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La inteligencia emocional beneficia a los niños dentro y fuera del aula

Por: Estefania Grijota

Los programas de educación socioemocional en los colegios reducen el consumo de drogas y los diagnósticos de trastornos de salud mental, según un reciente estudio

Los programas en los colegios destinados a la educación de las emociones enseñan las habilidades que los niños necesitan para tener éxito y prosperar en la vida, según han publicado este año, investigadores de la Universidad de Columbia Británica. El estudio asegura que los centros educativos que incluyen en sus programas asignaturas relacionadas con el aprendizaje social y emocional para los jóvenes, no solo les hace mejorar su salud mental, sus habilidades sociales y los resultados académicos, sino que les sigue beneficiando años después.

Para el estudio, se analizaron los resultados de diferentes programas relacionados con la inteligencia emocional en el que involucraron a más de 97.000 estudiantes de educación primaria y secundaria en Estados Unidos, Europa y Reino Unido (niños de edades comprendidas entre los 5 y 13 años), cuyos efectos fueron evaluados medio año después de terminar los programas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el aprendizaje socioemocional continuó a largo plazo proporcionando efectos positivos a estos jóvenes, tanto en la época estudiantil como en sus vidas fuera del entorno educativo.

En concreto, los resultados reflejaron que el consumo de drogas y los problemas de conducta fueron un 6% por ciento más bajo en los estudiantes que participaron en los programas, las tasas de arresto fueron un 19% también más bajas y los diagnósticos de trastornos de salud mental en un 13,5% más bajos. Además, los participantes se graduaron en la Universidad en una tasa de un 1% más que la de los alumnos que no lo hicieron.

Según Eva Oberle, autora principal del estudio y profesora asistente recién nombrada por la Asociación de Aprendizaje Temprano Humano (HELP) en la Escuela de la Población y la Salud Pública de la Universidad de Columbia Británica (UBC),»estos programas tienen un efecto positivo inmediato, pero este estudio ha pretendido evaluar si las habilidades obtenidas por los estudiantes se mantienen en el tiempo, haciendo de los programas de aprendizaje socioemocional una inversión valiosa que mejora los recursos educativos de las escuelas, especialmente durante los años de la escuela intermedia y la adolescencia temprana, que es cuando los jóvenes se alejan más de sus familias y comienzan sus relaciones en grupos.», comentó Oberle. «Los niños pasan la mitad del día en el aula cada año, así que lo que ocurre en las escuelas resulta muy influyente para el desarrollo infantil».

Apuestas educativas innovadoras en España

El aprendizaje socioemocional enseña a los niños a reconocer y comprender sus emociones, sentir empatía, tomar decisiones y construir y mantener relaciones. Algunos colegios españoles han incorporado ya en sus programas de estudio asignaturas de aprendizaje socioemocional, como la Escuela Ideo en Madrid, un centro educativo que trabaja por competencias, desarrolla las inteligencias múltiples y tiene implantados programas de educación emocional y personalizada para que, tal y como indican en su web del centro, “los alumnos consigan la motivación necesaria que les impulse hacia su formación integral en el futuro”. Su metodología de enseñanza para alumnos de primaria incluye, aparte de diferentes recursos didácticos, competencias en recursos humanos con contenidos desarrollados por su profesorado.

El Colegio Ramón y Cajal de Madrid posee, por su parte, un modelo propio de aprendizaje basado en el desarrollo de las destrezas y valores como la cooperación, la inteligencia emocional y la superación, valores que consideran imprescindibles para que los alumnos tengas éxito a nivel profesional y personal. Se trata de un centro educativo privado que imparte todos los niveles de enseñanza hasta la Universidad cuyo modelo de aprendizaje incluye signaturas relacionadas con el equilibrio emocional (gestión personal y social, resolución de conflictos), enseñanza adaptada (a diferentes estilos de aprendizaje), enseñanza en valores (normas, refuerzo positivo, respeto), inteligencias múltiples o aprendizaje educativo (la curiosidad como punto de partida) entre otras.

El Colegio Montserrat en Barcelona es otro de los centros que incluye programas relacionados con la inteligencia emocional. Imparte enseñanza desde la Educación Infantil hasta Bachillerato y, según se definen en su página web “somos una escuela comprometida con la educación integral, tanto del corazón como de la inteligencia de niños y jóvenes, favoreciendo a nuestros alumnos el logro de la excelencia humana, física, intelectual, espiritual y social”. La educación que imparten se deriva de las últimas investigaciones en neurociencia, psicología y sociología.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/08/24/mamas_papas/1503564128_336530.html

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El saber sí ocupa lugar

Por: Juan José Almagro

«La Universidad no se ha echado a la calle, no se ha puesto en contacto con el pueblo, y es necesario que la Universidad y los profesores se echen a la calle para compenetrarse con el pueblo y vivir con él», denunciaba Unamuno con palabras que, 90 años después, mantienen su actualidad y frescura. Las he recordado tras conocer los resultados 2017 del ranking de Shanghái: ninguna universidad española aparece entre las 200 primeras del mundo, aunque nos consolemos con las 26, todas públicas, que se incluyen en el top-800 y las 11 que situamos entre las 500 primeras del famoso ranking. 

