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La crisis de la educación en la pandemia

Por: Katiuska Fernández Morales*

Para nadie es difícil reconocer que la pandemia sumergió a todos los actores del sistema educativo en una crisis sin precedentes en la historia moderna. Hasta el primer trimestre de 2020, la estabilidad de la práctica educativa, aunque cuestionada por investigadores y pensadores educativos por la predominancia de prácticas consideradas obsoletas y de poca concordancia con los avances en el aprendizaje y la enseñanza no se debatían en gran medida.

Cuando el país tomó conciencia de la gravedad de la situación ocasionada por la pandemia y las instituciones educativas declararon que no habría regreso al aula por tiempo indefinido, inició el descontrol por la falta de preparación ante la “nueva normalidad”. ¡Nadie esperaba nada parecido! Solo algunos de los profesores que trabajábamos en línea y que estábamos involucrados con el aprendizaje mediado por tecnología consideramos que el proceso formativo podía llevarse a cabo sin mayor inconveniente, sin embargo, los detractores de esta modalidad educativa siguen sosteniendo que no ofrece una educación de calidad.

Ahora bien, es evidente que los cambios que hemos experimentado últimamente dividirán a la comunidad académica en dos segmentos: por una parte, aquellos que añoran dejar atrás la distancia y regresar a las aulas para seguir haciendo lo que usualmente hacían y, por otra parte, los que visualizaron o descubrieron las “oportunidades”. Mientras que unos profesores desean regresar a su mundo pre-pandémico con el método expositivo en su práctica docente junto con horarios bien definidos y rígidos, otros conocieron o empezaron a conocer modelos de aprendizaje colaborativo y significativo donde los horarios flexibles pudieran ser la norma.

Es importante resaltar que no solo el profesor entró en crisis, las instituciones educativas también lo hicieron, lo cual implica crisis de identidad, de funciones y obviamente de control.

De estas reflexiones me surgen muchas preguntas: ¿quién garantiza que administrativos y académicos “cumplan” con su horario?, ¿se pueden llevar su computadora a su casa?, ¿y si se la toman de vacaciones?, ¿cómo firmarán las asistencias?, ¿cómo respondemos a las auditorías?, ¿la deserción escolar es culpa de quién?, si resulta que no necesitan venir presencialmente a clases, entonces ¿cuál es el papel de la escuela que conozco?, ¿puedo pedir y ejercer el mismo presupuesto?, ¿ahora qué tipo de informes debo hacer?

Sería una pena que después de todo lo vivido por las instituciones, los profesores y los estudiantes en esta crisis de salud que nos afecta a todos se siguiera pensando igual, o peor aún, que el proceso educativo regresara como si la pandemia nunca hubiera existido. Desaprovechar todo el esfuerzo y la creatividad surgida del deseo de continuar buscando el aprendizaje de nuestros alumnos sería una verdadera lástima. Realmente hay tantas cosas que rescatar, reflexionar y hacer, que me hacen pensar que esta crisis puede ser un escalón orientado a la mejora de todos.

*Katiuska Fernández Morales es Doctora en Investigación Educativa por la Universidad Veracruzana. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) e investigadora de tiempo completo en el Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo (IIDE) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), México, en la línea de “Mediación Tecnológica del Proceso Educativo”. Su producción científica se centra en temas relacionados con investigación educativa, innovación educativa y tecnología educativa en la educación superior.

Fuente: educacionfutura

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Los pandemials y la expansión de la idiotez

Por Darío Balvidares*                                                         

Conforme avanza la pandemia, los contagios aumentan, las camas de terapia intensiva disminuyen y se acaban, los trabajadores de la salud con agotamiento sostenido, mientras los pandemials desafían el mundo real, imponiendo los intereses de la idiotez y fallos judiciales de dudosa procedencia y deficiencia argumentativa, que invitan a docentes, auxiliares, estudiantes y familias a coquetear con los contagios, la enfermedad y la muerte, dando lugar a la decisión política del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el neoliberal, Horacio Rodríguez Larreta.

A diferencia de los Centtennials, Millennials y otras catalogaciones que describen comportamientos generacionales de manera epocal dentro del contexto de clase que el capitalismo impone; los pandemials fueron apareciendo por generación espontánea y abarca un variopinto rango de edades, géneros y estatus sociales.

Pero los más peligrosos son los pandemials que toman las decisiones políticas y los pandemials periodistas, unos porque traman nuestro destino y otros porque construyen el paupérrimo sentido común desde lo que se dio en llamar la “opinión pública”.

No todo es una cuestión de la “grieta” vernácula, de hecho en lo que respecta al tema de la educación presencial o a distancia en el contexto covid-19, viene de una reunión (virtual) de carácter mundial en la que la UNESCO[1] convocó a funcionarios de educación de distintos países,  entre los que participó el ministro de educación de la Nación, Nicolás Trotta.

Justamente, “mantener las escuelas abiertas” fue el primer tema en la que los disertantes coincidían en que la “presencialidad es lo último que hay que cortar”.

En realidad, la premisa ya la había decidido la propia UNESCO (uno de los motores  principales de la reforma confiscatoria de la educación pública) y un referente del Banco Mundial (el otro motor) que también participó del evento, de ahí que con ese mandato y la bajada posterior al ineficaz Consejo Federal de Educación, el propio ministro Nicolás Trotta hizo declaraciones como ésta:

 

“… en las escuelas, como en aquellos lugares donde se logra cumplir con los protocolos, hay bajo riesgo de contagio, lo demuestra la evidencia (…) No se van a cerrar las escuelas…[2]

Algo similar dijo la ministra, Soledad Acuña, en la Ciudad de Buenos Aires:

las escuelas tuvieron ‘un nivel bajísimo de casos que dieron positivo’ y que ‘no hubo contagios en las burbujas dentro de las que se dieron esos casos’…[3]

Mientras se incumplía el primer día del judicializado DNU presidencial, que suspendía por 15 días la educación presencial, ambos “engrietados” coinciden, no sólo en estas apreciaciones sin sustento científico, también lo hacen en relación con los convenios firmados con ong y fundaciones empresariales[4].

Frente a los pandemials y otros practicantes de la idiotez y en relación con estas manifestaciones es importante informarse. Un artículo de la revista The Lancet titulado “La reapertura de la escuela sin una sólida mitigación del COVID-19 corre el riesgo de acelerar la pandemia” contradice el remanido argumento esgrimido tanto por el ministro de educación de la Nación, como por la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, recordando que Soledad Acuña, es la misma que decía que:

“Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba, son un espacio, con protocolos, no solo necesarios sino posibles”[5]

Afirmaciones que demuestran que tampoco hubo lectura del informe que desarmaba el mito:

“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha existido un mito persistente de que los niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada podría estar más lejos de la verdad”, asegura Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF (…) Si bien los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios clave y las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más persista la crisis, más profundas serán sus repercusiones en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo”[6].

Cabe agregar que los pandemials del ineficaz Consejo Federal de Educación habían establecido el “semáforo” como herramienta indicativa de los alertas, el que se fijaba como “rojo” cuando la circulación viral se estableciera en más de 200 contagios cada 100 mil habitantes, ese número es largamente superado casi en todo el país. En el momento que escribo este artículo en la Ciudad de Buenos Aires hay 1200 contagios cada 100 mil habitantes. ¿Quién se robó el semáforo?

