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España: Asturias, entre las comunidades que menos dinero recibe del reparto de ayudas para los alumnos más vulnerables

Europa/España/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

El Principado recibirá 1.549.524 euros del programa #PROA+, que pretende adaptarse a la situación educativa del próximo curso 2020-2021 | Este plan tiene como objetivos garantizar la continuidad y el avance educativo del alumnado.

Asturias, con 1,55 millones de euros, es una de las comunidades autónomas que menos dinero recibe del programa de refuerzo educativo #PROA+ para restablecer y reforzar el funcionamiento de los centros educativos el próximo curso.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este jueves la resolución de 31 de julio de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publica el acuerdo del Consejo de Ministros de 21 de julio que formaliza los criterios de distribución a las comunidades autónomas, aprobados por la Conferencia Sectorial de Educación, así como la distribución resultante del crédito destinado este año al Programa de cooperación territorial para la orientación, avance y enriquecimiento educativo en la situación de emergencia educativa del curso 2020-21 provocada por la pandemia del COVID-19: #PROA+ (20-21).

Según este reparto, ya conocido, Asturias recibirá 1.549.524 euros del programa #PROA+ que pretende adaptarse a la situación educativa del próximo curso 2020-2021, provocada por la suspensión temporal de la actividad lectiva presencial desde marzo hasta el final del curso y el impacto negativo del confinamiento en el bienestar y en el progreso del alumnado.

Menos que Asturias recibirá Cantabria, con 1,47 millones. Después figura La Rioja (1,57), ientras que las más beneficiadas son Andalucía (5,34 millones), Cataluña (4,51) y Madrid (3,76 millones).

El criterio de reparto entre las comunidades se ha realizado teniendo en cuenta el número de alumnos escolarizados en Educación Primaria y Secundaria Obligatoria (50%); el porcentaje de alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (20%); la tasa de idoneidad a los 15 años (20%) y la dispersión de la población, en base al Censo de Población y Vivienda 2011 del Instituto Nacional de Estadística (10%).

Este plan tiene como objetivos garantizar la continuidad y el avance educativo del alumnado en el curso 2020-2021, con especial atención a los más vulnerables; y restablecer, reforzar y mejorar el funcionamiento de los centros educativos en las condiciones especiales para el próximo curso, flexibilizando su organización, garantizando las condiciones escolares recomendadas por las autoridades sanitarias

Asimismo, pretende reforzar la equidad educativa de la red de centros; impulsar y facilitar las necesarias adaptaciones de las programaciones didácticas en torno a las competencias clave y los aprendizajes fundamentales; reforzar la dotación y formación de los equipos docentes y de los profesionales de la orientación; y responder de forma integral a las nuevas necesidades educativas sobrevenidas, así como mitigar el impacto del confinamiento y suspensión de la educación presencial en el bienestar socioemocional del alumnado y profesorado.

CATÁLOGO DE ACTUACIONES

Cada centro educativo elegirá entre el catálogo de actuaciones del programa #PROA+, en función de sus necesidades y posibilidades en el curso 2020-21.

Estas actuaciones incluyen la adecuación del proyecto educativo del centro a las necesidades del curso 2020-2021, con adaptación de la programación curricular y estímulo a la renovación pedagógica inclusiva; y el impulso a las competencias docentes y orientadoras más necesarias, en coordinación con los servicios o redes de formación de la Comunidad Autónoma.

También, un plan de acompañamiento, motivación y refuerzo escolar personalizado para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo; y la promoción de la implicación y colaboración de las familias y del entorno comunitario con el proyecto educativo del centro para el curso 2020-2021.

Estos 40 millones son una inversión inicial de otras previstas por el Ministerio de Educación y Formación Profesional destinadas a hacer frente a la situación de los centros provocada por la pandemia del COVID-19.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/asturias-educacion-fondos-proa-20200813104253-nt.html

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Cataluña pondrá a toda la clase en cuarentena 14 días si se detecta un positivo

Europa/España/14 Agosto 2020/elpais.com

Un colegio se cerrará si hay dos infectados en dos grupos diferentes del centro, si así lo decreta la autoridad sanitaria

Si durante el próximo curso se detecta un caso positivo de covid en un alumno o profesor, toda la clase se pondrá en cuarentena 14 días, incluso aunque el resto de los compañeros den negativo. Si el caso solo es sospechoso, hasta conocer el resultado de la PCR la cuarentena solo la realizará el afectado. Y una escuela se cerrará si se producen dos positivos en dos grupos diferentes del centro, si así lo decreta la autoridad sanitaria. Son algunas de las medidas que forman el protocolo diseñado por los departamentos de Educación y Salud para marcar los pasos a seguir cuando se detecten casos, ya sean sospechosos o positivos, en un centro escolar.

Será un curso con características extraordinarias. Habrá incidencias día a día y será necesario saber cómo dar respuesta”, incidió el consejero de Educación, Josep Bargalló, quien se refirió a la experiencia “positiva” de los casals y campamentos de verano como referencia sobre lo que puede suceder a partir del 14 de septiembre, cuando arranca el curso. “Hemos tenido 250.000 menores en casals y, aunque ha habido incidencias, has sido pocas y se han resuelto”.

