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Las competencias digitales marcan el paso de los nuevos títulos de Formación Profesional

Por: Nacho Meneses

La reforma de la FP, que será más flexible y personalizable, contempla una mejora de las habilidades digitales en todos los sectores y un fuerte aumento del número de estudiantes

Reducir el impacto de la crisis económica a través de una profunda transformación de la Formación Profesional, de manera que pueda responder rápidamente a las necesidades del mercado laboral en todos sus sectores. Ese es uno de los principales objetivos del Plan Estratégico de Formación Profesional, cuya segunda fase fue presentada la semana pasada por Pedro Sánchez en La Moncloa. Un programa de modernización que contempla no solo la actualización de los estudios ya existentes y la creación de hasta 80 titulaciones nuevas, a través de recorridos completos y cursos de especialización, sino también una profunda transformación que ampliará el número de plazas ofertadas en 200.000 hasta 2023 y flexibilizará el acceso a la Formación Profesional de estudiantes, trabajadores y desempleados.

“Ahora mismo, en todos los planes que se están haciendo de ayuda a determinados sectores, como puede ser el automovilístico, el de comercio… hay un eje de formación profesional, porque no se puede relanzar un sector si no garantizamos una recualificación de los profesionales de ese mismo sector. Y eso solamente se puede hacer desde una FP muy ligada a las necesidades del sector, que sea muy dinámica, potente y flexible, y que esté actualizada”, sostiene Clara Sanz, secretaria general de Formación Profesional. “Además, hay que pensar no solo en el sistema educativo, sino también en los desempleados y en los ocupados. La formación ha de ser accesible para cualquiera, independientemente de su situación. Unos necesitarán una formación ajustada a las necesidades de su puesto de trabajo y otros mejorar su itinerario de formación, su empleabilidad o sus condiciones de trabajo”.

En muchos casos, la renovación del catálogo de FP vendrá a través de los llamados cursos de especialización, estudios de postgrado que permitirán a los estudiantes que ya han adquirido una formación más generalista, de técnico o técnico superior, completar su formación especializándose en aspectos demandados por el mercado de trabajo, en el que hay déficit de estos profesionales. Se trata, en definitiva, de dotar a la Formación Profesional de una mayor flexibilidad y capacidad de reacción ante la demanda existente, de “ponerse más en contacto con esa realidad inmediata y cambiante, con las necesidades de las empresas. Es más fácil, de alguna manera, dar respuesta a lo que nos están pidiendo desde los sectores productivos mediante cursos de especialización que cambiando un título entero”, argumenta Luis García Domínguez, presidente de la Asociación de Centros de Formación Profesional FPEmpresa.

A pesar de que la figura de los cursos de especialización está aprobada desde 2011, no se habían desarrollado hasta ahora. Los dos primeros, en Cultivos Celulares y en Audiodescripción y Subtitulación, llegaron en 2019; cinco más ya han sido aprobados en abril de este año y otros siete, ya en diseño, verán la luz entre 2020 y 2021. “Sobre todo, vamos a tender hacia los sectores emergentes, que se ven radicalmente transformados por la digitalización, pero trabajaremos todos los sectores productivos, porque todos ellos se están actualizando. Por ejemplo, también se ha publicado un curso de especialización en panadería y bollería artesanal”, explica Sanz.

La digitalización, clave en todos los ámbitos

¿Cuáles son esos sectores emergentes? Familias profesionales como informática y comunicaciones, electricidad y electrónica, fabricación mecánica, edificación y obra civil, industrias alimentarias o instalación y mantenimiento son solo algunas de las que concentrarán las nuevas titulaciones de Formación Profesional, que tendrán un enfoque digital muy marcado: “Nos hemos centrado mucho en la digitalización, porque es uno de los ámbitos que más rémora tienen en el mercado de trabajo en España, y en el que existe una mayor dificultad para encontrar profesionales”, cuenta Sanz.

Así, en el curso 2020-2021, las comunidades autónomas podrán ofertar, por ejemplo, cursos de especialización relacionados con la fabricación inteligente, la digitalización del mantenimiento industrial, la ciberseguridad, los videojuegos o la señalización y telecomunicaciones ferroviarias. Y en 2021-2022 llegarán, entre otras, las especializaciones en implementación de infraestructuras 5G, fabricación aditiva en 3D, materiales compuestos, vehículos eléctricos, instalación y mantenimiento de infraestructuras eléctricas e inteligencia artificial (IA) y big data.

“Nadie estará ajeno a lo que supone la IA y el big data”, afirma Sanz. “La digitalización va a transformar absolutamente todos los sectores productivos, incluida la agricultura: no podemos pensar en una agricultura extensiva en los mismos términos que hace unos años, porque el sector se ha transformado con el uso de drones y otras tecnologías que sus profesionales deben conocer”. En hostelería y turismo, ha cambiado todo lo relacionado con las reservas y el tratamiento de las opiniones de los clientes y su fidelización; en sanidad, desde la gestión de información hasta el tratamiento y la propia relación con el paciente; a la vez que factores como las redes sociales son cada vez más relevantes. El plan de modernización de la FP anunciado recientemente contempla, además, la incorporación de un módulo formativo de digitalización aplicada a cada sector productivo para todos los títulos del catálogo.

“En el fondo, de lo que estamos hablando es de un cambio productivo y un nuevo modelo económico y tecnológico, y necesitamos que la FP (tanto la básica como, especialmente, la de grado medio y superior) se actualice para dar respuesta a lo que las empresas nos están pidiendo”, sostiene García Domínguez.

