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7 Tendencias Actuales (Y del Futuro) en Tecnología para la Educación

Colombia / 5 de noviembre de 2017 / Autor: Susana Angulo / Fuente: Enter

La tecnología al servicio de la educación está evolucionando constantemente, por lo que cada vez vemos nuevas aplicaciones para el aprendizaje. Las innovaciones tecnológicas nos proveen de muchas experiencias y posibilidades que eran solo deseos para las generaciones de estudiantes del pasado.

The Next Web hizo una lista de las cinco tendencias tecnológicas para la educación de 2017, entre las que están la realidad virtual y el uso de videojuegos. Hoy te contaremos sobre estas cinco aplicaciones para la educación. Además, te diremos cuáles son las dos tendencias en educación para los próximos años.

1.Realidad Virtual

No hay duda de que la realidad virtual se está colando en muchos aspectos cotidianos. Más allá de los videojuegos, esta tecnología está llegando fuertemente a la salud, al entrenamiento deportivo, a la publicidad y también en la educación. Básicamente, el VR nos brinda un elemento visual que hace el aprendizaje mucho más interactivo. Podemos ver sobre lo que estamos leyendo y esto representa un cambio impresionante.

¿Te acuerdas del capítulo de ‘Los Simpsons’ (de hace 24 años) en que Lisa se imagina una escuela con cascos de realidad virtual para aprender cómo fueron las guerras del pasado en clase de historia?

 

 

 

 

Bueno, esa ilusión futurista de Lisa ya es tan real como la presidencia de Donald Trump. Uno de los puntos a favor de esta herramienta es que ya hemos llegado a un punto en que tenemos múltiples soluciones económicas de VR, como el Google Cardboard, por ejemplo. La realidad virtual nos permite un aprendizaje más sútil y llamativo para las generaciones multimedia. Los libros y las fotos ya no son los únicos aliados de los maestros.

2. Educación móvil

En la vida tan agitada que tenemos es muy difícil adquirir nuevas habilidades y conocimientos. Nos pasamos el día entre el transporte público, nuestros lugares de estudio o trabajo, y la casa. Por esto, las aplicaciones móviles nos ayudan a aprender en el camino. Tenemos todo un universo de información a disposición de nuestros dedos (y de un buen plan de datos móviles).

Tenemos la posibilidad de decidir cuándo estudiar y cómo hacerlo. Además, no hay límites para este aprendizaje. Incluso los conocimientos prácticos, como aprender a programar o tomar fotos, pueden ser dictados con herramientas de transmisión en línea de pantallas de computador, por ejemplo.

3. Videojuegos para aprender

Agregar elementos de videojuegos a la educación tiene múltiples beneficios. Los estudiantes tienen la sensación de estar en ambiente progresivo y además ofrecen interactividad, incluso con materiales tangibles. No obstante, es un poco difícil encontrar ideas de juegos que sean adecuados. Es decir, debe existir un equilibrio entre la diversión y la practicidad de un videojuego.

Los videojuegos para la educación están creciendo en el mercado y sus márgenes de ingreso son cada vez mayores, según una investigación de M2 Research. Además, sus usos van más allá de los colegios o las universidades. Las empresas están adaptando videojuegos para capacitar a sus empleados, por ejemplo.

4. Lluvia de sitios de aprendizaje online

Cada vez hay más y más sitios que ofrecen cursos online y esto nos facilita la tarea de encontrar un programa que se adapte a nuestras necesidades. El aprendizaje online es una tendencia de hace varios años, pero hoy más de nunca, encontramos múltiples ofertas de distintas especialidades y también cursos dictados por prestigiosas universidades de todas partes del mundo.

La educación online está disponible 24/7 y es más conveniente que cualquier tipo de aprendizaje que jamás haya existido. Si no sabes el idioma de un curso, puedes ponerle subtítulos a las clases. Si no tienes tiempo en el día, puedes tomar tu clase por la noche, o enviar sus tareas en la mañana. Todo es online y la mayoría son gratis.

