Page 5 of 8
1 3 4 5 6 7 8

“Las élites se toman muy en serio algo aparentemente tan divertido y banal como la cultura popular”

24 Septiembre 2016/Autor: Salvador López Arnal/Fuente: Rebelión

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (y III)

Las últimas preguntas, he abusado demasiado. ¿Qué tienen que ver Obama, Cameron o el Pentágono con todo esto? ¿Al Pentágono le gustan los videoclips?

A la oligarquía y sus mandarines les importa todo aquello que tenga poder social. Y el videoclip tiene mucho poder entre los jóvenes pues es la mercancía cultural, de lejos, más consumida por ellos. No tiene ese poder o prácticamente ninguno contigo ni conmigo Salvador, pero sí con los jóvenes (15 a 24 años) e incluso antes, en una fase de máxima influencia que va de los 13 a los 18 años.

Obama y Cameron deben llevarse bien con las estrellas del pop porque son mucho más populares para conquistar electoralmente a los jóvenes que ellos mismos, para fidelizarlos a su marca electoral y de este modo continuar con la reproducción de la hegemonía burguesa en todas las edades.

-Dedicas un capítulo a John Lennon. ¿Qué representa para ti su música y su figura?

-No es un capítulo sino un epígrafe de un capitulo. No soy un estudioso ni un experto musical de los Beatles ni de John Lennon así que no me atrevería a pronunciarme. Es evidente que pese a que contaron con el apoyo de grandes capitales de la industria eran jóvenes con talento. Su repercusión en el mundo del pop y en la iconosfera-mundo está fuera de toda duda aunque la mayoría de los jóvenes consumidores de videoclips actuales no saben quiénes son. La figura pública de Lennon, en cambio, cuando se fue paulatinamente a la izquierda y comenzó a comprometerse con diversas causas progresistas fue interesante porque marcó los límites a los que podía llegar una estrella en el marco del capitalismo de finales de los sesenta y principio de los setenta. Esto es algo que la propia Yoko Ono advirtió lucidamente y que recojo en el libro.

-¿A qué llamas sexocracia? ¿No estarás haciendo un llamamiento al “puritanismo bien entendido”?

-Para nada Salvador. Para mí el sexo es fuente de inspiración artística, sólo tienes que ver mi producción pictórica para darte cuenta. El problema es el modo en que se trata en el videoclip, una forma en la que todo vale para llamar la atención. Un modo degradante y cosificador que a veces es sexista, machista e incluso violentamente misógino. Y esto, cuando el público es tan joven, es peligroso. Y utilizo la palabra “peligroso” con toda la fuerza que tiene adrede. Es peligroso y preocupante para la salud y la virtud pública. Sobre todo cuando “se supone” que todos estamos preocupados por la violencia interpersonal entre los jóvenes, hombres y mujeres, etc. ¿No es degradante y peligroso para las mujeres que uno de los artistas más importantes del momento haga un videoclip advirtiendo a los chicos adolescentes que no se fíen de las mujeres porque son unas “putas” mientras las bailarinas sonríen encantadas, ligeras de ropa, a los insultos de la “estrella”?

-¿Es posible una industria cultural contrahegemónica? ¿Con qué medios? ¿Quiénes podrían abonarla?

-Esta pregunta requiere una respuesta larga y ni siquiera estoy seguro de que sea lo suficientemente extensa la que plasmé en el libro así que aquí sólo podré ofrecerte un resumen que para quien esté interesado deberá ser complementado con la lectura de la obra. Y no es publicidad para que “me compren” un ejemplar, que el público lo lea de un amigo o en una biblioteca si lo desea, es la realidad. Pero vamos a intentarlo.

-Inténtalo por favor

-¿Es posible una industria contrahegemónica? Sí, con los mismos medios contrahegemónicos que tenemos desperdigados unificándolos bajo una empresa cooperativa multinacional con un programa de mínimos bien organizado donde las diferencias no sean un problema sino un enriquecimiento. Todos esos esfuerzos unificados producirían sinergias mucho más ilusionantes y poderosas en la población entre otras cosas por las facilidades de la economía de escala y la mayor presencia en el tejido social. Ayudaría el hecho de que la gestionara o estuviera íntimamente asociada a una nueva internacional obrera con un proyecto socialista internacional. ¿Respecto a la financiación? La de sus abonados y quien quisiera sufragarla pero con un método de gestión democrática en que cada afiliado (socio cooperativista de producción y/o de consumo en realidad) contara un voto sin importar la cuantía de su aportación. Como digo en el libro es absolutamente imposible luchar contra películas, programas de TV, música y videoclips dominantes consumidos por cientos, cuando no miles de millones de jóvenes, con artículos o libros leídos, en el mejor de los casos, por miles de personas. Sujetos marginales que, además, ya están previamente convencidos y pese a ello siguen expuestos al flujo de la cultura dominante o lo que es lo mismo: la cultura burguesa.

¿Cómo quieres que la gente vote socialista (y no me refiero al PSOE) cuando la cultura financiada por el capital les rocía las mentes en una relación de un millón frente a uno? ¿Has visto el porcentaje de jóvenes en las organizaciones políticas contrahegemónicas? Compáralos con su tasa de paro. Por favor, seamos serios. Es un tema impostergable. Necesitamos unidad para construir una cultura contrahegemónica. La cultura de izquierdas se hunde en la mayoría de las regiones del mundo porque entre otras cosas, no hemos entendido nada de esto. Las campañas políticas no duran 15 días en nuestras modernas sociedades capitalistas sino los 365 días del año y la propaganda omnipresente y seductora es la suya, no la nuestra. ¿Lo cambiamos o seguimos dándonos golpes de pecho cuando la clase obrera vote elección tras elección a los mismos que la explotan en la economía, la ningunean desde la política y la dominan desde la cultura?

-Hablas de los 100 videoclips contrahegemónicos en un anexo del libro ¿Qué videoclips son esos? ¿Qué artistas, qué colectivos los promueven? ¿Por qué nadie o casi nadie los conocemos? Los que no sabemos de su existencia, ¿vivimos en Marte?

-Son videoclips que desde un punto de vista cultural, ideológico o de ambos, reman a contracorriente de la cultura y la ideología promovidas por el gran capital. En general son artistas menos conocidos que pueden o no estar en grandes discográficas, pues si lo están son infrapromocionados con respecto a los otros. En bastantes casos se encuentran en compañías independientes o bajo criterios de autoproducción. En realidad, es justo lo contrario: están más cerca del Planeta Rojo aquellos que los conocen que la inmensa mayoría que no.

-¿Canciones censuradas, afirmas, por Clear Channel? ¿Por qué esa censura?

-Porque “algunos” entendieron desde las altas esferas que tras el atentado del 11S, en los días inmediatamente posteriores, radiar ciertas canciones podría tener inesperados y problemáticas consecuencias entre la población estadounidense. Observa lo en serio que las élites se toman algo aparentemente tan divertido y banal como la cultura popular. Algunas canciones fueron desterradas por sus letras críticas contra el capitalismo o el gobierno, otras por sus alusiones emocionales o a palabras que se pudieran relacionar con los atentados. Se trató de la ingeniera social de siempre que practican las élites del poder con la cultura de masas y que, a diferencia de la izquierda, se toman tan en serio. Lo curioso fue que muchos artistas que censuraron tras el 11S desaparecieron de Clear Channel (ahora rebautizada como iHeart Radio) no sólo los días posteriores a los atentados, sino hasta el presente. ¿La razón? ¿La guerra contra el “terrorismo” no ha acabado verdad? El miedo y la paranoia deben continuar sin partituras que desentonen su consabida melodía de guerras imperialistas disfrazadas de “intervenciones humanitarias”.

-Entre muchos otros nombres, el de Shakira, la señora de Piqué, no queda muy bien parada en tu libro. ¿Le tienes manía a la “estrella colombiana”, muy amiga según parece de Obama y Santos? ¿No te gusta cómo canta o es distancia hablando ideológicamente?

