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Gran capacidad para convivir con virus letales

Por Dinorah García Romero 

Los partidos políticos de la República Dominicana se acostumbraron al virus de la corrupción; y encuentran razones diversas para justificar acciones detestables en todos los órdenes y niveles.

La República Dominicana desde que inició la pandemia COVID-19 ha entrado en un ambiente de angustia e incertidumbre cada vez más encendido. Se advierte una disposición y celeridad impresionantes para buscar soluciones que exterminen de una vez las raíces y los síntomas de un virus que llegó y parece que tiene como proyecto instalar su tienda en este país y en los restantes del mundo. Lo que resulta curioso es que todo se convierte en prioridad, en gestión inteligente y en vocación de servicio, si se trata de esta pandemia. Parece que su llegada repentina ha despertado el miedo y ha movido los ejes que controlan la estabilidad personal y también la social. Sin embargo, un virus antiguo y tan letal o más que la COVID-19 tiene cientos de años provocando muerte biológica, psicológica y educativa; además, ecológica, económica, social y política. Este virus es muy conocido; su nombre es corrupción, y, su apellido institucionalizada. Las decisiones y acciones para combatir la pandemia COVID-19 son efectivas, aunque parezca lo contrario. Sin embargo, las dirigidas a exterminar la corrupción son más lentas y contestadas; pues no todos los sectores están tan decididos a eliminar este virus. Prefieren continuar conviviendo con él, aunque le cueste la vida al pueblo. Casi todos los actores y sectores se han acomodado a los beneficios sin consecuencias que aporta este magno virus.

El Capítulo dominicano de Transparencia internacional, representado por Participación Ciudadana, informa en su nota de prensa del 28 de enero de 2021 que la República Dominicana mantiene en el Índice de Percepción de Corrupción de 2020 el mismo puntaje de 2019, 28 puntos sobre 100, ocupando el lugar 137 de un total de 180 países implicados. Se presenta, por tanto, como uno de los países más corruptos de América Latina y del conjunto de los países evaluados. Esta imagen del país tan precaria y deshonesta no puede dejarnos tranquilos; ha de activar todas las fuerzas capaces de extirpar la corrupción en la esfera personal, social y estatal. Se incrementan las voces que repudian la corrupción y que están dispuestas a luchar sin cansancio para que haya consecuencias; pero, todavía, incluyendo en sectores gubernamentales, hay resistencia a cambios sustantivos capaces de transformar la cultura de la corrupción en una cultura límpida y sin arrugas éticas. Sectores poderosos han aprendido a convivir con virus letales como la impunidad, la corrupción y la COVID-19. Pero ha llegado el tiempo de trabajar a fondo para que estos virus liberen la mentalidad y la práctica de los ciudadanos, de los funcionarios y de las instituciones. En la vida cotidiana la corrupción se vive y se observa con la mayor naturalidad. “Los de arriba lo hacen, yo lo puedo hacer también”. Esta expresión se escucha con frecuencia; y, además, sus resultados se palpan día tras día. En las instituciones, incontables veces, interesa llegar pronto, aunque se violenten las normas y principios institucionales. Este es un cauce acelerado de corrupción administrativa e institucional que deteriora la ética global del país.

Los partidos políticos de la República Dominicana se acostumbraron al virus de la corrupción; y encuentran razones diversas para justificar acciones detestables en todos los órdenes y niveles. Su ideario se transforma en antorcha corruptora en su ámbito interno y en el contexto social.

Ante la profundidad de este problema y el alcance de sus males, se percibe un movimiento ascendente decidido a revertir la estructura de corrupción que hay en nuestro país. El proceso es lento y complejo; para avanzar, hay que vencer poderes económicos, políticos, religiosos y de ciudadanos no organizados. Estos grupos están decididos a defender un modo de vida en el que la corrupción que impera tenga consecuencias. El problema de la corrupción no es solo culpa del partido en el gobierno; pero este es parte del problema, porque dentro del funcionariado y la membresía de su partido, hay quienes se identifican con los favores que ella ofrece. El sector educación, ya sea ámbito preuniversitario o educación superior, ha de afrontar con valentía y nitidez la corrupción que pueda estar construyendo un perfil y una cultura que refuerce la letalidad de este virus. Sin vacilación, hemos de auscultar las instituciones que representamos, en las que laboramos, para cortar de raíz actitudes, acciones y relaciones revestidas de legitimidad y acolchadas con una corrupción rampante, generadora de muerte desde todas sus perspectivas. La mafia italiana nos impresiona; la mafia cotidiana todavía deja tranquilos a muchos, en los hogares, en las organizaciones, en las iglesias, en los partidos políticos y en los cargos que ocupamos. De igual manera, continúa dejando en paz a sectores del gobierno, a Ministerios, a instituciones educativas, a sindicatos y a personas particulares. Urge disminuir la capacidad de convivencia con virus letales como la corrupción y la impunidad, hija de la anterior. Deshacernos de la corrupción precisa de otra educación familiar, escolar, universitaria y social. Unamos fuerzas para ello. Solo así, alcanzaremos salud integral y desarrollo nacional.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/gran-capacidad-para-convivir-con-virus-letales-8907704.html

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La Promoción Horizontal: entre esperanza e incertidumbre magisterial

Por: Erick Juárez Pineda

La Promoción Horizontal, un estímulo donde los profesores y directivos pueden acceder a un aumento de salario sin que esto implique un cambio de funciones, fue una de las promesas más esperadas por el gremio desde que se echó a andar la Reforma Educativa del presidente López Obrador.

El discurso de revalorización del magisterio y las promesas hechas desde la campaña del 2018, mantenían la esperanza de poder acceder a mejores condiciones de vida, sin embargo, esto no se veía llegar.

Al principio del sexenio, la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) se dijo lista para echar a andar este programa de incentivos, sin embargo, no existían reglas de operación ni marco jurídico y, lo más importante, tampoco había autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para llevarlo a cabo.

Dos años después al fin han salido los lineamientos que lo regirán, sin embargo, aún no hay certeza de dónde se obtendrán los recursos para operarlo y, como lo marca la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la definición exacta de los elementos multifactoriales que ahí se describen.

De manera general, la Promoción Horizontal está dirigida a personal con funciones docente, técnico docente, asesoría técnica pedagógica, dirección y supervisión quienes tengan un mínimo de dos años de servicios ininterrumpidos con nombramiento definitivo, los cuales, deberán completar dos etapas de evaluación donde se tomarán en cuenta los siguientes elementos: antigüedad, reconocimiento al buen desempeño, grado académico, desarrollo profesional,  conocimientos y aptitudes, autoevaluación y una exposición de la práctica educativa.

El Programa constará de 8 niveles de estímulo de carácter económico, cuya permanencia mínima es de 4 años en cada uno, los cuales, tendrán una aumento desde 35% hasta 205%. Para los trabajadores que se encuentren en zonas de alta marginación o pobreza, los aumentos serán desde 41% hasta 247%.

Pero, ¿de dónde se obtendrán los recursos? La misma ley señala que el Programa operará con el presupuesto del Programa de Carrera Magisterial, de Promoción en la Función por Incentivos en Educación Básica y otros recursos que se asignen al Programa conforme a la disponibilidad presupuestaria.

En un principio se pensaría que este dinero estaría etiquetado desde el Presupuesto de Egresos de la Federación, sin embargo, estos no se han considerado dentro de las partidas presupuestales sino de programas de incentivos que bajan a través del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) del Ramo 33, que para este año fue de más de 408 millones de pesos, el cual, es el mismo presupuesto del año pasado, por lo que no se consideró un aumento para ello.

