Page 179 of 230
1 177 178 179 180 181 230

Perú: La reforma educativa está avanzando por el camino correcto en el país, aseguró la titular del sector

América del Sur/Perú/08 Julio 2017/Fuente: El peruano

Recalcó que ella continúa trabajando con su equipo en diversos lugares del territorio nacional para atender las necesidades de los estudiantes de todos los niveles.

“Sabemos que estamos por el camino correcto, que el Perú ve un norte, sabe por dónde debe ir. Sabemos que en educación tenemos estos componentes, una reforma que avanza en educación básica y educación superior. Estamos caminando bien”.

Confianza

Martens manifestó que mientras cuente con la confianza del presidente Pedro Pablo Kuczynski seguirá avanzando en la reforma educativa, por lo que pidió el apoyo de todos los actores y sectores para que la reforma sea posible en todo el país.

Por otro lado, la ministra de Educación invocó a los docentes afiliados al SUTE Regional Cusco, que mantienen una huelga indefinida desde hace más de diez días, a retornar a las aulas por el bien de los 400,000 estudiantes de la región, que no tienen por qué perjudicarse con esta medida de fuerza.

“Los alumnos de quinto año de secundaria nos llaman porque temen perder el año. Los padres de familia están muy preocupados y los presidentes de las asociaciones de padres de familia (Apafas) también solicitan el término de la huelga”.

La ministra precisó que el miércoles un equipo de la alta dirección del Ministerio de Educación (Minedu) viajó al Cusco invitado por el gobierno regional y se instaló una mesa técnica para poder llegar a acuerdos y se dialogó durante nueve horas.

Sin embargo, dijo, pese a que el portafolio se comprometió a trabajar desde hoy en cuatro mesas técnicas e incluso se vieron los puntos por tratar, los maestros se negaron a regresar a las aulas cuando se lo pidieron.

“Se acordó instalar cuatro mesas técnicas en las cuales se pudieran avanzar aspectos que no son realizables a corto plazo como la deuda social, que todos los peruanos sabemos que no depende del Ministerio de Educación sino del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y del mismo Congreso de la República. Es un monto inmanejable por nuestro sector, pero estamos dispuestos a trabajar para poder ir saldando esta gran deuda”, declaró a RPP.

Procesos

La deuda social en general, refirió Martens, asciende a más de 20,000 millones de soles y como país se está viendo cómo poder ir atendiéndola. “Hoy día la estamos pagando mediante procesos judicializados”.

Pero los maestros piden que no sea mediante esos procesos, sino por la vía administrativa, recordó. La funcionaria agregó que, si bien la posición del MEF y del Minedu son diferentes, se puede llegar a un entendimiento y trabajar juntos.

“La deuda social del Ministerio de Educación con los maestros del Cusco es de alrededor de 3,000 millones de soles”.

Equipo técnico

El equipo del Minedu está listo para empezar a trabajar desde hoy las mesas técnicas con los docentes del Cusco que acatan una huelga indefinida en demanda de una mejora salarial y el pago de la llamada deuda social, entre otras peticiones.

Así lo sostuvo la jefa del gabinete de asesores del portafolio, Sofía Prudencio, quien sostuvo que desde el sábado se encuentran en la Ciudad Imperial como parte de la avanzada de la comitiva técnica que está totalmente dispuesta a continuar el diálogo con los miembros del sindicato de docentes.

El grupo de trabajo llegó a invitación del gobernador regional del Cusco, Edwin Licona. En RPP, sostuvo que ese equipo está dispuesto a trabajar las cuatro mesas técnicas acordadas el último miércoles para abordar los 14 puntos de la plataforma del sindicato de docentes.

Fuente: http://www.elperuano.pe/noticia-reforma-educativa-esta-por-camino-correcto-57261.aspx

Comparte este contenido:

Innovación para el cambio en la educación universitaria

Por: Pere Alzina Seguí 

La reflexión sobre la práctica no es lo más importante; lo más importante es concienciarse del cambio personal que implican los procesos de innovación.

Los procesos de innovación educativa se van generalizando. Nunca como ahora se había hablado tanto de innovación. Y esto es una muy buena noticia. Ahora bien, las innovaciones deben consolidarse, deben evaluarse y deben adaptarse a las nuevas y cambiantes necesidades que surgen día a día en una sociedad incierta y abierta. Este proceso de consolidación tiene que ir relacionado  con una investigación de cualidad próxima a las necesidades de los centros educativos. La colaboración entre la universidad y los centros es un elemento clave para garantizar el éxito de los cambios a medio y largo plazo.

Por lo tanto necesitamos con urgencia una formación inicial de los futuros maestros de educación infantil, primaria y secundaria innovadora y transformadora. Necesitamos una formación que analice la práctica a partir de la reflexión y, para conseguirlo, necesitamos que las universidades trabajen en las escuelas e institutos, de manera próxima y humilde, para dar salida a los retos mundiales que tenemos planteados. Se imponen nuevas maneras de hacer en la formación inicial del profesorado. El modelo transmisivo ya no tiene sentido en una sociedad en la que la información está al alcance de cualquiera. Ahora, lo que necesitamos son criterios, argumentos, guías y consejos para analizar profundamente las informaciones y transformarlas en conocimiento. Este es el gran reto de la formación inicial del profesorado, y necesitamos que este cambio tenga lugar lo más rápidamente posible.

