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Epistemicidio: así es como la modernidad suprime formas marginales de conocimiento

Por: Andy Philipps Zeballos

«Se trata de la liquidación de algunas formas de apre(he)nder, crear y transmitir conocimientos-saberes comunitarios, ancestrales o los propios de ciertas culturas de naturaleza genuina especialmente tras el nacimiento y uso del método científico como el único validador por parte de las clases dominantes, convirtiéndose éste en una suerte de garante de la objetividad que nos protege de la subjetividad, de lo irracional.»

No es un concepto sencillo de definir. Para explicar en qué consiste y qué consecuencias tiene el ‘epistemicidio’ tal vez deberíamos empezar por intentar explicar qué significa ‘episteme’. Según la RAE, episteme tiene 3 acepciones:
  1. En la filosofía platónica, el saber construido metodológicamente en oposición a las opiniones individuales.
  2. El conocimiento exacto.
  3. El conjunto de conocimientos que condicionan las formas de entender e interpretar el mundo en determinadas épocas.

Sin querer ahondar más en una discusión muy teórica, se puede decir que episteme es, partiendo de la primera y tercera acepción, el conjunto de conocimientos construidos bajo un paradigma metodológico que condicionan las formas de entender e interpretar el mundo en un determinado espacio-tiempo. Además, este episteme se intenta distinguir de las creencias y opiniones.

Ahora tal vez, el concepto “epistemicidio” puede tornarse un poco más fácil de entender. Se trata de la liquidación de algunas formas de apre(he)nder, crear y transmitir conocimientos-saberes comunitarios, ancestrales o los propios de ciertas culturas de naturaleza genuina especialmente tras el nacimiento y uso del método científico como el único validador por parte de las clases dominantes, convirtiéndose éste en una suerte de garante de la objetividad que nos protege de la subjetividad, de lo irracional.

Para Boaventura de Sousa Santos, se trata de simplemente de la destrucción de saberes propios de los pueblos causada por el colonialismo europeo y norteamericano (europeos desplazados).

Esta liquidación puede materializarse de muchas formas: la más obvia quizá es la aniquilación física de seres humanos de cierta comunidad o cultura, luego está la asimilación cultural, la imposición-chantaje por la cual el estado ofrecerá ciertos servicios si éstas comunidades abandonan ciertas prácticas por otras (“si asiste a un colegio donde se hable la lengua oficial del Estado te daremos comida a cambio”). A esta práctica se la relaciona también con las políticas de “blanqueamiento” que se practicaron especialmente en los países sudamericanos. Otra, es el desplazamiento de esto pueblos y su consecuente “desarraigo”. Es por esto que algunos académicos como de Sousa Santos afirman que no es posible una justicia social global sin una justicia cognitiva global, y que el conocimiento científico de la modernidad es un gran epistemicidio al haber suprimido en la marginalidad a conocimientos distintos. Él mismo diferencia 5 modos de producción de deslegitimación racional en y desde las ciencias sociales:

  • La monocultura del saber y del rigor que descacredita los conocimientos alternativos
  • La monocultura del tiempo lineal y la idea de que la historia tiene un sentido de progreso, de desarrollo al que deben de aspirar los otros pueblos no europeos
  • La monocultura de la naturalización de las diferencias que ocultan las jerarquías
  • La monocultura de la escala dominante donde lo global es hegemónico y lo particular-local no cuenta, y
  • La monocultura del productivismo capitalista que se aplica tanto al trabajo como a la naturaleza y desecha toda otra lógica productiva.

Cabe recordar en este punto que no se debe confundir episteme, ni epistemicidio con epistemología, la cual se define comúnmente como la rama de la filosofía que estudia el método científico.

El epistemicidio andino

En una entrevista a la filósofa boliviana Silvia Rivera Cusicanqui se dice que para los estudiantes universitarios que vienen de zonas rurales donde la transmisión de cultura y conocimientos se da sobre todo verbalmente y a través de las madres y las abuelas. Una forma de aprendizaje y evaluación más eficaz para ellos se da cuando se realizan las dinámicas de clase y los exámenes oralmente, donde en lugar de escribir y leer en silencio, se escucha y se lee en voz alta. Los estudiantes tienen mejores resultados, en general, en los exámenes orales que escritos. Esto tiene que ver no sólo con la forma en que se ha transmitido conocimientos (historias, mitos, relatos, anécdotas, etc.) generación tras generación, sino con una cultura “de lo verbal” que puede materializarse en cantos y música. Un buen ejemplo puede observarse en la película “La Teta asustada” en donde la protagonista conoce la (terrible) historia de su madre a través de armoniosos y calmados cantos que entonaba ella en quechua.

