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República Dominicana: La muerte, el duelo, el luto, los ritos y su transformación social

La muerte, el duelo, el luto, los ritos y su transformación social

No deja de sorprender la asimetría entre la honda y perenne preocupación que la muerte concita en la vida social de las personas, con el reducido tratamiento dispensado por las disciplinas que de ella se ocupa.

a muerte, el duelo y el luto han sido temas de estudios en muchas áreas, pero su abordaje desde las Ciencias Sociales y Humanas, no fue tan notorio o, dicho en otras palabras, no se hacía tan interesante para los cientistas sociales de forma particular. Aunque se conocen estudios con enfoques sociológicos y antropológicos de la temática basado sobre todo en los aspectos religiosos y espirituales de la muerte.

El tema de la muerte y su estudio siempre me llamado la atención. Es que desde niño acompañaba a mi abuela materna a los llamados velorios, a dar el conocido pésame o cumplimiento, como también se le llama en la gran mayoría de los pueblos de la zona norte de Republica Dominicana. El pésame es una visita al funeral para acompañar a los familiares del difunto, que además de estar presente y acompañar ese momento tan difícil, es una manifestación llena de simbología y ritualidad, que varía de acuerdo al contexto. Desde la ropa que usa para ir a esos lugares, el tiempo dedicado, la unidad y el sentimiento de dolor que se une con las familias vinculadas al fallecido, hasta el componente alimenticio que forma parte del funeral.

Una de las disciplinas de las Ciencias Sociales que trabaja estos temas, es el trabajo social, como profesión basada en la práctica académica que promueve el cambio y el desarrollo, la cohesión, el fortalecimiento y la liberación de las personas.

No deja de sorprender la asimetría entre la honda y perenne preocupación que la muerte concita en la vida social de las personas, con el reducido tratamiento dispensado por las disciplinas que de ella se ocupa. En rigor, sin haber sido un tema central, visto retrospectivamente pueden determinarse en el último siglo algunos períodos de mayor interés por el tema, en particular por la muerte del otro en otras culturas.

Es por eso, que investigadores como A. Robben (2004) cuestionaba a la antropología y los antropólogos, por no atreverse a tocar la muerte en las sociedades occidentales, confinando su interés por el tema sólo cuando se estudiaban sociedades remotas. Algo similar podría decirse de las otras disciplinas; sin embargo, este tabú, desinterés o dificultad para pensar aquello que se situaba del otro lado de una frontera imaginada de la vida social, hoy ha cambiado y en unas ciencias sociales crecientemente especializadas, los estudios por el tema han conocido una notable productividad. Vinculado a la muerte, encontramos el duelo, que, en sociedades como las nuestras, conllevan al luto, lleno de simbología que se convierten en objetos de estudios.

El duelo y la pena como fenómeno de estudio social

Los expertos establecen, que el duelo es un proceso normal y la expresión del duelo es la manera en que una persona reacciona a la pérdida de un ser querido, una enfermedad o cualquier otra ruptura que le ocurra. Muchas personas creen que el duelo es una sola ocasión, un periodo breve de dolor o de tristeza en respuesta a una pérdida, como las lágrimas que se derraman en el funeral de un ser querido.

Por esa razón Robert Fulton en sus investigaciones sobre la muerte entendía, que el proceso del duelo por la muerte puede durar mucho tiempo y el mismo involucra muchas emociones, acciones y expresiones diferentes, que en definitiva son las mismas que ayudan a la persona a aceptar la pérdida de un ser amado. Los estudios desembocan en la muerte a partir de un interés primordial por la diversidad de expresiones religiosas. La muerte es, entonces, el punto de llegada que permite describir y explicar la violenta y compleja explosión de manifestaciones religiosas, pues son estas las que dan cuerpo y forma a la salvadora y confortable creencia en la inmortalidad del espíritu independientemente del cuerpo (Malinowski, 1948).

Otras de las áreas en las que se ha estudiado este tema, desde la antropología, está fundamentada a las religiones, la fe y la cosmovisión de los pueblos, que generan una mirada de pensar la muerte no como un final, sino como la puerta de ingreso al más allá. Esto puede adoptar, a su vez, una pluralidad de formas y los caminos para llegar a él pueden también ser disímiles, en algunas religiones depende hasta de la forma de morir, como vuelve y plantea Malinowski en sus estudios sobre el tema.

Muerte, inmortalidad, cuerpos y funeral

Otra etapa distinta que inicia un nuevo momento para el muerto y también para la sociedad, es la muerte pensada como un proceso que no provoca, por lo demás, la destrucción instantánea del individuo. Esa inmortalidad, es la que está vinculada al espíritu, mientras que es el cuerpo el que se descompone. Las ceremonias establecen estas diferencias y garantizan esta separación. Eso lo vemos si nos adentramos al estudio de diferentes religiones, sobre todo las ancestrales.

Sobre la muerte y los ritos, compartimos lo que consideran los autores: Arnold Van Gennep y Robert Hertz. Ambos estudiados por nosotros en los estudios de antropología. El primero, aborda a los ritos de pasaje en general y a los funerales en particular, por cuanto son estos, sostiene, los ritos de separación más significativos. El segundo, si bien trabajó la idea de ritos de pasaje, concentró su interés en el significado social del funeral, en el papel que juega el cuerpo y las dobles exequias.

En 1909, en Les rites de passages, Arnold Van Gennep estableció la relación entre creencias y prácticas mortuorias. Sosteniendo, que, en el curso de una vida, en el desarrollo social de un individuo, este debe pasar por distintas y numerosas situaciones de crisis que provocan un cambio de estatus, de estado, de clase social y de edad. Para estas situaciones existen ritos que tienen el propósito esencial de facilitar el pasaje de una posición definida a otra posición que asimismo está bien definida. Por eso plantea lo que pudo observar en sus etnografías, notando las fuerza que tienen los procesos rituales y los necesarios que son para exorcizar el caos, el desorden y la disrupción que pueden afectar a una sociedad en un momento dado. Ver la muerte como ciclo de la vida que además de todo, funciona para domar los peligros, evitar el desorden y garantizar la continuidad de la sociedad y la cultura.

El luto, origen, significado, colores

Ya lo plateábamos al inicio, el luto es el resultado de perdida, es por eso que forma parte de ese proceso que requiere tanta importancia en el individuo, aunque con el tiempo esta práctica se ha ido transformando en la sociedad por la necesidad misma del individuo.

Si estudiamos la estética, la semiótica y simbología del color en el luto, nos damos cuenta, que llevar ropa negra sin adornos es señal de luto. Una práctica social que se remonta a la antigua Roma, en donde existían prendas especiales que debían ser llevadas durante un considerable periodo de tiempo. Además, en Europa existía la creencia de que, con las prendas negras, las almas en pena no podían invadir el cuerpo de los asistentes a los funerales. Es decir, era como un amuleto contra las posesiones demoníacas.

Cuando estudiamos la Edad Media y el mismo periodo del Renacimiento, las vestimentas propias del luto se llevaban por pérdidas personales.  Por ejemplo, los historiadores describen que, las mujeres vestían de luto y llevaban sombrero y velo negro y en algunas zonas rurales de Portugal, España, Grecia y otros países mediterráneos, mientras que las viudas por costumbre tenían que vestir de negro como señal de luto el resto de sus vidas (Garro, Linda 1990).