La máquina de destrucción masiva

El partido gobernante de la Ciudad (PRO) se ha caracterizado por ser una suerte de máquina de impedir, con la baja sistemática del presupuesto educativo, que cuando asumió (2007) rondaba el 28%, que tampoco significaba demasiado, hasta este 2021 que está en el 17%.

Pasado un año de la pandemia el gobierno de la Ciudad no invirtió en la conectividad siendo uno de los impulsores discursivos de las bondades de la tecnología y estigmatizando de manera continua la falta de capacitación, al mismo tiempo que  suprime la entrega de computadoras tanto a estudiantes como a los propios docentes;  a quienes trata de “fracasados” que terminan en la educación, dijo la misma ministra, pandemial, Soledad Acuña:

“… son personas cada vez más grandes de edad, que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras…[7]

Los mismos que quieren borrar la historia de 29 profesorados y los turnos noche de las escuelas secundarias.

Los mismos que tienen inconfesables off short, como el empresario Gabriel Sánchez Zinny, ex Director de Escuelas en provincia de Buenos Aires y que, actualmente, ocupa el cargo de  Director de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa porteña (UEICEE); fue declarado “persona no grata” por los sindicatos UTE y ADEMyS,  es el responsable,  junto a la exgobernadora, María Eugenia Vidal (que terminó su mandato con 340 escuelas cerradas por problemas de infraestructura), de las muertes de la docente, Sandra Calamano y el auxiliar, Rubén Rodríguez por la explosión en la escuela número 49 de Moreno el jueves 2 de agosto de 2018.

Este pandemial comparte con otro, Esteban Bullrich (ex ministro de educación, primero en la Ciudad de Buenos Aires y luego de la Nación y actual senador nacional) Formar Foundation (actualmente inactiva), una off short que fuera denunciada en el caso conocido como Panamá Papers, con domicilio en  Florida[8], paraíso fiscal de Estados Unidos.

Durante sus gestiones todo el sistema educativo sufrió una campaña sistemática de precarización y tercerización en manos de ejecutivos de fundaciones “amigas” ocupando cargos públicos, desmantelando programas y recortando el presupuesto en áreas sensibles, sin inversiones en equipamiento tecnológico (computadoras y plataformas de conectividad en las escuelas y conectividad gratuita en los barrios más humildes).

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (ex director del Grupo Sophia financiado entre otras fuentes,  por la Banca de Boston durante la década del ‘90) en la Ciudad de Buenos Aires no sólo no  invirtió en todo el 2020 en tecnología, ni tampoco en infraestructura para adecuar las aulas de las escuelas a los requerimientos de seguridad e higiene que la situación requiere.

Estos son, simplemente, algunos recordatorios para ver que los pandemials no son sólo producto de un virus, son los destructores de lo público, lo privatizadores de lo común, los que desconocen la solidaridad con el cinismo que la idiotez que antepone sus intereses fundamentalistas y mezquinos les otorga.

Los pandemials habitan en el poder judicial

Con ese mismo cinismo del idiota “la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires falló a favor de la presencialidad…[9]

 En los fundamentos del fallo citan la  Ley 26.206  (LEN) en su el Artículo 4°

El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias.”

Y luego refiere el Artículo 5º 

“El Estado nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento con la finalidad

de consolidar la unidad nacional, respetando las particularidades provinciales y locales”.

Sin la pretensión de un análisis jurídico, sino a través de un simple análisis del discurso, está claro que el “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad”.

Pero el Artículo 3 expresa que: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado” y el  Artículo 5° determina al Estado nacional fijar la política educativa.

Eso es lo que hace al argumento del gobierno nacional decretar la suspensión de las clases por 15 días en virtud de la urgencia que amerita el avance desmesurado de los contagios y que el gobierno de la Ciudad no deba pedir la inconstitucionalidad del DNU presidencial, manifestando que  se vulneran las “particularidades provinciales y locales”, puesto que la crisis sanitaria producto de la pandemia no es ninguna “particularidad” propia de la Ciudad.

Incluso el Artículo 129 de la propia Constitución Nacional establece:

“La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.

Una ley garantizará los intereses del Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación…”

De acuerdo con el artículo, el gobierno de la Ciudad es autónomo y los  habitantes votan sus autoridades, sin embargo el mismo artículo agrega que se garantizará los intereses del Estado Nacional, algo que el gobierno/equipo de los pandemials no está garantizando.

Incluso el artículo 128 instituye:

Los gobernadores de provincia son agentes naturales del Gobierno Federal

para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación.

No hace falta mayor explicación, para no subestimar al lector de este artículo, sí señalar

que para los pandemials  “su ideología constituye el velo que les tapa la realidad”, además de escasear en lectura o por lo menos en compresión e interpretación de texto.

De ahí las contradicciones, el vicejefe de Gobierno porteño había expresado que: “Si hay una segunda ola tendremos que parar con la presencialidad por 10 o 15 días”[10]

Y no solo hacen lo contrario, sino que se transforman en sofistas de folletín, exponen al conjunto de la población al contagio ilimitado, usan a esos “tribunales” que excretan fallos a pedido, pero jurídicamente nulos, como ya lo definió el juez federal  en lo Contencioso y Administrativo, Esteban Carlos  Furnari que dejó sin efecto la resolución de la Cámara de Apelaciones porteña que habilitaba las clases presenciales en la Ciudad por no tener competencia sobre el tema.

Una para el final

El equipo de pandemials que “administra” la Ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta como “líder”, desobedece el fallo de la Justicia Federal.

Estamos frente a un crecimiento exponencial de contagios y los Pro-Pandemials juegan con la enfermedad; tampoco invirtieron en infraestructura hospitalaria y no reconocen  la profesionalización de los enfermeros/as.

La Corte Suprema  tiene en sus manos un tema jurídico de fácil solución, que pone de manifiesto si desde ese Olimpo, también folletinesco, pueden ver la realidad que nos impone el virus, mas allá del DNU que es necesario, pero del todo insuficiente.

Los docentes interpelan el delirio del gobierno porteño con su lucha por la vida, mostrando que la realidad del covid-19 no es discursiva, es letal.

*Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)

Fue docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 DE 7 Hipólito Vieytes de la que se jubiló como Rector en 2015.

Investigador en Política Educativa; autor de La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía 2019 y La novela educativa o el relato de la alienación Redes Cultura 2005 (con prólogo de Osvaldo Bayer).  Además de decenas de artículos publicados en Rebelión; Contrahegemonía Web y Otras Voces en Educación.

Productor periodístico y columnista del programa “La Deuda Eterna” (FM Flores 90.7 CABA y Radio La Retaguardia entre 2006 y 2020).

