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La economía colaborativa y su influencia en la academia

Por: Sofía García-Bullé

Es necesario generar soluciones que mantengan la calidad de la experiencia educativa ante un detrimento crónico de la profesión docente.

El rápido avance de la tecnología ha tenido un significativo impacto en la base de la economía global. Aplicaciones como Uber, Rappi o Glovo, cambiaron la forma en la que se estructura el mercado laboral y las compañías que generan empleos.

A esto se le conoce como gig economy o economía colaborativa. Consiste en la construcción de relaciones laborales a través del outsourcing administrado por aplicaciones.

Las personas que entablan relaciones laborales con estos negocios entran en una dinámica de contractores o “socios”, que realizan un trabajo independiente o por proyecto pero que generalmente no cuentan con un contrato de por medio. La ventaja de esta modalidad es que las personas pueden administrar sus horas de trabajo y ganancias como mejor les parezca. La desventaja es que no se trata de un trabajo formal, los que lo realizan no cuentan con ninguno de los derechos y protecciones que tendría un empleado.

En Estados Unidos, más de 57 millones de personas son trabajadores independientes o freelance y han tenido contacto con la economía colaborativa; en México superan los 14 millones.

La anatomía de la academia colaborativa

Adrianne Kezar es profesora en la Universidad del Sur de California y directora del Centro Pullias para Educación Superior, ella ha dedicado su carrera a la investigación y al activismo en favor de un mercado laboral justo para los maestros y personal académico.

Kezar ha registrado cambios en la dimensión laboral de la academia desde antes de la llegada de la economía colaborativa. Las instituciones educativas comenzaron a desarrollar una tendencia que a la fecha sigue creciendo dentro de las filas del personal educativo: la dependencia en profesionales educativos adjuntos o asociados.

Son cada vez más las universidades que se apoyan en el trabajo de empleados adjuntos que no tienen una posición permanente en las instituciones ni los beneficios que esta implica. Esta práctica ha creado condiciones de trabajo inseguras e insuficientes para millones de educadores, lo que termina lastimando, en mayor medida, la calidad de la experiencia educativa de los estudiantes. Si las instituciones no satisfacen las necesidades laborales del personal docente, estos no estarán aptos para asegurar una educación de alto estándar.

Esta tendencia está evolucionando a algo que Kezar considera una amenaza mayor: la “gigificación” académica. Adoptar un modelo de economía colaborativa para la academia tendría serias consecuencias para las condiciones laborales de los profesionales educativos. Si las instituciones educativas siguen el modelo de empresas como Uber, los maestros dejarían de serlo y se convertirían en trabajadores independientes sin una plataforma que los ayude a obtener el desarrollo necesario para ser capaces en su labor. Kezar describe detalladamente cómo sería un panorama académico de este tipo.

“Una fuerza de trabajo desprofesionalizada y barata, trabajadores incapaces reclutados a través de outsourcing, haciendo uso de la tecnología para reducir costos laborales, delegando los costos de reproducción a los empleados y basándose en una ética de microempresa, además de un control administrativo sobre la oferta de trabajo y la demanda”.

Todos nos hemos topado con un repartidor de alguna aplicación como Deliveroo o Glovo que no entrega el pedido, o que trae la orden incorrecta, también con un conductor que no maneja bien o que va con prisa porque tiene una cuota de entregas por día que está obligado a cumplir para que le paguen. Estos son algunos de los riesgos de las entregas al siguiente día o de contratar servicios vía aplicación, ese margen de error existe y es algo que asumimos sin mayor problema pero, ¿estaríamos dispuestos a ser así de flexibles con la calidad de la oferta educativa? ¿Cuáles serían los costos de esto a largo plazo?

Los ambientes de trabajo positivos son cruciales para el desarrollo humano, no pueden crearse las condiciones para una educación real sin estas condiciones. Rezak sostiene que hace dos décadas, antes de que comenzaran a darse todos estos cambios, las universidades y escuelas eran reconocidas por generar ambientes de trabajo e interacción saludables. Explicó que ahora la situación es opuesta, con las instituciones educativas generando calificaciones bajas en comparación con otras organizaciones y negocios en materia del ambiente de trabajo.

