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¿Cómo tomar una postura frente al ChatGPT?

Por: Sofía García-Bullé

¿Cómo pueden posicionarse las instituciones de educación superior frente a la inteligencia artificial para proteger la integridad académica sin coartar el avance de la innovación educativa? Conoce más sobre la postura del Tec de Monterrey.

En artículos anteriores, hablamos de la necesidad de las universidades de replantearse su código de ética ante el avance tecnológico que representan las imágenes generadas con inteligencia artificial (IA) y el ChatGPT. El rol principal debe ser el de los estudiantes, y su trabajo junto con los profesores y expertos en tecnología para encontrar un balance entre el potencial de la herramienta y la regulación de su uso.

Fuera del tema del alumnado, existe otra vertiente de vital importancia para asegurar un futuro educativo beneficiado por este recurso. El posicionamiento de las instituciones de educación superior. Estas también han de encontrar un terreno común entre la restricción y la flexibilidad. El Tecnológico de Monterrey recientemente se pronunció con respecto al tema.

«Como institución educativa, vemos en estas nuevas herramientas de inteligencia artificial, oportunidades para impulsar los procesos de enseñanza-aprendizaje y estamos trabajando en explorar las mejores formas para desarrollarlas, como es el caso del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE)«, externó el Tec en su comunicado oficial, firmado por el Rector de Profesional y Posgrado, Juan Pablo Murra, y La Vicepresidenta de Integridad y Cumplimiento, Paulina Campos.

Dentro del documento también se menciona que el Modelo Tec21, el reglamento y la retroalimentación de los docentes serán la base para desarrollar un enfoque prudente que facilite aprender y evaluar las implicaciones operativas de la inteligencia artificial en un contexto académico.

La guía de los profesores

Para entender mejor las implicaciones de la inteligencia artificial y cómo integrarla a la dinámica didáctica necesitamos la guía de los profesores. La profesora Reyna Martínez, quién nos acompañó anteriormente en nuestro webinar sobre chatbots en la educación, ofrece una perspectiva clara para comprender lo que es la herramienta, cómo funciona, porqué no hay que tenerle miedo y cómo con el uso correcto puede ser instrumental para el futuro de la educación.

La profesora Martínez explicó en sus impresiones sobre el tema para el Observatorio IFE, que el uso cotidiano de recursos como el ChatGPT es inevitable. La forma en que esta tecnología evolucionó, con la expectativa de ser accesible a todo el mundo para mejorar y facilitar la vida de las personas, la llevó a ser un recurso muy concurrido por los estudiantes. «Como docente entiendo la preocupación e inquietud que el ChatGPT ha desencadenado en la comunidad educativa. Su manejo del lenguaje natural es fluido y estructurado y conforme pase el tiempo irá mejorando».

Además, la profesora elaboró sobre las prestaciones del ChatGPT pero aclaró que no es perfecto, al alimentarse de los documentos que se encuentran en internet hasta el año 2021, comete errores o toca los temas que se le piden de manera superficial. Pero ya sea por esta limitación o por la posibilidad de que sea usado para actos de deshonestidad académica, la profesora sostuvo que una agenda restrictiva contra la inteligencia artificial entre la universidades podría ser contraproducente para los estudiantes y las buenas prácticas didácticas.

«Pensar en prohibir su uso no sólo privará a nuestros estudiantes de conocer su potencial sino inhibir el desarrollo de competencias que le permitan interactuar con este tipo de tecnología y que pronto serán necesarias para desarrollarse en el ámbito escolar, personal y laboral».

Para aproximarse a la IA

La profesora Reyna Martínez presenta un argumento importante sobre la necesidad de las instituciones educativas de adoptar la inteligencia artificial (IA) y aprender sobre el uso de estas tecnologías. Si se contrata como competencia profesional en el mercado laboral, entonces el deber ético de los formadores no es alejar a los estudiantes de la inteligencia artificial, sino explorar su uso positivo y ético, para transmitir estas enseñanzas a sus educandos.

Entre las recomendaciones emitidas por la profesora destaca un llamado a los docentes a conocer y manejar el ChatGPT, familiarizarse con lo que puede hacer, y ser los primeros en conocer estas capacidades, no sólo para monitorear a los estudiantes, sino para aprovechar que la IA es experta en producir esas tareas y ejercicios que pueden parecer repetitivos.

Crear conciencia acerca de las consecuencias e impacto para el aprendizaje que pueden causar los ejercicios deshonestos con este tipo de tecnología es otro punto importante a considerar. Incluir a las cabezas de familia en esta conversación será de gran ayuda para obtener nociones claras y duraderas que influyan para bien en la integración del ChatGPT a la práctica educativa.

Definir objetivos y competencias a desarrollar ayudará a tener un mejor entendimiento de lo que la IA puede hacer en el aula, algunas sugerencias que la profesora Martínez mencionó incluyeron: actividades en el salón de clases, evaluaciones orales, mapas mentales, realización de videos, trabajos colaborativos y asistencia creativa para los estudiantes.

El esfuerzo de diálogo rumbo a la creación de nociones éticas también debe incluir el tema de la privacidad. La profesora elaboró en una arista que no muchas personas ven debido al enorme interés de proteger la honestidad académica. Cada vez que utilizamos el ChatGTP estamos contribuyendo a su educación, esto ya conlleva en sí un dilema. Además, las compañías desarrolladoras tienen acceso a las conversaciones generadas por la IA. Este es un aspecto que debería llamar más nuestra atención, sobre todo en el caso de los estudiantes menores de edad.

¿Qué piensas sobre capacidades de la inteligencia artificial y cómo está cambiando la forma en las prácticas didácticas? ¿Crees que vale la pena mantener una mente abierta para descubrir su uso ideal? ¿Consideras que sería una muleta para el estudiantado y un obstáculo para la honestidad académica? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/como-tomar-una-postura-frente-al-chatgpt/

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La huella de los cobardes

Por: Carolina Vásquez Araya

El acto más revolucionario que una persona puede realizar, es decir la verdad.

Ciegos de rabia e impotencia, el presidente de Guatemala y sus huestes instaladas en las instancias de poder, han abandonado el disimulo para lanzarse en picada -y con todo el arsenal jurídico en sus manos- contra la prensa de ese país. Ya no hay resquicios en donde esconder el miedo que les domina cada vez que aparece en los medios una denuncia por sus descarados actos de corrupción y abuso. Amparados por una cúpula empresarial incapaz de medir el alcance de sus delitos, persiguen y acosan a miembros de la prensa tal y como persiguen a jueces, magistrados y fiscales dignos y valientes, quienes a pesar de la intimidación y las amenazas han sido capaces de investigar a fondo sus delitos.

La instalación de una dictadura en Guatemala no es una teoría de conspiración. Es un hecho consumado. El mandatario, sus aliados en el Congreso, sus acólitos en el Ministerio Público y sus cómplices en las Cortes y en el Tribunal Supremo Electoral, han puesto un sello a las libertades ciudadanas y a los derechos civiles de una población paralizada e incapaz de reaccionar. En medio de ese panorama, no son muchos los valientes cuya lucidez les impulsa a actuar de frente y, entre ellos, mujeres y hombres dedicados a divulgar la verdad de los hechos por medio de sus diferentes plataformas de comunicación.

En su intento por emular la furia dictatorial de su colega nicaragüense, el presidente guatemalteco se ha paseado por encima del texto constitucional, transformando al Estado en una cueva de ladrones en donde corre el dinero a manos llenas para asegurar el fortalecimiento de un pacto de corruptos que tiene al país yendo directo a convertirse en el ejemplo vivo de la quiebra moral de una nación. La manipulación de las leyes, la amenaza a quienes intentan decir la verdad y el soborno descarado de los congresistas y jueces no hablan de poder, sino de una cobardía tal como para llevarlos a lanzarse en picada -y sin medir las consecuencias- contra todo aquel valiente que les presente oposición.

Toda la podredumbre de la administración pública -con su rastrera sumisión ante el crimen organizado que les acaricia los bolsillos con sus inmensas fortunas- tiene su réplica en las calles y los caminos de ese castigado país, en donde los matones se abren paso a balazos contra una población condenada al silencio. Los niveles de impunidad ante la criminalidad desatada a lo largo y ancho de Guatemala, responden a una especie de pacto cuya meta es colocar en la primera magistratura a quien se pliegue a continuar con la línea trazada y quien evite, por supuesto, cualquier intento de llevar a los culpables ante una justicia capaz de actuar con transparencia.

La persecución contra la prensa -incluido en ella el trabajo de opinión editorial realizado por columnistas de distintos sectores e ideologías- demuestra la debilidad de estas estructuras criminales ancladas en las instancias públicas, pero sobre todo el desprecio por el derecho de la población de ser informada -en detalle y con veracidad- sobre los actos de sus gobernantes. La violación de este derecho está claramente tipificada en las leyes y en la Constitución Política de la República, en cuyas páginas se garantiza aquello que hoy pisotean: la libertad de prensa.

Restar derechos constitucionales es un tiro en el pie. Tarde o temprano, pagarán por ello.

 

Fuente de la información e imagen: www.carolinavasquezaraya.com

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Sobre la igualdad y la libertad

Por: Rodrigo Rettig Vargas

En Francia, el actual lema estatal de la República que viene desde la época de la revolución, es libertad, igualdad y fraternidad. Sí, la igualdad es tan relevante para ellos como la libertad. Y Francia no es Cuba o Venezuela. El problema con esta palabra nace cuando afiebrados regímenes en nombre de la igualdad mutilaron la libertad y, en consecuencia, generaron peor calidad de vida ahí donde quisieron mejorarla. La libertad y la igualdad no son valores contrapuestos, sino complementarios ya que son dos caras de una misma moneda que se llama justicia y quien pretenda construir justicia social, debiera atender a ambas virtudes. Esta es la madre de la discusión política, ya que tomar posición por una, la otra, o ponderar ambas, implica determinar cómo discurren prácticamente todas las políticas públicas que se aplican en un país. La condición para vivir una vida libre consiste en que las personas que constituyen una sociedad estén en relaciones de igualdad con otros en determinadas dimensiones.

Pero, ¿de qué igualdad se habla cuando uno la promueve? Esta palabra, junto a la libertad, son de aquéllas que tienen distintos significados y ello hace que sea de fácil caricaturización y de difícil comprensión el asunto sometido a análisis. Usted cuando promueve la libertad, ¿habla de la de tipo negativa (no interferencia) o positiva (capacidad de ejercerla)? ¿O ambas? Pues bien, en materia de igualdad, también existe esta disyuntiva. Hay que ponerle apellido a la igualdad, pero no cambiarle el nombre.

La igualdad que sería deseable promover y construir sobre ella, es la igualdad de todos en al menos algo, no de todos en todo. Nadie sensato debiera buscar que todos tengan un automóvil de una marca alemana o italiana en el frontis de la casa o que nadie tuviera un auto, sino que todos tengan iguales consideraciones de respeto, trato (ver concepto “Igualdad Democrática” de Elizabeth Anderson) y de condiciones de vida material. Y ojo, aquí se debe hablar de igualdad, no de equidad, que es la justicia aplicada al caso concreto. Hablar de equidad es admitir que la igualdad democrática, de consideración, ciudadanía y respeto, debiera ser objeto de un segundo análisis. ¿Cómo se entiende la igualdad democrática si cambiamos igualdad por equidad?

Asimismo, hablar de equidad en materia de Derechos Humanos (civiles, políticos, sociales) implica desconocer su carácter de derechos fundamentales, lo que permite afectar la máxima de que la titularidad de ellos está por el solo hecho de ser persona (distinto es el problema de la provisión). No tiene sentido plantear que, por ejemplo, existe equidad y no igualdad de todos para poder ejercer la libertad de expresión. En nombre de la equidad, que es justicia al caso concreto, ¿podríamos suspender el ejercicio de la libertad de expresión de alguien producto de determinadas características o circunstancias? ¿Cómo conversa la equidad cuando se habla de derechos civiles y políticos? La verdad es que no tiene mayor sentido. ¿Porqué modificar la conclusión anterior en razón de los derechos sociales que son los que dotan de condiciones de vida material para ejercer genuinamente la libertad? La equidad si bien deseable (sobre todo en materia jurídica), no es lo mismo que la igualdad en el lenguaje político, todo circunscrito evidentemente a un objetivo a largo plazo que permite progresividad, pero objetivo político al fin y al cabo.

Ahora bien, cuando se habla de condiciones de vida material nos referimos a ese conjunto de bienes primarios que permiten a los individuos poder desplegar su plan de vida de forma autónoma, sin atender al lugar en que nacieron o dónde desarrollaron su infancia. En este sentido, las condiciones de vida material aplicadas al caso concreto son los derechos a la salud, educación y seguridad social. Y aquí sí efectivamente quiero darle más consistencia a la palabra igualdad, por cuanto la problemática excede la igualdad de oportunidades, que como dijera Nils Christie en Los Límites del Dolor (1984): “es un arreglo perfectamente apropiado para transformar injusticias estructurales en experiencias individuales de frustración o fracaso”.

La igualdad de oportunidades permite desprenderse de analizar cuál fue el diseño en la carrera de la vida, quiénes dibujaron la pista y las posiciones ocupadas. Y si nos desprendiéramos del diseño y el resultado en materia de estos tres derechos, la crisis de octubre de 2019 no tendría mayor sentido. Todos los chilenos tienen la oportunidad de tener educación, salud y pensiones, pero el problema se presenta en el tiempo/acceso, calidad y eficiencia: salud que te permita vivir o ser atendido en tiempos dignos si no tienes recursos, educación que te permita competir si prescindes de medios económicos, y una pensión que permita tranquilidad a los adultos mayores.

Y, en esta dimensión, una lucha por igualdad pareciera tener más consistencia, le da más robustez a la problemática, que una lucha por igualdad de oportunidades y/o suficientarismo. Implica tener un grado de compromiso mucho mayor en la mejora de lo referido.

El profesor Agustín Squella en su libro que analiza esta palabra (“Igualdad” Universidad de Valparaíso, 2014) nos menciona que Pierre Rosanvallón en su célebre obra llamada “La Sociedad de los Iguales” explica que la carrera de la vida se asemeja bastante a lo que son las competencias deportivas identificándolas como “El Teatro de la Igualdad de Oportunidades”. Efectúa analogías explicando que en muchos deportes se complementa la igualdad de oportunidades o “igualdad de inicio”, precisamente para entregar más justicia a los resultados. Se cita a la carrera de 100 metros planos, en la cual no tan solo importa el punto de partida, sino que existe una cámara que determina el resultado, incluso después de ella existe el control antidopaje. Sumo a ello que en el básquetbol los equipos peores situados en el término de temporada, eligen primero en la siguiente a los jugadores de mejor rendimiento que vienen de las universidades, y así.

