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Historia de un amor: la juventud y su bandera

Por: Marco A. Gandasegui Hijo

La novela’, de Andrés Villa, es una historia de amor. Presenta la tragedia de un romance, ve derramar sangre y ve levantarse figuras heroicas de la juventud panameña. Es el amor de la juventud por la nación y su símbolo, la bandera. Una bandera siempre en alto, que no acepta ser rechazada o mancillada, objeto de una lucha aún inconclusa en la construcción del proyecto de nación.

El libro también es un reportaje que recoge los acontecimientos de las jornadas de enero de 1964, sus mártires, el combate desigual, la Zona, las calles de El Chorrillo y Santa Ana, así como Calidonia y San Miguel, los cuartos de inquilinato con sus baños comunes, las escalinatas del Instituto Nacional, así como Colón y Antón. Es el orgullo de una generación que grabó para la eternidad: Sin lucha no hay soberanía.

El libro tiene 12 capítulos.

—El primero se llama Bandera. Los panameños nos preguntamos qué hacen los gringos en nuestra tierra. Pregunta que dominó el pensamiento de los panameños a lo largo del siglo XX. —El segundo tiene como título Las balas del buen vecino. La agresión norteamericana refleja su desconcierto. Los gringos no saben, nunca supieron, qué hacían en Panamá. Confundían el sabor a su whiskey, el amor a la guerra y nuestros mártires con un colonialismo artificial, enredado con artificios de progreso.

—El tercer capítulo, llamado 10 de enero, es una ráfaga, precedida por las estrofas de Nacho Valdés: Las estrellas que en ti lucen / nos enseñan el camino. La juventud panameña no solo demostró que su causa era superior a la gringa. También demostró su capacidad para enfrentar al enemigo armado. —El cuarto capítulo, que lleva como título Colón, es un homenaje al pueblo de una ciudad con una historia de luchas y de héroes.

—El quinto capítulo —Panameño, panameño—, descubre el hilo filosófico de la obra, con la frase del compositor Chino Hassan, Mi cholo no quiere chola, que refleja la lucha ideológica que desata el pueblo por conservar su identidad. El sexto capítulo, La lucha desde la Presidencia, presenta, bajo el dardo del poeta Demetrio Herrera Sevillano —Tú siempre dices que sí—, el nerviosismo de una oligarquía gobernante que le teme más al pueblo que al poderoso enemigo usurpador.

—En el séptimo capítulo —Desde el Hotel Tívoli—, el autor describe otro frente de la batalla donde estudiantes, con piedras y palos en las manos, le pelean al enemigo un espacio táctico en la guerra inconclusa por la soberanía. —El octavo capítulo describe los mensajes de muerte enviados desde Washington. Encabeza esta sección Demetrio Korsi, quien grita Panamá fácil, Panamá abierta… / Movimiento. Tráfico. Todas las cantinas… / Y todos los gringos que nos manda Dios.

—El noveno capítulo, que se titula Sucesos, lo abre Pille Collado, con su llanto Mil cruces habrá en la calle / Pero ondeará la bandera. El joven estudiante se mira y se da cuenta de que es como todos los que ha visto protestando en las calles. Somos una Nación, exclama. —En el décimo capítulo, el autor nos lleva a una pequeña ciudad cabecera de un distrito rural, Antón. El país de punta a punta se remece y siente que nace la nación.

El libro cierra destacando cómo la lucha por el Panamá que todos queremos continúa. Una década más tarde —con luchas y enfrentamientos continuos— Panamá negocia unos tratados (1977) que pone fin a la Zona del Canal, a las bases militares y a la presencia de Washington en la administración del Canal de Panamá. Una generación después, en 1989, sin embargo, el Canal fue secuestrado por el mismo grupo que en 1964 decía que la ‘Soberanía no se come’.

Leyendo la obra de Andrés Villa nos sentimos seguros de que la juventud del siglo XXI emulará a los institutores de 1964. Aún falta el paso definitivo: poner la vía acuática y la posición geográfica de Panamá al servicio de un proyecto del pueblo, de la nación panameña. Solo así se asegura que lo iniciado el 9 de Enero culmine con el desarrollo integral del país y la realización de los anhelos de todos los panameños. Solo así se honra la memoria de los mártires y héroes de las jornadas de enero de 1964.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/historia-amor-juventud-bandera/23980559

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Nicaragua, tecnología, cooperación genuina

Ciencias de la Computación para el país

Por: Ignacio Mantilla

Este acto del Consejo Superior de la Institución no sería una gran noticia, si no fuera porque se trata del primer programa dirigido a la formación de científicos de la computación en Colombia y porque es también el primer programa de pregrado que se crea en la Facultad de Ciencias de Bogotá en los últimos 50 años.

La nueva carrera universitaria es fruto del trabajo conjunto de profesores de Matemáticas y de Ingeniería de las principales sedes de la Universidad Nacional y su próxima apertura será posible en Bogotá, Medellín y Manizales. Con un alto componente matemático, el plan de estudios se enfoca hacia el cálculo científico, la informática y la investigación de sistemas computacionales, separándose de otros enfoques más técnicos como podrían ser la Ingeniería de Sistemas, la Arquitectura de Computadores o la Ingeniería de Software.