Aparecen, con razón, las denuncias y críticas: ausencia de voluntad política para buscar soluciones, masificación, exceso de burocracia, gestión anticuada y poco profesional, olvido perenne de variables como mérito y capacidad, endogamia, casi nulas transferencias teórico/prácticas, divorcio empresa/universidad/sociedad, falta de suficiente financiación, escasez de relevancia científica… Naturalmente, las acusaciones mutuas se ha convertido en estúpidas armas arrojadizas con las que pretendemos tapar nuestras comunes incapacidades y vergüenzas. Con lo fácil que sería, como principio, que todos los concernidos nos pusiéramos de acuerdo, precisamente, en alcanzar un acuerdo, y fuéramos conscientes de que los países ricos lo son porque invirtieron antes de serlo en educación; mientras, nosotros estamos esperando a que la economía mejore para hacerlo…

Reflexiono con profesores universitarios y hombres de empresa sobre el poder transformador de la educación y sobre lo que podríamos hacer en España para mejorar nuestro nivel educativo/universitario y, de repente, me rompo, nos desgarramos interiormente, al conocer las consecuencias de los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils: ¿quien enseñó a esos chicos, terroristas de 20 años, la verdad de que matar es la solución?

Creer que se posee la única verdad significa sentirse con el deber de imponerla, incluso por la fuerza, como ha ocurrido en Cataluña. Los fanáticos pueden ser, en ultima instancia, asesinos y, como paso previo, seguidores fervientes de los dogmas. A lo largo de la historia, el dogmatismo siempre ha producido intolerancia en la vida diaria, en las relaciones humanas y en cualesquiera de los campos del saber: en la política, en la gobernanza de las empresas, en la religión, en los pueblos y muchas veces en la sociedad toda; y en pleno siglo XXI ya no sirve cruzarse de brazos: ni debemos, ni podemos, ni queremos. Solo desde la educación y la cultura, solo desde el conocimiento, los hombres y las mujeres nos hacemos más sabios, más libres y más demócratas y, por ende, más justos como personas y mejores profesionales. Y no hablo solo de instrucción, sino de Educación con mayúsculas, de auténticos valores humanos y de convivencia social y empresarial.

Hemos construido de forma consciente una sociedad profundamente desigual, injusta, competitiva y narcisista

La solución está a nuestro alcance, en la Educación, un refugio enriquecedor capaz de crear oportunidades, construir personalidades y cincelar propósitos. Los humanos no tenemos conciencia clara de que la Educación, la cultura y la enseñanza constituyen, como afirma Nuccio Ordine, «el liquido amniótico ideal» en el que las ideas de democracia, libertad, justicia, laicidad, igualdad, ciudadanía, derecho a la critica, solidaridad, tolerancia y bien común -que no es publico ni tampoco privado- pueden experimentar un vigoroso desarrollo; exactamente lo que la sociedad necesita y la opinión pública demanda en un tiempo muy complejo y lleno de incertidumbres donde las soluciones no son prontas ni fáciles, tampoco exactas.

Hemos construido de forma consciente una sociedad profundamente desigual e injusta, rabiosamente competitiva y narcisista en la que, olvidando valores como esfuerzo, trabajo y decencia, los protagonistas son la fama y la tolerancia irreverente, además del poder y el dinero, inalcanzables, pero visibles para la inmensa mayoría. Cualquier procedimiento, aunque sea deshonroso o ilícito, parece servir. Hemos abandonado en el camino lo que Orwell llamó «common decency«, la decencia común, la infraestructura moral básica que nos hace superiores como personas.

A los políticos hay que exigirles siempre responsabilidad y soluciones, pero, además de capacitar, de educar y de fomentar el estudio y la investigación, la universidad debería ser la conciencia cívica, ética y social de la ciudadanía. Es preciso que en un cambio de época la universidad lidere un proceso de transformación que suponga variar conductas, valores, comportamientos; sobre todo comportamientos inertes que nos atan al pasado y nos arrastran al agotamiento. Educar desde la familia, en escuelas y universidades es el camino porque, no lo olvidemos, liderar es también educar. La universidad líder debe ser capaz de vivir, y de resistir también, un cambio que le acerque a la siempre incierta realidad y nos ayude como seres humanos a buscar certezas y a reforzar los fundamentos morales y éticos de una sociedad que, aunque proclame lo contrario, se ha hecho frágil y temerosa.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/08/22/opinion/1503422449_188594.html

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Educación: cuatro decisiones inaplazables.

Por: Fausto Segovia Baus

El diálogo debe incluir a la educación inicial, básica y bachillerato; la convocatoria al Consejo Nacional de Educación (CNE) es urgente, por disposición legal; el sistema educativo es por competencias pedagógicas; y, es impostergable una nueva política sobre la formación inicial y continua de todos los docentes ecuatorianos. Todo ello en el contexto del nuevo Plan Decenal 2016-2025.

· El diálogo intercultural

Varias mesas de diálogo se han instalado en algunos escenarios: la economía, el ámbito público-privado, la lucha contra la corrupción, la educación superior, entre otros. Llama la atención que el sistema educativo, cuya rectoría depende del Ministerio de Educación, no ha dado señales objetivas en esa dirección, pese a existir asuntos pendientes como la interculturalidad, la formación del profesorado, el financiamiento, las escuelas cerradas, la educación rural y la mejora de la calidad.

