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Metamorfosis de la víctima en verdugo

Por: Raúl Prada Alcoreza

¿Cómo la víctima se convierte en verdugo? La violencia cristalizada en sus huesos se proyecta y retorna contra sus anteriores verdugos. Este es un aspecto de la inversión de la violencia, después de haberla recibido se la devuelve. Hay otros aspectos que tienen que ser tomados en cuenta. Pero, antes, es indispensable entender lo que pasa en la psiquis humana, la que ha sufrido y termina convirtiendo su comportamiento en revancha, en venganza. En esas condiciones se puede decir que la relación social se convirtió en una relación de violencia, o la violencia se convierte en la única relación social.

La violencia, desplegada en el círculo vicioso, recurrente, repitiéndose, en espiral, desbocada, no sale de lo que es, de su torbellino de violencia; una vez que se ingresa al círculo vicioso, atrapado en su interioridad perversa, el hundimiento en el magma de violencia es irreversible. Se han hecho notorios reflexiones sobre la violencia, son conocidas las que hemos mencionado en anteriores escritos, al respecto es sobresaliente la reflexión de Walter Benjamin, posteriormente, también lo son las reflexiones de Hannah Arendt, sobre la violencia y el totalitarismo. No vamos a citar otras reflexiones y críticas respecto a la violencia, como las de Jacques Derrida, en Ley y fuerza. Nosotros mismos hemos desarrollado nuestras reflexiones sobre la violencia, desde el estallido de la movilización prolongada en Bolivia (2000-2005) hasta después, incluyendo las violencias desatadas, configurando espirales puntuales de violencias, que se han dado en las gestiones del gobierno neopopulista.

El acontecimiento de la guerra y el acontecimiento de la violencia están asociados, forman parte de lo mismo, el acontecimiento feroz de las dominaciones y del poder; también el terror está asociado a la violencia, como recurso extremo para anular a la voluntad de resistencia. Los hechos desplegados corroboran estos decursos concomitantes y cómplices, son muestras espantosas de la condena, de la fatalidad de encontrarse atrapados en el círculo vicioso del poder. Las víctimas son como las reminiscencias convertidas en curva del indicador espantoso de la violencia. Como ensañándose contra la tesis, apresurada y provisional, de Francis Fukuyama del fin de la historia, se han vuelto desatar las guerras, las dos guerras del Golfo, la guerra en Yugoeslavia, las guerras de la Federación Rusa; estas guerras se han vuelto paradigmáticas, contradiciendo la hipótesis de Francis Fukuyama. La historia continua serpenteando territorios plagados de batallas sangrientas.

En la contemporaneidad reciente, en la guerra de Ucrania, la contrastación es evidente de la tesis del fin de la historia; no solamente ha perdido su credibilidad, sino que se ha trocado en una tesis infeliz. Antes de la guerra de Ucrania, la Federación Rusa desata implacables guerras en Chechenia y en Georgia. En el continente del África aparecen escenarios de guerras, que los medios de comunicación consideran tribales, sin entender la complejidad del continente, sobre todo en las regiones subsaharianas. En la actualidad asistimos a la reiterada guerra de Israel-Palestina, que también contiene, en su contexto, la guerra israelí-árabe. Aunque después de la guerra de 1973, del Yom Kipur, se haya firmado la paz con Egipto, Jordania haya reconocido al Estado de Israel, recientemente Arabia Saudita está apunto de firmar un convenio a largo plazo con el Estado de Israel. A pesar de estos avances para el Estado de Israel, la guerra ha recomenzado con la última incursión de la organización paramilitar Hamás, que ha invadido territorios aledaños a la Franja de Gaza, desplegando una furiosa revancha, que ha derivado en una masacre. Sin quedarse corto ante la espiral de violencia y el hilo del círculo vicioso de la violencia, el gobierno de Benjamín Netanyahu declara la guerra a Hamás y manda a demoler la ciudad de Gaza con bombardeos sistemáticos. Las víctimas civiles de Gaza superan ya los 2750 muertos, sobre todo de niños. Por eso es conveniente volver a preguntar sobre esta metamorfosis de víctima en verdugo.

Cuando se tiene a la vista la Franja de Gaza, cuando se tiene una población de alrededor dos millones y medio de habitantes poblando esta franja, habitantes que no pueden moverse de la Franja de Gaza, inclusive no pueden ir a pescar al mar, estamos asistiendo a una remembranza, en otro contexto, de lo que fueron los guetos judíos en Alemania y en Polonia, durante la ocupación nacional socialista. ¿Por qué suceden estas analogías? ¿Por qué el pueblo que fue perseguido durante siglos, obligado a una diáspora judía, que tuvo que soportar, en todos los países donde se asentó, el antisemitismo intermitente, termina obligando a la población palestina a salir de su territorio en 1948, condenándola a vivir en campamentos de refugiados en los países aledaños, repitiendo la misma situación en 1967, durante la guerra de los seis días, cuando prácticamente los palestinos pierden casi la totalidad de su territorio, hasta el punto de ser reducidos a Cisjordania y a la franja de Gaza?

Una violencia no justifica otra violencia, la violencia es eso, violencia, destrucción de cuerpos, destrucción de subjetividades, inhumanización. Cuando se usa la violencia como recurso se pierde el derecho a la posibilidad de exigir derechos. La violencia impone su lógica perversa y demoledora, arrasa territorios, masacra pueblos, siembra muerte por doquier. Lo que queda después de la violencia no es más que muerte, víctimas desoladas, por un lado y vencedores convertidos en monstruos, por otro lado.

Viendo retrospectivamente los horrores desatados en la historia, recorrer el pasado por sus huellas macabras, como los relativos al holocausto, uno se pregunta: ¿Como pudo haber ocurrido? Teniendo en cuenta los análisis y los estudios que se realizaron después, teniendo en cuenta la información de los contextos en los que se dieron estos horrores, el exterminio del holocausto, aparece como dato sobrecogedor la “normalización” y la “naturalización”, de la violencia, inclusive podríamos decir la rutina de la violencia, incluso la administración racional de la violencia, tal como lo lo describió Sygmunt Baumann en su libro sobre el holocausto. Hoy también asistimos a la “normalización” y “naturalización” de la violencia, a su racionalización administrativa y, lo peor, a su difusión mediática, a su pretendida legitimación mediática, a través de la propaganda y las narrativas en concurrencia. Las narrativas no pueden cambiar la realidad, la realidad es que hay miles de víctimas de un lado y de otro, mas en un lado que en el otro. El costo de las víctimas no justifica, de ninguna manera, las acciones de un lado y de otro, que podemos catalogar de desmesurada violencia. Recordando el enunciado, atribuido a Nicolas Maquiavelo, de que el fin justifica los medios, los medios que se usan en la perpetración de la violencia terminan diseminando el fin, convirtiéndolo en una ausencia total de horizontes.

De manera concreta, podemos decir que lo que sorprende es que se “normalice” el genocidio; esto es precisamente lo que hicieron los nazis durante el holocausto, otorgándole el nombre de la solución final. Lo que llama la atención es que hasta hoy, hasta la tercera década del siglo XXI, esta inclinación de “normalización” del crimen, de la violencia, del genocidio, persiste, mediante diferentes figuras, con distintas singularidades y en el diferentes contextos. Esto es lo que ocurre con la “cárcel al aire libre más grande del mundo”, que es la Franja de Gaza, convertida en un gueto gigantesco. Ahora, sobre todo considerando los implacables bombardeos sistemáticos, aplastantes y demoledores, estamos asistiendo a un nuevo genocidio. El pedir que un millón y medio de personas se desplacen del norte al sur de la Franja de Gaza, es pedirle que cabe su tumba, que marche hacia la muerte. Lo sorprendente nuevamente es que se vuelve a “normalizar”, a “naturalizar”, este accionar implacable de violencia desmoledora, supuestamente en defensa, cuando es patentemente de ataque a una densa población civil. También podemos decir que se “normaliza” y se “naturaliza” la otra violencia yihadista, la violencia denominada por el orden mundial “terrorismo”, así como por las narrativas de los Estados, de los organismos internacionales y de los medios de comunicación. Esta violencia desencadenada se “normaliza” y se “naturaliza” a través de la narrativa religiosa fundamentalista. Se pretende que la religión justifique el desborde demoledor de la violencia, que justifique el asesinato masivo. Este uso de la narrativa religiosa fundamentalista no hace otra cosa que buscar la legitimidad de actos atroces. Ciertamente no lo consigue, a pesar de que, en determinados ámbitos, plagados de seguidores, de convencidos, aparente lo ha lograrlo.

Hemos dicho que una vez que se ingresa al círculo vicioso de la violencia no se sale del mismo. Las espirales de violencia se desencadenan. Adquieren su propio ritmo, desarrollan sus propias secuencias, atraviesan umbrales. De este modo se llega al genocidio, sin inmutarse, por parte de los actores de la tragedia. Esto sucede en un contexto mundial donde el resto de los actores, no involucrados, participan del espectáculo del horror con una concomitacia silenciosa, con un adormecimiento mediático y acostumbrado, al observar desde palco lo que acontece.

La sociedades humanas pueden desencadenar violencias descomunales, masacres, sin inmutarse, en el momento que las perpetran. Lo que ocurre, en estos casos, es que están atrapadas en los engranajes de maquinarias fabulosas de poder, atrapadas en maquinarias de guerra, en maquinarias económicas, que no se detienen ante nada. Puesto que las maquinarias, en sí mismas, no tienen escrúpulos, son como una fatalidad o una condena, el destino está atrapado en esta mecánica de las máquinas; el destino ya no pertenece a los humanos, la tragedia está escrita.

En lo que respecta a las subjetividades, a las predisposiciones subjetivas, las pasiones cultivadas se vuelven incontrolables. El odio cultivado se vuelve incontrolable, se apodera de los sujetos y éstos se convierten en marionetas de la trama del odio. En estas condiciones no se puede pedir objetividad, es un enunciado que está fuera de juego. La única objetividad que aparece, es decir, el único objetivo que se plantea, es la de la aniquilación del enemigo, convertido en un endemoniado. El justificativo del crimen ya está dado, el enemigo es el demonio, es el mal que hay que extirpar.

Si se escucha atentamente los discursos fundamentalistas, vamos a darnos cuenta de que éstos discursos expresan el atolladero sin salida del círculo vicioso de la violencia, en la inclinación desborda y compulsiva del odio. No sólo pasa con las organizaciones irregulares, sino con los mismos Estados, que son organizaciones legales institucionalizadas, que, en situaciones de crisis, se vuelven dispositivos efectivos para perpetrar violencias desmedidas. Todo a nombre de las causas supuestamente justas, la defensa del Estado, la razón del Estado, por la seguridad del Estado, por el destino y el porvenir de la nación. Las organizaciones irregulares son ya protoestados, aunque pequeños, asumen para sí el monopolio de la violencia. Consideran que pueden ejecutar acciones desmedidas sólo por el hecho de que son la representación y la vocería legítima del pueblo oprimido.