Formación ‘online’ para la España rural

Otra de las iniciativas incluidas en el nuevo plan estratégico pretende potenciar el impacto de la Formación Profesional en la España vacía multiplicando las Aulas Mentor, que ofrecen formación en línea no reglada dirigida a personas mayores de 18 años en núcleos rurales, hasta llegar a los 3.000 municipios. Una opción de bajo coste (24 € al mes) cuya mayor virtud es que funcionan en cualquier núcleo de población, por pequeño que este sea: “Nos permiten llegar a municipios donde no hay ofertas de formación y donde las personas, fundamentalmente adultas, tendrían que trasladarse poder acceder a cualquier tipo de educación que no sea online”, explica Sanz. De esta manera, es posible cursar cualquier módulo o contenido de FP que sea luego acreditable a través de un proceso de acreditación de competencias.

Nuevos títulos de enseñanzas deportivas

No todas las titulaciones que se han incorporado al catálogo de la Formación Profesional tienen que ver con la digitalización. Así, el pasado mes de febrero aprobó el título de Técnico en Guía en el Medio Natural y de Tiempo Libre, que desarrolla la competencia de organizar itinerarios y guiar grupos por entornos naturales de baja y media montaña, terrenos nevados y cavidades de baja dificultad, entre otros. Asimismo, en noviembre de 2019, el Consejo de Ministros aprobó la creación de cinco títulos de enseñanzas deportivas relacionados con la actividad física al aire libre:

  • Técnico Deportivo en Barrancos (grado medio), que desarrolla la competencia de diseñar itinerarios y conducir a deportistas y usuarios por barrancos, media montaña estival y vías ferratas equipadas.
  • Técnico Deportivo (grado medio) y Técnico Deportivo Superior en Escalada. El primero capacita al estudiante para adaptar, dirigir y dinamizar la iniciación y perfeccionamiento técnico de la escalada deportiva en roca, rocódromos o estructuras artificiales; mientras que el segundo caso está orientado hacia la escalada de alto nivel.
  • Técnico Deportivo en Media Montaña (grado medio) y Técnico Deportivo Superior en Alta Montaña (grado superior). El primero se orienta al diseño de itinerarios, la guía y dinamización de deportistas y usuarios por terrenos de media montaña; el segundo enseña el diseño de itinerarios en condiciones de alta montaña, incluyendo técnicas específicas de progresión en terreno nevado y hielo.
  • Técnico Superior en Termalismo y Bienestar, aplicando protocolos de hidrocinesia, técnicas hidrotermales, masajes estéticos y programas de acondicionamiento físico en el agua.

Una formación modular, flexible y práctica

Para Sanz, la gran ventaja de la Formación Profesional, que no se ha explotado hasta ahora, es su carácter modular, de tal manera que se pueda personalizar el itinerario educativo dependiendo de los intereses particulares de cada alumno o profesional. Algo que hoy en día no es posible, pero que sí contemplará la futura ley de Formación Profesional, actualmente en fase de elaboración. Esta oferta modular permitirá, en función de las necesidades educativas o laborales, matricularse en uno o varios módulos, sin tener que cursar todos los que integran un título o curso de especialización, y así servir para responder rápidamente a las necesidades específicas de las empresas.

Se trata, en definitiva, de favorecer el desarrollo de una Formación Profesional que sea accesible tanto para los estudiantes como para los ocupados y desempleados, que pueden querer formarse poco a poco, “y que esa formación pueda ir sumándose en una mochila formativa al ritmo que cada uno pueda, y que al final pueda conseguir una titulación. Eso favorecerá una adaptación mejor y más ágil a las necesidades del mercado, donde los perfiles más demandados son mucho más mixtos”, explica Sanz, que recuerda que la tasa de desempleo juvenil entre los titulados de FP es de solo el 7,35 %, frente al 35 % en general.

A su vez, García Domínguez recuerda también hay familias profesionales que tienen mucho trabajo, pero baja demanda por parte de los estudiantes, como pueden ser aquellas relacionadas con el mantenimiento, frío y calor, electricidad y electrónica o producción industrial: “Las empresas siguen buscando esos técnicos, y en muchos casos no los encuentran, por lo que tienen que hacer formación propia o contratar a gente con menor capacitación. Es importante que mostremos a la sociedad y a las familias que, dentro de los títulos que ya tenemos, hay mucho trabajo”.

El plan de modernización pretende también impulsar la creación de aulas de emprendimiento en un total de 1.850 centros de Formación Profesional en toda España, con la intención de ofrecer a los estudiantes asesoramiento y recursos que faciliten el arranque de sus proyectos, la conversión de aulas de FP en espacios de tecnología aplicada y la creación de la plataforma FPConecta para la relación e intercambio entre centros de FP, empresas, interlocutores sociales y administraciones educativas.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/07/29/actualidad/1596033901_851202.html

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Cómo ser mejor docente gracias a la neurociencia

Por: Educación 3.0.

Justificar y fundamentar de forma científica un cambio en la pedagogía tradicional es posible gracias a la neurociencia aplicada al ámbito educativo. El curso de Neurociencia y Educación que ofrece International Montessori Institute ayuda a maestros y profesionales relacionados con la educación a trabajar por el bienestar de niños, adolescentes y adultos.

La neurociencia estudia el comportamiento humano desde su base biológica, así como la propia cognición. Su propósito es investigar el funcionamiento del cerebro y ayudar a justificar y fundamentar de forma científica un cambio en la pedagogía tradicional.

Objetivos de la neurociencia educativa

La función de la neurociencia aplicada a la educación es que los docentes sean capaces de implementar un programa de enseñanza con la intención de favorecer un aprendizaje que responda a las siguientes preguntas sobre el cerebro y la memoria: ¿cómo funciona el cerebro? ¿la memoria se puede trabajar? ¿cómo procesamos la información que escuchamos o leemos? ¿cómo interfieren nuestros sentimientos y emociones al cerebro?