El protocolo establece que, cuando se detecta algún síntoma compatible con la covid, el alumno será aislado y se avisará a la familia. De todas formas, los centros contarán con una enfermera de referencia de un centro de atención primaria —coincidirá con la que actualmente ya tienen asignada por vacunas o por programas educativos sanitarios—, con la que el director podrá contactar telefónicamente si tiene dudas ante la aparición de algún síntoma. Con todo, los directores recibirán una formación específica antes de que empiece el curso. Pero finalmente será el pediatra o en su caso el médico de cabecera del profesor el que valore si es necesaria la prueba PCR, que se realizará antes de 24 horas. La Generalitat también se ha comprometido a tener los resultados en ese mismo plazo. Mientras tanto, el alumno o profesor estará en aislamiento domiciliario, junto con las personas con las que convive, pero el resto del grupo escolar hará vida normal.

Si el resultado es positivo, toda la clase —o grupo estable— se pondrá en cuarentena durante 14 días. A todos se les practicará una PCR, pero deberán mantener el confinamiento sea cual sea el resultado, excepto aquellos que hayan pasado la enfermedad durante los seis meses anteriores. Los padres solo se pondrán en cuarentena si su hijo ha dado positivo. “La PCR da positiva a partir de cierto día de incubación, puede dar negativo y eso no significa que no esté infectado. La idea es frenar aquellos casos que se están incubando”, justificó Marc Ramentol, director general de Profesionales de la Salud. Cuando esto se produzca, Educación deja en manos de las direcciones la decisión sobre cómo seguir con las clases. “Los centros lo tendrán que haber previsto”, aseveró Bargalló.

El director general de Profesionales de la Salud, Marco Ramentol, el ‘conseller’ de Educación, Josep Bargalló, y el director general de Centros Públicos, Josep González-Cambray, en la rueda de prensa de este jueves. En vídeo, Bargalló anuncia nuevos protocolos de actuación para garantizar la seguridad en las escuelas.EUROPA PRESS

En todo este proceso, los llamados gestores covid y los servicios de vigilancia epidemiológica territoriales localizarán a los contactos de los afectados y evaluarán la situación sanitaria y el riesgo de rebrote. Además, todos los datos se introducirán en una aplicación, así que se podrán conocer en tiempo real los casos y su evolución de todos los centros escolares.

Solo se contempla el cierre total de una escuela, también por 14 días, si se detectan dos positivos en dos grupos diferentes del mismo centro ―y de dos espacios o edificios diferentes en caso de grandes centros— y si así lo decreta la autoridad sanitaria, después de evaluar la situación. “Este protocolo se ha hecho para mantener las escuelas abiertas, no para cerrarlas”, terció Ramentol.

A los profesores se les aplica el mismo protocolo cuando se trata del tutor y forma parte de ese grupo estable. En el caso de educadores que transitan por varios grupos, estos tendrán que llevar mascarilla y mantener la distancia. Si dan positivo, los alumnos no serán aislados porque no se consideran contactos estrechos.

Los familiares que conviven en el mismo domicilio que un caso sospechoso también deberán aislarse hasta conocer el resultado de la PCR. Si es negativo, los padres podrán volver al trabajo y los hermanos a la escuela. Pero si es positivo, todos serán sometidos al test, pero independientemente del resultado deberán realizar una cuarentena de 14 días.

El documento también recoge que los padres no podrán llevar a sus hijos al colegio si presentan una serie de síntomas, como una temperatura superior a los 37,5, tos, dolor de garganta o de cabeza, dolor muscular, vómitos o diarreas, entre otros. Tampoco si el alumno convive con un infectado. Podrán regresar cuando hayan pasado los síntomas o tras 24 horas sin fiebre, y en el caso de contagiados, tres días después de que haya desaparecido la sintomatología.

Salud tampoco descartó que se tuvieran que realizar cribajes masivos en las escuelas. “Para que los resultados sean fiables debe haber un contexto concreto. Si una escuela se encuentra en un contexto epidemiológico concreto, el cribaje puede ser una medida”, apuntó Ramentol.

Sin mascarilla en el aula

El protocolo no recoge las directrices sobre el uso de la mascarilla en los colegios, pero Educación apuntó que se mantienen las normas ya establecidas en julio. Las protecciones faciales no serán necesarias en caso de los grupos estables, es decir, en el aula. Pero sí será necesario llevarla en las entradas y salidas al centro, en los pasillos y en los espacios que se comparten con otros grupos y donde se pueden mezclar con otros alumnos, como comedor, laboratorios o el patio. Con todo, tanto Educación como Salud admitieron que la normativa es susceptible de cambiar si la situación empeora y no descartan establecer el uso de la mascarilla en las aulas con niños a partir de 10 años.

Fuente: https://elpais.com/espana/catalunya/2020-08-13/cataluna-pondra-toda-una-clase-en-cuarentena-14-dias-si-se-detecta-un-positivo.html

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Chronic stress and endless hours: Were we ready to work from home?

