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Avances de ciencia cubana enfrentan obstáculos y desafíos

Limitaciones financieras internas y factores externos limitan acceso a equipamiento, información y posibilidades de intercambio.

Con el logro de una vacuna anticovid en menos de dos años, otra para el papiloma humano en camino, fuerte presencia femenina en la investigación e interés por desarrollar un sistema de gestión de gobierno basado en innovación, entre otros avances, Cuba enfrenta, sin embargo, disímiles retos en el campo de las ciencias.

En su informe sobre la implementación de la Recomendación sobre la ciencia y los investigadores científicos, autoridades de la nación caribeña reconocen múltiples dificultades.

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) recomienda a los países “trabajar para crear las condiciones necesarias para el desarrollo de la ciencia y garantizar que su práctica se realice de manera ética y justa, con un impacto relevante en la sociedad”.

Señala el informe que “Cuba no parte de cero en la implementación de esta Recomendación, sino que lleva décadas sembrando ciencia, a pesar de férreas restricciones y dificultades”.

Dados a conocer a finales de 2022, los resultados para la etapa 2017-2020 referidos a las condiciones de la labor científica señalan un bajo nivel de informatización de los registros primarios de datos e información y de los procesos de gestión de las actividades de ciencia, tecnología e innovación.

A su vez, existen brechas para cumplir la meta 9.5 de la Agenda 2030: “aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica de los sectores industriales de todos los países, en particular, los países en desarrollo, entre otras cosas, fomentando la innovación” y la cantidad de personas dedicadas a la investigación.

Entre las brechas, el reporte menciona una insuficiente cultura de innovación y capacidades para la gestión de la innovación en el sector empresarial, así como el bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos de América, que dificulta el acceso a financiamiento y tecnologías.

Al respecto, se considera que esa política estadounidense “es el principal obstáculo para avanzar en la implementación de esta Recomendación”.

En contraste, señala el informe, “los investigadores, las instituciones científicas y las organizaciones profesionales tienen amplias posibilidades de participación en la elaboración de prácticamente todas las políticas públicas nacionales, no solamente las relacionadas con la ciencia, tecnología e innovación”.

Al respecto, menciona la existencia de un Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, con grupos temáticos como gobierno eficaz, sector externo, sociocultural, demográfico, infraestructura, territorial y recursos naturales, así como un mecanismo nacional de seguimiento.

Al cierre de la etapa analizada existían 250 entidades de ciencia y tecnología: 142 centros de investigación, 27 de servicios científicos y tecnológicos, 68 unidades de desarrollo e innovación, dos empresas interface, siete de alta tecnología, tres parques científico-tecnológico y una fundación de innovación y desarrollo.

Otros obstáculos en el camino

Acerca de la colaboración internacional en ciencia, tecnología e innovación, sobre la base de la igualdad y la confianza mutua entre las partes, el documento indica que el bloqueo obstaculiza la colaboración entre Cuba y Estados Unidos en medio de una campaña contra la cooperación médica cubana.

En el punto sobre el potencial humano vinculado a la ciencia, tecnología e innovación, se admite que, pese a la voluntad del gobierno cubano, “es difícil para un país en desarrollo y bloqueado garantizar a los investigadores científicos condiciones de trabajo y de vida comparables con las que ofrecen los países desarrollados”.

Por otra parte, se menciona el insuficiente financiamiento para dar respuesta a las demandas de viajes internacionales del personal científico y los obstáculos en la obtención de visas hacia Estados Unidos que constituyen barreras para estudios fuera del país, participar en congresos y otras actividades de intercambio y colaboración.

Presencia femenina en la ciencia

En el acápite Ayuda a lograr la Igualdad de Género, el informe refleja que es alta y creciente la participación femenina en actividades de ciencia, tecnología e innovación.

De acuerdo con el documento, Cuba es uno de los siete países que presenta una paridad de género en la investigación científica y con una “significativa presencia de mujeres entre los autores de relevantes publicaciones, innovaciones, patentes de invención y Premios” de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC).

Según el documento, el 34 % de la membresía de dicha Academia la distingue como la de mayor proporción de mujeres del mundo.

¿Ciencia en riesgo?

Cuando el 15 de enero pasado se celebró el Día de la Ciencia Cubana, no pocos comentarios en el espacio virtual alertaron sobre el deterioro de la infraestructura para las investigaciones y el éxodo de profesionales hacia otros sectores y al exterior.

A su vez, llamaron la atención sobre la no correspondencia entre resultados científicos, reconocimiento y remuneración salarial del personal científico, así  como la urgencia de una estrategia a corto y mediano plazo para preservar a esa fuerza científica.

Fuente: https://rebelion.org/avances-de-ciencia-cubana-enfrentan-obstaculos-y-desafios/

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No es fácil ser docente. «Una perspectiva compleja de la función docente”

Dr. Agustín Villalobos.

Villalobosagustin2014@gmail.com

 

 

Las profesiones son los resultados de un proceso de formación a nivel superior de calidad universitaria, no obstante, los deberes profesionales no comienzan al recibir el Diplomado o el Titulo. En el mismo momento en que se decide la actividad profesional que se va ejercer el individuo adquiere una responsabilidad moral muy especial.

El estudiante de una determinada profesión no puede sustraerse a los deberes que corresponden a la misma, alegando que aún no la ejercen, ya que en el momento en que empieza a estudiar, se obliga a los deberes que la misma profesión ha establecido. La ciencia, por muy vasta y profunda que sea, no implica en quien la posee, idoneidad, o se la actitud para el ejercicio, el requisito más difícil de detectar en la vocación o la inclinación del espíritu hacia una actividad que produce en el sujeto satisfacción y gusto, generalmente supone ciencia e idoneidad, pero no siempre es así.

La ciencia a veces origina la vocación, otras, la vocación lleva a la adquisición de la ciencia en pocas profesiones, la vocación es tan importante como en la tarea docente. Difícilmente se puede estar enseñando y educando durante mucho tiempo si se carece de educación; pero lo más pernicioso es que la falta de vocación se refleja en casi todas las conductas habitúales del docente.

El docente es una autoridad en sentido científico, y debe transmitir sus conocimientos con veracidad, puestos que sus estudiantes están dispuestos a creer lo que el les diga respecto a una amplia gama de temas y debe hacerlo con profundo amor y responsabilidad. El docente debe cumplir con todo aquello que sea necesario para formar al educando con honestidad intelectual, o sea: buscar, aceptar, amar, vivir, y transmitir la verdad, además debe tener una visión ontocreativa, que conduzca a “que toda persona aprenda a crecer”, es decir pesar el futuro como un presente con devenir.