También es capaz de responder a preguntas de otros ámbitos, pero estrechamente relacionadas: ¿cuándo y por qué prestamos atención? ¿cuál es el papel de la motivación en proceso de aprendizaje? ¿cuánto de importante es el entorno? ¿cuáles son los alimentos neurosaludables?

Beneficios de la neurociencia en el entorno educativo

Basándonos en la evidencia científica, la neurociencia aporta múltiplesbeneficios en las aulas, sea cual sea la edad de los estudiantes:

  1. Ayuda a favorecer la inclusiónde los alumnos a su entorno: con sus compañeros y profesorado, mejorando así la absorción de los conocimientos, ya que respeta los distintos ritmos de aprendizaje.
  2. Promueve el desarrollo social y emocional de los niños o adolescentes.
  3. Aumenta el nivel de atención, así como el desarrollo de actividades y participación activa en las aulas.
  4. Apoya un espacio para el aprendizaje y un ambiente que favorezca los procesos cognitivos de los alumnos.
  5. Fomenta el bienestar y salud mental y físicade todos los alumnos y comunidad educativa.
  6. Mejorará la labor de los docentes, ya que aumentará su capacidad para encontrar indicios de irregularidades en el desarrollo de su alumnado.

 ¿Cómo estudiar neurociencia enfocada a la educación?

Existen diversos cursos y formaciones específicas, entre ellos destaca el curso de Neurociencia y Educación que ofrece International Montessori Institute. En este caso, la formación está enfocada tanto para maestros, terapeutas y en general cualquier profesional que esté relacionado con el mundo de la educación.

Su objetivo es trabajar por el bienestar de los niños, adolescentes y adultos, teniendo en cuenta las características de conducta de cada etapa de desarrollo. Contar con estos conocimientos les dotará de las herramientas que favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

¿De dónde surge la neurociencia?

La neurociencia como concepto imprescindible en el aprendizaje surge de varios campos:

●     La psicología: como ciencia que estudia los procesos mentales. A través de ella comprendemos el comportamiento humano, así como sus percepciones y sensaciones con el entorno.

●     La educación: tanto desde el punto de vista de transmitir conocimientos, como el desarrollo de la capacidad intelectual y afectiva en base a la cultura, moralidad y demás normas del entorno social, que influyen de forma directa en nuestro comportamiento.

●     La neurobiología: estudia el sistema nervioso central. Tanto sus células como su organización son fundamentales en el momento de procesar la información y reaccionar ante ella.

Fuente del artículo: educaciontrespuntocero.com/noticias/docente-neurociencia/

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Francisco López Rupérez: “La escuela todavía no consigue compensar lo que no se aprende en casa”

Por: Ana Torres Mernárguez. 

 

Francisco López Rupérez (Madrid, 71 años) no aprendió a ser perseverante en el colegio. Fue su padre quien le inculcó el sentido del esfuerzo, según cuenta en su último libro El currículo y la educación en el siglo XXI (Narcea) el que fue presidente del Consejo Escolar del Estado —máximo órgano consultivo en materia educativa del Gobierno— entre 2012 y 2016, con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Tras una vida dedicada a la educación —fue consejero de la OCDE y de la Unesco en París—, cree que las sucesivas leyes educativas —está en trámite la octava de la democracia— no han tenido un efecto contundente a pie de aula y da un dato: el país no ha conseguido reducir el abandono escolar temprano al 15% como fijó la Comisión Europea para 2020 (está en el 17,2%).

En su última publicación, López Rupérez, que actualmente es el director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela, analiza los retos que debe afrontar el currículum en España con una prioridad: integrar las llamadas competencias globales (las habilidades sociales de los alumnos) de una forma efectiva, “con menos burocracia” y con más trabajo práctico por parte de los estudiantes.

Pregunta. Cuenta en su libro que su padre fue quien le transfirió las habilidades no cognitivas, las que no están relacionadas estrictamente con el conocimiento. ¿Se pueden adquirir en la escuela? ¿Qué peso tiene el capital sociocultural de la familia?

Respuesta. Mi padre fue un pequeño empresario y de él aprendí valores como el esfuerzo o la autoconfianza. Son habilidades de la esfera personal que en la vida adulta tienen un efecto directo en el plano laboral. Hay muchas evidencias que demuestran como las empresas valoran cada vez más esos comportamientos, incluso a veces por encima de los conocimientos. Una forma de aprenderlas es a través del ejemplo, de ver ese proceder en otra persona cuando eres niño. Esa es una de las novedades que incluye el currículum por competencias, que se introdujo en España con la LOE (ley educativa aprobada por el PSOE en 2006). La principal novedad es que no solo se centra en los conocimientos, sino en las actitudes y valores. El problema es que todavía no tenemos experiencia en la evaluación de esas habilidades.

P. ¿Está la escuela en España en posición de equilibrar esas habilidades entre quienes lo aprenden en casa y quienes no?

R. No. La escuela todavía no consigue compensar lo que no se aprende en casa. Ese es uno de los grandes desafíos. Cuando era presidente del Consejo Escolar del Estado desarrollamos una investigación en colaboración con siete universidades españolas sobre el papel de las familias. La implicación parental es uno de los cinco factores que más impacto tiene sobre los resultados académicos. Esto nos lleva al problema de la equidad.