Por el perfil del egresado, el país podrá contar con nuevos profesionales capaces de abordar investigación autónoma relacionada con producción industrial de objetos computacionales, desarrollo y evaluación de modelos y herramientas para la implementación de software, análisis y desarrollo de nuevos algoritmos y técnicas para seguridad de información, incluyendo criptografía y comunicación segura. Naturalmente las líneas de profundización permitirán también la opción de formarse en áreas tan fascinantes y modernas como la Bioinformática, la Física y la Química Computacional o la Minería de Datos. La sólida base matemática de los nuevos profesionales es una de las mayores riquezas del programa, pues gracias a ella, podrán proponer modelos matemáticos para la solución de problemas teóricos y prácticos en áreas como la Biología o la Medicina para describir comportamientos poblacionales y problemas sociales o predecir necesidades de salud pública y anticipar posibles soluciones.

El Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional encontró más que justificada la creación de esta nueva carrera, derivada de las matemáticas y de la informática. Hoy en día una gran proporción de desarrollos tecnológicos, aquellos que enriquecen a nuestra sociedad moderna en ambientes digitales de gran complejidad, han sido construidos gracias a los científicos computacionales de los países del primer mundo. El objetivo de la Universidad Nacional al crear esta nueva carrera es formar profesionales que aporten nuevas soluciones, que diseñen y construyan nuevas tecnologías, que conecten nuestros problemas locales con los avances permanentes de la sociedad de la información. En este sentido, se trata de un esfuerzo para que en el país de tome la iniciativa de investigar en la formulación, el diseño y la construcción de tecnología, sin limitarse solamente a formar profesionales para adoptar y adaptar la tecnología ya inventada.

Desde la década de los 60 del siglo pasado, la Universidad Nacional ha venido trabajando para ofrecer al país un programa de estas características. En 1960, con el interés de vincularse al desarrollo mundial en el estudio y empleo de máquinas computadoras, la Universidad Nacional creó la Oficina Preparatoria de Cómputos Electrónicos que tuvo como responsabilidad la de crear un centro de cómputo electrónico dentro de la Universidad, además de proponer programas académicos relacionados con los sistemas de computación. Para esta oficina, la Universidad adquirió en 1964 su primer equipo de cómputo, la computadora IBM 1620 modelo I, uno de los primeros equipos de cómputo llegados al país. En 1967, ya con un centro de computación muy activo, la Universidad Nacional sistematizó por completo el proceso de registro de sus estudiantes, primera en hacerlo en el país, y organizó el Primer Congreso de Cálculo e Investigación de Operaciones. En ese mismo año nuestra institución creó el programa de maestría en Ingeniería de Sistemas, el primer programa de su clase en Latinoamérica.

En 1979, después de superar ciertas dificultades presupuestales, la Universidad asume la responsabilidad de crear y abrir el programa de pregrado en Ingeniería de Sistemas.

En 1991 los departamentos de Matemáticas e Ingeniería de Sistemas consolidan la línea de profundización en Informática y Computación dentro de la carrera de Matemáticas. Esta línea de profundización es el antecedente directo de nuestro nuevo programa de Ciencias de la Computación.

La responsabilidad de la Universidad Nacional de Colombia para crear y ofrecer nuevos programas, ya sea de pregrado, especialización, maestría o doctorado, es asumida por sus académicos en forma exigente, seria y muy profesional. Cada nuevo programa creado por la Universidad es ampliamente discutido, estudiado, sopesado, calculado para que desde el inicio sea de la más alta calidad, con los mejores profesores y los mejores equipos, bibliotecas y laboratorios, pero además, para que sea de la mayor pertinencia para nuestra sociedad. Tal es el caso de este nuevo programa, cuya viabilidad fue estudiada por más de una década dentro de la Institución.

Estoy seguro de que la actividad de este nuevo programa de la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, traerá para nuestro país un nuevo impulso en muchas áreas del conocimiento y sectores de la economía y la industria. Contribuirá a las entidades públicas y reforzará áreas existentes, abriendo posibilidades de doble titulación con otras carreras afines. El egresado tendrá también un amplio espectro para elegir un posgrado, pues estará preparado para abordar investigaciones en Ciencias Naturales, Ciencias de la Salud, Ingenierías, Ciencias Sociales y Ciencias Económicas.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/ciencias-de-computacion-el-pais

Imagen de archivo

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Las amistades peligrosas

Por: Lidia Falcón

Nuestro amado rey Felipe VI, modelo de monarcas democráticos, va a visitar al rey de Arabia Saudí en pocos días. Supongo que ambos se obsequiarán con los besos rituales y que nos dirán que su amistad es inquebrantable como lo fue con el ínclito padre del nuestro, Juan Carlos I.

Lo que no nos dirán es que este viaje tiene como objetivo principal la venta de armamento español a esa satrapía, para que lo utilice en bombardear sirios y yemeníes, actividad a la que está entregado el régimen saudí con ardor en los últimos años. Y naturalmente Felipe VI tiene que negociar la compra del petróleo, que tanta falta nos hace. Tampoco nos contarán que de esos negocios siempre sale beneficiada la corona española, desde hace 41 años.