Una enorme responsabilidad pesa sobre el hombro de los docentes son responsables de sus palabras del tono con que las dicen de sus silencios, de sus gestos, de los contenidos de sus enseñanzas, de las experiencias en las que hacen participar a los educandos, de los ejemplos, que dan con su propia conducta y de su vida pública. Si no se logra esto, el docente no será culpable sino incapaz ante la sociedad, pero en su conciencia moralmente culpable.

Toda persona que aspira entrar a la carrera docente, tiene la obligación de un examen de conciencia que valore su equilibrio psicofísico y que sepa organizar las demás manifestaciones de su conducta. El docente no debe ser indefinido respecto a los problemas vitales que afectan a la existencia y al que hacer del hombre, para esto debe tener su propia cosmovisión para tomar una postura acerca del origen y sentido de todo el universo, pero no una visión de naturaleza científica sino filosófica y humana para cuando el estudiante lo interrogue, pueda dar respuestas y servir de guía, después de este viaje interno por la función del docente, se me presenta una incertidumbre que las reflejos en las siguientes interrogante: 1) ¿el docente se hace o se nace? 2) ¿serán los docentes quienes, en definitiva, cambiarán el mundo de la escuela?

Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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Una mujer contra el matrimonio infantil en Turquía y otras historias inspiradoras para afrontar 2023

El año 2022 fue sombrío por el estallido de la guerra en Ucrania, el aumento del hambre o el retroceso en el desarrollo humano. Hubo también personas e iniciativas que ayudaron a mejorar el mundo. Esta son algunas de ellas

El año 2022 fue sombrío por el estallido de la guerra en Ucrania, el aumento del hambre o el retroceso en el desarrollo humano. Hubo también personas e iniciativas que ayudaron a mejorar el mundo. Esta son algunas de ellas

Un joven pedalea por una carretera de Senegal, en una imagen cedida por la ONG Bicicletas sin fronteras.
Un joven pedalea por una carretera de Senegal, en una imagen cedida por la ONG Bicicletas sin fronteras.

El reciente estallido de contagios de covid-19 en China es un tsunami que arrastra las esperanzas de dar por zanjada la pandemia, casi tres años después de iniciarse. Así acabó el que iba a ser considerado el año de la recuperación. Aunque 2022 ya se había truncado en febrero, por la ofensiva de Rusia en Ucrania, una nueva guerra en Europa que desencadenó el mayor y más rápido éxodo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, y desestabilizó los mercados alimentario y energético globales, dejando a millones de personas sin comida suficiente. El hambre aumentó. Y, ante una comunidad internacional incapaz de abordar las numerosas y diversas crisis (no olvidemos el cambio climático), el desarrollo humano retrocedió a los niveles de 2016, situando a la humanidad casi en el punto de partida de la aprobación de la Agenda 2030 de la ONU para un mundo mejor, más sostenible y pacífico para esa fecha. Sin embargo, se produjeron también acontecimientos para la esperanza, pequeñas y grandes historias de personas que lograron progresos. Ellas iluminaron un 2022 sombrío. Planeta Futuro les pone rostro con una selección de la hemeroteca más positiva:

El empeño en hacer del mundo un lugar mejor

La turca Dilek Demir, obligada a casarse a los 14 años, se ha convertido en símbolo de la lucha contra los matrimonios infantiles en su país. “Jamás permitiré que casen a una niña”, prometía. Hoy, Demir, a sus 49 años, es muhtar de Müradiye, un barrio del distrito de Diyarbakir. Los muhtar son representantes electos, sin adscripción política, cuya función es servir de enlace entre los vecindarios y la Administración. Y lo primero que hizo fue colocar un buzón de quejas y chivatazos. Y de él “han salido 80 vidas”, como expresaba ella con cierta poesía el número de personas a las que ayudado. La mitad eran niñas a las que iban a casar siendo menores; otras 25, de niños que sufrían violencia y abusos sexuales en sus familias; las restantes, de jóvenes a los que ha conseguido alejar de la adicción a las drogas.

Otro ejemplo es el de Aleva Ndavogo Jude, de Yamena (Chad), un enamorado de la danza. Le encantaba bailar y su pasión le llevó a abandonar los estudios y a afrontar el repudio de su familia. Tras vivir dos años como un sin techo y tras mucho esfuerzo, se convirtió en un bailarín y coreógrafo de éxito, creando su propio grupo. Pero dio un paso más: fundó una asociación para motivar a los niños que viven en las calles y reintegrarlos en la sociedad. “Bailando, se sienten libres”, dice.

Desde Barcelona, llega la historia de Afropoderossa, la influencer que planta cara al racismo. Arrasa en sus cuentas de TikTok e Instagram, con casi 400.000 y más de 100.000 seguidores respectivamente. Nacida en Guinea Ecuatorial hace 31 años y asentada en el barrio del Poblenou de Barcelona desde los 12, en sus redes comparte información sobre África y sus culturas y trata de desmentir estereotipos y prejuicios. Reivindica, además, el derecho de las mujeres negras a salirse del canon de belleza occidental. También Charity Ekezie usa el humor y Tik Tok contra los estereotipos sobre África, pero desde Nigeria. “La gente cree que vivimos en casas de madera y chozas de barro, pero yo nunca he vivido en una. Piensan que no tenemos nada más que tierra seca, que no hay agua y que por eso somos duros”.

Otra iniciativa que ha contribuido a mejorar el mundo es la que la ONG Bicicletas sin Fronteras ha puesto en marcha en Senegal, donde ha facilitado que 7.000 alumnos africanos sin transporte escolar se desplacen a los centros educativos y obtengan mejores notas gracias a las baobikes.

Hay muchos más ejemplos:

Los jóvenes se alzan contra la crisis climática

El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Y ese día presentábamos a 10 jóvenes de África, Asia, Latinoamérica y Oceanía que están escribiendo el presente y el futuro de las acciones de defensa del planeta. Tienen rostros menos famosos que Greta Thunberg, pero la misma convicción de que pueden cambiar el mundo. Los llamamos Los paladines de la lucha contra el cambio climático y todos tenían en ese momento menos de 25 años, como Melati Wijsen, nacida y criada en Bali. Allí empezó con sus paseos, cuando era niña, por las playas y los campos de arroz. A pesar de que tenía el cielo delante de ella, sus ojos no veían más que bolsas de plástico abandonadas. Y decidió empezar su lucha contra ese desastre. Así, a los 12 años creó, junto a su hermana menor, Bye Bye Plastic Bags. El proyecto, que surgió como una aventura entre compañeros de colegio, es hoy la principal ONG juvenil de Indonesia y ha conseguido que el Gobierno local de Bali prohíba las bolsas de plástico, las pajitas y el poliestireno. Time ha incluido a esta joven entre los adolescentes más influyentes del mundo y Forbes, entre los 30 menores de 30 años más importantes del planeta.