 

[1]Un año de COVID: priorizar la recuperación de la educación para evitar una catástrofe generacional” 29/03/2021

https://en.unesco.org/news/one-year-covid-prioritizing-education-recovery-avoid-generational-catastrophe

[2] https://www.telam.com.ar/notas/202104/550481-trotta-no-se-van-a-cerrar-las-escuelas.html

[3] https://www.minutouno.com/politica/clases-presenciales/acuna-admitio-que-varias-escuelas-no-pudieron-abrir-hoy-sus-puertas-n5185666

[4] https://laeducacionenpedazos.blogspot.com/2021/03/los-mios-los-tuyos-y-los-nuestros-all.html

[5]  https://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/202102/45379-acuna-dijo-que-les-nines-no-contagian-dura-respuesta-de-especialistas.html

[6] https://news.un.org/es/story/2020/11/1484262

[7] https://www.laizquierdadiario.com/Pobres-viejos-zurdos-y-fracasados-brutales-definiciones-de-Soledad-Acuna-sobre-la-docencia?utm_source=lid&utm_medium=wp&utm_campaign=article-social-actions

[8] https://opencorporates.com/companies/us_fl/N06000009549

[9] https://www.minutouno.com/politica/ciudad-buenos-aires/que-dice-el-fallo-que-permite-las-clases-presenciales-la-n5185512

[10] https://www.ambito.com/politica/diego-santilli/santilli-si-hay-una-segunda-ola-tendremos-que-parar-la-presencialidad-n5170813

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México: Lo que está en juego. Los libros de texto gratuitos

Lo que está en juego. Los libros de texto gratuitos

Publicado por Pluma Invitada

Renato Aranda

Recientemente se desataron polémicas por las convocatorias que la SEP ha lanzado para el rediseño y el acompañamiento gráfico de los libros de texto gratuitos de educación primaria, por un lado, por convocar a “normalistas, investigadores universitarios, becarios del CONACYT, miembros de los Consejos Técnicos Educativos, Mesas Técnicas, maestros y directivos de educación pública o privada, bibliotecarios de todo el Sistema Nacional de Bibliotecas, maestros jubilados, cronistas y población en general residente en México” a participar en el rediseño de los libros, —pedagógico–didáctico se interpreta, aunque no es explícito y se acentúa al no estar convocados pedagogos—, sin necesariamente tener experiencia en la elaboración de materiales educativos, y por otro lado, por convocar a “Artistas y artesanos en general; Artistas urbanos; Ilustradores; Pintores; Diseñadores gráficos; Infógrafos y cartógrafos; Escultores; Dibujantes; Fotógrafos; Escenógrafos y Grafiteros” a participar “en la creación de nuevas ilustraciones para los Libros de Texto Gratuitos de Educación Primaria, que generen el acompañamiento gráfico de los aprendizajes y actividades en todos sus contenidos” a cambio de una constancia de participación con valor curricular, el crédito correspondientes y un ejemplar del libro en el que se participó. No habrá remuneración económica.

I.

Hace 62 años se creó la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito (Conaliteg) bajo el gobierno de Adolfo López Mateos y por recomendación de Jaime Torres Bodet para «fijar, con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto destinados a la educación primaria» (Diario Oficial, 1959) y por supuesto, para dar cumplimiento al artículo tercero de la Constitución de dar acceso a una educación libre, laica y gratuita, condición esta última que sólo se daría, cuando los estudiantes recibieran de manera gratuita los libros indispensables para sus estudios y tareas.

Importante es que ya desde décadas anteriores se otorgaban libros de manera gratuita a los estudiantes, pero la condición de libro único, gratuito y obligatorio, cambió las responsabilidades y atribuciones del Estado ya que el LTG se volvió de carácter obligatorio para todos los docentes y escuelas públicas o privadas, urbanas o rurales. Por otro lado, ya desde hacía muchos años se tenían comisiones evaluadoras de libros que podrían formar parte de la bibliografía oficial autorizada por la SEP de libros creados por editoriales privadas y que eran vendidos en las escuelas. Los maestros, además del uso obligatorio del LTG, podían utilizar y solicitar libros que estuvieran en esa bibliografía.

Por último señalar que en aquel momento las reacciones del sector privado fueron muy importantes ya que el estado mexicano se convertía en autor, editor, impresor y distribuidor capaz de llegar a todos los rincones del país y reduciendo una parte del mercado accesible comercialmente. Los argumentos principalmente se centraron en la unificación de contenidos, —un tema que sigue siendo importante en la discusión de la elaboración de los LTG, pero además y principalmente, en el modelo educativo y los planes y programas de estudio—, en ser una disposición autoritaria, inconstitucional y contraria al interés educativo y cultural del país, además de discriminar a prestigiados autores de libros educativos que en esos momentos contaban con publicaciones muy exitosas para la industria editorial.

Hoy nadie puede cuestionar la legitimidad de los libros de texto gratuitos y el gran beneficio que han dado a la educación en México, aún estando en tela de juicio su papel de instrumento ideológico, sus carencias en cuanto inclusión y diversidad en tanto material único, la incorporación o exclusión de ciertos temas y contenidos, etcétera, la valía de estos materiales está demostrada. Además, con la incorporación del nivel de secundaria y la apertura de su elaboración a editoriales privadas, es un programa fundamental para el sostenimiento de la actual cadena del libro.

II.

En la elaboración de los libros de texto, gratuitos o comerciales, siempre se recurrió y se sigue recurriendo a los docentes, cuya experiencia en las aulas, en teoría, les otorga herramientas y conocimientos que les permiten desarrollar propuestas cercanas a las necesidades de otros docentes y de los propios educandos, estos docentes–autores además, muchas veces respaldan su trayectoria con investigaciones y/o estudios de carácter didáctico pedagógico, necesarios para el desarrollo de materiales de esta naturaleza. También es frecuente que se recurra a especialistas de las distintas áreas de conocimiento que de alguna manera se han dedicado a la divulgación de su área ya sea como conferencista, investigador, docente o con la publicación de otros materiales similares. Siempre con el apoyo técnico pedagógico necesario.

Hasta ahora, no conozco que exista una formación académica en “autoría de materiales educativos” o “escritor de libros de texto” como tampoco lo existe de su trabajo de edición, ilustración o diseño, es en el hacer del oficio, que todos los profesionales del libro de texto se forman a lo largo de los años. Cualquier editor que se haya enfrentado a un primer original elaborado por un docente o por un especialista de área, puede dar cuenta de la dificultad que representa para un incipiente autor de libro de texto, comprender la complejidad de todos los elementos que se ponen en juego a la hora de elaborar, tan solo, una secuencia didáctica: el enfoque didáctico, la pertinencia de las actividades o situaciones, el cumplimiento o no de los elementos necesarios para la adquisición de aprendizajes específicos, la articulación con otros contenidos de lecciones, trimestres o grados anteriores y posteriores, la recuperación de conocimientos previos, los criterios de inclusión y diversidad cultural, etcétera. Por poner un ejemplo, conozco dos casos de autores consagrados a los que en el trabajo editorial se les reescribía prácticamente sus originales porque tenían, no solo inconsistencias en lo mencionado, sino además por tener errores conceptuales, gramaticales y ortográficos. Y lo mismo sucede con ilustradores y diseñadores a quienes eventualmente resulta difícil supeditar sus creaciones a las necesidades didácticas de una imagen, tipografía o composición y que sólo a través del trabajo continuo se logra un equilibrio entre el hacer creativo y la necesidad didáctica.

