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Migración indígena: la toma otomí del INPI por una vida digna

Por: Daliri Oropeza

La exigencia de una vivienda digna llevó a las mujeres otomíes de la comunidad residente en Ciudad de México a tomar el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas. La comunidad adaptó las oficinas como hogar y palestra de denuncia. Citan a las autoridades para un diálogo.

Joaquina y Margarita se miran una a la otra al entrar a un pasillo tapizado de carteles rojo zapatista. Portan dos coloridas blusas tableadas con olanes de encaje que les dan forma. Resaltan al caminar por la descolorida sala de cubículos con luz y ambiente pálidos. Son las oficinas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.

Ellas son la segunda generación de familias otomíes hñäñho que salieron de Santiago Mexquititlán, Querétaro, por hambre, falta de escuela, de servicios, de pago justo por el trabajo del campo. Sus padres y madres migraron de este pueblo enclavado en las montañas donde colindan Querétaro, Estado de México y Michoacán.

Viven en Ciudad de México. Son más de 80 familias que suman 35 años habitando inmuebles con irregularidades después del terremoto de 1985. Narran que le pagaban renta a un cuidador, pero un día dejó de ir a cobrar sin dejar rastro. Las familias que permanecieron pagaban por los servicios.

Después de otro sismo, el del 19 de septiembre de 2017, el edificio resultó muy dañado. Quedaron sin luz agua y servicios básicos, literalmente en la calle de Roma, en el número 18, de la colonia Juárez. Sin techo y en carpas viven mujeres, niños, bebés, ancianos, buscando de manera legal y organizada la solución.

Esta es también la historia del inmueble de Zacatecas 17, colonia Roma, donde en 2019 policías de Ciudad de México, con uniformes de granaderos, desalojaron el inmueble. De igual manera, familias otomíes denuncian hostigamiento en el inmueble de Guanajuato 53.

Las tres casas con papeles irregulares se ubican en colonias que sufren de gentrificación, un proceso social donde las colonias se vuelven comerciales, y pierden su esencia de barrio para ofrecer servicios de entretenimiento.

Son familias que han sido doblemente despojadas, primero en sus propios pueblos y ahora, en el lugar al cual llegaron a abrir posibilidades de una vida con educación, salud o trabajo con sus artesanías. Les han acusado de robo, de suciedad, de malos olores, pues al transitar los vecinos miran de cerca cómo viven en la calle. Durante la pandemia el gobierno llevó despensas que no duraron ni una semana.

“No somos personas malas, queremos trabajar honradamente, que nuestros hijos vayan a la escuela, tener una vivienda digna. No estamos pidiendo mucho. No dudamos que haya robos pero definitivamente nosotras nos dedicamos a sobrevivir con nuestros hijos en lo que nos dan solución”, habla una de las dos mujeres otomíes hñäñho, Joaquina.

Ambas mujeres, una sonriente y una seria, sostienen carteles rojos. Margarita lanza la denuncia “Ya fuimos a todos lados y no nos hacen caso, tenemos los tres oficios firmados por (Claudia) Sheinbaum y no nos dan solución. Fuimos al federal, al INVI y no nos hacen caso. Nos reciben los secretarios particulares y nos dan largas, por cómo nos miramos. Dijimos un ya basta y nos reunimos las mujeres”.

Mujeres encabezan toma del INPI

Estas comunidades han intentado regularizar los predios varias veces. Antes del sismo lograron obtener los primeros documentos. Sin embargo, después, las oficinas del Registro Público de la Propiedad les dijeron que enviarían a una bóveda los papeles y poco después una inmobiliaria tenía la propiedad del predio. Los desalojaron con policías, ya con la jefa de gobierno a cargo y el gobierno de López Obrador andando.

Las mujeres han requerido servicios de salud por las situaciones insalubres por las que pasan ante la falta de hogar. Desde el interior de las oficinas que tomaron del Instituto de Pueblos Indígenas, denuncia Margarita, las han discriminado, y les han negado su derecho a la salud y ser atendidas.

No solo las han tenido de oficina en oficina, sino que las han perseguido en el centro de la ciudad donde venden sus artesanías tradicionales, una de las cuales es la muñeca representativa del centro del país.

Las niñas y los niños juegan en las instalaciones de este instituto gubernamental mientras en la entrada hay un concierto que inunda esta entrevista con canciones de Silvio Rodríguez.

Margarita confiesa: a mí ya se me murió un hijo. Denuncia que la desesperación de ver a los hijos mal, de ver cómo les han cerrado todas las puertas, fue lo que orilló a las mujeres llegar a un consenso desesperado: esto tiene que escalar a nivel federal.

En ese momento interviene en la conversación la maestra Estela Hernández:

“El Concejo Autonomo de Santiago Mexquititlan decidimos estar con las compañeras en la toma del INPI. Las injusticias que han atravesado nuestras hermanas estando fuera de su pueblo, ahora son similares a lo que vivimos en Santiago. La gentrificación y el encarecimiento de la vida, por sus proyectos turísticos. La pobreza extrema ha hecho que nuestras hermanas vendan sus terrenos y tengan que emigrar. Ahora nosotros enfrentamos escasez de agua, inseguridad, implementación de un corredor turístico con el que quieren atravesar nuestro pueblo. Eso provocará un nuevo proceso de migración interna”.

Ella es originaria de Santiago Mexquititlan, hija de Jacinta Francisco Marcial, mujer otomí hñäñho que junto con dos mujeres más recibió una disculpa pública del gobierno mexicano en febrero de 2017 por encarcelarlas injustificadamente en 2006. “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, enunció en aquel entonces.

En el discurso de la toma del INPI, la maestra hizo énfasis en que en el instituto los pueblos se ven en las paredes pero ellos no son objetos. Son personas con derechos que no respetan las instancias públicas.

La dignidad, dice la maestra Estela, se debe respetar aunque las personas salgan de sus pueblos. Actualmente se pierde cuando “El despojo, el desplazamiento que en unos años se va a dar en el pueblo de Santiago Mexquititlan es el daño, porque en el momento que terminen la obra turística, el costo de la vida se va a elevar. ¿Quién va a tener posibilidad de adquirir los locales, o de pagar el precio que ponga el ayuntamiento? Los que estén dispuestos a pagar más”.

Y denuncia con un corredor turístico gubernamental quieren hacer un centro comercial en el tianguis tradicional del pueblo.

La gentrificación en el empobrecido Santiago Mexquititlán

“Aquí lo que faltan son hospitales, escuelas, universidades, servicios públicos, seguridad”, la maestra y también doctora Estela Hernández Jimenez habla de su pueblo. En vez de esos servicios, el gobierno municipal empezó durante la pandemia con una obra turística, en el templo. Antes de esa obra, la doctora Hernández Jimenez asegura que con los demás integrantes del Consejo Tradicional denunciaron la construcción de un centro comercial en el tianguis tradicional del centro de Mexquititlán, que en náhuatl significa lugar de donde comen quelites.