Así que una vez llegados a este punto, resulta harto complicado no advertir que la manera occidental de crear conocimiento (la ciencia/el método científico), aunque dominante, es una más entre el mar de posibilidades y maneras que existen de conocer, de observar y transmitir conocimiento, conocimiento no-occidental. Junto con el genocidio acontecido de forma tanto directa (asesinatos y torturas sistemáticas), como indirecta (contagio de enfermedades infecciosas) tras la “conquista de América”, la evangelización forzosa o la prohibición de ritos/prácticas paganas (como hablar lenguas no romances), entre otros, en Indio-latino América se ha cometido -y se sigue cometiendo- por parte de los estados-nación heredados de la última etapa de reordenamiento de las élites del virreinato, uno de los mayores epistemicidios de todos los tiempos. Esto, por ejemplo, ha quedado bien ilustrado con el mestizaje o blanqueamiento, una política oficial en algunos países de América “Latina” basada en el olvido, haciendo que la idea de la memoria atente contra la paz mental del mestizo, el cual, no quiere ser indio nunca más. Estas heridas no están cerradas en la memoria de los pueblos indígenas e incluso un neoconservador como S. Huntington reconoce que “Occidente no ganó la guerra por la superioridad de sus ideas o valores o religión, sino por la superioridad en capacidad de aplicar mayor violencia organizada”.

De la reducida variedad de epistemes también es consecuencia cierta falta de respuestas tanto en una dimensión filosófica como técnica. Hoy, nadie puede negar el profundo y sorprendente conocimiento que los Mayas poseían de los astros y su medición (un ejemplo es su significante influencia en la modificación del calendario juliano al gregoriano) o el que tenían los Incas de arquitectura y agricultura. Asimismo, actualmente, en un tiempo donde se buscan formas alternativas de coexistencia entre los seres humanos y el planeta tierra, no son nada desdeñables algunas de las lecciones que pueblos indígenas han compartido, y todavía comparten, sobre las distintas formas de convivencia sostenible con nuestro entorno haciéndonos ver y saber al resto del mundo que la vida humana es compatible (e incluso armonizable) con la “pacha mama”.

Y es que precisamente el éxito del sistema mundo moderno/colonial, como sostiene Ramón Grosfoguel en su obra “La descolonización de la economía política y los estudios poscoloniales”, consiste en “hacer que sujetos socialmente ubicados en el lado oprimido de la diferencia colonial, piensen sistemáticamente como los que se encuentran en las posiciones dominantes”. Ya que las perspectivas epistémicas subalternas son un conocimiento que al venir desde abajo, producen una perspectiva crítica del conocimiento hegemónico en las relaciones de poder involucradas.”

Ojalá no sea demasiado tarde

No somos los primeros que se lamentan de este trágico suceso, la pérdida de la riqueza intelectual, cultural y epistémica. En la literatura esta idea de desaparición de la alteridad, la imposición del pensamiento único y la hegemonía cultural de occidente en los 5 continentes acongojaba al propio Levi-Strauss, quien escribía durante su viaje a las selvas occidentales del Brasil: “cuanto menores eran las posibilidades de las culturas humanas para comunicarse entre sí y, por lo tanto, corromperse por mutuo contacto, menos capaces eran sus respectivos emisarios de percibir la riqueza y la significación de esta diversidad.” (Tristes Trópicos, 1955).

Aunque tal vez, donde mejor quede capturada esta sensación de vacío y desidia es en la siguiente escena de “Cien Años de Soledad”, cuando uno de los hijos ilegítimos del Coronel Buendía pregunta a su bisabuela Úrsula si la historia que cuentan los mayores sobre los ‘exóticos’ objetos que traían los gitanos (especialmente Melquíades) a Macondo era verdad o no:

Asombrado, le preguntó a Úrsula si todo aquello era verdad, y ella le contestó que sí, que mucho antes los gitanos llevaban a Macondo las lámparas maravillosas y las esteras voladoras.

-Lo que pasa -suspiró- es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas.

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Epistemicidio_asi_es_como_la_modernidad_suprime_formas_marginales_de_conocimiento#.WNw7pC-Fhfs.facebook

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Explicar el mundo a partir de los propios conocimientos

Por: Laurentino Lucas Campo

«Se ha caracterizado al conocimiento científico como implícitamente benéfico, incluso se extendió el argumento de su neutralidad. Este supuesto reproduce de manera continua en el discurso de la difusión de la ciencia como un tipo de conocimiento dominante. El conocimiento no se desvincula de valores, posturas y condiciones sociales, económicas o políticas. El conocimiento científico ha contribuido, en alguna medida, a reproducir una visión del mundo que enfatiza sus bondades en detrimento, hasta la negación y el exterminio, de otros conocimientos.»

