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Entrevista: “La educación que recibimos no es la educación que necesitamos”

América del Sur/Colombia/19.06.18/Fuente: www.semana.com.

Polémico, así fue el paso de Marc Prensky por Colombia, considerado como el mayor experto en tecnología y aprendizaje. Semana Educación habló con él. #RegresoAClases

Marc Prensky aterrizó en el país como uno de los protagonistas de la Cumbre Líderes por la Educación, organizada por esta publicación los días 14 y 15 de septiembre en Bogotá.

La expectación era alta. No en vano, el estadounidense es el mayor experto en educación y tecnología a nivel mundial, y uno de los grandes críticos del actual sistema educativo: niños que memorizan pero no cuestionan lo aprendido.

Su intervención sobre currículo y contenido no dejó a nadie indiferente. Mientras sus seguidores le aplaudieron hasta desgastarse las manos; sus detractores salieron conmocionados. Los pasillos del Cubo de Colsubsidio, donde se organizó el evento, eran un hervidero entre elogios y críticas una vez él se bajó del escenario.

¿Cómo puede decir que comprar libros de textos es la peor forma de invertir en el futuro de los niños, que es un gasto de plata?, se le oyó decir a una mujer roja de la indignación.

 Este hombre no sabe de lo que habla, le respondía su acompañante, igual de rojo y encolerizado.

– Prensky tiene razón, la educación tiene que cambiar porque va a quedar obsoleta en 20 años, razonaba un hombre pegado a su frondosa barba.

Sí, hay que repensar el modelo para formar a nuestros hijos de cara al futuro, reconoció una mujer de tacones imposibles.

Prensky sabe que tiene un discurso polémico, pero no parece importarle. Habla con pocas pausas, mucho ritmo y seguridad, mirando a los ojos fijamente. Y no deja de sonreír. Sí, parece que las críticas le traen sin cuidado.

Semana Educación habló con él para conocer más impresiones de este experto internacional que vive pegado a su celular, para él «el mejor invento del mundo».

Semana Educación: ¿Hacia dónde va la educación?

Marc Prensky: Los niños del futuro serán líderes en resolución de problemas. La educación del futuro estará basada en los proyectos y habrá que brindarles las herramientas necesarias para dar soluciones a problemas reales. Necesitamos gente que quiera hacer de este mundo un lugar mejor, no gente educada en la academia que sepa todo de matemáticas, historia o escribir bien.

Dentro de 20 años todo va a ser tecnología y necesitamos ayudar a nuestros hijos a entenderla y que la integren en su vida. La tecnología ha simplificado todo, incluso aprender idiomas, estudiar, traducir otras lenguas, leer.

S.E.: ¿Cuál es su gran crítica a la forma en la que se está enseñando a los niños en la actualidad?

M.P.: La educación que recibimos no es la educación que necesitamos para el futuro. No podemos seguir mirando a nuestros niños como si nosotros fuéramos los maestros y ellos los estudiantes, darles indicaciones y que el trabajo de ellos sea escucharnos y hacer lo que les decimos. Padres, profesores y niños tenemos que convertirnos en iguales. No podemos seguir subestimando su inteligencia. Hay muchas cosas que los niños saben mejor que los adultos y viceversa, por lo que tenemos que empezar a asociarnos.

S.E.: ¿Qué hace a un país referente en educación y tecnología?

M.P.: La infraestructura para llevar tecnología a todas partes. Las personas están equivocadas si creen que lo más importante son los contenidos y no la infraestructura. No necesitas que todo el mundo tenga los mismos contenidos, sino contenidos individualizados. Y eso es lo que permite la web: entrar, investigar y encontrar los contenidos que necesitas. Esa idea de preparar contenidos para el colegio, los currículos, eso va a desaparecer, porque cada individuo necesita información diferente. Comprar un libro de texto es la peor inversión que puede hacer un padre por la educación de los hijos. Es una perdida de dinero. Comprar contenidos es una pérdida de dinero. Pero darle a las personas infraestructura y enseñarles cómo usarla en su propio beneficio, eso es lo valioso.

S.E. : ¿Hay buena y mala tecnología?

M.P.: No, el problema es que en este mundo existe la bondad y la malicia, y eso se traslada también a la tecnología. Eso es lo que hay que enseñarles a los niños: a diferenciar lo bueno de lo malo en términos de moralidad y ética. Por ejemplo, con el tema del bullying y el ciberacoso, ahora la gente anda diciendo que tenemos que enseñar a nuestros hijos a no matonear a sus compañeros. Es que eso se lo tendríamos que haber enseñado desde siempre, no ahora. La tecnología añade un nivel de complejidad a nuestra realidad, pero no es el problema en sí.

S.E.: Entonces, ¿todo radica en cómo se enseña a los menores a consumir?

M.P.: Sí, hay que darle a los niños herramientas para saber consumir. Por ejemplo, en mi país, Estados Unidos, la gente pro Trump solo consume noticias que hablan bien de él. Lo mismo sucede con los que van a votar por Hillary. El problema de esto es que no recibimos suficientes datos y, por lo tanto, no podemos actuar con coherencia. Es importante escuchar las diferentes voces y usar todas las herramientas disponibles para recibir información. Las tecnologías son poder, y si los niños no aprenden a usarlas, no van a poder hacer uso de ese poder.

S. E.: Usted acuñó los términos ‘Nativo digital‘ e ‘Inmigrante digital‘, ¿qué significan?

M.P.: Se tiende a creer que los nativos digitales saben todo sobre la tecnología, pero eso no es verdad. Son personas que han nacido en la era de la tecnología y crecieron con ella, creen que determinadas herramientas y valores son importantes, entonces las emplean. Por ejemplo, utilizar una grabadora en el ejercicio periodístico. Imagináte que un periodista de hace 50 años te dice que tienes que hacer entrevistas sin la grabadora. Ellos pensarían que está loca por emplearla y tú que ellos lo están por negarse a hacerlo. Cambia la perspectiva y los puntos de vista sobre las cosas. Por ejemplo, la cuestión de la privacidad. La gente antes pensaba que la privacidad era lo más importante y ahora no piensan igual: comparten su vida en Internet, se comunican por medio de la web y vuelcan contenido disponible para cualquiera que lo quiera ver.

