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Colombia: Estudiantes de la U. del Valle realizan huelga de hambre para pedir que no se cobre matrícula de este semestre

América del Sur/Colombia/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Más de 5.254 estudiantes firmaron una petición para pedirle al rector de la institución, Edgar Varela, que aplique la “Matrícula Cero” ante la inminente deserción en las sedes Cali y regionales. Aseguran que las directivas no han sido claras en cómo va a ser el cobro de esta.

Los estudiantes de las universidades públicas han realizado una serie de peticiones a las directivas para que el segundo semestre de 2020 no sea cobrado. La principal razón es que por la pandemia por el coronavirus, algunos de ellos o sus familias han atravesado por problemas económicos. La Universidad de Córdoba, por ejemplo, anunció que los 10.800 alumnos no tendrán que pagar este semestre luego de que el rector de la institución llegara a un acuerdo con la Gobernación de Córdoba, la Alcaldía de Montería y el Ministerio de Educación Nacional.

Luego de ver que este modelo de “Matrícula Cero” podía ser viable en las instituciones de educación superior públicas, los estudiantes de la Universidad del Valle decidieron realizar una serie de estudios técnicos que avalaran la propuesta y donde se plantearon, además, otros escenarios con fuentes de financiación alternas. “Diferentes organizaciones estudiantiles enviaron derechos de petición a las directivas. Sin embargo, en las sedes regionales ya se ha venido cobrando esta matrícula, ya han iniciado clases de manera normal y hay una gran cantidad de estudiantes que no la han podido pagar”, cuenta Eric Salazar, estudiante de Comercio Exterior de la Universidad del Valle.

En cuanto a la sede de la universidad en Cali, y hay un calendario académico donde sale el cobro del segundo semestre de 2020. Allí aparecen dos fechas para el pago oportuno de esta, una con descuento y la otra con tarifa plena. Salazar explica que el rector de la institución, Edgar Varela, dijo que ningún estudiante se va a quedar fuera de las aulas por no poder pagar la matrícula y que quienes no puedan pagar a tiempo, se realizará una matrícula con oficio, pero, hasta el momento, no hay claridad de cómo va a ser este cobro.

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Estudiantes adelantan desde este jueves en la mañana un plantón pacífico al frente de la sede Melendez.

Mientras las directivas se pronuncian ante la propuesta, varios estudiantes adelantan desde este jueves en la mañana un plantón pacífico al frente de la sede Melendez. “Algunos alumnos se declaran en huelga de hambre indefinida porque las directivas universitarias se han negado a darnos una respuesta clara sobre qué va a pasar con las matrículas el siguiente semestre”, añade Tascón.

La huelga de hambre es indefinida. Los estudiantes explican que cesara hasta el momento en que haya un compromiso público y un acto administrativo firmado por los entes en los que apare zcan los compromisos de las exigencias que se están haciendo. “Pedimos que se garantice una matrícula gratis, al menos, a los estratos 1, 2 y 3 de toda la universidad”, añade Salazar .

Por medio de la iniciativa “Matrícula Cero”, los líderes estudiantiles de la Universidad del Valle pretenden mitigar la deserción estudiantil provocada por el impacto económico que causó la pandemia. Buscan que los 27.383 estudiantes de pregrado que tiene en la actualidad la institución accedan al próximo semestre de manera gratuita.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/estudiantes-de-la-u-del-valle-realizan-huelga-de-hambre-para-pedir-que-no-se-cobre-matricula-de-este-semestre/

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REINO UNIDO Una quinta parte de las universidades del Reino Unido están ‘descolonizando’ el plan de estudios

Solo 24 de 128 preguntas sobre reformas para abordar el legado colonial están comprometidas con la idea

Solo una quinta parte de las universidades del Reino Unido se ha comprometido a reformar su plan de estudios para enfrentar el legado dañino del colonialismo, según descubrió una investigación de The Guardian.