Las primigenias sociedades, para realizar su vida, por muy básica que fuera, se valieron del conocimiento para identificar su mundo circundante. Desde la básica necesidad de consumir alimentos, los seres humanos necesitaron saber qué semillas, hierbas o animales podían ser consumidos y cuáles no. Para atender la necesidad de un techo, las sociedades aprendieron a construir sus viviendas utilizando los materiales ofrecidos por la naturaleza. El paso de sociedades nómadas a sedentarias permitió la invención de la agricultura para obtener diferentes tipos de alimentos, lo cual a su vez llevó a identificar el periodo del año cuando se debían realizar la siembra, el cuidado y la cosecha. Asentarse en un cierto territorio permitió conocer el efecto de los fenómenos de la naturaleza. Todo lo anterior permite identificar que prácticamente todas las sociedades, en los distintos contextos a lo largo del planeta, necesitaron conocer su alrededor, la flora y fauna existente, así como la manifestaciones climatológicas de la naturaleza.

Estos conocimientos se desarrollaron durante, no años ni centurias, sino milenios. Desde que apareció en la faz de la Tierra, el humano conformó agrupaciones, sociedades cada vez más amplias y complejas. Como resultado, el conocimiento también se fue perfeccionando.

El ser humano ha sido capaz de transformar el mundo de acuerdo a sus intereses y necesidades; mediante el uso del cerebro los seres humanos hemos tenido la posibilidad de ir modificándolo y conformándolo.

Dando un salto amplio en el tiempo, en los inicios de la modernidad, la figura del ser humano se tornó central para una nueva concepción del mundo; debía echar mano del conocimiento para procurar su bienestar y progreso. Del conocimiento organizado y sistematizado derivaría la ciencia, la cual permitiría a las sociedades europeas, y luego a otras sociedades, desarrollar un modo de vida fundamentado en la organización del conocimiento, de cuya comprensión y dominio derivaría el aprovechamiento de los recursos del mundo. El conocimiento científico adquirió una legitimidad casi incuestionable, y se supuso que tendría como resultado la atención de la vida, que se realizaría plenamente siempre y cuando el conocimiento científico se pusiera en práctica.

De manera gradual en los últimos trescientos años se ha ido sedimentado la idea de que el conocimiento científico es la mejor manera de explicar los distintos aspectos del mundo y de generar soluciones a las problemáticas existentes. Si se ubica este argumento dentro del amplio desarrollo de la civilización humana, nos encontramos con que, ya antes de los científicos, ha existido otro tipo de conocimientos con más de trescientos años de existencia.

Las sociedades que conforman a la civilización humana se han desenvuelto a lo largo de centurias y de milenios, permitiéndole un acervo de conocimientos que, además del científico (relativamente reciente) han dado a los hombres elementos cognitivos para comprender y explicar, así como atender y solucionar los desafíos de la existencia. Sin embargo, mediante un fundamento ideológico se ha establecido que el científico está por encima de los otros conocimientos existentes, si bien permiten comprender y atender problemáticas distintas. En este punto es imperativo reconocer que ningún tipo de conocimiento, incluyendo el científico, puede atender y solventar todas los desafíos. Es necesario reconocer la existencia de diferentes modalidades de conocimientos para tener clara su incompletud y su necesaria complementariedad.

Se ha caracterizado al conocimiento científico como implícitamente benéfico, incluso se extendió el argumento de su neutralidad. Este supuesto reproduce de manera continua en el discurso de la difusión de la ciencia como un tipo de conocimiento dominante. El conocimiento no se desvincula de valores, posturas y condiciones sociales, económicas o políticas. El conocimiento científico ha contribuido, en alguna medida, a reproducir una visión del mundo que enfatiza sus bondades en detrimento, hasta la negación y el exterminio, de otros conocimientos. Y como los conocimientos no están separados de las sociedades que los construyen, práctican y reproducen, hay sociedades en cuya experiencia histórica particular han modificado y adaptado sus conocimientos.

Quiero destacar el dominio de una porción del mundo sobre otras sociedades, subordinando los cuerpos y también las subjetividades y los conocimientos que conforman su bagaje cultural. Ésa ha sido la experiencia histórica de los pueblos originarios. Sus sociedades han sido soterradas, y sus conocimientos tratados y señalados con la marca del estigma.

