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El mejor profesor

Por: Antonio García

El mejor profesor es el que enseña que los límites del mundo están allí donde empieza la ignorancia, y que el libro es la única arma pacífica en la conquista de la felicidad.

Tal vez, si el profesor no tuviese que luchar contra las instituciones educativas, que representan el Poder y no el Saber, el mundo avanzaría hacia el verdadero Estado de Bienestar, que es el del enriquecimiento de la noble personalidad.

La mente es una pizarra magnética en blanco: absorbe y escribe en ella todo cuanto ocurre a su alrededor, y jamás lo olvida: aquello que no puede guardar en primer plano lo almacena en sus sótanos, en espera de tener que utilizarlo. Allí va lo que parece no interesarnos y lo que nos interesa demasiado pero nos daña. Ordenar bien o mal ese laberinto de emociones, sentimientos, impulsos y racionalizaciones es lo que hace a cada ser humano diferente. Ahora bien: en esa labor de creación de nuestro yo hay un sustrato: el que nos enseñan nuestros padres, vecinos, instituciones: ellos son nuestros verdaderos maestros y los auténticos responsables, puesto que la educación es un entramado en el que intervienen todos los agentes de la sociedad. De manera que somos producto de unos genes naturales y otros factores que actúan, con similar fortaleza, como genes sociales. No siempre están de acuerdo unos y otros, y su choque es lo que nos provoca generosidad, egoísmo, honestidad, desentendimiento, traumas, sociopatía… Basta con alimentar la capacidad infantil y adolescente (amar el conocimiento, cultivar la autoestima y la solidaridad, conocer los cimientos y engranajes de la Historia…) para que la escalera de la inteligencia nos suba más o menos en la comprensión del ser y estar en la existencia.

¿Qué puede hacer un profesor en ese laberinto?

– Para enseñar bien hay que aprender mucho: principalmente, a transmitir lo que sabemos.

– Enseñemos el amor por la lectura y cambiaremos el mundo: porque el libro es la palanca de Arquímedes del progreso.

– Error es imponer el conocimiento; acierto, contagiar el amor que sentimos por él.

– Menos interesan los hechos aislados que deducir de ellos una sensata conclusión.

– Solo aprende quien se siente atraído por el saber: esa es la principal metodología del educador: mostrar vitalmente su amor por lo que enseña y por los enseñados.

– No olvides que si la libertad nos concede el derecho a ignorar, la responsabilidad nos exige la obligación de aprender. Quien trata a sus alumnos como a soldados que deben conquistar el bastión de la sabiduría, y no como a personas capaces de amar y odiar, está imponiendo, no enamorando; y todos odiamos a los déspotas y amamos, en mayor o menor medida, a quienes nos aman.

– Solo hay un paso entre considerar que la educación es una dictadura y mostrar que es una amable consejera de la vida.

– Antes de visitar un país hacemos acopio de cuanto le concierne: la cultura es la mejor guía turística del país de la existencia, su mejor cicerone.

– Cualquier equipaje pesa demasiado, menos la maleta del conocimiento: que hace más liviano y agradable el viaje de la vida.

– No enseñes chovinistamente que lo propio es lo mejor, sino que tal vez nuestra opinión puede mejorar el mundo.

– Aceptemos que la relación entre los menores y los adultos tiene una consecuencia progresiva: son como los hacemos, y nos hacen como son. Y calculemos qué futuro estamos perpetrando entre todos.

Fuente: http://www.diarioinformacion.com/opinion/2017/09/14/mejor-profesor/1935666.html

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El Salvador: Realizan conferencia de modelos educativos en el siglo XXI

El Salvador/11 de Septiembre de 2017/La Prensa Gráfica

Participó experto en pedagogía de la Universidad Europea del Atlántico.

El Ministerio de Educación (MINED), la Universidad Politécnica de El Salvador (UPES), la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER) y la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) realizaron la conferencia “Modelos educativos en el siglo XXI” con el fin de instruir sobre el tema a docentes de educación superior en el país.

“La Politécnica albergó esta actividad para estrechar la relación con la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER), abrir espacios para que expertos expongan sobre las nuevas metodologías educativas y para permitir que en un futuro se puedan realizar intercambios estudiantiles”, expresó el rector de la UPES, Roberto Antonio Argueta Quan.