P. La OCDE lanzó en 2018 la llamada Global Competence para evaluar a los alumnos de ese plano dentro de las pruebas PISA. Según estudios de Project Zero, de la escuela de educación de la Universidad de Harvard, hay una base científica muy fuerte sobre la relación entre la capacidad para aprender y el estado emocional.

R. La OCDE todavía no ha encontrado la fórmula para evaluar esas habilidades sociales. Uno de los errores que se cometió en España al incorporar las competencias en el currículum (con la LOE) fue que se hizo sin una estrategia y sin un método claro de evaluación. Se ignoró la complejidad del proceso, no se formó suficientemente al profesorado, ni se analizó cómo lo estaban haciendo otros países de la UE. Entonces ya lo advertimos desde el Consejo. La evaluación es necesaria, sirve para ordenar comportamientos inteligentes, para corregir errores y aprender de la experiencia. Si no hay datos sobre nuestra evolución, iremos a ciegas. Por eso, hay que replantear el sistema de evaluación, de forma que suponga menos burocracia para los docentes.

P. Dice en su libro que la LOMCE, la ley educativa aprobada por el PP en 2013, supuso todavía un mayor perjuicio para la implantación de esas competencias en el sistema educativo. ¿Por qué?

R. En España hay una excesiva confianza en el poder de las normas para transformar la realidad, y eso por sí solo no funciona. La LOE introdujo el enfoque por competencias para todas las asignaturas en primaria y secundaria. Luego la LOMCE profundizó más en el error y lo extendió también al bachillerato: todas las etapas, todos los cursos, todas las materias y al mismo tiempo. Se ignoró el enfoque gradualista que han adoptado la mayoría de países de la UE, que permite avanzar de forma progresiva y aprender de la experiencia, teniendo en cuenta de que se trata de una orientación del currículo novedosa.

P. Critica en su libro que la educación va a la zaga del progreso tecnológico y que, a la larga, eso genera mayor desigualdad económica. Hay institutos públicos en los que la red wifi no funciona.

R. Hay un dato muy revelador que sale del informe PISA 2018 (que mide las competencias en matemáticas, comprensión lectora y ciencias de los alumnos de 15 años de los países de la OCDE). En España, el 48,8% de los alumnos afirmaron que no se conectaban nunca a Internet desde su centro educativo, o lo hacían menos de media hora. Eso demuestra que los déficits de infraestructuras digitales son menores que los de uso. Además, el 78,9% de los estudiantes dijo que en su centro no hay libros electrónicos, el 68,3% que no hay tabletas disponibles, y el 44,7% que no hay portátiles disponibles.

P. ¿Cree que el sistema espera que sea la Universidad quien corrija ese déficit tecnológico de los alumnos al acceder a ella?

R. Cerca de un 65% de los alumnos no van a la Universidad –según datos de Eurostat, en 2019 el 38,6% de la población entre 25 y 64 años tenía estudios universitarios, frente al 31,6% de media de la UE-. Si no adquieren esas competencias digitales en el ámbito escolar, lo tendrán que hacer en el futuro con una eficacia muy inferior. Según la UE, se trata de una de las competencias básicas, al mismo nivel del cálculo o de la lectura. Es el abc del consenso internacional en materia educativa.

P. Sobre el aprendizaje a lo largo de toda la vida, afirma que la educación es un prerrequisito para el aprovechamiento posterior de esa formación. ¿Dónde está la grieta en el sistema para explicar el 17,2% de abandono escolar temprano (jóvenes entre 18 y 24 años que dejaron los estudios una vez obtenido el título de la ESO)?

R. La formación a lo largo de toda la vida está condicionada de forma drástica por el hecho de haber completado los estudios de secundaria. Si no, es poco probable que se beneficien de esas posibilidades a lo largo de su vida adulta. Los portugueses, por ejemplo, ya han bajado su tasa de abandono escolar al 10%, mientras España no ha sido capaz de alcanzar el objetivo del 15% con el que se comprometió con Europa para 2020 (la media de la UE está en el 10,3%). Los mecanismos de atención a la diversidad, el apoyo a los alumnos con déficits de aprendizaje no están funcionando. Las actuaciones previstas en la normativa para reducir las diferencias en los resultados académicos ligadas el estatus socioeconómico no son efectivas. Somos los terceros en repetición por detrás de Luxemburgo y Bélgica, con una tasa de repetición entre alumnos de 15 años del 30,5%. Cuanto mayor es la repetición, menor es la tasa de graduación en la ESO, con un valor predictivo del 67%, según nuestra última investigación a partir de datos del Ministerio de Educación. Hay que replantear ese tipo de políticas y no centrarse solo en mejorar las becas. Eso costará dinero.

P. En el Congreso se está tramitando la octava ley educativa de la democracia. ¿Las diferentes normas han mejorado el sistema educativo?

R. España está estancada en el plano educativo. La evolución del sistema presenta una línea cuasi horizontal. Por ejemplo, en la última década, la población entre 25 y 34 años que ha completado la educación secundaria superior (bachillerato o formación profesional) ha pasado del 65,3 al 69,4 %, mientras que Portugal, en ese mismo periodo, ha evolucionado del 52,5 al 74,6%. Es decir, nos ha adelantado. Hay otro dato: según un análisis de PISA sobre la evolución de cada país desde la primera edición del informe (2000) hasta la última (2018), el diagnóstico para España es de una evolución “plana” o “negativa”, mientras que para Portugal es “positiva”. En el año 2011, nuestros vecinos portugueses ampliaron la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 18 años.

P. La OCDE ha identificado retos comunes para diferentes países, el primero es el rediseño de los currículums, que están sobrecargados. Es un tema que no parece interesar a los partidos en la oposición.