“Las estructuras y mecanismos que canalizan las relaciones humanas en la academia colaborativa aumentan el estrés de los trabajadores académicos, formando desconfianza entre colegas y convirtiendo relaciones originalmente cooperativas en antagonísticas”.

Argumenta Rezak, la también autora del libro “The Gig Academy”, explica que esta situación obliga a los trabajadores de la academia a usar mucho más de su tiempo y energía para generar estrategias que los ayuden a sobrevivir en un ambiente de trabajo inseguro, mal pagado y con alto potencial de explotación.

La primera baja de un mercado laboral educativo en estas condiciones es la capacidad de las instituciones educativas de crear una comunidad. Este es un cambio sustancial en la forma en la que vemos la transmisión de conocimiento a nivel institucional. La educación se nutre de la comunicación y cooperación entre maestros y alumnos en el aula así como la comunicación que ambos tienen con el resto del personal que conforman la institución. Esto es lo que forma una comunidad educativa, sin canales que aseguren el buen funcionamiento de esta dinámica estaríamos perdiendo elementos fundamentales de la experiencia educativa.

Existen estrategias que se pueden tomar para evitar una erosión de la oferta educativa debido la adopción del sistema de economía colaborativa en la academia. Rezak los detalla en su libro. Un enfoque sensible hacia los sindicatos, además un propósito constante de asegurar el diálogo y la diversidad son rutas viables mantener la calidad del ambiente laboral de la academia y el producto educativo que genera.

Sin embargo, el punto clave no se encuentra en un modelo de negocio apoyado por las bondades de la tecnología sino en la ética básica de ofrecer oportunidades y crecimiento a los profesionales que se requieren en el área educativa. Trato humano y un buen balance de justicia en la forma en que se administran las plazas educativas pueden hacer más por el futuro de la educación que cualquier aplicación o servicio tecnológico.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/academia-colaborativa

Imagen: Shahid Abdullah en Pixabay 

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Chile: laboratorio neoliberal

América del Sur/Chile/27-10-2019/Autor(a): Hugbel Roa/Fuente: diariodelosandes.com

Por: Hugbel Roa

Chile es el país dónde el neoliberalismo se jacta de haber tenido un “gran éxito”. En efecto, la reestructuración fue total. Fiel al programa neoliberal, la dictadura de Pinochet llevó adelante pautas económicas que llevarían a una desregulación drástica de la economía, desempleo masivo, una concentración de la renta en favor de los sectores económicos más cerrados, la privatización de bienes públicos, etc., lo cual fue posible aplicando un duro esquema de represión, sangriento y brutal.

El teórico social David Harvey, en su libro Breve historia del neoliberalismo, señala que la expresión política del neoliberalismo en tanto proyecto económico global conllevó una redistribución de capitales, restableciendo el poder de las élites internacionales y nacionales, sobre todo de países centrales como Estados Unidos o Inglaterra.

Una vez instalado el gobierno militar de Pinochet, a la persecución, la tortura, el exilio y la muerte de trabajadores y jóvenes de esa generación que defendió y le exigió a Allende la ruptura radical con la burguesía, se sumó una política económica totalmente neoliberal que aún, en pleno siglo XXI, Chile pretende mantener. De la mano de economistas formados en la Universidad de Chicago y a través del Proyecto Chile, financiado por la Fundación Ford y organizado por los “Chicago Boys”, el gobierno llevó adelante una reestructuración total de la economía. Con ello, Chile se convirtió en la base de operaciones del Plan Cóndor, diseñado por los EE.UU. y que permitía coordinar la represión hacia la vanguardia obrera y juvenil en gran parte de Sudamérica.

Hoy vemos en Chile, un precario sistema de protección social, una desigualdad social extrema, según la última edición del informe Panorama Social de América Latina elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país. Los adultos mayores tienen pensiones por debajo del sueldo mínimo, mientras que la Administradora de Fondos de Pensiones acumulan ganancias, el aumento de 10.5% en las tarifas de luz, el valor de los medicamentos es de los más altos de la región, con un sistema de salud privado que deja por fuera a los ancianos y es tres veces más caro para las mujeres. Un reciente estudio de la Universidad Diego Portales, determinó que de un total de 56 países alrededor del mundo, Chile es el noveno más caro.

