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El negocio de las planeaciones didácticas: un mal en el Sistema Educativo

Por: Abelardo Carro Nava

 

Después de haber cursado cuatro años en una institución formadora de docentes, ¿vale la pena comprar una planeación didáctica?

En los distintos planes de estudio, por ejemplo, de las escuelas normales, se han considerado algunas asignaturas o materias relacionadas con la planeación de la enseñanza; un ejercicio que todo estudiante debe conocer, analizar, comprender y dominar porque, como tal, favorece la organización del trabajo docente en las instituciones en las que se inserta a realizar sus prácticas profesionales. De hecho, en mayor o menor medida, dependiendo de la licenciatura que esté cursando, el alumno desde el primer semestre acude a las distintas instituciones educativas en las que es asignado por un maestro o maestra que coordina la observación y práctica docente, a observar y registrar aquello que se vincule con los contextos escolares y, particularmente, con la actividad que realizan los profesores en los salones de clase. Luego entonces, después de haber recabado cierta información, regresa a la normal con el propósito de reflexionar, a través de un ejercicio de descomposición del todo en sus partes, sobre la función docente.

Este breve acercamiento a las comunidades y contextos escolares, así como a las escuelas, por ejemplo, de nivel básico, le permiten tener un breve diagnóstico de la realidad que viven los alumnos con los que más tarde pondrá en marcha los conocimientos que va adquiriendo en la escuela normal, pero también, los que por cuenta propia ha adquirido en su recorrido por la educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato pues, aunque no se piense como cierto, dicho estudiante ha tenido contacto con la docencia más allá de lo que uno pudiera pensar, en virtud de que prácticamente en toda su trayectoria académica y escolar ha tenido a un docente impartiéndole alguna clase.

Como parece lógico, después de este momento es que comienza a surgir otro de singular importancia, el del conocimiento de las disciplinas y la manera en las que podrían ser abordadas a partir de los contenidos que se han plasmado en los planes de estudios de la educación básica pues, indistintamente, el estudiante normalista debe conocer, analizar y comprender que su ejercicio implica momentos de enseñanza que traen consigo la puesta en marcha de un cúmulo de habilidades que van de lo cognitivo hasta lo social y profesional. Es obvio, la didáctica aparece en este momento como el eje que articula el conocimiento disciplinar con la realidad/experiencia/conocimiento que viven los alumnos de, por ejemplo, un jardín de niños o una escuela primaria, pero también, con los del alumno practicante.

Y bueno, en esa articulación, entra de lleno el tema de la planeación didáctica; un ejercicio que, como he dicho, permite organizar el trabajo docente a partir de especificar contenidos, propósitos, estrategias, actividades, recursos y/o materiales didácticos, evaluación, etcétera. Entonces, vista como un instrumento o herramienta, la planeación de la enseñanza está lejos de ser lo que en un formato se concentra, porque la idea es que el normalista entienda o comprenda, que planear implica un proceso mediante el cual se articulan diversos haceres y saberes de quien planea y, por tanto, este ejercicio suele ser individual porque, como se sabe, un docente planea en razón de lo que en la escuela encuentra, específicamente, en su aula, con sus alumnos.

Dicho de otra forma, no se planea por planear; se realiza esta acción partiendo, generalmente, del diagnóstico cotidiano que arroja el trabajo diario del docente en un grupo escolar y, por tanto, dicha planeación solo es una guía u orientación que marca un posible camino o escenario de trabajo de enseñanza y de aprendizaje que suele modificarse/replantearse en la medida en que los alumnos y el docente mismo van logrando los objetivos de aprendizaje propuestos.

De esta forma, se entiende, y el normalista entiende, que la planeación es, por naturaleza flexible, nunca rígida, y sí favorecedora del trabajo que espera realizarse en un grupo escolar.

Luego entonces, ¿qué pasa cuando los egresados de las instituciones formadoras de docentes culminan sus estudios, egresan y obtienen un lugar en el sector privado o público en alguna escuela del nivel educativo al que corresponda la licenciatura que cursó? La lógica diría que, con la enseñanza y aprendizajes adquiridos en, por ejemplo, las escuelas normales, el tema del diagnóstico, pero, sobre todo, el de la planeación didáctica, no representaría ningún inconveniente en virtud de haber cursado cuatro años en una normal y haber llevado, desde el inicio de su formación, cursos relacionados con el tema que comento, el de la planeación didáctica; sin embargo, no siempre sucede de esta forma, porque aunque hay maestras y maestros que realizan sin mayor problema sus planeaciones didácticas cada semana, quincena o mes, hay otros tantos más que las adquieren con quienes ofrecen este recurso tan valioso y único en el ejercicio docente, pero, lo más preocupante, es que después de adquirirlas, algunos otros las aplican o ejecutan sin haber realizado un análisis minucioso de su estructura y, mucho menos, de la estructura que compone una secuencia didáctica. Y bueno, de la intención didáctica que podría contener una planeación mejor ni hablamos, porque dicha intención correspondería única y exclusivamente a quien planea porque, como he dicho, conoce a su grupo.

Desde luego, pienso que al existir demanda la oferta es un hecho inminente, sin embargo, bien valdría la pena preguntarse qué tanto abona a un ejercicio profesional, como lo es el de la docencia, la adquisición y aplicación de planeaciones que no han sido elaboradas conforme a las condiciones, necesidades, intereses, motivaciones, etcétera de un grupo escolar y de un contexto en particular. Pienso, que en estos días donde la proliferación de páginas o espacios virtuales donde se vende de todo para el magisterio, este ejercicio, el de la planeación, debería ser tratado con más cuidado porque, claramente, hay una diferencia entre encontrar una serie de orientaciones, videos, artículos, entre otras cuestiones que podrían apoyar al proceso de elaboración de una planeación, a encontrar negocios, muchas veces propiedad de los mismos docentes, donde se venden las planeaciones para ser aplicadas, por ejemplo, de acuerdo a la Nueva Escuela Mexicana.

Después de haber cursado cuatro años en una institución formadora de docentes, ¿vale la pena comprar una planeación didáctica? Es cierto, la excesiva carga administrativa de los últimos años ha representado un verdadero lastre que dificulta el trabajo docente en las escuelas de los distintos niveles educativos, pero dicha carga no puede ni podría o tendría que ser un pretexto para no tomarse el tiempo de, al menos, revisar los contenidos, estrategias, actividades, recursos, etcétera que se podrían emplear en las distintas sesiones de la semana, quincena, mes.

¿La Secretaría de Educación Pública podría hacer algo al respecto o de plano va a seguir fingiendo demencia cuando se sabe que su estructura sigue solicitando formatos para esto, para lo otro y para ello, por ejemplo, de las planeaciones didácticas?, ¿los docentes podrían reflexionar sobre este y otros tantos temas, por ejemplo, en los Consejos Técnicos Escolares o de plano se seguirá normalizando la adquisición de planeaciones didácticas para ser entregadas y aplicadas sin un análisis que permita ponderar su viabilidad, ajustes o adecuaciones propias de su función y del entorno?