R. Los currículos superextensos promueven aprendizajes superficiales, hay que aligerarlos. Los aprendizajes profundos están contemplados en los parámetros educativos internacionales. El objetivo es que los alumnos puedan trasladar unos conocimientos concretos a otras disciplinas. Para que los contenidos se fijen en la memoria a largo plazo tienen que generarse estructuras, conexiones sinápticas en el cerebro. Eso hay que fabricarlo, lleva tiempo, y tiene que estar orientado por el profesor. Hay que dedicar más tiempo a aprender la misma cosa.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/educacion/2020-08-04/francisco-lopez-ruperez-la-escuela-todavia-no-consigue-compensar-lo-que-no-se-aprende-en-casa.html

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Carolina Darias: «España se ha reencontrado con España»

Por: cadenaser.

 

La ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, ha anunciado que la Conferencia de Presidentes para tratar la ‘vuelta al cole’ se celebrará en la última semana de agosto y que será telemática o presencial en función de la pandemia de coronavirus.

Así lo ha puesto de manifiesto Darias tras la Conferencia de Presidentes celebrada este viernes 31 de julio de forma presencial en La Rioja. «La última semana de agosto, ya fijaremos fecha, celebraremos una Conferencia de Presidentes que versará sobre el estatus de planificación del nuevo curso escolar -ha avanzado-. Una propuesta muy bien asentida, muy bien acogida por todos los presidentes y presidentas aquí presentes porque entendían que era absolutamente necesario establecer pautas de coordinación en este sentido«.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado miércoles ante el pleno extraordinario del Congreso, que convocaría una nueva Conferencia de Presidentes a finales del mes de agosto para ultimar la ‘vuelta al cole‘.

«Tenemos que reunirnos a finales de agosto para preparar, o ultimar, mejor dicho, la vuelta al colegio de nuestros hijos y nuestras hijas, creo que eso también es muy importante», aseguró en el turno de réplica durante su comparecencia en la Cámara Baja para explicar el acuerdo del Consejo Europeo para el reparto de los fondos para la recuperación.

El Gobierno publicó el pasado 24 de junio en el BOE una orden que contiene los 14 puntos que el Ministerio de Educación y Formación Profesional acordó con 15 comunidades autónomas el pasado 11 de junio en la Conferencia Sectorial de Educación para preparar la ‘vuelta al cole’ de septiembre con garantías sanitarias frente a la pandemia del coronavirus.

El acuerdo, que suscribieron todos los gobiernos autonómicos salvo País Vasco y Madrid, establece un regreso a las aulas presencial como «principio general durante el curso 2020-2021», que comenzará en septiembre y tendrá un mínimo de 175 jornadas lectivas.

«La experiencia de este curso ha confirmado la importancia de la presencialidad para el desarrollo habitual de las tareas educativas y formativas, por lo que las administraciones educativas realizarán todos los esfuerzos necesarios para asegurar la modalidad presencial en todas las enseñanzas, niveles y etapas educativas», indica la orden en alusión a la suspensión de las clases presenciales en marzo por el confinamiento, que provocó adaptar la enseñanza a una modalidad telemática y a distancia en toda España.

El Gobierno y las comunidades pactaron recuperar los aprendizajes que el alumnado se perdió durante el confinamiento, para lo que se harán adaptaciones de las programaciones didácticas del próximo curso, y se establecerán «planes de seguimiento y apoyo para el alumnado que experimente mayores dificultades en las circunstancias actuales».

Las comunidades autónomas se comprometieron a seguir «las indicaciones establecidas por las autoridades sanitarias estatales y autonómicas». Además, los Ministerios de Educación y Sanidad remitieron una serie de recomendaciones para el próximo curso, como grupos de hasta 20 alumnos en las etapas de Infantil y Secundaria sin que tengan que mantener la distancia de seguridad de metro y medio, aunque se deja en mano de los gobiernos autonómicos poder ampliar ese número de escolares hasta 25, el máximo legal.

Con este acuerdo, las comunidades autónomas asumen la elaboración de protocolos para garantizar la higiene, la limpieza y el control sanitario en los centros. Planes que prepararán junto a los servicios de prevención de riesgos laborales, y que incluirán medidas específicas para la atención de las personas incluidas en el grupo de riesgo.

Las comunidades también se encargarán de elaborar los planes de contingencia de los centros ante las «eventualidades» que pueda provocar la evolución de la pandemia en el desarrollo del curso escolar, y tendrán que tomar «las medidas necesarias» para que los centros mantengan sus servicios de transporte y comedor escolar «en condiciones de seguridad».

Del mismo modo, recae en las comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias educativas, el objetivo de «reducir la brecha digital» y «limitar» sus consecuencias entre el alumnado, aunque el Ministerio colaborará en mejorar la «oferta de recursos para el refuerzo de la competencia digital» de profesores, familias y alumnos. Los sindicatos docentes consideraron «insuficientes» las medidas sanitarias del Gobierno para la vuelta al cole en septiembre.

Fuente de la reseña: https://cadenaser.com/ser/2020/07/31/politica/1596206204_448574.html

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España: Pura doctrina del shock en educación

Pura doctrina del shock en educación

Agustín Moreno

El término “doctrina del shock” lo utilizó Naomi Klein para referirse a la aplicación de brutales medidas económicas neoliberales con el uso de técnicas de choque. Estas recuerdan las terapias psiquiátricas del electroshock sobre los pacientes para que no puedan reaccionar y reciban de forma sumisa la sucesión de agresivas descargas. En economía buscan atacar el bien común para privatizarlo y proceder a lo que se conoce como la acumulación por desposesión. A veces se utiliza la fuerza militar de forma directa, como fue el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile. Otras veces, se aprovecha el impacto en la psicología social de acontecimientos catastróficos para imponer reformas antisociales. Así, tras el huracán Katrina en Nueva Orleans, se avanzó en el desmantelamiento de lo público, en un urbanismo de tabla rasa para reemplazar a los pobres por turistas y en las privatizaciones de la red de escuelas.