En realidad, los Estado nación y las organizaciones irregulares comparten la espiral de la violencia, en el mismo círculo vicioso del poder y el mismo círculo vicioso de la violencia. El problema es que no sólo los actores directamente involucrados en la espiral de violencias están atrapados en el círculo vicioso de poder, de violencia y de odio, sino que, en el contexto llamado mundo, se asume con “normalidad”, con “naturalidad”, lo que acaece, como si la violencia, los hechos desbocados de la violencia, sean parte de la vida cotidiana. Concretamente, los organismos internacionales y, en entre ellos, Naciones Unidas, son cómplices de lo que ocurre. Los hechos se desbordan amenazadoramente. A pesar de la existencia y el reconocimiento de estas organizaciones internacionales, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas, éstas no se cumplen; no se cumplen los declarados derechos humanos, son, mas bien, desacatados por los Estados. A los funcionarios internacionales sólo les basta con haber declarado, enunciado, esos derechos y pare de contar, puesto que no pueden, no quieren, no tienen la voluntad de hacer cumplir sus propias resoluciones, ni, mucho menos, garantizar su cumplimiento, en todas partes, de los derechos humanos. Es más, el comportamiento de Naciones Unidas ha sido, en todo caso, sesgado; en unos casos interviene más que en otros, inclusive en unos casos interviene y no interviene en otros. Todo depende de lo que vamos a llamar la correlación de fuerzas en el orden mundial. Por ejemplo, en la guerra de Corea se ha puesto de un lado y ha declarado la guerra a Corea del Norte, es decir a justificado una guerra de intervención cuando su tarea era buscar la paz, evitar la guerra. Algo parecido, aunque en otro contexto y de manera diferente, ha ocurrido durante la guerra de Vietnam. Respecto al bloqueo de Cuba, que ya de por sí, es un atentado a los derechos humanos, independientemente de la posición que se tome respecto a la revolución cubana, Naciones Unidas no ha hecho cumplir las resoluciones del organismo internacional. Ya lo hemos dicho antes, que en el caso de la conformación del Estado de Israel no ha hecho cumplir sus resoluciones, en lo que respecta a la conformación de dos Estados, el Estado de Israel y el Estado de Palestina; tampoco ha hecho cumplir la resolución sobre el retorno de los refugiados en los campamentos a su territorio.

La pregunta que se viene de inmediato es si Naciones Unidas es realmente una organización de Naciones Unidas, de todas las naciones, de todos los pueblos, claro está, de todos los Estados. Hablamos de pueblos porque hay pueblos sin Estado, a los que no se les ha permitido conformar sus Estados, a pesar del derecho a la autodeterminación. Uno de esos pueblos es el ancestral, antiguo, y presente pueblo kurdo. Otro de esos pueblos es el pueblo del Sahara Occidental, el pueblo saharaui. Indudablemente el pueblo palestino es el pueblo ocupado, expulsado de su territorio, que hasta ahora no cuenta con su propio Estado, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas. La lista puede seguir, pero la dejamos ahí como muestra de la incompetencia internacional y del despotismo del orden mundial de las dominaciones.

Podemos arriesgarnos con alguna hipótesis al respecto: Naciones Unidas más parece un gran espectáculo, donde se hacen declaraciones rimbombantes sobre derechos humanos y los derechos internacionales, también sobre otros derechos, como, por ejemplo, los recientes emitidos debido a la crisis climática, que tiene que ver con la vida y el planeta. Así mismo se emiten discursos rimbombantes, incluso se transmiten informes detallados, llenos de datos y estadísticas, asombrosos por la objetividad sobre el peligro en el que se encuentran la sociedades humanas. Sin embaro, hay quedan, archivados o en folletos de difusión, como en el caso del Acuerdo de París, el mismo que no se ha cumplido hasta ahora.

Considerando esta situación de impotencia, como consecuencia de lo que acabamos de decir, podemos interpretar lo que ocurre, la frustración del cumplimiento de los derechos, que se debe, en efecto, a la correlación de fuerzas; la resultante de la correlación de fuerzas es la que determina los alcances del comportamiento y del espectáculo de Naciones Unidas. En otras palabras, son las grandes potencias las que deciden el destino de la humanidad. ¿Bajo qué criterio filosófico? ¿Bajo que legitimidad para hacerlo? Ninguna, puesto que lo que prepondera es el peso de la fuerza, el peso de la correlación de fuerzas, definido en los campos de batalla en los que se ha convertido a los países, a las regiones y al mundo. Son estas potencias, las hilanderas de la luna, las del núcleo de seguridad de Naciones Unidas, definida su jerarquía restrictiva en el orden mundial de las dominaciones, las que tienen en sus manos el destino de la humanidad.

Volviendo al caso del conflicto y la guerra permanente israelí-palestino, en un contexto de conflicto israelí-árabe, también israelí-persa, vemos que el nacimiento del Estado de Israel implicó, en los hechos, el desplazamiento de la población de Palestina, la expulsión de sus tierras, condenándola a un exilio permanente. Sobre este asunto no se reflexionó como corresponde, salvo anotaciones superficiales o, en su caso, denuncias múltiples y proliferantes, que se han hecho sentir a lo largo del historia reciente. ¿Por qué lo decimos? Porque en la historia de la modernidad esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo, de manera sistemática e intermitente, por así decirlo. La modernidad comienza con la conquista del continente de Abya Yala. Esto ha implicado la desterritorialización del continente, su despoblamiento, por los efectos devastadores del etnocidio y del genocidio. La modernidad también nace con la esclavización generalizada de parte de la población africana subsahariana. En su momento y en el contexto histórico, político, económico y cultural, que se vivía en aquél entonces, estos acontecimientos trágicos, demoledores, contra la propia humanidad, no solamente hablamos de la humanidad de las víctimas, sino también de la humanidad del victimador, fueron recepcionados por las otras poblaciones, particularmente europeas, con cierta “naturalidad”, aunque también con cierta sorpresa, empero vinculada más a las interpretaciones narrativas delirantes del descubrimiento de otro mundo.

En pocas palabras, podemos decir que los contextos sociales, de donde ocurren estas asombrosas tragedias, vinculadas a los genocidios perpetrados, a la esclavización generalizada, ahora a la destrucción de ecosistemas, son cómplices de estos crímenes, de estos genocidios, de esta violencia consumada en los cuerpos de otros, así como en la propia alma de los verdugos y victimadores, puesto que se vuelven monstruos.

Con respecto al método del terror, del recurso del terror, debemos hacer una reflexión. Este recurso ha sido usado por distintos grupos y tendencias ideológicas y políticas, fue usado, individualmente, por los anarquistas sobre todo en acciones puntuales. Lo han usado populistas, incluso nacionalistas, que luchan, desde antaño, por la liberación nacional. Lo han usado los comunistas, vinculando las acciones que causan estragos puntuales con el despliegue del ejército revolucionario, en su desplazamiento militar. Lo han usado las organizaciones israelitas contra la autoridad británica, mientras ocupaba Palestina. Lo han usado los palestinos, tanto contra los británicos como contra los israelitas, en su dilatada lucha por la liberación nacional. Pero también lo han usado los yihadistas, los fundamentalistas musulmanes, sembrando el terror, como recurso indispensable en la conformación del Califato. Sin embargo, a pesar de la gama variopinta de perfiles distintos, que han recurrido al uso de acciones puntuales, buscando ocasionar efectos de terror, debemos diferenciar cuando el terror es un método y cuando se vuelve fin.

Partiendo del enunciado, atribuido equivocadamente a Nicolás Maquiavelo, de que el fin justifica los medios, sin entrar a discutir la validez de este enunciado, lo que queremos preguntarnos es: ¿Qué pasa cuando los medios se convierten en el fin? En primer lugar, desaparece el fin, los medios se convierten en el fin mismo. Es decir, en el caso que nos ocupa, el terror, el método del terror, los procedimientos del terror, que son los medios para lograr un fin ideológico o religioso propuesto, se convierte en el fin mismo. El fin es el terror mismo, el fin es la muerte misma, el fin son los asesinatos mismos, el fin es siempre el terror. Cuando ocurre esto hay un cambio radical, ya no hay fin, sólo hay el método, el método del terror. En otras palabras, no se persiguen otra cosa que el terror. Entonces desaparecen los horizontes, se esfuma la política, la luchas se han convertido meramente en el instrumentos de la muerte.

Lo que acabamos de decir pasa no solamente con las organizaciones fundamentalistas, de todo tipo, de distintas religiones, de distintas ideologías, sino también ocurre con los Estados. En un momento de crisis múltiple, de crisis política, económica social y cultural, en un momento de crisis gubernamental, el Estado recurre al terror, al terrorismo de Estado, para preservar su dominación, sembrando el miedo, incluso el pánico. Entonces tenemos que hablar de esta distorsión del terror, cuando se convierte en sí mismo en finalidad; esto ocurre no solamente con las organizaciones clandestinas, por así decirlo, sino también con los Estados en crisis.

Mediante el terror se pretende perpetrar una autoridad irracional, la autoridad de una supuesta tradición, la autoridad de la institución instituida, heredada como fatalidad. Emmanuel Kant decía que la única autoridad que hay que reconocer es la razón, a partir Hugo Zemelman Merino podemos decir que la única autoridad que hay que reconocer es el uso crítico de la razón. Estamos en pleno desenvolvimiento de la ilustración y del iluminismo. También estamos en pleno desenvolvimiento de la dialéctica de la iluminismo, de acuerdo a Theodor Adorno y Max Horkheimer. Frente al iluminismo y la razón, evitando la crítica demoledora de la razón, la supuestas tradiciones se defienden imponiendo la autoridad con violencia, reprimiendo la crítica, impidiendo la iluminación y la ilustración. Por eso se habló de oscurantismo.

Estas son las metáforas con las que se presenta el despliegue de la iluminismo y de la ilustración. La luz se opone a la oscuridad, la ilustración se opone a la ignorancia. Siguiendo el decurso del debate, del enfrentamiento ideológico, la corriente positivista, tanto filosófica como epistemológica, ha opuesto la ciencia al mito. Más tarde el debate se ha enriquecido con otras perspectivas epistemológicas y hermenéuticas. Estas apreciaciones han sido retomadas por Adorno y Horkheimer en su Dialéctica del iluminismo. Haciendo un balance del periplo de la ilustración, concluyen, ante la experiencia de la primera y segunda guerra mundial y del holocausto, que los caminos de la razón instrumental pueden llevar al irracionalismo de la guerra y al oscurantismo de una modernidad sin escrúpulos. También dicen que la modernidad no salió de la esfera del mito, sino que inventa otros mitos, uno de ellos es la historia. Asimismo dicen que el pretendido dominio sobre la naturaleza es un gran equivocó, además de ser un mito, puesto que el ser humano pertenece a la naturaleza, no puede salir de ella; en consecuencia, que el desarrollo moderno, al afectarla, cobra consecuencias que redundan, como boomerang, en la sociedad moderna, la que ha desencadenado el desarrollo desbocado. Por eso, propugnan el iluminismo del luminismo, vale decir, la crítica de la crítica. Si el luminismo fue la crítica de la oscurantismo y de las instituciones tradicionales, de los mitos y prejuicios, ahora se requiere de la crítica de la modernidad y de un nuevo iluminismo, de una nueva crítica.

Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XX, incluso durante las tres primeras décadas del siglo XXI, este iluminismo del iluminismo, esta nueva ilustración, no se ha dado lugar como acontecimiento epistemológico, político y moral, como reforma intelectual y ética, salvo en contadas excepciones puntuales, que buscan seguir la reflexión creativa de la crítica, de la razón crítica y de la crítica de la razón. Los nuevos oscurantismo se han aferrado a sus nuevos mitos, es decir, relativos a la episteme moderna, incluso se han aferrado a las religiones anacrónicas. Se han aferrado a sus instituciones ancladas en el ostracismo de otro tiempo desaparecido. Podemos decir, parafraseando a Vicent van Gogh, que ese tiempo ya no está, pero las máquinas atroces siguen todavía. Por eso, la recurrencia desesperada al terrorismo generalizado, al terrorismo del Estado y al terrorismo de las organizaciones irregulares, al terrorismo fundamentalista, así también, al terrorismo de las mafias y los cárteles por el control territorial.

