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Una profesora de ética y política en Nairobi se convierte en la promotora de la lucha por la mujer

Nairobi/Marzo de 2017/Fuente: Antena 3

La desigualdad de la mujer está presente en casi todos los rincones del mundo, pero en muchos lugares de África las niñas ni siquiera sueñan con tener una vida digna. Una profesora de ética y política en Nairobi se ha convertido en la promotora de la lucha por la mujer.

Eunice quiere huir de este barrio chabolista pero sobre todo de su futuro. El más habitual para muchas como ella es la prostitución, una patera o una vida de miseria.

Antuanet Kankindi creció en El Congo y cree que eso puede cambiar, que la mujer es el autentico motor de África. «Si se va a desarrollar podrá llevar más peso, porque siempre digo, no hay una mujer que avance sóla», afirma Antuanet

Apuesta por una educación gratuita para todos, que no termina de llegar, porque cree que es la única manera de dar esperanza a las jóvenes. Ella ya es un símbolo para las mujeres africanas y confía en que son la clave para desarrollar su país.

Colabora con la organización Harambee que también promueve el desarrollo de la mujer en África. En otro de sus proyectos, grandes cocineros de España apadrinan a las futuras cocineras profesionales de ese continente, niñas que tienen la ilusión pero no los medios.

Fuente: http://www.antena3.com/noticias/mundo/africa_2017031558c953ef0cf264516cb4dd09.html

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Nuestra voz tiene eco

Blanca Heredia

Como cada 8 de marzo, la sociedad voltea a ver a la minoría que es mayoría: las mujeres. Es increíble que aún en estos tiempos debamos dar argumentos para justificar el reclamo por igualdad de derechos y oportunidades, y demostrar que aportamos valor y diversidad –en nuestros muchos y muy variados roles– al bienestar y al desarrollo colectivo.

A diferencia de otros años, este miércoles nuestra voz es más fuerte, pues cada vez somos más las que estamos dispuestas a alzar y unir nuestras voces en defensa no sólo de nosotras sino de todos, más allá de niveles de ingreso, ideologías, credos, nacionalidades y colores de piel. Esta alianza global, en gestación, encontró en la marcha de mujeres del 21 de enero de este año en Washington DC un marcador y un estímulo importante. Esa voz que gritó en Washington tuvo eco en más de 20 países.

Pero no es la única muestra de que nuestra voz tiene eco y un eco que no sabe de fronteras, lo cual es importante porque la violencia contra las mujeres tampoco. En abril pasado, las mujeres hicieron un llamado en México para denunciar los niveles alarmantes de feminicidio, acoso y discriminación en los que vivimos. El movimiento, llamado Primavera Violeta por algunas activistas, puso el reflector sobre un tema grande, el acoso. El hashtag #MiPrimerAcoso fue tendencia en Twitter en México y también sirvió para visibilizar la historia de muchas mujeres en Latinoamérica y España quienes, desde edades muy tempranas, han vivido las consecuencias de habitar sociedades machistas en las que la mujer es vista como un objeto que se puede tocar.

La iniciativa #MiPrimerAcoso puso de nuevo sobre la mesa y a la vista de todos lo que ya sabemos y hemos repetido en más de una ocasión: el problema no está en la víctima sino en el agresor. Ni la manera de vestir, ni si fuma o toma, ninguna de estas es una invitación, ni permiso o justificación para ser acosada. No hay argumento para defender ese trato, no hay justificación para vivir los niveles de violencia que tenemos contra las mujeres: siete mujeres son asesinadas a diario en México.

La alianza entre nosotras es la clave para dejar de ser esa minoría que es mayoría. Como sabiamente me dijo alguna vez Patricia Mercado: no es necesario ser amigas para ser aliadas, no hace falta ser ‘íntimas’ para crear una red en la que nos apoyemos unas a las otras. Este año, la conmemoración del Día de la Mujer, con su llamado a parar labores el día de hoy, tiene sabor a protesta y a ganas de dejar de callar frente a esa discriminación y violencia pertinaz de la que somos objeto las mujeres, pero que nos denigra y empobrece a todos.