Necesitamos reconocernos como generadores de nuevos conocimientos; todos, estudiantes, profesorado, familias… Todos poseemos conocimientos y podemos aportar algo de original, aportaciones constructivas y elementos que nos mejoren como personas. Considerarnos como productores de conocimientos es una premisa fundamental para reorientar los procesos formativos. La interactividad es una condición básica en estos procesos formativos y reflexivos.

Pero la reflexión sobre la práctica no es lo más importante; lo más importante es concienciarse del cambio personal que implican los procesos de innovación. Sin una toma de conciencia de los procesos de cambio personal, las innovaciones pueden quedar en cambios superficiales que poco afectan a las personas que se forman. Los procesos de cambio deben implicar el reconocimiento de las personas, la comprensión de las complejas realidades de todos y cada uno de los individuos que forman un colectivo determinado (por ejemplo una aula de clase).

Debemos entender que la misión de la enseñanza es transmitir y también ir transformando una cultura que nos permita entender nuestra condición y nos ayude a convivir. La educación debe formar ciudadanos conscientes, responsables y comprometidos éticamente con su realidad social. Estas realidades sociales son únicas y diversas pero se encuentran en el marco de una humanidad única (de una especie que habita un planeta del que todos somos ciudadanos); diversidad y unidad son dos perspectivas inseparables la educación. La educación debe incidir en el destino individual, social y global de todo ser humano.

La formación reflexiva debe educar la razón para conseguir una  mejora personal y social. Éste compromiso ético es fundamental; la educación debe mejorar el bienestar de las personas y nos ha de mejorar como personas. Por estos motivos defendemos una formación transformadora, reflexiva, consciente, responsable y comprometida.

La formación reflexiva implica enseñar a dudar, desindentificarse, desaprender, perder, eliminar, evaporar conceptos, liberar la mente, ser más humilde y tomar consciencia. Debemos reducir el egocentrismo que nos envuelve y tiñe muchos discursos y oscurece prácticas.

Existen modalidades formativas no demandadas (temas implícitos, que debemos aprender a leer y a explicitar): la educación para el autoconocimiento, para la complejidad de la consciencia, para la duda, para la autocrítica y la rectificación, para la madurez personal, para la no dependencia y por el cultivo del pensamiento propio, para la convergencia, la cooperación y la universalidad, para un lenguaje universal, para la sabiduría, para la evolución de la humanidad… Debemos entender la ciencia como un proceso universal y relativo en evolución constante que ha cambiado y que evolucionará en conocimiento y coherencia conjuntamente con quienes la desarrollamos; la ciencia nos abre puertas, nos aporta explicaciones y nos abre nuevos interrogantes; la ciencia nos ayuda a interrogar la incertidumbre, nos demuestra la humildad de nuestra existencia en el universo infinito y nos ayuda a mejorar nuestro bienestar si sabemos aplicar los principios éticos a  los avances científicos. No todo vale. Para llegar a estas conclusiones necesitamos formadores comprometidos con la complejidad, comprometidos con la mejora del bienestar de millones de personas en situación de pobreza, comprometidos en la mejora del mundo que nos acoge.

Por estos motivos las aulas donde se forman los futuros maestros deben convertirse en espacios de interrogación reflexiva, en espacios donde compartir conocimientos, en espacios donde revivir experiencias que nos puedan enriquecer a todos, trabajando cooperativamente y teniendo como objetivo final la mejora de las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos. Necesitamos un enfoque reflexivo sobre la práctica que:

  • Sepa analizar el transcurso y el significado de las acciones en la propia aula y en las aulas de  los centros educativos.
  • Sepa identificar procesos y resultados; sepa leer más allá de lo que somos capaces de observar a través de los sentidos; necesitamos profundizar en los sentimientos y las emociones de las personas y saber interpretar. Algunos de estos momentos son mágicos, la cara se nos llena de alegría y nos sentimos profundamente realizados; son momentos que suceden en las aulas cuando un niño nos dice: ven, quédate conmigo, ¿me ayudas? No quiero que te vayas.  Cuando pasa esto a los estudiantes de magisterio, su corazón late más deprisa y se quedan ligados de pies y manos a aquel niño o niña, seducidos por su espontaneidad. A partir de aquí, su formación puede dar un vuelco, posiblemente definitivo.
  • Sepa, también, identificar las limitaciones y los  costes de la acción: ¿valdrá la pena? ¿Es la acción más acorde con la situación planteada? ¿Debo intervenir ahora o dejo pasar un rato? Debemos aprender a actuar y también a esperar, a no actuar, dejando que los niños resuelvan sus conflictos con sus propias herramientas. No podemos estresarles. Debemos confiar en ellos.
  • Sepa evaluar el que se ha programado y lo que ha sucedidodesde las fortalezas (o certezas), desde las debilidades y desde las propuestas de mejora. Los procesos de valoración y evaluación son determinantes para conocer el alcance de nuestra actuación pero también para conocer y sorprendernos de las capacidades de los niños y niñas.
  • Finalmente, éste enfoque reflexivo nos llevará a poner en práctica mejoras contrastadas con evidencias empíricas, fruto del análisis cooperativo y fruto de la reflexión conjunta.

