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Neoliberalismo, educador popular y 4T

Rafael Mendoza Castillo Lunes 15 de Julio de 2019 A- A A+ Inicio estas reflexiones con algunas ideas sobre la educación popular: la educación popular ama la vida, respeta la dignidad y libertad del ser humano, nace de la riqueza cultural e histórica del pueblo, politiza el acto educativo y lo trasciende en praxis para la libertad, es acto de conocimiento y acción político-cultural, es autocrítica, es contrasistémica, privilegia el aprendizaje sobre la enseñanza, etcétera, etcétera. Interpretar lo educativo desde estos horizontes de razón modifica nuestra relación de conocimiento respecto del mundo educativo y social-histórico. Recordemos el pensamiento de Giovanni Sartori, “que las imágenes transmitidas por los medios se convierten en un video-poder, que al final del día convierten al sujeto en un espectador, en consumidor de lo mismo y eso sí, dependiente del televisor”. Como acertadamente dijo el clásico el “medio es el mensaje”. No cabe la menor duda, que las la imágenes de la televisión anulan el pensamiento crítico y disruptivo. Por eso el acto educativo, aunque para algunos es amoroso y cariñoso, no está alejado de la relación de poder. Todo acto educativo se piensa desde lugares conceptuales y categoriales. De ahí la importancia de que nuestro proyecto educativo retome el concepto de bloqueo histórico, propuesto por Agnes Heller. Sin este concepto no podemos entender, el por qué la gente aspira a lo mismo. Pero, sobre todo, cumplir con el deseo del poder de dominación que consiste en que la gente no piense distinto y que se adapte a lo dado, lo constituido. De ahí la necesidad de vincular la educación y la cultura, ya que el poder y hegemonía tiránica pretende persuadir y convencer a las personas, no importa la verdad. Tal hegemonía quiere que las gentes se conviertan en súbditos y no ciudadanos, que visualicen cosas distintas o diferentes a las existentes. Los del poder se enojan cuando la gente ve la novedad y lo emergente. La tarea hoy, es continuar resistiendo para que la nueva reforma educativa de la Cuarta Transformación y las leyes secundarias por venir, no sean más de lo mismo. (Foto: Especial) No olvidemos que modelo neoliberal propuso, vía la mal llamada reforma educativa, que heredamos del prianismo, un individuo que aceptara vivir en la pobreza, el desempleo, la marginalidad, que el mismo modelo se encargaría de producir. Que las personas quedaran fuera del conflicto de clases y que lo aceptaran. Como dice Hugo Zemelman: “la integración económica genera cultura, pautas de comportamiento y expectativas; y este es el punto central, porque si no se orienta el modelo a provocar en la gente la necesidad del modelo, obviamente éste no durará “. La tarea hoy, es continuar resistiendo para que la nueva reforma educativa de la Cuarta Transformación y las leyes secundarias por venir, no sean más de lo mismo (qué filosofía, qué humanismo, qué proyecto de nación). Por eso, la CNTE en Michoacán tiene razón, en no dejar morir el espacio del Educador Popular (estatal y regional). Desde este lugar se lucha, teórica y políticamente, por otra forma de re-socialización, más humana, rebelde, crítica y sin bloqueos históricos neoliberales (egoísmo, competencia, excelencia, calidad, robo del excedente y otros). El proyecto del Educador Popular debe incorporar, como necesidad de realidad, de conciencia, de conocimiento, el concepto de utopía. Entendida ésta como condición de posibilidad de distanciarnos de esta existencia, de sus prácticas discursivas y de su conciencia sumisa, es decir, comprender y reconocer el mundo en forma alternativa. Morena debe precisar su propuesta antineoliberal. Clarificar las piezas del nuevo modelo morenista es una necesidad histórica y política. La utopía es insuficiente, de ahí la necesidad de colocamos en la revisión crítica y autocrítica del mundo real de la historia. No pensar sólo en mundos trascendentes, sino pensar el mundo en lo micro y desde este lugar construir los futuros, las opciones. Que la capacidad de construir se vuelva a anidar en la conciencia de las gentes. Entender que nosotros hacemos la historia y también ésta nos hace, pero en pleito, en lucha contra la esclavitud, el lucro y el excedente. Hoy, estos significantes amos orientan a la humanidad. Los tecnócratas neoliberales intentaron que los actores de la educación eliminaran de su cabeza la necesidad de realidad y que se conformaran con el pedazo de realidad que les ofrecía su modelo de sociedad. Además, que bloquearan sus disposiciones para pelear por otras alternativas de realidad. Pensemos siempre que la realidad, el conocimiento y la misma verdad, son producciones sociales. De esa forma vemos, cómo los medios de comunicación producen realidades, ocultan realidades, las reprimen. Espero que Morena continúe con su nueva política sobre los medios de comunicación, ya que la que heredamos del prianismo sirvió al poder de dominación y a grupos de periodistas. El proyecto educativo del Educador Popular debe contemplar la necesidad de realidad, pero distinta a la actual. De ahí la centralidad de la teoría critica, de las ideas, en el sentido de que el mundo del hombre se construye. Y que esa construcción se instala en la contradicción dialéctica entre lo real, la conciencia y la praxis constituyente. Este postulado tríadico sustenta el proyecto de educación, de cultura, ciencia, tecnología, sociedad y arte. Lo anterior permite asumir el compromiso de nombrar las cosas. Esta idea regulativa permite construir subjetividades sociales disruptivas, en lo individual y lo colectivo. Tamaña tarea del Educador Popular. Otro mundo es posible y necesario.

Fuente; http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc54671

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El papel de LOMCE: STEM y PISA como una profundización del neoliberalismo

Jurjo Torres

En la tarea de formar un ser humano neoliberal, conservador y neocolonialista, las políticas educativas y otros agentes aparentemente neutrales desempeñan un papel determinante. Algo que facilitará la toma de decisiones y la adopción de leyes estructurales en otras áreas: economía, trabajo, salud, servicios sociales, justicia o defensa al nuevo PP y nuevos derechos.

Para facilitar la tarea de formar un ser humano neoliberal, conservador y neocolonialista en LOMCE, desempeñó y desempeñó un papel determinante. Prueba de la importancia de esta ley para el Partido Popular es de los pocos que se aprobó en el Parlamento y el Senado sólo con los votos del partido (182 votos a favor, 143 en contra y dos abstenciones, de Unión del Pueblo Navarro). Esto demuestra lo importante que es luchar por la hegemonía cultural neoliberal del PP, algo que facilitará otras toma de decisiones y la aprobación de leyes estructurales importancia igual o mayor en otras áreas: la economía, el trabajo, la salud, los servicios sociales, la justicia y la defensa.

El plan de estudios oficial o legislado pasa con esta nueva Ley para dar prioridad a las materias y los contenidos etiquetados como STEM: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas , o Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas; así como la educación financiera, que no es económica, porque la realidad actual es la consolidación del capitalismo financiero y no del industrial. Así, las ciencias sociales, las artes y las humanidades y, por lo tanto, la filosofía quedaron relegadas a un segundo plano. Es importante darse cuenta de que estas tres últimas son las grandes áreas de conocimiento que «descentran», que nos enseñan y nos obligan a descubrir, a mirar ya tratar de comprender a «los demás»; Que nos enseñen a vivir juntos.

Las ciencias sociales, las artes y las humanidades y la filosofía son las grandes áreas de conocimiento que «descentralizan», nos enseñan y obligan a descubrir, mirar y tratar de comprender a los demás.

No debemos olvidar que las afiliaciones socioculturales establecen los límites y los límites de nuestra concepción del yo, de nuestra propia identidad. Y aquí reside, si no hay políticas culturales, educativas y legales que sirvan para contrarrestarlas, la esencia de los esencialismos. Esenciales que bajan y emergen como iguales a los diferentes grupos del grupo que se vuelve hegemónico. El que establece autoritariamente y acríticamente el patrón de medida y un amenazador tribalismo polarizado. Autores como Hanna Arendt y, más recientemente, Kwame Anthony Appiah. Nos estamos alertando de esta peligrosa amenaza que se organiza en torno al socialismo y los esencialismos políticamente basados ​​en creencias y construcciones culturales, nacionalismos, etnias, sexo, religiones o clase social, mediante la fundamentalización de patrones que, durante siglos, han sido la fuente de las guerras más difíciles. de exterminio

LAS LEYES DE LA MORDAZA DEL SISTEMA EDUCATIVO.

El desarrollo del espíritu crítico tiene en estas áreas de conocimiento su motor principal. Está considerando los asuntos humanos, como seres sociales, donde se necesita un mayor clima de libertad para arriesgarse a pensar, generar explicaciones e hipótesis, buscar argumentos convincentes. Algo que es más complicado de obtener porque para eso estamos obligados a tener en cuenta el pasado de la sociedad y las experiencias comunitarias, personales y comunitarias, la subjetividad que explica las valoraciones, la toma de decisiones, las conductas como individuos, como grupo y como pais Como uno de los países del liberalismo moderno ya había dicho en el siglo XIX, John Stuart Mill: ««Hay una mayor diferencia entre jactarse de que una opinión es verdadera, porque no se ha discutido oportunamente, y se presume que es verdad no permitir su refutación «. Y el escocés agrega: » La libertad total para contradecir y desaprobar una opinión es la condición misma que nos justifica. El hábito constante de corregir y completar la propia opinión en comparación con otros, lejos de causar dudas y dudas en su aplicación es práctico, es La única base sólida de una confianza justa en ella «.

Restringir la capacidad de entrar en contacto con otras fuentes de información.

Controlar estas áreas de conocimiento restándolas de importancia es algo que no podemos ignorar ya que, aunque se devaluaron, estarán sujetos a un monitoreo cuidadoso, con una demarcación muy detallada de sus contenidos. Además, estos sujetos tienen estándares de desempeño y modelos de evaluación que favorecen una imposición no crítica de «verdades oficiales» de las potencias dominantes. La capacidad de entrar en contacto con otras fuentes de información, perspectivas, vistas o análisis no hegemónicos también restringe. Un control de los contenidos similar a los impuestos por los actuales Reales Decretos, y que puede considerarse una «ley de mandíbula» para el sistema educativo.

LA EDUCACIÓN EN LOS PROGRAMAS DE LA DERECHA.

Sin embargo, los partidos políticos de la derecha y la extrema derecha se anuncian como estándares independientes, sin especificar el significado específico que atribuyen a este concepto. Por ejemplo, la Sección 3 del programa electoral del PP para las elecciones generales, autónomas y municipales de este año se titula » Para una educación de calidad y en libertad «, pero al introducir esta sección, se hace evidente el papel subsidiario del Estado en favor de las familias. , y no a la ciudadanía. » El derecho a la educación pertenece a las familias » , o en otras palabras, solo las madres o los padres tienen voz, el resto de la ciudadanía debe permanecer al margen.

Este enfoque restrictivo y reduccionista advierte de la necesidad de monitorear la ortodoxia del contenido, los recursos y las metodologías educativas , porque » el sistema educativo debe dejar de ser un instrumento de experimentación e ideologización de la izquierda y convertirse en un dominio donde se garantice la libertad de las familias». el desempeño profesional de los profesores y la convivencia de modelos públicos, concertados y privados «, como afirman en la página 20 de su programa . Además, el papel de los docentes, en el marco de un LOMCE intervencionista y regulativo, se traduce en un tecnocratismo crítico.

Llama la atención que el PP, al igual que Vox, acusa implícitamente a los libros de texto de adoutrinamento.

Es muy sorprendente que el PP, al igual que Vox, acusa de manera implícita a los libros de texto y otros materiales de Ciencias Sociales, Humanidades o Artes del adoutrinamento, vehículos del marxismo e ideologías de género. Especialmente dado que la mayoría de los editores de libros de texto son propiedad de órdenes religiosas católicas con concepciones fundamentalistas y que, por otro lado, el contenido obligatorio de todos los temas fue elaborado por el Partido Popular, sin el menor debate democrático.

La hegemonía del STEM y la educación financiera , junto con la cultura del espíritu empresarial capitalista (de la atención obligatoria como un objetivo transversal de todas las etapas de la escolarización), comienza a consolidarse como un enfoque decisivo para prácticamente la mayoría de los partidos políticos y organizaciones económicas. Internacional (OCDE, Banco Mundial, FMI, Foro de Davos, G20, …), fundaciones filántropas y capitalistas (Bill y Melinda Gates, Howard G. Buffett, Amancio Ortega, Enseñar para todos, Comenzar por Educar …), así como Los equipos de gobierno y consejos sociales de los centros educativos públicos y privados.

Una ayuda inestimable para esta redirección mercantilista capitalista vino de la mano de, entre otros, las evaluaciones internacionales y de evaluación aplicadas por la Asociación Internacional para la Evaluación del Desempeño Educativo (AIE en inglés). Algunos de ellos son TIMSS y PIRLS en Educación Primaria, o el PISA más conocido en Educación Secundaria Obligatoria. Estas pruebas evalúan las mismas competencias: comprensión lingüística, matemáticas, ciencias experimentales y educación financiera. Los contenidos culturales de estas áreas se descartan; es decir, lo que realmente es responsabilidad exclusiva de las instituciones educativas, ya que el desarrollo de las competencias funcionó tanto en las aulas como fuera del horario escolar, en la familia, en los entornos del vecindario, el acceso a medios de calidad, las visitas a museos, etc.

Las políticas educativas neoliberales dificultan la construcción de un nudo inclusivo.