Y bueno, los profesores que venden planeaciones, ¿seguirán viendo a la educación como un gran negocio?

Al tiempo.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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De la sociedad individualista al nuevo sujeto social histórico

Por Javier Tolcachier

El liberalismo a ultranza, que hoy pretende servir de base teórica a la política de desguace del Estado que lleva adelante el gobierno derechista en Argentina, tiene como objetivos evidentes facilitar el remate del país, entregando el patrimonio colectivo a corporaciones privadas nacionales y extranjeras.

Asimismo, el descarnado empobrecimiento fáctico al que se somete a la población procura aumentar la rentabilidad del capital y retrotraer conquistas sociales y derechos adquiridos, todo en nombre de una supuesta “libertad”.

Pero la mira de este programa, característico de regímenes impuestos ya anteriormente por reducidas élites, trasciende el campo económico y persigue una estrategia de demolición política, geopolítica y cultural.

La injusticia por mano propia

Sin duda que la organización política de los pueblos es un importante escollo para el desarrollo del plan pergeñado por las fundaciones al servicio de las corporaciones. De allí que tanto sindicatos como movimientos sociales y partidos políticos constituyan hoy el principal blanco de los ataques de la banda gobernante. Más allá de defectos ostensibles en estas estructuras, en parte atribuibles a su misma conformación y dinámica (o falta de la misma), las agrupaciones populares cumplen el rol de ser factores aglutinantes y de movilización que la ofensiva capitalista aspira a cortar con su “motosierra”.

La misma idea fue la base del “Plan Cóndor” de las dictaduras asesinas del siglo pasado, que apuntó a exterminar y perseguir a los cuadros políticos transformadores para eliminar toda cadena de transmisión, organización y formación política en la base social.

A la demonización del espectro político – traducida a la jerga de los asesores de campaña como “casta” -, a la expansión de la antipolítica o actitud apolítica como supuesta virtud, se agrega la persecución de referentes partidarios y sociales que logren concitar la voluntad de cambio de las poblaciones. Los medios hegemónicos y mercenarios de la real “casta” judicial reemplazan así a la anterior violencia militar, menos agradable a ojos de la opinión pública… al menos por ahora.

A falta de fuerzas políticas conservadoras consistentes que todavía retengan algo de respeto  en los pueblos, el poder real detrás del poder formal ha decidido hacer (in)justicia por mano propia. Se sirve para ello de unos cuantos mandaderos con afán de protagonismo y financiamiento – marionetas políticas, periodistas o fiscales – que actúan allanando el camino a quienes mueven los hilos.

Rehenes de guerras ajenas

En su etapa actual, el capitalismo no respeta fronteras. Los estados no resisten el embate de fuerzas multinacionales que toman a las poblaciones de rehenes de sus interminables apetencias de rédito y poder.

La globalización ha convertido los límites estatales, ficticios ya desde sus inicios, en divisiones administrativas que ya no sirven de escudo protector ante la penetración corporativa, más bien facilitándola.

A todo esto se suma la ambición comercial neocolonial del Norte global, que continúa utilizando a sus legiones armadas y su aparato institucional y diplomático para impedir que países competidores como China u otros, se establezcan en la región como principales proveedores, prestamistas o compradores. Mucho menos permitir, que los pueblos latinoamericanos, caribeños y, en general del Sur global, puedan alcanzar plena autonomía en sus decisiones para mejorar sus condiciones de vida.

De este modo, personajes como Milei en Argentina o Noboa en Ecuador, tal como lo hicieron los demás personeros neoliberales antes, se convierten en tristes voceros de un alineamiento geopolítico automático con los Estados Unidos de América y “Occidente” – otro invento ficticio – en su pelea contra el multilateralismo emergente, cada vez más potente.

Como una de sus actuales tácticas de dominación, el imperialismo desencadena intencionalmente la violencia generalizada a través de bandas delictivas. Los traficantes de la desinformación, medios y plataformas concentradas, se ocupan de una conveniente amplificación del fenómeno para que la misma población pida a gritos la intervención “pacificadora”. Así se genera el consenso social para la represión y el estado de “guerra interna”, que permite, una vez más, la re-instalación de las huestes armadas extranjeras y locales como factores de peso en la política interna.

La sociedad individualista

Más allá de todo esto, el principal objetivo que persigue la re-involución conservadora a nivel mundial, es el asentamiento en la conciencia colectiva del principio individualista como fundamento de de-construcción social.

Así nace la falacia de una sociedad individualista en diferenciación perpetua, conformada por entes aislados, un oxímoron que genera la ilusión de que cada persona es un compartimento estanco, sin interrelación íntima con el conjunto y con la historia.

Esta falsa percepción, y la falta de compromiso con los demás a la que apunta, se asienta sin embargo en un fenómeno objetivo, la fragmentación creciente del compacto humano. Esta fragmentación, no es un producto exclusivo de la propaganda neoliberal, es un proceso en curso que tiene sus raíces en las veloces transformaciones ocurridas en las últimas décadas.

Las nuevas modalidades de producción, la diversificación de constelaciones familiares y modos de interacción entre las personas, el debilitamiento de antiguos lazos, valores, espacios e instituciones que actuaban como argamasa en la construcción social, convergen hoy en un huracán de atomización social, que arrasa con los modelos anteriores en decadencia.

Fruto de esta tendencia, propia de una dinámica histórica que, en su aspecto más positivo, aspira a desplazar moldes y costumbres arcaicas – como por ejemplo el patriarcado –  surgen, en contrapartida, fuerzas identitarias reaccionarias, que intentan canalizar la sensación de vértigo e incertidumbre que sienten grandes conjuntos al ver trastocada una realidad que creían eterna, inamovible e irreemplazable.

Es en este escenario en el que reverdece el añejo ultraliberalismo – hoy rebautizado como “libertarianismo” – ofreciendo falsas salidas, abonando la destrucción del tejido social con características irracionales y fundamentalistas semejantes a las corrientes fascistas y los dogmatismos religiosos. La diferencia con éstas estriba en que la “libertad individual” es un argumento posiblemente más permeable y moderno para poblaciones cada vez más urbanas, renuentes a aceptar sin más paradigmas teocéntricos o derivados de una pertenencia común, sea ésta de clase, de nacionalidad o de cualquier otra índole.

El “todos contra todos”

Ante la segura resistencia del colectivo social a la ofensiva de la derecha, el poder constituido utiliza su vieja táctica de “divide y reinarás”. Desde el aparato de gobierno, hoy vocería del poder real, se difunden libelos que pretenden repartir culpas, identificando chivos expiatorios y fabricando nuevos enemigos internos para exculpar a los verdaderos promotores del desastre.

