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Tiempo cumplido y universidad en su mejor altura

Tiempo cumplido y universidad en su mejor altura

Manuel Humberto Restrepo Domínguez

Lo primero que se me ocurre a pocas horas de dejar la vicerrectoría académica, es agradecerle a la gente que creyó y sigue creyendo que la universidad publica es el mejor lugar del mundo para combinar libertades y derechos.

Sigue en mi vida después de este periodo como vicerrector académico el disfrute que da poder mantener la frente en alto, saber que ante nadie tendré que bajar nunca la mirada, y que podré seguir mi vida tranquila como un profesor más, en la base, preparando mis clases, retomando mi ejercicio de investigación y trabajando por la paz y los derechos humanos con conciencia de país, convencido de que la universidad pública esta llamada a cumplir un papel significativo en la erradicación de toda violencia y en la superación definitiva del poder de élites y clientelas por uno de poder popular.

Lo primero que se me ocurre a pocas horas de dejar la vicerrectoría académica, es agradecerle a la gente que creyó y sigue creyendo que la universidad publica es el mejor lugar del mundo para combinar libertades y derechos. El mejor escenario para hacer conciencia del mundo que vivimos y con apoyo de la ciencia, las artes y las humanidades fortalecer la capacidad para transformar el mundo que existe y crear otros posibles. Lo segundo, que la universidad solo puede entenderse como un asunto colectivo, no es una empresa, ni una ONG, es una institución, a secas, que tiene mecanismos de autopoiesis y regulaciones, autonomía, se recompone, es un cuerpo vivo que estará ahí por encima de nosotros, que vamos de paso por los cargos y los encargos que imponen las políticas académicas.

He completado cuatro años como vicerrector y una década como columnista, que acumula junto a una docena de libros, la riqueza moral de una pequeña obra con más de 500 columnas de ensayo de análisis social con perspectiva critica de derechos humanos, que vuelan solas por eldiario.comrebelión.orgalainet.org entre otros, creándose su lugar propio, que me retribuye con la alegría de que tienen un público ganado que las lee y usa para algún fin de rebeldía o resistencia. Retomaré las asignaturas de derechos humanos en mi facultad y seguiré trabajando en temas de paz y derechos humanos, tengo para ello mi formación, experiencia y convicciones éticas y creo en la necesidad de la paz total y en la Colombia posible sin exclusiones, en convivencia, capaz de poner el respeto por la dignidad humana y la defensa de la vida, por encima de cualquier otra cosa e interés.

Queda del paso por la vicerrectoría, junto a la compañía de un inigualable y pequeño equipo de trabajo con el que hicimos un gobierno de docentes y por políticas, una universidad en el mejor lugar de toda su historia, que, por supuesto es acumulativa, no nace cada día. Está en el más alto lugar, al que muy pocas han llegado en Colombia. Es la suma de factores y compromisos de una universidad del siglo XXI. Queda por primera vez acreditada por cinco años a nivel internacional por la más importante organización de universidades de América latina y el caribe (CEAI de UDUAL, en coordinación conjunta con relaciones internacionales). Queda acreditada de alta calidad Multicampus a nivel nacional por el MEN y CNA para seis años. La mitad de sus programas quedan con acreditación de alta calidad y 20 más tienen resoluciones listas sobre el escritorio del ministro. Siete ingenierías quedan acreditadas internacionalmente (con esfuerzos de decanaturas y relaciones internacionales). Se acreditaron también por primera vez los primeros cinco posgrados en nivel de maestría y el doctorado de educación queda ad-portas de obtener su resolución.

Las acreditaciones, junto a sus campus, bibliotecas, formación de sus docentes, saberes que circulan, ciencia que se hace, capacidad de sus estudiantes y formas organizativas, señalan la reputación y prestigio de una universidad. En el proceso de validación y análisis son sometidas por pares externos al más riguroso examen de todas sus variables, factores, actores y modos de acción. Sus finanzas, impactos en la sociedad, formación y calidad de sus docentes, formación que reciben sus estudiantes, estructuras de su organización, capacidad colectiva de sus estamentos, papel de su ciencia y su grado de humanización, son revisados al detalle. La acreditación indica el lugar que ocupa en la sociedad, el estado y el sistema y el resultado está hoy en su máximo punto, en el mejor momento. Son procesos que se edifican con disposición y esfuerzo colectivo, en ocho libros hechos con la pluma de docentes y más de 5000 folios de anexos soportaron la acreditación multicampus.

Queda una universidad con una enorme solidez, con políticas académicas aprobadas, mesas de trabajo que fijen lineamientos y conciencia de construcción siempre colectiva. Sus cifras de realidad evidencian crecimientos, más de 28.000 estudiantes de pregrado en 75 programas y 3000 en posgrado en 104 (se crearon 31 entre 2019 y 2022) . La deserción se redujo en dos puntos y no hubo deserción ni en pandemia, ni después, indicativo de que las decisiones tomadas fueron oportunas y adecuadas, como crear reglas para no computar asignaturas perdidas, reducir costo de matrículas, proveer matriculas con recursos propios, y no cobrarles a los estudiantes el fracaso de las elites con su modelo de sociedad excluyente, que descubrió en ellos el rostro de las desigualdades y las brechas sociales de carácter histórico. Mejoraron los resultados colectivos en las pruebas saber-pro; entraron a ocupar una silla universitaria un promedio permanente de 660 jóvenes en situación de desplazamiento forzado y cerca de 200 en situación de discapacidad, mas 50 bachilleres indígenas. Un 20% mas de docentes obtuvo sus títulos de doctor o doctora, el 30% ascendió en el escalafón docente que parecía una práctica olvidada, más del 90% de docentes ocasionales empezó a ser vinculado por once meses continuos y el 60% de cargos de dirección de programas fue ocupado por ellos. La productividad académica se multiplico por dos y en igual magnitud la movilidad de docentes al exterior.