El recurso al terrorismo se ha generalizado, al punto de que ocasiona paradojas, como la declarada “guerra contra el terrorismo”, de la hiperpotencia norteamericana. La paradoja es que el recurso de la “guerra contra el terrorismo” es, a su vez, terrorismo globalizado. Se suspenden los derechos civiles y políticos, los derechos ciudadanos y los derechos humanos, puesto que el terrorismo es el poder absoluto, por lo menos en pretensión. Como imitación otros Estados han asumido también la “guerra contra el terrorismo” como procedimiento para acallar a los contrincantes, a los opositores y, sobre todo, eso es lo más grave, a la movilización social. La palabra “terrorismo” se ha convertido en un comodín, se la puede usar a gusto, dependiendo de los contextos y las coyunturas, dependiendo de las dificultades de los gobernantes y de las organizaciones políticas.

El problema es que esta generalización del terrorismo termina ocultando la explosión proliferante de las violencias polimorfas contra los pueblos, contra las sociedades, contra los pueblos indígenas, contra las mujeres; esto último sobretodo, mostrándose en la espiral desencadenada de los feminicidios.

Volvamos al problema matricial, el de la violencia. En anteriores escritos habíamos establecido que el poder es relación de fuerzas, habíamos retomado la figura de fuerza activa y fuerza reactiva, mas bien, de la ambivalencia de la fuerza, que en determinadas condiciones se comporta activa, en cambio el cuerpo, en determinadas condiciones, padece la acción de la fuerza. Considerando esta apreciación de la genealogía del poder decíamos que, la violencia supone no solamente el efecto de la fuerza sobre el cuerpo, sino el efecto de la fuerza sobre el sujeto. Por eso, se puede decir que la fuerza, en el sentido de la violencia, daña, ataca al sujeto. Ahora bien, revisando la etimología de la violencia, sabemos que proviene de la raíz indoeuropea wei, qué significa fuerza vital. La palabra violencia, en castellano, deriva del adjetivo violens, en latín, que significa impetuso, furioso. Se puede decir que el origen latino de la palabra es el sustantivo vīs, que quiere decir fuerza, poder, potencia. Los romanos llamaban vīs a la fuerza, al vigor; esto sobre todo cuando la voluntad de unos se impone a la voluntad de otros o anula la voluntad de otros. Vis tempestatis se denomina a la fuerza de la tempestad. En el código de Justiniano se menciona vis magna cui resisti non potest, es decir, se habla de la fuerza mayor que no se puede resistir.

Retomemos el concepto de violencia en sus distintas significaciones, sobre todo en el sentido de imponer una voluntad, anulando otra voluntad. Esta violencia adquiere dimensiones descomunales cuando atraviesa ciertos límites, que tienen que ver tanto con la intensidad de la violencia, así como con la extensidad de la violencia. Por ejemplo, individualmente, con la tortura se llega a la violencia destructiva del propio cuerpo, violencia humillante, descalificadora e inhumana, que padece el cuerpo y el sujeto. Otro ejemplo, pluralmente, con el desencadenamiento del terror de Estado se llega a la violencia demoledora contra el pueblo y la sociedad, buscando la inhibición total de su voluntad. Sin embargo, el terror de Estado se anticipa en organizaciones protoestatales, que se preparan para ser Estado, se adelantan en el implacable despliegue del terror contra el pueblo y la sociedad, para imponer la propia voluntad de dominio.

¿Qué pasa en la subjetividad del que impone su voluntad y anula la voluntad del otro? Desconoce al otro, por lo tanto se anula el reconocimiento, la autoconciencia. Al desconocer el reconocimiento de una autoconciencia en otra autoconciencia, se anula también como sujeto, sujeto devenido autoconciencia, en una relación libre, donde la libertad se realiza en el reconocimiento y en la realización de la demanda de reconocimiento como autoconciencia. Estas consideraciones aparecen en la Fenomenología del espíritu de Hegel. Vamos a recurrir a ellas, a esta ciencia de la experiencia de la conciencia, que es el subtítulo del libro citado. Esto lo hacemos para hacer hincapié, si tomamos en cuenta la dialéctica de la fenomenología del espíritu, que cuando la autoconciencia retrocede a la conciencia, cuando deja de reconocer a sus semejantes, no solamente no hay libertad, se anula la libertad y la relación en libertad, sino que se retrocede a la conciencia limitada a la observación del objeto. En otras palabras, se ha cosificado al sujeto, al otro, al otro sujeto se lo ha vuelto un objeto. Interpretando, desde la fenomenología del espíritu, el otro sujeto se ha convertido en esclavo, esta vez, interpretando desde la dialéctica de la amo y esclavo.

¿Qué pasa cuando se despliega el terrorismo de Estado? Cuando el Estado impone su voluntad y anula la voluntad del pueblo y de la sociedad. El Estado deja de ser la síntesis política de la pluralidad social. Se convierte en algo ajeno a la sociedad, mas bien, se convierte en una máquina contra la sociedad, en una amenaza, más aún, en un artefacto de engranajes de la violencia, que inhibe la potencia social. Está demás decir que la relación entre Estado y sociedad, en este caso, se desenvuelve sin libertad, en las condiciones de abolición de la libertad. Sólo existe el Estado, sólo existe la voluntad del Estado, que ha dejado de ser la voluntad general, convertida en una voluntad maquínica, en la voluntad de la monstruosidad burocrática y funcionaria, en la voluntad de los verdugos uniformados. Todo reconocimiento y autoconciencia han desaparecido socialmente y políticamente. Ya no hay sujetos, sino sólo cosas, objetos, cifras, discursos protocolares emitido desde el poder.

¿Qué pasa cuando son las organizaciones irregulares las que imponen su voluntad, anulando la voluntad de la sociedad y del pueblo? Sin ser Estado estas organizaciones, que usan el terror, no solamente como medio para lograr el cumplimiento de finalidades enunciadas, sino, como hemos dicho, que convierten al terror en el fin mismo, haciendo desaparecer el fin proclamado, sea ideológico o religioso, establecen una relación con la sociedad al margen de la libertad, desconociendo la voluntad misma de la sociedad, el conglomerado de sus subjetividades, convirtiéndola en un recipiente, que recepciona sus discursos estridentes y sus violencias proliferantes. Aquí también desaparecen los sujetos, todo reconocimiento y las autoconciencias. Sólo hay autómatas encargados de perpetrar la violencia desencadenada, solo hay cuerpos que padecen esta violencia.

En los contextos y ámbitos del terrorismo generalizado, el mundo se ha convertido en un infierno. Las mayorías de las sociedades, pueblos y poblaciones padecen las violencias derivadas del terrorismo de Estado y del terrorismo de las organizaciones irregulares. Los horizontes se han clausurado, el porvenir se ha convertido en el abismo donde caen los cuerpos para enterrarse.

La violencia genera violencia, esta es la situación del círculo vicioso de la violencia. La violencia se cristaliza en los huesos y luego se exterioriza en otra violencia. Es violencia someter a un pueblo, desplazarlo, convertirlo en exiliado, arrinconarlo, presionándolo, humillándolo, convirtiéndolo en una acumulación de cosas, incluso nadas, invisibilizándolo. Un pueblo que no tiene porvenir, ni destino, ni territorio, se encuentre una situación desesperada, cuando su población padece la crisis del destierro, que se expresa en la pobreza lapidaria, en la miseria, en la exclusión, llega a un punto en que no tiene nada que perder, se arroja entonces desesperadamente a la violencia, al despliegue de la violencia contra el opresor.

En ambos casos, la violencia del Estado y la violencia de las organizaciones irregulares, la violencia forma parte del círculo vicioso de la violencia. Cuando esta violencia no tiene medida, cuando decide asesinar y perpetra asesinatos, cuando más artroces mejor, se ha llegado a un punto donde se expresa patentemente la pérdida de humanidad. Las monstruosidades se han hecho presentes. En esta situación no hay destino. Es inhumano matar a civiles desarmados, realizar pogrom, buscar la muerte más atroz, prolongarla en torturas, incinerar cuerpos y danzar alrededor de los cadáveres. Es inhumano bombardear ciudades, arrasar manzanos urbanos, matar a gran escala, volver a obligar a la población a un nuevo desplazamiento sin destino. En ambos casos, se ha llegado al desborde de la monstruosidad, en lo que se han convertido los perpetradores de la violencia. Esa no es una violencia “revolucionaria”, tampoco la otra es una violencia civilizada, como se pretende, en una descomunal “guerra contra el terrorismo”. De este modo se llega a asistir a una guerra entre monstruos, mientras los pueblos padecen las consecuencias arrasadoras de la guerra.

Cuándo los enemigos, enfrascados en la guerra, en la lucha muerte, buscan el exterminio del otro, ya no hay salida, es decir, ya no hay historia posible. La historia sólo es posible si hay salidas. Volviendo a la fenomenología del espíritu de Hegel, se puede decir que hay historia cuando los contrincantes buscan una alternativa, fuera del exterminio. Un acuerdo. Entonces se puede dar curso otra vez a la historia o, por primera vez, a la historia plena, completa, dependiendo del comienzo de donde partimos. La historia, se puede reducir a la historia de las dominaciones, cuando el señor enseñorea y el siervo sirve. Cuando el amo domina y el esclavo obedece. Esta es una historia circunscrita, reduccionista, usando las figuras que aparecen en la fenomenología del espíritu, metáfora filosóficas, por cierto. Empero, esta historia reductiva lo que hace es guardar la posibilidad de una nueva confrontación, donde los enemigos vuelvan a enfrascarse en una guerra muerte, buscando el exterminio del otro. Jugando con las figuras filosóficas, podemos decir que esta es una historia a medias, es una historia herida, puesto que guarda la posibilidad de la desaparición de la misma historia, de la memoria social, porque se apuesta por el exterminio.

Siguiendo con el discurso de la interpretación teórica, podemos decir que la historia completa, sana, vital, sin heridas, acaece cuando se llega a un acuerdo mediante el reconocimiento pleno de ambos, el reconocimiento de su humanidad, por lo tanto, la posibilidades de complementariedad. Sin embargo, esto no ha ocurrido hasta ahora, puesto que seguimos en la historia de las civilizaciones, que se han erigido sobre los cimientos y la matriz de la historia herida, donde se llega a un acuerdo provisional, pero con la posibilidad de hacer resurgir otra vez la batalla, la lucha muerte, por lo tanto, la búsqueda del exterminio del otro.

Fuente de la información e imagen:  https://pradaraul.wordpress.com

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Milei y la educación: entre el Opus y el mercado

Por: Marcela Isaías 

Hace un par de años el profesor y dirigente sindical chileno Mario Aguilar advertía que en su país las niñas y los niños “más que educados son adiestrados para responder a pruebas estandarizadas”, y así lograr una mejor ubicación en el ránking de escuelas y fondos para sostenerlas. El costo de esa política educativa representaba para las infancias –avisaba el profesor– menos juegos, menos arte, menos teatro y deportes, porque esos aprendizajes no entraban en las pruebas de rendimiento. Este es apenas un esbozo del modelo de educación chileno, que en ese país se busca dejar atrás y que el presidente electo Javier Milei quiere para la Argentina.