Las redes sociales son el arma de las jóvenes influencers en las que pusimos el foco durante la COP27, un grupo de mujeres brasileñas que optaron por defender el medio ambiente entre sus miles de seguidores en vez de tratar de venderles productos. “Somos la última generación que puede salvar el planeta”, publicaba en su cuenta de Instagram, Zaya (21 años), la primera modelo indígena que pisó la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia en septiembre, durante la proyección de la película The Territory, distribuida por National Geographic.

Destaca también la historia de Olivia Mandle, una joven barcelonesa de 15 años que lucha por los animales marinos y el bienestar del planeta. ¿Cómo? Ha inventado la Jelly Cleaner, un artefacto que flota y que recoge partículas plásticas de la superficie de su amado mar Mediterráneo. Asegura que funciona. También ha iniciado una campaña para que Gobierno español cierre escalonadamente los delfinarios y sueña con crear el primer santuario para estos cetáceos en la costa Brava.

Los que no se rinden

Estas son las historias de las personas que no se rindieron ante la adversidad. Es lo que en términos de las organizaciones humanitarias se llama resiliencia, la capacidad humana de aguantar y volver a levantarse. Es lo que hizo el nepalí Kishan Adhikari, nacido en Katmandú hace 31 años. Huyó de la heroína que devoraba a otros jóvenes en su barrio, lo perdió todo en Reino Unido, recaló en España y empezó a cantar en el metro de Madrid. Su voz enamoró a una pareja que le dio trabajo en el teatro, lo que le permitió conseguir su permiso de residencia. Hoy es cantante, actor y cocinero.

Otra resiliente es Enyonam Mary Sleysor, de Togo. Una inyección mal puesta, según le cuentan, le paralizó las piernas. Tenía tres años. Las opciones terapeúticas y de atención para las personas con discapacidad son escasas en su país, pero ella no se rindió. Volvió a moverse por sí misma apoyada en unas muletas, estudió Sociología y hoy trabaja en una ONG. Es la mujer que aprendió a volar porque no podía caminar, y lo hizo con prácticamente todo en contra, pero arropada por el amor de su familia.

En Burkina Faso, un país del que apenas llegan noticias de la violencia yihadista que padece, conocimos a Awa Baguia. Tiene 37 años y es la primera mujer invidente del país que ha logrado terminar los estudios de Sociología. Hoy es funcionaria tras aprobar con éxito las oposiciones y gracias a que una ley determina que debe existir una cuota reservada de puestos de trabajo del 10% para personas discapacitadas. “Hasta mis 18 años era vidente y entonces tuve un glaucoma. Primero veía borroso, luego perdí toda la visión en un ojo. Como a la togolesa Mary Sleysor, el amor de su familia la ayudó a continuar. Cuando perdió por completo la vista, su madre la llevó a un centro para personas invidentes en el que pudo aprender a leer en braille: “Pasé tres años en este centro y acabé la secundaria. Mi madre fue la persona que más fuerza me dio en esos tiempos difíciles… Me ayudó a aceptarme y a que los demás me aceptaran”. Ella es la voz de la clarividencia.

En esta lista de quienes se reinventan, destacan las alquimistas del índigo, integrantes de la cooperativa GIE Solidaire de Confection et Artisanat del barrio de Sam Sam III en Pikine, Senegal. Estas mujeres han abierto una nueva línea de negocio en sus actividades con la recuperación de la técnica tradicional del teñido y elaboración de tejidos para fabricar vestidos, fulares, mantelerías o complementos de moda. Así se sostienen a sí mismas y a sus familias. Detrás de esta agrupación se encuentra la hermana Regina Casado, que lleva la mayor parte de sus 82 años empoderando a las mujeres de Camerún y Senegal. “Me voy a ir con los más pobres para que no los aplasten”, aseguró a este periódico para explicar su vocación.

Estas son otras historias que dejan una huella positiva:

  • Una foto cambió la vida a Mohamed Yousif, el poeta en las protestas de Sudán. El fotógrafo japonés Yasuyoshi Chiba retrató a un adolescente de 15 años en las manifestaciones contra el régimen sudanés de 2019. La instantánea, galardonada con el World Press Photo, atrajo la atención internacional hacia las protestas y hacia el potencial del joven, que acabó recibiendo fondos para estudiar en Países Bajos. De regreso a su país, planea ser el presidente de la nación más joven del mundo.
 Mohamed Yousif, en una fotografía del japonés Yasuyoshi Chiba, que ganó el World Press Photo de 2020.
Mohamed Yousif, en una fotografía del japonés Yasuyoshi Chiba, que ganó el World Press Photo de 2020.YASUYOSHI CHIBA (AGENCE FRANCE-PRESSE)
  • De delincuente juvenil en Nairobi a recibir un premio de la reina de Inglaterra. Douglas Mwangi, un joven de un suburbio de la capital keniana que se dedicaba a “perpetrar actividades delictivas” para sobrevivir, decidió cambiar de vida y fundó el primer centro digital comunitario de su barrio, pensado para facilitar a los jóvenes el acceso a la educación y al trabajo remunerado. Su labor le llevó a recibir en 2018 el Premio a los Jóvenes Líderes, que le entregó la reina británica Isabel II.
  • Las ganas de estudiar de Mahgul, a pesar de todo. Grace Armstrong, especialista en educación en emergencias de Unicef, conoció a Mahgul, una niña de 11 años brillante y con muchos proyectos, en una clase comunitaria de un pueblo rural en la provincia de Faryab, en el norte de Afganistán. Ansiosa por compartir su experiencia, Mahgul le contó cómo visitaba su aula casi todos los días mientras estuvo cerrada por covid-19 durante los primeros meses de 2021. Preguntada por las dificultades que había encontrado para recibir formación, respondió: “El único motivo que podría impedirme estudiar sería que mi padre no pudiera permitirse pagarme los estudios. Quiero ser ingeniera o doctora”.
  • Un arquitecto que nació en una aldea sin electricidad gana el mayor premio de su sectorDiébédo Francis Kéré es el primer africano en recibir el galardón Pritzker 2022 de arquitectura, el mayor premio internacional del ramo. Nacido en Gando, una aldea remota de Burkina Faso, explica su origen tradicional, su amor por la naturaleza y su persistente voluntad de cambiar la vida de sus compatriotas.

Una de animales

En julio, un hito contra la extinción de especies amenazadas se produjo en Mozambique: los rinocerontes regresaban al país subsahariano 40 años después de su desaparición. Lo contamos en fotografías.

Avances que mejoran la salud

En el ámbito de la salud global también hay razones para la esperanza. En julio, se alcanzó un acuerdo internacional que hará accesible la medicación preventiva del VIH a 90 países en desarrollo. Y poco después, en septiembre, el Fondo Mundial para el VIH, la malaria y la tuberculosis lograba la mayor recaudación de su historia: 14.250 millones de dólares (13.340 millones de euros).

