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Libro (PDF): Educación y vínculo social : experiencias de maestras presas políticas en una cárcel de mujeres

Reseña: CLACSO

Cuando las condiciones de vida cambian abruptamente y se confrontan diferentes subjetividades en contextos de encierro, control y poder, se hace necesario reflexionar sobre los vínculos que se tejen. El vínculo social se reconfigura como la urdimbre de las relaciones ético-políticas que se traman en la nueva cotidianidad carcelaria. Aquí, las relaciones éticas son entendidas en el marco de lazos humanos con la subjetividad, la identidad y la alteridad como elementos predominantes. Lo ético se concibe como la reflexión sobre los comportamientos humanos, porque la ética está más allá del ser, se refiere a la relación del ser con el otro, a la responsabilidad con el otro, al encuentro con el otro. Aquí, las relaciones políticas se configuran en el marco de relaciones de poder. En esa medida lo político se asume como aquello que lleva a mujeres y hombres a tener una práctica de justicia social. Aquí, la experiencia de estar presa conlleva a que los vínculos consigo misma y con los otros se vean notoriamente modificados, configurando distanciamientos, crisis y desarraigos; también generando que la condición de mujer, de maestra y de activista política confluyan en el encierro carcelario para activar inéditas posibilidades encuentro y de compromiso social.

 

 

Autor/a:                               Arias Gómez, Diego Hernán –   Ortega Valencia, Piedad –   Torres Puentes, Elizabeth
Editorial/Editor: Editorial Aula de Humanidades
Año de publicación:  2015
País (es): Colombia
Idioma: Español
ISBN : 978-958-58913-5-7
978-958-58913-4-0
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Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/
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La derecha y el siempre deseado blanco de la educación

Por: Boaventura de Sousa Santos

 

Los movimientos translocales de ideas, filosofías, visiones de mundo, doctrinas sobre la vida, la política y la sociedad son tan antiguos como la difusión del uso de metales, el comercio, la escritura y las primeras civilizaciones urbanas de la Edad de Bronce hace 3000 o 4000 AC. Ciertamente se originó en Mesopotamia y lo que hemos llegado a llamar el antiguo Oriente Medio, estos intercambios se extendieron por esta vasta área de Eurasia, que más tarde comenzamos a dividir entre Occidente (Europa) y Oriente (especialmente China y la India). Hoy sabemos que Mesopotamia fue el lugar de nacimiento de la cultura griega y que estaba presente en el norte de la India en los primeros siglos de la Era Común, mucho antes de que se convirtiera en un patrimonio europeo, que, por cierto, sólo fue posible gracias a la magnífica traducción de los textos griegos emprendida en Bagdad por los árabes de la dinastía Abássida a partir de mediados del siglo VIII, una época que se conoció como la Edad de Oro del Islam.

A lo largo de los siglos, estos movimientos de ideas siempre han tenido un origen local (a veces en varios lugares simultáneamente) y desde allí se han extendido y se han convertido en movimientos globales. Los intercambios, las influencias cruzadas y las adaptaciones locales siempre han sido una constante del movimiento de ideas. El protagonismo de Europa en estos movimientos es muy tardío. Sólo comienza en el siglo XVI y, para muchos, sólo en los siglos XVIII y XIX. Para limitarme a los últimos cien años, podemos decir que la marca europea sobre las ideas políticas está presente en los siguientes movimientos globales contemporáneos: liberalismo, socialismo, derechos humanos, conservadurismo. Este último es una contracorriente en relación con los demás, ya que, si bien están formados por la tensión entre la regulación y la emancipación social, donde se producen avances en la mejora de las condiciones de vida de las mayorías y la inclusión social, el conservadurismo da plena prioridad a la regulación social y se opone a las ideas de mayorías e inclusión social (de ahí su racismo y sexismo). El conservadurismo tiene tres características principales: Al ser un movimiento de carácter global, se afirma como contrario a la globalización; siendo tan moderno como los otros tres, se presenta como un regreso al pasado, una reacción que puede ser tanto moderada (derecha) como extremista (extrema derecha); tiene una visión muy selectiva de la soberanía nacional que no le impide que sea subordinado a la globalización capitalista neoliberal. Después de la Segunda Guerra Mundial, el eje de esta difusión de ideas se trasladó al Atlántico Norte, debido a la supremacía de los Estados Unidos. Pasó luego a hablarse de eurocentrismo.

Estos cuatro movimientos de ideas tienen tres facetas importantes: ocurren simultáneamente, pero se alternan en la predominancia; se adaptan creativamente a diferentes contextos locales; se centran en los procesos educativos porque allí se forman las próximas generaciones que pueden reproducirlos. El período en el que vivimos marca una transición hacia el predominio del conservadurismo. Pero es una transición muy incierta debido principalmente a los nuevos problemas que ha planteado la pandemia del nuevo coronavirus. Señalan ideas (por ejemplo, nuevas relaciones con la naturaleza, alternativas al desarrollo, relaciones entre Occidente y Oriente) que no encajan en las versiones dominantes del liberalismo, el socialismo o los derechos humanos. Vivimos, por lo tanto, las transiciones de señales contrarias que a veces dan la apariencia de estancamiento o agotamiento ideológico. Hoy, me centro en el predominio global del conservadurismo, tanto en su versión moderada y extrema, y en sus recientes manifestaciones en el área de la educación en Brasil, India, Colombia y Portugal.

Antes de la pandemia, esta ascendencia era particularmente visible en países tan diferentes como el Reino Unido, EE. UU., Brasil, India, Filipinas, Hungría, Polonia, Turquía, Rusia, Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia, Israel Guinea-Bissau, Marruecos, Egipto, y Camerún. La pandemia creó un problema inesperado para la derecha: los países en los que estaba en el poder eran aquellos en los que la protección de la vida era, en general, más deficiente. Los gobiernos de derecha no sólo han demostrado ser incompetentes para proteger la vida, sino que en algunos casos extremos (Estados Unidos y Brasil) han tomado medidas que han puesto en riesgo la vida de los ciudadanos. Sin embargo, no está claro que en los próximos procesos electorales los castiguen en las urnas. El riesgo existe y, para prevenirlo, asistimos al desarrollo más preocupante posible: el conservadurismo de derecha se desliza hacia la extrema derecha. En Estados Unidos, Donald Trump ante la perspectiva de perder las elecciones, impulsa campañas masivas de desinformación, utilizando fuerzas militares y movilizando milicias neonazis de extrema derecha, que podrían poner al país al borde de una nueva guerra civil, especialmente si Trump no logra manipular con éxito los procesos electorales y pierde elecciones. Brasil puede seguir el mismo camino en 2022.

