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Bruselas ¿se inicia una nueva vuelta de tuerca del miedo mundial?

Vistos los acontecimientos sorpresivos y violentos más recientes de Bruselas (Bélgica) días atrás, y observando la conducta de medios de comunicación y las declaraciones de gobernantes europeos ante éstos, queda la sensación de estar ante un refuerzo naturalizado por la institucionalización de la pedagogía del miedo, con una práctica impulsada desde la política guerrerista cuya última cruzada nos remonta, inevitablemente, a la brutalidad de los ataques de Estados Unidos y sus aliados a países del Golfo Pérsico en la pugna por el control de la producción de petróleo.

Desde siempre el miedo ha sido un instrumento de control social, que se refuerza desde distintos espacios de la sociedad. Hoy día por ejemplo,  la penetración de los medios y de sus principales productos en nuestras actividades diarias: estilos de vida, opiniones y noticias, en buena medida fija nuestra forma de pensar ante ciertos acontecimientos. A diario nos exponemos a informaciones sobre incidentes de seguridad, peligros naturales, animales salvajes rondndo sitios vacacionales, riesgos económicos, virus, enfermedades …  ¿cómo podemos lidiar con todo eso y seguir insertándonos en la sociedad? el miedo nos dice por donde caminar, qué pensar, cómo comportarnos y dónde está el bien y dónde el mal. Entiéndase que no se habla aquí del miedo o temor ante lo desconocido o la sensación de peligro natural de los seres humanos. Aquí se habla de la exacerbación del miedo hacia otras sociedades, otras religiones y otras formas de entender al mundo.

La información, previamente digerida y presentada a través de medios de comunicación, nos deja la toxicidad del exceso de información, y también el modelado de nuestros modos de pensar, actuar y observar los hechos que ocurren a nuestro alrededor. La resistencia frente al avance de estos modos exógenos de ver al mundo se hace necesaria, entonces, no sólo en el plano de lo doméstico, sino también desde el quehacer diario de las personas desde el cual cada plano del ser descubre una nueva batalla. La resistencia supone exponer que el modo en que los medios de comunicación presentan las informaciones no es, en ningún caso, inocuo.

Frente a situaciones como los atentados del World Trade Center, Nueva York (2001), de  Madrid (2004), Santiago (Chile, 2014), de Francia (Charlie Hebdo, 2015), Bangkok (Tailandia, 2015), Lyon (Francia, 2015), Rusia (2015), Tunez (2015), Estambul (Turquía, 2016),  Ankara (Turquía, 2016), por sólo nombrar algunos de los más recientes incidentes terroristas reconocidos como atentados por los medios, se hace complicado establecer una posición rotunda que asigne, de manera inequívoca, la responsabilidad a cualquier bando. En cada uno de estos atentados han resultado víctimas personas inocentes de distintas nacionalidades, niños y niñas, estudiantes, mujeres, ancianos, personas que no estaban vinculadas a acciones terroristas. Como también se cegan vías en cada uno de los focos de violencia que día a día vemos encendidos en buena parte del Medio Oriente, África y el continente americano.

Con tantos focos de violencia ¿Cómo podemos explicar que, mientras unos incidentes violentos son despersonalizados e invisibilizados, otros sean exacerbados y utilizados por medios de comunicación para estigmatizar y construir ideas fuerza sobre la superioridad de unos grupos (sociales, raciales, económicos o religiosos) sobre otros?

«Hay unos muertos de primera y unos muertos de segunda»

Así dice una persona, por el acento de origen colombianofrancia,  entrevistada por la cadena RT, quejándose del dramatismo con el que hay manifestaciones en medios digitales en solidaridad hacia Francia, Bélgica o Estados Unidos, y no ocurre lo mismo por fallecidos civiles en zonas en guerra.

La cobertura que, hasta ahora, se ha hecho en medios internacionales de comunicación sobre los incidentes de Bruselas parecen estar construidos sobre un mismo esquema con muy pocas diferencias: 1) Bloques de noticias con la misma información que se repite una y otra vez con imágenes de fondo que pertenecen a videos aficionados de las explosiones, y como contraste, las imágenes de personas conglomeradas en manifestaciones de repudio y dolor; 2) Contenidos que enfatizan en lo poco que se sabe de quienes atacaron los dos objetivos en Bélgica, pero que insisten en presentar suposiciones sobre el origen, destino o procedencia de unas personas que identifican como los atacantes y cuyas fotografías son repetidas una y otra vez; 3) Revisión de actualizaciones de declaraciones por parte del cuerpo gubenamental de la Unión Europea, Bélgica u otro país; 4) Entrevista a familiares de personas desaparecidas, mostrando vidas en pleno apogeo truncadas, o posiblemente truncadas, por los atentados.

Este modo de presentar la información sobre tan lamentables sucesos, construida de un modo similar entre las distintas cadenas de noticias internacionales, repitiéndose una y otra vez, busca aprovechar el interés por conocer más detalles de lo ocurrido, pero también es utilizado para reforzar la idea de que tienen mayor importancia quienes fallecen en Europa en ataques terroristas inusitados, que aquellos que fallecen en escuelas, hospitales o en sus casas en las zonas en conflicto al otro lado del mundo. Pero, lo que resulta más grave aún, es que esta forma de presentar la información, es utilizado para construir estereotipos de rechazo a personas, generalmente también víctimas, como culpables en virtud de profesar alguna religión islámica, o vivir en sociedades con otras formas de organización social y política. La información que se da y la que se calla, recrea la realidad que forma e incide culturalmente en los pueblos.

