Por: Arturo Santamaría Gómez
Educación Superior
Los mercaderes de la educación.
Dudo que queden quienes crean los argumentos con los que el fujimorismo y el aprismo intentan justificar la interpelación al ministro de Educación, Jaime Saavedra. Es bastante obvio que no hay verdaderas intenciones de moralizar el sector, ni importan los retrasos en los Panamericanos, ni los desaforados gritos de Cecilia Chacón a Saavedra son gratuitos.
Las universidades que nacieron a partir de 1998, al amparo del Decreto Legislativo Nº 882 (“Ley de promoción de la inversión en la educación”) han terminado convirtiéndose en empresas multimillonarias. Un estudio reciente revela que la familia Acuña, propietaria de las universidades César Vallejo y Señor de Sipán, está entre las veinte más ricas del Perú, por encima de los Wong. Para cautelar sus intereses, estos centros de estudios no han dudado en invertir parte de su cuantioso patrimonio, financiando campañas presidenciales y parlamentarias. El día de ayer, La República informó que este poderoso lobby incluye al menos a 16 congresistas.
Los ingresos de estas universidades no guardan la menor relación con sus estándares de calidad. Solo así se explica que entre sus propietarios y rectores haya cantidad de plagiarios, analfabetos estructurales, sospechosos de lavar activos o afortunados que ganan salarios de más de dos millones de soles.
Entre los defensores de este modelo de negocio se encuentran algunos fanáticos de la desregulación, cuyo argumento parece resumirse en la siguiente afirmación: “Es preferible tener una mala educación que no tener ninguna educación”.
Ignoran el esfuerzo de miles de padres, que invierten hasta lo que no tienen para que sus hijos accedan
Los mercaderes de la educación aunque cumplen con otorgar un título al final de las carreras, lo hacen formando profesionales mediocres, que a la hora de ingresar al mercado laboral descubrirán la triste verdad: ellos y sus padres fueron estafados, y sus diplomas valen poco más que el cartón y la tinta.
¿A usted le gustaría cruzar un puente levantado por un ingeniero mediocre? ¿Ser operado por un médico chapucero? ¿Poner su libertad en las manos de un abogado que ignora la ley? Malos profesionales hay en todas partes: lo que no puede tolerarse es que el Estado los consagre y aliente, permitiendo que en el nombre de la libre empresa pueda llamarse “universidad” a un kiosco con un letrero.
La Ley Universitaria de julio de 2014 fue un primer esfuerzo por corregir esta situación absurda y compleja. Ahí se establece una serie de exigencias, pensadas para elevar la calidad universitaria, como obligar a que todos sus profesores tengan una maestría, o que al menos un 25% esté en planilla. Si en los dos años y medio que vienen no llegan a adecuarse a la ley, los mercaderes de la educación pueden perder la licencia de estas minas de oro. Por eso están tan preocupados.
La ley no es perfecta, y muchas de las objeciones que enfrenta deben ser debatidas y corregidas. Pero estamos ante un ataque matonesco e interesado, que no se puede aceptar.
Fuente:http://larepublica.pe/impresa/opinion/825239-los-mercaderes-de-la-educacion
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Los estudios vespertinos se consolidan en los últimos 10 años
América del Sur/Chile/6 de diciembre de 2016/Fuente: publimetro
Según el Mineduc, la matrícula total vespertina creció 112% en el período 2007–2014, muy superior al crecimiento de la matrícula diurna (38,8%), lo que se tradujo en un aumento de participación de la matrícula vespertina desde 20,2% en 2007 a 27,4% en 2014
De acuerdo al estudio “Evolución de oferta y matrícula 2007–2014: Educación Superior Vespertina en Chile”, elaborado por el Servicio de Información de Educación Superior (Sies), de Mineduc junto con MiFuturo.cl, para el período 2007–2014, un porcentaje cada vez mayor de instituciones de Educación Superior impartió carreras o programas en jornada vespertina.