Como indiqué, uno de los objetivos privilegiados del nuevo (viejo) conservadurismo de derecha y de extrema derecha es la educación. Cito cuatro casos a modo de ejemplo. En Brasil, pueden identificarse dos acciones principales. La primera consiste en la iniciativa “Escuela Sin Partido”, creada en 2004 con el objetivo de supuestamente eliminar el “adoctrinamiento ideológico” en las escuelas. A partir de 2013, con el giro de la política brasilera para la derecha (intensificando la desinformación por parte de la extrema derecha por vía de las fakenews, persecución político-judicial al Partido de los Trabajadores (PT) en el ámbito de la operación de Lava-Jato, especialmente en contra de la Presidenta Dilma Rousseff en 2016, y la elección de Jair Bolsonaro en 2018) la “Escuela Sin Partido” intensificó su acción con decenas de proyectos de ley presentados a los órganos legislativos en los varios niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) con medidas que violaban los derechos humanos fundamentales, la libertad de cátedra y la propia Constitución, un conjunto ideológico altamente conservador cuya inconstitucionalidad ha sido cuestionada por varios organismos nacionales e internacionales. La segunda acción consiste en el ataque multifacético a las universidades públicas, que implica, en particular, recortes presupuestarios con la consecuente falta de financiación y el cuestionamiento del sistema democrático para la elección de los rectores de las universidades públicas federales. El gobierno de Jair Bolsonaro ha ido ignorando la elección de rectores progresistas e incluso ha nombrado rectores-interventores como en la época de la dictadura que imperaba en el país entre 1964 y 1985.

En India, desde que Narendra Modi y su partido (BJP) llegaron al poder (2014) ha habido un ataque sin precedentes contra la libertad académica. El sistema universitario indio es muy diverso y está compuesto por universidades públicas y privadas, centrales (o federales) y estatales, universidades para minorías, universidades religiosas, etc. Los ataques a las universidades públicas centrales son los que han tenido más publicidad. Se intensificaron a partir de 2014 aunque anteriormente habían estado dirigidos por la organización juvenil del partido que ahora está en el poder. Tanto profesores como líderes estudiantiles han sido criminalizados bajo la ley antiterrorista y las reuniones o encuentros promovidos por estudiantes o profesores han sido prohibidas con el pretexto de abordar temas políticamente sensibles. Al igual que ha sucedido en otros países, los ataques directos a la libertad académica se han complementado con ataques indirectos, es decir, con la precariedad de los contratos de los docentes, el nombramiento de administradores impuestos por el Estado, la supervisión ideológica de los planes de estudios y el nombramiento sistemático en los principales puestos universitarios de ideólogos de derecha y partidarios del BJP, a menudo sin las calificaciones académicas necesarias.

En Colombia, el conservadurismo ha tenido como objetivo constante la universidad pública y el pensamiento crítico. Mediante acusaciones temerarias, estigmatizaciones y montajes judiciales se ha querido incriminar a lo largo de los últimos años a profesores y estudiantes y así poder vincularlos a grupos terroristas. Pero no se han quedado solo allí. Recordemos que también han amenazado y atacado la vida de aquellos profesores “que incomodan”, quienes, muchas veces, hacen parte también del movimiento universitario en defensa de la educación pública o de los sindicatos de sus respectivas universidades.

Cuando no han logrado doblegar a los protagonistas de la lucha por la educación pública, la estrategia optada por estos grupos retardatarios ha sido desfinanciar y ahogar presupuestalmente el sistema universitario público transfiriendo fondos a las universidades privadas. Las políticas de la derecha, y sobre todo de la derecha neoliberal, luchan contra la idea de universidad pública y su respectivo proyecto de país cada vez más incluyente y solidario, que obviamente el neoliberalismo no está dispuesto a permitir. En esta vía, el capitalismo universitario desea transformar la idea de universidad en una idea de empresa, para así colocar a los profesores como proletarios y dejar a los estudiantes en el plano de meros consumidores. En ultimas, quieren una universidad y una escuela “sin ideología”, pero que en la práctica estará dotada con toda la ideología del mercado.

En Portugal, el conservadurismo de extrema derecha, que siempre existió antes y después de la Revolución del 25 de abril de 1974, hoy tiene un partido, Chega, que reúne a su alrededor a todos los movimientos neonazis y nacionalistas que nunca se conformaron con la derrota que sufrieron con la Revolución. Su estrategia a futuro se basará en la capitalización del descontento que puede causar la crisis económica y social derivada de la pandemia. El conservadurismo moderado se vio inmovilizado por la pandemia porque el consenso en la lucha contra la crisis de salud fue inicialmente abrumador y el gobierno de izquierda mostró eficacia y coherencia en las medidas a corto plazo. Desesperado en busca de una agenda que pueda atraer a sus partidarios, la encontró recientemente en la disputa sobre el carácter obligatorio u opcional de la asignatura de Ciudadanía y Desarrollo en la educación secundaria. Dicha asignatura es obligatoria. La polémica surgió cuando los padres de dos estudiantes de Vila Nova de Famalicão (al norte del país) invocaron la objeción de conciencia para no permitir que sus hijos asistieran a la asignatura, con el argumento de que los temas de esta eran una responsabilidad familiar. Los estudiantes reprobaron por ausencias, fueron admitidos por la escuela para pasar de nivel, el Ministerio de Educación rechazó el trámite y exigió que los estudiantes asistieran a un plan de recuperación, plan que los padres rechazaron, adelantando una medida cautelar que fue aceptada por el tribunal. La decisión de fondo está aún pendiente.

Curiosamente, el conservadurismo y la derecha en Colombia aplicaron igualmente la receta de luchar contra la educación sexual en las escuelas. Llegando incluso a acusar al Acuerdo de Paz de 2016 de ser portavoz de la “ideología de género”. Múltiples marchas en contra de cartillas sobre educación sexual para las escuelas públicas y notificas falsas sobre el enfoque de género en el Acuerdo de Paz, dejaron entrever el carácter prejuicioso de un sector amplio de la sociedad.

En Portugal, personalidades de derecha, tanto seculares como religiosas, han publicado un manifiesto a favor del carácter opcional de la asignatura. No podían elegir un objetivo menos adecuado y un tiempo menos oportuno. Vivimos en medio de un período de crisis sanitaria que nos ha estado enseñando la necesidad de un consenso político sobre los temas de los que depende nuestro futuro y el de las generaciones que nos siguen. Educar para la ciudadanía, en todas sus expresiones, es ahora más urgente que nunca. En este contexto, afirmar libertades que pueden desestabilizar la educación de los jóvenes y cuestionar aún más sus expectativas adquiere una gravedad particular. Todo el mundo recuerda las manifestaciones en los Estados Unidos de las fuerzas de derecha y de extrema derecha contra el uso de máscaras y el distanciamiento sanitario. La repulsión fue general. En el caso de la educación sexual (porque este es el quid de la molestia) no está en cuestión la desobediencia a las directrices de la OMS, se trata de la violación de los tratados internacionales de derechos humanos que Portugal ha ratificado.