5. La creatividad es la madre de la educación

El movimiento conocido como ‘hacedores’, motiva a los estudiantes a construir y crear nuevas cosas basados en sus ideas y su creatividad. Y para eso existen plataformas como Arduino, donde las personas pueden crear circuitos eléctricos con libertad, en línea, y sin ningún conocimiento previo. Este tipos de herramientas hace del aprendizaje una labor más activa y además incentiva a los potenciales inventores a seguir sus sueños.

Lo que se viene

6. Inteligencia artificial

Sí, es predecible. La inteligencia artificial está en todo. Pero la educación es una de esas áreas en las que se suele ser más conservador a la hora de aplicar nuevas tecnologías. Es por eso que aún no vemos muy claro cómo usar la AI en aulas de clase, físicas o virtuales.

Pero la AI tiene mucho que ofrecer, según TeachThought. Algunos posibles usos, que seguramente veremos en los próximos años pueden incluir calificación automática de exámenes y tareas, adaptación personalizada de software educativos y tutorías personalizadas.

7. Implementación completa

Algunas tecnologías, como almacenamiento en la nube, tabletas para colegios, videojuegos educativos o asignaturas en línea; serán, en el futuro, la regla y no la excepción. Ya no serán tendencias extravagantes, sino la forma convencional de hacer las cosas.

¿Pasará como en Los Simpson que el director Skinner mandó a destruir todos los libros de papel ante un sistema de tabletas en la primaria de Springfield? Quizá no. Pero definitivamente vamos a ver a la tecnología como un viejo compañero de estudios, y no como un niño nuevo.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=kdhWs265gMI

 

 

Fuente del Artículo:

7 tendencias actuales (y del futuro) en tecnología para la educación

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Colombia: OCDE, CERCA PERO LEJOS

Colombia / www.elcolombia.com / 27 de Septiembre de 2017

Colombia está próxima a completar la hoja de ruta de la Ocde para ingresar al club de las buenas prácticas. Aunque así sea, las tareas y reformas que deben emprenderse son titánicas y demandan voluntad política.

Uno de los propósitos que se impuso el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, desde su primera administración fue conseguir que Colombia ingresara a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Para tal fin, desde septiembre de 2013 el Gobierno viene adelantando las gestiones y las acciones necesarias para cumplir con la denominada hoja de ruta establecida por la Ocde.

Al momento, al país le quedan pendientes la aprobación y formalización de tres comités (laboral, comercio y economía) de los 23 que componen la Organización.

El Gobierno confía en que en lo que resta del presente año se consolide el proceso y que, a más tardar en el primer semestre de 2018, Colombia sea admitida oficialmente en la Ocde.

Según se ha informado, el avance no ha sido tan expedito como se esperaba pues en algunos casos el proceso ha tomado más tiempo del programado bien sea por problemas con la expedición de normas o porque en algunos comités la Ocde ha establecido nuevos requisitos.

De todas formas, como le comentó a EL COLOMBIANO el jefe adjunto para América Latina y el Caribe de la Ocde, Sebastián Nieto Parra, “Colombia ha trabajado fuertemente en la adhesión”.

Como parte de las gestiones adelantadas, el Gobierno debió diseñar y poner en práctica una política (que en el país no se tenía) para el manejo de químicos industriales y de residuos.

Igualmente, fue necesario asegurar la aprobación de la ley de licores por medio de la cual se reordenó el manejo de los monopolios departamentales.

También se adoptó una ley para la promoción de las energías renovables y la eficiencia energética.

De otra parte, en materia de gobernanza se eliminó la presencia de los ministros en los órganos directivos de las empresas estatales, al tiempo que se modificó el régimen de responsabilidad corporativa.

No obstante lo anterior, la tarea que el país tiene por delante para ponerse a la par de los países miembros de la Ocde es grande y cubre diversos campos de acción.