En consecuencia, para determinar la justicia de un contrato social, es relevante analizar no tan solo el lugar de dónde se parte, sino que también se debe atender a problemas de diseño y posiciones. Que te atiendan en un año una dolencia en el sistema de salud público versus al día siguiente en el sector privado contra el pago de sumas no menores de dinero, pareciera que no es tan solo un problema de oportunidades o de inicio.

Finalmente, el llamado es a no temerle a la palabra igualdad por culpa de fanáticos que en su nombre ahogaron la libertad haciendo a todos iguales en desdicha, sino que a tener un real compromiso por esta virtud, ponderándola prudencialmente con la palabra libertad, tal como se conjuga a ésta con la seguridad pública (menos libertad, más seguridad). Francia, país que si bien es cierto ha tenido sus problemas, ha demostrado que ambos objetivos son perfectamente aplicables en conjunto siendo incluso deseable hacerlo, tal como nos lo ilustrara uno de los filósofos políticos más relevantes del siglo XX, John Rawls, padre de la corriente llamada (vaya novedad) “liberalismo igualitario”.

Rodrigo Rettig Vargas

Abogado Magíster en Política y Gobierno

Candidato Consejero Constitucional Región Metropolitana

Pacto Unidad Para Chile

Fuente de la información e imagen:  https://www.diarioconstitucional.cl

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TQG, Metapolítica y sociedad

Luis Bonilla-Molina

“Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia.“ (Carlos Marx, Manuscritos filosófico-económicos de 1844, Tercer Manuscrito)

  1. Amor, pasión y música en Latinoamérica y el Caribe

En las últimas semanas los medios de comunicación, redes sociales y el chismorreo público ha estado invadido por el melodrama de las rupturas de dos parejas de farándula, Shakira y Gerard Piqué, Karol G y Annuel. Debo confesar que mis simpatías son por las mujeres que han gritado a los cuatro vientos su desilusión, rompiendo los “buenos modales” que mandan a “sufrir en silencio”.

En Latinoamérica y el Caribe, quien no haya llorado un desamor, al ritmo de una canción, por lo menos, es un personaje atípico. Las rancheras no son melodías, sino invitaciones a hurgar en lo más profundo del amor o su antítesis, ya sea de la mano de José Alfredo Jiménez deseando “que te vaya bonito, dejando claro con Vicente Fernández que todas son Mujeres Divinas, eso sí, advirtiendo que Ya te olvidé como lo vociferaba Rocío Durcal, teniendo recaídas que llevan a decir que “Te sigo Amando” al son de Juan Gabriel,  hasta tomarse “El último Trago” con Chavela Vargas.

Es común despecharse “por Mujeres como tú” de Pepe Aguilar, pensando que “Si no te hubieras ido” como lo declama Marco Antonio Solis, podrías “Échame a mí la culpa” en tono de Gabby Villanueva, anunciando con Amanda Miguel que “El viernes se acaba todo”.

¿Quien no transito un barranco amoroso de la mano del Tango, sintiéndose que va “Cuesta Abajo” junto a Carlos Gardel, porque el dolor te hace nublar la razón como si estuviera con Piazzolla y Goyeneche en medio de una “Balada para un Loco”, impactado por las “Nostalgias” que declara Victoria Escudero.

Cuantas noches, los amores de militantes de izquierda no han terminado en una callejuela, tarareando con Aute “una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas”, por “tu forma de ser, tu forma de decir .. tu palabra sonrisa” dibujada por Silvio, intentando hacer más soportable “el breve espacio en que no estas”  porque como me contó Pablito Milánes no sabemos si volverá, porque es un amor como el de Alí “en tres tiempos”, al cual Ana Belén le pide “toca otra vez viejo perdedor”.

Como no voy a decirlo”, si a grito lo dijo Luis Silva, militantes sociales hemos tenido un amor prohibido con rostro de “Señora” retratada por Otto Serge y Rafael Ricardo, ante el cual nos preguntamos “Cómo te olvido” al son del Binomio, porque sin que lo supieran Los Panchos “tus besos se llegaron a recrear aquí en mi boca”.

Latinoamérica y el Caribe es un territorio en el cuál la conciencia está a flor de piel, a ritmo de vallenato, milonga, ranchera, tango, música llanera, salsa, bolero, música social; somos desvergonzadamente apasionados.

Por eso, cuando Shakira y Bizarrap nos dicen “Sorry, baby, hace rato que yo debí botar ese gato”, nuestros subconscientes nos llevan a la última decepción sentimental y, no … no nos extraña que Karol G y la Barranquillera nos recuerden que “la que te dijo que un vacío se llena con otra persona te miente, porque es como tapar una herida con maquillaje”.

Esa pulsión de amor y desamor, de desahogo y quiebre de la sindéresis, de ruptura de la “madurez de lo correcto”, nos identifica como pueblo que valora enormemente la autenticidad y sabe lo mucho que duele una ruptura.  Eso sí, el despecho no nos dura mucho porque lo desahogamos rápidamente.

2. Un digno ejemplo para analizar: la trinidad Karol G, Shakira y Bizarrap

La genialidad es imposible de ocultar y este fenómeno mediático ha hecho confluir a tres grandes inteligencias que saben colocarse en sintonía con el subconsciente colectivo, conectarse con las emociones, narrativas e imaginarios del común, haciéndose accesibles, que en el fondo es el secreto de todo(a) buen(a) comunicador(a) político(a).

Bizarrap es un DJ, productor y compositor argentino de apenas veinticuatro años, quien patentó su anonimato, al ocultar su rostro detrás de unas amplias gafas y gorra deportiva, acuñando que quiere que se le conozca por lo que hace y no por su cara. Conocí su trabajo cuando lanzó la “Music Sessions # 1” mostrando su genialidad musical, como compositor, desarrollador de imágenes, productor, relacionista público y sobre todo, al identificar el estilo underground, no solo de su generación, sino de varias.

Mostrando una versatilidad abrumadora, para pasar de la interpretación urbana vanguardista, al ritmo del hip hop, rap y reggaetón, Bizarrap es un maestro del sonido y las nuevas musicalidades, aunque no haya escrito artículo alguno para Scopus o JCR. Su integración de narrativas y ritmos lo colocan en diálogo con multitudes, mostrando lo que sabe hacer, más que limitarse a decirlo.

Su pluma como productor y la calidad sonora de lo que produce en la BZRP Music Sessions #53 realizada con Shakira, se muestra en la combinación de colores (autoridad-azul, feminismo-violeta, renacer-verde, tecnología-gris, lo oscuro-negro atrás) desde la primera toma, pasando por la degradación en grises cuando habla que “no está pa´ tipos como tú”.

Después su aparición juvenil, convierte a la cantante en una imagen veinte años menor, una revitalización a la Shakira quien acaba de ser desplazada por una fémina veinteañera. Shakira, rejuvenecida, con una expresión corporal (manos y rostro) que suavizan el rostro cuando suelta una de las frases más fuertes: “mastiques y tragues, tragues y mastiques”, es acompañada con gestos que indican subliminalmente que la traición le produce arcadas, ganas de vomitar.

Al Bizarrap alzar los brazos, de espalda, con las manos abiertas e interactuando los dedos (masas), vestido con una chaqueta azul (obedezcan), acompañando a la cantante cuando dice “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, sugieren invitación a la ovación, la empatía, la fusión de emociones.

La degradación musical (tonos más severos) cuando menciona la frase “clara..mente” es una trasmutación sonora a un golpe cognitivo contundente y certero. Al final, Bizarrap  da la “cara”, señalando que se acaba el tema, firmando visualmente la producción.

Shakira es colombiana, cantante, compositora, bailarina y empresaria, con casi cincuenta años, lleva treinta años de éxitos, actualizándose permanentemente. La conocimos en 1990 con “pies descalzos” y nos sorprendió años después, pues siendo políticamente conservadora, la escuchamos cantando “la maza” a dúo con la Negra Mercedes Sosa, mostrándonos que su proyecto musical procura abarcar todos los públicos, incluido el de la izquierda política y los movimientos sociales alternativos.

Éxito tras éxito, Shakira ha evidenciado ser un “animal político”, capaz de captar e interpretar el signo de tres décadas. En la lógica de las nuevas generaciones, ha convertido su vida privada en un tema público, haciendo que la opinión ciudadana, entre lanzamiento de uno y otro éxito musical, se preocupe por su cotidianidad, llenando de lentejuelas y luces de neón sus noviazgos, rupturas, maternidad y gustos.

Como pocas artistas, Shakira ha mantenido enamorado a su público, monetizando casi todo lo que hace. Su ruptura con Piqué, el padre de sus hijos, le permitió componer y lanzar cuatro éxitos musicales en los cuales desnuda sus sentimientos; primero «Te felicito», luego “Monotonía” junto a Ozuna, “Pa´ tipos como tú” con Bizarrap y, más recientemente, “TQG” con Karol G .

Si analizamos, la última de estas canciones, (TQG), encontramos una fina creatividad en cada milímetro de su contenido. El nombre es una especie de reverso al acrónimo popular de “Te Quiero Mucho” (TQM), confirmando que hubo amor, pero ahora solo quedan cenizas y el otro es el que pierde.

Luego, de lo que parecía insuperable, la sincronización artística con Bizarrap, Shakira logra un ensamble espectacular, con otra figura femenina que pasa por un drama parecido, Karol G”. La colombiana lanza a los cuatro vientos su frase “el infierno tiene un lugar reservado para las mujeres que no son solidarias con su género”, parafraseando a Mateo 12:30, colocando en el subconsciente colectivo la idea de “conmigo o contra mí”.

Juntarse en el despecho, coloca en evidencia que el drama que cada una vive (Shakira & Karol G) es más común de lo que cualquiera piensa, invitando a que cada quien recuerde la tragedia sentimental similar de alguien cercano, despertando la solidaridad colectiva con su situación. En fin, la genialidad de Shakira reside en su capacidad de colocar a flor de piel emociones y eclipsar el imperio de la razón.

Aunque inicio su carrera en 2007, con solo 16 años, fue en 2012 cuando conocimos su trabajo, de la mano de Reykon, mediante el trabajo titulado “301” que se difundió rápidamente por las redes sociales, internet y la radio. Karol G, colombiana, de 32 años, ha tenido una carrera intermitente, signada por ataques públicos por su performance latino y sus rasgos afroamericanos.

Es una cantante que ha sabido conectarse con las nuevas generaciones a través del hip hop y el reguetón, siendo conocida popularmente como la “bichota”, por sus atributos físicos. Sus videos clip, “Gatúbela”, “Provenza” y “Mi cama”, entre otros,  son explosiones de erotismo, sensualidad y corporalidad que conectan con el hedonismo cultural de una parte importante de la sociedad actual.

En TQG (Te Quedé Grande) Karol G & Shakira vuelven a la combinación de la teoría del color, con la rítmica musical matemática, expresión corporal atada a lo sensorial, letras simples conectadas con la emocionalidad y escenarios disímiles que permiten varios niveles de conexión cognitiva.

Karol G inicia en TQG con un contraste de rojo y grises, que expresan el amor por encima de la traición, lanzándose al vacío mientras canta “lo que ella no sabe es que tú todavía me estás viendo todas las historias / Bebé que fue, ¿Qué haces buscando melao? Si sabes que yo errores no repito”. Es la mujer que se libera y desafía públicamente, que se niega a ser víctima sin dejar por ello de mostrarse sensible y herida.

Justo cuando menciona “por hombres no compito” aparece el cuerpo desplomado de Shakira, quien salta levemente mientras flota, como sacudida por un impacto. A continuación  Karol G, vestida de rojo y grises (pasión y traición) sigue cayendo, en contraste aparece Shakira de pie, vestida de azul eléctrico, arrecostada a una pared de hielo, donde emergen las ramas congeladas de un árbol (¿muerte?), cantando sin emocionalidad en el rostro “verte con la nueva no dolió”. Luego, la de los pies descalzos se desplaza lentamente, recorriendo con los dedos de la mano su cuerpo, mostrando la esbeltez del mismo, diciendo “estoy puesta pa´ lo mío”.

Sin mostrarse vulgar, sino firme, Shakira va moviendo el cuerpo, de la cintura hacia abajo, como evocando el sexo, mientras canta: “lo que vivimos se me olvidó”; “la vida me mejoró” es una frase en la cual se alternan los cuerpos de Shakira (autoridad) y Karol G semi desnuda (pasión).

La frase “estoy más dura dicen los reportes” comunica la idea de un cuerpo que está despertando nuevas pasiones, incentivando los celos residuales de sus exparejas.

Los cuerpos erotizados, vestidos con telas en colores pastel, que interactúan con el fuego de fondo y luego al frente, hablan del despertar, de pasar la página y de futuro (pulsiones de muerte y vida), elementos que despiertan el morbo colectivo por los rostros del mañana.

El canto a coro entre Karol G y Shakira señalando que “te fuiste y me puse triple M”, “más buena, más dura y más level”, mientras la barranquillera saca su lengua para acariciar sus labios, es un desafío de sensualidad que promueve la evocación y el arrepentimiento sin destino, algo que todo amante despechado ha pensado en algún momento. Al final los cuerpos de las mujeres vestidas de negro indican la muerte de un amor, de una pasión.

Se podrían detallar mucho más cada uno de los encuadres de los videoclip de las cantantes y el artista, pero nos interesa destacar solo algunos elementos que muestran la capacidad de conectar con la emocionalidad del sentido común, la superación del juicio racional, y la empatía con quien se levanta de una traición.

Al final, no hay víctima ni victimarios, sino respuestas activas desde el centro de las emociones, algo que caracteriza a la metapolítica en la tercera década del siglo XXI. Por ello, estudiar este fenómeno cultural es aproximarnos a la crisis de la comunicación política actual.

3.Eros y Tánato territorializados y el ocaso de la privacidad

En “Eros y Civilización “ (Marcuse,1953) al abordar de las teorías de Freud sobre la dimensión “metapsicológica” de la cultura de masas y el sentimiento de culpa, que implicaba el monopolio del placer y el poder por el hombre (patriarcado), explica de manera nítida las consecuencias sociales de las rupturas, algunas de las cuales significan una reapropiación del placer, goce y poder (Eros), mediante la rebelión y subversión (Tánatos) del orden vigente.

En un tiempo histórico de ruptura del feminismo con el patriarcado, existen distintos niveles de quiebre y reapropiación del goce, placer y poder, siendo el más difundido el instintivo, que nos lleva a sintonizarnos con las formas verbales (letras), expresivas (musicales) y corporales (bailes, expresión corporal, gestual), contenidos en relatos como el de la trinidad artística (Bizarrap, Shakira y Karol G) que expresan el imperio de Eros en diálogo dialéctico con Tánatos, donde el amor se rompe (revolución) dando paso al desencanto (muerte), despecho, revancha (vida) y olvido como máxima expresión de venganza.