Recordemos que el principio de igualdad de género y respeto por la diversidad sexual es ahora reconocido internacionalmente, y es de ahí que surge la demanda de educación sexual en las escuelas, que, además, está ocurriendo en toda Europa. Y para sorpresa de los conservadores portugueses, los estudios muestran que los padres estadounidenses, cualquiera que sea su orientación política, están abrumadoramente a favor de la educación sexual en la escuela. Entre otras motivaciones, muchas de ellas prefieren que la escuela trate temas que, por importantes que sean, pueden ser inconvenientes cuando se tratan en la intimidad familiar. Otros temen que, a falta de escuela, las redes sociales ocupen este espacio sin ningún control.

La controversia que ha surgido en la sociedad portuguesa muestra hasta qué punto el Portugal profundo sigue siendo sexista (y ciertamente también racista, ya que los dos prejuicios van juntos, como muestran varios casos recientes). Hace cincuenta años las escuelas enseñaban que las mujeres debían obedecer a sus maridos, que no podían ocupar ciertos cargos porque carecían de capacidad física o mental, y que los homosexuales eran enfermos (si no criminales). Las transformaciones políticas que hemos atravesado y los movimientos sociales que les siguieron en favor de los derechos sexuales, y todo el movimiento mundial por los derechos humanos, fueron sedimentando una nueva cultura de paz y convivencia, de reconocimiento de la diferencia y de respeto por la diversidad. Esta cultura se solapa con siglos de prejuicios y siglos de privilegio, en los que tales prejuicios se han traducido y siguen traduciendo. La inercia social que esto causa se produce en todo momento, como en el presente caso. De ahí la necesidad de que la escuela participe activamente en el aprendizaje de una cultura democrática, no excluyente, promotora de los derechos humanos. Y las escuelas ciertamente lo hacen de una manera mucho más confiable que las redes sociales.

A la luz de cualquiera de los tres movimientos globales de ideas de origen europeo (liberalismo, socialismo, derechos humanos), esta iniciativa del conservadurismo portugués significa una violación de los objetivos de inclusión social igualitaria que dominaron en los últimos cien años y, en Portugal, solo en los últimos cincuenta años. Debido a esta particularidad portuguesa, poner en duda la vigencia plena de la educación para la ciudadanía es particularmente grave. Es que, detrás de la convicción de los conservadores de la derecha moderada, se esconde la extrema derecha, probablemente con el objetivo de sobreponerse en la polarización que explotará a toda costa. La presencia de la jerarquía de la Iglesia católica, en abierta desobediencia al Papa Francisco, es una señal adicional de preocupación. No olvidemos que la jerarquía de la Iglesia católica portuguesa defendió el fascismo (y el colonialismo) hasta sus últimos momentos. Y, por supuesto, es particularmente importante que los tribunales no renuncien al hacer valer los derechos de igualdad y orientación sexuales consagrados en las leyes y la Constitución. Recordemos que en esta materia hubo decisiones recientes muy problemáticas y justificadas por motivos ilegales.

No es opcional volver atrás. Los contratiempos en la educación son siempre un terrible presagio para la sociedad. Si la igualdad sexual fuera la ideología de género, la igualdad racial sería la ideología racial y la lucha contra la pobreza sería la ideología clasista. Y, en última instancia, la lucha contra el fascismo sería la ideología…democrática.

Fuente e imagen: https://proyectoambulante.net/?p=3931

– Boaventura de Sousa Santos es Director Emérito del Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra.

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Libro: La Formación de Docentes en América Latina

La Formación de Docentes en América Latina

perspectivas, enfoques y concepciones críticas

Rosa María Torres Hernández

Daniel Lozano Flores

(Editorez)

LA FORMACIÓN DE DOCENTES EN AMÉRICA LATINA
Perspectivas, enfoques y concepciones críticas
© 2019
Primera edición, noviembre de 2019

Luis Bonilla-Molina
Jorge Hernán Marín Maya
Orlando Pulido Chaves
Rodrigo Castillo Aguilar
Laura Arese
Johana Méndez Sarmiento
Catalina Rodríguez-Amaya
María Dolores Covacevich
Catalina Rodríguez-Amaya
Mario Ramírez-Orozco
Mariana Frechtel
Editores académicos
Rosa María Torres Hernández
Daniel Lozano Flórez
Coordinación editorial
Ruth Milena Páez Martínez
Corrección de estilo
Aida Jiménez Martínez
Ilustración de carátula
CLACSO
Diagramación
Andrés Jerónio Pérez Gómez
ISBN digital: 978-607-8671-15-1
Rafael Lucio Gil
Marco Fidel Vargas Hernández
Daniel Lozano Flórez
María Eugenia Parodi Bartora
Elizabeth Castillo Guzmán
Paulo Emilio Oviedo
Rosa María Torres Hernández
Marcela Contreras Avellaneda
Lorena Chacón Ortiz
Mauricio Páez Ochoa
Esperanza Hernández Delgado

 

«El libro centra su atención en los análisis de la formación desde la investigación. En este sentido, es necesario destacar la relación que el grupo establece entre formación docente y pensamiento crítico, ya que existe una tendencia a considerar este tipo de formación desde la perspectiva del deber ser; se ve a la formación de los profesores a partir de modelos normativos o prescriptivos, lo que provoca un vaciamiento de su complejidad y obtura la posibilidad de reconocer la formación en sus diversas aristas (pedagógica, didáctica, ontológica, ética, etc.) y a los docentes en sus múltiples espacios de construcción de significaciones: la región, la localidad o el barrio, como escenarios donde se despliega su experiencia, su práctica y sus saberes.» (Introducción; p. 11)

Para descargar el libro completo, haga clip en este enlace: formacion docente

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial: Los Libros de los Centros asociados a CLACSO.

 

 

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I Congreso Mundial de Educación 2020. Ponencia de Rosa Cañadell, Exvocera del sindicato USTEC•STEs. España

Ponencia de Rosa Cañadell

La educación es fundamental para el futuro de la sociedad. En ella, los chicos y chicas se socializan y aprenden conocimientos, valores, actitudes y comportamientos que, con seguridad, marcaran su futuro.

La educación oficial siempre ha tratado de transmitir la cultura dominante, pero los centros educativos son también un espacio de confrontación con otras culturas alternativas al servicio del cambio social. El objetivo de la educación debería ser tanto la emancipación individual como la emancipación social y colectiva.