Ana Alfageme/english.elpais

When the Covid-19 pandemic hit, many businesses were unprepared to make the switch to remote working, leaving staff with a range of health and social problems.


In the middle of March, offices across Spain were emptied of staff and were filled with uncertainty. Seven out of every 10 Spanish firms sent either all or at least part of their workforce home, according to a recent survey. More than three million people worked from home during Spain’s coronavirus lockdown, which was one of the strictest in the world. That is four times more than the usual 4.8% of employees in the country that usually carry out some of their tasks remotely during part of their work week.

The immersion into home working due to the Covid-19 health crisis was rash to say the least. Workers went from their offices one day to their dining rooms the next, trying to hold Zoom meetings while their children played in the background. Companies had to try to find laptops in record time, with the country closed, as well as setting up secure platforms and organizing remote tasks that were previously carried out in person, explains Rosa Santos, the director of labor relations at Spain’s biggest employers’ association, the CEOE. Nearly five months later and with outbreaks rising, the government recommendation to prioritize home working is still in place.

Around half – 41% – of Spanish companies are planning to continue with the remote-working formula

“We had to quickly adapt to the new methods,” explains Teófila Vicente-Herrero, a specialist in occupational medicine and expert in home working. “Not everyone was prepared and not everyone could move at the same pace,” she adds. The stress of maintaining the usual level of performance in the face of unusual demands, she explains, cause “somatizations, with digestive problems, interrupted sleep and anxiety due to the lack of adaptation to a new stressful situation.” This is more acute among those who have never worked remotely. “There was bad information, as well as a lack of training and technology. All timetables have been interrupted. In many cases people are working unending workdays, and that effects biological rhythms and family and social relationships.”

According to data from NordVPN, a personal virtual private network service provider, people have been working up to two hours extra a day in Europe and three hours in the United States. One in every four employees has had to use their free time to meet their obligations, according to a Eurostat survey, and we have done so from the sofa or from the kitchen, sharing improvised spaces with our partners and/or children. And people’s work has cost them hours of sleep.

“I have had three jobs: homework, remote working and housework”

“It’s been one of the worst experiences of my life,” explains María Tovar, 36, a careers advisor at a company who has children aged eight and five. “I have had three jobs: homework, remote working and housework. I’ve done training sessions via video call where no one was interested, or they didn’t know how to do it, or they had no data on their cellphone or they would laugh. And my kids would appear in the background too.”

What has happened after all these months of the situation? “We haven’t adapted, we have assumed that remote working is simply moving the office to your house and that’s it,” says social psychology professor Francisco Díaz Bretones, from the labor relations and human resources faculty at Granada University, in southern Spain. “We are not in control of the situation and we are under chronic stress. There is no respite. We have expanded time and space. If work before was limited to a place and a time, that has disappeared. We’re working under a parasol on the beach, at home, in the office, at all hours. It’s the first thing that we do when we wake up and the last thing we do before we go to bed. We don’t have any time to recover or to rest. Physical recovery is a lot quicker. But psychologically we take a lot longer to return to a state of relaxation.”

Zoom meetings

“When I finish a video call, my neck and shoulders hurt. I feel very exposed but at the same time I’m lacking information. For someone who is introverted and an observer like me, Zoom has all the bad things about meeting with people in real life, but there are a lot of things in those face-to-face meetings that are lacking here,” explains Carly Micó, a 42-year-old translator and editor.

As the epitome of videoconference platforms, Zoom found a home on many computers during the lockdown. It went from 10 million daily users in December to 300 million at the height of the crisis. The experts point to how hugely useful it has been. “It saves time, you don’t have to travel, it permits non-verbal communication and it works well when you are sharing your screen,” argues Jeremy Bailenson, the founder of the Virtual Human Interaction laboratory at Stanford University. “Without videoconferences, the world would be suffering even more during the pandemic.” Professor Díaz Bretones says that virtual meetings are actually more effective. “We optimize our time better, given that we do away with some of the social contact, and we focus more on the progress of the meeting. And there’s another thing – in a face-to-face meeting, if it drags on or is boring, you have to pay attention. With Zoom you can do other things.”

Anyone who has been making daily videoconference calls, such as teachers who have been forced to use such programs to give classes, will be familiar with what is known as “Zoom fatigue.” Bialenson has just started an ambitious investigation into the phenomenon and explains what happens when meetings consist of a group of heads on a computer screen. “During a face-to-face meeting with a dozen or so people, the time that we spend looking each other in the eye is very short. And when it does happen, it only lasts a few seconds. With Zoom, a meeting with the same number of participants takes place with a grid of faces and each one is looking at you from the screen the whole time. That can help with productivity, but has a cost. People feel very uncomfortable when they are being constantly observed. The brain is particularly attentive to faces, and when we can see them amplified, we interpret them as being very close. Our fight-or-flight reflex responds. During a study we did at Stanford [University] we found that when you are exposed to very large virtual faces, you physically shrink. This can partly explain why Zoom is so exhausting. Every minute that we are in a video conference call we have faces that look at us just centimeters from our own.”