Si en el año 2007 el 79,1% de las instituciones impartía programas en esta jornada, para el año 2014 dicho porcentaje se había incrementado a 88,1%. Es decir, prácticamente 9 de cada 10 instituciones de Educación Superior en Chile impartían programas vespertinos dentro de su oferta educativa.
Universidades destacan
Las universidades son el tipo de institución que más activamente se han incorporado a la inclusión de oferta de carreras y programas vespertinos durante el período 2007–2014, pasando del 80% a casi el 97% en dicho período.
El porcentaje de centros de formación técnica (CFT) también creció en dicho período, pasando del 78,6% a 89,7%. En tanto que los institutos profesionales (IP) son los únicos donde disminuyó el porcentaje de instituciones que impartían carreras vespertinas, pasando de 78,4% en 2007 a 73,8% en 2014.
A modo de referencia, en el mismo período consultado, en términos de número de programas vespertinos impartidos, el estudio arroja un fuerte incremento en el período 2007–2014, pasando de 3.284 a 5.687, es decir, un crecimiento de 73,2%, superior al crecimiento de los programas diurnos (31,2%).
Este diferencial se traduce también en un aumento en la participación del número de programas vespertinos dentro del total de programas, llegando en 2014 a representar el 38,8% del total de programas que se imparten en educación terciaria en Chile.
El nivel de pregrado es el que concentra el mayor número y la mayor tasa de participación de los programas vespertinos.
A este nivel, la oferta vespertina representa el 40,3% del total de programas impartidos en el año 2014, mientras que en el postgrado y postítulo representa cerca del 32% del total de programas en su nivel.
Carreras técnicas a la cabeza
Dentro del nivel de pregrado, son las carreras técnicas vespertinas las que más han crecido en el período 2007–2014, y las que tienen mayor tasa de participación, alcanzado el 48,2% entre todas las carreras técnicas en 2014. Entre las carreras profesionales, las vespertinas representan el 33,8% del total en el mismo año.
Los IP son los que imparten el mayor número de carreras vespertinas, seguidos por las universidades privadas y los CFT.
Las universidades del Cruch, tanto las estatales como privadas, imparten un número reducido de programas vespertinos. En términos de participación, en los IP y CFT las carreras vespertinas representan el 48,1% y 46,8% respectivamente, del total de carreras impartidas por ese tipo de instituciones.
A su vez, en las universidades privadas la participación de las vespertinas es de 36,5% y en las estatales 28,4%. En las universidades privadas del Cruch la participación de las carreras vespertinas es sólo de 15,2%.
Los programas vespertinos tienen una fuerte participación en las áreas de Administración y Comercio (51,1%), Tecnología (47,7%) y Derecho (44,3%). En Ciencias Básicas, Agropecuaria y Salud la participación de los programas vespertinos es menor al 20%.
Las áreas de Educación y Ciencias Sociales son las que mostraron mayor crecimiento de participación de las carreras vespertinas en el período 2007–2014 (10 puntos porcentuales).
Fuente: http://www.publimetro.cl/nota/educacion/los-estudios-vespertinos-se-consolidan-en-los-ultimos-10-anos/xIQple!mNiXR9P6G7rXE/
Imagen: www.publimetro.cl/_internal/gxml!0/r0dc21o2f3vste5s7ezej9x3a10rp3w$s6f4g174t2uw23qdinrr8esmp1v61zo/vespertino.jpeg
Brasil: un retorno al pasado en las políticas educativas
Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia
El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.
Roberto Catelli Jr.*
Hacia la década del 90, Brasil atravesó reformas educativas que tuvieron como punto de partida lo definido en la Constitución de 1988, llamada Constitución Ciudadana, cuyo objetivo central fue el restablecimiento del orden democrático en el país después de 21 años de dictadura militar.