El culto a la hegemonía de unos sobre otros y, por ende, de las sociedades que la sustentan, por encima de las particulariades de la vida de todas y todos, nos conduce a ubicar de modo casi automático un lugar donde está el bien y otro en el cual, por contraposición, habita el mal. Por ejemplo, las personas no suelen demandar información sobre cuántos ataques se registran por parte de las fuerzas aliadas sobre territorio sirio o en Afganistán, y para muchas personas las filtraciones de Wikileaks que revelaron tratos inhumanos de soldados estadounidenses a presos de guerra en Irak fueron parte de una gran escenificación cinematográfica que nunca ocurrió. Por cierto, resulta interesante revisar el uso del lenguaje que ha salido de las filtraciones periodísticas de información non grata sobre actuaciones de guerra, y ha impregnado guiones de cine.

Los medios de comunicación hegemónicos insisten en mostrarnos la cara humana de quienes están desaparecidos o han fallecido en cada uno de estos atentados terroristas, también insisten en resaltar las torpezas, omisiones e incapaciades de los organismos policiales de los países atacados. Es la paradoja de cuestionar a quien sufre un asalto, por ejemplo, porque de alguna forma se «lo busca» al caminar por un lugar por el cual no debe, aunque ese lugar sea los predios de su residencia. Sin embargo, sería muy interesante poder develar con valentía la hipocresía que nos llama a defender asesinatos lamentables en cualquier lugar de Europa, mientras nos pide que no preguntemos por las razones terribles que llevan a gobiernos a invadir otros territorios y asesinar a inocentes.

No es con el miedo con el que se aprende, pero tal parece que sigue siendo con el miedo con lo que se controla.

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La construcción del autoconcepto académico en el marco de los Estudios Abiertos (Parte 1)

Myriam Anzola

La autodefinición de quiénes somos como profesionales es una tarea que regularmente creemos conocer a través de la elaboración de un currículum vitae (CV). La elaboración y presentación de ese CV normalmente la hacemos con un orden riguroso arbitrariamente preestablecido que contempla: los estudios realizados con su fecha de culminación, las instituciones otorgantes con los soportes de los títulos obtenidos, los roles laborales desempeñados con períodos de tiempo defi nidos con los avales institucionales que los respaldan, otros cursos y experiencias que puedan ser constatables, y por último los reconocimientos a los que haya sido merecedor o merecedora el postulante.

Este baremo personalizado que pretende ser objetivo, nunca es tal por varias razones:

1º Desde el punto de vista de la valoración de credenciales académicas, conocemos sobradamente que no todas las instituciones ofrecen cursos (conducentes o no a grado) con comprobada idoneidad para garantizar el “dominio” por parte del estudiante de los temas cursados. Las posibles fallas son multifactoriales: formación del profesorado, selección y organización del currículum, pertinencia del material de apoyo e insumos, dominio de contenidos y carencias en el manejo de la lengua escrita y del discurso oral por parte del que estudia, entre otros factores.

2º El prestigio que ganan las instituciones con certificaciones y avales de la oficialidad sobre los cursos que ofrecen tampoco es garantía de sapiencia de sus egresados ya que tal como lo demuestran los avances sobre la administración curricular, una cosa son los programas que se presentan acompañados de las credenciales de los profesores que los dictan y otra muy diferente es la puesta en ejecución de dichos programas durante la administración curricular.

3º Quien elabora el documento del CV organiza sus recaudos de acuerdo a la estructura solicitada pero está consciente de que conoce muchas más cosas de las que puede demostrar o de que en el recuento demuestra otras que en realidad no son parte de su experticia real.

En resumen, la presentación de un CV en los términos que conocemos ofrece apenas una aproximación muy somera del perfil de quien lo presenta, que puede en algunos casos hacer menospreciar o en otros sobredimensionar las capacidades reales del postulante a un cargo. Siendo así, la presentación de credenciales académicas no da fe per se de la dimensión humana de la persona que las presenta. Es decir, no es la mejor ni la única manera de demostrar las capacidades, los dominios, las percepciones, convicciones y potencialidades de un ser humano.

A partir de estas y de otras convicciones, algunos teóricos del currículum se han propuesto revisar las posibilidades de ponderación de los aspirantes a cualificaciones, considerando la estructuración de los planes de estudio y particularmente de la administración de los mismos. De esa revisión parten nuevos esquemas de organización curricular y nuevas concepciones para las valoraciones reales de la trayectoria de los sujetos. Así aparecen nuevas categorías epistémicas como la acreditación de experiencias, el reconocimiento de saberes, y la certificación de conocimientos científicos. En este trabajo pretendemos hacer una diferenciación y definición de estas terminologías del imitando algunas diferencias que pueden resultar sutiles pero que conviene destacar a la luz de nuestra experiencia de más de un lustro administrando el Programa Universitario de Estudios Abiertos de la UPTM “Kléber Ramírez”.

LA ACREDITACIÓN DE EXPERIENCIAS Por experiencia entendemos el conocimiento de algo, o la habilidad, que se adquiere al haber realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces algún evento o proceso. La experiencia sin duda genera aprendizaje. Ahora bien, la Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (AAE) pretende sustentar con fines académicos ese tipo de aprendizaje.

La acreditación de experiencias se inició en Venezuela en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) bajo la denominación de Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia (PAAPE) en el año 1981. Históricamente sufrió cambios importantes en el tiempo. En la década de los 80 cuando dicho programa se inició, se atendieron solicitudes de acreditación de participantes de centros regionales de la UNESR en Barquisimeto, Ciudad Bolívar, Maracay, Barcelona y Caracas que fueron atendidos de manera experimental. A partir de 1996, se da un crecimiento cuantitativo de participantes con título de técnicos superiores. Actualmente se aprecia una demanda estable de solicitudes de acreditación ubicada en un promedio de unas 9000 solicitudes por año con una ampliación de la cobertura del sistema hacia otras regiones del país, un predominio de acreditación de cursos formales, por la vía de acreditación y convenios.

El sustento teórico y metodológico de esta propuesta inicial parte de educadores venezolanos innovadores como Adam, Díaz, y Brandt con los postulados de la escuela progresista, la andragogía, y la educación permanente. En esa perspectiva se considera al individuo como una persona capaz de tomar sus decisiones en el aprendizaje, se valoran los procesos de formación extramuros de la educación formal. Es decir, se reconoce la esencia de la legitimación de los aprendizajes obtenidos por fuentes no formales diversas y múltiples, por las vivencias culturales y afectivas de cada persona. Brandt (1982).