Ese objetivo se expresa en las pocas líneas que la plataforma electoral de La Libertad Avanza (LLA) le dedica a la educación. Son nueve puntos: “Sistema de vouchers cheque educativo; descentralizar la educación entregando el presupuesto a los padres, en lugar de dárselo al Ministerio, financiando la demanda; generar competencia entre las instituciones educativas desde lo curricular en todos los niveles de educación, incorporando más horas de materias como matemática, lengua, ciencias y TIC, o por la orientación y/o la infraestructura; transformación curricular donde se promueva un enfoque pedagógico por habilidades, que va más allá de la simple transmisión del conocimiento; creación de la carrera docente de nivel universitario; creación de la carrera de directivos y supervisores; eliminar la obligatoriedad de la ESI (Educación Sexual Integral) en todos los niveles de enseñanza; modificación del estatuto docente, rever la posibilidad de eliminar las licencias injustificadas, la posibilidad de despido, y modificar el diseño curricular aplicado a las intervenciones necesarias en función de los profesionales que necesita el país (ingenieros, informáticos, etcétera)”.

El primer paso para lograr esas metas es rebajar el Ministerio de Educación al rango de secretaría, que a su vez pasa a formar parte del Ministerio de Capital Humano, del que dependerán también Salud, Trabajo y Desarrollo Social (otras áreas clave también relegadas a secretarías). Y nombrar a las personas necesarias para concretarlas.

Habían transcurrido pocas horas de conocidos los resultados del balotaje y ya se repartían los nombres para distintos cargos en el Estado, aunque desde el espacio político de Milei señalaron que serían confirmados el 10 de diciembre. Entre los primeros en difundirse está el de Sandra Pettovello, la candidata firme para estar al frente del Ministerio de Capital Humano.

Pettovello, ex vicepresidenta de la Ucedé (Caba), es licenciada en Periodismo y en Ciencias de la Familia, con un posgrado en políticas familiares (Universitat Internacional de Catalunya UIC Barcelona), tal como se presenta en su perfil de la red social X. Los medios hegemónicos la describen como “una de las mujeres más influyentes dentro del equipo de Javier Milei”, y “una referente en diferentes temas vinculados con la salud, la niñez y el desarrollo cognitivo en la infancia”, además de “miembro de los equipos de investigación del IAE Business School y de la Universidad Austral”. De su currículum subrayan que hizo cursos de “neurosicoeducación”, “fundraising para organizaciones” y “reiki”.

Sandra Pettovello es diputada nacional electa pero no asumirá su banca sino que todo indica que estará al frente de este mega ministerio de LLA, que en la plataforma del espacio político libertario es definido como “el conjunto de habilidades, aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona, imprescindible para la economía de un país, invirtiendo en él se aumenta la productividad y se impulsa el progreso tecnológico, además de los múltiples beneficios que se obtienen en otras áreas como las sociales o científicas”.

La formación en Ciencias de la Familia Pettovello la hizo en la Universidad Austral, un anticipo del sustento de pensamiento de la referente de Milei para la educación. La Austral basa su enseñanza en el ideario del Opus Dei. Lo dice de entrada en su página oficial: “Los valores de la Universidad Austral se desprenden de la visión cristiana de la cultura y del mundo. Para asegurar esta orientación cristiana, la Prelatura del Opus Dei brinda su asistencia a la Universidad. La comunidad educativa –integrada por el claustro de profesores, directivos, personal no docente, alumnos y graduados– promueve, comparte, o al menos respeta, los valores propios del quehacer educativo que responde a su misión”.

El nombre que más se menciona para estar al frente de la Secretaría de Educación es el de Martín Krause. Es doctor en administración por la Universidad Católica de La Plata, profesor de la UBA, e integra la Fundación Libertad y Progreso y la Red Liberal de América Latina (Relial).

Krause es el principal impulsor del sistema de vouchers educativos por el cual los fondos que se destinan a la educación en lugar de llegar a las escuelas van a las familias. En este esquema, el sostenimiento de los establecimientos educativos pasa a depender de la oferta que hagan y la demanda de estudiantes. En este sistema se explican las pruebas y competencias de resultados.

Krause es quien a fines de septiembre lanzó esta temible comparación: “Imagínense si en la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, hubieran sido menos. Porque hubiera habido coimas, ineficiencias, se hubieran quedado dormidos… pero eran alemanes. Ese fue el problema que hubo”. Así se expresa quien pisa fuerte para dirigir la educación en el nuevo gobierno nacional.

El otro paso –además de cambiar a Secretaría el Ministerio– será declarar “servicio” a la educación y ya no considerarla un derecho. Nada de esto será posible sin pasar por alto las leyes educativas vigentes, persecución y mucha represión al campo popular. Las promesas de palo a la protesta social ya la repiten con ganas desde LLA.

Un abc bolsonarista

Desde que el presidente electo Javier Milei y Jair Bolsonaro se conocieron, no ahorraron elogios entre sí. Tal es el flechazo, que el ex mandatario de Brasil fue uno de los primeros en confirmar que estará presente en la asunción de su par libertario, el próximo 10 de diciembre.

La admiración de Milei por las políticas de Bolsonaro confirma por el lado que irán las decisiones en materia educativa. Nada de Educación Sexual Integral (ESI), nada de “hablar de política en las aulas” ni de leer a Paulo Freire; el ajuste presupuestario y el énfasis en la formación militar, otros de los faros que iluminan la pedagogía de esta derecha regional ahora instalada en la Argentina por el voto ciudadano. Ni hablar de la tirria que les provocan las organizaciones sindicales docentes.

En 2019, Jair Bolsonaro cerró un canal educativo con este argumento: “La programación de ese canal era totalmente de izquierda, de ideología de género, y eso tiene que cambiar. De acá a cinco, diez años, eso va a tener un reflejo. Treinta años machacando con la ideología de ese Paulo Freire, ese energúmeno que fue ídolo de la izquierda”.

En ese mismo año –el primero de su gobierno– Bolsonaro defendió la creación de colegios militares “como forma de elevar el nivel educativo en el país”, al tiempo que anunciaba el recorte del 30 por ciento en el presupuesto para el funcionamiento de 63 universidades federales.

Foto: Marcelo Capece | NA

Antes de asumir el poder, Bolsonaro impulsó un proyecto de ley conocido como Escola sem Partido (Escuelas sin partido), para básicamente perseguir a las y los docentes que “adoctrinan en las aulas”, y hasta se invitaba a los estudiantes a filmar a sus maestros en sus clases y denunciarlos. Una política a la altura del negacionismo y retroceso que representa a todas luces la vicepresidenta electa Victoria Villarruel.

A fines de 2018, la educadora Adriana Puiggrós advertía que “una sociedad enferma de disociación, es una sociedad donde nace un Bolsonaro”. Lo hacía a poco del triunfo electoral del brasileño y al analizar las estrategias a las que apela el neoliberalismo para llegar al poder.

En charla con este semanario, la pedagoga invitaba a pensar en las razones de aquel triunfo de la derecha en el país hermano. “Por un lado, los pedagogos y los docentes, y los adultos en general que queremos la democracia, tenemos que pensar qué es lo que ha ocurrido, qué es lo que hemos estado transmitiendo a las nuevas generaciones. Por otro lado, tenemos que tener muy en cuenta el poder pedagógico tremendo que tienen no ya los medios de comunicación sino los poderosos de la tierra: las grandes corporaciones, que utilizan los medios de comunicación como un instrumento pedagógico, de educación, de grandes sectores sociales. Hay que combinar ambas cosas: qué nos faltó hacer y cómo fue que se construyó semejante poder capaz de atravesar el espíritu y las mentes de los pueblos”. Bien aplica esta reflexión para preguntarnos sobre la victoria de Milei ahora en la Argentina.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 25/11/23

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Carta de una mujer mapuche a una mujer palestina

Por: Moira Millan- Weychafe Mapuche

 

La weychafe mapuche Moira Millán escribe una carta dirigida a sus hermanas palestinas desde la impotencia de la distancia y la certeza de la resistencia.

Querida hermana Palestina, escribo desde tierras muy lejanas, desde mi territorio de Puelmapu, Territorio Mapuche, en el sur de la Patagonia, bajo administración del estado argentino.

Soy hija de una nación también invadida, el pueblo nación mapuche, un pueblo que aún recuerda sus días de libertad, cuando recorríamos sin fronteras y sin alambres nuestra Wallj Mapu. Al igual que tu pueblo querida hermana, el mío también conoce la injusticia del despojo, el dolor del genocidio, la desolación de ser esclavos en nuestra propia tierra, las deportaciones de la muerte, las reubicaciones forzadas.

Hemos palpado la indolencia del mundo, y aun hoy padecemos la imposición de dos estados coloniales, Argentina y Chile, que continúan persiguiéndonos, encarcelándonos y asesinándonos. Mi familia ha sobrevivido de manera milagrosa a campos de concentración tortura y exterminio. De ahí vengo, de un linaje enraizado en lo profundo de la memoria telúrica de estos territorios, un pueblo nación, corajudo y lleno de dignidad.

El pueblo palestino habita mi corazón desde hace algunos años cuando supe que allá en el lejano y a la vez tan cercano Medio Oriente, una historia similar a la nuestra estaba sucediendo, un pueblo originario, el Pueblo Palestino invadido por un estado colonial, Israel. Algo tan parecido a lo nuestro con algunas décadas de diferencia, ya que el estado argentino terminó su campaña genocida a finales de 1800 pero su Estado se asienta definitivamente en Puelmapu a principios de 1900.

Me atraviesa el cuerpo cada bala que mata la vida de mis hermanas y hermanos palestinos. Revivo el genocidio con cada bomba que cae sobre Gaza, con cada niño asesinado. La muerte de inocentes diseminándose a lo largo del territorio Palestino, en manos del estado israelí.

He recibido de mis mayores una enseñanza muy muy antigua en la filosofía de mi pueblo mapuche, nuestro kuifikimvn. Me hablan del YERPUN, atravesar la noche, para ser persona, elevando nuestro SER como humanidad. Debemos atravesar obstáculos, dolores, penas profundas, atravesar la noche más oscura para amanecer un nuevo día, luminoso y pleno.

Me pregunto: ¿Cuándo atravesaremos la noche? ¿Qué ha pasado con el pueblo judío que también tuvo su noche larga y profunda? ¿Acaso se quedó en la oscuridad? ¿O han sido secuestrado por quienes gobiernan las noches inoculando las peores pesadillas? ¿Tal vez los monstruos de la noche han tomado el control del mundo adormeciendo nuestros sentidos, con somníferos cargado de mentiras. Tendremos muchos YERPUN, hermana querida. Pero más temprano que tarde los pueblos telúricos atravesaremos la noche, y las fuerzas militares coloniales tendrán que rendirse frente a la unidad de los pueblos, a la solidaridad y la fuerza de justicia y hermandad de una humanidad que en todos los confines seguirá en las calles convencida de que mientras no haya justicia para los criminales no habrá paz.

Desde siempre las fuerzas de ocupación actúan poniendo en marcha un aparato propagandístico que acalle la conciencia de los pueblos, que justifique ante el mundo sus aberrantes crímenes. La narrativa colonial comienza con el señalamiento de las víctimas como terroristas, y los estados terroristas como justicieros.