De este modo, la desnutrición que padecen los niños es, según la propaganda venenosa,  causada por la erogación que supone la contratación de artistas populares por parte del Estado; el desfinanciamiento de la investigación científica y tecnológica obedece a la supuesta falta de logros tangibles; la quita de los subsidios al transporte público o a la energía, el retiro de medicamentos a enfermos de cáncer, la eliminación de los programas de fomento a los medios populares, el ajuste mortífero a los jubilados y pensionados son, en esta poco novedosa versión de la escuela económica austríaca, todas “medidas necesarias” para terminar con el déficit fiscal y desbaratar la presión impositiva que sufren los emprendedores. Así, lo que huele a Estado se identifica con podredumbre y degradación, trasladándose el estigma a todo aquel que defiende los sistemas de mediación, cooperación y protección social emanados de aquél. Es el desmoronamiento de toda noción colectiva y el derrumbe de la empatía. No por nada, en este regreso a la tan mentada “ley de la selva”, el actual mandatario pretende identificarse con un león, cuando en realidad es apenas un cordero, que habrá de ser políticamente sacrificado a su tiempo por sus mandantes, como en la fábula bíblica de Abraham.

Entre el engaño y la incertidumbre

Estupefacto y cada vez más enardecido, el pueblo argentino asiste, una vez más, a una colosal estafa electoral. El embuste se hace en nombre de una democracia tramposa que ha permitido, otra vez, que el pueblo sea engañado. La mayoría de quienes votaron por un “cambio” hoy se arrepienten que su voto sea utilizado para justificar la barbarie.

Pero eso no significa, que avalen o quieran continuar por la senda desgastada de un tibio y lento reformismo en el marco del mismo sistema que, en definitiva, no arrojó una transformación sustancial en la situación de las mayorías. Sobre todo, de los jóvenes arrojados a las fauces de la precarización digital.

Así, le pregunta que las y los argentinos se hacen es ¿qué será de nosotros? ¿Hacia dónde nos lleva este naufragio? Y sobre todo, ¿cuál es la alternativa? ¿Quién podrá orientar un mejor destino?

Para adivinar parte de la respuesta, habrá que mirarse al espejo.

El nuevo sujeto social, político e histórico

Los libros de historia escolares nos han acostumbrado a vitorear líderes y lideresas y a considerarles artífices de todo suceso histórico. Aun cuando la contribución de esas personalidades sea un elemento muy valorable, cabe comprender que el principal protagonista es siempre el pueblo, sin cuya acción y consentimiento ninguna transformación se produce ni perdura.

De este modo, la máxima que puede guiar a nuevos puertos es la participación protagónica en función del bienestar general. Reemplazar la competencia destructiva del “todos contra todos” por la colaboración que destila de un “todos por todos”, puede ser un buen comienzo y un aforismo simple pero contundente.

Sentir los sutiles hilos que nos conectan al conjunto humano, entender que no habrá progreso para nadie si este progreso no es compartido por todos y todas, afirmar la necesidad de un “socialismo de la felicidad”, son premisas que abrirán promesas sólidas de un futuro mejor.

Desde esta comprensión y emoción profunda podrá recomponerse el tejido social y surgirá el nuevo sujeto político como expresión emanada de una experiencia de cercanía con los y las demás.

Pero mirarse al espejo, implica ver más que simples siluetas y cuerpos. Si el cambio ha de ser verdadero, habrá de traspasarse la ilusión, producida por los sentidos, acerca de realidades externas independientes de los motores internos que rigen la vida de los conjuntos.

Habrá de comprenderse que las transformaciones sociales deben ser acompañadas por un cambio en las motivaciones, en las aspiraciones, en el propio sentido que los conjuntos humanos dan a su existencia. Sin ese cambio en la mirada, nos seguirán estafando una y otra vez. Y lo que es peor, nos estaremos estafando a nosotros mismos.

De la sociedad individualista al nuevo sujeto social histórico

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¡Alerta, pantallas!

Varios autores 

El impacto de la digitalización en el desarrollo infantil, en el territorio y en nuestro futuro como sociedad

En pocos años los dispositivos digitales –smartphones, tabletas, ordenadores, pizarras digitales, etc.– han ocupado nuestras escuelas debido a las decisiones de los responsables políticos. Este proceso de digitalización de la educación, que hasta hace poco avanzaba a un paso lento, aunque constante, se aceleró a partir del año 2020, después del cierre de escuelas, institutos y universidades durante el confinamiento por la covid.

Profesoradofamiliasorganizaciones y expertos comenzamos a sentir y constatar cada vez con más fuerza los efectos nocivos para niñas, niños y adolescentes de la exposición constante a pantallas, dentro y fuera de las aulas. Parece ya incuestionable que las pantallas no mejoran los procesos educativos, sino que los deterioran. La adicción a los dispositivos móviles hace que tanto la concentración como la comprensión lectora se desplomen. Se multiplican los casos de ciberacoso escolar, los pequeños están cada vez más expuestos a contenidos violentos, se deteriora la memoria y se extienden problemas de salud como la obesidad. Lo ideal, hasta los seis años, es no estar expuesto ningún tipo de pantalla. Neurocientíficos e investigadores como Desmurget afirman que la introducción de dispositivos digitales en el colegio ha sido un desastre y que estos son nocivos, venenosos, para el desarrollo del cerebro. Una afirmación que parece confirmar los desastrosos resultados del último informe PISA, donde se apunta explícitamente a las pantallas como uno de los grandes responsables.

No es por tanto de extrañar que algunos países, como Suecia, estén paralizando la digitalización escolar. También aquí se ha abierto un debate social para prohibir los móviles en las escuelas, como ya han hecho Italia, Portugal o Francia. Como colectivo vemos necesario prohibir el uso de teléfonos en los centros educativos, una medida que debería ser el detonante para poner en cuestión la presencia excesiva de dispositivos digitales en los centros. Entendemos que la incompatibilidad demostrada entre digitalización y procesos educativos justifica replantear el modelo promovido por los dirigentes en todos los ámbitos educativos: infantil, primaria, secundaria y universidades. Necesitamos priorizar y fomentar la educación cara a cara. La interacción humana ha demostrado ser la mejor estrategia educativa. Por ello, apoyamos y animamos a todas las familias que se están coordinando para retrasar la edad de acceso a los dispositivos digitales, creando espacios seguros para sus hijas e hijos.