Hubo programas destacados de alto contenido social como el año cero, que permitió vincular a sus aulas a más de 100 jóvenes excluidos del sistema de educación, uno por municipio, totalmente becados con recursos de la gobernación. Se creó la sala patrimonial que constituye la mayor riqueza bibliográfica del país en materia de archivos, fuentes y objetos de origen de la creación de la universidad pedagógica de Colombia, que antecede a la actual UPTC. Queda una universidad con un horizonte claro, una mirada enfocada hacia América latina y una institución lista para comprometer sus esfuerzos hacia la construcción de paz total y mejorar su influencia y acompañamiento territorial a los jóvenes de provincias olvidadas. Queda una universidad que quiere ser ejemplo de convivencia, de respeto y comprensión de temas de igualdad, géneros y derechos, para superar el patriarcado latente y cierto colonialismo imperante en las instituciones de educación superior. Queda una universidad que supo sobreponerse a la pandemia, poner en el momento justo la salud por encima del “deber” académico, aprendió en colectivo a leer el momento de incertidumbre y a sumar estrategias, esfuerzos y solidaridad para no sucumbir. Repartió computadores y planes de datos a la tercera parte de sus estudiantes, y siempre tuvo la enorme capacidad para superar con hechos y resultados, el acecho y asedio de tergiversaciones y ataques sistemáticos de un diestro sector, hábil y astuto para organizar hostigamientos y agresiones y extender información tendenciosa, entendible en un país acosado por el miedo y la política impuesta por patrones de múltiples violencias.

Queda una universidad que aceptó el dialogo como única fórmula de resolución de sus conflictos, fueron cientos de horas, días y más días de mesas de concertación, entre tonos altos y altibajos, pero con respuestas inmediatas y efectivas, y la conclusión es que se avanzó hacia una cultura de respeto por las diferencias, por la protesta, por el reclamo a una institución llamada a ser fuente de resistencia y cambio. El dialogo superó la opción del tradicional tropel del miércoles y el uso de la capucha para reclamar demandas universitarias y sociales. La expresión de rebeldía no fue esta vez el enfrentamiento entre policías y estudiantes, la institución no tuvo que sacar a un solo estudiante de prisión, ni a uno solo del hospital, tampoco hubo mutilados, ni muertos como antes había ocurrido.

Superado un momento de cuatro años de mi vida, exalto la incansable labor docente, el esfuerzo de sus estudiantes, el trabajo de egresados y el invaluable y afectivo apoyo de mis colegas directivos. Me alegro con la llegada a la rectoría de Enrique Vera, un profesor, investigador de altas calidades y capacidades con quien compartimos vicerrectorías, a quien ofrecemos nuestra disposición ilimitada para seguir construyendo la universidad que queremos, soñamos y vivimos. A Óscar Ramírez, que también después de la rectoría regresa a las aulas, mi gratitud toda, por la confianza que solo puede ofrecer un hombre humilde, sereno, franco, siempre mi amistad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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Venezuela: La UNEM profundiza en la Investigación Educativa Lugarizada en los estados Aragua y Yaracuy

La UNEM profundiza en la Investigación Educativa Lugarizada en los estados Aragua y Yaracuy

«Las Redes Lugarizadas de investigación y formación son una política educativa universitaria que está siendo impulsada por el Vicerrectorado Académico Territorial actualmente, se definen como espacios de encuentros entre los colectivos, una forma de articulación para generar procesos de investigación.» (Cuadernillo Aragua, p.4)

 

CUADERNILLO ARAGUA

 

 

«… UNEM reúne en su praxis pedagógica una extraordinaria y persistente aspiración por una educación que responda a las urgencias del pueblo venezolano y que abra el paso a la consolidación a una autentica emancipación nuestramericana.» (Cuadernillo Yaracuy, p.4)

 

CUADERNILLO YARACUY

 

 

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación / CII OVE

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El cuerpo de la pobreza

Por: Vicente Zito Lema*

 

Fue abogado, poeta, escritor, educador. Pero sobre todo, Vicente Zito Lema fue un hombre comprometido con su tiempo. Que hizo de la coherencia un emblema del que eligió no correrse ni un centímetro. Elegimos para despedirlo, un texto suyo que define a rajatabla en qué lugar eligió pararse y desde el que resistir a lo largo de su historia. El pasado 4 de diciembre murió un imprescindible.

                                                                       “Nunca olvides

                                                                       que lo único que un rico

                                                                       te va a dar

                                                                       es más pobreza”

                                                                       Eva Perón

I

(APe).- El cuerpo de la pobreza es el ser de la pobreza…

No hay pobreza sin cuerpo, tan simple y eterno como que no habrá cuerpos sin muerte…

Sin cuerpo la pobreza es menos que nada, menos aún que esa nadilla de polvo que no flota ni ensucia ni suplica ni suplicia.

O mejor: sin cuerpo la pobreza es el vómito de un viejo dios borracho ahogado de sí, sin ira y sin deseo, apenas huérfano de la soledad…

El cuerpo de la pobreza no tuvo nacimiento beatifico ni tendrá providencia… El Dios se agotó en lo humano.

El cuerpo de la pobreza es el ser de la pobreza ¿Sabrá el cuerpo de la pobreza qué es la vida si sólo construyó la muerte?

¡Quién habló del maldito pecado original!

Cuerpo en la pobreza, en la desmesura sufriente de un ser entre las sombras de su existencia. En la desmesura absoluta de las pasiones tristes que lo desviven y en la desesperación tan ávida como lejana de la felicidad, un territorio más que utópico, apenas ilusorio.

Cuerpo en la pobreza, cabalgando en la irracionalidad de una época de pobreza que deviene por fuera del sentido trasmitido como lo vero humano. Cuerpo en la pobreza, con una lógica y en una estrategia para responder a una necesidad urdida en el consumo de la vida, donde la pobreza también se consume como fruto maldecido, como vacío descarnado del otro, como certeza del peligro que encarna el otro… en tanto espejo de una existencia sólo posible en el horror de devorar un cuerpo día a día, empezando por la lengua que le da palabra.