Hacernos parte del sentimiento “liberado” por otros(as), nos hace tener empatía respecto a las rupturas y culpas, convirtiendo a las melodías y video clip en fenómenos de consumo de masas, de ruptura de la esfera privada de las pasiones y de hegemonía de la vida transparente que requiere el capitalismo cognitivo en la transición a la cuarta revolución industrial.

Se trata de una tensión permanente entre instintos de vida y muerte (Freud, El malestar de la cultura,1930), donde la civilización, la idea del civilizado se fundamenta en la represión de los instintos, algo que ahora emerge como anacrónico. Los instintos y las emociones liberadas son sinónimo de felicidad, pero entender la emocionalidad se convierte en un secreto que cada vez procura menos, ser liberado.

El capitalismo oscurantista del siglo XXI pareciera querer liberar los instintos para poder encarcelar la razón, evitando la toma de conciencia de la clase trabajadora como clase en sí, elemento indispensable para cualquier intento de construcción de justicia social en los albores de la cuarta revolución industrial. Esto no es nuevo Luckacs lo denunciaba a mediado del siglo XX en el “Asalto a la razón”, pero ahora adquiere el brillo de lo digital-virtual.

Por ello, el complejo industrial cultural produce o promueve mercancías que contienen claves disipativas del civilizado y, el emerger absolutamente liberado de las emociones. Con la redes sociales y, en menor medida con la televisión de la farándula, las emociones pasan a tener cada vez más centralidad, paradójicamente -y esquizoidemente- en un mundo cada vez con más normas y controles.

Al final, esas emociones se convierten en fórmulas, pócimas de control social, alienación de natural enfrentamiento entre seres que hasta hace poco compartían un destino común, distracción expresada en cederle a otras el desquite que no termine de hacer tan visible en lo cotidiano.

4. Agotamiento de la política clásica y el complejo industrial cultural

El capitalismo articula varios lugares de enunciación para reproducir-se. En distintos momentos históricos, le ha correspondido a uno y otro el protagonismo central, anteayer las religiones y las familias, ayer las escuelas y universidades, hoy el complejo industrial-cultural.

Eso no significa que sean momentos estancos, sino que ahora el protagonismo central lo tienen los grandes aparatos de construcción de imaginarios, narrativas y estilos de vida, auxiliados por la fe, la normatividad cotidiana y los sistemas escolares.

Al agotarse la democracia como ideal liberal burgués (Berardi, 2017), y resurgir el autoritarismo como rasgo disciplinar social predominante, los partidos políticos que representan a las burguesías como clase social, están pasando a ser actores de reparto, mediaciones de transición para el pase a la democracia de la elección basada en las emociones, inmersa en un eterno presente, sin otro proyecto estratégico que no sea el consumo incesante de emociones, en medio de la terrible precarización salarial que precede al desmantelamiento del mundo de trabajo que conocimos en las tres primeras revoluciones industriales.

Los partidos políticos modernos, tienen dificultad para entender este cambio. Los partidos de derecha y centro, construidos a partir del modelo maquiavélico del poder, siguen anclados en su auto percepción de eslabón fundamental para la gobernabilidad, entre la superestructura ideológica y la estructura funcional social; consideran que basta con construir imágenes y relatos de futuros para controlar a las masas, cuando la propia ideología capitalista ha masificado la idea del presente como único futuro posible.

Los partidos de las izquierdas, que se han ido convirtiendo, a través del tiempo, en distintos esfuerzos y grados de adaptación a la gobernabilidad burguesa, sosteniendo la idea de revolución cada vez más asociada a la lógica electoral y menos a la revuelta que inauguraron los comuneros de París, llegaron al “entendimiento” que la única forma de seguir existiendo es convertirse abiertamente en socialdemócratas, como lo ha entendido el progresismo, y los menos que su existencia está signada por el imperativo de volver a la radicalidad de los partidos insurgentes que acompañan realmente a la clase trabajadora, con el drama que la cuarta revolución industrial desdibuja la idea de proletariado industrial y consolida una noción más amplia de proletarios.

Este agotamiento de la política clásica y las representaciones, no inaugura una época anárquica, sino por el contrario una transición ordenada al reino de las emociones como centralidad de lo político. Es decir, la ideología ya no entra por la razón como lo plantearon los liberales burgueses, ni por la conciencia como lo postuló el pensamiento socialista, sino por  la puerta cognitiva de las emociones asociadas a realidades concretas.

No pretendo decir que debemos abandonar la idea de la conciencia de clase para sí, sino que la conciencia en sí, tiene nuevos determinantes que condicionan lo político: las emociones. Y estas emociones son trabajadas, difundidas, diseminadas, controladas, liberadas, recogidas, conducidas y hasta dispersadas por las mercancías del complejo industrial cultural.

Los problemas de la escuela y universidad presencial tienen que ver con esto, su incapacidad para entender el nuevo marco de la educación capitalista y las enormes posibilidades de lo virtual-digital para educar, es decir para concretar políticas educativas. Por supuesto, que esta transformación digital de la educación conlleva una visión del cerebro como máquina y el aprendizaje como tecnología, lo cual intenta romper de manera esquizoide con el aprendizaje social, el aprendizaje a partir del encuentro humano. Esta visión neurótica pretende trasladar al individuo la responsabilidad de su aprendizaje, “éxito escolar” y “desarrollo profesional”, como preámbulo a nuevas formas de privatización que se van construyendo a partir de la externalización (privada) de cada uno de los procesos educativos, como si los procesos de enseñanza-aprendizaje fueran mercancías objeto de outsourcing.

Esta “recuperación instrumental” de las emociones para lo político, implica una apropiación de la genialidad creativa de las artes como vehículo de orientación de las emociones que construyen nuevas identidades políticas, donde se mezclan espíritu conservador y rebeldía revolucionaria, fuego sagrado y laberintos del averno.

Es lo que ocurre con Bizarrap, Shakira y Karol G, cuya genialidad creativa en materia de comunicación de emociones, es capturado por el complejo industrial cultural y, sirve como instrumento para construir nuevos “sentidos comunes”, nuevas identidades políticas, pensadas en clave de eterno presente.

Más importa la tormenta de pasiones, propias de la separación de Shakira y Piqué, Annuel y Karol G, que la guerra en Ucrania, el calentamiento global, las ciudades de 15 minutos, el desempleo potencial que traerá la cuarta revolución industrial o la financiarización de la economía.

Un nuevo oscurantismo y pérdida de racionalidad científica se está imponiendo, donde no importa comprender sino sentir, poco vale saber las causas y estructura de los problemas contemporáneos sino como actuar (guiado por las emociones) mirando para otro lado, en los espacios, realidades y fenómenos que antes eran centros de gravitación de nuestras preocupaciones, porque soñábamos con intervenir para cambiar nuestra cotidianidad.

La precariedad laboral ha elevado exponencialmente las dificultades de las parejas, que tienen poca capacidad de entender lo estructural de sus problemas, más allá de la fenomenología concreta de las crisis (infelicidad, infidelidad, incapacidad de resolver los problemas materiales de la convivencia) y ruptura (separación, divorcio, aceptación esquizoide de la unión infeliz).

Por eso, su problema no son las emisiones de CO2, ni la burbuja financiera, sino su situación sentimental personal, lo cual limita su potencial rebelde y creador, en cuyo sentido el drama mediático funge como anestesia cognitiva y estimulante emocional.  Por años sostuvimos la idea que la explotación generaba resistencias anticapitalistas y algunas formas de toma de conciencia, hoy esas certezas se diluyen ante la falta de instrumentos políticos revolucionarios que medien con los lenguajes, imaginarios y narrativas del presente.

Consciente de ello, el complejo industrial cultural se apropia de la genialidad creativa (plusvalía ideológica) de estos artistas y los promueve para consolidar un sentido común, que tiene como lugar de enunciación y límite de expansión la emocionalidad.

“Mi cotidianidad” se ve reflejada en los problemas de las parejas de la farándula y la crisis estructural del sistema mundo capitalista se muestra como un asunto más cognitivo, más de “echarle coco”, que de emociones que movilizan.

La política debe volver a encontrar los puentes entre racionalidad y emociones, permitiendo el diálogo entre Eros, Tánatos, Prometeo y Minerva, a pesar que los discursos académicos no lo recomienden, La política tiene que volver a sus bases éticas, despertando las emocionalidades por lo justo, aprendiendo a comunicarlo con los avances de la teoría del color, las mezclas musicales asociadas a los resortes de la movilidad y el performance propio del cambio en el presente.

5. Clara-mente la ideología salpica

Divide hasta las últimas consecuencias, que reinarás sin que nadie construya la unidad para vencerte, pareciera ser la consigna central del manejo mediático de este mach de parejas de la farándula.

La familia nuclear fue parte del proyecto social del capitalismo industrial, con su moral burguesa patriarcal. Ello era indispensable para construir al obrero industrial tensionado entre la rebeldía que genera la explotación para generar plusvalía y las necesidades de ahorrar, consumir e invertir para garantizar el funcionamiento del hogar.

Estas tensiones, en medio de la ideología del consumo incesante, arrastraron al/la trabajador(a) a la extensión de sus jornadas laborales, cada vez más hacia la inhumana frontera del desgaste irracional y el emerger de confusas emocionalidades.

Por ello, la pulsión de fuga se mostraba recurrentemente cada fin de semana en formato de licor barato, marihuana o crack, como derecho a evadirse unas horas del sentimiento de máquina que le invadía.

Con la llegada de la tercera revolución industrial, el postfordismo y el ocaso del Estado de Bienestar Keynesiano, aumento la precarización laboral y el desempleo, lo cual exigió debilitar la matriz científica de los aparatos escolares (escuela y universidad), las respuestas racionales y la creación de nuevas narrativas neo-metafísicas (fin de la historia, posmodernidad, ruptura de la dialéctica de lo global y lo local).

El papel de las emociones volvió a colocarse en primer plano y ello implicó un desplazamiento del centro de nuevos aprendizajes sociales de lo escolar a las mercancías y medios del complejo industrial cultural. Poco a poco se fue imponiendo el paradigma anti científico que “no importa saber como se construye o funcionan las cosas, sino para que sirven”.

En ese contexto llega la cuarta revolución industrial, que implicará la más importante destrucción de puestos de trabajo en la historia del capitalismo industrial. Como lo advertíamos en 2017, cuando escribimos “todo el mundo cabe en una casa”, señalando que el capitalismo preparaba una encerrona en casa, para alfabetizarnos en lo digital virtual en los planos del comercio, consumo, teletrabajo, educación y relaciones sociales, el capitalismo de la cuarta revolución demanda re-pensar y re-estructurar el papel del hogar en su reproducción biopolítica.

La casa, anterior espacio de lo privado y el hogar, pareciera ser el centro de interés de la reproducción, acumulación y ampliación de la ganancia en la cuarta revolución industrial, convirtiéndola en espacio de trabajo, educación y sociabilidad.

Esta reestructuración puede generar nuevos tejidos de resistencia que tienen que ser disipados por la supremacía de las emociones sobre la racionalidad. Los conflictos entre parejas, como procesos constantes de disipación de la energía social que puede oponerse a la reproducción del sistema, se convierten en el ariete de la sociabilidad burguesa en la cuarta revolución industrial. Competencia, conflicto y confrontación de baja y media intensidad entre parejas, vecinos y comunidades para disipar el riesgo de unidad para la rebelión.

Ese es el meta mensaje de la masificación del conflicto de las parejitas de farándula, normalizar la disputa, pues no es ya la pasión y el dolor que invitan a la reconciliación o pasar la página para reconstruir la vida, sino la extensión al máximo del conflicto personal para que las heridas sean lo más profundas posibles y reine la división.

6. Conclusión

El boom de las peleas entre Shakira y Piqué, Karol G y Annuel, no puede ser vistas como un evento comunicacional o de mera propaganda, sino como un acto cultural ideológico del capitalismo cognitivo.  No digo con ello, que estos artistas estén alineados con una política cultural del capitalismo, sino que ellos mismos son mercancías, talentosas y virtuosas, que coadyuvan al sostenimiento de la biopolítica del sistema mundo de dominación y control

Lista de referencias

Bonilla-Molina, L (2017) Todo el mundo cabe en una casa, Publicado en Otras Voces de la Educación

Berardi, B (2017) Fenomenología del fin. Ediciones La Pirateca. España.

Freud, S. (1930) El malestar de la civilización. Ediciones Pardos. Venezuela

Marcuse , H (1953). Eros y Civilización, Ediciones Sarpe. España

Marx, C (1844) Manuscritos económicos y filosóficos. Ediciones Fondo de Cultura Económica. México.

TQG, Metapolítica y sociedad

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Pedagogías críticas y educaciones populares con enfoque IAP

Marco Raúl Mejía

Planeta Paz

Expedición Pedagógica Nacional

Movilización social por la educación

Me parece estratégico retomar en esta forma el principio del “educador como investigador”, que viene de aquella intensa década de los años 60 y aplicarlo a los contextos específicos comunitarios y ambientales de la experiencia escolar… esperaría, eso sí, que en el futuro hubiera mayor consistencia y constancia en nosotros que en el pasado, para acortar la distancia entre tales planteamientos y su ejecución. La lectura de estos ejes me hizo recordar las discusiones que teníamos sobre el principio de combinar la praxis con frónesis… este es el momento de inventar, con lo nuestro, para no perecer como lo quería el maestro venezolano Simón Rodríguez en el siglo antepasado.

Orlando Fals Borda[2]

Al tomar el contexto como referencia y a los conceptos teóricos de praxis con frónesis, descubrimos una veta casi virgen de ricos conocimientos de las realidades de nuestros pueblos autóctonos, de nuestras raíces más profundas, por fortuna todavía vivas. Recordemos que los paradigmas que han moldeado nuestra formación profesional, en general, han sido constructos socio-culturales de origen eurocéntrico. Ahora tratamos de inspirarnos en nuestro propio contexto y dar a nuestros trabajos el sabor y la consistencia propias del tercer mundo y su trópico, con un paradigma más flexible, de naturaleza holística y esencia participativa democrática. Para llegar a estas metas, la arrogancia académica es un serio obstáculo, debía archivarse. Ibídem[3]

Las citas anteriores, la primera, de comienzos del nuevo siglo, y la segunda, de uno de los últimos textos de Fals Borda cuando le concedieron el premio Malinowsky de antropología, sintetiza un periplo ético, político e intelectual de uno de los más importantes pensadores críticos de la segunda mitad del siglo XX y los inicios del presente. Nacido en 1945 en Barranquilla y muerto en agosto de 2008. Guardadas las proporciones, es como si a un literato le pidieran hablar de García Márquez, o a un pintor, de Fernando Botero, o a un científico de la medicina, del Dr. Rodolfo Llinás o a un cronista deportivo, del Pibe Valderrama o René Higuita, o de muchos otros que se nos haría muy largo enumerar. En ese sentido, para mí es hablar del más importante de nuestros científicos sociales de la mitad del siglo XX y comienzos del siglo XXI, además de haber contado con la fortuna de tenerlo como amigo, maestro y compañero de lucha.