De acuerdo con el documento de Salazar y Andrade (2004) el Programa de Acreditación del Aprendizaje por Experiencia, en el contexto del Centro de Educación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP), la Universidad Simón Rodríguez: …busca sincronizar, armonizar,coordinar la manera de acreditar estos aprendizajes de acuerdo con la especialidad seleccionada por quien aspira ingresar a una carrera y constituye el problema fundamental,ya que no existen patrones que permitan determinar hasta cuánto sabe una persona… (p.6). Félix Adam, un visionario de la educación de este país, decía ya por 1987: Desconocer el valor del aprendizaje por experiencia, fuera de un plan de estudios, cuya conceptualización es rígida desvirtúa el sentido humanístico de la acreditación y la convierte en una simple “equivalencia” u “homologación” de estudios . Por eso, la participación del aspirante en el proceso, permite negociar los términos de la acreditación y determinar los nuevos aprendizajes a realizar. (p.12).

Orietta Caponi, quien fuera la primera rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela (2004) expresa: Como producto de la aplicación de esta práctica educativa en la UNESR se demostró la pertinencia del proceso de reconocimiento de los aprendizajes obtenidos durante la actividad laboral y de vida; de aprendizajes formales obtenidos en otras instituciones de educación universitaria y de aprendizajes obtenidos desde orígenes distintos. Pero para alcanzar esta aspiración se debe asumir el reto de traspasar las fronteras del currículo preestablecido en la universidad. Esto significa la superación a la subordinación rígida de la misma, a los planes de estudio y programas de la Universidad. Estos solamente constituyen un aspecto de la relación de la universidad, entendida como mundo académico con los otros escenarios que conforman el mundo de la vida, que sirven de caldo de cultivo a la generación de aprendizajes por experiencia. De modo que se requiere de una transformación profunda de la Universidad venezolana…el problema no es solamente incluir a las personas en el sistema educativo de educación superior actual, sino la conveniencia de incluirlos en instituciones enclaustradas, excluyentes, cuyos pensa de estudios son concebidos y ejecutados fuera de los contextos comunitarios y las necesidades más urgentes, con programas que proponen un conocimiento desagregado, fragmentado, unidireccional, escolástico y poco participativo (p.6). 13 «La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo» Es decir, que el proceso de Acreditación de Experiencias se enmarca en un currículo abierto, fexible, dinámico e innovador que provea la implementación de modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia y la no convencional. Tal como lo plantean los postulados de las nuevas universidades bolivarianas.

Siendo así, la acreditación del aprendizaje deberá entenderse como un proceso complejo que involucra un tejido heterogéneo para la transformación de las condiciones de vida de un colectivo, con énfasis en la búsqueda de la identidad, en respeto a la diversidad étnica y pluricultural. La acreditación del aprendizaje por experiencia tendrá como propósito el reconocimiento y la valorización de la acción de los hacedores de cultura en la promoción, divulgación y creación de las manifestaciones de nuestro pueblo, con base en su participación y compromiso con las comunidades. Se considera que todas las actividades culturales generan aprendizajes que guardan relación con algún tipo de conocimiento y por tanto pueden ser reconocidas académicamente por la universidad.

Cuando surge la Misión Cultura para reconocer a los cultores que nunca había recibido título universitario desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se pretende superar los tres elementos que fueron identifi cados como debilidades en la sistematización de la experiencia del CEPAP de la UNESR, a saber: la desvinculación entre los aprendizajes no formales valorados para la acreditación del aprendizaje por experiencia y su vínculo con la prosecución de estudios en la universidad; el marcado predominio de acreditación de aprendizajes formales; y la escasa participación del participante en la toma de decisiones para la acreditación de sus propios saberes. Esa propuesta que se presentó en teoría revalorizaba el carácter dialógico, horizontal, cooperativo, participativo, y cualitativo de la acreditación del aprendizaje por experiencia. Por eso planteaba combinar como estrategias de formación el aprendizaje por proyectos para dar respuesta a problemas comunitarios concretos, sostenidos en torno al trabajo colectivo.

Sin embargo, en la práctica la Misión Cultura no logró darle una forma que fuera coherente con los planteamientos a la acción emprendida. En este momento la UNESR se planea la Acreditación de Experiencias dirigida a bachilleres con experiencia laboral, bachilleres con estudios de nivel superior no concluidos, técnicos superiores que aspiran continuar estudios universitarios, graduados universitarios que aspiran estudiar alguna carrera que ofrece la Universidad y otros participantes regulares de la UNESR.

En el caso de nuestro programa de estudios Abiertos desde la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez la Acreditación de Experiencias y Saberes Acumulados constituye un programa especial para ciudadanos y ciudadanas venezolanas que poseen amplia trayectoria, destrezas y saberes acumulados en algún área del conocimiento a través de una forma de evaluación educativa alternativa dirigida a todos los ciudadanos y que pueden o no ser egresados o egresadas de otras carreras universitarias o medias y de estudiantes en ejercicio laboral.

Artículo publicado en la REVISTA DIGITAL DE DIVULGACIÓN ACADÉMICA Contracorriente

http://saberesliberadores.cenditel.gob.ve/files/2016/02/ContraCorriente.pdf

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Las vías abiertas de América Latina

Emir Sader

 

Cuál de las dos vías va a triunfar, es lo que se está decidiendo en este momento en el continente. Las fuerzas democráticas y populares ya no tienen derecho de volver o seguir cometiendo los errores que han cometido y que se siguen cometiendo. Es el destino de nuestros países en toda la primera mitad del siglo XXI lo que se está decidiendo. Conciencia real de los problemas que estamos enfrentando, de las fuerzas con que contamos y con las que podemos contar, de los errores cometidos, capacidad de renovación hacia las nuevas generaciones, hacia las mujeres, hacia las capas populares todavía postergadas, espíritu democrático y capacidad teórica creativa, nos pueden llevar, por la vía democrática y popular de superación de la crisis actual.