Cuerpo en la pobreza, ser madera en la hoguera sin límites, donde siempre sopla el viento que aviva las llamas pero también alerta a la vida; cuerpo en la pobreza, como si alguien, pese a todo, pudiera satisfacer un mandato propio de los antiguos dioses, de los héroes sin tiempo…

Cuerpo en la pobreza, cuando la vida y la muerte, en tanto actos del bien y del mal que la corporizan al pie de los altares, la vuelven pensable, tangible, fatalmente material. Cuerpo en la pobreza, estar allí, sin otra salida que quemar las naves (también la sagrada belleza del mascarón de proa…) y decir – entre risas, pánico y desafíos–: ¡vengan por mí, yo ya fui!

Cuerpo en la pobreza, obligado a excavar su nicho en la tierra. Detenido en las puertas del templo de los cielos, triste como esas músicas que nadie escuchará.

II

Hay un aire de incienso que asfixia, un agua de pila bautismal que ahoga, una luz de estrella ciega que quema y oscurece sin escándalo. Sin que se altere el dictado manifiesto de la ley: pulcro en las formas, corrupto en su génesis, siniestro en su anclaje… Se permite una sospecha de la verdad, sólo en los límites que imponen las estrategias legitimadas por el poder sobre el saber científico: impolutas, objetivas, desapasionadas… sin espacio para involucrarse con la verdad de ese cuerpo que se observa y se investiga mientras el cuerpo se martiriza.

Hay, hasta en la coronilla hay, un mundo material que apesta por sus cuatro ventanas del cielo, una luz de lo impuesto de lo real que oscurece la transparencia de la vida, sin que la belleza deje de suspirar entre las nubes de una bóveda que brilla lejos de esa tierra más que yerma, arrasada, privada de amor, en la que apenas acontece el cuerpo de la pobreza, sin más consuelo que una rápida agonía que acorte el estertor.

Es un espacio cotidiano, ganado por el miedo, paralizado por el terror que despierta la sorda melodía del ocaso, igual que el alba cuando el espíritu se cierra, enmudece, acrítico, ese instante feroz donde todo se naturaliza con una ligereza que espanta los espectros, donde la representación de la vida se confunde con la vida misma, en el espasmo tembloroso de la existencia.

El dolor del cuerpo en la pobreza será minimizado, o peor aún, encerrado en la categoría de castigo divino, de aprendizaje cruel pero merecido.

La humillación que sufre el cuerpo en la pobreza provoca un fenómeno de descalificación a partir del propio lenguaje. La palabra ya no es el espíritu que al nombrar crea, sopla los labios, ahora se tensa como un látigo para azotar el alma… sin escándalo.

Más allá de escondrijos y urdimbres del pensamiento, se trata de entender que el cuerpo de la pobreza se manifiesta en la realidad social (esa mesa nacida para el pan y el vino en común) igual que un cuerpo sin ser en el cuerpo (un cuerpo que en armonía bienhechora pudo convertirse en la casa del alma… ¿o imaginan un alma perpetua bajo una lluvia de sal en la intemperie…).

He ahí sin tapujos la realidad del cuerpo en la pobreza, aquello que lo constituye y también lo diferencia: su existencia se da en el espacio y en las prácticas de un cuerpo, que lo produce y lo contiene en sí, el cuerpo de la pobreza.

(Para el ser, puesto allí y sin poder salir de allí, por fuera del cuerpo de la pobreza no habrá existencia. Por más que lo necesite, aunque su deseo se convierta en plegaria, en blasfemia o en demencia “ese camino tan alto y tan desierto…”)

Ese cuerpo, humano y no humano, nunca acabado en su martirio y en su aprendizaje, resulta el verdadero ser, la realidad manifiesta de la pobreza en la construcción trágica de su existencia.

III

El cuerpo de la pobreza, ese sujeto sin metáforas ni lenguaje que lo encubran, es un espacio permanente de la contradicción, donde se produce a cara de perro el histórico combate entre la vida y la muerte (que en algún discurso se personifica en Eros y Tánatos, creando y destruyendo, o si se recurre a la música habrá que memorar los acordes de la luz y las tinieblas… ¿Recuerdan memoriosos, inocentes aquella escena de la Reina de la noche cuando el desvarío es un fuego que sube y sube y se expande y se vuelve sagrado en su propio hermosura?)

Hay un cuerpo como lluvia de cenizas. Hay un cuerpo, carne privada de nombre para que la idea de la pobreza desnude su impotencia. El cuerpo del ser en la derrota: el cuerpo del fracaso de la historia como sueño humano. Ese cuerpo excluido de los atributos de su mismidad, porque el reconocimiento del cuerpo del otro se agotó en las prácticas de la usura (la avaricia hunde la hoja del cuchillo hasta el mango).

Hay un cuerpo que anda por el mundo, sin espacio en el mundo. Sombra y fantasma. Un cuerpo demandado, sometido, desollado, amputado, violado, abusado, despreciado, disciplinado, torturado, condenado en el hacer y en el no hacer. (¡Palos por si bogas y palos por si no bogas!)

Ese cuerpo testigo de la vida como agonía de la vida.

Ese cuerpo sujeto de la agonía, ese cuerpo territorio de la agonía, como si fuera todo el cielo y toda la tierra…

Ese cuerpo que narra –minucioso, exasperante…– la historia del propio dolor humano, allí cuando la carne, superando el ultraje dio nacimiento al espíritu humano.

Ese cuerpo de la pobreza sirviente de otras vidas que brotan y cuelgan con gracia en el aire como racimos, que existen a partir de su vida, (sea la que fuera) y al que se le exige (mientras se lo aleja, se lo exilia, se lo niega) la más preciada conducta de vida en el vivir de otra vida, privilegiada como única y elegida vida, desde el bien de la razón y el bien del corazón. O sea: un espacio de representación, unas reglas de acción legitimadas por sí y en sí, que rechazan drásticamente todo lo que huela a cuestionamiento, a simple diferencias en el saber y en los sentimientos: ni siquiera se podrá imaginar por fuera de lo imaginado sin que ocurra el castigo.

El cuerpo de la pobreza ha sido puesto fuera del espacio, no hay lugar para él por más vasto que sea el universo, y el delirio de querer medirlo, atraparlo. El tiempo tampoco le pertenece, gira y gira sin sostén, sin atadura de un misero hilo; su consuelo es estar fuera de sí sin saber quién lo contiene y donde. Ha sido puesto fuera de sí, sujeto extraño aun en su naturaleza. Es un acontecimiento sin especificidad ni distinción. Amorfo y eterno.