La nueva Constitución profundizó en la descentralización administrativa, estableciendo un proceso de municipalización que consistió básicamente en que los municipios se convirtiesen en entes federativos y, por lo tanto, pasaran a constituirse en agentes directos de las políticas públicas. Este proceso de municipalización se centró en el proceso de reducción de la participación de la Unión Federal, llevando a los gobiernos sub-nacionales a invertir principalmente en la enseñanza fundamental del país.
Esta focalización de la política pública iba en la misma dirección de otros países latinoamericanos, como Chile o México que, siguiendo las directrices de organismos internacionales, como el Banco Mundial, proponían una mayor atención a la educación fundamental (educación inicial, primaria y secundaria) universal para niños y adolescentes. Con esa finalidad se crearon mecanismos de evaluación para supervisar la calidad de los servicios prestados en las diferentes regiones del país (OLIVEIRA, 2010).
En la década del noventa se llegó casi a la universalización total en el acceso de los niños y niñas a la enseñanza fundamental. En el 2000, según datos del Censo Nacional, 95% de los niños entre 7 y 9 años se encontraban en la escuela, así también el 93% de niños y adolescentes entre los 10 y 14 años. En 1992, conforme a la Encuesta Nacional de Hogares (PNAD), apenas un 17% había logrado completar la escuela secundaria. En 2012, la situación fue muy diferente: 48% de los jóvenes habían completado la escuela secundaria (PNAD, 2012).
A partir de 2003, por primera vez en la historia de Brasil, asume la presidencia un activista de izquierda, Luís Inácio da Silva, afiliado al Partido de los Trabajadores (PT). Durante sus gobiernos, entre 2003 y 2010, el país vivió un escenario de reducción de la pobreza extrema, que pasó del 23.9% en 1990 a un 5.9% en 2013 (CEPAL, 2014). En ese periodo, el PIB de Brasil se mantuvo con tasas de crecimiento mucho mayores que en las décadas anteriores y hubo una política de crecimiento real de los salarios.
El proceso de crecimiento económico estuvo acompañado de una nueva perspectiva en el campo de la educación, poniendo en práctica la idea de que la educación debía ser efectivamente un derecho de todos y todas. En este sentido, se buscó crear las condiciones para que un número mayor de brasileros pudieran ingresar y concluir la escuela secundaria, a la vez que se ampliaron las vacantes en las universidades públicas. En 2007, se aprobó el Fondo de Desarrollo y Mantenimiento de la Educación Básica y Valorización de los Profesionales de la Educación (FUNDEB) que administró los recursos y amplió la cobertura escolar, incluida la educación secundaria y la de jóvenes y adultos.
Entre 2005 y 2010, durante el mandato de Fernando Haddad como ministro de educación, se buscó avanzar en la construcción de un Sistema de Evaluación de la Educación Básica (SAEB). También se creó el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), y en 2005 la Evaluación Nacional de Rendimiento Escolar (Anresc), llamada “Prueba Brasil” que consistía en la evaluación de los alumnos de 4º, 5º, 8º y 9º de la enseñanza fundamental de las escuelas públicas. El objetivo fijado por el gobierno federal fue definido como una meta de calidad, en tanto, se intentaría que en 2021 todas las escuelas brasileras alcanzasen la media de 6.0. Entre 2005 y 2015, la media del IDEB, en los primeros grados de la enseñanza fundamental pasó de 3.8 a 5.5, mientras que en la educación secundaria se incrementó de 3.4 a un 3.7, evidenciando sin embargo un estancamiento en esta etapa final de la escolarización.
En la educación superior, se evidenciaron cambios sustanciales con la creación del organismo para la Reestructuración y Expansión de las Universidades Federales (REUNI). Esta entidad promovió una importante expansión de las redes de universidades federales en todo el país. En 2003, la matrícula de educación superior no superaba los 3.9 millones, mientras que en 2014 alcanzó los 7.8 millones. En 2003, había 45 universidades federales en el país, y en 2011 ya había 59 universidades. En este periodo, también fueron construidos 100 nuevos campus universitarios, distribuidos en 237 municipios y muchos en las regiones más distantes y pobres de Brasil, a diferencia de 2003 donde las universidades federales estaban presentes en apenas 114 municipios.