En este sentido, en mayo pasado, la Organización presentó un informe (Estudio Económico de Colombia) en el que se establece que el país debe “hacer más para impulsar la productividad, mejorar el clima empresarial y lograr un crecimiento más inclusivo”.

Para tal fin “se identifican áreas prioritarias para futuras acciones” como la concreción de reformas para asegurar la calidad de la educación (y así alcanzar mejores resultados), reducir la informalidad en la economía (incorporando nuevos agentes económicos a la formalidad), y mejorar las oportunidades laborales de las mujeres.

Para estimular la inversión privada es necesario garantizar una mayor competencia en algunos sectores (como los de ferrocarril, electricidad y transporte de carretera). Así mismo, se requiere aumentar la inversión pública para modernizar la infraestructura y reducir los costos del comercio.

Aunque Colombia cuenta con el apoyo de algunos países (como Estados Unidos y Francia) para su ingreso a la Ocde, lo dicho por la Organización indica que para concretar esta aspiración se va a requerir poner en práctica acciones más contundentes y eficaces que las emprendidas hasta ahora.

Ello demanda de una voluntad política capaz de concretar las reformas estructurales (en campos como el arancelario, el laboral y el pensional), que aseguren que se reduzca la distancia que, en materia económica y social, separa al país de las naciones más avanzadas.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/ocde-cerca-pero-lejos-HY7364009

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Las preguntas incomodas en una sociedad racista: el caso educativo en Colombia.

La sociedad marca a la blanquitud como una seña de progreso e ideal. Y los niños, claro, asumen esos estereotipos desde tempranos momentos.

Por: Maria Isabel Mena.

El racismo se niega constantemente entre los colombianos[1]. A pesar de que saltan a la vista los desfases de toda índole entre la población blanca y la comunidad negra, el sentido común aduce que el problema no radica en el color de la piel y que dadas las desigualdades que padecen de todas las personas pobres, la piel oscura no es un síntoma real de pobreza.

El mito de una nación que se edificó sin fronteras raciales, ni asimetrías por el color de la piel, ha llenado de silencios y vacíos los cuestionamientos sobre los índices de calidad de vida de las personas negras.

Como si fuera poco, la institucionalidad colombiana no parece interesada en resolver los asuntos pendientes con el pueblo negro y sus demandas históricas de reparación por el crimen de la esclavitud.

Se olvida con gran facilidad que durante casi cuatro siglos los poderosos apellidos de este país llenaron sus fortunas con el trabajo de los africanos y sus descendientes. Ese pedazo de la historia de este país es lo que la oligarquía se niega a reconocer.

Incluso, ha inventado unas argucias morales para cerrarle el paso a una población que no tiene el mismo punto de partida histórico que otros grupos sociales y por lo tanto ha logrado que no se admita la urgencia de medidas compensatorias para equilibrar esos desajustes históricos. Esa es la prueba fehaciente del racismo que invade a la nación.

Piénsese, por ejemplo, que los informes sobre calidad de la educación mencionan que el contexto de apoyo a los estudiantes es un elemento vital para los resultados educativos.

Se ha señalado hasta la saciedad que tener padres profesionales constituye un vector importante en los logros académicos y la pregunta es ¿cuántos de los estudiantes negros tienen un soporte familiar cualificado que pueda apoyar el proceso estudiantil de los chicos y las chicas?

Si en su gran mayoría esta población está subempleada o en empleos de baja estima social, valdría la pena reunir material empírico que logre dar cuenta del impacto de este elemento al interior del sistema educativo.

En este punto, vale la pena identificar otros elementos que suman al debate sobre la educación y la comunidad negra.

Tanto la implementación  de la etnoeducación (Decreto 804 ) como la implantación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos (Decreto 1122 de 1998) ha sido una experiencia fallida del Estado colombiano.