“El despojo, el desplazamiento que en unos años se va a dar en el pueblo de Santiago Mexquititlan es el daño de la gentrificación en los pueblos indígenas. Porque en el momento que terminen la obra turística, el costo de la vida se va a elevar. ¿Quién va a tener posibilidad de adquirir los locales, o de pagar el precio que ponga el ayuntamiento? Los que estén dispuestos a pagar más. Los demás van a migrar a las ciudades”, se responde.

Hace dos años el pueblo de Santiago Mexquititlan decidió regresar al sistema de usos y costumbres a través de Consejos autónomos de educación, gobierno, justicia, salud, ante el hartazgo de los atropellos y omisiones. Ella ahora es la Consejera de Educación. Por denunciar las injusticias, la maestra ha sido amenazada varias ocasiones.

“Como pueblo tenemos derecho a una educación indígena. No tenemos condiciones de salud dignas de acuerdo a nuestra medicina tradicional. Les presentamos un proyecto de desarrollo comunitario a las autoridades del estado y nos dicen que no hay presupuesto. Pero si vienen con sus pueblos mágicos y sus proyectos turísticos, ahora lo que estamos pidiendo es que se reconozca nuestra autonomía, libre determinación, autogobierno”.

Estela Hernández Jiménez tiene un doctorado en ciencias de la educación con especialidad en pedagogía. Su tesis, y a lo que se dedica en su pueblo, se llama “el otomí de Santiago Mexquititlán: Guía para aprender y enseñar otomí”. A veces ayuda a sus padres con su puesto de aguas en el tianguis.

Mientras la maestra habla, las niñas y los niños juegan y se ríen en el vestíbulo de la planta baja de las oficinas. Las mujeres limpian la cocina que adaptaron en el estacionamiento del inmueble. Algunas personas se toman la temperatura en la clínica que adaptaron. Diferentes organizaciones y colectivos propusieron programas de educación para la comunidad.

Emplazan diálogo con Claudia Sheinbaum y Adelfo Regino

La comunidad otomí residente en Ciudad de México dio una conferencia de prensa a dos semanas de haber tomado el INPI. Pronunció un discurso a las autoridades, aunque también lo dedicó al Congreso Nacional Indígena y al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus redes de apoyo.

Mujeres y hombres hñañhö enunciaron con micrófonos a la puerta del INPI la omisión del gobierno ante la exigencia de vivienda digna y oportunidades laborales para las personas que venden artesanías en el centro, además del alto a la gentrificación en el pueblo del cual salieron.

Integrantes de la comunidad que dieron la conferencia con paliacates en el rostro y con cubrebocas citaron a la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y al titular del INPI, Adelfo Regino, además un representante de la Secretaría, el martes 3 de noviembre a las 10 de la mañana a una mesa de diálogo sobre los problemas del pueblo otomí hñañö en la puerta del INPI.

Si no asisten, comenzarán a sacar los equipos de computo del primer piso de las oficinas, dijeron después de denunciar que los representantes del INPI que se presentaron solo preguntaron por el estado de las cosas adentro del inmueble.

La comunidad también dio a conocer que la representante de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez, acudió para intermediar en las demandas. Sin embargo la comunidad la rechazó en asamblea como intermediaria. En la conferencia denunciaron que ni siquiera se presentaron cuando el mismo gobierno de Sheinbaum ordenó el desalojo con policías. Exigen que primero haga valer su derecho a la ciudad.

Emplazaron a Sheinbaum, como mujer, a entenderlas.

Cartas en apoyo del INPI

Adelfo Regino dio una respuesta a través de redes sociales a la toma del INPI, con un documento sin firma parecido a un comunicado de prensa y sin una comunicación directa hacia las afectadas. Ahí redacta: “un grupo de personas pertenecientes al pueblo indígena otomí”, sin reconocerlos como Comunidad Otomí residente en la Ciudad de México, como ellas mismas se nombran.

Distintas cuentas de periodistas de Oaxaca han dado a conocer supuestas actas de asambleas que apoyan a Adelfo Regino ante la toma otomí del INPI, la mayoría de comunidades y pueblos de Oaxaca, aunque también de otros estados como Nayarit. Con escritos respaldados con firmas, aseguran estar a favor de las acciones de quien hoy encabeza el instituto de pueblos indígenas. Aunque no hablan de la problemática o la propuesta de diálogo que han solicitado desde el inmueble.

Si bien el titular se ha pronunciado por el diálogo y por estar a favor de los pueblos indígenas, no se ha presentado a las oficinas mientras la Comunidad Otomí Hñahñö Residente en Ciudad de México lo habita. En la conferencia de prensa se dijeron abiertas al diálogo.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/migracion-indigena-la-toma-otomi-del-inpi-por-una-vida-digna/

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El trabajo os hará libres

Por:  Manuel Jesús Pérez Alcázar

Desgraciadamente, este tampoco será un final. Sobreviviremos al Covid-19, lo cual no termino de saber si me anima. Lejos de una nostalgia por los olvidados, aquella mentalidad del norte —de la cual nos vienen advirtiendo desde hace tiempo— parece que ha encontrado la manera de asentarse.

Si molestaba la vida para el trabajo precarizado, se acaba con la vida. En cualquier conversación podemos oír esa idea que nos percute la cabeza “Salimos para lo necesario, trabajar” Se prohíbe toda vida a excepción del trabajo. Se ataca a aquello donde lo mediterráneo se hacía grande: la comunidad.

En ese hacer nuestro su eslogan, se inyecta el deseo de trabajar. No olvidemos que están y vienen los despidos. La tasa de desempleo en poco tiempo despegará y dejará a una cantidad de gente cuya salida queda en interrogante ¿a qué saldrá quien no tiene trabajo? ¿No es la calle necesaria? Se implanta entonces en nosotros el anhelo al trabajo. No al trabajo, a trabajar. No a trabajar, querer trabajar.

Alemania se inventa un nuevo confinamiento: Cerrar el ocio. Cada rincón de vida es amputado. Al oír la orden no pude quitarme de mi cabeza una idea: El ocio tiene un lugar físico. Se puede cerrar el ocio, porque el ocio existe como forma. Ya no hay un ocio abstracto, un ocio que acompaña al simple hecho del estar. Ser ocioso no era carecer de motivo. Andar también en abstracto.

Nuestras ciudades, las cuales llevan tiempo tomando forma de microcárceles de lujo: Urbanizaciones cerradas con piscina, pista de baloncesto, parques y barrotes. No tanto para que no entre la gente, con la idea de prohibir la salida. Toda urbanización es un microuniverso. La fuga de la cárcel está justificada para el trabajo.  Vive, pero no te mezcles con el entorno.