El diálogo intercultural implica un proceso socio-educativo que va más allá de las declaraciones. El Ecuador necesita acuerdos para la acción, que lleguen desde las aulas, con la participación directa de sus actores: los profesores, los padres de familia, los estudiantes y exalumnos. Y se consideren otras áreas importantes como el currículo, los textos escolares, la salud, las bibliotecas, y el abordaje de problemas emergentes como el abuso escolar y el uso de las tecnologías en la educación.

· Convocatoria al Consejo Nacional de Educación.

Un caso patético es no la convocatoria al Consejo Nacional de Educación (CNE), organismo encargado de estudiar y aprobar los planes educativos nacionales, de conformidad con la Ley Orgánica de Educación Intercultural. Desde 2008 no se ha integrado ni convocado en CNE, por razones que se desconocen. Es hora que el país cuente con el Plan Nacional de Educación que establece la Ley Orgánica de Educación Intercultural en los Arts. 23 y 24. La LOEI es clara: “El Consejo Nacional de Educación es el organismo permanente de orientación y consulta de la Autoridad Educativa Nacional”, según el Art. 24. El Art. 25 establece las funciones del CNE:“a) Participar en la elaboración y aprobación del Plan Nacional de Educación;b) Ser órgano de consulta en materia educativa general; y,3) Definir, conjuntamente con el Consejo de Participación Ciudadana, los mecanismos de participación de la ciudadanía en el ámbito educativo nacional, de conformidad con la Constitución de la República y la Ley”. Esta grave omisión debe corregirse de inmediato. Como se sabe las leyes son de cumplimiento obligatorio, y no facultativas. Además hay que poner en la mira el nuevo Plan Nacional de Educación 2016-2025.

· Las competencias pedagógicas

El tema ha sido muy debatido, pero los resultados poco convincentes. Tanto la Constitución de 2008, como la Ley Orgánica de Educación Intercultural vigentes, establecen que la educación ecuatoriana es por competencias. Sin embargo, en diez años de revolución educativa el planeamiento curricular del Ministerio de Educación, según consta en varios documentos, se define por destrezas, es decir, por “desarrollo de capacidades de desempeño”, antes que competencias como ordenan los cuerpos legales mencionados. Así, el Art. 27 de la Constitución de Montecristi, dice: “La educación se centrará en el ser humano y garantizará su desarrollo holístico, en el marco del respeto de los derechos humanos […], estimulará el sentido crítico, el arte, la cultura física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar”. Por su parte, el Art. 6, literal x, de la Ley Orgánica de Educación, expresa: “El Estado tiene las siguientes obligaciones adicionales: Garantizar que los planes y programas de educación inicial, básica y de bachillerato, expresados en el currículo, fomenten el desarrollo de competencias y capacidades para crear conocimientos y fomentar la incorporación de los ciudadanos al mundo del trabajo”.

· Formación inicial y continua del profesorado.

La calidad de la educación, la evaluación y la formación del profesorado están íntimamente relacionadas. Si bien se han realizado esfuerzos en el mejoramiento de la calidad –el Ecuador se halla en el puesto 7 entre 14 países de la región-, la deuda en este rubro sigue pendiente. En el caso de la evaluación, el INEVAL –Instituto Nacional de Evaluación- ha creado un sistema integrado de evaluación de estudiantes, profesores e instituciones educativas, pero la formación de los profesores reclama un verdadero plan de largo plazo con la participación de las universidades, los institutos superiores pedagógicos y el propio Ministerio de Educación. La organización de la Universidad Nacional de Educación –UNAE- es una señal de esperanza; pero falta un sistema macro educativo que fortalezca la investigación pedagógica, el reclutamiento de docentes con nuevos perfiles, el mejoramiento de sus condiciones de vida, la capacitación continua y nuevos estándares con el apoyo de las tecnologías de información y comunicación.

· Perspectivas

Estas cuatro estrategias constituyen ejes fundamentales que la sociedad ecuatoriana, y el Ministerio de Educación en particular deberían gestionar en el corto plazo. No hay tiempo que perder. A la atención preferente del sistema educativo en cuanto a la planificación y ejecución de los ciclos escolares, es urgente articular acciones de mediano y largo plazo con la sociedad civil, la empresa privada y los propios profesores para que el diálogo propuesto rinda frutos concretos: mesas de negociación, encuentros y acuerdos para la acción con rendición de cuentas, donde cada escuela y cada profesor se movilicen en favor de un proyecto educativo transformador por competencias pedagógicas. ¡Y que el Consejo Nacional de Educación (CNE) opere lo antes posible!

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/educacion-cuatro-decisiones-inaplazables-faustosegovia.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

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Enfoques cooperativos; Hoy: Tercer Congreso Pedagógico 2017 y el cooperativismo escolar.