Se pueden recorrer departamentos enteros donde a la fecha, las secretarias de educación no han aplicado esta normativa. Por otro lado, las facultades de educación han sido reacias a revisar el currículo para la formación de los docentes. El material educativo (textos escolares, cartillas, libros didácticos) aun circula lleno de estereotipos y prejuicios sobre la comunidad negra.

Hay otro plano de esta discusión, todavía más descuidado y por lo tanto más letal para la comunidad negra: se trata de los efectos psicosociales del racismo en los niños y niñas. A pesar de la  intensidad de la batalla contra el racismo la infancia es agredida por su color de piel, por su cabello, por su fenotipo principalmente.

El Estado no ha construido rutas de protección contra el racismo escolar. Y Ante la falta de cumplimiento de la normativa nacional e internacional una nueva mentira llega a la política educativa; le llaman enfoque diferencial que no es más que una muletilla de los funcionarios de turno para distraer a las comunidades del goce de los derechos que han logrado conquistar.

El punto es ¿dónde está el enfoque diferencial para cubrir a los chicos contra el racismo?  ¿Dónde está ese enfoque para garantizar los recursos para las iniciativas de esta comunidad?  ¿Cómo se implementa el enigmático enfoque cuando se trata de las minutas regionales para la alimentación de los más pequeños? Podríamos seguir hasta el infinito.

Seguramente quienes leen este medio se han percatado que en las guarderías y hogares infantiles no existen muñecas negras, la decoración de estas instituciones es alusiva a la “blanquitud”, los cuentos infantiles son eurocéntricos y cartillas de lectura y escritura no promueven a la negritud como una representación digna de valorar por parte de la comunidad negra en su primer ciclo vital.

Si bien la familia cumple un rol decisivo en la construcción de identidad de los niños, la sociedad marca a la blanquitud como una seña de progreso e ideal. Y los niños, claro, asumen esos estereotipos desde tempranos momentos.

Todos los debates están abiertos y se debe apuntar en la dirección correcta para señalar a quien le corresponde responder por las cuestiones que hemos tocado tangencialmente en esta columna.

Este es un debate necesario para evidenciar todos los desafíos que le esperan a este país y para cumplir con la utopía de una sociedad garante de los derechos de los niños y las niñas.

Fuente: http://lasillavacia.com/silla-llena/red-etnica/historia/las-preguntas-incomodas-en-una-sociedad-racista-el-caso-educativo-en

Imagen: http://cde.3.elcomercio.pe/ima/0/0/8/7/8/878476/base_image.jpg

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Las partes y el todo.

Es hora de que se piense que los colegios oficiales deben tener un administrador.

Por: Francisco Cajiao.

Resulta interesante observar la manera como suelen abordarse muchos problemas de la educación, pero en especial los de calidad.

Cuando se revisan los documentos que explican los planes sectoriales, sean nacionales o locales, no solo de Colombia sino de otros países, se nota una tendencia muy cercana a la obsesión taxonómica que se desarrolló a partir de la Ilustración.

Aproximarnos a la realidad nos obliga a hacer distinciones de las cosas que observamos, y para comprenderlas y actuar sobre ellas recurrimos a clasificarlas y ordenarlas. Esto ya se hacía desde épocas muy remotas, antes de que la taxonomía se convirtiera en una ciencia. Pero el afán de penetrar en los secretos de la naturaleza nos llevó más allá, diseccionando plantas, animales, personas y toda clase de organismos, con el fin de comprenderlos por partes cada vez más pequeñas.

Así como los anatomistas hacían disecciones desde la época de Herófilo y Erasístrato en la Grecia del siglo III a. C., con el objeto de comprender el cuerpo humano, los administradores y científicos de la educación diseccionan hoy las instituciones educativas, pieza por pieza, tratando de entender por separado el desempeño de los maestros, el liderazgo de los rectores, la inclusión de niños con dificultades, el matoneo, la ciudadanía, las competencias comunicativas, la primera infancia, las competencias blandas, la alimentación, y así hasta los mínimos detalles de la vida escolar.