Incluso, aún no se sabe a ciencia cierta cuánto será el dinero destinado para el programa, cuál será el techo presupuestal ni de dónde se sacarán los recursos para fortalecer al FONE.

Lo curioso, es que este programa sale a la luz justamente en año electoral y aunque la Ley marca que la USICAMM emite los lineamientos y coordina de manera general, son los gobiernos de los estados los encargados de operarlo y ejecutarlo, lo que da un margen para que este pueda ser utilizado con fines políticos y electorales. No sería la primera vez que sucede.

Lamentablemente, la promesa de volver a darle un gran valor a las maestras y los maestros, aún no termina de nacer. No se alcanzan a distinguir los piés ni la cabeza. Ni siquiera sabemos si de verdad existe. Sería conveniente, entonces, pensar en una “mal llamada revalorización del magisterio”.

* Periodista especializado en temas educativos. Director editorial de Educación Futura.

Twitter: @elErickJuarez

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-promocion-horizontal-entre-esperanza-e-incertidumbre-magisterial/

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Las principales organizaciones ecologistas rechazan las presiones de Berkeley, promotor de la mina de uranio de Salamanca, sobre el Consejo de Seguridad Nuclear

Por: Tercera Información

  • Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF piden al Consejo de Seguridad Nuclear que cumpla su cometido y garantice con total independencia la protección radiológica de la población y el medio ambiente en el caso de la mina de uranio de Retortillo (Salamanca).

Las ONG rechazan y condenan las presiones que la compañía Berkeley Minera de España está realizando sobre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El objetivo de la empresa es que se resuelva lo más rápido posible el expediente de solicitud de autorización de explotación de una mina de uranio a cielo abierto y la construcción de una planta de fabricación de concentrados de uranio de Retortillo (Salamanca).

Estas organizaciones, que han denunciado en innumerables ocasiones este peligroso proyecto y las constantes irregularidades en su tramitación, han mantenido en todo momento un escrupuloso respeto hacia las decisiones del CSN. Por eso, rechazan las prácticas de esta empresa privada y piden al CSN que mantenga su total independencia ante estas maniobras antidemocráticas y contrarias a la mínima ética empresarial.

Las ONG han apuntado que la misión del CSN es “proteger a los trabajadores y trabajadoras, la población y el medio ambiente de los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, consiguiendo que las instalaciones nucleares y radiactivas sean operadas por los titulares de forma segura, y estableciendo medidas de prevención y corrección frente a emergencias radiológicas, cualquiera que sea su origen” y es esencial que se garantice su credibilidad en todo momento.

Por eso, las organizaciones ecologistas reclaman al presidente del CSN que haga caso omiso a las inadmisibles presiones de Berkeley y tome la decisión sobre este proyecto con total independencia. Para ello, debe aplicar el máximo rigor técnico y tomarse todo el tiempo que sea necesario, sin atender a los intereses económicos y las prisas que pretende imprimir el promotor a través de las diferentes cartas que ha remitido al Consejo de Seguridad Nuclear.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF rechazan las amenazas de Berkeley de emprender acciones judiciales si el Parlamento Español, en el ejercicio de sus funciones, toma la decisión de prohibir la peligrosa minería de uranio en nuestro país. Una prohibición que sería lógica en un contexto de transición energética hacia otras fuentes renovables y no contaminantes y en una estrategia de abandono de la energía nuclear.

Además, la futura Ley de Cambio Climático incluye la prohibición de la minería de uranio, lo que recoge una de las reivindicaciones de las entidades ecologistas, porque la energía nuclear no forma parte del futuro modelo energético. Este es uno de los asuntos que preocupa a Berkeley y, por ello, amenaza con emprender acciones judiciales.

Las organizaciones ecologistas aseguran que es inaceptable que Berkeley, usando técnicas de intimidación más propias de estados no democráticos, trate de amedrentar al Gobierno y a diputadas y diputados del Congreso. Todo ello, ante la posibilidad de que España, mediante una ley aprobada con todas las garantías en la sede de la soberanía popular, decida apostar por un sistema energético libre de la amenaza para el medio ambiente y la salud pública que supone la minería de uranio y su legado de residuos radiactivos.

Las ONG reiteran que el proyecto de mina de uranio a cielo abierto de Retortillo y la planta de fabricación de concentrados de uranio asociada conllevan riesgos ambientales, sociales y sobre la salud inaceptables.

Asimismo, recuerdan que, desde un principio, la autorización de este proyecto de alto riesgo ha estado rodeada de graves irregularidades, enorme polémica y una gran oposición local. Así, el proyecto obtuvo inexplicablemente una declaración de impacto ambiental positiva por parte de la Junta de Castilla y León (BOCYL de 8 de octubre de 2013) pese a que la Evaluación de Impacto Ambiental no valoraba la mayor parte de los graves riesgos ambientales asociados ni, aún más grave, los impactos sobre el medio y las personas dedicadas a la producción y almacenamiento de residuos radiactivos.

Las organizaciones ambientales consideran que el proyecto de Berkeley conlleva impactos que el promotor no ha sido capaz de resolver y por ello han solicitado al Ministerio de Transición Ecológica el archivo definitivo del procedimiento.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/31/01/2021/las-principales-organizaciones-ecologistas-rechazan-las-presiones-de-berkeley-promotor-de-la-mina-de-uranio-de-salamanca-sobre-el-consejo-de-seguridad-nuclear/

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Gender Violence is Policy of the State

By: Ilka Oliva Corado

Translated  by Katrina Hassan

In societies with neoliberal governments, gender violence, mass poverty and exploitation are all policy of the State. Before the armed forces we have religion that manipulates the excluded ones with emotions and women get double the dose for their gender. In the name of faith, with protection from misogynistic religions, many men exert gender violence to such degree that they lead to feminicides. This is not new, it is not sliced bread. In an absent State, infested in corruption, where machismo propagates, misogyny, homophobia and the patriarchy are systematic, the State is the one responsible for gender violence in all its context.

Without laws that punish those who are violent against women in all their forms, gender violence will continue. The principal criminal is the State. The State’s policies deny abortion rights, and in the most exploited sectors they plan poverty meticulously. They deny access to education to the most vulnerable girls. They force them to give birth, manipulating the population saying that abortion is going to be punished by God because it is murder. Abortion is a right that is denied in repressive States where mainly macho men are governing. They use the denial of abortion as a punishing tool against women and gender. If the governor’s daughters ever end up pregnant they send them to the best private clinics in the country or abroad to have abortions. The same goes for the oligarchs.

Girls without access to education, healthy food, and healthcare live in homes that don’t have the minimum safety requirements. They live in systematically violent surroundings that are orchestrated by the State. These girls will never have a healthy upbringing. They will never be accomplished women, not personally or professionally. Most likely they will be adolescent mothers because of sexual abuse. She might be victim to a romance based on patriarchy or be forced to marry. All this, anything but become a happy accomplished person. No woman can be happy in these conditions.

How can a girl be happy when her mom works 16 hours a day in a factory? They might be cleaning factories, buildings, hospitals, or burning away their lives cultivating fields. A mother who will leave at dawn and come home late into the night, has no time to share with her kids. There is no time to watch them grow up, no time for hugs or time to have fun with them. If the mother herself didn’t have time with her mother, this is thanks to the chain of systematic abuse provided courtesy of the State.