Por supuesto, los voceros de la monarquía, premiados en los medios de comunicación, tampoco nos explicarán con detalle que clase de tiranía es la saudí. Entre las dictaduras que mantienen regímenes donde son habituales la pena de muerte, la tortura y la encarcelación perpetua, Arabia es de las peores. La extrema crueldad con que el régimen persigue y castiga a las mujeres, a los trabajadores extranjeros, a los homosexuales, a los periodistas, a los críticos con el régimen, por acciones que en cualquier país de occidente son actividades absolutamente legítimas, muestra un gobierno que no ha salido de la Edad Antigua. Latigazos, mutilaciones, asesinatos, encarcelamientos interminables en condiciones miserables, se menudean en esa satrapía de la que nuestra corona es tan amiga.

El bloguero saudí Raif Badawi está condenado a diez años de prisión y a 1.000 latigazos –que se le propinarán a plazos, a razón de 50 en cada sesión, se supone que hasta acabar con su vida- por “insultar al islam” desde su página web, ‘Free Saudi Liberals’, en la que cuestiona a los líderes religiosos de su país. La actual no es la primera vez que Badawi sufre la represión del ejecutivo saudí. Fue detenido en 2008 acusado de apostasía –uno de los crímenes más graves en Arabía Saudí–, se congelaron sus cuentas bancarias y se le prohibió salir del país.

En 2012 se le acusó de “crear una página web que ponía en peligro la seguridad general y ridiculizaba a diversas figuras religiosas”, el mismo año en que Arabia Saudí ocupó un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Un año especialmente represivo, ya que se han ejecutado a cientos de condenados, según Amnistía Internacional, que considera a Badawi preso de conciencia. Una carta de su esposa, publica da en el blog de Amnistía Internacional en el diario.es, se hacía eco del “infierno” que ha supuesto para la familia la detención de Raif.

“Desde 2012 permanece recluido, cumpliendo una condena de 10 años de prisión, y le han propinado ya, en público, 50 de los 1.000 latigazos a los que fue condenado, una crueldad inenarrable que va más allá de lo que cualquier persona puede soportar”, escribía Ensaf Haidar. Cincuenta latigazos que estuvieron a punto de acabar con su vida. En tan grave estado quedó que ha estado en el hospital varios meses, y que, según cuenta su esposa esta semana, que en la actualidad vive en Canadá con sus tres hijos –de otro modo ya estaría en prisión o ejecutada por hacer la campaña por la liberación de su marido- , las autoridades saudíes han dado su visto bueno para reanudar los azotes, después de que se pospusieran en medio de grandes protestas en su contra.

Badawi ha sido la persona elegida este año por el Parlamento Europeo para alzarse con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia. La Eurocámara ha pedido al gobierno saudí la “liberación inmediata” de Raif Badawi, como ha expresado el presidente del Parlamento Europeo, Martin Shulz, en su cuenta de Twitter. El galardón consta de una dotación económica de 50.000 euros.

“A este hombre, una buenísima persona, un hombre ejemplar, se le ha impuesto una de las penas más espantosas que existen en aquel país y que solo puede calificarse de tortura brutal”, condenó Shulz. El Parlamento Europeo aprobó en febrero de 2015 una resolución que condena los latigazos a Raif Badawi, y los califica de “crueles y estremecedores”. “La resolución reclama que las autoridades de Arabia Saudí le liberen de inmediato y sin condiciones, al ser considerado un prisionero de conciencia, detenido y sentenciado únicamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión”, indica en una nota el Parlamento Europeo.

En cambio no hemos oído una palabra de nuestro rey ni de su caritativa esposa solicitando la libertad de Badawi, no fuera a ser que enfadara a sus amigos, a los que tantos favores les deben.

Pero no se crean que este crimen es una excepción. No solo la legislación saudí prohíbe a las mujeres toda autonomía, resulta conocido que no pueden ni conducir un automóvil, sino que las persigue con saña para demostrar que el patriarcado árabe es el más retrógrado del mundo.

Sólo hace unos días una mujer ha sido violada por siete hombres y como, de acuerdo con la ley saudí, un miembro masculino de la familia tiene que acompañar a una mujer a todas horas en público, la víctima fue sentenciada a 90 latigazos por no cumplir esta ley. Pero esto no era suficiente. Las autoridades de Arabia Saudí decidieron más tarde endurecer severamente la pena de la víctima, pasando a seis meses de cárcel y de 90 a 200 latigazos. Según los tribunales, el motivo se encuentra en que la víctima relató en medios de comunicación la violación sufrida. Además, se le ha prohibido a su abogado ejercer como tal.

Para más información busquen los vídeos grabados en la clandestinidad por heroicos investigadores, en los que se ve como varios hombres, en diversas escenas, agreden y apalean a mujeres porque están solas en la calle o en un supermercado. Ellas caen al suelo sin hacer el menor gesto en su propia defensa. Para estómagos fuertes es la grabación de la ejecución pública de una mujer, envuelta en un burka como si de un bulto se tratara, a la que varios hombres empujan, arrodillan y disparan en la nuca, dejando tirado en el suelo el cadáver, mientras una turba de espectadores lo contempla.