Hasta el momento toda vida era un mezclarse, un impregnarse de lo accidental. Hemos olvidado que todo hombre muere. Al olvidarlo, solo podemos pelear contra lo mortal. Sorprendiéndonos cuando no ganamos. Allí afuera, tras la puerta de casa o del trabajo, puedes morir. Si sales, puedes traer la muerte a casa ¿no hemos oído aquello de con quién has estado?

En esta nueva dicotomía entre vida y economía cabe preguntarse ¿qué es la vida? Recuerdo hace años, cuando estábamos intentando salir de la “otra” crisis, que quien es nuestro ministro de consumo planteaba muy bien la duda de la vida, decía: Vivir no es acumular tiempo, es tener calidad de vida. ¿Qué calidad de vida hay en este parón a fascículos en el que, paradójicamente, parecemos vivir?

Me decía una amiga la otra noche: De la izquierda no espero nada, pero como la derecha no pelee por volver al costumbrismo de antes ¿qué nos queda? Una de las medidas para salvar la hostelería es adelantar la cena. Lejos de analizar lo estúpido de adelantar nada —todo se adelantaría— ¿no vendrían todos estos cambios a quedarse?

Recuerdo aquel lejano mes de marzo en el que nos íbamos a encerrar durante quince días ¿Quién creía en esos quince días? No olvidemos que nos pidieron esforzarnos, que nos pidieron parar y lo hicimos. Una vez encerrados, “protegidos”, salió ese lenguaje bélico contra un enemigo ausente, invisible. Las calles vacías no mostraban más que a nuestros policías y soldados tomando las ciudades. Entonces cabria mirarse a uno mismo. Eso nos estaban diciendo. El enemigo no es el virus, ante el cual poco tienen que hacer las escopetas, éramos nosotros. Nuestra manera de vivir. El toque de queda en el que vivimos nos dice aquello que nadie quiere oír: No nos han educado.

La gente se llevaba las manos a la cabeza ante las palabras de Trump sobre Biden, el cual irónicamente advertía, “si gobierna Biden harán caso a los científicos”. La ciencia lleva tiempo postulada a favor de un sistema que quiere avanzar.

El progreso se ha postulado —y no por ello soy negacionista— Las redes de información nos muestran el apocalipsis fuera de nuestras tierras. Solo aquí estamos seguros —a esta idea atacó el ISIS—Las redes sociales nos dan un altavoz al vacio, como dar un grito sin tener que escucharlo. Un desahogo a nadie. Un soportar sin la idea del contacto que el propio verbo lleva implícita. La psicología para reorientarnos ante las crisis que nos asaltan ¿vivir no era una crisis? Ahora, lo sanitario para mantenernos frescos.

Quisiera estar, sin la necesidad de hacerlo ¿Qué es la vida? La pregunta sigue en el aire, pero tengo esa sensación de pérdida. Vivir no es una casa baja con la puerta a la calle, donde la transición salón y acera es inmediata. Vivir es un pasar filtros en forma de portales y puertas. Andar es un verbo olvidado, requerido para pequeños espacio. No un ocio. El metro es un transporte y el trabajo una liberación.

El trabajo os hará libres” que irónica es la democracia.

Fuente: https://nuevarevolucion.es/el-trabajo-os-hara-libres/

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Evaluación y Monitoreo: ¿cuánto es demasiado?

Por: Sofía García-Bullé

Los protocolos de vigilancia en línea parten de la idea de que los estudiantes no son dignos de confianza, pero la plataformas de evaluación que retienen los derechos a su información confidencial, ¿sí lo son?

El necesario aislamiento y el boom de la educación en línea han marcado un cambio estructural en aspectos educativos entre los que se cuentan el diseño curricular, la comunicación maestro-estudiante, la adaptación a un horario completo en línea, la seguridad de las aulas virtuales y, especialmente, los recursos para evaluar.

Ante el planteamiento de evaluaciones que tienen que ser remotas en esta situación de emergencia, maestros y personal educativo han tenido que hacer uso de sistemas de monitoreo y pruebas estandarizadas en línea.

La implementación de este recurso, sin duda, ha facilitado continuar evaluando a los alumnos y produciendo las calificaciones que validan su trabajo de aprendizaje y les permite pasar de grado. Sin embargo, esta nueva modalidad trae consigo problemas muy específicos que afectan desde el día a día hasta el futuro académico de los estudiantes.

El problema la privacidad de datos

Las autoridades educativas describen los exámenes en línea como un mal necesario. Ante la ausencia de salones de clases o centros de pruebas, servicios como Respondus o ProctorU se han vuelto la única forma de mantener una metodología de evaluación.

Pero estos recursos no son inocuos. Tanto padres, como estudiantes y personal educativo han expresado serias preocupaciones con respecto a las medidas que toman los servicios para asegurarse de que los estudiantes tomen sus exámenes en forma honesta. Estas medidas pueden ser interpretadas como una invasión de privacidad excesiva y ponen en riesgo la información y datos personales de los estudiantes.

La mayoría de estas plataformas no permiten a los alumnos acceder a los exámenes hasta que tengan activada su webcam, hayan tomado una foto de su cara, ofrecido una identificación vigente del gobierno o de la universidad a la que pertenecen y, que registren con la cámara toda su habitación para cerciorarse que no haya nada que habilite la deshonestidad académica.

El nivel de escrutinio de estos servicios de evaluación sería visto como perturbador si sucediera dentro del aula. Si un maestro levantara a cada alumno de su silla, hurgara debajo de ésta, y de su escritorio mientras les pide que muestren sus pertenencias para asegurarse que no tengan consigo ninguna herramienta para hacer trampa en la prueba, sin duda estaríamos cuestionando la habilidad del maestro para enseñar y evaluar alumnos.

Sin embargo, los softwares de evaluación siguen siendo la primera opción en escuelas en Estados Unidos. “En los últimos 30 días hemos hecho 2.5 millones de pruebas supervisadas. En el mismo periodo del año pasado hicimos 235,000”, declaró Mike Olsen, CEO de Proctorio, una de las firmas de exámenes en línea con mayor auge actualmente.

Otra consecuencia no prevista de las medidas de validación para las pruebas supervisadas, es el robo de datos. El sistema de estas plataformas puede ser explotado por hackers para obtener información confidencial de los estudiantes como los datos personales de sus identificaciones o los detalles de sus habitaciones.

Las compañías de supervisión de exámenes retienen los derechos de varios de estos datos y pueden compartirlos. Esto genera una válida y enorme preocupación tanto en maestros como en las familias.

Datos de evaluación vs. Datos de vigilancia

La necesidad de este tipo de servicios, como la metodología con la que se aplican, parte de un principio básico: no se puede confiar en los estudiantes, necesitan ser vigilados para asegurarse de que no hagan trampa en las pruebas.