A pesar de estas condiciones adversas, las sociedades originarias han navegado por las rutas del tiempo enfrentando obstáculos y soportando vendavales, sobreviviendo a la adversidad. De ese modo, también sus conocimientos han podido ser resguardados, con cambios y modificaciones, permitiéndoles ser sociedades con características particulares que logran hacerse presentes en el momento contemporáneo en adaptación contínua.

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Epistemicidio_asi_es_como_la_modernidad_suprime_formas_marginales_de_conocimiento#.WNw7pC-Fhfs.facebook

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Los destinos de la educación superior

Por: Sebastián Vallejos

La política de educación superior de los últimos diez años no ha venido sin sus altibajos. Los niveles de inversión son evidentes. Es la primera vez que ha existido una política al respecto, criticable, mejorable, pero una política al fin. Tanto así que dentro del debate electoral, si a esto se le puede llamar debate, los destinos de la educación superior son temas que te pueden dar votos.

El modelo que se propuso desde PAIS no ha logrado salir del patrón neocolonial de la academia y la generación del conocimiento. Es un modelo que no cuestiona las bases de un campo guiado por corporaciones, enfocado en la generación de utilidades, a través de alineamiento ideológico a la matriz occidental, liberal y de mercado. Es algo que mejor se ve reflejado en Yachay. El sistema de entrega de becas ha tenido su propio problema de raíz: si bien se puede pretender la democratización del acceso a la educación superior, tanto de manera internacional y nacional, hay un prerrequisito determinado por las condiciones estructurales que no se han podido cambiar.

Es decir, para acceder a la educación superior, es necesario democratizar, primero, la manera en que se llega al momento de acceder a la educación superior, y quiénes llegan a ese momento. Un estudiante graduado de colegio privado, de calidad, y bilingüe, tiene una ventaja estructural sobre alguien que viene del sistema público, deficiente todavía en muchos aspectos.

A pesar de esto, la política de educación superior sí ha significado mayor acceso para quienes antes no lo tenían, pero se debería buscar ampliar esa base. Eso no significa que no se debió iniciar el proceso, pero es importante repensar la manera en que este proceso se ha dado. Se debe dar una mirada crítica a lo que se propuso, a los resultados y a lo que se busca llegar. Lo cual a veces parece, como en muchos otros campos, pedir mucho a una administración que no se ha mostrado abierta a ese tipo de críticas, menos a aquellas que vienen desde afuera.

Pero la mayor y más radical de las críticas parece venir desde Guillermo Lasso. Lasso ha propuesto, sin matices, cerrar la Senescyt. Su propuesta busca reducir el tamaño del Estado, darle ‘libertad’ a las universidades y, con el ahorro, ampliar el número de becas. Dejando de lado los dejos demagógicos, que esto es, al final del día, una campaña electoral, la desregulación del sistema universitario es, en parte, dotarlo de ‘libertad’, pero en el sentido comercial, agravando el problema de acceso y oferta, que fue una de las razones que llevó a la creación de tantas universidades mediocres, emitiendo títulos sin valor y estafando a aquellas personas que no pudieron participar en el sistema privado de élite.

También está lo de la oferta de becas. Una propuesta que no corrige el actual problema de acceso. Ampliar el sistema de becas debe ser un objetivo de Estado, y es uno loable. Pero ampliarlo sin repensar el modelo, sin cuestionarse los problemas sobre desigualdad al momento de acceder a estas becas, es perpetuar y empeorar un problema.

Si las becas y, en general la educación superior, siguen encontrando su nicho únicamente en una clase que ya podía acceder a la educación superior, y que ahora tiene una abanico más amplio de opciones, entonces la propuesta de Lasso no es una que está enfocándose en democratizar la oferta de becas, únicamente en ampliarla. Un problema epistemológico dentro de la visión del plan de Lasso, en general. Algo que Lenín Moreno debería criticar, especialmente porque esto significaría una necesaria autocrítica.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224490

 

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Educar es enseñar a pensar

Por: Vicente Berenguer

¿Qué significa educar? ¿Cuál es la función de los docentes dentro de la educación? Las respuestas a estas preguntas podrían en principio parecer obvias aunque si se reflexiona sobre cómo es el funcionamiento del actual sistema educativo la obviedad no es tanta.

Si atendemos a las bases de los modelos educativos de los distintos países, que salvo excepciones son prácticamente los mismos, vemos que estos están basados en unas series de premisas. Por ejemplo, advertimos que una de ellas es que la educación debe fundamentarse en la respuesta. Esto quiere decir que se transmiten una serie de conocimientos que el alumno debe incorporar. La persona, de este modo, irá adquiriendo una cultura y en definitiva unos contenidos que le serán supuestamente útiles a lo largo de la vida.