Este tipo de políticas educativas neoliberales ayudan así a dificultar, cuando no deshabilitar, la construcción de un «nudo» inclusivo, que no nos enseñan a vivir juntos. Por el contrario, contribuyen a generar demasiados «otros», en la medida en que regresamos a la escuela de acuerdo con nuestra clase social, sexo, etnia, religión, habilidades, etc. Esta dificultad para aprender a ver y tener en cuenta los diferentes «otros construidos social, política y culturalmente» ayuda a construir y reproducir otras explicaciones inválidas, no solo científicas o democráticas del comportamiento humano y las diferencias.

Terminamos suscribiéndonos y naturalizándonos en esos «otros» todo tipo de instintos, comportamientos perversos innatos, que obligarían al resto de ciudadanos a verlos e interactuar con ellos como «seres peligrosos», «amenazas a la coexistencia y al país». País del que somos dueños desde siempre. Los convertimos, por lo tanto, en seres de quienes se cuidan y se alejan. E intentamos no morir en los mismos edificios, barrios, ciudades y pueblos como «nosotros». Que no trabajen a nuestro lado, a menos que sea «para nosotros». Sin dudar o sentirse culpable porque su vida física está en peligro, o porque no puede sobrevivir en nuestras ciudades, comunidades autónomas o en «nuestra» España.

El desconocimiento de los contenidos de las tres áreas principales de conocimiento, que mencionamos anteriormente, está favoreciendo la creación de un nuevo sentido común que explica y naturaliza el «otro».

El desprecio es la relegación a «marías» de los contenidos de las tres grandes áreas de conocimiento mencionadas, aquellas con las que podemos construir «simpatía», justicia, solidaridad, cooperación, respeto; Aprender a vivir, trabajar y disfrutar juntos, está favoreciendo, poco a poco, la creación de un nuevo sentido común que explica y naturaliza el peligro de «diferente», de «otros». También es así como se ha penetrado en una nueva ideología y modelo de sociedad «posfascista», como dijo Enzo Traverso , o neofascista, como resultado de la mezcla de neoliberalismo, autoritarismo, chovinismo nacionalista, conservadurismo, antifeminismo, xenofobia, islamofobia. El imperialismo, el militarismo y el desprecio del pluralismo.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/educacion/o-papel-da-lomce-as-stem-e-pisa-como-profundizacion-do-neoliberalismo

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entrevista a Jurjo Torres Santomé: «La historia de nuestra humanidad es una historia de clasismo, racismo, sexismo, homofobia, de nacionalismo chauvinista, y de otros “…ismos” segregantes.»

Por Asociación de Enseñantes con Gitanos

Entrevistamos a Jurjo Torres, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidade da Coruña. Jurjo es
una referencia imprescindible cuando hablamos de políticas educativas y teoría del currículum. Por ello ha estado presente a menudo en nuestras Jornadas y sus textos son citados con frecuencia en nuestros documentos y debates.
Han pasado ya más de veinticinco años desde la publicación de El Currículum oculto (1991), un texto ya clásico para entender la relación entre Currículum, experiencia social y percepción de la diversidad sociocultural. Recientemente ha publicado Políticas educativas y construcción de personalidades neoliberales y neocolonialistas (2017) donde vuelve a mostrarnos un lúcido análisis de la dimensión política de la institución escolar como espacio donde se construyen nuestras interpretaciones acerca de la realidad.

Con esta entrevista pretendemos, además de escuchar al maestro, revisar con la perspectiva de las décadas transcurridas desde los años 80 del siglo pasado, sus opiniones respecto a Currículum y tratamiento de la cultura gitana.
1. Parecen ya antiguos los debates sobre currículum flexible y abierto… ¿Qué queda hoy de aquel debate?
Aquel debate tenía una filosofía y un sentido detrás y en la medida que cambiaron, ese sentido se vino abajo.
Cuando surge el concepto de “flexible y abierto” eran los primeros años de la democracia y estábamos convencidos de
que la ciudadanía tenía que aprender a convivir, a verse como iguales; que el conocimiento al que habíamos accedido antes tenía enormes sesgos y mentiras sobre todo en las áreas de las ciencias sociales, humanidades y artes. Era un conocimiento que había sido muy instrumentalizado durante el Franquismo para convencernos de que era un régimen legítimo y el mejor posible. Cuando pasamos a la democracia, asumimos lo que era normal: que el conocimiento es conflictivo, que hay que discutirlo, que había muchas alternativas a temáticas y contenidos
que se podían proponer, etc. Con lo cual el currículum debía ser abierto, para que se pudieran aprovechar intereses, necesidades y urgencias que había en un momento dado; para introducir contenidos que no estaban previstos; para introducir fuentes informativas que no estaban previstas, etc.

El problema es que, en este momento, las palabras que escuchamos siempre son “neoliberalismo para arriba y para abajo” y, aunque a la ciudadanía le parece que eso solo afecta al mundo de la economía, nos afecta a todas las dimensiones; y eso lo vimos claramente. Cuando el gobierno del Partido Popular entra con José María Aznar y luego con Mariano Rajoy al frente, todos los Ministerios empezaron a hacer cantidad de leyes nuevas para sustituir a las antiguas. Cuando uno miraba lo que había en común entre todas ellas aparecía eso: que vivíamos en una sociedad neoliberal donde se estaba intentando privatizar todo, donde lo público y esos conceptos iban desapareciendo…;
y, por lo tanto, cuando se entraba en educación se veía que las filosofías ya eran otras; vemos que son en muchos sentidos coincidentes con las que se imponen en los otros Ministerios (Economía, Trabajo, Servicios Sociales, Sanidad, …): tratar de privatizar todo, convertir en negocios privados lo que son derechos y bienes públicos. En educación, además de acelerar la privatización de instituciones y servicios educativos, modificarán también las políticas y filosofías curriculares. De repente, ya nadie hablaba de currículum abierto y flexible; (bueno, si se
habla es porque no se han leído los Reales Decretos de contenidos obligatorios, donde no hay nada abierto y flexible), sino que tenemos un sistema educativo donde nos inundaron y nos siguen inundando desde hace mucho tiempo con cantidad de contenidos, que cursarlos en ese tiempo que marca la ley de la escolaridad obligatoria es imposible. En consecuencia, se dificulta muchísimo incorporar esa filosofía más constructivista de estar dispuesto a acomodar contenidos curriculares, estrategias y ritmos de aprendizaje a la idiosincrasia del grupo de estudiantes que tenemos en cada aula. Es prácticamente imposible recurrir a estrategias más flexibles y abiertas o al menos se hace mucho más difícil ante la amenaza de evaluaciones externas dominadas por pruebas cerradas, tests de lápiz y papel. De modo que toda esa filosofía cambió y ahora todo está previsto.

Si miras en el Real Decreto de contenidos obligatorios, hace años solo te decían los objetivos y los contenidos. A partir de unos años más tarde, en el último gobierno del PSOE, empezaron a escenificar lo que llamaron las competencias; pero eso sí, sólo te permitían discutir las competencias; los contenidos nunca fueron sometidos a debate público. Y en estas últimas leyes ya te dicen objetivos, contenidos, contenidos obligatorios, competencias obligatorias, estándares de rendimiento, criterios de evaluación, etc. Te lo dan todo programado y sesgado.

Si tú me das un estándar de rendimiento para que yo evalúe los conocimientos históricos, literarios, artísticos… ¿dónde está la flexibilidad? Si ya me incorporas la definición, una selección de contenidos muy cerrada… entonces yo ahora lo que tengo que mirar es cómo busco unos criterios de evaluación que se puedan cuantificar de 0 a 10, que es lo que establece la ley. No puedo decir “progresa adecuadamente”, o “bien”, “yo creo que eso está…” ¡No! Tienes que poner un número de 0 a 10. Con lo cual cierras todo, un currículum tan estandarizado y evaluado numéricamente está prácticamente cerrado, como nunca había sucedido en nuestra historia pasada. Pero el problema fundamental no es ese: el problema fundamental es el modelo de ciudadanía.

El modelo de ciudadanía con el que una gran mayoría del profesorado y de la ciudadanía preocupada por la educación veníamos estando de acuerdo era el resultado de las experiencias y saberes que íbamos construyendo como fruto del avance de la propia democracia, de la implicación, participación y del debate de movimientos de renovación pedagógica, asociaciones como la de Enseñantes con Gitanos, etc. Íbamos perfilando, aprendiendo y corrigiendo, lo que debería ser un sistema educativo inclusivo, justo y democrático.

Todos teníamos claro que debíamos formar a una ciudadanía democrática, donde aprendíamos a considerarnos como iguales, a desmontar toda clase de prejuicios que teníamos unos sobre otros, etc. Y ahora veo que todo eso se nos viene abajo; es decir, si yo quisiera hacer una definición-síntesis de lo que es educar, yo creo que más o menos todos y todas estaríamos de acuerdo en pensar que educar es formar una ciudadanía (no clientela, no consumidores, ni un empresariado), una ciudadanía que tiene que ser culta. Culta en el sentido de que tiene que estar informada, para poder acceder a un conocimiento que está sistematizado y con el que podemos confrontar la realidad,
analizarla, buscar alternativas, explicar lo que está aconteciendo, etc. Eso es lo que nos va a dar “el conocimiento relevante”, “significativo para el alumnado”, de todo el conocimiento que llevamos construido.

Una ciudadanía que tiene que ser democrática, de personas que se sienten iguales a las personas que están a su alrededor y que, por lo tanto, se preocupan del bienestar y de lo que les pase a los demás; porque somos seres interdependientes y, como somos interdependientes, nos preocupamos unos de otros para ayudarnos. Lo contrario no sería una ciudadanía democrática, serían seres explotadores, autoritarios, manipuladores, o lo que sea.
Y tiene que ser justa; es decir, tiene que ser una ciudadanía que, en todo lo que hace, piensa, planifica…, tiene un criterio con el que va a tomar decisiones: si esto es justo o no es justo, a quién se beneficia, a quién se perjudica, a quién se ignora y a quién se toma en consideración.

Tiene que ser crítica; por lo tanto, debe ser una ciudadanía que tiene acceso a una buena información y tiene mecanismos para defenderse de manipulaciones y sesgos informativos; aprendió a debatir, a contrastar la información, a argumentar, etc. Ejercer el pensamiento crítico es ser consciente de que nuestro conocimiento está construido por seres humanos que somos falibles, que tenemos prejuicios, que tenemos intereses y que es
necesario ser muy consciente de ellos; porque de lo contrario, con la mejor buena fe, seguimos inferiorizando, colonizando, dominando, jerarquizando, estigmatizando a muchas personas que están a nuestro alrededor o que viven más lejos, pero con los que estamos interrelacionados a través de políticas globalizadas en las que participan nuestros gobiernos, “nosotros”.

Es por razones como las que vengo subrayando que toda educación verdaderamente liberadora de irracionalismos debe ser inclusiva, donde asumimos que todos somos iguales y, por lo tanto, una de las cosas fundamentales es que tenemos que hacer es analizar y ver que todos los diferentes tipos de personas y colectivos sociales que conforman nuestra sociedad “existen” también en nuestras aulas y sus realidades se reflejan en los contenidos de nuestros libros de texto. No podemos ignorar que cualquier niño o niña “romá”, una de las cosas que más pronto aprende es que él “no existe”, que no hay nada en la decoración en el centro, ni contenidos en los libros de texto, nada donde
se hable de ellos, así como tampoco existen en su colegio profesoras y profesores romá. Y cuando se habla de ellos es desde el conocimiento experiencial de fuera, donde se dice que las personas de estos colectivos sociales son conflictivas, vagas, que no se esfuerzan, etcétera. Toda una cantidad de mentiras, manipulaciones, prejuicios y sesgos construidas a lo largo de muchos siglos.

Y, finalmente, tiene que ser una ciudadanía optimista, que sabe que en nuestro mundo hay problemas, pero que esos problemas siempre tienen solución; personas optimistas ante la posibilidad y el deber de conformar un mundo más justo, democrático, inclusivo, solidario y sustentable

2. ¿Hay razones para ser más pesimistas hoy, cuando el debate curricular se aparca o se centra en aspectos más secundarios, a diferencia de aquellas décadas (80/90) donde el debate curricular parecía un tema central?

En la actualidad el pesimismo se extiende, algo fácilmente constatable al ver como nuestros derechos como ciudadanía están siendo recortados desde todos los ministerios del gobierno, y las respuestas de la ciudadanía parecen debilitarse, como si las explicaciones y verdades “oficiales” nos convencieran. Por ejemplo, el acceso a la sanidad pública es cada vez más dificultoso, tiene más problemas; los recortes que hay están afectando a todo el mundo. Tanto a la médica que te está atendiendo, que le van a decir que esté mucho menos tiempo atendiéndote,
como a los medicamentos o tratamientos que puedas precisar; le van a decir e incluso obligar a que recete los baratos, aunque sean mucho menos eficaces, pero que no hay recursos, que no se puede “gastar” tanto dinero con las personas enfermas, que esos gastos ahora no son asumibles porque “estuvimos viviendo por encima de nuestras posibilidades” (Mariano Rajoy dixit). Esto mismo ocurre en Sanidad, Servicios Sociales, etc. y en Educación nos pasa exactamente lo mismo.