Nunca como ahora el futuro de América Latina está tan abierto. Hemos pasado por un momento, especialmente en los años 1990, en que la historia del continente parecía congelada. Se imponía un modelo de forma avasalladora, que pretendía invertir y cerrar ciclos históricos que apuntaban en otra dirección. Ya no más desarrollo económico, sino equilibrio fiscal. Ya no más distribución de renta, sino concentración en manos de los más competentes. Ya no más derecho, sino concurrencia en el mercado. Nunca más Estado, sino empresas.

Se arriesgaron, en medio a consensos que creían fatales, a anunciar el fin de la Historia, que reposaría eternamente en los brazos de la democracia liberal y de la economía capitalista de mercado. Enterradas las alternativas, el capitalismo y el imperialismo podrían rediseñar el poder en el mundo.

América Latina era protagonizada por personajes como Carlos Menem, Alberto Fujimori, Fernando Henrique Cardoso, Carlos Andrés Pérez, Sánchez de Losada, Salinas de Gortari, Lucio Gutiérrez, entre otros, consagrados entonces por la prensa internacional como los “modernizadores”, los “liberalizadores”, los “globalizadores” de nuestras sociedades, al fin salvadas del “populismo”, del “estatismo”, del “nacionalismo”.

Víctima privilegiada de las grandes trasformaciones regresivas ocurridas en el mundo y, en particular, del neoliberalismo, donde ocurrieron más gobiernos y los más radicales, América Latina reaccionó como ya pocos creían posible. Y se ha vuelto la única región del mundo con gobiernos antineoliberales, con procesos de integración regional, con capacidad para revertir las fuertes tendencias a la desigualdad social y al aumento de la pobreza y la miseria en el mundo.

América Latina ganó el derecho de definir su historia a partir de la su capacidad para reaccionar frente al modelo neoliberal y a la globalización. Gracias al liderazgo de dirigentes como Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa, entre otros. Ahora América Latina se enfrenta a los efectores duraderos de la recesión internacional y a articulaciones derechistas internas, generando crisis en varios de nuestros países.

En este momento, en medio de la segunda década del siglo XXI, se puede decir que el futuro del continente está abierto. Nadie puede garantizar que los gobiernos antineoliberales se van a consolidar definitivamente, menos tampoco que los intentos de restauración conservadora se van a imponer.

Las dos vías están abiertas. Lo que se puede decir es que el escenario político latinoamericano será nuevo a partir de ahora. Ya no se contará con precios altos de los productos de exportación, al contrario, la recesión internacional tiende a extenderse. Tampoco será posible que cada país reaccione aisladamente frente a la recesión internacional.

La vía de la restauración está siendo puesta en práctica en Argentina y rápidamente demuestra cómo sus planteamientos profundizan la recesión, el desempleo, el endeudamiento y hasta la misma inflación. Es una vía que recorta los derechos sociales, concentra renta, subordina los intereses del país a los grandes capitales internacionales y a Estados Unidos. Conocemos hacia donde podría conducir esta vía a nuestros países, hemos vivido el auge del neoliberalismo en los años 1990, sabemos que es una vía trágica para nuestros países y para nuestros pueblos.

La otra es la vía de consolidar los extraordinarios avances logrados y avanzar hacia una América Latina todavía más integrada, por el Mercosur, por Unasur, por Celac, más vinculada al destino del Sur del mundo, de los Brics, de su Banco de Desarrollo. Con gobiernos antineoliberales articulando y poniendo en práctica un modelo integrado de desarrollo con distribución de renta, profundizando incesantemente sus mercados internos de consumo de masas, fortaleciendo y democratizando más a sus Estados, con procesos de formación democrática de sus opiniones públicas, contrayendo modelos de superación del neoliberalismo y de construcción de sociedades basadas en el derecho de todos.

Cuál de las dos vías va a triunfar, es lo que se está decidiendo en este momento en el continente. Las fuerzas democráticas y populares ya no tienen derecho de volver o seguir cometiendo los errores que han cometido y que se siguen cometiendo. Es el destino de nuestros países en toda la primera mitad del siglo XXI lo que se está decidiendo. Conciencia real de los problemas que estamos enfrentando, de las fuerzas con que contamos y con las que podemos contar, de los errores cometidos, capacidad de renovación hacia las nuevas generaciones, hacia las mujeres, hacia las capas populares todavía postergadas, espíritu democrático y capacidad teórica creativa, nos pueden llevar, por la vía democrática y popular de superación de la crisis actual.

Las dos vías están abiertas. Las duras peleas actuales es para decidir cuál de las dos se va a imponer

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Nunca más, Nunca más

Publicado originalmente en el Blog Contrapuntos de El Pais

Hace 40 años comenzaba una de las más brutales dictaduras de la historia latinoamericana.

Las dictaduras suelen ser indulgentes sólo para definirse a sí mismas, para narrar sus supuestas conquistas estabilizadoras, su perversa y asesina vocación por el orden, su obsesión macabra por el silencio y su sepulcral pulsión para subordinar la vida al imperio del terror. Esta, la dictadura que comenzó el 24 de marzo de 1976, se autoproclamó “Proceso de Reorganización Nacional” y arrasó la Argentina, 40 largos, dolorosos y heroicos años atrás.