Conocer la tabla periódica de los elementos, el volcán más alto de Nicaragua o los ríos más importantes de China es algo muy recomendable y son materias que deben ser enseñadas por los sistemas educativos. El problema surge cuando el sistema basa por completo la educación de los ciudadanos en las respuestas y en la absoluta memorización de contenidos y no en la reflexión.

Tenemos una educación basada en la respuesta y no en la pregunta, y la respuesta es, como decimos, el principal pilar o premisa de nuestros modelos educativos. Se nos enseñan contenidos, los memorizamos para posteriormente olvidar muchos de ellos y sin embargo no se nos instruye desde la pregunta. Y es que la pregunta, al contrario de la respuesta, moviliza al pensamiento y lo expande, no lo constriñe, posibilitando así que el alumno reflexione y explore posibilidades. Con la respuesta todo viene dado, en cambio, mediante la pregunta, se activa nuestro pensar: no el pensar de los demás sino el mío propio.

Tenemos ya pistas de por qué la educación no se basa en el “arte” de la pregunta sino en las respuestas, pistas que nos conducen a la conclusión de que el sistema no busca ciudadanos reflexivos con pensamiento autónomo sino todo lo contrario: busca personas sin capacidad para la crítica ni el cuestionamiento. Porque pensar es también cuestionar: pensar es no aceptar intelectualmente cualquier idea por el hecho de formar parte de la tradición, la cultura, la política o la religión de una zona. Pensar es reflexionar sobre cualquier cuestión de forma autónoma, es poder realizar un análisis personal manteniendo la autonomía, y la autonomía y la libertad es algo que no gusta a los poderes fácticos, tanto es así que, como decimos, el que debería ser el pilar educativo -la pregunta- no lo es y en cambio aquello que son aspectos secundarios -como la memorización- pasan al primer plano.

No se nos enseña a hacer preguntas, no se nos instruye en el hacernos preguntas para nosotros mismos porque lo que se busca son justamente ciudadanos que no piensen, personas que no expandan sus mentes; justo al revés: se pretende construir seres simples mentalmente y sin capacidad de crítica. La misión de estos futuros adultos dentro de la sociedad no será pues el cuestionarse todo: el sistema económico, el tipo de organización social, la legislación, el reparto de la riqueza…no será esta nuestra función sino otra distinta, el aceptar todo aquello que se nos diga ya que los futuros adultos no podrán vislumbrar alternativas a lo fáctico debido a que no se les ha enseñado ya de jóvenes a preguntarse y a pensar sino a dejar de hacerlo. De esta forma el sistema logra “fabricar” una sociedad que no se cuestiona nada, consigue construir ciudadanos sumisos ya que desde pequeños se nos aparta del arte de la pregunta y por tanto del pensamiento.

Tenemos pues que desde el sistema no se busca fomentar el pensamiento sino lo contrario, que se deje de pensar; y partiendo de estas premisas, de las premisas de una educación no basada en el pensamiento sino en la mera memorización de contenidos el resultado no puede ser otro que unos ciudadanos sin capacidad de crítica y análisis, ciudadanos que no cuestionarán nada sino que sencillamente aceptarán lo que se les diga y también cualquier sistema social injusto.

Pero hemos convenido que educar -o mejor dicho la verdadera educación- no es simplemente el obligar a memorizar, es mucho más: es formar a individuos, en efecto, con capacidad crítica y reflexiva, personas que se hagan preguntas, que se cuestionen, ciudadanos creativos que puedan aportar soluciones y conclusiones propias…seres con autonomía que puedan realizar un examen de cualquier situación y también un autoexamen; en definitiva, seres capacitados y libres. Porque pensar, algo que cada vez es menos frecuente, nos hace libres: libres en cuanto a poder elaborar un pensamiento crítico y propio y libres en cuanto a poder desarrollar nuestras capacidades evitando convertirnos así en puros autómatas.

Será por tanto la responsabilidad y tarea del docente formar al alumno no en la memorización -que también será necesario pero nunca el fundamento- sino en la reflexión y en la creatividad, porque estas nos hacen libres. Deberá el maestro, sí, ser un amigo que colabore y busque la expansión de las mentes de sus alumnos y no su constreñimiento, ser un guía que fomente la creatividad y el cuestionamiento; en pocas palabras: alguien que enseñe a pensar y por tanto a ser libre.

Fuente: http://www.cubaperiodistas.cu/index.php/2017/03/educar-en-ensenar-a-pensar/

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Construir vías es más importante que construir conocimiento

15 de marzo de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com

Por. Francisco Manrique

La Ciencia, la Tecnología y la Innovación – (CTeI) – son tres  palabras que están detrás de los grandes cambios que estamos experimentando en este siglo. Difícilmente se puede encontrar algo a nuestro alrededor que no nos recuerden su impacto en nuestras vidas. Y detrás de ellas, hay una inmensa apuesta por el uso del talento humano como el verdadero motor del desarrollo.