-¿Crees que no queda bien parada? Bueno, en realidad lo único que hago en el libro es contar lo que ella misma manifiesta públicamente en diversos lugares como su propia cuenta de YouTube, pero no suele aparecer en los medios de masas. Simplemente unifico y doy un poco de sentido a retazos que están allí y allá en la inmensidad del flujo de información pero que no interesa que sea conocido por el público mayoritario, pues quizás empañaría su imagen de simpática cantante preocupada por los más pobres. Shakira simplemente es, partiendo de Gramsci, una intelectual orgánica de la clase burguesa y una reconocida militante del filantrocapitalismo con conexiones con muchos de los hombres más poderosos del mundo, desde la oligarquía política a la económica mundial. Desde Obama o Santos a Carlos Slim. ¿No está mal para una cantante colombiana afincada en Barcelona verdad?

-¿Quieres añadir algo más?

-Sí. Me gustaría animar a los lectores a hacerse con mi libro: que lo compren, lo cojan prestado de una biblioteca o lo compartan con los amigos, pero que lo lean crítica y reflexivamente. ¿Sabes por qué? No sólo porque es necesario que comencemos a debatir estas cuestiones desde la izquierda con urgencia sino porque es casi un milagro que este libro exista, con todos los errores y/o carencias que seguro tendrá. Pero la existencia de esta obra es uno de esos fallos del sistema que hay que aprovechar.

No sabes la serie de afortunados y accidentados pasos que tuvieron que darse para que alguien como yo pudiera dedicar siete años de su vida a hacer un análisis netamente marxista de un fenómeno de masas como la industria del pop y el videoclip. Estuve a punto de perder el trabajo en la universidad como becario de investigación por emplear la perspectiva marxista. Si no hubiera sido por el trabajo remunerado durante cuatro años y el apoyo de profesores como Juan Antonio Ríos Carratalá, Ángeles Diez Rodríguez o María Teresa Molares ni la investigación hubiera podido ser lo profunda que fue ni, desde luego, este libro habría salido al mercado nunca. Además, y lo quiero dejar claro, que esta obra haya salido con el excelente formato y la fuerza con la que lo ha hecho ha sido posible gracias al trabajo de un editor tan comprometido e imprescindible en nuestro país como Miguel Riera.

Otra de las cuestiones por las que considero interesante su lectura es por la propuesta inédita que realizo del concepto de “renta del cuerpo” para explicar, desde la perspectiva del valor-trabajo de Marx, porqué las estrellas de la industria cultural son tan ricas. Esto no sólo incluye cantantes sino ases del deporte, estrellas del cine, presentadores de TV o esa extraña y polimorfa especie conocida bajo el nombre de “famosos”. Además, el libro tiene ilustraciones inéditas de un artista de la talla de Miguel Brieva y el tono con el que está escrito intenta ser entretenido a la par que científicamente riguroso y teóricamente profundo. Todo un reto o una locura, según se mire… Animo a que los lectores me digan si lo he conseguido y me escriban para debatir los temas tratados que seguro no dejarán indiferente a nadie.

-Yo soy uno de esos lectores. Lo has conseguido sin duda. Y tienes razón: los temas tratados no dejan o no deben dejar indiferente a nadie.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216685&titular=%93las-%E9lites-se-toman-muy-en-serio-algo-aparentemente-tan-divertido-y-banal-como-la-

Comparte este contenido:

La afrenta de Peña Nieto a México y Latinoamérica

Por: Ilka Oliva Corado 

Cuando el candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump por el partido Republicano se refirió a México con insultos, el primero en alzar la voz fue el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro: “Yo como presidente de Venezuela de Bolívar y Chávez alzo mi voz en defensa del pueblo de México, ofendido por este pelucón. Qué indignación. Quien se mete con México se mete con Venezuela. Repudio total las declaraciones de este bandido y ladrón.”

En ningún momento lo hizo Peña Nieto y ninguno de los presidentes del triángulo norte de Centroamérica. Y eso que era a ellos a quienes les concernía, pero no; lo hizo Maduro, desde el Sur del continente. Ninguno de ellos tampoco jamás se pronunció cuando Obama firmó la Acción Ejecutiva contra Venezuela, o cuando Clinton y Biden pidieron de emergencia una invasión militar estadounidense en el país venezolano. Lo digo, para reseñar la diferencia entre la sangre roja, hirviente y el chilate ralo que se toman los coches.

Cuando Trump dijo mexicanos, se refirió a toda Latinoamérica. El insulto y las calumnias fueron para todos los latinos que vivimos y trabajamos en este país, con y sin documentos. Por esa razón Maduro que entiende perfectamente el concepto de Patria Grande, de hermandad y solidaridad se pronunció inmediatamente. No lo hizo República Dominicana que tiene llena a Nueva York de dominicanos indocumentados, no lo hizo Guatemala, ni El Salvador y mucho menos Honduras que son como México: la mano de obra más barata y más explotada que existe en Estados Unidos. No lo hizo Colombia que tiene llena Miami de colombianos. Lo hizo Maduro, en nombre de la dignidad del pueblo mexicano y de toda Latinoamérica. ¿Será porque Maduro y los pocos gobiernos progresistas no fueron colocados en el puesto por las embajadas de Estados Unidos en la región?

No sorprende que Peña Nieto se mantuviera al margen y no por desentendido sino por cobarde y afín. Tampoco sorprende que el día miércoles 31 de agosto mientras 61 atracadores corruptos votaban para destituir a Dilma como presidenta de Brasil, Peña Nieto recibiera en Los Pinos a Trump y no solo sino que también se mostrara sumiso y pusilánime ante un personaje catastrófico como lo es el candidato republicano.

No tan distinto a Obama que con su doble moral y con oratoria actoral, se va con tres Golpes en Latinoamérica, la militarización de México y del triángulo norte de Centroamérica y las manos manchadas de sangre con miles de migrantes asesinados, torturados y desaparecidos a consecuencia; y de miles de migrantes deportados, eso por mencionar algo.

Peña Nieto no debió recibirlo y mucho menos que la invitación la hiciera el gobierno de México. Esa acción no solo humilla al pueblo mexicano, también muestra con claridad lo apocado y ruin de un personaje que trabaja obediente a las órdenes de la cúpula empresarial y de Estados Unidos.

¿Y por qué guardan silencio México, Guatemala, El Salvador y Honduras, en específico? Porque hablando de migraciones forzadas, aceptaron militarizar la región, con la aprobación del Plan Frontera Sur y Maya-Chortí que propuso Estados Unidos. Que Trump ahora hable de un muro es agua pasada, que no nos digan que están descubriendo el agua azucarada; el muro ya está, y va desde Honduras hasta el Río Bravo, militarizado por Estados Unidos, y lo hizo Obama y lo están pagando con sus vidas miles de inmigrantes indocumentados.

Porque ha raíz del Plan Frontera Sur y Maya-Chortí han desaparecido miles de indocumentados en tránsito, lo que viene siendo una especie de limpieza social que va desde Honduras hasta México, con el pretexto de luchar contra el tráfico de armas, de indocumentados y de droga. En la frontera entre México y Estados Unidos esta matanza corre a cuenta de la Patrulla Fronteriza. Lo que sucede con los migrantes en tránsito que viajan hacia Estados Unidos es un genocidio, con todas sus letras.

Porque aceptaron echar a andar el Plan de la Alianza para la Prosperidad, y Estados Unidos ha dado 750 millones de dólares a Guatemala, El Salvador y Honduras, y abonado 500 millones más. Y ni hablar del Plan Mérida o Plan México.

Mucho es pedirle a Peña Nieto integridad y respaldo moral a su pueblo, ante los insultos y la farsa, cuando somos testigos de lo que ha hecho siguiendo a sus antecesores; es la continuidad del gobierno de Felipe Calderón: quien inició una supuesta guerra contra el narcotráfico, apoyada por Estados Unidos, que solo ha servido para reprimir al pueblo mexicano y avalar así cada tortura, cada asesinato y cada desaparición. Han sido miles de niñas, adolescentes y mujeres ultrajadas por policías y militares, con el pretexto que trabajan para los carteles de droga o la trata de personas.