Pues bien, al rey de ese infame régimen, nuestro democrático Borbón va a visitar, con honores de Estado, y a abrazar cariñosamente, sin tener en cuenta que hay amistades peligrosas, para que a los españoles no se nos olvide que en la escala de valores de nuestra monarquía primero es la bolsa y después la vida.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/01/11/las-amistades-peligrosas/

Imagen: http://www.cronica.com.ar/article/details/45915/para-los-infieles-entre-30-y-100-latigazos

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El investigador español que ha sacado a la luz la mafia de las editoriales académicas

Por: Hector G. Barnés

El lector que, por casualidad, revise el último ejemplar de ‘The Embo Journal’, se encontrará con un artículo que propone un nuevo método para analizar la biomecánica de la morfogénesis. El trabajo, realizado por investigadores españoles, ayudará a explicar procesos como la reparación de tejidos o la invasividad en la metástasis. Pero también puede conseguir algo con lo que jamás habrían soñado sus autores: sacar a la luz el lado oscuro de los procesos de publicación de investigaciones académicas en revistas de alto impacto.

Han pasado casi cinco años (y cientos de reescrituras) hasta que finalmente el trabajo ha tenido luz verde para la publicación en una revista académica, explica Enrique Martín-Blanco, científico del Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB-CSIC) a El Confidencial. Hace casi ocho años que comenzaron su trabajo, y en todo este tiempo, uno de los desarrolladores de la metodología, Philippe-Alexandre Pouille, ha fallecido de cáncer, otros han abandonado el laboratorio y el grupo de investigación ha visto cómo su actividad disminuía. La historia de ‘Polarized cortical tension drives zebrafish epiboly movements’ (así se llama la investigación) es, también, una historia de terror para los investigadores.

Lo revisa gente que tiene su opinión sobre cómo deben funcionar las cosas, y nuestro trabajo iba en contra de conceptos establecidos

¿Qué ha pasado en este caso? Como señala Martín-Blanco, la principal dificultad con la que se han encontrado es que se trataba de una investigación multidisciplinar, que mezclaba matemáticas, física o biología. “Las revistas y editoriales no tienen ‘background’ para tomar una decisión honesta, por lo que mandan el artículo a revisión a gente que es un poco ‘opinionada’”, explica. “Es decir, tienen su opinión sobre cómo deben funcionar las cosas. El problema respecto a nuestro trabajo es que la parte más física iba en contra de algunos conceptos muy establecidos y asumidos dentro de la física”.

Lo que la verdad oculta

Hasta ahí, sin problema. Los procesos de revisión y evaluación de las investigaciones tienen como objetivo, precisamente, garantizar que los estudios son rigurosos, valiosos y técnicamente correctos, y que los resultados y conclusiones se sostienen en los experimentos realizados. Sin embargo, el proceso de selección y evaluación genera, a juicio de este científico, una perversión por la cual se refuerzan las ideas vigentes y se marginan las nuevas propuestas, lo que a su vez, favorece los intereses de la élite de la investigación. Una realidad que ha denunciado también en ‘Times Higher Education’, una de las publicaciones educativas más prestigiosas.

Vista aérea del campus de Boston del MIT. (iStock)
Vista aérea del campus de Boston del MIT. (iStock)

“Ha habido un rechazo brutal a que se hagan las cosas como las hemos hecho”, explica Martín-Blanco. “Pero hemos consultado con otros expertos que nos han dicho que los experimentos cuadraban perfectamente y que estaban bien hechos”. El problema, explica, es que las revisiones de los estudios son anónimas, “así que alguien puede decir ‘no me gusta’ y no tiene por qué dar razones”. En algunos casos, como en el suyo, el revisor puede sentir que el nuevo método interfiere con el suyo, por lo que “lo rechazan porque nos estamos metiendo en su terreno”. “Hay grupos ingleses y alemanes que han desarrollado metodologías que se utilizan de manera casi universal”, añade. “Como se te ocurra decir que se puede hacer de otra forma, te dicen que no”.

Todo el mundo se mata por publicar en las mismas revistas porque tienen prestigio, aunque luego las investigaciones sean malas

Si el editor no conoce el tema en profundidad (“como ocurre siempre en los trabajos multidisciplinares”), lo más probable es que termine siendo rechazado. ¿Y a quién beneficia esto? Precisamente, a los propios revisores que tienen “su chiringuito montado”. A través de este sistema, las metodologías preponderantes son aún más citadas y sus autores y grupos de investigación obtienen un prestigio aún mayor, mientras que las propuestas alternativas caen en el ostracismo. Es lo que Martín-Blanco considera “la mafia de las editoriales”: “Luchan por tener un índice de impacto alto, por lo cual quieren tener artículos que se citen”, explica. “Todo el mundo se mata por publicar en las mismas revistas porque tienen mucho prestigio, aunque luego las investigaciones sean una mierda”.

