calidad educativa y permitieron una vuelta segura a las aulas. El 85% de los docentes, según una encuesta de la OCDE, cree que la bajada de ratios es una prioridad educativa. Hasta el gobierno de Díaz Ayuso, conocido por sus continuados ataques a la educación pública, sabe que hay consenso alrededor de este tema, que toda la comunidad educativa quiere bajada de ratios, y lo ha incluido a su retahíla de promesas.

Isabel Galvín, Secretaria General de la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid, explica que “en lugar de caminar en esa dirección, el gobierno regional da un grandísimo paso hacia atrás: pretende empezar este curso con 5.000 docentes menos que el curso pasado. Se trata de un recorte gravísimo de la plantilla que hizo posible la vuelta segura a las aulas el curso pasado. Además, si este curso se quiere ampliar la presencialidad (con medidas sanitarias) a segundo ciclo de ESO, Bachillerato, FP, EOI y conservatorios, no solo habría que mantener las contrataciones del curso pasado, sino ampliarlas con creces”.

Recorte temerario

Galvín advierte que mientras dejan ir a 5.000 de los 7.000 profesionales contratados el curso pasado, el consejero de Educación, Enrique Ossorio, afirma que la bajada de ratios es “imposible” por falta de medios y de infraestructura. Obvia que este curso la Comunidad de Madrid recibe 500 millones de euros específicamente para gasto educativo por motivo de la pandemia, parte proveniente del Gobierno de España y parte del Fondo Social Europeo.

“Este recorte es una decisión temeraria e injustificada”, continúa Galvín, “que además de afectar a la calidad educativa pone en riesgo la salud del alumnado y sus familias. La variante Delta sigue presente y la vacunación de los tramos de edad a los que pertenece el alumnado es aún parcial. En países que ya han comenzado las clases, como Estados Unidos, los contagios se cuentan en decenas de miles, y algunos casos llegan a la hospitalización. El gobierno de Díaz Ayuso no puede hacer recaer todo el esfuerzo sobre los profesionales educativos, el alumnado y sus familias, sin dotarles de los suficientes recursos. En sus manos está prevenir una situación similar, que seguramente suceda si no se toman medidas sanitarias. Una de ellas, fundamental, es la bajada de ratios.”

“¿Qué va a hacer Ayuso con los (al menos) 500 millones de euros que recibirá su gobierno?”, se pregunta la responsable sindical. “Su gobierno, de momento, no los ha presupuestado, y parece que van a ser empleados con la opacidad que le caracteriza. Es necesario crear una entidad independiente que haga público el uso que la Comunidad de Madrid hace de este dinero, y que se asegure de que esos 500 millones se invierten en la educación pública madrileña”.

Oportunidad perdida

Por último, sobre la Conferencia Sectorial de Educación que celebrada ayer, Galvín señala que “ha sido una oportunidad perdida. El gobierno rebaja la distancia necesaria en las aulas de los 1,5 metros del curso pasado a solo 1,2, ignorando la actual situación sanitaria y mostrando un optimismo infundado. Pero es que además si la Comunidad de Madrid vuelve a las ratios prepandemia será imposible garantizar incluso esos 1,2 metros de distancia.” Lo único positivo son las cifras de inversión que la ministra de Educación ha hecho públicas y que deja claro que la Comunidad de Madrid dispondrá de dinero suficiente para la contratación del profesorado y personal educativo necesario.

