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¿Por qué la pandemia está incontrolable en Panamá?

Por: Olmedo Beluche

El promedio diario de casos detectados por día ha escalado a más de 600, con un porcentaje de positividad del 30% y más de 400 fallecidos. Cuando se pensaba que la pandemia de la COVID-19 había llegado a su pico más alto, desde que se inició junio se ha dado una nueva escalada mayor que la anterior, coincidiendo con la reapertura del bloque 1 de la economía, sin que se avizore el final de esta fase.

 Con justo derecho la gente se pregunta y especula qué está pasando. ¿Por qué otros países de la región están mucho mejor que nosotros?  ¿De qué ha valido ser la “Dubái de Centroamérica”, si países como Costa Rica nos están dando cátedra?

 La razón de que la COVID-19 no cede en Panamá es estructural, tiene que ver con el tipo de país que se ha construido, con lo que se ha hecho y dejado de hacer en las últimas décadas y los responsables son los gobiernos de todos los partidos que han compartido el poder. Las razones son:

  1. El debilitamiento sistemático que data de hace 40 años del sistema de salud público con criterios neoliberales de privatizaciones, externalizaciones, recortes presupuestarios, liquidación de lo que fue la consigna en los años 70: “salud igual para todos”.
  2. La desviación de recursos hacia megaproyectos cuestionables e ineficientes pero aptos para la corrupción, como la “Ciudad Hospitalaria” (que se va a comer B/.9 mil millones), mientras se descuidaba lo existente.
  3. Más recientemente el recorte de 2019 hecho por Laurentino Cortizo y su ministro estrella, Héctor Alexander, de B/ 300 millones a la Caja de Seguro Social y más de B/. 100 millones al MINSA.
  4. El crecimiento económico, pero con una de las peores desigualdades sociales del mundo, donde el 10% de las familias con más ingresos ganan 40 veces lo que gana el 10% de familias más pobres.
  5. Donde la pobreza afecta a 1 de cada 4 familias, mientras el 10% de los habitantes pasa hambre literalmente.
  6. Familias con ingresos promedio que no cubren la Canasta Básica General y apenas aruñan una magra Canasta Básica de Alimentos.
  7. Porque los servicios públicos han sido deteriorados por falta de inversión, como el agua potable que está faltando cuando más se necesita en los barrios donde la COVID- se está expandiendo.
  8. El sistema ineficiente de transporte público manejado por mafias que operan al margen de la legalidad, pero en completa impunidad.
  9. También existen patrones culturales negativos, como la famosa filosofía del “juega vivo” y el “qué hay pa mí” instigadas por la política clientelista de los partidos políticos corruptos para manipular a los sectores populares.
  10. Todo lo cual ha sido empeorado por unos decretos que permitieron suspender más de 270 mil contratos de trabajo; por un  Plan Panamá “Solidario” tacaño con el pueblo y dadivoso con los banqueros, con un bono que equivale a menos de un tercio de la canasta alimenticia (uno de los más bajos de la región); por la negación de una ley de moratoria de deudas e hipotecas; donde continúan los lanzamientos  de sus casas a gente que no puede pagar por quedar desempleada, pese a la palabra hueca del presidente de la república.

 Como dijo recientemente el Dr. Jorge Luis Prosperi (La Prensa, 30/5/20): ‘Este virus habita donde hay carencias’.

El autor escribe para OVE

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Aprendizaje Basado en Problemas: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento (XI)

Por: Educación 3.0

Con la metodología ABP se desarrollan habilidades como la autonomía, el uso de tecnologías, la capacidad de cooperar o la capacidad de resolver problemas mediante el conocimiento. Así lo explica María Teresa García Ferrón, graduada en Historia y estudiante del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, en este artículo.

El Aprendizaje Basado en Problemas es una metodología de enseñanza que pretende activar el aprendizaje investigando y discutiendo un problema real. Su origen remonta a las facultades de medicina canadienses donde han evidenciado su éxito en la formación de personal sanitario a través de casos reales (Dolmans, 2016).

La secuencia típica de trabajo en aprendizaje basado en problemas es la siguiente:

1.  Se plantea un problema real (o realista) a los estudiantes. El problema ha de tener un planteamiento claro y, a la vez, no tener una única solución.

2.  Hay un tiempo de investigación auto-gestionado por los estudiantes pero guiado por el docente (en mayor o menor medida en función de la edad).

3.  Los datos y las propuestas para resolver el problema se analizan en equipo y el profesor señala los caminos más acertados para que los estudiantes resuelvan el problema y alcancen los objetivos que se esperan de la actividad.

¿Qué aprenden?

El objetivo del aprendizaje basado en problemas es el acercamiento de los estudiantes a ciertas ideas claves y situaciones problemáticas presentes en el currículo, pero esta metodología nos permite ir más allá de una visión restrictiva de los contenidos. En primer lugar, los estudiantes aprenden a entender el mundo desde la complejidad. En este sentido, el aprendizaje basado en problemas favorece una visión integrada del currículo: Onyon Clare (2012) demuestra que si un problema se afronta a través de una única asignatura se tienen en cuenta menos factores que contextualizado en un ámbito de disciplinas.

Además, a lo largo de una secuencia de aprendizaje basado en problemas se desarrollan habilidades como la autonomía, el uso de tecnologías, la capacidad de cooperar o, por supuesto, la capacidad de resolver problemas mediante el conocimiento, entre otras.

En concreto, tres ideas destacan entre los beneficios del aprendizaje basado en problemas:

  • La autogestión del aprendizaje motiva al alumno a generar sus propios objetivos.
  • En el siglo XXI los ciudadanos competentes deben saber comunicar e incluso liderar y el aprendizaje basado en problemas trabaja ambas destrezas.
  • La capacidad crítica es fundamental para tener a personas socialmente comprometidas y capaces de resolver problemas en su realidad.

El ABP genera también un aprendizaje profundo. Las investigaciones de Dolmans (2016) aseguran que la enseñanza tradicional y el ABP tienen el mismo efecto sobre el aprendizaje superficial o memorístico del alumnado, pero el éxito no radica en que el alumno memorice, sino en que entienda el significado de lo que investiga, analiza y afirma. El conocimiento que el propio estudiante genera choca y se cuestiona con el de sus compañeros y, en esa discusión, el propio sujeto reconstruye sus ideas previas. De esta manera, el ABP permite un aprendizaje profundo, significativo y personalizado.