 En estos momentos de crisis de todo tipo: económica, social, cultural, ecológica…en el que todo apunta que nos espera un mundo peor, es más importante que nunca todos nuestros jóvenes tengan herramientas para comprender el funcionamiento de la sociedad y sean capaces de mejorarla. Para ello es indispensable un acceso igualitario a la educación y al conocimiento, no sólo técnico y científico, sino también filosófico, histórico y artístico. Ya que es el conocimiento el que nos ayuda a entender las causas (de la desigualdad, la injusticia social, el racismo, el machismo, el agotamiento del planeta…) y a poder pensar soluciones.

Desde finales de los años 90 la política educativa a nivel internacional se ha redefinido en virtud de las necesidades del capitalismo, en su versión neoliberal. En muchos países, incluyendo el mio, la política educativa oficial se ha modificado con el objetivo de responder a la sociedad de mercado y a las necesidades del mundo financiero; los valores de la empresa han empezado a suplantar a los antiguos ideales humanistas y una versión   pragmática de la educación, ha cobrado vigor a lo largo y ancho del mundo y en la mayoría de las instituciones educativas.

En Cataluña y el resto del Estado español, estamos en una situación totalmente distinta de la que se dio en las décadas precedentes (después de la dictadura franquista) en las que se construyó una educación pública con la participación activa del profesorado, y con el estímulo y el apoyo de los poderes públicos. Una escuela pública que tuvo como reto la igualdad de oportunidades, la democratización de los centros, las buenas prácticas profesionales y el progresivo mejoramiento de las condiciones laborales del profesorado. Ello dio sus frutos y, por primera vez en mucho tiempo, las clases populares accedieron a la universidad.

Poco a poco fuimos construyendo un modelo de escuela pública basado en la idea que la educación es un derecho universal y un bien público, que la Administración tiene el deber de garantizar en condiciones de calidad y de igualdad. Un modelo que considera que la educación es un factor de desarrollo personal, de emancipación social y una de las herramientas para hacer posible una sociedad cohesionada, inclusiva y justa. Este modelo centra su preocupación en buscar los contenidos, valores y metodologías que mejor pueden ayudar a una educación global y que puedan compensar el desigual capital cultural y social con el que el alumnado llega a la escuela. Por este modelo luchamos durante mucho tiempo y habíamos avanzado bastante.

Pero llegaron los vientos neoliberales que todo lo impregnaron y nuestros gobiernos cambiaron el paradigma e impusieron un nuevo modelo: el que se deriva de la progresiva imposición del  neoliberalismo a escala mundial, y que viene avalado por las directrices de los organismos supra-nacionales, como el Banco Mundial, el FMI, la OMC y la UE. Este modelo parte de la base que la educación es un bien individual y su valor es básicamente económico y, por lo tanto, debe estar sujeto a las leyes del mercado como cualquier otra mercancía.

La educación, así entendida, pasa a estar al servicio de la economía en su doble vertiente: por un lado, debe ser “adaptada” a las necesidades de las empresas y del mundo laboral y, por otro, debe ser “rentable”, o sea gestionada con criterios empresariales y ser susceptible de negocio privado.

Una característica de esta nueva etapa es la creciente intervención de los organismos internacionales en el ámbito educativo. Ya en 1995, Miquel Soler (catalán como yo, afincado en Uruguay y un gran maestro para América Latina) ya nos alertaba de la publicación del Banco Mundial en la que se decía: «La tasa de rentabilidad en educación se expresa como rendimiento anual, similar al cotizado por las cuentas bancarias de ahorro o los bonos de Estado…» y también: «las políticas oficiales deberían alentar el aumento del financiamiento privado a fin de estimular la competencia, la innovación y la sensibilidad al mercado de trabajo.»

Esta nueva estrategia educativa se ha ido imponiendo poco a poco y está ya presente a nivel mundial, Esta nueva concepción neoliberal de la educación tiene tres objetivos: 1) poder hacer negocio con la educación, por lo que es preciso privatizar lo máximo posible; 2) poner los conocimientos al servicio de las necesidades laborales de las empresas; y 3) promocionar valores que hagan posible la consolidación del sistema. Y para hacerlo posible se basan en varios pilares: las leyes educativas, los recortes con la excusa de la crisis, la Nueva Innovación educativa, la penetración de las empresas en las políticas educativas y ahora, aprovechando la tragedia de la pandemia del COVID-19.

Parece, pues, que el neoliberalismo nos ganó la partida, pero esto no significa que no se pueda rescatar el proyecto emancipador .

Como señalan desde el Col·lectiu Pere Quart.  : «Con las materias humanísticas, desde las aulas, se puede hacer frente a las ideas impuestas, desenmascarar las mentiras y el cinismo de los poderes establecidos y, contra la ortodoxia oficial y mediática, oponer resistencia a los discursos simplistas del miedo que provienen de formaciones fascistas o complacientes con las actitudes autoritarias. En las aulas, se puede afilar la capacidad crítica como forma de libertad democrática y como ejercicio de cuestionamiento continuo de la realidad»

No deberíamos permitir que se consolide una educación al servicio de las empresas y mucho menos  que las empresas dicten lo que se tiene que enseñar en las aulas. No debemos permitir que se implanten objetivos y valores tan descaradamente al servicio de la ideología más neoliberal que es, precisamente, la que nos ha llevado a la actual crisis, a la desigualdad, a la pobreza y a la falta de democracia.

La resistencia y la lucha, del profesorado, del alumnado, de las familias y de las fuerzas de la izquierda progresista, son el camino a seguir. Necesitamos una juventud sabia, solidaria, culta, con preparación laboral y sentido de la justicia.

Los y las jóvenes de hoy son los que podrán mejorar la sociedad del mañana y tenemos la obligación de prepararlos para que ello sea posible. Nos estamos jugando el futuro de nuestra sociedad. No olvidemos que

PARA QUE OTRO MUNDO SEA POSIBLE

OTRA EDUCACIÓN ES NECESARIA.

 

26 setiembre 2020
ROSA CAÑADELL
Del Seminario Ítaca de Educación Crítica (SIEC)
Exvocera del sindicato USTEC·STEs
Barcelona. Cataluña. España.

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I Congreso Mundial de Educación. Fernando Santana, Mesa: Coordinación global de luchas. Argentina

Buenas tardes a todas, a todos, a todes

Esta mesa, creo, que es uno de los aspectos más provocativos que tiene este Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública que estamos transitando, porque nos invita a coordinar las luchas frente a un escenario de fragmentación social y, especialmente, de las izquierdas, agravado aún más por el contexto de pandemia en el que estamos, que ha quitado o reducido el espacio de la acción de los movimientos sociales en la toma del espacio público, a la par que nos encontramos con un escenario en el que la derecha se ha dado a la ocupación de las calles, enmarcada en discursos economicistas que hablan de privilegiar las ganancias por encima de las vidas (tal es el falso dilema que se plantea desde los medios hegemónicos ante las políticas públicas que promueven el aislamiento social preventivo) y en la supuesta defensa de las libertades individuales por encima de las coacciones que se pretenden legitimar a raíz de la expansión del virus.