Attitudes and actions surrounding abuse against women are in the thousands. There needn’t be blows for abuse to count as abuse. Emotional abuse is just as harmful. In our societies, State sponsored violence post dictatorships has made men abuse teens, women and children in the family environment because they know that shame is a good ally. As long as people outside their house don’t know what is going on, they can do whatever they want inside it. The pastor or the priest is still giving advice of forgiveness, recommends silence and maintains the family united even when these crimes should be punishable by jail. If the crimes are against a woman, they should be forgiven by God.

This is why there is an ostentatious increase in sexual abuse in girls by their fathers, grandfathers, brothers, and cousins. Teen pregnancies are regularly because girls are abused in their own home. The men know that their is no law to punish their crimes. State policies include repression and violence towards the population, poverty, and labor exploitation. If people are tired from excessive work or are hungry, there is less time and energy used for thinking. Without education they don’t know their rights. This is done on purpose. This benefits the corrupt, criminal government. To have unhappy teen mothers instead of teens on their way to a higher education or professional careers is convenient because the latter will not question poverty. Poverty obligates them to go and find food for their kids at all hours. If they develop professionally, the same teens have access to a better life and will therefore demand their rights. They will question the policies of the State. If the newly educated youth strive for it, they can change that same system.

We have arrived at a society without boundaries. The State has also stepped all over them. This is why feminicides do not cause us any reaction. No shock or indignation because there is no longer shock anymore at anything. No one is shocked when there are airplanes landing with tons of drugs they’re getting burned afterwards without anyone ever finding the culprits. We have stopped being shocked that the police or army are the ones taking care of the drug shipments. There is no shock that the same police and military are the ones raping women without punishment. Then the regular civilian says to himself “If the uniformed men rape, why can’t I do that to any woman around me? In my family environment or anywhere else.” The president himself sees that women are killed and never denounces this. He doesn’t care. Everyone knows that you can violate a woman and there will be no consequences.

The State criminally denies food, health and education to girls. It is also a crime to look the other way when girls are violated just for the fact that they are female. They are beaten, raped, impregnated, disappeared and murdered. The same goes the for women and teenagers. If the State does nothing, that same government should be changed by society. The people are the ones that should react and elect into power someone who understands that the policy of systematic violence against women must change. What society is willing to do this? Women, on the majority, are the most vocal about gender violence. Men belonging to whichever ideology they choose always benefit from the inexistent laws that punish such crimes and aberrations.

It will be up to women to change the policies feeding into gender violence systematically provided by the State. So be it.

Source: https://cronicasdeunainquilina.com

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La reprobación invisible (Parte III)

Experiencias e historias ante la reprobación

José Carlos Buenaventura[1]

A Alexis Fabre

En esta tercera entrega sobre la reprobación invisible se narran las historias y experiencias de Alexis Fabre y de Elías Hernández sobre la reprobación invisible en la última década en México. A través de tales narraciones, seguimos sosteniendo la idea de que: el proceso de reprobación de las niñas, niños y jóvenes en México no ha desaparecido; por el contrario, se ha vuelto un mecanismo invisible para seguir reorganizando la vida escolar, educativa y laboral de los jóvenes y adultos en México. Asimismo, quienes realizan los procesos de reprobación no son los actores que tradicionalmente se piensa que lo hacen: las maestras y maestros, sino otros actores que han surgido a lo largo de las últimas décadas, cuya actividad se enmarca en los procesos de selección.

La experiencia de Alexis Fabre ante la reprobación

Alexis Gómez Fabre estudió en una Escuela Preparatoria Oficial del Estado de México, en la zona oriente de la ciudad de México. Su escuela se localiza en el municipio Chicoloapan. Obtuvo promedio de 9.8 al finalizar el bachillerato. Se puede señalar que era un joven estudioso y disciplinado. Siempre cumplió con lo requerido: actividades y trabajos, bajo la didáctica de “trabajitis” y “activitis”. Ya que en la escuela donde él iba estaba prohibido que las y los maestros hicieran exámenes, pues los directivos argumentaban que los maestros no sabían hacer exámenes. En esa escuela años anteriores se había contratado a personas que trabajaban en el CENEVAL para enseñarles a hacer reactivos y objetivos, bajo está lógica de que las maestras y los maestros no saben. La historia de Alexis Fabre es un ejemplo del fenómeno de incluir para ser excluido, elemento propio de la reprobación invisible: aunque él fue pasando y aprobando año tras año, en el momento de hacer exámenes de selección para entrar a educación superior, los resultados de la inclusión y la exclusión se hacían presentes.[2]

En el 2017, cuando Jesús Alexis termina el bachillerato hace el examen como muchos de sus compañeros, obteniendo 55 aciertos, en un examen de 120 reactivos, para la carrera medicina. Él no les dice a sus amigos, ni profesores que hizo el examen. Le da vergüenza exponer su resultado, piensa que él es el único responsable por sacar ese número de aciertos. Toma la decisión de meterse a estudiar en una escuela privada donde no tenía un alto costo el cuatrimestre, en la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl. Algunos de sus familiares habían cursado en ella. Sitio donde comenzó la licenciatura en Mercadotecnia. Al pasar el cuatrimestre descubrió que no era lo que él quería. Él reconoce que entró a estudiar allí porque él ya no sabía qué estudiar. Se sale de la licenciatura en Mercadotecnia y empieza a hacer los exámenes para entrar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Continúa su deseo de ingresar a medicina en alguna institución de renombre y con mayor prestigio como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN) y Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En estos primeros resultados podemos leer que la formación y el capital cultural que obtuvo durante la preparatoria no son suficientes para considerar, él mismo, que ha aprendido algo durante su estancia del bachillerato. Él, como uno de los estudiantes de mayor promedio de su generación, sólo obtuvo 55 aciertos. En este sentido surge una pregunta: ¿qué le enseñaron en la Escuela Preparatoria Oficial donde estudió y por lo tanto qué aprendió en el bachillerato para poder hacer una prueba estandarizada y logar estudiar la carrera que él desea en la institución que él había elegido? Una de las cuestiones es que él entregaba todo lo que se le pedía en trabajos, tareas, comportamiento, pero eso no se vio reflejado en el momento de hacer su primer examen para educación superior para la UNAM. En su escuela, como en muchas, se busca que los estudiantes se mantengan en sus aulas para sostener la matricula, para que los maestros no vayan a quedarse sin horas y sin trabajo. Algunas veces los directivos terminan diciendo a los maestros: “deben entender a los estudiantes, ellos no van a aprender, ellos van por un papel para trabajar”. De tal modo, las expectativas laborales se reducen a fungir como mano de obra barata para tiendas como OXXO o Walmart, ya que, para obtener un trabajo mejor remunerado y más digno, la mayoría de las veces es necesario tener un mayor nivel de estudios académicos. En consecuencia, se pierde el objetivo de algunos bachilleratos de preparar a los estudiantes para la educación superior o enseñarles un oficio o una carrera técnica para que los estudiantes tengan herramientas para trabajar de forma honesta y digna. Por lo menos en los modelos de las Escuelas Preparatoria Oficiales en el Estado de México, que es parte del Bachillerato General, no enseñan un oficio o una carrera técnica a los estudiantes. En palabras de algunas personas, el fin es otorgar un “papel”. Todo se reduce a que los estudiantes necesitan un “papel” que les permita trabajar. Es muy curioso esto, porque también para poder trabajar en algo se necesita enseñar algo y ante esto ocurre que en ciertas escuelas se enseña que no hay que trabajar, ni esforzarse para poder trabajar. ¿Ante este tipo de formas de ver la educación qué es lo que se les está enseñando a las y los estudiantes en este tipo de escuelas que llevan a cabo estas acciones? Porque lo que sí se puede considerar es que algo se está enseñando, aunque no queda claro qué. En este sentido quizá se tiene que volver a utilizar el concepto de “currículum oculto” para hacer presente los verdaderos aprendizajes que se dan en estas escuelas. Ello no quiere decir que se esté transmitiendo el capital cultural y simbólico que los estudiantes necesitan para competir por un lugar en una de las carreras más demandas en México, en la universidad más importante de México, la UNAM, como lo demuestra la experiencia de Alexis Fabre.