S.E.: Para usted es más un cambio de prioridades.

M.P.: Sí, esa es la actitud que define a un nativo digital, mientras que los inmigrantes digitales son aquellos que nacieron sin tecnología o muy poca y tratan de imponer su visión antigua del mundo a sus hijos que ya son nativos digitales. “No tendrías que usar el computador más de una hora al día”, les dicen. ¿Y por qué no? Tú no tenías computadores cuando eras un niño, entonces no entiendes lo que es crecer con uno. Es su vida, son sus tiempos. Pero eso no significa que los adultos no puedan enseñar nada a los niños. Simplemente tenemos que ser muy cuidadosos en no adoptar actitudes de otras épocas que ya no se adecuan a las de la actualidad y no imponer esa visión anticuada a los niños.

S.E.: Bueno, pero quizá si el niño pasa 10 horas delante del computador deja de hacer otras actividades que también le pueden beneficiar, ¿no?.

M.P.: No necesariamente. Ahora mismo puedes leer libros a través de tus oídos, escuchándolos. La razón por la que leemos libros es para aprender sobre el comportamiento humano. Entonces, ¿por qué no aprender pero haciendo uso de los diferentes formatos disponibles? Los libros han evolucionado, así que, no es una cuestión de dejar de leer libros, sino de combinar todas las posibilidades que ofrece la tecnología para leer un libro.

S.E.: ¿Como padre fomenta esa actitud de nativo digital en su hijo?

M.P.: Mi equilibrio en la enseñanza de mi hijo es mi mujer. Ella tiene objetivos diferentes en relación con la educación de nuestro hijo: quiere que aprenda a respetar los tiempos de las otras personas, que aprenda a comportarse bien, ella es estricta. Yo, en cambio, motivo otras habilidades, por ejemplo, que consuma toda la tecnología que quiera. Pero si no le gusta, está bien, no le fuerzo. Pero lo que hay que entender es que hoy todo es tecnología: el deporte, la música, las películas… Así que, sea lo que sea lo que le interesa, le aliento a que aprenda y utilice las nuevas herramientas tecnológicas que existen a cerca de esa materia.

S.E.: Hay sectores que alegan que la tecnología aisla y radicaliza. ¿Qué le parecen estas afirmaciones?

M.P.: Tomemos el ejemplo de Isis y cómo emplean Internet para difundir su ideología fundamentalista. Mi consejo es que hay que tener acceso a las ideas radicales pero también a las que no lo son. Lo que no se puede hacer como padres, maestros, gobierno es permitir que la tecnología se use solo en un sentido por medio de la censura. Necesitamos un mundo en el que todo el mundo tenga acceso a toda la información que le brindan las nuevas tecnologías. De este modo, las personas podrán sacar sus propias conclusiones del mundo que las rodea. Es estúpido criticar la tecnología porque ya forma parte de la vida, es una realidad. Todo es tecnología, desde la ropa que usamos, hasta las gafas que llevo puestas o el maquillaje. Las usamos y normalizamos. Pero cuando son algo nuevo nos asustamos y decimos: «Oh, no, esto lo va a cambiar todo y va a ser terrible». Y no lo es. El problema no es la tecnología, sino cómo se consume.

S.E.: Algunos argumentan también que la tecnología nos hace menos sociables.

M.P.: No, nos hace más sociables, mucho más. Mi hijo está en contacto con sus amigos todo el rato a través del celular. La tecnología nos hace la vida más fácil porque hay momentos en los que no queremos enfrentarnos al cara a cara y la tecnología evita que lo hagamos. Por ejemplo, cuando quieres romper con tu pareja. La tecnología nos ofrece más posibilidades en las relaciones interpersonales.

S.E.: En un contexto de posconflicto, ¿qué importancia tiene la tecnología asociada a la educación?

M.P.: Bueno, llegados a este punto lo importante es no retroceder a un contexto de guerra. Seamos razonables, ¿quién puede querer la guerra? (se ríe). 50 años de guerra es suficientemente terrible, ¿quién querría volver a eso?

Así que, teniendo eso claro, la pregunta es cómo empleamos la tecnología para no devolvernos a un contexto de guerra y sí para seguir avanzando.

La respuesta debe ser a través de la colaboración, el trabajo conjunto y sabiendo qué se quiere alcanzar. Si nuestro objetivo es un escenario de paz, bueno, habrá que emplear la tecnología para combatir esas acciones que quieren volver a instaurar la guerra. Cada  persona tiene una visión diferente y propone soluciones diferentes, la educación y la tecnología pueden permitir llegar a un punto en común entre posturas y dar soluciones efectivas.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-a-marc-prensky-sobre-educacion-y-tecnologia/494206

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La raza como pedagogía de la crueldad

Contrario a lo que muchos pensadores y pensadoras opinan, no creo que la crueldad racial se resuelva con talleres escolares sobre la inclusión, la diferencia o la interculturalidad o se solucione con eventos episódicos sobre lo afro.

Maria Isabel Mena

¿Qué tienen en común las columnas que publiqué sobre el «golero«, «fabuloso» y demás alegorías a que las personas negras son incompletas, rudas, faltas de elegancia o disciplina? El común denominador es que muchas de esas imágenes fueron construidas por la pedagogía escolar.

La pedagogía tiene el nivel de una disciplina académica, es un saber que se ocupa de métodos, procedimientos y técnicas para enseñar un asunto específico. A quienes se dedican por vocación a este oficio se les llama pedagogos.

Y quienes están en el campo de la pedagogía sin que enseñar sea su proyecto de vida son profesionales frustrados, a pesar de que en Colombia sea lícito que un profesional se emplee dictando clases en un colegio. Porque desarrollar esa labor no le habilita como pedagogo, ese no fue su proyecto de vida.