Ese cuerpo pobre, pura desarmonía en el dolor que ni siquiera la belleza socorre…

Ese cuerpo de todos los cuerpos y de todas las identidades, a más rechazadas más castigadas, a más humilladas por los dioses más penadas por la ley, esa ley de la monstruosa normalidad donde el poder y la muerte reflejan su único rostro… perpetuo, inamovible…

Ese cuerpo de hombre, víctima de todos los mandatos…

Ese cuerpo de niño, nacido en el despojo, privado desde el primer aire de la alegría de despojarse…

Ese cuerpo de mujer, en el tiempo y el espacio de la locura atribuida como marca de fuego…

Ese cuerpo irrepetible pasará a ser una ola en el mar, un cuerpo en el sinfín de los cuerpos, en el agotamiento de la pobreza.

Un cuerpo de mujer, maldito y malnacido, objeto de la ira de cualquier dios que se precie, pasto donde come el Maligno, cama donde fornican todos los demonios de la tierra y del infierno.

Ese cuerpo de la mujer de la pobreza, primero violado en la impunidad de la cultura y después despreciado y penado si no acepta los efectos secundarios de “la susodicha violación según la boca de la dicente”, que “aquí fecha la denuncia sin aportar mayores pruebas”, más que “su ropa desgarrada, moretones fuertes en la cara y varias cuchilladas en el cuerpo de la susodicha”…

Ese cuerpo, esa pobreza, esa mujer (y ahora se habla de la figura de Madre y el cuestionamiento de las conductas puestas fuera del imaginario representativo –¡Oh, Mater amantísima!–), que se deberá juzgar, castigar, demonizar, desde la Ley, la religión y la moral, cuando somete su cuerpo sometido a un nuevo sometimiento.

Trastocada la realidad desde su representación cultural la violada violará y la víctima es victimaria; todas las fuerzas del mundo caen sobre el cuerpo de la pobreza, si vende o si alquila su cuerpo, o lo permuta (sea en una parte o en el todo, sea el vientre o la vagina, por hora, por días, hasta que la muerte separe su cuerpo, o hasta la mismísima eternidad), si castiga su cuerpo, si entrega a la muerte su cuerpo o los frutos de su cuerpo…

El cuerpo de la pobreza será el horror –y el alma de ese cuerpo de mujer también será crucificada, por el peor pecado cometido con horror–, si abortó a su hijo aún en el trance del crimen que sufrió, si abandona a su hijo en el terror de la pobreza que la invalida, si lo vende o lo alquila por dinero o por desesperación…

La huella del horror, el horror que trae aquel que pisa la tierra con la seguridad del que todo lo pudo y todo lo puede, lo vuelve delito y pena. (Te cortan la cabeza con el hacha o te despellejen con la paciencia de un santo…)

Así se prolongará el horror, como cosecha arrancada del cuerpo más humilde, cuerpo que deberá rendir más, siempre más, obligado a trabajar, a mendigar, a robar, a dejarse violar y quedarse con las migajas en el tan provechoso, como protegido, comercio de la prostitución… Y si grita o llora a más no poder por ese hijo que pierde su cuerpo de la pobreza, la mujer de la pobreza más pobre, que corre, que se escapa, huye, en el medio de una noche sin belleza ni piedad, será ella la maldita y eterna noche que siempre será noche… sin escándalo… puro olvido…

El que pregunta ya sabe. El que calla también sabe.

¿Quién se arroga lanzar la primera palabra que golpea más que la piedra?

O mejor: ¿quién se arrima al cuerpo de la pobreza para destruir, junto a él, la pobreza que vive para que viva la riqueza, esa riqueza que sólo vive en la riqueza, viviendo de la pobreza, así como el mal vive en el mal y la muerte en la muerte, así como el mal y la muerte existen en la riqueza…?

Hemos vivido y ahora podemos preguntar:

¿Quién habla del amor desde el desamor…?

¿Quién exige lo justo al que fue obligado a sobrevivir en la perpetuidad de lo injusto?

¿Quién trasciende la agonía cuando la soledad llama a la soledad?

¿Cómo pedir palabras al sufriente en su lengua cortada, decisión crítica al que fue saqueado hasta en su conciencia y obligado a bajar la cabeza hasta que sus ojos se confunden con el suelo y allí quedan?

¿Gestos de piedad a quien fue llevado a las rastras al matadero, como si allí lo esperara la pira de la bendición?

¿Qué fue de la dicha? ¿Cómo se perdió la inocencia prometida? ¿Acaso nuestra alma no daba para más…?

Las nubes… Las nubes… Esas nubes que mueven los cielos sin glorias…

(*) Vicente Zito Lema nació en Buenos Aires el 14 de noviembre de 1939 y murió el 4 de diciembre de 2022.

Las pinturas que ilustran la nota pertenecen a Cándido Portinari

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

 

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CNTE, 43 años

Por: Luis Hernández Navarro

Este diciembre se cumplen 79 años de la fundación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y 43 del nacimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

El SNTE es la organización gremial que agrupa a la gran mayoría del personal educativo al servicio de la Secretaría de Educación Pública (SEP), los docentes de los gobiernos de los estados y trabajadores de organismos descentralizados de la enseñanza pública.

La CNTE es una fuerza de trabajadores de base de la educación, que se enfrenta contra el charrismo dentro del SNTE. Es independiente y autónoma del gobierno, los partidos políticos y las iglesias. Además de defender los intereses gremiales del magisterio, lucha por la democratización del sindicato, de la enseñanza y del país. Así lo ha hecho desde 1979.

Más allá de la fecha formal de su nacimiento, la coordinadora expresa una corriente viva del magisterio, clasista y comprometida con causas emancipatorias, que arranca, al menos, desde hace un siglo. Una tendencia que toma forma con la fundación de la primera normal rural en lo que hoy es Tiripetío en 1922, y que unas veces corre como un caudaloso río subterráneo y otras emerge a la superficie con vigorosas protestas y experiencias de educación alternativas.