La conferencia fue impartida por el español Gonzalo Silió Sáiz, experto internacional en pedagogía de UNEATLANTICO, quien comentó que “el docente debe ser el motor del nuevo conocimiento y quien desde el aula fomente la investigación y el fortalecimiento de las competencias productivas y ciudadanas, ejes transversales que deben estar presentes en cualquier proceso educativo”.

También reflexionó sobre el impacto de las tecnologías en los jóvenes y el uso que hacen de estas herramientas. “Nunca hasta, el momento actual, una generación joven dominaba mejor una tecnología que una mayor, y dominarla no quiere decir que hagan buen uso. Nuestra responsabilidad como adultos es estar con ellos, acompañarlos y ayudarlos a tener éxito en ello”, agregó el especialista. “El taller se enmarca en el proceso de investigación educativa que el MINED está ejecutando. Hemos concretado para 2017 varios procesos de investigación educativa en cooperación con varias universidades”, dijo el director nacional de educación media, Óscar Águila.

Fuente: http://www.laprensagrafica.com/2017/09/09/realizan-conferencia-de-modelos-educativos-en-el-siglo-xxi
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Educación para transformar vidas

Colombia / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Laura Sánchez / Fuente: La Patria

Diego Ángelo Restrepo explica los tres pilares de la educación humanista. Su propósito es cambiar el chip pedagógico y que los estudiantes sean el centro de las aulas.

«Profe, no le entiendo». Esta es la frase que pone una barrera entre el estudiante, el docente y el aprendizaje. Pasar por alto es un error que desemboca en frustración y deserción, según Diego Ángelo Restrepo, trabajador social y magíster en ciencias e investigación.

Restrepo está convencido de que cambiando las formas de aprendizaje se pueden transformar vidas. Todo empezó con una investigación para identificar los niveles de deserción.

«Un 25% de los estudiantes que desertan en el Centro de Automatización Industrial lo hacen porque no le entienden al profesor. Hay que pensar en cómo es la capacidad del estudiante para entender y cómo es que el profesor brinda las clases», explica el profesional.

Para dar ese paso al cambio en el aula sugiere tener en cuenta estos tres pilares: constructivismo, metacognición y pensamiento complejo. «Este modelo sirve como un llamado a los docentes para que entiendan el poder que tienen para cambiar vidas con información pertinente».

Construyendo juntos

El constructivismo consiste en, según Restrepo, entender al estudiante en un proceso cultural y con saberes, no solo pensando que es una tabla rasa para llenar.

Este pilar del modelo busca motivar a la reflexión. «Las instituciones deben dar los modelos de formación para que aprendan a manejar el tiempo, herramientas, mapas, entre otros. Que se reconozcan ellos mismos para que fortalezcan sus habilidades», indica Restrepo.

Se les dan variables para que construyan en el aula, por ejemplo: cómo se ajustan las matemáticas a la agricultura.

Sobre el pensamiento complejo aclara que muchos de los conocimientos que se enseñan no sirven para la vida. «Se propone una educación más humana para reconocer a los estudiantes y pensarlos en sus contextos, niveles culturales y económicos».

Este momento es muy importante, en su investigación identificó que los alumnos están sufriendo de depresión, baja tolerancia a la frustración y catastrofismo, que pueden identificarse en el aula.

El último pilar es la metacognición. «Es mirar qué habilidades se necesitan para ir más allá del conocimiento. Es aprender de una forma más adecuada. Siempre somos y seremos aprendices para darle a los educandos información que sea transformadora».

DESTACADO

Con el modelo constructivista el estudiante es el centro y el profesor aprende de sus entornos.

Ser felices

¿Cómo hacer que los estudiantes sean felices? La respuesta la tiene Diego Ángelo: «Cuando tengo estrés el cerebro busca bloquearlo como mecanismo de defensa. Me dice: abandona lo que me hace daño. Pero cuando a mi cerebro le gusta lo que estoy haciendo, está complacido y genera endorfinas. También produce plasticidad, es decir, que hace conexiones neuronales de un nuevo conocimiento y si esto está unido a la realidad, no se le va a olvidar tan fácilmente».