Vemos que lo ha convertido en una fosa inmensa, ríos de sangre por doquier, desapariciones forzadas, masacres, torturas y el genocidio latente que se lleva cientos de vidas diariamente. Pedirle a Peña Nieto que se pronuncie en defensa de su pueblo es como pedirle la renuncia al cargo. ¿Qué dice la OEA de todo lo que acontece en México en materia de Derechos Humanos? ¿Qué dice Estados Unidos? No dicen nada porque uno hace y el otro solapa.

Peña Nieto no tiene moral para defender a su pueblo de acusaciones extranjeras porque él mismo es peón de la injerencia estadounidense en el país, gobierna para Estados Unidos y la oligarquía mexicana. Para los consorcios de empresas transnacionales. Si hablamos de ecocidios, de minerías, de robo de tierras; de muertes, desapariciones y torturas a defensores del medio ambiente y de Derechos Humanos; el gobierno mexicano tiene una larga cuenta pendiente con la justicia. Y ni tocar el tema de abusos sexuales a niñas, niños, adolescentes y mujeres. Ni hablar de feminicidios.

No necesita tanta explicación la afrenta de Peña Nieto a México y a Latinoamérica, invitando y recibiendo en casa mexicana a Trump, con esto sirviendo de alfombra organizando un acto protocolario para su carrera presidencial. Común entre seres de la misma calaña.

Pero no desviemos tanto la atención en el tema Trump y Peña Nieto, porque la visita fue estratégica, lo que realmente es preocupante es el cuarto informe de gobierno y la farsa que ahí se detalla. El pueblo mexicano clama por justicia. ¿Cuántas personas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas durante esa visita? ¿Cuántas niñas, niños, adolescentes y mujeres fueron violados? ¿Cuántos feminicidios? ¿Cuántos migraron hacia Estados Unidos, forzadamente, transitando las fronteras de la muerte? ¿Cuántos murieron en la miseria de la pobreza extrema y la hambruna? ¿Y hoy, en este momento, qué está sucediendo en ese México del que no nos hablan los medios de comunicación monopolizados? Guardar silencio ante el genocidio que está viviendo el pueblo mexicano en manos del gobierno de Peña Nieto es inhumano, nos convierte a todos es cómplices.

La afrenta de Peña Nieto no es haber recibido a Trump en tierra mexicana, es gobernar para Estados Unidos y las oligarquías nacionales e internacionales; sacrificando a su gente, dejando lo más por lo menos. Así de ruin. Es una afrenta a México, a Latinoamérica y a la humanidad.

Fuente: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/09/02/la-afrenta-de-pena-nieto-a-mexico-y-latinoamerica/

Comparte este contenido:

Dos modelos de corrupción (Parte 2)

Por Claudio Katz

COIMAS Y LAVADO EN EL UNIVERSO K

Cualquiera sea la utilización oficialista de la corrupción imperante durante la década pasada, los datos de esas malversaciones son abrumadores. Lo que todos sospechaban ahora tiene corroboraciones contundentes. Mediante un sistema de coimas, la crema del funcionariado K acumuló enormes fortunas. Los indicios de esta red salieron primero a flote a través del enriquecimiento de Jaime, que cobraba millonarios retornos desde la secretaría de transporte. El caso de 4 4 Boudou confirmó esa pista. El vicepresidente nunca pudo explicar su intermediación en los cambios de propiedad de la Casa de la Moneda. Esos antecedentes podían tomarse como casos individuales hasta que Báez destapó la existencia de un esquema de robo organizado, con el visto bueno de la presidencia.

El personaje de Santa Cruz mutó en pocos años de simple empleado bancario a principal contratista de la obra pública provincial. Todavía no se ha estimado el monto de sus increíbles propiedades y cuentas bancarias, pero ya se sabe cómo forjó ese imperio. Cobraba enormes sobreprecios por contratos para realizar obras, que en algunos casos ni siquiera empezó. Recibía dinero de proveedores ficticios que le otorgaban facturas truchas. Todos el dinero sustraído del presupuesto nacional era dolarizado y transferido a cuentas de Montevideo, Panamá o Suiza, a nombre de familiares y testaferros. Posteriormente con esas sumas se adquirían bonos del estado que se transformaban en propiedades o activos.

Este mecanismo de lavado ha sido publicitado como la “ruta del dinero K”. Hasta ahora sólo se conocen algunos nombres de los involucrados en la estafa. Los ribetes cinematográficos que rodearon al apresamiento de López hacen olvidar su comando de ese sistema. Cumplía una doble función como otorgante de la obra pública y recaudador de las campañas de Néstor. Es evidente que Báez, López y Fariña integraban una pandilla que está desamparada. Pero falta conocer los estratos superiores de esa red. Muchas investigaciones conducen a De Vido por la financiación de emprendimientos abortados (como el gasoducto del Norte).

El ex super-ministro de la obra pública carga con un centenar de causas y puede perder la protección que le aseguran sus fueros parlamentarios. Si la pesquisa del dinero mal habido continúa, también caería en desgracia el poderoso empresario Cristóbal López, que extendió su actividad de contratista al sospechoso negocio de los Bingos. Como maneja el principal de medios de comunicación opositor (C5N) y mantiene relaciones comerciales con un gran socio-rival de Macri (Tinelli), el oficialismo oscila entre crucificarlo y cooptarlo. El gran problema del kirchnerismo es la estrecha conexión de Cristina con todos los acusados.

Puede fácilmente descartar las maniobras montadas por el juez Bonadío para comprometerla en la causa de dólar futuro. Pero no le resulta sencillo explicar el manejo de sus empresas (Hotesur, Los Sacues) junto a varios personajes caídos en desgracia. Cristina afirma que mantuvo relaciones comerciales usuales con Báez, pero no es normal que una presidenta alquile sus inmuebles al principal contratista de su provincia. Tampoco se entiende como un socio tan próximo acumuló semejante fortuna. CFK niega tajantemente todas las sugerencias de participación en las propiedades de Báez y reclama una auditoría para esclarecer las dudas. Pero durante su mandato desechó 10 informe lapidarios sobre los sobreprecios imperantes en los contratos de Santa Cruz y algunas investigaciones posteriores en el sector de vialidad confirmaron esas estafas.

Lo más problemático es el enriquecimiento de la propia familia Kirchner. Los mismos jueces federales que archivaron las denuncias por el insólito crecimiento de esos bienes, ahora reabren la indagación, allanan propiedades, levantan el secreto fiscal y embargan las cajas de seguridad. Se estima que al cabo de 12 años el patrimonio del grupo se incrementó en 800%, con numerosas propiedades adquiridas a precios muy sospechosos. 5 5 Para colmo, todos los allegados de Néstor fueron agraciados por la misma cadena de la felicidad. Su ex secretario Daniel Muñoz apareció en la lista de empresarios off shore de Panamá con bienes por 65 millones de dólares. El ex chofer de Kirchner -Rudy Ulloa- es un poderoso capitalista con propiedades millonarias. El ex jardinero -Héctor Barreiro- también detenta empresas de gran porte.

Las vacilaciones de Cristina frente a esta catarata de denuncias ilustran el laberinto en que transita. Por momento reacciona asumiendo un alto perfil político, que le permite diluir la investigación de su riqueza. Pero en otras circunstancias opta por tranquilizar las aguas recortando su exposición pública. En cualquier caso afronta un dilema sin solución: el debate sobre la corrupción K ya es un tema insoslayable.

