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Las Escuelas Normales Rurales, patrimonio del pueblo de México

Las Escuelas Normales Rurales, patrimonio del pueblo de México

Luis Hernández Navarro es sobre todas las cosas un rescatador de historias de lucha del México profundo. Una pluma comprometida con el poder de encontrar aquellas anécdotas que logran captar esencias.

En La pintura en la pared (Fondo de Cultura Económica, 2023) por medio de historias heroicas de algunos normalistas rurales, nos acerca a la comprensión de las Normales y los normalistas rurales como sujetos históricos.

La pintura en la pared es un libro que viene a dar la batalla cultural en defensa de los normalistas y las Normales Rurales. A través del rescate de historias brillantes del normalísimo rural combate a las campañas negras en su contra. Mostrando la actualidad y urgencia de estas escuelas como formadoras de los profesores de las comunidades campesinas de nuestro país. Profesores y profesoras de una madera especial, forjados en la vida de Normales Rurales, en sus aulas, sus comedores y sus internados. Conocedores de las comunidades campesinas e indígenas a las que pertenecen. Formados en el saber necesario para dar clases, pero también en hábitos de vida, en las tareas del campo, en capacidades de organización y en las artes.

Pero el aporte de las Normales Rurales no solamente se centran en lo educativo, sino que han sido desde su nacimiento semilleros de líderes y luchadores sociales. Participes en los movimientos sociales más importantes de nuestro país. De esta faceta da cuenta Luis Hernández Navarro, recorriendo biografías de profesores rurales que han hecho de la lucha social, una forma de vida. Algunos de ellos perdiendo la vida en la lucha.

Son ya más de 100 años de existencia de las Normales Rurales y son también cien años de resistencia. Ya que las características de los normalistas rurales los hace que sean perseguidos y reprimidos. La violencia en su contra es una constante a lo largo de su historia, desde la primera normal rural, pasando por 1968 a Ayotzinapa y hasta nuestros días.

Luis Hernández Navarro presenta una constelación de puntos brillantes que permite acercarse a las Normales y normalistas rurales. Historias, anécdotas y biografías que permiten observar cómo en esas escuelas, hombres y mujeres se cargan de futuro y abren horizontes para un mejor país, igualitario, justo y democrático. Resistiendo y persistiendo en su papel como sujetos históricos. La pintura en la pared logra el cometido de adentrarnos en la comprensión y en la valoración de esta experiencia heroica que es ya patrimonio del pueblo mexicano.  ¡Gracias compañero!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-normales-rural-patrimonio-del-pueblo-de-mexico/

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Sistema Económico y Tecnología: Según la IA, la Humanidad depende de un “cambio radical” del sistema económico

Según la IA, la Humanidad depende de un “cambio radical” del sistema económico

En las últimas décadas, hemos visto con creciente preocupación cómo el sistema económico y político global está acelerando la destrucción del planeta. El problema radica en que este sistema está basado en el crecimiento económico constante, el cual se basa en el consumo de recursos naturales y la generación de residuos. Para mantener este crecimiento, las empresas y los gobiernos están constantemente buscando nuevas formas de explotar los recursos naturales y producir bienes y servicios.

Este modelo de desarrollo es insostenible a largo plazo, ya que está poniendo en peligro la capacidad del planeta de sostener la vida. Los principales problemas ambientales que estamos enfrentando, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, son el resultado directo de este modelo.

Además, el sistema económico y político global está dominado por unas pocas grandes empresas que tienen un enorme poder. Estas empresas tienen un gran interés en mantener el statu quo, ya que les beneficia económicamente.

Como resultado, estas empresas se resisten a los cambios que podrían ayudar a proteger el medio ambiente. Por ejemplo, se oponen a la adopción de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que esto podría afectar a sus beneficios.

El sistema económico y político global también está muy fragmentado. No existe una autoridad global que pueda coordinar las acciones para proteger el medio ambiente.

Como resultado, cada país o región actúa de forma independiente, lo que dificulta la adopción de medidas globales. Por ejemplo, algunos países están reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que otros las están aumentando.

Hay varios factores que contribuyen a que el sistema económico y político global sea insostenible. Entre ellos, destacan los siguientes:

  • La búsqueda del beneficio económico a corto plazo: Las empresas y los gobiernos están motivados por la búsqueda del beneficio económico a corto plazo. Esto les lleva a tomar decisiones que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente, incluso si tienen consecuencias negativas a largo plazo.
  • La falta de regulación: Los gobiernos no están haciendo lo suficiente para regular la actividad económica y proteger el medio ambiente. Esto se debe a que las empresas y los lobbies empresariales tienen un gran poder de influencia sobre los gobiernos.
  • La desigualdad social: El sistema económico global está basado en la desigualdad social. Esto significa que una pequeña minoría de personas controla la gran mayoría de los recursos naturales y del poder económico. Esta desigualdad dificulta la transición hacia un modelo de desarrollo sostenible.

El crecimiento económico es incompatible con la sostenibilidad

El sistema económico global se basa en el crecimiento económico indefinido. Este crecimiento requiere un consumo constante de recursos naturales, lo que inevitablemente conduce a la degradación ambiental.

Los recursos naturales son finitos, y el planeta tiene una capacidad limitada para absorber los residuos. A medida que la población mundial crece y la demanda de recursos aumenta, nos acercamos cada vez más al límite de la sostenibilidad.

El sistema político no está preparado para abordar la crisis climática

El sistema político global está dividido y fragmentado. Esto dificulta la adopción de medidas urgentes para abordar la crisis climática.

Los gobiernos nacionales están más preocupados por sus propios intereses que por el bien común. Esto lleva a la toma de decisiones cortoplacistas que perjudican al medio ambiente.

La sociedad no está preparada para un cambio radical

La sociedad está acostumbrada a un sistema económico y político que favorece el consumo y el crecimiento. Cambiar a un sistema más sostenible requeriría un cambio radical en nuestros hábitos y valores.

Esto es difícil de lograr, ya que la mayoría de las personas se resisten al cambio.

Conclusiones

El sistema económico y político global está intrínsecamente diseñado para destruir el planeta. Si queremos evitar un desastre ambiental, debemos cambiar radicalmente nuestro sistema económico y político. Esto requerirá un esfuerzo concertado de todos los sectores de la sociedad.