Contradictoriamente, muchas veces el trabajo de autoría, edición, diseño e ilustración de libros de texto es menospreciado dentro de los mismos gremios, situación que no se corresponde con el nivel de especialización que requieren los profesionales de esta industria, que hace que las editoriales o la misma SEP se “peleen” por ellos.

III.

Apelar al honor que representa colaborar en la elaboración del LTG, no es una novedad, incluso es una modalidad de colaboración que lamentablemente han tomado también medios de comunicación, instituciones y empresas, “si escribes aquí te va a ir bien”, “es una plataforma para darte a conocer”, “después te lloverá trabajo”.

Incluso desde la óptica del nacionalismo, el trabajo voluntario y la donación del trabajo en México tiene una larga tradición. Dependiendo de “la causa” o de “la lucha” el mexicano puede lanzarse a empresas nobles y algunas veces titánicas, los septiembres de 1985 y 2017 son pequeños botones de muestra. Los gobiernos post revolucionarios a partir de Lázaro Cárdenas y quizá hasta López Mateos, tuvieron en mayor o menor medida muestras en donde se sumaban las voluntades del pueblo para emprender algunas tareas que requerían grandes esfuerzos. En el terreno de la educación, entre 1944 y 1946 durante el gobierno de Ávila Camacho y siendo también secretario de educación Jaime Torres Bodet, este último lanzó la Campaña Nacional contra el Analfabetismo, que se convirtió en una cruzada nacional. Con el apoyo de dos docentes y él mismo redactaron la Cartilla Nacional de Alfabetización de las cual se imprimieron 10 millones de ejemplares y se apeló al nacionalismo de los mexicanos para que todo aquel que supiera leer y escribir enseñara a al menos otro mexicano a hacerlo. Para Torres Bodet el problema de la educación no era sólo enseñar al pueblo a leer y a escribir, era parte de una batalla mundial por la paz, la democracia y la justicia por lo que además de la campaña nacional de alfabetización, estableció un programa efectivo de construcción de escuelas y organizó la capacitación de los profesores no titulados y llevó a cabo la completa reorganización de los planes de estudios vigentes. Cuando Torres Bodet, creó la Conaliteg, reconoce en sus memorias, se convocó a los maestros y escritores a “concursos” para redactar los textos de los LTG, pero los resultados no fueron alentadores por lo que se tuvo que recurrir a maestros y maestras de competencias reconocidas.

Voluntad y especialización, no necesariamente son coincidentes, la primera apela a una conciencia o convicción con relación a la “causa” o al “proyecto” y algunas veces, al liderazgo que la convoca, la segunda, la especialización, está ligada al nivel de experiencia y conocimientos adquiridos para desarrollar de manera profesional, eficiente y efectiva una tarea determinada, y ésta, a menos que el especialista decida lo contrario, debe ser remunerada.

IV.

Durante los últimos 50 años se han llevado a cabo diversas modificaciones a los LTG, la mayoría vinculadas a las reformas curriculares de 1972, 1993 y 2009, motivadas también por los replanteamientos acerca del quehacer educativo y los materiales didácticos, impactando principalmente los cambios curriculares, de objetivos, de aprendizajes e incluso de enfoques pedagógicos que requerían de un acompañamiento a los docentes más intensivo que no necesariamente se ha dado. Algunas modificaciones importantes también se han dado en términos gráficos y plásticos, quizá de las más recordadas la que se llevó a cabo en el inicio de los años 80 del siglo pasado.

El sistema político mexicano, —basado en proyectos sexenales—, a partir de la alternancia ha acentuado la urgencia de los gobiernos en turno de concluir sus propuestas en seis años. Hablando en términos de educación, los tiempos para llevar a cabo un proyecto educativo de largo alcance no necesariamente son coincidentes con los tiempos políticos y legales que le acompañan. Por poner ejemplos, la reforma de 1993 de Salinas con Zedillo a cargo de la SEP, fue concebida dentro del Programa para la Modernización Educativa 1989-1994, es decir tuvieron que darse, durante los primeros cuatro años del sexenio, procesos de diagnóstico, consulta y elaboración de pilotos y modificaciones antes de tener un modelo educativo definitivo para la elaboración de los LTG. Lo mismo sucedió al final del sexenio de Fox con la reformas de 2006 a la educación secundaria para buscar su articulación con los niveles de preescolar y primaria y los respectivos ajustes que tuvieron que sufrir estos últimos niveles en 2009 y el acuerdo definitivo de 2011, ya al final de la administración de Calderón, casi dos sexenios para finalmente quedar trunca en su implementación final en los libros de texto. Y qué decir de la reforma educativa de Peña Nieto de 2013, que concluyó en planes y programas hasta 2017 dentro del cacareado Nuevo Modelo Educativo y que no logró apenas concretarse en algunos libros de texto.

Las consecuencias de estas urgencias al final de los sexenios han sido funestas para los libros de texto gratuitos, al menos la última década han sido libros hecho con márgenes de tiempo muy justos que han comprometido la calidad de los materiales, tanto en términos didáctico–pedagógicos como gráficos, y que sólo han sido salvados —y no siempre de la mejor manera—, con el concurso de profesionales muy experimentados en la elaboración de materiales educativos.

López Obrador publicó en mayo de 2019 el decreto mediante el cual se reformaron, adicionaron y derogaron diversas disposiciones de la Constitución cuya última modificación se efectuó bajo el gobierno de Peña Nieto, en este decreto se conserva como responsabilidad del ejecutivo determinar los principios rectores y objetivos de la educación así como como los planes y programas de estudio correspondientes.

 

También en 2019 se dio a conocer el Modelo Educativo: Nueva Escuela Mexicana un documento que esboza a grandes rasgos las directrices y objetivos del decreto, pero no su instrumentación. De acuerdo a su propio calendario, en julio de 2020 se publicarían los planes y programas correspondientes, en ese año y hasta julio de 2021, se elaborarían los LTG, para su implementación gradual escalonando grados por nivel. Hoy no se cuenta aún con planes ni programas, continúan vigentes en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo de 2011 y conviven en este ciclo libros elaborados con estos programas, los de 2017 y algunos materiales de esta nueva administración. Como nota adicional, el mismo documento marca las etapas del proceso editorial y estima en nueve meses la elaboración de los materiales educativos, no los dos meses en los que la actual dirección de materiales pretende hacerlos.

V.

2020 quedará marcado como el año de la pandemia y con ella las múltiples afectaciones que ha tenido en todas las industrias, instituciones, proyectos, empresas, negocios y personas. En la SEP, es cierto que el calendario para la implementación de la Nueva Escuela Mexicana y elaboración de planes y programas se vio afectado por la realización e instrumentación de los contenidos y materiales del programa Aprende en casa, que tuvieron que echarse a andar en una situación emergente.