Este llamado a hacernos visibles parando labores está inspirado en la huelga de mujeres que tuvo lugar en Islandia, el 25 de octubre de 1975, cuando 90 por ciento de las mujeres se declararon en huelga –tanto en el hogar como en el trabajo– haciendo sentir así la importancia de su labor en ambos ámbitos y su importancia para la sociedad en su conjunto. Momento aquel que marcó a la sociedad islandesa y que en los últimos años ha permitido avances que sitúan a Islandia a la cabeza en el Índice Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, es decir, como el país donde existe más igualdad entre hombres y mujeres.

Hasta la fecha no hay ningún país que haya logrado eliminar la desigualdad de género. Es un trabajo que requiere ser desarrollado día a día y en cada uno de los niveles y ámbitos de nuestra vida, tanto mujeres como hombres debemos construir las oportunidades y coyunturas que permitan el desarrollo pleno a todas las personas. En este sentido, como dijo Malala al recibir el Premio Nobel de Paz, la educación es un poder para las mujeres; sin embargo, aún hay niñas y mujeres que no pueden acceder a este derecho básico y universal.

Será que como dice Gloria Anzaldúa, una mujer que escribe tiene poder y una mujer con poder es temida.

Es momento de refutar las muy socorridas y, por desgracia, extendidas nociones según las cuales defender los derechos de las mujeres y promover su desarrollo significa buscar el poder por encima de los varones y/o dejar de lado la dignidad y los derechos de grupos articulados en torno a otras identidades.

La de las mujeres es una lucha por la igualdad y la justicia, las cuales merecemos por el simple hecho de ser personas, y no es para situarnos por arriba de los varones, sino para hacer grandes a todos. Es momento de hacer una alianza a favor de nuestra humanidad compartida, una alianza incluyente y feliz que nos permita desplegar y hacer efectivas todas nuestras potencialidades.

[1] Anzaldúa, Gloria, Speaking in Tongues: A Letter to Third World Women Writers.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/nuestra-voz-tiene-eco.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2014/02/06/52f385f524e21.jp

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Unesco resalta la educación como factor emancipador de las mujeres

Europa/ Francia, 11 de marzo de 2017, Fuente: Prensa Latina. Autor: UNESCO
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, resaltó hoy la educación como factor emancipador de las mujeres y un elemento básico para alcanzar la igualdad de género.

En su mensaje por el Día Internacional de la Mujer, indicó que frente los desequilibrios que afectan a las féminas, ‘el primer motor de cambio es la educación, la formación y la posibilidad dada a todas las niñas y mujeres de hacer carreras en la investigación, la política y la cultura’.

De acuerdo con Bokova, la igualdad descansa también en el combate a los prejuicios que siguen presentes en los medios de comunicación y en las representaciones colectivas.

Frente a ello, abogó por dar mayor reconocimiento a las mujeres científicas, artistas o políticas que hacen avanzar a la humanidad en todos los ámbitos.

La directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) también defendió la necesidad de impulsar la igualdad de género en todos los sectores sociales: ‘desde los campos agrícolas hasta los bancos de los parlamentos, desde los consejos de administración de empresas hasta las calles de las ciudades’.

Las mujeres deben ejercer sus libertades y poder tomar sus propias decisiones, dominar sus cuerpos y sus vidas, y participar en las decisiones que determinan el curso de las sociedades, igual que los hombres’, afirmó.

La Unesco desarrolló este miércoles una amplia jornada de celebraciones con diversas actividades que tuvieron un hilo conductor: la mujer y las artes.

Con el título ‘El valor de crear: igualdad de género y arte’, se realizó una mesa redonda en la cual participaron expertos, investigadores y artistas.

También quedó inaugurada una exposición de artes plásticas que incluye obras de mujeres creadoras procedentes de 10 países de todos los continentes, muestra abierta al público hasta el 17 de marzo.