Al igual que los anatomistas, los técnicos de la educación terminan trabajando con cadáveres, pues no basta entender cada pedazo del cuerpo para comprender cómo funciona. Diseccionar con propiedad un cuerpo requiere gran experticia si, además, se quiere describir con precisión cada parte. Pero lo que no es posible es volverlo a armar y hacer que funcione sin enfrentarse a un Frankenstein.

Por eso no deja de sorprender la dificultad que tenemos en Colombia –y entre los asesores que importamos, y en las universidades que ofrecen soluciones y en la literatura especializada– para comprender los colegios como organismos vivos que desarrollan una personalidad propia de acuerdo con las condiciones ambientales en las cuales deben desarrollarse.

La Ley 115 de 1994 entendió muy bien el asunto haciendo del colegio y de su Proyecto Educativo Institucional (PEI) el eje del sistema de educación básica y media. También entendió que debía hacerse con la participación de los miembros de la comunidad y que la principal función de los rectores debía ser formar comunidad educativa, pues ella es la garantía de convivencia, identidad y claridad en los propósitos centrales de la tarea educativa.

Pero, en la práctica, el ministerio y las secretarías que tienen cómo hacerlo comienzan a disecar los colegios desde sus propias dependencias, encargando a cada una de un pedazo. Así se diseñan programas que al llegar a la institución la seccionan y merman la capacidad de la comunidad de entenderse a sí misma como una unidad orgánica.

Es hora, por ejemplo, de que en la discusión sobre el Sistema General de Participaciones se piense que los colegios oficiales deben tener un administrador, de manera que los rectores desempeñen su rol de liderazgo pedagógico en la comunidad, porque hay una gran incoherencia al comparar la eficiencia de los colegios privados y sus resultados en calidad, cuando ellos disponen de amplios márgenes de autonomía y cuentan con gerentes administrativos que los públicos no tienen.

Los colegios son la unidad básica de calidad del sistema educativo, tanto en los aspectos formativos como en los intelectuales, y por eso deben ser entendidos y atendidos de manera integral y no por pedazos. La experiencia muestra que mientras no se fortalezca la institucionalidad del colegio, no hay fórmulas eficaces para la calidad.

Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/francisco-cajiao/las-partes-y-el-todo-francisco-cajiao-122142

Imagen: https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/02/Educacion-1.jpg

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Colombia: Neuroeducación, un aporte a la calidad educativa.

El lenguaje, la lectura y las Matemáticas son considerados elementos fundamentales y transversales para el desarrollo no solamente cognitivo, sino también para el ámbito social e interpersonal de cada individuo. En la actualidad, la neurociencia y la educación se combinan para estudiar y aportar con investigaciones a la calidad educativa.

América del Sur/Colombia/15.08.2017/Autor y Fuente: http://www.elmundo.com

El tercer Seminario Internacional en Neuroeducación, que se realizará este 19 de agosto en Medellín, abordará la neurociencia educacional desde tres áreas específicas: lenguaje, lectura y Matemáticas.

A propósito de este Seminario, que busca generar aportes para el mejoramiento de la calidad educativa, EL MUNDO conversó con Patricia Escobar, coordinadora Académica de Cerebrum en Chile y ponente en este encuentro, acerca de puntos importantes y necesarios para comprender esa rama de la neurociencia que combina lo cognitivo.

¿Cómo se explica la rama de la neurociencia educacional?

Es un campo científico emergente, que une a la psicología, la neurociencia y la pedagogía para investigar las bases biológicas de los procesos de enseñanza y aprendizaje, generando un diálogo entre el mundo científico y pedagógico.

¿Las emociones ejercen influencia en el aprendizaje?

Las emociones son parte fundamental del aprendizaje, ya que influyen en nuestra  motivación, toma de decisiones y nuestra capacidad de retener información. Un espacio educativo que está lleno de emociones que surgen de diferentes situaciones gratas o ingratas y, que van generando estados emocionales diversos de acuerdo a la manera en cómo se ha enfrentado o presentado esa situación de aprendizaje.