¿Es sólo un problema de la juventud? La digitalización de la vida es un problema social y ecológico que nos afecta a todos y todas. Los cuadros de adicción a las pantallas, y también sus impactos en la concentración y la capacidad crítica, se extienden a todos los grupos de edad. La implementación de algoritmos e inteligencias artificiales a cada vez más ámbitos de la vida plantea dificultades en nuestra convivencia. Disminuye la fiabilidad de la información y aumenta la incapacidad para generar un criterio propio, se reproducen y automatizan sesgos de género y clase, incluso en ámbitos como el de la justicia, se pierden puestos de trabajo, se extienden las lógicas de control social y vigilancia y, en un sentido amplio, erosiona nuestra autonomía y provocando que cada vez seamos menos capaces de comprender y decidir sobre nuestro entorno.

Además, nos encontramos inmersos en una crisis ecosocial global; con dimensiones climáticas, energéticas, de biodiversidad y sociales, que ponen en riesgo la supervivencia de nuestra civilización. Necesitamos poner en marcha transformaciones rápidas y profundas que superen las lógicas de crecimiento económico ilimitado y sus impactos, una tarea para la que la digitalización constituye más un obstáculo que un aliado. La fase digital del capitalismo industrial está suponiendo una alarmante profundización del extractivismo y un aumento de las emisiones de efecto invernaderodel consumo de agua y energía, y de desechos contaminantesPara descarbonizar necesitamos desdigitalizar, como argumenta Ben Tarnoff. La digitalización nos aleja de la vida, de lo que importa, y de la urgente tarea de hacer colectivamente de este planeta una casa habitable para todos y todas.

Es urgente cuestionar la digitalización generalizada de la sociedad, algo imprescindible para avanzar hacia sociedades más justas, democráticas, igualitarias y, sobre todo, capaces de frenar la trayectoria ecosocialmente destructiva en la que nos encontramos. Una parte crucial de ello es seguir mejorando nuestra educación. Por ello, nuestro objetivo como colectivo es continuar trabajando por desdigitalizar y ecologizar tanto los contenidos educativos como los centros. Podríamos así destinar los recursos que la administración dedica a la digitalización, que únicamente benefician a las grandes empresas, a la contratación de más profesorado que posibilite un modelo acorde a las necesidades del alumnado y la sociedad. Para ello es imprescindible una implicación activa de los docentes y centros, pero también de las familias. La puesta en cuestión de la digitalización puede y debe empezar en nuestras vidas, para desde allí convertirse en un debate social necesario y urgente.

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Primeros firmantes:

  • Adrián Almazán. Universidad Carlos III de Madrid.
  • Jorge Riechmann. Universidad Autónoma de Madrid.
  • Javier Martínez Aznar. Universidad de Zaragoza.
  • Paula Mingell Gracia. Directora de la Escuela Infantil Municipal Las Pajaritas (Huesca).
  • Fabiola Ruiz Ramón. Profesora IES Dos Mares (San Pedro del Pinatar, Murcia).
  • Juan Carlos García Sánchez. Profesor IES Federico Baraibar (Vitoria-Gasteiz).
  • Cecilia Serrano Martínez. Universidad de La Rioja.
  • Helios Escalante. Universidad de Granada.
  • Anabel Corral Granados. Universidad de Almería.
  • Yayo Herrero, Cooperativa Garúa.
  • María García Lavilla. Maestra CRA L’Albardín (Azuara, Zaragoza).
  • David García Ruíz. Educador ambiental y facilitador de grupos.
  • Alicia Guerrero Fernández. Universidad de Sevilla.
  • Pablo Gutiérrez Watson. Profesor Escuela de Jardinería Bouregreg (Rabat, Marruecos).
  • Javier Fuertes. Profesor IES Pablo Gargallo (Zaragoza).
  • Charo Guillén Moliner. Maestra en El Camino Real Academy (Santa Fe, EE.UU.).
  • José Albelda Raga. Universitat Politècnica de València.
  • María Polo Alonso. Duero Natura (Soria).
  • Ángel de Frutos Tena. Universidad de Zaragoza.
  • Virginia Val Campo. Acompañante en espacios de educación libre y profesora de Secundaria.
  • Andoni Alonso. Universidad Carlos III de Madrid.
  • Yolanda Villa Hernández. Profesora FP Agraria (Asturias).
  • Jaume Sastre. Universitat Autònoma de Barcelona.
  • Rosa Ros Pueyo. Profesora IES Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria).
  • Antonio Ballestín Liarte. Profesor Conservatorio Profesional de Música (Huesca).
  • Teresa Velilla. Doctora de Atención Primaria.
  • Julio Carmona, Ecologistas en Acción.
  • Guillermo Benítez Cruz. Universidad de Granada.
  • Ángela Sánchez-Pérez Merino. Maestra CEIP Gloria Fuertes (Getafe, Madrid).
  • Luis Miguel Ferrer Bueno. Director CPEPA Sobrarbe (L´Aínsa, Huesca) y Universidad de Zaragoza.
  • María Martínez Chico. Universidad de Almería.
  • María Fuertes Vicente. Maestra CEIP Sancho Ramírez (Huesca).

Para sumar tu firma aquí.

Fuente: https://ctxt.es/es/20240201/Firmas/45397/Manifiesto-digitalizacion-impacto-riesgos-crisis-educacion-futuro.htm

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América Latina ante la inteligencia artificial: mapeo de iniciativas regulatorias

Por: Juan Manuel García *

Repasamos un poco de la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente en algunos países de la región.

Alineada con las tendencias internacionales, América Latina ha hecho esfuerzos significativos por desarrollar principios y reglas para la inteligencia artificial (IA). En un primer momento, múltiples gobiernos desarrollaron instrumentos regulatorios a partir de la creación de estrategias, planes, o la adhesión a principios internacionales como los Principios de IA de la OCDE o los Principios de la Ética de la IA de UNESCO. Sin embargo, cambios de gestión gubernamental interrumpieron algunas de estas iniciativas, dada su relativa institucionalidad.

De manera paralela a la elaboración de estos instrumentos, la región también comenzó procesos para legislar sobre la implementación de IA a nivel parlamentario. Tales procesos no involucran prerrogativas emanadas desde el poder ejecutivo. En cambio, al estar en manos del poder legislativo, demandan un debate entre parlamentarios y, con ello, la creación de consensos políticos que estén en sintonía con los entramados normativos nacionales.

A continuación, repasamos la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA de algunos países, hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente.

Estrategias de IA

Uno de los hitos que marca el inicio del proceso de regulación de la IA se encuentra en las estrategias y planes de IA publicadas entre 2019 y 2021 por gobiernos como los de Argentina, Brasil, México y Uruguay. Estas acciones fueron impulsadas desde los poderes ejecutivos de la región y buscaron dar un marco de referencia para el uso de este tipo de tecnologías.

Aun cuando, en varios casos, dichas políticas contemplaron una etapa de consulta pública, hemos identificado algunas falencias de los Estados en garantizar una discusión plural e inclusiva de forma efectiva al definir prioridades estratégicas en IA. Entre ellas están la falta de inclusión efectiva de grupos históricamente marginalizados y de mecanismos de transparencia que permitan comprender de qué manera se consideraron los comentarios presentados.