La funesta reforma educativa legisló que cualquier profesional que no encuentre oportunidad en el mercado laboral, puedeescampar en el sistema educativo. Es así de básico.

Sin embargo, existe un movimiento pedagógico que exalta la labor del docente, del profesional comprometido con la infancia, que no llegó a este sector sólo por ganar unos pesitos, si no a quien realmente el oficio de enseñar le atraviesa la vida entera.

Quiero honrar públicamente a los profes de Colombia y especialmente a la red de maestras Elegguá quienes en Bogotá se juntan para visibilizar la implementación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos en la escuela.

En el proceso de ser maestro existe una pedagogía de los derechos humanos, una pedagogía para enseñar el cine, una pedagogía artística, una pedagogía para  la etnoeducación, para las matemáticas, para lectura y escritura, y para cuantos campos de conocimiento existen.

En Colombia no se discute una pedagogía antirracista, cuyos principios orientadores serían la base para confrontar abiertamente la crueldad racial. Suspicazmente, la raza o el color de la piel, silencian la pedagogía de la opresión racial. Pero a la educación no le gusta escuchar que algo muy extraño pasa en las aulas de clase.

A la escuela colombiana le gusta que se pregone que todas lasrazas o colores de piel son iguales ante Dios y ante la ley y le encanta el mito romántico que todos los tonos que asisten a la institución educativa viven en paz y armonía. Si es así, entonces me pregunto: ¿de dónde salen la cantidad de denuncias, quejas e inconformidades de las personas negras frente a sus hijos en las escuelas?, ¿será que las víctimas inventan esa cantidad de historias donde los menores son racializados?, ¿es la sociedad colombiana una comunidad cruel  ante los eventos que implican a infantes negros en los colegios?

Las respuestas afirmativas o negativas tienen que considerar específicamente a la niñez, en su propia subjetividad ante eventos de vulneración de derechos por su condición racial.

En tal sentido, la crueldad tiene que ver una respuesta calculada ante un evento que pone en riesgo la humanidad de una persona. Algunos psicólogos enuncian que hay una crueldad instintiva cuando se presenta una situación peligrosa y los reflejos primarios hacen que las personas actúen ante una situación en la cual, por estar implicada la supervivencia, supone reacción y defensa.

Otra crueldad está generada en la cultura y hace que ciertos grupos carguen con el prejuicio de ser violentos agresivos y dañinos en este caso por el color de la piel. Por ejemplo, en Bogotá es normal que las personas se crucen la calle o aprieten el bolso cuando se percatan que comparten la calle con personas negras o que en los almacenes los vigilantes sigan a estos sujetos porque piensan que van a robar la mercancía.

En las redes sociales, se circula información de la brutalidad policial sobre los jóvenes negros y por supuesto que los chicos serán expuestos con mayor porcentaje a que los detenga y requise la policía por sospecha de algo que prende las alertas policiales.

La crueldad racial es una patología de la sociedad que automatiza los juicios de valor sobre una comunidad sin que exista necesariamente una base objetiva para desconfiar de ese grupo o colectivo y contrario a las ideas de  muchos pensadores y pensadoras no creo que este problema se resuelva con talleres escolares sobre la inclusión, la diferencia o la interculturalidad o se solucione con eventos episódicos sobre lo afro.

Así no se acaba con la pedagogía de la crueldad racial. No es tan simple.

En consecuencia, la pedagogía de la crueldad se define como el dolor que desde posiciones hegemónicas en las aulas de clase se causa a los niños negros por la condición de su piel y fenotipo.

Esta pedagogía contiene los siguientes rasgos:

– Se exhiben los cuerpos de los niños en alusión a un espíritu carnavalesco que coincide con ciertos rasgos que han naturalizado las imágenes asociados a las comunidades negras.

– Incluso aún se pintan a los infantes mestizos para honrar a los estudiantes negros el día de la Afrocolombianidad y de hecho podíamos llamarle black face escolar.

– Se genera un morbo escolar basado en la diferencia racial.

– Los discursos de las autoridades educativas evitan el escandaloso asunto del racismo en los niños y niñas negras.

– Se amputa la historia de África volviendo invisible los aportes del mundo africano en el proceso de hominización y en consecuencia se exalta de forma episódica la Afrocolombianidad.

– No existe el desarrollo de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos que soporte decisiones institucionales en torno a la presencia de la comunidad negra, su historia y su memoria.

El contexto colombiano en su generalidad atraviesa por todas esas características aunque los avances en algunas regiones sea también dignos de mencionar.

Esta serie de rasgos confirma dos posiciones al encarar la pedagogía de la crueldad racial. Por un lado, la necesidad de las etiquetas raciales para distinguir a unos seres humanos de otros y, por el otro, visibilizar esas marcas como un patrimonio de la humanidad y no como una vergüenza infantil.

Si bien desde el punto de vista psicológico se considera que la crueldad racial es un desajuste de la personalidad narcisista blanca, la crueldad sobre las mujeres y los niños ha sido institucionalizada y normatizada como un dispositivo de poder que, al ser naturalizadas en la sociedad, se requiere un lente tremendamente agudo para tomar conciencia de la gravedad del problema y poner manos a la obra en esta causa humanística.

Ahora, la única manera de refutar esta problemática referida es demostrar que no existe racismo en Colombia y que la raza es un asunto superado dentro de nuestro contexto.

Mientras las fuentes de esa demostración sean los cuerpos de los niños y las  niñas dolidos y con cicatrices raciales seguiré insistiendo en la necesidad de construir una nueva escuela basada en los postulados de Bob Marley cuando señaló que «las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el color de los ojos».

Un abrazo de hermandad y sororidad.

Fuente: http://lasillavacia.com/silla-llena/red-etnica/historia/la-raza-como-pedagogia-de-la-crueldad-66392

Imagen tomada de: http://www.lacronica.com/Edicionenlinea/Fotos/Internacional/661537-N.JPG

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La identidad negra en la escuela. Un perfil de María Isabel Mena

Por Maguaré www.maguare.gov.co

¿Qué sentirías si ninguna de las imágenes que ves te representaran? o ¿si la historia condenara a tu comunidad a los mismos roles?, a responder estas preguntas y a trabajar por cambiar esto, se dedica María Isabel Mena, una historiadora de la Universidad del Valle que ha trabajado desde hace más de 10 años en etnoeducación y racismo en la escuela.