El comentario anterior se vuelve cada vez más relevante a la luz de los acontecimientos políticos y económicos de los últimos años.

El debate sobre la Globalización, ver La Globalización y La Globalización – II Parte, se explica por el impacto que han tenido las nuevas tecnologías, e innovadores modelos de negocio, en el desplazamiento o desaparición de miles de puestos de trabajo. Mucha gente se siente perdida en medio de tantos cambios que no comprenden, y esto está generando un verdadero tsunami político.

Pero hay otro tema: la caída de los precios del petróleo que ha tenido un impacto económico profundo. Entre otros factores, ha sido el efecto del desarrollo de nuevas tecnologías, que le han permitido a los Estados Unidos volver a ser autosuficiente en la producción de este producto.

También, las nuevas tecnologías están permitiendo pensar en fuentes alternas de energía, que van a tener un inmenso impacto en las industrias extractivas, como la del carbón y y el mismo petróleo. Su impacto afectará al sector automotriz, que ha dependido por tantos años de este producto.

Por una falta inaudita de previsión, en Colombia nos volvimos muy dependientes de estos productos. Para países como el nuestro, la tendencia de la caída del precio de dos de sus principales productos de exportación, ha sido muy grave. Durante los años de altos precios, no nos preparamos para tener empresas innovadoras que usaran el talento humano para generar productos y servicios de alto  valor agregado. Y cuando los precios cayeron, nos cogieron con los pantalones abajo.

Cuando el Presidente Santos fue elegido en el 2010, en su primer Plan de Desarrollo, propuso  cinco locomotoras para mover la economía colombiana hacia adelante. Por primera vez en la historia de nuestro país, apareció la Innovación como una de ellas. Y para apuntalar esta apuesta, se le hizo una reforma a la distribución de las regalías, que provenían principalmente de la explotación de recursos naturales como el petróleo y el carbón. Por muchos años, estos recursos  se habían  malversando escandalosamente.

En ese momento, parecería que los políticos colombianos, finalmente estaban entendiendo las tendencias mundiales. Al incorporar la Innovación, habían decidió comenzar a cerrar la inmensa brecha que Colombia tenía en materia de CTeI, en relación a otras economías del mundo. Finalmente, se estaba dando una señal correcta, cuando estábamos viviendo el mejor momento del ciclo de precios de los commodities a nivel internacional. Hasta ahí todo pintaba muy bien.

Pero como dice el dicho popular, el diablo estaba en los detalles, y el camino al infierno está sembrado de buenas intensiones. Con la teoría  de que la modificación de las regalías debería favorecer a todas las regiones, y que era necesario lograr su aprobación en el Congreso, se dispuso que el 10% de estos recursos destinados para CTeI, deberían ser decididos por los gobernadores. Y la proporción de su distribución, no se decidió en función de las capacidades regionales en estos temas, sino en otras consideraciones más políticas que técnicas.

Los riesgos de esta decisión se le advirtieron al Dr. Juan Carlos Echeverry, ministro de Hacienda de esa época. En una reunión que tuve en su oficina a finales del 2011, cuando se estaba tramitando la Ley de Regalías, le llevamos un análisis de los riesgos realizado por la Universidad del Rosario. Su respuesta fue desconcertante: “era la única para poder aprobar políticamente en el Congreso la iniciativa”, a pesar del peligro de perder nuevamente esos dineros.

Más adelante, el tema se complicó mucho más, por los mecanismos que se diseñaron para su implementación. De hecho, solo hasta el 2013, con muchas dificultades se comenzaron a aprobar los primeros proyectos de regalías bajo el nuevo modelo para CTeI.

Los temores se han venido materializando en el tiempo. Ya han pasado cinco años desde que entró en vigencia la nueva Ley de Regalías aplicada a CTeI, y los escándalos no se hicieron esperar. En los Departamentos menos preparados, y que han recibido los mayores recursos, los gobernadores los han utilizado para pagar favores políticos y otros menesteres distintos.

Como lo muestra al artículo de Semana y Semana II sobre el tema, durante cuatro años se han utilizado 2.3 billones de pesos en 277 proyectos  de diferente tipo pero con impacto bajo. El problema es que hay 1.5 billones sin utilizar y vienen en camino por otros 1.1 billones para este año.