Desde CCOO, como ya hizo ante el inicio del curso pasado, presionará y movilizará para que la Comunidad de Madrid presupueste y aplique esos más de 500 millones de euros provenientes del Estado y de la UE para invertir en plantilla y bajar la ratio de forma inmediata en 2021.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/29/08/2021/ccoo-alerta-al-gobierno-de-la-comunidad-de-madrid-que-sin-bajada-de-ratio-no-habra-seguridad-sanitaria-ni-mejora-de-la-educacion/

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La decisión está en los padres de familias…

Por: Abelardo Carro Nava

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear…

Al inicio de esta pandemia conocimos los efectos del SARS-CoV2 en los seres humanos que viven, o vivían en otros países, mediante los medios de comunicación; luego, en febrero de 2020, México registró el primer caso confirmado por este virus; semanas después, se decretó la contingencia sanitaria en el territorio nacional por el incremento de casos positivos hecho que, como se sabe, detuvo la inercia de varias actividades políticas, económicas, sociales y culturales – entre ellas las de naturaleza educativa – pues, según se dijo, se trataba de evitar la propagación de esta enfermedad a través del contacto entre los individuos. Poco se sabía de tan inverosímil “bicho” y el mundo convulsionó intempestivamente.

En medio de la incertidumbre y el desasosiego que produjeron las primeras semanas y meses de un confinamiento, las actividades escolares siguieron su curso. Padres de familia, alumnos y maestros, con una infinidad de problemáticas que han sido escritas y difundidas por propios y extraños a través de diversos medios y espacios, buscaron la forma de continuar los procesos formativos en cada uno de los niveles en los que se encontraban insertos.

Las autoridades educativas entumecieron durante ese tiempo; su respuesta, tardía como lo fue, evidenció lo que hasta el hartazgo se ha dicho en diversos momentos de la historia de México: son inmensas las precariedades del Sistema Educativo Nacional (SEN) y las brechas de desigualdad existentes entre los mexicanos.

Mienten quienes piensan o afirman que este Sistema Educativo se detuvo durante los primeros meses de ese necesario confinamiento pues, aunque las escuelas cerraron sus puertas, la educación abrió otras, por el momento, desconocidas.

Mienten quienes afirman que el magisterio fue plenamente apoyado en diversos rubros por parte de sus respectivas autoridades educativas, locales y federales.

Es cierto, las maestras y los maestros no recibieron una orientación profesional o académica, con una base fincada en la pedagogía y la didáctica, que les permitiera tomar decisiones sobre ese qué hacer y cómo hacer para que, de la noche a la mañana, se adentraran a un mundo donde la era digital, a través del empleo de diversas plataformas, no era del todo conocida.

No está por demás señalar, de nueva cuenta, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no despertó durante todo este tiempo. Vivió el sueño romántico de un amor y vocación que lo puede todo. Es más, no fue creativa, ni echó a andar la imaginación y, mucho menos, a toda la maquinaria conformada por una serie de “asesores” o “expertos” para que diseñaran un plan educativo nacional acorde a las necesidades y contextos de los alumnos, profesores y padres de familia.

No, no hizo nada de eso, en su lugar desembolsó más de 400 millones de pesos para costear la trasmisión de algo que fue denominado “Aprende en Casa”, aunque justamente en casa, en los miles de hogares mexicanos, durante ese mismo tiempo, se vivieron diversos momentos: pérdida de empleo, contagios y más contagios, fallecimiento de seres queridos. La tele ¿educa?, pero la vida ¿no educa? Aún me pregunto.

De esta forma, entre subidas y bajadas de números, entre colores de un semáforo epidemiológico que no indicaban mucho que digamos, los niveles de contagio disminuyeron. Las portadas de los periódicos impresos y digitales le dieron vuelo a tal suceso puesto que, a pesar de todas las desavenencias, México superaba las dos “primeras olas” ¿con éxito?

Así, sin un plan nacional para un regreso seguro a las escuelas, con bombo y platillo, la SEP anunciaba la reapertura de los centros escolares en las entidades del país cuyo color, de acuerdo con ese semáforo epidemiológico, estuvieran verde. Poco duraron los festejos; días después de la tan anunciada apertura de los planteles escolares, éstos cerraron sus puertas. Diversas razones fueran las que los llevaron a tomar esta decisión, destacaron: el incremento de contagios y las precariedades, de todo tipo, en las instituciones educativas.