La expansión del acceso a la educación superior se dio también como consecuencia del financiamiento público a las vacantes de la educación privada. En 2005, fue creado el Programa Universidad para Todos (PROUNI), que permitió a los sectores populares el acceso a las universidades privadas del país a través del Examen Nacional de Educación Media (ENEM). Este programa fue financiado por el gobierno federal con becas completas o parciales, obtenidas a través de la exención parcial de impuestos otorgados a las instituciones de educación superior privadas (CARVALHO, 2014). Además, se amplió el Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES), por medio de una beca reembolsable con los intereses más bajos del mercado.
La creación del PROUNI y la ampliación del FIES deben ser comprendidas como parte de un contexto histórico donde se han aprobado una serie de políticas de acción afirmativa cuyos objetivos estuvieron dados por la inclusión de sectores que históricamente no habían podido acceder al sistema educativo brasilero. Fue en este sentido que también se crearon nuevas vacantes en las universidades públicas, dirigidas a personas oriundas de escuelas públicas, negros e indígenas.
Con este propósito en 2004 se creó la Secretaría de Educación Continua, Alfabetización y Diversidad (SECAD), vinculada al Ministerio de Educación. El objetivo de la creación de este nuevo espacio fue justamente reunir en una sola secretaría las distintas actividades dispersas que se venían desarrollando desde el Ministerio de Educación, articuladas ahora bajo una esfera de diversidad étnica e inclusión social (MOEHLECKE, 2009). Algunas leyes, como la ley 10.639, promulgada en 2003, se relacionó directamente con este nuevo contexto de valorización de la diversidad étnica, procurando avanzar en el debate público en contra del racismo. Esta ley además previó la inclusión de estudios relativos a la cultura afro-brasilera en el currículo de la educación básica –primaria y media- y en 2008 se determinó también que los estudios de pueblos indígenas se incluyeran obligatoriamente en el currículo. En este marco se crearon además las Directrices Curriculares Nacionales para la Educación Escolar de los Quilombos.
No se puede dejar de mencionar la realización de la Conferencia Nacional de Educación (CONAE), durante la cual se aprobó el documento base que se traduciría después en el Plan Nacional de Educación para el período 2014-2024. En 2010, luego de varias conferencias municipales y estatales y con la participación de más de 4 mil participantes e instituciones del campo de la educación, se aprobó el documento del CONAE. Este se votó finalmente en 2014 en el Congreso Nacional, reducido a diez metas. Todo este proceso fue único en la historia de las políticas públicas educativas de Brasil, el cual fue posible dada la masiva participación de los agentes educativos y representantes de las asociaciones profesionales del país.
En 2013 también se modificó Ley de Directrices para las Bases de la Educación Nacional (LDB) con el objetivo de garantizar la educación obligatoria de los 4 a los 17 años, y hacer efectiva la oferta universal y obligatoria de la educación secundaria, ya garantizada constitucionalmente por el Estado desde 2009.
Un último aspecto de este periodo fue la creación del Sistema de Selección Unificada (SISU), el cual permitió que los estudiantes que aplicasen a la educación superior, pudieran inscribirse en un sistema centralizado. El procedimiento consistía en que, a partir de los resultados del Examen Nacional de Educación Media (ENEM), los candidatos pudieran buscar una vacante en las universidades federales que estuvieran adheridas a dicho sistema en cualquier región del país, y sin moverse de su ciudad.