Claves para su uso

¿Cómo hacer el problema interesante desde su planteamiento? La motivación inicial es una de las claves para que el alumno construya de manera activa y autónoma. Para ello, el problema debe plantearse en relación con su realidad y tiene que ser un reto asequible de tal manera que no aburramos al alumno por su dificultad. También tiene que ser una pregunta abierta que no implique una única respuesta, es decir, el alumno se motiva porque puede sorprender al profesor con su propio trabajo.

¿Hay algún aspecto que debamos evitar? La carga de trabajo debe estar bien medida; es fácil que un problema complejo y de solución abierta se ramifique generando muchos otros pequeños problemas pero un exceso de complejidad o de carga de trabajo durante el tiempo asignado puede ser disuasoria y reducir la motivación del alumnado, especialmente si se compagina el ABP con otras metodologías y temáticas en otras materias del currículo.

¿Cómo podemos hacer para que nuestros alumnos aprendan lo que queremos del currículo? El profesor debe tener claro los objetivos y hacérselos explícitos al alumno, porque le ayuda a resolver problemas. En este sentido, la presentación de guías de trabajo, mapas visuales, rúbricas o listas de cotejo puede ayudar al alumnado a no perderse en la resolución del problema.

¿Cómo promovemos que nuestro alumnado trabaje individualmente y en grupo de manera eficaz? Para el trabajo individual debemos dar instrucciones muy precisas y un tiempo establecido para conseguir los objetivos en cada momento. Por su parte, para el trabajo cooperativo es necesario un reparto de roles y una guía que facilite la organización del grupo. Además, en ambos casos la respuesta también está en el profesor, que debe ser guía y facilitador en el trabajo cooperativo y en la investigación individual.

¿Es lo mismo Aprendizaje Basado en Proyectos que Aprendizaje Basado en Problemas? Ambas son metodologías activas que comparten una misma filosofía de trabajo pero el aprendizaje basado en proyectos da importancia a la creación de un producto final, objetivo del proyecto. Sin embargo, el aprendizaje basado en problemas da más valor al proceso de investigación individual y a la discusión final colectiva, momentos en los cuales emergen la resolución del problema y el aprendizaje.

En una situación de aprendizaje a distancia o semi-presencial tenemos una gran oportunidad de aplicar esta metodología de enseñanza, utilizando para ello herramientas colaborativas.

Procedimiento: creamos un documento colaborativo por grupo (grupos de 4-5 miembros). El docente designa los grupos y crea los documentos. Por las mañanas, observa qué han escrito los miembros del grupo y les proporciona feedback al mismo tiempo que entre ellos se ayudan y se hacen preguntas. Después de la investigación, el profesor puede crear grupos de vídeo en directo e ir moviéndose por las discusiones exactamente igual que haría en clase. Aunque es importante la solución que nos den al problema, no es menos importante que están cooperando y que aprenden significativamente a enfrentarse juntos a un problema contextualizado en los objetivos del currículo.

Ejemplos de aprendizaje Basado en problemas:

– 5 ejemplos de aprendizaje basado en problemas.

– Un sencillo modelo para poner en práctica ABP.

– Un circuito que no funciona.

Para saber más

 – Onyon C. (2012), Problem-based learning: a review of the educational and psychological theory, The clinical teacher;9, pp 22-26.

– Dolmans D. (2015) Deep and surface learning in problem-based learning: a review of the literature, Advances in Health Science Education.

– Hung W. (2011) Theory to reality: a few issues in plementing problem based learning, Educational Technology Research and Development vol 59, pp.529-552.

– Yew E. y Goh K., Problem-Based Learning (2016) An Overview of its Process and Impact on Learning, Health Professions Education Vol 2, pp. 75-79.

– Merrit J., Yeon Lee M., Rillero P. y  Kinach B.M. (2017) Problem-Based Learning in K-8 Mathematics and Science Education: A Literature Review, The Interdisciplinary Journal of Problem-Based Learning Vol 11, Issue 2. , En https://educrea.cl/aprendizaje-basado-en-problemas-el-metodo-abp/

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/el-aprendizaje-basado-en-problemas/
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Lecciones del COVID-19 en el sector educativo

Por: Paulette Delgado

El coronavirus tomó al mundo educativo por sorpresa y lo obligó a ajustarse a una enseñanza en línea en poco tiempo. ¿Qué lecciones podemos aprender al respecto?

Debido a la pandemia, tanto alumnos como educadores se vieron en la necesidad de adaptarse a las clases en línea rápidamente. Ahora, meses después, es momento de reflexionar qué impactos ha tenido el COVID-19 en la educación y qué lecciones se pueden aprender.

En primer lugar, es importante observar la curva de aprendizaje de China al ser los primeros en entrar en cuarentena.

¿Qué podemos aprender de China? 

El caso de China ha demostrado que es claro que ha aumentado el número de horas que los maestros y alumnos pasan frente a la pantalla, lo que no es lo ideal. Según investigadores de la Universidad de Pekín, 15 a 30 minutos son más que suficientes para tener una sesión efectiva, ya que las sesiones en línea necesitan mucha concentración durante las clases y esto puede agotar tanto al educador como al alumno. Sin embargo, el número de horas promedio que pasan en línea tanto alumnos como docentes en China es de tres horas.

El Departamento de Educación de Guangdong liberó una guía sobre cómo hacer que los cursos duren 20 minutos. Ellos recomiendan no sólo enfocarse en la pantalla, sino también encargar actividades prácticas para reducir la fatiga.

Otro problema que se ha acentuado en este país durante la pandemia es la brecha de acceso digital. No todos los alumnos tienen acceso a la tecnología necesaria para conectarse a las clases en línea, por lo que en el mes de febrero, el Ministerio de Educación de China prohibió introducir un currículo nuevo hasta el final del semestre. Al mismo tiempo, animó a los maestros a enfocarse en la salud mental, física y entretenimiento. Se dictaminó que para el 13 de abril, las escuelas podían empezar con un nuevo plan de estudios en línea.