Al hablar de Educación se están utilizando una serie de palabras muy bonitas, estimulantes, como pueden ser “Excelencia”, “Calidad”, “Eficacia”, … Pero el problema que tiene el vocabulario que se utiliza desde el gobierno y sus ministerios para movilizar a la gente, para implicarla y comprometerla, no es más que una estrategia para desviar su atención de los asuntos relevantes, por ello la realidad es que a esos mismos conceptos se les cambia el significado original. Entonces cuando a uno le dicen: “¿usted quiere ser un profesor o una profesora excelente?”, nadie va a decir que no. El problema es que le van a decir: “vamos a aplicar estos estándares, vamos a medir su excelencia”, y con ese criterio con el que miden pues uno dice: “¡mire usted, yo no estoy de acuerdo con que eso sea la excelencia!”. Los instrumentos oficiales con los que se miden esas dimensiones tan importantes, basados en los estándares cuantitativos que el Partido Popular decretó sin debate democrático y sin consensuar, incorporan decisiones y opciones que distorsionan radicalmente su sentido originario. Eso es lo que nos está pasando.

Ves cómo, a nivel de currículum, ya nadie habla de una educación integral, de que hay que atender a todas las dimensiones: cognitivas, afectivas, socio-afectivas, psicomotoras, a las distintas áreas del conocimiento… Pero la realidad se explica cuando todas esas parcelas del conocimiento las pones en interrelación unas y otras. Cualquier persona que está hoy en el sistema educativo sabe que hay asignaturas que son más importantes y asignaturas que son mucho menos importantes. Y, cuando miras las importantes, cada vez son más reducidas; que no todas
parecen imprescindibles para ser y poder ejercer nuestros derechos y deberes como ciudadanía.
El gran éxito que tiene “la derecha” es convencer a una parte muy importante de la ciudadanía de que nuestro sistema educativo -público, sobre todo- es un gran fracaso. Pero ¿por qué es un fracaso? ¿Dónde están las pruebas que lo dicen?

PISA es uno de los instrumentos que está utilizando y manipulando con más contundencia por parte de “la derecha”
para hacer que te obsesiones solo con determinadas parcelas del conocimiento y no otras. Pero debemos pensar que PISA mide sólo las competencias en comprensión lectora, no en la escritura –la escritura nadie la evalúa-; las competencias matemáticas, las competencias en las ciencias experimentales y la educación financiera; pero no se evalúan los contenidos en esas mismas áreas de conocimiento. ¿Y esto es la educación integral? ¿Qué es lo que está desapareciendo, relegándose y dándosele cada vez menos importancia? Es todo lo que tiene que ver con las Ciencias Sociales, con las Humanidades y con el mundo de las Artes; que son las materias, las únicas áreas de conocimiento con las cuales analizar para qué, dónde y qué es necesario utilizar y desarrollar en las matemáticas, las ciencias
experimentales y en la cultura y contenidos financieros. Es decir, el otro conocimiento con el que está obsesionado PISA, PIRLS y TIMSS sólo puede ser comprensible, desarrollable y utilizable de una forma democrática al servicio y en beneficio de toda la humanidad y la sostenibilidad del planeta, si quienes desarrollen ese conocimiento tienen una gran formación Humanística, en Ciencias Sociales y en las Artes. Estas son las materias que, por así decirlo, nos hacen abrirnos a los demás, nos hacen desenvolver la empatía, nos hacen pensar en la utilidad y en los bienes públicos en general; nos ayudan a interrogarnos y cuestionar al servicio de qué colectivo está el conocimiento que queremos desarrollar.

Alguien tan importante como Ortega y Gasset, a finales de los años treinta del siglo pasado, nos hablaba de “los sabios ignorantes”, que serían los profesionales que ahora está tratando de desarrollar esta política de PISA. Son las personas especialistas en una parcelita del conocimiento de la que lo saben todo e ignoran la de todos lo demás campos. Lo que desarrolla más la “barbarie del especialismo” –¡qué palabras más duras utiliza un intelectual que no es nada sospechoso de radical como Ortega y Gasset! – es que esas personas, como saben mucho de un campo, tienden a creer que saben de todo y, en consecuencia, actúan con una prepotencia enorme, llegando a ignorar
los efectos secundarios y colaterales de ese conocimiento, que acostumbran a ser muy peligrosos.

Pensemos que, en estos momentos, en quienes están desarrollando la investigación más importante y con mayores recursos económicos y tecnológicos sobre armas de guerras, armas de destrucción y, en general, sobre muchos otros conocimientos y tecnologías destructivas; son grandes profesionales que tuvieron enorme éxito escolar; tanto, que consiguieron ser ingenieros, científicos especializados en las áreas que se agrupan bajo las siglas STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas) y que están siendo contratados en los mejores centros de investigación
y laboratorios. Pienso que muchos de ellos es probable que ignoren, por ejemplo, la experiencia de Albert Einstein
cuando comprueba para qué servía el conocimiento físico que estaba desarrollando, cuando se vuelve consciente de la perversidad de los terroríficos efectos de la bomba atómica… ¡se convierte en un pacifista!; se da cuenta del peligro que tiene ese conocimiento. No se hasta qué punto quienes trabajan en esos enormes complejos científicos, tecnológicos e industriales asumen que deberían cuestionarse al servicio de quienes utilizan su saber y experiencia.
Yo creo que esta “sabiduría ignorante” es la filosofía con la que se está formando al alumnado, porque los grandes negocios van a venir por ese mundo. No podemos ignorar que, por ejemplo, el Foro Económico Mundial de Davos, de 2016, insta a los gobiernos a impulsar mucho más todos los saberes imprescindibles para moverse en lo que ahora se denomina la Cuarta Revolución Industrial, resultado de sinergias entre tecnologías digitales, físicas y biológicas; por ello apremian a dedicar los mayores esfuerzos a campos de conocimiento como; robótica, nanotecnologías, inteligencia artificial, internet de las cosas, biotecnología, edición genética, ciencia de lo s materiales, almacenamiento de energía, computación cuántica, impresoras 3D, vehículos autónomos, drones, etc. Son conocimientos muy importantes, pero conviene que ese conocimiento no se pueda instrumentalizar al servicio de los grupos minoritarios con mayor poder económico, social y político; en contra de los intereses de cada vez a mayores sectores sociales desfavorecidos; sin considerar su utilidad pública, para ayudar a conformar un mundo más justo, solidario y fraternal.

3. Aunque ya nos ha estado comentando algo…, en su último libro desarrolla un amplio capítulo sobre la dimensión política, el sentido y finalidades de las distintas áreas de conocimiento en el currículum. ¿Cómo afecta esta cuestión a la percepción de la diversidad sociocultural?

Lo que denuncio es como la derecha más conservadora y neoliberal manipula la dimensión política de la realidad construida. La política en el sentido más Aristotélica (pero incluyendo a las mujeres y a los esclavos y esclavas, que él no consideraba) es la consecuencia del ejercicio de nuestra libertad. La política es el modo que tenemos la ciudadanía – hombres y mujeres-, que somos iguales en derechos, pero que somos diferentes, de organizar el mundo para vivir juntos, colaborar entre nosotros y no explotarnos unos a los otros. ¡Eso es la política! En ese sentido, cuando tú miras el conocimiento, lo tienes que mirar desde esa dimensión: ¿en qué medida estamos contemplando a todas las
personas? Y esto nos va a beneficiar a todas y a todos.

Ahí es donde están las grandes dificultades: hoy, cuando hablas de política, la gente está entendiendo «adoctrinamiento de una determinada concepción partidista, al servicio de un partido político determinado”. Eso no es la política, eso es el partidismo, la ideologización, el adoctrinamiento… La política es consecuencia de la concepción de asumir al ser humano como libre, no sometido a determinismos religiosos, astronómicos o algo
similar. Mediante análisis y debates democráticos el ejercicio de la política nos ayuda a concebirnos y a explicarnos a todas las personas como iguales y aprender a debatir y a resolver y analizar los problemas en los que estamos implicados.

En el Currículum es esa dimensión la que se está sesgando y manipulando de manera interesada y partidista por los gobiernos conservadores y neoliberales. Tuvimos la suerte de poder acceder a los dos primeros borradores de la LOMCE y en ellos se anunciaba con toda claridad, de manera descarnada, y sin ningún debate democrático ni consenso previo la intención de entregar y someter a los intereses del mercado capitalista toda la educación de la ciudadanía comprendida entre los cero y los dieciocho años de edad. En la introducción de la Ley, en las primeras
cinco líneas, se nos decía clarísimamente y se justificaba su filosofía de fondo, porqué era necesaria esa nueva ley. Esas líneas son la síntesis total de todo lo que estoy diciendo de como se propugnaba una educación neoliberal, católicamente conservadora y neocolonial. Allí se dice:” La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una
apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global”. Una ley que está pensada y planificada para niñas y niños de cero a dieciocho años…

¡Por favor! Con semejante declaración de principios estamos hablando ya de lo importante que es la competitividad, de la competitividad de la economía, de puestos de trabajo de alta cualificación, … ¿No nos falta antes pensar en la persona, en su humanidad, en sus capacidades, potencialidades, en la sociedad y en el mundo que está viviendo?
Como resultado de las grandes protestas sociales, cambiaron esta introducción, lo que no cambiaron fue el articulado de la Ley. Es como si quienes la redactaron dijeran: “En las introducciones puedes poner lo que te dé la gana, que es palabrería vacía, de lo que realmente importa, el articulado, ya nos encargaremos detalladamente para que se hagan realidad esas pretensiones”.
Hoy salía una noticia en los medios de comunicación en la que se nos decía que las autoridades responsables de educación estaban asustadas y preocupadas porque no logran que los estudiantes se encaminen hacia esas materias que vienen tratando de priorizar: ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas. Y que hay muchos estudiantes que todavía quieren estudiar temas de la Salud, de Educación, de Humanidades, Artes, … o sea que, de alguna forma, tenemos estudiantes con tienen una visión mucho más generosa de la gente, de la Sociedad, … que están interesados
en las personas, en contribuir con su trabajo a mejorar la vida de la gente, a luchar por la justicia y los bienes comunes. Lo cual, lógicamente, no conlleva que quienes hacen opciones por STEM no piensen también en las personas, sean seres, a priori, insolidarios. ¡Ni mucho menos!. Lo que destaco son las dificultades de quienes quieren marginar las áreas de conocimiento que PISA no atiende; de las políticas mercantilistas que quieren obsesionarnos
con que esas disciplinas son las claves, lo mejor y que las demás no son importantes. No podemos obviar que las grandes preguntas que se hace el ser humano -y no un robot, y que nunca un robot va a poder hacer- son sobre la justicia, quién es el otro, qué problemas tiene esa otra persona, cómo vivir en un mundo de iguales, en un planeta sustentable, … Cuestiones vitales como estas las computadoras no se las van a hacer.

Es preciso tener presente que una competencia que se exige como transversal y que tiene que cruzar todas las materias es la del emprendimiento, pero desde la óptica capitalista: “a ver cómo monto un negocio y aprendo a competir y a hacerme rico en este mercado global”. Porque hay otra mirada del emprendimiento que no se contempla, pensada desde lo común, lo que podríamos denominar como el “emprendimiento socialista
o de lo común”; o sea, ayudar a vernos como ciudadanas y ciudadanos que nos sentimos pertenecientes a una comunidad y analizamos qué problemas tiene esta comunidad y tratamos de resolverlos. Emprendemos y colaboramos en acciones para resolver los problemas que nos afectan a todos.

Estas concepciones neoliberales y conservadores se dejan ver ya en el lenguaje y el discurso demasiadas personas. Hoy, cuando se habla de éxito escolar, la palabra “éxito” ya está cargada de ideología. Porque ese éxito significa que el individuo, él solo, se cree responsable de su éxito, porque se esforzó y lo logró y, por lo tanto, ahora se merece su recompensa, todo. Desaparecen las dimensiones que explican qué condiciones sociales y contextuales favorecieron ese éxito, qué ayudas tuvo, cuáles eran sus condiciones de partida, qué ventajas tuvo.

El eslogan que utilizó Margaret Thatcher cuando implantó sus reformas educativas y laborales en UK, el neoliberalismo más puro, es el mismo que utilizó el gobierno conservador de Aznar, en concreto siendo Esperanza Aguirre ministra de Educación: “la cultura del esfuerzo”. Según aquel gobierno, el gran problema que tiene
el país es que la gente no se esfuerza, que los estudiantes no se esfuerzan, y por eso fracasan. Ese mantra del esfuerzo está metiendo de refilón un dogma falso, que es el de que ya vivimos en una sociedad en la que hay igualdad de oportunidades, por lo que el esfuerzo es lo único que va a diferenciar a unos de otros.

Pero, obviamente, es erróneo asumir que hoy vivimos en una sociedad de igualdad de oportunidades; la realidad es al revés, ya que la desigualdad es día a día más creciente: el hecho de nacer en un país u otro ya garantiza un futuro; nacer en un barrio u otro da un futuro; tener una familia u otra cambia tu futuro.

4. Y, en particular, respecto a las minorías culturales (como la comunidad gitana), ¿es hoy nuestro currículum una posibilidad o más bien un obstáculo?

El problema es que, si leemos los contenidos obligatorios de todas las áreas de conocimiento que aparecen legisladas, la palabra “romá, gitana”, (¡llámala el nombre que te dé la gana!), ¡ni aparece! No aparece nada y, en cambio, en los temas transversales, aparece que la gente debe conocer el “Holocausto Judío”. ¿Y el gitano?, ¿dónde queda la comunidad que de alguna forma está más presente en las aulas? ¡Silencio! No fueron ni siquiera lo suficientemente prudentes para decir “el Holocausto”, a secas. Solo es imprescindible caer en la cuenta del judío, silenciando a
otros colectivos sociales y pueblos que compartieron ese siniestro e injustificado destino, tal y como fue el de millones de personas gitanas que también fueron víctimas del holocausto nazi.