Algunas de estas iniciativas no encontraron continuidad para su implementación y, además, fueron criticadas por su falta de rumbo por defectos en la coordinación o ausencias de líneas de acción claras como para llevar el título de “estrategias”. Es que estas políticas, pese a basarse en procesos participativos y antecedentes internacionales como los Principios para la IA de la OCDE, fueron plasmadas en resoluciones administrativas –en buena parte de los casos– con una solidez institucional relativa. Además, carecían de métricas claras que permitieran el monitoreo de su implementación.

Así, estas limitaciones otorgaron mayor relevancia al debate legislativo. A la vez, y contando sus imperfecciones, la discusión y la posterior formulación de estas estrategias sentaron un precedente para los debates parlamentarios.

Discusiones legislativas para la regulación de la IA

Brasil

Desde 2019, han sido presentados muchos proyectos de ley en materia de IA. Los principales fueron los PLs 5.051/201921/2020, y 872/2021. En 2021, la Cámara de Diputados brasileña aprobó el PL 21/2020, que contiene disposiciones sustentadas más en principios que en prerrogativas específicas, y que ha sido motivo de críticas por parte de la sociedad civil. A contar de la llegada de este proyecto en el Senado Federal, fue establecida una comisión de juristas para lograr un proyecto unificado, en conjunto con otros ya en tramitación en esta casa legislativa.

El extenso reporte final presentado por la comisión resultó en el desarrollo de un cuarto proyecto de ley, el PL 2338/23, presentado por el presidente del Senado y actualmente en discusión paralela a los demás proyectos sobre IA. Pese a que fue ideado como una continuidad de las discusiones previas, el PL 2338/23 guarda importantes diferencias con relación al proyecto aprobado por la Cámara.

Influenciado por los debates alrededor del AI Act europeo, el PL 2338/23 presenta un enfoque fundamentado en riesgos, en función de una tipología establecida en el proyecto mismo, además de crear derechos y determinar la creación de una autoridad centralizada de IA que debería ser apuntada por el Poder Ejecutivo y trabajada en conjunto con las demás autoridades sectoriales. Sobre el modelo de riesgos, el PL determina que, a mayor riesgo, mayores las obligaciones que corresponden a quien implemente este tipo de tecnologías. El proyecto es apoyado por la Coalición de Derechos en la Red, que lo considera un paso importante hacia el equilibrio entre el establecimiento de derechos y herramientas de gobernanza.

Chile

La discusión parlamentaria se centra en el Boletín 15869-19: un proyecto de ley que regula los sistemas de IA la robótica y las tecnologías conexas en sus distintos ámbitos de aplicación. El mismo ingresó en la Cámara de Diputados durante abril de 2023 y se encuentra en “primer trámite constitucional”, que es la forma en la que Chile denomina el proceso de discusión de un proyecto de ley donde fue presentado originalmente, sea en la Cámara de Diputados o en el Senado.

Tal como señala el texto en sus “considerandos”, el proyecto adopta un sistema de riesgos basado en la discusión existente en el parlamento de la Unión Europea. El proyecto contempla la creación de una Comisión Nacional de Inteligencia Artificial, y establece obligaciones para desarrolladores, proveedores y usuarios de sistemas de IA. Además de este proyecto, hay dos iniciativas, de orden punitivo, que buscan modificar el Código Penal. Se trata de los boletines 15935-07, para sancionar el mal uso de la inteligencia artificial (ingresado el 15 de mayo de 2023) y el 16021-07, que busca incorporar, como circunstancia agravante de la responsabilidad, el uso de inteligencia artificial en la comisión de un delito (ingresado el 13 de junio de 2023).

Costa Rica

El proyecto costarricense, que tomó cierta notoriedad en distintos medios por comenzar con una introducción realizada por ChatGPT, se encuentra en discusión en la Comisión de Tecnología y Educación de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, órgano unicameral del Poder Legislativo. Este proyecto, en trámite bajo el Expediente 23771, afirma desde su primer artículo su foco en la “protección y promoción de la dignidad, los derechos humanos y el bienestar de la persona humana”.

Si bien el proyecto habla de la existencia de riesgos, su abordaje no establece una tipología como los proyectos mencionados anteriormente. Su Capítulo VII se enfoca particularmente en la “Protección de los Derechos Humanos en la Regulación de la Inteligencia Artificial”, donde se establecen disposiciones sobre no discriminación, privacidad y protección de datos personales, transparencia y explicabilidad, acceso a la justicia, entre otras. El proyecto obliga a desarrolladores y usuarios de sistemas de IA a realizar evaluaciones de impacto en derechos humanos antes de su implementación. Estas evaluaciones, afirma el proyecto en su artículo 16, “deberán identificar y mitigar los posibles riesgos y efectos negativos en los derechos fundamentales de las personas”.

Rumbos posibles

La existencia de estos proyectos de ley no implica que vayan a ser aprobados tal como fueron formulados, o que presenten una continuidad en el debate parlamentario con regularidad. Sin embargo, presentan instrumentos que pueden modificar la gobernanza de estas tecnologías, como la creación de autoridades específicas o la obligación de generar evaluaciones de impacto.

También cabe resaltar la influencia que tienen en el debate parlamentario iniciativas internacionales como el proyecto de ley de Inteligencia Artificial del parlamento europeo, la IA Act, cuyo enfoque basado en riesgos sirvió de inspiración para la creación de algunos de los proyectos mencionados. La sanción de esta ley, aún en discusión, puede modificar el panorama y sentar un precedente de gran influencia para otros países latinoamericanos.

Por último, es necesario destacar que, más allá de estrategias y proyectos de ley específicos, la gobernanza de la IA incluye un conjunto de normas e instituciones que abarcan, incluso, el acceso a la información y la protección de datos, entre otras, que son cruciales para garantizar transparencia en su implementación y el respeto a los derechos de las personas potencialmente afectadas negativamente por ella. En ese sentido, es llamativo que países que aún no cuentan con marcos de protección de datos adecuados intenten legislar sobre IA.

Frente al avance de las discusiones internacionales sobre la regulación de IA, es fundamental que legisladores y legisladoras de América Latina estén atentas a las recomendaciones emitidas por autoridades y órganos de derechos humanos. Probablemente, 2024 sea un año donde estas discusiones avancen de la mano los avances tecnológicos en la potencialidad de estas tecnologías, sobre las que vemos novedades día a día. Estaremos atentos, monitoreando la evolución de los debates a nivel nacional.