Nunca Más

Las dictaduras esconden sus brutalidades, pretenden maquillarlas con eufemismos de redención y sangrientas promesas de libertad. La dictadura argentina dejó miles de muertos, 30 mil desaparecidos, centenas de niños y niñas expropiados por torturadores, por policías, militares y civiles asesinos que hicieron del secuestro de la infancia uno de sus crímenes más repugnantes, una de sus perversiones más inconfesables. La dictadura argentina dejó miles y miles de exiliados, familias destruidas, personas iguales a Ud, a mi y a cualquier otra, sumergidas en el sufrimiento y en el dolor más infinitos, si es que hay un límite o una medida para el sufrimiento y el dolor humanos. La dictadura dejó un país destruido, arrasado por el atraso, por la mentira y el oprobio, herido por la vergüenza y marcado por la ignominia, pero dispuesto a renacer, a revivir y a superarse. Un país capaz de crearse a sí mismo, a inventarse una vez más, como tantas otras, sabiendo que le podían haber robado casi todo, menos su dignidad.

Y la Argentina se reinventó, construyendo su democracia, como todas las que conocemos, incompleta, defectuosa e imperfecta, pero que supo defender en las calles, movilizando a los que siempre habían luchado para conquistarla y a los que aprendieron a defenderla, sabiendo que de ella dependía su futuro de esperanza y libertad.

No siempre es fácil ni quizás sea necesario reconocerle a un país su capacidad para superar la barbarie, para regresar del abismo del horror. Sin embargo, cualquiera que tenga la osadía de entender lo que ocurrió en la Argentina en los últimos 40 años, deberá tener también la capacidad de no perder de vista la complejidad, los intersticios y curvas, las opacidades y claroscuros del proceso de afirmación de una identidad nacional que debió reponerse del brutal genocidio comandado desde su propio Estado.

La Argentina renació y lo hizo gritando “Nunca Más”. Se atrevió a hacer lo que pocos países hicieron con sus genocidas: los juzgó y los condenó. Hizo también después, lo que muchos países hicieron con sus genocidas: los perdonó sin otra justificación que la de proclamar el triunfo de la impunidad. Más tarde, empecinada en rehacerse a sí misma, hizo lo que ningún país probablemente tuvo el coraje de hacer: deshizo la impunidad, se recompuso del nocaut que el silencio le había propinado a la verdad, y con la valentía que esgrimen los que no se conforman con el falso perdón de la historia, volvió a condenarlos. Y lo sigue haciendo, aún hoy, 40 años después, por asesinos, por expropiadores de niños y niñas, por genocidas, por haber usado el Estado como instrumento de terror, por haber violado en todos y cada uno de sus actos, la base que debe sustentar una república democrática: los derechos humanos.

No creo que la Argentina deba ser considerada mejor que cualquier otro país por hacer de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia uno de los pilares de su nueva identidad como nación soberana. Sin embargo, si se multiplicara su ejemplo en el combate a la impunidad, podría ayudar, y mucho, a que América Latina fuera una región más justa.

La Argentina que juzgó y sigue juzgando a los genocidas y dictadores, rememora hoy los 40 años del golpe militar de 1976, en un contexto especial. Pocos seguramente imaginaron que una parte de los homenajes a la lucha contra la dictadura fueran realizados por el gobierno de un partido conservador, el PRO, formado por dirigentes que poco y nada han hecho en la lucha contra la dictadura, que ha expresado su decisión de enfrentar con mano dura las manifestaciones populares y que cuenta con el apoyo de una de las fuerzas políticas democráticas que promovió el histórico juicio a las juntas militares que comandaron la última dictadura militar, el Partido Radical de Raúl Alfonsín. Menos aún, quizás nadie haya imaginado que un día tan emblemático en la lucha por los derechos humanos, sería recordado en la Argentina por la visita del presidente Barack Obama, primer mandatario de un país que, hasta la llegada de Jimmy Carter a la presidencia, apoyó, promovió y dio la cobertura internacional necesaria a todas las dictaduras latinoamericanas. Un país que carga sobre sus espaldas la oprobiosa historia de un continente que vivió bajo la violencia de los golpes de estado y la intervención militar externa buena parte de sus más de 200 años de independencia. ¿Quién hubiera dicho que sería Barack Obama el que, ante el mundo, recordara nuestros muertos, paseando en silencio por el Parque de la Memoria, a orillas de ese río inmenso e inmutable, donde centenas de argentinos y argentinas fueron lanzados desde aviones militares con el apoyo o la complicidad de la Casa Blanca?

El gobierno norteamericano ha prometido desclasificar los documentos que ponen en evidencia las relaciones entre ese país y la dictadura argentina. El Vaticano, también. Surgirán así nuevas y valiosas evidencias acerca de cómo se construyó la arquitectura de un Estado asesino. Pruebas que servirán para hacer justicia y no olvidar. Quizás, cuando estos documentos se conozcan, el gobierno de Estados Unidos y el Vaticano pedirán perdón al pueblo argentino por la violencia cometida y porque no siempre evitaron que se llevaran a cabo las atrocidades que le costaron la vida a miles de ciudadanos inocentes. O quizás no dirán nada, aunque la información desclasificada ayudará a seguir exigiendo el necesario castigo a todos los culpables, dentro y fuera del país. Las violaciones a los derechos humanos no pueden prescribir porque, cuando lo hacen, la impunidad se institucionaliza como un perverso y macabro salvoconducto que protege a los homicidas e inmuniza a las sociedades del horror que deberían generar los delitos cometidos.

Hoy, mientras Barack Obama esté viajando a la ciudad de Bariloche, rodeada de lagos y montañas de una belleza incomparable, centenas de miles de argentinos y argentinas saldrán una vez más a la calle a gritar “Nunca Más”, Irán a la Plaza de Mayo, a las plazas de cada ciudad y de cada pueblo, junto a las Abuelas y a las Madres de la esperanza, a exigir que los golpes y las dictaduras jamás se repitan en la Argentina ni en ningún otro sitio. Marcharán, sabiendo que la justicia no es necesaria sólo para reparar las heridas, sino fundamentalmente para evitar que la barbarie vuelva a repetirse. Caminarán, juntos, tomados de la mano, abrazados, como siempre lo hicieron, soñando con un país mejor, con el país que ellos, sus hijos y sus hijas merecen. Marcharán hacia el futuro, iluminados por la memoria.