A todos estos factores de descontento, se suma una ola de casos de corrupción en instituciones como El Ejercito y Policía de Carabineros, acusada de desviar más de 40 millones de dólares, aunado a la persecución y criminalización del movimiento estudiantil.

El pueblo chileno, encabezado por los estudiantes, hoy está en las calles protestando por el aumento en el pasaje del Metro, pero también el alza en el costo del Ferrocarril Metropolitano, que transporta a diario a casi tres millones de personas, los manifestantes alegan que un alza en el pasaje del metro es inconcebible, más aún si se considera que el transporte público en Chile es uno de los más caros en función al ingreso medio.

Los “ideólogos” neoliberales, apoyados de manera evidente por las grandes corporaciones mediáticas que históricamente han estado a merced de la burguesía, tratan de tachar como “delincuentes” y “violentos” a los estudiantes que hoy se manifiestan contra todas estas políticas neoliberales que afectan a más del 85% de la población, minimizando, además, que se trata del rechazo únicamente al costo del pasaje, cuando esto, es solo parte de un problema social mucho mayor. Ante esto, la respuesta del Gobierno chileno ha sido decretar toque de queda y militarizar las ciudades del país, volviendo a aquellos oscuros días de sangre, muertes y desapariciones que bien supo aplicar Pinochet.

Fuente e Imagen: https://diariodelosandes.com/site/chile-laboratorio-neoliberal-2/

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Así es como los maestros ven a sus directivos

Por: Paulette Delgado

¿Qué piensan realmente los maestros sobre sus directores? ¿Confían en ellos? ¿Están en el mismo canal en el tema de disciplina escolar?

El Education Week Research Center dio a conocer los resultados de una encuesta realizada a directores de instituciones educativas. La encuesta tenía el objetivo de descubrir cómo se ven los directores a sí mismos y si su opinión coincidía con la opinión de los maestros. A forma de autoevaluación, las preguntas se enfocaron en el director y su imagen, mientras que, por otro lado, el equipo repitió las mismas preguntas a los maestros para conocer si había diferencias de opiniones.

Los resultados entre ambas fueron sorprendentemente diferentes. Por ejemplo, aunque ambas partes coincidieron en que es importante mantener una buena relación entre director-profesorado (el 87 % de los directores creen que es muy importante tener una buena relación con los maestros y el 81 % de los profesores estuvo de acuerdo), el 69 % de los directores confían que sus maestros se sienten en confianza para pedirles apoyo cuando enfrenten un problema, pero sólo el 25 % de los maestros siente la suficiente confianza para acercarse a su director (a).

Por su parte, más de la mitad de los directores (77 %) confían que su trabajo impacta de manera “completamente positiva” al ambiente laboral y de aprendizaje, mientras que sólo el 37 % de los docentes apoya esa idea. En este rubro, ningún director admitió afectar negativamente el ambiente laboral, mientras que el 22 % de los docentes encuestados dijeron que el director o directora, tiene una influencia “algo negativa” en el ambiente de la escuela y el 8 % de los maestros admitieron que su superior tiene un impacto totalmente negativo en el ambiente laboral y escolar.

Cuando se trata del apoyo para innovaciones e iniciativas, el 86 % de los directores contestaron que ellos apoyan a los maestros para iniciar nuevos proyectos. Sin embargo, los maestros no sienten el mismo apoyo, sólo el 45 % se sienten apoyados por sus superiores para llevar a cabo innovaciones en su labor docente.

La encuesta también encontró diferencias significativas entre el nivel de fricción que perciben los maestros y los directores. En el caso de la disciplina escolar, por ejemplo, el 52 % de los docentes señalan que es el tema que más ocasiona fricciones entre ambas partes, mientras que sólo el 24 % de los directores opinó lo mismo. En cuanto a la filosofía de la institución, el 21 % de los maestros dicen que puede provocar problemas en su relación con sus superiores mientras sólo el 9 % de ellos lo ve así.