La temática gitana sigue estando muy ausente; comienzan a aparecer otros colectivos y pueblos, pero no el gitano. Parece como si fuera una problemática que solo le preocupa al propio pueblo romá. ¡Esto es una injusticia enorme! El Estado debe velar sobre un problema de tanta trascendencia, y que las políticas educativas no lo tengan claro es muy preocupante y tremendamente injusto.

Debemos de tener en cuenta que los organismos internacionales, la “ECRI”1, -que analiza las políticas de racismo en todas las áreas de la sociedad, no solo en educación- llevan desde el año 2011 diciéndole a España que tienen demasiadas denuncias y pruebas de que existen colegios gueto en los que está escolarizado este tipo de población de forma mayoritaria. Es llamativo, sin embargo, que incluso hasta la propia ECRI, tiene una “metedura de pata”, porque habla de estudiantes españoles y gitanos.

Hay que recordarles que los gitanos son españoles; puede haber gitanos rumanos, franceses o de otros países, pero en España tenemos gitanos desde hace siglos y son ciudadanas y ciudadanos españoles de pleno derecho. Estos propios automatismos, ese “sentir racista” que se fue construyendo a lo largo de la historia, nos traiciona en cosas de ese tipo. La ECRI le dice al Estado que el alumnado gitano está escolarizado en “centros gueto” y los contenidos culturales que se refieren a ellos no están. Hacen incluso “recomendaciones encarecidas”, diciendo:

1. Que las contribuciones positivas de la cultura del pueblo gitano aparezcan explícitamente en todas las áreas de conocimiento como materia transversal.
2. Que en las instituciones de formación de profesorado y de actualización del profesorado, se hagan programas específicos para explicarles los grandes logros y aportaciones de la cultura gitana a la cultura española.

Yo no conozco todavía ninguna asignatura en ninguna universidad que trabaje obligatoriamente esa temática concreta, teniendo en cuenta, además, las “aportaciones positivas”, otra cosa es que profesoras y profesores a título individual lo hagan. Es decir, está totalmente ignorado toda esta realidad; ¡es muy preocupante!

Yo siempre le digo al profesorado y al alumnado con el que trabajo: “Imagínate que eres gitana, entras en un colegio, atraviesas sus pasillos y entras en sus aulas y empiezas a ver en las fotos que reproducen a niños y niñas que no encuentras a nadie como tú, que reproduzca a gitanas y gitanos”. Por el contrario, lo que dominan son fotos tipo los anuncios de “Prenatal”: niños y niñas guapos, típicos de los anuncios de televisión –que luego hasta te cuesta verlos en la realidad cotidiana. Con ese decorado una persona gitana ya empieza a ver que es un ser “raro”, extraño.
Luego cuando abres cualquiera de los libros de texto, tampoco ves que aparezca nada sobre personas como tú y las de tu comunidad, ¡tú no existes! ¡El tipo de familia y todas las formas que caracterizan a tu mundo no existen! A mí me parece una enorme injusticia que todavía en el Siglo XXI estemos con estas cuestiones tan discriminatorias.

5. ¿Qué opinión le merece la evolución de los materiales curriculares de las editoriales (especialmente, libros de texto) en el tratamiento de esta cuestión?
Yo me dedico a hacer análisis de materiales curriculares desde hace décadas y me falta encontrar libros de texto que tomen en consideración esta realidad romá. De hecho, periódicamente como resultado de los análisis de contenido de los libros que realizamos vengo reproduciendo un cuadro que denomino como “las culturas ausentes y silenciadas”, y entre ellas siempre incluyo a la cultura del pueblo gitano; yo no veo nada sobre ellos. Por lo menos, en los libros que manejo, y ¡no creo que se deba a que tengo mala suerte en la selección de libros que analizo …! La memoria y la realidad de este pueblo sigue estando ausente en el sistema educativo, en todos los niveles, desde la Educación Infantil hasta la Universidad.

Cuando se construye y publica un libro de texto o cualquier material curricular, el Ministerio de Educación y las Consejerías correspondientes deberían ser conscientes de estas lagunas y sesgos; debería de existir una mayor y explícita vigilancia sobre estos materiales. Y cuando se constaten estas ausencias debería de negarse su consideración como libros de texto, no dejar que llevara ningún rótulo que explicite que tiene validez oficial. Incluso, lo más justo sería que se prohibiera explícitamente la existencia de materiales curriculares con estas distorsiones y ausencias que afectan de manera directa e injusta a niñas y niños gitanos y a sus familias. Debería ser sancionable que se silencie este tipo de realidades en nuestro sistema educativo. A mí, esto me parece muy preocupante.

Y luego hay otro factor que uno debe tomar en consideración, y es que la gran mayoría de los libros de texto pertenecen a órdenes religiosas católicas, con lo cual esas realidades gitanas ni entran. No debemos pasar por alto que en esta etnia son dominantes otros tipos de iglesias, diferentes a la iglesia católica, apostólica y romana. Por lo tanto, los libros de texto dominantes incorporan todos una mirada y sesgo católico a sus contenidos. La religión no solo está en la asignatura de religión, está en todos los materiales de las restantes asignaturas; si coges a esta altura de curso los libros de literatura, ya llevan un mes explicando como fenómeno literario los villancicos; y los libros de ciencias sociales ya preparan y estudian motivando con el tema de la Navidad; entre sus lecciones o bloques de contenido se reproduce esta festividad católica.

Coges cualquier libro de la editorial Anaya, Santillana -y estas son empresas laicas- o de cualquier otra y están memorizando “El borriquito…”, “Beben y beben los peces…”, o villancicos semejantes. Es muy llamativo como la gran mayoría de los libros de texto, de la editorial que sea incorporan las festividades religiosas católicas y, lo que es más llamativo, acomodan los contenidos de sus libros a los mandatos y concepciones de la iglesia católica. Aunque hay editoriales que son laicas, como quieren vender los libros a los colegios concertados y privados, que son mayoritariamente católicos, también se someten a sus mandamientos. Por lo tanto, toda esa visión católica
fundamentalista de la vida aparece en las ciencias sociales, las humanidades, en las artes, en matemáticas, en biología, … ¡en todo! Este país aún no sabe lo que es laicismo y el sistema educativo muchísimo menos. Esto también me preocupa: ¿cómo el alumnado de comunidad va a tener éxito escolar si lo tiene todo en contra?; además, tampoco el profesorado, en su gran mayoría, sabe trabajar con esta población, entre otras cosas porque desconoce su cultura, su historia, las tradiciones, sus grandes aportaciones culturales, los problemas que tiene esa comunidad; todo su imaginario es el resultado de siglos y siglos de mentiras, difamaciones, de sesgos, prejuicios y falsas expectativas sobre sus hombres y mujeres.

Otro problema es que, de vez en cuando, se hace una unidad didáctica, que además de ser un parche (pues es tratar
de conocer ese mundo sólo en una mañana) también ahí las distorsiones y tópicos afloran con demasiada frecuencia. Es fácil que en ese día se recurra a tareas como hacer un pastel o pedir a las niñas y niños gitanos que cuenten cómo son sus bodas o interpreten alguna canción flamenca, …. Es todo una “folklorada” en el sentido peyorativo de la palabra. ¿Eso es la cultura gitana? La inmensa mayoría del profesorado no estudió nunca explícitamente ni contenidos rigurosos sobre este pueblo ni aprendió estrategias didácticas para tratar temas social y políticamente tan conflictivos, y en el código genético no vienen. Vuestra asociación puede dar datos muy relevantes sobre el número de profesoras y profesores payos que acuden a vuestros encuentros, cursos, seminarios, adquieren vuestras
publicaciones, etc. O hay programas específicos para estudiar y exigir estos temas al profesorado o de lo contrario no es posible trabajarlo con seriedad y rigor. Tú le preguntas al profesorado lo que es la cultura gitana y dará dos palmadas y dirá que es el flamenco, desconocerá los problemas que tienen y seguirá pensando que son vagos, trashumantes… ¿Cómo que trashumantes? No se analiza cuándo se empezaron a mover y por qué se vieron obligados a desplazarse.

6. Desde su punto de vista, ¿seguimos repitiendo en nuestras intervenciones curriculares el modelo del “currículum de turistas”?

¡Totalmente! A mí me parece que esta anomalía curricular sigue estando a la orden del día. La comprensión de las políticas sociales, de las condiciones de vida de este colectivo son ignoradas por la mayoría de la gente, que sigue creyendo que es un colectivo de personas mayoritariamente vagas, de timadores, de delincuentes, que son sus miembros quienes llenan las cárceles, se dedican a la droga y cosas por el estilo. Todos esos tópicos siguen ahí, la gente desconoce incluso que muchos personajes famosos a lo largo de la historia y en todos los campos del saber
y de la cultura que, tal vez, conocen, aparecen reflejados como payos en vez de como gitanos.

Por eso, recurro a la denominación de “currículum de turistas”; porque es un día, una hora, una mañana concreta, en una asignatura … que hacemos lo que se llama “el día de …”. Además, de la mano de un profesorado que no tiene información rigurosa sobre las aportaciones positivas a la cultura del pueblo gitano, tal y como dice la ECRI; ignora sus problemas y sus dificultades, desconoce la realidad de su vida cotidiana e incluso de dónde y en qué condiciones viven. Si no se sabe esto, se cae en un currículum de turistas, que consiste en tratar de saber alguno de los platos que comen, como son sus ritos de boda, qué les gusta, qué música escuchan, cómo bailan, qué tocan, cómo interpretan
… Alguno, incluso, hasta es probable que recurra a reproducir los carros tradicionales empleados para desplazarse.
Tópicos que para nada ayudan a conocer y a considerar como iguales a la ciudadanía perteneciente a esta etnia; a incluirlos y considerarlos como “nosotros”.

7. Ha mencionado que a menudo la urgencia, o la oportunidad, el desconocimiento, nos conducen a realizar unidades didácticas específicas sobre cultura gitana, a pesar de que entendemos que esta no es la perspectiva más adecuada. ¿Qué opina Vd.? ¿Qué cautelas deberíamos observar?

Esta estrategia didáctica fue una aportación positiva de urgencia por parte del profesorado social y políticamente más comprometido con la educación, durante los años de la transición democrática para darle cabida en las aulas a temas sociales, a realidades culturales que el franquismo marginaba o ignoraba. Se trataba de al menos un determinado día dedicarlo a estudiar temas como la historia y situación actual de la mujer, a conocer y recuperar determinados aspectos de la cultura popular y su razón de ser; investigar temáticas medioambientales de urgencia, conocer la cultura gitana, … Esto lo va a hacer el profesorado más sensibilizado, porque también había otros sectores que no se sumaron a implementar estas estrategias.

Era una forma conocer y de investigar con el alumnado temas que el currículum oficial no tenía y que, curiosamente, además se trataban mediante metodologías muy activas, basadas en la investigación y descubrimiento. Todo lo contrario de la metodología  pasiva y acrítica con la que se estudiaban los contenidos de los libros de texto. El problema es que aquella solución de urgencia, no es aconsejable en la actualidad. No es lo más pedagógico tratar estas temáticas como “el día de …”, como una unidad didáctica esporádica y aislada, cuando no incomunicada, con el resto de los temas. Es necesario que en todos los temas que se están trabajando aparezcan estas realidades silenciadas o ninguneadas; que aparezcan contextualizadas en todos aquellos temas con los que tienen relación, que se reflejen en las fotografías, dibujos, gráficos, ejemplos de los libros de texto, de los materiales curriculares
en general. Es muy conveniente que nos preocupemos de tener como informantes para nuestro trabajo en las aulas a personas especialistas en aquellas realidades que desconocemos.

En el caso de la población gitana, no podemos ignorar su propia historia y experiencia, mayoritariamente negativa, con las realidades e instituciones payas; lo que explica el distanciamiento de muchas madres y padres romá de los centros escolares; a no confiar en las profesoras y profesores. Esta realidad añade un plus de trabajo al profesorado que tiene que tratar de hacer un esfuerzo especial para contactar con estas familias, recurrir a personas mediadoras para facilitar acercamientos y así poder trabajar de manera respetuosa y colaborativa con las madres y padres de nuestro alumnado gitano. Es decir, tenemos que aprender a acercarnos a este colectivo, porque lógicamente está muy quemado con lo que es el mundo de la escuela y, por lo tanto, “a la menor” va a estar sospechando de nosotros. Asimismo, es imprescindible asumir que también el profesorado está plagado de estereotipos negativos sobre
esos colectivos, y esto se nota hasta en la postura física de cómo se acercan a ellos, en el tono de las entrevistas que se
realizan, … rápidamente los culpabilizamos. Solo asumiendo que somos fruto de una cultura racista y por tanto, personas y profesionales racistas, es cuando podemos empezar a avanzar y a esforzarnos para dejar de serlo.