Algunas propuestas para un cambio radical

  • Una transición a una economía circular

Una economía circular es un sistema económico que se basa en la reutilización, el reciclaje y la reparación de los recursos. Esto reduce la necesidad de extraer recursos naturales y genera menos residuos.

  • Un cambio a energías renovables

Las energías renovables son fuentes de energía limpias e inagotables. Su uso reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, que son la principal causa del cambio climático.

  • Una reducción del consumo

El consumo excesivo es una de las principales causas de la degradación ambiental. Debemos aprender a vivir con menos, reduciendo nuestro consumo de bienes y servicios.

  • Un cambio en nuestra dieta

La ganadería es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Una dieta vegetariana o vegana es una forma efectiva de reducir nuestra huella ambiental.

  • Un mayor apoyo a la agricultura sostenible

La agricultura sostenible es una forma de producir alimentos que protege el medio ambiente. Debemos apoyar a los agricultores que practican la agricultura sostenible.

Estos son solo algunos ejemplos de las medidas que se necesitan para cambiar nuestro sistema económico y político. Si queremos evitar un desastre ambiental, debemos actuar ahora.

 

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Cuando la lucha bondadosa pasa por conquistar reconocimientos

Por: José Yorg

“Los sectores poderosos no sólo han dominado económica, financiera y políticamente el país, sino que también han logrado su dominio cultural. Han apartado a la gente de los hechos sociales”. Floreal Gorini.


“Vivimos en un mundo social y político convulso y cambiante. Y este se extiende también a la educación. Ser conscientes de este nuevo escenario es crucial para poder crear marcos de pensamientos acordes a nuevas necesidades educativas y que éstos sean compartidos por la sociedad y, por lo tanto, se concreten en prácticas y políticas”. Manuel Fernández Navas


Las dos citas que encabezan este modesto artículo ayudan a entender y  reflejar el enfoque cooperativo que implica la lucha bondadosa del cooperativismo desde que surgiera como reacción ante los males sociales que implicó la Revolución industrial en Inglaterra del siglo XIX.

Mucho han avanzado las ideas y acciones del cooperativismo en el mundo entero, sin embargo, hoy ese mundo está “convulso y cambiante” circunstancia real y comprobable donde quiera que sea, pero ello no basta, se requiere  “Ser conscientes de este nuevo escenario es crucial para poder crear marcos de pensamientos acordes a nuevas necesidades educativas y que éstos sean compartidos por la sociedad y, por lo tanto, se concreten en prácticas y políticas”.

Y es, precisamente, en esa necesidad de “crear marcos de pensamientos acordes” cuando la lucha bondadosa pasa por conquistar reconocimientos para la educación cooperativa escolar y universitaria como herramienta de posicionamiento político, cultural y educativo en la sociedad, en el corazón del pueblo.

Los medios periodísticos surgen como imprescindibles en esta disputa de posicionamiento político, cultural y educativo, de agenda pública, porque ayudan a llegar al corazón y a la mente del pueblo para ampliar su conciencia y su sensibilidad social y cooperativa y “para que la gente ya no sean apartados de los hechos sociales”.

En ese claro objetivo de conquistar reconocimientos para visibilizar los valores y principios cooperativos en el seno del pueblo debemos inscribir la formal solicitud del Secretario General de Gremio Voz Docente, Prof. Manuel Pereyra, cuando presentó formalmente ante el Ministerio de Educación de la Provincia de Formosa (Arg.) el pedido del Reconocimiento a los Profes. Ana María Ramírez Zarza y José Yorg como “Representativos de la Educación Pública de la Provincia de Formosa”, en base y sustento de suficientes y probados méritos”.

Seguido a esta acción gremial ante el Ministerio de Educación, se sumó la acción legislativa por medio del Diputado provincial  Dr. Juan Carlos Amarilla solicitando al pleno el acompañamiento del proyecto que Declara “Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Provincial, a través del Ministerio de Educación y los organismos pertinentes, Reconozca a los Profesores Ana María Ramírez Zarza y José Yorg como “Docentes representativos de la Educación Pública de Formosa”.

Sólidos fundamentos.

Tanto el sindicalista como el legislador expusieron sólidos fundamentos que se sostienen en dos premisas fundamentales, expresadas, por cierto, por muchos docentes e investigadores (“El desempeño docente y la calidad educativa” (Guadalupe Iván Martínez-Chairez; Albertico Guevara-Araiza; y María Manuela Valles-Ornelas), que nos ayudarán a entender y meritar:

a) “La educación de calidad requiere que se acompañe, reconozca y se valore a todos los educadores, en especial a aquellos/as que van más allá de sus responsabilidades áulicas como es el caso por lejos de Ana y José”.

b) “El efecto que puede lograr un buen profesor en sus alumnos es determinante. Es por ello que la calidad de un sistema escolar es equivalente a la calidad de sus docentes”.

“Pero esencialmente la Cra. María Argentina Gómez Uría, Presidente de la Unión Internacional de la Cooperación Escolar-UICE, nos pinta formidablemente a estos dos docentes”: “En José Yorg y Ana María Ramírez de Yorg he encontrado una vocación cooperativista que, sin desmayos en sus largos trajinar de maestros tierra adentro, ha encontrado una manera de ¨formar¨ para la vida a sus alumnos. Sus experiencias, sus investigaciones, su afán de servicio, su amor por los niños, han enriquecido su enseñanza áulica y el contacto de ésta con el entorno comunitario que rodea la escuela”.

“Estos dos maestros argentinos que vuelcan lo que la vida sana y el estudio constante les ha ofrecido para sembrar, desde los primeros pasos escolares, lo mejor del ser humano, su afán por servir, Formosa, una de las provincias más necesitadas de la Argentina fue la receptora de sus inquietudes. El Ministerio de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Formosa no retaceó su oportuno apoyo creando la ¨Comisión Ejecutora de Cooperativismo y Mutualismo Escolar”.

Así, la disputa política, cultural y educativa del cooperativismo, coadyuvando a imaginar y construir un mundo mejor, ahora y aquí mismo es, entonces, cuando la lucha bondadosa pasa por conquistar reconocimientos.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: José Yorg

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Falso o verdadero: La alfabetización mediática

Por: Mariana Sofía Jiménez Nájera

La alfabetización mediática es una herramienta esencial para navegar de manera segura por el Internet y evitar la desinformación.