Los saberes del conocimiento

Restrepo recomienda tener en cuenta estos siete saberes del conocimiento, del sociólogo francés Edgar Morin:

1. Ética del género humano.

2. Enseñar la comprensión.

3. Enfrentar las incertidumbres.

4. Enseñar la identidad terrenal.

5. Enseñar la condición humana.

6. Educación que garantice el conocimiento pertinente.

7. Educación que cure la ceguera del conocimiento.

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.lapatria.com/educacion/educacion-para-transformar-vidas-385468

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Libro: Objetos de Aprendizaje de Contenidos Abiertos Accesibles

Detalles del libro:

Año: 2014
Editor: LaTIn
Páginas: 94 páginas
Idioma: español
Desde: 07/03/2016
Tamaño: 7.04 MB

Contenido:

Es notorio el impacto de las Tecnologías de la Información y Ia Comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la sociedad actual, la educación no escapa de esta realidad. Ella no son un fin en sí mismo, sino un medio para lograr el desarrollo de un nuevo modelo de comunidad educativa que debe ser abierto y dinámico, donde el docente tiene una importante función investigativa y como facilitador, los alumnos son participativos y trabajan bajo el enfoque colaborativo, y el currículo puede ser integrado fácilmente.

En la incorporación de las TIC, sin duda han surgido variadas estrategias y herramientas web que aprovechan el uso educativo del Internet, entre ellas se presentan los Objetos de Aprendizaje de Contenidos Abiertos Accesibles (OACAA), como un recurso educativo para apoyar el proceso de aprendizaje que contribuyan al desarrollo del pensamiento crítico estratégico. En este mismo orden de ideas, los OACAA se definen como recursos didácticos e interactivos en formato digital con una intencionalidad de aprendizaje definida, publicados bajo una licencia abierta de propiedad intelectual, desarrollados con programas y formatos técnicos interoperables, con el propósito de ser reutilizados, adaptados, editados, combinados y distribuidos para los diversos ambientes de aprendizaje, considerando los aspectos de accesibilidad que permiten ser usados por todos. Se caracterizan por la introducción de información auto descriptiva expresada en los metadatos.

El desarrollo de este tipo de recursos se basa en una estrategia orientada al apoyo del proceso de enseñanza y aprendizaje en los estudiantes y, para ello, su diseño debe tener una estructura interna que incluya diferentes elementos educativos, como: introducción, contenidos, actividades de aprendizaje y evaluación, así como también aspectos motivacionales, orientaciones didácticas, diseño visual, aspectos desde la Interacción Humano-Computador, relacionados con el diseño de la interfaz, la cual debe ser significativa para lograr la motivación en el aprendiz, la usabilidad y experiencias de usuario, y desde la Ingeniería de Software, el cómo implementar el proceso de enseñanza y aprendizaje en formatos interoperables sobre el computador utilizando herramientas de software libre. Todo esto integrando el conocimiento entre estas áreas de conocimiento, todas importantes en la concepción de un OACA, por ser, al mismo tiempo, un producto de software y educativo. Por tal razón, se hace necesario el diseño, producción y evaluación a través de diferentes criterios, instrumentos y técnicas, las cuales deben incorporar diversos elementos tanto desde la perspectiva pedagógica, procedural, como tecnológica y de interacción humano computador.

Para descargar, haga clic aquí:

https://openlibra.com/es/book/download/objetos-de-aprendizaje-de-contenidos-abiertos-accesibles

Fuente de la Reseña:

https://openlibra.com/es/book/objetos-de-aprendizaje-de-contenidos-abiertos-accesibles

 

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Libro: Tratado sobre la Sabiduría

Tratado sobre la Sabiduría

Pedro Estudillo

Detalles del libro:

Año: 2010
Editor: Shiboleth
Páginas: 366 páginas
Idioma: español
Desde: 16/01/2014

Mi definición particular es que la sabiduría es la ciencia de la vida. Es la ciencia que nos enseña a utilizar el sentido común, con el objetivo de llevar una vida más dichosa, saludable y completa. Como toda ciencia, se puede estudiar, investigar y experimentar. Con la experiencia todos estamos Tratado sobre la Sabiduría bastante familiarizados, pero no con su estudio e investigación; eso es lo que yo pretendo cambiar.