Pero desde otro ángulo, analizando los colores vinculados al luto, también nos encontramos con el color blanco, que la historia nos dice, que era habitual su uso entre las reinas europeas medievales, en lugar de usar ropa del color negro para el luto. En España, por ejemplo, estas costumbres llegaron hasta finales del siglo XVI y la reina Fabiola de Bélgica lo puso de nuevo en práctica en el funeral de su esposo el Rey Balduino I de Bélgica. Po esa razón desde mediados del siglo XX, el luto se ha vuelto menos habitual, aunque las personas más cercanas al difunto suelen vestir con ropa oscura. Entre los alemanes, irlandeses y austriacos se sigue utilizando el brazalete como símbolo de luto por la muerte de un pariente.

En el catolicismo, el luto está muy asociado a las mujeres, habiendo sido una imposición social durante años. El luto oficial, regula el comportamiento de las personalidades públicas y los miembros de la familia real. La duración y el grado del luto suele decretarse siguiendo un protocolo establecido y puede ser de ámbito nacional, regional o local. Las señales de duelo varían de un país a otro, y este estado se evidencias hasta en el izado de la bandera a media asta en los edificios públicos, como ocurre en el contexto dominicano, cuando por decreto del poder ejecutivo se declara duelo nacional.

El color negro simboliza el respeto que se tenía por el difunto y sus familiares y el dolor por su pérdida, y sobre esta aseveración, expertos refieren que esto se debe a que el color negro es la ausencia de luz. Otros autores refieren que, la costumbre de vestir de negro en los funerales tiene cientos de años de antigüedad y son varias las leyendas alrededor de esta tradición que se conocen. La primera de ellas la refiere, Eric Olson en sus trabajos publicados en 1974, sobre las prácticas y ritos mortuorios de la tribu de los deudos. Esta tribu ancestral tenía miedo de que el alma de los fallecidos saliera de su cuerpo y se introdujera en los vivos. Por eso, se pintaban de negro para esconderse.

Olson plantea, que la pintura negra en los funerales se fue transformando con el tiempo a una vestimenta negra como la que se usa en la actualidad. En tiempos del Imperio Romano, durante los periodos de luto, se vestía la toga pulla o toga sórdida, que estaba hecha de lana de color negro. Pero la costumbre de vestir de negro en los funerales se institucionalizó en el año 1502 por reglamentos de los Reyes Católicos, que promulgaron la pragmática de luto y cera, que establecía que el color negro era el indicado para ir a los funerales.

Pero es importante saber, que el negro como color de luto no se utiliza en todos los países ni sociedades. Las diferentes costumbres o el color de la piel hacen que en lugares como La India el color de la vestimenta de luto sea el blanco para contrastar con la tez de sus habitantes. Asimismo, los habitantes de algunas tribus de África se cubren la piel con cenizas blancas para evitar que el espíritu de la persona fallecida entre dentro de los vivos.

Otros colores que se usan o se han usados para identificar el luto en diferentes sociedades del mundo, de acuerdo a los datos que investigamos son:

El rojo en el antiguo Egipto, se consideraba símbolo de ira y fuego, asociado con el desierto, lugar que guarda relación con la muerte, considerado la entrada a un submundo cada noche al esconderse el sol. En la Antigua Roma, se asociaba con el color de la sangre derramada e iba unido, tanto con el luto, como con la muerte.

El naranja cuando se fusiona el rojo, que significa “felicidad”, con el amarillo, que significa “perfección” se crea este color. El naranja es el color del Ocaso y en la actualidad, en Egipto, se utiliza este color como metáfora del final de la vida.

El amarillo, muchos budistas chinos ven representado en este color la libertad de los cuidados mundanos y por ello es apreciado y guardan el luto con este color. Además, para ellos significa neutralidad y buena suerte.

El azul en los países árabes este color simboliza la protección, al día de hoy en Siria, el luto se refleja con el color azul claro. Un poco más cerca, en Gran Bretaña, este color era el oficial para la asistencia a los funerales durante muchos años.

El lila y violeta, define un color claro perteneciente a la gama del morado y es similar al lavanda y al malva. El referente es el color de la lila, flor que da su nombre a este color. En la iglesia católica a nivel litúrgico, tiene connotación de modestia y penitencia y es usado para el tiempo de cuaresma, Este color se atribuye, en la actualidad, al luto de las viudas en Tailandia. Los reyes franceses utilizaron el púrpura como color de luto. Proviene de la creencia de los ropajes que los soldados romanos le pusieron a Jesús para mofarse llamándolo “Rey de los Judíos”.

La transformación social de la muerte y sus ritos

Como resultado de la transformación de la cultura, notamos que, en la actualidad, ha ido cambiando significativamente la costumbre de guardar luto, incluso hasta de ir de lutos a los funerales. Nuestras abuelas llamaban guardar luto, donde solo se vestían de blanco, negro, gris y color lila, cuando fallecía un familiar cercano. Esas prácticas duraban años y años y hasta se prohibía en nuestras casas hacer fiestas y prender el radio. De manera que, sin nosotros usar los colores del luto en la ropa como las abuelas, nos sumábamos al luto familiar por esas prohibiciones, que se cumplían o se cumplían.

Yo recuerdo a mi abuela materna, tener un luto eterno por la muerte de su hija, mi tía muy querida que murió en Holanda, cuando yo tenía nueve años. Pero además mi abuela guardaba luto a los compadres, las comadres, los sobrinos, o cualquier cercano a ella, era un luto sobre otro luto. Mi abuela le guardó luto por varios años hasta a José Francisco Peña Gómez.

El luto, el duelo y los mismos rituales de la muerte se han transformado, por ejemplo, en los denominados nueve días, últimos rezos o velas como le llaman en el Cibao, en sectores populares del país, se visten los familiares con una camiseta blanca con el rostro del finado delante.

De las simbologías de los procesos mortuorios en el caso de la cultura popular dominicana, ya no se ven los famosos lazos negros preparados con cinta en los familiares del difunto, se ha ido perdiendo la costumbre de las entregas de los recordatorios con la foto del difunto, que contenía sus con sus generales, oraciones, el salmo 23, la foto de la Virgen de la Altagracia y debajo de la foto del muerto, que muchas veces era la misma de la cedula de identidad, decía lo siguiente: «Recuerdo de la ultima hora santa, oficiada en su residencia el día tal».

Ahora en muchos lugares no se hacen las horas santas y los tres tercios, lo que vemos es, que se celebran misas por parte de las iglesias con los sacerdotes, diáconos, ministro o presidentes de asambleas como les llaman en el Cibao. Un apunte para finalizar, cuando mi abuela falleció en noviembre del año 2005, eran muchos los recordatorios que tenía guardados y tuvimos que salir de ellos. Hasta la próxima semana.