¿Qué aporta la neurodiversidad a la educación inclusiva?

La neurodiversidad aporta a la educación inclusiva una manera diferente de abordar la diversidad, cuyo foco está centrado en la potencialidad del desarrollo neurológico humano, reconociendo y valorando los cerebros diferentes, las capacidades y fortalezas que tiene cada sujeto, no se centra en el déficit,  sin negar los trastornos de origen neurológico, pero potencia y destaca las destrezas cognitivas y emocionales que tiene cada persona.Muestra una nueva mirada en torno a lo que el cerebro, puede hacer y aprender.

¿La autorregulación tiene impacto en el desempeño académico?

Sí tiene un impacto, ya que juega un rol trascendental no sólo en el ámbito escolar, sino que también en la vida personal y profesional de un individuo, teniendo una relación directa con la salud mental y física.

La autorregulación constituye un conjunto de habilidades que son fruto tanto de una programación genética como de un ambiente histórico social y depende de condiciones e influencias favorables para su formación y desarrollo, hasta llegar a un nivel óptimo de funcionalidad, por lo que requiere ser enseñada, estimulada y entrenada desde periodos tempranos del ciclo vital.

¿Cuáles y de qué tipo son las investigaciones que se vienen realizando en el campo de la neurociencia?

La neurociencia viene aportando diferentes investigaciones en torno al ámbito emocional (desde el impacto y cómo influyen las emociones en el desarrollo humano), cognitivo ( temas relacionados con el comportamiento humano), social (cómo influye el ambiente, los entornos, las neuronas espejos en el desarrollo del cerebro) y educativo (capacidad del cerebro para aprender).

Destaco el trabajo que viene realizando el neurociéntifico francés Dehane respecto al cerebro matemático y lector, siendo un gran aporte para el mundo educativo.
Específicamente, Cerebrum viene desarrollando un trabajo en torno a la importancia de potenciar la autorregulación en los establecimientos educacionales, involucrando a la comunidad educativa, a través de la implementación del Proyecto Iniciar, que permite crear en las aulas espacios de desarrollo de habilidades sociales, emocionales, prosociales, cognitivas y ejecutivas que permitan el desarrollo y fortalecimiento de la autorregulación, permitiendo que los alumnos entiendan y cultiven las habilidades que les darán competencias personales para relacionarse consigo mismos, con las demás personas de su entorno y, además, mejorar su aprendizaje.

Cerebrum

El Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano, Cerebrum, es una corporación educativa que cuenta con presencia directa en Chile, Perú, Brasil y Colombia. En sus más de 14 años de experiencia ha trabajado con la Asociación Educativa para el Desarrollo Humano, Asedh.  Esta corporación busca contribuir al mejoramiento de la calidad educativa y el desarrollo humano mediante los aportes de la neurociencia y su aplicación a las aulas de clase.

Actualmente, Cerebrum fomenta la neurociencia educacional desarrollando diferentes estrategias en cuatro campos de acción: difusión, formación, investigación y aplicación.

El Seminario 

El Seminario está dirigido a educadores, psicopedagogos, especialistas en lenguaje y matemática, docentes, directivos docentes, agentes educativos, gestores y todos los profesionales de la educación, o ciencias afines, interesados en conocer una nueva mirada del lenguaje, la lectura y la matemática.

Contará con tres importantes ponentes: Sandra Torresi, de Argentina; Juan Carlos Pérez, de Colombia, quien pondrá en el contexto local el tema de la neuroeducación lenguaje, lectura y Matemáticas, y Patricia Escobar, de Chile.

Las inscripciones se pueden realizar a través del correo infocolombia@cerebrum.la, en el que se debe solicitar la ficha de inscripción; el costo de este Seminario es de $180.000 (participación, refrigerio, memorias y certificación).

