Publicado inicialmente en Diario Hoy el 16 de marzo por Alejandro R. Otero, EFE
El debate sobre la conveniencia de incluir la educación sexual integral en el sistema educativo paraguayo, alcanzó esta semana un punto álgido con la publicación de una guía para docentes sobre cómo abordarla, y la inmediata disposición del Ministerio de Educación para su «no utilización».
La guía, elaborada por el Servicio de Paz y Justicia de Paraguay (Serpaj), aborda la sexualidad, además de en el ámbito biológico, desde factores culturales y sociales.
Por su parte, el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) entiende que en la guía “prevalece la construcción de la identidad sexual en forma libertina”.
El MEC sostiene además que “no respeta las capacidades del ciclo evolutivo de los menores”, según se desgrana de la resolución que dictó el pasado 6 de marzo y que se conoció esta semana, en la que disponía la “no utilización” de dicha guía en ninguna institución educativa del país.
Como respuesta, el Serpaj presentó la guía este viernes a los medios y anunció que ha enviado una solicitud al MEC para que haga una “reconsideración” de ese dictamen.
La decisión ministerial se basa en un memorándum anterior del MEC en el que se prohibió la utilización del material, tras un análisis de la Dirección General de Desarrollo Educativo, según el escrito de la resolución.
El representante de Serpaj, Ramón Corvalán, tildó esos argumentos de “ambiguos” y señaló que la resolución “no respeta la libertad intelectual del profesor”, reconocida por la Constitución.
Asimismo, explicó que se trata de una publicación “independiente” y “pensada para los docentes”, como herramienta que puedan utilizar para explicar la sexualidad.
El titular de Educación, Eduardo Petta, defendió este jueves el dictamen publicado, arguyendo que se estaban “repartiendo en algunas escuelas” y aseguró la guía no fue analizada por el Ministerio, algo que desmiente su propia resolución.
Sobre ello, la miembro del equipo educativo de Serpaj, Ana Portillo, aseguró a Efe que “no es cierto” que el material se esté distribuyendo en los colegios”, sino que sólo fue publicado y que “cualquiera tiene la libertad de consultarlo.”
Corvalán añadió que “da la sensación de que se rechaza (la guía) por prejuicios” sobre la utilización de la perspectiva de género en el abordaje de la sexualidad.
Dicha perspectiva, según la define el documento, “permite analizar identidades” de hombre y mujer y “las estructuras” sociales, políticas y económicas que “dan lugar a esas identidades” y las influyen.
En ese sentido, la representante de la Asociación de Colegios Privados de Alto Paraná, Alicia Calabro afirmó a Efe que, “nos parece mal la perspectiva de género y el enfoque de derechos” que sustentan el documento, puesto que “enfatiza la relación de superioridad del varón respecto de la mujer”, una superioridad que considero que no existe en la realidad.
Además, indicó que no comparten que la guía priorice “el aspecto social de la construcción de la identidad y deje en segundo plano el aspecto biológico”, ya que la educación debe “ir encaminada hacia la realidad” y “no debe promover las fantasías de la identidad” sexual o de género.
Calabro abogó porque no se incluya en la malla curricular una asignatura de educación sexual, ya que “en la casa se enseña la moral sexual y en el colegio las materias científicas”, en las que, puntualizó, se deben enseñar los “aspectos biológicos” de la sexualidad.
En cambio, Portillo sostuvo que Paraguay “necesita debatir” sobre la educación sexual y que esta es necesaria para que “niños y niñas tengan herramientas” para su desarrollo sexual, y para “identificar cuando hay un abuso”, ejemplificó, en un país en el que una media de 650 niñas de entre 10 y 14 años son madres cada año, según el Centro de Documentación y Estudios (CDE).
También aseguró que se deben “incorporar bases científicas en la educación sexual de los menores y no creencias y dogmas”, a la vez que sugirió “replantear la cultura para evitar casos de discriminación” de menores LGTBI.
Pese a la polémica suscitada esta semana, Petta emplazó ayer a “todos los actores sociales” a integrar una “mesa sobre educación sexual”, en el marco del diálogo para la reforma educativa que planea desarrollar el Ejecutivo en 2019.