“En algunas revistas es muy difícil publicar”, revela. “Si vienes de Harvard, Stanford o el MIT te miran de una manera completamente distinta que si vienes de la Universidad de Barcelona o de la de Murcia, que no saben ni dónde está”. No es su caso, aclara, puesto que él ya había sido publicado en ‘Science’. Sin embargo, esta fue la primera revista en rechazar el trabajo tras varias rondas de revisión, a la que terminaron por añadirse ‘Nature’ y ‘Cell’. ¿El problema? Que lo enviaron a la par que otro grupo de investigación alemán que había solicitado a los españoles que retrasasen su propio estudio: ‘Science’ se decantó por el alemán y, por lo tanto, otras revistas señalaron a los investigadores del CSIC que de eso ya se había hablado.

Cuatro años son una vida

No se trata únicamente de una cuestión de orgullo, recuerda Martín-Blanco, sino del sustento de muchas personas. “Si tardas cinco años, te da tiempo a que uno se muera, a que otro se vaya y a que no puedas repetir el experimento porque el que sabía hacerlo está en Londres”. Se refiere, en el primer caso, al físico Phillipe-Alexandre Pouille, que provenía del Instituto Marie Curie y que falleció el pasado año a causa de un cáncer de estómago. Además, muchos estudiantes de doctorado dependen de tener investigaciones publicadas para conseguir una beca postdoctoral, y los departamentos y laboratorios están condicionados por ello para obtener financiación. “Es una dictadura y un sistema de censura que no está bien estructurado”.

“Si la investigación no se publica, los comités no confían en el laboratorio y este se queda sin dinero”, explica Martí-Blanco. “Además, la gente ve que existe rechazo y se mosquea: ‘¿dónde estoy? ¿qué estoy haciendo?’ Si no hay renovaciones de dinero, la gente se va a la calle”. Más aún en época de crisis, en la que un contratiempo así puede ser letal para el grupo de investigación. Un problema añadido para el departamento del profesor es que otras investigaciones posteriores referenciaban la original, por lo que hasta que esta no fuese publicada, estas tampoco podían salir adelante, creando un tapón que amenazaba con ahogar a los investigadores.

El conocimiento científico es, en última instancia, la mayor víctima, en opinión del investigador. “Hasta que no se publica un estudio, otros investigadores no tienen acceso a él, a no ser que la subas a bases de datos como Archives, y muchas revistas no te dejan publicar si has hecho eso”, explica. Otra opción habría sido tirar la toalla y enviar el estudio a revistas “de medio pelo”, pero el autor consideraba que su trabajo merecía la pena y debía tener una mayor difusión: “Sabíamos que era un bombazo”.

¿Si usted no publica lo que yo le mando por qué me pide que revise para su revista? ¿Entonces confía en mí o no?

No son estos los únicos escollos con los que se encuentran los científicos. Además, hay que pagar una cantidad (5.000 euros, por ejemplo) por publicar un estudio (“cuando te lo aceptan es como un anuncio, lo tienes pagar”). Muchos de los anónimos revisores (que no cobran) son, precisamente, aquellos cuyos trabajos han sido rechazados, como ha ocurrido con el propio profesor: “¿Si usted no publica lo que yo le mando por qué me pide que revise para su revista? ¿Entonces confía en mí o no?” Palos en las ruedas de un sistema al que, explica el científico, le falta transparencia, aunque cada vez haya más revistas que publican de manera abierta todo el proceso de revisión, como respuesta a las protestas. “Hasta un año de proceso editorial puede ser aceptable”, concluye Martín-Blanco. “Pero casi cinco años es inaceptable”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-12-03/investigador-espanol-mafia-editoriales-academicas_1298819/

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Ciencia, cultura, nación

Por: Graziella Pogolotti

Enero convida a meditar sobre la función social del conocimiento. La rápida traducción práctica de los saberes científicos en aplicaciones tecnológicas que transforman el trabajo humano, introducen cambios en nuestra cotidianidad. Multiplican productos de toda índole y conduce a valorar en términos de beneficios económicos tangibles la contribución al desarrollo. Desde ese punto de vista, la experiencia cubana demuestra que las inversiones en este terreno redundan en beneficios comerciales por la venta de artículos de alto valor agregado.

No se ha divulgado de la misma manera el significado del conocimiento en la construcción de hegemonías. En un proceso secular, la burguesía se valió de ese recurso para desplazar a la nobleza parasitaria. La ciudad fue su ámbito natural. En ella se fundaron universidades, se configuraron las llamadas profesiones liberales. De ella se  nutrieron médicos, juristas, pensadores abiertos al humanismo, administradores constituidos en simiente de las ideas mercantilistas. La Gran Bretaña afirmó su poderío en el dominio de los mares. Para acelerar los cambios, Cromwell encabezó una revolución. Más tarde la enciclopedia ofreció una síntesis del saber acumulado y la Revolución Francesa estremeció el mundo al derribar estructuras periclitadas e internacionalizar la ideología de la burguesía triunfante.

Un señor llamado Gutenberg inventó la imprenta. El libro sustituiría a los manuscritos, obra de pacientes copistas, conservadas en conventos. Dotado de esa capacidad multiplicadora, el conocimiento se diseminaba, cruzaba fronteras, viajaba en las bodegas de los barcos.