Para conseguir esta formación inicial transformadora necesitamos profesores universitarios reflexivos, que han de formar parte de comunidades de aprendizaje más amplias que entiendan su práctica como praxis reflexiva o diálogo continuo entre práctica y teoría. Este profesorado debe socializar conocimientos y contrastarlos, mientras se va enriqueciendo personal y profesionalmente.

El profesor universitario debe ser competente, crítico, coherente, sólidamente formado, colaborativo y activo en investigación próxima a las necesidades de los centros. Debe saber vivir en dialogo cooperativo permanente con sus compañeros y con otros investigadores y compartir los resultados de su diálogo con su comunidad de aprendizaje. Debe saberse distanciar de su propia práctica y algún compañero puede ayudarle a tomar conciencia de elementos clave que uno mismo puede pasar por alto y, en cambio, pueden llegar a ser muy relevantes.

Como investigador debe pretender mejorar su práctica e investigar para innovar, percibiéndose permanentemente en formación. Debe saber construirse como investigador des de su práctica docente mediante la indagación sistemática y autocrítica fundamentada en la curiosidad y el deseo de comprenderla y mejorarla.

Pero la reflexión sobre la práctica puede no ser suficiente para transformar; debemos llegar a una transformación de la comprensión sobre lo que hacemos y adquirir consciencia del cambio: el nuevo paradigma de desarrollo personal se basa en analizar cómo piensan los docentes sobre su trabajo, desplazando el acento desde lo que los profesores hacen a lo que  saben, a sus fuentes de conocimiento y a cómo estas afectan a su trabajo en las aulas. Hablaríamos de un trabajo metacognitivo.

Desde estos planteamientos dibujamos un profesor universitario consciente, orientado a la evolución y mejora personal, orientado a servir de guía y de modelo a los estudiantes y comprometido en la mejora del bienestar de su comunidad:

  • Un profesor mejor preparado y competente, menos orientado por la presión de publicar en revistas de impacto que marcan un modelo de investigación, que puede no ser el más conveniente en educación.
  • Un profesorado capaz de investigar sobre su propia enseñanza en el marco de un equipo o comunidad de aprendizaje; orientado a una investigación más cualitativa que cuantitativa.
  • Un profesorado capaz de innovar y de participar en proyectos de innovación educativa en su contexto.
  • Un profesorado consciente de sí mismo, de su profesión, de su enseñanza y de su compromiso con la comunidad.
  • Un profesorado capaz de eliminar su propio egocentrismo (muchas veces implícito e inconsciente), de equipo e institucional. Que sepa profundizar en su autoconocimiento e integrar su propio ser en su profesión.
  • Un profesorado con mayor madurez profesional (síntesis de madurez personal y desarrollo profesional).

A modo de síntesis, necesitamos profesores reflexivos capaces de autoconocerse, capaces de investigar cooperativamente, capaces de renovase pedagógicamente desde la madurez profesional.

La formación reflexiva debe permitir dotarnos de los medios para saber contextualizar, globalizar y establecer relaciones entre los conocimientos; la formación reflexiva debe permitir tomar consciencia de nuestra responsabilidad y de nuestro compromiso de mejora del bienestar general.

Estos cambios son necesarios si desde la universidad queremos avanzarnos a los cambios que se están dando en nuestros centros educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/04/innovacion-para-el-cambio-en-la-educacion-universitaria/

Comparte este contenido:

Incluyen a 52 instituciones chinas entre principales universidades de Asia-Pacífico

Asia/03 julio 2017/Fuente: Spanish China

La revista Times Higher Education (THE) publicó su primera Clasificación de Asia-Pacífico de escuelas prestigiosas, la cual incluye a 52 universidades de la parte continental china, de las cuales la Universidad de Pekín se ubica en el mejor nivel al ocupar el segundo lugar general.

La parte continental china y Hong Kong tuvieron un buen desempeño porque cuatro instituciones se encuentran entre las 10 principales. La Universidad de Tsinghua ocupó el cuarto lugar, la Universidad de Hong Kong el sexto y la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong el séptimo.

De acuerdo con THE, publicada el martes, cerca de una cuarta parte de las universidades que componen el ranking están en la parte continental china y en Hong Kong. Las dos albergan a las de mejor desempeño de la región en tres de los cinco pilares: enseñanza, investigación y proyección internacional.

En la clasificación general, la Universidad Nacional de Singapur se llevó el primer lugar y la Universidad de Melbourne ocupó el tercer sitio.

Respecto a China, el editor del ranking de THE, Phil Baty, dijo que los datos revelan que China alberga a la universidad principal de la región en enseñanza e investigación.

La Universidad de «Pekín logró la puntuación más alta en ambiente de enseñanza entre todas las instituciones de la tabla, mientras que la Universidad de Tsinghua (clasificada en cuarto lugar general) lidera respecto al ambiente de investigación. Este es un logro fantástico», dijo Baty.

Baty señaló que la Universidad de Hong Kong logró la mejor puntuación en proyección internacional entre todas las universidades en el área. La proyección internacional se mide por la proporción de estudiantes, profesores y publicaciones internacionales de una institución.

«Si China puede ajustar su creciente reputación y ambiente de investigación cada vez más estimulante con una investigación de alta calidad en revistas líderes, entonces no hay duda de que subirá aún más en la clasificación en los años futuros», señaló el editor.