 

Fuente de la Información: https://acento.com.do/cultura/la-muerte-el-duelo-el-luto-los-ritos-y-su-transformacion-social-9344721.html

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México: La mirada de Olac Fuentes sobre la educación superior. Palabras preliminares (Parte 1)

La mirada de Olac Fuentes sobre la educación superior. Palabras preliminares   (Parte 1)

Olac Fuentes Molinar murió el pasado lunes 13 de mayo. Su presencia siempre fue notable. Ya varios amigos y colegas se han encargado de señalar la potencia de sus ideas, su inteligencia, memoria y amplitud de conocimientos, sus vastísimas lecturas y campos de interés, su irónico y penetrante sentido del humor, y su generosa amistad y solidaridad. Otros han destacado su labor como ensayista y como promotor de publicaciones; y han recordado su destacado papel como militante del Partido Comunista Mexicano y, posteriormente, del Partido Socialista Unificado de México, como constructor y renovador de instituciones, como impulsor de reformas educativas y como funcionario público. No se escaparon de los recuerdos sus pasiones deportivas: el beis (Dodgers), el americano (Raiders) y, de pasadita, el soccer (Chivas); su afición por las cantinas, los buenos tragos y los juegos de mesa; su ecléctico, pero enorme repertorio musical (de Toña la Negra a Juan Gabriel y a Mozart no hay más que un paso); y sus innumerables anécdotas y dichos para toda ocasión. Seguramente todos los que lo recordamos aceptaremos sin chistar que Olac Fuentes dejó una huella muy positiva sobre la educación en todos sus niveles y sobre la vida de quienes se cruzaron en su camino. Todo eso y mucho más fue Olac. Sin embargo, si su presencia fue notable, su ausencia comienza a abrirse como un enorme hueco, por la falta de una figura de gran talla intelectual que contribuya a organizar ideas y a diseñar rutas para el futuro de la educación mexicana. Se extraña al maestro, al amigo.

Otros colegas acaso dedicarán sus recuerdos a los aportes de Olac en la educación básica y media superior. En este escrito intentaré algo más modesto, inevitablemente sintético y tal vez simplificador: exponer sus contribuciones a la educación superior mexicana, de forma entreverada con algunas experiencias de mi formación académica bajo su guía e influencia en el Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav (DIE).

Olac abrió en México una forma diferente de entender la educación superior mexicana y tuve la fortuna, junto con otros queridos colegas, de aprender en el acto mismo de su producción intelectual. Muchas veces tuve el privilegio de estudiar sus trabajos antes de que fueran publicados y hacerlo acompañado de muchos otros autores que llegaron a mí gracias a la pasión lectora de Olac y a su incesante búsqueda por novedades que permitieran comprender los cambios del país y de su educación. Es asombroso estar cerca del acto creativo y no exagero si digo que mi cercanía académica, intelectual, política y personal con Olac fue uno de los episodios formativos más importantes de mi vida. En ese proceso conocimos teoría política, estudios organizacionales aplicados a la educación superior, análisis de políticas públicas, trabajos de economía política, crítica a las teorías reproductivistas, eurocomunismo y muchos otros temas que fueron aplicados por Olac para comprender el momento en el que se encontraba la educación superior en los años setenta y ochenta.

No poseo uno de los dones que le caracterizaron, el de la concisión, pero intentaré decir en pocas páginas los elementos centrales de su legado en la conformación y consolidación de la educación superior como campo de estudio. En esta serie de artículos, abordaré, en primer lugar, los rasgos del contexto social y teórico de los años 70 y 80. En segundo lugar señalaré los esfuerzos que Olac impulsó en el Departamento de Investigaciones Educativas para comprender los cambios sociales, políticos y económicos y su expresión en la educación superior. En tercer lugar, mencionaré los temas y algunos trabajos que surgieron del seminario que dirigió en el DIE y del seminario de la UAM Azcapotzalco. Y, en cuarto lugar, haré algunas referencias a la continuidad que tuvieron los estudios sobre educación superior, luego de que Olac se dedicara en cuerpo y alma a la educación básica.

*Investigador del DIE-Cinvestav

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/la-mirada-de-olac-fuentes-sobre-la-educacion-superior-palabras-preliminares-parte-1/

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UNICEF: Declaración de Adele Khodr, Directora Regional de UNICEF para Oriente Medio y Norte de África, sobre la intensificación de las hostilidades en Rafah y el norte de Gaza

Declaración de Adele Khodr, Directora Regional de UNICEF para Oriente Medio y Norte de África, sobre la intensificación de las hostilidades en Rafah y el norte de Gaza

Niños sentados en el maletero de un carro durante su desplazamiento desde Rafah, al sur de la Franja de Gaza, debido a los continuos bombardeos y hostilidades. Mayo de 2024.

AMMÁN, 14 DE MAYO DE 2024 – “La escalada de las hostilidades en Rafah y en toda la Franja de Gaza ha agravado el sufrimiento de cientos de miles de niños y niñas, que llevan 218 días soportando una cruel pesadilla. No podemos aceptar que su tragedia se retransmita en directo como un daño colateral de un conflicto que nunca eligieron.

“La semana pasada comenzó en Rafah una operación militar temida desde hace tiempo que ha desplazado a más de 448.000 personas a zonas inseguras como Al-Mawasi y Deir al Balah. Entretanto, los intensos bombardeos y las operaciones terrestres se han extendido al norte de Gaza, dejando un rastro de destrucción en zonas como el campamento de refugiados de Jabaliya y Beit Lahia. Al menos 64.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, que han quedado devastados.

“Los civiles –ya exhaustos, desnutridos y expuestos a numerosos sucesos traumáticos– están siendo testigos del aumento del número de muertos, heridos y desplazados en medio de las ruinas de sus comunidades. Incluso las operaciones humanitarias, que se han convertido en el único salvavidas para toda la población de la Franja, se están viendo amenazadas.

“Desde el inicio de esta última escalada, UNICEF ha tenido que enfrentarse a mayores dificultades para hacer llegar cualquier tipo de ayuda hasta la Franja de Gaza. La escasez de combustible sigue siendo un problema crítico.

“En el norte, los principales hospitales situados en las zonas de evacuación, como el Kamal Adwan, el Al-Awda y el Hospital Indonesio, se encuentran en medio del fuego cruzado, lo que perturba gravemente la entrega de suministros médicos esenciales y pone en peligro muchas vidas. Las personas que están en riesgo inminente de hambruna han dejado de recibir ayuda.

“También me preocupan mucho las infraestructuras de agua y el acceso al agua potable y el saneamiento en toda Gaza. En el norte hay pozos indispensables que han sufrido grandes daños, mientras que en Rafah al menos ocho instalaciones están fuera de servicio, lo que afecta a unas 300.000 personas, muchas de ellas niños y niñas que probablemente recurrirán al agua contaminada y enfermarán gravemente. Cuando falta el agua, es la infancia la que más sufre.

“Los pasos fronterizos deben abrirse rápidamente y debe permitirse que las organizaciones humanitarias se desplacen con seguridad y proporcionen la ayuda de emergencia de la que dependen todos los niños y niñas de Gaza. De no ser así, se producirá una tragedia todavía mayor que la que ya hemos presenciado, un desenlace que debemos tratar de evitar sin dilación.

“Tras más de siete meses de conflicto, con decenas de miles de vidas perdidas e innumerables llamamientos al alto el fuego, la violencia persiste. Es crucial que callen las armas y se respeten los derechos de la infancia. Los niños y las niñas de Gaza, que están soportando atrocidades inimaginables, merecen un alto al fuego inmediato y la oportunidad de vivir un futuro en paz”.