Cada vez más, los centros de poder se constituyen en monopolios de la producción de conocimientos. Al amparo de normas internacionales protectoras de propiedad intelectual, las ganancias benefician al capital, prescindiendo de consideraciones éticas respecto al uso social de esos adelantos. El investigador de hoy ha dejado de ser el alquimista solitario del Medioevo. Necesita sofisticados laboratorios y tiempo para la validación de sus experimentos. Ha pasado a ocupar la condición de asalariado altamente remunerado, aunque sin capacidad de decisión respecto al uso de su trabajo.

Por ese motivo, las preocupaciones éticas ocupan un lugar creciente en el universo de los científicos.

Al abordar estos temas por la opinión pública y el entorno del saber común cotidiano no menos importante, prevalece la tendencia a asociar el concepto de ciencia a las llamadas exactas y naturales, frecuentemente denominadas ciencias duras. Ciertas expresiones economicistas contribuyen a soslayar el papel de las ciencias sociales, decisivo a la hora de diseñar un proyecto de  país y de participar en el importante debate acerca de las amenazas que pesan sobre el destino de nuestra especie debido a las repercusiones del cambio climático y también en cuanto a la fractura radical entre el mundo de las cabezas que define el rumbo del mundo y las manos, ejecutoras de tareas, ajeno a la toma de decisiones.

Hace medio siglo estas realidades no se manifestaban con tanta claridad. En el contexto del proceso descolonizador, la tradición latinoamericana se valió del análisis de los problemas derivados del subdesarrollo y la dependencia para analizar la realidad de nuestros países.

Apareció una generación de economistas que, en muchos casos prestaron servicios a la naciente Revolución Cubana, dedicada empeñosamente a la formulación de propuestas. Esta perspectiva de análisis influyó en sociólogos, historiadores y en un repensar el concepto de cultura. La contraofensiva fue violenta. Bajo el manto de las dictaduras de nuestra América, se instauró el dogma neoliberal con sus bien conocidas consecuencias en la vida de los pueblos.

Al proponer las bases de una política científica para nuestro país, Fidel se planteó una perspectiva integradora que, recolocada en aquel contexto, ofrece claves indispensables para el debate contemporáneo. Para edificar un futuro de hombres de ciencias y de pensamiento, era necesario establecer vínculos sólidos y flexibles entre los distintos componentes de la realidad, favorecer la convergencia entre saberes, actuar simultáneamente en varios ámbitos.

Los institutos de la Academia de Ciencias abordaron temas relacionados con el estudio de la sociedad. Incorporaron a especialistas que, en condiciones adversas, habían explorado esas zonas del saber. Por otra parte, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), matriz del impresionante desarrollo en el terreno de la biología, se integraba al proceso de transformación de la Universidad. La singularidad de esta concepción se manifiesta en el modo de simultanear la edificación del porvenir y la superación de la herencia del subdesarrollo. El proyecto se estaba forjando mientras se preparaban las condiciones para emprender la Campaña de Alfabetización, punto de partida para el rescate de talentos, algunos de los cuales han sido protagonistas de logros notables.

La realidad contemporánea nos sitúa ante caminos que se bifurcan. Un error de apreciación puede poner en juego, tanto el destino de nuestro pueblo como el de la humanidad. Subordinar la apertura hacia el conocimiento a la obtención de ganancias prescindiendo de consideraciones éticas y de las exigencias reales de la sociedad es tentación suicida. En sentido inverso, colocar la investigación al servicio del desarrollo humano establece la coherencia necesaria entre la formulación de los propósitos de la educación, así como el  justo equilibrio entre el impulso a las ciencias exactas, naturales y sociales para comprometer a la sociedad en su conjunto en un debate dirigido a la superación de nuestros actuales quebrantos en el plano concreto del funcionamiento de la economía y en el rescate de nuestros mejores valores.

Por esa vía, la apuesta a favor del conocimiento potencia el valor cultural de la ciencia, tal y como lo comprendieron siempre los fundadores de la nación.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-01-08/ciencia-cultura-nacion-08-01-2017-21-01-47

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La reforma pendiente… las normales

Por: Abelardo Carro Nava

Una de las asignaturas que tiene pendiente la Secretaría de Educación Pública (SEP), es la reforma a la educación normal en nuestro país. Si bien es cierto que en los últimos tres años se ha hablado de la inminente transformación de las escuelas normales, también es cierto que, hasta el día en que cierro estas líneas, no se ha hecho mucho que digamos, y eso que el actual Secretario de Educación, Aurelio Nuño, había prometido que este tema sería uno de los que estaría en la mesa de la discusión al inicio de este año pero, ¿esto es y será así?, porque como están las cosas en mi México querido, dudo mucho que en los próximos meses se toque el Subsistema normalista. Me explico.