También en 2022, un campo de refugiados de Sudán del Sur acogió la primera campaña de vacunación del mundo contra la hepatitis E. Así, 25.000 personas, incluyendo gestantes, recibieron entre marzo y abril las dos primeras dosis en el campo de desplazados de Bentiu, el más grande del país. También llegaron buenas noticias para quienes padecen la infección doble de leishmaniasis visceral y VIH. Antes era una sentencia de muerte. “Ahora, ya puedes decirle al enfermo que tiene esperanzas”, sentencia el doctor español Jorge Alvar, quien lidera los programas globales contra la leishmaniasis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi por sus siglas en inglés). Un nuevo tratamiento aprobado por la OMS, basado en los resultados de los primeros estudios clínicos en Etiopía e India, reduce el tiempo de tratamiento de 38 a 14 días y se aumenta la eficacia desde un promedio de 50% hasta alrededor del 90%.

En julio, se alcanzó un acuerdo internacional que hará accesible la medicación preventiva del VIH a 90 países en desarrollo. Y poco después, en septiembre, el Fondo Mundial para el VIH, la malaria y la tuberculosis lograba la mayor recaudación de su historia: 14.250 millones de dólares

En 2022, Ruanda mostró el camino para derrotar a la malaria. Allí, la voluntad política, la financiación, la investigación y una robusta red comunitaria han permitido al país africano reducir un 76% sus casos de paludismo en cuatro años. En Perú, la esperanza de la salud viajaba (y aún lo hace) en barco. A él nos subimos para compromobar cómo, allí donde no llegan fácilmente los médicos, en el fondo de la Amazonía, el Forth Hope lleva curación, alivio, vacunas y prevención.

Las mujeres ganan terreno

Con las gafas moradas siempre puestas, en Planeta Futuro hemos sido testigos de cómo las mujeres del mundo, y las del Sur Global en particular, han avanzado en diversas áreas: política, social, personal. Dedicamos un especial a destacar la labor de una decena de lideresas africanas, con poder y mando para transformar sus países. Y contamos la historia de cuatro mujeres brillantes de Kenia, quienes, pese a tener todo en contra, han llegado a lo más alto del sistema educativo.

También en Kenia, nos topamos con las chicas de Nakuru. Mientras el mundo seguía con interés las elecciones presidenciales de aquel país de África oriental, en agosto de 2022, algo extraordinario sucedía: en los ámbitos local y regional salieron elegidas más mujeres que nunca, un logro histórico y un paso más hacia la igualdad de género.

En el continente americano, unas jovenes hondureñas demostraron que la ciencia y la tecnología también es cosa de ellas: participaron en la construcción del satélite Morazán, un cubo de 10x10x10 centímetros que servirá para proteger la vida de millones de personas de América Central frente a las frecuentes inundaciones en los lugares de menor acceso. El lanzamiento está previsto, si todo transcurre, como está planeado, para el primer semestre de 2023.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2023-01-03/una-mujer-contra-el-matrimonio-infantil-en-turquia-y-otras-historias-inspiradoras-para-afrontar-2023.html

 

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Universidades y paz total

   Las Universidades tienen ética y socialmente el compromiso incuestionable de comprometerse con la construcción de paz total.

    La creación de la universidad intercultural indígena, anuncia prácticas, concepciones y modos de acción distintos sobre la formación profesional, infraestructuras, compromisos y saberes en integración de comunidad y territorio desde la misma vida cotidiana; al mismo tiempo aparece en el panorama la universidad del trópico, Unitrópico, con enorme responsabilidad en el amplio entorno de la Orinoquia colombiana, con puertas de entrada y salida hacia la inmensa llanura y la valiosa biodiversidad de la selva amazónica. Se amplía de 32 a 34 el número de universidades del sistema universitario estatal SUE, con presencia en todos los territorios.

      La capacidad del SUE se dimensiona con la oportunidad que tiene para proyectarse hacia el mejoramiento de las oportunidades educativas para todos los jóvenes y no sólo para quienes pueden vivir el sueño del estudio en las ciudades, pero además, para ahondar en la comprensión de territorios y saberes aún inexplorados, aportar para desarrollarlos conforme a identidades, culturas, patrimonios y demandas propias de bienestar de poblaciones y gentes marginadas u olvidadas, y ratificar su compromiso de incorporar a su visión la construcción de la paz total estable y duradera que libere de violencias y empuje al país a su consolidación como sociedad basada en derechos.

        Las universidades públicas que, por naturaleza, son una mezcla de ciencia, cultura y libertades, se deben a la nación. Su esencia se determina en la docencia para emancipar, la investigación para promover el bienestar y la convivencia, y la extensión para sostener vínculos de solidaridad con la sociedad. En su misión todas anuncian la formación integral y creación de conciencia crítica, que remite a conductas éticas en profesiones, ciudadanías y sentido de humanidad, para reconocer el todo y sus partes, respetar a los otros y atender diferencias en todos sus géneros y maneras de representación, para que nadie pueda pretenderse juez moral de otro, ni verdad única a seguir.

       La condición de territorios de paz de las universidades, desarmadas en sus espíritus, verbo y acciones, las conmina a asumir responsabilidades efectivas, a asegurar la calidad e impacto de sus intervenciones en las transformaciones sociales y humanas y defender la vida y el bien público. Es hora de cambiar su actual modelo de gestión de resultados basados en indicadores formales y de tomar distancia de filosofías empresariales y de negocios, que reportan recursos a un lado y detrimentos en la calidad del otro. Resignificar su naturaleza y misión será el camino necesario para liberarse de las funestas ataduras del modelo neoliberal incrustado con la ley 30 de 1992 que cambió la morfología de las universidades, atrajo a muchas a asumir la autonomía como una libertad de mercado, enviando al margen la concepción de la educación como derecho. El desafío inmediato, que ojalá se traduzca en una declaración pública, está en la reconstrucción de su visión que el mercado como sistema abierto alteró y permitió que el capital destituyera la esencia política del hacer académico.

      Volver a reconocer la naturaleza universitaria científica y cultural, es un paso obligado para avanzar en sistemas de garantías a la educación superior como derecho humano. El estado sabe que llegó el momento para formular la política pública de la educación superior y que la universidad pública espera ser totalmente financiada con el presupuesto de la nación, y en reciprocidad asumir un compromiso esencial para dirigir sus esfuerzos a la construcción material de la paz total, volcando las capacidades colectivas de estudiantes y docentes a acompañar de inmediato a la sociedad en la formación integral, en territorios, campos y ciudades, barrio a barrio, otra vez en extensión solidaria.