Video conference calls have arrived in our work lives without any sign that they will be going any place soon. As such, argues Eva Rimbau, a professor in human resources and organization at the Oberta University of Catalonia (UOC), meetings need to be rethought out when some participants are in the office and others aren’t. “You have to approach it as if everyone was outside, because if not, those who are together physically take control,” she explains. “The meeting is theirs and they forget about those who are absent. Now is the time for us to learn this.” And, she adds it’s also the time to strengthen “asynchronous communication, with tools that allow for us who are not connected at the same time to respond, with one person leaving their information and another finding it later.”

There are also tricks to alleviate the fatigue caused by virtual meetings. One of the obvious ones, which has been cited many times, is to disconnect the camera so that we are not constantly looking at each other. Another suggestion comes from Professor Bailenson. “One of my weekly meetings lasts two hours,” he explains. “After the first few that we did, which left us exhausted, we decided that only the person speaking would appear on the screen. It helped. For our cats and dogs or our furniture to appear constantly is not crucial for the majority of meetings. Zoom also allows you to control the position and the size of the windows that show the faces of another participants, so you can play with the settings. You can also install a webcam so that your image appears close in the screen but you can sit further from the computer.”

Lack of work-life balance

“You work from sunrise to sunset. It’s a lie that you can organize your time better. You mix your work space with your private space. You can never disconnect. I have found I have 20 emails at 10pm. Weekends too,” explains Ana, 61, who is a civil servant.

“We have suddenly lost the workplace, a social protection, and you go back to a loneliness that isolates you from that culture of coffees and conversation, which brings you together,” says the psychiatrist Enrique García Bernardo. “In the long term, we don’t know what the consequences will be. You need to be a certain way to deal with the self-absorption that is needed for writing or art. It can even be a threat if your work is not creative.” He points out that a large part of our social surroundings stem from our work environment. A classic risk of home working is isolation and the depressing consequences that this can bring with it.

Is this how home working should be? No, say the experts. Eva Rimbau believes that this is an exceptional situation. “Our children stopped going to school, our family or us ourselves have fallen sick, we couldn’t go out. So many things have changed for the worse…” she says. “We can’t reach any more conclusions apart from to say, is homeworking in the case of a crisis a nightmare? Yes. We are very tired, and how we feel at the moment is not representative of how we could feel with a normal remote-working job.” Rosa Santos from the CEOE says the same thing. But, she adds, staff do not want to return to their places of work. “It’s a mix of fear and of appreciating the power to juggle work and life thanks to working from home.”

As well as the loneliness of the home worker, there is another issue: if you are not in the workplace, no one sees you. “In companies where some work from home and some don’t, home workers got fewer promotions, less training and less feedback on their performance,” explains Rimbau, “because they are more out of sight. And that is a danger that exists.”

Home working is now a much more tangible reality. Social media platform Twitter has given its employees this option permanently. Facebook is planning for half of its workforce to work remotely in five years. Google will not have employees in its offices until mid-2021. In Spain, some companies, such as ING, will give staff the option to remote work on a completely flexible basis. Around half – 41% – of Spanish companies are planning to continue with the remote-working formula. And 30% of employees could do so, according to calculations by the Bank of Spain. But it will be different. The government is finalizing a draft law that it has negotiated with unions and businesses to regulate the practice, and this will include the option of home working on a voluntary basis with flexibility, as well as the right to disconnect.

English version by Simon Hunter.

Source and image: chrome-extension://dcmehifiamkifffhoganedlkcmdhhfgb/ntp2.html

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España: La asombrosa desaparición de 7 millones de niños españoles por el coronavirus

La asombrosa desaparición de 7 millones de niños españoles por el coronavirus

El filósofo y profesor universitario analiza las claves del confinamiento infantil por el coronavirus. ¿ Los ha ignorado el Estado más que a los perros salvo para hacer deberes y comer pizzas?

¿Sabían que hay 7 millones de menores de 15 años en España? ¿Y que ahora mismo están todos encerrados en sus casas sin poder salir y con un montón de deberes? No, no es que el Estado les haya castigado a todos por mal comportamiento. O sí. Son la población invisible del confinamiento por coronavirus.

César Rendueles -ensayista, filósofo y profesor de sociología en la UCM- lleva días reflexionando en Twitter sobre el difícil equilibrio entre crianza, cuidados, tareas escolares, alimentación y niños encerrados. Rendueles, autor de libros como ‘Sociofobia’, analiza las claves infantiles del coronavirus en esta entrevista.

PREGUNTA. Critica que los estamentos oficiales no han tenido en cuenta las necesidades de los niños en esta crisis. ¿Deberían poder salir?

RESPUESTA. Me gustaría comenzar aclarando que en ningún caso deberíamos incumplir las instrucciones que han dado las autoridades sanitarias. Nadie que no cumpla las excepciones establecidas por la ley debería salir de casa. Dicho esto, sí creo que podemos plantear preguntas sobre algunas decisiones, sobre todo cuando afectan al bienestar de colectivos vulnerables. En concreto creo que es llamativo el enfoque tan adultocéntrico que está teniendo esta crisis. En ningún momento se ha tenido en cuenta las necesidades de la infancia, una población que normalmente es objeto de una especial protección.