La retroalimentación (formal o informal) y su frecuencia es uno de los temas donde la encuesta encontró más diferencias de opiniones entre docentes y directivos. Según la encuesta, la mayoría de los maestros encuestados (56 %) quisieran recibir retroalimentación tan solo unas pocas veces al año, mientras que la gran mayoría de los directivos opina que la retroalimentación debería ser mensual (39 %) o incluso semanal (38 %). En este mismo tema, el 17 % de los maestros se sienten incómodos con la retroalimentación recibida de parte de sus directivos, en contraste, sólo el 5 % de los directores ve la retroalimentación como un factor que pueda dañar su relación.

Además de mostrar las tensiones comunes que hay entre jefes y empleados en todos los sectores, la encuesta también demuestra que en el sector educativo, particularmente, es importante que los directores tengan una buena comunicación y relación con sus maestros, ya que las fricciones y diferencias pueden afectar significativamente el ambiente escolar de la institución.

Pero la responsabilidad de lograr esta armonía no debe recaer en una sola parte, indica el reporte, ambas partes deben trabajar en esta relación, aunque los resultados de esta encuesta demuestran que la mayor discrepancia se encuentra en la parte directiva, por lo que son ellos quienes tendrán que trabajar más en mejorar la comunicación con su cuerpo docente. El reporte señala además la importancia de que los directivos analicen y reflexionen sobre cómo expresan su liderazgo y cómo lo viven los docentes, de manera que se mejore la comunicación y se disminuya la brecha de opiniones reflejada en la encuesta.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/encuesta-asi-es-como-los-maestros-ven-a-sus-directivos

Imagen: rawpixel en Pixabay

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Zombie-based Learning?

North America/USA/27-10-2019/Author(a): Sofía García-Bullé/Source: observatory.tec.mx

By: Sofía García-Bullé

To escape a zombie apocalypse, one has to have notions of geography.

Teaching geography is not easy. In previous articles we have covered the issue of the silent crisis of geographic illiteracy, especially when there is a growing need for professionals who can perform in fields of work where geographic knowledge is important. Geographic educational programs face a major challenge in keeping students motivated to learn hard data like country names, states, capitals, and resources that each has.

David Hunter, a geography teacher in Seattle, Washington (USA), might have found the key to capturing the interest of the students in the subject through a survival game. Hunter’s two greatest passions are things that would not normally come together, but with the right approach, they could become a creative educational strategy never before seen.

Outside the classroom, the teacher is a loyal follower of zombie fiction. Movies, series, video games, anything that has any version of the undead in its content is eagerly consumed by the professor. However, his pastime never mingled with his teaching side until he wondered, for fun, where he would flee in the event of a zombie apocalypse and why. How would it be located? What resources would the places have for them to be attractive to a group of people fleeing monsters in search of their brains?

«When I started with zombie-based learning, I wanted to create a meaningful example of how you can teach creatively still using established standards,»

It was then that he realized that the narrative of a zombie epidemic would be an excellent platform for teaching his students the value of a sense of direction and the places they can discover and map with it. «When I started with zombie-based learning, I wanted to create a meaningful example of how you can teach creatively still using established standards,» explains Hunter.

Hunter’s main goal was to get the attention and motivation of typically apathetic students. He used gamification elements to challenge his students to develop escape strategies, contingencies, and selections of places for possible refuge and reconstruction under a fictional narrative about a zombie apocalypse.

This narrative is developed in a graphic novel written by Hunter himself to fulfill the purpose of a friendlier textbook. The teacher was concerned about having written documents and resources that he could share with other teachers who might like to apply this method to revitalize geography classes or adapt it to other environments of gamification and project-based learning.

The principal advantage of Hunter’s project is that it allows students to apply geographic knowledge in a practical situation. Not only are they memorizing data, they are applying what they have learned to solve problems that are fictional, but also concrete and which provide an element of entertainment. Importantly, an intriguing scheme of gamification is one that provides immediate feedback and gratification while the narrative or storytelling behind it keeps students interested. This lengthens the useful life of the project, allowing it to be used throughout its time or with different classes, without losing its effectiveness.

If you want to know more about the bases and applications of gamification, check out our Edu Trends report that delves into this attractive educational trend.