La tercera lección que se puede aprender de China es el apoyo a sus maestros. La Escuela Internacional de Educación Yew Wah de Guangzhou, por ejemplo, se centró en apoyar la colaboración entre docentes y permitirles experimentar. Sus educadores trabajaron en equipo para abrir una plataforma de aprendizaje en línea en sólo una semana y están en constante comunicación compartiendo ideas y resolviendo dudas, lo cual los estudiantes tomaron como ejemplo de colaboración.

La siguiente lección de China es la importancia de comunicarse con las familias. El aprendizaje en línea es una ventana al aula, por lo cual es importante dejar que ellos opinen al respecto y se sientan escuchados. Siguiendo con el ejemplo de la escuela de Yew Wah, la institución encuestó a las familias después de 10 días de clases online, para conocer la opinión y el sentimiento general de madres y padres. La encuesta resultó en ideas útiles y sugerencias que se tomaron en cuenta, como por ejemplo, la duración de las sesiones en línea las cuales, tras la encuesta, fueron ajustadas a 10 minutos frente a la pantalla y 20 minutos con actividades asincrónicas.

Pero, ¿qué hay del resto del mundo? ¿Qué otras lecciones se pueden aprender de esta pandemia?

Lecciones durante la pandemia

Involucrar a las familias

Katy Farber, educadora con más de  20 años de experiencia y autora de tres libros sobre educación opina que las familias deben ser incluidas en el proceso educativo. Debido a que ahora están más involucradas en la educación de sus hijos, tienen mucho que aportar y los educadores y personal educativo deberían valorar su opinión y aportaciones.

Farber comenta que otra lección importante de esta pandemia es que la enseñanza debe ser más flexible y adaptarse a lo que el estudiante necesita. Cada día, tanto adultos como niños y adolescentes en todo el mundo se sienten afectados física y emocionalmente por la pandemia, por lo que el proceso de aprendizaje puede verse afectado por estos factores.

Es importante tomar en cuenta que estamos viviendo una crisis sanitaria global, que nos impacta en todos los aspectos de nuestras vidas. Por lo tanto, establecer horarios inflexibles para la enseñanza no es el enfoque más práctico, los estudiantes deben tener la oportunidad de acceder al material en diferentes momentos y maneras que mejor se adapten a su situación particular.

La importancia de la salud mental

Otra enseñanza que nos ha dejado la cuarentena es la importancia de enfocarse en la salud mental. Debido a que el mundo está pasando por un momento caótico y traumático de manera colectiva, es más sencillo hablar sobre aislamiento, las emociones que esto ha provocado y cómo cada persona sobrelleva la situación de diferente manera. Esta apertura debería permanecer más allá de la pandemia, independientemente de cómo se vea la eduación en el futuro. En cada nuevo modelo o política educativa, debería tomarse en cuenta la salud mental no sólo de los estudiantes, sino también la del profesorado, personal no académico y de apoyo, así como también desarrollar estrategias que beneficien su bienestar mental.

Según Farber, es importante comprender que somos una comunidad, lo que significa que cada persona es responsable del otro. La cuarentena ha hecho que muchas personas sacrifiquen eventos importantes, su vida social, trabajo y demás, para evitar contagios. Este tipo de actitudes demuestran que todos estamos conectados y que las acciones colectivas son importantes y tienen una gran influencia sobre la salud y el bienestar de toda la comunidad. La educación del futuro debe aprender de esto y enfocarse en fomentar en los alumnos la responsabilidad, de manera que sean  miembros comprometidos con su comunidad que saben, además, trabajar de manera colectiva..

Por otro lado, el Foro Económico Mundial también dio a conocer las lecciones por aprender de la pandemia. El organismo reconoce que el sistema educativo global se remonta a más de 200 años y muchas veces no se enfoca en el bienestar emocional de los alumnos.

A consecuencia de la pandemia, la ansiedad, incertidumbre, miedo y sentimientos de aislamiento han aumentado, por lo que es importante enfocarse en brindar apoyo a los estudiantes y permitir que se conecten entre sí de manera informal, ya sea por chat o por videoconferencia durante las clases en línea, señala el Foro Económico Mundial.

Además, reconocen que existe una gran brecha tecnológica ya que no todos los estudiantes tienen acceso a la tecnología necesaria para tomar sus clases en línea. Esta desigualdad se ha exacerbado por la pandemia, por lo que gobiernos y escuelas deberían de unir fuerzas para garantizar una infraestructura que ayude a minimizar esta brecha.

Lecciones para la educación superior

Según Quacquarelli Symonds (QS), compañía británica que se especializa en educación y estudios en el extranjero, hay cinco lecciones clave que el coronavirus ha dejado a la educación superior:

  1. Las plataformas en línea son clave: Debido a la pandemia, muchas instituciones se vieron forzadas a trasladar sus lecciones al entorno en línea, utilizando plataformas o administradores  de aprendizaje como BlackBoard o Canvas. Esta tecnología permite al maestro subir recursos, impartir clases virtuales y darle seguimiento a sus alumnos. El CEO de Perlego, una biblioteca digital, señala que hubo un aumento del 300 % en los acercamientos de la educación superior y las instituciones de educación superior que buscan pasar al aprendizaje en línea.

    Este aumento repentino de demanda refleja la importancia de las instituciones por mantenerse al día sobre las plataformas en línea y estar constantemente capacitando a sus maestros para saber aprovecharlas. Según QS, varios países árabes habían rechazado la educación en línea en el pasado por preferir los métodos tradicionales, lo cual resultó en muchos problemas al inicio de la pandemia por su falta de preparación.

  2. El valor de la  movilidad internacional y las asociaciones: Ahora, las instituciones educativas se han percatando de la importancia de estar interconectados internacionalmente. En el caso de los estudiantes de intercambio, muchos se enfrentaron a la lucha de regresar a sus países en medio de fronteras cerradas para detener la propagación del virus.

    Esto resultó en que diversas universidades, como la Universidad de Melbourne, tuvieron que ir al rescate de sus alumnos internacionales para apoyarlos a regresar a sus países de origen. Y no sólo los programas internacionales se han visto afectados, los proyectos de investigación también. Muchos investigadores se han visto obligados a detener sus investigaciones, como es el caso de Richard Lenski, que llevaba 32 años investigando el crecimiento de poblaciones de bacterias Escherichia coli (E. coli).