No se discute que las medidas para evitar la deshonestidad académica son fundamentales para mantener un nivel de ética y la continuidad de un control de calidad para que las evaluaciones funcionen como herramientas de validación del aprendizaje. Pero es crucial llamar a una seria reflexión acerca de qué aspectos en la conducta y datos de los estudiantes necesitamos revisar para asegurarnos que hacen un examen correctamente o que realmente están aprendiendo el contenido de la clase.

Sistemas como ProctorU, piden acceso a la webcam de los estudiantes, a sus micrófonos y a su sesión de navegador. Monitorean sus rasgos faciales con controles biométricos, registran y contabilizan cuántas veces parpadean. Registran cuánto tiempo no están viendo directamente al monitor, si pasan de un tiempo límite, usualmente segundos, sin mirar la pantalla, se les advierte y en algunos casos se les penaliza.

Calibraciones tan profundas e insidiosas generan errores del sistema que pueden llevar a estudiantes a perder su futuro académico por descansar sus ojos más de cuatro segundos o por repetir en voz alta una pregunta solo para entenderla. Esto le sucedió a una estudiante que fue reprobada en un examen porque fue grabada tratando de releer una pregunta que no había entendido.

La alumna estaba becada y la profesora de la clase envió una infracción académica directamente al comité de becas antes de que se completara la investigación que la estudiante había solicitado. De no ser por la rápida acción tanto de la alumna como del decano, a quién pidió ayuda, sin duda habría perdido la beca por una interpretación errónea del sistema que leyó un acto completamente inocuo como una instancia de deshonestidad académica.

Es en casos como estos en los que es importante cuestionar cuál es la información que nos asegura que el alumnado está aprendiendo con los exámenes, que los datos nos sirven para asegurarnos de que lo está tomando en forma ética.

Zoe Fisher, diseñadora instruccional para el Colegio Pierce en Lakewood ya marcaba una línea entre datos de evaluación y datos de espionaje, mucho antes que la pandemia nos obligara a depender completamente de servicios para evaluación en línea. De acuerdo con Fisher, los datos de evaluación son los resultados de los exámenes y  el contenido que los estudiantes vacían en las pruebas, esta información es la que nos permite saber de mejor manera si el estudiante presentó el examen en forma efectiva.

Un registro completo de su habitación, sus movimientos retinales o cuántas veces dio clic al ratón durante el examen no son datos de evaluación, es información de vigilancia. Este monitoreo no es necesariamente una forma efectiva de asegurar ni honestidad académica ni aprendizaje. Es más bien un recurso para sistematizar y hacer más fácil las evaluaciones en línea en volúmenes grandes, ¿pero a qué costo?

Las mismas autoridades educativas están conscientes que este nivel de escrutinio cruza líneas que quizás no debería. Chris Dayley, director académico de servicios evaluativos para la Universidad de Utah comenta para el Washington Post: “Es como un spyware que solo legitimamos”.

¿Has usado sistemas de evaluación en línea? Piensas que los beneficios son mayores que las desventajas? ¿Cuál ha sido tu experiencia ya sea administrando o presentando exámenes de esta forma? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/evaluacion-monitoreo

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Como socialistas nuestra tarea es defender la libertad

Por: David Harvey

La propaganda de la derecha sostiene que el socialismo es enemigo de la libertad individual. Pero en realidad es al revés: trabajamos para crear condiciones materiales bajo las cuales las personas puedan ser verdaderamente libres, sin los límites rígidos que el capitalismo impone a nuestras vidas.

Este texto es un fragmento del nuevo libro de David Harvey, The Anti-Capitalist Chronicles, editado por Pluto Press.

***

Durante unas charlas que di en Perú surgió el tema de la libertad. Un grupo de estudiantes estaba muy interesado en esta pregunta: «¿El socialismo implica renunciar a la libertad individual?».

La derecha se las ha arreglado para apropiarse del concepto de libertad como si le perteneciera y para usarlo como un arma en la lucha de clases contra el socialismo. Argumenta que la sumisión del individuo al control estatal impuesta por el socialismo o por el comunismo es algo inevitable.

Mi respuesta es que no deberíamos abandonar la idea de que la libertad individual es una parte constitutiva de un proyecto socialista emancipatorio. La conquista de las libertades individuales es, tal como argumenté en aquella ocasión, una de las metas centrales de estos proyectos emancipatorios. Pero esta conquista requiere la construcción colectiva de una sociedad en la cual todas las personas tienen la oportunidad y la posibilidad de realizar su potencial.

Marx y la libertad

Marx dijo algunas cosas muy interesantes sobre este tema. Una de ellas es que «el reino de la libertado comienza solo allí donde termina el trabajo impuesto por la necesidad». La libertad no significa nada para alguien que no puede alimentarse, que no puede acceder un servicio de salud adecuado, a una vivienda, al transporte, a la educación, etc. El rol del socialismo es proveer estas necesidades básicas para que la gente sea libre de hacer todo lo que desee.

El punto de llegada de una transición socialista es un mundo en el cual las capacidades y la potencia individual son liberadas completamente de los límites que les impone la necesidad y otras limitaciones sociales y políticas. En lugar de conceder que la derecha tiene el monopolio sobre la noción de libertad individual, debemos reclamar la idea de libertad para nuestro proyecto socialista.

Pero Marx también señaló que la libertad es un arma de doble filo, dado que quienes deben trabajar en una sociedad capitalista son libres en un doble sentido. Pueden vender libremente su fuerza de trabajo en el mercado a cualquiera. Pueden ofrecerla bajo los términos de un contrato negociado libremente.

Pero al mismo tiempo son «no libres» porque se han «librado» de cualquier control o acceso a los medios de producción. Por lo tanto, deben entregar su fuerza de trabajo al capital para vivir.

Estos son los dos costados de su libertad. Para Marx esta es la contradicción central de la libertad bajo el capitalismo. En el capítulo sobre la jornada laboral de El capital, lo pone en estos términos: el capitalista es libre de decirle al trabajador o a la trabajadora: «Quiero emplearte pagándote el salario más bajo posible por la mayor cantidad de horas posibles para que hagas exactamente el trabajo que yo preciso. Eso es lo que te exijo cuando te contrato». Y el capitalista es libre de hacer esto en una sociedad de mercado porque, como sabemos, la sociedad de mercado se trata de ofrecer y  de competir por esto y por aquello.

Pero por otro lado, quien trabaja también es libre de decir: «No tienes derecho a hacerme trabajar 14 horas por día. No tienes derecho a hacer lo que quieras con mi fuerza de trabajo, especialmente si esto acorta mi vida y pone en peligro mi salud y mi bienestar. Solo estoy dispuesto a trabajar durante una jornada justa a cambio de un salario justo».