Source of information: https://observatory.tec.mx/edu-news/zombie-based-learning

Image:  ahmadreza heidaripoor en Pixabay

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El proceso de adaptación en la educación infantil

Por: Junta de Portavoces

Llega un día, en que cada uno sale al mundo y, aunque da un poco de miedo, se abren nuevas y maravillosas posibilidades. Crecer cuesta, pero merece la pena.

La “primera vez” que hacemos algo, que tenemos una nueva experiencia de cualquier tipo, se nos produce una cierta inquietud: cuando vamos de viaje a algún lugar desconocido; cuando quedamos por primera vez con personas desconocidas; un nuevo trabajo…

Esta inquietud es el resultado de las emociones que se nos producen internamente, al enfrentarnos a estas nuevas situaciones, que al ser desconocidas nos generan inseguridad, aprensión e incluso miedo.

Estamos en el momento de preparación del próximo curso, el momento de tomar decisiones sobre el futuro de nuestros niños, el cual puede conllevar la incorporación al ámbito escolar de numeroso pequeños, que se enfrentarán, igualmente, a esta nueva experiencia con los sentimientos asociados que conlleva. Cada vez salimos del regazo más temprano, en pequeños viajes de ida y vuelta.

Algunas familias optan por llevar a sus hijos a distintos centros de educación infantil, de primer o segundo ciclo. Existen distintas posibilidades, pero todas ellas tienen un denominador común: los niños y niñas han de superar una de estas experiencias vitales: “el periodo de adaptación”.

¿Qué entendemos por periodo de adaptación?

Entendemos por periodo de adaptación, el tiempo que los centros educativos organizan para la incorporación de los niños y niñas, por primera vez, al entorno escolar. Puede tener distintas características, en función de la tipología de centros, algunas de las cuales pueden ser: incorporación paulatina, horarios y grupos reducidos, aumento progresivo de la estancia en el centro, acompañamiento en el aula,… todas ellas valiosas herramientas que facilitarán la consecución del objetivo que nos interesa: la adecuada y correcta adaptación.

Sin embargo, todos estos aspectos mencionados, dependen de los adultos, es decir, son los adultos los que tomarán las decisiones pertinentes con respecto a la escolarización, horarios, calendarios, etc. Los niños serán sujetos pasivos de estas decisiones. Es por ello, que nosotras en la Asociación Junta de Portavoces de Educación Infantil 0-6, queremos establecer la diferencia entre periodo y proceso de adaptación.

¿Qué entendemos por proceso de adaptación?

Es el conjunto de situaciones, emociones y procesos psicoafectivos que se producen, en los niños y niñas, como conjunto de respuestas ante una nueva situación desconocida para ellos.

Al ser un proceso, ellos serán los protagonistas, puesto que tendrán que elaborar sus propias y peculiares estrategias de afrontamiento: elaborar el proceso de separación de sus figuras de apego, establecer nuevos vínculos afectivos con adultos y otros niños, emprender relaciones con el nuevo entorno y sus dinámicas, iniciarse en la expresión de sus emociones y necesidades,…

Este proceso comprende desde que los niños y niñas se incorporan al centro educativo, hasta que se consigue el equilibrio, la tranquilidad, la confianza y la formación de vínculos emocionales. No tiene una temporalización concreta, sino que depende de cada niño, por ser un proceso único y personal.

La incorporación a la escuela, un lugar desconocido, produce sentimientos de abandono y pérdida. Pérdida de su mundo de referencia, de sus personas de apego, en definitiva, su casa y su familia, donde se sienten seguros y queridos. De abandono, porque carecen de noción temporal desarrollada, por lo que no tienen capacidad para predecir cuando van a volver a buscarlos sus familiares. Expresar estos sentimientos es una reacción totalmente sana, no debemos intentar evitarla. Solo los protagonistas podrán superarla, convirtiéndose en su conquista personal.