Se realizará el próximo 19 de agosto de 2017, en el auditorio de La Compañía de María – Colegio La Enseñanza, en Medellín.

La temática del Seminario

En el Seminario Internacional en Neuroeducación, que realiza el Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano, Cerebrum, cada año desarrollan temas diferentes relacionados con esta rama de la neurociencia.

La neurodiversidad, la autorregulación y en esta oportunidad el lenguaje, la lectura y la Matemática, son los temas que se han tenido en cuenta.

Este último se van a desarrollar, según la coordinadora de logística y proyectos de Cerebrum, Diana Patiño, porque “decidimos apostarle a este tema en vista de las críticas del Gobierno Nacional que le está apostando a estas áreas del conocimiento, para mejorar los resultados de las Pruebas Pisa y así poder ingresar a la Ocde”.

Con esto se busca que si los estudiantes tienen una buena comprensión lectora, les vaya bien en todas las demás áreas del conocimiento, señaló la coordinadora.

Además, “el lenguaje oral, la lectura y la matemática son ejes fundamentales que involucran varias habilidades que nos permiten tener éxito dentro y fuera de la escuela.Ampliar el conocimiento de los educadores, a partir de la evidencia científica, podrá marcar la diferencia no solo en los resultados que esperamos sino en el proceso, y principalmente, en la vida de miles de estudiantes, quienes finalmente tienen una relación directa con lo que sabe, hace y siente el profesor”, afirmó en el texto de presentación del Seminario, Anna Lucía Campos, investigadora, consultora y directora general de Cerebrum.

Fuente: http://www.elmundo.com/noticia/Neuroeducacionun-aporte-a-la-calidad-educativa/357367

Imagen: http://www.elmundo.com/assets/uploads/files/17a71-ilustracion-neuro.jpg

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La Escuela de Artes de la Universidad Nacional y sus vicisitudes históricas.

Por: Ignacio Mantilla.

Por estos días en que, con mesura pero sin falsa modestia, celebramos entusiasmados el sesquicentenario de la Universidad Nacional de Colombia, hemos vuelto una y otra vez a las fecundas raíces del proyecto educativo y científico que nació para dejar atrás el dominio de las instituciones coloniales y hoy se empeña de manera decidida en contribuir a la solución de los problemas del país.

Como ya se ha dicho en otros espacios, al momento de su fundación, en 1867, seis grandes escuelas constituyeron el cuerpo de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia: las escuelas de Literatura y Filosofía, Medicina, Derecho, Ciencias Naturales, Ingeniería, y Artes y Oficios. En conjunto resultaron ser las unidades integrales que abarcaron las diversas formas y ramas del conocimiento.

Para reconocer y difundir el importante papel formativo de cada escuela, he venido exponiendo por este medio los relatos que se tejen en las historias de su origen, tratando de transmitir al lector las transformaciones que en 150 años ha vivido la universidad pública más importante del país. En esta oportunidad abordaré la creación de la Escuela de Artes y Oficios, una iniciativa de conocimiento práctico que tan sólo sobrevivió nueve años y fracasó como muchas otras en las que había más interés que apoyo gubernamental, dejando un profundo vacío en la formación del capital humano necesario para una sólida industria capitalina, pero que constituye el origen de las actuales Escuela de Arquitectura y Facultad de Artes de Bogotá.

La Escuela de Artes y Oficios nació de la mano de la Universidad Nacional, con la Ley del 22 de septiembre de 1867, pero como bien lo señala la historiadora Estella María Córdoba, la falta de presupuesto y talleres adecuados impidió que entrara en funcionamiento durante sus primeros años. Aunque tuvo todo el apoyo de personalidades como los rectores Manuel Ancízar y Jacobo Sánchez desde su fundación, “fueron necesarios siete años de lucha para conseguir del Congreso de la República la aprobación de los estatutos y presupuesto necesarios, y para que la Escuela de Artes y Oficios iniciara la enseñanza teórico-práctica y capacitara a los artesanos, para que estuvieran en condiciones menos desfavorables frente a las políticas de libre comercio reinantes en el país” (sic).