Dada la naturaleza de una sociedad de mercado, tanto el capitalista como el trabajador tienen razón en lo que reclaman. Marx dice que ambos tienen razón por la ley del intercambio que domina en el mercado. Dice también que entre derechos iguales solo decide la fuerza. La lucha de clases entre el capital y el trabajo define la cuestión. El resultado depende de la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo que, en algunos casos, puede volverse coercitiva y violenta.

Un arma de doble filo

Esta idea de la libertad como un arma de doble filo es muy importante y debe ser considerada con más detalle. Una de las mejores elaboraciones de este tema se encuentra en un ensayo de Karl Polanyi. En su libro La gran transformación, Polanyi dice que hay buenas formas y malas formas de libertad.

Entre las malas formas que enumera se cuentan las libertades para explotar al prójimo sin límites; la libertad de obtener ganancias exorbitantes inconmensurables con el servicio que se brinda a la comunidad a cambio; la libertad de evitar que las invenciones tecnológicas sean utilizadas para el beneficio de toda la población; la libertad de sacar rédito de las tragedias humanas o naturales, algunas de las cuales son secretamente diseñadas para el beneficio de agentes privados.

Sin embargo, continúa Polanyi, la economía de mercado bajo la cual prosperan estas libertades, también generó libertades por las que tenemos una alta estima: la libertad de conciencia, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de asociación y la libertad de elegir el propio trabajo.

A pesar de que podemos apreciar estas libertades en sí mismas, no dejan de ser, en gran medida, un producto derivado de la misma economía que es responsable de las libertades malas. La respuesta de Polanyi a esta dualidad le resulta muy extraña a algunas personas, dada la hegemonía actual del pensamiento neoliberal y la forma en la cual el poder político existente nos presenta la libertad.

Polanyi escribe: «La quiebra de la economía de mercado» — es decir, la posibilidad de ir más allá de la economía de mercado— «puede suponer el comienzo de una era de libertades sin precedentes». Es una afirmación bastante impactante. La libertad real comienza una vez que se abandona la economía de mercado. Polanyi continúa:

La libertad jurídica y la libertad efectiva pueden ser mayores y más amplias de lo que nunca han sido. Reglamentar y dirigir puede convertirse en una forma de lograr la libertad, no sólo para algunos sino para todos. No la libertad como algo asociado al privilegio y viciada de raíz, sino la libertad en tanto que derecho prescriptivo que se extiende más allá de los estrechos límites de la esfera política, a la organización íntima de la sociedad misma. De este modo, a las antiguas libertades y los antiguos derechos cívicos se añadirán nuevas libertades para todos y engendradas por el ocio y la seguridad. La sociedad industrial puede permitirse ser a la vez libre y justa.

Libertad sin justicia

Ahora bien, creo que esta idea de una sociedad basada en la justicia y en la libertad fue la agenda política del movimiento estudiantil durante los años sesenta, la agenda de la así denominada «generación del 68». Había una demanda muy extendida tanto de libertad como de justicia: libertad de la coerción del Estado, libertad de la coerción impuesta por el capital corporativo, libertad de las coerciones del mercado, todo esto conjugado con la demanda de justicia social.

La respuesta política capitalista a esto durante los setenta fue interesante. Implicó abordar estas demandas para decir: «Les daremos las libertades (con algunas salvedades) pero se olvidan de la justicia».

Lo que terminó por significar esta libertad fue muy limitado. En gran medida se trató de la libertad de elección en el mercado. El libre mercado y la liberación de cualquier regulación estatal fueron las respuestas a la cuestión de la libertad. Y hubo que olvidarse de la justicia. Esta sería impartida por la competencia de mercado, que supuestamente era tan efectiva que aseguraría que cada quien recibíría lo que merecía. Sin embargo, el efecto fue que se le dio rienda suelta a muchas de las libertades malas (por ejemplo, la liberta de explotar a otras personas) en nombre de las libertades virtuosas.

Este giro fue algo que Polanyi evidentemente reconoció. Observó que el pasaje hacia el futuro que él imaginaba estaba bloqueado por un obstáculo moral, y este obstáculo moral era algo que él denominó «utopismo liberal». Creo que todavía nos enfrentamos a los problemas que plantea este utopismo liberal. Es una ideología que se ha generalizado en los medios de comunicación y en los discursos políticos.

El utopismo liberal del Partido Demócrata, por tomar un caso, es uno de los obstáculos en el camino hacia la conquista de la libertad real. «La planificación y el control», escribió Polanyi, «están siendo atacadas como si implicaran la negación de la libertad. En cambio, se define como lo esencial de la libertad a la libertad de empresa y a la propiedad privada». Esto es lo que plantearon los principales ideólogos del neoliberalismo.

Más allá del mercado

Yo creo que este es uno de los temas principales de nuestra época. ¿Vamos a ir más allá de las libertades limitadas del mercado y de la regulación de nuestras vidas por las leyes de la oferta y la demanda? ¿O vamos a aceptar, como dijo Margaret Thatcher, que no hay alternativa? Somos libres de todo control estatal pero tenemos una relación de esclavitud con el mercado. No hay ninguna alternativa a esto y más allá de esto no hay ninguna libertad. Esto es lo que profesa la derecha, y esto es lo que mucha gente ha llegado a creer.

Es la paradoja de nuestra situación presente: que en nombre de la libertad hemos adoptado la ideología del utopismo liberal, que en realidad es una barrera para alcanzar la libertad real. No creo que estemos en un mundo de libertad cuando alguien que quiere recibir una buena educación debe pagar una inmensa cantidad de dinero y cargar con una deuda enorme por el resto de su vida.

En Gran Bretaña, una proporción considerable de la provisión de vivienda durante los años sesenta estaba a cargo del sector público; se trataba de una vivienda social. Cuando era joven, esta vivienda social brindaba satisfacción a una necesidad básica por un costo razonable. Luego llegó Margareth Thatcher y lo privatizó todo, argumentando básicamente que «seríamos más libres cuando poseyéramos nuestra propiedad y nos convirtiéramos en parte de una democracia de propietarios».

Una situación en la cual el 60% de la provisión de vivienda estaba a cargo del sector público se transformó de repente en una situación en el cual solo el 20% —o tal vez menos— lo estaba. La vivienda se convierte en una mercancía, y la mercancía forma parte de las actividades especulativas. Hasta tal punto de convertirse en un vehículo para la especulación. Cuando el precio de las propiedades sube, el costo de la vivienda sube sin que se incrementen proporcionalmente los medios de acceso.

Estamos construyendo ciudades y viviendas de un modo que le brinda una libertad enorme a las clases altas mientras hace que el resto de la población sea cada vez menos libre. Creo que Marx se refería a esto cuando hizo su célebre comentario: el reino de la necesidad debe ser superado para alcanzar el reino de la libertad.