Por José Yorg, el cooperario
 
“La educación es la reconstrucción continua de la experiencia, que tiene por objeto extender y profundizar el contenido social.” John Dewey
 
Desde el Ministerio de Educación de la Provincia de Formosa-Argentina- se lanzó la convocatoria al Tercer Congreso Pedagógico a realizarse los días 31 de agosto, 1 y 2 de septiembre  del presente año.
 
¿Qué aportaremos en el Tercer Congreso Pedagógico desde la Pedagogía cooperativa escolar?
 
Todo ello en función a los objetivos de este importante evento que reza: “Dinamizar y dar continuidad al espacio de encuentro y debate entre docentes, que posibilite la construcción colectiva de una educación humanizante y humanizadora que aporte a la construcción de escuelas creativas en el contexto formoseño desde la movilización de todos los actores del proceso educativo”.
 
Pondremos a disposición Ponencias que se sustentan en tres ejes temáticos: “Historiografía de la enseñanza cooperativa escolar  en Formosa,  a través de  instrumentos oficiales”; “Diseños Curriculares cooperativos escolares” y Monografías de Políticas Socioeducativas pensadas desde la cooperación escolar, todos ellos de nuestras autorías.
Entendemos que el Congreso es una instancia formidable en cuanto a la reflexión de los propios saberes y de las acciones educativas eminentemente formoseñas tal como lo son las experiencias Pedagógicas y Didácticas cooperativas escolares configuradas en los documentos citados.
 
La “Historiografía de la educación cooperativa escolar en Formosa, a través de  instrumentos oficiales”, trabajo académico que fuera presentado en el marco del “XXXI Encuentro de Geohistoria Regional” desarrollada en la ciudad Concepción del Uruguay (Entre Ríos) entre los días 5 a 8 de octubre del año de 2011 y  avalada por el Archivo Histórico Provincial de Formosa
 
Tomamos en la Historiografía como puntos centrales de la reseña a documentos oficiales que instituyeron la educación cooperativa escolar, giran en torno a ellas las consideraciones, informaciones y anécdotas que las nutren y evidencian como experiencias singularmente importantes y que en definitiva, muestran la vinculación amalgamada con la historia de la educación común formoseña, formando parte indisoluble de ella.
 
Por su parte, los dos Diseños Curriculares cooperativos para el nivel primario y segmento del nivel segundario, constituyen documentos técnico-pedagógicos que aseguran la integralidad de contenidos, facilitando el desarrollo de esta noble pedagogía en ámbitos oficiales de educación.
 
En referencia a las dos Monografías denominadas: “El cooperativismo escolar como una forma de inclusión en el marco de una política socioeducativa. Programa “Mesas Socioeducativas para la inclusión y la igualdad”; ámbito incluyente a la cooperación escolar, cuya autoría es de la Prof. Ana María Ramírez Zarza.
 
“Pensar en la cooperación emprendedora como intervención socioeducativa. Desde la ruralidad y el Programa nacional Educación Solidaria, autor Prof. José Yorg.
 
Se trata de dos trabajos académicos presentados, aprobados y defendidos en Coloquio final ante tribunal en el marco del curso semi-presencial “Especialización Docente de Nivel Superior en Políticas y Programas Socioeducativos”, pos-título docente del Programa Nacional de Formación Permanente “Nuestra Escuela” creado por el Consejo Federal de Educación  del Ministerio de Educación de la Nación argentina, cuyo propósito es la formación  universal y gratuita de docentes en Argentina.
 
En ambos trabajos se aborda la importancia de la cooperación escolar en la búsqueda y encuentro de aportes que contribuyan a disminuir las desigualdades socioeducativas y coadyuven a construir saberes socialmente relevantes, de calidad e incluyentes, a través de la apropiación de herramientas conceptuales y metodológicas que son puestas en acción en procesos de enseñanza-aprendizaje de carácter teórico-práctico.
 
Desarrollo local y la Economía Social
 
Por su parte, el Prof. Lic. Roque Arguello, presidente de TECNICOOP, presentará otra Ponencia desde la mirada  del desarrollo local y la Economía Social en Formosa, contando para ello con los documentos señalados (Historiografía y Diseños curriculares) más el trabajo denominado “Economía social y producción, aportes para su estudio y debate”, ponencia presentada en las “VII Jornadas Nacionales de Investigadores en Economías Regionales” el 12 de septiembre de 2013 en Resistencia, Chaco, en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas- CONICET-UNNE, evento organizado por el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR-CONICET); Instituto de Investigaciones Geohistóricas (CONICET-UNNE) y la Comisión de Economías Regionales del Plan Fénix (FCE-UBA).
 
Señalamos por ello que las teorizaciones, como componentes del método científico, aplicados al estudio e indagaciones de experiencias productivas guiadas por políticas públicas estratégicas, constituyen aportaciones intelectuales ampliamente reconocidas y valoradas para generar nuevas y vigorosas prácticas. En ese entendimiento se encamina este trabajo, pues nuestra hipótesis es que Formosa está configurando su modelo de Economía Social propio.
 
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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Carta abierta a la secretaria de educación de Puerto Rico, Julia Keleher.