Ni tarde ni perezoso, los alumnos regresaron a sus hogares y los padres de familias retomaron sus actividades cotidianas pues, los comités de participación de salud escolar dejaron de operar. De hecho, aún me pregunto si en algún momento funcionaron conforme a los protocolos diseñados por los expertos dado que la manera en que tendrían o podrían apoyar los mentores con tres hijos en la misma escuela cuya asistencia a ésta difería a lo largo del día, generó serias dificultades. ¿En qué momento este padre o madre de familia tendría el tiempo necesario para que realizara otras acciones que les permitieran llevar un sustento a casa si tenían que participar en el comité de salud escolar referido? En fin.

El ciclo escolar terminó, y un dejó de angustia e incertidumbre apareció. ¿De qué manera iniciaría el próximo año escolar?, ¿cuál sería el plan nacional que darían a conocer las autoridades educativas si es que tenían pensado o contemplado un posible regreso a las aulas?

Vacaciones, al fin un receso.

Casi sin darnos cuenta una tercera ola de contagios llegó, y llegó con fuerza. Se acercó rápidamente a nuestros hogares. De hecho, de la noche a la mañana supimos ¿otra vez? de personas que se contagiaron, ahora, de la variante Delta; nuestros vecinos, gente de nuestra comuna, nuestros familiares, y muy probablemente nosotros mismos corrimos la misma suerte.

Desde luego, algunos tuvieron o han tenido la oportunidad de ser tratados en sus hogares. Otros, por el contrario, tuvieron que ser hospitalizados para recibir ese tratamiento médico que les permitiera una pronta mejoría y, unos más, lamentablemente fallecieron. Lejos de las cifras que cada día se exponen en los medios de comunicación, no debemos olvidar que ellos fueron hombres y mujeres, de carne y hueso. Con virtudes, con defectos, pero al fin de cuentas, seres humanos.

Hoy, casi casi por decreto presidencial se determina el regreso masivo a las escuelas para que las clases presenciales sean un hecho a partir del 30 de agosto, pues así llueve, truene o relampaguee, los planteles escolares deben reabrir sus puertas.

Hoy, sin un plan nacional para ese tan anunciado y anhelado regreso a la presencialidad, y en medio de un caos y la incertidumbre que la misma SEP ha generado, el magisterio y los padres de familia vuelven a dar muestras de su capacidad para afrontar los retos, cualesquiera que éstos sean, para adecuar los espacios físicos de sus instituciones educativas, para diseñar esquemas de trabajo que permitan generar aprendizajes en sus alumnos, para implementar medidas contextualizadas para asegurar su salud y bienestar de todos los involucrados, para dialogar, valorar y decidir lo más pertinente de acuerdo a su entorno.

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear. Como sabemos, de 10 acciones para este regreso solo quedan 9, porque nadie le “consultó” al presidente sobre la carta que no fue carta pero que sí fue carta pues el mismo gobierno y la Secretaría de Educación la difundieron ampliamente, ¿cuántas acciones más quitarán al final de este proceso?

Los irrisorios insumos para las jornadas de limpieza en las escuelas son anécdota y parte del breviario cultural “memista” en las redes sociales. La SEP no estuvo, no está, ni estará lista. Los problemas la rebasaron y eso que hay una maestra al frente de esta dependencia, ¿se imagina si no estuviera?

No, no se puede ni se debe regresar a lo mismo; no es posible. Simplemente la educación y la escuela tal y como la conocíamos, ha cambiado. Tendremos que asumir este hecho.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas está en los padres de familia. Una decisión nada sencilla y sí harto compleja, sobre todo, cuando los estudios indican que también los niños pueden contagiarse, pero sin que dicha escuela sea una fuente de contagios. Una cosa inexplicable que solo se entiende a través de la ciencia.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a la escuela está en los padres, y créame, el magisterio en estos días ha hecho hasta lo imposible para que los espacios físicos y virtuales cuenten con lo mínimo necesario para que los niños continúen su proceso educativo.