El reino de la libertad

Esta es la forma en la cual las libertades de mercado limitan las posibilidades y, desde este punto de vista, creo que una perspectiva socialista implica una respuesta del tipo de la de Polanyi; es decir, es necesario socializar el acceso a la libertad socializando, por ejemplo, el acceso a la vivienda. Hacemos que deje de ser algo que está simplemente en el mercado para que se convierta en algo que existe en el dominio público. La vivienda pública es nuestro lema. Esta es una de las ideas básicas del socialismo en el sistema contemporáneo: poner las cosas bajo dominio público.

Muchas veces se dice que para alcanzar el socialismo debemos renunciar a nuestra individualidad y hacer un sacrificio. Ahora bien, esto puede ser verdad hasta cierto punto; pero tal como dijo Polanyi, queda una enorme libertad por conquistar si vamos más allá de las crueles realidades que nos imponen  las libertades individualizadas del mercado.

Creo que lo que Marx quería decir es que hay que maximizar el reino de la libertad, pero que esto solo puede suceder si se dan respuestas a los problemas que surgen del reino de la necesidad. La tarea de una sociedad socialista no es en absoluto regular todo lo que sucede en la sociedad. La tarea de una sociedad socialista es garantizar que todas las necesidades básicas sean atendidas —de manera gratuita— para que las personas puedan hacer todo lo que quieran cuando lo deseen.

Si le preguntan a alguien ahora mismo «¿cuánto tiempo libre tienes a tu disposición?», la respuesta típica es «no tengo tiempo para casi nada. Todo mi tiempo está ocupado en hacerme cargo de esto y de aquello». La libertad real implica un mundo en el cual tenemos tiempo libre para hacer todo lo que queremos, y para un proyecto emancipatorio socialista esta es una de las misiones principales. Por lo tanto, esto es algo por lo que debemos trabajar.

Fuente: https://jacobinlat.com/2020/10/23/david-harvey-como-socialistas-nuestra-tarea-es-defender-la-libertad/

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Mentira, charlataneria y posverdad

Por:  Leonardo Díaz

La posverdad ha sido definida como la indiferencia hacia los hechos. Se asemeja a lo que el filósofo Harry Frankfurt denominó como “bullshit”. El término ha sido traducido en la literatura académica castellana como “charlatanería”.

En su obra On Bullshit, Frankfurt considera que la charlatanería se caracteriza por la carencia de interés en la verdad, por la indiferencia hacia “el modo de ser de las cosas”.

Así, la charlatanería se diferencia de la mentira en que ésta presupone la creencia en la verdad. La charlatanería implica la asunción de que no existe la verdad derivando de ello que los datos no se usan para contrastar afirmaciones, sino sólo para seducir y ganar adherencias. El acto de mentir requiere asumir el conocimiento de la verdad y tener la intención de ocultarla en función de unos intereses personales.

El entorno político contemporáneo se encuentra protagonizado por líderes que no pretenden encubrir la verdad y revelan su absoluta indiferencia hacia la misma. Líderes cuya concepción del mundo responde al supuesto de que la vida humana es una competencia implacable entre los seres humanos para obtener el éxito entendido como capacidad para acrecentar la riqueza, la fama y el poder personal.

En función de esta visión del mundo nadie busca la verdad. Todos nos valemos de los recursos disponibles para obtener nuestro propósito, el éxito comprendido en los términos descritos. Por consiguiente, las informaciones se emplean en función de si las mismas sirven al propósito de ganar: unas elecciones, un puesto político, la aceptación popular.

Parecen evidentes las implicaciones comunes que se derivan de la charlatanería y de la mentira. ¿Pero tienen también distintas implicaciones? Si la mentira implica el ocultamiento de la verdad, no el desconocimiento de su existencia, deja abierto el espacio para su desvelamiento. Por el contrario, la charlatanería y la posverdad, con su indiferencia hacia la verdad, clausuran dicho espacio dejando la búsqueda de la verdad como una mera quimera.

Y sin una idea de la verdad -no sostengo que deba ser necesariamente el supuesto de la verdad como correspondencia-, sin datos que sean aceptados como referentes comunes para validar nuestros discursos, la actividad política se reduce a un asunto de gustos, preferencias sin fundamentación, sentimentalismos, o sectarismos fundamentalistas.

Si es así, no es de extrañar el ascenso común de la charlatanería, la posverdad y las nuevas expresiones del fundamentalismo político en el escenario político internacional.

Fuente e imagen:  https://acento.com.do/opinion/mentira-charlataneria-y-posverdad-8876863.html

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Una mirada crítica al proceso de enseñanza-aprendizaje

Por: Galo Adán Clavijo Clavijo


“Tenemos la costumbre arraigada de transmitir conceptos a una generación que ya no requiere de las mismas formas de aprender, por el contrario, necesita respuestas a sus propias necesidades”.

La enseñanza y el aprendizaje están directamente relacionados y forman parte de un proceso más complejo. ¿Qué es aprender? ¿Qué es enseñar? ¿Cuál es la relación entre estos dos conceptos? ¿Es posible asegurar que un estudiante ha aprendido porque le hemos enseñado? No hay una respuesta única a estas preguntas, más bien depende de las perspectivas teóricas de aprendizaje desde la cual se pretende dar una respuesta (Conductismo, Cognitivismo, Constructivismo, Sociocultural). Asimismo, la educación se realiza de acuerdo con una visión del mundo y de la vida de cada época, por tanto, se consideran los fundamentos filosóficos, sociales, económicos y políticos de cada periodo.

Los conceptos de enseñar y aprender vuelven al escenario privilegiado de la discusión académica y pedagógica a propósito de los nuevos contextos que las apuestas contemporáneas obligan. La relación entre la enseñanza y el aprendizaje se plantea en muchos casos como si fuera una relación causal. Sin embargo, una nueva perspectiva pone en riesgo esta relación directa y causal.

“¿Ves tú, Hipias, que digo la verdad al afirmar que yo soy infatigable en las preguntas a los que saben? Es probable que no tenga más que esta cualidad buena y que las otras sean de muy poco valor. Una prueba de ello, suficiente para mí, es que, cuando estoy con alguno de vosotros, los bien considerados por una sabiduría de la que todos los griegos darían testimonio, se hace visible que yo no sé nada… Al contrario, alabo como sabio al que me ha enseñado, dando a conocer lo que aprendí de él.” Sócrates en Hipias Menor, 372 a-c. (Platón, 1985, pp. 371- 396).

Fenstermacher (1979, pp. 157-185) cree que la confusión se origina en la dependencia ontológica del concepto “enseñanza” respecto del concepto “aprendizaje”. En la estructura del lenguaje, no habría una idea de enseñanza si el aprendizaje no existiera como posibilidad; el concepto “enseñanza” depende para existir del concepto “aprendizaje”. Del mismo modo que en el caso de “buscar” y “encontrar”, de “correr una carrera” y “ganar”, el segundo fenómeno debe existir como posibilidad, aunque no necesariamente como realidad, para que pueda existir la primera idea.