    Por su parte, QS señala  que aquellas universidades con buenas conexiones internacionales se les hará más fácil el regreso a la nueva normalidad, incluyendo el ámbito de la investigación.

  3. La importancia de tomar en cuenta  la naturaleza: Debido a la cuarentena, el acceso a la naturaleza y al aire libre es limitado, lo cual ha resultado en que muchas personas aprendan a valorarla. Es importante que las universidades fomenten en la comunidad universitaria el vínculo entre productividad, consumo y naturaleza.

    La luz del sol, por ejemplo, tiene un impacto significativo en la capacidad de trabajar eficazmente, según estudios. Además de mejorar el estado mental, de sueño, fortalecer su sistema inmunológico y estar más alerta, lo cual hace a las personas más felices y productivas.

  4. Valorar la comunidad: Es normal sentirse aislados al estar lejos de familiares, amigos, compañeros y maestros. Aún así, es importante recordar que pasar tiempo con otras personas está relacionado con la felicidad.

    La pandemia ha ayudado a la gente a recordar que son parte de una comunidad y la importancia de mantenerse en contacto. Las universidades deben de enfocarse en mantener una comunicación constante con sus educadores, colaboradores y alumnos, actualizándonos constantemente sobre lo que sucede y alentándolos a aprovechar las herramientas tecnológicas para conectarse con otras personas.

  5. Contar con tecnología actualizada: Contar con plataformas digitales y equipo técnico necesario no sólo ayudará a trasladarlos al entorno en línea, sino también pueden apoyar en el aspecto administrativo. Es importante que las instituciones educativas revisen constantemente si sus plataformas o tecnologías no se han vuelto obsoletas o los detiene de responder eficazmente en caso de crisis, como lo ha sido el coronavirus.

¿Cómo será el regreso a clases en la “nueva normalidad”? 

Aunque el ciclo escolar está terminando en muchas partes del mundo, es importante comenzar a cuestionarse qué pasará en agosto o septiembre, meses en los que diversos países alrededor del mundo plantean reabrir los centros educativos.

Ante la posibilidad de un regreso a clases presenciales, los líderes educativos deben formular diversas preguntas antes de abrir sus planteles. El Foro Económico Mundial indica que es necesario cuestionarse si están dispuestos a modificar el plan de estudios, el modelo educativo, e incluso, el tiempo de las lecciones para asegurar que los alumnos se puedan adaptar a la “nueva normalidad” en el aula, de manera que se puedan concentrar y participar en clase sin temor de contagiarse.

Por otro lado, la  pandemia ha desatado una crisis de ansiedad, miedo y sentimientos de aislamiento en los alumnos, por lo que se necesita que educadores y personal académico colaboren en la construcción de un sentido de comunidad a través del aprendizaje remoto. Este esfuerzo debería de permanecer una vez que se regrese a clases presenciales. El Foro Económico Mundial incluso invita a los educadores a cuestionarse si están dispuestos a darles las oportunidades para conocerse y conectarse mejor el uno con el otro y compartir sus sentimientos en un ambiente seguro. Esto puede ser creando espacios o tiempos específicos para hablar de su salud mental y capacitando a los docentes en este tema.

De acuerdo con datos de la OCDE, la mayoría de los gobiernos invierten solamente entre el 2 % y el 4.5 % de su PIB en educación. Será importante que se aumente la inversión en educación ya que los salarios de los docentes en muchos países son ínfimos y la inversión en programas de desarrollo profesional para personal docente. En este último aspecto, la capacitación de los maestros será esencial para que cuenten con los conocimientos y herramientas necesarias que les permitan adaptarse a los cambios que están por venir.

También será de suma importancia garantizar que todos los alumnos tengan acceso a la tecnología que se ha vuelto vital para el aprendizaje en línea durante la pandemia, esto no será fácil.  “Será difícil nivelar el campo de juego absolutamente, pero ¿cuánto esfuerzo se hará para nivelarlo más?”, señala el reporte del Foro Económico Mundial.

Sin duda, el COVID-19 ha venido a sacudir al mundo, ahora será cuestión de analizar las lecciones que se han aprendido durante este tiempo, y que deberá cambiar a partir de ahora. Es tiempo de invertir más en educación. Es  momento de hablar de manera más abierta sobre la importancia de la salud mental y el bienestar de alumnos, docentes y personal no académico. Es momento de replantearnos si los sistemas de evaluación que usábamos hasta ahora siguen vigentes para garantizar el aprendizaje efectivo.

Por último, aunque la pandemia y cuarentena llegaron sin previo aviso y las instituciones educativas tuvieron que  adaptarse rápidamente para asegurar la continuidad académica, debemos aprovechar esta crisis para hacer una pausa que nos permita analizar, reflexionar y replantearse la educación como la conocíamos hasta ahora.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/lecciones-covid-19-educacion

Imagen: Alexandra_Koch en Pixabay

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Mundo: ¿Cómo ha impactado la Covid-19 el sector del trabajo doméstico?

Mundo/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Muchas trabajadoras domésticas se han visto «persuadidas/presionadas a pernoctar en sus lugares de trabajo, manteniéndose alejadas de sus familias y sin el descanso adecuado».

Durante la pandemia del nuevo coronavirus, las mujeres empleadas en el sector del trabajo doméstico han desempeñado una labor crucial dentro de la respuesta a la Covid-19 debido a su rol fundamental en el cuidado de niñas y niños, personas enfermas y dependientes, así como el mantenimiento de los hogares.

No obstante, este importante rol que han desempeñado las sitúa como uno de los principales colectivos más afectados por la crisis.

Un reciente informe realizado por la organización de las Naciones Unidas, ONU Mujeres; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), refiere que la situación de especial vulnerabilidad que atraviesan las trabajadoras domésticas en América Latina y el Caribe, se ha debido, entre otras razones, a la precariedad en el empleo que presenta este sector, “caracterizado por bajos salarios y falta de prestaciones sociales para su supervivencia y el sostenimiento de sus familias ante situaciones de despidos o frente a la reducción de sus ingresos”.