La divulgación se produce cuando las universidades están bajo presión para modernizar sus planes de estudio para abordar la brecha de logros entre los estudiantes blancos y los de origen negro y minoritario (BAME) .

La campaña para dar una versión más completa de la historia británica que refleje las injusticias y elogie las contribuciones de los negros británicos también ha ganado un amplio apoyo de los manifestantes de Black Lives Matter.

Académicos y estudiantes dijeron que los hallazgos de The Guardian reflejaban una reticencia en la educación superior británica a abordar el impacto del colonialismo en el racismo actual.

Dijeron que muchas universidades aparentemente no entendieron que «descolonizar el plan de estudios» fue más allá de agregar académicos negros y no occidentales a las listas de lectura, argumentando que la reforma debería implicar desafiar y rehacer la pedagogía actual, que estaba enraizada en las ideas imperiales y coloniales sobre el conocimiento y aprendizaje, a nivel institucional.

Las respuestas a las solicitudes de libertad de información (FoI) de 128 universidades encontraron que solo 24 dijeron que estaban comprometidas a descolonizar el plan de estudios. De ellos, 11 se comprometieron a reformar toda la institución, y la mayoría de los esfuerzos se limitaron a unos pocos departamentos, o solo uno, o un puñado de académicos y estudiantes.

La Universidad Queen Mary de Londres, dijo que la descolonización se limitaba a la escuela de inglés y drama, mientras que la Universidad de Newman dijo que un curso en el departamento de inglés hacía referencia explícita a la descolonización del plan de estudios.

La Universidad de East London informó que había realizado talleres de descolonización en la escuela de arte y las industrias digitales.

Solo nueve de estas universidades habían puesto su compromiso de descolonizar por escrito, con solo dos, incluida la Universidad de Bristol, mencionándolo en su plan estratégico central y otras dos notándolo en su marco curricular principal.

Los expertos en educación dijeron que los hallazgos mostraron que se habían hecho pocos progresos en la descolonización de la educación superior desde que la campaña Rhodes Must Fall, para exigir la eliminación de una estatua del imperialista victoriano Cecil Rhodes del colegio Oriel de la Universidad de Oxford , comenzó en 2015.

Fope Olaleye, oficial de estudiantes negros en la Unión Nacional de Estudiantes, dijo que la falta de progreso era «impactante». “Descolonizar el plan de estudios significa proporcionar una descripción precisa de la historia y proporcionar a los estudiantes y al personal las herramientas para identificar críticamente [cómo] la universidad reproduce las jerarquías coloniales. Esto les permitirá confrontar y rechazar el statu quo y garantizar que la producción de conocimiento refleje nuestra sociedad diversa ”.

El profesor Kalwant Bhopal, director del centro de investigación en raza y educación de la Universidad de Birmingham, dijo que el sector debería estar avergonzado de los hallazgos. Ella agregó: “Cada universidad debería tener esto como una prioridad. Si no está en el plan estratégico, no se considera importante para la universidad «.

Sunny Singh, profesora de escritura creativa e inclusión en las artes en la Universidad Metropolitana de Londres, una de las universidades comprometidas con la descolonización, dijo: «A pesar de los pequeños focos de resistencia, como sector, la educación superior en el Reino Unido no se preocupa o no se preocupa, si no activamente hostil, a la idea de descolonización.

“Estoy muy contento de trabajar en una universidad que durante el último año y medio ha sido más feliz y más solidaria con mis esfuerzos. Pero también puedo decir que somos una excepción «.

Otras 84 universidades dijeron que estaban comprometidas con otros tipos de reforma curricular, haciendo que el programa fuera más diverso, más internacional o más inclusivo.

De las 106 universidades comprometidas con la descolonización y otras formas de reforma curricular, solo 35 dijeron que los estudiantes de BAME estaban formalmente involucrados de alguna manera en este trabajo, aunque el grado en que variaba ampliamente.