INSÓLITAS JUSTIFICACIONES

Los intelectuales kirchneristas intentan eludir el análisis de las acusaciones en danza. Recurren a los típicos lugares comunes de ese escape, convocando a la “investigación de la justicia” o afirmando que “no se puede condenar a nadie sin sentencia firme”. Son los viejos argumentos que se han utilizado para garantizar la impunidad. Especialmente Menen delegaba el problema en la justicia cuando estaba seguro de la complicidad de los magistrados. Si las causas dormidas se reabrían recurría al complemento de esa cobertura: la crítica a las imputaciones fabricadas por simple “persecución política”. Con esas maniobras sólo los perejiles o los chivos expiatorios (como María Julia Alsogaray) terminaron en la cárcel.

Ciertamente las causas actuales están direccionadas para blanquear al macrismo y ensuciar al kirchnerismo, pero esta manipulación no anula la evidente corrupción de la década anterior, que los dirigentes K intentan disimular. Afirman que no se debe ignorar “los logros de ese periodo”, como si las mejoras democráticas o sociales conquistadas justificaran los desfalcos. Esos avances fueron aceptados por un gobierno que mantuvo todos los vicios tradicionales del robo al estado.

La corrupción no desmiente, ni invalida lo conquistado. Simplemente transitó por otro carril. Algunos dirigentes del kirchnerismo reconocen las estafas, pero entienden que “fueron casos excepcionales” o propios de “cualquier gobierno”. Pero la escala y organización que de esos fraudes no es tan corriente y tampoco su invariable desemboque en la cúspide presidencial. Néstor y Cristina concentran las principales sospechas. Esta peculiaridad torna muy difícil cualquier defensa. A diferencia de otros gobiernos progresistas latinoamericanos contaminados por la corrupción, lo ocurrido bajo el kirchnerismo no se limitó a las segundas líneas, ni tuvo sólo finalidades políticas. No se destaparon desvíos de fondos públicos para solventar campañas electorales o para financiar aparatos partidarios. Abundan los ejemplos de simple enriquecimiento personal.

Cristina ha sugerido la culpabilidad colectiva como justificación. Por eso responde a cada acusación con exigencias de investigación equivalente del macrismo y los contratistas del estado. Su mensaje implícito es que “todos roban” y “nadie es inocente” en el manejo del sector público. Este chantaje ha servido en incontables ocasiones para garantizar pactos de impunidad, pero resulta inadmisible para cualquiera que participe en la vida política por convicción e idealismo. La extorsión es muy corriente entre los adinerados, pero debería ser inadmisible entre militantes populares e intelectuales progresistas. 6 6 El colmo de las justificaciones difundidas por el espectro K presenta a la corrupción como una necesidad del desafío a los poderosos.

Esta tesis proclama que los desfalcos constituyen un ingrediente insoslayable de la construcción de un poder contrapuesto al establishment. Se supone que Cristina tuvo que aceptar esa desventura como un trago amargo de su propia epopeya. Pero en este caso no hubo tolerancia a estafas de los subordinados, sino un sistema de coimas que enriqueció a la jefatura. En lugar de un robo para la corona hubo sustracción para el propio bolsillo. Los justificadores desconocen, además, que la corrupción nunca confronta con los acaudalados. Al contrario, constituye una típica forma de ejercer la dominación. Salta a la vista que un funcionario estafador integra el bando de los saqueadores, cualquiera sea la camiseta que utilice para disfrazar esos fraudes.

El espectáculo de corrupción durante la década pasada genera desengaño entre los seguidores del kirchnerismo. Parte de ese desencanto se expresa en la pérdida de autoridad y capacidad de convocatoria de Cristina. Para la militancia es muy difícil digerir los millones de dólares que aparecen por todos lados. Este impacto se refleja en el vaivén anímico de los intelectuales K, que recibieron con euforia el regreso inicial de CFK y ahora afrontan una aguda depresión. Algunos suponen que ese dolor será transitorio, pero otros registran la diáspora de legisladores, gobernadores e intendentes del comando de Cristina. Lo importante no son esos acomodamientos, ni los debates bizantinos sobre el “fin del kirchnerismo”, sino comprender las razones y peculiaridades de los desfalcos recientes.

VARIEDADES DE CAPITALISMO

La corrupción es intrínseca al capitalismo y se alimenta de la estrecha relación que mantienen las clases dominantes con la alta burocracia. Los poderosos acumulan riquezas utilizando las garantías legales del estado y recurren también a la violación sistemática de esas normas. Un sistema basado en la competencia por maximizar el lucro potencia la codicia y empuja al enriquecimiento por cualquier medio. Esta identidad del capitalismo con la corrupción se verifica en la entidad más representativa delsistema: el FMI. Los tres últimos directores de ese organismo están acusados de incontables irregularidades. Rodrigo Rato carga con imputaciones por manejo ilegal de las tasas de interés, fraude fiscal, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. Dominique Strauss-Kahn añade a esas anomalías el acoso sexual. Christine Lagarde es señalada por el fisco francés como inspiradora de una estafa multimillonaria.

Lejos de ser una perversión del Tercer Mundo, la corrupción es una gangrena en todas las economías desarrolladas. Las grandes empresas suelen dictar cátedra de transparencia, mediante la difusión de rankings nacionales de honorabilidad. Pero es evidente que el propósito de esas campañas es la captura de mercados en disputa. El circo de coimas que ha salido a flote en Argentina es la variante local de una enfermedad diseminada por todo el mundo. Ese flagelo asume contornos peculiares en cada país y momento. La corrupción de Macri sintoniza con los fraudes del neoliberalismo y los desfalcos de Kirchner con la cleptomanía que acompaña a la regulación neo-desarrollista. El primer caso es muy afín a la desregulación financiera y a los negociados que incentivan los paraísos fiscales. Todos los funcionarios off-shore del macrismo son activos promotores del des-financiamiento del estado. Buscan aligerar la carga impositiva de las clases dominantes, para descargar todo el peso de la tributación sobre los trabajadores. 7 7 Macri retoma la vieja corrupción institucionalizada, tradicional y de guante blanco del establishment argentino. La Ceocracia que ubicó en todos los ministerios esquilma al estado como nunca.

El responsable oficial del área comercial comparte, por ejemplo, con los dueños de varios supermercados el mismo apellido Braun. Discute con ellos la fijación de precios en un clima de familia. El listado de funcionarios ubicados en los dos costados del mostrador es tan extenso, como ilustrativo de las estafas descaradas que administra el PRO. Ciertamente el kirchnerismo también favoreció a grandes conglomerados y garantizó las pingues ganancias de Rocca, Eurenkian o Britto. Pero otorgó retornos inusuales a muchos grupos recién llegados al saqueo de las cuentas públicas. Mediante ese capitalismo de amigos apuntaló una corrupción berreta de bolsos y joyas, enterrados en bóvedas y cuevas. Las groserías de estos ladronzuelos han sido el blanco fácil de la prensa.

Cada modelo exhibe personajes representativos de sus estafas. López es el símbolo de la corrupción K. Manejaba el dinero en efectivo para proteger su inestable fortuna de las previsibles adversidades. En cambio Melconian es el típico exponente de la inmoralidad macrista. Litigó junto a Griesa contra el estado argentino, para cobrar los bonos que adquirió durante el quebranto del 2001. Es un buitre premiado con la presidencia del Banco Nación, que declara un patrimonio millonario en el exterior. Aranguren es otro exponente de la misma especie. Comanda el ministerio de energía sin desprenderse de 16 millones de pesos en acciones de Shell. Favorece descaradamente a su compañía otorgándole 7 de las 8 licitaciones de compras de gas a Chile, a un precio superior al promedio del mercado. Ninguna acción contra la corrupción puede librarse sin denunciar los distintos modelos de fraude que imperan en el país. Todos son igualmente nefastos y congruentes con las adversidades que genera el capitalismo para las mayorías populares. En este terreno no rige ningún principio de mal menor.

No existen formas tolerables de corrupción del progresismo contrapuestas a las modalidades censurables del establishment. Es tan nocivo justificar a Cristina, como demonizarla para apañar a Mauricio. La izquierda acumula, en este campo, una autoridad moral que ninguno de sus adversarios puede exhibir. Las organizaciones de ese signo se auto-financian y sus dirigentes cobran sueldos semejantes a cualquier trabajador. Estas normas de honestidad están incorporadas a una cultura militante, muy alejada de la codicia imperante entre los servidores del capital. La batalla contra la corrupción exige esa ejemplaridad y un compromiso persistente de lucha contra el capitalismo.