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Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/declaracion-directora-regional-unicef-oriente-medio-intensificacion-hostilidades-rafah

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Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Desde priorizar la educación emocional hasta permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Las docentes Inés Cabezas y Susana García-Moya explican las estrategias educativas más efectivas para trabajar el alumnado con altas capacidades.

Siempre vamos a encontrar estudiantes con altas capacidades a los que dar respuesta, estén identificados o no. Como cada uno de ellos es único y no se ajusta a un perfil específico, resulta esencial conocerles individualmente para identificar así sus necesidades concretas y atenderlas de manera correcta. Aunque es posible aplicar pautas específicas como pasar de curso, existen otras de carácter ordinario o general que conviene tener en cuenta también. Son las siguientes:

  • Ofrecer actividades abiertas a diferentes niveles que les permitan avanzar a su ritmo propio. Lo ideal es que estas actividades les ayuden a investigar de forma autónoma acerca de sus intereses, además de desafiarlos con un nivel superior de dificultad.
  • Eliminar aquellas actividades que no tengan un objetivo didáctico ni evidencia de aprendizaje como el copiado de enunciados, de textos del libro u otro tipo de ejercicios  mecánicos. El motivo no es que no copien, sino que trabajen con un sentido o utilidad. En este contexto, se recomienda emplear las situaciones de aprendizaje con un objetivo claro y la Taxonomía de Bloom para diseñarlas en diferentes niveles.
  • Conocer sus debilidades, no para destacarlas, sino para ayudar a mejorarlas. No se busca conseguir que sean estudiantes perfectos, sino encontrar herramientas que les permitan avanzar en su desarrollo y superar sus dificultades. Y desde aquí potenciar sus fortalezas.
  • Permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Si rebaten una idea que hay en el libro con el que trabajando una explicación en clase, se puede proponer un debate para que la clase también opine e investigue. El profesorado debe enfatizar la importancia de desarrollar el pensamiento crítico.
  • Antes de asignar actividades es importante cuestionar su necesidad y relevancia. Lo mejor es buscar alternativas que impacten positivamente en su aprendizaje.
  • Atender la educación emocional del aula y permitir cierta autonomía y confianza, con pautas de comportamiento en las que se conozcan las consecuencias de su acción o inacción.
  • Escuchar a la familia y conocer el rol del alumnado en casa aporta una visión muy importante para la planificación posterior en el aula.

Posibles dificultades asociadas

Además de tener en cuenta estas pautas, también es importante conocer las dificultades que pueden aparecer durante el proceso de aprendizaje del alumnado con altas capacidades:

  • Dificultad para sintetizar. El docente debe ayudarles a discernir las ideas principales de las secundarias y a resumir la información.
  • Problemas de coherencia en la expresión. En este caso, es recomendable trabajar la oratoria y la expresión escrita con esquemas previos y límites de tiempo.
  • Falta de técnicas de estudio. Ajustar el nivel académico y aportar métodos de aprendizaje y gestión del tiempo les ayuda a superar la frustración. Además, mejoran su concentración y la capacidad para organizarse.
  • Para los casos de disgrafía asociada se recomienda ofrecer alternativas para mejorar la presentación de los trabajos, valorando retos que estimulen su rendimiento. Igualmente, la dificultad motriz no debe penalizar donde no sea aplicable.
  • Abordar la autoexigencia extrema con refuerzos positivos, rendimiento eficiente y trabajando el síndrome del impostor. Esto se consigue trabajando aspectos como el tiempo pautado, la aceptación propia y la autoestima.

Tras estas consideraciones, es importante, por otro lado, que los docentes adapten estrategias según las necesidades individuales de este alumnado y fomentar un ambiente de aprendizaje inclusivo.

Fuente: educaciontrespuntocero.com

 

Fuente de la Información: https://www.redem.org/altas-capacidades-en-el-aula-pautas-de-utilidad-para-los-docentes/

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El sistema educativo y la educación

No hay dudas que para estos modelos de país la educación no es importante más que en los discursos de la dirigencia que administra los asuntos públicos.

 

El sistema educativo se define por su organización administrativa y política, organización alejada de quienes hacen al cotidiano educativo (docentes y estudiantes).

 

Las luchas por la emancipación educativa son las marcas contra las especulaciones políticas por subsumir la educación pública a intereses meramente sectoriales.

 

Una tensión que fue definiendo el sistema hacia procesos de privatización creciente, porque ya no se trataba solamente del sector clerical como motor de diferenciación ideológica, como fue la disputa que se conoció como “Laica o Libre” en la década del 50 del siglo pasado de una profunda lucha que venía desde el primer Congreso Pedagógico de 1882 en el que se debatieron las bases de la que después fuera la Ley 1420 de educación común, laica y gratuita, sino de la creación del mercado educativo, con la expansión de la educación privada durante la década de 1990 (exoprivatización) y la apertura al universo de las ong y fundaciones para operar dentro del sistema vía convenios ministeriales (endoprivatización) y la injerencia empresarial directa en el contexto universitario.

 

En ese contexto las universidades nacionales también entran en una dinámica de sumisión, que bajo el eslogan de vincular esas casas de estudios con las (dudosas) “demandas sociales”, comenzaron a perder la autonomía conquistada en 1918, la que se dio en llamar, Reforma Universitaria y así quedó la marca de la lucha de la “revolución de las conciencias” registrada en la historia y que fue fuente de inspiración en Latinoamérica y el mundo.

 

En la década del 50 se triplica la matrícula universitaria tras la supresión de los aranceles, los trabajadores se vieron beneficiados por la accesibilidad a los estudios universitarios, hasta que en 1966 el general golpista, dictador Juan Carlos Onganía, decidió terminar con la autonomía en las universidades nacionales, mediante el decreto ley 16.912 que determinaba la intervención, prohibía la actividad política en las facultades y anulaba el gobierno tripartito. Ese 29 de junio mandó a desalojar y ordenó la “depuración académica”.

 

Hubo resistencia en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales, Arquitectura, Ingeniería, Filosofía y Letras y Medicina de la UBA y la primera consecuencia fue la feroz represión sobre estudiantes y profesores; la segunda, la renuncia de miles de profesores y el inicio de éxodo académico.

 

Tal vez ese haya sido el antecedente de lo que vendría con la dictadura genocida y desaparecedora de Jorge Rafael Videla y su banda a partir de 1976, no sólo con la intervención de las universidades sino con la militarización dentro de las propias facultades, con “oficinas” improvisadas en algún aula y un par de soldaditos con los fusiles en mano al lado del bedel que recibía las libretas universitarias de lxs estudiantes para poner en un cajoncito y retirarlas después de la clase correspondiente (como le ocurría a quien escribe estas líneas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA).

 

Cabe aclarar que, en 1975, la autodenominada Alianza Anticomunista Argentina de José López Rega, ministro de Bienestar Social del tercer mandato de Juan Domingo Perón, también conocida como la Triple AAA, tenía las mismas prácticas represivas, usando como fuerza de choque a la Policía Federal con los parapoliciales y los camiones “celulares” esperando en la puerta de la facultad.