      Si las universidades asumen el compromiso por la paz, serán cerca de un millón de universitarios/as, interactuando con la población, en busca de superar rápidamente las anomalías e ir hacia la tranquilidad que tienen los países pares de la OCDE, en los que la paz es la condición esencial del estado de derecho y fuente principal del respeto a derechos humanos y garantías para la convivencia libre de temores. En los planteamientos de paz total, colocados en el centro de la brújula del gobierno, las universidades están convocadas a cumplir un papel protagónico movilizando su ciencia, cultura, rebeldía y solidaridad humana hacia los sectores de población más vulnerable. Paz total es más que la suma de conflictos resueltos y para las universidades llega un momento oportuno para liberarse de rezagos todavía medievales y dejar atrás sus actuaciones de instituciones-máquina conducidas por estímulos políticos y de mercado a veces, jurídicos otras, que las limitan para actuar y resolver sus asuntos y conflictos con base en la dialéctica y argumentos o permanecen extraviadas entre marañas de indicadores, metas y clasificaciones que violentan la condición del ser del docente, estudiante o funcionario y como instituciones responden acríticamente a impulsos del mercado y poder, condenando al silencio el argumento y la palabra. El gobierno popular abre sus puertas para construir país, de abajo hacia arriba, del territorio y la institución hacia el centro y el ministerio ofrece escuchar sin las presiones a las que estaban sometidas. Es momento para volver a hablar con autonomía, no para vender y extenderse de manera ilimitada, pero sí para volver a hacer parte vital de la vida social, recuperar el afecto y la confianza de la gente, autoconvocarse a volver sin demora a la plenitud de las ideas, al debate abierto, al diálogo franco y al rechazo unánime de toda violencia, amenaza, chantaje, temeridad e intereses personales o privados disfrazados de interés colectivo.

        Las universidades pueden ser parte inevitable para atajar la desigualdad e impedir los fascismos, y sobre todo para participar como actor relevante en la tarea hasta ahora no explorada de promover el desarme total de la sociedad civil, sus grupos y manifestaciones y reducir hasta erradicar las violencias cotidianas. Pueden aportar en las negociaciones políticas con las insurgencias, al amparo de las reglas de la guerra y contribuir con el acogimiento y desarticulación de grupos criminales. Las universidades en particular las públicas, tienen la responsabilidad y oportunidad real de desmontar sus egos (sostenidos a veces con solas formalidades) y sus miradas hacia sí mismas y reconducir agendas de movilización de sus acumulados y experiencias de resistencia hacia la construcción de paz total, mirando hacia la sociedad otra vez, extendiendo hacia ella su visión y prácticas de formación integral de seres humanos y comprometer sus esfuerzos institucionales desde su papel activo en el plan de desarrollo en construcción de abajo hacia arriba, hasta en la creación de culturas hoy inexistentes de legalidad, democracia y ciudadanía necesarias en la formación de la sociedad de derechos.

Fuente: https://rebelion.org/universidades-y-paz-total/

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Descubren en Brasil un bosque de 290 millones de años

Los geólogos fueron al sitio a estudiar las rocas expuestas y se toparon con un bosque fosilizado

Un equipo de investigadores descubrió un bosque fosilizado en posición vertical de una antigüedad estimada en 290 millones de años en el sur de Brasil, considerado una «ventana al pasado» para el estudio de la evolución de las plantas.

El hallazgo de este conjunto de 164 troncos de licófitas (sin frutos, flores ni semillas) de una variedad extinguida es «el más importante en el hemisferio sur», por cantidad y calidad de la preservación, explicó Thammy Mottin, geóloga y doctorada de la Universidad Federal de Paraná, quien lideró la investigación con colaboradores de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul y la Universidad de California.

«Con una edad estimada en 290 millones de años, estas plantas representan formas muy primitivas en la historia de la Tierra», destacó Mottin, que estudia el periodo posglaciar, en el cual el clima se volvió más cálido y propicio al surgimiento de bosques densos como este.

El descubrimiento en el municipio de Ortigueira, en el estado de Paraná, da «acceso al modo cómo las primeras plantas colonizaban el ambiente, cómo se distribuían en el espacio (…) y la interacción con el entorno», entre otros puntos, evaluó.

Hubo apenas otros dos hallazgos similares en el hemisferio sur, pero de menores dimensiones, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul (sur) y en la Patagonia argentina.

El descubrimiento retrata formas de vida de hace 290 millones de años. Con las raíces todavía fijadas en el sustrato en ese momento, los árboles conservan su posición vertical, lo cual es raro.
Ricardo Chicarelli / AFP

El bosque de Paraná fue hallado a finales de 2018, cuando se abrió en la zona una ruta para dar acceso a una planta industrial. Los geólogos fueron allí para estudiar las rocas expuestas, pero, para su sorpresa, se toparon con un bosque fosilizado.

Entonces, comenzó una larga investigación, publicada en febrero en la revista científica «Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology», del grupo holandés Elsevier, y difundida recientemente por la prensa brasileña.

La peculiar preservación de este bosque fue posible gracias a que los árboles «fueron soterrados rápidamente cuando estaban vivos, y fueron cubiertos progresivamente por sedimentos, hasta que murieron por asfixia», explicó Mottin.

El evento que «prácticamente congeló ese bosque de la forma que era» fue una gran crecida de un río en cuyas márgenes se encontraban los árboles, determinaron los investigadores.

Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/ciencia/descubren-en-brasil-un-bosque-de-290-millones-de-anos/

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Tecnología digital y educación: ¿Necesidad social o negocio para los de siempre?

Antes de intentar dar respuesta a la pregunta formulada sobre cuál podría ser una posible agenda de digitalización para garantizar el Derecho Humano a la educación y entrar en la materia específica de la relación entre tecnologías digitales y educación es preciso trazar las coordenadas de la estructura que subsume a dicha relación.

El nombre de esta estructura es por todas y todo conocido, aunque muchas veces la visión del bosque se pierde por tanto detallar sus árboles, plantas o fauna. Se llama capitalismo. O para ajustarlo a esta época, su derivado, el capitalismo financiarizado.

La única lógica del capital, su entelequia aristotélica (trabajo activo hacia la consecución de un fin, intrínseco a la misma cosa), son el rédito y la acumulación.

De allí que la plena consecución del Derecho Humano a la educación, como cualquier otro derecho universal y por tanto, no pasible de enajenación o apropiación, es en su esencia incompatible con el sistema capitalista.

En palabras del pensador Silo: “Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo.”[1]

Por tanto, el reclamo por los Derechos Humanos en general y por el Derecho Humano a la educación en particular, adquiere sentido, si su reivindicación incluye la superación del sistema mismo, es decir, del tipo de organización social y de valores que impide su plena efectivización.

Por otra parte, la educación cumple un papel importante si ayuda a develar y esclarecer la necesidad de pasar a una fase más digna de la historia humana.