Cada pequeño reacciona de una manera: pueden darse comportamientos de timidez, algunos se quedan pegados al adulto, otros se aíslan o inhiben, no quieren relacionarse con otros niños; pueden expresar tristeza, llantos, rabietas, rechazo al adulto, en los momentos de separación de la familia, en la entrada, durante el día o en la salida; incluso fuera del centro, pueden darse comportamientos atípicos como no querer separarse ni un instante de los familiares más directos, no comer o dormir bien, despertar bruscamente, tener pesadillas, regresión en el control de esfínteres; expresar sus conflictos a través del cuerpo (tener fiebre, vómitos,…).

Frente a este conflicto interno que están viviendo, les ayudará la serenidad de los adultos que les cuidan, proporcionándoles la seguridad y el apoyo que contribuirá a ir calmando sus temores. La familia y los centros de educación infantil compartimos la grata tarea de cuidar y educar a los niños y niñas.

Todos estos comportamientos irán desapareciendo paulatinamente, a medida que el pequeño vaya evolucionando en su proceso y vaya, por lo tanto, resolviendo su adaptación. En poco tiempo se sentirán seguros, confiados, tendrán nuevos amigos, volverán a comer con ganas, dormirán a pierna suelta, jugarán alegremente y comenzarán a mantener relaciones de afecto con sus educadores e iguales, formando parte su primer grupo social, aceptando el medio educativo voluntariamente, percibiendo que es un contexto en el que disfrutar.

Necesitan tiempo, contextos enriquecedores y apropiados en la escuela, el mantenimiento de las rutinas, que les ayuden a anticipar lo que va a ir ocurriendo a lo largo del día y en qué momento se dará el reencuentro con sus familias.

Este proceso, tan complejo para niños y niñas, también lo es para madres y padres. La decisión de escolarizar a los hijos puede provocar sentimientos ambivalentes: siendo conocedores de lo idóneo de llevar a los niños a un centro de educación infantil, puede producir tristeza, angustia, pérdida e incluso celos, provocados por un sentimiento de culpabilidad, derivado de no atenderles ellos en exclusiva, ya sea por decisión propia o por exigencias de la situación familiar.

Observar las dificultades de los hijos y las propias puede hacernos dudar de si merece la pena.

Es conveniente aceptar y tolerar estos sentimientos como naturales y humanos, no negarlos ni tratar de evitarlos, sino tratar de aliviarlos depositando nuestra confianza plena en el centro educativo y sus profesionales. Siempre queremos lo mejor para nuestros hijos: confiemos en nuestras propias decisiones, sobre todo si están basadas en el conocimiento de los criterios pedagógicos, la organización, la metodología, las posibilidades de comunicación, las instalaciones, … del centro elegido.

Por otra parte, los centros de educación infantil deben tratar de adaptarse a la individualidad de cada niño y niña, respetando su propio ritmo y tratando de acogerles con comprensión y cariño; estableciendo un clima de buena comunicación, en el que se sientan entendidos en la expresión de sus sentimientos y estando cerca de ellos para transmitirles seguridad.

No todos los centros son iguales. Desde la Asociación Junta de Portavoces de Educación Infantil 0-6 abogamos por la Escuela Pública, siendo profundamente conocedoras del excelente trabajo que se realiza en las Escuelas Infantiles y Casas de Niños de la Red Pública. En estos centros se tiene en consideración todos los aspectos mencionados anteriormente, para dar respuesta a las necesidades de todos los implicados en el proceso.

A modo de conclusión…

¿Qué supone este proceso para las familias, los niños y los centros educativos infantiles?

Es el tiempo que necesitan los niños y niñas para lograr sus propias conquistas, conocer y dominar otros espacios y descubrir nuevos amigos.

Es el tiempo que necesitan las familias para dejarlos confiados en manos de los profesionales.

Es el tiempo que necesitan los profesionales para conocer a los niños y adecuarse a sus características y necesidades, y también conocer a sus familias.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/25/el-proceso-de-adaptacion-en-la-educacion-infantil/

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Falta de liderazgo en protestas complica situación en El Líbano

Asia/Líbano/27-10-2019/Autor(a): Armando Reyes Calderín/Fuente: www.prensa-latina.cu
Por: Armando Reyes Calderín
La falta de liderazgo en las protestas antigubernamentales en El Líbano, complica la posibilidad de encontrar solución a un movimiento espontáneo que condena a los políticos sean cualesquiera su profesión de fe.