Su infancia estuvo custodiada por su comunidad chocoana en Cali que la cuidaban a ella y a sus hermanos, cuando su mamá se iba a trabajar lavando ropa a la burguesía valluna. Estudió su bachillerato en el INEM de Cali, y cuando terminó, su ilusión igual que la de muchas de sus compañeras de su misma clase social trabajadora, era la de trabajar y estudiar para pagar sus estudios. Pensando en esto, dos de sus amigas del colegio y ella se presentaron para trabajar en el recién construido almacén la 14 de Calima, y la única que no recibió un mensaje positivo fue María Isabel con la excusa que en ese momento en la 14 no iban a recibir mujeres negras ni siquiera para barrer.  “A los 17 años no tenía por qué entender que no iba a tener trabajo y que el proyecto de vida se iba a frustar por ser negra“.

Interponiéndose a todo esto, María Isabel se presentó a la Universidad del Valle a la carrera de historia, y estudiando allí tuvo un encuentro con los estudios de la esclavitud que fueron muy significativos para su vida.

Mi mamá tenía un carácter fuertísimo era casi un militar y yo tuve muchos límites me sostuvieron en mis épocas difíciles en el Inem y en la Universidad. Hoy gracias a esos principios, valores y límites, que me inculcaron mi mamá y mis hermanos, es que construí una personalidad que iba en contravía de ser una ama de casa que cuida de diez hijos. Yo quería hacer eso, pero quería hacer más

Con el apoyo de Germán Colmenares, abogado e historiador colombiano reconocido por iniciar el fenómeno disciplinario conocido como “Nueva historia” que siempre le preguntó por el significado de ser una historiadora negra, es que María Isabel inició su búsqueda por la identidad y la participación de la comunidad negra en la historia de Colombia, así como su lucha en contra del racismo.

Luego se convirtió en mamá y llegó a Bogotá a trabajar con el Ministerio de Educación. Recuerda que el mismo día que llevó a su hijo a la guardería los otros niños lo tocaban. La rectora preocupada le pidió disculpas y María Isabel aceptó que los otros se relacionaran así para que pudieran entender que su hijo era un niño como ellos.

“Esos son los constantes de la lucha contra el racismo. Yo le dije a la rectora que los dejara. Si ellos no habían tenido una experiencia con un niño negro, era normal que su primer acercamiento fuera de extrañeza y de sorpresa. Esto ojalá pasara con todos los niños, para que ellos en ese momento de contacto entiendan que aunque ellos tienen otra piel son iguales a ellos“.

Ese tipo de situaciones situaron a María en otra perspectiva, ahora como mamá, le costaba aceptar los chistes racistas y los comentarios y todo eso hizo eco cuando un día de camino a la guardería, su hijo le pidió que le echara perfume.

Ella lo hizo y él le volvió a insistir, a la tercera petición, no le pareció tan normal y le preguntó qué pasaba. Su hijo Andrés que tan solo tenía tres años, llorando le dijo que no quería oler a negro.  “Cada vez que cuento esto no puedo evitar sentir lo que sentí en ese momento. Nos fuimos al colegio, con mi esposo y le dijimos a la rectora que había que hacer lo que fuera necesario. Hicimos talleres con las familias y maestros en los que les contamos la historia y la importancia de nuestra comunidad

María Isabel, hizo una maestría en investigación social interdisciplinaria, y su tema de tesis fue los libros que trabajan en los colegios y que tituló Ilustración de las comunidades negras en los textos escolares.  “Esas ilustraciones de los textos no son un tema menor, están puestos con toda una intencionalidad. El ilustrador es producto de una historia ilustrada que nos ha hecho poner a ciertas personas en los textos, quitar o condenarlas a los mismos roles. Para mí siempre fue muy importante lo que puede ver un niño cuando no ve a sus congéneres en esos textos escolares, donde pasa la mitad de su vida y construye una política visual desde muy temprana edad“.

La más reciente publicación de María Isabel Mena, que aborda el tema de los referentes con los que los niños crecen

Recorrió Bogotá, Casanare y Antioquia con esa tesis y en España le propusieron hacer un proyecto de implementación de la cátedra de racismo y derechos humanos con la Secretaria de Educación y realizó los dos informes más grandes que se han hecho sobre racismo en Colombia con los maestros.

Un día la invitó una organización a hacer trabajo en Bosa con 50 niños, y ahí quiso ver la reacción de los niños con esta cátedra. En el salón solo había dos niños negros quienes reaccionaron ocultándose en el pupitre.En el descanso ella habló con uno de ellos y él le dijo que no hablara de eso porque sus compañeros le decían esclavo y le ponían cadenas.

Es una niñez muy desprotegida, pero el papel de las mamás, es muy importante. la mayoría, saben que deben proteger a sus hijos del racismo

Actualmente María Isabel trabaja en su tesis de doctorado sobre la construcción racial en los niños negros y lo que pasa en la infancia con la construcción de la identidad. Para su investigación trabaja analizando los dibujos y la paleta de colores que incorporan un color llamado “color piel”, el significado de nombrar con un solo color la piel, así como el uso que le dan los niños cuando se presentan así mismos.

El trabajo que esta historiadora hace con las maestras es fundamental, ella considera que el hecho de que los niños tengan con quién hablar del racismo, es la mejor terapia que se puede tener por la infancia. “Si tenemos buenas maestras también son buenas compañeras para los niños, si tenemos maestras sensibles que entiendan que hay que ponerle un alto a los chistes los niños estarán protegidos“.

Para ella hay un solo súper héroe en este tema y son los niños. Con su tesis de doctorado le gustaría mostrar las distintas aristas con la gente negra juega. No solo por qué en las jugueterías no hay muñecas y muñecos negros, sino cómo se comprende la historia de resistencia de los niños desde el juego y como los más pequeños comprenden y construyen su identidad.