El proceso de acumulación capitalista

El proceso especulativo del capital llevó a la acumulación de sumas enormes, que por su propia lógica necesitaban ser invertidas. Solo para dar un ejemplo, según datos de la consultora Mc Kinsey “la economía productiva, representada por el PIB mundial, se multiplicó por 5,6 entre 1980 y 2007, mientras que los activos de los mercados financieros lo hacían por 16,2, al pasar de 12 billones de dólares en 1980 a 194 billones en 2007 a lo que habría que agregar las operaciones con derivados que superaron en 2007 los 700 billones de dólares.”[2]

Desde entonces, muy poco ha cambiado, continuando con la misma tónica de concentración, especulación y, como contracara, el aumento de la miseria, la desigualdad, el endeudamiento y la asfixia de vastos sectores sociales.

Este ciclo de acumulación lleva casi como un automatismo a “burbujas especulativas”, como la que explotó en la crisis de los 90’ en Japón, en el 2001 con las punto.com y la más reciente, la de las hipotecas subprime en 2007-2008. La banca central responde a los efectos recesivos de estas explosiones con el aumento de liquidez, lo que lleva a nuevas burbujas, además de la apropiación por parte de cada vez menos actores empresariales.

El fenómeno de la hiperliquidez, asociado al descenso de la rentabilidad de activos productivos y la concentración de capital es uno de los principales factores que han llevado al capital al intento de reconvertir el sistema a través de la digitalización, acompañada de un profuso maquillaje de falso interés ecologista.

Este proceso ha empequeñecido la promesa original de internet de distribuir el conocimiento y aumentar la democracia, constriñendo el ámbito digital a una lógica mercantilista, autoritaria y precarizadora en manos de pocas empresas. Estas corporaciones, cuyo buque insignia son conocidas por el acrónimo GAMAM (google, amazon, meta, apple, microsoft), son controladas a su vez por cinco principales fondos de inversión (Vanguard group, Blackrock, State Street corp, Price (T.Rowe) Associates y FMR).

Cooptación económica e ideológica privada del ámbito público

Tal como sucedió en la década de los 80’, en los inicios de la pretendida imposición universal neoliberal llamada “globalización”, el capital vuelve a por su presa, los espacios públicos que no logró capturar.

Es preciso tener en cuenta que un añadido que suma al fenómeno de la hiperliquidez concentrada, es la práctica extendida de la evasión y la elusión fiscal. Por medio de ésta se asesta al bienestar general una doble herida: por un lado, escamoteando recursos imprescindibles para alcanzar una mayor inversión en la igualdad de condiciones y por otro, arremetiendo luego con estos mismos recursos hasta entonces ocultos o reinvertidos de modo opaco para asaltar espacios públicos con objetivos comerciales  o quitar a los Estados activos invaluables, bajo el mentiroso rótulo de “asociación público-privada”.

Tal es así que instituciones y espacios reconocidos por la defensa acérrima del capitalismo como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o el Foro Económico Mundial, vienen desarrollando una fuerte ofensiva para vender esta ideología y colocar en la órbita del convencimiento subjetivo, la supuesta necesidad de contar con estos actores corporativos, llamado en la misma jerga publicitaria “partes interesadas”, para resolver los problemas sociales en los que ellos han sido principales “partes involucradas”.

El concepto de “partes interesadas” sería plausible si se le agregara “interesadas en su propio rédito”, quitando al concepto todo valor moral positivo que legitimara a las empresas transnacionales para participar o incidir en decisiones que solo competen a los pueblos, en su carácter de único depositario de la soberanía.

La mirada mercantilista y competitiva del reciente informe  “Tecnología educativa en América Latina y el Caribe”, del BID en conjunto con Holon IQ, (empresa de inteligencia de mercado especializada en el desarrollo de plataformas conceptuales de digitalización para la educación), es fiel muestra de lo que venimos comentando.

En sus párrafos introductorios el texto subraya la apetitosa oferta, indicando que en Latinoamérica y el Caribe viven algo menos de 500 millones de personas que “exigen innovación en lectura, escritura, aritmética y la adquisición de habilidades y conocimientos”, a la par que señala, algo más adelante, que el BID ha creado un laboratorio (BID Lab) cuya función es “invertir o co-crear soluciones basadas en el mercado que aprovechen la tecnología y el espíritu empresarial para lograr un impacto social a escala.”

Para completar la frase anterior de su presentación, como preocupante amenaza de co-optación empresarial del sector público, se agrega: “Dentro del BID, tanto el BID Lab como la división de educación están trabajando en colaboración para desarrollar el ecosistema EdTech en la región en áreas que afrontan los principales desafíos del sector público.”

Dada la dirección actual del BID, no podía resultar otra cosa. El banco, desde Octubre 2020 es presidido por Mauricio Claver-Carone, por la presión del entonces presidente estadounidense Trump y en contra de la tradición de reservar este puesto para algún nacional de los países prestatarios. Antes de ocupar esa función, Claver-Carone fue representante de Estados Unidos en el FMI, director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, siendo una de las piezas claves en la estrategia de agresión de ese país contra Cuba y Venezuela. Con esos antecedentes a cuestas, no sorprende el lanzamiento en Febrero de 2021, de una “Mesa Redonda de Socios del Sector Privado sobre el Futuro de América Latina y el Caribe”, encuentro en el que participaron 40 ejecutivos de emporios globales tecnológicos, comerciales y financieros con el objeto de forjar una alianza con el BID.[3] ¿Qué puede esperarse de esta alianza sino negocios y más negocios?

A su vez el Banco Mundial, como señala un informe de Luis Bonilla Molina, del Centro Internacional de Investigación “Otras Voces en Educación”, apunta en sus políticas a encuadrar la educación como un servicio, poner énfasis en un perfil de egreso con dominio de las competencias STEM, priorizar para los sectores populares carreras técnicas cortas y apoyarse en una estandarización y cultura evaluativa. Es decir, la focalización en la funcionalidad sistémica y una radical negación de cualquier atisbo de humanización educativa.

Por su parte, las prioridades emanadas del Foro Económico Mundial, colocan a la innovación, el espíritu emprendedor, la digitalización, la adhesión irrestricta al modelo capitalista, ahora propuesto como “capitalismo de múltiples partes interesadas”, recubierto por una pátina de atrayente mercadeo sobre la necesidad de desarrollo sostenible y respeto a los derechos humanos.

Preocupante además es el alto nivel de cooptación de la esfera de relaciones internacionales y de Naciones Unidas, a través de programas y proyectos conjuntos con el sector privado, en el que las corporaciones adquieren voz preponderante.

En el libro “La gran captura: Mapeo del multitakeholderismo en la gobernanza global”, los investigadores Mary Ann Manahan and Madhuresh Kumar detallan 103 iniciativas de este tipo en el campo de la educación, la salud, el medio ambiente, la alimentación/agricultura y los datos e internet. Doce de estas iniciativas relacionadas con el ámbito de la educación, en las que se promueve a la digitalización y a las grandes empresas y las fundaciones filantrópicas como las principales fuentes de inversión y superación educativa.