Posdata: Rindo aquí homenaje a tres grandes intelectuales a quienes he tenido el honor de suceder en la dirección del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales: Aldo Ferrer, Enrique Oteiza y Francisco Delich. Ellos comandaron CLACSO durante los sucesivos golpes de estado que tuvo América Latina entre 1967 y 1983. Hace ya 50 años, CLACSO fue creada a instancias de la UNESCO como una institución que debía contribuir con la cooperación académica y el desarrollo de las ciencias sociales en el continente. Las dictaduras e intervenciones militares impidieron que se cumpla plenamente esta función, aunque hicieron de CLACSO una organización internacional que, aprovechando su relativa inmunidad, con sus programas y acciones, permitió salvarle la vida a centenas de intelectuales que escapaban de la persecución dictatorial en sus propios países. Fueron años difíciles y peligrosos, en los que Ferrer, Oteiza, Delich y sus equipos de trabajo cumplieron una valiente e imprescindible función. No fueron, claro, los únicos. La historia de nuestras dictaduras es también la historia del heroismo de los que lucharon contra ellas, defendiendo la vida y la libertad. Nuestros países han cambiado mucho. CLACSO, también. Sin embargo, somos herederos y deudores del coraje y de la convicción con que ellos lucharon por permitirnos llegar hasta aquí. Fueron esos los años en que aprendimos que si las ciencias sociales no sirven para luchar por la memoria, la justicia y la verdad, corren el riesgo de transformarse en cómplices de la opresión. Hoy, CLACSO marchará y se movilizará, como siempre, en defensa de la democracia, los derechos humanos y la igualdad.

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IDEAS PARA UN POSIBLE PROYECTO LATINOAMERICANO. MIRADAS DESDE LO FORMATIVO

america latina

Julio C Valdez/ Venezuela
Un posible proyecto para América Latina implica un horizonte hacia donde ir. Una visión de lo que queremos ser, una utopía que nos aliente y nos inspire.
Hay palabras que sentimos por todas partes, cuando nos referimos al porvenir de América Latina. Por ejemplo, una nueva civilización. Es decir, una forma alterna de relacionarnos, de pensarnos y de hacer las cosas en libertad y con responsabilidad. Vivir con la naturaleza, respetándola, incluso venerándola… Desarrollar, procesar, socializar los recursos necesarios para que todos –sin excepción- vivamos a plenitud, invocando un modo de desarrollo desde la solidaridad y la mutualidad hacia el vivir bien… Pero también hay que avanzar desde los pueblos buscando una integración que preserve las diferencias y las cualidades específicas, hacia formas de integración de carácter horizontal, reticular.
Esta visión ideal no es unívoca, lineal, sino que está abierta a múltiples lecturas e interpretaciones. No obstante, pese a su carácter relativo, puede constituir una referencia que nos convoque.
…Para seguir construyendo una propuesta formativa latinoamericana, conviene caracterizarnos desde el presente. Un presente que deviene permanentemente en una red histórica compleja, diversa, multiforme.
Los que habitamos América Latina somos seres en profunda contradicción. Llevamos con nosotros una ancestralidad que, a pesar de guerras y tensiones sociales, apunta a esquemas relacionales de tipo mutualista, con carácter de reciprocidad. Pero al mismo tiempo, al internalizar el esquema civilizatorio dominante, tendemos a ser personas individualistas, materialistas, con afán de lucro.
Por otra parte, desde ese modelo dominante despreciamos nuestros orígenes. Hablamos de globalización como un modo de suscribirnos a ciertos modos de ver, pensar y hacer, según las pautas de poderosas empresas transnacionales. Sin embargo, las vivencias ancestrales habitan nuestra habla, nuestro sentido de corporalidad, y sobre todo nuestros modos de relacionarnos. No obstante, desde las grandes empresas de difusión nos sumergimos en un mundo donde tenemos que suprimir a los otros para afianzarnos y maximizar el ego para preservarnos.
La educación latinoamericana vive también esta contradicción. El sistema escolar asume una estratificación piramidal, y un sistema de promociones que se apoya en un comportamiento individualista, competitivo, de manejo de saberes fragmentarios, de anclas en haceres predeterminados (competencias), sustentado por el ejercicio permanente de valorización/ desvalorización según la discrecionalidad del cuerpo docente. Se logra mayor éxito en la medida que los estudiantes se desarraigan de sus contextos vitales y respiran una lógica de instrucciones y de obediencia irrestricta a la autoridad. Además, buena parte de las instituciones educativas, desde el ejercicio de empresas privadas, se adhieren a la búsqueda del máximo beneficio y el amor al lucro.
Por otra parte, este sistema escolar lleva en sí mismo la coexistencia de dos circuitos claramente identificados: uno donde entran los sectores más desfavorecidos socialmente y egresan trabajadores subalternos, de los que el sistema requiere obediencia. El otro circuito alberga a los hijos de las clases dirigentes, y los forma para ejercer jefaturas.
Claro que ningún sistema es completamente homogéneo ni lineal. Existen fracturas, vacíos, desde donde se van organizando grupos de resistencia y organizaciones alternas. Así, desde el propio corazón de la escolaridad, emergen grupos de presión y se van conformando ámbitos de liberación.
No obstante, más allá del sistema escolar, existen otros espacios educativos. Uno, generado por las propias empresas, desde sus planes de capacitación, inducción y desarrollo de recursos y de talentos que incrementen las ganancias. Y otro espacio, cada vez más fuerte y socialmente significativo: Se trata de una inmensa región heterogénea, desde donde emerge lo socio comunitario, lo gremial alternativo y los movimientos sociales. Esta región ha generado, y más aún en los últimos años, interesantes y valiosas propuestas políticas, sociales, culturales y formativas.
Así, en la dinámica de los movimientos y procesos sociales, desde ámbitos comunitarios como de espacios de resistencia al interior del sistema escolar, emergen nuevas constelaciones cargadas de futuro. Veamos algunas de esas propuestas que apuntan a lo formativo. Son espacios generados en buena parte fuera del sistema escolar, pero que pueden enriquecerlo, renovarlo, reconstituirlo.
La primera constelación implica una lucha intensa contra nosotros mismos, lucha que nos permite acompañarnos unos con otros. Intentaremos, hombro con hombro, superar los egoísmos e individualismos y participar en todos los colectivos posibles (familia, amigos, organizaciones, instituciones). En vez de poner al mundo como un gigantesco tablero de recursos para la propia individualidad, hemos de mirarlo como un conjunto de posibilidades de relaciones y encuentros que nos ayudarán a crecer como seres humanos. Así, estaremos resistiendo a la cultura dominante, apuntalada por las grandes agencias mediáticas, que nos arrastra al individualismo materialista.
La segunda constelación conlleva otra batalla contra la fragmentación de la realidad, que lleva en sí la desintegración de nosotros mismos como personas. El llamado método científico, que más bien es un camino trazado desde determinados centros de poder, termina sometiéndonos a ciertos métodos, cierto lenguaje y a ciertas autoridades del conocimiento. Esto se reproduce al interior de las instituciones educativas, recargadas de disciplinas desconectadas entre sí, y signadas por las unidades créditos… De otra forma, al conformarnos como colectivos, podemos darnos el permiso de multiplicar las posibilidades de expresión, reinventando nuestras visiones del mundo integrando lenguajes desde lo científico, ancestral, espiritual, artístico.
La tercera constelación deviene de los colectivos que enriquecen sus modos de nombrar y resignificar el mundo. Buscan formas más integradas de mirar y de concebir, visualizando relaciones antes inéditas. Es una visión de mayor riqueza y complejidad que apunta a la creación de diversas síntesis, que nos hacen ver el universo como un organismo vivo, integrado, unificado. Al asumir esta constelación, estaremos superando la visión fragmentaria, cosificada, utilitaria, que sustenta esta sociedad capitalista.
La cuarta constelación sintetiza las anteriores. Es la generación de procesos compartidos, conscientes, intencionados, que persiguen la superación de esquemas y patrones de injusticia, desigualdad e inequidad. Se trata de proyectos tendentes a la transformación de ciertos contextos socioculturales en espacios humanos y naturales más vivibles, más integradores, más saludables y más armónicos.
Desde estas constelaciones se asoman algunos esquemas estratégicos para la educación latinoamericana:
1. Los procesos formativos pasan por la constitución de comunidades de aprendizaje. Hablamos de colectivos que, además de las tareas cotidianas de vivir, trabajar y transformar, se dedican consciente y sistemáticamente a generar e intercambiar aprendizajes, mediante el diálogo de saberes, reinventando modos de aprender, de dialogar, de abrir y alimentar espacios para compartir ideas, afectos y valores. Estas comunidades pueden surgir en el seno de los movimientos sociales, pero también, y especialmente, en el mundo de la educación formal. No se limitan a reunir individualidades, sino a abrir un proceso complejo, delicado, de creación y reaprendizaje de modos de relación y reenfoque de nuevos tejidos societales.