  1. Hijo rebelde de su tiempo desde su contexto[4]

Indagar por Orlando Fals Borda como autor es necesario colocarlo en un escenario latinoamericano, en el cual se desarrolla un esfuerzo colectivo no programado ni organizado en sus inicios, por darle forma a un pensamiento propio que, a la vez que rompía con la “ciencia colonial” europea y estadounidense, recogía de las tradiciones originarias parte de la savia para darle forma a unos movimientos que desarrollaban un pensamiento que da identidad a nuestro contexto como formación social diferente y con proyectos que, manteniendo un nexo con la producción de otros lares, afirmaba las singularidades de lo propio como un ejercicio de complementariedad.

Pensar [a Fals Borda] (…) desde Abya Yala[5] no va a ser posible sin establecer un planteamiento que nos interrogue por la manera cómo nuestras historias, las de los pueblos colonizados en distintas latitudes del mundo, fueron incorporadas en una sola historia y en un solo mundo, el de la llamada modernidad capitalista, lo que tuvo como fundamento la negación de unas formas de humanidad que se diferenciaban de quienes enunciaban el patrón cultural que resultó hegemónico a nivel global. Es en ese marco general que adquiere especificidad en diferentes variantes del pensamiento, el conocimiento del maestro Orlando Fals Borda, el cual no es comprensible sin un contexto general de rebeldía en Nuestra América, lo cual dio pie a un sinnúmero de pensadores que, al igual que nuestro autor, fueron abriendo un camino en medio de grandes dificultades por la hegemonía de un pensamiento único en el mundo académico, de corte eurocéntrico.

Han discutido las corrientes críticas latinoamericanas del conocimiento y de las diferentes disciplinas, cómo fue que un pensamiento surgido en una región geográficamente delimitada y local devino como conocimiento universal y como forma superior de la razón, negando las formas no racionales y los conocimientos que no se inscribieran en sus lógicas produciendo, además, una subordinación de los otros conocimientos y culturas, lo que les llevó a construir la idea de progreso[6] que coloca un imaginario sobre la sociedad en el cual en ese largo camino unos estarían delante y otros detrás en el camino de la historia, subalternizando pueblos, culturas, lenguajes y formas de conocer.

Algunos sectores también muestran cómo pensadores críticos del mundo eurocéntrico construyen esa mirada homogeneizadora sobre los otros mundos (Asia, África, América), participando también de esa subalternización a las voces diferentes a las propias que aparecen como incompletas, subdesarrolladas, precientíficas, míticas, no racionales[7].

En diferentes versiones se reconoce que esto generó una homogeneización epistémica, que al deslegitimar la existencia de otras formas de saber, subalternizándolas, generaron una dinámica de expansión de Occidente euroamericano como la episteme y la racionalidad que corresponderían a las formas superiores de lo humano, forjando una subjetividad centrada en la razón que niega la relación con la vida cotidiana, y haciendo de las relaciones cognitivas las que se establecen entre sujetos de saber y objetos de conocimiento mediados por un método científico.

A esos fundamentos de la modernidad universal los señalan como el ejercicio de la colonialidad diferente al del colonialismo, ya que éste, centrado en el control económico y político de las metrópolis es derrotado por las luchas de independencia. Sin embargo, el otro sigue operando a través de una visión del mundo y el control de las mentes y los cuerpos, en donde juegan un importante papel las instituciones de educación; en ese sentido se señala que el eurocentrismo no es una mirada cognitiva propia de los europeos, sino de todos los que hemos sido educados en los imaginarios y prácticas de las hegemonías de las instituciones educativas, con las cuales se naturalizó el imaginario cultural europeo, generándose una geopolítica del conocimiento que invisibiliza y desaparece las historias locales.

De igual manera, se muestra cómo la teoría crítica, en sus diferentes vertientes euronorteamericanas, son aliadas en la denuncia frente al capitalismo occidental, pero sus reflexiones no son suficientes para explicar las particularidades de éste en nuestras realidades. De ahí que se requiera complementarlo en la investigación y comprensión de nuestro ser social, con las especificidades de las relaciones sociales gestadas en el proceso de la colonialidad, que en el caso de los países de la periferia se ha dado como dominación, control y explotación no sólo en el ámbito del trabajo, sino también en el de la razón, el género, y los saberes relacionados a ellas, dando forma a estructuras que construyen una subjetividad controlada. Además, emerge la necesidad de incorporar una dimensión étnica y epistémica al conflicto, ya que opera en los sujetos, pero como modos de conocer, de producir saber y conocimiento, de producir imágenes, símbolos, hábitos, significación y modos de relacionarse. Lo que muestra esta entrada desde nuestros contextos es una lectura que da cuenta de unas singularidades del control y la dominación, que se logra por mecanismos no coercitivos directos y que no apelan a la violencia directa, sino que entran en un control ejercido más en las estructuras subjetivas de corte cognitivo, afectivo y volitivo, emocional, valorativo, y de deseo y trascendencia (individuación).

Al nivel del conocimiento ese pensamiento, al organizar un tipo de ciencia única, terminó produciendo una regularidad disciplinaria y epistémica patronizada por una única forma de investigar y de conocer, lo cual permitió establecer las reglas para explicar el mundo, lo que posibilitó que las diferentes instituciones de socialización, la política, la religión, la familia, la escuela, y últimamente la industria cultural de masas, se convirtieran en los vehículos más expeditos para producir una hegemonía cultural que naturaliza nuestra manera occidental de entendernos a nosotros mismos, a la sociedad y a la cultura.

Las rebeldías latinoamericanas fueron generando una teoría práctica que, a la vez que construía movimientos sociales y generaba dinámicas disruptivas a las teorías políticamente correctas, fue impugnando el discurso que en la mirada euronorteamericana se mostraba como lo científicamente determinado, lo cual permitió, al interior de los países, múltiples procesos de los más variados tipos, que hasta nuestros días continúan manifestando, en cuanto las rebeldías no están concluidas. Aprenden de sus equivocaciones, acumulan con nuevas elaboraciones, abren territorios geográficos conceptuales y epistémicos, que prosiguen en su construcción a través de la discusión y el debate, dando soportes a nuevos entendimientos que, al leer las prácticas, no pretenden como lo hizo Occidente, fijar ahora un nuevo patrón monocultural, sino abrirse a un camino de reconocernos culturalmente diversos, humanamente diferentes en un mundo único que nos hace reconocernos como naturaleza y en sociedades profundamente desiguales, injustas y opresoras que deben ser transformadas para construir humanidad sobre otras bases y fundamentos.

Esas rebeldías latinoamericanas pueden ser hoy reconocidas –y prosiguen construyéndose– en las formas políticas de las propuestas de recuperar identidades leyendo críticamente nuestro pasado colonial, y la manera cómo clasifica la población a partir de una discriminación racial, brindándole una nueva identidad al colonialismo, ahora desde lo blanco, lo negro, lo amarillo, los indios, los mestizos, para así identificar el euronorteamericanismo[8], y en la contemporaneidad, en las lecturas críticas que del progresismo que predominó durante veinte años en diez países de la región[9]. En los aspectos religiosos destaca una comprensión alternativa a la lectura de lo sobrenatural, enfatizando el lugar del pobre[10], así como el reconocimiento de la espiritualidad originaria[11]. Otra forma de acercarse a la realidad específica que viven los pueblos de esta otra parte del mundo que, soportada en miradas feministas[12], también cuestiona a la familia nuclear, y las formas de pareja constituidas en el reconocimiento de la diversidad.

Asimismo, en educación están los planteamientos críticos a la educación “bancaria”[13], como los desarrollos en el siglo XX, y lo que va del presente, de la educación popular[14], con la crítica al logos occidental como única manera de conocer[15], [y las epistemologías contextuales (Zemelmann)[16]]; en la investigación, la crítica a un único método sin sujeto[17], la ética desde la tierra y la vida[18], y el entendimiento de la subjetividad, la mente y la personalidad hecha de otra manera[19]; el reconocimiento de los géneros, sus subjetividades y sus cuerpos[20]. En la comunicación popular, los planteamientos clásicos sobre las maneras cómo se comunican estos sectores, más allá de los medios masivos[21], así como el entrecruce actual de comunicación y educación popular en el mundo cultural de masas[22]. No podemos dejar de reconocer en esta línea el planteamiento de José Carlos Mariátegui sobre el marxismo indoamericano[23].

También, en muchos saberes, disciplinas y conocimientos, se fue dando un pensamiento que ha conducido a tener que explicarnos por qué, a pesar de nuestras diferencias, el mundo se sigue leyendo en la secuencia de progreso planteada por la linealidad en torno a la modernidad, a la cual le agregan en estos tiempos un planteamiento de posmodernidad. Precisamente, lo que nos ayuda a salir de esa dualidad en el debate es construir los elementos con los cuales configuramos el ser desde acá y revisitar nuestra tradición de derechos, resistencia y reexistencia, lo cual nos ha permitido comenzar a construir otros relatos con diferentes narrativas para comprender ese monoculturalismo desde una mirada multicolor que nos permita otras explicaciones para producir en el sentido de la educación popular; un proceso de diálogo de saberes que construye intraculturalidad, además de una interculturalidad derivada de la confrontación de saberes, y una transculturalidad desde la negociación cultural que nos permite cruzar los múltiples relatos para reconocer con quienes construimos lo común de estos tiempos en el norte y en el sur, para transformar esas realidades que niegan lo diferente, lo diverso, la unicidad de lo humano y la naturaleza, y nos invitan a construir otros mundos[24].

Estas rebeldías latinoamericanas, vivas y actuantes para darle forma no a la idea posmoderna de la diversidad, la tolerancia y el pluralismo, adquieren su crisol en las luchas múltiples que se dan, y continúan tomando cuerpo, para enfrentar los relatos monoculturales y todas sus manifestaciones de dominio y control, que se constituyen como hegemonías de múltiples tipos, las cuales deben interpelarse teórica, práctica y socialmente para poder construir nuevas emancipaciones, las que también están en proceso de reconfiguración por estas visiones únicas de cualquier tipo, a izquierdas, derechas y centros políticos.

Es necesario reconocer que Occidente se constituye sobre una profunda exclusión y fue la negación de lo otro humano que no fueran ellos. Así, llamaron bárbaros a las tribus de Asia que los conquistaron, refiriéndose así a su balbuceo por no hablar griego. Ya ‘civilizados’ fueron germanos, francos y demás tribus. Ese bárbaro se trasladó en su conquista de África a América[25], parte de Asia y a todo lo que no fueran ellos, desde luego, incluidos los de otras religiones –como los musulmanes. Esta mirada también se hizo sobre las mujeres (patriarcalidad), los niños (adultocentrismo), y los discapacitados (anormalidad). Por ello, el modelo grecorromano occidental del conocimiento y la cultura va a predominar en muchos aspectos de la vida cotidiana, social, cultural e institucional.

Ese modelo de lo humano terminará siendo el soporte de lo euronorteamericano que algunos verán en el Wasp (White, Anglo-Saxon, Protestant). Esa visión primará en la construcción cultural como la forma principal a la que nos debemos asimilar civilizatoriamente, es decir, somos de occidente y ello ha estado presente en todas nuestras tradiciones institucionales latinoamericanas y de otros sures colonizados por los europeos, produciendo una especie de trasplante cultural a nuestras realidades, centrales a la manera cómo todas las formas de organización, gestión, han construido una individuación y la subjetividad de estos tiempos, aun con discursos en donde nos mantienen en la dualidad modernidad-posmodernidad, colocando en sus lenguajes aspectos como la diversidad, lo intercultural, la pluralidad y muchas otras a través de las cuales se sigue escondiendo, aun en tiempos de cuarta revolución industrial, en donde la matriz económica, política, cultural y social continúa constituyendo sujetos con una matriz monocultural de tipo euronorteamericano.

En ese sentido, quien inaugura este período es el peruano José Carlos Mariátegui, quien habló del “marxismo indoamericano”, lo que le valió una intervención directa en su país del Komintern en la década del 30 del siglo pasado. También desde la especificidad colombiana, y muchos años después, Fals Borda hablaría del “socialismo raizal”. En el mismo período de la década del 30, Avelino Siñani y Elizardo Pérez en Bolivia, con la escuela Ayllu de Warisata, rompen el modelo eurocéntrico educativo proponiéndonos una educación indígena.

Ese escenario de “herejías” frente a lo establecido como conocimiento universal, va a tener en la década del 50 y del 60 del siglo anterior una proliferación de propuestas que se convirtieron en movimientos con múltiples expresiones de resistencia y de construcción de procesos alternativos, lo cual nos permitió a quienes veníamos después de ellos, estar parados en “hombros de gigantes” como dirían algunos de Newton en las ciencias naturales, las epistemologías contextuales.

En el marco de estos desarrollos, como hijo avanzado de su tiempo, nuestro autor construyó en debate y colaboración con cientistas sociales de otros lares la investigación acción participante (IAP), articulada a una serie de experiencias en otros lugares de América Latina, como sucedió con las anteriormente citadas y para el caso de Fals Borda, con una mayor cercanía en Brasil, Chile, México, que luego atravesaría los océanos con mayor influencia en la India, África y Australia.

En mi experiencia personal, crucé con él en diferentes actividades y procesos sociales, el último, la experiencia que desarrollé con el equipo del Programa Ondas para niñas, niños, jóvenes, maestras y maestros, llamada la Investigación como Estrategia Pedagógica (IEP), que tuvo siempre su acompañamiento y el consejo de largas conversaciones de amigo y maestro. En ese esfuerzo por cruzar educación popular e investigación se toma como antecedente el trabajo de tres décadas antes, como las experiencias vividas en el desarrollo del proyecto educativo de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – ANUC, el trabajo realizado en la costa caribe en el marco del movimiento campesino, y que luego va al movimiento pedagógico colombiano propiciado por el sindicato de trabajadores de la educación FECODE. Algo de esto puede ser visto en Youtube (Con la ra de árbol, disponible en: https://youtube/fXfZE2ZB2gM).

  1. Fals Borda, precursor y continuador del pensamiento crítico del siglo XXI

Ahora quisiera plantear críticamente que muchas de las teorías en boga, por ejemplo, algunos de los autores de la descolonización, en aras de una búsqueda de originalidad en estos tiempos, pareciera que no reconocieran aquellos gérmenes de ese “nuevo” pensamiento en los autores que nos antecedieron. Basta solo recordar cómo Simón Rodríguez había dicho en 1828, “la sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son dos enemigos de la libertad de pensar en América”[26].