La primera ministra noruega dedicó una rueda de prensa de media hora exclusivamente a los niños. En la comparecencia de Pedro Sánchez de la semana pasada mencionó varias veces a las mascotas y sus necesidades y ninguna a los niños. Desde el primer momento se autorizó a los dueños de perros a sacar a pasear a sus animales. Lo cual me parece muy bien, por supuesto. Pero lo cierto es que los dueños de los perros también contagian y estamos hablando de muchísima gente. En España hay 13 millones de mascotas registradas, más que niños menores de 15 años. Simplemente se confía en que esas personas actuarán con responsabilidad y no abusarán de ese privilegio.

En el caso de las madres y padres de niños no se ha tenido esa confianza. No se ha permitido, por ejemplo, que los niños salgan a pasear diariamente unos minutos con todas las medidas de seguridad que sean necesarias: de uno en uno, acompañados de cerca por un adulto, en cierta franja horaria, respetando la distancia de seguridad, sin usar parques ni zonas comunes… Tal vez ni siquiera se ha tomado en consideración esa posibilidad.

P. ¿Por qué?

R. Estamos acostumbrados a esperar que los niños sean invisibles, que no molesten, no hagan ruido y no alteren el mundo “normal”, que entendemos que es el de los adultos. La crisis del coronavirus es una especie de paraíso adultocéntrico. Los niños han desaparecido completamente de la vista pública, por fin son asunto exclusivamente privado de sus padres.

Y luego está esa especie de rencor social: como a los niños les afecta menos gravemente el coronavirus, no sólo están invisibilizados, sino que se les ve como minibombas biológicas. Parece como si todo el mundo hubiera hecho un curso de epidemiología a distancia para explicarte que tus hijos son “supercontagiadores asintomáticos”. Cuando, en realidad, cualquier persona puede ser un contagiador asintomático durante el periodo de incubación de la enfermedad, también la gente que va a trabajar en metro por la mañana.

Insisto en que hay que respetar las decisiones de los médicos. Pero en otros países como Francia, Bélgica, Suiza o Austria han optado por otras regulaciones más atentas a la infancia. Tal vez esos países pequen de imprudentes pero echo de menos al menos una explicación. Hay que tener en cuenta que el confinamiento tiene un fortísimo sesgo de clase. No es para nada lo mismo vivir el encierro en una casa amplia, luminosa, con terraza o incluso jardín que en diminutos pisos interiores sin luz natural.

P. Respecto a las tareas escolares durante el confinamiento. ¿Hay un problema de ‘deberitis’ en las casas?

R. El cierre de todos los centros educativos nos ha pillado con el paso cambiado a todos los profesores. Es una situación complicadísima y sin precedentes en la que mucha gente está haciendo grandes esfuerzos por encontrar soluciones razonables. Las situaciones educativas son muy distintas entre sí. No tiene nada que ver tratar con estudiantes de 16 o 17 años, que son mucho más autónomos que con niños pequeños, de 7 u 8. No tienen nada que ver tampoco las asignaturas en las que las prácticas tienen mucho peso con otras más teóricas. En cualquier caso, todos los docentes, pero especialmente los de primaria y secundaria, tenemos que ser conscientes de la tensión que supone esta situación para las familias, tanto para los niños como para los adultos.

Hay colegios y profesores que, como decía, están haciendo una labor increíble en ese sentido, a menudo con pocos medios materiales, a base de sacrificio personal. En otros casos… no tanto. Algunos colegios piden a los padres que teletrabajen mientras supervisan que sus hijos realizan tareas complejas que requieren un alto grado de conectividad con los típicos problemas técnicos sobrevenidos y todo ello completamente encerrados en sus casas. Conozco personalmente varios casos de madres solas con situaciones laborales y sociales complicadísimas que me han dicho que lo que peor están llevando de esta crisis no es la incertidumbre económica o el miedo a la enfermedad sino el estrés de ser incapaces de ayudar a sus hijos con la avalancha de tareas que les llegan desde el colegio.

P. ¿El bilingüismo ayuda?

El programa bilingüe de la Comunidad de Madrid lo agrava todo mucho. Si muchas familias tienen dificultades para ayudar a sus hijos normalmente, cuando las tareas se multiplican y además están en inglés la cosa se vuelve surrealista. Hay madres y padres que sencillamente no entienden qué es lo que tienen que hacer sus hijos en Science.

P. Dice que el confinamiento ha agravado la desigualdad educativa. ¿Cómo?

R. Un hecho bien conocido en sociología de la educación es que los deberes aumentan la desigualdad. Los deberes benefician a los estudiantes con la capacidad para estudiar autónomamente y deja completamente descolgados a los que más ayuda necesitan. El papel de las familias es crucial, en ese sentido. Aquellos estudiantes cuyos padres tienen conocimientos y tiempo para ayudarles tienen una ventaja enorme. El confinamiento ha hecho que la educación consista sólo en deberes. Así que creo que no es muy aventurado suponer que en este periodo las desigualdades se agravarán. Habrá niños que avanzarán más que si hubieran ido a clase. Y otros se habrán quedado mucho más descolgados de lo que ya estaban.