La especialista en igualdad racial, Sofia Akel, quien el año pasado escribió un informe sobre racismo en Goldsmiths, Universidad de Londres , expresó su preocupación de que las universidades a menudo dejaran esa reforma curricular a los estudiantes de BAME.

«Algunas universidades dicen que están haciendo trabajo, pero lo que realmente quieren decir es que los estudiantes están haciendo el trabajo por ellos de forma gratuita», agregó. «Y a menudo se encuentran con la hostilidad de los miembros superiores del personal».

Solo 36 universidades dijeron que estaban brindando capacitación relevante para el personal sobre el diseño y la enseñanza de cursos más inclusivos y diversos, con solo nueve de ellos brindando capacitación dedicada y tres instituciones que hacen que esta capacitación sea obligatoria.

Rebecca Long-Bailey, secretaria de educación sombra de Labour, dijo: “Las personas negras y asiáticas y su historia están muy poco representadas en la academia y en todo nuestro sistema educativo. Comprender la amplitud de la historia de Gran Bretaña es crucial para abordar las injusticias y el racismo en nuestra sociedad y en todo el mundo que persisten hoy en día «.

Veinte universidades declararon que actualmente no estaban haciendo ningún trabajo formal para reformar sus planes de estudio de esta manera.

Akel dijo: “Creo que las universidades que simplemente dijeron que no, probablemente fueron las más honestas, porque cuando realmente profundizas, puede reducirse a uno o dos académicos, o un tema de humanidades, generalmente sociología, tal vez antropología. «

Algunas universidades que dijeron que estaban haciendo su plan de estudios más internacional basado en tener campus en el extranjero. La Universidad Heriot-Watt dijo que a los estudiantes en sus campus en Dubai y Malasia se les enseñaron los mismos programas que a los del Reino Unido. Un portavoz agregó: «Esto significa que estamos más en sintonía con las diferentes culturas y suposiciones culturales en los programas que enseñamos».

Heidi Mirza, profesora visitante de raza, fe y cultura en Goldsmiths, dijo que los hallazgos mostraron «una pobreza de comprensión» de lo que implicaba la descolonización: «Todavía tenemos tutores y planes de estudio arcaicos y anacrónicos que nunca han cambiado». Estoy sorprendido de lo duro que es esto «.

Mirza dijo que otros enfoques, como la internacionalización o la diversificación del programa de estudios, a menudo eran un enfoque diluido para la reforma. «Puede tener un campus en el extranjero, pero eso no significa que esté cambiando su plan de estudios», dijo. “¿Estás incluyendo la filosofía china o simplemente un conocimiento occidental blanco que estás impartiendo de manera imperialista? Es un enfoque turístico para el plan de estudios «.

The Guardian pidió a los estudiantes involucrados en campañas que descolonizaran el plan de estudios sobre sus primeros pensamientos sobre estas cifras.

Sabrina, 21 años, estudiando relaciones internacionales, Decolonise S oas

No me sorprende No es del interés de las universidades y, a nivel nacional, la gente no quiere ver este tipo de discusión porque requiere que revisemos la relación del Reino Unido con el imperio y tengamos una conversación honesta sobre la construcción racial y el racismo, que es muy diferente de lo que nosotros pensamos. son contados y enseñados. El imperio británico y el imperialismo europeo se fundaron en una ideología supremacista blanca que explotaba los cuerpos y el trabajo de los negros y marrones en las colonias.

Descolonizar consiste en descentrar la producción de conocimiento eurocéntrico. Es el reconocimiento de formas alternativas y centros de conocimiento y contribución al mundo, especialmente de académicos y pensadores revolucionarios que no son viejos hombres blancos de mediana edad. Esto es más que solo leer listas y racismo.

Los críticos sugieren que al descolonizar estás borrando la historia, pero en realidad solo estás retratando con precisión la historia. Si nos fijamos en la forma en que se ha construido la nación británica, ha sido en gran medida un espacio excluyente, un espacio exclusivamente blanco.