Asia-Pacífico es considerada una de las regiones de educación superior e investigación más importantes del mundo, comentó Baty, y esta clasificación demuestra cuán diversa y dinámica es esta parte del mundo.

«En general, la clasificación ofrece un panorama de los países y las universidades que se convertirán en los líderes mundiales en educación superior en los años próximos. No hay duda de que varias de estas estarán dentro de Asia-Pacífico», indicó Baty.

Fundada en 1971 y diseñada por profesionales que trabajan en educación superior e investigación, la revista THE es una de las fuentes globales de información sobre educación superior más autorizadas.

De acuerdo con THE, sus rankings mundiales de universidades son los únicos a nivel global que califican a las universidades de investigación intensa en todas sus misiones centrales: enseñanza, investigación, transferencia de conocimiento y proyección internacional.

El ranking de universidades de THE usa los mismos 13 indicadores de desempeño, sin embargo, la ponderación se recalibra especialmente para reflejar las prioridades de las instituciones asiáticas.

Fuente noticia: http://spanish.china.org.cn/international/txt/2017-07/06/content_41160182.htm

Fuente imagen: https://selectglobalvalue.santander.com/imgsgcu/net/images/gente/l/la/las/las-mejores-universidades-de-asia.png

Comparte este contenido:

Colombia: Educación, otro avance en la Alianza del Pacífico

Colombia/03 de Julio de 2017/El Tiempo

El Valle destacó el fortalecimiento de la educación superior por medio de los intercambios.

La implementación de los instrumentos diseñados para el periodo 2016-2017 sobre los mecanismos de reconocimiento de grados y títulos de Educación Superior Universitaria es uno de logros de la Cumbre Alianza del Pacífico (AP).

También la construcción de Marcos Nacionales de Cualificación en la subregión. Los dos puntos figuran en la declaración final de la XXII Cumbre, firmada por los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de Colombia, Juan Manuel Santos; de México, Enrique Peña Nieto, y de Perú, Pedro Pablo Kuczynski.

Uno de los avances destacados por los mandatarios en la Cumbre, que concluyó ayer, fue la consolidación de la Plataforma de Movilidad Estudiantil y Académica; en la convocatoria efectuada este año otorgó 400 becas; a la fecha se han logrado 1.400 becas, así como la creación de instrumentos para propiciar el reconocimiento de títulos y los marcos nacionales de cualificaciones.

“Colombianos pueden ir a Perú, México y Chile a sus actividades académicas y viceversa. También a intercambios regionales, que lo que buscan es mirar cuáles son las perspectivas para el desarrollo y la competitividad y desde la educación superior se definirán estrategias que van a fortalecer, inicialmente, la integración regional”, dijo el subsecretario de Educación del Valle, Edinson Tigreros.

“Lo que se busca es fortalecer la educación terciaria, pilar fundamental para la Gobernadora y para lo cual se trabaja desde el Plan de Desarrollo y su ejecución, la posibilidad de mejorar esta educación, significa transformar el proceso de formación técnica, tecnológica y superior”, anotó. También los intercambios para el mejoramiento de la educación técnica.

Se busca es fortalecer la educación terciaria, pilar fundamental para la Gobernadora y para lo cual se trabaja desde el Plan de Desarrollo y su ejecución.

Los ciudadanos se seleccionarán a través de la Agencia de Cooperación Internacional y los favorecidos podrán hacer uso de intercambios de tiempos cortos y con acceso a becas.

La gobernadora Dilian Francisca Toro insistió en que la AP es una oportunidad del país y del Valle porque se visibiliza, ante el mundo y ante los países del Pacífico, la importancia que tiene el departamento a la hora de hacer inversión y de establecer un intercambio comercial y académico.

El alcalde de Cali, Mauice Armitage, destacó la Cumbre. “El país está terminando un conflicto e inicia la construcción de la paz. La ciudad tiene gran capacidad de progreso, es equidistante con los principales mercados del país, con 12 universidades y dos clínicas entre las mejores de Latinoamérica”.

Los presidentes Michelle Bachellet, de Chile; Juan Manuel Santos, de Colombia; Enrique Peña Nieto, de México; y Pedro Pablo Kuczynski, de Perú, posan para la foto oficial de la XII Cumbre Alianza del Pacífico 2017, en Cali.

 

Fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/cali/educacion-otro-avance-en-la-alianza-del-pacifico-104650

Comparte este contenido:

Más allá de la defensa: a reconstruir y expandir la educación pública

Por:  José Migue Sanhueza y Fernando Carvallo

Hace algunos días se ha dado finalmente a conocer el Proyecto de Ley de Universidades del Estado. La iniciativa se encontraba pendiente luego de haber sido separada de la propuesta original de Ley de Educación Superior, con el fin de “agilizar” la tramitación de esta última. Esto ha provocado gran expectación e incertidumbre entre estudiantes, académicos y trabajadores respecto al contenido que tendría este proyecto, que en teoría debería responder a la preocupación por el rol de la educación pública en la reforma al sistema de educación superior.

Lamentablemente, como desarrollaremos a continuación (y con mayor detalle en un reciente Documento de Trabajo), este Proyecto resulta insuficiente, y en varios aspectos derechamente regresivo, para la posibilidad de una nueva educación superior que esté basada en la educación pública y la tenga como eje rector y mayoritario del sistema. Más bien, lo que hace es ratificar las orientaciones centrales de una reforma que termina consolidando la organización de mercado del sistema: regulando algunos de sus excesos e imperfecciones, y proponiendo un mecanismo para pagar la cuenta de dicho mercado.