En los niños, la experiencia con la identidad es muy compleja entran, salen, se camuflan, resisten, la confrontan. Hay niños que están muy seguros de su identidad, que se asumen como negros, que no quieren que les corten el pelo y otros que son muy apagados y se ven muy vulnerados

Para María Isabel, los riesgos de la identidad son enormes, y la distorsión con la que los niños negros crecen rodeados de solo referentes blancos, genera confusión y más adelante una postura y un rol en la sociedad.

“Ojalá todos los niños en su infancia estuvieran en un territorio ancestral, la oportunidad de estar con su gente, matronas, nodrizas, en ese manto protector de la infancia, debería suceder allí, al lado del río. No es fácil decirlo por la guerra y el conflicto. Nuestra población ha colocado la mayoría de víctimas del conflicto armado. Aun así debería ser un derecho que los niños estuvieran en esa primera etapa, en el territorio, porque esa experiencia traspasa la piel y se queda“.

Gracias al aporte e investigación liderado por la Licenciada “Maria Isabel Mena”, se pretende continuar replanteando la verdadera historia de la gente negra procurando interiorizar en los niños niñas la aceptación por la otredad, diferencia en cuanto al color de la piel, cabello, siendo esto parte del autorreconocimiento étnico afrocolombiano:, negro raizal y palenquero. destacar el rol del docente en los procesos identitarios, siendo pieza fundamental, al reconocer la diferencia que existe en la población Colombiana e ilustre adecuadamente la historia de la diaspora y no que peque burlándose y reafirmando el racismo al interior de la comunidad Educativa.

Fuente: https://maguared.gov.co/perfil-de-maria-isabel-mena/

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Colombia: ¡Vuelve la historia a los colegios!

América del sur/Colombia/13 Enero 2018/Fuente: Semana

El presidente sancionó la ley que convierte en obligatoria esta materia para todos los colegios del país. La decisión era una deuda pendiente de la educación en Colombia.

En 1994 el gobierno de César Gaviria tomó una decisión polémica: eliminó la cátedra de Historia del plan de estudios de los colegios y la fusionó con la de Ciencias Sociales. Desde entonces, los jóvenes colombianos no ven ni en primaria ni en bachillerato una materia dedicada exclusivamente a aprender los procesos históricos por los que han pasado el país y el mundo. En cambio, estudian una llamada Sociales que, durante los 11 años que dura el colegio, mezcla temas de geografía, democracia, Constitución Política e historia.

La medida, criticada por educadores e historiadores, generó un debate y un enorme malestar que acaba de terminar. Esta semana, el presidente Juan Manuel Santos sancionó una ley que obliga a todos los colegios del país a incluir en su plan curricular la “educación en Historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos de las ciencias sociales”. La norma aclara que esta disposición no puede afectar la intensidad horaria en áreas de Matemáticas, Ciencia y Lenguaje.

La ley fue impulsada por la senadora Viviane Morales quien asegura que «los niños y jóvenes deben comenzar a estudiar a través de la historia hechos que hacen parte de la democracia y de cada una de las etapas que le han permitido a Colombia, llegar a ser considerada una de las democracias más antiguas de América Latina».

El debate alrededor de ese tema tiene a muchos preguntándose qué tipo de historia de Colombia está contando la academia, y qué tanto sus libros e investigaciones les están llegando a los colombianos de a pie, que no tienen conocimientos especializados ni pertenecen a un nicho científico.

Para analizar el tema hay que entender que los especialistas de hoy escriben una historia muy distinta a la de hace varias décadas. De hecho, el primer gran manual de historia colombiana data de la primera década del siglo XX, de la pluma de Jesús María Henao y Gerardo Arrubla, y fue adoptado como texto oficial de enseñanza desde 1910, justo al celebrarse el centenario del grito de Independencia. Sus autores eran dos abogados, historiadores aficionados, que veían con preocupación la realidad del país de entonces, que aún sentía las secuelas de la guerra de los Mil Días, la pérdida de Panamá y la crisis económica.

Su texto exaltaba el patriotismo e intentaba crear una identidad nacional. Y aunque era un libro completo, bien investigado, lleno de fechas y datos históricos –que incluso hoy se sigue consultando–, las nuevas generaciones de historiadores lo cuestionan mucho. Para Javier Guerrero, director del doctorado de Historia en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, “estaba lleno de fechas, próceres, héroes, batallas y periodos presidenciales. Muy apologético, poco crítico, escrito desde arriba (desde las elites), enfocado en la población blanca del centro del país y poco representativo de la totalidad de Colombia”.

Eso cambió hacia los años sesenta, cuando nacieron los primeros programas académicos en las universidades. Los historiadores de esa nueva generación (más profesionales) comenzaron a escribir también sobre los procesos económicos y sociales, los grupos humanos y las poblaciones antes olvidadas, como los indígenas, los afrocolombianos, los campesinos y quienes vivían en las provincias. Como cuenta Álvaro Tirado Mejía, integrante de ese grupo, “se abrió el panorama. Además de los personajes, las fechas y los héroes, había una visión acerca de la sociedad, la economía y las costumbres”. Académicos como Jaime Jaramillo Uribe, Bernardo Tovar, Jorge Orlando Melo y el propio Tirado Mejía publicaron sus libros con esta nueva visión y, entre todos, sacaron una serie de nueve tomos a los que llamaron Nueva historia de Colombia (1989).

Y aunque la eliminación de la cátedra de Historia llevó a que ese tipo de publicaciones generales se estancaran un poco, una mirada a las novedades editoriales y a los libros publicados durante los últimos años, deja ver que hoy aparentemente hay un buen momento para la disciplina. No solo por el auge de las novelas históricas, que mezclan hechos del pasado con ficción literaria, sino también por los libros de historia pura.