La jornada cerró con un concierto de la artista Louane y el grupo Her, así como un espectáculo de danza titulado ‘Pájaros’.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=69402&SEO=unesco-resalta-la-educacion-como-factor-emancipador-de-las-mujeres
Fuente imagen: https://www.google.co.ve/search?q=unesco+mujeres&espv=2&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=
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Hace lo que le da la gana

Por: Gloria Hurtado

Pero existe otra violencia, sutil, “suavecita”, tranquila (¡), cómoda, que no produce escandalera. A veces ni se siente, porque se disfraza de “cuidado”, protección, “quiero lo mejor para ti” y fluctúa entre agresiones y luego compensaciones enormes para eliminar lo anterior. “El que reza y peca, empata”. Viajes, regalos, comidas, seducción, todo puede incluirse como borradores de las actitudes violentas.  Esta agresión queda condensada en una expresión lapidaria cuando el hombre se queja de que ella “hace lo que le da la gana”. Con la sensación implícita de que cuando la mujer tiene pareja, debe obedecer. Es decir debe someterse y “pedir permiso” para vivir. Como si la relación de pareja fuera un cambio de dueño,  donde ahora no obedece al papá-mama biológico sino al papá marido. Mujeres “normales”, corrientes hasta profesionales, exitosas, deben “pedir permiso” para múltiples actuaciones en su vida cotidiana. Soy consciente de que una cosa es informar (lógico en una relación de pareja o familia) y otra pedir permiso como si “a nombre del amor” entregáramos el manejo de nuestra vida.

Entonces, hoy que se celebra el día de la Mujer y antes de las consabidas flores o panegíricos dulzones para exaltar “lo mas lindo de la vida” revise qué tanto le ordena (y obliga) a su compañera a seguir sus instructivos. Aquí también existe una violencia tenaz porque es psicológica y está envuelta en la trampa de cuidado y protección. Cuando una mujer expresa que anhela un hombre “para que la cuide” inmediatamente  pregunto “¿cuántos años tienes? Cuidado y protección son condiciones que se dan cuando hay superiores e inferiores, fuertes y débiles, vulnerables y seguros. La mujer no es un ser desvalido que requiere cuidado. No significa que le pueden poner zancadilla pero ella misma, como ser humano, es capaz de caminar sola, acompañada de alguien. No fusionada y mucho menos “complementada”.

¿Por qué tiene que pedir permiso? ¿Por qué no puede hacer lo que le da la gana? ¿Acaso es la hija “mayor” de su cónyuge? Eso no significa que viva a espaldas de su compañero. Pero de allí a pedir autorización para vestirse, gastar su dinero, asistir a una convención, cortarse el pelo, pintarse las uñas, visitar a sus amigas, estudiar lo que desee, chatear o reírse a carcajadas, existe un abismo. Si usted, mujer, todavía pide permiso, aun cuando no esté en la cifra de las estadísticas, hay alguien ejerciendo violencia sobre usted, usted no maneja su vida, usted tiene dueño. Usted es objeto y alguien la manipula. ¡Piénselo!

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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¿Por qué es importante la igualdad de género?

Por:  Telesur

La igualdad de género es una lucha que aún persiste. Su importancia radica en otorgar derechos humanos fundamentales a millones de niñas y mujeres. Es el Objetivo 5 de Desarrollo Sostenible para una sociedad más justa y sana.

Sí, la igualdad de género es importante. Te preguntarás por qué. Los derechos de millones de niñas y mujeres a la educación, la salud, la identidad, el trabajo, la participación política y a no ser agredidas dependen de esto. Y, por encima de todo, el derecho a vivir. Los asesinatos de mujeres por su género aún son una epidemia en todo el mundo, especialmente en América Latina.

La desigualdad de género equivale al estancamiento del progreso social. Las niñas y las mujeres representan la mitad de la población mundial, es decir, ellas son la mitad del potencial para el avance de la sociedad.