*Analista de Derechos Digitales

América Latina ante la inteligencia artificial: mapeo de iniciativas regulatorias – Por Juan Manuel García

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Palestina en la educación

Hace tres meses escribí un artículo sobre “La escuela ante la barbarie”, escandalizada por lo que estaba sucediendo en Gaza y tratando de convencer que era necesario que el profesorado tratara el tema en el aula[1].

 

Después de estos tres meses, más escandalizada aún por la magnitud de la masacre, vuelvo a escribir, aunque ello implique repetirse. Porque es imprescindible no olvidar, no callar, continuar denunciando, en todos los ámbitos, y también en la escuela, en el instituto y en la Universidad. Y por ello, voy a insistir en esta idea: ”No podemos dejar que las futuras generaciones crezcan insensibles a lo que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo. Que sean conscientes de que todas y cada una de nosotros formamos parte de esta humanidad y si queremos un futuro justo y en paz, será necesario trabajar para conseguirlo”.

 

Cada día que pasa hay más dolor, más niños y niñas masacrados, más persones inocentes asesinados, más edificios calcinados, más hambre, más sed, más injusticia y más crueldad. Y existe la tentación de terminar cansadas y angustiadas por tanta barbarie y que dejemos de mirar y de hablar de ello. Y no nos lo podemos permitir. Por ello voy a insistir en el mismo tema.

 

El filósofo alemán Theodor Adorno en 1966, en su libro ““La educación después de Auschwitz” afirmaba: “Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con este: que Auschwitz no se repita.[2] Y durante muchos años, generación tras generación, en la escuela, en el instituto y a veces también, en la Universidad, se cumplía esta máxima. Todos las profesoras y profesores, los maestros y maestras nos involucrábamos a fondo para hablar del horror del Holocausto, y nuestros alumnos sabían más de la segunda guerra mundial y de las barbaridades de Hitler, que de cualquier otro acontecimiento histórico.

 

Ahora, sin embargo, estamos ante otra barbarie histórica, un genocidio televisado en Gaza. Por supuesto, no es el primer holocausto que se repite. Por desgracia tenemos una larga lista de guerras y barbaridades desde que Hitler fue vencido.

 

Pero la guerra de Israel contra Palestina no es una guerra cualquiera, no hay dos ejércitos que batallan entre sí, con los “daños colaterales” que siempre aparecen. Ahora hay un ejército que bombardea a una población desarmada, que mata civiles, hombres, mujeres y niños, que destruye viviendas, Universidades, hospitales y escuelas, que deja a los dos millones de personas que vivían en Gaza sin casa, sin alimentos, sin agua y sin un lugar seguro donde cobijarse de las bombas. No es el Holocausto, pero es tan grave como él. Y, sin embargo, parece que ahora no es importante hablar de todo ello con nuestros niños/as y jóvenes.

 

Dicen, algunos, que esto es “adoctrinar”. ¿Entonces, llevamos años y años adoctrinando, por hablar del Holocausto y la necesidad de que no se repitiera?

 

Y ¿por qué es importante hablar de lo que está sucediendo en Palestina?

 

Porque el ataque de Israel abarca todos los aspectos de la vida de los habitantes de Gaza y Cisjordania y, por supuesto, llega a la educación. Las cifras del genocidio educativo son aterradoras, como lo indican datos, porque el objetivo, además de matar seres humanos, es el de destruir cultura y valores, de destruir criaturas y jóvenes y privarles de la posibilidad de la educación. A pesar de los continuos bloqueos y ataques que llevan sufriendo desde hace años, Gaza tenía un bajo índice de analfabetismo (del 0 o el 2% según las fuentes) y uno de los niveles más altos de matrícula escolar en el mundo, con un 95% de niños y niñas cursando la educación básica. Situación que va a ser imposible que continúe.

 

Los ataques israelís han dejado a 625 mil alumnos sin escuela en Gaza; 90 mil universitarios sin clase; el 60% de las escuelas y el 90% de las universidades han sido destruidas; 94 profesores universitarios han sido asesinados, así como más de 50 científicos y escritores. Sólo en los tres primeros meses del ataque murieron 4.300 estudiantes y 231 maestros/as de educación básica. Otros 7.259 estudiantes y 619 profesores resultaron heridos. Todo ello implica que miles de niños y niñas sufren traumas psicológicos, depresión, ansiedad, miedo, soledad, impotencia y, desgraciadamente, todo hace pensar que ello puede derivar en un gran deseo de venganza, en un futuro. Para muchos jóvenes palestinos, estudiar era algo más que librarse un futuro, era la única ventana abierta al mundo. Ahora solo les queda huir, si pueden, o unirse a la resistencia que, probablemente, será el futuro de muchos de ellos.[3]

 

Las personas que nos dedicamos y amamos la educación no podemos permanecer impasibles ni callados ante lo que está sucediendo en Gaza. Debemos actualizar el mandato de Adorno e informar a nuestros niños y jóvenes que, después de la segunda guerra y del genocidio perpetrado por los Nazis, se han producido muchos más holocaustos y que ahora tenemos uno ante nosotros. El hecho de ver en vivo y en directo toda la barbarie que está cayendo sobre el pueblo palestino, añadido al hecho de que nadie ha sido capaz de parar la masacre, hace más necesaria que nunca una reflexión y una explicación. Los hechos nos interpelan como educadoras y educadores y nos recuerdan nuestra obligación de educar en el conocimiento de los problemas de la humanidad, en la reflexión crítica del porqué de los acontecimientos y en la obligación moral de transmitir valores humanos y solidarios. Por ello no podemos callar, nuestra práctica educativa debe abarcar las cuestiones fundamentales del pasado y del presente.

 

La educación por la paz, la educación por los derechos humanos, la educación para la convivencia… son todos ellos mandatos de nuestro sistema educativo y están presente en todos los currículums. Pero, ¿cómo educar para la paz y la defensa de los derechos humanos, si nuestros jóvenes ven cada día como se conculcan estos derechos en Palestina, con el beneplácito de los países “democráticos”, como Estados Unidos y la Unión Europea?

 

Nuestro deber es explicarles que los valores de inhumanidad de que hace gala Israel no deben ser normalizados ni olvidados. Nuestro deber es explicar la historia de los dos países y el conflicto que ha llevado a esta barbarie. Y, sobre todo, es imprescindible que sean solidarios y sensibles ante el dolor humano de niños/as y jóvenes como ellos y ellas.

 

Y sí, hay que explicarles que las guerras no son justas, que siempre son por intereses de una minoría, pero que siempre pagan la gran mayoría de los que tienen menos dinero y menos poder. Hay que explicarles que Europa está cayendo en el error de ser parcial porque sigue los mandatos de EEUU y que España continúa vendiendo y comprando armas a Israel, que servirán para continuar matando y masacrando a personas civiles.