 Estimada Secretaria:
La primera duda que enfrenté al escribir esta carta fue dirimir si hacerlo en inglés o en español. Escribiéndola en inglés me aseguraría de que usted entiende cada palabra, porque sabemos que su dominio del español, en ocasiones, es limitado y no me gustaría que se vuelva a encontrar «beside yourself». Finalmente decidí usar el idioma de Cervantes, y de René Marqués, Julia de Burgos y Salvador Tió, porque – después de todo – usted recibe un oneroso salario por dirigir la agencia a cargo de la educación de una isla donde se habla y enseña en español.
Hace tiempo deseo escribirle, pero admito que la motivación final la obtuve luego de leer el reportaje de Libni Sanjurjo en Primera Hora del 25 de agosto pasado. Allí, donde se muestra desbordada en un cargo que obviamente le quedó grande, usted hace referencias que no puedo dejar pasar. Por principios éticos, no puedo dejar pasar.
Como ex educador y director de instituciones educativas, buena parte de mi vida ha girado en torno a la tarea de colaborar en la formación de las futuras generaciones. Educar es, justamente, formar a los ciudadanos del mañana; esos que harán de Puerto Rico un lugar mejor que el que nosotros le dejamos. En ese camino aprendí que el cuerpo docente por completo (maestros/as, directores/as, colaboradores, coordinadores, etc.) conforman un engranaje esencial para la educación de nuestros niños y jóvenes. Maestros, maestras y directores se merecen el mayor de nuestros respetos porque, aun con salarios de miseria, se levantan temprano cada mañana para educar a los futuros médicos, políticos, abogados, empresarios, empleados, jornaleros, comerciantes, industriales, enfermeros, pastores y profesores que nuestro país necesita. Ellos, a los que usted se refiere como «los de abajo», son quienes «echan pa’ lante» y cargan sobre sus hombros una ardua y digna tarea que la sociedad rara vez les reconoce. Son ellos y ellas, los que usted considera «de abajo» (expresión que repudio), los únicos capaces de lograr avances significativos en el sistema educativo puertorriqueño. De ellos depende, aunque usted no lo reconozca, la educación de Puerto Rico.
Entienda que estos grandes hombres y mujeres de la Patria son los verdaderos protagonistas. El éxito de las grandes labores radica en el trabajo en equipo. El Departamento de Educación es un complejo engranaje donde cada pieza es importante, y el Secretario de turno es uno de las más pequeñas, aunque su desmedido salario sea el más grande. Así que, por favor, deje de lado las conjugaciones verbales en primera persona que tanto utiliza: «yo hice», «yo conseguí», «yo envié», «yo contraté». Reconozca la grandeza de cada ser humano que trabaja en su Departamento y entienda que sin ellos no hay educación. Y sin educación, no hay futuro.
Espero que acepte estas observaciones de parte de un servidor que quiere lo mejor para Puerto Rico.
Respetuosamente,
Favio Ramirez-Caminatti
Executive Director
El Centro del Inmigra
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El autoritarismo escolar

Por: Victor Montoya

La estructura económica de una sociedad, al influir en el modo de vida del individuo, opera en el desarrollo de la persona, quien tiene que enfrentarse desde su infancia a un medio que representa todas las características de una sociedad o clase social determinada. El individuo no sólo es formado -deformado- en el seno de la familia, sino también en la escuela, institución donde eliminan su libertad y sus sentimientos, para imponerle otros ajenos por medio de métodos que varían desde el castigo brutal hasta el soborno. Erich Fromm, en  su libro El miedo a la libertad, sostiene que el sistema educativo de toda sociedad se halla determinado por este cometido, por lo tanto, no podemos explicar la estructura de una sociedad o la personalidad de sus miembros por medio de su proceso educativo, sino que, por el contrario, debemos explicar éste en función de las necesidades que surgen de la estructura social y económica de una sociedad.

Resabios del pasado

La escuela está sujeta tradicionalmente a la discriminación y al autoritarismo social, que es el reflejo de una sociedad violenta y dividida en clases, donde una minoría controla la superestructura de la educación y detenta la propiedad privada de los medios de producción. La tradición escolar está hecha también de violencia brutal del adulto contra el niño, de golpes, sadismo, crueldad, nos recuerda Giorgio Beni en el libro El autoritarismo escolar, publicado por la editorial Fontanella en 1975. Luego añade: Documentos filosóficos, pedagógicos, literarios, de imaginación, atestiguan que la escuela se ha identificado durante siglos, por parte de los chicos o de los que hablan en su defensa, con la disciplina inhumana. Todo esto pertenece al pasado, y si quedan algunos resabios pertenecen a la crónica, pero perdura la situación autoritaria en esta relación en la que el adulto detenta el poder y lo administra de un modo incuestionable en toda la escuela.

La escuela tiene históricamente la misión de amaestrar a devotos y atentos servidores de la clase dominante, sin preocuparse en hacer de ella un verdadero instrumento de educación y liberación del hombre. El mismo abuso de autoritarismo existente en la sociedad, que repugna a la conciencia y la dignidad humana, se refleja en la escuela, donde los métodos brutales son los mejores recursos para amordazar la libertad del educando.

¿Cuántos niños que han sufrido castigos físicos y humillaciones morales, como en un recinto cuartelario o carcelario, no quieren volver más a la escuela, así sus padres les den un tirón de orejas? La respuesta obligada a esta pregunta la tienen los educadores, quienes hacen de su profesión una caricatura del ser omnipresente, sádico y despótico.