Trabajo doméstico en América Latina

En América Latina y el Caribe, entre 11 y 18 millones de personas se dedican al trabajo doméstico remunerado. FOTO: ONU MUJERES

La OIT define el trabajo doméstico como “el trabajo realizado en un hogar u hogares, o para los mismos”. De esta forma, reconoce la organización internacional que si bien las tareas consideradas en el trabajo doméstico pueden variar de un país a otro, “principalmente involucran cocinar, limpiar, cuidar de niñas y niños, personas adultas mayores y personas con discapacidades, ocuparse del jardín o de mascotas, realizar compras o conducir el automóvil familiar”.

En América Latina y el Caribe, el mercado laboral se encuentra segmentado y discrimina a las mujeres por ser “responsables de los cuidados”. En este sentido, se concibe al empleo doméstico como una de “las pocas alternativas de empleo precario a la que pueden optar las mujeres que no han podido avanzar en la educación o no han tenido acceso a formación profesional”.

CUT Mujeres Ecuador@CutMujeres

Condiciones de trabajo digno para implica hacer visible la importancia de desnaturalizar la cultura del privilegio que generaliza el aumento de la desigualdad @OITAmericas @ONUMujeres @cepal_onu @EcuadorCut @monka78

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Cifras de la Cepal y la OIT, refieren que en esta región entre 11 y 18 millones de personas se dedican al trabajo doméstico remunerado, de las cuales el 93 por ciento son mujeres. Por tanto, esta alternativa laboral supone en promedio entre el 10,5 y 14,3 por ciento del empleo de las mujeres en la región, “lo que significa que una parte importante de la población activa, especialmente de las mujeres, lo hace en condiciones precarias y sin acceso a la protección social”, refiere el informe.

Por otra parte, más del 77,5 por ciento de las mujeres empleadas en el sector del trabajo doméstico lo hacen en condiciones de informalidad. Mientras, estimaciones de la OIT señalan que un 17,2 por ciento de las personas ocupadas como trabajadoras domésticas son migrantes, siendo un 73,4 por ciento de ellas mujeres.

Esta situación, se ha visto agravada por la propagación de la pandemia del nuevo coronavirus en la región. De acuerdo con la directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, María Noel Vaeza, la Covid-19 ha agudizado las desigualdades y las crisis sistémicas previas, registrándose impactos significativos en las trabajadoras del hogar en particular.

Coronavirus y trabajadoras domésticas

Muchas trabajadoras domésticas se han visto alejadas de sus familias y sin el descanso adecuado. FOTO: ONU MUJERES

Explica el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, que la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 ha exacerbado las vulnerabilidades y las desigualdades existentes. “Además del fantasma del desempleo, la informalidad, la baja cobertura de la protección social y la falta de contratos escritos en muchos casos les impiden acceder a las ayudas establecidas por los gobiernos”.

Las medidas de restricción impuestas en la mayoría de los países para frenar la pandemia, han incrementado la responsabilidad de los cuidados y el mantenimiento de los hogares, tareas en las que las trabajadoras remuneradas del hogar ocupan un lugar crucial.

Sin embargo, refiere el informe de la Cepal, OIT y ONU Mujeres, que muchas se han visto “persuadidas/presionadas a pernoctar en sus lugares de trabajo, manteniéndose alejadas de sus familias y sin el descanso adecuado”. Mientras, en otros casos, les han cancelado contratos y se les ha reducido el tiempo de trabajo y el pago.

ONUMujeresElSalvador

@onumujeressv

70,4% de las de la región están afectadas por las medidas de cuarentena, la disminución de la actividad económica, desempleo y la reducción de ingresos y salarios.

Conoce más en: http://unwo.men/Y3RS50A5khD 

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Al mismo tiempo, la mayoría de las trabajadoras que sí pueden desplazarse lo hacen empleando el transporte público, lo que las deja expuestas a contraer el virus y a ser potenciales transmisoras dentro de sus hogares. Refiere el documento que “muchas de ellas incurren también en riesgos adicionales asociados con el uso excesivo de productos de limpieza y la realización de compras sin que se les facilite el equipo adecuado de protección para garantizar su seguridad”.

Según estimaciones de la OIT, el 70,4 por ciento de las trabajadoras domésticas están afectadas por las medidas de la cuarentena, por disminución de la actividad económica, desempleo, reducción de las horas o pérdidas de salarios.

CEPAL

@cepal_onu

No podemos volver a la normalidad, el telón de fondo antes del , era la cultura del privilegio. presenta un punto de quiebre respecto a la continuidad del modelo de desarrollo existente, enfatizó @aliciabarcena en evento .

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Ante este escenario, Noel Vaeza asegura que los estados deben “reconocer y proteger sus derechos para que nadie se quede atrás. Tenemos que abrir espacios de diálogo y considerar las propuestas de sus sindicatos como parte de las respuestas a la crisis y estrategias de recuperación socioeconómica que promueven los gobiernos y las instituciones financieras regionales e internacionales».

Recomendaciones para garantizar derechos

Se debe fomentar la formalización del trabajo doméstico y promover sistemas de protección social integrales. FOTO: UN MUJERES

Propone el informe que para abordar los impactos de la Covid-19 en las trabajadoras del sector se deben impulsar medidas para garantizar la retención de empleos en el trabajo doméstico como ampliar y promover las prestaciones por desempleo para trabajadoras domésticas. Así como garantizar transferencias monetarias o subsidios sociales de emergencia.

OIT Américas@OITAmericas

La «nueva normalidad» debe reconocer carácter esencial de trabajo doméstico. Se requiere formalización aliada a protección social para dijo hoy @vinciuscp de @OITAmericas en conversatorio virtual con @ONUMujeres y @cepal_onu.

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Paralelamente, se deben elaborar protocolos de salud y seguridad que atiendan las especificidades del sector. Garantizar la cobertura en salud para todas las trabajadoras domésticas. Asegurar que los servicios de cuidados sean considerados prioritarios. Fomentar la formalización del trabajo doméstico y promover sistemas de protección social integrales.3

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/coronavirus-como-impacta-sector-trabajo-domestico-20200612-0050.html#

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“Estoy fallando como investigadora y madre”: la COVID-19 amplía la brecha de género en ciencia

Por: Cristina Sáez

El confinamiento ha puesto al límite a las personas a cargo de niños y familiares dependientes, y las mujeres se llevan la peor parte. También las científicas. Los primeros estudios señalan que ellas están publicando menos y arrancando menos proyectos nuevos que sus colegas hombres.