Aquí y ahora, estamos ante un escenario del segundo tipo: el aprovechamiento de la crisis sanitaria del coronavirus para aplicar duras medidas privatizadoras. Tendría que ser al revés, ya que si hay alguna lección clara de esta crisis es el valor esencial de lo público. Pero el Gobierno de la Comunidad de Madrid utiliza la pandemia como la coartada para aplicar la doctrina del shock en educación, sanidad y suelo. Liberalizar el suelo para volver a la fracasada fórmula del ladrillo. Seguir con los recortes en sanidad, negar condiciones dignas a los MIR actualmente en huelga, o privatizar parte del Hospital del Niño Jesús y las limpiezas del Gregorio Marañón, son algunas de las medidas. Aunque la lista de deseos de Díaz Ayuso y la ultraderecha neoliberal en Madrid es crecedera.

Veamos en educación. En este campo hay dos tendencias muy enfrentadas. Una progresista que defiende el fortalecimiento de la educación pública, como única garantía del derecho a la educación y de una mayor equidad, igualdad de oportunidades y cohesión social; y otra conservadora que defiende una privatización cada vez mayor a través de la segregadora educación privada sostenida con fondos públicos (“concertada”), como negocio económico e ideológico. En este contexto se produce el debate sobre las medidas a tomar para la vuelta a las aulas tras la pandemia.

La educación es un servicio público esencial que debería cuidarse al máximo en la llamada “nueva normalidad” con un doble objetivo: mejorar la calidad y la seguridad. Con este fin el Gobierno central aprobó destinar 2.000 millones de euros, porque la vuelta al colegio no puede ser con el mismo paisaje de aulas abarrotadas, escasez de recursos y profesorado. Con esta inversión no se revierten todos los recortes que realizó el Gobierno Rajoy y que llegaron a los 9.000 millones de euros. Pero dan juego para mejorar las cosas. Por ejemplo, en Asturias se ha fijado un número máximo de 20 alumnos por clase en primaria y se van a contratar 400 profesores más.

Pero la derecha sigue impertérrita y va a volcarse en las privatizaciones en educación en aquellas comunidades autónomas donde gobierna. La Comunidad de Madrid marca el modelo y el Gobierno Ayuso ha preparado para el curso 2020-21 una reducción de 14.121 plazas en la educación pública. Se pretende así derivar a este alumnado hacia la red privada-concertada, negando de hecho la llamada “libre elección de centro”, porque se obliga a las familias a llevar a sus hijos a los concertados al no haber plazas en los públicos. Estos datos se han recogido por el sindicato CCOO, tras la publicación de las plazas disponibles en el proceso de admisión de alumnado abierto para el curso próximo. Supone la reducción de 466 grupos, lo que paradójicamente lleva a aumentar las ratios en las aulas en tiempos de crisis sanitaria.

Estas cifras se han empezado a concretar estos días en los centros al recibir los cupos de profesorado para el curso 2020-21 y la reducción de grupos y de profesores es escandalosa. Ello dará como resultado la organización de grupos con más de 30 alumnos en ESO y 38 en bachillerato, la ausencia de desdobles y un aumento de las horas a parte del profesorado. A estos recortes hay que añadir el golpe a la inclusión educativa con la supresión del cupo de profesores de atención a la diversidad, compensatoria y PTSC; con ello se está perjudicando al alumnado, al que se tenía que reforzar después del confinamiento, por estar en desventaja socioeconómica y ser más vulnerable por tener necesidades educativas especiales.

Estos recortes en la pública no son algo excepcional, se producen año tras año, al tiempo que se regalan descaradamente decenas parcelas a la concertada, saltándose incluso la ley. Ello ha hecho que en la Comunidad de Madrid, gestionada por Esperanza Aguirre y otros presidentes imputados, el alumnado en la educación pública sea del 54%, frente al 67% en el resto del Estado. Es el resultado del achique del espacio de la educación pública, junto a un fuerte proceso de segregación escolar que nos hace estar a la cabeza de Europa en inequidad educativa.

Mantener la agenda de recortes no garantiza la menor seguridad frente a la covid-19. ¿Se imaginan grupos de 38 alumnos en bachillerato durante 7 horas hacinados en minúsculas aulas? Ignorar la pandemia y planificar el curso como si el virus hubiera desaparecido va a dar lugar a un previsible escenario de brotes, de estrés en el profesorado y de alarma social entre las familias. Piénsese en el estudio de la Universidad de Granada que calcula que una clase de Infantil de 20 niños se convierte en una burbuja que contacta con más de 800 personas en sólo dos días. Podemos estar abocados al cierre de muchas aulas en otoño por tamaña chapuza y a consecuencias de salud pública.