Fuente: http://katz.lahaine.org/b2-img/DOSMODELOSDECORRUPCIN.pdf

Imagen tomada de: https://politikaucab.files.wordpress.com/2016/04/corrupcio.gif

Comparte este contenido:

Una libertad nada libre

Por: Marcelo Colussi

I

Durante los años de la Guerra Fría se hablaba del “mundo libre”, opuesto al ¿mundo de las tinieblas? que quedaba más allá de la “oprobiosa e infame” Cortina de Hierro. El Muro de Berlín fue, quizá, su ícono por excelencia.

La propaganda de Occidente (eufemismo por decir “mundo capitalista”) pregonaba insistentemente que más allá de esa frontera ideológica (¡y militar!) que dividía el mundo, reinaba la más completa falta de libertad y desasosiego, mientras que, por aquí, teníamos el reino de la bonhomía y la prosperidad. Pero más que nada: ¡de la libertad! ¿Alguien se lo habrá creído? Seguramente sí. En eso consiste, justamente, la ideología. El manejo de las mentes no es algo nuevo; el ejercicio del poder va siempre de la mano de ello. “Pan y circo” decían los romanos hace dos mil años; la historia no ha cambiado mucho.

Hoy por hoy asistimos a una compleja y muy bien estructurada tecnología del manejo de las mentalidades colectivas; del circo, dicho en otros términos. De hecho, se habla de una guerra de cuarta generación, término acuñado por el estratega militar estadounidense William Lind en 1989 para referirse a este tipo de lucha donde no hay un enfrentamiento directo entre dos cuerpos combatientes regulares, sino que se trata de dominar al oponente por medio de todo tipo de ardid, entrando allí el manejo de lo mediático, de la psicología colectiva, de la verdad. En otras palabras, se retoma aquella máxima de los nazis de “Una mentira repetida mil veces termina haciéndose una verdad”. En la guerra la primera víctima es la verdad, se ha dicho. No caben dudas que la guerra social sigue, aunque nos habían dicho que las luchas de clases ya habían terminado (aunque nunca nos dijeron exactamente cuándo y de qué modo).

En ese marco de mentiras bien urdidas, se nos dijo hasta el cansancio que nosotros éramos el “mundo libre”. Ahora el mundo ya no está dividido en estos dos grandes bloques. El socialismo murió (o, al menos, eso es lo que se nos dice). ¿Viviremos todos, entonces, en el reino de la libertad? Bueno, quedan islas de oprobio aún, según se nos sigue diciendo. Cuba y Corea del Norte, por ejemplo. Pero nosotros nos podemos dar por contentos porque estamos del lado de la libertad.

II

Un niño de nueve años me preguntó los otros días qué es la libertad. ¡Pregunta por demás difícil de responder! ¿Cómo explicarlo convincentemente? Se me vino a la imaginación esto del mundo dividido en los “libres” y los “no libres”. ¿Esclavos habría que decir, con mayor precisión? Siguiendo esa lógica, si somos libres, obviamente no somos esclavos.

Pero ahí empezaron los problemas: vivimos en países libres, pero ¿libres de qué? De poder elegir, pensé rápidamente. ¿Elegir qué? Si es a las autoridades de gobierno, eso es tan relativo que no me atreví de manifestárselo a mi infantil interlocutor. Uno elige a quienes lo van a gobernar por un cierto tiempo, entendiendo que ellos son nuestros representantes.

¿Lo son? ¿Me representan? Lo reflexioné seriamente, y no me atreví a mentirle a mi inquisidor. Nuestras autoridades gubernamentales no nos representan en lo más mínimo, por supuesto. ¿Cuántas veces por mes, o por semestre, o por año -bueno…, digámoslo claramente: ¿cuántas veces en la vida?- un funcionario electo por voto popular nos consulta algo para luego, supuestamente representándonos, transformarlo en una acción de gobierno? Creo que nunca. Es por ello que no pude decirle a mi joven demandante que allí había libertad. Podemos elegir libremente a un mentiroso que manejará las palancas de la estructura estatal, y terminado su período no habré cambiado en mucho. ¿Eso es libertad: ir a votar? No me pareció correcto decir eso.

Quise enfocar la respuesta, entonces, por el lado económico. Soy libre, claro, de “hacer dinero” si lo deseo. Onassis lo hizo en su momento, o Bill Gates, según nos cuenta la historia. Pero… ¿es cierto eso? La gran mayoría, inmensamente grande mayoría, no sale de pobre, aunque trabaje y se esfuerce toda la vida. Por lo que se ve, no somos tan libres. ¿Dónde está la libertad entonces?

¡En lo que consumimos! Ahí pude encontrar ese nivel de libertad con el que tanto se nos bombardea. “Estamos condenados a ser libres”, había dicho Jean-Paul Sartre. Por tanto, parece ser que con esto de comprar lo que me plazca podemos encontrar la verdadera libertad. Aunque pensándolo bien… ¿es cierto eso? ¿Por qué consumimos lo que consumimos?

Si lo profundizamos, no parece muy libre todo esto. Consumimos ¿enfermizamente? una cantidad creciente de productos solo porque nos lo imponen. ¿Para qué tomamos bebidas gaseosas? ¿O por qué cambiamos los modelos de aparatos de la industria moderna cada cierto tiempo? (refrigeradoras, teléfonos móviles, hornos a microondas, automóviles, computadoras, y una larga, casi interminable lista de productos). Me pregunto seriamente: ¿alguien decide con libertad el modelo de teléfono que hay que usar, por ejemplo? Pareciera que no. Las modas, la presión de la publicidad, la corriente que nos arrastra, nos fuerza en casi todas (¿en todas?) las decisiones de compra de algún bien o servicio.

Pero algo más profundo aún: ¿de dónde salió eso que compramos lo que queremos, con total libertad? En todo caso, en los opulentos países del Norte (que albergan apenas el 10% de la población planetaria), existe un alto poder de compra. En los del Sur (¡el grueso de la Humanidad!), a duras penas se sobrevive. Como alguien expresó alguna vez: “en el Norte se discute sobre la calidad de vida; en el Sur…, sobre su posibilidad”. Por más que los escaparates estén llenos de mercaderías y tenga toda la libertad del mundo para comprar lo que quiera, el bolsillo me dice que eso no es así. La libertad, una vez más, queda en entredicho.

¿Entonces: qué es la libertad? Se me hacía difícil encontrar la respuesta adecuada para mi joven interrogador. ¡Pero la encontré!

III

 

¡La libertad de locomoción! Podemos irnos libremente de un lugar a otro. Esa es la libertad que tenemos. Y reflexioné que en los países aquellos de la ignominia, de la noche eterna donde no había libertad, los que estaban detrás de la “bochornosa Cortina de Hierro”, su población tenía que escapar si quería la libertad. Aquí, en nuestros países libres, podemos irnos de un lado para otro cuando queramos. ¡Eso es la libertad!

Aunque…, bien pensado: eso no es exactamente así. En los países pobres de lo que antes se llamaba Tercer Mundo (pero que ahora, aunque no se les llame así, siguen siendo pobres), la gente no puede viajar con tanta facilidad precisamente. Comprar un boleto aéreo es cosa seria, muy seria. Averigüé un poco, y en nuestros pobres países del Sur (que son la amplísima mayoría del mundo) muy buena parte de sus habitantes nunca subió a un avión. En todo caso, si viajan, en general lo hacen como migrantes irregulares a los países más prósperos. Y así vemos corrientes monumentales de pobres que se van arriesgando su vida, cruzando mares o desiertos en condiciones de alto peligro, para buscar el “sueño” de algún país tentador. ¿Eso es la libertad?