La manera en la que consumimos noticias ha cambiado drásticamente con el paso de los años, los periódicos se han convertido en aplicaciones en nuestros celulares e incluso algunos conductores de noticieros han optado por crear sus propios canales de YouTube. Sin embargo, estos no son los únicos medios para mantenerse informados: para muchas personas, las redes sociales también son una valiosa fuente de información para mantenerse al tanto de los acontecimientos del momento. Internet permite a las personas enterarse de lo que está pasando en cualquier parte del mundo en tiempo real, y la propagación de la información es más rápida que nunca. No obstante, esto es un arma de doble filo, ya que mientras que tener toda esta información al alcance de tu bolsillo es maravilloso, puede ser contraproducente por la gran cantidad de comunicados falsos que cualquier persona puede publicar; convirtiendo a la alfabetización mediática en una herramienta primordial para navegar el Internet de manera segura.

Las noticias falsas o fake news

El concepto de fake news fue muy sonado debido a su constante uso por Donald Trump durante la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, por lo que se hizo viral. No obstante, este concepto existe mucho tiempo antes de que este fuera tan popularizado. El diccionario de inglés Oxford lo define como “noticias que transmiten o incorporan información falsa, fabricada, deliberadamente engañosa o caracterizadas como tal o acusadas de serlo”. Hoy en día, el Internet ha sido susceptible a este tipo de noticias debido a la voz que este medio le da a cualquier persona para comentar y crear contenido.

Desafortunadamente, mientras que existen fake news que pueden parecer inofensivas e insignificantes para algunos tales como la ruptura entre dos celebridades o el avistamiento de aliens en zonas rurales, reportes indican que también existe información falsa esparcida a través de redes sociales de carácter sensible, tales como la desaparición de personas o mascotas que en realidad no están desaparecidas, asesinos en serie sueltos o la propagación de enfermedades letales que no existen. Esto es sumamente grave para personas que genuinamente buscan a sus seres queridos, dado que, debido a la saturación de comunicados, lo legítimo se pierde entre tantas publicaciones similares, las personas se desensibilizan e incluso los anuncios reales llegan a ser ignorados. De igual manera, mucha de esta desinformación sirve meramente para asustar e incitar el miedo y el pánico en los usuarios.

Un ejemplo muy claro fue durante la pandemia global de COVID-19. Al ser un evento de importancia mundial, el celular se volvió clave para estar enterado de la información al momento con respecto a los nuevos descubrimientos de este virus. Miles de noticias engañosas circularon a través de todas las redes sociales, desde recomendaciones sobre cómo cuidarse a través de la ingestión de desinfectante hasta que los termómetros infrarrojos causaban cáncer, e incluso desmintiendo la existencia del virus. Este tipo de información fue compartida sin parar; lo cual tuvo consecuencias graves y letales para algunas personas.

Igualmente, mientras que las inteligencias artificiales han llegado para quedarse y son benéficas para áreas como la educación, manufactura, medicina, etc., muchas personas han comenzado a utilizarlas para crear imágenes y videos falsos que se ven tan reales que es difícil comprobar su veracidad a simple vista. Hace unos meses se hizo viral una fotografía del Papa Francisco utilizando una chamarra de marca, la cual recibió miles de likes y comentarios, e incluso personas que pensaban que era real. Aunque esto puede parecer tan solo una broma inocente, representa un peligro para las personas, ya que también pudieran utilizarse para reafirmar la confiabilidad de los fake news en temas más delicados como salud pública o seguridad.

Por lo que la información que encontramos en Internet no solo se reduce a textos o fotos ya editadas con Photoshop, sino también pueden ser imágenes y videos generados desde cero; lo cual, desafortunadamente, las complementa y beneficia para que las personas crean que este tipo de noticias sean verídicas.

Entonces, ¿por qué hay personas que difunden noticias falsas? La respuesta recae sobre los creadores de dichas publicaciones. Al contener temas sumamente alarmistas, este contenido suelen tener un alcance mucho más amplio y rápido, generando un gran número de seguidores, likes, comentarios, etc.; los cuales además de crear atención hacia ellos mismos, en ocasiones también pueden ganar dinero debido a los clics de las personas que ingresen a los enlaces proporcionados, los cuales pueden estar llenos de anuncios. Asimismo, estos también crean confusión, incentivan conflictos sociales, e incluso llegan a influenciar en la forma de pensar de las personas con respecto a temas sociales, políticos, ecológicos, entre otros.

Si bien cualquier persona puede ser víctima de este tipo de engaños, los adultos mayores pueden ser un grupo vulnerable puesto que gran parte carece de las habilidades digitales que tienen las generaciones más nuevas, por lo que les es difícil distinguir lo verdadero y lo real. Sin dejar de lado que cualquier persona puede caer en engaños al no verificar sus fuentes, confiar en sitios de dudosa procedencia, etc. A pesar de ello, no todo está perdido y todos podemos desarrollar habilidades de alfabetización mediática para combatir la desinformación.

La alfabetización mediática

La UNESCO define a la alfabetización mediática como “el conjunto de competencias interrelacionadas que ayudan a las personas a maximizar ventajas y minimizar daños en las áreas informáticas, digitales e información. […] cubre competencias que permitan a las personas interactuar de manera crítica y efectiva con información, otras formas de contenido, las instituciones que la facilitan y el uso reflexivo de las tecnologías digitales”.

Siendo el mundo actual tan errático y complicado, la alfabetización mediática es una habilidad necesaria para todas las personas, la cual permite que usen su pensamiento crítico para evaluar la información y que puedan compartirla responsablemente, manteniendo una postura neutra para evitar ser manipuladas.

Es por esto que la impartición de clases sobre alfabetización mediática es tan relevante, y aunque por el momento no es una materia o tema que se da en muchas escuelas, maestros se han encargado de darle la debida atención a este tema, puesto que es una valiosa herramienta para el día a día en el mundo digital.