Cuando aparece en la escuela ese tipo de alumnado, entran porque la ley dice que la escolaridad es obligatoria. Pero una vez dentro, hay una política oficialista que facilita que puedan abandonar con mucha frecuencia. Lógicamente hay mucho  profesorado -especialmente en la educación pública- que está esforzándose mucho y bien y que está muy comprometido con la educación de este colectivo. En este tipo de personas hay que apoyarse; hay que apoyarlas y ayudarles a complementar su trabajo con materiales curriculares verdaderamente inclusivos y rigurosos, facilitar su acceso a otras instituciones y centros donde se compartan estos saberes; contribuir a divulgarlos y a hacerlos a accesibles a otras profesoras y profesores. A mí esto me parece de una de las urgencias del momento. Si estamos
en una sociedad en la que el racismo está creciendo, lo que tenemos es que hacerle frente, pero siendo conscientes de que la población gitana es también víctima, no solo la población negra o de origen africana. Nuestro racismo va a estar aquí, más cerca, con los colectivos más próximos. La gente los quiere apartar, los mira sospechando de ellos; es un colectivo que arrastra una discriminación enorme y la población mayoritaria está cargada de prejuicios hacia estos colectivos. No hay nada, ni en las novelas, ni en el cine ni en la televisión que pueda servir de ejemplo-modelo de inclusión para la mayoría de la gente no perteneciente a esta etnia. La tónica dominante es que, si aparecen, lo hacen circunscritos al mundo del flamenco, de la mendicidad, a la delincuencia, o a cosas por el estilo,  esempeñando
roles muy secundarios y prejuiciados.

8. ¿Cuál sería, desde su experiencia, la estrategia curricular más adecuada para tratar la cultura gitana en el currículum?

En primer lugar, habría que examinar los contenidos curriculares obligatorios de todas las asignaturas y niveles del sistema educativo, legislados tanto a nivel estatal como autonómico, e incorporar en ellos las aportaciones positivas de la cultura gitana; integrar su historia y realidad en el marco general, no como un añadido puntual a mayores.
En segundo lugar, habría que revisar los contenidos de todas las materias, los contenidos de los libros de texto (informaciones e ilustraciones) e incorporar la historia, cultura y situación del pueblo gitano en todos los temas en los que pueden y deben estar.

Deberíamos aprender de lo que hizo el movimiento feminista para revisar su presencia y los discursos en todas las áreas de conocimiento, inspeccionando aquellos que les afectaban, en especial denunciando los que las inferiorizaban, etiquetaban en negativo y los que las silenciaban; comprobando dónde aparecían, de qué manera, en qué condiciones, en qué número, ocupando qué planos en las fotografías y dibujos, …; exigiendo que se incluyeran las aportaciones de las mujeres en todas las áreas de conocimiento, sus biografías, sus derechos y los problemas
que más les afectan. Yo creo que esa revisión está todavía pendiente de hacerse en el caso del pueblo romá o gitano. Es una tarea urgente, que en justicia ya no admite dilaciones. Hay que ir libro por libro y asignatura por asignatura mirando dónde hay un lugar en el que se podría incluir a la población gitana, sus aportaciones, su historia, su realidad y sus problemas. Hay que verificar informaciones, fotografías, dibujos, gráficos y esquemas e incorporar las ausencias o subsanar los errores y sesgos que les afectan. Esta revisión y subsanación de los errores y omisiones
que afectan al colectivo gitano tiene que hacerse tanto en los materiales en formato libro como en los audiovisuales. Yo creo que esta medida es muy urgente.

Por ejemplo, cuando tú explicas la historia y hablas de los Reyes Católicos, podría aparecer todo lo que hicieron también contra los gitanos, la gente debe y tiene que conocerlo. Es una de las informaciones más relevantes y potentes para empezar a ayudar a desmontar prejuicios que la gente tiene todavía hoy,que vienen arrastrados desde ese momento histórico. La gente debe comprender cuál es la génesis de un determinado problema, por qué este pueblo está estigmatizado, qué políticas y que colectivos sociales lo provocaron. Cuando tú hablas de historia,
debes dar a conocer eso; de lo contrario, además de no ser justos, nos convertimos en cómplices de los poderes colonialistas y neocolonialistas dominantes.

Hablábamos antes que el Real Decreto de contenidos obligatorios es sensible al Holocausto Judío. ¡Desmonta eso! y pon también el Holocausto gitano y lo explicas para que se comprendan situaciones de marginaciones y cómo ese pueblo tuvo que aprender a sobrevivir para llegar hasta donde está. Debemos verlo en todas las materias y en todas las ilustraciones y en la propia decoración de las instituciones escolares y en sus aulas. No puede haber un centro donde un niño o niña gitana entre y “no exista”; ni que entre y los demás no sepan quién es. O, al contrario, que entre y se encuentre con todos los prejuicios negativos aprendidos desde fuera.

En tercer lugar, es imprescindible diseñar e implementar planes de formación y de actualización del profesorado sobre historia y cultura del pueblo gitano; sobre estrategias didácticas, criterios para seleccionar materiales curriculares, modos de rediseñar los espacios y agrupamientos del alumnado y así poder hacer realidad un currículum más inclusivo. Asimismo, es necesario proporcionar información y formación al profesorado para trabajar con las familias gitanas, en especial con las que pertenecen a los sectores social y culturalmente más desfavorecidos.

Aprender a vivir juntos es una filosofía y un objetivo principal en toda educación verdaderamente justa e inclusiva; una concepción que trata de enseñar al alumnado a “aprender a reconocerse”, aprender a ver al otro como un igual a ti, con tus mismos derechos, aunque sus modos de vida puedan ser diferentes; mostrando las dificultades e injusticias de las que son objeto, pero explicando los porqué, así como las formas de hacerlas desaparecer y de hacer frente a los problemas; de aprender a colaborar, a trabajar y disfrutar juntos, a apoyarse mutuamente. Obviamente, un objetivo semejante exige desmontar los prejuicios mutuos. La historia de nuestra humanidad es una historia
de clasismo, racismo, sexismo, homofobia, de nacionalismo chauvinista, y de otros “…ismos” segregantes. Cuando uno se da cuenta de esto, se requiere un esfuerzo consciente e intelectual muy fuerte, porque las ideologías, cuando están en pleno apogeo, funcionan integradas en el sentido común, de ahí que no somos capaces de ver nuestros sesgos, explicarse las razones de sus comportamientos discriminatorios, de sus valoraciones y decisiones sexistas, racistas, clasistas, edadistas, … ¿Por qué los niños y las niñas no gitanas, así como el profesorado, no ven que faltan la realidad gitana en los libros de texto? Porque su pensamiento ya asumió como “lógico”, “obvio”, “natural” esas ausencias. Incluso, cuando se encuentren con otras personas que denuncien tales ausencias y manipulaciones informativas, es fácil que el comportamiento espontáneo sea el de tildarlas de “politizadas”, de “izquierdistas” o calificativos semejantes.

Las mujeres dijeron: “¡aquí no aparecen las aportaciones de las mujeres, no aparecemos en las ilustraciones, aparecemos en papeles secundarios, de subordinación…!”, y fueron sus luchas, sus denuncias las que nos hicieron más sensibles y nos llevaron a repudiar el sexismo, nos obligaron a modificar comportamientos y leyes. Este trabajo en relación con el pueblo gitano aún es una tarea pendiente, muy urgente. A medida que el neoliberalismo se adueña de nuestro sentido común los centros escolares pasan a ser espacios en los que los agrupamientos por clase social, sexo, nacionalidad y religión son una realidad; aumentando también el porcentaje de centros gueto, en los que se escolarizan casi exclusivamente los hijos y las hijas de los sectores social y étnicamente más desfavorecidos.

Tenemos que ser conscientes de que en este país hay tres redes educativas: la pública, la privada (que está jerarquizada y organizada por sexos, clases sociales, niveles de capacidades -centros de excelencia y de discapacitados-) y la de la desescolarización (familias de clase media y cultas que no quieren escolarizar a su
prole y deciden ser ella mismas quienes les eduquen).

En la actualidad en el Estado español los centros privados y concertados seleccionan con todo descaro al alumnado y, hablando claro, no quieren que en sus aulas estudie alumnado gitano. Los centros públicos los admiten y suelen ser bien recibidos; pero, en la medida en que se concentran demasiado en determinados centros aquellos sectores de las clases medias que confían en la red pública, comienzan a abandonar tales centros gueto, optando por otros centros –privados y concertados. Se refuerza así un círculo infernal promotor de una guetización de la red pública; algo tremendamente injusto y un verdadero obstáculo para conformar sociedades integradas y no segregadas y segregantes. Una política educativa de un gobierno democrático tendría que poner medidas extraordinarias para evitar esa dinámica.

Muchas veces, los guetos son la consecuencia obvia de barrios también segregados, donde la población gitana se concentra mayoritariamente. En este caso, el centro educativo allí ubicado, aun aplicando los criterios que marca la ley, acabará rotulado como centro gueto. La sociedad se organizó en barrios “búnker y gueto”. En los barrios de la clase alta, o media alta, no suele vivir la población gitana, o viven las familias gitanas que lograron ascender social y económicamente, que tienen una actividad profesional, que lograron salir adelante. Intervenir en un barrio que es un gueto obliga a deshacer ese gueto y redistribuir la población de otra forma. Lo que no vas a poder hacer es llevar al alumnado de un barrio madrileño como el de Salamanca a un colegio ubicado en un gueto, o al revés. En los barrios pobres, estarán los payos pobres, las familias gitanas, la población rumana pobre, africana pobre, etc.
9. También has ido contestando de alguna forma nuestra siguiente pregunta. En el Preámbulo de La LOMCE, podemos leer “Solo un sistema educativo de calidad, inclusivo, integrador y exigente, garantiza la igualdad de oportunidades y hace efectiva la posibilidad de que cada alumno o alumna desarrolle el máximo de sus potencialidades.”. Usted propone que una de las medidas urgentes para la educación justa sería “un currículum que incluya las historias colectivas y necesidades de los grupos sociales desfavorecidos y/o silenciados”. ¿Cómo convencemos a esos centros que no tienen alumnado gitano “visible”, “en riesgo de exclusión social”, que deben insertar también aspectos fundamentales como la historia, la cultura, la lengua… de la comunidad gitana en su currículum?

Tiene que ver con la formación que se haga de ese profesorado y de la actualización del profesorado que ya está en ejercicio – un sector al que las políticas oficiales no prestan la atención y los apoyos que exige hacer viable una realidad: el “aprendizaje a lo largo de la vida”. Se precisan muchos programas de actualización y de reciclaje del profesorado trabajando este tipo de cuestiones. Y además debe haber una política pública clara que exija y haga posible esta actualización.

En las políticas educativas tendría que existir una preocupación especial por la inclusión de este tipo de alumnado marginado. La falta de credibilidad de frases como las que citas es que fácilmente podemos comprobar que en realidad son simples muletillas, frases “políticamente correctas”; resignificadas para engañar o distraer a quienes quieran hacer análisis superficiales. Pero cuando se examina el verdadero significado, indagando en el articulado de la LOMCE y de los Reales Decretos de contenidos obligatorios para las distintas etapas del sistema educativo se comprueba que no aparecen medidas dirigidas a hacer realidad esas finalidades formuladas en la introducción
de la ley.

Por ejemplo, cuando se escribe “sólo un sistema educativo de calidad”. ¿Qué es y cómo se evalúa la calidad? Sólo vemos que siempre se hace referencia solo a unas pruebas con las que, dicen, se mide la calidad: PISA, PIRLS o TIMSS, así como a las reválidas de tercero y sexto de Educación Primaria, que se legislaron en la LOMCE. Sin embargo, esas pruebas de evaluación de competencias solo están referidas a un número reducido de materias, tal y como antes he subrayado. Las otras materias nadie las evalúa. Además, en un sistema de calidad las notas
no son lo único que nos va a hablar de calidad o de excelencia. Deberemos mirar el contexto de cada centro escolar: qué familias tienen escolarizadas allí a sus hijas e hijos, qué capital cultural tienen esas familias, en qué barrios viven, qué recursos culturales y deportivos tiene ese barrio, qué recursos sanitarios tiene ese barrio, qué oferta laboral y condiciones de trabajo y salarios tienen esas familias, etc. Desde hace décadas sabemos que todas estas dimensiones condicionan de manera decisiva los resultados escolares. Un estudiante que pasa hambre, que su familia está en paro, y/o que tiene una familia desestructurada, … tiene problemas mucho más importantes y urgentes que le ocupan y le limitan. No le puedes decir que se concentre en el estudio, aunque sí debemos pedírselo, pero ayudándole
con estrategias educativas, recursos didácticos, tareas escolares y apoyos adecuados a su situación y a las condiciones de su escolarización.

Se necesitan intervenciones mucho más globales. Esto es lo que está detrás de un sistema educativo como el que
se enuncia en esa introducción a la LOMCE. Otra palabra, “inclusiva”. Pero ¿cómo va a ser inclusivo un
sistema educativo si hay colegios para niñas y colegios para niños? Si existen centros con el marchamo de “excelencia”, lo que significa que eligieron solo estudiantes con las mejores trayectorias y expedientes escolares; si existen centros específicos para personas con discapacidades, una medida educativa claramente segregadora e injusta; si tenemos centros con un ideario católico, con lo cual una etiqueta semejante ya sirve para eliminar a las hijas e hijos de familias musulmanas, evangelistas, agnósticas, ateas, etc. ¡Menuda contradicción!