 

Debemos reflexionar conjuntamente con nuestros alumnos y alumnas sobre el papel de la tecnología, muy positiva para algunos asuntos, pero totalmente letal cuando se usa para matar. ¿Por qué ese culto a la tecnología al servicio de la muerte y el dolor? ¿Por qué esta admiración ante la IA que ayuda a lanzar a diario centenares de bombas inteligentes en aviones supersónicos? ¿Es este el futuro que nos espera? ¿Deberíamos hacer algo para impedirlo? Y debemos debatir con ellos y ellas por qué un pequeño país en el Occidente de Asia, Israel, que solo cuenta con nueve millones de habitantes, puede matar, destruir, aplastar a los palestinos con total impunidad. Por qué Europa sanciona a Putin por la invasión de Ucrania, pero apoya a Israel en su invasión de Gaza y Cisjordania. Por qué Europa, que reaccionó y se escandalizó con la barbarie de los nazis, ahora está impasible ante esta nueva barbarie. Por qué el mundo occidental está tan preocupado por la emergencia climática y se olvida que las guerras y la destrucción que conllevan, además de las víctimas humanas, son lo más anti-ecológico que existe. Y también deberíamos reflexionar sobre el futuro que les espera a todos estos niños/as y jóvenes, que han visto morir a sus padres o hermanos, que han perdido piernas o brazos y que han visto sus casas convertidas en cenizas. Cómo será posible superar las secuelas físicas y psíquicas y cómo podrán vivir sin odiar con fuerza a sus verdugos.

 

Todas estas preguntas deberían formar parte de nuestras actividades pedagógicas en el aula, si nos creemos, de verdad, que la educación tiene que desempeñar un papel importante en la formación de los futuros ciudadanos y ciudadanas, despertando su conciencia crítica para que sean capaces de implicarse en la construcción de un futuro mejor.

 

Finalmente, y no menos importante, es señalar que a pesar de toda la censura son miles y miles las persones que en todo el mundo han salido a la calle para reclamar el fin de este genocidio que Israel está infringiendo a los palestinos. Que, en todas partes del mundo, se han organizado actos de protesta contra este genocidio y en solidaridad con el pueblo palestino. Y que ellos y ellas pueden también participar, yendo a las protestas, pintando murales, haciendo vídeos, visitando a las compañeras (en Barcelona) que están en huelga de hambre, escribiendo cartas a nuestros presidentes para que den apoyo a las denuncias Internacionales que se están haciendo en distintos países, para que deje de comprar y vender armes a Israel. Y pueden también hacer boicot a los productos de Israel (McDonald’s, por ejemplo).

 

Y termino con lo que ya dije hace tres meses: Es importante que los chicos y chicas salgan del Instituto y la Universidad con la convicción de que es necesario luchar contra todo tipo de violencias y que hay que defender los derechos humanos, que no se acostumbren a que las guerras y las masacres son normales, que no terminen insensibles ante el dolor ajeno y que sean capaces de indignarse ante las injusticias y ante la violencia. Que se sientan solidarios con las personas que sufren y tengan ganas de implicarse en detener todo tipo de agresiones, guerras y violencias.

 

Éste debería ser el mandato ético de todas las personas implicadas en la educación. Porque no se trata de educar para que el día de mañana nuestros alumnos y alumnas se “adapten” lo mejor posible a un mundo injusto, violento y lleno de injusticias y desigualdades, sino para que tengan información y conocimientos que les permitan entender cómo funciona el mundo y tengan elementos y voluntad de mejorarlo.

 

Notas

[1] Cañadell, Rosa: “La escuela ante la barbarie” Diario de la Educación . 8 noviembre 2023. https://eldiariodelaeducacion.com/2023/11/08/la-escuela-ante-la-barbarie/

[2] Theodor Adorno, “La educación después de Auschwitz”, en Consignas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1973.

[3] Vega, Renán. “La educación después del genocidio de Gaza” . Rebelión. 05/02/2024. https://rebelion.org/la-educacion-despues-del-genocidio-de-gaza/

Fuente: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/palestina-en-la-educacion/

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El Aprendizaje basado en Proyectos

Por:  Manuel Alberto Navarro Weckmann

Cuando se reconoce el trabajo del centro escolar y se le otorga el respeto que merece, se promueve un ambiente donde la práctica educativa es vista como un arte y una ciencia que requiere tanto de conocimiento, como de la experiencia, así como de la intuición.

“Dime y olvidaré, enséñame y podré recordar, involúcrame y aprenderé.” Confucio

Al contrario de como muchas personas podrían creer, el aprendizaje no es espontáneo ni automático, no se trata de “ser un experto en el tema” o de pararse frene a un aula a “recitar de memoria” lo que se quiere enseñar, sino en cómo esa temática se puede vincular con la experiencia de cada niña, niño o adolescente y a partir de ahí construir elementos para un aprendizaje realmente significativo para sus vidas y en su contexto.

En este sentido, la sociedad actual está en constante evolución, y con ella, la necesidad de métodos educativos que no sólo informen, sino que formen. El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se presenta como un modelo educativo que trasciende los límites del aula, integrando la teoría con la práctica y preparando a los estudiantes para los desafíos del mundo real. Reflexionar sobre el ABP es reconocer la importancia de un trabajo que se sustenta en la profesionalidad, la experiencia y una agudeza intuitiva y vocacional que docentes deben poseer y desarrollar.

En la vastedad de las aulas del sistema educativo nacional, que suman más de un cuarto de millón en la educación básica, cada una con su diversidad y singularidad, es fundamental reconocer la labor docente. Son quienes, con su estudio y experiencia acumulada, aplican métodos como el ABP para vincular efectivamente la teoría con la práctica. Esta conexión no es una coincidencia fortuita, sino el resultado de un compromiso vocacional que lleva a los docentes a afinar su intuición y experiencia para aplicarla en beneficio de sus estudiantes.

El ABP exige un reconocimiento de la complejidad del aprendizaje humano, donde cada aula tiene su propio pulso, cada estudiante su propia melodía. Los educadores, entonces, se convierten en maestros de orquesta, capaces de armonizar estas melodías individuales en una sinfonía de aprendizaje colectivo. La habilidad para hacer esto no viene de la nada: nace de la pasión por enseñar, del estudio continuo y de la reflexión constante sobre la práctica educativa.

En este sentido, como sociedad es fundamental valorar y apoyar el desarrollo profesional continuo de docentes, ya que son quienes cultivan la tierra fértil de las mentes jóvenes. Cuando se reconoce el trabajo del centro escolar y se le otorga el respeto que merece, se promueve un ambiente donde la práctica educativa es vista como un arte y una ciencia que requiere tanto de conocimiento, como de la experiencia, así como de la intuición.