NAMLE (por sus siglas en inglés National Association for Media Literacy Education) es una organización que desde 1997 se ha dedicado a impulsar la alfabetización mediática en Estados Unidos, la cual propone cinco componentes básicos para interactuar con las noticias:

  • Acceder: Se refiere a la frecuencia, tiempo, manera y lugar en el que las personas acceden a Internet.  Es decir, la forma en que las personas navegan por la red para encontrar información, las restricciones que puedan tener en sus países en cuanto a qué información puedan recibir, así como el conocimiento que tengan con respecto a la alfabetización mediática, entre otros.
  • Analizar: El proceso de preguntar al momento de consumir noticias para cuestionar su veracidad. Algunas de ellas pueden ser:
    • ¿Cuándo y dónde se subió esta información?
    • ¿Quién es el autor y cuál es su credibilidad en los medios?
    • ¿Cuál es el objetivo del autor?
    • ¿Cuáles son las fuentes en las que está basada la información?
    • ¿Hay evidencia de esta información en otros sitios confiables?
    • ¿Qué técnicas utiliza esta nota para atraer atención?
    • ¿Cuál es el lenguaje del contenido?
  • Evaluar: Aquí nuestros juicios y maneras de pensar se involucran con los datos encontrados, esto después de llevar a cabo los dos pasos anteriores. Esto implica las vivencias, valores e interpretaciones del mundo de cada persona. Después de reflexionar sobre estos datos, se interpretan los mensajes a través de preguntas como las siguientes:
    • ¿Qué tan creíble es este mensaje?
    • ¿Es una opinión o un hecho?
    • ¿Cómo impacta mis emociones?
    • ¿Es propaganda o busca cambiar mi manera de pensar?
    • ¿Se puede confiar en esta fuente?

Al momento de evaluar también se busca identificar el subtexto o mensajes más sutiles que puede tener la información encontrada. Además de comprender las conexiones que los medios tienen con las diferentes ideologías que existen.

  • Crear: La forma de expresión para comunicarse a través de los medios y las herramientas digitales a nuestro alcance para crear nuevas narrativas a través de videos, textos, podcasts, compartir publicaciones, comunicarse con otros, etc. No solamente aplica para la creación de contenido, sino nuestra interacción con los medios a nuestro alcance y qué hacemos con la información:
    • ¿Mi mensaje es un hecho o una opinión?
    • ¿Quién se beneficiará o dañará con este mensaje?
    • ¿Cuáles son mis fuentes de información?
    • ¿Cómo quiero que las personas reaccionen y/o actúen con mi mensaje?
    • ¿De qué otras maneras se podría interpretar mi mensaje? 
  • Actuar: Aquí el proceso culmina, y donde se tiene una interacción previamente reflexionada responsable con la información recibida. De esta manera, también es importante incentivar la alfabetización mediática en los demás y disminuir la desinformación.

Del mismo modo, NAMLE proporciona una hoja de ejercicios para utilizar en clase, la cual puede ser de gran conveniencia para examinar noticias con los alumnos a mayor profundidad y poner a prueba sus habilidades de alfabetización mediática.

Otros tips para confirmar la veracidad de noticias

  • Comprobar la veracidad del sitio: es mejor obtener datos de instituciones confiables en vez de blogs o páginas en redes sociales. Las fuentes confiables tienen por lo general terminación en sus enlaces: .gov (gobierno), .org (organización sin fines de lucro), .edu (educación), entre otros.
  • Si la noticia no aparece en más de un sitio o dos, lo más probable es que no sea auténtica. Revisa fuentes confiables para comprobar si es real o no.
  • Checar la manera en que está escrita la nota: si cuenta con muchas letras mayúsculas o si el sitio a donde te lleva la noticia tiene muchos anuncios o pop ups, hay probabilidad de que sea falsa. Al igual que utilizar títulos e imágenes que propicien el clickbait de manera exagerada.
  • Revisar si las fotografías utilizadas parecen cuestionables, debemos recordar que hoy en día las imágenes generadas por IA son cada vez más comunes. Si las ves detenidamente, muchas veces puedes notar inconsistencias en la edición o puedes verificar usando Google; donde puedes arrastrar la foto en cuestión en el buscador e identificar en qué otros contextos se ha utilizado.

La alfabetización mediática es necesaria para lidiar con nuestro a día a día, y es esencial que sea aprendida desde temprana edad debido a la facilidad de la propagación de fake news que existen; en especial ahora que el Internet es vital durante todas las etapas por las que pasamos las personas, por lo que evitarlo es imposible.

Sin duda alguna vivimos en una época que nos reta intelectualmente, la saturación de noticias puede afectar nuestra salud mental a través de datos falsos, el pesimismo, e incluso estafas. Es nuestra responsabilidad con nuestra comunidad cuestionar lo que consumimos en Internet y verificar las fuentes de la que nos informamos para evitar caer en la desinformación; además de crear contenido de calidad que beneficie más de lo que dañe a los demás.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Opinión | ¿El poder de las palabras o las palabras del poder?

Por: Andrés García Barrios

No aprendemos a escribir para emprender un viaje de descubrimiento. Nos enseñaron la letra escrita para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan.

Desde que empecé a publicar en este Observatorio, me dio por agrupar mis escritos en series, bajo distintos títulos: El ritual escolarLa educación que queremos, Los expertos como discípulos… Ahora se me ha ocurrido una nueva categoría, inspirado por el comentario de una amiga, quien para referirse a mis textos dijo que éstos la motivan a “hacer comunidad”. Tal halago me gustó muchísimo, y me dio ganas de concentrarme en ese tema: hacer comunidad es, en efecto, uno de los esfuerzos que me parecen más importantes en el contexto actual y por supuesto en la pedagogía de todos los tiempos.

Sin embargo, como siempre en mi caso, apenas me surge una idea, aparece detrás de ella su estela de duda. En este caso, la siguiente: ¿se puede hacer comunidad a través de la escritura? Es decir, ¿es posible comunicarse por este medio? Comunicarse realmente, en el sentido de un ir y venir; no solo de emitir un mensaje sino de tener una réplica a éste (sin esa replica, la comunicación se convierte más bien en pura emisión de información; tal es la crítica que se ha hecho a los medios de comunicación, diciendo que en realidad son sólo canales informativos).