La nación mapuche conoce muy bien ese perverso cuento, que les funciona a los opresores porque el racismo, estructurando la doctrina de las democracias odiantes, no es cuestionada por la inmensa mayoría de la población mundial.

Una pequeña porción de la humanidad que concentra el poder es supremacista, racista y ha decidido que la vida de los pueblos racializados no importa. He sabido que una parte de la población judía está reprimida por la tiranía de los genocidas que gobiernan el estado de Israel. Sé que mujeres y hombres judíos han levantado valientemente su voz para vociferar su rabia y dejar claro que no permitirán que en su nombre se siga asesinando a un puebloMuchas de estas valientes personas, han sufrido el maltrato, la tortura y encierro, por las fuerzas represivas del gobierno ultra derechista sionista y fascista israelí. Esa fracción de hermanas y hermanos judíos antisionistas son perseguidos por sentir y asumir su profunda humanidad, avergonzados de los asesinos que dicen representarlos. extiendo también mi abrazo a ellas y ellos. Me recuerdan a las argentinas y argentinos que valientemente salieron a denunciar al estado junto al pueblo mapuche cuando las balas del comando unificado argentino se disparaban contra nuestras niñeces, hace tan solo un año atrás. Por supuesto el repudio a esa cacería de niños y mujeres mapuche, no fue masiva, apenas un puñado de seres consientes y solidarias. Siempre habrá una voz que surja sabia y valientemente para decir ¡basta!.

En estos días pienso en Hannah Arendt, judía, sionista en un principio y contexto tan diferente al de ahora y sin embargo perseguida y odiada por los suyos, que no le permitieron su revisionismo, sus críticas, e interpelaciones ante un nacionalismo colonial y racista que se anunciaba tan cruel como sus persecutores nazis. Ella pudo ver en qué se convertiría esa fuerza política que se articulaba, para sostener una ocupación por la fuerza, sanguinaria y cruel.

Deseo tanto, querida hermana palestina, que las mujeres del mundo nos unamos en un llamado a un paro mundial contra el genocidio, para parar la guerra tal vez funcione parar el mundo, y quienes lucran con la guerra, los verdaderos beneficiarios de esta masacre, sepan que estamos decididas a arrancarles nuestro derecho a la justicia y a la paz.

Creo firmemente en nuestra fuerza, en nuestra capacidad de urdir consensos, en nuestro discernimiento para ver por encima de todas las diferencias la importancia de sostener la VIDA. Mi querida hermana palestina, abrazo con todo mi ser lleno de amor a tu pueblo. Me avergüenzan mis limitaciones e impotencia frente a lo que están atravesando. Créeme que desearía estar allí ayudando. Como mujer mapuche sé lo que es estar carente de todo, y lo maravilloso que resulta cuando en medio de la desazón una mano amiga se extiende con la ayuda que precisamos.

Deseo la libertad de tu pueblo tanto como sueño con la libertad del mío. Weayiñ lamngen Palestina. Venceremos hermana Palestina.
Desde la cordillera sur Puelwillimapu, por territorio, justicia y libertad, marici weu!!

Moira Millan- Weychafe Mapuche

Fuente de la información e imagen:  Agencia Presentes

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Opinión | Lo más antipedagógico del mundo

Por: Andrés García Barrios

 

Obligar a un estudiante a leer poesía es lo más antipedagógico del mundo, sólo superado por la obligación de disfrutarla, lo cual ya es una locura.

 

¿Quieres adelantarte a tu tiempo? Escucha a los jóvenes.

Mañana en la mañana tengo una cita importante: voy a ir a charlar sobre poesía con alumnos del Bachillerato Internacional del TEC de Monterrey. Su profesora de Literatura me ha comentado que algunos están interesados en platicar con un poeta acerca de cómo éste lleva a cabo su labor.

¿Cuál labor? me pregunto en este momento, ¿qué es lo que hace un poeta? Tratando de responder tan enorme pregunta, hurgo aquí y allá en mi acervo mental y por respuesta sólo se impone en mi memoria la conversación que tuve esta mañana con mi hijo. Se trata de algo que al parecer no tiene que ver con el tema y sin embargo me permitirá, si bien no decir lo que es poesía, al menos decir lo que no lo es. Dado lo misterioso del género literario, eso puede ser un gran avance.

Mi hijo y yo salimos hoy de casa rumbo a la escuela, y él reparó en un montón de basura que había en el camellón de enfrente. Con desagrado me llamó la atención sobre él. Para mí, la atmósfera de nuestra conversación se llenó de remordimiento: ¿qué hacemos nosotros, nuestra familia, para contribuir al bienestar de la comunidad, de la humanidad, del planeta?  Empezaba a sumirme en la vergüenza, cuando se me vino a la cabeza, como inspirada, una idea:

─ ¡Fíjate! ─le dije─, los seres humanos tenemos que elegir día a día la forma en que vamos a contribuir al bienestar de la naturaleza y de nuestra comunidad. Hace una semana tú y tu mamá recogieron un par de gatitas bebés que estaban abandonadas en la calle, y que muy probablemente habrían muerto de no darles socorro. Las resguardamos, las alimentamos, las llevamos al doctor, las medicamos, una de ellas requirió una operación de hernia…  y ahora, ésta sigue en casa ─a pesar de que ya tenemos una perra y dos gatos adultos─ y a la otra ya le conseguimos un hogar con personas que la cuidarán con muchísimo cariño. Todo esto no ha sido ni será del todo fácil, así que por el momento nos obliga a dejar de lado labores como ir al camellón a limpiar basura. ¿Tú qué crees que es más importante, recoger a las gatitas o levantar la basura?

─ Las gatitas ─comentó él de inmediato.
─ Yo pienso lo mismo.
─ ¿Pero por qué no hacemos las dos cosas? ─insistió.
─ Ese es el punto: tal vez tú puedas hacerlo, pero yo no: no tengo tiempo, tengo muchas ocupaciones, las cuales, entre otras cosas, me permiten ganar dinero, por ejemplo para mantener viva a nuestra nueva gatita. Si quisiera también recoger la basura tendría que dejar de hacer algunas de esas cosas.

Mi hijo respondió con uno de sus temas preferidos.

─ Si yo fuera presidente, prohibiría los videojuegos para que los niños siempre tuvieran tiempo de adoptar gatitas y levantar la basura.

Sentí que mi hijo estaba inspirado… y yo, igual.

─ ¡Eso es exactamente lo que hace un político! ─exclamé─: descubrir las necesidades de una comunidad, decidir cuáles de ellas son prioritarias y establecer leyes para que se atiendan.
─ Y eliminar a las personas que rompan esas leyes ─dijo él, como si nada.
─ Eso es lo que hace un tirano ─afirmé.
─ Un político tirano, un politirano ─concluyó.

Una vez que lo dejé en la escuela y me quedé solo, seguí inmerso en lo que para mí eran inspiradas intuiciones: cuando una comunidad no puede organizarse de manera legal para asumir prioridades y hacer que las cosas marchen según ciertos acuerdos, la única alternativa al sistema tiránico ─que desprecia todo tipo de acuerdos─ es un sistema de corrupción como el que ha imperado en nuestro país históricamente, es decir, una especie de autogobierno de la población en el que algunos de los acuerdos se efectúan sólo entre personas (son acuerdos privados, no públicos), y a través de ellos se sobrellevan algunas necesidades prioritarias que las leyes todavía no resuelven de forma eficaz. La tranza política, la mordida policial y judicial, el fraude… todas son medidas con las cuales funciona una sociedad todavía inmadura, que ciertamente resuelve sus necesidades de manera irresponsable pero que prefiere eso a invocar a un padre tiránico, a un dictador que ponga orden.

Ya dirán mis lectores qué valor tienen éstas que yo llamo “mis intuiciones”. Lo cierto es que para mí fueron conclusiones brillantes, y lo digo sin envanecerme porque a mí mismo me resultaron verdaderas sorpresas, respuestas que no andaba buscando, ideas que parecían presentarse sin ser invocadas, como si tuvieran vida propia, como si pertenecieran a un ámbito de inspiración.

Sin embargo, si algo tengo claro es que ninguna de ellas deriva de eso que llamamos “inspiración poética”.

Creo que la diferencia principal es que la aparición de esas intuiciones intelectuales, aunque súbita y no buscada, resuelve incógnitas también intelectuales. Es decir, son conclusiones razonables, y como tales, cuando aparecen, se tiene la clara impresión de que empujan hacia adelante, de que en nuestros razonamientos se produce un avance. Sin embargo, quizás lo más importante de todo esto es que no se necesita que tengamos claras las preguntas a las que esas conclusiones responden. De hecho, en el momento en que surgen, esas respuestas son como resortes que hacen aparecer también las preguntas que las detonaron. Nosotros nos podemos estar preguntando algo conscientemente, y sin embargo la intuición nos revelará la pregunta que de verdad nos estamos haciendo. Por un instante, todo en nuestro pensamiento adquiere dirección, y ésta parece tener un final: sentimos (o pensamos, o creemos) que al fondo del camino hay una verdad (por cierto, este tipo de intuiciones intelectuales son las que se supone que brincan de pronto en el género literario del ensayo; de ahí que algunos escritores digan: “Escribo para saber lo que he estado pensando”).

La poesía es así, pura intuición, pero no intelectual: con ella no nos ubicamos en una sola dirección, sino en muchas, en todas. Se pierde dirección y se cobra sentido. Digo esto y se me viene a la cabeza algo que me ocurrió hace unos días, con una amiga. Mientras comíamos, surgió el tema de la poesía y ella me explicó que era un género que definitivamente no apreciaba (su gesto fue más bien de “la aborrezco”). “Y es que ─me dijo─ los poetas eluden el decir lo que quieren decir, el expresar abierta y directamente lo que piensan”. Nuestra plática tuvo que desviarse porque en ese momento llegó otra amiga a la que estábamos esperando. Más tarde, caminábamos los tres juntos por las calles de Coyoacán, en la Ciudad de México, cuando la primera amiga ─la intelectual, la razonable, la que no entiende ni aprecia la poesía─ se detuvo bruscamente y en una especie de epifanía, exclamó con toda la parsimonia de su carácter:

─ ¡Ya vieron que este auto se despintó sobre la banqueta!

¿A qué se refería? Sobre el cemento, a nuestros pies, había aquí y allá manchas de pintura azul, ya secas, justo a la altura donde estaba estacionado un auto de ese mismo color. Para entender aquella exclamación sólo había dos posibilidades: preguntarle a mi amiga de qué estaba hablando y aceptarlo con un esfuerzo de imaginación (sin que nadie lo viera, el auto había aventado chorros de pintura en la acera), o sumarse al mismo mecanismo que se había disparado dentro de ella al decirlo: la inspiración poética. A mí, a quien una que otra vez me asaltan estas “ocurrencias”, la del auto y las manchas de inmediato me pareció hermosa. Y me reveló lo que ya está claro: mi amiga ama la poesía (aunque no haya ejercitado el oficio de leerla ni de escribirla).

¿Me voy acercando un poco a describir qué es la poesía y qué hace un poeta?

*

Abusando de mis lectores, abro esta breve nota para explicar lo siguiente: si ya he dicho que la diferencia entre intuición intelectual y poesía es la misma que entre dirección y sentido, quisiera ahora añadir dónde veo yo la diferencia entre poesía y espiritualidad. Es tan breve mi nota, que dudo que me permita explicarme, pero no quiero dejar de aprovechar que el punto viene al caso, para intentarlo.