 

Este muy breve e incompleto recorrido sobre algunos de los hitos que marcaron la vida de la universidad pública tiene la intención de exponer porqué el conocimiento, en sentido amplio, es un problema para el poder y los poderosos. Porque forma en el desarrollo de la inteligencia, porque cuando es colectivo genera fuerza social, como se demostró en la multitudinaria Marcha Universitaria del 23 de abril que convocó a miles y miles universitarios, trabajadorxs, familias, estudiantes secundarios, jubiladxs; aunque para el poder, que el conocimiento sea fundamental para el mejoramiento de la sociedad, es el problema, porque eso implicaría socializar los frutos de ese conocimiento cuya finalidad, también sería, el bienestar general del conjunto de la población.

 

Pero no, esos son objetivos que deben desaparecer del imaginario popular, por eso la reforma educativa globalizada, a la que Argentina adhirió formalmente en la década del 90, durante el gobierno de Carlos Menem, vino a hacer lo que los gobiernos dictatoriales no pudieron terminar de plasmar, más que en algunos aspectos de la reorganización, como fue el principio de la fragmentación con el traspaso de las escuelas primarias a las provincias en 1979, tarea que se completa durante el “menemato” con la transferencia de los secundarios y terciarios, terminando el proceso de fragmentación educativa, que mantiene la Ley Nacional de Educación (2006). Mientras que a las universidades se las encorsetó con la Ley de Educación Superior (1.995).

 

La intervención de las universidades (en las instancias dictatoriales) siempre tuvo como finalidad no solo el control sobre el conocimiento, sino la direccionalidad del mismo, lo que significa, a grandes rasgos, el desarrollo intelectual en función social.

 

No les resultó tan sencillo imponer sus obscenos deseos, porque siempre hubo una línea de fuga en la que la resistencia se materializaba, incluso en grupos de estudio “clandestinos”. Parece un argumento para una película, pasar a la clandestinidad para estudiar, pero eso es lo que sucedía en los llamados “años de plomo”.

 

A pesar de la resistencia histórica, los principios postulados en la reforma universitaria de 1918 no pudieron filtrar el aire de los tiempos neoliberales, fueron traicionados por las políticas de la democracia y ya no se necesitaron las dictaduras cívico-militares para imponer el ordenamiento, porque el discurso de la eficiencia y la eficacia había ganado la batalla, aún con los resultados de generación de pobreza y los indicadores de indigencia.

 

El mercado comenzó a ser el ordenador del sistema educativo, ministros de educación de los distintos colores políticos de los partidos del establishment accediendo a firmar convenios con fundaciones, ong y universidades privadas de elite, en algunos casos; con empresas EdTech, que nos “aseguran el futuro” de los “aprendizajes” desde la versión del capitalismo de plataformas, como es el caso de TICMAS, con récord de audiencia de especialistas en educación y dirigentes políticos en la Feria del libro.

 

Una nueva redefinición de aquello de Marshall McLuhan, “el medio es el mensaje” para la comunicación, que en la nueva clave post-educativa debería ser “la plataforma es el aprendizaje”, donde el otro formante del binomio dialéctico queda borrado, la “enseñanza”.

 

El fin de la docencia se viene anunciando desde hace décadas, primero con las campañas de desprestigio organizadas desde el discurso transpolítico, Banco Mundial, OCDE, UNESCO, dirigentes políticos, funcionarios de turno, periodismo “independiente” y la lista sigue…

 

Mientras escribo este artículo, está finalizando la jornada del paro docente en todos los niveles de la enseñanza, por demandas salariales y laborales, también piden un aumento de emergencia para los docentes jubilados y el pago del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), además de infraestructura, entre otras demandas y a un mes de la Marcha Universitaria.

 

En la semana de la pueblada en Misiones donde los docentes y lxs trabajadores de la Salud hicieron punta con los reclamos salariales a los que se sumaron la policía y los tareferos. Los docentes, con salarios de $270.000, fueron reprimidos por sus reclamos en la legislatura y en la casa del gobernador (como venimos informando en tramas).

 

También finalizó el debate en diputados, se reunieron de manera conjunta la comisión de educación y la de presupuesto por la emergencia presupuestaria en universidades. La reunión finalizó con tres dictámenes, el de la mayoría es de Unión por la Patria (UP) y el Frente de Izquierda (FIT-U) en el que se pide la inclusión del FONID. El próximo encuentro será el martes 28.

 

Esta es, simplemente, una parte del panorama actual en relación con la historia, signada por el control administrativo de la burocracia y la dominación de la colonialidad del poder en beneficio de intereses espurios. Un oxímoron en el que el sistema educativo confronta y desafía lo único por lo cual tiene significación, la escuela y la universidad públicas, que bien podrían funcionar en otro contexto, sin el peso de un sistema que lejos de sostenerlas e impulsarlas, las agrede, las ahoga y las degrada.

 

Eso es lo que estos sistemas tienen para ofrecernos, los beneficios de los intereses privados en los asuntos públicos, los negocios empresariales a expensas de las investigaciones científicas realizadas en las universidades públicas, como los convenios celebrados con la corporación minera, en algunos casos o con la generación de transgénicos en otros.

 

Son algunas de las formas “eficientes” de financiamiento al que están sometidas las universidades y de las que también tiene que dar respuestas el propio Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), como promotor de ese maridaje público/privado, que desvirtúa la esencia de la universidad.

 

Para cerrar, si el 90% del presupuesto universitario es para pagar los deprimidos salarios docentes, que ni siquiera el gobierno debate convocando a paritarias, es porque su representante máximo, autopercibido anarco capitalista, pretende, como lo escribió Onganía, una “limpieza académica” y el cierre programado de las universidades o su reconversión en unidades de conocimiento aplicado a los intereses empresariales y financiar las carreras que el mercado demande.

 

Solo haber escuchado lo que el señor presidente dijo en el marco del Congreso del Instituto de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), frente a la posibilidad de que de la Cámara surja la emergencia presupuestaria para la universidad, “Cualquier proyecto que manden desde el Congreso que quieran romper la caja y hacer volar este país por los aires,lo voy a vetar, me importa tres carajos”, nos dice todo sobre su interés por rol social del conocimiento y por la educación como derecho humano.

 

Después de todo, el evento que protagonizó el autor del libro “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica” en el Luna Park, también constituyó un hecho pedagógico, nos enseñó que Narnia no solo es un relato fantástico, también puede ser fatalmente político.

 

Fuente: https://tramas.ar/2024/05/24/el-sistema-educativo-y-la-educacion/

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La era digital del amor

La metamorfosis de la intimidad en un mundo interconectado

Las aplicaciones de citas, que facilitan la iniciación y el reconocimiento del mercado amoroso, han transformado el panorama de las relaciones sexuales y afectivas. Tinder, Bumble y OkCupid han sido las principales catalizadoras de los nuevos modos de habitar y vivir la intimidad.

Matches, chats y desafíos

Un joven soltero se aventura a explorar el vasto paisaje de las aplicaciones de citas como Tinder y Bumble. Configura su perfil con cuidado y comienza a deslizar su dedo por la pantalla en busca de conexiones. Rápidamente obtiene varios matches y entabla conversaciones que, en su mayoría, se desvanecen en el aire virtual. Sin embargo, en algunos chats se despliega más afinidad y avanzan a plataformas más personales como Whatsapp o Instagram, lo que proporciona una mayor sensación de cercanía.