Ya para el 2018, él empieza a estudiar un curso de preparación para el examen de ingreso para la educación superior de abril a julio. En esta escuela le apoyan frente al costo que asciende los 10,000 pesos. Él lo cubre trabajando de limpieza en esta institución; por las mañanas toma el curso y por las tardes trabaja. Porque uno de los problemas que enfrentó fue que su familia no podía pagar el curso. Otro cambio fue que él casi no salía del municipio donde vivía, Chicoloapan. A raíz de este curso, comenzó a viajar mayores distancias, ya que la escuela donde tomaría el curso se encontraba en el sur de la Ciudad de México. Era un recorrido de una hora y media, hasta de dos horas. Alexis cumplió con su parte del acuerdo con la escuela y trabajó para pagar el curso haciendo la limpieza en la escuela. Hace el examen en el mismo año y obtiene 80 aciertos para la UNAM; también hace el examen para la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), pero no obtiene los puntajes necesarios para entrar a estudiar en esa institución la carrera de medicina. En la segunda ocasión su puntaje mejoró. Esto hace pensar a Alexis Fabre que lo que estuvo estudiando en el curso sí le ayudó, pero que aún no es suficiente. Para él este segundo resultado fue doloroso; sin embargo, no se decepcionó para seguir intentando lograr su objetivo. Se iba dando cuenta que estudiar de la forma en que le estaba planteando la institución donde trabajaba le estaba ayudando. Señala Alexis que en esta institución cada determinado tiempo le hacían exámenes de cada una de las materias, de forma oral y en forma escrita. Eso no se lleva a cabo en la institución donde él estudió la preparatoria, ya que en esa institución estaba prohibido hacer exámenes a los estudiantes, puesto que se percibía que eran sólo un instrumento de exclusión social y de expulsión de la matrícula. Recordemos que una de las cosas que se creó en el sentido común y como objetivo general de las escuelas de educación preescolar hasta educación media superior es mantener la matrícula.

Dejó de trabajar después del examen en la escuela que se localizaba en el sur de la Ciudad de México. Consigue para julio de 2018 otro trabajo, como mesero cerca de su casa. Se mete a trabajar allí para ahorrar nuevamente para pagar el curso en la misma institución donde ya lo había cursado. El curso empezaba de nuevo en octubre de 2018. Una de sus compañeras meseras le dice que para qué va tan lejos a tomar el curso, si en Texcoco hay una escuela donde puede estudiar. Ella se refiere al Colegio Nacional Matemáticas (CONAMAT). Por tanto, él estudia allí de agosto de 2018 a 2019. El costo del curso fue de 9,000 pesos.

Presenta por tercera vez el examen de ingreso a la educación superior en febrero de 2019, para obtener 90 aciertos; no obstante, necesitaba sacar 104 aciertos. Alexis, pese al resultado, se siente alentado ya que se percibe cada vez más se acerca de los aciertos requeridos. Durante los meses que faltan para la segunda vuelta de ese año sigue estudiando.

Presenta por cuarta vez el examen en junio de 2019. En la segunda vuelta de ese año para ingresar a la UNAM saca como resultado 93 aciertos. Para esta ocasión necesitaba obtener como mínimo 112 aciertos. En su trabajo como mesero lo habían estado apoyando para que estudiara en un horario fijo, pero los resultados no eran positivos. Frente a esto, su jefe le señaló que decidiera seguir en los cursos o en el trabajo. Porque el resto de los trabajadores rolaban turnos y Alexis no como apoyo para su preparación.

Alexis consigue que su jefe lo siga apoyando y vuelve a tomar el curso en CONAMAT, de agosto de 2019 a febrero de 2020 (quinta vez que lo presenta), presentando el examen el 21 de febrero de 2020, obteniendo 102 aciertos. Para esta ocasión se solicitaban 104 aciertos para ingresar a la carrera de medicina en la UNAM. En esta ocasión se sintió muy decepcionado y a punto de decidir estudiar en el Sistema Abierto y a Distancia de la UNAM; no obstante, ninguna lo convenció.

Ante su depresión y decepción, sus amigos y otras personas lo apoyaron para seguir adelante. Sus amigos que conoció desde la primera escuela le decían que lo siguiera intentando que ya poco le faltaba. Algunas historias que le contaban las personas que atendía en el restaurante lo motivaron para seguir haciendo los exámenes. Una de esas historias era de una señora que a los 50 años se tituló y que le contó que le estaba yendo muy bien en el trabajo.

Alexis Fabre decide continuar con este esfuerzo y que no se debe de conformar sino seguir estudiando. Por una parte se siente tranquilo porque tiene trabajo. Sin embargo, hay algo que cambia sus planeas: la pandemia de COVID 19 que llega a México en marzo de 2020. Se cierra el restaurante donde está trabajando y rápidamente se le van a acabando sus ahorros. Como solución, vende diferentes productos para apoyar en los gastos en su casa, ya que a sus padres también les ha ido muy mal económicamente.

Sigue estudiando para poderse quedar en la carrera que él quiere durante los meses de marzo a septiembre de 2020. Señala que se privó de muchas cosas para poderse quedar en la carrera de medicina. Sin embargo, también descubrió que le gustaba otra carrera que se impartía en la Universidad Autónoma Metropolitana: Ingeniería Biomédica. En septiembre de 2020 presenta el examen a la UNAM y a la UAM (sería la sexta ocasión que presentaba el examen para ingresar a educación superior). En el examen para entrar a la carrera de medicina en la UNAM saca 110 aciertos, sólo le falta un acierto para quedarse, ya que en esta ocasión pedían como mínimo 111 aciertos. En el examen para la UAM le aparecía en los resultados que estaba seleccionado. La dicha de Alexis Fabre ha sido mucha porque logró su objetivo de entrar a una escuela de gran prestigio como es la Universidad Autónoma Metropolitana, con mucho esfuerzo, constancia y disciplina, para estudiar Ingeniería Biomédica.

Es importante resaltar que todo aquello que se ve negativo en escuelas públicas o por lo menos en el bachillerato público que cursó Alexis Jesús, fue lo que hizo en las escuelas privadas. Entre esas cosas fueron: 1) estudiar, 2) recordar, 3) memorizar contenidos, 4) ser disciplinado, 5) querer estudiar, 6) tener un objetivo personal, un sentido propio de por qué hacer esto, 7) trabajar y estudiar al mismo tiempo, 8) hacer exámenes, cuando ellos están mal vistos por lo menos en el bachillerato donde él estudio. En muchas escuelas preparatorias oficiales se les dice a los maestros que ellos no saben hacer exámenes, sólo “los especialistas” de instituciones como el CENEVAL.