P. ¿Por qué no le gusta el plan Telepizza de Ayuso para los niños con beca de comedor? ¿No es eso mejor que nada?

R. Rebuscar en un basurero también es mejor que nada, creo que esa no es la cuestión. El hecho es que existía una alternativa facilísima: dar el dinero que se va a entregar a Telepizza y Rodilla a las familias que necesitan esa ayuda para que compren la comida que les parezca.

Es realmente la solución más rápida y fácil y la que se ha elegido en otras comunidades autónomas. También es la que les gusta a los liberales cuando les beneficia a ellos. El único motivo para no optar por esa vía es el puro clasismo. Ayuso y los suyos creen que los pobres gastan mal el dinero y que es mejor financiar a papá Telepizza para que los alimente.

P. ¿Se ha necesitado una pandemia para entender la importancia de la sanidad pública?

R. Con la sanidad y otros servicios públicos, como las residencias para mayores, ha pasado lo mismo que con la educación. El confinamiento hace que veamos concentrado en un periodo de tiempo muy rápido procesos que normalmente podemos ignorar porque se dan a cámara lenta. El 31 de enero de 2019 una plataforma en defensa de la sanidad pública madrileña presentó un escrito en el que denunciaba la pérdida de más de tres mil camas en los últimos seis años. Explicaban, por ejemplo, que los operadores del 061, que atienden llamadas de urgencias sanitaria, esos que ahora están desbordados, tienen un convenio de telemarketing.

Hasta hace quince días esa degradación de la sanidad pública o la educación nos preocupaban pero las tolerábamos porque eran dinámicas que nos afectaban esporádicamente. De repente esas camas que han desaparecido, las corruptelas en la privatización de servicios sanitarios, la precarización del personal sanitario… Todo eso se ha vuelto cuestión de vida o muerte. En realidad, ya lo era. Miles de personas llevan años padeciendo en su cuerpo las consecuencias de ese desastre. Simplemente ahora nos afectan a todos a la vez.

Fuente de la Información: https://www.elconfidencial.com/espana/2020-03-22/coronavirus-millones-ninos-espanoles_2509379/

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España: Derechas, explotación y racismo: entre todos lo mataron y él solo se murió

Derechas, explotación y racismo: entre todos lo mataron y él solo se murió

Pedro Luis López Sánches

Su nombre era Eleazar Blandón, nicaragüense solicitante de asilo. Huyó por la represión del régimen de Daniel Ortega dejando a Karen, su compañera embarazada de cinco meses, y cuatro hijos en su país. Tras llegar en avión a Bilbao, pasó por Almería para encontrarse con su hermana Anna y de ahí al trabajo en el campo del Guadalentín en la Región de Murcia. Murió el sábado de un golpe de calor tras 11 horas de trabajo a 44 grados en las peores horas, después de que lo dejaran solo en un ambulatorio en un estado lamentable.

Deberíamos tener la buena costumbre de buscar detrás de las palabras inmigrante, extranjero, mena, irregular o ilegal que tanto usa la derecha y la extrema derecha, que tanto hemos leído y oído en el último mes en esta tierra en una campaña de racismo institucional y mediático y poner caras y nombres, historias y afectos. Es la vacuna contra el odio y el miedo que llevamos soportando semanas y semanas en medios.

El Gobierno regional, en su inutilidad para controlar los brotes de COVID-19, en su dejadez interesada del control sobre las empresas del campo y hortofrutículas, como ha quedado claro con el caso de Fruveco en el Raal (Murcia) o en el último brote en la empresa Susaña de Mazarrón, donde trabajadores con síntomas estuvieron trabajando cinco días sin aclarar si habrá sanciones para la empresa, busca en el drama migratorio tirar balones fuera haciendo oposición al Gobierno central.

En una deriva de racismo institucional pone nacionalidad a los brotes, y habla día sí y día también de las pateras como si fueran un problema de salud pública. No hay ningún informe de carácter sanitario que pueda afirmar que la llegada de inmigrantes a nuestras costas suponga un riesgo de salud pública, pues conforme pisan tierra se les hacen pruebas y a los positivos se les confina. Los informes sí que nos avisan de los riesgos en las zonas cerradas y mal ventiladas, como son las empresas del sector primario cuya responsabilidad sanitaria es exclusiva del Gobierno regional.

Algunos medios de comunicación, que sobreviven gracias a la publicidad institucional del Gobierno regional, contribuyen día tras día con titulares y portadas sobreactuadas, amarillistas y en algunos casos escandalosamente racistas hasta el punto de dar a entender en algún titular la “responsabilidad” de la inmigración en el aumento de los delitos de odio en redes sociales, como “La inmigración dispara los delitos de odio en Internet”. La víctima del odio es a su vez la responsable.