Con este libro he intentado hacer un estudio, lo más pormenorizado posible (teniendo en cuenta mi limitada capacidad intelectual), de los conocimientos y actitudes que, cualquier persona que tenga la noble pretensión de conducir su vida con un poco de sabiduría, debería poseer. Para tan ambiciosa pretensión, podría decir lo mismo que dijo Isaac Newton: «Si he visto más allá que otros hombres, es porque me he erguido en hombros de gigantes», reconociendo así el trabajo de sus predecesores. Yo, sinceramente, no creo haber visto más allá que nadie, pero sí que me he permitido utilizar los innumerables sabios conocimientos que muchos otros han dejado por escrito a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Espero que sea una guía útil y práctica en este sentido, considerando siempre que sólo representa una pequeña gota de agua en el inmenso océano del saber.

Haga clic para descargar el libro:

https://openlibra.com/es/book/download/tratado-sobre-la-sabiduriahttp://

Fuente de la Reseña:

https://openlibra.com/es/book/tratado-sobre-la-sabiduria

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La metamorfosis del leer

Por: Jerónimo Alayón Gómez

Fernando Savater dictó el año pasado una conferencia en la Universidad de Aguascalientes titulada La literatura como alegría y salvación en el arte de educar. Allí dijo algunas cosas interesantes. Por ejemplo, que la lectura, en tanto que herramienta fundamental de la educación, debe estar al alcance de todos, pobres y ricos, pues la democracia debe educar como si cada ciudadano hubiera de ser gobernante.

En este sentido, ciertamente la historia está cundida de ignorantes que llegaron al poder sobre una ola de votos, y cuyos gobiernos, no hay que decirlo, fueron un desastre. Pero también es cierto que la afirmación del filósofo español es quimérica en tanto que no basta con que las personas lean. Ya advertía otro filósofo, inglés, John Locke, que «la lectura solo proporciona materiales para el conocimiento, puesto que es el pensar quien hace que lo leído sea nuestro». Y esta apropiación ocurre, añado, mediante la asimilación. Leer no es garantía de nada, pero es un comienzo.

Claro, quien haya leído a Savater sabrá que él pone el énfasis no pocas veces en el valor de la educación como agente de cambio social, y ello supone que la lectura cambie primero al individuo, lo cual es posible cuando se ha apropiado de aquello que leyó. Por ello afirmaría en la conferencia susodicha que por medio de la lectura «nos hacemos humanos unos a otros».

Cuando alguien que lee reflexiona sobre lo leído, abre un compás para interpelarse como parte de la humanidad a la cual pertenece. Aun más: cuando relaciona el producto de esta reflexión con su bagaje educativo, no solo hace cultura, sino que se hace contemporáneo de todos los hombres. Con ello crece en quien lee y piensa una capacidad para apreciar cualquier creación intelectual, incluso desde perspectivas inéditas. Una cosa es leer los Himnos a la noche, de Novalis, sin ponerlos en sintonía reflexiva con alguna obra más, y otra es analizarlos contrastivamente, por ejemplo, con el óleo El triunfo de la muerte, de Peter Brueghel el Viejo.

Leer los Himnos de Novalis permite comprender el paso de la antítesis luz-oscuridad a esa magistral síntesis que el poeta alemán hace de la noche como hogar de la luz. Al observar largamente el cuadro del pintor flamenco, no hay modo de no sobrecogerse ante la inminencia del triunfo del ejército de la muerte: todo sucumbirá a sus pies, incluso los amantes de la esquina inferior derecha del óleo, que se deleitan

escuchando el laúd que el joven toca para su doncella, mientras que a espaldas de ambos la muerte se burla de ellos tocando un violín.

Sin embargo, cuando leemos la biografía de Novalis y sabemos que escribió los Himnos a partir de una carta de su amigo Friedrich Schlegel, en la que unos textos de Shakespeare lo llevaron hasta la tumba de su prometida Sophie von Kühn, fallecida a sus tempranos 15 años, y que allí radica el núcleo de los Himnos, uno comprende el significado de que en el seno de la más oscura noche, la muerte, esté la amada como promesa y garantía de luz: «ella [la noche] te envía hacia mí, tierna amada, dulce y amable Sol de la Noche». Pero no quiero ahondar más en Novalis porque será tema del próximo ensayo. Volvamos a Novalis y Brueghel.