Fides Dagongdong, de 24 años, estudia derecho y política, Decolonise Keele

Es muy difícil no solo convencer, sino intentar una nueva conversación sobre este tema. Entonces los datos son lo que esperaba que fueran. Puedes verlo con las protestas de BLM. Muchos de los comentarios fueron, como, no entiendo por qué estas estatuas se están eliminando por la fuerza o se están reuniendo multitudes, protestando por su eliminación.

Otros estudiantes piensan que descolonizar se trata de erradicar completamente el sistema actual, lo cual no es el caso en absoluto, solo queremos que sea más inclusivo. 

¿Por qué en el Reino Unido, en la mayoría de los currículos de historia, suele ser una elección optativa aprender sobre la colonización? Es muy extraño teniendo en cuenta que colonizar era una parte importante de la historia británica. Cuando era adolescente, me enseñaron sobre la historia estadounidense, pero nada sobre el colonialismo británico.

Sumayyah, 21 años, religión, política y sociedad, Decolonise Kings College London

Creo que muchas instituciones lo ven como mucho trabajo por algo que realmente no les importa; es por eso que tales iniciativas generalmente son solo respuestas a las demandas de los estudiantes, cuando el trabajo para silenciar a estos estudiantes se convierte en algo más que el trabajo para comprometerse con ellos. Además, todo nuestro sistema educativo, e incluso nuestro concepto de lo que es el conocimiento, no se puede desenredar de sus raíces coloniales y una vez que comenzamos a mirar el plan de estudios, brindamos a los estudiantes no blancos el poder de exigir más cambios y más justicia.

La mayoría de las personas que conozco pueden señalar un texto que leyeron que los capacitó para abogar por el cambio; al incluir dichos textos e ideas en el plan de estudios, las universidades saben que están poniendo en riesgo sus estructuras de poder y se niegan a hacerlo.

Los intentos de las universidades de ‘descolonizar el currículum’ siempre serán efectivos sin una confrontación adecuada de cómo la supremacía blanca y el colonialismo continúan manifestándose dentro de las instituciones académicas. El plan de estudios es un producto de su entorno y comenzar y finalizar nuestro trabajo con el plan de estudios no creará un cambio duradero.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20200614053834374

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Los retos de las instituciones de educación superior, durante la pandemia y después

Por: Sylvia Schmelkes

Tuve recientemente la oportunidad de compartir un seminario en línea –del ciclo Diálogos Educativos organizado por la red Mujeres Unidas por la Educación, MUxED– con dos colegas mujeres funcionarias de universidades mexicanas: del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Veracruzana.  Reflexionaba al final de la sesión que estas tres universidades lograron tránsitos exitosos de la presencialidad a la virtualidad, en muy poco tiempo.  Las tres estaban, con sus más y sus menos, preparadas para lograrlo.  El Tecnológico de Monterrey ha estado a la vanguardia de la educación en línea y a distancia desde hace ya muchos años.  La Universidad Veracruzana construyó desde principios de siglo una poderosa plataforma educativa que ahora ha podido aprovechar de manera ejemplar. La Universidad Iberoamericana tenía también avances en el manejo de una plataforma para la virtualidad y en la formación de docentes para su uso.

Estas universidades, y seguramente varias otras en el país, son privilegiadas.  Lograron, con sus más y sus menos, la mayor parte de los propósitos educativos del periodo escolar interrumpido por la pandemia, con la mayor parte de los alumnos.  Desgraciadamente, está no es la situación para la mayor parte de las instituciones de educación superior en el país.  Estas instituciones en general han avanzado poco en tecnificar la educación, en experimentar con educación a distancia y en formar a sus profesores para su manejo.  Ello ha conducido a una especie de parálisis de muchas de ellas, durante estos meses, que vendrán a significar un importante paréntesis en el avance escolar de los estudiantes.  En algunos casos, las instituciones han hecho intentos por recuperar algunas de sus actividades a distancia y han tenido en ello logros disparejos, pero, en ningún caso, con todos sus estudiantes.