En agosto de 2016, Dilma Rouseef fue despojada de su cargo presidencial a través de un proceso de destitución del que no se probó su legitimidad, siendo considerado por muchos analistas como un golpe de estado, maquillado de argumentos legales. Este proceso fue liderado por el Partido Social Demócrata Brasilero (PSDB) en alianza con el Partido del Movimiento Demócrata Brasilero (PMDB). Este dudoso proceso de impeachment que se instauró contra Roussef recibió el apoyo masivo de los medios de comunicación, monopolizado por unas pocas familias burguesas de Brasil, aliados además con figuras del poder judicial y los partidos de la oposición.
El gobierno que se instaló, liderado por Michel Temer, buscó promover cambios significativos en el ámbito de la educación. Uno de ellos consistió en el apoyo al Movimiento de la Escuela Sin Partido, el cual permitía que los estudiantes y sus familias pudieran denunciar a un docente que estuviera adoctrinando políticamente a sus alumnos. En realidad, este movimiento buscó criminalizar, mediante una ley federal, a cualquier pensamiento que pudiera relacionarse con ideologías de izquierda, censurando a los docentes en su libertad de enseñanza y de expresión. Informes del Ministerio Público dieron cuenta que se trataba de un proyecto inconstitucional por violar la libertad de expresión, aspecto ya explícito en la Constitución de 1988.
En este contexto, también se presentó un proyecto de Ley, que pretendía congelar los gastos federales por 20 años, así como una ordenanza donde se manifestó que las universidades federales reducirían el número de vacantes ofrecidas y se procedería a un recorte presupuestario para las instituciones federales, lo que llevaría a un vaciamiento y desguace de la estructura gubernamental constituida en los últimos años.
En lo que se refiere a la educación secundaria, se aprobó una reforma que pretendía flexibilizar y simplificar este nivel. Se propuso que solo la mitad de esta fuera obligatoria para todos y que, luego, el estudiante hiciera elección de una única área de conocimiento a cursar. De esta manera, se configuró una lógica en la cual se ampliaron las posibilidades de una educación profesional desde el nivel medio, eximiendo de obligaciones a los estados, así como de la posibilidad de ofrecer una educación de mayor profundidad para los jóvenes de este nivel, aun cuando el ingreso a las universidades seguiría exigiendo a los estudiantes una formación más amplia. En consecuencia, lo que se observa ahora es una formación orientada hacia el trabajo, sobre todo para los sectores más pobres, quedando las universidades reservadas únicamente para las élites económicas del país.
Brasil se encuentra en un proceso de reducción de la inversión en la educación pública, lo que podría llevar a la adopción de medidas privatistas como solución a un contexto de precarización de las condiciones de la oferta de la educación púbica. El retorno a la política educativa que caracterizó a la década de 1990 es evidente en este nuevo proceso político, donde las políticas se diseñan en función de determinados sectores sociales, excluyendo a miles de otros. Bajo el argumento de que el Estado no puede con todo y que es necesario reducir los costos, se estima que el gasto público en educación sería cada vez menor, y estaría focalizado en la atención a la educación primaria, por lo que la iniciativa privada podría ampliar su participación en otros niveles, como la educación media, profesional y en la educación superior.
En un país que tiene el 8.3% de la población de 15 años o más analfabetos y aproximadamente la mitad sin haber terminado aún la escuela primaria, no se advierte tampoco que el gobierno tuviera iniciativas claras en cuanto a la educación de jóvenes y adultos. Apenas se enuncia como objetivo central el sostenimiento de un programa de alfabetización de adultos con bajo presupuesto y el mantenimiento de los programas existentes durante el gobierno anterior.
Lo que demuestra el interés por desencadenar un proceso de empobrecimiento de la educación, aumentando la segregación entre los sectores más enriquecidos que pueden pagar escuelas de calidad para poder acceder a las universidades, y los más pobres, quienes poseen menos oportunidades de acceder a servicios educativos de calidad y, por ende, a las universidades, lo que los lleva a ocupar cargos profesionales de más baja calificación y remuneración.