Por otro lado, siempre quien habla lo hace de manera situada. Es decir, elige un marco desde el cual posicionarse, y el mismo debe fundamentarse en una práctica empírica y militante que permita sustentar lo que se dice en un entramado de relaciones y experiencias en las cuales basarse, y en este caso, ese campo es el de las educaciones populares, el de las pedagogías críticas y el pensamiento del sur latinoamericano, que busca sentar las bases de la emancipación, anclada en la territorialidad de América Latina como fuente epistemológica de saberes y conocimientos, a partir del cual horadar la base del pensamiento único, como construcción de las clases dominantes para legitimar el orden social y las relaciones sociales que promueve y que se sustentan sobre la base de la desigualdad social.

En ese sentido, una de las bases para la construcción de cualquier agenda global de lucha tiene que partir del reconocimiento de estos aspectos y, de su mano, de la afirmación de que, pese a quienes nos pese, el discurso de las derechas es y ha sido eficaz. Su eficacia radica, justamente, en el poder de calar en el sentido común de los sectores populares y hacer que se produzca una identificación con él incluso cuando el mismo vaya en contra de los propios intereses fundamentales que se tengan como clase. No importa aquí la discusión acerca de si la categoría de clase resulta en estos tiempos suficiente o no para explicar estos procesos de alienación. Lo que importa es cómo esa visión de mundo que propone ha logrado instalarse en el imaginario colectivo como un deber ser, aparece legitimada activamente por aquellos y aquellas que son víctimas de dicha opresión, y genera un quietismo inmovilizador que perpetua las bases que generan la reproducción social de la inequidad. Los procesos de construcción de hegemonía nos permiten pensar en estos términos, a la vez que delinear un camino a seguir, en clave de contribuir a la construcción de otros mundos posibles. La hegemonía en tanto consenso activo de las clases subalternizadas no es solo resultado de mecanismos de imposición cultural, sino que lleva en sí misma también la propia validación activa de aquellos y aquellas que quedan por fuera de la visión que encarna.

Los movimientos sociales, los sindicatos, los y las intelectuales del campo popular, tenemos la obligación de dar la batalla cultural para la construcción de la filosofía de la praxis. Hablar de batalla, incluso aunque nos remita a términos agonísticos, resulta en sí misma una metáfora interesante. Porque no se trata de la imposición ni de la negación de esas visiones subalternizadas, sino que se trata de construir con ellas y a partir de ellas, rescatando sus núcleos de buen sentido, para ordenarlos en un todo coherente que permita entender y comprender al mundo, ya no como una realidad extemporánea a los sujetos, que se les impone, sino en su dinamismo, en la que incide la acción humana, y que reconoce que es en esas acciones de hombres y mujeres que la realidad puede ser modificada y transformada. La idea de batalla también nos habla de relaciones de fuerzas. Es lógico afirmar que las herramientas de las que se valen las clases hegemónicas para consolidar su ideología tienen un poder de propagación y de consolidación mayor, amparado en los medios de los que se valen para llegar a las grandes mayorías de la población. No por nada hace ya un siglo atrás autores como Gramsci nos hablaban del lugar central que ocupaban las escuelas y los medios de comunicación en lo que hace al alcance de las ideas que propagan.

Una agenda de lucha coordinada desde los diferentes espacios que conformamos este Congreso tiene que partir de la base de afirmar que es necesaria la pelea por la construcción de otro sentido común, sentido común que tiene que partir de los territorios y de las comunidades de base, y que permita también la apuesta a lo colectivo como medio de resolución de conflictos y como forma de estrategia de lucha frente a los embates de este sistema. Así, el papel de la escuela se torna clave, y la defensa por una escuela pública se hace una bandera que no podemos negarnos a levantar y reivindicar más que nunca. Sabiendo que esta misma escuela tiene que poder ser pensada y revisada, permitiendo la participación de las comunidades, construyendo comunalidad, transformándose en una escuela pública popular. Es en el ámbito de la escuela donde también será central la clave por un currículum que dé cuenta de los saberes históricamente soterrados o ninguneados por la historia. Movimientos sociales contemporáneos nos hablan de la lucha por la construcción de un currículo que permita enraizarse en los territorios y colocar en el plano de la lucha la reivindicación de derechos de los pueblos, olvidados en las grandes prescripciones oficiales. Otros, en cambio, han optado por generar sus propias experiencias educativas con el fin de construir desde el pueblo una escuela que sea funcional a los intereses que este sector representa. De una manera o de otra, hay que entender que la escuela es un territorio en disputa y que de ninguna manera puede regalarse a los intereses neoliberales ni al juego de posiciones y naturalizaciones que éste supone. Pensar la escuela en esta clave nos coloca en la obligación histórica de discutir cuál es la educación que queremos para nuestros pueblos. A la vez que nos llama al desafío de superar las contradicciones y las diferencias en pos de una estrategia común, que contribuya a construir otras relaciones sociales que no estén enmarcadas por relaciones de opresión ni de injusticia social. La educación popular puede darnos algunas claves para alimentar esta tarea. No sólo porque ha sabido acompañar los grandes procesos revolucionarios de Latinoamérica, sino que porque sus proclamas siguen siendo actuales y siguen colocándonos en la necesidad de generar espacios para la emancipación y no para la naturalización. Una escuela emancipadora, en un entramado con los movimientos sociales y con el territorio en el que se erija, aparece como meta nodal de esta construcción. Poder recuperar las experiencias que ya existen, poder sistematizar las experiencias que los trabajadores y las trabajadoras vienen realizando en sus territorios en clave de una educación para la liberación, para rescatar de ellas las claves de una pedagogía en construcción, pero con un acumulado que se sustenta en años de aprendizaje, tiene que ser una tarea presente. Por otro lado, no hay hegemonía que no se cristalice también en un lenguaje. Si bien, podemos pensar al lenguaje como un territorio también en disputa, como la arena de lucha de las clases sociales, quizás sea momento de empezar a nombrar lo que ya existe con otras palabras diferentes a las del lenguaje que nos habla. Aún siguen siendo las categorías de la tradición normalista escolar las que nos hablan y nos interpelan en nuestras prácticas. Y sabemos que la derecha tiene también el poder de apropiarse de nuestros discursos y reutilizarlos dentro de otro entramado que lleva a la pérdida del sentido que tenían en sus raíces. Así, habrá que ver si la lucha tiene que ser por disputar esos sentidos o en cambio, encontrar una manera nuestra de decir, de nominar, de pensar con los pies anclados en los territorios y en las experiencias. Hay que construir y allí también puede haber un desafío, otro lenguaje educativo: no tenemos que ya más importar categorías pre-hechas e intentar resignificarlas, sino que se trata de crear un nuevo lenguaje. Un lenguaje desde la docencia combativa y militante, desde el movimiento social, desde las luchas y resistencias de los pueblos. La crisis actual que estamos viviendo, como cualquier otra crisis vivida, tenemos que poder resignificarla en términos de oportunidad, en términos de propuesta, de reacción y acción que permita mirar a futuro.