Espero que a ese magisterio no se le juzgue y, mucho menos, se le culpe de lo que al interior de las aulas pueda suceder, pero también, que se respete la decisión de cada padre de familia que decida llevar o no a su hijo a la escuela y las posibles consecuencias que de ello se desprendan. El gobierno ha decidido lavarse las manos; toca el turno de entendernos, comprendernos y apoyarnos, porque ni el presidente, ni la secretaria de educación, ni los demás funcionarios que a diario suben fotografías a sus redes sociales mediante las cuales dan “muestras de apoyo” a maestros y padres de familia, pisarán los salones y las escuelas a diario. La comodidad de sus oficinas es muy distinta; de eso no hay duda.

Tengo claro pues, que educación, disciplina y trabajo conjunto entre los diferentes actores educativos y no educativos que concurren cotidianamente a las aulas, son aspectos necesarios para lograr un avance significativo y para disminuir los riesgos que ello representa. Un asunto que se antoja difícil pero no imposible, sobre todo cuando observamos la forma en la que se trasladan hacia su escuela los pequeños y sus mentores en la Ciudad de México, por ejemplo.

¿Podremos hacer algo al respecto?

Sí, es cierto, la decisión de enviar a sus hijos a los planteles escolares está en los padres, ellos, al final de cuentas, conocen las escuelas…

Fuente: https://profelandia.com/la-decision-esta-en-los-padres-de-familias/

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Dolor y duelo en la isla

Por: Tahira Vargas García 

Debemos romper con nuestros prejuicios contra el pueblo haitiano y brindarle apoyo y solidaridad en todo momento.

Hace algunos días se repitió en Haití una situación dramática con un terremoto que sacudió el sur del país.

Miles de muertos, cientos de heridos y personas desaparecidas es parte del cuadro desgarrador que vive Haití en estos momentos. El dolor y el duelo se extiende a toda la isla y se siente en nuestro país. Miles de niños y niñas han quedado huérfanas, sin hogar.

Esta tragedia no es ajena a nosotros. Es totalmente cercana. El terremoto se convirtió en una gran tragedia humana por la situación social de desigualdad y miseria existente en Haití.

Haití y República Dominicana comparten la isla y cientos de años de historia común. Tenemos familias que tienen sus cimientos en la mezcla de ambos pueblos y mucha gente que trabaja en nuestro país realizando las labores más difíciles y peor pagadas son haitianos y haitianas.

Haití y República Dominicana comparten la isla y cientos de años de historia común.

La frontera que nos divide es más que artificial, es casi invisible. Las relaciones entre Haití y la Republica Dominicana han permanecido a través del tiempo y se mezclan en la cotidianidad.

La convivencia entre población haitiana y dominicana con la mezcla en la consanguinidad y en la vida cultural ha estado presente desde los inicios de nuestra República. En los momentos difíciles del pueblo dominicano como la guerra de independencia, la guerra restauradora, las distintas tormentas y ciclones que hemos sufrido recibimos el apoyo y la solidaridad del pueblo haitiano.

El duelo que sufren los haitianos hoy, es también nuestro duelo. Nuestro territorio está bañado de lágrimas y sufrimiento de miles de haitianos, haitianas y dominicanos de ascendencia haitiana que han sufrido la pérdida de hijos, hijas, hermanos y familiares en general.

Debemos romper con nuestros prejuicios contra el pueblo haitiano y brindarle apoyo y solidaridad en todo momento. Deben emprenderse hoy muchas acciones y muchas redes de solidaridad con Haití, con los niños y niñas huérfanos/as de esta tragedia y con todos los que viven en nuestro territorio con familiares allí. Varias organizaciones sociales, religiosas, instituciones no gubernamentales, organismos internacionales y gubernamentales están organizando acciones de solidaridad con Haití. Este esfuerzo debe ser una tarea y responsabilidad de todes.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/dolor-y-duelo-en-la-isla-8978350.html

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