Universidades para un Estado Subsidiario

La modernización neoliberal en la educación superior chilena sentó las bases de un sistema con escasos símiles a nivel mundial. Este sistema se instaló como respuesta al inconcluso proceso de “Reforma Universitaria” de los años 60 y 70. Mientras que en esta primera gran masificación de la educación superior la educación pública fue la centralidad, el proceso posterior puso como eje central la provisión privada de educación, donde instituciones que persiguen fines lucrativos (legal o fácticamente) recibirían recursos públicos para operar y competir de igual a igual con las instituciones públicas.

Las señales que entrega el Proyecto de Ley de Universidades del Estado resultan preocupantes para las perspectivas de una genuina desmercantilización del sistema. Si hasta ahora la Ley de Educación Superior se ha concentrado esencialmente en cómo controlar los excesos del mercado y en cuán rápido el Estado pagará la cuenta de éste, aquello es complementado con un proyecto de Ley de Universidades Estatales que construye un modelo de organización y de financiamiento de estas instituciones a la medida de un sistema de mercado.

Para hacer esto posible, la modernización neoliberal tuvo dos aspectos cruciales. Por un lado, la promoción de la entrada masiva de actores privados, eliminando barreras de entrada y creando mecanismos de financiamiento que incentivaran la competencia entre instituciones. Y por otro, la atomización de las instituciones públicas previamente existentes, convirtiéndolas en entidades de menor escala que pudieran y debieran competir por estudiantes y proyectos con los nuevos planteles privados. Aquello por cierto no significaba un Estado ausente, sino uno presente con un rol distinto, un rol “subsidiario”: financiar fundamentalmente a los estudiantes (o competitivamente a las instituciones) y establecer regulaciones generales al conjunto del sistema.

Los fundamentos de la modernización neoliberal, en lo esencial, no se han visto alterados tras el “retorno a la democracia”. Los gobiernos concertacionistas -en general- asumieron como propia la crítica neoliberal al viejo sistema universitario y la necesidad de proyectar los componentes modernizantes de la reforma dictatorial. Así, concibieron un rol del Estado enmarcado estrictamente dentro de la concepción subsidiaria: financiar, regular, certificar y orientar la acción de los privados. “Guiar al mercado”, en palabras de José Joaquín Brunner.

En virtud de lo anterior, para poder evaluar desde las fuerzas de cambio este Proyecto de Ley sobre Universidades Estatales se debe tomar como criterio fundamental si se mantiene la profundización del mercado por medio de un Estado Subsidiario, ajustandolo y perfeccionándolo; o si, por el contrario, se adopta una dirección distinta. Lamentablemente este proyecto, así como su articulación con la Ley de Educación Superior actualmente en discusión, perfilan la primera de ambas situaciones, lo que se ve expresada tanto en el perfil de la institución estatal que se busca construir, como en razón de la orientación general del sistema que se da por sentada sin mayor cuestionamiento.

Matrícula y financiamiento: Ambigüedad y ausencia de horizonte

Como fue señalado, las reformas dictatoriales, su continuidad y profundizaciones posteriores, han traído como resultado una educación superior hegemónicamente privada, cara, segregada, lucrativa y de baja calidad, donde la matrícula pública bordea el 16%, a diferencia del 60% que promediaban los países de la OCDE al año 2015. El actual proyecto ya desde su diagnóstico está lejos de plantear un horizonte distinto. Si bien se habla de recuperar y explicitar el rol del Estado por medio del fomento a la excelencia de sus Universidades, no se desarrolla, y menos aún se conflictúa, el estado actual de estas instituciones, ni la disminución progresiva en su participación en la matrícula, al mismo tiempo que se les obliga a negociar y competir por recursos.

Asimismo, el proyecto adolece de una visión global de qué se entiende por “educación pública”, concepto que incluso está ausente de todo el mensaje y articulado. Expresión clara de esta carencia es la reducción del Proyecto sólo a las actuales Universidades del Estado, excluyendo así de la “Red Pública” tanto a los Centros de Formación Técnica que el propio Gobierno ha buscado implementar, como a las actuales instituciones laicas del Consejo de Rectores (U. de Concepción, U. Austral de Chile, U. Técnica Federico Santa María), cuyo origen mismo responde a inquietudes locales de la época ante un Estado cuyo rol en la educación superior aún era muy incipiente, y cuyo quehacer siempre se ha entendido sometido a la deliberación democrática de la sociedad y en colaboración con la función pública.

Estas ausencias en el diagnóstico se ven reflejadas en el articulado. En lo referente a la matrícula, el Proyecto establece que las Universidades del Estado podrán crecer equilibradamente conforme a su Proyecto de Desarrollo Institucional, y faculta al MINEDUC a solicitar planes de ampliación de matrícula. Cabe reconocer como una conquista el que se abra explícitamente como posibilidad el crecimiento de la matrícula pública. Sin embargo, es un avance que aún se queda muy corto, al no establecer la opción de que sean las instituciones, coordinadamente, las que propongan estrategias de crecimiento, aspecto que sí estaba presente en minutas anteriores del proyecto. Esta limitante revela que no existe una decisión deliberada de revertir el carácter privado del sistema, sobre la base de la colaboración y articulación efectiva de las instituciones de educación superior pública.