Por otro lado, y más allá de lo educativo, la propuesta tiene que ser por la construcción de una agenda común de luchas, que puedan ser replicadas en diversas geografías a escala planetaria. Conformarse como movimiento, que tenga una voz y una incidencia en distintos campos, tiene que ser una de las metas que nos propongamos. Y en ese sentido este Congreso tiene que ser su carta fundacional a partir de la cual invitar a otras y otros a sumarse y pensar desde lo local, pero para trascender a lo mundial.

En la medida que podamos pensar las luchas más allá de lo eminentemente reivindicativo y podamos pensar en transpolar las fronteras, sin dudas estaremos más cerca de la construcción del mundo que soñamos. Pensar en encuentros sistemáticos con alguna regularidad (por ejemplo, cada dos meses), en los que participen representantes de las distintas organizaciones que fueron parte de este espacio, permitirá avanzar en pronunciamientos y proclamas, en acciones políticas y pedagógicas que busquen la construcción de contrahegemonía y permitan la construcción de espacios de realización de la utopía. Porque la utopía es también una construcción en el presente, que hay que empezar a vivenciar en el aquí y ahora. En un mundo que nos ha despojado a fuerza de represiones, desaparecidos y asesinatos de la capacidad de pensar en realidades alternas, pensar en términos utópicos es también un acto de rebeldía. Pero que esa rebeldía, esa justa indignación, esa rabia construyan la matriz a partir de la cual ponernos a caminar, porque necesitamos hoy, comenzar a incidir en acciones transformadoras que nos permitan recuperar el sentido de humanidad que han pretendido arrancarnos. Que éste sea el germen que permita cosechar la esperanza y apresurar la urgencia. Hasta la victoria, siempre.

Fuente: I Congreso Mundial de Educación 2020

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I Congreso Mundial de Educación 2020. Ponencia de María del Carmen López. México

AYOTZINAPA VIVE, LA LUCHA SIGUE ¡¡ VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVVOS LOS QUEREMOS ¡

 

Buenas noches querides compañeres, reciban un combativo y revolucionario abrazo desde Oaxaca, México.

El Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública y Contra el Neoliberalismo. Es el mejor espacio para rendir justo homenaje a los 43 estudiantes desaparecidos y también para seguir exigiendo su presentación con vida. La desaparición forzada de ellos la ha sentido el mundo entero, especialmente sus familiares y a los que somos HIJOS DE LAS Normales Rurales.

 

Es para mi un enorme honor para mi tener la oportunidad de compartir esta noche mi palabra y mi sentipensar con todos quienes me escuchan en nuestro Continente y el mundo. Soy María del Carmen López Vásquez  y represento al Centro de Estudios MAEEC (Magisterio por la Autonomía Educativa, Emancipadora y Comunitaria).

 

Saludamos este importante e histórico espacio de encuentro, reflexión y construcción de otra educación y otro mundo, un mundo mejor con justicia social y con dignidad.

 

Soy militante activa de la histórica y combativa Sección XXII de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), una organización amplia que suma a cientos de miles de compañeros de base, exdirigentes y dirigentes actuales. Como tal he sufrido la criminalización, judicialización y la persecución como formas de represión del Estado Mexicano en el pasado.

 

En el pasado reciente , libramos una lucha cruenta, a sangre y fuego, que dejó como saldo compañeros caídos en la lucha, presos y perseguidos políticos, en unidad con los padres y madres de familia contra la imposición de la mal llamada reforma educativa que despojaba a los docentes de sus plazas de trabajo mediante la evaluación punitiva y que intentó la privatización de la educación. Actualmente, aunque tenemos un gobierno progresista y se llevó a cabo una reforma constitucional educativa, se mantiene en esencia una educación de corte neoliberal.

 

Ejemplo de ello es el programa “Aprende en Casa 2”, que en circunstancias de confinamiento se implementa por TV, excluyendo a los niños y niñas que carecen del televisor o de electricidad, afectando con ello el derecho a la educación de los más pobres y marginados, sobre todo a los pueblos originarios. Así quedo manifestado que intereso más rescatar al sector empresarial de la quiebra financiera.

 

Observamos que con la virtualización de la educación ha avanzado el proceso de privatización de la educación logrando  con ello parte de los objetivos económicos transnacionales. En lo pedagógico ha representado una regresión hacia la educación bancaria, reduciendo los procesos de aprendizajes a la mera transmisión pasiva del conocimiento y a la subaleternidad enajena y alienada, sin que medien procesos de reflexión y análisis crítico.

 

Partiendo del análisis crítico de esta realidad, pasaré a exponer algunas propuestas:

  1. Desarrollar y potenciar la lucha magisterial unitaria en en un proceso dialéctico, considerando tres ejes fundamentales:
  2. LA LUCHA PEDAGOGICA:

La nueva realidad del siglo xxi nos demanda a los sindicatos de clase y el movimiento social que recuperemos y potenciemos las luchas en las calles y en todos los espacios públicos, junto a la protesta acompañar nuestra propuesta, visibilizando la agenda de lucha y exigiendo su solución.

La defensa de la escuela y la educación pública , laica, gratuita, científica y presencial debe ser irrestricta, igualmente que el cumplimiento dl precepto de gratuidad total, exigiendo a los gobiernos el financiamiento de la educación con el 20 % del PIB.

Se hace urgente prohibir y anular la intromisión del interés privado en las políticas educativas. Erradicar el acatamiento de las recomendaciones de los organismos financieros internacionales como la OCDE, BM, FMI, ello significa la recuperación de las soberanías nacionales para desarrollar la política educativa con independencia y con base a las necesidades reales de desarrollo educacional de cada país.