Desde este brevísimo esbozo, se desprende la orientación que se pretende dar al tan mentado “eco-sistema” para digitalizar la educación en la región y el mundo, lo que también podría ser llamado, en atención al vocabulario ambientalista tan en boga en los altos niveles empresariales “jungla del negocio digital con la educación”.

¡Que vivan los nuevos consumidores!, perdón…estudiantes

En América Latina y el Caribe viven 180 millones de estudiantes, considerando todos los niveles de educación formal. Un apetecible mercado para inversores sedientos de nuevos nichos de negocios, además cautivo por la obligatoriedad de cursar los niveles básicos.

Sin embargo, la cuestión exhibe algunas dificultades. El primer problema es que 266 millones de personas no tienen acceso a internet y muchos más carecen de conexiones o equipamiento de calidad que permita un contacto fluido y permanente como el que requiere el negocio tecno-educativo.

Por lo que, como señala el informe del BID ya citado: “El principal apoyo que busca EdTech es que el gobierno lance y respalde iniciativas, y que asimismo proporcione incentivos para el uso de EdTech en escuelas, universidades y lugares de trabajo.”  En otras palabras, que el gobierno, en un “revival” sutil de la ola privatista de los 80’ sirva de puente para los negocios de las tecnológicas, bajo la excelente excusa de promover la conectividad universal y, supuestamente, actualizar la oferta educativa bajo los parámetros de la digitalización.

Otro problema es obviamente que 70 millones de personas (12.5% de la población de la región) viven con menos de dos dólares al día, lo que hace que difícilmente estos puedan constituir clientes de “alta gama”.

En este contexto, dada la tan publicitada mecánica naturalista de la demanda, la oferta y el lucro como base de la teoría económica capitalista, es obvio que las tecnológicas apuntan a hacer sus negocios con los segmentos socio-económicos medios y altos y en espacios urbanos, dejando la inversión social a cargo del Estado.

La conectividad, condición necesaria pero no suficiente

En América Latina, el 57% de las escuelas de primaria, y alrededor del 40% de las escuelas secundarias no contaban con acceso a Internet con fines pedagógicos antes del COVID-19 (Banco Mundial, 2021).

No solo la falta de conectividad y la calidad de la misma, los costos de las tarifas como también de los dispositivos electrónicos son un privilegio al que pueden acceder pocos/as estudiantes de poblaciones vulnerables de América Latina. Además de ello, un alto número de educadores tiene también dificultades para sobrellevar la carga adicional que esto representa para su tarea pedagógica.

Más allá de la obvia necesidad de cerrar la brecha digital para comenzar a paliar estas desigualdades en el ámbito del acceso a conocimientos a través de internet, es preciso señalar que no basta con ello, ya que la conectividad universal es una condición necesaria pero no suficiente para avanzar en la formación equitativa y con contenidos de calidad. Deben para esto exigirse políticas públicas que vayan más allá del acceso universal, limitando el accionar de las corporaciones, para que garantizar la conexión a internet no signifique simplemente tender una alfombra dorada a sus negocios.

Otra digitalización, otra educación es posible

¿Cuáles son las alternativas entonces para una digitalización que ayude al desarrollo humano?

Me permitiré citar en este apartado algunas de las conclusiones y propuestas a las que llegó el Grupo de Trabajo sobre Educación en el marco de las Jornadas “Utopías o distopías. Los pueblos de América Latina y el Caribe ante la era digital”, proceso organizado por el espacio latinoamericano-caribeño Internet Ciudadana.

Cito: “El papel de las nuevas tecnologías en el panorama educativo actual suele ser mayormente instrumental. Por la fuerte presencia de ciertas empresas y productos corporativos, la enseñanza suele producir alumnos y alumnas pasivos, consumidores, clientes de ciertas empresas.”

Es necesario cambiar dicho enfoque desde la dimensión social de la educación, que implica una visión inclusiva, equitativa, soberana y conectada al ser humano. Se requiere entonces que las comunidades recuperen el control sobre qué tecnologías emplea, cómo, para qué y en qué condiciones lo hace.

Formar personas autónomas y con espíritu crítico sobre las tecnologías; actoras y no espectadoras; personas que aprendan a producir y mantener tecnología, y no solo a consumirla.

En línea con esto, hacer de la alfabetización digital crítica un elemento transversal a la educación, integrando la formación en tecnología con las demás materias, conectada con las necesidades, motivaciones y actividades humanas.

Impulsar además procesos formativos docentes que consoliden el uso pedagógico de las tecnologías de la información y el conocimiento (TIC). Más allá de su carácter instrumental, se trata de promover con ellas la producción de conocimiento, el trabajo colaborativo, el trabajo entre pares y el desarrollo de nuevas modalidades de evaluación de carácter formativo.

Es fundamental, al mismo tiempo y más allá del campo educativo, comprender la transversalidad de principios que ayuden a construir nuevas realidades en lo digital y en sus implicancias mucho más allá de éste.

Entre estos postulados básicos, debe estar defender a Internet como construcción humana histórica colectiva,  como un Derecho Humano, como un bien común y de acceso universal, aunque respetando la opción de que aquellos que decidan no conectarse voluntariamente, también puedan hacerlo sin sufrir discriminación ni perjuicio alguno.

Alcanzar la soberanía digital, defendiendo los derechos individuales y colectivos desde la esfera pública y fomentar la equidad desde programas del Estado y las iniciativas de administración comunitaria, que hoy felizmente van proliferando en muchos lugares, mientras se privilegia la generación de tecnología y el desarrollo a través de la economía  cooperativa.

Para evitar indebidas posiciones monopólicas, es fundamental regular la actuación del sector privado, evitando su intrusión en la esfera pública y en el sector educativo en particular. Del mismo modo, es muy importante elaborar una legislación sobre datos, colocándolos en calidad de bien individual o común, según sea el caso e impidiendo su utilización para fines mercantiles.

Asimismo, favorecer la autonomía de todas y todos a través de herramientas libres, plataformas descentralizadas y federadas, con un máximo de protección de la integridad y la privacidad.

Finalmente, no es solo la mediación y el artilugio tecnológico lo que está en debate, sino los fundamentos mismos de la educación. El dilema no es digitalización sí o digitalización no, sino si los criterios más elementales de la construcción educativa tendrán como finalidad la adaptación y la funcionalidad en el sistema o si estarán al servicio de la crítica transformadora.

La disyuntiva central es si habrá de continuarse con una educación para el mercado, apenas una modalidad de esclavitud ilustrada, o se abrirá la posibilidad de educar para un desarrollo humano ilimitado, hacia la libertad, hacia el verdadero mundo del futuro, con todas y todos y para todas y todos.

—————————–

(*) El texto es el contenido de la ponencia presentada en el webinario “Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe – género, endeudamiento y digitalización”, organizado por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) en el contexto de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME).