La verdad, no me atreví a decirle a mi interlocutor que eso es la libertad, porque me pareció muy frágil la respuesta. Se decía que de Cuba escapaba la gente por la “dictadura comunista” que los encerraba. Me informé, y encontré que en la actualidad 30 personas por día abandonan la isla, con una población de 11 millones y medio de habitantes. Lo comparé con Guatemala, que no está muy lejos; allí, con una población de 15 millones de personas, no menos de 200 salen diariamente con rumbo a Estados Unidos. En el país centroamericano hay libertad, pero se va más gente (en realidad: huye de la pobreza crónica) que de Cuba.

Me empecé a encontrar sumamente contrariado por no poder darle una respuesta convincente y bien fundamentada a quien me había interrogado. Pero ¿es que no somos libres de nada entonces? ¡Y finalmente creí haberlo encontrado!: ¡el suicidio!

Yo, y solamente yo, puedo decidir lo que hago con mi vida. Suicidarse es el más alto indicador de libertad. Había encontrado la respuesta, y estaba ya casi listo para dársela a quien me había preguntado…, pero siempre hay un aguafiestas.

Por un lado, me dijo un sacerdote amigo que no es de buen católico suicidarse, que dios no desea eso, y que quien lo hace -contrariando la voluntad divina, que es la única instancia que puede disponer de nuestras vidas- no va al cielo sino que arderá eternamente en el infierno.

¡Y no solo eso! Otra amiga, psicoanalista ella, me dijo que no es cierto que esa es una decisión voluntaria. “La sombra del objeto ha caído sobre el Yo”, me explicó para fundamentar el suicidio. Fórmula, por cierto, que no entendí bien, pero que se me aclaró cuando me dijo que, según Freud, el iniciador del psicoanálisis, “nadie es dueño en su propia casa”. Es decir: que nuestras aparentes decisiones voluntarias no son tales. Y me puso como ejemplo para graficarlo el nombre propio: algo que nos hace ser lo que somos, que nos acompaña toda la vida, lo más propio que tenemos, no lo elegimos nosotros. ¡Patético! ¿no? Nuestros actos, nuestras conductas, nuestras decisiones más personales, aparentemente libres, no son tales; continuamente hay una vida psicológica que, aunque digamos racional, no depende de nuestra voluntad: ¡es inconsciente! Y me explicó que eso lo vemos en los sueños, en los actos fallidos, en el chiste, pero fundamentalmente en los síntomas, las inhibiciones y las angustias que nos acompañan. No soy libre de decidir mi vida…, ni mi muerte.

Llegado a ese punto, ya no supe qué decirle a mi amiguito. Pero como no podía dejarlo en ascuas, le contesté con algo que, quizá, le resultó incomprensible, pero él es libre de tomarlo o no: la libertad es una estatua francesa obsequiada al gobierno estadounidense que se encuentra a la entrada de Nueva York.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216097&titular=una-libertad-nada-libre-

Comparte este contenido:

En educación, amigos o enemigos.

No conocemos respuestas a estas interrogantes y si las hay, por vergüenza y por respeto.

Centro América/Panamá/Fuente: http://laestrella.com.pa/

Por: Antolino Herrera Castillo.

Recordando la pasada huelga de educadores, donde se enfrentaron cerca de 45 000 docentes a los comisionados por el Ejecutivo, más los padres de familia, para negociar una situación que, gracias a Dios, no se prolongó tanto, sino que se superó con el acuerdo del reconocimiento salarial y diferido de $600.00 a pagarse en años próximos a los docentes, nos queda la interrogante, ¿qué ganó el Estado?, que somos todos, ¿qué ganaron los estudiantes, que son siempre los más afectados, y qué ganarían los padres de familia y las empresas que han de contratar a los futuros profesionales que han de cargar sobre sus espaldas el futuro próximo de esta tierrita a que dimos por nombre Panamá?

No conocemos respuestas a estas interrogantes y si las hay, por vergüenza y por respeto, deben publicarse para dar satisfacción a quienes sufragamos, vía impuesto, todos los sueldos y salarios de cada funcionario.

Esto de educar es por demás interesante. No todo el mundo educa ni todos pueden educar de la manera en que se esperen los mejores resultados. ¿A dónde quiero ir con esto? Debemos ser conscientes de que existe un sistema educativo en los cuatro puntos cardinales del país (norte, sur, el poniente, por donde se mete el sol y el saliente, por donde nace). Si creemos que dicho sistema educativo está conformado por el Ministerio de Educación y sus programas, más los colegios particulares, sumados a las universidades públicas y privadas, se nos queda por mencionar a otros participantes como los medios de comunicación, las TV, el medio de prensa escrita como La Estrella de Panamá y La Prensa .

Toda revista, libros o documentos que circulen en nuestro medio forman parte del sistema educativo. Las academias que enseñan ciencias o arte, escuelas de karate o cualquier otra disciplina donde exista un proceso de enseñanza y aprendizaje, está pasando por el escrutinio o lupa de nuestro sistema educativo. Los comunicadores sociales son también parte del mismo. El productor o realizador de programas de televisión, tiene una incidencia determinante en el resultado que venda al público: hombres y mujeres adultas, jóvenes, niños y ancianos.

Llegué a entender que la palabra más importante en una televisora sería programa, porque es lo que va al público. De ahí que el contenido de dichos programas puede tener influencias positivas o perniciosas sobre el televidente. En espacios abiertos de acceso a los panameños, no se puede verter audio y video más propios de cabaré, bares, cantinas o garitos de mala muerte.

¿Puede llamarse educación a esto? De todas maneras el contenido de un programa reseña o habla sobre el cuerpo emocional, sanidad mental, cultura, educación, valores o vocación del sujeto que se atreve a presentar su espléndido producto que, de ser así, no hay nada que objetar. ¿Que piensan las figuras directrices del medio, como las iglesias y los cuerpos académicos? Puede acaso el panameño común, de a pie o a caballo, discernir los mensajes subliminales que provienen de estas mentes no muy bien intencionadas o confundidas.

Quienes generan contenidos que van al público como textos, revistas o programas entre otros, son generalmente como la crema y la nata; individuos versados, con autoridad, con conocimientos del tema a debatir, que les permite segregar o separar lo mejor de cada producción, del cual ha de servirse el lector, radioescucha o espectador, si se trata de una clase o conferencia.

Si solo andamos buscando figurar, sintonía o aumentar los reales a nuestras alcancías, fracasamos todos.

De hecho, hay quienes se refieren al fracaso de nuestro sistema educativo. ¿A qué te sabe esto? ¿Todo está bien en Panamá? ¿Sabes cuántos jóvenes se infectan del VIH cada mes en Panamá? ¿Cuántos son víctimas de las enfermedades sociales? ¿Cuántos andan semidesnudos por las calles, sobre o bajo los puentes? ¿Por qué a unos pocos profesionales les preocupan estas cosas? ¿Dónde están los programas o campañas para remitir el problema? ¿Cómo hay dinero para cargos de asesoría y viajes al extranjero?

Se sugiere educar a la población. Si hay indiferencia del Estado, el rol del padre, madre o tutor es proteger a los suyos. Es un problema de sangre, protege tu sangre, protege tu ADN, de los devastadores, que los hay; los mismos de siempre, los agentes del mal o figuras tenebrosas.

Deseamos mejores días para Panamá.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/educacion-amigos-enemigos/23958289

Imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/263977_800x600_crop_57c1040a904a1.jpg

Comparte este contenido:

Dos modelos de corrupción (Parte 1)

Por Claudio Katz

En los últimos meses se ha instalado en Argentina un clima de batalla contra la corrupción. Se supone que los ciudadanos ya no se preocupan sólo por sus urgencias personales. Bajo el impacto de las imágenes difundidas por la televisión, ahora exigen honestidad a todos los funcionarios. El conteo de dinero en la Rosadita, las propiedades de Báez, los bienes de Fariña, las cajas de seguridad de Florencia y los bolsos lanzados por López habrían provocado este abrupto despertar colectivo. La sociedad por fin reacciona con jueces que actúan, medios que informan y un gobierno que propicia el castigo de los ladrones. Todo muy bonito si fuera cierto. La primera duda es muy sencilla: ¿cómo apareció repentinamente tanta información?