Sin embargo no se ha hecho una pausa seria para valorar el impacto real de la pandemia en la educación, en lo que ha evidenciado de carencias y brechas en la infraestructura, equidad, inclusión y calidad. La desigualdad social y la falta de una propuesta convincente, pertinente y suficiente (Aprende en casa no lo ha sido), ha hecho que, según algunas estimaciones, más de cinco millones de estudiantes hayan abandonado las aulas en un año. La condiciones en las que docentes y estudiantes se las han tenido que arreglar para continuar con el proceso de enseñanza aprendizaje, han sido, en la mayoría de los hogares, altamente precarias y solo salvadas en algunos casos con ingenio, vocación y nuevamente con voluntad, no con un proyecto ni con una política de Estado.

En el mismo decreto de 2019 se creó Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación al que le corresponde “Realizar estudios, investigaciones especializadas y evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo Nacional;”, “Determinar indicadores de resultados de la mejora continua de la educación;” así como “Sugerir elementos que contribuyan a la mejora de los objetivos de la educación inicial, de planes y programas de estudio […]”. ¿Dónde está este Sistema? ¿Dónde el diagnóstico y dónde la evaluación de los resultados de Aprende en casa? ¿Dónde las pautas que permitan con claridad no sólo instrumentar el rumbo planeado, sino además los ajustes necesarios tras las carencias y necesidades que ha evidenciado el 2020?

Las convocatorias del director de materiales educativos de la SEP, Marx Arriaga para la creación de los nuevos libros de texto gratuito carecen de proyecto, entendiendo por este aquel que tiene definiciones precisas de sus alcances —como se esperaría de una transformación como la que se anuncia y que afectará a millones de estudiantes—, y sus consecuentes demarcaciones en diagnósticos y evaluación, instrumentación de modelo educativo, modificaciones de planes y programa, acompañamiento y capacitación docente, implementación, tiempos coherentes con un proyecto de esta envergadura, conformación de equipos especializados e inversiones necesarias, pero principalmente las redefiniciones que necesitarán los nuevos materiales educativos a partir del funesto 2020.

Su llamado al nacionalismo y al honor de pertenecer a esta nueva generación de materiales, no logra eco en lo hueco de la propuesta, en lo poco pertinente y hasta absurdo que resulta echar la carreta antes que los caballos, —además de lo incongruente por la remuneración que niega, pero que él sí recibe a pesar de su evidente inexperiencia en la creación de materiales educativos—, pero quizá en su dimensión chiquita, es para lo que le alcanza, veremos si la actual secretaria de educación, Delfina Gómez, tiene la altura necesaria.

*Renato Aranda es diseñador gráfico por la UAM con experiencia de más de 15 años en la industria editorial y más de 10 de ellos en la elaboración de materiales educativos. Ha sido director de literatura infantil y juvenil, y de arte y diseño en dos de las principales editoriales de libro de texto en México.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/lo-que-esta-en-juego-los-libros-de-texto-gratuitos/

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Guatemala: La bicicleta con la que trato de emanciparme

La bicicleta con la que trato de emanciparme

Ilka Oliva C0rado

Para cuando los tierreros se elevaban en polvaredas en las calles recién hechas en Ciudad Peronia, llegó una familia que puso una tortillería y también alquiler de bicicletas. Para tener esos dos negocios en un arrabal lleno de gente empobrecida, esa gente  tenía dinero, tres empleadas (indígenas) que torteaban los tres tiempos y los hombres de la casa encargados del negocio de la renta de bicicletas que se contaban por docenas, eso para inicios de la década del noventa.

En el arrabal nadie tenía dinero para alquilar una bicicleta por sí mismo, entonces lo que hacíamos era una coperacha entre todos los patojos, para juntar cinco centavos era de buscar hasta debajo de las piedras y el trabajo común era ir a recoger basura: pasar de casa en casa recogiendo costales de basura e ir a tirarlos al barranco que siempre ha sido el basurero oficial de la colonia. Ahí dependiendo el tamaño así pagaban, nadie pagaba más de diez centavos. El alquiler de las bicicletas costaba cincuenta centavos la media hora. En esa media hora tocábamos el cielo con las manos, éramos 16, colazo cada uno en la calle. La media hora medida puntual, se pasaba uno un minuto y lo cobraban. Siempre rentábamos las BMX con tarugos o tacos, para que en el colazo fueran dos de una vez, uno majeando y otro encaramado atrás.

Sin canchas deportivas, sin parques recreacionales, los distractores los tuvimos que inventar nosotros mismos y los barrancos fueron nuestros espacios de expedición y la bicicleta y el fútbol nuestros catalizadores. Lo que anhelábamos una bicicleta, era el sueño imposible en aquella pobreza. La única niña del grupo era yo, caballona como todos los patojos que en manada hacíamos uno, todos para una y una para todos. En la casa al ver mi ilusión por la bicicleta me decían que si ganaba el año escolar me comprarían una y al finalizar el año no sucedía, así me pasé la primaria, la bicicleta nunca llegó y mi corazón de niña se rompía cada final de ciclo escolar. Un día llegó un tío, con una bicicleta destartalada, inservible por completo, era una californiana a la que yo le puse “la cuernos de chivo” porque el timón era así, con sus cuernos de cabro. Me la llevó a regalar y con un amigo que pintaba carros la pintamos, le arreglamos los frenos y las llantas y quedó nítida, como nueva. En la cuernos de chivo nos colacéabamos los 16, le pusimos los tacos y entonces íbamos 3 en cada colazo.  La ilusión me duró un año porque el siguiente llegó mi tío y al verla tan arreglada se la llevó sin decirme nada y cuando regresé de la escuela ya no estaba mi californiana, nuevamente se me volvió a romper el corazón. Dos cosas anhelé en la vida: una bicicleta y una cámara fotográfica.

Para cuando me gradué de maestra de Educación Física cumplí mi promesa y desde el  primer sueldo me fui a comprar por pagos una bicicleta montañesa, no hombre era la de lujo, con sus dos amortiguadores, yo misma había hecho realidad mi sueño de niña y ese día que salí con mi bicicleta de la tienda fui tan feliz. Me fui a celebrar solita a una pastelería, me compré una taza de café  y un pedazo de pastel y le quité las curitas que le había puesto a mi corazón para que sintiera de nuevo la adrenalina de montar en bicicleta. No era la bicicleta en sí, era curar mi corazón de las promesas fallidas, era demostrarme que si quería algo en la vida yo misma tenía que luchar por ello sin esperar nada de nadie.  Era cumplir mi promesa de niña que yo misma me compraría mi bicicleta. Desde niña aprendí a no ilusionarme y a no creer en las promesas de nadie y supe también que estaba sola y que sola debía salir adelante. Lo de la bicicleta fue una lección de vida a una edad muy corta.

Cuando emigré dejar mi bicicleta fue como dejar una parte de mí, porque no la consideraba un objeto sino una extensión mía. Llegué al extranjero para finales de otoño y para el invierno sin automóvil compré una bicicleta de las más baratas, que me sirviera para ir y regresar del trabajo y me tocó manejar bajo la nieve, el frío no importaba porque yo iba en mi bicicleta como cuando era niña. Con esa bicicleta descubrí los montes en mi reserva forestal rentada, poco me duró la alegría porque al poco tiempo me la robaron. No era un objeto, era de mis grandes amores. Dejé que pasara el tiempo y ahorré, moneda tras moneda, dólar tras dólar hasta que ajusté para comprar la bicicleta de mis sueños, una que fuera mitad montañesa y mitad de carrera, con la que podía ir al monte y tomar calle.