A pesar de las reformas que se introdujeron en la educación a partir del siglo XIX, con la participación activa de pedagogos tan ilustres como Dewey, Pestalozzi, Decroly, Montessori, Makarenko, Freinet, Nelly, Freire, Ilich y otros, es todavía posible constatar la aplicación de métodos tradicionales de enseñanza/aprendizaje, como es el caso de obligar a los niños a memorizar mecánicamente los conocimientos.

Educación pasiva y mecánica

Mientras se sostiene que en la escuela se adquiere saber, libertad y capacidad de pensar, el mecanismo de transmisión de los conocimientos se funda en la sumisión al libro de texto o al educador, y el aprendizaje se desarrolla de manera mecánica y pasiva, sin estimular en absoluto la iniciativa y creatividad del educando. Desde luego, esta educación es ajena a los planteamientos pedagógicos modernos, incluso a las concepciones lanzadas a principios del siglo XX, según las cuales, individualizar la enseñanza/aprendizaje era tratar al niño como al único protagonista capaz de desarrollar su propia educación, mas no como un ser aislado, privado de la influencia de educadores y educandos, sino procurando que sea él mismo el artífice principal de su propia formación. Educadores y libros de texto son solamente medios que deben adaptarse al niño y no a la inversa.

El castigo como método de enseñanza

Indigna que en una época moderna se continúe repitiendo la perorata de que los fines justifican los mediosy que el castigo es el mejor método para enseñar a diferenciar lo bueno de lo malo. Si se quiere educar a un niño de acuerdo a los parámetros de una sociedad autoritaria, entonces es lógico aplicar una educación que manipule la conciencia, enseñe a callar y aceptar, pasivamente y cabizbajo, los métodos brutales de la pedagogía negra; ese sistema de enseñanza que tan hondo caló en la mente de los individuos, quienes aprendieron a soportar los golpes y las humillaciones con los ojos cerrados y los dientes apretados.

Hasta mediados del siglo XX, ningún niño estaba a salvo del castigo físico y psicológico. Los objetivos centrales de la educación estaban orientados a forjar individuos que acataran a pie juntillas las normas establecidas por los cánones oficiales de una sociedad que no respetaba los derechos más elementales del ser humano, el mismo que no podía obrar a su manera y menos participar en las decisiones de su propio destino. En el seno de la familia, la iglesia y la escuela se educaba a los niños con autoritarismo y severidad, premiando a los sumisos y castigando a los rebeldes.

Todos estaban conscientes de que el castigo era el mejor método para corregir los hábitos indeseados e inculcar los que se consideraban más apropiados para la vida social. El niño estaba obligado a aceptar las agresiones físicas y verbales de parte de sus padres, a ser atento con los desconocidos y obedecer los mandatos de los adultos. Quien no cumplía con estas normas, o carecía de disciplina y sentido de sumisión, estaba condenado a sufrir los castigos que las autoridades imponían por las buenas o por las malas. Así que el niño desobediente, que atentaba contra la disciplina escolar, debía irse acostumbrando al plantón, el chicote, la reglilla, el tirón de orejas y la violencia verbal.

El autoritarismo del profesor

Este panorama desolador del maltrato en la escuela, que muchos consideran normal, revela los instintos agresivos de una sociedad determinada, más aún cuando se sabe que los propios padres de familia, lejos de condenar la violación a los derechos más elementales de los niños, se hacen cómplices de los maltratos al solicitar más severidad y disciplina en la escuela, así sea a costa de quebrantar la personalidad del niño y convertirlo, a plan de golpes y mofas, en un ciudadano sumiso, sin personalidad ni criterios propios.

En los sistemas escolares obsoletos, lo único que les interesa a los educadores es la actitud de obediencia del alumno, su silencio y lealtad, en vista de que los rebeldes y desobedientes, reacios ante el autoritarismo escolar, corren el riesgo de ser expulsados de la escuela y ser reprobados en los exámenes, a pesar de haber memorizado las lecciones y los libros de texto.

La escuela, que durante mucho tiempo siguió los pasos de un sistema educativo autoritario, casi nunca contempló el aspecto emocional y la situación psicosocial del alumno. La escuela ha sido -y sigue siendo- una institución donde se aplica el penalismo contra el más débil y se usan las calificaciones como medios de coerción, que corresponden a un sistema de evaluación para infundir el temor y el respeto hacia la autoridad del profesor, quien, sujeto a los atributos que le concede su posición, decide la calificación que se merece cada alumno, independientemente de que éste sea -o no- aplicado en la materia y activo en el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Víctimas del maltrato

No está por demás aclarar que una educación autoritaria, en la cual se usan la imposición y el castigo como métodos de enseñanza, contribuye a que el alumno pierda la espontaneidad y sienta terror tanto contra la institución escolar como contra ciertos profesores que, en lugar de ser portavoces de los principios más elementales del respeto a los Derechos Humanos, se convierten en una pandilla de verdugos que no merecen el respeto ni el perdón.