El hecho de que, con mucha frecuencia, el aprendizaje se produzca después de la enseñanza, no debe ser explicado como una consecuencia directa de las acciones de enseñanza, sino de las actividades que el propio estudiante emprende, a partir de la enseñanza, para incorporar un contenido.

El enfoque tradicional de la enseñanza considera a los estudiantes como receptores pasivos de la información. La memorización del contenido narrado por el profesor era el objetivo principal del proceso de enseñanza. El conocimiento almacenado sólo era abstraído. El aprendizaje y la enseñanza se consideraban procesos individuales con el profesor individual situado enfrente de un auditorio, compuesto por un conjunto de estudiantes individuales (Segers, Dochy & De Corte, 1999; Dochy & McDowell, 1997).

De la enseñanza al aprendizaje

La enseñanza incide sobre el aprendizaje como tarea y son las tareas de aprendizaje desarrolladas por el alumno las responsables del aprendizaje como rendimiento. Fenstermacher (1979) denomina “estudiantar” al conjunto de actividades que los estudiantes desarrollan para apropiarse del contenido (tratar con los profesores, resolver las tareas asignadas, leer la bibliografía, elaborar resúmenes, identificar dificultades, hacer consultas, ejercitarse, etcétera).

De acuerdo con esta postura, la enseñanza sólo incide sobre el aprendizaje de manera indirecta, a través de las tareas de aprendizaje del propio estudiante. Se pasa así de una concepción causal de la relación entre enseñanza y aprendizaje a una concepción que asume mediaciones entre las acciones del docente y los logros de los estudiantes. Mediaciones de carácter cognitivo (resultantes de los procesos psicológicos a través de los cuales los estudiantes intentan la comprensión, logran una representación mental del nuevo contenido y su integración con elementos disponibles de su estructura cognitiva) y mediaciones sociales (derivadas de la estructura social del aula y las interacciones a través de las cuales el conocimiento se pone a disposición y se comparte).

“Un virus obligó a profesores y maestros a salir de su zona de comodidad para empezar a diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje diferentes a la clase magistral”.

Presentar a la enseñanza como uno de los términos del binomio “enseñanza-aprendizaje” podría ser, más bien, una advertencia sobre el fin último de las acciones de enseñanza, sobre la responsabilidad social de los profesores de utilizar todos los medios disponibles, y sobre la necesidad de considerar las características de los destinatarios y no sólo los rasgos propios del cuerpo de conocimiento a transmitir.

Por otro lado, pensar a la enseñanza como un intento de transmitir un conocimiento cuya apropiación efectiva depende de las actividades desarrolladas por el destinatario no exime al docente de sus responsabilidades sobre el aprendizaje de los estudiantes; más bien ayuda a dirigir sus mejores y mayores esfuerzos (Basabe, L. y Cols, E., 2007, pp.125-161).

La educación contemporánea requiere para lograr sus objetivos adaptarse al contexto actual y resignificar los conceptos que han estado ligados a sus formas de actuación y procedimientos a lo largo de la historia. Reflexionar sobre el enseñar y el aprender parece una actividad connatural a los procesos educativos, pues las diferentes teorizaciones pedagógicas conducen a concepciones y posicionamientos diversos frente a estas prácticas. Recientemente se ha venido constituyendo un desplazamiento de la enseñanza por el aprendizaje, que ha producido grandes transformaciones en la manera como los sujetos contemporáneos se forman, y también en la manera como profesores e instituciones asumen su rol en las nuevas dinámicas del conocimiento (Pulido Cortés, 2017, pp. 9- 14).

Un virus obligó a profesores y maestros a salir de su zona de comodidad para empezar a diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje diferentes a la clase magistral, lo cual es interesante porque llevará necesariamente a derribar muros, mitos, creencias y actitudes cimentadas en la costumbre arraigada de transmitir conceptos a una generación que ya no requiere estas formas de aprender y que necesita que se le dé respuesta a sus propias necesidades.

Hoy en día, las formas organizativas convencionales han sido reemplazadas por docencia virtual, a distancia o remoto. Se han habilitado repositorios con recursos educativos abiertos relacionados con este tipo de metodologías educativas y se han organizado seminarios vía web conocidos como webinars. El docente es un mediador pedagógico, como lo expresa Gabriel García Márquez en “El amor en los tiempos del Cólera”: “La alarma sirvió para que las advertencias del doctor Juvenal Urbino fueran atendidas con más seriedad por el poder público. Se impuso la cátedra obligatoria del cólera y la fiebre amarilla en la Escuela de Medicina, y se entendió la urgencia de cerrar los albañales y construir un mercado distante del muladar”. La educación superior ha sido lenta en la transición hacia la enseñanza online, pero ahora que el sector se ve forzado a ofrecer módulos en línea, las universidades probablemente no volverán al statu quo previo.

El coronavirus ha tomado al planeta por asalto. Y como en toda crisis, aparecen los desajustes sociales; se generan contradicciones y se evidencian las tensiones del orden social. La necesidad de pasar de la enseñanza al aprendizaje hace reflexionar el tema en aulas universitarias desde las exigencias de la educación para el siglo XXI, lo que reclama un currículo y estrategias didácticas con procesos abiertos, flexibles y transdisciplinares.

La Mesa de Educación para la Conversación Nacional coordinada por la Ministra de Educación Nacional de Colombia, se enfoca en tres importantes ejes. Este artículo es mi aporte en torno al tercer eje, presentado a la Presidencia de la República el 8 de junio de 2020, y enviado al Ministerio de Educación Nacional para su análisis y estudio el 11 de junio de 2020.

  1. Construcción de una política pública de formación de maestros.

  2. Construcción de un sistema articulado, participativo, descentralizado y con mecanismos eficaces de concertación.

  3. Reforma al modelo educativo. Pasar de un modelo basado en la enseñanza a uno basado en el aprendizaje contextualizado, que enseñe a pensar, que propicie la crítica constructiva, que apunte a enfrentar retos desde la innovación y la creatividad y posibilite soluciones de contexto.

Las conclusiones generales de la mesa de Conversación Nacional sobre Educación se pueden consultar en la versión completa del artículo.

Acerca del autor

Galo Adán Clavijo Clavijo (gaclavijo95@gmail). Doctor en Ciencias Pedagógicas, República de Cuba, Universidad de Oriente. Doctor Honoris Causa. Líder del grupo de investigación Pegasso sobre cuatro líneas de investigación: el poder y el gobierno en la Universidad, diseño curricular desde los aprendizajes, las nuevas pedagogías, y formación de maestros.

Referencias

Basabe, Laura, y Cols, Estela. (2007). La enseñanza (capítulo 6). Camilloni, Alicia (2007) (Comp.), El saber didáctico. Buenos Aires: Paidós.