Con el tiempo, organiza citas en cafés y bares, donde comparten una cerveza o un vino y, en ocasiones, estas interacciones culminan en momentos íntimos. Sin embargo, a medida que pasan los meses, se enfrenta a la frustración de no encontrar conexiones significativas ante la multiplicidad de opciones y exigencias. A pesar de desinstalar las aplicaciones y de inscribirse en algunos cursos de idiomas y arte, se da cuenta de que tampoco es fácil conocer a alguien fuera de este entorno digital. Así que, una vez más, regresa a las aplicaciones en busca de nuevas posibilidades.

Este ciclo de experiencias refleja el panorama del amor en el siglo XXI, donde la construcción de relaciones significativas puede ser un desafío. Nos encontramos inmersos en un universo en el que las interacciones amorosas se entrelazan con la tecnología, transformando así la geometría del amor. Las aplicaciones de citas han creado una suerte de «juego de la silla» virtual, donde se compite por la atención de los perfiles más atractivos, y donde ni siquiera quienes no participan en estas plataformas pueden escapar del impacto que ellas generan en la sociedad.

Del «no sos vos, soy yo» al «no sos vos, es el algoritmo», pasamos de los paradigmas tradicionales del amor a nuevas formas afectivas moldeadas por la era digital. La centralidad del amor persiste, pero atravesada ahora por interacciones digitales que abarcan tanto la búsqueda de conexiones efímeras como la de un compañero o compañera de vida. En este nuevo paisaje del romance, las estrategias de cortejo se reconfiguran: de escribir cartas de amor, grabar casetes o CD y llamar a radios para dedicar canciones en el siglo XX, a compartir links de Spotify o YouTube a través de chats.

Origen y evolución de las aplicaciones de citas: de las cartas a los swipes

En el siglo XX, presenciamos rápidos avances en las formas de relacionarnos y amar: desde las cartas románticas y los avisos clasificados hasta las citas a ciegas orquestadas por familiares o casamenteras. Las agencias matrimoniales y los romances por correspondencia marcaron una transición hacia una era más conectada. Con la llegada de las redes sociales y las aplicaciones de citas, se abrió un nuevo capítulo en la historia del romance, transformando radicalmente nuestra forma de buscar y establecer relaciones.

El surgimiento de las aplicaciones de citas se remonta a la década de 1990, con la pionera Match.com (1995), que permitía crear perfiles en línea y buscar coincidencias basadas en criterios específicos. Sin embargo, fue con el avance de la tecnología móvil desde 2010 que las aplicaciones de citas se convirtieron en la norma, reemplazando rápidamente a los sitios web tradicionales. Nombres como Tinder, Bumble y OkCupid se volvieron familiares entre las generaciones jóvenes, ofreciendo una experiencia ágil centrada en la geolocalización.

Este cambio tecnológico ha simplificado y acelerado el proceso de conocer a potenciales parejas, poniéndolo al alcance de cualquiera con acceso a internet y un teléfono móvil. Las aplicaciones de citas ofrecen una interfaz fácil de usar, donde crear una cuenta es tan simple como conectarla a Facebook o proporcionar un número de teléfono. Como resultado, estas plataformas se han convertido en el principal medio para conocer personas, especialmente entre aquellos que tienen entre 20 y 40 años y viven en áreas urbanas.

Aunque inicialmente el sentido común indicaba que las aplicaciones de citas fomentarían el sexo casual, la realidad ha demostrado una diversidad de intenciones entre los usuarios. Las aplicaciones atienden tanto a quienes buscan encuentros sexuales como a aquellos que desean relaciones más comprometidas y significativas. Con la pandemia de covid-19 y las restricciones de distanciamiento social, las citas virtuales se volvieron cada vez más comunes ya que ofrecían una alternativa segura a los encuentros en persona.

Entre 2020 y 2023 me dediqué a observar y analizar miles de perfiles en aplicaciones de citas, así como a realizar decenas de entrevistas a usuarios de estas apps. A lo largo del texto cito algunos fragmentos anonimizados, aclarando si corresponde a una entrevista.

«La vida real me arruga la ropa. Carezco de aptitudes sociales, pero sé mucho de comics y videojuegos. Voy y vengo de Tinder, más en cuarentena». (Varón, 30 años)

«Desparasitada con vacunas al día. 1º regla en cuarentena: no enamorarse, todos están aburridos. Doy pocos likes, no busco nada y busco todo». (Mujer, 36 años)

Los fragmentos de biografías de los perfiles sugieren el uso intermitente de estas apps y la extendida ambivalencia de usos y deseos frente al horizonte afectivo. A medida que se reconfiguran las expectativas y prioridades en torno del romance, las aplicaciones de citas también han experimentado cambios. Se han revalorizado la conexión emocional y la compatibilidad a largo plazo por sobre los encuentros casuales, lo que ha llevado a una transformación en la percepción de estas plataformas como simples herramientas para el sexo y la diversión.

«¿Y mi medio limón? ¡Qué difícil! ¡Me aburre Tinder! ¡Con ganas de conocer a alguien q me haga borrar esta app!». (Varón, 34 años)

«Me interesa conocer un hombre leal e inteligente, serio y amoroso… soy independiente, soñadora, sensible, leal… solo personas serias. ¡Soltero y sin hijos no es una virtud!». (Mujer, 34 años)

Las aplicaciones alimentan el ego con la fantasía de personalización al ofrecer un servicio de curaduría mediante preguntas diversas, tales como: ¿le dirías te amo a alguien que nunca has visto en persona? ¿Estás a favor de tener sexo en la primera cita? ¿Estarías dispuesto a relocalizarte? ¿Qué tan importante es la religión en tu vida? ¿Le dirías te amo a alguien con quien tienes una relación a distancia y nunca has visto en persona? ¿Usarías juguetes sexuales? En este nuevo panorama del amor digital, las aplicaciones de mayor crecimiento son aquellas que prometen una experiencia personalizada, donde la racionalización amorosa se mezcla con la intuición e imaginación sexoafectiva en la búsqueda de compatibilidad total.

Navegando entre relaciones líquidas y las comunidades de afecto

En tanto cada vez más relaciones empiezan y terminan en internet, conocerse «en persona» se ha convertido casi en un acto de distinción para la imaginación romántica. En la actualidad, es difícil encontrar a alguien que no haya tenido algún tipo de experiencia en aplicaciones de citas, incluso si esa experiencia se limita al rechazo.

«Me da vergüenza estar acá. Odio las apps: la idea era conocer a alguien en el subte, en un bar o la verdulería, pero eso solo pasa en las películas». (Mujer, 37 años)

«Estuve en pareja 15 años y me separé hace dos. Tuve mi momento eufórico de 5 citas por semana. Ahora quiero pareja y me cuesta encontrar alguien que llene todos los casilleros. Tal vez sea demasiado exigente». (Varón, 43 años, entrevista)

«Escéptica. Mi algoritmo me odia. Si nos enganchamos decimos que nos conocimos en la farmacia comprando el último alcohol en gel antes del apocalipsis». (Mujer, 35 años)

A pesar de su popularidad, las aplicaciones de citas presentan múltiples tensiones, como las sensaciones contradictorias en quienes se separan: el deseo de usarlas junto al temor a cruzarse con ex parejas o conocidos. O como el ghosting, donde las personas cortan abruptamente la comunicación sin previo aviso, lo que puede causar frustración y angustia. Este efecto colateral de las «relaciones líquidas» –tal como las denomina Zygmunt Bauman– no solo atañe a los afectos, sino también a la información, la comunicación, el entretenimiento, el mercado laboral y el financiero. Pero la analogía con la desustancialización del capitalismo en el que vivimos es incompleta porque la singularidad del afecto nunca entra de forma plena en ningún tipo de determinación socioeconómica.