Está comprobado que las prohibiciones, como los castigos y las advertencias morales, nunca han funcionado mejor que las concesiones de libertad a la hora de forjar la personalidad del niño, quien, como tantas veces se ha repetido, es el futuro ciudadano de una sociedad democrática, pluralista y equitativa, donde la libertad de acción y pensamiento, el respeto a la crítica y autocrítica, serán los móviles que permitirán abolir el autoritarismo establecido en las culturas en las cuales el sistema educativo está basado más en el miedo que en el respecto a la autoridad del profesor.

En los países en vías de desarrollo, según estudios realizados, cinco de cada diez estudiantes han sufrido alguna vez maltratos físicos y siete de cada diez son víctimas de maltratos psicológicos. Este sistema de educación, que parecía haber sido superado por los preceptos de la psicología y pedagogía modernas, permanece intacto en algunas instituciones educativas, donde los estudiantes siguen siendo víctimas del maltrato, debido al autoritarismo y a la cultura de coerción existentes en la sociedad.

Pedagogía humanista y democrática

¿Qué hacer para superar este problema? Las respuestas son varias, pero existe una que es concluyente: si la educación quiere elevarse al nivel de una pedagogía más humanista y democrática debe superar, en primera instancia, los conceptos de autoritarismo integrados en la mente de algunos educadores, quienes creen tener el derecho a usar la violencia como un método de enseñanza y castigo ejemplarizador.

A la luz de la experiencia, existe la necesidad de forjar un nuevo tipo de escuela: una escuela donde el educando aprenda por placer, a través del juego, de su propia actividad creativa y de la interrelación con sus compañeros; una escuela que, además de seguir sincrónicamente los avances de las ciencias pedagógicas, tenga un carácter laico y científico; una escuela que no sirva para la formación de individuos sumisos ni para la simple transmisión de conocimientos concretos, sino que su función sea la de promover el desarrollo integral del niño, con la perspectiva de convertirlo en ciudadano libre y autónomo dentro de una sociedad democrática; una escuela en la cual el niño goce de una protección y tenga posibilidades de desarrollo intelectual, que contribuya a convertir la cultura en una palanca de transformación social; una escuela donde no haya premios ni castigos, ni exámenes que clasifiquen a los niños en buenos y malos.

*Fuente: https://victormontoyaescritor.blogspot.com/

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Secundaria 2030: La resurrección de viejas ideas

Por Laura García Tuñón y Maria Esther Basualdo



El -no tan- nuevo proyecto de escuela secundaria para el 2030 impulsado por el Gobierno del PRO viene a profundizar la reforma iniciada con la Nueva escuela Secundaria (NES) para responder a las directivas de los organismos internacionales en una clara estrategia de adecuación y revitalización de su rol como aparato ideológico del Estado.

A la reforma curricular de la NES del Kirchnerismo, que nunca se terminó de aplicar -y por supuesto, tampoco evaluar su impacto en la Ciudad y el país-, el actual gobierno del PRO propone incorporar una nueva reforma denominada Secundaria 2030, y que comenzará a aplicarse en la ciudad de Buenos Aires a partir de 2018 en 17 escuelas secundarias, y en al menos 1 de cada provincia.

De esta manera, las escuelas piloto tendrán 1° año con Secundaria 2030; 2° a 4° año con la NES y 5° año con el plan viejo. Con tal descalabro en marcha, anuncian que harán reuniones de capacitación y adecuación en cada una,  y proponen una mesa de trabajo provincial con mecanismos de consulta, encuestas, talleres de trabajo y grupo focales para «saber escuchar opiniones«.  Una vez más, la participación se utiliza como un mecanismo instrumental de aplicación de lo ya definido por el ministerio,desconociendo los saberes, intereses y trayectorias de las instituciones, y de los trabajadores y trabajadoras de la educación.

Y esto ocurre porque en su esencia, estas modificaciones suponen una reforma sustancial que apunta a vaciar de contenido, de pedagogía y de conocimientos a la escuela secundaria. En primer término, presenta una concepción de educación como un bien público, como algo a ser resguardado y otorgado a la sociedad, mostrando el sentido más conservador de los procesos educativos. Al mismo tiempo, lo cristaliza como un derecho desde una perspectiva formal, fundado en la representación y en la normativa de las instituciones, y no como un proceso dinámico de apropiación y de conquista a través de los quehaceres educativos.

Se reactualiza, de esta manera,  uno de los aparatos ideológicos del Estado, justificándose en los cambios del tiempo tecnológico y modificando los sentidos tradicionales de la educación, adecuándola a los nuevos criterios productivistas de la globalización, construyendo una nueva idea de capital humano.

Por esto, los verbos adecuados para esta reforma siguen siendo:adaptación, transmisión y adecuación. Lo que valdría la pena preguntarse, es para quién o al servicio de quién. Es así que plantean formar a un Ciudadano del Siglo XXI, en abstracto, sin dimensión histórica y política, optando por categorías como: talento, creatividad, criticidad, ser emprendedor, alfabetizado digitalmente, cooperativo y, adaptable.

Ejemplo de ello es la organización por medio de áreas sin explicaciones ni sustentos pedagógicos, lo que nos habla de un recorte de contenidos y disciplinas que solo devalúa a la escuela secundaria, presuponiendo un objetivo de reducir la cantidad de docentes en el sistema.