La CNTE es heredera y continuadora de la labor pedagógica de grandes educadores que forjaron la enseñanza rural en el país, como José Santos Valdés, Raúl Isidro Burgos e Isidro Castillo. Retoma el legado de los maestros comunistas y cardenistas que impulsaron la reforma agraria, la lucha contra el fanatismo religioso y la organización de sindicatos obreros, y que fueron asesinados, empalados y desorejados por neocristeros y latifundistas.

Mantiene viva la tradición de los docentes othonistas que organizaron el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), en las jornadas de lucha de 1956-60. Da continuidad al esfuerzo de los profesores que participaron en el movimiento estudiantil-popular de 1968. Se nutre de la experiencia y el esfuerzo de quienes se comprometieron con la transformación revolucionaria del país (y fueron víctimas de la guerra sucia) y que aparecen en su logotipo: Arturo Gámiz, Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas y Misael Núñez Acosta. Recoge la estafeta de quienes promovieron en los 70 los Comités Coordinadores de Lucha en la Ciudad de México, fundaron escuelas populares en el Valle de México y colectivos como el Movimiento de Liberación Político-Sindical en Michoacán o el Frente Magisterial Independiente Nacional (FMIN) en varios estados.

Desde su constitución en Tuxtla ­Gutiérrez, Chiapas, han sido asesinados más de 200 integrantes de la CNTE. Literalmente, el magisterio democrático vivió una guerra sucia en su contra. ­Durante el periodo de Enrique Peña Nieto fueron violentamente ultimados los profesores Claudio Castillo, David Gemayel Ruiz y Antonio Vivar Díaz, y se perpetró la sangrienta masacre de Nochixtlán. Varias decenas de maestros han sido perseguidos, apresados y recluidos en penales con reos de alta peligrosidad. Centenares han perdido sus empleos como represalia por su participación en los movimientos.

A sus 43 años, la coordinadora enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia. Después de tener 18 mesas de diálogo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, éstas se suspendieron hace dos años y no se han restablecido. En cambio, la 4T le ha abierto importantes espacios de interlocución al charrismo sindical del SNTE, encabezado por Alfonso Cepeda. Autodeclarado como “ejército intelectual de AMLO”, juegan en la sucesión presidencial apoyando a Claudia Sheinbaum.

Las expectativas de democratizar el sindicato se esfumaron pronto. La mafia de Cepeda sigue al frente de la representación formal del SNTE sin empacho alguno. Las elecciones para cambiar dirigentes seccionales son una mascarada en que, con el aval del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje y la Secretaría del Trabajo, se permiten comicios amañados y megafraudes, y se legitima que un reglamento de elecciones, ilegal, antidemocrático y excluyente, esté por arriba del estatuto sindical, una norma de mayor jerarquía.

Aunque en Guerrero y Oaxaca se ha renovado la dirigencia con una camada de líderes jóvenes, se ha incorporado a las escuelas una generación de profesores, no necesariamente normalistas, que ven la docencia como actividad de paso, mientras hallan un empleo mejor remunerado. Su visión del mundo, mucho más individualista que la de los trabajadores de la educación de otros años, los lleva a pasar del mundo gremial, al que ven como una pérdida de tiempo. Convencerlos de organizarse democráticamente para remontar su precariedad es un enorme reto.

Las demandas insatisfechas de la CNTE no son pocas. La reforma constitucional educativa aprobada por la 4T limó las espinas más filosas del erizo neoliberal de la reforma de Peña, pero dejó intacto su espíritu. La federalización de la nómina educativa ha quedado, en muchos casos, en palabras. La decisión gubernamental de privilegiar la expansión del servicio educativo por encima de la formación continua del magisterio y el apoyo a las escuelas multigrado, dejó fuera de las políticas públicas (y del presupuesto) planteamientos centrales de los profesores democráticos. En los hechos, la Nueva Escuela Mexicana no es más que la fachada de un edificio inexistente. Enmarañada por la verborrea de alguno de sus promotores, la reforma curricular, que retoma algunos puntos de la propuesta de educación alternativa de la coordinadora, carece de pistas de aterrizaje y de consenso entre los docentes.

Los maestros de la CNTE saben que en la lucha por democratizar su sindicato, la enseñanza y el país no hay atajos. Fieles a su historia y sus principios se disponen a seguir adelante.

Fuente de la información:  https://www.jornada.com.mx

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Plan y Programas de estudio en la Nueva Escuela Mexicana: Intento de sabor a maíz y tierra

Dr. Alejandro Moreno Lozano

Jurídicamente se estipula en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 19 de agosto de 2022, con el acuerdo número 14/08/22 por el que se establece el Plan de Estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria a través del cual se pretende garantizar e incrementar los niveles de escolaridad de todas y todos los mexicanos, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural.

El estado, a través de la construcción de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua de la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Así mismo tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidiendo en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulso de las transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.

En ese tenor, los planes y programas de estudio favorecerán el desarrollo integral y gradual de los educandos en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, considerando la diversidad de saberes que emanan de la comunidad, todo con un carácter didáctico y curricular diferenciado, que responda tanto a las condiciones personales, sociales, culturales, sociales y económicas de los estudiantes.

El nuevo plan de estudios que pretende imprimir la visión del gobierno encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, da especial énfasis a los aprendizajes que se generan dentro de la comunidad. Tradicionalmente los conocimientos válidos, fueron aquellos que se enmarcaban en un canon institucional que señalaba los parámetros de objetividad dentro del llamado método científico arraigado en la cultura griega, específicamente en la razón de la lógica aristotélica (384-322 a. C.)., que ha definido tradicionalmente a las ciencias que son comprobables.

EL debate sesudo entre las ciencias duras que provienen de aplicar el método científico inflexible y riguroso y las ciencias sociales o también llamadas ciencias del hombre, a dado pie a innumerables escritos que debaten sobre la pertinencia de uno y otro cuando de hacer ciencia se trata.

La contraparte a las ciencias naturaleza son las ciencias sociales o también conocidas como ciencias del espíritu, que se encargan del estudio de lo humano en los distintos frentes de su basta complejidad. Lo verificable cuando de temas humanos se trata, es que vez con vez la complejidad de los seres humanos le presenta retos que no puede superar las ciencias duras en tanto no fueron diseñadas para tratar asuntos sociales sino fenómenos de la naturaleza.