Es de alguna forma muy simple: mientras que la poesía nos enseña el sentido de la vida (y por ello resulta la más sublime pedagoga), en la espiritualidad ese sentido se amplía a toda nuestra existencia. Lo repito: la poesía nos enseña el sentido de la vida; la espiritualidad, el de la existencia. Obviamente, para quien no hay diferencia entre nuestra vida y nuestra existencia, tampoco lo habrá entre espiritualidad y poesía.

*

Continúo este texto un día después de escribir los párrafos anteriores, habiendo ya charlado con estudiantes de la Prepa TEC. Trataré de recordar algo de lo que dijimos. Una de las alumnas me preguntó si yo creía que para escribir poesía es necesario leer muchos poemas. Contesté que no, que la poesía (como una vez me dijo un sabio sacerdote acerca de Dios) no pone trabas a quien quiere acercársele. Ciertamente, leer muchos poemas puede, por una parte, sensibilizarnos a un tipo específico de expresión, y por otra, puede darnos experiencia para saber más o menos como abordar la lectura de un poema. Conté al grupo que hace muchos años, al empezar a leer a Rainer María Rilke, impresionado por la común idea de que fue el mejor poeta del siglo XX, pensé también que su escritura sería difícil de penetrar y que implicaría un gran esfuerzo. Cuando años después logré por fin “entrar” en sus versos, me di cuenta de que en realidad eran muy sencillos y de que aquellos esfuerzos míos solo habían servido para tensarme e impedirme la relajada experiencia de comprenderlos.

Ni leer ni escribir poesía pueden surgir de una obligación. Obligar a un estudiante a leer poesía es casi lo más antipedagógico del mundo, sólo superado por la obligación de disfrutarla, lo cual ya es una locura (como obligar a alguien a creer en Dios).

Otro estudiante me preguntó si yo creía que es necesario conocer la época en que vivió un poeta para entender su obra. Yo le dije que en realidad ese conocimiento sirve para deshacernos de prejuicios. Toda época tiene sus estilos de escritura. Si los leemos ahora, algunos quizás nos parezcan viejos, añejos, y ello puede impedirnos percibir la poesía que hay debajo de ellos. Conocer un poco de esa época y esos estilos, tal vez nos ayude a hacerlos a un lado, es decir, a despejar lo que nos aleja del poeta. Y quizás descubramos que detrás de un estilo que parece muerto, hay un ser vivo que habla aún.

Otra de las estudiantes trajo a colación el tema de la rima y la métrica, y su desaparición en casi toda la poesía contemporánea. Respondí con unas ideas que ya había esbozado en una charla anterior, con jóvenes de otra generación. Y es que no es la primera vez que la maestra Ileana Reyes ─Directora del departamento de Español y Literatura de la Prepa TEC de Metepec─ me invita a charlar con sus estudiantes. Hace un par de años, durante la pandemia, lo hizo también. En ese entonces, el encuentro fue por Zoom, y toqué también el tema de la rima y la métrica. Para ya no extenderme más en este texto, rescribo a continuación algunas de las breves notas en las que basé mis comentarios. Espero que su sintaxis no resulte demasiado árida.

Son las siguientes:

  • Desde siempre, el arte ha estado ligado al entretenimiento. Quienes niegan que el arte deba ser siempre divertido, fingen.
  • Emparentados con el arte, los rituales deben ser emocionantes, amenos. Lo mismo que las pinturas y la música de las iglesias.
  • En épocas y lugares en que la gente no tenía acceso a música en sus casas, escuchar a alguien tocar la vihuela o cantar bellamente podía ser todo un espectáculo. Lo mismo pasaba cuando alguien podía adquirir o dibujar un buen retrato o un paisaje, y colgarlo en su casa: resultaba algo sorprendente e inusitado. De igual forma, oír a una persona decir cosas o contar historias con rima y métrica, habrá sido un gran entretenimiento.
  • Con la era industrial, conforme la tecnología electrónica avanzaba, la gente iba teniendo más acceso al arte, incluso en su propia casa. Llegó la fotografía, luego el fonógrafo, la radio, el cine, la tele… Las copias abarataron el precio del arte y su comercio se extendió. Con la aparición de la foto, la pintura temió caer en desuso, y los artistas reaccionaron pintando la realidad tal como no era. Las canciones del fonógrafo y la radio empezaron a competir con la poesía declamada, y en este caso los escritores respondieron primero exacerbando la sonoridad de rimas y métricas (como en el caso del poeta nicaragüense Rubén Darío), y después despojando a sus textos de ellas para limitarse a plasmar la idea y la imagen en ritmos y sonidos más libres.
  • Es así como la poesía se dividió drásticamente en dos: poesía popular (asociada con las canciones rimadas y la cada vez más extendida y barata tecnología) y poesía culta, que se apreciaba sobre todo en libros.
  • Algunos poetas de los llamados “cultos” llevaron sus textos a niveles de una ilegibilidad y un aburrimiento extremos (por lo menos para los no cultos). En 1957, el humorista Jorge Llopis, en su libro Las mil peores poesías de la lengua castellana, se burló de ellos en un poema titulado Amor (poema de esos tan modernos que no se sabe lo que quieren decir), donde exclama:

Yo te canto a la sombra de este glauco
despertar de teoremas y cimborrios,
como el volar del híspido enfisema,
como el raudo esplendor de las mantisas,
como el inane fraude del peciolo
que, sudando vigilias incoherentes,
ondula el profiláctico cacumen…

  • Sea como sea ─y a pesar de todas las vicisitudes que pueda atravesar en las distintas épocas─, la poesía siempre será de todos y para todos, ya sea cantada o leída, en voz baja o en altavoz.

Quiero, por último, dedicar este artículo a las alumnas y alumnos de las generaciones 2019-2022 y 2021-2024 del Bachillerato Internacional del TEC, sede Metepec. Ellas y ellos, como la vida en la canción de Violeta Parra, me han dado tanto…

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

 

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Movimiento nacional por un salario justo y digno

Por: Abelardo Carro Nava

Las marchas o manifestaciones de las que fuimos testigos la semana pasada son una evidencia contundente de ello…

Corría el año 2010 y las redes sociales y otros medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, difundieron ampliamente un video donde se observaba a varios niños en un salón de clases acostados en el piso, mientras una docente de preescolar les pedía que colocaran su carita en el suelo al tiempo que les preguntaba si querían cantar una canción; como es natural, la respuesta de los niños no se hizo esperar: “si las gotas de lluvia fueran de chocolate me gustaría estar ahí, abriendo la boca para saborear…”. Tal relato no tendría nada de extraño o extraordinario porque, como se sabe, el juego y los cantos suele emplearse con propósitos distintos en la educación preescolar, pero, entonces, ¿por qué se difundió ampliamente? Porque esta escena ocurrió en medio de una impresionante balacera en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

En días recientes, como si nada hubiera cambiado en nuestro país, las mismas redes sociales y otros medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, difundieron el video donde se observaba a una profesora de educación primaria cantar con sus alumnos “Mi bello ángel” del grupo musical Los primos de Durango. Actividad que, posiblemente, no tendría nada de raro porque con distintos propósitos, cantar en las aulas y escuelas, es una actividad que puede realizarse sin ningún problema; entonces, ¿por qué se hizo viral este video? Porque tal escena ocurrió en medio de un enfrentamiento con armas de fuego, entre personas armadas y policías de Tijuana, Baja California.

Así de importante y trascendental es la labor de las maestras y maestros en los planteles escolares; una profesión que, por donde quiera que se mire es, o debiera ser de las más relevantes, no solo en nuestro país sino en el mundo entero. Pienso que su quehacer va más allá de las aulas, porque impacta en la vida de los seres humanos a los que en su momento se tiene la maravillosa oportunidad de formar. Desafortunadamente, en México, tal figura ha vivido momentos complicados que la han llevado a ser una de las que se valora poco, consecuencia de, por ejemplo, la emisión de un documental que denostó la labor del profesorado mexicano, me refiero a De Panzazo. O bien, de la implementación de absurdas leyes o normativas que, bajo la “promesa” de mejorar el Sistema Educativo Nacional, clasificaron a los docentes como “buenos” y “malos” solo por responder un examen cuando, en realidad, en el magisterio no hay docentes de primera o de segunda, solo hay maestras y maestros, nada más. ¿Alguien recuerda aquel discurso en el que se afirmó que cualquiera podía ser maestro? En fin.

Hoy por hoy, ese profesorado mexicano (re)vive momentos que, se supondría ya estaban superados, pues la promesa de una revalorización docente generó una esperanza en las mentes y corazones de estos profesionales de la educación; sin embargo, la realidad ha venido demostrando lo contrario, porque ni han sido revalorizados ni se les ha dado el apoyo que se merecen.

Ello explica por qué, en días recientes, ese sector educativo volvió a salir a las calles a manifestarse en distintas ciudades de la República Mexicana; exigían un salario justo y digno porque, como se sabe, hace unas semanas se dio a conocer el incremento salarial y lo que el actual gobierno denominó “Medida de bienestar”; una acción que se implementó derivado de la decisión que tomó el mandatario nacional al indicar que toda maestra, maestro o trabajador de la educación, no ganaría menos 16 mil pesos. Decisión que, como es lógico, benefició al Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación (PAAE) y no a todo el magisterio, porque el salario de los primeros, derivado de su relación contractual con la Secretaría de Educación Pública (SEP), le obliga a obtener un recurso menor a esos 16 mil que, por ejemplo, algunos docentes obtienen por la prestación de sus servicios profesionales.

Como ya lo había escrito en mi anterior entrega publicada en este mismo espacio, pienso que el presidente de la República tuvo la intención de beneficiar a los que menos ganan porque, como se recordará, una de sus políticas ha sido la de darles más a los que menos tienen; una visión que puede ser favorable, en la medida en que se compense la desigualdad que ello podría generar porque, como es natural, en la búsqueda de la igualdad la desigualdad se hace presente inmediatamente; y bueno, esta decisión y la inexplicable razón por las que las entidades de nuestro país consideraron los conceptos para que, con base en ello, se calculara el salario de las maestras y maestros, generó un descontento importante. Obviamente que, si las autoridades tomaron como referencia, y para su propio beneficio, ciertos conceptos para calcular si tal docente llegaría o no a los 16 mil pesos para que le fuera aplicada esa Medida del bienestar, la cosa se complicó mucho más.

Las marchas o manifestaciones de las que fuimos testigos la semana pasada son una evidencia contundente de ello. Es obvio, alguien podría pensar que el reclamo pasa directamente por el recurso económico, lo cual podría ser cierto porque, quién en su sano juicio no quisiera obtener un mayor recurso económico por la prestación de sus servicios; sin embargo, pienso que éste es uno de los tantos temas que se podrían enlistar como parte de la profesión porque, como he dicho, ni se ha revalorizado al magisterio, ni se le ha dado al profesorado mexicano las condiciones necesarias para que ejerza su labor en cada escuela y en cada salón como tendría de ejercerla.

Derivado de estas manifestaciones, varios funcionarios de gobierno a nivel nacional, o en los propios estados, no contuvieron su molestia y la expresaron; sin embargo, yo les preguntaría en razón de qué obtienen el salario que perciben mensualmente. Vaya, no he visto que algún Secretario o Secretaria de Educación, principalmente de las entidades de la República Mexicana, que haya emanado de las filas del magisterio, renunciar a su sueldo de Secretarios para quedarse solo con el de maestro o maestra. O también, no he conocido a un Gobernador o Gobernadora que haya dado ese salto del magisterio para ser mandatario estatal, renunciar a su sueldo para mantener el de la docencia. No, no he visto a ningún Secretario o Gobernador sortear las balas dentro un salón de clases; ellos tienen guardaespaldas, los docentes: libros.