2. Se aprende desde la experiencia, con la experiencia y para la experiencia. La vida entera (con todos los sentires, pensares, haceres) es el eje indiscutible de los procesos formativos. Si los requerimientos académicos, curriculares, nos alejan de la vitalidad cotidiana, hay que repensar y reformular tales requerimientos. Aprender de la experiencia implica aprender con otras personas, puesto que todos nos movemos y hacemos mover tejidos históricos complejos, multidimensionales. Las historias personales, familiares, locales, nacionales, regionales y universales son las protagonistas de los procesos formativos. Esto apunta a la generación de espacios que simultáneamente dan sustento a los procesos transformadores y a la configuración de aprendizajes profundos. En algunas instancias, llamamos a estos espacios ensayos.

3. Los ensayos son invenciones sociales que se acercan (al decir de Anders Hallstrom) a utopías concretas, en el sentido de que se hacen realizables en el aquí y el ahora. Son modos de hacer de los colectivos para crear espacios compartidos en lo social, cultural, económico, político, entre otros. Ejemplos concretos de ensayos son los llamados movimientos sociales. Así, si nos fijamos en los zapatistas, veremos que ellos han inventado nuevos esquemas de relaciones vitales… En el campo de la formación, las innovaciones más profundas vienen desde el campo de la educación comunitaria; no obstante, se hace perentorio ensanchar estos espacios en el campo del sistema escolar. El ensayar procesos alternos, sus correspondientes evaluación y sistematización, y su renovación constante, constituyen procesos formativos de gran riqueza. Esto lleva una nueva mirada a los procesos de aprendizaje.

4. El aprendizaje se inscribe en el desarrollo consciente e intencionado de proyectos de formación/ acción. Se trata de procesos de aprendizaje que integran como un todo el crecimiento personal y espiritual y la transformación de los espacios sociales, culturales, políticos y económicos. Los proyectos también permiten integrar lo teórico y lo práctico, el pensar, el sentir y el hacer, en acciones sistemáticas destinadas a generar, con otros y otras, ensayos de libertad, de creación compartida, de bienestar colectivo.

5. Los proyectos, en su desarrollo desde el ámbito de los ensayos, se imbrican e interpenetran entre sí, apuntando a la generación de redes de procesos libertarios, creadores de sociedad. Así, es posible forjar lenta y progresivamente tejidos relacionales entre personas, comunidades, pueblos, países y regiones, en relaciones que medien lo cultural, lo social, lo político y lo económico.

6. Podemos asumir la reconfiguración del saber. Ello implica dialogar con el mundo en toda su complejidad y profundidad. Abrir el campo perceptivo e interpretativo, asumir un permanente preguntar. Y, aunque ese diálogo tenga diversos caminos (científico, ancestral, espiritual, artístico) es imprescindible no sólo abrir canales de comunicación entre ellos, sino también buscar modos de integración y de síntesis. No se trata sólo de saberes inter y transdisciplinarios, sino de saberes transvitales, transpersonales y transformacionales. Esto tiene que ver con un proceso de regeneración y recreación del lenguaje.