Un arma peligrosa. El fin último del racismo no es evitar en este caso la llegada de inmigrantes, sino dirigir el malestar social hacia los más débiles en vez de hacia las élites, y buscar el consenso de la sociedad en el sometimiento de un sector de la población para explotarlos, deshumanizándolos, para tratarlos peor que a animales. Los nazis no buscaban en última instancia la pureza de la raza aria -vaya gilipollez, con perdón- sino la expropiación de los judíos y mano de obra esclava para su industria de guerra. No, no podemos lamentarnos de la desgracia sin antes denunciar y señalar la deriva racista institucional y mediática a la que están llegando las derechas y el establishment empresarial-político- mediático en la Región.

Ante el escándalo inhumano de esta muerte, que pone de relieve en qué condiciones se está trabajando en nuestros campos y huertas, parece que se apresuran en buscar un responsable, coloquialmente cargarle el mochuelo a alguien y que se quede ahí. El “jefe” es un ecuatoriano, en algunos medios incluso el dueño de la finca, aunque tiempo después corrigieron pues es el contratista, el empleador. Pero no, ni siquiera aunque sea así formalmente, en la esclavitud estaba el esclavo que llevaba el látigo, en los campos de concentración estaban los presos (normalmente comunes) distinguidos que maltrataban al resto. Es el capataz, no el patrón.

La figura del capataz autónomo es solamente un eslabón en la cadena de explotación en el campo. La figura laboral jurídica del jornalero o jornalera debería ser el fijo discontinuo, porque hacen su trabajo por temporadas de recogida. Las empresas solamente deberían contratar a través de ETTs justificando picos de producción, cosa que hacen todos los meses. Pero, ¿como puede haber personas sin contrato explotadas y que las empresas se laven las manos cuando ocurre algo?

En un conflicto laboral real en una gran empresa hortofrutícula de el Raal, Murcia, se puso de relieve este sistema. Llaman a un trabajador al despacho del jefe: “te vamos a ascender a capataz, te vamos a poner a cargo de 100 trabajadores pero tienes que hacerte autónomo y emplear a esos 100 trabajadores, nosotros corremos con todos los gastos de trámite”. Así en este caso el capataz autónomo aparece como empresario y jefe de 100 trabajadores y la gran empresa evita tener problemas si ocurren accidentes o se descubren las condiciones de explotación y/o maltrato. En este caso la inspección obligó a contratar directamente a los trabajadores no sin represalias posteriores por parte de la empresa.

No basta con mandar a la inspección cuando hay denuncias, es un sistema complejo y generalizado de explotación que pone en cuestión todo un sector del sistema productivo y no se puede atajar caso a caso. Las grandes beneficiarias, las cuatro o cinco multinacionales cuyos beneficios no repercuten en el desarrollo y bienestar del territorio, que están protegidas por las derechas que a su vez criminalizan al inmigrante, que maltratan nuestro entorno como el Mar Menor, en este sistema de explotación de subcontratas de las subcontratas no asumen nunca sus responsabilidades.

Pero no solo la explotación afecta a la población generalmente inmigrante en el campo. En 2018 murió otro trabajador con un golpe de calor en las obras de la “autovía del bancal”. En la última DANA asistimos como abrían centros comerciales poniendo en riesgo a sus trabajadoras y en ningún momento se decretó el cierre de la actividad no esencial cuando por otro lado se recomendaba no salir de casa. No paramos de ver brotes de COVID-19 en empresas con trabajadores con síntomas yendo a trabajar por miedo a represalias.

La explotación laboral nos atañe a todas y todos, mas si cabe ahora, que jugar con la salud de las trabajadoras es jugar con la salud de toda la sociedad.

Este tipo de muertes tienen muchas causas y muchos responsables. Esta campaña de racismo institucional y mediático interesado políticamente que deshumaniza a personas, esta inacción de la administración ante la explotación y maltrato no solo a la población inmigrante, si no en todo un sector, esta ideología de las élites políticas y empresariales que la salud de los trabajadores y trabajadoras es lo último tiene consecuencias. Y desgraciadamente estamos viviendo con horror su expresión mas grave.

En esta tierra hay suficiente memoria de emigración, de convivencia en la diversidad y de dignidad en las peores condiciones como para que miremos hacia otro lado. Mi solidaridad, mi cariño y un abrazo fraternal a la familia. Entre todos lo mataron y él solo se murió, no lo olvidaremos.

Fuente de la Información: https://vientosur.info/derechas-explotacion-y-racismo-entre-todos-lo-mataron-y-el-solo-se-murio/

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España: Los comedores escolares reabrirán con turnos, distancia, nuevos espacios y comida para llevar

Europa/España/09-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

La empresa Serunion ha elaborado un protocolo general a la espera de instrucciones precisas para redactar un plan para cada colegio.