«El empoderamiento de las mujeres y las niñas es fundamental para impulsar el crecimiento económico y promover el desarrollo social», explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por estos motivos, la igualdad de género es el Objetivo 5 de Desarrollo Sostenible. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que «ha sido demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo» en el mundo.

«Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para acelerar el desarrollo sostenible», resalta el PNUD.

La igualdad de género impulsa la economía mundial

El crecimiento económico de un país aumenta más rápido con la plena participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, indicaron varios estudios en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Además, al aumentar los ingresos del hogar procedentes de lo que ellas ganan se modifican los patrones de gasto en beneficios de las hijas e hijos.

Sin embargo, las mujeres aún no tienen una participación plena en el trabajo y no gozan de igualdad monetaria en este ámbito, pese a desarrollar las mismas actividades que sus compañeros hombres. En promedio, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 24 por ciento menos que los hombres.

Un artículo de la Universidad de Valencia, en España, también señala que la igualdad laboral entre hombres y mujeres estimularía el crecimiento de las economías al mitigar el impacto de la reducción de mano de obra.

Asimismo, tener tasas más altas de matriculación escolar de las niñas contribuiría a un desarrollo económico más amplio en las economías en desarrollo, asevera un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si se eliminan las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral se añadiría un 26 por ciento más de riqueza al Producto Interior Bruto (PIB) mundial y contribuiría al crecimiento de la economía pública y privada.

Pese a desigualdad de género, en la actualidad las mujeres ya generan el 37 por ciento del PIB mundial. En un estudio, el Instituto McKinsey asegura que si existiera un mayor grado de paridad e igualdad entre hombres y mujeres que hacen el mismo trabajo se añadirían hasta 28 billones de dólares a la economía mundial en 2025, esto significa un incremento del 26 por ciento del PIB.

Además, si se empieza a remunerar al 75 por ciento de las mujeres que trabajan sin sueldo, se añadirían hasta 10 billones de dólares, lo que se traduce en un aumento del 13 por ciento del PIB mundial.

¿Cómo afecta la desigualdad de género a niñas y mujeres?

La falta de acceso a la educación y a oportunidades de trabajo es una de las principales consecuencias de la desigualdad de género en el mundo. Según la ONU, un tercio de los países en desarrollo no ha logrado la igualad de géneros en la enseñanza primaria. Las niñas de África Subsahariana, Oceanía y Asia Occidental tiene grandes dificultades para matricularse en la escuela primaria y en la escuela secundaria.

Pero la consecuencia más grave es la violencia física y sexual. Actualmente, el 35 por ciento de las mujeres en todo el mundo ha sufrido estos abusos a manos de sus parejas o a manos de otras personas.

Sin importar su edad, color de piel, condición social, si son casadas o solteras, miles de mujeres en todo el mundo son víctimas de la violencia de género, la cual puede ser psicológica, física, verbal, económica, patrimonial y feminicida; esta última tiene el fatal desenlace de la muerte violenta de las mujeres.

El feminicidio es la expresión más brutal en la escalada de violencia en contra de la mujer. El aumento de este crimen en el mundo muestra que la violencia contra las mujeres es social y generalizada. Además, es el resultado de las relaciones de desigualdad de género, así como la permisibilidad de la sociedad a esa violencia.

En Latinoamérica y el Caribe los asesinatos de mujeres solo por su género han crecido en los últimos años y más del 90 por ciento de los casos permanecen impunes.

Según datos estadísticos difundidos en octubre de 2016 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer.

Asimismo, datos de la Oficina de Naciones Unidas para las Mujeres (ONU-Mujeres), indica que 14 de los 25 países con mayor tasa de feminicidios se encuentran en América Latina. De estos países, destacan Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. También México y Argentina presentan una situación dramática.

Solo en los primeros meses de 2017 se han registrado 19 homicidios en Ecuador, seis en Paraguay, 57 en Argentina y diez en México.