Bajo el decreto 571 de 1874 se organizó la Escuela de Artes y Oficios y se estableció la contratación en Europa de un ingeniero mecánico y la compra de los elementos requeridos en los talleres. Además, se fijó la estructura de los programas a impartir y sus modalidades: conferencias populares nocturnas e instrucción profesional. Esta última modalidad tenía una duración de cuatro años y comprendía las clases de matemáticas, ciencias naturales, dibujo, historia patria y universal, ejercicios gramaticales y música instrumental y vocal. En el mismo decreto se pedía organizar un lugar en la Casa de la Moneda para los talleres de Mecánica y de Herrería.

En sus investigaciones sobre el campo artístico colombiano, el profesor William Vásquez ubica en la falta de apoyo de los sectores más acomodados de la ciudad el ocaso de la Escuela de Artes y Oficios en 1876. “Esta sociedad se mostró más proclive a una economía agraria, de provisión de alimentos y de minería, que a una de invención técnica y de producción industrial”, afirma el investigador.

El gremio de los artesanos fue el que sin duda resultó más afectado por este fracaso, sintiéndose falto de herramientas para hacer frente a las medidas de libre comercio adoptadas por los liberales radicales. Un traspié más para el sector que desde la década del 50 del siglo XIX, como lo ponen de manifiesto los historiadores Marco Palacios y Frank Safford en su libro Colombia: país fragmentado, sociedad divida, había librado varias refriegas callejeras enfrentándose a los sectores más acomodados y al Congreso para pedir mayor apoyo a su labor.

Craso error fue la falta de apoyo al trabajo manual cuando estuvo sustentada en el falso antagonismo entre la tarea práctica y el trabajo intelectual. Recordemos una frase reveladora del sociólogo Richard Sennett, tomada de su libro El artesano: “Hacer es pensar”.

A la Escuela de Artes y Oficios y sus esfuerzos por la difusión de las técnicas del dibujo, aunque con propósitos muy diferentes, la sucedería la creación en 1886 de la Escuela de Bellas Artes en el interior de la Universidad Nacional, bajo el impulso del general Alberto Urdaneta. En esta institución se consolidaría la enseñanza de forma profesional de técnicas artísticas como la escultura, la ornamentación y el grabado en madera, entre otras.

Todos estos conocimientos se mantendrían vivos posteriormente en la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes que se erigiría con la reforma de Alfonso López Pumarejo en la década del 30 del siglo pasado.

Si bien con su posterior reconfiguración y conversión en Facultad de Artes, en 1965, se alcanzó la estabilidad académica para la transmisión de los conocimientos en esa área, hoy la enseñanza de estos saberes sufre un nuevo y temporal traspié con incidentes que limitan el espacio físico necesario para desplegar toda su capacidad y desarrollar todas sus actividades. Sin embargo, en la actualidad la Facultad de Artes de Bogotá ofrece siete programas de pregrado: Artes plásticas, Arquitectura, Cine y televisión, Diseño gráfico, Diseño industrial, Música y Música instrumental. La formación y especialización en el área se refuerza con diversos programas de posgrado y con las carreras que se ofrecen en las sedes de Medellín, Manizales y Palmira.

La Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, ha jugado un papel vital en la difusión de las artes en el país. Y mientras en el mundo resuena el eco de las propuestas del exministro de Educación japonés Hakuban Shimomura de reducir el presupuesto a las artes y las humanidades, desde nuestro claustro educativo, por el contrario, pedimos un mayor fomento para estas áreas, pues comprendemos su importancia en un escenario de posacuerdo y reconciliación.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/la-escuela-de-artes-de-la-universidad-nacional-y-sus-vicisitudes-historicas-columna-706577

Imagen: http://agenciadenoticias.unal.edu.co/uploads/pics/60-img-med-juL-20.jpg

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