Unos 3.600 alumnos comen, durante el curso, en los comedores escolares de los colegios públicos de Gijón. 3.600 escolares de diferentes niveles y clases que a partir de septiembre se incorporarán a las aulas y también a los comedores. Un servicio cuya continuidad llegó a ponerse en duda en algún momento, pero que las autoridades se apresuraron en aclarar que seguirá ofreciéndose, pese a la COVID, igual que el transporte escolar. Pero, como todo, deberá adaptarse. La empresa Serunion se había hecho cargo de la gestión del servicio en el mes de enero. Solo tres meses duró la experiencia, pues el pasado 13 de marzo los colegios cerraron sus puertas.

Cuando las vuelvan a abrir todo habrá cambiado y los comedores escolares también. Serunion ha elaborado un protocolo COVID que incluso ha logrado el certificado AENOR en Seguridad e Higiene y que ha sido remitido a los colegios y al Ayuntamiento de Gijón, administración responsable de este servicio. La empresa «está preparada y con todos sus protocolos listos para adaptarlos a la normativa regional cuando esta se dé a conocer». Su compromiso es que, cuando se publiquen las normas, «lanzará un plan específico para cada centro», adaptándose a los espacios y número de alumnos.

Pero hay algunas cuestiones que ya están claras. Para empezar, se reducirá el aforo del comedor, el acceso será escalonado y por turnos, supervisado todo en todo momento por los monitores de la empresa. El protocolo de Serunion marca en todo momento el mantenimiento de las distancias de seguridad (de hecho se reorganizarán mesas y sillas, indicando las que pueden ser usadas) aunque los propios directores de los centros están a la espera de saber si acudirán a comer organizados por ‘grupos burbuja’, entre cuyos miembros no sería necesario mantener dicha distancia. Antes de entrar en el comedor y al salir los alumnos se lavarán las manos, de forma supervisada.

Las bandejas se servirán ya preparadas en la mesa y allí las dejarán los estudiantes al finalizar, para reducir la circulación en el comedor. De hecho, quedarán suprimidas las zonas de uso colectivo. Al acabar el turno, el personal higienizará el mobiliario (mesas, sillas, suelo y picarportes) y ventilará el comedor para dejarlo preparado para el siguiente turno. Aunque aún hay cosas que concretar, los directores ya tienen en mente qué otros espacios de los centros podrían ser utilizados como comedores, en caso de que no fuera posible respetar los aforos y distancias. Salones de actos, salas del AMPA, casas del conserje, aulas e incluso salones de actos podrían adecuarse llegado el momento. Eso sí: los directores advierten de que si así fuera se necesitarían más monitores.

Una de las principales novedades que pondrá en marcha la empresa es el servicio ‘take away’, un «servicio de menú para llevar, con un punto de recogida ‘sin contacto’». Está por ver cómo se organiza esta oferta y quién puede acceder a ella.

Las medidas de seguridad llegarán a la cocina, con estrictos protocolos de recepción de la mercancía, uso de EPIS, desinfección de vajilla… Y también al recreo tras el comedor, con «especial atención a los alumnos de Infantil». Se han diseñado «técnicas divertidas» para que en el recorrido hacia o desde el aula guarden la distancia, y habrá nuevas actividades con ese mismo fin, ya que en dichos recreos habrá estudiantes de distintos niveles y, por lo tanto, que no conforman grupos estables de convivencia. También se tendrá especial cuidado en el momento de la entrega de los alumnos a los padres.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/gijon/comedores-escolares-gijon-covid-20200806000443-ntvo.html

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España: Los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19

Los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19

Un estudio llevado a cabo por Centro Colaborador Nacional de Métodos y Herramientas (NCCMT), organizado por la Universidad McMaster y financiado por la Agencia de Salud Pública de Canadá, ha confirmado que los niños no son una fuente importante de transmisión del Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.

«El resultado final hasta ahora es que es poco probable que los niños menores de 10 años generen brotes de Covid-19 en guarderías y escuelas y que, hasta la fecha, los adultos tenían muchas más probabilidades de ser transmisores de infección que los niños», han dicho los investigadores.

La revisión ha encontrado que entre los niños que estaban infectados, la transmisión se remonta a la comunidad y a los hogares o adultos, en lugar de entre los niños dentro de guarderías o escuelas, incluso en las jurisdicciones donde las escuelas permanecieron abiertas o han vuelto a abrir.

Asimismo, el trabajo ha evidenciado las brechas de género en el empleo entre mujeres y hombres han crecido durante la pandemia, y las mujeres más que los hombres experimentan menos horas y pérdidas de trabajo.

Las mujeres y las personas con mayores ingresos tienen más probabilidades de tener ocupaciones que podrían hacerse desde casa, y entre los padres que pueden trabajar desde casa, las madres redujeron sus horas de trabajo más que los padres, particularmente las madres de niños en edad escolar primaria.

«Reconocimos desde el principio que había una necesidad significativa de resumir la abrumadora cantidad de evidencia de investigación emergente en Covid-19, evaluar su calidad y distribuir ampliamente esa evidencia para apoyar la toma de decisiones de salud pública en Canadá», han zanjado.

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-ninos-no-son-fuente-importante-transmision-covid-19-20200730134547.html

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