Entonces, si el salario que se percibe como trabajador o funcionario público se asigna tomando como base la responsabilidad adquirida, ¿por qué la maestra o maestro no habría de exigir un sueldo que corresponda con la labor que realiza a diario en condiciones, muchas veces, paupérrimas?

Qué bueno que varios docentes se hayan organizado sin una representación sindical porque, está visto, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ni vela por derechos ni lucha por ellos. Qué bueno que se haya dado un movimiento en todo el país para demandar lo que por propio derecho corresponde. Qué bueno que los manifestantes hayan celebrado el aumento que recibió el PAAE. Sí, qué bueno… pero, como diría Manuel Gil hace algunos años, cuando la mal llamada reforma educativa denostaba al profesorado: evaluación sí, pero no así.

Yo diría: salario justo y digno sí, pero no así.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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¿Una guerra nuclear como solución final?

Por: Luis Bonilla-Molina

  1. La guerra como política y prolongación de la disputa por los mercados

En los últimos años hay una pulsión de muchos factores políticos, de derechas e izquierdas, por ver el escenario de guerra mundial como inevitable. Es como una especie de derrota de la esperanza y futurabilidad de los proyectos que encarnan, una forma novedosa de emprender la retirada, ante un mundo que ya no les parece posible rearmar, en virtud de la crisis climática, la carrera armamentista, la exacerbación de la concentración de capitales.|

La idea de crisis capitalista emerge como un mantra que pretende resolver el desencuentro entre la voluntad y la razón. La rigidez cognitiva trata de explicar las causas de la desmovilización el proletariado industrial y resulta incapaz de valorar adecuadamente las movilizaciones de sectores como los trabajadores de la educación, quienes todas las semanas toman las calles en distintos lugares del orbe. Los cambios en el mundo el trabajo, producto el impacto de la aceleración inusitada de la innovación en el modo de producción, desafían al dogmatismo que intenta que la realidad cuadre en la teoría y no al revés.

Poco me interesan las expectativas de las derechas, pero si mucho las miradas de las izquierdas. Y como hemos aprendido en los desarrollos de la lucha de clases, salir de estos fosos epistemológicos solo es posible a partir de debates y la construcción compartida de horizontes. Ante un abandono silencioso del método de la economía política por muchas izquierdas, preferimos retomarlo para emprender el camino del análisis de los distintos escenarios geopolíticos, como un mecanismo para situarnos adecuadamente y construir política con sentido de clase.

Es decir, el eje de nuestro interés no es solo académico sino fundamentalmente político, procurando contribuir desde los márgenes a allanar el camino para un relanzamiento de la utopía, en un tiempo en el cual pareciéramos cansados para comprender todos los caminos posibles que impulsan o conjuran una guerra nuclear, como expresión de la disputa de mercados entre las naciones con capacidad nuclear. Porque al final lo militar es la continuidad de la política para definir la supremacía de lo mercados y en ese terreno la irracionalidad de las burguesías está condicionada por la ganancia.

  • Capacidades militares instaladas para iniciar una guerra nuclear

Una guerra se libra con desarrollos científicos, tecnológicos y armamentos concretos. Más allá de los conjuros militaristas que hablan de la inevitabilidad de una guerra nuclear, veamos cuales son las capacidades reales de las grandes potencias. La Federación of American Scientists (FAS) creada en 1945, actualizó este año el Inventario estimado de Cabezas Nucleares en el Mundo. En este trabajo se muestra que el mayor número es propiedad de Rusia (5.889), seguido muy de cerca por Estados Unidos (5.244) y muy de lejos por China (410). La suma de resto de países que disponen de este dispositivo, Reino Unido (225), Francia (290), Israel (90), Pakistán (170), India (164) y Corea del Norte (30) solo alcanzan 969, menos de una quinta parte de las que posee Estados Unidos.

Pero, para comprender las posibilidades de una guerra atómica no basta identificar el nombre del país que posee cabezas nucleares, porque visto en el mapa los números parecen más disuasivos que ofensivos. Se necesita analizar no solo las razones que tendría uno de estos países para apretar el primer botón que desate la ola radiactiva mundial, porque hasta el más iluso sabe que una devastación de esta magnitud no dejaría piedra alguna levantada del sistema mundo.

Si partimos del punto de vista ideológico (Comunistas versus demócratas liberales) podríamos decir que los países que se autodefinen como comunistas (China, Corea) acumulan 440 cabezas nucleares, contra 12.072 de los países autodefinidos capitalistas (Inglaterra, Francia, EEUU, Rusia, India, Pakistán, Israel). Difícilmente China, que viene saliendo de décadas de atraso material y está ahora a la vanguardia de las economías emergentes pensaría en una solución final en esta etapa.

El factor inestable es Corea del Norte, razón por la cual bajo la presidencia de Donald Trump se hizo un importante esfuerzo por disminuir las tensiones en las relaciones bilaterales e intentar replicar los efectos de la reunión Mao-Nixon (1972), que fue construyendo la arquitectura financiera y de infraestructura para que la combinación de inversiones por la vía de las Bancas Financieras), las licencias para el uso de patentes y las posibilidades locales de mano de obra en características de nueva esclavitud en la era industrial, abrieran paso al llamado milagro económico chino.  Aunque el encuentro Corea. EEUU aparece como un fracaso diplomático en la gran prensa, como en su momento terminó dibujándose en la prensa burguesa los efectos de la reunión chino-norteamericana de los setenta del siglo veinte, no hay manera de saber, por ahora, si es así o si la puerta restauradora se ha entreabierto nuevamente en Asia. Es decir, una guerra nuclear por razones ideológicas es altamente improbable y tiene como epicentro a Corea del Norte no a China, ya sea como víctima de un ataque occidental o que esta nación inicie el camino suicida del bombardeo atómico.

Es decir, en el corto plazo no vemos capacidad militar China para imponerse, por eso su aproximación a Rusia, para recompensar y equilibrar, pero los Estados Unidos no son mancos, y durante la administración Trump se construyeron puentes para una distensión de las relaciones más allá de la coyuntura de la guerra de Ucrania. Incluso, un acuerdo chino-ruso y un hipotético inicio de la confrontación nuclear entre este bloque y EEUU nunca sería por razones ideológicas, porque Rusia es abiertamente capitalista y China, aunque mantiene en algunos escenarios internos su narrativa socialista, cuando su presidente Xi va a escenarios como el Foro Económico Mundial se convierte en el mayor defensor de la Organización Mundial de Comercio, la globalización y la libertad de los mercados.

Pero, si pasamos de las auto definidas como socialistas o capitalistas, a las caracterizaciones de las potencias nucleares a partir de la economía, encontramos que China es hoy un país capitalista, dirigido por un partido único que se sigue definiendo como comunista, a pesar que en diferentes momentos de los últimos tiempos ha tenido burgueses en la dirección del partido, algo que diluye la idea Marxista sobre el instrumento político revolucionario. En consecuencia, la brecha real y objetiva, entre países capitalistas y regímenes de “comunismo burocrático hereditario” (Corea), es aún mayor, es decir 12.482 cabezas nucleares están en posesión de países capitalistas contra 30 de una nación que se auto define como comunista (Corea del norte), pero que la izquierda ha abandonado hace tiempo su interés por explicar lo que allí ocurre. Es decir, las razones de un conflicto nuclear por razones ideológicas, como acostumbra presentarlo el Pentágono norteamericano son mínimas.

Respecto al uso de otras naciones de la energía atómica, como Irán, no existe certeza alguna que hayan logrado desarrollar cabezas nucleares, aunque no es descartable que lo haga en el mediano plazo.

Si no es por razones ideológicas veamos las contradicciones económicas. Y allí si es importante la disputa de mercados entre EEUU, Rusia y China y la única forma de lograrlo es produciendo una negociación que reparta los mercados y asegure territorios de influencia para los tres. El peso económico de China le hace poder formar parte esta trinidad. Esta realidad es la que causa preocupación en las otras economías capitalistas consolidadas (especialmente Inglaterra, Alemania y Francia por separado y la Unión Europea en su conjunto), las economías emergentes (India, Brasil, Arabia Saudita, entre otras), los países con dispositivos nucleares aunque su economía no sea tan dinámica (Pakistán por ejemplo) y los países con características políticas excepcionales (como Irán), respecto a cómo pueden quedar sus economías en un reacomodo global de regiones y mercados.

Por ello, agrupamientos como los BRICs son encuadres capitalistas que entran en la lógica de disputa de mercados, como gritando “aquí estamos nosotros, no pueden hacer un acuerdo global desconociendo nuestra capacidad”. Economías de vieja tradición como Canadá y emergente como México prefieren “bailar pegados” a los Estados Unidos en este zarandeo. De hecho, no vemos ningún rasgo que indique que los BRICs tengan la intención (al menos por ahora) de llevar las contradicciones económicas al plano militar, mucho menos al nuclear en un escenario de solución final.

En consecuencia, un escenario no descartable es que las razones económicas lleven a acercar mucho más rápido de lo esperado a China y EEUU y esto termine reflejándose en el plano militar. Como lo advierte Pablo Gil[i] (2023) solo en 2022 el comercio bilateral entre estas dos super potencias alcanzó alrededor de 760 mil millones de dólares, además de 1,8 billones de dólares mediante inversiones en activos físicos y financieros. Y como lo señalaba el presidente chino XI Jinping, un mes antes de la conferencia de San Francisco[ii],  «hay miles de razones para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y China, pero no hay ni una sola para empeorarlas».

En este acercamiento, que no es de corto plazo, sino un escenario de mediano plazo en el cuál las contradicciones construyen los acuerdos, China debería llegar con pies firmes y eso dependería de la posibilidad de llegar a un acuerdo de largo aliento con Rusia, que permitiría combinar capacidad económica (china) con militar (ruso-china) en un tablero de tres. Sin embargo, la propia nueva estrategia internacional norteamericana anunciada por Sullivan en marzo de este año (2023), contempla diálogos bilaterales para reconfigurar alianzas y no solo lo harán con China, sino también con Rusia, en procura de un acuerdo en los marcos el capitalismo. Lo que planteamos es que hay un triángulo de negociaciones bilaterales (EEUU-China, China-Rusia, EEUU-Rusia) que se convierte en el eje de un posible reacomodo capitalista planetario. Este hasta ahora hipotético escenario (no por ello descartable) abriría el escenario de converger en tareas y dominio global a las economías de los tres países (China, Rusia, EEUU) que de conjunto superarían el 46% del PIB global con el control directo del 92,2% de las cabezas nucleares y capacidad de mediación con los países que disponen del 7,57% de esta tecnología (India, Pakistán, Francia, Inglaterra, Israel), quedando solo el electrón libre de Corea del Norte con 0,23% de capacidad.

La única guerra nuclear que emerge como posibilidad desde lo económico, a partir de las actuales correlaciones de fuerzas, sería la destrucción total de Corea del Norte, evento que se presentaría como carta de presentación de un eventual super imperio tricéfalo.  Consciente de esta posibilidad es que Corea del Norte acepta los diálogos con Trump, por ahora interrumpidos en su fase pública, pero no descartable que se retomen en el mediano plazo, más aún ante un posible nuevo mandato del republicano Trump.