Para entrar en materia, comenzaré por el lado político. Como bien sabemos, este año será crucial para el 2018. Las elecciones en el Estado de México, hacen suponer que varias de las iniciativas que pudieran presentarse en el escenario educativo, no serán tocadas en demasía por quien dirige la SEP en estos momentos. ¿Quién pensaría en alborotar el medio si lo que se quieren son votos y no marchas y plantones por parte del magisterio? Hacerlo, como parece obvio, traería “costos políticos” de relevancia y, para Aurelio Nuño, significaría poner en riesgo su probable elección como candidato a la gubernatura de esa entidad, o bien, su candidatura a la Presidencia de la República. ¿Le dijo a usted algo el que en estos días tan flamante Secretario haya develado un cuadro para homenajear a su antecesor Emilio Chuayffet haciéndose acompañar del Secretario General del SNTE, Juan Díaz de la Torre? En lo personal, tal acción se asemejo a una frase que utilizamos en mi pueblo cuando alguien pretende conseguir algo pero sin expresarlo de frente: “algo quiere y dinero no es”.

Por lo que respecta al ámbito económico. Pensar en reformar la estructura organizacional de las escuelas normales, se antoja harto complicado. Las condiciones presupuestales, como se ha visto, no auguran la pertinencia de dicha reforma. Es cierto que, derivado del programa Escuelas Al Cien, el año pasado se destinaron varios millones de pesos para fortalecer a las normales, sobre todo, a las rurales; pero también es cierto que el recorte presupuestal le pega y le pegará, no solo al Subsistema normalista, sino a todos los niveles que conforman el Sistema Educativo Mexicano (SME) – aun y cuando se diga lo contrario –. Necesidades o requerimientos hay muchos en estas instituciones; desde infraestructura y equipamiento adecuado para su funcionamiento, hasta las formas de organización y reglamentación que por años han mantenido a estas escuelas formadoras de docentes.

En la parte social. Es impensable que éstas puedan desaparecer. Su tradición pero, sobre todo, su relevancia e impacto social, parecen descartar su eliminación. Por años, estas escuelas han formado a miles de maestros y maestras que se han incorporado al SEM con el propósito de cumplir con esa función que contempla el Estado Mexicano y que ha sido plasmada en la Constitución Política de nuestra nación: desarrollar armónicamente las facultades de los seres humanos. Nadie, en estos momentos, dudaría que en las escuelas hace falta un maestro que oriente y facilite la generación de aprendizajes en los niños, jóvenes y adultos de México.

Por lo que toca a la parte cultural, debo señalar que estas escuelas son parte importante y trascendental de la cultura mexicana. Muchas de las costumbres y tradiciones que se viven en cada una de las regiones del país, han sido fomentadas y preservadas por los maestros. ¿Y dónde se aprende todo ello? Como parece obvio, en las normales. Pese a quien le pese, en estas escuelas se genera ese aprendizaje que a la postre se desarrolla en los diferentes niveles en los que se insertan los egresados de estas instituciones. Bien se dice que cultura es una forma de vida, y no es errado pensarlo de esta manera. Dese cuenta, ¿cuántos y cuántos mexicanos no han sido formados por un maestro?, ¿cuántos y cuántos no hemos aprendido algo de ellos?, ¿cuántos y cuántos no hemos realizado una convivencia en razón de lo expuesto? Millones… millones de mexicanos.

Tengo claro que muchas de estas escuelas, por su misma condición regulatoria – sin autonomía y apegada a lo que mandata la Constitución –, han construido prácticas que a la fecha, no son las mejores. El diagnóstico que hace años realizó  la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), dio cuenta del rezago en el que se encuentran, pero también, de esas prácticas bajo las cuales se mueven los miembros de este Subsistema. De hecho, hace un año precisamente, Mexicanos Primero, difundió un informe – con el que no estuve del todo de acuerdo –  en el que se plantearon varias debilidades y fortalezas que no del todo son ciertas pero que hay cierta razón en ellas.

Reformar las escuelas normales, desde mi perspectiva, es fundamental si en realidad queremos mejorar la educación en nuestro país. Con seguridad resistencias gremiales y corporativas habrá. Es lógico pensar que existirán, y más por la serie de torpezas que ha cometido y viene cometiendo el gobierno federal en manos de Peña Nieto; sin embargo, el paso tiene que darse, sin prisa pero sin pausa. ¿Por qué? Porque estas escuelas formadoras de docentes, merecen ocupar el lugar que en 1984, por decreto presidencial, les fue asignado: instituciones de educación superior.

En este sentido, debo reconocer el trabajo que recientemente ha emprendido la DGESPE, en cuanto a la realización del Primer Congreso de Investigación de Educación Normal a celebrarse en la Ciudad de Mérida, Yucatán, el próximo mes de marzo (por allá nos veremos). Lejos del tema político que éste pudiera tener, me congratula el que finalmente, se tomé en cuenta a este Subsistema como parte de la educación de mi querido país.