 

 

Es urgente y necesario transitar hacia la transformación en cada escuela y de la educación, en todos los niveles educativos desde educación inicial hasta el nivel superior en el orden curricular, organizacional y de verticalidad directiva institucional. Debemos transitar del reconocimiento y discusión académica a la operatividad concreta de la praxis transformadora que exigen los tiempos de pandemia pospandemia que demandan el compromiso bioético de les educadores populares, para construír y diseñar la nueva escuela y la nueva educación crítica y emancipadora del capitalismo cognitivo frente a los cambios que la vida tradicional de la vieja realidad injusta del capitalismo de muerte. Nuestra tarea transformadora debe considerar el diseño de contenidos biocéntrico, desde pedagogías críticas, descolonizadoras, populares, emancipadoras, comunitarias, interculturales  y liberadoras. Es urgente desechar el poder opresor que caracteriza a la escuela y educación tradicional, instrumental y racional capitalista de los Sistemas educativos Nacionales en cada país y en su lugar desarrollar nuevas nuevas formas de relaciones de poder, potenciar el poder liberador que es resultado de los procesos colectivos y comunitarios, el poder participativo, distribuído en la colectividad y no concentrado frente a la individualidad, cultivado en la construcción de decisiones horizontales y no verticales, ese que tiene pleno respeto a la dignidad humana. De igual manera, debemos aperturar el espacio escolar a la comunidad, para así alentar y dinamizar el desarrollo y emancipación no solo de los educandos y educandas, sino también de los padres y madres y familias de la comunidad, teniendo como faro el colectivo-proyecto. Este es uno de los diversos caminos que aseguran la transformación social de una humanidad que requiere salvar la crisis civilizatoria y al mismo tiempo que enfrente el receteo capitalista. Es imprescindible comprender que las transformaciones nunca llegarán desde el sistema, es necesario generarlas, desde abajo, desde nosotres los oprimidos y excluidos, desde la mayoría del pueblo explotado.

LA LUCHA POLITICA:

Esta debe concretarse en la unidad global de los trabajadores de la educación del mundo, con un programa de lucha común y con la unidad en la acción, mediante jornadas mundiales de lucha en defensa de la educación pública y por la transformación radical del sistema capitalista.

LA LUCHA LEGISLATIVA:

Impulsar que nuestras demandas sean retomadas en los Congresos Legislativos para que se planteen como iniciativas de leyes que aseguren el derecho a la educación presencial  y los derechos laborales de los trabajadores.

 

  1. Luchar por un programa común y unitario del magisterio con los movimientos sociales y el pueblo.
  • Luchar por la suspensión de la deuda externa, como posibilidad para sacar al pueblo de la pobreza.
  1. Exigir una cruzada mundial de los gobiernos para combatir el cambio climático, el respeto a la naturaleza y a toda forma de vida.
  2. Por el derecho a la vida humana con dignidad.
  3. Por la soberanía alimentaria, contra el uso de semillas tránsgenicas y a favor de las semillas criollas y la agroecología.
  • Por el derecho al agua y al aire, contra su privatización contra todo tipo de extractivismo.
  • Por salarios dignos y la pensión universal.
  1. Por el derecho a la salud pública y contra su privatización.
  2. Por el derecho a la paz con justicia social.

 

Hoy es tiempo de organización y luchas comunes en el plano global, ninguna lucha aislada más, con unidad de agenda, programa y acción.

 

VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES ¡

VIVA EL CONGRESO MUNDIAL EN DEFENSA DE LA EDUCACION PUBLICA Y CONTRA EL CAPITALALISMO NEOLIBERALISMO ¡

OTRO MUNDO ES POSIBLE ¡

Fuente: I Congreso Mundial de Educación 2020

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I Congreso Mundial de Educación 2020. Luis Sánchez: Seis Tareas por Promover en la Educación global. Panamá

MESA: GREMIALISMO, SINDICALISMO DEMOCRÁTICO Y TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA.

SEIS TAREAS POR PROMOVER EN LA EDUCACIÓN GLOBAL

La nueva normalidad de la que se habla en el mundo no puede centrarse únicamente en los aspectos sanitarios como el uso de mascarilla, el distanciamiento social, etc.

La mayoría de las sociedades del mundo requieren de «un nuevo pacto social». Y ese nuevo pacto social, sin duda, tiene que incluir el tema educativo, precisamente uno de los más sensibles e importantes.

La pregunta esencial a que deben responder los gremios y los sindicatos docentes democráticos, mirando hacia la transformación educativa, en este momento de la historia es ¿Qué hacer? A lo que, sin duda, debemos responder sin titubear «EMPODERARNOS»

Pero no empoderarnos solo para la defensa de nuestras conquistas o para el incremento de estas, sino para la defensa de la educación de toda la población mundial contra la que atentan todos los días las élites globales y nacionales.

Para lograr esto debemos definir el camino por recorrer.

En esa vía, nuestro gremio, la Asociación de Educadores Veragüenses, identifica; entre otras, las siguientes seis tareas urgentes:
1. La inclusión de todos los niños y niñas en los sistemas escolares.
2. La conquista del “cogobierno en el sistema de Educación pública.»
3. La conquista de la » educación pública universal de calidad» y la eliminación de la educación privada.
4. El triunfo en el establecimiento de un «currículo humanista» en oposición al currículum productivista alienante.
5. Proponer, conquistar y sostener un plan de salvaguardia o defensa de la educación contra los cambios de gobierno y la corrupción a nivel nacional y global
6. Mantener la comunicación global y nacional entre nuestras organizaciones docentes y crear el «Sindicato Mundial de docentes.»
Veamos ahora a groso modo y respetando el tiempo asignado estas propuestas.

1. LA INCLUSIÓN DE TODOS LOS NIÑOS Y NIÑAS EN LOS SISTEMAS ESCOLARES.
Es un deber del docente comprometido, la lucha por la cobertura escolar total, pues frente a ello, los grandes empresarios, no han hecho más que demagogia.

Al terminar la quinta parte del siglo XXI hay más de 300 millones de niñas y niños en el mundo que no están en la escuela, lo que sin duda, empeorará con la pandemia.
En nuestro propio país había, antes de la llegada del COVID-19, 133,000 niños que no estaban en la escuela y ahora esa cifra va rondando al medio millón en un país en que solo hay cerca de 1,024,103 niños en edad escolar.

Esto representa una verdadera deformación de las sociedades contemporáneas y deberemos ser los docentes, porque no lo serán los empresarios ni los gobiernos, la vanguardia en la solución permanente de esta problemática que por sus consecuencias acrecientan los flagelos sociales de nuestra era, especialmente la pobreza y la violencia.

2. LA CONQUISTA DEL COGOBIERNO EN EL SISTEMA EDUCATIVO PÚBLICO.
Generalmente, los docentes hemos dejado a los gobiernos, las ONGs, y a los empresarios, la responsabilidad académica, política y administrativa de la educación pública y privada; limitándonos a jugar nuestro papel en el aula, a ser contestatarios a las políticas neoliberales y a defender nuestras conquistas gremiales. Sin embargo, hemos sido la piedra en el zapato contra esos cambios neoliberales en educación.