De igual manera, revisemos un poco cómo muchos de los temas planteados en estas nuevas corrientes ya estaban en los escritos de Fals Borda, que son desechados porque a veces pareciera pesar mucho para no retomarlo, su formación funcionalista en los Estados Unidos (Universidad de Wisconsin, y Florida) o sus coqueteos con el marxismo o para otros, la distancia de corrientes más ortodoxas de éste. Estos aspectos fueron transformados rápidamente por su práctica en el Departamento de Boyacá, que lo llevaría a escribir uno de sus primeros textos, al que llamó “campesinos de los andes” y que luego retomó para su tesis doctoral, en donde ya plantea claramente un distanciamiento con las ciencias europeas, encontrando una reflexión a partir de la categoría de sentido común, con la cual toma el rumbo de reconocer que había un saber y un conocimiento propio en los sectores populares que le permitiría formular el colonialismo intelectual como uno de los principales problemas de las ciencias sociales de estos lares.[27]

Esta idea que va a permitir constituir como categoría el saber propio o popular, la cual va a tener su clímax en el texto de la Historia Doble de la Costa, en el cual mostró que esa lectura popular estaba presente en el imaginario de los grupos sociales populares con narrativas propias, que les permitían diferenciarse de otro tipo de producciones. Allí están sus cuatro libros[28], donde él reconoce que su idea de “sentipensante” la apropió de estos campesinos, que dan cuenta siempre de la unidad del mundo explicitada en la unidad de la razón, la pasión, el cuerpo y el corazón, los cuales se basaban en una relación que él denominaba más cercana a la realidad, y era la relación sujeto-sujeto que también reconocía por estar en la realidad más respetuosa del entorno social.

Estos textos auscultan con profundidad la manera cómo los territorios son constituidos en sus múltiples aspectos, no solo por las narrativas del poder sino también por las de sus habitantes, los cuales la viven, la explican y la transforman desde sus comprensiones, que la mayoría de las veces son diferentes a las de la academia clásica, en cuanto son sus luchas y resistencias las que otorgan sentidos e identidades. En esta perspectiva, la idea de praxis que reelabora desde ese sentido común y de los saberes no académicos, le van a servir como horizonte de ruptura epistemológica que lo llevará a la formulación de que, si miramos la vida de la gente, es posible distanciarse del positivismo como única manera de explicarla[29]. En ese sentido, en el corazón del proyecto de Fals está la idea de territorio como el espacio que articula y construye desde las identidades y cosmogonías de los grupos sociales sus sentidos, proyectos y prácticas.

Para resolver esta crítica propone la Investigación-Acción Participante, como ruta para ver de qué manera los grupos populares no academizados organizan un conocimiento desde su quehacer, mostrando cómo ese saber que a veces es desdeñado como folclor, tiene su propia racionalidad y su propia estructura de causalidad. En ese sentido, va a tener validez científica así esté por fuera del edificio formal de la ciencia clásica[30]. Pensamientos y acciones que marcaron todas las generaciones de las diferentes escuelas rebeldes por construir lo propio, de tal manera que les permitiera dialogar con Occidente de igual a igual, y que en su visión permitió los viejos centros de cientificidad, neutralidad valorativa y de validez de resultados.

Este camino de elaboración temprana va a tener una veta que nunca abandona en su obra, que lo llevará por el camino de reconocer ese saber de los sectores populares como otro tipo de conocimiento, el cual era muy visible en la vida indígena, las rebeliones, la experiencia de la gente en su día a día, o en las herejías, y frente a todo ello señalaba que para poder leerlas en otra clave, se requería una opción ético-político-cognitiva, lo cual convierte a la investigación-acción participante como una forma de actuación política con un compromiso en una acción “científico-política”, que se vincula para ayudar en los procesos de empoderamiento, organización y lucha de los sectores sociales populares, a la vez que va a ser una crítica al predominio del positivismo en las ciencias sociales, y más radical, en cuanto permite la emergencia de una epistemología surgida en el sur[31].

Para él adquiere tanta fuerza la propuesta que en el discurso del Premio Malinowsky dice: “Por tanto, mi primera conclusión al final del día de hoy es que la Investigación-Acción Participante encajó en un marco superior de experiencias, conocimientos, sentimientos e intuición, los cuales podrían ser rastreados hasta los tiempos homéricos, si la tradición fuera occidental, o al Popol Vu si uno deseara circunscribirse a la era de Cikinbuab”[32]

En esta mirada señala como esa organización de la sociedad basada en la dicotomía entre desarrollo y subdesarrollo ha sido construida por una escala de poder que desconoce la complejidad y la fragilidad del medio tropical, caracterizado por sus comunidades multiétnicas y biodiversas. Si las desconocemos, nos convertirán en promotores de la economía del consumo, que a nivel conocimiento significa el uso de “paradigmas desarraigados del contexto propio”. Por ello propone la construcción de paradigmas endógenos enraizados en nuestras propias circunstancias, que no rompan la unidad humana- naturaleza y que encuentra interrelación con los paradigmas críticos europeos en desarrollo por ejemplo en los procesos: de complejidad, sistemas, fractalidad y otros.

Esto significaría: “sustituir las definiciones discriminatorias entre lo académico y lo popular; entre lo científico y lo político, sobre todo en la medida en que se haga énfasis en las relaciones complementarias”[33]. Para Fals, esas discusiones tenían consecuencias políticas y desde ese entendimiento plantea su “socialismo raizal” o “enraizado”, diferenciándose también del eurocentrismo marxista sin desecharlo, y da sentido a una acción política  en nuestros contextos latino, caribe y mesoamericano soportados en las particularidades del humano tropical: la solidaridad del mundo indígena, la búsqueda de libertad del afro palenquero, los sentidos de autonomía de los colones y la dignidad de los campesinos, lo cual nos va a dotar de un proyecto propio desde nuestras particularidades y establecer lo que él llamaba “la segunda república”.

Ese encuentro de lo académico y lo popular exigió en la propuesta metodológica un diseño de “devolución sistémica”, la cual permitía el intercambio de conocimientos, que exigió un mayor ejercicio en el lenguaje que permitiera la comprensión de procesos, resultados y dinámicas que exigía: “un diferencial de comunicación que llevó a pensar en la incorporación de técnicas variadas, musicales, teatro, multimedia, para lograr la mutua comprensión.

Todos estos planteamientos tienen su concreción en una propuesta investigativa que, recuperando los diferentes planteamientos de la teoría de la acción: Lewin, Sol Tax, Anisur Rahman, va a ir encontrando en Fals, a través de la participación, un núcleo de pensamiento que da forma a la investigación acción participante con una fundamentación que enfrentó la neutralidad valorativa, tan en boga en los científicos sociales. Ella dio lugar a la necesidad de reconocer al observador como parte del mundo que se investiga, de cómo la investigación tiene consecuencias transformadoras en la realidad, de cómo el mundo enunciado estaba construido desde múltiples mundos en unidad contradictoria, y que leerlos así implicaba enfrentar las dicotomías sobre las cuales estaba construido el relato occidental eurocéntrico. Esto mostraba la capacidad de ligar pensamiento transdisciplinar y pensamiento raizal propio.

Ello le permitió también darle un lugar a la emergencia de lo que él denominó la “antiélite juvenil”, que vio como el comienzo de confrontación a la clase caudillesca eurocéntrica. Para Fals esta juventud se estaba moviendo con el principio huitoto de “kasiyadu” o renacer, del cual recuperó la función cultural y la personalidad horizontal del ser humano integral.

Fals abandonó la universidad a finales del 60 del siglo pasado, buscando replantear la manera del encuentro entre la universidad y los grupos populares, en cuanto para él era urgente forjar el diálogo entre estas dos cosmovisiones, de un lado, la eurocéntrica propia de los activistas externos o académicos, y la otra, telúrica o regional, que privilegiaba lo inmediato y lo cotidiano.

La ruptura de Fals con la universidad, en donde fue compañero del sacerdote guerrillero Camilo Torres Restrepo, la adujo para hacer un trabajo coherente con su pensamiento en medio de los campesinos de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC. Cuando regresa a la universidad 20 años después, escribe un texto muy actual en donde invita a desafiar la manera cómo se había entronizado la institucionalidad de la ciencia eurocéntrica en nuestro contexto, mostrándolo como otro dogmatismo que invita a romper y a encontrar incesantemente las causas que hagan complementario, de una manera dialéctica, el conocimiento popular y el conocimiento científico.[34]

En la lectura actual de quienes consideran válido y vigente el pensamiento de Fals y, además, buscan recrearlo, profundizando en esas otras formas de los otros conocimientos, saberes, cosmovisiones, cosmogonías, como lo muestra el texto de Rappaport, que permite ubicar esa actualidad del pensamiento y elabora una crítica a quienes anunciaron su agotamiento y que se desplazaron a la etnografía o a la investigación colaborativa.[35]

Las rebeldías de un sentipensante

El camino trazado por nuestro autor a lo largo de su vida, va a ser en coherencia con su vida social y personal; los signos de esas rebeldías que a manera de síntesis pudiéramos organizar en cinco. En ese sentido, el maestro Fals Borda bebe de esa rebelión latinoamericana y se suma a ella, enfrentando las particularidades que toma en nuestra realidad esa modernidad que ha construido en todos nuestros ámbitos de socialización una especie de matriz cultural extraña. Como bien decía el autor: “…los paradigmas que han moldeado nuestra formación profesional en general, han sido constructos culturales de origen eurocéntrico.”[36] Llegar a esta afirmación le exigió a nuestro autor una ruptura que fue realizada desde adentro, ya que su formación inicial había sido realizada desde la sociología funcionalista con la cual va rompiendo paulatinamente, haciendo visible el periplo intelectual de Orlando.

Rebelión contra el eurocentrismo

Cuando el autor debe enfrentar esas miradas hace consciente una rebeldía que lo coloca en contraposición a una epistemología única, la forjada en la mirada de las disciplinas y el pensamiento lógico racional, las cuales conocía profundamente ya que había sido formado en las escuelas sociales norteamericanas de la época, con su título en la Universidad de Wisconsin y Florida. Este primer giro es elaborado desde el contacto con la realidad colombiana, la cual le muestra la insuficiencia de estos desarrollos conceptuales eurocéntricos para dar cuenta de una realidad que se le escapaba en el análisis. En ese sentido, su rebeldía frente a ese poder epistémico es alimentado desde el contacto con esos campesinos en el mundo boyacense, en donde construye los gérmenes de lo que luego sería la organización de la acción comunal en nuestro país.

Rebelión contra las izquierdas clásicas

Ese contacto con la realidad lo acercó a las visiones y concepciones críticas en las ciencias sociales y de forma específica al marxismo de la década del 60 y 70 en nuestro contexto, fuertemente influenciado por las grandes corrientes internacionales soviética, china, trotskistas, posiciones frente a las cuales mantiene un debate permanente, también por su incapacidad de entender las particularidades de esa teoría en nuestra formación social, lo que va a caracterizar una especie de herejía en su momento. Esa distancia se hizo más profunda al tener su acercamiento y un contacto más profundo con los grupos populares a través de la fundación La Rosca en los departamentos de la costa caribe colombiana. Es ahí donde la categoría de pueblo contrapuesta no solo a las élites dominantes sino a la forma de las culturas y de las identidades le marcan un alejamiento y rebeldía frente a esa concepción de clase que no alcanzaba a designar desde sus miradas, las particularidades y especificidades de los sujetos históricos construidos desde los múltiples territorios de nuestras latitudes.

Rebelión con la visión religiosa dominante

Las rebeldías de Fals van y vienen con su vida, no solo en la esfera pública, sino también en la esfera más íntima, donde vive una visión de fe y trascendencia que no solo le significa el señalamiento que le hacen los grupos de diferentes latitudes, sino que lo alejan del catolicismo como forma religiosa mayoritaria en nuestro país. Esa participación en las iglesias reformadas (presbiterianas) le generan también un señalamiento de la izquierda armada y ligada al pensamiento materialista y ateo, quienes llegan a señalarlo como servidor de los intereses norteamericano en nuestros contextos y alguien inhabilitado de participar en procesos emancipatorios por sus características de fe.

Rebelión contra las formas de relación entre la academia y los movimientos

El periplo vital como luchador de nuestro autor, hace que la construcción de la investigación-acción participante no sea solo una manera de abordar la realidad sino un posicionamiento ético frente al mundo y a las variadas formas de poder que se constituyen a derechas e izquierdas, para no hablar de sus búsquedas afectivas de sus últimos años, que eran ejemplo también de forma coherente de una vida en permanente rebeldía y herejía.

Poco espacio para tan grande pensador, quien estuvo en procesos de coordinación de parte de las dinámicas alternativas en el mundo durante su vida. Estuvo en los orígenes de CLACSO, quien publicó un texto póstumo con una selección de su obra que invitamos a leer con la referencia anterior del CEAAL, de quienes fue presidente; promovió grandes eventos de reflexión de la ciencia social crítica de su tiempo (Cartagena 1977 y 1995). Fals Borda forjó además un activismo político, que en Colombia desembocó en la unidad de las izquierdas en torno al Polo Democrático Alternativo como camino, según sus palabras, “para frentear la violencia y cortarle la cabeza a esa hidra”. De alguna manera, el pensamiento y análisis de la violencia en Colombia había atravesado su obra desde muy temprano, cuando elaboró junto a Germán Guzmán y Eduardo Umaña Luna, el gran estudio sobre esa problemática en la década del ‘60[37], tanto que Fals se llamaba a sí mismo ser: “de la generación de la violencia”, un pensamiento que no se detiene, en cuanto sigue iluminando reflexiones para la nueva crítica de este tiempo.

  1. Investigación-Acción Participante y educación popular, un encuentro de mutuo enriquecimiento

Orlando Fals Borda y su pensamiento sigue dando luces para un accionar de dos dinámicas que irrumpieron en nuestro continente con más fuerza en la segunda mitad del siglo XX y en lo corrido de este, tratando de animar unas ciencias sociales comprometidas con los intereses de construir un saber que, a la vez que se hace riguroso, desbroza nuevos caminos para mantener un nexo con la realidad y aportarle a su transformación desde una praxis regida y complementada por una frónesis, entendida como la moral que da la sabiduría para las cosas prácticas y sobre todo, para cambiar las cosas y nuestra vida, que es aquello que nos hace buenos. Por ello, no es posible entender la praxis sin ella. Por ello el activismo, en sus palabras, no es suficiente.

Educaciones populares y pedagogías críticas desde América Latina

En América latina se ha desarrollado un pensamiento educativo y pedagógico que bebe de las teorías de la izquierda critica en sus múltiples explicaciones, marxista frankfuriana, posestructuralista, post moderna, del pensamiento complejo, de teorías de la decolonización, y en ocasiones, de la filosofía clásica kantiana, en muchos casos mezclando aspectos de varias de esas corrientes. Desde mi punto de vista, muy pocos se mueven en una sola postura. Las particularidades de las rebeldías de nuestro contexto han hecho que estas concepciones, al animar prácticas y dinámicas de transformación en los territorios, dejan de ser pensamiento monolítico y tienen que adaptarse a las condiciones de los contextos, generándose una reapropiación y reelaboración de ellas.