En la LOMCE, la educación inclusiva, la igualdad de oportunidades,… son únicamente frases “mantra”. ¿En qué consisten?, ¿cómo hacemos un seguimiento y evaluamos las medidas con las que hacer realidad esas finalidades? Cuando evalúas estas dimensiones compruebas que tenemos un sistema elitista, que en la práctica solo se preocupa por los colectivos sociales favorecidos, por las familias de clase media y alta, caucásicas, católicas, nacionalistas españolas (pero muy poco respetuosas de las otras nacionalidades reconocidas en las Constitución vigente.Esta característica explica de manera contundente la existencia y crecimiento de partidos políticos como Vox).

Las familias que no entran en ese molde son las que van a salir perjudicadas con estas políticas neoliberales, conservadoras católicas y neocolonialistas. Este tipo de cuestiones deben examinarse con lupa si realmente pensamos en filosofías y prácticas inclusivas, antisegregadoras.

Como vengo subrayando, la legislación educativa derivada de la LOMCE, en especial los Reales Decretos de contenidos obligatorios, nunca refieren explícitamente la palabra gitano, gitana o romá, y se ignoran las críticas y las “recomendaciones encarecidas” que hacen organismos oficiales de la Unión Europea como la ECRI. Pedir que el alumnado gitano tenga éxito escolar es pensar que tales estudiantes son Batman, Superman, o superhéroes parecidos. El esfuerzo que se les pide es comparable al que tendría que realizar un atleta que en una carrera de cien metros lisos arranca del desde el metro ochenta; lógicamente la pretendida igualdad de oportunidades en estas circunstancias es una mentira, pues no se contemplan las condiciones de partida de cada estudiante, se ignoran, pero una vez finalizada la carrera ese mantra de la “igualdad de oportunidades” y el recurso a la “cultura del esfuerzo” servirán para culpabilizar y responsabilidad de su fracaso a cada uno de este tipo de estudiantes con problemas.

10. La comunidad gitana sigue siendo el grupo poblacional sobre el que recae más racismo en España. ¿Cree usted, que, si existiera una verdadera justicia curricular, descendería el antigitanismo?

Vivimos tiempos de una notable eclosión de opciones y de decisiones políticas muy reaccionarias; tiempos de pérdidas de derechos que costó mucho conquistar, de una fuerte debilidad cultural en la formación recibida por muchas personas, lo que dificulta convencer a cada vez más ciudadanas y ciudadanos de la falsedad, de las mentiras “oficiales” clasistas y racistas que lanzan a todas horas poderosos medios de comunicación instrumentalizados por una derecha “sin máscaras” y que coleguea con la extrema derecha nazi. Con un telón de fondo como este una de las consecuencias más perniciosas es el crecimiento del racismo, de la reconstrucción racista y criminalización de los “otros” frente a un “nosotros”. Lógicamente, con este ambiente de fondo la lucha por la justicia social y, en consecuencia, también por la inclusión social y educativa de la población gitana se complica mucho.
La justicia curricular significa revisar los contenidos escolares, las fuentes informativas, el conocimiento disponible que tenemos en esta sociedad y ver en qué medida ese conocimiento es respetuoso y empoderador para todos los colectivos. Por poner el ejemplo del feminismo que poníamos antes, una de las grandes batallas exitosas y que más contribuyeron a su avance, fue cuando revisaron los contenidos de todas las materias y desmontaron las barbaridades que se decían sobre ellas. Se veía cómo ese conocimiento sesgado y falso interpretaba mal su papel tanto en la historia como ahora en el presente, como se instrumentalizaba para segregarlas y ningunearlas. Esta labor falta por hacer con el pueblo gitano y con todo lo referente a la cultura del pueblo gitano. Si a mí me enseñan a ver las injusticias que ha sufrido ese pueblo, las dificultades que atraviesa y los logros que aun así tienen, lógicamente dejaré de cruzar la calle al ver una persona gitana, pensando que es una amenaza. Debemos de ser conscientes de que los gobiernos de un país tienen muchos Ministerios y que el de Educación es uno de ellos. Pero no debemos pensar que el Ministerio de Educación es la única institución clave para resolver el antigitanismo. Para hacer frente y superar el antigitanismo se necesitan también políticas laborales, fiscales, económicas, sociales, culturales, sanitarias, de vivienda, …. Recordemos, por ejemplo, que las medidas de acción positivas que se implementaron en los Estados
Unidos en los años 60 tomaban en consideración intervenciones desde todos estos frentes para desmontar el racismo allí imperante contra la población negra y latina. Cada ministerio se ve obligado a diseñar e implementar políticas para hacer frente a la discriminación, a los distintos tipos de injusticia que venían soportando estos colectivos. O sea, se apostó por intervenciones  integradas, implicando a todas las Administraciones gubernamentales: Intervenir solo desde un Ministerio es reproducir y legitimar el fracaso, sería una intervención insultante e hipócrita, considerar, por ejemplo, que el sistema educativo es la clave de todo. Éste es muy importante y puede y debe contribuir, pero si se trabaja simultáneamente con todas las demás Administraciones e instituciones de la sociedad.

11. Nuestra Asociación, como Vd. sabe, intenta ofrecer propuestas de formación al profesorado sobre estas temáticas. ¿Qué asunto (o asuntos) le parecería prioritario tratar?
Uno de los asuntos claves para mí es explicar la cultura gitana, haciendo hincapié y subrayando las aportaciones positivas que nos dice la ECRI, qué es lo que le debemos a este pueblo, qué logros tiene este pueblo, qué dificultades tuvo, y qué explica el racismo existente hacia este pueblo. Esta cuestión es clave. Yo digo que el día que el sistema educativo trabaje bien tres temas, como puede ser la Historia de la Mujeres, la Historia de la Esclavitud y la Historia del Nazismo, tendremos una sociedad más optimista y que va a avanzar más en cuestiones de justicia curricular. Ver cómo se hizo frente y se desmontaron las líneas argumentales que permitían esas inhumanas injusticias, cuáles fueron las medidas que contribuyeron a tener éxito en todas esas luchas… Aprendemos de la historia, mirando “dónde metimos la pata”, “qué salió bien”, “de qué maneras nos equivocamos”, … para no volver a repetir ese tipo de cuestiones y ensayar otras que incidan con mayor eficacia en la resolución de conflictos y problemas.
Algunos se apresuraron a decir que estamos en la posthistoria o en el fin de la historia. Y con eso los “Bill Gates”, “Amancio Ortega” y todos estos ricos, imagino que estarán felices porque no ven que esté en cuestión su propio “estatus de poder”; pero para aquellas personas, colectivos y pueblos que están viviendo en situaciones con enormes dificultades, es muy sádico decirles que en esta vida ya no hay solución, que estas son las reglas del juego y que, en caso de que sean creyentes, tienen que esperar a la otra vida. En la divulgación y explicación de la cultura gitana
es donde veo más déficit de todo.

En el mundo neoliberal, con sistemas educativos a su servicio el currículum que vienen avalando e imponiendo refuerza la reproducción y ampliación de sus cosmovisiones favorecedoras de sus negocios y valores. Ya nos cuesta cada vez más ver a personas colaborando, compartiendo, ayudando, …; lo que con mayor facilidad percibimos son personas compitiendo entre ellas; como se suele decir, entre empresarios no hay relaciones de amistad, solo de interés y de rivalidad. La dinámica es: “tienes que arruinar a los demás y hacer que los demás pierdan para que tú ganes”. Son palabras que están siempre jerarquizando y juegan con la dinámica de vencedor y vencido Si alguien verbaliza que ”¡Tienes que ser el mejor!” lo que estamos diciendo es los demás son sus rivales, no puedes colaborar y apoyarles, debes impedir que los demás tengan éxito, pues de lo contrario tú nunca serás el mejor. Este tipo de frases es el resultado de políticas marcadas por una gran competitividad y rivalidad en las que los demás deben fracasar. En el fondo es hacer realidad el famoso efecto Mateo derivado de su narración acerca de los talentos recogida en el Evangelio de San Mateo: “al que tiene se le dará y al que no, se le quitará hasta lo que ya tiene”. En un mundo más justo, solidario, democrático y fraternal este tipo de lógicas son un contrasentido.

12. Nos podrías proponer un final relacionado con los niveles estratégicos que se deberían tomar desde la política educativa para que la cultura gitana estuviera en el desarrollo curricular de todas las comunidades autónomas lo antes posible. 
Desde mi punto de vista considero que una política educativa comprometida con una educación justa e inclusiva precisa de medidas urgentes como las siguientes:
• Todo el alumnado, independiente de su etnia, clase social, sexo y sexualidad, capacidades y nacionalidad
debe compartir el mismo tipo de centros y aulas. Prohibir e impedir la existencia de centros gueto.
• Los centros deben contar con suficientes recursos: a) con suficientes docentes y con una adecuada y buena
formación, con las especializaciones pertinentes; contar con departamentos de orientación escolar para
facilitar lo más rápido posible la detección las dificultades escolares y hacerles frente con programas pertinentes
de intervención y de apoyo; b) tener buenos, rigurosos y suficientes recursos didácticos informativos
auténticamente “inclusivos”; c) disponer de buenas instalaciones, con espacio suficiente, bien distribuido y
organizado, con buena acústica, una decoración agradable y motivadora y buena iluminación.
• Debe de prestarse muchísima atención a las actitudes y al lenguaje no verbal de los profesionales de la educación
para evitar el etiquetado y comportamientos de segregación del alumnado. Todo estudiante debe de sentirse aceptado, escuchado y siempre animado a participar sin miedo a equivocarse y ser sancionado por ello.
• Todos los proyectos curriculares que se desarrollen, implementen y evalúen deben incluir las historias colectivas
y necesidades de los grupos sociales desfavorecidos o silenciados. Incorporar en todas las etapas, cursos y asignaturas escolares contenidos referidos a la cultura gitana, tanto en imágenes como en la información
escrita.
• Revisar los modelos de evaluación de curricular para hacer un verdadero seguimiento de los objetivos, competencias, valores, contenidos, tareas escolares de cada asignatura.
• El profesorado en general, pero muy especialmente el que trabaja en centros con más dificultades, con alumnado
perteneciente a familias desfavorecidas debe de contar con facilidades para coordinar su trabajo, recursos y tareas con sus colegas, con los de otros centros que tengan más experiencia y con el de otras instituciones educativas, incluida la universidad.
• Es muy recomendable que se cree la figura de profesora o profesor responsable de coordinar, vertebrar y
desarrollar una minuciosa evaluación continua de los planes de inclusión escolar del centro.
• En el trabajo en grupo debemos prestar atención para redistribuir el alumnado en grupos heterogéneos en
cuanto a etnia, sexo, clase social y capital cultural.
• Prestar especial atención en los patios de recreo a lo que allí acontece: agrupamientos, formación de equipos,
comportamientos de acoso, etc.
• Diseñar e implementar planes de apoyo escolar y extraescolar al alumnado con problemas de aprendizaje.
• Dotar de becas y ayudas al alumnado gitano y, en general a todo el alumnado que las precise, para material escolar, comedores escolares y para actividades extraescolares.
• Diseñar y llevar a término planes de atención para facilitar el apoyo escolar y la participación de las familias
gitanas en la AMPAS y demás órganos escolares en los que no suelen tener presencia.
• Planificar y organizar acciones de sensibilización en el barrio o en el pueblo sobre la necesidad de la inclusión
y de la no discriminación contando con la colaboración activa de Colectivos gitanos, Asociaciones vecinales,
ONG, Ayuntamiento, instituciones culturales, …
• Organizar semanas culturales y actos puntuales con gente de la cultura (poetas, cantantes, intelectuales,
conferencias, …) referidos a reivindicar la historia y cultura gitana; destinados a desmontar los numerosos
prejuicios existentes y que son susceptibles de generar situaciones y conductas de marginación y segregación.
Es muy importante ver como otros colectivos como las mujeres están llevando a cabo acciones, intervenciones, movilizaciones para reivindicar sus legítimos derechos, para hacer frente a la violencia que muchas de ellas tienen que soportar, … Planes, acciones y políticas semejantes son muy urgentes para desmontar el creciente e injusto antigitanismo de estos tiempos de rebrote del racismo.

Gracias por su amabilidad, por su cercanía y por su compromiso. Será un placer encontrarle de nuevo en nuestras Jornadas para aprender y compartir los momentos de aula, mesa, café.
Un abrazo

Fuente: http://www.aecgit.pangea.org/boletines/boletin35/REVISTA_34_AECGIT.pdf

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Videoconferencia de Jurjo Torres: La “trampa” de la excelencia educativa

“La educación es para abrir esperanzas, para construir expectativas de que la realidad se puede transformar”.  Así inició Jurjo Torres su conferencia Educación neoliberal. El discurso de excelencia y las prácticas de des-socialización, que organizó el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM el pasado miércoles 6 de febrero de 2019.

Para el investigador de la Universidad de La Coruña, el advenimiento del modelo económico neoliberal implicó la creación de un nuevo lenguaje, que al poco tiempo se filtró al ámbito educativo. “Nos roban el vocabulario”, advirtió. ¿Quién quiere un sistema educativo que no sea de calidad, que no sea excelente?

Sin embargo, para el pedagogo, ensayista y activista español, palabras como “calidad” y “excelencia”, que a primera vista parecen inobjetables como criterios para medir el desempeño en el aula, en realidad esconden concepciones muy cuestionables.

El concepto de “excelencia educativa”, señaló Torres, implica en el contexto neoliberal que cada alumno debe esforzarse para ser el mejor. Sin embargo, esta superación siempre es a costa del otro: para que yo gane, alguien tiene que perder. No tiene sentido colaborar con el otro, pues la educación se concibe, en términos mercantiles, como una inversión en sí mismo.