Cuando la situación fiscal es apremiante, estos recursos son un bocado de cardenal, para un gobierno que perdió su entusiasmo inicial sobre la Innovación si es que alguna vez lo tuvo. De hecho, esta desapareció en su segundo Plan de Desarrollo, porque nunca se entendió que CTeI debería haber sido una apuesta transversal, y de largo plazo, para el desarrollo del país. Se requería un cuidado especial y hacerle ajustes, para mantenerla vigente en el tiempo

La baja ejecución en los proyectos de CTeI , es el resultado del diseño de un sistema que nació desde un principio con el pecado original. Los casos de corrupción mas conocidos se evidenciaron en el departamento de Córdoba, la tierra de los “ñoños”, que representan lo peor de los políticos corruptos de nuestro país. Se tomó la decisión de darles el control político de los valiosos recursos de las regalías a estos personajes, con la teoría de “la mermelada” acuñada por el ex ministro de Hacienda de la época, para justificar la dispersión de las regalías por toda la geografía nacional.

Las experiencias de Chile, donde se malversaron dineros de las regalías del cobre, no se capitalizaron en Colombia. Tampoco se reconocieron los peligros de beneficiar a todos los regiones con este tipo de recursos, sin contar con las capacidades y el talento humano necesarios. Nunca se pensó en generar un proceso escalonado para subsanar estas brechas, y se dejaron las puertas abiertas, para que el monstruo de la corrupción afectara esta iniciativa.

Como Santos nunca tuvo su corazón en la política de CTeI, esta de hecho sigue en el aire. Y los retrasos en la ejecución de los proyectos en este campo,  le han servido de pretexto para proponer que, 1.3 billones, de estos fondos de regalías, se utilicen para la construcción de carreteras terciarias. La razón que dan: el país no puede mantener ociosos unos recursos que se necesitan para la infraestructura física, que  responde a los compromisos con las FARC, de mejorar la conexión de las regiones más olvidadas.

Pero al no reconocer el gobierno su responsabilidad en el tema de la baja ejecución de los proyectos de CTeI, ha decidido tomar el camino fácil y olvidarse de la infraestructura mental del país, que es donde se debería estar haciendo la verdadera apuesta para su desarrollo en el largo plazo. Es más rentable políticamente construir vías que construir conocimiento, como lo menciona el artículo de la revista Semana.

El camino escogido por Santos, es más fácil que el de aprender de los errores cometidos para corregirlos, y así sentar las verdaderas bases para una apuesta de CTeI, mucho más sostenible en el tiempo,  y alineada con las mega tendencias internacionales.

Definitivamente nuestros dirigentes políticos no han entendido para donde va el mundo. La caída de los precios del petróleo, que se inició a finales del 2014, no les enseño ninguna lección sobre la fragilidad de una economía que no produce bienes y servicios con alto valor agregado. Y resulta que esto solo sucede, si el país le apuesta a formar el talento humano necesario para jugar en la Economía del Conocimiento, que gira alrededor de las tres más grandes fuerzas de cambio en el siglo XXI: CTeI.

El inmenso riesgo de esta estupidez, es que nos deje el tren de la Historia, como nos lo advirtieron en la Universidad de Harvard en abril del 2010, cuando nació la idea de fundar CONNECT Bogotá Región. Esta institución hoy agrupa a 27 universidades, 37 empresas y otras organizaciones, que buscamos promover una cultura que valore el desarrollo sostenible de nuestra región y del país basado en CTeI.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/francisco-manrique-construir-vias-es-mas-importante-que-construir-conocimiento/

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Portugal: «Passo novo na afirmação da relevância e criação de valor económico»

Portugal / 01 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt/

O Ministro da Ciência, Tecnologia e Ensino Superior, Manuel Heitor, afirmou que os Laboratórios Colaborativos são um «passo novo na afirmação da relevância e criação de valor económico», durante a apresentação do Programa Interface, em Lisboa, que também teve uma intervenção do Primeiro-Ministro António Costa.

O objetivo destes laboratórios será «criar emprego qualificado e emprego científico em estreita colaboração entre as instituições universitárias, académicas e científicas e os empregadores».

Manuel Heitor referiu a necessidade de criar mais redes em colaboração entre as instituições científicas e empresas, para além de desenvolver e reforçar os centros tecnológicos. Para isso, serão criados «arranjos colaborativos que complementem o papel das unidades de investigação para densificar o território em termos de atividades baseadas no conhecimento».

«A valorização social e económica do conhecimento tem como último objetivo a criação de emprego», disse, acrescentando que nesse sentido o País tem de ter mecanismos próprios de difusão de conhecimento.