¿Qué puede salir mal? Pues todo, cuando se actúa con tanta irresponsabilidad en una situación sanitaria excepcional. En el colmo de la inconsciencia y del fanatismo para seguir agrediendo a la educación, Díaz Ayuso se ha manifestado a favor “de reducir la distancia de seguridad en los colegios”, cuando tendría que estar pensando en reforzar la prevención con la reducción de la ratio, la contratación de más profesorado y la inversión en infraestructuras. Y los ataques no acaban aquí: también ha anunciado que quieren aprobar una cuarta universidad privada contra el criterio de todo el mundo académico. Esta política anti educación pública también se repite en otras CCAA gestionadas por las derechas (Andalucía, Murcia, Galicia…)

Todo lo anterior ha hecho que se empiecen a agitar las aguas en la educación madrileña, creciendo el malestar y la preocupación. Se han realizado asambleas virtuales, una importante manifestación en defensa de los servicios públicos en Vallecas el 9 de julio frente a la Asamblea de Madrid, Asamblea Marea Verde ha convocado una manifestación para el 5 de septiembre , la Plataforma Regional por la Escuela Pública anuncia movilizaciones…

El rechazo a la política educativa de Díaz Ayuso es rotundo. Pero, más allá de la denuncia, la clave está en cómo se organiza la movilización para impedir esta nueva estocada a la educación pública. El profesorado, los sindicatos y los equipos directivos tienen mucho que decir, las familias y el alumnado también, junto a la ciudadanía madrileña y a los partidos políticos de la oposición. Quizá haya que conjurarse convocando unos Estados Generales de la Educación Pública de todas las fuerzas que la defienden para frenar esta brutal agresión. El curso no debería arrancar de esta manera tan irresponsable.

Autor: Agustín Moreno

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/pura-doctrina-del-shock-en-educacion/

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España: Pandemia, crisis ecosocial y educación

Pandemia, crisis ecosocial y educación

Lur ha vuelto a clase esta mañana. Hacía más de dos meses que no pisaba ese espacio cotidiano de conocimiento, normas, amistades, docentes, camaradería, amores, etc. Una vuelta a un territorio lleno de emociones. Pero, esta vez, las impresiones son encontradas. Ahora, llega a la puerta, tiene que esperar su turno, a la distancia reglamentada, contenta y expectante, viendo el nuevo look de sus compas con la mascarilla, buscando miradas, guiños cómplices que va aprendiendo desde que llevan la boca tapada, un poco tensionada por cómo van a ir las cosas los próximos días y el nivel de exigencia que se les va a pedir. Parece que quedan lejos los abrazos, los manotazos, las confidencias al oído, la alegría, el enfado, las connivencias a partir de un gesto. Parecen mucho más lejos, aquellos días cuando hicieron una ilusionante y divertida campaña contra la pasividad ante el cambio climático, sumándose al llamado de Greta Thunberg. Parece un recuerdo de otra vida anterior. En medio, encierro. Reclusión en el hogar. Hay quienes se han adaptado a las nuevas rutinas familares, a trabajar con el ordenador. Hay quienes han sufrido acoso familiar en casa, quienes no disponían de recursos digitales para responder a las tareas, quienes tenían ayuda para llevar a cabo los aprendizajes y quienes no, quienes tenían que compartir los medios con sus familias porque también otras personas del núcleo familiar teletrabajaban.

Lur siente nuevas emociones y recuerda las viejas. Y, ¿en medio? Una mezcla apenas explicable de miedo, tristeza, ausencia, desmotivación, angustia, ansiedad, fastidio –sobre todo cuando ha pasado su cumpleaños sola con su familia y en su habitación, esperando nerviosamente la retahíla de mensajes y vídeos para felicitarla en estas nuevas circunstancias– y, además, duelo. La amama de Lur sufrió 32 días en la UCI antes de fallecer y no pudieron verla ni acompañarla en los últimos instantes.

El mundo, que para Lur, más o menos a gusto, era seguro (tenía sus límites, sus normas, sus cuidados, etc.) se cayó de un día para otro y se sumergió en la incertidumbre. ¿Qué había pasado? ¿Por qué? ¿Por qué a nosotras? ¿Qué va a pasar? ¿Cómo estará amama? ¿Cuánto vivirá? ¿Cómo será la vuelta a la vida anterior? ¿Cómo me siento? ¿Cómo se sienten mis compas?

Lur ha vivido-sufrido esta situación. Y el sistema educativo que le obliga a ir a su centro escolar le impuso refugiarse en casa y aumentar de repente su autonomía para responder a los nuevos retos. Y ese sistema educativo ¿qué le ha ofrecido? Trabajar los contenidos (sinnúmero) desde casa, con ayuda de docentes que también se encontraban en estado de shock y, según los casos, con limitadas habilidades digitales, más la ayuda que le pudieran ofrecer en el hogar.

¿Eso es educación? No. Podrá ser enseñanza a distancia, tele-enseñanza, enseñanza digital, etc., pero no educación. Las emociones son imprescindibles en educación, en el aprendizaje, y las que se han instaurado durante la pandemia son emociones negativas. ¿Qué administración educativa ha puesto énfasis en el cuidado y gestión de las emociones y en los sentimientos, es decir, en lo que más necesitaban nuestras estudiantes, en vez de obstinarse en terminar el temario a cualquier precio? Además, entre otras, ¿dónde han quedado los proyectos colaborativos, las comunidades de aprendizaje, los grupos de trabajo inclusivos, etc.? Y tantas y tantas cosas.

Pero es que uno de los objetivos de la educación, según la ley vigente, “es introducir nuevos patrones de conducta que ubiquen la educación en el centro de nuestra sociedad y economía (…) en la economía actual, cada vez más global y más exigente en la formación de trabajadores y empresarios (…) incide inevitablemente en la empleabilidad y en la competitividad”. Y aquí está la clave. El sistema educativo ha estado muy lejos de ser la institución segura, inclusiva, equitativa y ética que se le supone como servicio social, porque sus fines declarados son servir a las necesidades de la economía de mercado y de la competitividad de las empresas, no a las de las personas y a las de la comunidad donde vivimos.