Por otra parte, la pandemia ha dejado, como bien sabemos, estragos económicos de dimensiones inconmensurables, que consecuentemente repercutirán en una dificultad acrecentada de muchos estudiantes de continuar sus estudios por la necesidad de aportar al sustento de las familias.  Este hecho, sin duda, traerá consigo una realidad de abandono escolar, probablemente la mayor que hayamos visto en la historia de la educación superior en el país.  Ojalá me equivoque.

Mientras el virus circule entre nosotros será difícil que esta realidad se modifique radicalmente. Naturalmente todos haremos mayores esfuerzos por llevar la educación a distancia a la mayor parte de nuestros estudiantes. Procuraremos desde todas las instituciones mejorar la calidad de la educación a distancia y, sin duda, también se harán esfuerzos por darle un carácter híbrido a las actividades docentes, especialmente por la necesidad que tendremos de operar a distancia un tiempo más y por la probabilidad de tener que regresar al confinamiento debido a rebrotes de la pandemia. Buscaremos maneras para reducir los grupos, incluso en la enseñanza presencial, a fin de mantener la sana distancia.  Todo esto hay que hacerlo, desde luego.

Pero, en cualquier hipótesis, el impacto de la pandemia sobre la educación de todos los niveles, incluida la superior, ha afectado de forma devastadora sus tres funciones sustantivas.   En relación con la función formativa, habremos sacrificado objetivos, sobre todo aquellos que exigen presencialidad, que son muchos: laboratorios, talleres, prácticas profesionales, el propio servicio social, que le da presencia a las instituciones y a los profesionales frente a los problemas de la sociedad.  Habremos sacrificado también la formación integral de nuestros alumnos: el deporte, las actividades artísticas, los eventos académicos en los que circula el conocimiento y el pensamiento, toda la vida universitaria que es tan formativa como el propio currículo académico del programa que se cursa. Y habremos perdido estudiantes.

Por eso, las instituciones de educación superior debieran desde ya estar pensando seriamente en la reconstrucción y en la oportunidad que esta crisis ofrece de repensar nuestros modelos educativos, así como el papel que juegan estas instituciones en una sociedad que también habrá de reconstruirse.  Este esfuerzo de planeación del futuro inmediato y mediato debe enfrentar, desde mi punto de vista, al menos los siguientes retos:

  1. La recuperación de los aprendizajes no logrados.  Ello implica dar preferencia en un primer momento a los propósitos educativos que no se logran bien a distancia, como los aprendizajes derivados del aprender haciendo tanto en laboratorios y talleres como en prácticas profesionales y en el aprendizaje derivado del servicio.  Pero también requiere atender de manera privilegiada a los alumnos que por falta de acceso a la tecnología se rezagaron, respecto de sus compañeros que sí la tienen, en las actividades académicas que las universidades ofrecieron a la distancia.  No se podrá partir del supuesto de que, por el hecho de haber ofrecido las actividades a distancia, los estudiantes pudieron cursarlas.  La desigualdad económica y tecnológica de nuestra sociedad lo hace imposible para un porcentaje no despreciable del estudiantado.  El periodo de recuperación debe ser el necesario para lograr los objetivos. No sería recomendable evaluar o calificar a los estudiantes antes de haber puesto en su lugar lo necesario para alcanzar los propósitos de manera justa y equitativa.
  2. El rescate de quienes se están viendo en la necesidad de abandonar sus estudios por razones económicas.  Habrá que pensar en apoyos económicos focalizados a fin de que no permitamos que la pandemia ahonde la inequidad de por sí ya existente en el acceso a la educación superior.
  3. El fortalecimiento de las actividades que sólo se pueden lograr con la presencia.  La pandemia nos ha hecho conscientes del valor de la presencialidad.  Bien haríamos en fortalecer aquello que ahora reconocemos que se perdió: la capacidad de realizar reflexiones colectivas; la discusión y el desarrollo del espíritu crítico; la creatividad colectiva; el aprendizaje colaborativo; las oportunidades de formación extracurricular que permite la vida en el campus, por mencionar sólo algunas.  No caigamos en el error de suponer que tenemos forzosamente que transitar a la educación a distancia, como ya están planteando muchas universidades en el mundo. De hacerlo, perderíamos una buena parte de la fortaleza formativa de nuestras instituciones.
  4. Invirtamos en tecnología y en la formación para su correcto aprovechamiento.  En efecto, aprendimos el potencial de una herramienta más en la educación.  Si la usamos bien, podremos proponer lograr muchos propósitos por esa vía, siempre reconociendo que la tecnología educativa es un instrumento, no un modelo educativo.  Usarla bien nos dará posibilidades de hacer más cosas desde la presencia.
  5. Sobre todo, aprovechemos esta crisis para repensarnos. En especial repensemos nuestros propósitos formativos, el papel que como instituciones de educación superior estamos llamadas a desarrollar en el proceso de reconstrucción de la sociedad, la cual también está por repensarse y reconstituirse.