Actualmente, por ejemplo, en las librerías se consiguen, entre otros, una biografía de María Cano, la líder sindical de los años veinte, escrita por Beatriz Robledo, y la tercera edición de un compendio de ensayos de varios autores llamado Historia de Colombia: todo lo que hay que saber, que analiza los hechos del país desde la época precolombina hasta hoy. Además, en librerías especializadas, como la Lerner, la historia es la tercera línea temática más vendida, luego de la literatura y la literatura infantil.

Eso, junto con los libros de Diana Uribe, la historia del mundo que escribió Daniel Samper Pizano o el libro digital sobre la historia del país que Antonio Caballero está publicando por partes, hace pensar que el público de hoy está ávido del tema.

Pero ello no es tan cierto. Aunque el mercado de los libros de historia sí ha crecido en comparación con lo que había hace unas tres décadas y hoy es más fácil que un autor publique un texto sobre el tema en una editorial grande, los tirajes siguen siendo pequeños (entre 1.000 y 3.000 ejemplares en los mejores casos) y los lectores no dejan de ser los del mismo nicho académico, que tal vez ha crecido por el aumento de pregrados, maestrías y doctorados en historia.

Un problema de fondo es que los historiadores no saben divulgar sus trabajos al público no especializado. Por supuesto que hay experiencias exitosas, como la de Diana Uribe en Colombia, pero muchos creen que no es suficiente y faltan trabajos más rigurosos y con más contexto que también se popularicen. En el mundo ya ha pasado. Según Alba Inés Arias, de la Librería Lerner, hay historiadores internacionales que hoy narran sus libros con una prosa amena, que atrae a los lectores.

En Colombia hay material, pues las universidades se siguieron profesionalizando y la investigación en historia actual es más completa que antes. Pero gran parte de estos trabajos se quedan en los anaqueles o se van a revistas indexadas y publicaciones científicas.

Ahora los historiadores se están enfocando en temas específicos. “Hay un interés por el sujeto y el individuo –cuenta Pablo Rodríguez Jiménez, profesor de historia en la Universidad Nacional–. Ya no en los héroes patrios como seres de monumento, ni solo en los grupos sociales y en los procesos, sino en los individuos de carne y hueso que vivieron esos tiempos”. Por eso ahora hay investigaciones acerca de historias muy locales: las comunidades, los barrios, las ciudades, las mujeres, los jóvenes, la sexualidad, el medioambiente, los movimientos sociales, etcétera.

Y aunque para muchos esa es una buena noticia porque permite diversificar el campo de estudios, otros creen que hay un exceso que ha llevado a perder el objetivo principal. “Estamos llegando a la microhistoria: unas historias demasiado particulares que pierden la perspectiva general”, cuenta Tirado Mejía. Con él coinciden otros historiadores, que piensan que hoy pocos se ocupan de contar una historia general, que explique los grandes procesos del pasado para entender el presente y planear el futuro.

La oportunidad se presenta ahora, cuando la cátedra de Historia vuelve a los colegios como una materia independiente. La idea es no repetir la fórmula fracasada de dictar una clase llena de datos y fechas en orden cronológico, sino bajar el conocimiento que los historiadores han dejado en los estantes a lo largo de todos estos años. Como explica Pablo Rodríguez, “nuestro trabajo puede llegar a tener significado si logramos que la gente se interrogue sobre qué país y qué sociedad somos, de dónde venimos y qué derroteros hemos recorrido, en los más amplios sentidos, para llegar a ser esta compleja nación llamada Colombia”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/presidente-firma-decreto-clase-de-historia/552097

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¿Una educación para el siglo XXI?

Colombia / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Juan Sebastián Hoyos Montes / Fuente: Las 2 Orillas

Pasaron muchas cosas en educación en estos meses que nos confirman que para innovar no hay que inventarse la rueda.

Pasaron muchas cosas en educación en los últimos tres meses. Varios eventos que nos dejaron muchas enseñanzas y reflexiones: la visita del investigador mexicano de la Universidad de Pensilvania, Alejandro Adler, en la Cumbre Líderes por la Educación de Semana; el Tercer Encuentro de Sustentabilidad que organizan varios colegios de Bogotá; y el Primer Encuentro de Educación Transformadora en América Latina, que organiza la red Ashoka. En todos se habló sobre las finalidades de la educación y las posibilidades para los currículos que deberíamos diseñar en las instituciones educativas.

Con Alejandro Adler aprendimos (soportado por la experiencia de Suráfrica, las ideas de Nelson Mandela y las innovaciones en Bután), que una educación para la paz debe tener en cuenta habilidades para la vida y, sobre todo, fomentar el bienestar emocional de las personas, que es esencial para cultivar la paz interna. Sin paz interna en las personas, no podremos hablar de paz social. El bienestar, por su parte, involucra varias dimensiones como cultivar emociones positivas y relaciones positivas, entre otros, y es algo que se puede medir, enseñar y aprender. El bienestar tiene un valor intrínseco e instrumental: es una finalidad deseable pero además tiene un impacto en la salud física, en el desarrollo académico, en la prevención de alcoholismo y depresión, y en el civismo. Formar en bienestar pasa por formar antes a los maestros para que lo encarnemos y lo difundamos con nuestro ejemplo. En ello, es muy importante transformar hábitos hacia la gratitud, el optimismo y el desarrollo de una mente serena mediante la meditación, la escritura y la reflexión, herramientas poderosísimas en los procesos formativos.

En el Tercer Encuentro de Sustentabilidad, aprendimos que generar conciencia ambiental es una labor esencial de todos los colegios hoy. Un currículo que no incluya este elemento como finalidad desconoce por completo el contexto en el que vivimos. A propósito, en su charla inaugural, Francisco Cajiao nos recordaba que un currículo no es un listado de materias por ver junto con una lista de contenidos, sino una visión sobre el tipo de ser humano que queremos formar así como de la sociedad con la que soñamos. Por ahí empiezan los currículos.

Aprendimos también que formar en conciencia ambiental es labor de todas las disciplinas y no solo de las Ciencias Naturales. Generar conciencia ambiental es una habilidad del siglo XXI y se puede trabajar desde el arte, la historia, la tecnología y la literatura, entre otros. Es cuestión de voluntad y compromiso.