Plantear la presencia de los docentes sólo en un 30% del tiempo de estudios, supone dejar el resto del tiempo a facilitadores, tutores o herramientas tecnológicas sin preparación pedagógica y por fuera de los estatutos del docente.

Eliminar la enseñanza de otros idiomas (italiano, francés, portugués) nos remite a un pensamiento educacional colonizado por la globalización. El aprendizaje de otros idiomas permite enriquecer la vida, experimentar nuevas ideas y nuevas formas de pensar, de entender el mundo, ejercitar la mente, beneficiarse de la diversidad cultural. Y esto no lo da sólo el inglés.

Una evaluación sostenida en los créditos se sustenta en visiones tecnocráticas y economicistas, una mera instrumentalización administrativa técnica transformando a los estudiantes en objetos y no en sujetos de la reflexión. En donde lo pedagógico se desplaza, porque lo importante pasa a ser el entrenar a estudiantes para responder pruebas; el esfuerzo académico se centra en los procesos de evaluación y desaparecen los procesos educativos, pedagógicos, formativos.

El achique de la cantidad de años de cursada, destruyendo prácticamente el 5° año de la escuela para convertirlo en un espacio dedicado a adecuación a las prácticas precarizantes de los sistemas de pasantías y la formación en «emprendedurismo«, apunta a un modelo de formación individualista, flexible y de subsistencia que promueve niveles de auto-explotación desmedidos, pero capaz de dar cuenta de las necesidades de un mercado que busca sepultar el modelo social compuesto por clases, y abstraerse del análisis económico de los procesos estructurales, para dar lugar al individuo y el estudio de su racionalidad interna.

Por otro lado, sustentados en los mandatos de la OCDE Y el Banco Mundial, en el Plan Maestro, la Ley de Educación Nacional de 2006 y en las distintas resoluciones del Consejo Federal de Educación del año 2009, la aplicación de esta reforma tiene como consecuencia directa el achique de la planta docente.

Para lo cual, proponen literalmente destruir los estatutos del docente y/o las paritarias en el acceso y en la conformación de los cargos. Dejan traslucir que los mismos serán designados por cada escuela y que el encargado será el rector (aunque no dicen cómo ingresarán los rectores y/o supervisores). Una de las propuestas es la presentación de proyectos y entrevistas para la designación, volviendo así a la histórica, y ya dejada de lado, designación a dedo por parte de cada director de escuela. Un retroceso de 30 años de derechos laborales.

Nosotras concebimos a la educación como una práctica social y cultural, no como un bien a ser entregado de unos pocos a otros muchos. Como práctica cultural, es un hacer social construido dentro de un marco de contradicciones y conflictos. Creemos que son necesarias actualizaciones y una formación docente que reivindiquen al docente como un trabajador con conocimientos de su oficio, ya que es a partir de reconocer estos saberes que pueden constituirse otros nuevos. El rasgo que debería caracterizar a todos los esfuerzos de formación es la recuperación de la palabra y el saber de los trabajadores en la construcción de un conocimiento al servicio de la transformación de la escuela y de la sociedad.

El tema del conocimiento es fundamental para quiénes enseñamos, y en estos documentos está totalmente ausente ¿Cómo se seleccionan, los contenidos, quiénes seleccionan los contenidos, cuál es el propósito?

Reconocer los contenidos, da cuenta de reconocer que tenemos una cultura, no sólo una cultura ordinaria, sino una cultura de clase, donde unos pocos dominan a muchos. Desde ese punto de vista, la lucha por el conocimiento verdadero en manos de los protagonistas genera las condiciones para la transformación histórica, política y social.

Con esta reforma se aggiorna la vieja escuela como aparato ideológico del Estado, para convertirla en una institución que transformada en sus fundamentos, sigue siendo central al nuevo modelo de acumulación centrado en el conocimiento, la tecnología, la comunicación y la información, dándole unidad en la fragmentación a la reestructuración social y cultural que se vive, ya que en su reorganización, el capitalismo cognitivo encuentra como central a su proyecto de control, los procesos gestados en la ciencia y el conocimiento.

Ya en 1988, Jacques Delors, escribe un documento para la UNESCO, que es considerado el fundamento de la educación del capitalismo globalizado. Allí se habla de cuatro aprendizajes básicos: aprender a ser, a conocer, a aprender y a convivir. En 2002 es actualizado por el Proyecto Principal de Reformas Educativas para América Latina y el Caribe, agregándole el aprender a emprender . En estas concepciones se sustenta este proyecto de Escuela Secundaria 2030.

Peligra la Escuela Secundaria y la formación de nuestros jóvenes. Peligran las condiciones laborales y los Estatutos del Docente. Pero principalmente peligra la educación al  proponer un modelo educativo que profundiza un modelo de país para el capital concentrado con mayor exclusión y desigualdad para nuestro pueblo.

Fuente: Enviado a editores OVE

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/p7eZE-eLlxkG7qHFoyYlMm5GDfAzGk8Lfn8ZkqGvX6uQ7BO12I0htWHVLNRdrxGO8btVsHk=s85

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