Y hasta hoy es la bicicleta que me acompaña, cada primavera le doy mantenimiento yo misma, y  al menor aviso de desajuste me da taquicardia, la cuido como a  una extensión de mi cuerpo,  porque somos una sola mi bicicleta y yo. Porque me acompaña a recorrer caminos lejanos, desconocidos, porque es parte de mis alegrías, de mis descubrimientos, de los latidos de mi corazón. De mi emancipación como mujer. Muchas veces creemos que es un libro el que emancipa a las mujeres, yo digo que la verdadera emancipadora es una bicicleta porque nos permite movilidad, conocer lugares, estar con nosotras mismas, descubrir destinos, consolidar la confianza en nosotras mismas, en nuestros instintos porque nos da la libertad de elegir: hoy quiero tomar este camino, mañana aquel extravío y así vamos conociendo lugares mientras cae la lluvia sobre nuestros cuerpos, la niebla acaricia nuestros rostros o el sol abraza nuestras ilusiones.

Yo le diría a cualquier persona pero más a las mujeres, que si hay un sueño de niña, una herida emocional que se pueda restaurar (porque hay otras que se quedan con nosotros de por vida y no tienen cura) comprando ese objeto que tanto anhelaron en sus años de infancia, háganlo. Tal vez no será la misma emoción, ni la misma necesidad de cuando fueron niñas, pero ayudará a curar la herida. Pero para eso hay que desearlo con todas las fuerzas del corazón, sé que es difícil cuando uno es obrero y no se tienen los medios económicos, pero no importa el tiempo que tome, ahorren centavo por centavo y el día de comprar ese objeto que tanto anhelaron va a llegar. Como una reparación, como una caricia al alma y como una forma de demostrarnos a nosotras mismas que  aunque las mujeres estamos solas,  solas podemos, nadie más  lo hará por nosotras, es algo que tenemos que hacer como un reparación histórica, con nuestras ancestras, con nosotras mismas y por las generaciones que vendrán: el pase habitual de estafeta para reparar el hilar generacional de nuestro género. Nuestra emancipación que es una lucha diaria.

Otro día les contaré de cómo hice realidad el sueño de comprar mi cámara fotográfica, otro de los imposibles en mi vida por mi economía pero que hice una prioridad. Y es la pregunta que debemos hacernos, ¿por qué es una prioridad?

 

Nota: En el Día Mundial de la Bicicleta, mi reconocimiento a las ancestras que se atrevieron. «Porque fueron, somos; porque somos, serán».

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Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado

19 de abril de 2021.

Fuente de la Información: https://cronicasdeunainquilina.com/2021/04/19/la-bicicleta-con-la-que-trato-de-emanciparme/

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La pandemia y las medidas anticampesinas ahondan el hambre en Brasil

Por: Mario Osava
Fuentes: IPS [Foto: Un agricultor familiar entre las plantas de papaya que cultiva en su finca, donde cuenta con una presa subterránea, una de las formas de acopio de agua de lluvia en la ecorregión del Semiárido, en la región del Nordeste de Brasil. La agricultura familiar ha sido golpeada en el país por las medidas en su contra del Gobierno de Jair Bolsonaro y el impacto de la covid-19. Mario Osava / IPS]

La inseguridad alimentaria despegó con fuerza en Brasil y ya afecta a más de la mitad de la población, 59,4 o 55,2 por ciento según dos estudios. La pandemia acentuó la tendencia iniciada en 2014 y agravada por el actual gobierno de extrema derecha.

Son más de 125 millones de personas sufriendo hambre o algún riesgo de desnutrición, constató la encuesta hecha en noviembre-diciembre por el grupo “Alimento para Justicia” de la alemana Universidad Libre de Berlín, en asociación con las brasileñas Universidad de Brasilia y Universidad Federal de Minas Gerais.

Brasil tenía entonces 212 millones de habitantes. En inseguridad alimentaria grave, con privaciones, estaban 31,8 millones de brasileños o 15 por ciento del total. En un grado moderado, en que ocurre restricción de cantidad y diversidad de alimentos, vivían casi 27 millones u 12,7 por ciento de la población nacional.

Una cantidad un poco mayor, 31,7 por ciento, estaban en situación menos grave, pero aproximándose a la posibilidad de carecer der dinero para alimentarse adecuadamente.

El total en los tres grados de inseguridad alimentaria, 59,4 por ciento, más que dobla el 22,6 por ciento de 2013, el mejor resultado en las encuestas hechas desde 2004 con intervalos irregulares de tres a cinco años.

Datos ligeramente inferiores recogió la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Red Penssan), en diciembre: 55,2 por ciento de los brasileños bajo algún grado de inseguridad, de los cuales nueve por ciento, o 19 millones de personas, en situación de hambre.

Ese cuadro seguramente se agravó, ya que la covid-19 volvió a propagarse con una intensidad sin precedentes en Brasil. El total de muertos en los tres primeros meses y medio de este año ya suma 166 935 y pronto alcanzará los 194 949 de todo el año pasado, ya que el promedio diario actual supera las 3000 muertes.

Además terminó en diciembre la ayuda de emergencia que el gobierno aportó a 66 millones de brasileños pobres o desempleados desde abril de 2020, por la suma mensual de 600 reales (110 dólares) en los tres primeros meses, luego reducida a la mitad.

Pese al agravamiento de la crisis sanitaria, el gobierno tardó en reanudar ese auxilio. Solo a fines de marzo aprobó una transferencia limitada a 250 reales (45 dólares) mensuales como promedio y durante solo cuatro meses. Además redujo los beneficiarios a 44 millones. Quedó excluido un tercio de los asistidos en 2020.

“En diciembre acabaron también las grandes donaciones de las empresas e instituciones” para la distribución de alimentos a los sectores más vulnerables, señaló Rodrigo Afonso, director ejecutivo de Acción de la Ciudadanía, una red de comités de solidaridad contra el hambre distribuidos en todo el país.

Pandemia y medidas anticampesinas ahondan el hambre en Brasil

Un grupo de niños almuerza en su escuela, en Itaboraí, a 50 kilómetros de Río de Janeiro, antes del cierre de los centros educativos por la covid. Los alimentos frescos para los almuerzos y meriendas en los centros de educación pública de Brasil son suministrados por productores locales, mediante el Programa Nacional de Alimentación Escolar que asegura una cuota de 30 por ciento de las compras a la agricultura familiar. Foto: Mario Osava / IPS

En 2020 esa organización sin fines de lucro obtuvo el equivalente a nueve millones de dólares en donaciones, principalmente de grandes empresas, y pudo llevar alimentos a cuatro millones de personas. Pero a fines del año pasado perdí la ilusión por el peso de la pandemia y cayó la ayuda, lamentó a IPS por teléfono desde Río de Janeiro, donde tiene sede su asociación.

La penuria de recursos se generalizó entre las numerosas organizaciones solidarias que complementaron la acción del Estado y ayudaron a evitar una tragedia social aún peor  en 2020.