El ritmo de cada aula, por ende, es un eco de la capacidad del educador para interpretar y responder a las necesidades de sus estudiantes, adaptándose a las circunstancias y promoviendo un aprendizaje significativo y relevante. Así, como sociedad es pertinente entender que detrás de cada estrategia de enseñanza exitosa hay un profesional que ha dedicado su vida a entender cómo aprende el ser humano y cómo mejor enseñarle. El ABP es un claro ejemplo de cómo el trabajo minucioso, dedicado y consciente de docentes puede llevar a cada aula a alcanzar su máximo potencial en sintonía con las demandas de una sociedad en constante cambio. Porque la educación es el camino…

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Mejoredu desaparece, por qué no la USICAMM

Por:  Abelardo Carro Nava

MEJOREDU es un organismo público descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión…

Tal vez nadie le informó al presidente, que la Unidad del Sistema para la Carrera de la Maestras y Maestros (USICAMM) es un organismo desconcentrado, con autonomía técnica, operativa y de gestión que ha vulnerado los derechos laborales y profesionales de cientos de trabajadores de la educación en lo que va del sexenio; tal vez nadie le informó al presidente, que este organismo ha mantenido la misma política tecnocrática y neoliberal que impulsó el peñanietismo al más puro estilo de quien, en el gremio magisterial es conocido con el mote del Sargento Nuño; tal vez nadie le informó al presidente, que la política de estímulos salariales que coordina e impulsa este organismo, no satisface las demandas de mejoras salariales ampliamente demandadas por las maestras y maestros de México; tal vez nadie le informó y sugirió al presidente que, si un organismo debería de desaparecer con la intención de favorecer parte del intricado Sistema Educativo Mexicano, tendría que haber sido la USICAMM y no la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, mejor conocida como MEJOREDU.

Razones, como las expuestas, hay o habría de sobra para evidenciar la poca o nula utilidad de un organismo mediante el cual, supuestamente, se “revalorizaría” al magisterio; no obstante, pienso que ante el desconocimiento y falta de un ejercicio donde la evaluación pudiera conducir la toma de decisiones para proponer la desaparición de ciertos organismos autónomos como los que ha propuesto el presidente en días pasados es que, precisamente, se toman malas decisiones que indudablemente podrían generar algunos vacíos en el ámbito educativo, sobre todo, cuando de información y/o datos se refiere. Información o datos que podrían dar pauta a la generación de propuestas de diversa índole para la atención y mejoramiento de dicho Sistema. Me explico.

Como sabemos, la MEJOREDU es un organismo público descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión, con personalidad jurídica y patrimonio propio desde el 15 de mayo de 2019. Su aparición en escena estuvo directamente relacionada con la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); instituto que fue percibido por buena parte del magisterio, como un instrumento del gobierno que perseguía, denostaba y sancionada al gremio.

Y bueno al ser la MEJOREDU un organismo “autónomo”, la reforma constitucional de 2019 le atribuyó diversas responsabilidades, entre las que destacan: 1. Realizar estudios, investigaciones especializadas y evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo. 2. Determinar indicadores de resultados de la mejora continua de la educación. 3. Establecer los criterios que deben cumplir las instancias evaluadoras para los procesos valorativos, cualitativos, continuos y formativos de la mejora continua de la educación. 4. Emitir lineamientos relacionados con el desarrollo del magisterio, el desempeño escolar, los resultados de aprendizaje; así como de la mejora de las escuelas, organización y profesionalización de la gestión escolar. 5. Sugerir elementos que contribuyan a la mejora de los objetivos de la educación inicial, de los planes y programas de estudio de educación básica y media superior, así como para la educación inclusiva y de adultos. Entre otros tanto más.

Como puede verse, la relevancia de este instituto no es menor, si consideramos que desarrollar investigaciones y/o evaluaciones diagnósticas como las que ofrece esta institución, permite contar con datos que llevan a la toma de decisiones de los responsables de conducir la vida educativa de un país.

Pongo un ejemplo, si un médico recibiera a un paciente en un estado de gravedad que, visiblemente, podría indicar la necesidad de ser intervenido quirúrgicamente, ¿solicitaría la realización de un estudio para conocer las causas que originan el malestar del paciente o de inmediato lo introduciría al quirófano para proceder conforme a los dictados de su disciplina? El sentido común nos indicaría que los estudios son absolutamente necesarios para conocer las razones por las que un paciente sufre determinado malestar en su organismo, luego entonces, con los resultados de esa valoración, dicho médico podría tomar las decisiones que, conforme a su conocimiento, experiencia o disciplina, podría tomar.

Esto es lo mismo que, de alguna manera pasa, o tendría que pasar en el Sistema Educativo, pero, ¿por qué la necesidad de contar con un organismo autónomo? Simplemente porque esa autonomía lo llevaría a realizar, por ejemplo, los estudios o investigaciones que pudiera realizar para, luego, dar a conocer los resultados a quien corresponda con la finalidad de que se pudieran tomar las mejores decisiones en razón de la educación de millones de niñas, niños y adolescentes.

Si la MEJOREDU, como se ha dicho, será “trasladada” a la Secretaría de Educación Pública (SEP), ¿qué garantiza que la información que ésta generé (del Sistema Educativo) no tendría un sesgo que no permitiera conocer cómo se encuentra dicho Sistema? Por simple y llana lógica, las acciones que se pudieran derivar de la realización de estudios o investigaciones que la misma SEP realizaría, tendría escasa, pero escasísima credibilidad entre el gremio y, como parece obvio, entre la sociedad.

Entiendo las decisiones “presidenciales” y las intenciones que éstas conllevan, pero lo que no acabo de entender es la poca, pero poquísima capacidad de análisis y propuesta de las autoridades educativas y gubernamentales para, por ejemplo, diseñar un esquema que permita y/o favorezca el ingreso de maestras y maestros al Sistema, o bien, para que dichos maestros y maestras puedan mejorar sus condiciones salariales sin la aplicación de un bendito examen diseñado y aplicado por un Centro de Evaluación al que se le pagan millones de pesos cada año.

Si la SEP y el gobierno no tienen la capacidad de analizar y valorar entre dos instancias como lo es la USICAMM o la MEJOREDU, ¿qué nos hace pensar que el rumbo que seguirá la educación de nuestro país va por buen camino?

Al tiempo.

Cierro estas líneas, leyendo un reportaje de Alma Paola Wong, de grupo Mileno, intitulado: Mejoredu alerta que 4 millones de jóvenes no asisten de manera regular a la escuela (https://www.milenio.com/politica/mejoredu-alerta-millones-menores-regularmente-clases). Así de relevante es la información que proporcionan algunos organismos autónomos quienes, dicho sea de paso, no han perseguido ni denostado al magisterio. Así de relevante sería su permanencia, pero, para cómo están las cosas, hablar de autonomía en este gobierno es hablar de un sueño, tal y como también se significa en el Plan de estudios 2022. Sí, un sueño.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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