Los nuevos Planes y Programas de estudio intentan por la vía de la comprensión de la complejidad de los conocimientos que son válidos para los mexicanos, la construcción de un marco curricular que se distinga de los saberes de valía universal de construcciones internacionales.

Poner el dedo en la deconstrucción de la colonialidad de la que ha sido objeto el conocimiento del mundo natural y social en los mexicanos, exige una construcción basada en los saberes que se generan en la comunidad-territorio que habitan padres y estudiantes. La relación que se establece con lo que se hace y la forma en que se hace, pretende en primera instancia valorar los conocimientos que sufrían del desprecio histórico de los mal llamados conquistadores españoles y el sucesivo desconocimiento por los mismos mexicanos que se educaban dentro de las escuelas que rescataban la visión etnocentrista heredada de la visión europera, a través de la cual se sigue imponiendo la óptica de que “en Europa se encuentra la más hermosa raza de la humanidad” y que “La naturaleza, con lo perfecta que puede ser, hizo a los hombres blancos.”  (Tzvetan, 2009, pág. 133).

A la visión etnocentrista toma su basamento y convive sin mayores dificultades con la visión cristiana que en su sentido mas recalcitrante en el aspecto interpretativo, polariza a los que son merecedores de la gracia de Dios y a otros sin posibilidad de ser tomados en cuenta.

En tanto la bondad del todopoderoso, que los secretos de la Providencia Divina escapan a nuestra inteligencia humana, por lo que, equivocados por las apariencias, imploramos a menudo la intercesión de aquellos que han sido para siempre rechazados de su lado (Montes, 2019, pág. 11)

La reproducción de las desigualdades se visibiliza en homogeneidad de sus acciones cuando debería ser diferenciadas de acuerdo con las características del estudiante del que se trate.  (López, Steimber, & Tenti, 2008). Varios son los factores que inciden en el marcaje de las desigualdades. Uno de ellos es el sistema económico.  En este sistema, “la economía es la medida del ser humano, ignorando en algunas ocasiones la perspectiva humanista por una desmedida concentración de la riqueza desde las élites españolas y criollas”  (Ferrer, 1996, pág. 311). Históricamente, quienes podían acceder a un tipo de educación formal eran justo los que poseían el capital económico el cual podían intercambiar por educación que estaba al alcance de su solvencia.

Mirar a los propios comunes que pueblan el basto México multicultural, prurilingue con diversas condiciones socieconómicas y culturas, representa un reto mayúsculo que se agraba con la contrucción histórica que a denostado la apariencia, la comunidad y las lenguas originarias.

Resaltar los atributos de lo propio implica reconocer el signficado de lo propio-actual. Es decir, lo que las comunidades pueden presentificar como original, sin que se ignore desde los cuerpos académicos que toda presentificación de algo con el estatus de originalidad ha sufrido procesos de mezcolanza con elementos propios y externos  que enriquecen o cambian en algo la expresión original. Este proceo tiene impacto en la construcción de nuevos aprendizajes en los nuevos integrantes del grupo social que incoporan ese mundo que les ofrece expresiones que están en constante evolución: “Cada nueva experiencia que vivimos personalmente o bien observamos puede cambiar nuestros patrones mentales de algún modo, pero esos mismos patrones a menudo determinan cómo interpretamos la experiencia.”  (Rodríguez E. , 2012, pág. 56) y (Durkeim, 2013)

Una postura impregna el Nuevo Plan y Programa de Estudio que se puede leer como aprendizaje-servicio: que pretende integrar la escuela a la comunidad con  el aprendizaje. Se trata de una propuesta innovadora, por medio de el servicio voluntario a la comunidad y, por supuesto, el beneficio que pueden recibir los propios con los conocimientos y habilidades que genera la escuela para mejorar la generación de sapiencias. Lo interesante de este proceso es que también la escuela se verá influída en sus conocimientos y las formas en que se hacen las cosas y esa forma se rescatará de los saberes locales con acciones que emitan las maestras y los maestros de México en el entendido que tienen un conocimiento profundo de los saberes situados en la comunidad.

Bibliografía

López, N., Steimber, & Tenti, F. (2008). Política de Equidad Eduativa en México. México: UNESCO.

Beck, U. (2005). Qué es la globalización. España: Paidós.

Durkeim, E. (2013). Educación y sociología. México: Colofón.

Eggleston, J. (1977). Sociologia del curriculum. Argentina : Troquel.

Ferrer, A. (1996). Historia de la Globalización: origenes del orden económico mundial. Buenos Aires: FCE.

Montes, F. (2019). El decamerón. México: Porrúa.

Padilla, A. (2011). Representaciones de la infancia “anormal” y prácticas educativas de la educación especial en México (1890-1914). En R. Alvarado, Grupos marginados de la educación . México : IISUE.

Rodríguez, E. (2012). Los elementos clave para innovar con éxito: el ADN de la innovación . En E. Rodríguez, Innovar para el cambio social (págs. 41-117). Barcelona: El tinter.

Tzvetan, T. (2009). Nosotros y los otros. México: Siglo XXI.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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La cabeza en la arena

Por: Carolina Vásquez Araya

Cuando una persona decide no enterarse de las cosas que suceden a su alrededor, es como si éstas no existieran. Y las sociedades, a veces, actúan como las personas, por eso el periodismo es una de las profesiones más polémicas en cualquier sociedad: Porque tiene la vocación de descubrir secretos, de divulgar equivocaciones, de enfatizar precisamente en aquellos temas que algunos prefieren rehuir. El periodismo es un recurso poderoso para romper las barreras que limitan la libertad del ser humano, pero como todo instrumento de poder, puede también ser capaz de actuar en contra de esa libertad.

En todas las épocas de la historia han existido los temas prohibidos; así también, los encargados de realizar la función de informar se han visto involucrados en el juego tradicional de intereses encontrados. Para entender lo inevitable del proceso, es necesario remitirse a la estructura básica de la sociedad, que divide a sus integrantes en pequeños grupos de poder y grandes grupos subordinados.