SERVICIOS, CÓMPLICES Y TRANSMISORES

Es evidente que los espías manejan todos los datos de la corruptela que sale a flote. Destapan y ocultan esa información en forma selectiva. Filtran títulos de propiedades, números de cuentas en el exterior, rutas de lavado y arman las trampas requeridas para capturar a los caídos en desgracia como López. Los servicios de inteligencia que mueven estos hilos son los mismos que trabajaron para el kirchnerismo, enlodando a los opositores. Su cabecilla Stiuso cambió de bando y ahora diseña operaciones sucias para Macri. Por eso todos los documentos comprometedores involucran a cristinistas desamparados.

Ningún carpetazo afecta a los funcionarios del PRO. No circulan videos de la familia del presidente transfiriendo dólares a sus firmas off shore, no aparecen grabaciones de Stuzzeneger cobrando por la estafa del mega-canje, ni se conocen los turbios negocios petroleros de Aranguren. Stiuso recuperó la patente de corso que perdió durante su conflicto con Cristina por el caso Nisman. Se fue a Estados Unidos, aceitó relaciones la CIA y ahora cuenta con la bendición total de la “embajada”. Por eso aporta información demoledora sobre la cúpula kirchnerista a cambio de impunidad para sus negocios.

Obtuvo impunidad para silenciar el ajuste de cuentas con su socio (el ultimado lauchón Viale), que controlaba robos de tierras y propiedades. El hombre fuerte de los servicios ha impuesto, además, la eliminación de toda fiscalización parlamentaria del presupuesto del espionaje. Para colmo Macri colocó en la AFI a varios sospechosos de lavar dinero, mediante la cobertura que ofrecen las transferencias internacionales de jugadores de futbol. Los espías en funciones provienen de la época de la dictadura. Crearon bandas de secuestradores extorsivos y ahora mantienen estrechos vínculos con los narcotraficantes perseguidos o amparados por la DEA (Pérez Corradi). Obviamente conocen los secretos de lo ocurrido con la provisión de efedrina a los carteles mexicanos y con las responsabilidades de funcionarios públicos en el triple crimen que generó ese negocio.

También manejaron la extraña fuga del penal de los involucrados en esos asesinatos (hermanos Lanatta) 1 Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz 2 2 Los servicios trasmiten su sesgada información sobre 60 ex funcionarios kirchneristas a una casta de jueces federales. Esos magistrados ya optaron también por el cambio de bando. Por eso descongelan los expedientes que mantuvieron archivados durante una década. Con allanamientos, procesamientos y encarcelamientos cubren sus espaldas a un ritmo vertiginoso. Implementan los mismos procedimientos que utilizaron para proteger al kirchernismo.

Mueven las causas que afectan a los popes del gobierno anterior y congelan las denuncias que involucran a la administración actual. Antes demolían a los procuradores que investigaban a Boudou y ahora bloquean las acusaciones contra Pray Gay, que asesoró a muchos empresarios en los secretos de la fuga de capital. Los medios de comunicación hegemónicos conforman otro pilar del relato en curso. Machacan día y noche con informaciones de Báez y López y silencian los oscuros negocios de Macri y sus allegados. Los dueños de los medios retribuyen al gobierno su anulación de la ley de Medios.

Han logrado preservar sus conglomerados sin incurrir en ventas o divisiones de las firmas. Por eso influyentes comunicadores (como Lanata) agradecen el socorro repitiendo el servilismo que tuvieron Neustadt y Grondona bajo el menemismo.

LOS DESFALCOS DEL OFICIALISMO

El gobierno utiliza las denuncias anti-K para desviar la atención de los tarifazos, la pobreza y la recesión. Esa campaña le permite ocultar, además, la monumental corrupción del propio oficialismo. La declaración de bienes de Macri no cierra por ningún lado. Proclama un patrimonio muy inferior a su fortuna real y expone ridículas justificaciones de sus empresas off shore. Es sabido que nadie constituye esas compañías por motivos lícitos. Fueron gestadas para evadir impuestos y fugar capital.

La mano derecha del presidente -el intendente Grindetti- formó otra off shore con fondos oscuros, durante su administración del presupuesto de la ciudad de Buenos Aires. Un prontuario semejante afecta al grueso de los ministros, que compiten por el monto de sus fortunas localizadas en exterior. El macrismo se arroga una curiosa limpieza en la gestión pública. Pero ha resuelto premiar a los grandes malversadores del fisco, con un blanqueo que consagra la impunidad de todos los desfalcos.

El perdón fiscal beneficia ante todo a los propios CEOs que dirigen el gobierno. “No tenemos que escondernos más” confesó Macri en nombre de todos los evasores. Tal como ocurrió en España, el blanqueo exonera a los principales corruptos de las últimas décadas. Esta inmoralidad complementa el escandaloso pago de comisiones a los banqueros que diseñaron el arreglo con los buitres. Obtuvieron 350 millones de dólares adicionales a ese contrato, revendiendo con aumento los bonos que emitieron a un valor reducido. Los ex empleadores de Prat Gat y su equipo (Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan y Santander) monopolizaron esa operación.

Pero lo ocurrido con el tarifazo es más bochornoso. Macri encareció el gas y la electricidad para favorecer al grupo de amigos que adquirió empresas y acciones de ese sector (Caputo, Mindlin, John Lewis). Sus cínicos sermones sobre el ahorro energético encubren ese negociado. Mientras destapan todos los pormenores de la corrupción K, los principales medios ocultan estos fraudes de la administración M. Utilizan una doble vara para evaluar a Cristina y a Macri, omitiendo que el enriquecimiento ilícito afecta a ambos. Cuestionan por ejemplo al matrimonio Kirchner, su inmoral utilización de los hijos para encubrir manejos fraudulentos. Pero la misma práctica ha sido corriente en la 3 3 familia Macri.

Afirman que Néstor y Cristina aprovecharon la política para llenarse los bolsillos y olvidan que el presidente consolida desde el poder las fortunas, que su grupo acumuló esquilmando al estado. El doble estándar también se verifica en la naturalidad con que se discute si Cristina debe ir presa, sin considerar en cambio que Macri debería renunciar. En Islandia y España los altos funcionarios que ocultaron sus empresas off shore dimitieron. Allí siguieron las pautas que el macrismo publicita como conductas propias de los “países serios”. La duplicidad se extiende a la valoración de casos semejantes. A la vicepresidenta Michetti le perdonan el extraño manejo de un robo de 50.000 dólares facilitados por su novio. Ese individuo recibe contratos de publicidad oficial para actividades tan relevantes como la degustación de champagne.

Por una situación semejante, la ex ministra Felisa Miceli terminó procesada y condenada. Conviene recordar que la renuncia de Boudou era exigida por todos los medios, que ahora no se inmutan frente a las incontables anomalías de los funcionarios. El gobierno está obviamente interesado en demoler al kirchnerismo para neutralizar a un adversario y afianzar su influencia en la clase media. Pero sólo el sector de Carrio promueve una purga intensa y la eventual repetición de la operación consumada por los golpistas brasileños contra el PT. Los restantes componentes de la alianza oficialista son más cautos.

Temen las consecuencias de un continuado desfile de kirchneristas por Comodoro Py. Esa exhibición pone en peligro el pacto de impunidad con justicialistas, gobernadores y renovadores que sostienen los proyectos legislativos del PRO. Macri ya maneja el gobierno y no necesita la mani pulite que utilizó Berlusconi para alcanzar ese cargo. Cualquier investigación seria entraña, además, una seria amenaza para los negocios del oficialismo. Si se profundiza el entramado que rodea a López o Báez se llega rápidamente a los socios de Macri.