 

Este es el mayor reto: demostrar que somos capaces de convertir la crisis y la tragedia en formas más humanas, justas y pacíficas de vivir en sociedad.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-retos-de-las-instituciones-de-educacion-superior-durante-la-pandemia-y-despues/

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En entrevista con Alexandro Escudero: “El reto es transitar de la multimodalidad educativa a la intermodalidad educativa”

Entrevista/18 Junio 2020/Autora: Lourdes González/educacionfutura.org

Alexando Escudero, profesor investigador de tiempo completo en una Institución de Educación Superior (IES), voz académica cuya línea de experiencia es tecnología educativa y accedió a responder a través de unas líneas, a unas preguntas que surgen a partir del cambio de cancha de las aulas a los hogares.

Ya que ante el llamado de las autoridades mexicanas a la población a la Sana distancia y al ¡Quédate en casa!, los protagonistas de la educación de modalidad presencial temporalmente se confinan en los hogares y como estrategia de comunicación a distancia, sin preparación previa, usan en mayor medida los ordenadores y los teléfonos inteligentes que tienen a su alcance para evitar fracturas a las trayectorias académicas de su comunidad educativa o trazar líneas de ayuda. De antemano, anticiparon algunas dificultades, pero hacer nada, resultaba peor.

También surgen conversatorios con la presencia de voces académicas y de la investigación que colaboran en universidades para tratar las dificultades, las oportunidades y las tensiones que se presentan por adaptar un modelo educativo presencial en uno a distancia. Invitadas e invitados con disposición para escuchar, para trazar rutas, para proponer mejoras a la educación nacional en tiempos oportunos. Es así, que el Dr. Escudero consintió amablemente en responder a algunas preguntas.

Iniciaré con una breve semblanza del profesor investigador, Alexandro Escudero Nahón. Es doctor por la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona, profesor investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Querétaro, actual coordinador del Doctorado en Tecnología Educativa de la misma casa de estudios, coordinador del Departamento de Investigación de la Red de Investigación Multidisciplinaria S.C., es miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) desde el 2016, es director de la revista Transdigital y organizador del Congreso Virtual Transdigital “Nuevas Perspectivas Tecnológicas para la Investigación de Problemas Estratégicos”.

-Dr. Escudero, si bien la comunicación por medio de ordenadores y teléfonos inteligentes favoreció a los escenarios educativos durante la contingencia sanitaria del COVID 19, también la experiencia demostró que de ninguna manera es suficiente y todo parece indicar que los conversatorios virtuales asumirán un carácter más intenso en los próximos meses. En su opinión ¿Cuáles son los temas que deberían plantearse en los próximos conversatorios? ¿Cuáles deberían de ser las preocupaciones y las propuestas de las Instituciones de Educación Superior?