Un esquema simplista de esta situación nos hace concluir en que para controlar a una comunidad basta con dosificar la información y manipularla a conveniencia de los grupos dirigentes, ya que es precisamente en ella donde reside la clave del máximo poder. Este solo hecho determina que cualquier tema crítico o capaz de provocar tensión social debe ser controlado como parte del juego social y político por constituir un vehículo idóneo para acallar la conciencia de unos y adormecer la rebeldía de los otros.

La evolución de los medios de comunicación, sin embargo, ha hecho que cada día sea más difícil tanto ocultar la información como ignorarla. Pero simultáneamente se ha propiciado la creación de focos de interés alternativos para distraer a la sociedad. Esto ha incidido en el desarrollo acelerado de los recursos tecnológicos apropiados para concentrar el poder en círculos cada vez más pequeños y gracias a este acto de prestidigitación, la sociedad se ha vuelto progresivamente más y más individualista y menos involucrada con los problemas que la afectan.

De esta forma, mientras el público cree que recibe lo que considera un universo abierto a todas las corrientes de pensamiento y provisto de todos los medios para obtener la información, por otro lado se encuentra sujeto a la manipulación que ejercen sobre ese mismo pensamiento pequeños grupos capaces de controlar los sofisticados mecanismos del manejo de opinión.

 Lo más terrorífico de este panorama es la forma en que se va condicionando la importancia de los temas según la conveniencia de algunos sectores; asuntos que revisten la mayor gravedad para el futuro de una sociedad, como el feminicidio, la discriminación por sexo o la falta de conocimiento sobre salud reproductiva que afecta a niñas, adolescentes y mujeres adultas, carecen de un tratamiento serio como resultado de políticas equivocadas de información. La responsabilidad de este silencio no apunta a la debilidad de comunidades temerosas e ignorantes; el peso de la falta, realmente, recae sobre sus líderes.

Cifras espeluznantes impresas en documentos de circulación oficial pero restringida, delinean un panorama medieval de muerte y desolación. Las consecuencias de la falta de información y la montaña de prejuicios que amenaza la vida de millones de seres humanos hacen de ese silencio un acto tan criminal como aquel que pretende ocultar la realidad de millares de niñas y adolescentes quienes, debido al abandono, se convierten en víctimas propiciatorias de un patriarcado cargado de violencia, prejuicios e ignorancia.

No se puede ignorar que nuestro actual comportamiento pasivo tendrá un impacto directo sobre una situación que tarde o temprano acabará afectándonos a todos. La solución de la mayor parte de los grandes males de la sociedad está ligada a un proceso educativo que propicie la apertura de canales de comunicación para acabar con la ignorancia y dejar de enterrar la cabeza en la arena para no saber. Es precisamente el universo mediático el responsable de romper la barrera de la intransigencia y el miedo que se han impuesto, cual consigna general, en amplias regiones del mundo; y a partir de ahí, cumplir con el papel informativo/educativo que le corresponde por naturaleza.

Para acabar con el hambre y el subdesarrollo es preciso acabar con la ignorancia.

Fuente de la información:  www.carolinavasquezaraya.com

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¿Sin pies ni cabeza el Taller Intensivo de Formación Continua?

Por: Abelardo Carro Nava

«Las instituciones educativas se han venido organizando con la finalidad de reajustar los tiempos para el desarrollo de este Taller “formativo”…»

El 3 de junio de 2022, la Secretaría de Educación Pública (SEP), mediante Boletín No. 129, dio a conocer el calendario escolar 2022-2023 de educación básica y normal; desde ese entonces, llamó mi atención la propuesta de celebrar Talleres intensivos de Formación Continua para Docentes, Nuevos Planes y Programas de Estudio, uno de ellos, programado del 2 al 6 de enero de 2023 y, otro más, del 5 al 9 de junio de este mismo año; ambos, sin la presencia de estudiantes. Sin embargo, como bien se sabe, también, en ese mismo calendario escolar, se contempló otro Taller intensivo de Formación Continua, pero con la presencia de alumnos, mismo que estaría desarrollándose del 3 al 14 de julio de 2023.

Dicho lo anterior, no está por demás mencionar que, por esas mismas fechas, publiqué en este y otros espacios, dos artículos que más adelante comparto si es que de nueva cuenta desean consultarse: “El calendario escolar 2022-2023, entre la administración y lo vivido” “El calendario escolar 2022-2023: mucho ruido y pocas nueces”, en virtud de que, como tales, plantean un análisis sobre lo que la SEP consideró relevante organizar durante el ciclo escolar en comento. De esta manera, en esos artículos y sobre los talleres de formación continua, palabras más palabras menos, referí que a diferencia de lo que había ocurrido en otros calendarios escolares, la incorporación de lo “formativo” parecía ser un simple cambio de nombre a las “capacitaciones” que, regularmente, estaban contempladas hace unos años sobre un determinado plan de estudios. De hecho, señalé, con bastante énfasis, que durante el peñanietismo ocurrió algo similar pues, para las maestras y maestros, se contempló una capacitación sobre aquello que recibió el nombre de Nuevo Modelo Educativo y Aprendizajes Clave para la Educación Integral, además de que, la diversidad de instancias formadoras del profesorado mexicano, en su mayoría, capitalizaron sus esfuerzos para ofrecer programas de “capacitación” para los procesos de admisión y promoción del magisterio.

Entonces, hoy día, tenemos por un lado, los periodos que la SEP contempló para desarrollar esos Talleres de Formación Continua durante este ciclo escolar y, por el otro, una “formación” que, como se verá más adelante, está lejos de serlo, por más que la misma Secretaria de Educación, Leticia Ramírez, se esfuerce en señalar que se está formando a las maestras y maestros porque, desde mi perspectiva, se está repitiendo la misma fórmula de hace unos años, es decir, se está “capacitando” para la operación de un plan de estudios. Veamos.