Las manifestaciones sin precedentes acusan a la clase gobernante de saquear recursos estatales a lo largo de los años en el poder.

El robo, la corrupción y la venalidad de los dirigentes de Gobierno, Estado y Parlamento colocaron al país en una profunda crisis económica que por ironía hubo un intento de salvarla mediante más impuestos y gravámenes contra los que menos tienen.

A medida que surgen variantes para una solución, el tiempo corre y se agudizan las tensiones financieras de un Estado con una deuda de 85 mil millones de dólares, equivalente a 150 por ciento del producto interno bruto.

Los manifestantes demandan cambio radical en las estructuras de poder, una consigna similar a la de la llamada Primavera Árabe que derrocó en 2011 a los jefes de Estado de cuatro países.

Pero hay una diferencia, en aquella oportunidad respondía a un diseño de Estados Unidos e Israel para colocar gobiernos favorables a su política en la región.

En El Líbano, la situación pasa por la imposibilidad de los ciudadanos de a pie de continuar sufragando los lujos de una élite gobernante emergida de las cenizas de la guerra civil de 1975-1990.

Los señores de la guerra son los mismos que hoy día predominan en el escenario político nacional y, por supuesto, descartan abandonar sus posiciones y someterse al escrutinio popular.

Como prueba se toman los 17 mil desaparecidos durante el conflicto interno de 15 años que, pese a una ley aprobada por el Parlamento, sigue sin entrar en funciones y sancionar a los culpables de aquellos crímenes.

Con tal de frenar la ola de protestas, los partidos presentes en el Gobierno y Parlamento buscan alternativas, entre ellas las de reorganizar el Ejecutivo y mantener a Saad Hariri como primer ministro.

El resto del gabinete, sugieren, debían ocuparlo tecnócratas calificados para promulgar reformas urgentes, so pena de caer en la bancarrota.

Esa posibilidad en debate necesitará apoyo de todos, incluidos los manifestantes, pero ahí se traba el proceso por no existir una dirección única entre los miles que exigen un cambio en la historia libanesa.

En cualquier caso, el próximo gobierno debe ajustarse a las normas de las cuotas sectarias religiosas que comparten cristianos y musulmanes, otro de los obstáculos para un salto de calidad.

De tal manera que se volvería a más de lo mismo en la percepción de los protestantes, al igual que en caso de elecciones, a causa de que los candidatos independientes serían opacados por los de siempre, los ricos.

Se estima que la opción de una renuncia de Hariri aportaría más conflicto que solución, porque es probable se profundice aún más la crisis.

La otra variante de políticos consiste en una fatiga de los manifestantes y se alivie la presión, se mantenga un mismo Ejecutivo que llevará a cabo reformas destinadas a mejorar la situación económica.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=315488&SEO=falta-de-liderazgo-en-protestas-complica-situacion-en-el-libano
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Chile: 18 millones de ‘vándalos’ exigen Constituyente

América del Sur/Chile/27-10-2019/Autor(a): Manuel Cabieses Donoso/Fuente: www.prensa-latina.cu
Por: Manuel Cabieses Donoso
La casta política de Chile se aferra al poder y apela a un escandaloso y llorón strip tease que pone al desnudo los privilegios que hasta hace una semana consideraba derechos intocables.

Sus lágrimas de cocodrilo se derraman a raudales en los matinales de la tele en un esfuerzo de convencer que ‘hemos oído la voz del pueblo’.

La conmovedora -pero tardía- generosidad de la élite intenta aplacar la rebelión a través de la farándula de la crisis social. Sin embargo la protesta no cede ante el halago ni se somete a la brutal represión que ya registra 20 muertos, más de 300 heridos, dos mil detenidos y un número indeterminado de personas desaparecidas.

Los administradores del Estado no terminan de admitir que carecen de legitimidad para establecer un diálogo con la rebeldía popular. Sus medidas coercitivas, en tanto, se sitúan en el terreno de la violación de los derechos humanos y suscitan más repudio al gobierno, la policía y las Fuerzas Armadas.