El ejercicio educativo y pedagógico siempre debe tener consecuencias prácticas, lo que ha llevado a que en nuestro continente esas formas no sean puras en ningún lugar, más allá de los manuales o de los textos que buscan trazar taxonomías para ser comprendidas. Esto permite que infinidad de nombres vayan poblando este ejercicio educativo y pedagógico, en una mezcla que al ir y revisarlas conforman un híbrido de múltiples influencias. Por eso es común encontrar que se citan autores como Makarenko, Krupskaya, que vienen del socialismo real, entremezclados con pedagogías críticas de origen norteamericano como Giroux, McLaren, Michael Apple o de las corrientes europeas como Freinet, Bourdieu, Passero, Gramsci, Bernstein y otros.

La centralidad de estas diferentes posiciones que hacen referencia al control político-económico y la manera como el mismo se manifiesta en la vida de la educación y de las escuelas, fue parte de lo que desentrañaron los pensadores de Frankfurt al adentrarse en el tema del poder y los intereses en juego en la ciencia, el conocimiento y la tecnología, develando su aparente objetividad. Este tema es retomado por diferentes posiciones desde América Latina que, influenciada por tales pensadores, intentan leer a su luz el impacto que tiene la tercera y la cuarta revolución industrial en los aspectos educativos, escolares y pedagógicos.

Pudiéramos afirmar que a todas las posiciones las acompaña la obsesión por la manera cómo el poder transnacional y sus organismos multilaterales toman hoy forma educativa y pedagógica, y la manera como ellas prefiguran con especificidad las resistencias y las re-existencias con las cuales se quieren construir otros mundos, sin dejar de reconocer posiciones que vienen también de corrientes clásicas, que señalan que intentar entrar a la esfera de la pedagogía es desviarse de los caminos de la revolución y acercarse a un reformismo modernizador que olvida que solo transformando el sistema se transformarán los aparatos ideológico-políticos que sostienen al capitalismo. Por eso decimos que en Nuestraamérica hoy se escribe en forma teórico-práctica un capítulo por hacer real la reconfiguración con formas propias, no solo de las concepciones críticas en educación, sino también de un pensamiento transformador que interpela la tradición política y le da forma desde nuestras particularidades contextuales, enmarcados en una tradición por construir lo nuestro.[38]

Esto da origen a unos tipos de subjetividad rebelde que, para el campo especifico de la educación, se inician desde los tiempos de la conquista en las luchas contra las colonias y, desde luego, contra las elites republicanas que instauraron el eurocentrismo como única manera de darle forma a estos territorios. En esta tradición que tiene múltiples vertientes, muchos nos reconocemos herederos de Simón Rodríguez el maestro de Simón bolívar, dando forma en su peculiar manera de construir su propuesta de educación popular, a una tradición que continúa haciéndose en nosotros, educadores críticos de múltiples visiones y tipos, en un pensamiento que hoy debe ser actualizado para dar respuesta al cambio de época, y a los esfuerzos del capitalismo cognitivo por apoderarse o neutralizar la capacidad crítica de los procesos alternativos, con una praxis que prosigue en la elaboración en múltiples territorios y nos hace nómadas, en cuanto aprendemos todos los días.

Este escenario muestra hoy un mundo que es retado en el mismo tiempo y espacio por seis momentos tan particulares de la humanidad.

Transformaciones epocales, cambios civilizatorios y replanteamientos a la educación

En esta perspectiva, la educación y la escuela ya estaban en una profunda crisis antes de la sindemia.[39] Lo único que hizo esta fue agregarle nuevos elementos a su caracterización y que, desde mi visión, es un mundo que vivía cinco grandes transformaciones y ahora se le agrega una sexta, que también modifica el escenario en forma sustancial. Ellas serían:

  • Un cambio epocal que, a decir de Charpak, premio Nobel de física, representa una “mutación” no vista desde el neolítico, la revolución de la agricultura y el lenguaje oral. Esto tiene un impacto en la educación, en cuanto el mismo autor desarrolla a fondo la propuesta de pedagogías desde la investigación[40].
  • El paso entre la tercera (microelectrónica) y la cuarta revolución industrial (la inteligencia artificial y el trabajo inmaterial), la cual tiene 50 años de su transición entre ellas, cuando entre la primera y la segunda necesitamos 200 años para su desarrollo, visibilizando la velocidad de los cambios de este tiempo[41]. En educación, la introducción de las tecnologías de estas dos revoluciones a los procesos escolares, que se ve reflejada en la educación virtual-digital autoadministrada.
  • El surgimiento de un capitalismo cognitivo, el cual realiza sus grandes acumulaciones en el conocimiento y la ciencia convertidos en fuerza productiva, diferenciando entre los países centrales y los de la periferia, y una centralidad del trabajo humano, lo cual constituye la singularidad de este[42]. Esto reordena la educación desde el STEM.
  • Crisis ambiental climática producida por la manera de vivir y consumir de los humanos y de relacionarnos con la naturaleza, lo que algunos grupos originarios han comenzado a llamar el “terricidio” y otros el Antropoceno o el “capitaloceno”. En educación, todos los asuntos ambientales se curricularizan y van a la escuela bajo las más variadas formas.[43]
  • Las luchas de las diferencias y la diversidad introducen unas transformaciones que van desde los pensamientos propios del orientalismo, nuestraamérica, las denominadas del sur, y las singularidades planteadas por las luchas de género, la diversidad sexual y las discapacidades, así como las luchas étnicas. Todo ello construye un nuevo escenario de asuntos a ser trabajados en las instituciones educativas.[44][45]
  • En medio de esas transformaciones aparece la sindemia y produce unos cuestionamientos más profundos al modelo civilizatorio construido por occidente y la modernidad[46], la cual ha reintroducido en la escuela un discurso sobre las emociones, el cuidado, el autocuidado en la vieja manía de curriculizar los problemas.

Estas seis transformaciones concurren hoy para construir un escenario que pudiéramos caracterizar con un aforismo de Confucio: “la crisis es un instante entre dos claridades”. Y nosotros, los humanos de este tiempo de cualquier concepción política, teórica e ideológica, nos encontramos en ese “instante” en el cual son resignificadas y replanteadas muchas de las instituciones, imaginarios culturales, sistemas de mediaciones, soportes de la acción humana que habían constituido la sociedad. De este tiempo había hablado Gramsci[47] desde la cárcel, cuando interpretó desde ahí su tiempo: “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro (interregno) surgen los monstruos”.

Hablar hoy de estas formas particulares que dan sentido a las rebeldías educativas y pedagógicas nos exige reconocernos en una historia en donde el camino recorrido por las pedagogías críticas en nuestros contextos, nos permite decir que no son un campo unificado, ni en el mundo ni en Nuestraamérica, pero en las dinámicas sociales especificas marcadas por los diferentes ámbitos, actores, movimientos, grupos de impugnación, van tomando forma posiciones que enfatizan en algún aspecto y reciben diferentes denominaciones. Lo importante aquí es la manera cómo se hacen complementarias esas múltiples entradas para construir los nuevos territorios de la impugnación y la emancipación desde las educaciones y las pedagogías.

Entre las principales tendríamos: la educación intercultural, la comunitaria, la del campo, la de la madre tierra, las insumisas, las corporeidades rebeldes, las de la resistencia, las de la reexistencia, la popular, las situadas y contextuales, las decoloniales, las rebeldes emergentes, las propias, las críticas, la educación en familia y en casa, las de didácticas no parametrales y muchas otras que muestran la riqueza y la atomización de sus desarrollos. Es decir, cuando hablo de educaciones populares me estoy refiriendo a una de estas corrientes que existen y que además tiene la particularidad de que no podemos hablar de ella en singular, hay que hablar de educaciones populares y, en ese sentido, podemos decir que hay que hacer una delimitación frente a algunos que todavía reducen la educación popular a una “educación de adultos”, con una lectura que no recoge sus desarrollos, que es solo la que se hace con los sectores sociales populares, que es no formal y muchos otros aspectos.

Hoy tenemos que decir que la educación popular es una propuesta para toda la sociedad, para todas las educaciones y es uno de los principales procesos que se configuran hoy como campo en disputa en el momento en el cual el capitalismo cognitivo intenta arrasar y construir la tercera homogenización, la de la educación, que va a intentar consumar el cierre de las dos anteriores: la homogeneización biótica a través de la cual controló la naturaleza y la cultural, que realizó un proyecto y una narrativa única para explicar el mundo construido desde occidente y que se visualizó en los procesos del eurocentrismo. Estos han dado forma a las opresiones de hoy que, colocadas en escenarios de lucha, nos recuerdan que somos socialmente iguales, humanamente diferentes, culturalmente megadiversos y somos naturaleza.

Podemos decir que hoy esta educación que se mueve en América Latina y otros lugares del planeta, que intenta darle forma a esos procesos a través de los cuales construimos la disputa en educación y pedagogía, nos plantean que hoy estas educaciones populares son, y se siguen haciendo como propuestas que se ha constituido desde múltiples vertientes de las pedagogías críticas y de las educaciones populares. Desde mi perspectiva, este acumulado propio tiene ocho características que voy a plantear rápidamente, en cuanto nos mostrará que va a ser posible hoy, de acuerdo con las teorías desde las que se mire, hablar de un cuerpo y una unidad práctica que, para algunos, construye nuevos paradigmas, para mí y otros autores, bifurcaciones[48]. Estas características son:

  1. Con una tradición histórica y un legado que se soporta en rebeldías teóricas y en luchas transformadoras.
  2. Una epistemología fundada en cosmogonías propias desde los territorios.
  3. Con unos desarrollos pedagógicos y metodológicos propios (diálogo de saberes, confrontación de saberes, negociación cultural, construcción de los comunes, proyecto transformador).
  4. Con propuestas investigativas construidas en sus procesos sociales y acumulados (IAP, sistematización, otras).
  5. Con un sentido utópico que recupera el adelante es atrás como crítica a la modernidad, el progreso y el desarrollo.
  6. Con una matriz ética soportada en la megadiversidad de sus territorios.
  7. Con unos ámbitos propios anclados en los lugares donde se construye subjetividades y determinan sus metodologías fundamentadas en sus pedagogías.
  8. Unos fundamentos y un acumulado teórico práctico que orientan sus diversas actuaciones, que le permite una fundamentación inter y transdisciplinaria tejida desde la pluriversidad de rebeldías de nuestros contextos.

Pudiéramos cerrar citando a uno de los grandes continuadores de la obra de Paulo Freire, quien dice:

La historia de las ideas pedagógicas en estos tiempos, presenta importantes marcos teóricos, entre los más significativos está sin duda la obra de Paulo Freire, con su producción por referencia, muchos educadores, principalmente de América Latina, consolidaron uno de los Paradigmas más ricos de la pedagogía contemporánea, la educación popular, la gran contribución del pensamiento pedagógico Latinoamericano a la Pedagogía mundial.

Moacir Gadotti[49]

De igual manera, uno de los personajes que más ha encarnado el encuentro entre educación popular e investigación-acción participante nos muestra esa unidad del desarrollo actual en los procesos que se dan en ese encuentro, como se muestra en la siguiente cita:

…Se trata de estar atento, con la misma atención con la que leemos los libros que nos llegan a cada momento de Europa, aprender a oír y a leer también lo que dicen y escriben las mujeres y los hombres pertenecientes a los pueblos de nuestro continente. Aprender a oírlos y a leerlos no como “seres del folklore” o como autores de algo que solo tiene sentido cuando es retraducido por mí, leerlos como sabios, entre maestros y doctores que nos llegan de una u otra cultura, culturas diferentes.

Carlos R. Brandão[50]

En el corazón de la educación popular está el conocimiento de la realidad y los intereses existentes allí, pero con una opción ética de transformar la sociedad desde los intereses de los grupos que sufren opresión y exclusión. Pero esa sola bondad no garantiza el buen sentido de la acción, si no cuenta con la regulación ética y allí el mensaje al que apela Simón Rodríguez para recordarnos que nos debemos reinventar todos los días, invitando a no dar por clausurados nuestros caminos como educadores populares o investigadores de la acción participante[51], donde estas últimas deben ser recreadas todos los días para dar respuesta a un mundo en constante cambio.

En su desarrollo, el mismo Fals en escritos posteriores que rememoraban el encuentro mundial de Cartagena de IAP (1967), mostraba cómo allí se manifestaron dos tendencias muy fuertes: una activista de corte latinoamericano desde la Investigación-Acción, y la canadiense, quienes se movían más en un horizonte de participación, las cuales se mantuvieron separadas bastante tiempo, lo cual sería decantado con la discusión y las reflexiones posteriores que le llevaría a unirlas[52].

Apuntes críticos a la IAP y a la educación popular

En ese sentido, también en todo este tiempo a los dos procesos se le han hecho una serie de críticas, entre las cuales pudiéramos colocar las siguientes, a manera de enunciación:

  • Una sobrevaloración de lo político que en ocasiones generó desmedro de la reflexión epistémica;
  • El desdeñar procesos metodológicos y avanzar con rigor en sus procesos a nombre de la crítica al objetivismo racional desde las propuestas transformadoras;
  • La participación que predominó en sus prácticas reduce ésta a dinámicas participativas y de animación socio-cultural negando la teoría;
  • Una epistemología populista que exalta el saber de los grupos populares sobrevalorando su sentido común y negando otros conocimientos;
  • En muchos casos se tiene un discurso de izquierda soportado en epistemologías de derecha;
  • Las técnicas participativas utilizadas en diferentes experiencias trabajan sobre un principio de neutralidad de ellas;
  • En las relaciones investigativas y educativas, y de otros procesos que se dieron en América Latina, se tomó el saber popular como una especie de vulgarización o esquematización, bien sea de los grupos populares o del saber erudito.

Plantearse estos asuntos a estas alturas del siglo XXI significa tener una exigencia para que sigamos tramitando estas críticas y muchas otras y trabajar caminos de articulación, complementariedad y diferenciación de lo que llamo las rebeldías latinoamericanas, las cuales han venido enriqueciendo la reflexión al cruzar algunos elementos de sus desarrollos conceptuales y metodológicos mostrando una visión que cada vez hace más potente ese encuentro, a la vez que muestra un nuevo dinamismo teórico práctico para interpretar nuestras realidades, que se sigue enriqueciendo con nuevas miradas.

Convergencias entre educaciones populares y la IAP

En el sentido de lo planteado, uno de los encuentros más fecundos y que ha construido una complementariedad en permanente autocrítica ha sido el de la investigación-acción participante y la educación popular, lo cual ha permitido abrir caminos para esos nuevos desarrollos en los más variados nichos de nuestra realidad. Miremos algunos de esos aspectos que se han ido enriqueciendo en ese encuentro.