*Acción Educativa, A.C. Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo
Referencias
ABRUCIO, Fernando Luiz. A dinâmica federativa da educação brasileira: diagnóstico e propostas de aperfeiçoamento. In: OLIVEIRA, Romualdo Portela de. Educação e federalismo no Brasil: combater as desigualdades, garantir a diversidade. Brasília: UNESCO, 2010.
CARVALHO, Cristina Helena Almeida de. Política para a educação superior no governo Lula: expansão e financiamento. Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, Brasil, n. 58, p. 209-244, jun. 2014.
CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, 2014. Disponível em: <http://repositorio.cepal.org/bitstream/11362/37647/1/S1420569_mu.pdf>. Acesso em 20 mar. 2016.
MOEHLECKE, Sabrina. As políticas de diversidade no governo Lula. Cadernos de Pesquisa, v.39, n.137, p. 461-487, maio/ago. 2009.
OLIVEIRA, Dalila Andrade. As políticas educacionais no governo Lula: rupturas e permanências. RBPAE – v.25, n.2, p. 197-209, mai./ago. 2009
OLIVEIRA, Romualdo Portela de. Educação e federalismo no Brasil: combater as desigualdades, garantir a diversidade. Brasília: UNESCO, 2010.
Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/brasil-un-retorno-al-pasado-en-las-politicas-educativas/
Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/12/brasil-escuela1-1024×681-300×200.jpg
Perú: BM. Reforma en educación superior de Perú es fundamental para crecer
América del Sur/Perú/03 Diciembre 2016/Fuente: Andina
Se pone orden en las universidades y se prioriza al alumno, señala
El director del Banco Mundial para los países andinos, Alberto Rodríguez, destacó hoy en CADE 2016 que la reforma de la educación superior en el Perú es fundamental para crecer a niveles de 5% y ser un país competitivo en la economía mundial.
México: No compiten la educación técnica y la universitaria
América del Norte/México/03 Diciembre 2016/Fuente: educacionfutura.org
En conferencia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, aseguró que en educación superior, hay equilibrio entre la educación técnica y superior, porque ofrecen opciones para los jóvenes, con empleos mejor pagados.
Durante su participación, el funcionario puntualizó que se trabaja para que haya una mayor comunicación entre la educación media superior y la superior con el sistema productivo, y aseguró que no compiten la educación técnica y la universitaria.
En este sentido, afirmó que se requiere un gasto racional y organizado de los recursos en las universidades, “para destinarlos a lo importante que es la educación.”
El financiamiento de las universidades necesita una nueva estructura, y recordó que ya se trabaja en un grupo entre autoridades educativas federales y estatales, así como con rectores, para encontrar fórmulas que den la estabilidad justa, a fin de contar con financiamiento duradero y eficaz.
Además, recordó que el año próximo se presentarán políticas públicas para avanzar en la Reforma Educativa, como el nuevo Modelo Educativo; la estrategia de arte, cultura e inglés; el programa de equidad e inclusión y el plan de fortalecimiento de las normales, entre otros
“La transformación educativa se recuperó la rectoría del Estado en la materia; se fortalece la carrera magisterial, a fin de que se sustente en el mérito y la transparencia; se recupera la organización de las escuelas, y se mejora su infraestructura con el Programa Escuelas al CIEN, que con 50 mil millones atenderá a unos 33 mil planteles; se avanza en el nuevo Modelo Educativo, y se impulsa el plan de equidad e inclusión, para que se rompan los nudos de desigualdad”, finalizó.
Disponible en la url: http://www.educacionfutura.org/no-compiten-la-educacion-tecnica-y-la-universitaria-aurelio-nuno/
Más sobre la educación y su impacto en el desarrollo personal y de la sociedad
Por: Raúl Martínez Solares
Tenemos jóvenes profesionistas con sueldos que ni siquiera les permitirían pagar la educación que acaban de obtener.