Elías, profesor en el Colegio Nacional de Matemáticas (CONAMAT)

 

Elías Hernández es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras. Del 2018 al 2020 hace su tesis de licenciatura sin ningún tipo de apoyo económico familiar o algún tipo de beca expedido por el Estado u otra institución. Él es padre de una niña de 3 años y el sostén de ella y de su pareja. Esto ha implicado buscar diferentes empleos y trabajos a lo largo de los años. Hace la tesis al mismo tiempo que trabaja en diferentes actividades: como corrector de estilo, vendedor ambulante y profesor en el Colegio de Matemáticas (CONAMAT).

De las anteriores labores, cabe destacar su desempeño como docente en Conamat en el año 2018, tiempo en el que impartió cursos COMIPEMS, UNAM, UAM, Politécnico y de Bachillerato único. Durante tal lapso vivió en una situación laboral precaria: sin prestaciones ni contrato y con un pago de 60 pesos la hora, el cual se le otorgaba, como a todos los docentes de tal sitio, en efectivo con un desface. Sueldo, asimismo, que variaba según la cantidad de cursos, más no de alumnos. De este modo, se pagaba lo mismo un grupo con cinco personas que uno con cuarenta. Por lo anterior, trabajar en esa institución implicaba una situación de inestabilidad y zozobra. Tal falta de derechos laborales suele justificarse por la falta de título. Por ello, no estar titulado pone a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad muy preocupante.

Por otro lado, el pago de los cursos que cobra tal institución a los estudiantes es difícil de cubrir y no cualquier persona puede solventarlos. Por ello, como en el caso de Alexis, muchos recurren a alguna alternativa laboral para lograrlo. Es preciso mencionar que el precio de los cursos va de los 5 mil, 7 mil hasta los 10 mil pesos en cursos que duran 5 meses.

De acuerdo al testimonio de Elías, él debía calificar diariamente las actividades escolares de los estudiantes. Asimismo, debía revisar los exámenes que cada semana se aplicaban a los alumnos para medir sus avances, porque dichos exámenes eran calificados por el profesor y no por la institución. Esta labor se veía magnificada debido a la cantidad de grupos y de alumnos. Importante es resaltar que esta institución tiene por norma aplicar exámenes a los estudiantes y entregarles sus resultados. En consecuencia, cada profesor calificaba, por semana, un mínimo de 160 exámenes.

Existen guías de las cuales los estudiantes debían estudiar para tales exámenes, guías que seleccionaban la información pertinente para la futura prueba al que los alumnos se preparaban. Los estudiantes debían disciplinarse a estudiar, concentrarse y a aprenderse de memoria la información y el conocimiento para obtener mejores calificaciones en los exámenes que constantemente se realizan.

El estudio, la concentración, la memorización y los exámenes es parte de la didáctica fundamental que lleva a cabo el Colegio de Matemáticas, para que quien pague el curso tenga mayores posibilidades de quedarse en la institución donde desea estudiar una carrera universitaria. Frente a esto, hay que resaltar algunas cosas. Por un lado, en el sistema público se ha perdido la disciplina para estudiar. Muchos jóvenes no dedican el tiempo libre que tienen al estudio. Además, a lo largo de las décadas se ha ido reduciendo la carga de realizar tareas en casa. Por el contrario, hubo algunos discursos ideológicos que descalificaban la tarea. Ese es un debate pendiente que debemos seguir haciendo en el campo pedagógico sobre el papel de las tareas y el uso del tiempo libre, ubicando esta discusión en los diferentes contextos rurales y urbanos que existen en México.

Uno de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día es el de revisar el papel cognitivo y psicológico de los estudiantes cuando, por medios virtuales, no logran concentrarse debido a la sobrecarga de estímulos, al tiempo en que “la nueva realidad” se basa en plataformas digitales.

Regresando a la didáctica del CONAMAT en relación a la concentración, ella está relacionada en el interés que tienen las y los estudiantes para pasar el examen de ingreso o en el peor de los casos en no querer entrar a trabajar.

La memorización juega un papel muy importante en la didáctica de este tipo de instituciones que se dedican a colocar jóvenes en el sistema público de educación superior de la Ciudad de México. En tales centros se llevan a cabo procesos de memorización de información y conocimiento de cada una de las materias, de acuerdo al testimonio y lo vivido por Elías. En este espacio no entraremos en la discusión sobre si es buena o mala la memorización, sino sólo a hacer presente que ciertas instituciones como ésta la utilizan y en el momento de hacer un examen que va a marcar y modificar su vida para siempre tiene repercusiones positivas. Esto debido a que en muchos casos quienes compran este tipo de cursos sí logran ingresar a la institución que querían.

Asimismo, hacer exámenes es importante, ya que como hemos narrado a lo largo del texto desde educación preescolar hasta bachillerato en el sistema público se ha atacado el hacer examen como lo peor, lo más tradicional, lo menos didáctico: “un buen maestro no hace exámenes”. Sin embargo, en este tipo de instituciones, tal es una de sus herramientas didácticas fundamentales, y además les funciona con el objetivo de que quienes asistan a sus cursos pasen los exámenes de selección nacional, ya sean estos a nivel bachillerato o licenciatura. Quizás tendremos que seguir estudiando el valor del examen con mayor cuidado y no descartarlo como una herramienta fundamental que arroja datos necesarios, así como los usos que se le pueden dar.

La cuestión a señalar aquí estriba en cómo este tipo de instituciones sí llevan a cabo determinados procesos, elementos y estructuras que pueden ser identificadas como “educación tradicional” y dan resultados favorables a quienes tienen la capacidad económica y el apoyo familiar. No obstante, tales instrumentos, en el sistema educativo público, han sido desprestigiados, como la memoria, el examen, la autoridad. Por ello, aunque los estudiantes “aprueben” con calificaciones de 9 o 10, como en el caso de Alexis con 9.8, siendo uno de los promedios más altos de su generación, tienen que ir a este tipo de lugares para obtener información, memorización, capital cultural y simbólico para lograr aprobar un examen que puede cambiar su vida. Quizás sea momento de analizar con más calma muchos procesos de enseñanza, de aprendizaje, de evaluación o todo aquello que se tildó como “educación tradicional”. Con esto no estoy diciendo que se haga una educación para esclavos, en contra de la libertad o en contra de la emancipación humana, sino que estudiemos con cuidado lo que está pasando en nuestras escuelas y que escuchemos a las maestras y maestros desde su experiencia y no desde aquel o aquella que quiere quedar bien con el director, la directora, la autoridad o el mismo Secretario de Educación.

A modo de continuación ante la reprobación

 

Plantear un análisis sobre la no reprobación no surge como consecuencia de creer que la reprobación es la solución de los problemas educativos. Si se llegara esa conclusión se haría lo mismo que se ha hecho en los últimos años, pero en el sentido contrario. Este análisis surge por la necesidad de pensar de forma compleja los procesos educativos, en los cuales siguen presente los procesos de aprobación y reprobación.

Y es que, para poder encontrar soluciones a los problemas educativos, lo esencial es identificarlos y no ocultarlos, que es lo que ocurre cuando por mandato institucional se aprueba a los estudiantes sin ver todos los factores, relaciones y procesos que están ocurriendo para que se dé esto y poder construir soluciones más viables y honestas. Parecería que no se pueden hacer cambios estructurales y que todo debe de seguir igual para que no se note que estamos metidos en graves problemas por la crisis educativa reforzada y acelerada por el COVID 19. Y esa crisis educativa no es sólo la que está relacionada con la formación de capital humano, sino con una crisis educativa que tiene que ver con los problemas de la mayoría de la población, y no sólo con problemas económicos y con ganancias de la grandes empresas nacionales e internacionales, donde la economía y los procesos laborales no pueden parar, y para ello es necesario consumir hasta el cansancio o hasta la muerte.