La insurrección no reconoce la autoridad del gobierno ni del Congreso porque no representan la soberanía del pueblo. Son producto del modelo que la calle repudia. La ‘clase política’ representa (¿representaba?) solo al 40% de los ciudadanos. La abstención electoral -mensaje silencioso de esta crisis que los partidos no supieron oír-, constituye la mayoría que está en la calle. A esta se han sumado vastos sectores que se han sacudido de la tutela de organizaciones y capillas ideológicas.

En diciembre del 2017, Piñera fue elegido con tres millones 800 mil votos de un padrón electoral de más de 14 millones. Asumió la presidencia representando a una fracción minoritaria de ciudadanos, y en menos de dos años su respaldo se ha convertido en sal y agua.

La representatividad del Parlamento es todavía menor. Caso paradigmático es una senadora -Carmen Gloria Aravena Avendaño- elegida por 4.200 votos, o sea el 1,2% de su circunscripción, ya reducida por la abstención.

El presidente del Senado, Jaime Quintana, segunda autoridad del Estado, representa solo al 10,2% de electores de su región. El titular de la Cámara de Diputados, Iván Flores, a su turno, fue elegido con apenas el 9,5% de los votos.

En el plano municipal la situación es aún peor. En la elección de alcaldes y concejales del 2016, la abstención alcanzó al 65%. Hay alcaldes que ‘representan’ menos del 10% del electorado -ya reducido por la abstención- de sus comunas.

Esta ‘democracia’ jibarizada y por tanto vacía de contenido, explica por qué la rebeldía en Chile no acepta la autoridad de instituciones moralmente inexistentes, ni reconoce como interlocutores a los administradores de esos fantasmales vestigios de institucionalidad.

Los amagos de sectores políticos para desviar el torrente popular hacia molinos partidarios, no han logrado ningún resultado.

La criminalización de la crisis por parte del Gobierno y los medios de comunicación, no ha conseguido mellar la fuerza moral del movimiento que sigue expresándose masiva y pacíficamente.

Esta verdadera insurrección desarmada demuestra una vigorosa creatividad cultural y artística. Incluso hace gala de ingeniosas expresiones de humor en las redes sociales.

Los actos de vandalismo que se le atribuyen -de un origen tan sospechoso como los incendios del Metro y supermercados- son por completo ajenos al espíritu que anima a las marchas y caceroleos masivos en que participan familias completas de sectores sociales muy diversos, hermanados en un rechazo frontal a los abusos del neoliberalismo.

Las acciones de vandalismo que han ocurrido traen a la memoria la explosión social del 2 y 3 de abril de 1957. La policía puso en libertad y azuzó a centenares de delincuentes para que destrozaran y saquearan bienes públicos y negocios privados en Santiago y Valparaíso.

Los atentados incendiarios de esta semana afectan más al pueblo que a los propietarios de los negocios saqueados e incendiados. La cadena norteamericana Walmart, de los supermercados Líder, y el grupo Solari Falabella, de Sodimac, no perderán un centavo.

Tienen seguros a todo evento que los protegen contra robos, saqueos, incendios, atentados terroristas, catástrofes naturales, etc. Los elevados costos de esos seguros tampoco los pagan esas empresas pues los trasladan a los precios y tarifas que cobran a los consumidores y usuarios.

Millones de ‘vándalos’ han convertido a Chile en una plaza fuerte de la lucha contra la injusticia, la desigualdad y la inequidad. Los ‘vándalos’ rechazan la violencia delincuencial contra pequeños y medianos comerciantes.

Los ‘vándalos’, en cambio, se movilizan por un cambio radical del modelo económico y social sobre el cual se levantan las instituciones del Estado.

Está en curso una transformación cultural de la conducta social cuya victoria permitiría derribar las barreras de la desigualdad y la discriminación. Asimismo se abre paso una demanda capaz de centralizar el conjunto de aspiraciones populares y atacar la raíz del conflicto.

Va surgiendo con fuerza la imperiosa necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente. Esa vía pacífica y democrática permitiría a Chile dotarse de una Constitución que genere nuevas instituciones y leyes para construir una sociedad diferente.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=315603&SEO=chile-18-millones-de-vandalos-exigen-constituyente
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