Sólo la mente educada es capaz de entretener un pensamiento sin tener que aceptarlo. (Aristóteles)
Si bien se tiende a coincidir en la importancia de la educación superior como medio para alcanzar mejores oportunidades en lo individual y contribuir a un mejor desarrollo de la sociedad; también es cierto que existen circunstancias que llevan a cuestionar su validez como mecanismo de movilidad social.
El crecimiento de los costos de la educación privada superior, particularmente la considerada de mejor nivel, ha creado un problema de acceso.
Hoy que el costo total en alguna de estas universidades supera el millón de pesos, una parte importante de las familias de sectores medios quedan sin posibilidad de acceso a ellas, enfrentando por otro lado las limitaciones de la matrícula de las buenas universidades públicas.
Además, muchos mecanismos de financiamiento a la educación representan potencialmente una bomba de tiempo en el futuro para los jóvenes que se insertan en el mercado laboral, con una carga financiera inicial que dificulta su desarrollo económico futuro.
Por otro lado, los egresados de las universidades (inclusive las de mayor prestigio), enfrentan uno de los escenarios de percepciones laborales más bajas de la historia reciente de nuestro país. Considerando universidades cuyo costo promedio es superior a los 20,000 pesos mensuales; con salarios de primer ingreso laboral que en promedio no rebasan los 12,000 pesos, tenemos jóvenes profesionistas con sueldos que ni siquiera les permitirían pagar la educación que acaban de obtener.
A ello se suma el hecho de que la estructura laboral reciente en nuestro país ha propiciado un porcentaje importante de empleos de baja calidad y sin plena estructura de formalidad que les permita obtener beneficios, como los asociados al futuro retiro.
Por otro lado, las tendencias de innovación y tecnificación del mercado laboral (en México y a nivel mundial), están haciendo cambiar dramáticamente la relevancia y pertinencia de ciertas áreas de conocimiento, estudio y posterior desarrollo profesional. De acuerdo con datos del World Economic Forum 2016, actividades relacionadas con funciones administrativas y de oficina, así como muchas relativas a la manufactura, irán paulatinamente decreciendo en importancia producto de la automatización.
Sin embargo, pese a este panorama, toda la investigación apunta a que hoy más que nunca la educación superior tiene relación directa con el desarrollo nacional. En el estudio “Impacto de la educación superior en la dinámica socioeconómica y de desarrollo”, se señala que precisamente en el contexto de la crisis económica y del empleo, la educación terciaria es el recurso clave para el desarrollo de cualquier país; ello debido a que incide en el desarrollo del capital humano, el desarrollo social y la innovación tecnológica en los países.
Finalmente, diversos estudios muestran que, si bien no están completamente exentos de ello, los jóvenes con educación superior son más capaces de conocer información y decidir cuándo ésta es válida y cierta.
Hoy, que las redes sociales se han vuelto la principal fuente de información para una capa grande de la población, es evidente que sin adecuados niveles de educación se es incapaz de discriminar mayoritariamente la información falsa de la que ya cuenta con algún sustento real en datos comprobables.
Un reciente estudio realizado por universidades en Estados Unidos mostró que las 20 noticias falsas que más circularon en redes sociales en relación con la elección en Estados Unidos tuvieron más difusión que las 20 noticias verdaderas de mayor difusión. La educación superior es, en este contexto, una herramienta que, junto con muchas otras, contribuye a contar con una sociedad mejor informada, que tome mejores decisiones en lo individual y de manera colectiva, incluyendo aquellas decisiones financieras que determinarán su futuro bienestar y el de sus familias.
Mexicana de Becas organiza el Primer Encuentro Universitario para acercar a los jóvenes información que les permita tomar la mejor decisión sobre su futura educación y vida profesional.
Tomado de: http://eleconomista.com.mx/finanzas-personales/2016/11/29/mas-sobre-educacion-su-impacto-desarrollo-personal-sociedad