Mucho más claro resulta lo anterior en lo que respecta al financiamiento. El proyecto establece como fuente de recursos permanentes el denominado “Convenio Marco” hoy existente, cuyo monto es definido en la Ley de Presupuestos de cada año. Esto abre un escenario de inestabilidad al sujetar los recursos de las instituciones a la negociación parlamentaria de cada año, primando las capacidades de lobby y las correlaciones de fuerza por sobre los intereses y las necesidades universitarias.

A su vez, se contempla un “Plan de Fortalecimiento” de 150 mil millones de pesos a 10 años. La cifra aparenta ser muy elevada, pero en promedio representa poco más de 830 millones anuales por institución: cerca del 0,1% del presupuesto de la U. de Chile, 1% de la U. de Tarapacá y 3% de la U. de Magallanes, por dar algunos ejemplos. Este Plan sería financiado a través de un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo y orientado a proyectos de mejoramiento focalizados, en la línea de lo que ha sido el Programa MECESUP.

De este modo, la lógica predominante del financiamiento a las Universidades Estatales no experimentará cambios significativos con este proyecto respecto a cómo ha funcionado durante las últimas décadas. El financiamiento a las instituciones sigue siendo un componente minoritario de los recursos fiscales que se desembolsan en educación superior, y, más aún, éste es asignado con mecanismos que obligan a las instituciones a competir en vez de colaborar.

Gobierno y condiciones laborales: Universidades para competir en el mercado

Si bien cabe destacar algunos aspectos en materia de desburocratización de la gestión de las universidades, en los hechos se configura un modelo de universidad estatal organizada para competir en el mercado. Esto se observa tanto en su sistema de Gobierno como en la relación que tienen con sus trabajadores.

En cuanto al gobierno de las instituciones, el proyecto establece como órgano rector una Junta Directiva (“Consejo Superior”) compuesta en forma mayoritaria por actores externos, junto a un Consejo Universitario de carácter consultivo, con una composición que puede ser triestamental, pero también puede no serlo, pues depende de cada institución. En los hechos, con esto se construye un modelo de gestión basado en la desconfianza a las comunidades, que atenta contra la indispensable autonomía para la docencia, la investigación, la creación artística y la vinculación con el medio, que es donde más se expresa la contribución de las universidades estatales al país. Más aún, este modelo de gobierno borra con el codo lo escrito a pulso por varias instituciones cuyas comunidades han emprendido significativos (y sin duda aún inacabados) esfuerzos por superar las formas de organización impuestas por los estatutos de la Dictadura.

Además, se establece una forma empresarial de relacionarse con los trabajadores de las universidades estatales. Si bien formalmente reconoce a sus funcionarios como empleados públicos, el proyecto legítima e incentiva la muy recurrente práctica de contratar funcionarios que desempeñan labores permanentes en calidad de “contrata”, empleo que por definición legal es transitorio, a través de la eliminación de los límites que establecen leyes generales para esta modalidad. A su vez, el articulado abre explícitamente la puerta a profundizar la proliferación de contrataciones bajo las normas del Código del Trabajo o derechamente a honorarios, bajo el pretexto de la “contratación de servicios específicos” que, en la práctica, frecuentemente terminan encubriendo funciones esenciales y/o permanentes de las instituciones.

La urgencia de reconstruir la Educación Superior Pública

En síntesis, las señales que entrega el Proyecto de Ley de Universidades del Estado resultan preocupantes para las perspectivas de una genuina desmercantilización del sistema. Si hasta ahora la Ley de Educación Superior se ha concentrado esencialmente en cómo controlar los excesos del mercado y en cuán rápido el Estado pagará la cuenta de éste, aquello es complementado con un proyecto de Ley de Universidades Estatales que construye un modelo de organización y de financiamiento de estas instituciones a la medida de un sistema de mercado.

Nos enfrentamos así a la posibilidad cierta de volver como país a replicar el mismo error cometido en educación escolar con la llamada “Ley de Inclusión”, construyendo una reforma incompleta, con efectos sistémicos contradictorios, y que, al no fortalecer de manera decidida la educación pública, termina finalmente favoreciendo la profundización de la hegemonía privada en la matrícula. Tanto si se aprueban ambos Proyectos tal como están, como también si es que se aprobase sólo el de Educación Superior y ninguna iniciativa sobre el sistema estatal, lo que se verá relegado una vez más será la educación pública y su futuro, en contraposición al sello que acompañó lo mejor de nuestra historia como país y que hizo posible el desarrollo del mundo moderno: una educación mixta con centralidad y mayoría de educación pública y laica.

Frente a esta realidad, existe hoy una profunda responsabilidad histórica de las comunidades de las instituciones estatales y de las fuerzas de cambio en general que va mucho más allá de la “defensa” de estas instituciones frente a los aspectos regresivos de las reformas propuestas. Por cierto que la defensa de la autonomía de las Universidades estatales y la demanda por un compromiso efectivo del Estado con ellas resulta fundamental. Sin embargo, y lamentablemente, mientras la educación superior pública eduque a menos del 20% de los estudiantes, su sola defensa siempre resultará una reivindicación insuficiente a la hora de apelar al conjunto de la sociedad chilena. A lo largo de toda nuestra historia reciente, el sólo “defender” a una educación pública cada vez más minoritaria en un contexto de creciente hegemonía privada, ha demostrado reiteradamente ser pan para hoy y hambre para mañana.