7. Apuntemos a la regeneración de lenguajes y creación de nuevas formas expresivas. La reconfiguración de la percepción y el saber implica tanto romper con los moldes impuestos desde los diversos modos de dominación que hemos sufrido, como el enriquecimiento del lenguaje y la creación de nuevas formas de expresión. Ello incluye lo artístico, lo científico, lo espiritual, lo cotidiano. La recreación permanente de lenguajes renovará nuestros modos de ver y de concebir el mundo. Esto sólo es viable a través de procesos innovadores de educación y de generación de cultura.

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Haití: Evaluando matemáticas y lectura en siete pasos

Ese viernes, como siempre, Marie se levantó temprano, tomó su desayuno y fue a la escuela. Pero aquel día fue diferente para todos: sólo asistieron los de cuarto y sexto grado y a los demás se les dio el día libre. El 29 de mayo de 2015, Marie fue una de los 4.144 alumnos de cuarto y sexto grado de 60 escuelas en Haití que tomaron la prueba piloto para medir las habilidades en matemáticas y la lectura.

Esta nueva evaluación, diseñada para completarse en dos horas, mejorará la comprensión de las habilidades y competencias que tienen los alumnos de esa edad. Así, se proporcionará una oportunidad para intervenciones tempranas que hagan frente a las deficiencias del sistema de educación identificadas en esa etapa.

Queríamos asegurarnos de que esta nueva prueba para cuarto grado fuese un instrumento de alta calidad. Por lo que a partir de enero de 2015, un equipo de especialistas en currículo del Ministerio de Educación en Haití, la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), IFHOSED (una empresa de consultoría de Haití), y el BID trabajaron en estrecha colaboración para desarrollar esta prueba que sustituirá la que se aplicaba anteriormente en sexto grado, como parte de las doce medidas de reforma dadas a conocer por el Ministro de Educación en Haití en agosto de 2014.

Para desarrollar esta herramienta, aplicable anualmente a escala nacional a partir de 2016, se llevó a cabo una prueba piloto. Crear esta prueba requirió un proceso de siete pasos:

1- Selección de artículos. Las preguntas de la prueba fueron seleccionadas utilizando elementos ya comprobados por pruebas internacionales de Lectura y de Matemáticas y Ciencias (RL1 y TIMSS), de los ciclos 2007, 2011 y 2015. El equipo seleccionó 32 preguntas de matemáticas, 26 de comprensión de lectura y 25 de contexto para conocer más acerca de los estudiantes (edad, estado socioeconómico y sus opiniones acerca de formarse).

2- Traducción. Se tradujeron las preguntas siguiendo un protocolo estricto para garantizar un lenguaje apropiado para los alumnos. Aquellos elementos que estaban disponibles en francés fueron adaptados al contexto de Haití y se tradujeron al creole. Todos los demás elementos se tradujeron de inglés a francés y creole.

3- Diseño y formato. Se diseñó un folleto con las preguntas. El tiempo establecido para completar las dos secciones (matemáticas y lectura) fue de 45 minutos cada uno, con un descanso intermedio de 10 minutos. Se agregaron otros 20 minutos para completar el cuestionario de contexto. El formato de respuestas fue de selección múltiple, una nueva experiencia para los estudiantes haitianos que están más familiarizados con preguntas de desarrollo abiertas.

4- Población objetivo. Utilizando los datos del censo escolar 2013/2014, se elaboró una muestra de 60 escuelas de distintos tipos ubicadas en distintas regiones. Dada la novedad de la evaluación, se decidió también pasar la prueba, no solo a cuarto, sino también a sexto grado en estas escuelas para comparar los niveles de competencia entre los dos niveles y para adecuar mejor la dificultad de la prueba para cuarto grado.

5- Administración de la prueba. Para asegurar que la aplicación de la prueba fuera altamente estandarizada, se elaboró ​​un manual para formar a los administradores. Se destacaron los procedimientos que deben seguirse para la distribución de los folletos, la asignación de los códigos (para la escuela y el estudiante), el llenado del informe de protocolo y resaltar la importancia del tiempo que duraba la prueba.

6- Prueba Piloto. El viernes 29 mayo de 2015 se administró la prueba. Se comenzó a las 9 de la mañana, se pasó lista y se distribuyeron los folletos a los estudiantes en francés o creole alternadamente. Cada folleto se marcó con un código para identificar de manera única a cada estudiante de los 4.144 que presentaron la prueba (2360 de 4º grado y 1784 de 6º grado). Se presentaron algunos contratiempos menores que se abordaron en el momento como insuficiencia de copias adicionales de folletos y discrepancias entre las listas y la asistencia real. Se hicieron algunas sugerencias para mejorar los procedimientos para la próxima administración de la prueba.

7- Resultados: Al finalizar, los folletos fueron devueltos a la oficina central del Ministerio de Educación en Puerto Príncipe, donde un equipo de 15 empleados de la Dirección de Planificación de la Educación fue entrenado para introducir las respuestas de los estudiantes en un sistema de software desarrollado por la IEA para generar las bases de datos. En total, 3.940 folletos podrían utilizarse para el análisis de datos.

Con los resultados de la evaluación, el Ministerio de Educación de Haití tiene ahora más información acerca de las competencias en matemáticas y lectura en 4º y 6º grado en creole y francés. También suficiente información para desarrollar herramientas de evaluación que se pueden aplicar a todo el país a partir del año 2016 en adelante. Por lo tanto, la participación de Marie en la evaluación ayudó a desarrollar una versión mejorada de la prueba a aplicarse nacionalmente a 4º grado y ahora el reloj está en marcha: la próxima evaluación está programada para el viernes 27 mayo 2016.

Articulo publicado en: La Educación de calidad es posible

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