Menos mal que el choque con la realidad de las consecuencias del agravamiento de la pandemia en Brasil, llevó a las empresas a reanudar sus donaciones. “Desde mediados de marzo ya recaudamos 17 millones de reales (tres millones de dólares) y la meta para este año es duplicar la suma y la cantidad de personas atendidas en 2020”, anunció Afonso.

Hay un cierto agotamiento de las empresas y otros donantes, pero “la vacunación ofrece un horizonte, alguna esperanza de mejora del cuadro”, favorece un esfuerzo de movilización final, sostuvo.

En todo caso, el desafío se ahondó para la sociedad, llamada a ampliar su papel ante el “vacío de gobierno” en la protección social y sanitaria, concluyó.

“El auxilio de emergencia de este año es mejor que nada, pero no alcanza para alimentar una familia”, criticó Adriana Galvão, asesora técnica de AS-PTA Agricultura Familiar y Agroecología en el estado de Paraíba, en la región del Nordeste de Brasil.

Pandemia y medidas anticampesinas ahondan el hambre en Brasil

Una feria popular, en Sousa, una ciudad del estado de Paraíba, en el noreste de Brasil, abastecida por agricultores familiares de las localidades rurales vecinas. En general esas ferias tienen una parte de productos orgánicos o agrocecológicos, pero no han podido celebrarse en buena parte, desde que la pandemia de covid irrumpió en el país, hace 13 meses. Foto: Mario Osava / IPS

La organización no gubernamental, conocida por las siglas de su nombre original, Asesoría y Servicios a Proyectos en Agricultura Alternativa, es una de las pioneras en promover la agroecología en Brasil, a partir de sus acciones junto a agricultores familiares.

Su presencia en el Nordeste es clave porque se trata de la región que concentra más de mitad de la agricultura familiar brasileña y es la más pobre.

La inseguridad alimentaria allí afecta a 73,1 por ciento de su población, según el estudio del grupo Alimento para Justicia. En comparación, la región en mejor situación, el Sur, registró 51,6 por ciento.

En los territorios semiáridos del Nordeste “se vive un momento de grave tensión, a la espera de lluvias para sembrar”, única forma de aliviar la crisis, ya que los agricultores familiares no son contemplados por el auxilio gubernamental y sufren el derrumbe de políticas públicas que aseguraban sus avances en este siglo, resumió Galvão.

“Empezó a llover, pero los campesinos que leen la naturaleza no esperan lluvias generosas este año”, observó la activista, graduada en biología y coordinadora de acciones de empoderamiento de las mujeres en la región de Borborema, en el centro-este de Paraíba.

La Garantía-Cosecha, un seguro para pérdidas de por lo menos mitad de la siembra, es clave para la agricultura familiar, ante la irregularidad de las lluvias, destacó.

Pero desde su llegada al poder en enero de 2019, el actual gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro está desactivando gradualmente ese y otros programas que mejoraron la producción y la vida campesina.

Pandemia y medidas anticampesinas ahondan el hambre en Brasil

Las cisternas para el acopio de agua de lluvia, con sus diferentes formas y usos, son ya parte del paisaje de la ecorregión del Semiárido de Brasil, y han permitido dejar atrás las hambrunas y mortandades del pasado cuando llegan las cíclicas sequías a la región del Nordeste. Pero el gobierno de Jair Bolsonaro ha diezmado ese y otros programas de apoyo a la pequeña agricultura. Foto: Mario Osava /IPS

La interrupción del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE), debido al cierre de las escuelas por la pandemia, amplía doblemente la inseguridad alimentaria, al dejar los niños sin la merienda diaria y al anular ventas determinantes para la agricultura familiar, explicó Galvão a IPS por teléfono desde Campina Grande, en Paraíba.

La legislación en la mayor parte del país obliga las escuelas o municipios a comprar a la pequeña agricultura local por lo menos 30 por ciento de la merienda escolar, lo que la abarata y la diversifica con productos frescos.

Con las escuelas cerradas, algunas alcaldías mantuvieron esas compras y distribuyen los alimentos en canastas a las familias de los alumnos pobres, pero son casos excepcionales.

La agricultura familiar, responsable de 70 por ciento de los alimentos consumidos en el país, “no dejó de producir durante la pandemia, pero sufrió una retracción del consumo” que amenaza la seguridad alimentaria de todos, apuntó José Francisco de Almeida, secretario de Política Agrícola de la Federación de los Trabajadores Rurales Agricultores y Agricultoras Familiares del Estado de Ceará.

La paralización del comercio y el transporte en Ceará, sorpresivo, dejó los agricultores sin acceso al mercado y cerró las ferias callejeras. “Perdimos tomates, animales listos para abate. Con las pérdidas, se redujo nuestra capacidad de invertir”, diagnosticó Almeida a IPS.

Además el gobierno de Bolsonaro dificulta el crédito a la agricultura familiar y va suprimiendo programas que fomentaron el sector en las últimas décadas, con medidas que agravan la crisis ya representada por 14 millones de desempleados y gran aumento de mendigos en las ciudades, punta del hambre que se disemina, acotó.

Además de la Garantía-Cosecha y el PNAE, el gobierno socava programas como el de Adquisición de Alimentos (PAA), que abastece instituciones asistenciales con productos de la agricultura familiar, el de cisternas de acopio de agua de lluvia para consumo y producción, y el de fomento de la productividad de “más alimentos”.

Esa política contra la pequeña agricultura agrava la crisis, al herir a un sector que, en Ceará, representa 48 por ciento del producto agrícola, genera más empleo que la agricultura industrial con menos tierra y produce la mayor parte de los alimentos, 70 por ciento de la leche, por ejemplo, arguyó Almeida por teléfono desde Redenção, en el interior de Ceará, donde cultiva 80 hectáreas de tierra.

ED: EG

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2021/04/pandemia-medidas-anticampesinas-ahondan-hambre-brasil/

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Investigación Lógica de Acción Reflexiva (ILAR)

Por: Lusmery Yamileth Alvarado

  “Investigación Lógica de Acción Reflexiva (ILAR),

una alternativa para construir nuestro mundo académico” Lusmery Alvarado

 

La disertación alrededor de la Investigación Acción (IA) resulta un tema muy interesante en la transformación de las realidades presente en nuestro mundo académico, donde los socios de aprendizajes al integrarse conforman el todo; puede decirse que la IA es inspirada en la educación liberadora de Paulo Freire, lo que nos traslada hacia el conocer los acontecimientos que circundan nuestro día a día para transformar dentro de un contexto determinado y único con características muy particulares que empoderan al hombre dentro de una unidad epocal.

Según Freire (1970), “Una unidad epocal se caracteriza por el conjunto de ideas, concepciones, esperanzas,   dudas,   valores,   desafíos,   en   interacción   dialéctica   con   sus   contrarios, en búsqueda de la plenitud. La representación concreta de muchas de estas ideas, de estos valores, de estas concepciones y esperanzas, así como los obstáculos al ser más de los hombres, constituyen los temas de la época.” (p. 84).