Por lo que respecta a la primera cuestión, ya es sabido que una vez que se conoció el calendario escolar 2022-2023, varios estados, haciendo uso de sus facultades y soberanías, modificaron algunas fechas, por ejemplo, las relacionadas con el Taller de Formación Continua a desarrollarse en los primeros días del mes de enero del siguiente año puesto que, aunque la federación determinó que dicho taller se realizaría del 2 al 6 de enero, estados como Tamaulipas, consideraron iniciar con los preparativos el 19 y 20 de diciembre de 2022, y los docentes estarían trabajando con los que los jefes de sector, supervisores y directivos hayan organizado, del 4 al 6 de enero.

Desde luego que está cuestión, choca con lo establecido en el documento que la semana pasada pudimos conocer a través de la página de la Subsecretaría de Educación Básica titulado Taller intensivo de Formación Continua, tanto para Supervisores, como para Docentes, debido a que, como se podrá observar en éste, se tiene contemplado llevar a cabos dos talleres, el primero dirigido a las autoridades educativas (jefes de sector, supervisores y directores) con duración de un día, es decir, el lunes 2 de enero y, el otro, para docentes, a desarrollarse del 3 al 6 de enero.

En este sentido es importante señalar, que en los últimos días se ha podido conocer que, independientemente de las disposiciones oficiales que se han establecido desde la federación, y aún en los estados, las instituciones educativas se han venido organizando con la finalidad de reajustar los tiempos para el desarrollo de este Taller “formativo”; es decir, que aunque la SEP y la SEP estatales hayan hecho los “ajustes” que consideraron pertinentes – y que ya he señalado –, las escuelas han tomado decisiones sobre los días en los que estarían trabajando los colectivos docentes. Un proceso que, hay que decirlo, era previsible que sucediera, porque aun cuando las autoridades educativas suelen tomar decisiones relacionadas con ciertas disposiciones oficiales, los colectivos generan un frente común que los lleva a tomar otras como las de iniciar el 4 de enero el taller y no el 3 como se tenía previsto. ¿Acaso, cuando los diseñadores de calendarios escolares de la SEP, se sentaron en su escritorio, no contemplaron que el día 2 de enero estaba próximo al 1 de ese mes y, por tanto, cientos de maestras y maestros, por ejemplo, habrían viajado para estar con sus familiares y, por ello, no podrían estar presentes el 2 o el 3 de enero como lo pensaron dado que se encontrarían de regreso a los lugares donde prestan sus servicios? Desde mi perspectiva, ello evidenció el desconocimiento de dichos diseñadores sobre lo que ocurre en los cientos de escuelas a lo largo y ancho de la República Mexicana. Ojo, no estoy diciendo que los docentes no estén sujetos a una normatividad que los lleve a disfrutar de sus respectivos periodos vacacionales, pero también a cumplir con sus días laborables, lo que estoy diciendo es que el diseño estuvo mal diseñado, valga la redundancia.

Si este fenómeno, el de los ajustes y más ajustes que se han venido dando y conociendo en estos días, y que son parte de la dinámica escolar, ¿se imagina lo que sucede en cada una de las escuelas cuando se propone una serie de orientaciones, como parte de un proceso “formativo”, cuya base no es sólida, puesto que solo se está “formando” para un plan de estudios sin un debido proceso formativo que le anteceda?

Y es que, cuando hablamos de formación, a diferencia de la capacitación, tenemos que entender que ésta refiere a un proceso social y cultural que obedece al carácter de la integralidad del desarrollo de la capacidad transformadora humana que se da en la dinámica de las relaciones entre sujetos en la sociedad, en constante y sistemática relación, capaz de potenciar y transformar sus componentes en el saber, hacer, ser y convivir. Al respecto, subrayo integralidad humana. Mientras que la capacitación, como se sabe, alude a un proceso de enseñanza-aprendizaje donde se adquieren conocimientos y se desarrollan destrezas (Delgado, 2019). En consecuencia, cuando hablamos de formación aludimos a un concepto más amplio, que refiere precisamente la integralidad y no la operatividad de algo, tal y como lo pudiera plantear la capacitación propiamente dicha. Entonces, si revisamos los documentos de trabajo que publicó hace unos días la Subsecretaría de Educación Básica, cabría preguntarse si en verdad estamos atravesando por un proceso formativo o de capacitación; es decir, desde mi perspectiva, seguimos en un esquema técnico mediante el cual, la formación se observa como algo que se administra y sobre lo cual se toman decisiones de naturaleza técnico-instrumental, que tienden a alinear a los sujetos a esquemas de operación con el que se espera que se cumplan los objetivos de eso que se ha llamado Nueva Escuela Mexicana; en consecuencia, ¿no se supondría que, en dicha Nueva Escuela Mexicana, ya no se reproducirían ideologías, relaciones o culturas hegemónicas dominantes, configuradas por dispositivos de control y autoridad que solo buscan legitimar el status quo y las asimetrías sociales?, ¿dónde quedaría un esquema disruptivo o emancipador que pretende liberar a los individuos y a sus colectividades?, ¿acaso lo disruptivo puede comprenderse a partir de la problematización sugerida para este Taller de Formación Continua? Vaya, ¿dicha problematización cobra sentido cuando se parte de programas sintéticos en proceso de construcción y de libros de texto en proceso de edición que sugieren determinados contenidos y proyectos integradores? En suma, ¿el aprendizaje para la construcción de un programa analítico, y su desarrollo con los programas sintéticos y libros de texto, permitirá o favorecerá una revisión a fondo de los objetivos de aprendizaje, las estrategias a emplear, los programas que se están empleando y las acciones concretas a realizar?

En fin, sigo pensando que, partir de los saberes y experiencias de los colectivos docentes, pero también, de la reflexión y el diálogo de los mismos, es un ejercicio sumamente enriquecedor en cualquier proceso formativo, pero cuando se carece de un ambicioso programa de formación para el profesorado mexicano, cuando solo se le asignan poco más de 80 pesos para este propósito en el presupuesto de egresos de la federación, cuando las áreas de la SEP se muestran desarticuladas, cuando solo los talleres abordan el plan de estudios y su operación, cuando ese sistema no funciona como tal, nos limitamos a “formar”, precisamente, para un plan de estudios y no para el ejercicio integral del quehacer docente.

Al tiempo.

Referencias:

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