Mirando el cuadro del pintor flamenco, y en particular a los amantes embelesados con el laúd y escoltados por la muerte, la amada de Novalis cobra, como promesa de luz en medio de la muerte, un sentido, por decir lo menos, explosivo. No hay modo de hacer ambas operaciones intelectuales sin verse a sí mismo en la esquina del óleo y evocar el Sol de la Noche de Novalis, sin terminar mirándose en el espejo del saber –que es el producto de leer y pensar– y repitiendo para sí la frase de San Agustín en las Confesiones: «Mihi quaestio factus sum» (me he convertido en una pregunta para mí mismo).

Esto es lo que ocurre cuando el lector termina apropiándose el texto leído, cuando lo sumerge de manera única e irrepetible en su vasto océano de mismidad, cuando lo transforma en saber personalísimo: dejamos de ser lo que éramos, y en un modo tan radical que nos convertimos en otro. Entonces es inevitable preguntarnos por lo que somos luego de la metamorfosis del saber. Esta es la paradoja de la lectura, ser tan nosotros mismos que llegamos a ser el Otro al dejarnos modular por la humanidad subyacente en las palabras. Y en ese punto pasamos a ser universales, nos hacemos contemporáneos de Novalis y Brueghel, sin importar que los siglos sean horas.

Fuente: https://www.viceversa-mag.com/la-metamorfosis-del-leer/

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Ciencia invisible

Por: Ramiro Velázquez Gómez

Lo que varios laboratorios del mundo persiguen con ansias hace años, el diseño de metamateriales que permitan ocultar objetos a la luz incidente, hacerlos invisibles, hace tiempo lo lograron nuestros científicos. Nadie los ve.

Eso, también, incide en la crisis nacional de la ciencia. Es que no es solo el recorte de recursos financieros.

Con contadas excepciones, salvo cinco o seis casos de reconocimiento nacional, y algunos otros en el plano regional, la obra de los demás permanece en el ostracismo.

El trabajo que realizan es valioso, pese a lo difícil que es hacer ciencia en el país donde fuera del desestímulo económico para investigar y formar a quienes puedan hacerlo, se hacen apuestas a la loca. Ahora la moda es innovación, desconociendo sobre qué debe basarse.

Pero la producción científica está quedando, en la mayoría de los casos, en revistas nacionales e internacionales y las citaciones que otros hagan.

Asombra que las universidades, donde se genera el mayor porcentaje del nuevo conocimiento, sean tan parcas con la divulgación de lo que hacen sus investigadores. Ninguna, veo, lo hace bien.

No le entregan a la sociedad, no le explican cada uno de los desarrollos condensados en los artículos que con lenguaje científico van a las revistas especializadas. Como que no se creen el cuento.

Esa invisibilidad le está pasando factura a la ciencia nacional, independiente de la miopía aberrante de los sucesivos gobernantes que desconocen a propósito que el desarrollo se logra cuando se apoya la ciencia. Ejemplos hay varios en el mundo, pero la ciencia no da votos ni de los artículos científicos se puede sacar tajada.

Aparte de divulgar con claridad lo que hacen, los científicos están llamados a actuar y opinar en los grandes temas nacionales, a hacerse notar por su aporte racional y fundamentado en hechos, a contar con academias que trasciendan las interesantes pero intrascendentes conferencias y reuniones intramuro.

Ojalá las universidades sacudan su ego necio para dar a conocer el trabajo de sus científicos, independiente del objeto, dejando de lado tanto autoelogio, y estén presentes en los debates locales y nacionales, y alimentando y alertando a jueces, legisladores y gobernantes sobre asuntos que desconocen y sobre los cuales, a pesar de eso, deciden.

Maullido: ¿con qué cara mirará al país el minambiente Luis Gilberto Murillo tras haber autorizado el fracking?.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/ciencia-invisible-XD7173246

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