Hay señales tempranas de que las mujeres científicas, al estar dedicando más tiempo a cuidar y a la educación de los hijos en casa, están publicando menos. / Adobe Stock

“Cuando acabe esto los investigadores sin hijos tendrán escritos dos artículos o un capítulo de libro. Los padres, nuestro nombre con macarrones de colores”, se lamentaba en Twitter el profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Pau Alsina, director de la revista sobre arte, ciencia y tecnología Artnodes.

La crisis del coronavirus está impactando en la vida diaria de millones de personas que cada día deben conjugar teletrabajo, productividad y eficiencia con cuidado de personas dependientes, de niños y escuela en casa; además, a eso hay que sumar tareas domésticas y un extra de cocina, lo que repercute en niveles elevados de cansancio, ansiedad y estrés.

Además de poner sobre la mesa el (poco) valor que se otorga a los cuidados en la sociedad, la situación está exacerbando la desigualdad de género en toda Europa, alertan algunos estudios preliminares

Esa situación, además de poner sobre la mesa el (poco) valor que se otorga a los cuidados en la sociedad, está exacerbando la desigualdad de género en toda Europa, alertan algunos estudios preliminares. Porque, aunque las consecuencias económicas y sociales de la pandemia son peores para aquellos que cuidan, tanto hombres como mujeres, son ellas las que se llevan la peor parte. Y eso está reforzando la brecha de género en todos los ámbitos, también en el de la ciencia y la investigación.

“Mi marido tiene un trabajo totalmente inflexible y se encierra en el despacho de 9 a 6, casi todo el tiempo con teleconferencias. Yo tengo el ordenador en la cocina y tres hijos pequeños que me interrumpen cada cinco minutos porque no entienden alguna cosa de los deberes, tienen hambre o quieren que juegue con ellos. Es imposible concentrarse así para escribir un artículo”, explica a SINC Roni Wright, investigadora posdoc en el laboratorio que dirige Miguel Beato en el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona. “Estoy exhausta y me siento desesperada porque estoy fallando como científica y como madre”.

No son casos anecdóticos

El caso de esta investigadora no es aislado. En las redes sociales numerosas académicas, con más o menos humor, están denunciando que esta situación de crisis, con hijos pequeños en casa, está impactando en su investigación, algo que también han observado editores de algunas revistas científicas, que advierten que los envíos de estudios por parte de mujeres se han desplomado, mientras que los de hombres aumentan.

Aunque la mayoría de las revistas no piden a los autores de los trabajos ni a los revisores que identifiquen su género —según han alegado NatureSciencePlosOne y The Lancet a SINC—, recientemente un metaanálisis sobre artículos relacionados con COVID en PubMed mostraba que hay un desequilibrio entre la cantidad de estudios publicados por ambos sexos.

En este sentido, la editorial holandesa Elsevier ha anunciado que emprende un ambicioso análisis para saber el impacto real que el confinamiento está teniendo sobre la tasa de envíos de manuscritos y la actividad de revisión por parte de académicas en todas sus publicaciones.

La editorial holandesa Elsevier ha anunciado que emprende un ambicioso análisis para saber el impacto real que el confinamiento está teniendo sobre la actividad de las académicas en todas sus publicaciones

“Hay señales tempranas de que las mujeres, al estar dedicando más tiempo a cuidar y a la educación de los hijos en casa, están publicando menos, lo que a largo plazo impactará en el desarrollo de su carrera, puesto que la publicación de artículos es la clave para obtener financiación y promoción en la mayoría de ámbitos”, señala la investigadora Bahar Mehmani, que junto a otros tres miembros de PEERE, entre ellos Francisco Grimaldo, de la Universidad de Valencia, llevará a cabo esta empresa.

“Las revistas científicas deberían apoyar ciencia que progresa y eso no ocurrirá a plena capacidad sin introducir diversidad e inclusión”, subraya Mehmani, que explica que el proyecto de Elsevier persigue, por un lado, ayudar a concienciar a la comunidad académica y a los editores sobre esta cuestión; y por otro, empujar a las instituciones académicas, entidades financiadoras y legisladores a considerar este periodo excepcional en sus decisiones.

A falta de conocer los resultados de este proyecto holandés, los primeros análisis realizados muestran que ellas están publicando menos preprints y arrancando menos nuevos proyectos de investigación que ellos.

Menos artículos, menos dinero y oportunidades

La ecóloga de la Universidad de Toronto Megan Frederickson fue una de las primeras en dar la voz de alarma. Revisó los repositorios arXiv y bioRxiv y comparó los nombres de los autores de 36.529 estudios con la base de datos de la seguridad social de los EE UU, que registra nombre y género. Analizó el periodo comprendido entre el 15 de marzo y el 15 de abril de 2019 y 2020, y vio que el número de mujeres autoras había crecido un 2,7 %, en comparación con el 6,4 % de hombres.

Otro estudio posterior halló una tendencia similar: había un decrecimiento en la proporción de envíos de investigadoras autoras y la diferencia era más acusada cuando se trataba de primeras autoras, que suelen ser jóvenes que están empezando su carrera.

“La manera de evaluar a un científico es qué pública y dónde. Eso tiene un impacto enorme a la hora de que le concedan una beca o le den una promoción, o se coloque en el ranquin de investigadores punteros”, remarca Isabelle Vernos

“La brecha de género es muy importante en toda la carrera investigadora, pero sobre todo en las primeras fases en que tienes que despegar, que coincide con cuando tienes niños pequeños”, apunta a SINC Elisa López Álvarez, con dos niños de uno y tres años,  investigadora de ISGlobal que acaba de volver de Sudáfrica de realizar un posdoc en el Centro Desmond Tutu. “Trabajar con ellos en casa es muy difícil y es posible que en seis o siete meses no logre publicar lo que se espera, lo que hará que no obtenga financiación y no consiga mantener el track científico”, se lamenta.

“La manera de evaluar a un científico es qué pública y dónde lo publica. Eso tiene un impacto enorme a la hora de que le concedan una beca o le den una promoción, o se coloque en el ranquin de investigadores punteros”, remarca a SINC Isabelle Vernos, investigadora Icrea en el CRG, quien hasta hace poco presidía el grupo de trabajo de género en el Consejo Europeo de Investigación.