Pero, bueno, ¿escribir no es también una actividad unilateral? Esta pregunta no es banal en un espacio como el del Observatorio, donde entre otras cosas se escribe sobre educación; ni lo es para quienes al parecer no sabemos hacer otra cosa que escribir (éstos, si de verdad queremos hacer comunidad, tenemos que recurrir a ello, o de lo contrario conformarnos con que nuestra comunidad se limite a aquellos con los que convivimos a diario).

Saber si uno puede hacer comunidad por escrito es pues una preocupación en la que vale la pena detenerse. San Pablo ─que solía comunicarse con su comunidad por carta─ afirmaba que “la letra mata”, refiriéndose a que lo escrito estrangula ese espíritu que la palabra hablada ─la voz, el aliento─ sí puede transmitir. ¿Será verdad? Para responder habrá que dar un rodeo y empezar por aclarar si de verdad las letras no existen en el lenguaje hablado y son solo materiales para la escritura.

Una importante hipótesis lingüística dice que nuestro discurso hablado constituye un continuo sin divisiones, de tal suerte que en él es irrelevante el que las cosas se llamen o deban decirse de una forma o de otra; tales separaciones solo aparecen cuando nos detenemos a analizar lo dicho. Así, las abstracciones que conocemos como letraspalabras y oraciones son resultado de un proceso paulatino que empieza ─inventemos un poco de historia─ cuando a un ser humano se le ocurre que así como un palo clavado a la mitad del camino puede significar “pasé por aquí”, un garabato puede representar un fragmento de habla. Acto seguido (es decir, siglos después), mientras afina su garabateo (su escritura), ese ser humano se da cuenta de que las cosas que enuncia, por diferentes que sean (palopasoslejos), tienen elementos comunes (aaaaa… ppppp… sssss…) y que también éstos se pueden representar con garabatos distintos.

Son las letras.

Sí, las letras, unidades mínimas a las que llega la ciencia de la enunciación, elementos formales de incalculable meticulosidad y rigor, tanto que en un lejano futuro, un genial compositor musical descubrirá su básica y poderosa marcialidad y las pondrá a desfilar como un ejército (estoy hablando por supuesto de Cri-Cri, el Grillito Cantor mexicano, que en su maravillosa Marcha de las Letras, dirá):

Primero verán
que pasa la A…

Parece que estoy jugando, pero los pequeños que empiezan la primaria saben muy bien la seriedad con la que hablo. El poder de la letra es tal que en cuanto dejamos de escribir, la palabra recobra el aliento y retorna a ese fluir suyo en que no se distinguen vocales de consonantes, ni palabras de frases,ni frases de oraciones (¿recuerdan esos textos antiguos en que no existían todavía los signos de puntuación? Sí, se parecen a los de muchos de nuestros alumnos).

Hablar y escribir son funciones del lenguaje completamente distintas, casi opuestas.

Y es que, fíjense: en el hablar, la continuidad no existe sólo dentro de lo que uno dice sino también en lo que el otro responde. Por eso es posible comparar una mesa de discusión con una de ping pong, en la que la contestación se espera como un eco, como algo que es natural que vuelva (cada vez que no hay respuesta, el encuentro se acerca tristemente a su fin).

Yuval N. Harari, el historiador israelí, nos dice que ese ir y venir del habla, ese fluir de aquí para allá y de una persona a otra, es el factor que permitió sobrevivir a nuestra especie: según él, las comunidades humanas prosperaron gracias al chismorreo, mediante el cual los incipientes humanos hablaban entre sí acerca de sus semejantes y gracias a ello pudieron constituir colectivos más grandes que sus antepasados simios, quienes para conocerse entre sí (y cuidarse unos de otros o formar alianzas) sólo contaban con la experiencia directa. El lenguaje permitió a los humanos justamente comunicar ya no sólo hechos presentes (“¡Ahí viene el león!”) sino también experiencias pasadas y expectativas a futuro:

─ ¿Por qué vienes herido?
─ ¡Porque ese hombre me golpeó!
─ ¿Y por qué te golpeó?
─ Para quitarme mi comida.
─ Tendré cuidado con él.

Pues bien, en la escritura el flujo natural del habla parece en riesgo.

En una aseveración perfectamente iconoclasta, Paul Valery, el gran poeta francés, decía que leer poesía es un acto solipsista (o sea, individual hasta el hermetismo) disfrazado de comunicación, de convivencia. O sea, quien lee poesía cree que se está comunicando con alguien pero en realidad sólo está en contacto consigo mismo; igual le pasa al poeta, que cree que habla en presencia de otro y está solo, solo y su alma.

─ ¿Eso decía Paul Válery?
─ Sí.
─ Tendré cuidado con él.

Sí, tendré cuidado con él, y es que al menos yo, mientras escribo esto, no puedo quitarme de encima la radical certidumbre de que estoy en contacto con alguien, específicamente con usted, estimada lectora, estimado lector (suelo decir “querido lector”, pero ahora reduzco el término a “estimada(o)” para que ─si Valery tiene razón y usted no existe─ no me duela tanto; es decir ─fuera de bromas─, no estoy seguro de que usted exista, pero al mismo tiempo tengo una radical certidumbre de que sí está ahí).

Ahora veamos cómo este optimismo mío casi de inmediato se topa de frente con otra de las formas en que la letra mata.

En estos tiempos en que el Observatorio me publica de forma regular, se me han abierto también las puertas a esa casta que desde los anales de la historia forman quienes gozan de un público que los lea. A esta casta ─a la que algún día se le llamó de escribas─ ahora le llamamos de intelectuales. Durante siglos, sus miembros formaron un grupo pequeño, aunque muy poderoso (quizás la escritura misma surgió como un arma de poder), que fue extendiendo su influencia hasta que un día se apropió de la enseñanza entera (y con ello de las escuelas) y finalmente ─con la llegada de la modernidad y la democracia─ se impuso al mundo entero.

Su arma principal se llama alfabetización.

La alfabetización ─ese bien tan preciado que incluso se le ha considerado condición para la libertad─ sólo en muy pocos casos ha tenido la intención de que todos aprendamos a hacer comunidad por escrito. No nos engañemos, la verdad es que no busca que expandamos nuestro espíritu, como quería San Pablo, ni quiere darnos la oportunidad de entendernos a nosotros mismos y a los demás a través de la expresión escrita de nuestras ideas y emociones. No aprendemos a escribir para saber qué hemos estado pensando, ni para emprender un viaje de descubrimiento ni para poner en práctica todas esas hermosas y profundas máximas que se pueden encontrar si se googlea: “Frases sobre escribir”.