O Ministro afirmou a confiança nos cientistas e empresas de Portugal «para criar emprego e garantir a modernização face ao contexto europeu», enumerando os benefícios que poderão ser conseguidos na valorização de produtos naturais, na área biomédicas, na computação científica avançada e computação quântica, bem como no desenvolvimento de ações para as novas indústrias do espaço e indústrias de satélite.

«A ideia de sermos ambiciosos é o que desejamos. Desenvolver laboratórios colaborativos com instituições de interface que colaborem mais com a ciência, cientistas e trabalhadores, e que possamos dar às futuras gerações mais e melhor emprego em Portugal», concluiu.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/mctes/noticias/20170223-mctes-interface.aspx

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Colombia: Con presupuesto de ciencia y tecnología no se resuelve problema de vías terciarias

Colombia/27 de Febrero de 2017/Contagioradio

La comunidad académica y el Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia, rechazaron el anuncio del presidente Juan Manuel Santos, quien durante la Cumbre de Gobernadores en Calí, propuso descongelar recursos de las regalías de ciencia y tecnología, por cerca de billón y medio de pesos para destinarlas a la construcción de vías terciarias.

Amparados en los artículos 360 y 361 de la Constitución Política, manifestaron que el 10% del Sistema Nacional de Regalías ha sido otorgado para incrementar la capacidad científica, tecnológica y de innovación en las regiones, por lo cual no debería disponerse para otros fines, que podrían ser financiados desde otras carteras, para no afectar los “proyectos para producción, uso, integración y apropiación del conocimiento” para distintos ámbitos de las comunidades, en lo económico, educativo, político, social y cultural.

Catalina Ramírez, secretaria del Consejo Académico, señaló que no es apropiado ni deseable tratar de solucionar los problemas de infraestructura vial del país “con los recursos destinados a resolver necesidades apremiantes en el contexto de paz, equidad y educación”.

¿REALMENTE SE RESOLVERÍA EL PROBLEMA?

Algunos expertos como Moisés Wasserman, quien fue rector de la Universidad Nacional, reveló que el presupuesto “equivaldría al triple del presupuesto actual de Colciencias” y ello sería invertido en 2.500 km de vías tercias, es decir, unos 50 km por municipio priorizado. También resaltan que el Gobierno Nacional a la hora de implementar los acuerdos de La Habana, se ha mostrado negligente, y nuevamente en su obligación de diseñar y ejecutar un Plan Nacional de Vías Terciarias, que no debería obstaculizar ni estar en contravía del Plan Nacional de Educación Rural, promueve propuestas que “tanto en su fondo como en su forma, son una vergüenza para el Gobierno”, puntualizó Wasserman.

En los Acuerdos de La Habana, el punto 1 sobre la Reforma Rural Integral, incluye el numeral 1.3.2.2, el cual habla del Plan Especial de Educación Rural, el cual el Gobierno Nacional se comprometió a desarrollar, otorgando entre tanto, 1.6 billones de pesos durante cinco meses, así lo anunció el Viceministro de Educación Víctor Saavedra, en octubre del año pasado.

Po otra parte, de acuerdo con el CONPES 3857 de 2016, existen en el país 142.284 kilómetros de redes viales terciarias en áreas rurales, en contraste, el “ajuste que propone el gobierno” y que quitaría un monto importante al presupuesto para la investigación en Colombia, sólo subsanaría el 1,75% del total de km que se requieren para la red vial terciaria, porcentaje que algunos advierten “en nada resuelve la precaria situación de este tipo de infraestructura, fundamental para el desarrollo de la Reforma Rural Integral”, para comunicar áreas rurales productoras de alimentos, materias primas, manufacturas y que ayudaría a la implementación de los planes de sustitución de cultivos y fomentaría las economías campesinas.

En esa misma línea, Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, aseguró que se trata de una “medida improvisada del Gobierno” que afectará gravemente el desarrollo investigativo del país, resaltó además que “antes de llevar a cabo esta reasignación de presupuestos”, el Gobierno debe realizar un inventario de vías terciarias y del estado de las mismas, puesto que hasta el momento lo dispuesto en la ley 1228 de 2008, sobre la materia, no es una realidad.

Por último, académicos y analistas, instaron al presidente Juan Manuel Santos, a reconsiderar su anunció y a que contemple la importancia del fortalecimiento y promoción de la investigación para el sector agropecuario además de la ampliación de la oferta en educación superior en modalidades técnicas, tecnológicas y universitarias, para habitantes de las zonas rurales del país, y de cumplimiento y efectividad a lo que se pactó en La Habana.

Fuente: http://www.contagioradio.com/con-presupuesto-de-ciencia-y-tecnologia-no-se-resuelve-problema-de-vias-terciarias-articulo-36815/

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