Un estudio más exhaustivo realizado por investigadores canadienses y estadounidenses analizó 307.459 preprints y proyectos enviados por más de 1,3 millones de autores, lograron asignar género al 92 % y comprobaron que durante los meses de marzo y abril menos mujeres habían enviado trabajos a esos servidores en comparación con los dos meses precedentes y ese mismo periodo en 2019.

En fase de supervivencia

Estos resultados se hacen eco de las conclusiones de otros informes que alertan que no solo las mujeres están publicando hasta un 20% menos sino que, además, están participando menos que los hombres en proyectos relacionados con la COVID.

“Mis compañeros están empezando investigaciones nuevas relacionadas con coronavirus. Yo no puedo, estoy en fase de supervivencia, y temo que esto afecte a mi carrera porque estoy dejando pasar oportunidades”, comenta, preocupada, Cristina Villanueva, investigadora asociada del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que compagina el cuidado de sus hijas, de tres y siete años, con su marido.

“En los próximos meses tendremos un montón de artículos firmados por hombres y no por mujeres. Cuando compitan por financiación, por una promoción, habrá diferencia. Las investigadoras están perdiendo competitividad”, señala Staniscuaski

Que cuidar y criar pasa factura a los investigadores y sobre todo a las académicas no es nuevo. Fernanda Staniscuaski, investigadora de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Brasil), impulsó en 2017 un movimiento mundial, Parent in Science (paternidad en ciencia), precisamente para alertar sobre ello.

Un artículo en PNAS reciente mostraba que ambos padres se ven impactados, por supuesto, por la llegada de un hijo, pero en la academia casi el 50 % de las mujeres abandonan sus posiciones STEM tras ser madres, un porcentaje que en el caso de los hombres es del 23 %. Los hombres sufren un impacto, sí, pero no es comparable al de las mujeres”, afirma.

Medidas correctivas

Recientemente, Staniscuaski junto a otras investigadoras alertaba en una carta en Science de la situación de desventaja de las investigadoras durante esta crisis y reclamaba que se tomaran medidas para paliarla. “En los próximos meses tendremos un montón de artículos firmados por hombres y no por mujeres. Cuando esos investigadores compitan por becas, por financiación, por una promoción, habrá diferencia. Las investigadoras están perdiendo competitividad”, señala a SINC.

“La comunidad científica, las agencias financiadoras, tienen que pensar con carácter urgente formas de mitigar ese impacto”, reclama Christian Rutz, catedrático de la Universidad de Saint Andrews (Escocia) y editor sénior de la revista eLife.

“¿Cómo estimar cuántos artículos científicos no ha escrito un padre o una madre durante el confinamiento? ¿Es igual tener uno o dos hijos?”, cuestiona Rutz

“Se deberían permitir permisos por esta falta de oportunidades durante la pandemia en solicitudes de financiación, promoción, premios. Aunque soy consciente de que implementar esas medidas correctivas puede ser increíblemente difícil porque la productividad de los investigadores en condiciones ideales varía de forma natural. ¿Cómo estimar cuántos artículos científicos no ha escrito un padre o una madre durante el confinamiento? ¿Es igual tener uno o dos hijos?”, cuestiona Rutz.

Para Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad de Género de la Universitat Pompeu Fabra, “aunque aún es pronto y hace falta tener más datos para evaluar la situación y poder aplicar ponderaciones, una opción es hacer constar en los currículums la situación familiar, para que sea un indicativo de la productividad y que se tenga en cuenta en las evaluaciones. Los colegios no abrirán como mínimo hasta septiembre, lo que supondrá más de seis meses de parón, un tiempo suficientemente largo como para que tenga efectos importantes”.

Los centros de investigación y las agencias financiadoras también, reclaman los expertos, deberían ser muy flexibles a la hora de conceder extensiones para los proyectos. Habría que negociar los resultados que se esperan de las becas. Y revistas y congresos deberían implementar políticas activas correctivas, para que no haya colectivos infrarrepresentados.

Una acción en favor de la igualdad sería que científicos top explicaran que solo trabajan cinco horas al día porque “están cuidando a sus hijos, en lugar de limitarse a hacer declaraciones reconociendo que las mujeres están en desventaja”, dice Oertelt-Prigione

Porque al final, que las mujeres tengan menos presencia en ciencia no es un problema que les afecte solo a ellas. “Todos los actores del ámbito de la investigación y la ciencia deberían plantearse esta cuestión, porque si solo tenemos un tipo de científicos y un tipo de investigación, corremos el peligro de dejar de lado dimensiones esenciales de la sociedad, posiblemente las más vulnerables”, reflexiona Sabine Oertelt-Prigione, catedrática de género en medicina de la Universidad holandesa de Radboud.

Para esta investigadora, una manera eficiente de romper una lanza en favor de la igualdad y de poner en valor los cuidados sería que también científicos top hicieran público que solo trabajan cinco horas al día porque “el resto del tiempo están cuidando a sus hijos, porque sus parejas trabajan y su carrera es tan importante como la suya, en lugar de limitarse a hacer declaraciones reconociendo que las mujeres están en desventaja”, señala.

“Eso nos reduce a ‘pobres mujeres científicas’. Y yo no soy una pobre mujer científica. El sistema nos empuja a ciertos roles”, concluye.

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Estoy-fallando-como-investigadora-y-madre-la-COVID-19-amplia-la-brecha-de-genero-en-ciencia

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Mundo: El trabajo infantil crece de nuevo en Latinoamérica por la COVID-19

Mundo/América Latina/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

La pandemia de Covid-19 y el aumento de la pobreza que ha provocado pueden abocar a «millones de niños» a trabajar y aumentar la cifra de menores explotados en el mundo, después de veinte años de reducción de este indicador, advierte hoy un informe de Naciones Unidas.

«En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias», explicó la abajo, Henrietta Fore, quien subrayó que, «a medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y los servicios sociales disminuyen, más niños se ven empujados a trabajar».

Trabajo infantil 2

El informe no predice una cifra exacta de cuántos niños podrían verse forzados a trabajar en la actual crisis, aunque la OIT y UNICEF citan estudios sociológicos según los cuales un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza suele conllevar una subida de 0,7 puntos en la tasa de trabajo infantil.

Además, los menores que ya trabajan «podrían tener que hacerlo durante más horas o en peores condiciones», indican las dos agencias de Naciones Unidas, que recuerdan que más de mil 600 millones de niños se han visto afectados por el cierre de escuelas durante la pandemia.