La educación neoliberal introduce la idea de que hay igualdad de oportunidades y, por tanto, se infiere que el problema es que los estudiantes no tienen una cultura del esfuerzo.  “Y a los profesores les gustó la idea”, reconoce el investigador. “Así, cuando suspenden a un estudiante pueden justificarlo diciendo que no se esforzó”.

Pero esta cultura del esfuerzo trae consigo una “moral de la culpa” y un esquema de “autoexplotación”. Si un estudiante no consigue sus metas escolares, no puede señalar el contexto socioeconómico, quizá poco ventajoso, en el que se formó. Es, simple y llanamente, su culpa.

En contraste, el objetivo de una escuela democrática es formar ciudadanas y ciudadanos, personas que se sienten interdependientes y que aprenden a pensar unos en los otros. Una escuela, que, en opinión de Torres, es necesariamente pública.

Mira la conferencia completa aquí

Fuente: http://www.iisue.unam.mx/boletin/?p=7192&fbclid=IwAR0xM1w0bSKLGd11dauyLk3pEbp6QXeXcKKKXT7sAfxnbuvEbYzO0-iJUzk

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Educador popular para la cuarta transformación

Rafael Mendoza Castillo

Giovanni Sartori afirma, “que las imágenes transmitidas por los medios se convierten en un video-poder, que al final del día convierten al sujeto en un espectador, en consumidor de lo mismo y eso si, dependiente del televisor”. Como acertadamente dijo el clásico el “medio es el mensaje”. No cabe la menor duda, que las la imágenes de la televisión anulan el pensamiento crítico y disruptivo. Es importante que nuestro proyecto educativo retome el concepto de bloqueo histórico, propuesto por Agnes Heller. Sin este concepto de bloqueo histórico no podemos entender el por qué la gente aspira a lo mismo. Pero, sobre todo, cumplir con el deseo del poder de dominación que consiste en que la gente no piense distinto y que se adapte a lo dado, lo constituido.

Lo anterior se vincula con la educación y la cultura, ya que el poder y hegemonía tiránica no persuade, ni les interesa convencer a las personas. Tal hegemonía pretende que las gentes se conviertan en súbditos y no ciudadanos, que visualicen cosas distintas o diferentes a las existentes. Los del poder se enojan cuando la gente ve la novedad y lo emergente (recordemos, no olvidemos, el ´68, el ´88, Yo Soy 132 y el 1 de julio pasado). «Es importante continuar resistiendo. Continuar en rebelión para que la reforma educativa, este modelo de educación neoliberal, no logre su objetivo»

El modelo neoliberal produce, vía la Reforma Educativa, que heredamos del prianismo, un sujeto que acepte vivir en la pobreza, el desempleo, la marginalidad, que el mismo modelo se encarga de producir. Que las personas queden fuera del conflicto de clases y que lo acepten.

Como dice Hugo Zemelman: “la integración económica genera cultura, pautas de comportamiento y expectativas; y este es el punto central, porque si no se orienta el modelo a provocar en la gente la necesidad del modelo, obviamente éste no durará”. Es importante continuar resistiendo. Continuar en rebelión para que este modelo de educación neoliberal no logre su objetivo. Por eso, y otras cosas más, la CNTE tiene razón en no dejar morir el espacio del Educador Popular (estatal y regional). Desde este lugar pugnamos por otra forma de re-socialización, más humana, rebelde, critica y sin bloqueos históricos neoliberales.

Deseo que el proyecto del Educador Popular incorpore, como necesidad de realidad, de conciencia, de conocimiento, el concepto de utopía. Entendida ésta como condición de posibilidad de distanciarnos de esta existencia, de sus prácticas discursivas y de su conciencia sumisa, es decir, comprender y reconocer el mundo en forma alternativa y no hacerlo desde la utopía hegemónica dominante. No es suficiente la utopía, si no nos colocamos en la revisión crítica y autocritica del mundo real de la historia. No pensar sólo en mundos trascendentes, sino pensar el mundo en lo micro y desde este lugar construir los futuros, las opciones. Que la capacidad de construir se vuelva a anidar en la conciencia de las gentes.

Entender que nosotros hacemos la historia y también ésta nos hace, pero en pleito, en lucha contra la esclavitud, el lucro y el excedente. Hoy, estos significantes amos orientan a la humanidad. El proyecto neoliberal colocado en la cultura y la educación intenta, no se si ya lo logró, espero que no, que los actores de la educación eliminen de su cabeza la necesidad de realidad y que se satisfagan con el pedazo de realidad que les otorga el sistema social actual. Además, que bloqueé sus disposiciones para pelear por otras alternativas de realidad. Pensemos siempre que la realidad, el conocimiento y la misma verdad, son producciones sociales. De esa forma vemos, cómo los medios de comunicación producen realidades, ocultan realidades, las reprimen. Urge una nueva política sobre los medios de comunicación,ya que la actual ha servido al poder de dominación. Es importante que nuestro proyecto educativo incorpore la necesidad de realidad, pero distinta a la actual. De ahí la centralidad de la teoría critica, de las ideas, en el sentido de que el mundo del hombre se construye. Y que esa construcción se instala en la contradicción dialéctica entre lo real, la conciencia y la praxis constituyente. Este postulado tríadico sustenta nuestro proyecto de educación, de cultura, ciencia, tecnología, sociedad y arte. El postulado anterior nos permite asumir el compromiso de nombrar las cosas.

Esta idea regulativa permite construir subjetividades sociales disruptivas, en lo individual y lo colectivo, evitando todo fetichismo en su construcción. Todo nuestro curriculum debe ser un espacio que rechace el bloqueo histórico del programa neoliberal. Tamaña tarea del Educador Popular. De ahí la importancia del trabajo de la epistemología en el campo educativo. Descubrir desde donde pensamos el mundo, la realidad. De ahí la necesidad de sabernos colocar ante las cosas, porque de esto depende la construcción de una nueva relación de conocimiento, que nos lleve a pensar distinto el mundo a como lo piensan los capitalistas y la oligarquía financiera. Desafiar la realidad existente, su conciencia de sí y sus prácticas sociales. Saber que no existe conocimiento solamente técnico, práctico, sino también conocimiento emancipador. Los tres son conocimientos interesados, nunca inocentes ni neutrales. Los conceptos antedichos permiten nombrar a la enseñanza, al aprendizaje, a la educación, a los métodos, a las didácticas, al curriculum y a las prácticas, de otro modo.

Así, la formación no se queda en la información, sino como construcción de la relación de conocimiento y la posición del sujeto ante el mundo, ya sea dejarlo como está o cambiarlo. Es más importante la necesidad de realidad que el propio conocimiento, para romper la inercia, lo constituido y además hacernos insumisos, rebeldes, desobedientes. En la educación neoliberal del prianismo sobrevive una racionalidad instrumental que subordina los fines a los medios. Que impide, a los hombres y mujeres, desde su óptica, pensar la realidad de forma distinta. De ahí la importancia del examen del pensamiento, porque ahí se instalan parámetros que impiden pensar de otro modo el consenso de los neoliberales. Pero al mismo tiempo tenemos la necesidad de transformar la institución educativa, porque ésta continúa atrapada en una relación de poder, cuya ideología se sustenta en la clase, el género y la raza. Otro mundo es posible y necesario.

Este texto ha sido publicado en el sitio Cambio de Michoacán, en la dirección http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc45417

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La Educación Neoliberal y la Guerra por el Territorio Educativo

Por: Marcelino Guerra Mendoza; Lucía Rivera Ferreiro; Roberto González Villarreal. 26/06/2018 

En entregas anteriores hemos planteado que la reforma educativa 2013 es el dispositivo de la guerra neoliberal para la ocupación del territorio educativo. A partir de esta idea, trazamos las coordenadas tanto del dispositivo como del territorio educativo. Desmontamos la forma en que desde el texto constitucional, la calidad educativa entendida como el máximo logro de aprendizajes en los alumnos, sirvió de fundamento para establecer la idoneidad docente y justificar una estrategia de intervención utilizando diferentes medios.

Estos medios han sido la evaluación docente obligatoria y permanente a cargo de un INEE dotado de autonomía, para el ingreso, promoción y permanencia en el servicio docente; el control de la información mediante el censo educativo y la creación del SIGED; la autonomía de gestión de las escuelas acompañada del programa escuela al centro, la normalidad mínima, la ruta de mejora; la centralización de recursos a través del FONE, que condiciona el pago de salarios y prestaciones; el uso constante de la violencia política, simbólica y física contra los maestros por protestar y realizar plantones en el zócalo capitalino y distintas ciudades a lo largo y ancho del país.

Queremos reiterar aquí, tres ideas clave del análisis que venimos realizando desde hace tiempo: la reforma es un dispositivo de reconfiguración del sistema educativo, un proceso que comenzó con campañas sobre la calidad de la educación, instalando la percepción de que el magisterio es el responsable de todos los problemas. En este proceso, ocurre un ensamblaje de programas y acciones que si bien surgen en momento distintos y caminan a su propio ritmo, en la práctica se auto-organizan y potencian mutuamente.

El ensamble de los medios de la reforma educativa apunta a la construcción de un maestro idóneo para que a su vez, los alumnos alcancen el máximo logro educativo, en función de perfiles, parámetros e indicadores para toda la educación básica y media superior.

Por todo esto, consideramos que la reforma educativa 2013 es un acontecimiento, de ninguna forma un asunto circunstancial, mal pensado, menos aún sexenal, hasta ahora los medios para reconfigurar el sistema educativo no dejan de ampliarse ni de fluir, siguen activos y lo harán por un largo tiempo. Sin temor a exagerar, afirmamos que la reforma se encuentra en este momento, recorriendo un camino libre de obstáculos para consolidarse en las escuelas, con padres de familia y alumnos a partir del modelo educativo, planes y programas de estudio, programas de escuela al centro y los CIEN, la ruta de mejora y la autonomía de gestión escolar.

La SEP se ha asegurado de que los maestros realicen un conjunto de prácticas y actividades de planeación, evaluación, rendición de cuentas y elección de horarios, así sea en forma simulada, en las aulas, los consejos técnicos escolares y de participación social.

Lo hemos dicho todo el tiempo y lo repetimos una vez más: la reforma al artículo tercero constitucional es educativa, no solamente laboral o administrativa. Es educativa principalmente por sus efectos y producciones, porque busca formar, construir y desarrollar subjetividades que orientan, conducen formas de pensar, promueven determinados comportamientos con base en los principios, valores y filosofía del sistema económico, social y político vigente. Hoy día, la educación escolarizada se encuentra asentada en el concepto de calidad neoliberal que aparece en el 3° constitucional, cuyo centro de atención es el máximo logro de aprendizaje de los alumnos, para lo que es necesario un maestro idóneo evaluado a lo largo del tiempo.

Estos son los rasgos característicos de una reforma educativa que ha desatado una guerra por la ocupación del territorio educativo. En esta guerra, el adversario no es únicamente la SEP y las autoridades responsables del sistema educativo; existen otras fuerzas especialmente interesadas en la formación de un nuevo individuo exitoso, formado a imagen y semejanza de los principios, valores y filosofía del neoliberalismo. Un emprendedor, competitivo, flexible, insolidario, aislado y empresario de sí mismo, que se gobierne a sí mismo para enfrentar la inseguridad, incertidumbre y precariedad que el mismo neoliberalismo ha provocado y le ha impuesto.

Para librar esta guerra, es necesario reconocer y conocer al adversario; en las últimas décadas, éste ha cambiado, es un enemigo distinto, con mayores ambiciones, que no duda en echar mano de estrategias más efectivas y de mayor alcance. No busca solo la explotación del hombre por el hombre; esta ya no es una lucha entre capitalistas y proletariado, tampoco entre dueños de los medios de producción y los desposeídos, porque para empezar, la producción y la explotación ya no es lo que antes era. Lo de hoy, es la explotación de las subjetividades, de eso quiere adueñarse el adversario a través de diversas estrategias.

El enemigo entonces, no es uno solo, no tiene una misma cara, está conformado por todos aquellos que han construido, impulsan y defienden la gobernanza como forma de incidir y tomar decisiones en todas las esferas: económica, social, cultural y política. En el terreno educativo, su interés principal es formar un nuevo capital humano que mantenga y sostenga las condiciones de vida actuales; para conseguirlo, ha desatado una guerra de ocupación del territorio, con la finalidad de reconfigurar el sistema educativo en su totalidad.

De este modo, la guerra inició contra el maestro por ser quien forma a las nuevas generaciones; así ha sido a lo largo de los tiempos. Por tanto, el primer paso fue confrontar al maestro, arrancarle sus vínculos gremiales, minar su identidad profesional, provocarle inseguridad e incertidumbre laboral, acostumbrarlo a la precariedad, rompiendo sus de por sí frágiles relaciones sociales y educativas con alumnos, padres de familia y comunidad; aislarlo, expropiarle su experiencia y crear una nueva cultura profesional orientada por la competitividad, flexibilidad e insolidaridad. La evaluación fue la estrategia para conseguir todo esto.

La efectividad subjetiva de la evaluación no radica en sí misma, sino en todo lo que la envuelve y acompaña, en todo lo que provoca. No se trata nada más de la presentación de los exámenes, sino de involucrarse en un proceso tortuoso e incierto, de cubrir una serie de criterios, requisitos y procedimientos que las maestras y maestros deben cumplir para poder presentarla; luego sigue el viacrucis de los resultados y el cumplimiento de las promesas.