Si nos enseñaron la letra escrita fue para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan. Enfocados en lo escolar, ¿no es cierto que tomar apuntes y repetir lo apuntado en un examen, sigue siendo en la mayoría de los casos el punto culminante de la experiencia de aprendizaje, el hecho por el que más vale la pena estudiar? Claro que algunos audaces se atreven de vez en cuando a escribir cartas personales y que hay quien, osado, llega a redactar alguna experiencia propia (redactar, es decir, reducir a unas cuantas palabras el turbulento flujo de impresiones, vivencias y conocimientos que compone su vida). Pero escribir para comunicarnos de verdad, para hacer comunidad, para expresarnos públicamente y compartir algo… ¡Aaahhh, no, eso les está reservado a unos cuantos! No dudo de que si se pudiera enseñar a leer sin que se aprendiera a escribir, así se haría. A nadie o a muy pocos les interesa lo que escriban los no intelectuales: es triste pero la palabra escrita de esa mayoría está destinada a morir sin trascender o, en el mejor de los casos, a bogar como un mensaje en una botella en busca de un muy poco probable destinatario (baja probabilidad a la que por fortuna aún valoramos y a la que llamamos esperanza).

Y así entramos a la tercera forma en que la letra mata, es decir, al hecho de que la única manera que hay de aprender a expresarse por escrito, es haciéndolo. Como con todas las herramientas, sólo el ejercicio constante redunda en un cierto dominio. Esto es verdad tanto para el lenguaje hablado como para el escrito: si nadie te escucha, pierdes motivación para hablar; si nadie te lee, lo mismo. Los privilegiados por los medios nos vamos haciendo de más y más recursos, mientras que los que no son leídos, se quedan rezagados.

¿Es esto hacer comunidad? ¿Comunidad es que unos tengan recursos y otros no? La pregunta me recuerda algo que leí hace poco en un artículo del periódico El País, donde se mencionaba que la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) nunca ha tenido una rectora mujer, y se hacía la pregunta: “¿Se puede hablar de autonomía sin que exista igualdad de oportunidades?” Así también, ¿puede existir una comunidad ahí dónde unos escriben y otros tienen que conformarse con leer, o a lo sumo con correr el rumor?

A pesar de todas las críticas que se pueden hacer contra las redes sociales, muchos vemos en ellas un sitio en el que la población general empieza a ejercer su derecho a la expresión escrita. A los intelectuales y académicos nos causa escozor que los demás cuenten con ese recurso y que escriban en ellas con la misma asiduidad, concentración y autoridad con que lo hacemos nosotros en nuestros medios. Aunque considero legítima la preocupación por el aislamiento y la obsesión que pueden provocar, puedo decir que el empeño que los intelectuales ponemos en criticar las redes sociales más bien hace parecer que no soportamos perder el dominio de lo escrito. ¿Por qué creemos que nosotros podemos estar horas escribiendo, leyendo y contestando textos importantes, pero el resto de los mortales no? Según nosotros, los que no saben escribir y no tienen hábitos claros de creación y pensamiento, deberían dejar esas particularidades que tanto los ocupan y voltear a vernos, escucharnos y leernos (¡sin embargo, en vez de hacerlo, hasta se atreven a inventar su propia ortografía y gramática!).

Devolver a otros los recursos que hemos acaparado, no es fácil. Sin embargo, hay que tener claro que en el mundo actual no hay manera de pensar en una verdadera democracia sin crear una comunidad por escrito. La comunicación no está en los medios de comunicación sino en los fines de la comunicación (que somos las personas); no está en los intelectuales que saben y conocen, sino en los sentimentales ─los inteligentes emocionales─ que somos mayoría.

Abajo ─en este mismo espacio─ hay una sección de comentarios. Siempre voy a ella con la esperanza de escuchar lo que tengas que decirme, querida lectora o lector sí existente.  Estoy seguro de que lo mismo les pasa a todos mis colegas del Observatorio. Quiero creer que los recursos están dados para empezar a hacer de este espacioun lugar de encuentro.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Disonancias y discordancias de la NEM

Por: Lev M. Velázquez Barriga*

 

La nueva escuela mexicana (NEM) no es una pieza musical uniforme, en la que todos tocan un solo tono, en los mismos tiempos y con un único instrumento. Los arraigados procesos operacionales y burocráticos del currículo prescriptivo desafinan con la orquesta de la autonomía profesional y curricular, que busca reconstruir la armonía de aprender, desde la libertad y la diversidad de expresiones culturales.

 

Cuando las obsoletas estructuras disciplinarias de la Secretaría de Educación Pública y de los estados no le encuentran la cuadratura al círculo, se afanan en cuadrar cualquier intento creativo de educar; lo hacen a través de infinidad de formatos de planeación, programación, diagnóstico y evaluación. Habituados al control organizacional de la escuela empresa para lograr la calidad, invierten la direccionalidad de la enseñanza que tenía como punto de partida los planes y programas de estudio prestablecidos; ahora prescriben los proyectos, sus tiempos, metas, objetivos y contenidos, estrechando al máximo los márgenes para la autonomía.

Anclados en la tecnificación de los procesos y los tiempos de los proyectos, se están banalizando y, a la vez, cerrando las posibilidades dinámicas del aprendizaje situado y problematizador, impulsando otras formas de estandarización, control y vigilancia de las trayectorias escolares. No se estandariza el currículo, pero sí las habilidades desarrolladas y las secuencias metodológicas.

Los casi 140 proyectos educativos por ciclo escolar, en promedio cuatro por semana, que se esperan y en muchos de los casos se exigen para educación secundaria, son la muestra de que la racionalidad instrumental del currículo no se abandona, sino que se adecua a la reingeniería productivista de la empresa, donde se promueven ambientes laborales en ciertos climas de libertad y creatividad, siempre que se alcancen las metas de producción y ventas.