Articulado con lo anterior, e interpretando a Freire en la Pedagogía del Oprimido, la IA puede considerarse un tipo de investigación donde el hombre no es el objeto de la investigación, dado que lo que se persigue es su pensamiento y lenguaje referido a la realidad, a su mundo, estableciendo la relación “hombre-mundo”.

Ante este escenario me atrevo a mostrar desde mi mirada, una concepción ontológica de la realidad a conocer y transformar, sistematizando las manifestaciones del fenómeno, acercándonos a la realidad del ser, lo que nos coloca frente al momento epistemológico donde nos problematizamos alrededor del como hago para conocer mi realidad y una vez conocida e internalizada se emprende la travesía hacia la transformación en un contexto único del que solo nosotros somos responsables.

En este contexto, me permito presentar desde mi mirada académica, liberadora y transformadora, la Investigación Lógica de Acción Reflexiva (ILAR), que permita explorar y vivir la praxis docente, asumiendo la mejora de la práctica socio educativa y de investigación del profesional de la docencia, con la intención de construir y transformar con sus acciones un perfil docente flexible, que se adecue a la unidad epocal, estableciendo las características que le delineen su proceso de transformación desde la perspectiva de generar la simbiosis entre la docencia y la creación intelectual, forjando un espacio para la praxis docente, problematizándose  diariamente como ser cognoscente de su realidad y de lo que lo rodea, que no es más que la sistematización de su experiencia.

ILAR surge desde mi experiencia vivenciada, sobre las bases del pensamiento lógico y la tríada Acción – Lógica – Reflexiva, por medio de un proceso de sensibilización humana y crítica desde una perspectiva social interpretativa que me ha permitido develar un sistema axiológico que compone la praxis docente en contextos adversos, inciertos y cambiantes, pero como guías debemos mantener la brújula hacia el logro de las metas trazadas en beneficio de la construcción de un conocimiento emancipador, problematizador, popular, liberador, arraigado a la transformación de las realidades educativas ante los desafíos de la sociedad coadyuvando a la caracterización de la época.

En este sentido, es importante repensar e internalizar la concepción de la investigación en los entornos académicos, pretendo con ILAR presentar una alternativa para el estudio de la praxis docente dentro del pensamiento lógico y que podamos emprender acciones transformadoras bajo un pensamiento socio crítico, donde germinen reconfiguraciones necesarias en la praxis del docente investigador para adecuarse a la educación que demanda cada época en desarrollo, floreciendo la triada asumir-construir-transformar para nuestro mundo académico.

Por ahora, continuemos delineando la concepción de nuestras acciones, vamos a ILAR nuestro pensamiento lógico y crítico con la intención de establecer las fases o etapas que la conforman, alcanzando el proceso de mejora de nuestra praxis educativa hacia la integración de las funciones del docente como son: Docencia, Investigación o Creación intelectual, Extensión o Vinculación Socio-Comunitaria, Gestión Universitaria y Desarrollo Permanente, coadyuvando a la construcción histórica de nuestra época, transformando el aula de clase.

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Voces y narrativas migrantes: humanizando la deportación

Por: Guillermo Castillo Ramírez 

Entre la exclusión global y las movilidades humanas transfronterizas  

Las masivas migraciones irregularizadas y transfronterizas son uno de los rostros más fehacientes de los procesos de exclusión de la globalización, y se encuentran presentes en diversas regiones del orbe. Estas movilidades humanas, si bien han tenido un largo carácter histórico y han estado relacionadas a la expansión del capitalismo y del colonialismo en épocas previas, se han incrementado de manera notoria en años recientes, y son el resultado de diversos cambios estructurales de corte neoliberal y de dinámicas de integración económica regional y del libre mercado.

La globalización neoliberal, y sus procesos relacionados (acumulación de capital, incremento de la desigualdad, concentración de la riqueza, aumento de la pobreza, deterioro productivo en los países del sur, crisis económicas y contracción del mercado laboral y de la oferta de trabajo, entre otros), han sido la base de la producción de diferentes contextos de expulsión en diversos lugares del orbe que, desde hace décadas y año con año, expulsan a miles de personas fuera de sus hogares y comunidades, y los obligan a migrar a países (del norte global) en busca de mejores condiciones de vida. Y, sin duda, uno de los grupos de migraciones más numerosas, precarizadas y expuesta a diversos riesgos y peligros es aquella que, desde diferentes puntos de Latinoamérica (particularmente de la región Centroamericana), se dirigen a Estados Unidos (principalmente a través de la frontera norte de México).

Dentro de los sectores de la academia, las organizaciones sociales y la sociedad civil, estas migraciones han sido explicadas desde diferentes puntos de vista. Algunos de estos abordajes han enfatizado cómo estas dinámicas de movilidad humana están relacionadas a factores y marcos económicos, políticos, medioambientales, etc., destacando el carácter estructural y macro de estos procesos.

Hay también otras perspectivas que, desde marcos locales y micro, y desde visiones antropológicas y sociológicas, se centran en los individuos en movilidades transfronterizas. No obstante, si bien hay diferentes visiones centradas en las personas que migran (como las previamente mencionadas), son necesarios abordajes que, no sólo vuelvan más visibles y presentes las narrativas y diferentes historias de los migrantes, sino que lo hagan además en los propios términos de dichos sujetos sociales.

Humanizando la deportación: voces, testimonios y narrativas migrantes

En este contexto, el proyecto comunitario, bilingüe y binacional de humanizando la deportación es una clara apuesta por visibilizar y poner en el centro a los migrantes y sus vivencias ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/ ). Se trata de un gran archivo digital, de acceso libre y gratuito, que cuenta con más de trescientos cortometrajes documentales de carácter narrativo y testimonial de diversos grupos de migrantes ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/sobre-el-projecto/ ). Dicho proyecto inició en 2017, es coordinado por el Profesor Robert Irwin, y es un ejercicio de colaboración entre diferentes grupos de migrantes y varias universidades estadounidenses (UC Davis) y mexicanas (COLEF, U de G, UACh, ITSEM).

El eje del proyecto es la producción, edición, archivo y difusión de breves narraciones audiovisuales, que hagan posible a los migrantes describir sus experiencias e historias, y, sobre todo, desde sus propias voces y lenguajes narrativos. Este vasto archivo, cuyo eje son el registro de los testimonios de los migrantes (desde sus propias palabras y expresiones), tiene una variedad de temáticas: separaciones de núcleos familiares y sus diferentes consecuencias, rutas y travesías migratorias a través de las fronteras, deportaciones y sus repercusiones, irregularidades procesales en trámites migratorios, obstáculos y dificultades de los migrantes en los países de destino, criminalización y estigmatización hacia los migrantes en contextos fronterizos, entre muchas otras ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/narrativas-de-migrantes/ ). El enlace de humanizando la deportación es: http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/

En el contexto actual, este proyecto funge como dispositivo clave para mostrar, denunciar y visibilizar las experiencias de los migrantes (desde sus mismas voces) y los procesos de exclusión y violencia a los que se ven expuestos. Es un material de consulta muy útil, accesible y actualizado, tanto para activistas y académicos, como para el público general y grupos y organizaciones pro migrantes.

Guillermo Castillo, UNAM

http://unam.academia.edu/GuillermoCastilloRamirez

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