El gran desafío hoy es articularnos no solamente para defender a las Universidades del Estado, sino para ponerlas al servicio de una transformación profunda de nuestra educación superior, que recupere para la democracia y la soberanía de la sociedad un sistema que hoy está profundamente colonizado por el mercado. Todo ello mediante la construcción y expansión de una Red de Educación Superior Pública, que recoja en su seno lo mejor de nuestra tradición republicana, y se plantee como la alternativa masiva, democrática y de calidad que oriente al sistema de educación superior chileno en su conjunto. Hoy más que nunca, la mejor defensa de la educación pública es convertirla en la alternativa de las mayorías de los jóvenes chilenos.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/06/28/mas-alla-de-la-defensa-a-reconstruir-y-expandir-la-educacion-publica/

Comparte este contenido:

La fiebre con los rankings

Por: Tomas Escudero Escorza

Un riesgo para la calidad global de las instituciones universitarias

Al final del siglo XX, respondiendo a la presión sociopolítica y mediática, se inicia la elaboración de rankings internacionales de Universidades por parte de grupos y organismos, a menudo privados, comparando una supuesta valoración de su calidad, agregando los datos de un conjunto limitado de indicadores de naturaleza diversa, relativos a cada institución, seleccionados por sus autores, siempre por razones de mensurabilidad.

En este siglo, se han multiplicado los rankings, con diversidad en cuanto a indicadores seleccionados y ámbitos de incidencia. Aunque la referencia más reconocida son los rankings internacionales que pretenden hablar de la calidad global institucional. Entre los más famosos en este sentido, podemos citar como ejemplos el Shanghai, el Times Higher Education, y el Quacqarelli-Symonds.

Esta fiebre por los rankings ha disminuido y absorbido en parte los procesos deevaluación institucional promovidos por los sistemas universitarios a finales del siglo pasado, para asegurar la calidad institucional global y potenciar la planificación de su mejora. Por ello, es obligado preguntarse si los rankings están teniendo utilidad en el logro de dicho objetivo.

El diagnóstico parcial de los rankings es poco útil para planificar la mejora institucional global. Sin embargo, el mayor problema no es éste, sino su utilización incorrecta, pues hay un gran riesgo de que el deseo obsesivo de mejorar la posición en los rankings limite la preocupación y el intento de mejora a sus indicadores, desatendiendo la mejora del resto de aspectos relevantes, por supuesto muy numerosos y a menudo no mensurables, que condicionan y definen la globalidad de la calidad institucional universitaria. Este problema está rebajando la necesaria atención de algunas áreas académicas como, por ejemplo, las Ciencias Sociales, las Artes y las Humanidades, y de tareas universitarias claves como, por ejemplo, facetas relevantes de la docencia y el desarrollo y mejora del entorno social.

Pero es que en el propio terreno de la investigación y la productividad investigadora, máximo ámbito de medición de los rankings, y en la productividad académica en general, se está produciendo desatención de temáticas y ámbitos de trabajo relevantes, cuya publicación no encaja fácilmente en el tipo de publicaciones que contabilizan los rankings. Por lo tanto, ni siquiera en el ámbito de la investigación, los rankings están suponiendo un mecanismo para una mejora global de la misma, pues su análisis se limita a determinadas áreas, facetas y aproximaciones, generando menos atención a otras también importantes.

Otro tema preocupante son las decisiones pensando exclusivamente en la mejora de las puntuaciones en los rankings, al margen de si ello mejora la calidad de la propia institución. Un ejemplo en este sentido, recogido por la literatura de evaluación de los rankings, son las decisiones de algunos sistemas y universidades con el tema de la internacionalización, muy valorada por algunos rankings, favoreciendo procesos que aumentan las puntuaciones en dicho sentido, pero que no aseguran la mejora institucional. En concreto, en algunos sistemas e instituciones se fomenta el aumento de estudiantes extranjeros simplemente incentivando su matrícula con ayudas económicas y en otros se aumenta el registro de profesores extranjeros para que aparezcan en trabajos sin que tengan presencia física en la universidad correspondiente. En este terreno, como en todos, los números solos cuentan poco, pues hay que estudiar su significado y valor en el contexto.

Un ejemplo reciente de este problemático enfoque en nuestro sistema universitario podría ser el controvertido nuevo sistema de méritos propuesto para la acreditación de titulares y catedráticos universitarios, donde da la impresión de que más que en el fortalecimiento de la calidad global del profesorado universitario, se incide preferentemente en los méritos de aportación positiva a los rankings.

Lógicamente, los rankings, además de ser una herramienta de marketing para la captación de estudiantes y determinados contratos, están fortaleciendo algunas facetas de la actividad universitaria, pero lo descrito anteriormente nos indica que no son un mecanismo para la mejora global de la educación superior en el mundo y de sus instituciones responsables, pues están potenciando cierta pérdida de interés por algunos ámbitos relevantes de su calidad.