Otras disonancias se escuchan desde los docentes de educación media básica, cuyas academias aglutinan disciplinas del conocimiento que no corresponden a las convergentes en los campos formativos de la NEM; tampoco hay un trabajo previo de reorganización de lo pedagógico para comunicar y comprender los nuevos sentidos de lo común. En este eco, se expresan quienes tienen cargas laborales, en jornadas pedagógicas fragmentadas por horarios interrumpidos, que no se han adecuado a una nueva temporalidad necesaria para el aprendizaje integrador, porque las clases siguen teniendo una lógica horaria disciplinaria del currículo.

La fragmentación de las cargas horarias de los docentes, que no tienen una plaza compacta o de tiempo completo, no es un asunto menor en el impulso a la autonomía profesional y los aprendizajes inter/ transdisciplinarios; éstos se dividen en el desplazamiento entre turnos y distintas escuelas; los separa la sobrecarga laboral y los salarios incompletos para solventar su vida con dignidad. El potencial creativo que demanda una pedagogía para la autonomía no corresponde con la precarización en la que se encuentran los maestros de secundaria.

Un mes después de iniciado el ciclo escolar, no han llegado los nuevos libros de texto hasta los alumnos de las modalidades de educación secundaria, o bien, ha sido de manera parcial la entrega en las entidades federativas e incompletos en otros casos. Lo que se resolvió para Chihuahua en la Suprema Corte no aplica para destrabar los impedimentos legales en Coahuila.

Pese a estas disonancias, cacofonías y adversidades en la territorialización de la NEM –burocratización y control vertical de las trayectorias escolares; nuevas formas de estandarización educativa; organización horaria basada en el trabajo disciplinar; profundización de la precariedad laboral frente a cargas laborales más intensas; falta de libros de texto–, los maestros hacen lo posible para construir la rítmica democratizadora de la nueva escuela.

Un caso ejemplar es la alianza de maestros democráticos de Chihuahua y Coahuila que, al margen del SNTE, exhibieron las graves precariedades pedagógicas y didácticas de los cuadernillos que pretendieron sustituir a los nuevos libros; la ausencia de propuestas curriculares de la derecha para una educación propia; las desviaciones al erario, entregando cantidades millonarias a las editoriales privadas, y el pernicioso uso electoral de recursos legales, como el amparo con que negaron a los estudiantes los materiales educativos.

La autonomía profesional, académica, sindical y partidista de este movimiento no es espontánea, sino resultado de años de lucha, donde maestros como José Luis Anzures y Claudio Escobedo, de Coahuila, y Rigoberto Martínez y Andrés Varela, de Chihuahua, comparten una raíz ideológica en la pedagogía crítica, con gran claridad sobre los retos del magisterio, ante las adversidades para avanzar en la democratización de la educación pública. Lo expuesto por Rigoberto en el cabildo de Ciudad Juárez, exhortando a la entrega de los textos, tiene sentido también para quienes pretenden ver a la NEM como servidor del pasado en copa nueva.

“Los estudiantes hoy no tienen comprensión lectora, no saben discutir, no saben pensar, no saben ser; pero, eso no es producto de la propuesta curricular actual, es producto de la propuesta curricular que ha prevalecido en México durante siglos y décadas. De lo que estamos hablando es de un cambio de paradigma pedagógico, donde la pedagogía está centrada en el diálogo, la discusión, la reflexión colectiva; donde la pedagogía deja de ser imposición, autoritarismo […] se trata de una pedagogía basada en lo dialógico.”

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente de la información e imagen: https://www.jornada.com.mx

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Cómo se crea el poder popular

Por: Margarita Labarca Goddard

En el siglo XX se debatieron diferentes concepciones sobre las formas de lucha, pero todas de una u otra manera se sintetizaban en “la toma del poder”. Se toma por  la vía pacífica o por la vía armada, esa era la gran discusión.

En general, la toma del poder era la toma del poder Ejecutivo, llegar a la Presidencia de la República en primer lugar. También estaban el poder Legislativo y el Judicial, pero en la mayoría de los países el Ejecutivo era el más importante, a no ser que hubiera un sistema parlamentario.

Entonces, ¿tomar el poder es tomarse La Moneda, la Casa Rosada, el Despacho Oval o el Kremlin? Sí, pero eso sería tomarse solamente el poder Ejecutivo. Ya se ha comprobado que el verdadero dominio de un país no está allí.

Y va surgiendo entonces con más fuerza la pregunta ¿Dónde está verdaderamente el  poder?

Volviendo a Chile, es fácil entender que tomarse el poder no es sólo tomarse el Poder Ejecutivo, tomarse La Moneda, como una especie de toma de la Bastilla por medio de elecciones (aunque la Bastilla no era la sede del gobierno sino una cárcel). El poder está un poco en La Moneda, otro poco en el Congreso y en los Tribunales; bastante más en las Fuerzas Armadas y muchísimo más en quienes son dueños de los medios de producción, tierras, fábricas, minas y otros y que lo manejan todo. Y también está en la prensa y en los medios de comunicación masiva de derecha, casi los únicos que subsisten.

Pero tomarse todas estas formas del poder político es casi imposible por cualquier vía. Incluso las revoluciones armadas triunfantes, a menudo han retrocedido o han sido derrotadas posteriormente. Hay muchos ejemplos bien conocidos.

En 1970 el pueblo de Chile creyó que se había tomado el poder porque había logrado el control del poder Ejecutivo, había llevado al compañero Salvador Allende a La Moneda. Él mismo también lo creyó, aunque con bastantes límitaciones. Pero no le echemos la culpa enteramente a Allende porque casi todos caímos en ese error.

Ahora, a este capitalismo en crisis pero por lo mismo muy agresivo, hay que reemplazarlo por un sistema diferente. Un gobierno y un sistema democrático, participativo, sin grandes desigualdades, con dignidad para todos, respetuoso de los derechos humanos, de los de la naturaleza, con un pueblo educado, empoderado y consciente. Un país en que no haya exclusiones ni discriminaciones por ningún motivo. La igualdad absoluta es difícil de alcanzar, pero todos serenos “bastante” iguales: no habrá barrios privilegiados ni colegios diferenciados, ni trabajos bien pagados y trabajos mal pagados. Cualquier trabajo debe alcanzar para vivir decente y dignamente,

Pero lo que va a hacer el pueblo en el poder es la siguiente etapa. La primera es ver cómo se llega al poder.