Los des-manejos de contrataciones en la obra pública afectan directamente a Calcaterra y Caputo. El gobierno preserva las mismas normas de contratación que objeta al kirchnerismo. Sólo impulsa una nueva legislación para blanquear el pasado y reordenar las trampas de la confidencialidad. En muchas áreas recurre al viejo truco de declarar “emergencias”, para suplantar las licitaciones por las contrataciones directas. Los escándalos que entretienen a los medios se han convertido, además, en una grave preocupación para la “patria contratista”. Ese lobby sostiene al gobierno y prepara los emprendimientos que utilizará el macrismo en la publicidad electoral del 2017.

El mismo temor recorre a la Iglesia, que ha quedado muy escrachada con los bolsos de López. Salta la vista cómo la jerarquía eclesiástica de General Rodríguez participaba en los negocios del ex pope de la obra pública. La imagen de monjas ocultando dólares en un convento transformado en aguantadero financiero, no es muy alentadora para el obispado.

Fuente: http://katz.lahaine.org/b2-img/DOSMODELOSDECORRUPCIN.pdf

Imagen tomada de: https://politikaucab.files.wordpress.com/2016/04/corrupcio.gif

Comparte este contenido:

Semiótica de cierta inteligencia monstruosa en la ética y en la lógica del mercado ¿Todas las “lindas” son “tontas”?

Por: Fernando Buen Abad

Mascaradas de la “belleza” burguesa. Por si fuese poca la avalancha represora que la ideología de la clase dominante descargó, históricamente, contra las mujeres, llegó el capitalismo con su creatividad y rápidamente las convirtió en masa explotada con carácter decorativo y estigma de “cabeza hueca”. La burguesía tardó siglos en confiar el voto político a las mujeres, por ejemplo. “En el comportamiento hacia la mujer, botín y esclava de la voluptuosidad común, se manifiesta la infinita degradación en que el hombre existe para sí mismo… Del carácter de esta relación se desprende en qué medida el hombre ha llegado a ser y se concibe como ser genérico, como ser humano: la relación entre hombre y mujer es la más natural de las relaciones entre uno y otro ser humano”. Marx

Convertidas en seres superfluos, serviles y dóciles las mujeres del ideal burgués debieron asumir, además, un mandato mercantil útil para reforzar el consumismo. Se las habilitó culturalmente para hacer las compras de las cosas menores. Jamás lo “caro”, jamás los “electrodomésticos” de “alta gama”, jamás las cosas que el hombre compra. Los publicistas saben bastante de esas trastadas ideológicas. Esa “capacidad” de compra establece el grado de éxito que las mujeres deben conquistar en el torneo burgués del éxito social, la aceptación y la admiración de otras mujeres. Especialmente. Para la burguesía la mujer (que se vuelve, también, propiedad privada) depende -su ontología– de la cantidad de dinero que el marido le da para gastar en las cosas “del día a día” y en la ropa que se pone para decorar bien a su personaje. Les llaman “señoras”.

Pero hay un reducto ideológico (de falsa conciencia) en el que se producen y reproducen las patologías más humillantes del capitalismo. Es un reducto histriónico en el que las mujeres se ven obligadas a ser “tontas” rentables. Eso se ve en la “tele”, en los “diarios”… en todos los medios y en todos los horarios. Es el reino del individualismo y de la egolatría de mercado que busca en las mujeres “lindas” a su presa predilecta porque, según reza la moral mercenaria de la publicidad, “lo lindo vende”. A eso se debe la profusión histérica de estereotipos que la burguesía impone a las mujeres para derrotarlas en una prisión ideológica invisible alambrada con anti-valores de mercado y conductas convenencieras para poner a salvo las instituciones de la familia, las iglesia y el estado burgués. El fetichismo de la belleza femenina y su valor de mercado. Vestidas o desnudas.

Se trata de un reducto ideológico en el que se amasan convicciones y conductas que, por colmo, cuentan con la complicidad de algunas mujeres y muchos hombres. Las más colonizadas tienen tendencia a hacerse famosas en la farándula mediática burguesa. Con o sin éxito, en las artes de exhibicionismo de las “lindas” los principios de mercado predominan, más allá de lo imaginable, en el centro mismo de la vida diaria. Incluso en el cuarto de baño donde recalan cientos de los productos “indispensables” para dar mantenimiento al modelo de “belleza” ordenado por los “medios”. Pero se trata de una “tontería” impostada que envuelve una gran astucia mercenaria y una moral de vendedor que, para venderse a sí mismo, cuenta con muchos clichés y muy poco tiempo. La “lindura” de mercado dura poco por que la velocidad del consumismo es una maquina productora de desechos humanos a destajo.

Las “lindas” “tontas” son ese cliché que ha tenido éxitos mercantiles resonantes. Dicen algunos que es una forma del “sex appeal” que condimenta magníficamente la imposición de los valores burgueses y todas esas aplicaciones, decadentes y humillantes, que uno mira por las calles en la apariencia más cruel que la realidad impone. Hay personas que transitan su vida entera sin percatarse del rol impuesto por una sistema económico enfermo, también, de “mercancías humanas”. Desde su mascarada, aquellas mujeres que juegan (con su voluntad o sin ella) el papel de “tontas” “lindas” van midiendo con una vara burguesa la cantidad y la calidad de sus victorias seductoras más rentables. Suele haber detrás de la apariencia de “tontas”, inteligencias mercenarias muy brillantes agazapadas entre los pliegues efímeros de su “lindura”. Garantizadas las reglas del negocio, algunas se contentan con la “fama”, otras aspiran a ser “divas” bajo el supuesto de que se puede ser “bella”, “tonta” y además “madura”. “Vieja”, es un término que la burguesía usa casi exclusivamente para las mujeres proletarias.

Por todo eso es que las luchas de género (que son realmente de clase) en el mundo revisten, con grados diversos, un carácter revolucionario fundamental. Especialmente esas luchas, no exclusivas de mujeres, en las que se demuele sistemática y profundamente la ideología de la clase dominante y todas sus trampas opresoras. Por más sutiles o seductoras que se presenten. A pesar de eso no contamos aun con una corriente crítica internacionalista capaz de generar repudios contundentes contra el modelo de humillación con que la burguesía somete a no pocos millones de mujeres. En todo el mundo y en pleno siglo XXI. Es necesario ser concientes, sensibles, solidarios y proactivos en las luchas emancipadoras que no son sólo de “género” porque son fundamentalmente de clase. Es necesario el desarrollo de una praxis revolucionaria que deplore y combata todo modelo de opresión por más “lindo” que parezca y siempre abrazando -con fuerzas amorosas y fuerzas científicas- a toda víctima. Aunque lo “lindo” y lo “tonto” haga creer a esas víctmas intocables, reverenciables o superiores.

Una larga lista de luchas, luchadoras y luchadores sociales enriquece la perspectiva revolucionaria que nos acerca a un mundo liberado, por fin, del capitalismo y de toda la parafernalia grotesca que nos ha impuesto, también, con sus mercancías humanas y sus mercancías ideológicas. En esa larga lista de frentes para la lucha se desarrolla, de manera desigual y combinada, un repertorio de crítica que se impulsa científicamente porque aprendió a no ser víctima de los chantajes morales, éticos o estéticos que la ideología burguesa despliega, fundamentalmente, para inmovilizarnos y dominarnos. Un buen día los pueblos dejarán de ser vulnerables a la guerra psicológica que usa “lo lindo” y lo “tonto”(entre miles de subterfugios) como estrategias de ablandamiento, como trampas para generar solidaridades que, tarde o temprano, operarán en contra de las víctimas. Nada más anti-cristiano, por cierto. Un día aprenderemos a dejar de ser usados por la lógica del mercado aunque se presente en “paños menores”, con gestos sugerentes o con “hermosa” “tontería” impostada, de esa que tanta chatarra ha ayudado a vender en un mundo ahogado con mercancías que buscan millones de compradores compulsivos.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215915

Comparte este contenido:
Page 5 of 8
1 3 4 5 6 7 8