En las aplicaciones de citas a veces se forma una comunidad de servicios ligada al afecto que forma redes de asistencia mutua y recomendaciones por fuera del círculo de contactos. Se trata de una manera de romper habitus y comunidades cerradas al generar cruces que no se dan en un bar ni suceden del mismo modo en una red social.

«Dos matches saben que busco departamento y me ayudan. A una le recomiendo bibliografía. Se arman redes impensadas en estas páginas amarillas con proyección de coger. Hay ventas y permute. Quedar atento al asunto del otro y proponer recursos o soluciones funciona como estrategia de enganche. En cuarentena vi mil intercambios de ‘el mejor bolsón de verdura’, ‘el mejor queso precio-calidad’, ‘cómo sanitizar’. Cierta transferencia que no se consigue leyendo información». (Varón, 38 años, entrevista)

Este extracto da en el corazón de una práctica contemporánea: forjar relaciones que trasciendan los vínculos clásicos (amistades, noviazgos, matrimonios). En un siglo permeado por subjetividades lábiles, la potencialidad de estos vínculos torsiona las nociones de liviandad y profundidad con que suelen abordarse las interacciones. No se trata de romantizar los conflictos que traen, sino de poner de relieve las apropiaciones y desvíos que suscitan, como cimentar comunidades de afecto a veces fragmentarias, parciales o epidérmicas, que no necesitan responder a la clásica pregunta «qué somos».

Archipiélagos de la amistad

Mi tierra, mi sangre (Cuba); mi tinta, parcero, parche, manito (Colombia); pana, valedor (Venezuela); llave (Ecuador); pata (Bolivia); yunta (Chile); hermano, cumpa, rancho (Argentina), causa, compadre (Perú); alero (Honduras); carnal, cuate –que en meocatl significa gemelo– (México). Las diversas expresiones latinoamericanas que definen la amistad resaltan su importancia en el tejido social. Pero ¿hasta qué punto la amistad, tradicionalmente vital en las sociedades modernas para consolidar la identidad en la juventud más allá de la familia de origen, expande su influencia y se afirma como el vínculo afectivo predominante del siglo XXI?

«Aburrido de depender de la virtualidad para conocer personas. Me gustaría viajar al pasado para ver cómo era encarar una conversación con alguien random. No busco nada en especial, solo conocer gente y ver qué pinta. Si es una hermosa amistad mejor». (Varón, 35 años)

«Busco abrirme a nuevas experiencias. No soy celosa, tengo muchos amigos, que son lo que más me importan. El resto va y viene». (Mujer, 34 años)

Los lazos de amistad amplían sus bordes tradicionales, abarcando no solo relaciones fraternales entre pares sino también conexiones en ámbitos románticos, familiares, comerciales y comunitarios. Con el declive de las relaciones de pareja como eje central y fundamental, la amistad emerge como el pilar que sostiene y acompaña cada vez más trayectorias de vida. Mientras que en el pasado los mapas sociales solían estructurarse en torno de la «isla-familia» como célula básica de la sociedad, en la actualidad coexisten con la nueva geografía afectiva de los «archipiélagos de la amistad»: conjuntos de islas individuales que mantienen vínculos electivos a través de redes sociales, grupos de mensajería instantánea y aplicaciones de citas.

«No busco nadie que me complete, estoy entera. Buena vida es muchos viajes y grandes amigos. Tengo 2 mejores amigos que son como mis hermanos y no estoy dispuesta a escuchar que la amistad entre géneros no existe». (Mujer, 37 años)

«Prefiero los animales a las personas. Seamos amigos». (Varón, 34 años)

El ideario romántico tradicional de que la pareja debe ser el vínculo más importante es puesto en cuestión por las nuevas generaciones, los feminismos, el movimiento LGBTIQ y las redes sociales que dominan gran parte del tráfico de internet, donde las amistades en sentido amplio son los vínculos centrales. En una era post-romance que reivindica la amistad como vínculo menos institucionalizado, burocrático, posesivo y transaccional que la pareja, las redes y las apps tensionan la exclusividad amorosa con la reticularidad de las prácticas afectivas. Si la metamorfosis social se expresa en una crisis de pareja y en nuevas gestiones colectivas de los afectos, ¿esa mutación va a cambiar la forma de gestionar hogares, trabajos, familias, gobiernos, vacaciones, o es solo una nueva moratoria social ante las precariedades del capitalismo contemporáneo?

La gramática del pornosoft y el sexting

«¿Por qué limitarse a mirar porno cuando puedes participar?», plantea una publicidad de Pornhub, la plataforma líder en streaming de contenido para adultos antes de cada video. Este enfoque de autogestión del placer se manifiesta de diversas maneras en la sociedad contemporánea, desde el sexting y la participación en foros hasta la búsqueda de tutoriales sobre sexualidad y la creación de selfies seductoras en redes sociales o aplicaciones de citas. Además, los subgéneros del porno amateur y el pornosoft buscan suavizar y humanizar la crudeza del hardcore para llegar a un público más amplio, influyendo así en las estéticas que predominan en las redes sociales y las aplicaciones de citas.

La creciente alfabetización y socialización no solo de porno sino también de feminismos eleva las expectativas en torno del ámbito afectivo y sexual al valorar lo que Eva Illouz denomina «derechos hedónicos»: el mandato sociocultural de buscar placer y pasión para alcanzar una vida plena. Pero esta búsqueda no se limita al disfrute en sí, sino que aspira a emular las performances estilizadas del streaming y de las redes, lo que a menudo termina convirtiendo al match en calabaza. La expectativa de replicar los comportamientos aprendidos, tanto en el porno como en los feminismos, influye desde las primeras interacciones en línea hasta las citas y los intercambios de placer.

La popularización del porno no se limita solo a la producción de contenido, sino que también se extiende a las «burbujas»: prácticas intersticiales influenciadas por la tecnología que forman parte de la excitación anticipada. No se trata simplemente de exhibicionismo deliberado en fotos, sino más bien de una cultura de lo sugerente, como si el entorno siempre estuviera cargado de connotaciones sexuales. Incluso actividades cotidianas como cocinar, revisar el pronóstico del clima, leer o tomar vacaciones pueden activar la imaginación sexual a través de poses aparentemente desenfadadas.

Tras matchear, el chat y las citas suelen generar distintas tensiones de género. Ante la tendencia a la pronta sexualización «masculina» y al deseo de personalización «femenina», innovar a veces tampoco funciona: si ellas son las primeras en sexualizar la charla, a ellos puede resultarles incómodamente «masculino»; si ellos personalizan el vínculo, a ellas puede resultarles demasiado «femenino» o apurado.