Con el Primer Encuentro Latinoamericano de Educación Transformadora, pudimos conocer a emprendedores sociales de talla mundial y experiencias de colegios que están haciendo cosas muy innovadoras y que se centran en desarrollar empatía, trabajo en equipo, liderazgo y emprendimiento.

Gaby Arenas, una de las organizadoras del evento, nos decía que innovar no se puede, porque la educación se la inventaron hace miles de años. Basta revisar a los pensadores griegos. Pero lo que sí podemos hacer es innovar en las formas, es decir, en la manera de llegar a los estudiantes.

Carmen Pellicer, una educadora española de primera línea, nos habló sobre cómo transformar currículos para generar habilidades del siglo XXI (nos recordó el valor del trabajo por proyectos y de las rutinas de pensamiento), de la importancia del transformar el carácter de nuestros estudiantes y de desarrollar metacognición, en la reflexión sobre lo que se vive y se aprende. Así como de hacer un cambio en la cultura para lograr una evaluación que sirva de aprendizaje (con autoevaluación, rúbricas y portafolios, y muchas evidencias a lo largo de todo el proceso). Muchos colegios que están obteniendo resultados muy interesantes en el mundo le están apostando a incluir estos elementos.

Todas estas experiencias son muy enriquecedoras. Y tienen una cosa en común: nos recuerdan que debemos trabajar en la conciencia. Desarrollar conciencia debe ser un propósito de la educación de hoy, así como lo era hace mucho tiempo y como lo han planteado pensadores y filósofos del mundo clásico. La civilización fue inventada hace mucho. Y no hace falta inventarnos la rueda.

El desarrollo de la conciencia es una habilidad el siglo XXI,
junto con tantas otras como la empatía,
la creatividad y el bienestar emocional.

El desarrollo de la conciencia es una habilidad el siglo XXI, junto con tantas otras como la empatía, la creatividad y el bienestar emocional. Es más difícil de medir, pero se puede verificar con el comportamiento de las personas y sus actitudes. Para desarrollarla, es esencial primero que los maestros trabajemos en el autoconocimiento y que tengamos espacios para entrar en contacto con nuestro mundo interior. Lo mismo que los estudiantes. Lo anterior se logra con el arte, la música, el trabajo con el cuerpo, la escritura, la reflexión, la psicoterapia –entre otros- y con herramientas como la meditación, la relajación y la respiración. Vale la pena apostarle a esto que le apunta a una transformación de fondo del ser humano.

Ya lo decía Swami Vivekananda hace más de 100 años: el desarrollo del carácter (con virtudes como la bondad y la solidaridad) y el cultivo de una mente serena y concentrada son fines esenciales de una verdadera educación. Una persona que haya desarrollado ciertas virtudes del carácter, que demuestre en la acción los valores humanos y que tenga un cierto dominio de su mente podrá realizar muchos de sus propósitos y aportarle a la sociedad.

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¿Una educación para el siglo XXI?

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Colombia: Estos son los mejores profesores y colegios premiados por el Gobierno

Colombia / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Redacción Educación con información de MEN / Fuente: El Espectador

En ‘La Noche de la Excelencia’ fueron exaltados 51 docentes colombianos e instituciones educativas por su aporte a la calidad educativa

Por tercera vez, reunidos en el Teatro Colón, el presidente Juan Manuel Santos y la ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, se dieron cita para premiar a los mejores profesores y colegios colombianos de este año. En total 51 docentes, directivos e instituciones fueron reconocidos.

Los premios de “La Noche de la Excelencia”, como se ha bautizado el evento, tienen dos categorías: la individual y la institucional. Cada una de ellas, a su vez, se subdivide en varias categorías.

En el primer caso, 24 profesores fueron reconocidos por sus buenas prácticas pedagógicas en el aula, buscando mejorar la educación preescolar, básica y media. Dos son de la región Amazonas, 11 de la región Andina, siete de la región Caribe y cuatro de la región Pacífico.

Región Amazónica

Luis Emiro Ramírez Gómez, de la Institución Educativa Avenida El Caraño
Florencia (Caquetá) y Yesenia Ortiz García de la Institución Educativa Departamental Taraira, Taraira (Vaupés).

Región Andina

Leydy Lorena Ibargüen Ledesma de la Comunidad Educativa Rural de El Bijao Chigorodó (Antioquia); Mauricio Fonseca Jiménez del Colegio Distrital 20 de Julio en Bogotá D.C.; Sergio Giovanny Gutiérrez Hernández de la Institución Educativa Gustavo Uribe Ramírez, Granada (Cundinamarca); Mayerly Moreno Zambrano de Institución Educativa Rural Departamental El Salitre La Calera (Cundinamarca); Ramón Majé Floriano de la Institución Municipal Montessori Pitalito (Huila); Melissa González-Rubio de la Institución Educativa La Libertad Medellín (Antioquia); Juan Carlos Pérez Velásquez del Colegio Santos Apóstoles en Cúcuta (Norte de Santander); Angélica María Luque Peñuela del Colegio Versalles San Gil (Santander); Diana Isabel Cadena Cruz del Colegio Florentino González Coromoro (Santander); Wilder Banoy Suárez Institución Educativa Municipal Cundinamarca Zipaquirá (Cundinamarca) y  Carolina Toloza Velandia del Colegio Holanda Piedecuesta (Santander).

Región Caribe

Rosa Evelin Rúa del Colegio Miguel Ángel Builes en Barranquilla (Atlántico); Wilson Rafael Cabeza Arroyo del Colegio Erasmo Donado Zambrano (Bolívar); Eduard Osorio de la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo en Río de Oro (Cesar); Bertha Elena Padilla Salazar de la Institución Educativa el Campamento Río de Oro (Cesar); Emilio José Arrieta García del Colegio Nuestra Señora de la Candelaria Planeta Rica (Córdoba); Leandro Luis Lobo López del Colegio Tres Marías en Cereté (Córdoba) y Augusto René Flórez Ruiz del Colegio Carlos Adolfo Urueta en Ayapel (Córdoba).