Matrimonio y mutilación infantil

Mientras más tarde el mundo en actuar en contra de la desigualdad de género, más niñas seguirán sufriendo las consecuencias. Actualmente, casi 15 millones de niñas menores de 18 años contraen matrimonio cada año, es decir, unas 37.000 al día.

Otro tragedia que afecta a las menores es la mutilación genital. Unas 133 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de ablación en los 29 países de África y el Oriente Medio, donde esta práctica es más habitual. Algunas de sus consecuencias son un alto riesgo de hemorragia, infección prolongada (incluido el VIH), complicaciones en el parto, infertilidad y muerte.

¿Qué podemos hacer para promover la igualdad de género?

Todos podemos aportar para ayudar a erradicar la desigualdad de género. Para las niñas permanecer en la escuela y motivar a sus compañeras de clases a hacer lo mismo es esencial. Para las mujeres luchar contra los prejuicios sociales y concienciar a otras mujeres y a sus propios hijos e hijas sobre ese tema es la mejor contribución.

Los hombres y niños también pueden ayudar y la mejor manera de hacerlo es tener relaciones respetuosas, saludables y de igualdad con las mujeres. También involucrarse en las campañas contra la violencia de género es de gran importancia. Mientras más unidos, más rápido será el camino hacia la igualdad.

La ONU sugiere, además, aportar fondos para campañas educativas contra prácticas culturales como mutilación y el matrimonio infantil, así como organizaciones y movimientos sociales que buscan «cambiar las leyes que limitan los derechos de las mujeres y las niñas».

Sí hay avances, pero hay que protegerlos y multiplicarlos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la actualidad más niñas asisten a la escuela que hace 15 años y en la mayoría de las regiones se logró la paridad de género en educación primaria. Además, las mujeres constituyen el 41 por ciento de la fuerza laboral remunerada no agrícola, un aumento en comparación con el 35 por ciento en 1990.

La lucha es de todos. Hombres y mujeres. Niños y niñas. La igualdad de género es decirle sí a un derecho humano fundamental.

Fuente: http://www.telesurtv.net/telesuragenda/Por-que-es-importante-la-igualdad-de-genero-20170227-0039.html

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Perú: Mujeres exitosas rompen mitos en profesiones consideradas de «hombres»

Perú/Febrero de 2017/Fuente: Publímetro

Giovanna García Estación, generala de la Policía Nacional; Grace Hemmerde, corredora de autos; y Luvia Soledad Ascencio, lanzadora de bala le ponen un alto a los estereotipos y respaldan la importancia de la igualdad de género en la educación de los estudiantes del Perú.

En el Perú, donde las mujeres ganan un tercio menos que los hombres y trabajan 75 horas a la semana, 9 horas en promedio más que los hombres, estas mujeres rompen esquemas y con su ejemplo cuestionan los roles “tradicionales”.

“Manejo autos de carrera y en el entorno existen comentarios o prejuicios. La idea de que solo por ser mujer estacionas o manejas mal”, cuenta Grace Hemmerde, la única corredora de Karts en su categoría y representante del Perú a nivel Mundial.

Grace destacó que “la igualdad de género es importante para el desarrollo del país y de las personas, pues hoy en los países más desarrollados no existen los prejuicios que se ven aquí. Se ve a personas haciendo lo que quieren, donde hay mujeres que juegan fútbol y hombres jugando vóley. Dentro del deporte esto es importante porque tienes a más personas en diferentes disciplinas para que representen al Perú”.

En esa línea, para Luvia Ascencio, deportista y lanzadora de bala, comentó que al principio su familia no quería, pero luego se dieron cuenta que esa disciplina le gusta. “Mis amigos me dijeron que se me iba a deformar el cuerpo, que me van a salir hombros grandes, que eso hacen los hombres”.

Pero ella dejó de lado los prejuicios y temores de sus amigos y decidió practicar el deporte que quería con el apoyo de sus padres. Por eso, reconoce que hombres y mujeres pueden lograr sus metas.