En mi opinión, la actual contingencia epidemiológica del COVID 19 reveló que, en general, no existen planes de continuidad educativa en las Instituciones de Educación Superior para enfrentar este o cualquier otro contratiempo que afecte a la educación regular. Creo que este tema, el diseño de planes de continuidad educativa, debería ser una preocupación superlativa para las instituciones educativas actualmente. Y, por supuesto, las iniciativas de divulgación de la ciencia podrían hace conversatorios para que se genere una opinión pública al respecto.

El 26 de mayo de 2020 participó en un foro virtual organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), titulado “Docencia No presencial de Emergencia: lecciones aprendidas”. Entre los análisis compartió algunas de las dificultades y algunas de las consecuencias de adaptar un modelo de educación a distancia a la organización educativa de modalidad presencial. ¿Usted tiene algún o algunos textos de años anteriores, donde vislumbraba las dificultades? ¿Cuáles deberían de ser las mejoras?

En 2016, en el artículo titulado, “Proceso de diseño de un modelo de educación a distancia como estrategia de innovación educativa para la economía del conocimiento”, ya vislumbraba las dificultades en tres frentes, la gestión de la administración del programa, las gestiones con el aparato de la administración central universitaria y las gestiones ante los lineamientos de la administración central nacional y sobre todo, que era necesaria una nueva organización institucional, de orientación de los recursos y de aplicación de la tecnología digital al servicio del aprendizaje.

En otras palabras, se requiere una nueva base conceptual sobre la cual puedan construirse otros ámbitos como por ejemplo, educativos, metodológicos, administrativo, por mencionar algunos, para integrar todas las modalidades educativas que poseen las instituciones en un sistema intermodal.

Dr. en los aprendizajes, los criterios de evaluación hacen parte ¿Cuáles fueron los criterios que se tomaron para la evaluación de los aprendizajes? ¿Cuáles convenía seguir para hacer más satisfactorias las experiencias de todos los protagonistas de la educación con la tecnología educativa?

En el foro virtual que antes mencionaste tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre varias preguntas, pero una de ellas aludía a ¿qué criterios se seguirán para la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes presenciales en una modalidad educativa no presencial durante la contingencia sanitaria?

Allí comenté que, debido a la falta de planes de continuidad académica, las autoridades educativas están más preocupadas por el proceso administrativo de la conclusión del ciclo escolar, que por sugerir criterios para la evaluación de los aprendizajes durante esta contingencia sanitaria; en pocas palabras, están más preocupadas por poner las calificaciones finales oportunamente, que por expresar los criterios para evaluar el aprendizaje y, mucho menos, por abordar el candente tema sobre cómo podría evaluarse la docencia.

Sobre la responsabilidad que tienen las instituciones para diseñar planes de continuidad académica, personas como tú, que hacen difusión de temas educativos, sí pueden hacer mucho. En principio, pueden señalar que el diseño de planes de continuidad académica no ha sido un tema de interés para las autoridades educativas, aun cuando en nuestro país existen varios motivos que obligan continuamente a suspender las clases regulares. Por ejemplo, problemas de infraestructura educativa, contingencias ambientales como baja calidad del aire, desastres naturales, huelgas y paros laborales, episodios de violencia pública o del crimen organizado, etcétera.

Basta recordar que en México, hace poco, tuvimos la contingencia sanitaria que provocó la pandemia de la influenza AH1N1 en el 2009. Así que en esta emergencia sanitaria, las autoridades no han planteado los criterios para evaluar el aprendizaje y, mucho menos, para evaluar la docencia.