«A veces digo ‘ya está, garchemos’, pero les incomoda y se ponen histéricos, dan vueltas. Ven ‘masculino’ que les proponga coger». (Mujer, 29 años, entrevista)

«Difícil saber qué quieren. Que uno sea más clásico, ‘macho’ o sensible. Ni frío ni demasiado sensible. Que la mina me avance me encanta, pero me pone nervioso. No lo digo de machirulo, no estoy acostumbrado». (Varón, 28 años, entrevista)

En definitiva, la expansión del imaginario porno en detrimento del romántico influye en la búsqueda de relaciones y afecta las dinámicas interpersonales. En el pasado, el cortejo, el encuentro y el acto sexual solían seguir una secuencia clara y lineal. En el siglo XXI, esta secuencia suele aparecer superpuesta o rota, al compartir mensajes íntimos, como preferencias sexuales, incluso antes de establecer una conversación de otro tipo, casual o profunda.

La nueva geografía del romance

Hasta hace poco más de una década, el acto de swipear –dar «me gusta» al deslizar el dedo sobre la pantalla a la derecha, o descartar al pasar al siguiente perfil deslizando el dedo a la izquierda– era inconcebible. En un mundo saturado de opciones, se expande la idea de que al segmentar por preferencias –relación buscada, nivel socioeconómico, estilo sexual–, la elección será más satisfactoria. En un contexto en el que, como señalan Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim en su libro Amor a distancia, cada vez más personas viven, trabajan, aman y sueñan en clave cosmopolita, las aplicaciones de citas permiten una búsqueda discreta, ubicua y anónima que dinamiza la esfera afectiva. No obstante, a pesar de desanclar la búsqueda del entorno social y presencial, aún persisten expectativas diferenciadas según el sector social –consumos, ingresos, nivel educativo, área de residencia– y el género –comunicación, iniciativa, ideología, performance–.

Las aplicaciones de citas articulan una respuesta ante la prolongación de la soltería y la apertura a diversas propuestas, cruces y relaciones. Aunque promueven tensiones y conflictos, como el ghosting, el burnout cognitivo-afectivo, el imaginario de abundancia de candidatos y la proliferación de perfiles falsos, añejos o distantes, es probable que sigan desempeñando un papel importante en la forma de relacionarnos. Estas herramientas actúan como facilitadoras tanto en la iniciación como en el reconocimiento del mercado amoroso, creando una red voyeurista de erotismo sutil, proporcionando formas relativamente legítimas de gestionar experiencias y ofrecer formas de acompañamiento. Combinando racionalidad técnica con la descentralización de prácticas antes arraigadas en bares, fiestas y discotecas, funcionan como el GPS afectivo de cada vez más personas, aunque ninguna indique un único camino para llegar.

Fuente de la información e imagen:  https://nuso.org

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La importancia de la coeducación y la igualdad de género en las aulas

En un mundo donde la educación se considera el vehículo principal para el progreso y la emancipación individual y colectiva, abordar las dimensiones de la coeducación y la igualdad de género en las aulas es más crucial que nunca. Este artículo explora la importancia de integrar plenamente estos conceptos en el sistema educativo, proporcionando una visión detallada de qué implica la coeducación, las problemáticas actuales en torno a la igualdad de género en educación, y la necesidad vigente de formación docente en estas áreas.

¿Qué es la coeducación?

La coeducación, contrariamente a la educación segregada por géneros, implica una integración equitativa de estudiantes de todos los géneros en un mismo entorno educativo. Este enfoque no solo promueve la igualdad al permitir el mismo acceso a recursos y oportunidades educativas, sino que también fomenta un entorno de respeto mutuo y comprensión.

Este modelo educativo contribuye significativamente al desarrollo de habilidades sociales entre el alumnado. En aulas coeducativas, cada estudiante aprende a interactuar con sus iguales de aula de manera respetuosa y constructiva, con independencia de su género, preparando su futuro en entornos laborales y sociales más inclusivos. Además, la coeducación desafía los estereotipos de género tradicionales al exponer a al alumnado a una amplia gama de roles y comportamientos, no limitados por prejuicios o expectativas anticuadas.

La coeducación no solo es benéfica en términos de desarrollo social y emocional, sino que también tiene un impacto positivo en el rendimiento académico. Estudios muestran que en ambientes coeducativos, donde se fomenta la igualdad y el respeto de todos los géneros, el alumnado tiende a mejorar su autoestima y motivación, lo que se traduce en mejores resultados académicos y una mayor participación en el aula.

Si quieres profundizar en este tema, te invitamos que leas este artículo: Qué es la coeducación: beneficios y casos prácticos.

Igualdad de género en las aulas

A pesar de los avances significativos en la implementación de la coeducación, persisten desafíos relacionados con la igualdad de género en las aulas. Estos desafíos incluyen desde diferencias en el rendimiento académico hasta discriminación y acoso, lo que puede afectar negativamente la experiencia educativa de los estudiantes.

Una problemática central es la persistencia de estereotipos de género que pueden influir en las expectativas y comportamientos tanto de estudiantes como del profesorado. Por ejemplo, se puede esperar que los chicos sobresalgan en ciencias y matemáticas, mientras que las chicas podrían ser alentadas hacia materias como literatura o arte. Esta segregación temática contribuye a la desigualdad de género en campos profesionales más adelante en la vida, perpetuando ciclos de discriminación y limitación de oportunidades.

Otro desafío importante es el acoso escolar basado en el género, que sigue siendo una realidad preocupante. Este no solo afecta el bienestar emocional y psicológico de quienes lo padecen, sino que también puede disuadir a estudiantes de participar plenamente en el proceso educativo. Además, la falta de modelos a seguir que rompan con los estereotipos tradicionales en los libros de texto y materiales didácticos puede reforzar concepciones anticuadas sobre los roles de género, limitando así la perspectiva de los estudiantes sobre lo que pueden aspirar a ser.

Lee más sobre la importancia de la Igualdad de género en las aulas.

La formación docente en coeducación y igualdad de género

Ante estos desafíos, se hace evidente la necesidad de que los equipos docentes reciban formación especializada en coeducación e igualdad de género. La formación en estas áreas permite identificar y combatir los estereotipos de género, implementar prácticas pedagógicas inclusivas y manejar de manera efectiva situaciones de discriminación o acoso.

Organizaciones como AFOE ofrecen recursos y programas de formación que equipan a los profesores con las herramientas necesarias para fomentar un ambiente educativo más equitativo y respetuoso. A través de la educación continua, el profesorado puede mantenerse actualizado sobre las mejores prácticas y teorías en educación de género, asegurando así que sus métodos pedagógicos reflejen los valores de igualdad y respeto mutuo.
Por tanto, la coeducación y la igualdad de género son fundamentales para crear entornos educativos que promuevan la igualdad, el respeto y la excelencia académica para quienes lo integran.

El profesorado debe tomar conciencia de Integrar estos principios en las aulas, educando no solo para preparar a cada estudiante para enfrentar exámenes y obtener buenas calificaciones, sino que también los equipa para la vida en una sociedad globalizada y diversa.

La formación continua del profesorado en estas áreas transversales es crucial para garantizar que la educación sea una herramienta de cambio positivo, proporcionando al alumnado las mismas oportunidades para aprender y prosperar en un ambiente de respeto y equidad. La educación coeducativa y con enfoque en la igualdad de género es, por lo tanto, un imperativo que no podemos ignorar en el camino hacia una sociedad más democrática, justa y equitativa.

Fuente de la información e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com

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