Dochy, F., & McDowell, L. (1997). Assessment as a tool for learning. Studies in Educational Evaluation, 23, 279-298.

Fenstermacher, G. D. (1979). A philosophical consideration of recent research on teacher effectiveness. Review of Research in Education, 6.

Ministerio de Educación Superior (1991). Reglamento del trabajo docente metodológico en la Educación Superior. La Habana: MES.

Platón (1985) Hipias Menor. Diálogos 1 Madrid: Editorial Gredos

Pulido Cortes (2017) Praxis y saber. Vol.8. No.18. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja

Segers, M., Dochy, F., & De Corte, E. (1999). Assessment practices and students’ knowledge profiles in a problem-based curriculum. Learning Environments Research, 2, pp. 191-213

Segers, M.S.R. (1999). Assessment in student-centered education: does it make a difference? UNISCENE Newsletter, 2

Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Observatorio de Innovación Educativa

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/mirada-critica-al-proceso-ensenanza-aprendizaje

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Enfoques cooperativos, Hoy: Explicitar las consecuencias de la falta de Educación Cooperativa Escolar en los educandos.

“Partiendo de que la educación cooperativa escolar está dotada de atributos pedagógicos y didácticos en su estructura”.

Por José Yorg  y Ana María Ramírez Zarza.

“Nos preguntamos los educadores si todo lo que está ocurriendo en el mundo no es consecuencia de una educación mal encarada, de un concepto equivocado del actual cambio social y de la inoperancia de nuestras instituciones educativas”. Horacio Ratier

 

Escuela de «aula abierta». Una escuela viva, activa, social, alegre, solidaria, comunicativa, donde se aprende y enseña por la recíproca colaboración, de compañerismo, de ayuda mutua; de estudios e investigación por la acción de grupos afines, procedentes de diversos establecimientos escolares, comparten, alumnos y docentes, unidos sin discriminaciones, en la búsqueda de resultados comunes en una sana amistad de énfasis fraterno; vale decir, en una aula de «puertas abiertas». Para este evento cabe la implantación de excursiones escolares conforme un plan respectivo de enseñanza e investigación cooperativa en diversas reuniones del país, con un adecuado sentido cultural a nivel estudiantil. Horacio Ratier

Prosiguiendo con la publicación de los hallazgos investigativos, nosotros, docentes cooperativos, Ana María Ramírez Zarza y José Yorg, en función, precisamente, investigativa pedagógica por disposición del Ministerio de Educación de Formosa (Arg.), damos la segunda comunicación, recordemos que la primera fue sobre  los resultados muy satisfactorios en las evaluaciones comparativas desde la educación cooperativa escolar con respecto a la educación tradicional, ahora abordaron las consecuencias de la falta de Educación Cooperativa Escolar en los educandos.

Ramírez Zarza: Nosotros en nuestro  método investigativo-para el análisis de información- usamos una herramienta fiable denominada correlación comparativa  para lograr conclusiones derivadas de las correlaciones entre dos universos, cual son, respectivamente, el universo de los educandos cooperativos y el universo de los educandos tradicionales, sin menoscabo  ni competencia, sencillamente exhibimos la realidad comprobable, partiendo de que la educación cooperativa escolar está dotada de atributos pedagógicos y didácticos en su estructura.

El informe de cotejo.

Yorg: Se consideran dos aspectos  relevantes  de la trayectoria y gramática escolar, sin entrar a exponer en tablas y gráficos estadístico, la cuantificación de la  gradualidad (%) que superan o están por debajo de la media ponderada. y correlación  de los indicadores de la variable en estudio, Se consignan, sin embargo, las primeras conclusiones obtenidas de los mismos y que cada quien saque su conclusión:

Universo de los educandos tradicionales

Campo disciplinar: alumnos no organizados en la realización  de tareas áulicas, (atenta escucha de las exposiciones del docente y pares)  institucionales, (recreos, formación en el inicio y salida de los educandos), comunitarias (en los actos escolares poco adeptos a sujetarse a pautas de comportamientos formales). La disciplina que asumen es una disciplina impuesta por la institución, al cual los docentes deben recurrir al sistema de premios y castigos para lograr su acatamiento parcial.  Algunas de las posibles causas observables de ello, es su no comprensión del mismo, así como los educandos “no son oídos” en sus reclamos Y por lo tanto no tienen participación alguna en el gobierno escolar. Todo lo es impuesto por coerción: Ej. Firma del libro, ir de castigo a la dirección, cuidado con la directora, etc.

Campo Pedagógico – Didáctico: Las observaciones  arrojan  que el P E-A  y las evaluaciones realizadas apuntan más a medir resultados del nivel cognitivo alcanzado, que otros logros alcanzados no explícitos en la misma. Desconocen y no participan de la formulación de los criterios de acreditación con que serán evaluados. Se observó también una ruptura entre la teoría y la práctica, las dos raíces de la educación (Juan Mantovani). La integración inter área es muy débil. El “aprender con otros” no es una metodología aplicada según sus preceptos.

Universo de los educandos cooperativos

Campo disciplinar: alumnos auto-organizados en la realización de tareas áulicas, institucionales, comunitarias, lo hacen por grupos organizados de trabajo y estudio, acorde a criterios propuestos por los mismos, tratados en  asambleas áulicas y aprobados, conforme a una simple mayoría, registrados en cuadernos y firmados por los educandos (Integración curricular, áreas de Lengua,  Ciencias Sociales y Educación Física). La disciplina que asumen no es impuesta por las autoridades pedagógicas, surge de su propia elección y decisión, por lo cual se les torna mejor la convivencia escolar. No hay un sistema de coerción, si, un sistema de reflexiones sobre las inconductas y definición de posibles soluciones ante ello. Los educandos cooperativos al estar organizados bajo la forma de una cooperativa escolar, su participación en determinados aspectos de la gestión escolar, son escuchados y atendidos. Alumnos y docentes asumen responsabilidades integradas y graduadas.

Campo Pedagógico – Didáctico:  las mediciones  realizadas del P E-A, en función de las evaluaciones realizadas, están centrados en el desarrollo de sus capacidades cognitivas, destrezas, habilidades  como así también, en el apego a los valores y principios de la cooperación escolar. Su rendimiento escolar, al estar integrados las áreas y a no haber entre las mismas separación, permiten integralidad horizontal de las teorías curriculares, con la práctica organizada de las mismas, y  como eje medular que las aduna, la Cooperación Escolar.  El aprender con otros orgánicamente, es una constante del proceso de E-A. Los criterios de acreditación para las pruebas formales están bien delimitadas, son conocidas y comprendidas  por los educandos, pues han participado de su elaboración. Se debe agregar también que el docente valora y centra  su preocupación y ocupación  en el “silencio de las evaluaciones”, es decir, merita integralmente.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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