En fin, considero que tiene que hablarse de las escuelas normales, y tiene que hablarse bien o mal, pero con sustento. Hechos lamentables como los de Ayotzinapa, por ejemplo, que siguen doliendo en el alma, deben ser atendidos y también expuestos para que, de una vez por todas, se den pasos firmes y sólidos hacia una mejora substancial en la formación de maestros.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-pendiente-las-normales/

Imagen: elfederalista.mx/f/jalisco_escuelas.jpg

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La pregunta: ¿cómo hacer relevante la escuela?

por: Blanca Heredia

Hoy, en México y en el mundo, muchos se preguntan cómo lograr que las escuelas puedan ofrecerles más y mejores conocimientos, habilidades y oportunidades de desarrollo a todos alumnos. Un grupo muy vocal e influyente argumenta que la clave está en elevar la calidad de sus maestros. Otros abogan por factores adicionales y muy diversos que van desde atajar la desintegración familiar hasta mejorar la infraestructura escolar, diseñar planes de estudio, estrategias, y materiales pedagógicos más pertinentes para la empleabilidad, pasando por reducir número de alumnos por maestros, mejorar las relaciones al interior del aula, y/o incorporar más tecnología y uso más apropiado de esta, entre otros.

A pesar de su gran diversidad, la mayoría de las propuestas disponibles para mejorar la calidad de la escuela comparten dos elementos centrales. Primero, la premisa según la cual ésta sigue teniendo un lugar central en nuestras sociedades y, sobre todo, una función y un significado social claro, inteligible y, más o menos compartido, para los diversos actores que participan en ella. Segundo y basado en lo anterior, un énfasis común en lo instrumental. Es decir, en las acciones requeridas para mejorar la capacidad de los centros escolares –entendidos como centrales y dotadas de una función social clara para todos– para producir mejores aprendizajes.

Se entiende que si uno ya sabe en qué radica la importancia de la escuela y para qué sirve esta, no tenga sentido preguntárselo y sea lógico concentrarse en los “cómos”. El problema es que estamos ante una situación en la que las respuestas heredadas y conocidas frente a las preguntas de ¿por qué y para qué la escuela? están haciendo agua por todas partes.

Basten, al respecto, unos cuantos indicios de hasta qué punto el lugar social de la escuela, durante muchísimo tiempo asumido colectivamente como claro, central y permanente, está en entredicho en la actualidad.

o Crisis de todas las figuras y referentes de autoridad en una gran cantidad de sociedades. Esta tendencia global ha venido erosionando las relaciones tradicionalmente jerárquicas al interior de las escuelas y las familias y, al mismo tiempo, está haciendo difícil la posibilidad de generar nuevas formas de autoridad entre generaciones y personas con diferentes roles. Como resultado de ello, se observan dificultades crecientes para construir relaciones entre alumnos y maestros, entre maestros y directivos, así como entre padres de familia, docentes y autoridades escolares mínimamente funcionales para hacer posible la convivencia ordenada y civilizada, así como procesos de enseñanza–aprendizaje efectivos al interior de los centros escolares.

o Niños y jóvenes que pasan hoy más tiempo conectados al internet que en el salón de clases. En México, según el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México, 2016, 7 horas con 14 minutos diarios en promedio para el conjunto de los internautas mexicanos (59% de la población total), más de la mitad de quienes se ubicaban entre los 13 y 34 años en 2015. En muchos otros países situación similar: alumnos más horas en el internet que en la escuela… y creciendo.

o Estudiantes, en México y muchos otros países, para quienes acumular años de escolaridad no se traduce necesariamente en un empleo seguro o en un mejor salario. Ello, en parte por carencias de las escuelas, pero también y sobre todo, porque, debido a la internacionalización económica y la automatización de un número creciente de empleos, no se están produciendo –en buena parte del mundo– la cantidad y calidad de puestos de trabajo requeridos para incorporar productivamente al mercado laboral a los jóvenes que egresan de los distintos niveles de la educación formal.

¿Resultados de todo lo anterior? Más y más alumnos “desengachados” de lo que ocurre en sus aulas, creciente abandono escolar, más embarazos adolescentes, más violencia en los lugares históricamente diseñados para producir civilidad, y “aprendizajes” no sólo deficientes, sino carentes de un significado compartido y un valor reconocible.
Para atender los desafíos que enfrenta en la actualidad la enseñanza escolarizada resulta de la máxima prioridad hacernos cargo de que la pregunta central no es cómo mejorar la escuela (suponiendo que ya sabemos para qué sirve), sino cómo hacerla relevante, especialmente para los que la viven y la construyen cotidianamente, juntos.

Esa pregunta puede hacerla cada maestro y cada directivo. Como lleva haciéndolo, con enorme creatividad, pasión e inteligencia, Lila Pinto, directora de la escuela Maguen David en la Ciudad de México, como condición de posibilidad, de una transformación educativa integral y de fondo. En concreto, preguntándole a los alumnos y a los docentes de su escuela qué los mueve, qué los inquieta como seres humanos más allá de la escuela, pues sólo desde ahí es posible reimaginar una escuela que tenga sentido para aquellos que la habitan.

En México y en el mundo hay muchos directores y maestros como Lila, pero todavía son insuficientes. Necesitamos muchos más de ellos para que las escuelas, en lugar de seguirse desfondando, sean espacios privilegiados para humanizarnos, reconocernos y aprender a convivir unos con otros, y para darnos los saberes y las destrezas para construir vidas que valgan la pena y tengan sentido tanto en lo individual como en lo colectivo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pregunta-como-hacer-relevante-la-escuela/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/03/nuño-visita-escuela3-e1462818202454.jpg

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