“No importa cómo te veas, sino cómo te sientes, entonces dejas los prejuicios de lado. Hombres y mujeres somos iguales, ambos competimos igual, pensamos igual en el deporte, nos fijamos una meta. No por el hecho de ser mujer significa que somos débiles”.

Igualmente, Giovanna García Estación, generala del cuerpo jurídico y directora de defensa legal de la Policía Nacional, señaló con mucha convicción la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres para elegir lo que quieran ser, destacando que “las mujeres podemos ser líderes”.

Ellas brindaron su testimonio en un vídeo del Ministerio de Educación dentro del marco de la campaña “Currículo Nacional, promoviendo igualdad y derechos para todos”.

Fuente: http://publimetro.pe/actualidad/noticia-mujeres-exitosas-rompen-mitos-profesiones-consideradas-hombres-56348

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Carta pública a Errejón: las mujeres no somos vientres de alquiler

Por: Lidia Falcón

Iñigo Errejón en el programa Hoy por Hoy de la mañana de la SER del 8 de febrero se pronunció a favor de permitir el alquiler de vientres de mujer para satisfacer los deseos de aquellos padres que quieren tener hijos fabricados con su propio semen.

Añadió que habría que adoptar correctivos y vigilancia para que esa práctica que llama “maternidad subrogada” no signifique la explotación de mujeres pobres, manifestando con ello su compasión hacia tales sujetos.

En el curso de la entrevista Iñigo Errejón se autocriticó porque su partido esté inmerso más en la discusión de los problemas organizativos y de competencia entre las diversas facciones que se disputan el poder, que en resolver las carencias de la gente. De la gente que no son mujeres, ya que ninguna de las explotaciones y amenazas que las afectan, y hasta las matan, estuvo presente en su discurso. Incluso la locutora tuvo que hacerle notar que cuando hablaba de la gestación subrogada no había pronunciado ni una sola vez la palabra mujer, como si el tema atañera de igual manera a los hombres o fuese un asunto al margen de la especie humana.

El señor Errejón comenzó su reflexión diciendo que todo el mundo tiene derecho a tener hijos. Sin más, lo que para un profesor de Ciencia Política resulta un análisis enormemente pobre como explicación de un tema que afecta a miles de mujeres, en su vida más íntima. Porque como experto que es en relaciones humanas tendría que saber que los derechos de unos no se pueden ejercer contra los derechos de los demás. El derecho a la paternidad no significa que para ejercerlo se pueda disponer del cuerpo de una mujer, bombardeándolo con hormonas, insertándole un óvulo –propio o ajeno- fertilizado, y esperando que la gestación llegue a término para arrebatarle después el hijo, irreversiblemente. Y todo ello por dinero. Este profesor de política que clama diariamente contra la explotación de los trabajadores por los poderes económicos, no le afecta la explotación de las mujeres por todos los poderes: el capitalista y el patriarcal.

Si Errejón recordara la máxima de que la libertad de cada uno acaba donde comienza la de los demás, y se hubiera formado más en feminismo que en su indigesto mentor Laclau, no se pronunciaría con esa ligereza sobre el terrible drama que está ahora asediando a las mujeres pobres de varias áreas del mundo. Aquellas gobernadas por políticos que se han puesto al servicio de las grandes compañías farmacéuticas; de las agencias que buscan muchachas en las zonas rurales de la India, de Pakistán, de Bangladesh, de Ucrania, para contratar, por una aportación miserable que le entregan a la familia, sus ovarios, su matriz, su resistencia física, despreciando su dignidad como ser humano, sus sentimientos y emociones; de los machitos que quieren ser padres a costa de arrancarle el hijo a la mujer que lo ha gestado y parido.