  1. Reconocer en la práctica de las personas un lugar epistemológico, que ha permitido la producción de saber y conocimiento de parte de grupos a los cuales les había sido negada esa condición en las diferentes formas del capitalismo y sus diferentes dispositivos de saber y conocimiento, permitiendo también una crítica a la separación entre trabajo manual y trabajo intelectual como uno de los soportes del control y del dominio de estos tiempos, especialmente cuando la ciencia, el saber y el conocimiento se han convertido en fuerzas productivas.
  2. Este lugar epistemológico desarrollado en diferentes procesos investigativos desde Nuestra América, de forma especial por la sistematización, comprendida como una forma de investigar las prácticas con vocación emancipadora, gesta un lugar de reflexión que a la vez que le da sentido y pertenencia a la acción humana teje una filigrana que se hace tejido con la experiencia, lo cual permite reconocer en esos ejercicios teórico-prácticos una vocación transformadora con sus variadas denominaciones: revolucionaria, descolonizadora, liberadora, insumisa.
  3. Un profundo sentido intercultural que se hace visible en la manera cómo en la IAP todos los seres humanos conocen como senti-pensantes y desde las particularidades de su mundo, y en la educación popular se hace fundamento en su propuesta pedagógica y metodológica, que tiene como soporte el diálogo de saberes que da forma a la intraculturalidad y que en posteriores desarrollos profundiza en la confrontación de saberes que permite incorporar la intraculturalidad y la negociación cultural como fundamento de la transculturalidad y la construcción de los comunes para la acción transformadora[53], y que reconoce una tradición de pensamiento educativo y pedagógico en América Latina[54].
  4. El reconocimiento de los saberes de todas y todos en las dos propuestas no solo nos abrió a un mundo donde no hay sujeto que a la vez que enseñe no aprenda y educador que no investigue para educar, clausurando todas las miradas cerradas del mundo, reconociéndonos como co-creadores en un mundo que es y se sigue haciendo. En mi caso, logramos desarrollar en este cruce, la propuesta de la Investigación como Estrategia Pedagógica – IEP[55], la cual fusiona IAP, educación popular, comunicación popular y recupera allí la tradición del conocimiento occidental, las sabidurías ancestrales y los saberes de la gente y de los movimientos.
  5. Potencia la integralidad de lo humano, reconociendo que somos humanamente diferentes, culturalmente diversos en un mundo donde somos parte de la naturaleza, mostrando cómo al negar cualquiera de estos niveles surgen las opresiones que se gestan al negar lo humanamente diferente y lo culturalmente diverso, lo cual hace que toda acción investigativa y educativa requiera la pregunta ética por el futuro del planeta, el cosmos y la humanidad. Y en ese sentido, toda acción exige auscultar esos intereses comunes de la vida.
  6. Se reconocen en la tradición occidental de la investigación y la educación para replantearla, por ello se cuestiona la manera cómo la universalidad excluye y niega otras epistemes, y por lo tanto, se cuestiona la asimilación de educación a escolaridad para todas y todos, llena a esta de nuevos contenidos, no solo rompiendo las fronteras entre lo formal, lo informal y lo no formal, sino reconociendo que toda acción educativo existe en un contexto específico orientada por intereses concretos, haciendo política a la pedagogía.
  7. Las dos fueron planteando una diferencia con las formas de la academia clásica desde posiciones diferentes, en algunos casos de negación de ella que en ocasiones llevó a algunos de sus cultores desde la investigación a abandonarla y en el caso de la educación popular, a negar la posibilidad de su trabajo a su interior, lo cual en un largo devenir fue mostrando que en la sociedad globalizada todos los espacios y todos los territorios eran escenarios en disputa, los cuales debían ser convertidos en lugares de resistencia y reexistencia.
  8. El reconocimiento de la realidad anterior exigió a la IAP desarrollar propuestas metodológicas capaces de hacer el ejercicio de descolonizar las metodologías y a la educación popular generar propuestas pedagógicas y metodológicas que permitan trabajar desde las capacidades (fundamento de lo humano), las habilidades (como capacidades en la cultura) y no solo propuestas para solo competencias, y por esa vía el reconocimiento de unas geopedagogías no solo para la innovación y la modernización de la educación sino para su transformación en los múltiples ámbitos de la actuación humana.
  9. El sentido colectivo y movimentista de ambas les ha permitido encontrar un sentido profundo en la participación para la transformación y en el reconocimiento de que ésta debe ser la resultante de procesos de organización y movimientos, lo cual mostró su potencia a finales del siglo pasado y lo corrido de éste, gestando formas políticas progresistas que accedieron a los gobiernos y que a la vez en muchos casos dejaron ver los límites de las concepciones del poder con los cuales se promovieron esas transformaciones y las prácticas de él. Ello sirvió, de manera paradójica, para avanzar en las propuestas de educación popular y de la IEP, pero a la vez visibilizando los límites del tipo de individuación y subjetividad rebelde construida, lo cual está exigiendo autocrítica y replanteamientos de las diferentes experiencias, mostrando la necesidad de repensar los asuntos del poder.
  10. También en este largo devenir, la idea de lo popular se ha ido reconfigurando, desde el viejo entendimiento liberal que lo asocia a la masa y al pueblo, y la respuesta del pensamiento crítico que recuperando la idea de pueblo, lo va a igualar al lugar político de enunciación del cambio, y que en el devenir latinoamericano va a ser asociado a clase, pobreza y opresión. Ello significó relacionarlo a una práctica política emancipadora, lo cual luego fue cuestionado por pensamientos posmodernos y comunicativos que plantearon la disolución de lo popular en el entrecruce de la tercera y la cuarta revolución industrial.

En ese tránsito aparecieron nuevas dinámicas de mediación, que van a llenar de nuevos sentidos a lo popular y esas otras formas de opresión que surgen en la diversidad, la diferencia, las múltiples maneras de habitar los territorios en la globalización. También en la diversidad de epistemologías y sus correspondientes cosmogonías y la ruptura en la manera de entender las relaciones entre lo humano y la naturaleza, con sus consecuencias en las construcciones de las individuaciones y las subjetividades que traen consigo la emergencia de nuevas formas de lo comunitario y lo comunal, con sus consecuencias ético-políticas, es decir, lo popular se comienza a llenar de complementariedades que enuncian otras maneras de ser, estar, convivir, resistir y reexistir.

  1. Se ha construido un acumulado propio que sigue en reconstitución, por ello podemos decir que estas dos expresiones de la rebeldía latinoamericana se reconocen como existentes en múltiples campos, territorios, movimientos, que las hace cada vez más ricas, más fuertes, pero siempre inacabadas ya que se sigue tejiendo con los cambios del mundo, de nuestras realidades, de nuestras opresiones, pero también como con la manera cómo ellas están en nosotros, en un mundo que se sigue haciendo y en unas teorías críticas y emancipadoras que tienen que construir otros caminos donde sea posible la crítica de la crítica.
  2. Uno de los lugares más fecundos ha sido el ir encontrando que ese campo conceptual y práctico está fundado sobre una injusticia epistémica que ha negado otros conocimientos, lo cual ha dado origen a un pensamiento del sur[56], construido no geográficamente sino sobre una variante de desigualdad, lo cual ha permitido ir elaborando otras injusticias, como la hermenéutica, que da cuenta de la brecha en los recursos de interpretación que tienen los procesos colectivos o la testimonial, que hace una negación de saberes por no ser enunciados en una comunidad epistémica clásica, o la histórica, que niega otras formas de conocer de aquélla que ha sido convertida en LA civilización, y la cultural, que sigue insistiendo en una sola especie, razón y conocimiento.

Un trabajo reciente sobre Fals Borda, que recomiendo, su autor hace un perfil que vale la pena recordar para invitar a la lectura de este texto, como una buena síntesis del pensamiento de nuestro senti-pensante caribeño:

La rebelión intelectual y la disidencia política emprendida por Orlando Fals Borda constituyen un precioso legado y materia prima indiscutible para los nuevos retos que presenta el mundo contemporáneo. Su esfuerzo de “recolocar a Newton y Descartes (pero también a Hegel) para hacer del conocimiento una herramienta útil a los fines prácticos de la vida, puede servir de insumo para enfrentar y superar no solo el positivismo, el dualismo y el estructural funcionalismo (que de nuevo se instalan hegemónicamente en los discursos con nuevos ropajes), sino los cinco asesinatos que promueve y desarrolla cotidianamente la modernidad: contra los sujetos, la naturaleza, los saberes distintos, las espiritualidades alternativas y la ética alterativa.[57]

Como vemos en esta apretada síntesis, educación popular e investigación acción participante siguen proponiendo construir otros mundos desde los desheredados de hoy que han actualizado los de ayer, pero que siguen buscando esa praxis con frónesis. Nada mejor para terminar que darle la palabra al otro maestro cuando en su Pedagogía de la Autonomía nos decía:

No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza. Esos quehaceres se encuentran cada uno en el cuerpo del otro. Mientras enseño continúo buscando, indagando. Enseño porque busco, porque indagué, porque indago y me indago. Investigo para comprobar, comprobando intervengo, interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco y comunicar o anunciar la novedad. Hoy se habla, con insistencia, del profesor investigador. En mi opinión lo que hay de investigador en el profesor no es una calidad o una forma de ser que se agregue a la de enseñar. La indagación, la búsqueda, la investigación, forman parte de la naturaleza de la práctica docente. Lo que se necesita es que el profesor, en su formación permanente, se perciba y se asuma, por ser profesor, como investigador.

Paulo Freire[58]

[1] Seminario de la Cátedra Unesco Community Based Research and Social Responsibility in Higher Education. Formación de la nueva generación de investigadores desde la perspectiva IAP. Universidad de Ibagué/Universidad de Los Andes – 22 y 23 de febrero de 2023

[2] Fals Borda, O. Pertinencia actual de la educación popular y proyección en los años venideros. En: Revista La Piragua No.21. CEAAL-México. 2004. Págs. 105-107.

[3] Fals Borda, O. La Investigación Acción en convergencias disciplinarias. Conferencia para recibir el premio Malinowsky de la Society for Applied Anthropology y el premio Oxfam-América Martin Diskin de la Latin American Studies Association (LASA). Borrador (3). Agosto de 2007.

[4] Este acápite se ha tomado de mi texto Educación(es), escuela(s) y pedagogía(s) en la cuarta revolución industrial desde Nuestra América. Tomo III. Bogotá. Desde abajo. 2020. Págs. 159-164.

[5][5] En la lengua del pueblo Kuna, Abya Yala tiene el significado de: “tierra viva”, “tierra en florecimiento” o “tierra madura”. A partir del año 2007, en la Tercera Cumbre continental de los pueblos y nacionalidades indígenas de Abya Yala realizado en Guatemala, se constituyó la Coordinación continental para que, desde esta visión, en la cual los hermanos de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir bien enfrenten las políticas de la globalización neoliberal y luchen por la liberación definitiva de los pueblos hermanos. El nombre se toma como resistencia al nombre de América implantado por los conquistadores.

[6] Esta idea se organiza sobre “el avance progresivo del capitalismo y que buscaba diferenciar del sentido de evolución de la naturaleza y ha servido al eurocentrismo de izquierdas y derechas para reconocer siempre un más alto desarrollo de las fuerzas productivas, en una mirada antropocéntrica e individualista sobre la cual se va a montar la escalera de las revoluciones industriales, situación que denuncia Leopoldo Zea (Zea, L., El positivismo en México. Nacimiento, apogeo y decadencia. México. Fondo de Cultura Económica. 1975).

[7] Quijano, A., “Colonialidad del poder y clasificación social”. Journal of World-Systems Research. vi, 2, summer/fall 2000, 342-386. Special Issue: Festchrift for Immanuel Wallerstein – Part I. Recuperado de: http://jwsr.ucr.edu

[8] Quijano, A., Colonialidad del poder y clasificación social, Buenos Aires, Clacso, 2014.

[9] De Souza, B., Izquierdas del mundo uníos, Bogotá, Ediciones desde abajo, 2018.

[10] Gutiérrez, G., Teología de la liberación, Lima, Centro Bartolomé de las Casas, 1971.

[11] Tamayo, J. J., Las teologías del sur. El giro descolonizador, Madrid, Editorial Trotta, 2017.

[12] Gargallo, F., Los feminismos del Abya Yala, ideas y proposiciones de las mujeres desde 607 pueblos en nuestra América, Bogotá, Ediciones desde abajo. 2015.

[13] Freire, P., La pedagogía del oprimido, México, Siglos XXI, 1996.

[14] Mejía, M. R., Educaciones y pedagogías críticas desde el sur. Cartografías de la educación popular, Buenos Aires, Editorial Crujía, 2018. Igualmente, Brandão, C., La educación popular de ayer y de hoy, Buenos Aires, Editorial Biblos, 2017.

[15] Dussel, E., Filosofías del sur. Descolonización y transformación, México, Ediciones AKAL, 2017. Ver también: Cabaluz, F., Entramando pedagogías críticas latinoamericanas, Santiago de Chile, Quimantú, 2015.

[16] [Zemelmann, H. y Quintana, A. Conocimientos y sujetos sociales. Contribuciones al estudio del presente. México. S/E. 2008.]

[17] Fals Borda, O., Una sociología sentipensante para América Latina. Antología, Bogotá, Clacso – Siglo del Hombre. 2016. También: Rivera, S., Un mundo CH’IXI es posible. Ensayo de un presente en crisis, La Paz, Ediciones Tinta de limón, 2018.

[18] Boff, L., Ecología, grito de la tierra, grito de los pobres, Madrid, Trotta, 2011. Asimismo, Gudynas, E., Extractivismo y corrupción. Anatomía de una íntima relación, Bogotá, Ediciones desde abajo, 2019.

[19] Martín-Baró, I., La psicología de la liberación, Madrid, Trotta, 1998. También: Burton, M., “Psicología de la liberación. Aprendiendo de América Latina”. En: Revista Polis, Vol. 1, noviembre de 2004, pp. 101-124.

[20] Ruiz, J., Otras masculinidades posibles. Otras formas de ser hombre, Bogotá, Ediciones desde abajo, 2015.

[21] Kaplún, M., El comunicador popular, Quito, Ciespal, 1985.

[22] Muñoz, G. y Amador, J. C., “Comunicación popular y educación”. Revista Nómadas Nº49, Bogotá, 2018, pp. 47-67.

[23] Mariátegui, J., 7 ensayos sobre la realidad peruana, Lima, Amauta, 1982.

[24] Cendales, L., Muñoz, J., Mejía, M. R., Pedagogías y metodologías de la educación popular. Se hace camino al andar, Bogotá, Ediciones desde abajo, 2017.