Por lo anterior, resulta obligado desear que la fiebre por los rankings de las Universidades desemboque en una interpretación científicamente correcta de sus significados, que se contextualicen adecuadamente y que no se perjudique a facetas importantes de la calidad universitaria. Esperamos que los responsables políticos y académicos terminen siendo conscientes de este problema y actúen en consecuencia con decisiones orientadas a la mejora global de la calidad de sus universidades y no solamente de aquellos aspectos que inciden en su posición relativa en los rankings.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/06/23/opinion/1498226306_209367.html

Comparte este contenido:

Australia: Why many high-achieving Indigenous students are shunning university

Oceanía/Australia/Junio del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

 

Indigenous students remain vastly underrepresented in higher education in Australia. According to Universities Australia, Indigenous people comprise 2.7% of Australia’s working age population but only 1.6% of university domestic student enrolments.

In the past decade, there have been renewed efforts to increase the participation of underrepresented groups in higher education, including Indigenous people. However, most policies have focused on raising the aspirations of students from low socioeconomic (SES) backgrounds. The particular aspirations of Indigenous students have been largely overlooked.

To address this, we put the spotlight on the aspirations of Indigenous students in a recent large-scale longitudinal study. Our research has made two quite significant discoveries.

Indigenous children have the same career aspirations as non-Indigenous children

The study revealed that from an early age, Indigenous children share the same aspirations as non-Indigenous children. This includes the desire to become doctors, teachers, vets and artists.

This finding busts the myth that we need to “raise” aspirations. As we see it, the focus of equity programs for Indigenous children should shift to nurturing the strong aspirations children already have in primary school.

No doubt many Indigenous children will change their minds as they grow up. However, our research suggests that waiting until senior secondary school to talk to them about their career aspirations is far too late. (The same is true for non-Indigenous children.)

High-achieving Indigenous children are less likely to want to go to university

Perhaps more startling, our research found that high-achieving Indigenous students were significantly less likely to want to go to university than their high-achieving non-Indigenous peers.

While 72% of non-Indigenous students in the top NAPLAN quartile aspired to go to university, only 43% of Indigenous students in the same quartile said they wanted to go.

This indicates something is going wrong.

Jennifer Gore, Author provided

Why Indigenous kids aren’t choosing university

From understanding university pathways to managing the costs, there are myriad issues that influence the decision to go to university.

However, for Indigenous students, aspiring to university is likely to require negotiation of race, class, economic, and cultural divides in ways that are not shared by non-Indigenous students.

1) Cultural and geographic reasons

The majority of Indigenous children live in major cities and regional areas. But compared with non-Indigenous children, a larger proportion of Indigenous children live in remote and very remote parts of Australia. Across these geographic areas, bonds and commitment to country, community, and family are deeply felt.

It is also likely high-achieving Indigenous children will carry significant financial obligations in these familial relationships. They can be reluctant to relocate for university because of these ties.

2) Social and racial isolation

While universities connect with Indigenous school students through campus visits and mentoring programs, the lack of a sizeable cohort of Indigenous university students is likely to make the prospect of choosing university even more daunting.

More broadly, the lack of a sizeable Indigenous middle class means that socially mobile Indigenous people “may become stranded in a racially bound social capital wasteland” with gains in economic capital not necessarily leading to the kinds of social and cultural capital that traditionally benefit non-Indigenous people.

Further, Indigenous students may not want to expose themselves to racism and the racial divide apparent in the university, town or city where available universities are situated.

3. First -in-family

Many high-achieving Indigenous students would be the first in their families to attend university. First-in-family students face unique challenges because, by definition, they tend not to have the family or community experience to guide them. Moreover, many Indigenous students are the first in their families to complete secondary school, so university education might be a more alien concept.

4. Pathways, costs and financial support

Negotiating the fees and support available to Indigenous students can be difficult. There is a plethora of programs, scholarships, courses and accommodation choices, which can be overwhelming for a new student (especially with the other factors outlined above). This is something to take into account in the transition to university for Indigenous students.

5. No obvious benefit

High-achieving Indigenous students can “weigh up” the benefits of a university education and decide it is not “worth it” economically or socially. The risks and challenges they will face by leaving country, community and family might be seen as too high a price to pay. If study at TAFE or paid work is available locally these might be more desirable.

6. Distrust of government institutions

Indigenous students may have a deep (and justified) distrust of universities, given the past treatment of Indigenous people by government and non-Indigenous institutions.

No matter how welcoming or how strong the Indigenous support centres on campuses, some Indigenous families will struggle to see university as a place for them or their children.

Breaking down the barriers

Higher education does not exist in a vacuum. There are things that can be done to address these issues.

One step is to pay more attention to the aspirations of Indigenous students in the early years and how those aspirations are formed in relation to existing social, cultural, economic, and racial divides.

Another step is for universities to reconceptualise their outreach strategies targeting Indigenous students. There should be more consideration paid to the factors outlined above.

Fundamentally, it is not just about making higher education possible, but rather, making university a place where Indigenous young people will want to pursue and attain their occupational aspirations.

Fuente:

https://theconversation.com/why-many-high-achieving-indigenous-students-are-shunning-university-79749

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/j5HoOODWJSyE0Qq5dB7zjqCnmric9epTJC3wMI5QrlrmW34RYhdJ2iqeXtX_VNH-9qdyi4Q=s85

 

Comparte este contenido:
Page 179 of 230
1 177 178 179 180 181 230