Pero dada nuestra importancia como actor social en el sistema y la capacidad que tenemos de formar alianzas con los sectores populares de los cuales provenimos, podemos y debemos involucrarnos de fondo en la transformación académica y administrativa del sistema educativo. Solo así podremos impedir el control y mal manejo de los millonarios y de los políticos del sistema educativo.

El cogobierno, sería la ampliación significativa de la incidencia de los gremios y sindicatos docentes en el destino educativo de las Naciones.

3. EL TRIUNFO EN EL ESTABLECIMIENTO DE UN CURRÍCULUM HUMANISTA EN OPOSICIÓN A UN CURRÍCULUM PRODUCTIVISTA Y ALIENANTE.
Los docentes conscientes del mundo, en el ejercicio de nuestra nueva actitud de cogobernar en educación, debemos involucrarnos decididamente en la construcción del currículum, y no permitir que esta tarea quede en manos de los currículistas al servicio de las élites, que permanentemente buscan introducir los cambios pertinentes, no a la gestación de un ser humano integral, sino a la gestación de un individuo adaptado a las necesidades productiva de la época, o más bien dicho, a las necesidades productivas de un sector económico.

Incidir en los objetivos, diseños, mayas y contenidos curriculares, es quizás la tarea consiente más importante de los docentes organizados gremial y sindicalmente pues, hasta ahora, los que propician la inequidad y la pobreza en el mundo, emplean “su” manejo del currículo como el arma más eficaz para mantener su control social.

Por eso, el bloquear el control ideológico de las élites sobre la población y liberarla para que ella asuma las riendas de su propio destino, es la tarea que más ha de honrar nuestro papel en la historia. Más aún en este momento en que la humanidad tiene por primera vez una conciencia global de sí misma y, por tanto, tiene la oportunidad real de discernir sobre su destino…si le damos los conocimientos necesarios y oportunos que los burócratas le niegan.

4. PROPONER, CONQUISTAR Y SOSTENER UN PLAN DE DEFENSA DE LA EDUCACIÓN CONTRA LOS CAMBIOS DE GOBIERNO Y LA CORRUPCIÓN A NIVEL NACIONAL Y GLOBAL.
Es hora de que la educación sea protegida contra el efecto de los cambios de gobierno y de la corrupción.

Hemos visto ya, hasta el cansancio, como los planes y los programas de la educación pública, además de ser inconsistentes e impertinentes al interés nacional y a la formación integral de los individuos, son improvisados, mutilados, inacabados y abandonados por cada gobierno que entra a la administración del sistema. Por ello, es preciso que los docentes nos comprometamos en ser proponentes y defensores de una estrategia educativa duradera en el tiempo y pertinente a los intereses de todos y no solo de unos pocos.

También es imperativo que blindemos a la educación contra la corrupción, estableciendo un sistema articulado de medidas que obstaculicen la ocurrencia de esta en nuestro ámbito, lo cual, siempre ha sido factible, solo que faltan actores sociales que se comprometan en ello.

Sí, es posible el establecimiento de medidas anticorrupción, tanto dentro de los sistemas educativo como en las finanzas del estado en general, pues la corrupción, en ese plano superior de la administración pública, afecta también al presupuesto educativo.

5. LA CONQUISTA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA UNIVERSAL DE CALIDAD Y LA ELIMINACIÓN DE LA EDUCACIÓN PRIVADA.
Mientras existan diversos tipos de educación en un país, nunca lograremos la equidad, ni la calidad que tienen las élites que nos gobiernan. Ellos tendrán siempre un sistema que favorezca la permanencia de los miembros de su clase social al frente de sus respectivas sociedades nacionales y del mundo.

Además, la división y estratificación que existe de manera objetiva en los sistemas escolares opera en favor de los que tienen el poder económico para el mantenimiento de la división social, la exclusión, la discriminación y la inequidad en las oportunidades.

Si no existiera la opción privada, los se agrupan el poder económico de los grandes empresarios, se preocuparían porque las escuelas públicas contaran con todo lo que necesitan para una educación de calidad, pues sus hijos y familiares deberán acudir a ellas.

Con escuelas públicas y de calidad para todos, se reducirían significativamente las brechas sociales y se incrementarían las oportunidades de todos los niños y niñas.

La existencia de escuelas privadas costosas, que cuentan con todo el instrumental, los recursos humanos, docentes calificados y los adelantos científicos y tecnológicos de la época, en oposición a las escuelas que carecen de todo ello, es la garantía de la permanencia en el futuro de sociedades profundamente inequitativas y excluyentes.
He aquí una característica importante del nuevo pacto social que necesitamos: “EDUCACIÓN IGUAL PARA TODOS”

Y con ello no queremos decir que no deban existir diversas opciones educativas, por el contrario, estas tienen que existir, nos referimos a que el que quiera, pueda elegir cualquiera de las opciones educativas de que se disponga y que no haya diferencia en la calidad que se ofrece por razón de los recursos familiares o personales con que se cuente.

Desde esta visión, no podemos aceptar conceptos como el esgrimido por el actual presidente de la Cámara de Comercio de Panamá (Jean Pierre Leignadier) cuando señala imprudente y descaradamente que (abro comillas) “Debemos tener cuidado extremo con el objetivo de elevar los estándares de la educación pública para que esto no conlleve a la destrucción de la educación privada”

Acabemos de una vez por todas con la vieja normalidad de una educación exclusiva, impertinente, de baja calidad, alienante y que solo sirve para prolongar y profundizar la desigualdad en el seno de las naciones y del mundo.

6. MANTENER LA COMUNICACIÓN GLOBAL Y NACIONAL ENTRE NUESTRAS ORGANIZACIONES Y CREAR EL SINDICATO MUNDIAL DE DOCENTES.
Para lograr los objetivos anteriormente mencionado, y otros por precisar, es imprescindible la comunicación entre gremios y sindicatos del mundo para transferir de un lugar a otro las experiencias vividas y emprender desde diversos puntos la presión internacional que hace falta para establecer una normativa global de protección a la educación.

Por supuesto, sabemos que existen desde hace décadas iniciativas, acuerdos educativos de carácter global y regional, pero ellas están en manos de los gobiernos, varios de los cuales han firmado cualquier cantidad de ellos que luego olvidan, como ha sido el caso del Gobierno de Panamá.

La diferencia sería nuestro real compromiso con la causa de la educación popular en oposición al protocolo demagógico de los gobiernos y las élites.

Vivan los gremios y sindicatos de educadores democráticos que en el mundo luchan por una buena educación con equidad para todos.

“Quién no se atreve a luchar, no merece educar”
Asociación de Educadores Veragüenses
e-mail: aevegremialista@gmail.com

Profe. Luis A. Sánchez H.
Secretario General de la Asociación
de Educadores Veragüenses (A.E.VE)
Panamá, 25 de septiembre de 2020.

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