[25] Recordemos cómo Fray Bartolomé de las Casas, el más conocido, pero existen muchos  otros, luchó y logró que en las cortes de Castilla se reconociera la humanidad de los llamados “indios” por los conquistadores, y su argumento era que tenían “alma” (animidad).

[26] Rodríguez, S. Obras completas. Universidad Central de Venezuela. Tomo II. Caracas. 1975. Pág. 133.

[27] Fals Borda, O. El hombre y la tierra en Boyacá, base social para una reforma agraria. Bogotá. Áncora Editores. 1979.

[28] Fals Borda, O. Historia doble de la costa I: Mompox y Loba; Historia doble de la costa II: El presidente Nieto; Historia doble de la costa III: Resistencia en el San Jorge; Historia doble de la costa IV: retorno a la tierra. Bogotá. Áncora. 2002.

[29] Fals Borda, O. Ciencia propia y colonialismo intelectual. Bogotá. Carlos Valencia Editores. 1981.

[30] Fals Borda, O. La ciencia y el pueblo. Nuevas reflexiones sobre la investigación-acción, la sociología en Colombia: balance y perspectivas. Bogotá. Asociación colombiana de sociología. Tercer Congreso Nacional. 1981.

[31] Fals Borda, O. Orígenes universales y retos actuales de la IAP. En: revista Análisis Político No.38. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia. 1999. Páginas 73-89.

[32] Fals Borda, O. Los problemas contemporáneos en la aplicación de la sociología al trabajar en la Investigación-Acción Participativa. Conferencia del Premio Malinowsky 2008. En: Antología Orlando Fals- Borda. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia. 2010. Pág. 354.

[33] Fals. B; Mora Osejo: la superación del eurocentrismo: enriquecimiento del saber sistémico y endógeno sobre nuestro contexto tropical. Revista Polis: revista de la universidad bolivariana. Vol. 2. Número 007. Universidad Bolivariana. Santiago de chile. 2004

[34] Fals Borda, O. El tercer mundo y la reorientación de la ciencia contemporánea. En: Herrera, N. y López, L. (compiladores). Ciencia, compromiso y cambio social. Orlando Fals Borda, Antología. Bogotá. Lanzas y Letras – Extensión Libros. 2013.

[35] Rappaport, J. El cobarde no hace historia. Orlando Fals Borda y los inicios de la investigación-acción participante. Bogotá. Universidad del Rosario. 2021.

[36] FALS BORDA, O. La Investigación Acción en convergencias disciplinarias. Conferencia para recibir el premio Malinowsky de la Society for Applied Anthropology y el premio Oxfam-América Martin Diskin de la Latin American Studies Association (LASA). Borrador (3). Agosto de 2007.

[37] Guzmán, G.; Fals Borda, O.; Umaña, E. La violencia en Colombia: estudio de un proceso social. Tomo I y II. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo. 1962.

[38] Santos, Boaventura de Sousa. Lo vernáculo y lo utópico. En: Revista Sur. 31 de agosto de 2020. Recuperado de: https://www.sur.org.co/lo-vernaculo-y-lo-utopico/

[39] Este término, desarrollado por Merrill Singer, se refiere a un momento en el cual dos o más enfermedades se entretejen haciendo un daño mayor que la suma de las dos. En este caso, una es la pandemia del Covid-19, la otra es la crisis social de la humanidad profundizada por el neoliberalismo, que había desmontado el Estado de bienestar privatizándolo.

[40] Charpak y Omnés. Sed sabios, convertíos en profetas. Barcelona. Anagrama. 2005, pp. 15-16.

[41] Mejía, M. R. Educación(es), escuela(s) y pedagogía(s) en la 4a revolución industrial desde nuestra América.. Bogotá. Ediciones desde abajo. 2020.

[42] Boutang, Y. Le capitalisme cognitif. La nouvelle grande transformation. París. Ediciones Amsterdam. 2014.

[43] Mesa, G. El ambientalismo popular. Bogotá. Ediciones desde abajo. Colección Primeros Pasos. 2018.

[44] Rodríguez, D., Taborda, M., Toscano, N. Resistir para reexistir. La discapacidad desde una perspectiva crítica. Bogotá. Ediciones desde abajo. Colección Primeros Pasos. 2020.

[45] Ruiz, J. Masculinidades posibles. Otras formas de ser hombre. Bogotá. Ediciones desde abajo. 2018.

[46] Santos, B. La cruel pedagogía del virus. Bogotá. Editorial libre. 2020.

[47] Gramsci, A. Cuadernos de cárcel. México. Juan Pablo Editores. 2010.

[48] Zambrano, A. Las ciencias de la educación en Francia. Bogotá. Magisterio. 2013.

[49] Gadotti, M., Torres, C. A. Paulo Freire, una biobibliografía. México, Argentina. Siglo XXI Editores. Pág. 3.

[50] Brandão, C., Berlanga, B., Suárez, D., Espejo, E., Mora, A., Cendales, L., Gómez, S., Mejía, M. R. (Coord). Investigar desde el sur. Epistemologías, metodologías y cartografías emergentes. Bogotá, Editorial desde abajo. 2022. Pág. 81.

[51] Hoy han ido apareciendo corrientes que hablan del agotamiento de la participación, en cuanto plantean que ella terminó siendo funcional y cooptada a procesos que no descolonizan y permiten la integración. Por ello, proponen una investigación colaborativa. Dejo planteado este tema como un asunto a tratar y que desborda las pretensiones de este pequeño texto.

[52] Fals Borda, O. Orígenes universales y retos actuales de la IAP. En: Revista Análisis Político No.38. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia. Pág. 73 a 89.

[53] Cendales, L.; Mejía, M. R.; Muñoz, J. Pedagogías y metodologías de la educación popular. Se hace camino al andar. Bogotá. CEAAL – Desde Abajo. 2016.

[54] Streck, D. (org.) Fontes da pedagogia Latino Americana. Uma antologia. Belo Horizonte. Auténtica Editora. 2010.

[55] Colciencias. Niños, niñas y jóvenes en la Onda de la investigación. Lineamientos metodológicos del Programa Ondas. Bogotá. 2014. De igual manera, invito a visionar los videos El rincón de los tiestos, Robolution Loyola Team, y Caracoleando. Asimismo, el texto de Mejía, M. R. y Manjarrés, M. E. La investigación como estrategia pedagógica. Una propuesta desde el sur. Bogotá. Ediciones desde abajo. 2014.

[56] Santos, B. Epistemologías del sur. Buenos Aires, CLACSO. 2018. Recuperado de http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20181124092336/Epistemologias_del_sur_2018.pdf

[57] Herrera F., N. Saber colectivo y poder popular. Tentativas sobre Orlando Fals Borda. Buenos Aires. Ediciones Desde Abajo – Editorial El colectivo. Pág. 118.

[58] Freire, P. Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México. Fondo de Cultura Económica. 1996. Pág. 14.

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¿Por qué organizarse y vivir desde las pedagogías feministas?

Por Selene Kareli/CII-OVE

Creo firmemente que las pedagogías feministas son una forma de vida y no sólo algo que se aprende y comparte dentro de las aulas. Sin duda es necesario que las pedagogías feministas estén presentes en los centros escolares; sin embargo, estas no pueden ser reducidas a la escolarización, tienen que salir a las calles e impregnarse en todo espacio público y privado. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de pedagogías feministas? En primera instancia, apunta a las diversas acciones para la reivindicación de los derechos laborales, políticos, sociales, educativos, económicos, reproductivos, de las mujeres. Es sabido que el sistema patriarcal oprime y segrega, por ello, la exigencia de todos estos derechos debe surgir desde lo cotidiano, propiciando el involucramiento activo y participativo de todAs nosotrAs en diversos sectores, tanto en la toma de decisiones dentro de las agendas públicas, así como en lo privado. En lo rural, lo urbano, lo indígena, lo campesino. El valor de la mujer por ser mujer debe ser reconocido como algo significativo y necesario en todos los procesos de socialización y emancipación.

De tal manera, es de destacar que las pedagogías feministas no son algo acabado y definido, todo lo contrario, están en constante construcción, siempre caminando hacia la reapropiación de nosotras mismas y abriendo múltiples posibilidades para crear comunidad, dejando un camino un tanto más arado para las futuras generaciones; sin olvidar la enseñanza de la conciencia social, la conciencia de clase y la conciencia histórica para la continuidad de esta lucha que reivindica a las mujeres. Caminos arados no significa que ya todo esté acabado, hay que cuidar de la tierra, regar lo andado e ir germinando nuevas ideas emancipatorias, pues en las sociedades capitalistas que nos ha tocado habitar el despojo está al acecho.

Por lo antes referido, las mujeres debemos recuperar el poder sobre nuestro cuerpo como primer territorio que habitamos para que los pasos que sigamos dando sean más firmes y fuertes. Los medios de comunicación mucho nos han empujado a alejarnos de nuestra esencia, buscando sueños y cuerpos que no son los nuestros; por tal, se vuelve urgente tomar el poder sobre nosotras y acuerparnos desde la digna rabia y la ternura. Es vital desaprender esas formas patriarcales, sexistas y capitalistas en las que nos han enseñado a sobrevivir, estamos en busca, creación y construcción del Buen Vivir.

Finalmente, destaco que grandes escritoras y activistas feministas como Angela Davis, bell hoks, Teresita Antazú, Aura Cumes, Berta Cáceres, Diana Maffia, Manuela D’Ávila, Yásnaya Aguilar, Clara Zetkin,  (solo por mencionar algunas); colectivas como lo son Pañuelos en Rebeldía, la Cátedra Libre Virginia Bolten, Mujeres Creando-Bolivia, Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán, Colectivo Minervas (Uruguay), Red de feminismos descoloniales (México), Unión de Nacionalidades Ashaninkas y Yaneshas (Perú), así como muchas mujeres cuyo nombre ha sido silenciado pero que han puesto cuerpo, mente, corazón y vida, han creado formas muy otras de educación ―educación crítica y popular― que apuntan a establecer sociedades más justas, igualitarias y dignas, un espacio donde quepa la diversidad. Un mundo donde quepan muchos mundos. En eso trabajamos cada día desde las pedagogías feministas, reconociendo el compromiso que se adquiere cuando la conciencia nos habita.

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8 de marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Por: Nelva Reyes

“[…] en Panamá, hoy, hay empresas que están solicitando pruebas de embarazo para que una mujer pueda entrar a laborar; pero más grave aún, están solicitando certificaciones del salpin o que estén operadas para no tener más hijas e hijos!”

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora, ha sido escrito con sangre y dolor por mujeres que desde 1857, han venido demandando mejores condiciones de trabajo, reconocimiento de los sindicatos, rebaja de las horas de trabajo, igual trabajo, igual salario que los hombres, la lucha por estas demandas llevó a que los dueños de las fábricas textiles en New York le pusieran candados a las puertas de las mismas y 146 de ellas murieran carbonizadas.

A lo largo de más de 166 años las mujeres han logrado conquistas importantes, que van desde el derecho a ejercer el voto, a la educación, salud, trabajo, al estudio de la Ciencia, a la igualdad de género, a la no violencia contra las mujeres, al derecho a la participación política y sindical y a la tenencia de la tierra, entre muchas otras conquistas producto de la lucha demandada por las propias mujeres.

Hoy, amparados o teniendo como excusa la pandemia de COVID-19, el sector empresarial se ha aprovechado de las circunstancias que hemos tenido que vivir haciendo recaer el peso de la pandemia en las y los trabajadores, recargando en las compañeras el trabajo que hacían cinco, dejando sólo a dos que lo realicen, manteniendo contratos suspendidos por más del tiempo estipulado por los decretos establecidos por el Ministerio de Trabajo, se dejó un vacío en lo concerniente a la licencia de maternidad, que aún a la fecha hay compañeras que no han podido cobrar la misma. A las mujeres se les hizo recaer el cuidado de los familiares, adultos mayores, los niños, al no poder asistir a la escuela de manera presencial, recayó en la madre fundamentalmente el cuidado y la atención escolar de ellos, en la casa, además del teletrabajo que realizaban y los quehaceres domésticos.

Las compañeras trabajadoras del hogar fueron las primeras a quienes se les envió para sus casas muchas veces sin pagarle sus prestaciones, dado que con quienes trabajaban fueron despedidas o suspendidas de sus trabajos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) Panorama Laboral 2022, América Lanita y el Caribe indica que en el tercer trimestre de 2022 la tasa de participación laboral femenina regional fue de 51.8 %, siendo inferior en casi 23 puntos porcentuales a la de los hombres (70,3).

La OIT indica que resulta imperioso adoptar políticas públicas con perspectiva de género que permitan eliminar las barreras a la entrada al mercado del trabajo y que amplíen el abanico de oportunidades laborales para las mujer en general y con particular atención en aquellas de menor calificaciones.

Han transcurrido 166 años desde que mujeres dieron sus vidas por el derecho al trabajo, por una jornada laboral cónsona y justa, que les permitiera trabajar. Si embargo, en Panamá, hoy, hay empresas que están solicitando pruebas de embarazo para que una mujer pueda entrar a laborar; pero más grave aún, están solicitando certificaciones del salpin o que estén operadas para no tener más hijas e hijos. Esto es una flagrante discriminación a las mujeres y lo peor que se está solicitando tanto en la empresa privada como en instituciones del Estado.

Ante la cantidad de compañeras y compañeros desempleados, la Central General Autónoma de Trabajadores (CGTP) está demandando una Ley que contemple un Plan de Urgencia Nacional que le garantice a esos miles de trabajadoras jefas de familia un trabajo digno con un salario justo. No podemos permitir que las y los hijos de estas compañeras mueran de hambre, que no tengan para asistir a la escuela.

Así como hay dinero para pagar altos salarios, que van desde cinco mil a veintiséis mil balboas, que se le permite a cientos de empresas evadir impuestos, que se exija el pago de esos impuestos y se le garantice a las trabajadoras desempleadas un trabajo, como lo ha manifestado la OIT, un trabajo decente.

Que este 8 de marzo sea un día de demandar justicia para la mujer trabajadora que hoy llenan las calles y aceras de la ciudad y de todo el país tratando de vender algo para subsistir, ese trabajo informal con más de 16 horas laborando, sin prestaciones sociales, sin poder participar en reuniones de la comunidad para exigir agua en sus viviendas nos retrotrae a las razones por las cuales compañeras de 1857- 1905 salieron a las calles a luchar y a impulsar y promover huelgas y, dados los hechos tan violentos realizado por los empleadores, la socialista alemana Clara Zetkin, en 1910, planteó, en la Segunda Conferencia Internacional de la mujer, que el 8 de marzo de cada año se estableciera como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, luego, en 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas establece el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Saludos en el Día Internacional de la Mujer.

https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/230307/8-marzo-dia-internacional-mujer

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