[1] Silo. Cartas a mis amigos. Obras Completas. Volumen I

[2] Zabalo, Patxi. Financiarización. OMAL. Recuperado de https://omal.info/spip.php?article4821

[3] A esa reunión asistieron, según información del BID, representantes de AB InBev, AES, Amazon, AT&T, Banco Santander, Bayer, BNP Paribas, Brookfield, Cabify, Cargill, Central America Bottling Corporation, Cintra, Citibank, Coca-Cola FEMSA, Copa Airlines, DOW, Engie, Google, Grupo Sura, IBM, Itaú Latam, JP Morgan, Mastercard, Mercado Libre, MetLife, Microsoft, Millicom, NEC Corp, NTT Data everis, PepsiCo, Pimco, Salesforce, Sacyr, Scotiabank, SoftBank, Softtek, Telefónica, The Coca-Cola Company, Unilever, Visa y Walmart.

Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Tecnologia-digital-y-educacion-Necesidad-social-o-negocio-para-los-de-siempre-20220427-0001.html

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España: Se está discutiendo una (insuficiente) Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación

Grupo de reflexión de AMETIC

Se trata de un texto bienintencionado que corregirá algunos problemas, pero que no resolverá las deficiencias que arrastra España en esta materia

Desde mediados de febrero se está en el proceso de discusión de una nueva Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación que regule esta actividad tan importante para el futuro de las naciones desarrolladas en este mundo tan globalizado. Y lo más grave es que en su texto no se encuentra como debiera el papel relevante que la empresa tiene para conseguir los objetivos que se deberían perseguir. Sin su inclusión será muy difícil alcanzar los niveles de riqueza de sus sociedades, el bajo nivel de desempleo y la calidad de los salarios de los ciudadanos que disfrutan los países donde así se hizo.

España tiene un serio problema con estos asuntos. Lo manifiesta el propio anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno –en estos días arrancando su debate parlamentario– cuando reconoce que, pese a ser la decimotercera potencia mundial en publicaciones científicas reconocidas y la decimosegunda economía mundial, ocupamos la posición 30 en el indicador de las Naciones Unidad del ranking de países innovadores. Sufrimos de una profunda paradoja, consecuencia de no saber usar el progreso contenido en nuestras investigaciones para llevarlo al mercado y, consecuentemente, a los ciudadanos.

Adicionalmente, y esto ha sido detectado por los expertos algo más recientemente, en España se ha cometido el error de identificar las fuentes de la innovación, básicamente en los entornos de la I+D, ignorando que muy buena parte de los cambios en los comportamientos de mercados y ciudadanos tienen su origen en otros centros o provienen de otros actores. Por lo tanto, la brecha que antes se identificó, de 20 posiciones entre ambas escalas, tiene alguna explicación que merecería ser corregida de inmediato. Volveremos luego sobre este asunto, pero hay otros rasgos que caracterizan, de forma más importante, la insatisfactoria posición española en estos asuntos.

Y nos referimos esencialmente a dos aspectos que tienen mucho impacto en la mejora de la posición de los países en los ámbitos de la Innovación y la I+D. El primero tiene que ver con la mala inserción de las políticas de incentivación de estas actividades en el entramado del organigrama de los gobiernos y las administraciones españolas. Situar en un ministerio la máxima responsabilidad de algo que, por principio, debería ser transversal sin establecer, en el alto rango que le corresponde, las imprescindibles tareas de coordinación entre los distintos agentes involucrados está en el origen de la falta de eficacia de las políticas vividas hasta el presente. Solo en el período más reciente de nuestra historia se vivió un crecimiento diferencial, justo en la etapa en el que se centralizó en el ámbito de la presidencia del Gobierno la dirección de todos los elementos con responsabilidades ministeriales. Ese espacio de gestión tan breve no consolidó los frutos esperados, pero sí dejó claro que esa decisión fue correcta y debería ser considerada de nuevo. Por ello, en una ley que pretenda corregir de forma severa el actual estado de las cosas no se pueden dejar de contemplar reformas profundas en el organigrama de la gestión de la I+D, ni renunciar al establecimiento de organismos de coordinación, al más alto nivel posible, que aseguren la cooperación de amplios ámbitos de la innovación. Existen propuestas para organizar un Consejo Nacional de Innovación, experiencia ya vivida por otros países con éxito en esta materia, que merecerían ser consideradas en una nueva regulación como la que nos ocupa.

Un segundo aspecto, si cabe tan crucial como el primero, tiene que ver con las fuentes de financiación de las actividades de Innovación e I+D. Saludando positivamente el compromiso político para alcanzar el 1,35% del PIB proveniente del sector público, la gran ausencia de las políticas fiscales que deben acompañar a actividades como estas, sometidas a niveles de alto riesgo e incertidumbre, es un muy mal síntoma respecto a haber entendido dónde radica parte de nuestro déficit inversor en I+D. En el más reciente estudio realizado por el grupo de expertos, a petición del Ministerio de Hacienda del Gobierno de España, se afirma de manera rotunda que en el esfuerzo innovador del sector empresarial nos encontramos en una posición rezagada en relación con el resto de las economías avanzadas y que el diseño actual de los beneficios fiscales a la I+D+I en España es ineficiente, explicando con detalle los fundamentos de ambas aseveraciones. Este juicio que viene detrás de los ya emitidos, en ese mismo sentido, por organismos como la OCDE, el FMI, y recientemente la propia Airef, debería de ser suficiente para que en una reforma que se precie de estos ámbitos se propusiesen cambios sustanciales. Pues nada, no se molesten en buscarlos, porque no los encontrarán; como si este no fuera, junto con el anteriormente enunciado, uno de los primeros fundamentos para un cambio transformador: organización y recursos para su ejecución.

Para volver a un asunto que se anunció anteriormente. Se precisa también definir políticas dedicadas a la incentivación de la innovación que tengan en cuenta esas otras fuentes de generación de prácticas que, en las últimas décadas, han presidido los cambios en importantes segmentos de la logística, las comunicaciones, etc. Si bien la ley no debiera ser el campo preciso para su desarrollo, reservado en términos más de reglamentos, sí que sería oportuno que se encontrasen en su articulado las indicaciones que permitan su posterior desarrollo normativo.

Concluyendo: con muchas probabilidades se aprobará una ley bien intencionada que corregirá algunos problemas parciales presentes, como por ejemplo eliminar la nefasta precariedad del mundo investigador con una cuestionable salida preferente del empleo funcionarial, pero seguiremos pendientes de que alguien se atreva a poner las medidas correctoras que saquen a España de las inadecuadas posiciones en las que vivimos. Y mientras tanto, nuestros competidores no dejan de acelerar, posicionándose ante los retos del resto del siglo y abriendo nuestra brecha con ellos. Y luego nos lamentaremos.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/04/21/opinion/1650531748_002075.html

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