Región Pacífico  

Jorge Eliécer Moreno Palacios de la Institución Educativa Agropecuario Gustavo Posada en Istmina (Chocó); Doris Yanet Montenegro Morillo de la Institución Educativa Nacional Seminario, en Ipiales (Nariño); Wilmar Robinson Ruiz Díaz de la Institución Educativa Antonio García Paredes en Popayán (Cauca) y Claudia Patricia Romero del Colegio Marco Antonio Roldán Varela en Yumbo (Valle del Cauca).

 En cuanto a la subcategoría de mejores experiencias significativas con uso pedagógico de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) seis docentes se llevaron el reconocimiento. Finalmente, en la última subcategoría de docentes, mejor propuesta para el bilingüismo, dos docentes se llevaron el galardón para transición y primaria, y cuatro más para secundaria y media.

Mejor uso de las TIC

Otoniel Gómez Quevedo del Colegio Francisco Arango en Villavicencio (Meta); Julia Elvira Aguilera Hernández del Colegio Jairo Mosquera Moreno Guacirco en Neiva (Huila); David Carmelo Barroso Negrete del Colegio Policarpa Salavarrieta en Montería (Córdoba); Yolanda Gutiérrez Sandoval del Colegio Florentino González en Bogotá D.C. y
Carolina Galvis Moreno de la Institución Educativa María Auxiliadora en Cartago (Valle del Cauca).

Mejor Propuesta docente de Bilingüismo

En transición y primaria

María Rosa Gómez Mendoza de la Institución Educativa Escuela Normal Superior María Auxiliadora, en Santa Marta (Magdalena) y Yaqueline Valenzuela Laverde de la Institución Educativa Antonio Nariño en Mosquera (Cundinamarca)

En secundaria y media

Andrea del Pilar Rosas Ramos del Instituto Tecnológico Salesiano Eloy Valenzuela en Bucaramanga (Santander); Yolima Pérez Sánchez de la Institución Educativa Santa Teresa de Jesús en Armenia (Quindío); Carlos Andrés Campos Vallejo de la Institución Educativa Ciudadela del Sur en Armenia (Quindío) y Juan Guillermo Álvarez Aguirre de la Institución Educativa Tecnológica Santa Rosa de Cabal en Santa Rosa de Cabal (Risaralda).

En la segunda categoría, la Institucional, los galardones fueron entregados a colegios y establecimientos educativos en los que se destacó la apropiación de herramientas pedagógicas durante el año. En total fueron premiadas 12 instituciones con una estatuilla y un incentivo económico.

En la subcategoría Mayor Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), los ganadores fueron la Institución Educativa Rural Santa Teresa – El Paujil (Caquetá), en educación básica y con un ISCE de 9,12; el Colegio Distrital San Gabriel – Barranquilla (Atlántico), en educación básica secundaria y con un ISCE de 8,78 y  el : Instituto Alexander Von Humboldt – Barranquilla (Atlántico), en educación media y con un ISCE de 9,27.

Por su parte los galardones para la subcategoría Mejor institución educativa ‘Todos a Aprender’, en la que se reconoce a las instituciones educativas que hacen parte de este programa, los ganadores fueron: Centro Educativo de Chiranquer, de Ipiales (Nariño), aumentó su ISCE de 2,48 en 2016 a 8,08 en 2017 y  el Centro Educativo Corozas Las Cañas de Cereté (Córdoba), aumentó su ISCE de 2,92 en 2016 a 8,41 en 2017.

Otro de los galardones mencionados en la noche fue para las dos mejores propuestas pedagógicas para jornada única, una en zona  rural y otra urbana. Estos puestos se los llevaron la Institución Educativa Luis Lozano Scipión, de Condoto (Chocó) como zona urbana y  la Institución Educativa Los Gómez, de Lorica (Córdoba) como zona rural.

Los ganadores del “Día E”, premio otorgado a instituciones oficiales de educación básica primaria que han tenido un mayor ISCE en el 2017 y que mostraron una continua mejora entre el 2015 y el 2017, fueron la Institución Técnico Industrial Comuna 17, de Cali (Valle del Cauca) y la Secundaria Institución Educativa Nuestra Señora de la Presentación, de La Virginia (Risaralda).

En la subcategoría mejor institución educativa con más ‘Pilos’ los ganadores fueron: la Institución Educativa Nuestra Señora del Rosario, de Colón (Nariño), la Institución Educativa Leopoldo López Álvarez, de Génova (Nariño) y la Institución Técnica Nacional de Comercio, de Cúcuta (Norte de Santander).

Finalmente, el galardón a la subcategoría  a mejor propuesta institucional de bilingüismo se lo llevaron la Institución Educativa Distrital Técnica Bilingüe Jorge Nicolás Abello, de Barranquilla (Atlántico) y la Institución Educativa Alfonso Jaramillo Gutiérrez de Pereira (Risaralda).

Este año, según explicó el Ministerio de Educación, se entregó un nuevo reconocimiento denominado ‘Premio a la Solidaridad’, con el que se exalta al docente que por su gestión en la comunidad contribuyó a la solución de una problemática específica o sirvió como garante en diálogos o negociaciones. En esta primera oportunidad el ganador fue José Fernando Guetio Ipia, rector de la Institución Educativa Monterilla, de Caldono (Cauca).

Fuente de la Noticia:

https://www.elespectador.com/noticias/educacion/estos-son-los-mejores-profesores-y-colegios-premiados-por-el-gobierno-articulo-726720

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Colombia: Treceava Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Transiciones en la educación inicial III)

Colombia / 10 de diciembre de 2017 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 2 oct. 2017

En esta emisión terminamos el ciclo de Educación Inicial con los invitados Mayerly Llanos y Álvaro Duque de la subsecretaría de Primera Infancia del Municipio de Rionegro. En Huellas de maestro, Carolina Gil hablado sobre bases curriculares en educación inicial y preescolar. En La nota informativa, el modelo de acompañamiento situado en Rionegro en la modalidad de preescolar inicial.

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=9TBW-zwnJww

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