Nos encontramos, pues, a una Lur que, gran parte de sus próximos años, estará inmersa en la educación del sistema hegemónico, donde los valores, los conocimientos, las inquietudes, las actitudes o las lecturas de la realidad van a estar supeditados al actual modelo de producción y consumo. Y, siempre, con el fin de que adquiera los “nuevos patrones de conducta” al servicio de la economía hegemónica.

La trágica crisis sanitaria forma parte, es una emergencia sistémica, de la gran crisis ecosocial que sufre la mayoría de las formas de vida del planeta y que nos ha traído al Antropoceno. Una crisis ecológica y social causada por el modelo económico vigente que trata de ensalzar y reforzar la ley educativa de referencia. Superar esta crisis global evoca inevitablemente la exigencia de trabajar para las necesarias transiciones sociales y ecológicas que construyan nuevas sociedades más justas, más equitativas, más ajustadas a los ciclos de la biosfera… y, en consecuencia, más resilientes ante próximos eventos. Y aquí es donde vuelve a aparecer la educación, la necesaria transición educativa que forme ecociudadanía empoderada y desarrolle resiliencia para responder a los retos del futuro.

Al contrario que el objetivo citado, la transición educativa debe poner la vida en el centro de la educación, en el núcleo de la actividad y del currículo escolar. Una vida, frágil, finita, que se nos muestra en la ecodependencia e interdependencia de las personas. Estos principios deben ser los pilares de una nueva educación ecosocial que guíe el desarrollo integral del alumnado y que atienda a los problemas locales y globales, así como a los sujetos y colectivos ocultados en el currículo (cambio climático, pérdida de biodiversidad –uno de los factores de la pandemia–, crisis de cuidados, otras economías posibles, salud pública, transición energética… y personas con necesidades específicas, mujeres, migrantes, desahuciadas, sin techo, precarias, explotadas…). Todo ello basado sobre los preceptos ecosociales de justicia y equidad social, de sostenibilidad en el uso de los bienes comunes y de democracia participativa.

La transición educativa ecosocial ofrece espacios a la inclusión y al empoderamiento, a la propuesta de alternativas y al desarrollo de acciones ecosocialmente transformadoras. Y esto exige la integración en el sistema educativo de una nueva competencia, que debería ser la más antigua: la competencia ecosocial para la sostenibilidad. El conjunto de capacidades, habilidades y actitudes que revela una manera de concebir y expresar la crisis ambiental y una participación real en las ineludibles transiciones futuras. La competencia ecosocial para la sostenibilidad gravita alrededor de varios ejes: que cada persona se conozca, se comprenda y se adapte adecuadamente a sí misma, a su grupo y al mundo en el que vive; que adquiera los conocimientos de ciencias naturales y sociales necesarios para estar preparada ante nuevas contingencias; que conozca cómo se desarrolla la vida y los límites y flujos energéticos, materiales y biofísicos de nuestro planeta; que sea consciente de la profunda crisis ambiental, de sus impactos sociales y de la inevitabilidad de profundos cambios sistémicos; que contribuya al desarrollo de una sociedad plenamente democrática, participativa, solidaria, inclusiva y plural; que analice críticamente los problemas, busque alternativas y plantee soluciones imaginativas para ser un agente social activo para el cambio.

Lur, de esta manera, habría vivido en mejores condiciones el confinamiento y la vuelta a clase, a sus relaciones y habría sido un agente activo en su comunidad. Por Lur y por la necesaria transición social y ecológica, educación ecosocial hacia la sostenibilidad.

Fuente de la Información:https://vientosur.info/pandemia-crisis-ecosocial-y-educacion/

 

 

 

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España: IFEMA aplaza la celebración de SIMO EDUCACIÓN 2020

Europa/España/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.educaciontrespuntocero.com

IFEMA aplaza la celebración de SIMO EDUCACIÓN 2020 y emplaza a la comunidad educativa a dos citas importantes el año que viene: una convocatoria especial en formato congreso en marzo en el marco de la Semana de la Educación 2021 y la tradicional convocatoria en noviembre.

Como consecuencia de la situación generada por la crisis sanitaria y con el fin de ofrecer un entorno de reunión más favorable para las empresas expositoras y la comunidad educativa, IFEMA aplaza la convocatoria de SIMO EDUCACIÓN, prevista para los días 3 al 5 del próximo mes de noviembre, hasta 2021.

Esta decisión, consensuada con el Comité Organizador de la feria, contempla la puesta en marcha de un doble proyecto en 2021 que, por un lado, situará la celebración de una edición especial de SIMO EDUCACIÓN, en formato congreso durante el mes de marzo, en paralelo a la Semana de la Educación, y que también dará continuidad a su tradicional convocatoria en el mes de noviembre.

SIMO EDUCACION

El objetivo de esta edición especial de SIMO EDUCACIÓN, bajo el claim ‘Aprendizajes después de la crisis’, es ofrecer una plataforma especializada orientada a compartir conocimientos y a satisfacer la demanda de información de la comunidad educativa ante los cambios que se están produciendo en las formas de impartir la enseñanza, y en las que las tecnologías están jugando un papel fundamental. Será, por tanto, un complemento y puente de conexión con la gran cita anual y de referencia en Tecnología e Innovación Educativa, SIMO EDUCACIÓN 2021.

A modo de preámbulo, la organización de SIMO EDUCACIÓN también está trabajando en el desarrollo de un webinar informativo, en el que tomarán parte diferentes empresas tecnológicas, grupos editoriales y otras entidades del ámbito de la educación, que se ofrecerá en noviembre de este mismo año en el marco de la Semana de la Ciencia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/ifema-aplaza-celebracion-simo-educacion-2020/

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