Desde ahí se empezó a configurar un nuevo maestro, altamente emprendedor y empresario de sí mismo, responsable de su éxito o de su fracaso por ser o no idóneo, todo esto sin necesidad de cuestionar las condiciones adversas y precarias a las que es sometido. La producción mayor del neoliberalismo, lo que representa su mayor triunfo, es el hecho de lograr que la población se gobierne a si misma sin necesidad de la coerción física permanente y la educación no es la excepción.

Por tanto, la guerra en el territorio educativo es por la subjetividad, no por los medios de producción sino por los de subjetivación. Es una guerra no contra el proletariado en abstracto sino por el trabajo inmaterial concreto y sus prácticas educativas de subjetivación. De ahí que la reforma sigue fluyendo a través de diferentes medios hasta llegar a la escuela, a las aulas y los alumnos. Cuando decimos que el fin último es reconfigurar al sistema educativo, esto no se limita a un plano general, sino que pretende aterrizar particularmente en los modos de pensar y actuar de los maestros, directivos, padres de familia y alumnos.

Veamos algunos elementos que dan cuenta de la forma en que se expresan las subjetivaciones en las prácticas, decires y haceres escolares cotidianos, facilitando la instalación de la reforma.

  1. El Modelo Educativo surgió en el escenario político en el 2016, pero antes ya se había afianzado la ruta de mejora para la Autonomía de Gestión en la Escuela y el Plan y Programa de Escuela al Centro, propuesto desde el Programa Sectorial 2013. Como la atención estuvo centrada por parte de especialistas, investigadores, asesores y críticos en sostener hasta el cansancio que la reforma educativa era laboral y administrativa y la evaluación punitiva, o sea, todo menos educativa, en ningún momento cruzó por sus mentes la necesidad de problematizar el avance, desarrollo y enquistamiento de la propia reforma en la escuela, directivos, maestros, padres de familia y, finalmente, en los alumnos. Mientras la mayoría, incluida la resistencia magisterial, se enfrascó en el debate de la evaluación y sus consecuencias laborales, de forma discreta, constante e ininterrumpida, se instalaron los demás programas y acciones a nivel escolar, que hoy recoge y articula el Nuevo Modelo Educativo.
  2. El Programa Escuela al Centro anunciado por la SEP en 2016, no fue un hecho aislado, mucho menos una ocurrencia. Su creación e instrumentación abonó el terreno para que otras acciones y programas que ya operaban en la escuela, como la normalidad mínima, contribuyeran al logro del fin último de la reforma: reconfigurar el Sistema Educativo. Al mismo tiempo, las afectaciones que la evaluación docente ya había provocado, sembraron el terreno para la entrada en acción del Modelo Educativo.
  3. La evaluación ahora presente en la escuela y no nada más en los maestros, permitirá seguir alimentando el censo, aceitando la maquinaria de control de información que es el SIGED. Este sistema continuará organizando la información de las escuelas, de modo que se vean obligadas a seguir al pie de la letra, los lineamientos de la autonomía curricular; mientras tanto, los alumnos continuarán expuestos a mediciones estandarizadas y los maestros a presiones para mantener actualizada la información de un sistema que entre otras cosas, verifica el cumplimiento de la normalidad mínima en cada escuela, y condiciona el presupuesto correspondiente.
  4. El Programa Escuela al Centro, guarda estrecha relación con el Programa Sectorial 2013 con respecto a la autonomía de gestión. Esos planteamientos han estado ahí, prácticamente desde que inició la reforma, pero han pasado desapercibidos en los análisis, ocupados como estaban los críticos, en la evaluación. Aquí se encuentra la clave para entender el significado que tiene considerar a la escuela como el centro del sistema educativo, adjudicándole la obligación de rendir cuentas sobre el financiamiento, los CIEN, desde luego contempla también el cumplimiento de la normalidad mínima en la escuela. Está también el tema de la gestión del tiempo y el espacio como ejes orientadores para el control, la disciplina y el gobierno de los maestros y personal administrativo en las escuelas. De todo esto depende ahora la posibilidad de recibir recursos y financiamiento que finalmente puede convertirse en deuda para la escuela, en gasto para los padres y muy claramente, lo será para las entidades federativas. En resumen, Escuela al Centro es una herramienta para gestionar el tiempo y el espacio, así como la búsqueda de recursos para la compra de cursos, clubes, materiales pedagógicos y didácticos ofrecidos ni más ni menos, por quienes integran lo que hemos llamado el cartel de la reforma educativa.
  5. El programa Escuela al Centro, como medio de cristalización de la escuela armadora del sujeto emprendedor, tiene en el Nuevo Modelo Educativo su complemento perfecto. Estructurado en cinco grandes ejes (Planteamiento Curricular; Escuela al Centro del Sistema Educativo; Formación y Desarrollo Profesional Docente; Inclusión y Equidad; Gobernanza Educativa), el modelo educativo establece los aprendizajes clave que se demanda a los maestros desarrollar en los alumnos a nivel nacional (Aprendizajes clave) Tales aprendizajes no son más que las competencias de las reformas curriculares del Foxismo y Calderonismo. Estas competencias, hoy traducidas como aprendizajes clave, son una libre adaptación de los pilares de la educación planteados por Jaques Delors e impulsados por la UNESCO en 1998 para la educación del siglo XXI.  A partir de los ejes curriculares mencionados, el modelo propone tres campos de Formación Académica, igual número de  Áreas de Desarrollo Personal y Social y cincoÁmbitos de Autonomía Curricular. Este ultimo componente curricular, a diferencia de los dos primeros, depende de la gestión que realice la escuela, en particular, el consejo técnico escolar, para llevarlo a cabo. Y aquí entra de nuevo en escena, la escuela al centro.

El próximo ciclo escolar, la guerra por el territorio educativo entrará en una nueva fase; la lucha se librará en y por la escuela. De ahi que nos parezca urgente iniciar un debate en cada comunidad escolar sobre las cuestiones aquí planteadas.

Para estar en posibilidad de resistir los embates de esta reforma ultraneoliberal, es necesario comprender frente a qué estamos, analizar el modelo educativo, los planes y programas así como los flamantes libros de textos que serán entregados a las escuelas para el ciclo escolar 2018- 2019, sin perder de vista el contexto ni los demás elementos del dispositivo de reconfiguración del Sistema educativo.

Por lo pronto, y a manera de cierre, dejamos aquí anotadas algunas preguntas para continuar la reflexión y el debate.

¿Cómo se ha enquistado la reforma en la escuela, entre los maestros, padres de familia y alumnos? ¿La calidad educativa como máximo logro de aprendizaje de los alumnos, es aceptada por los profesores?, ¿Qué repercusiones tendrá el Modelo Educativo y la autonomía curricular en la escuela pública? ¿Qué tanto se ha subjetivado el aprender a aprender, aprender a ser y aprender a convivir como aprendizajes clave para formar niñas y jóvenes exitosos en el siglo XXI?

Fotografía: iebem

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-neoliberal-y-la-guerra-por-el-territorio-educativo/
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En la CRES 2018: Boaventura de Sousa Santos y los desafíos de la universidad Bajo el asedio neoliberal

En la CRES 2018, que hoy cierra en Córdoba, el sociólogo portugués partió del legado reformista para reflexionar sobre las razones por las que la universidad es atacada en todo el mundo y propuso una defensa basada en la transformación de la institución.

“La idea de que el único valor del conocimiento es el valor de mercado es lo que va a matar a la universidad. Una universidad que es ‘sustentable’ porque se financia a sí misma es una universidad insustentable como bien común, porque se ha transformado en una empresa”, advirtió el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, en una de las exposiciones centrales de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES 2018), que concluye hoy en Córdoba. Doctor en Sociología del Derecho, profesor de las universidades de Coimbra y de Wisconsin-Madison, De Sousa Santos es –como él mismo se define– “un activista de la universidad” y le ha dedicado al tema ya varios textos, el primero a mediados de los 90, el último publicado este año.

“Si los estudiantes de 1918 estuvieran hoy acá –comenzó–, si nosotros fuéramos esos estudiantes, ¿cuáles serían las reformas necesarias?” En un cautivante castellano de cadencia portuguesa, De Sousa Santos trazó inicialmente un paralelo con el Mayo Francés, precisó los logros reformistas (ver aparte) y caracterizó al presente como una época plena de peligros para la universidad pública: “Estamos pasando un ciclo global conservador y reaccionario, controlado por el neoliberalismo, que no es sino el dominio total del capital financiero”. Se trata de un escenario más complejo que el que enfrentaron las rebeliones de 1918 y 1968, por una razón: “Entonces, el contexto global permitía pensar que había alternativas al capitalismo. Hoy parece que el capitalismo les ganó a sus adversarios, es un capitalismo sin miedo”.

El proyecto neoliberal, explicó, aspira a la construcción de un “capitalismo universitario”: “Empezó con la idea de que la universidad debía ser relevante para crear las competencias que exige el mercado”, siguió con las propuestas de arancelamiento y privatización. “La fase final es la idea de que la universidad debe ser ella misma un mercado, la universidad como empresa.” Si la universidad es una mercancía más, tiene que poder ser medida: de ahí, los ránkings globales.

La ideología neoliberal choca así con la idea de “la universidad como un bien común”, hija de las conquistas obtenidas desde la Reforma. “Es un momento difícil por varias razones, y una de ellas es que no hay un ataque político, sino un ataque despolitizado. Es un ataque que tiene dos dimensiones: recortes presupuestarios y la lucha contra la supuesta ineficiencia o corrupción, una lucha muy selectiva, porque se sabe que las universidades públicas son en general muy bien gerenciadas en comparación con otras instituciones.”

Boaventura de Sousa Santos identificó tres razones por las que la universidad es un blanco dilecto para el régimen neoliberal.

  • Su producción de conocimiento independiente y crítico cuestiona “la ausencia de alternativas que el neoliberalismo intenta producir en nuestras cabezas todos los días. Si no hay alternativas, no hay política, porque la política es sólo alternativas. Es por eso que muchas de las medidas en contra de la universidad no parecen políticas, sino económicas, los recortes financieros, o jurídicas, la lucha contra la corrupción. Lo que está por detrás es la idea de que la universidad puede ser un fermento de alternativas y resistencia”.
  • “El pensamiento neoliberal busca un presente eterno, quiere evitar toda tensión entre pasado, presente y futuro. Y la universidad ha sido siempre, con todas sus limitaciones, la posibilidad de criticar el presente en relación con el pasado y con vistas a un futuro diferente”.
  • “La universidad ha ayudado a crear proyectos nacionales (obviamente, excluyentes de los pueblos originarios) y el neoliberalismo no quiere proyectos nacionales. A la vez, la universidad siempre ha sido internacionalmente solidaria, con base en la idea de un bien común. Pero el capitalismo universitario quiere otro tipo de internacionalismo: la franquicia, que las universidades puedan comprar productos académicos en todo el mundo”.

Pluriversidad

La segunda parte de la conferencia resumió una serie de propuestas para refundar la universidad, sobre la base de la Reforma del 18, pero rompiendo con sus limitaciones y radicalizando su espíritu democratizador.

“La dominación hoy tiene tres cabezas: capitalismo, colonialismo y hétero-patriarcado”, postuló De Sousa Santos. “Nuestro dilema es que esta dominación es integrada. El capitalismo actúa junto con el colonialismo y el patriarcado. Pero la resistencia está fragmentada. La universidad puede ser un campo donde pensar cómo articular la resistencia. También por eso la universidad es un blanco del neoliberalismo.” ¿Cómo hacerlo? El primer paso, dijo, es una ruptura epistemológica. “Hay una pluralidad enorme de conocimientos fuera de la universidad: conocimientos rurales, urbanos, populares, de las mujeres. ¿Por qué la universidad nunca los tuvo en cuenta? Porque la universidad no se descolonizó. Sus contenidos, sus ciencias sociales, su historia, son colonialistas. Para defenderse como bien público, la universidad debe hacer una autocrítica profunda, contra sí misma. Debe dejar la idea arrogante de que es la única fuente de conocimiento, abrirse a dialogar con otros saberes. Necesitamos crear Epistemologías del Sur”.

En ese sentido, la segunda ruptura respecto de la Reforma radica en la alianza social que debe buscar la universidad, ya no sólo las clases urbanas burguesas, sino “las clases populares y empobrecidas, las víctimas del colonialismo y del patriarcado, los cuerpos racializados y sexualizados”. Por eso, explicó, “la extensión nunca ha sido tan importante como hoy. Por influencia del neoliberalismo, la extensión ha sido desviada para obtener fondos. Esto es perverso, eso no es extensión, es prostitución. La verdadera extensión es la que se dirige a poblaciones que no son solventes”. La propuesta del portugués consiste en invertir la extensión, “no es llevar la universidad para afuera, es traer el conocimiento no universitario para adentro”. Y, a la vez, “articular los diferentes saberes populares, porque también suele haber prejuicios entre los diferentes movimientos” (obreros, feministas, campesinos, LGTB).

La universidad, concluyó entre aplausos, debe reinstituirse, hacer un uso contrahegemónico de su autonomía y “transformarse en una pluriversidad.

Pero el ataque del neoliberalismo es tan grande que quizá también deba convertirse en una subversidad”.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/121728-bajo-el-asedio-neoliberal

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