  • La relación economía y disposición de armas nucleares

La ecuación entre economías y disposición de cabezas nucleares pareciera ser determinante en la reingeniería del poder o como se suele decir comunicacionalmente, en el surgimiento del Nuevo Orden Mundial.  En el caso de las economías emergentes, algunas de las cuales disponen de cabezas nucleares como es el caso de la India, adquieren un liderazgo especial, como lo han mostrado junto a China en los BRICS, impulsando reagrupamientos para el tablero de negociación que suman a otras economías que no disponen de estas armas de destrucción masiva, como Brasil (el FMI estima que se perfila como la novena economía del mundo), Arabia Saudita, entre otros.

Las economías emergentes que no poseen cabezas nucleares, procuran que lo económico y no lo militar determine los realineamientos, jugando a estar en el anillo próximo al epicentro de lo que va a emerger.  Algo similar a lo que apuestan de manera individual Inglaterra, Francia y Alemania quienes intentan que la disminución de la importancia geopolítica de la Unión Europea no les arrastre.

Águas turbulentas: impactos da assinatura do Tratado Aukus - OPEUFinalmente, las alianzas regionales como las el Indo Pacífico, AUKUS y la trilateral del TLC procuran afinar los equilibrios con las ventajas derivadas de sus ubicaciones territoriales como son los casos de México, Australia y Japón.

Si partimos de ese equilibrio economía + armas de destrucción masiva + alianzas regionales y subregionales como hipótesis inicial de trabajo, esto nos permitiría ir construyendo escenarios de conformación del nuevo orden mundial que superen el empirismo ideologizante y la propaganda apocalíptica como cortina de humo que procura evitar la falta de estudio sistemático sobre el tema.

  • Naciones que reciben material nuclear

En esta etapa de la historia de la humanidad, compartir la energía nuclear es usado como instrumento de negociación geopolítica y para la construcción de alianzas. Todos los imperios lo han hecho a partir de sus ventajas en el terreno del conocimiento, equipos y rutas. Estados Unidos hizo lo propio cuando usó en la década de los setenta su enorme ventaja tecnológica y de patentes para alimentar la disputa Ruso-China y atraer, como en efecto se logró, a la segunda al campo el capitalismo.

El cuaderno “Nuclear Weapons Sharing, 2023[iii]” publicado por FAS en noviembre de este año 2023, plantea otro desafío vinculado a este asunto, el seguimiento al intercambio de material atómico militar entre países, que si bien no han desarrollado cabezas nucleares, si poseen la capacidad para almacenarla y eventualmente usar dispositivos de lanzamiento.

La guerra de Ucrania ha avivado esta tendencia, fundamentalmente de parte de Estados Unidos y Rusia. El Pentágono ha decidido acelerar el proceso de compartir con países europeos, bombas de gravedad B61-12 que pueden ser utilizadas con tecnología de los aviones norteamericanos, mientras Rusia a partir de 2022 está transfiriendo a Bielorrusia sistemas de vectores nucleares y entrenando a personal de ese país para su uso. Esto último como respuesta a la incorporación de Suecia y Finlandia al Grupo de Planificación Nuclear de la OTAN. El mapa a continuación muestra la distribución disuasiva que al respecto adelante la OTAN.

 Nuestra perspectiva es que estos “juegos de guerra”, mucho más efectistas que reales, procuran mover fichas en el tablero, dando la imagen mediática que se escala la confrontación, cuando en realidad son el preludio de acumular para negociar. Este es uno de los factores que está prolongando el conflicto en Ucrania, es decir, las correlaciones de fuerzas que emergerán en la post guerra.

Una cosa es servir de país almacén y operario para el manejo de cabezas nucleares y otra la transferencia efectiva de esta tecnología.  Es más importante para un país interesado en desarrollar su carrera armamentista nuclear, el adquirir la tecnología para enriquecer el Uranio que servir de garaje para ojivas nucleares. Hasta ahora, los países que abiertamente enriquecen uranio, ya sea con fines militares o de uso no militar son contados. Legamente lo pueden enriquecer con fines comerciales (EEUU, Rusia, China, Holanda, Reino Unido, Alemania, Francia, Brasil y Japón), países que procuran estar en el primer anillo que bordeará el centro del Nuevo Orden Mundial.

En este sentido, otra razón estratégica de Rusia es que es el país con mayores reservas de Uranio en el mundo, muy por encima de China y Estados Unidos. En el caso de Irán y Corea del Norte, sus programas de enriquecimiento de uranio no cuentan con la autorización del sistema de Naciones Unidas para comerciarlo, mucho menos de la Agencia Internacional de Energía Atómica.  Por ello, cuando se habla de la carrera nuclear vinculada a la arquitectura geopolítica debemos distinguir entre: a) posesión y capacidad de producir cabezas nucleares, b) tecnología para enriquecer el uranio y c) reservas disponibles de uranio.

  • Europa y los tormentos de la virtud

En 1787 el Marqués de Sade escribía su obra estelar Justine y los infortunios de la virtud. La actual situación de Europa, que había hecho méritos para ser la consentida del imperialismo norteamericano, me hace recordar este drama, porque hoy es la gran perdedora en la guerra de Ucrania, en un reordenamiento de la geopolítica capitalista en la cual se acelera la reconfiguración de su rol porque se había convertido en un fardo pesado para los equilibrios capitalistas emergentes. Europa y luego la Unión Europea habían heredado un papel geopolítico importante al culminar la segunda guerra mundial, una especie de guardián del sacro santo orden capitalista en su región, África, parte de Asia y oriente medio, territorios que hoy conforman el radio de acción económica, política, militar y cultural de rusos y chinos, pero también los Estados Unidos por su cuenta, Turquía e India.

Durante la guerra de Ucrania la Unión Europea y Los Estados Unidos han otorgado más e 77.000 millones de dólares de ayuda a Ucrania (38.300 millones de euros en ayuda económica,17.000 millones de euros en ayuda a refugiados en la UE, 21.160 millones de euros en ayuda militar, 670 millones de euros en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión) algo que ha debilitado la ya resentida economía europea. Además, la UE se ha visto sacudida por la elevación de los precios de la energía y la seguridad de suministro, el impacto de las sanciones en el suministro de combustibles fósiles a la región, el suministro de gas que les ha obligado a rebajar en por lo menos un 15% las posibilidades de demandas para el consumo, reducción e la facturación de electricidad, seguridad alimentaria y la política agrícola común, la movilidad de personas y mercancías en cadenas de suministro que antes del conflicto parecían estables y confiables, además de su absoluta inutilidad para detener a Rusia.

En ese marco, ha quedado agrietado el papel de región geopolítica de contención lo cual tendrá efectos en el corto y mediano plazo. Pro es que esto es precisamente el comienzo del camino para la superación de un obstáculo que tenían los escenarios de acercamiento entre EEUU, Rusia y China; el papel geopolítico heredado por la Unión Europea al finalizar la segunda guerra mundial.

  • Las dos caras de la contradicción inter imperialista

En nuestro caso nos interesa estudiar los escenarios actuales de guerra y el desarrollo de la carrera militar nuclear en el marco de la actual fase de contradicciones Inter capitalistas que tiene en su centro a tres grandes vectores de disputa (EEUU, China y Rusia).

Como hemos aprendido en el marxismo, las contradicciones se resuelven por la vía de la exacerbación del enfrentamiento hasta que uno o varios de los factores involucrados se imponga o, por la vía de la integración y el cambio de intensidad de las contradicciones. En este caso, si la primera opción progresa no estaremos aquí para contarlo porque será la destrucción de la vida en el planeta, por ello, nos interesa estudiar las otras evoluciones lógicas dentro de la perspectiva el capital. La primera, mantener de manera infinita una guerra de posiciones en las cuales las caídas de una u otra fuente de poder sean abordadas con la racionalidad de repartos de mercado. Esta posibilidad nos parece altamente improbable porque demandaría un grado de centralidad planeadora que no tiene el capitalismo mundial. La segunda, procesos de fusión e integración parcial que apuntalen a la configuración de una nueva geopolítica global. Esta la vemos más probable y será el foco de trabajo de nuestra línea e investigación sobre geopolítica mundial.

No somos ingenuos respecto a que cada uno de estos desarrollos tiene implicaciones en la epistemología para la construcción de políticas en las izquierdas. Para la izquierda tradicional y el campismo, la narrativa de un enfrentamiento incesante les sirve de marco para justificar alianzas con “enemigos menores”, en la lógica de burguesías dependientes y neocolonialistas versus burguesías progresistas. Para la nueva izquierda radical, es problemático hablar de la posibilidad de un super imperio tricéfalo, sobre todo después de los debates con Negri y su particular enfoque del Imperio en el siglo XXI.

Por eso prefiero plantear, que más que ponernos a desojar la margarita, lo que corresponde es estudiar, con las herramientas el método marxista estos fenómenos:

  1. La globalización y las integraciones de capitales que ha impuesto la financiarización de la economía:
  2. El papel que vienen adquiriendo las grandes bancas y financieras globales en la construcción de una nueva arquitectura de alianzas burguesas, incluso entre los países que sostienen hoy importantes contradicciones de intereses estratégicos;
  3. Las capacidades reales, económicas, tecnológicas y militares para mantener de manera infinita la disputa inter imperialista en un marco de recesión económica:
  4. El papel de la innovación capitalista en el desarrollo del modo de producción capitalista, especialmente su impacto en el mundo el trabajo;
  5. La transformación del régimen biopolítico de reproducción sistémica en el régimen predictivo o como dice Chul Han, de datos.

Estos temas que no son los únicos, abren el horizonte y nos permiten salir del actual atolladero teórico.

  • Conclusión

Algo nuevo esta surgiendo, pero parece que estamos viendo lo nuevo con arquetipos del pasado. Las guerras son el último escalón cuando se agota la política como espacio de negociación económica y geopolítica. La hipótesis que trabajamos es que esas contradicciones tienden al encuentro más que al enfrentamiento.  Ahora bien, el encuentro no es amable ni carente de roces (incluso de guerras como la de Ucrania), por lo contrario, la aspereza será el signo que pueda construir un nuevo orden mundial sólido, sin una guerra de destrucción masiva.

¿Por qué es esto importante para la construcción de políticas de resistencia anticapitalistas e la clase trabajadora? Por varias razones, primero, contribuir a la superación del campismo como uno de los mayores problemas que tiene la izquierda revolucionaria hoy para desarrollar una política contra el capital en todos los territorios. Segundo, porque permite a las corrientes revolucionarias al interior de partidos amplios, explicar la verdadera naturaleza de una contradicción que se presentan como inevitablemente desencadenante de guerras mundiales. Tiene el riesgo de que el conocimiento de las nuevas dinámicas dispare vocaciones sectarias y vanguardistas, algo que no contribuye a relanzar una política revolucionaria en las calles. Pero caa cosa en su momento.

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[1] Profesor invitado de la Universidad Federal de Sergipe, Brasil. Miembro electo del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Coordinador del GT CLACSO “Capitalismo digital, políticas educativas y pedagogías críticas” (2023-2025). Miembro del Secretariado del Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo (Río de Janeiro, Brasil, octubre 2024). Integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la Fundación Kairos y la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Investigador del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE). Investigador asociado al eje “trabajo docente” de la CRES+5 a realizarse en Brasilia, Brasil, abril 2024. Contactos: luisbonillamolina.62@gmail.com

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