La crisis educativa que se va mostrando y está relacionada con lo que se aprende y con lo que no se aprende, con lo que se evalúa y con lo que no se evalúa, con lo que se aprueba y con lo que no se aprueba. Esto está unido con problemas más cercanos a la mayoría de la población, como son los diferentes tipos de violencias que hay en México, con el aumento de la pobreza y la desigualdad de la mayoría de la población durante esta pandemia de COVID 19, diferentes procesos de ignorancia, de indolencia y de irresponsabilidad con el otro, lo cual está incluido con el problema de volver a redefinir la noción de estudiante y maestro, ya que la noción de estudiante se parece cada día más a la noción de cliente o consumista. Es necesario volver a tomar muy enserio quiénes son los estudiantes, qué implica identificar a alguien como estudiante. Todo esto enmarcado en el campo de ubicar si realmente a la infancia y a la juventud mexicana se le está cumpliendo el derecho a la educación, si el cumplimiento al derecho a la educación se cumple exclusivamente con ser parte de una matrícula y recibir una beca o alguna concesión dada por el Estado, como es el otorgar una calificación aprobatoria aunque no sepa los conocimientos, actitudes y sentimientos necesarios para la vida o aunque no se sepa del él o ella ya que no se comunica con sus maestros por ningún medio.

La aprobación y la reprobación como un binomio de evaluación lo podemos ubicar como un sistema de administración, organización, ordenación de lo que los estudiantes pueden y no saber sobre determinado contenido curricular o escolar y de su realidad más cercana. Saber o no saber resolver problemas concretos en su realidad socio histórica, lo cual le va a permitir tener acceso a determinadas escuelas o instituciones de educación media superior y superior y también en el acceso a determinadas tipos de trabajo y de participación políticas en los diferentes espacios donde se encuentren las y los estudiantes. Por ende, la reprobación sería no saber contenidos curriculares y escolares, ni tampoco saber sobre su realidad, ya sea esta histórica, social, biológica o natural y por ende no se tiene la capacidad ni las actitudes, ni las aptitudes para resolver los problemas muy concretos de su realidad, como por ejemplo tomar las medidas preventivas para evitar el contagio de COVID 19.[3]

Tanto la aprobación y reprobación siguen estando presente en el sistema educativo nacional. En el caso de la reprobación quien la puede efectuar en la educación básica ya no son las maestras y los maestros, sino otras instituciones tanto públicas como privadas. Los momentos más claros de la reprobación los podemos ubicar en los exámenes de selección nacional para ingresar a educación media superior, en los exámenes de ingreso a educación superior que hacen diferentes instituciones, como las universidades públicas y los diferentes mecanismos de certificación que existen tanto en instituciones públicas y privadas, así como también en exámenes que evalúan el logro del aprendizaje de los estudiantes como PLANEA o ENLACE. Además, muchas veces para obtener conocimientos, creencias, saberes, capital cultural y simbólico muchas y muchos estudiantes que, por ejemplo, van a acceder a educación media superior o superior, pagan cursos privados para obtener esto, como se muestra en este texto con el testimonio de Alexis Fabre. Ello hace que lo que se transmite o lo que se necesita saber para poder resolver un examen de forma satisfactoria se tiene que comprar, se convierte el conocimiento en una mercancía epistémica. ¿Qué estudiantes pueden hacer esto y quiénes no?

Hablar de la reprobación o no reprobación se convierte en una necesidad para la sociedad mexicana si queremos cumplir el derecho a la educación para las niñas, los niños, las y los jóvenes, pero también para los adultos y los ancianos, ya que si no se cumple el derecho al conocimiento y al saber, el derecho a la educación para todas y todos, el derecho a la educación, se estará violando constantemente, ya que no sólo se debe de pensar a los derechos humanos en su dimensión individual, sino en su dimensión social y colectiva. Como se decía con el epígrafe al inicio de este texto: “aprobar no es aprender”. Aprender debe implicar desarrollar, construir, transmitir saberes, conocimientos y sentimientos que nos permitan resolver nuestros problemas. Uno de esos problemas es la proyección que hay sobre la pobreza y pobreza extrema que organismo como la CEPAL dan en consecuencia de la pandemia del COVID 19, se señala que posiblemente el 67% de la población de México esté o estará en pobreza.[4] Nos urge ir pensando de otras maneras y formas el problema de la aprobación-reprobación, ya que lo que está de fondo es poder resolver nuestros propios problemas, eso urge y es una gran necesidad si se quiere hacer frente a todas las “pandemias” que hay en México.

[1] Coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación, Género y Derechos de la Humanidad. Agradezco a Miriam Isabel Arciniega y a Mauro Jarquín por la lectura y sugerencias al texto; a Jessica Nayelli Cruz Jiménez y a José Ángel Gil García por la información que me proporcionaron, así como a David Elías Hernández por las correcciones para este texto.

[2] Quien ha hecho avances muy interesantes en la compresión de este tipo de procesos ha sido Pablo Gentili, él habla del concepto de exclusión incluyente, señala al respecto: “los mecanismos de exclusión educativa se recrean y asumen nuevas fisonomías en el marco de dinámicas de inclusión o inserción institucional, que resultan o bien insuficientes, o bien inocuas para revertir el aislamiento, la marginación y la negación de derechos involucrados en todo esquema de segregación social, dentro y fuera de las instituciones educativas.” Pablo Gentili, “Marchas y contramarchas. El derecho a la educación y las dinámicas de exclusión incluyente en América Latina”, en: Pedagogía de la igualdad: ensayos contra la educación excluyente, Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2011, p. 78.

[3] Cuando se habla del saber no sólo se contempla el terreno cognitivo o epistemológico, sino también se comprender como parte del saber a los pensamientos, sentimientos y emociones que se han transmitido o construido a través de diferentes procesos educativos o pedagógicos. Se sabe a partir del cuerpo y de los sentidos. De este modo, se piensa junto con Carlos Lenkersdorf que el cuerpo es la unidad unificadora de razón, sentimientos, emociones: unidad unificadora de los seres humanos. Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave tojolabal, México, Miguel Ángel Porrúa, 2005, p. 55.

[4] Información consultada en: https://expansion.mx/economia/2020/07/15/poblacion-mexico-sera-pobre-tras-crisis-alerta-cepal, el jueves 17 de diciembre de 2020, a las 13:05.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/la-reprobacion-invisible-parte-iii/

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Criminalización de la pobreza en América Latina

Por: Yani Vallejo Duque* Y Alfonso Insuasty Rodríguez**

Comienza un nuevo año con grandes retos ante el repunte de la pandemia. Si bien se genera una luz de esperanza por la fase de distribución de las vacunas, dicho avance se opaca ante la lógica del sistema tal como lo advierte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien en el discurso de apertura del Comité Ejecutivo de la OMS (2021) afirmó: «Debo ser franco: el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los países más pobres» (BBC, 2021), refiriéndose a la enorme desigualdad en la distribución de la vacuna contra el SARS-CoV-2, alertando sobre las graves consecuencias de esta realidad.

Los estragos de esta pandemia son enormes, desempleo, hambre y cambio de la forma de vivir, pero las fórmulas económicas del neoliberalismo vuelven a aplicarse sin inconveniente ni piedad.