No, señor Errejón, las mujeres no somos vasijas, ni probetas ni conejillos de Indias para hacer experimentos con nosotras ni tenemos nuestros vientres únicamente como fábrica de niños. Las mujeres no sólo invertimos en la maternidad los óvulos y las hormonas que fabrican nuestros ovarios, el calcio, los minerales y los nutrientes que van construyendo el feto; no solo soportamos durante nueve meses que nuestra anatomía vaya cambiando hasta hacer casi irreconocible la persona que éramos antes de la fecundación; no sólo perdemos la turgencia de los pechos y la firmeza de los músculos en esa ímproba tarea de dar vida a otro ser humano, tan lentamente; no sólo perdemos  la capacidad de movernos con agilidad, de realizar tareas pesadas y de realizar ejercicio durante nueve meses; no sólo padecemos dolores, desgarros, cesáreas, y a veces infecciones, en el gran trabajo del parto y necesitamos días para recuperarnos de tanto sufrimiento, sino que como seres conscientes de lo que nos está sucediendo invertimos sentimientos y emociones, esperanzas y temores, alegrías y miedos, en esa etapa trascendental de nuestra vida.  Y de la misma manera que en la esclavitud no solamente se utiliza la capacidad laboral del trabajador sino  la persona misma, y por eso es infame, manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el “producto”, como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos, es también infame.

Por ello es infame que políticos que pretenden trabajar por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, que denuncian las explotaciones y opresiones que sufren los trabajadores, que escriben largos manifiestos contra un sistema económico y político que condena a la miseria, a la ignorancia, a la tristeza y al dolor a millones de personas, sean tan crueles con las mujeres, para satisfacer los deseos –que no las necesidades- de unos cuantos hombres ricos.

Porque ser padre, o madre, es un derecho, pero no es una necesidad. Millones de hombres y de mujeres no tienen hijos por diversas circunstancias, ahora cada vez más voluntarias, y no les pasa nada. Las mujeres no somos vasijas ni probetas ni conejillos de Indias para ensayar experimentos científicos. Y añado: los hombres tampoco son sementales. Los hombres, aquellos que pueden enorgullecerse de serlo, tampoco deben aprovecharse de la miseria, de la indefensión, de la inmadurez de pobres muchachitas para satisfacer ese supuesto deseo de paternidad. Porque si realmente lo que les impulsa es la generosidad de cuidar a un niño, en el mundo existen millones de criaturas que necesitan padres y madres.

Pero esos cariñosos hombres que no adoptarían a los menores que lo necesitan lo que quieren es perpetuar su semen, del mismo modo que los patriarcas bíblicos. Por ellos no han pasado siglos de avances sociales y humanos que tienen que hacer respetar a las mujeres como seres humanos. Para ellos la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, de 1948, arrancada después de las horribles tragedias de las contiendas de los siglos XIX y XX, no hay que aplicarlas al sexo femenino, porque para ellos las mujeres no son más que eso: sexo y vientre reproductor.

Y tampoco les importan los derechos de los niños. Porque esas criaturas fabricadas a petición de los padres no tendrán nunca conocimiento de sus raíces, de sus antecesores, de la historia, de la cultura, de la biografía de su madre y de la familia de su madre. Privándole a esos nuevos hombres y mujeres el conocimiento de la comunidad humana de la que vienen. Fabricados como el monstruo de Frankenstein para dar satisfacción al deseo de quienes pueden pagarlo.  

Y, ahora, en los momentos decisivos de este inmediato Congreso en que dirigentes y militantes de Podemos que tienen que definir y asentar de una vez qué clase de formación política van a ser, qué propósitos sociales tienen, qué programa defienden, qué podemos esperar de ellos y en qué manera confiaremos en que nos defiendan de tantos poderes depredadores y crueles que nos esclavizan, si sus militantes y dirigentes deciden que las mujeres pueden ser tratadas como ovejas o vacas, aprobando lo que llaman “maternidad subrogada”, habrá que perder toda esperanza de que ese partido sea progresista y pueda cambiar la sociedad en nuestro beneficio.

Y si después de tantas declaraciones de feminismo como han hecho las mujeres de Podemos votan a favor de semejante infamia, quedará evidente que ni son feministas ni siquiera se han enterado de que son mujeres.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/02/09/carta-publica-a-errejon-las-mujeres-no-somos-vientres-de-alquiler/

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