Cuando las aulas reabran «es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a la escuela», consideran ambas organizaciones.

También temen una agudización de la desigualdad de género derivada de todo este fenómeno, ya que las niñas son especialmente vulnerables a ser explotadas en sectores informales como la agricultura o el servicio doméstico.

El informe propone varias medidas para mitigar el riesgo de mayor explotación infantil, que incluyen una ampliación de la protección social, la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, la promoción de trabajo digno para los adultos o iniciativas para facilitar el retorno de los niños a las clases.

Trabajo infantil 3

«Tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y derechos humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental», subrayó el director general de la OIT, Guy Ryder.

Los grupos vulnerables, en particular aquellos que trabajan en el sector informal y los migrantes, podrían ser las principales víctimas de un eventual aumento de la explotación infantil, de acuerdo con Naciones Unidas.

En este sentido, Latinoamérica podría ser una de las regiones más afectadas, dados los importantes flujos migratorios en Centroamérica o desde Venezuela a otros países de la región y teniendo también en cuenta que el sector informal sostiene el 53 % de la economía en esas naciones.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/mundo/2020/06/12/trabajo-infantil-crece-nuevo-latinoamerica-la-covid-19.html

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Cómo elegir escuela infantil en tiempos de coronavirus

Por: ABC

Características como la existencia de espacios amplios y abiertos, máximas exigencias de higiene o cocina propia han ganado peso frente a factores como el precio o la cercanía.

El escenario actual tiene en vilo a muchos padres, que se enfrentan a la apertura del periodo de matriculación de sus hijos sin las herramientas de las que disponían antes. Elegir escuela infantil no es fácil, pero si además añadimos la incertidumbre provocada por la irrupción del coronavirus, la decisión se vuelve aún más compleja.

No hay que olvidar que esta primera etapa es fundamental en el proceso evolutivo del niño, y marcará su crecimiento afectivo, comunicativo e intelectual. De hecho, según los expertos, es en estos años donde se forjan aspectos vitales como la autonomía, la socialización, la creatividad, o el concepto de familia.

María Díaz Sánchez, directora pedagógica del Centro Educativo Infantil Cabás que cuenta con 30 años de experiencia en el sector, asegura que «estamos trabajando en un protocolo muy estricto para asegurar la continuidad de la educación con las máximas garantías de higiene. La distancia social no siempre será posible, especialmente en niños de 0 a 3 años, que necesitan no sólo cuidados sino vínculos afectivos».

Y entonces, ¿cuáles son las claves?

María enfatiza que «lo primero es velar por la seguridad, verificar que es un centro autorizado y que las instalaciones cumplen con la normativa. Además, será imprescindible, cuando las autoridades lo permitan, conocer el centro o al menos a su equipo directivo. La confianza es vital en este proceso».

Protocolos de actuación y medidas de seguridad. Son imprescindibles ahora y se quedarán con nosotros durante muchísimo tiempo. Independientemente de la normativa del gobierno, la existencia de un protocolo propio será una señal inequívoca de la implicación y responsabilidad del centro.

Ratio educador-niño. Hay que evitar espacios masificados. Un amplio equipo educativo garantiza que su seguridad emocional y sus necesidades afectivas son atendidas de manera individual.

Espacios abiertos y segmentados. Los niños necesitan cambiar de ambiente para recibir estímulos. Es importante que puedan salir todos los días al jardín, incluso, los días de lluvia, a un patio cubierto. El centro funciona como su segundo agente de socialización, y en él deben encontrar espacios que favorezcan los encuentros, el trabajo en grupo, y también la concentración y momentos para relajarse.

Cocina propia. En las primeras etapas de la vida, la nutrición cobra un papel esencial ya que será responsable de asegurar un crecimiento, físico y cognitivo saludable. Cocinar a diario en la cocina de la escuela, con materias primas de calidad y garantías de higiene es un factor diferencial, que además permite adaptar ingredientes y personalizar menús completos siguiendo las directrices de los pediatras y las necesidades de niños alérgicos.

Individualización. Cada niño es un ser único con intereses y motivaciones diferentes, que además vive en un hogar con un ambiente familiar concreto y ha ido construyendo un estilo cognitivo propio con vivencias diferentes. Un trato individualizado y una planificación ajustada supone ofrecer respuestas variadas y adecuadas a las diferentes motivaciones, necesidades, intereses, estilo cognitivo y ritmos de cada niño.

El ambiente, clima de seguridad y confianza. Para que los niños puedan disfrutar plenamente de la vida escolar, deben tener confianza, sentir que se les escucha, acepta y comprende. El clima emocional del centro es el resultado de la unidad de factores humanos y ambientales (la escuela, las familias, los educadores, etc.), por lo que es necesario fomentar su unidad.

El juego. Es imprescindible romper la oposición entre juego y trabajo. En ocasiones, las experiencias de enseñanza-aprendizaje poseen un claro carácter lúdico y otras exigen un esfuerzo mayor, pero, en ambos casos, deben ser gratificantes y estimulantes. Sólo así se construye el aprendizaje.

Las rutinas. El sistema nervioso en la primera infancia es muy frágil. Su actividad es muy inestable y los procesos excitatorios predominan sobre los inhibitorios. Es muy importante confeccionar un horario marcado por los ritmos biológicos teniendo en cuenta los criterios didáctico-pedagógicos y psicológicos. Esto ayuda a que tengan un punto de referencia.

Segundo idioma. Educarles en más de un idioma tiene innumerables beneficios: favorece el desarrollo de la percepción auditiva, aumenta la capacidad para resolver problemas, fomenta el desarrollo de mentes más flexibles y analíticas, aumenta la capacidad de ejecución mental, e incluso protege contra la neurodegeneración.

Valores. Los valores humanos como centro y eje de la educación. María Díaz Sánchez recuerda que «hay que dar mucha importancia a la transmisión de valores de forma transversal; todas las situaciones cotidianas son momentos educativos. En Cabás, por ejemplo, trabajamos a través del teatro para preparar a los niños ante el «bullying” y que no sean agresores ni agredidos ni observadores pasivos».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-elegir-escuela-infantil-tiempos-coronavirus-202006090114_noticia.html

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