Los dineros públicos han sido utilizados para salvar los sectores que el sistema considera “estratégicos”, léase sector financiero con todas sus ramificaciones y, claro está, las empresas amigas de los gobiernos de turno que, por lo regular, son las que han financiado sus campañas.

El resto de la población no solamente esta perdiendo sus seres queridos, sus empleos, su sustento, su actividad económica derivado de un sistema de salud que se privatizó y precarizó y de una lógica económica y de mercado que privilegió al sector financiero y de servicios, dejando a la gran mayoría de la población en condiciones de exclusión, miseria y pobreza, pero con un fuerte discursos de progreso. Se trata de un sistema social en sí, enfermo.

Los gobiernos progresistas entienden que es muy importante palear la crisis con un ingreso básico a las familias que lo requieren de urgencia, invertir con prestamos estatales en los pequeños y medianos negocios que reactiven de nuevo la economía y reforzar el sistema de salud para evitar más muertes de compatriotas, entre otras.

Pero vemos cómo los gobiernos de derecha vuelven a las soluciones más radicales del capitalismo lo que incluye de suyo, criminalizar a los pobres que aumentan gracias a sus medidas y decisiones, es decir, solucionar la crisis endureciendo sus normas penales y ampliándolas para solucionar la crisis persiguiendo a las personas que se re-buscan su supervivencia.

Se trata de una refinada forma de eliminación de un amplio sector de la población que ya no es útil al sistema, el uso de diversas tecnologías de poder para exterminarla por diferentes causas y métodos.

Esta formula no es nueva y por el contrario lleva décadas aplicándose como la solución al problema de la inseguridad, se busca de manera selectiva la creación de delitos para que estos encajen de manera perfecta en el actuar de los pobres.

Un ejemplo muy particular en Colombia es ver la cantidad de personas privadas de la libertad por narcotráfico pero que, al analizar las características socioeconómicas de la población carcelaria lo que vemos en realidad es la detención del eslabón más débil de dicha cadena, es decir, consumidores o incluso pequeños distribuidores.

Por su parte, los grandes capos del narcotráfico o sus testaferros son de mucha utilidad, como bien lo saben tanto presidentes como altos cargos de Colombia al momento de financiar sus campañas o aplicar el control paramilitar en cualquier comunidad y territorio estratégico, para hacer el trabajo sucio. Vale afirmar que, no es real la guerra contra el narcotráfico, sino que esta es en realidad, una guerra contra los pobres en sus diferentes modalidades y presentaciones, pues en lo concreto, el narcotráfico le es de mucha utilidad al sistema, tal como lo aseguran los Zapatistas con fundamentada razón (BBC, 2011).

La policía criminal de todos los países está construida sobre la base del resultado, es decir mostrar grandes estadistas de lucha contra el crimen, pero al ver la población carcelaria y observar el rostro de la cifra se puede evidenciar que dicha cifras se edifican sobre los más pobres, los menos favorecidos por la sociedad, una población que de manera sistemática ha sido discriminada y a quienes no se les crean ofertas reales institucionales, pero a la qué si se reprime, oprime y encarcela, es un juego perverso.

En los últimos años, el incremento de la criminalidad en la región fue atendido con políticas de encarcelamiento masivo (aumento de sentencias y de delitos encarcelables). Esto significó una enorme presión sobre el sistema penitenciario porque el aumento de la inversión presupuestaria en el sector se vio ampliamente superada por el aumento de la población carcelaria. Por ejemplo, la población carcelaria de Brasil se triplicó en apenas dieciséis años, sin embargo, el presupuesto apenas tuvo un aumento del 20%. (Shuster, 2017)

Es simplemente analizar las cifras de personas detenidas en los países latinoamericanos que, pueden contarse por millones, en más del 99% es una población de bajos recursos.

Por otro lado, los grandes delincuentes de la sociedad, aquellos que se apropian de los recursos públicos, se enriquecen y acumulan a costa de dejar a grandes franjas de la población sin acceso a servicios básicos de salud, educación, servicios públicos, etc, incrementando la exclusión, no son perseguidos sino alabados y señalados como empresarios o políticos ejemplares. Ahora bien, si por alguna razón llegasen ser detenidos operaran tantas razones y esguinces legales para lograr los más altos beneficios y tratos preferenciales para estos personajes garantizando eso sí, mantener sus privilegios. Para recordar, en Colombia un expresidente fue detenido en su hacienda de mas de 1.500 hectáreas de terreno y se mostraba como una gran humillación.

Pero mas complejo aun es la forma como esta ilógica realidad se ha normalizado, se asume como “normal” que en una sociedad existan pobreza, miseria y marginalidad, se cree que así es, ha sido y será siempre un fenómeno que no se cuestiona ni se discute.

En este contexto, la categoría “pobre” y se asimila a “peligroso e indeseable”, es decir, el pobre es sospechoso per se de cometer delitos, de incurrir en conductas ilícitas.

Se ha logrado que la misma sociedad empobrecida, no cuestione en lo más mínimo cuando ve que se captura un habitante de la calle o un joven de un barrio de la periferia o incluso en un simple espacio público, no se cuestiona porque sobre el ya cae una gran sospecha de ser culpable y es que al parecer no tiene recursos económicos y eso lo convierte en culpable a simple vista.

Como el título de esa gran película de Bryan Signer, los pobres son los sospechosos de siempre; sobre los pobres recae la estigmatización y el señalamiento social, que se afinca cuando el estado por medio de su fuerza policial no solo acosa, sino que persigue en los sectores populares a esos culpables sin ser juzgados. Luego, son llevados ante un Fiscal que con solo verlos ya también considera que son culpables y por último cuando están frente a un juez este obviamente solo ratifica lo que es evidente a sus ojos, la culpabilidad salta a la vista.

El primer paso para dar solución a este círculo vicioso es cuestionar de entrada el orden desigual como una tecnología de poder para la eliminación de un sector de la población, es la creación de un orden inhumano y denigrante.

En alguna ocasión aprendimos con los curas de la teología de la liberación en una comunidad muy humilde una suerte de pedagogía para la emancipación por medio de la cual se hacía reflexionar a las comunidades sobre como no se debe hablar de pobres como una categoría etérea y general sino de empobrecidos, en tanto alguien ejerce el poder para enriquecer a unos pocos y en consecuencia mantener en la marginalidad a la mayoría de la población, es así que, en este ejercicio los recursos son arrebatados a las comunidades por verdaderos delincuentes que malbaratan el futuro de millones de personas, así, no solo empeoran sus condiciones sino que los condenan a generaciones en condiciones inhumanas.

El neoliberalismo es la marginación fría de la mayoría sobrante. O sea, salimos de la dominación hacia la exclusión. Y, como se suele decir, hoy ser explotado es un privilegio, porque muchos ni siquiera alcanzan la «condición» de explotados, ya que no tienen ni empleo. Estamos viviendo entonces lo que se llama un «maltusianismo» social, que prohibe la vida de las mayorías. (Azvedo, 2020)

Abordaremos con mayor amplitud el tema y sobre todo trataremos de centrarnos en las soluciones que consideramos mas oportunas para empoderar las comunidades y evitar continúe el incremento no solo de detenciones sino de los imaginarios colectivos que incluso esta generalizado en las mismas comunidades humildes.

Referencias bibliográficas.