Como en Chile actualmente no hay grandes partidos revolucionarios y el pueblo todavía está muy desmovilizado y despolitizado, el método de tomar  el cielo por asalto parece que no funcionaría, al menos por ahora

Pues bien, todas las dificultades y obligaciones señaladas nos van indicando el camino: el poder no hay que tomarlo, hay que construirlo, hay que crearlo.

¿Y cómo se toma el poder desde abajo, cómo se crea poder popular?

Ese poder alternativo ya está en germen en pequeñas luchas, a veces aisladas, organizaciones y acciones separadas, pero que van tejiendo una red y después confluyen en un solo cauce. Así el pueblo se va empoderando. Pero ¡ojo! No sólo hay que considerar las batallas que se dan en Chile, hay que mirar hacia los países vecinos e incluso hacia los lejanos, porque si hay algo cierto es que esta pelea no se va a dar en un solo país sino en un conjunto de países.

Las batallas que se dan en el barrio, en la fábrica, en la escuela, en las provincias, en las poblaciones; los combates por la educación, por la salud, por la tierra, por el trabajo, van creando un torrente imparable, forman ríos y desembocan en la totalidad.

Y además hay una cosa importante que se debe considerar: en Chile hubo muchas experiencias de autogestión y de control de fábricas y fundos por parte de los trabajadores. Las fábricas expropiadas o intervenidas por el gobierno popular eran manejadas democrática y eficientemente por los obreros. Los campesinos de predios expropiados o intervenidos echaron a andar fundos desmantelados por los terratenientes. Y lo hicieron con eficiencia y en forma democrática y colectiva, sin contar con elementos de trabajo, sin dinero, casi con las uñas porque lo necesitaban para comer. Fue un período en que el pueblo se empoderó y aprendió. Esas experiencias están enterradas pero no olvidadas, se conservan en el fondo de la memoria colectiva.

Una de las experiencias más importantes en esta materia fue la de los cordones industriales. Se ha escrito mucho sobre ellos, pero aquí lo voy a tratar de explicar rápidamente, pues de otro modo habría que escribir un libro al respecto.

En primer lugar, hay que tener claro que los cordones industriales, creados en tiempos de la Unidad Popular, o sea en el gobierno de Salvador Allende, fueron un invento chileno. ¿Ven que acá hay antecedentes y capacidades para crear el poder popular?

¿Y qué eran, en síntesis, estos cordones? Eran agrupaciones de empresas o fábricas que funcionaban en la misma zona geográfica, y que habían sido intervenidas o expropiadas por el gobierno o tomados por los trabajadores. Los primeros y los principales estuvieron en Santiago, pero también los hubo en provincias. Los obreros estaban en contacto permanente y se coordinaban para apoyarse en sus reivindicaciones y en sus luchas. Pero como ellos manejaban directamente la empresa, se preocupaban también de que esta funcionara perfectamente e intercambiaban materias prima, transporte y todo lo que se necesitara. Esto implicaba un apoyo al gobierno y al bienestar del país.

Entre estos cordones industriales, se pude mencionar al Cordón Cerrillos, que fue un ejemplo por su forma de organización, y entre los  más importantes de Santiago, el Cordón San Joaquín; el de Vicuña Mackenna; el Estación Central, el de O’Higgins, el Cordón Macul, Cordón Recoleta, Cordón Mapocho, etc.

Su organización y forma de trabajo se fue haciendo  bastante común, puesto que ellos se comunicaban entre sí. La manera de realizar las asambleas, la elección de dirigentes y otras. Aquí también se ve el germen de lo que puede ser la creación de poder popular.

Esta concepción chilena fue uno de los primeros objetivos que se planteó la dictadura en su accionar contra el pueblo: bombardearon las fábricas, detuvieron y asesinaron a los dirigentes o los desaparecieron. Pero los cordones industriales fueron una experiencia admirable, ejemplo para otros países, que debe constituir uno de los  pilares para la creación del poder popular.

En el campo, en los predios agrícolas también hubo avances muy significativos. Les diré algo sobre el  Complejo Forestal y Maderero Panguipulli. Su dirigente, el trabajado forestal José Bravo Aguilera –felizmente sobreviviente – escribió un libro al respecto, titulado “De Caranco a Carrán”, por los nombres de algunos de los predios que constituían el complejo. Este libro fue prologado por el compañero Franck Gaudichaud, en los siguientes términos:

“Los trabajadores de la madera se transformaron y autoconstruyeron en una fuerza de clase tan potente, tan “disruptiva”, que desestabilizaron y terminaron por literalmente desplazar la descomunal hegemonía acumulada por unas pocas familias latifundistas sobre un conjunto de varios miles de obreros forestales, un territorio que representaba más de 350 mil hectáreas, incluyendo una reserva de bosque nativo excepcional y tierras ancestrales del pueblo nación-mapuche.” (Extracto del prólogo de Franck Gaudichaud).

¿Y cómo va a abordar el poder popular los  problemas nacionales, los grandes asuntos del país, por ejemplo, los impuestos, la recuperación de nuestras materias primas y tantos  otros que son propios de un poder centralizado?

Es claro que estos asuntos no se pueden plantear, analizar ni decidir en una asamblea de fábrica, en una reunión de Consejo de campesinos ni en un cordón industrial. Por lo tanto siempre deberán delegar estas funciones en un poder ejecutivo centralizado, un poder legislativo y un poder judicial. Podría haber otras formas de organización del Estado, pero esta me parece la más práctica.

¿Y cómo se va a garantizar que estos dirigentes no flaqueen, no se vendan, no traicionen? Pues porque todas estas personas serán elegidas por el pueblo, incluso los jueces, según sus antecedentes y programas. Y los que no cumplan, se den vuelta la chaqueta o resulten ineptos, serán revocados de conformidad con procedimientos adecuados que se fijarán en la Constitución que habrá que elaborar.

Y así, a medida que se va constituyendo desde la base el poder popular, va creándose a la vez una nueva cultura que incluye la solidaridad, el respeto por la comunidad y por el otro, el afán de una vida más simple y respetuosa de la naturaleza. No porque los seres humanos sean siempre buenos, generosos y creativos, sino porque será la única forma de sobrevivir en ese mundo nuevo que habrá que construir.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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