Azvedo, D. (9 de agosto de 2020). El neoliberalismo es la muerte. Entrevista a Mons. Pedro Casaldáliga. Obtenido de Koinonia: https://kavilando.org/lineas-kavilando/formacion-genero-y-luchas-populares/7913-el-neoliberalismo-es-la-muerte-entrevista-a-mons-pedro-casaldaliga

BBC. (6 de mayo de 2011). México: frenar la violencia narco, ¿la nueva cruzada zapatista? Obtenido de BBC Mundo México: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/05/110506_mexico_ezln_marcos_zapatistas_sicilia_irm

BBC. (enero de 19 de 2021). Vacuna contra el coronavirus: la OMS advierte que el mundo está al borde de un «fracaso moral catastrófico». Obtenido de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55712748

Restrepo Marín, J., & Insuasty Rodríguez, A. (2016). Medellín, un modelo que incluye la pobreza como negocio. Revista Kavilando, 6(1), 72-79. Recuperado a partir de https://www.kavilando.org/revista/index.php/kavilando/article/view/79

Shuster, M. (noviembre de 2017). Pánico, violencia y crisis en las cárceles de América Latina. Obtenido de Nueva Sociedad: https://nuso.org/articulo/panico-violencia-y-crisis-en-las-carceles-de-america-latina/

Vélez Bedoya, Ángel, & Insuasty Rodríguez, A. (2018). Antropología del pobre y alternativas al desarrollo en Medellín. El Ágora USB, 18(2), 318-328. https://doi.org/10.21500/16578031.3820

*Abogado, especialista en derecho penal, defensor público e investigador Grupo Kavilando.

**Docente Investigador Universidad de San Buenaventura Medellín, Integrante Red Interuniversitaria por la Paz, actual Consejero de Paz Conpaz Medellín sector Universidades, e Integrante grupo Autónomo Kavilando. Contacto: Alfonso.insuasty@gmail.com

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/criminalizacion-de-la-pobreza-en-america-latina/

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Igualar a víctimas y verdugos: cuando la comodidad occidental se parece a la guerra

Por: Alberto Rodríguez García

«Vi a estas tropas de la Guardia Nacional en una esquina normal de una calle de Washington (…) me recuerda a las zonas de guerra que vi en Bagdad, Mosul o Faluya», tuiteaba la estrella de la CNN Wold Blitzer cuando los días anteriores a la investidura de Joe Biden la capital de los EE.UU. se llenó de reservistas que debían asegurar una transición pacífica del poder presidencial. Comparaciones como esta, la equiparación de los males estéticos del primer mundo con el horror de la guerra, tristemente se han vuelto normales en una sociedad occidental demasiado infantilizada como para discernir entre problemas menores, preocupantes y el puro horror. Una trivialización de la barbarie triste, porque esconde una mentalidad perversa: no hay más víctima que el verdugo.

Imaginen pensar que un policía o un soldado haciendo su trabajo en su país es mínimamente comparable a una fuerza invasora levantando ‘checkpoints’ con licencia para matar. Imaginen que puede haber parecido alguno entre solo tener que preocuparse por llevar la documentación encima en un momento de excepcionalidad y cargar a diario con síndrome de estrés postraumático tras dos décadas de violencia incesante. Que un estadounidense tenga miedo de su propio sistema y contrato social, no es ni remotamente equiparable a ser un iraquí que ve cómo la aviación de un país extranjero destruye su ciudad, cómo las bombas mutilan a sus familiares, cómo cada bala acaba con sus proyectos vitales y cómo toda una generación venidera nace con problemas y malformaciones por el uranio utilizado por EE.UU. durante la invasión. Es triste, pero también miserable, igualar un Estado ejerciendo el monopolio del poder en su territorio con una invasión salvaje que destruya la vida de sus nativos. Pero sobre todo es mezquino hacer esta trivialización del dolor de la víctima cuando tu país es el verdugo y tú quien justifica los crímenes.

Comparar los males endémicos de una sociedad occidental desnortada con los males de una sociedad destruída por las bombas de quienes en Occidente llegan a creerse víctimas de sus propias fantasías es algo para lo que no hay calificativo positivo alguno.

Decía Edward Said que el orientalismo permite, mediante los prejuicios eurocéntricos, justificar la dominación de los árabes y musulmanes durante el colonialismo, pero también después. Hoy, dentro del falso progresismo occidental todavía perdura ese orientalismo que además adopta formas más perversas. Y así, todos los males endémicos de nuestra sociedad decadente, individual y apática tienen que encontrar su reflejo en Oriente. El autoritarismo, la corrupción o la violencia en los países occidentales siempre tienen que encontrar su reflejo en Oriente. Los males de Reino Unido encuentran su reflejo en Irak, los de Francia en Siria, los de EE.UU. en Afganistán… y esto no es algo ajeno a España, donde hay quienes buscan el reflejo de todos sus males en Oriente, borrando todo el contexto y la historia que hay detrás.

Y así, hoy en España hay quienes tienen la poca vergüenza de comparar a sus rivales político-ideológicos no con líderes corruptos o autoritarios, sino directamente con ISIS, responsable del genocidio yazidí y crímenes tan aberrantes como asesinar a más de 1.400 chiíes en un único día. Hay quienes comparando a sus rivales político-ideológicos con ISIS, tienen la poca vergüenza de equiparar su activismo de teclado, café y sofá con la guerra, con el sacrificio de miles de hombres y mujeres que regaron con su sangre el camino que condujo a la destrucción del califato.

Hay una sociedad tan acomodada en la seguridad de Occidente que es incapaz de asumir que tiene contradicciones internas y males endémicos, propios, y que la existencia de estos no se deben a un mundo de buenos y malos ni a la importación de ideas perversas.
Pero esta equiparación, además, es sangrante porque iguala problemas minoritarios que se gestan y desarrollan en Europa con problemas graves en Oriente Medio que se gestan por contradicciones propias, pero cobran fuerza con la intervención extranjera. Porque ISIS no aparece de repente. Porque ISIS no son cuatro fanáticos con discursos de odio. ISIS cobra fuerza cuando Reino Unido, EE.UU. y España –sí, la España de Jose María Aznar– destruyen Irak dejando un Estado ingobernable en el que la insurgencia suní y la vieja guardia del baaz cobran fuerza. Una insurgencia que salta a Siria cuando por intervención extranjera el país queda arrasado. Comparar los males endémicos de una sociedad occidental desnortada con los males de una sociedad destruída por las bombas de quienes en Occidente llegan a creerse víctimas de sus propias fantasías es algo para lo que no hay calificativo positivo alguno.

El mundo ya se ha convertido en un teatro en el que la realidad a menudo es ajena a la función. Una función escrita por una sociedad tan acomodada en la seguridad de Occidente que es incapaz de asumir que tiene contradicciones internas y males endémicos, propios, y que la existencia de estos no se deben a un mundo de buenos y malos ni a la importación de ideas perversas; se debe a la existencia misma de la sociedad. Y en este espectáculo de lo grotesco, los verdugos osan presentarse como víctimas frente a un público encerrado en una burbuja que le impide ver el mundo a su alrededor. Pero el teatro no es más que una quimera. Ni el ejército en las calles es equiparable a la realidad de Faluya, ni ISIS es como un enemigo político, y es que quienes repiten esta mentira y se creen luchadores de algo, carecen de la dignidad, el coraje y la entereza de quienes en zona de guerra miran –a diario– a la muerte de frente.

Fuente: https://actualidad.rt.com/opinion/alberto-rodriguez-garcia/382151-igualar-victimas-verdugos-comodidad-occidental-guerra

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