Dr. Usted señala que una intermodalidad educativa, el alumnado de nivel superior puede diseñar su propio entorno personal de aprendizaje de manera autónoma e independiente, pero avalado por la institucionalidad educativa. Podría ofrecer una explicación para comprender ¿Qué es la intermodalidad educativa? ¿Cuáles son las condiciones para decir que nos encontramos en una intermodalidad educativa? ¿Qué retos enfrentarían otros niveles educativos diferentes al nivel superior para la intermodalidad educativa?

Desde finales del siglo pasado uno de los temas más importantes en el campo de la tecnología educativa fue el diseño de modelos educativos que incorporan aplicaciones tecnológicas de las webs 2.0 y 3.0 con el objetivo de promover el aprendizaje autónomo y personalizado.

La incorporación de la tecnología digital en las instituciones educativas provocó que los modelos educativos tradicionales sufrieran una transformación radical. Esta transformación se desarrolló en dos fases. Primero, se consolidó una fase llamada Multimodalidad educativa, que se refiere a la reorganización que experimentaron las instituciones educativas al hacer convivir varios modelos educativos en una misma institución para aprovechar las ventajas de la tecnología digital. Estas reorganizaciones han sido, principalmente, administrativas y educativas, y fueron tituladas, en un primer momento como Sistemas Multimodales.

Sin embargo, actualmente nos hemos dado cuenta de que el acceso y el uso de la tecnología digital por parte del alumnado resulta en una suerte de “mezcla a conveniencia”. Es decir, el alumnado hace uso de todos los modelos educativos disponibles y otras aplicaciones digitales que no son, propiamente, educativas, pero que sí le ayudan a aprender ciertos contenidos.

Por eso, desde hace décadas la atención está puesta en el diseño de modelos educativos muy flexibles que admitan las cualidades de modelos educativos no formales e informales, pero al servicio del aprendizaje. Entonces, la “Intermodalidad educativa”, integraría las estrategias de aprendizaje de todas las modalidades educativas disponibles, además de otras aplicaciones digitales que no son estrictamente educativas, al servicio de los ambientes personales de aprendizaje.

Deja de ser relevante la clasificación de los modelos educativos, a saber, a distancia, presencial, en línea, virtual, mixto, entre otros y se pone la atención en la integración de estos modelos para que los usuarios hagan uso de los servicios educativos cuando quieran, como quieran y donde quieran, pero, además, para que puedan usar con igual importancia la información digital y la análoga.

No obstante, habría que tener cuidado porque las autoridades podrían aprovechar la coyuntura del discurso sobre el diseño de entornos personales de aprendizaje para retirarse de sus responsabilidades fundamentales, que es garantizar la organización, normatividad, recursos y capacitación docente para consolidar la intermodalidad educativa.

Respecto a tu pregunta sobre qué condiciones nos permiten pensar que estamos en la intermodalidad educativa, debo aclarar lo siguiente: el uso que el alumnado hace de la tecnología digital es mucho más versátil que el que las instituciones les ofrece. En otras palabras, sí existe una forma de acceder a contenidos digitales y usar aplicaciones digitales, pero no sabemos mucho al respecto y, en consecuencia, las instituciones educativas no pueden reaccionar adecuadamente.

Existe una forma distinta de usar la tecnología digital para aprender y estamos ante una oportunidad valiosa para integrar todas las modalidades educativas disponibles y ofrecerle al alumnado servicios educativos oportunos. Pero la intermodalidad educativa requiere voluntad institucional para realizar esas transformaciones. Cómo deberían realizarse esas transformaciones es, precisamente, la línea de investigación emergente.

Por último, sobre los desafíos que enfrentarían otros niveles educativos diferentes al nivel superior para la intermodalidad educativa, creo que has dado en el clavo respecto a uno de los conceptos que fundamentan a la intermodalidad educativa: la educación transdigital.

Voy a contar una anécdota: una madre de familia de un niño de ocho años me comentó hace poco que con las clases por videoconferencia que debe tomar su hijo diariamente, ella se ha visto obligada a estar presente en la videoconferencia, ha tenido que sacar viejos libritos infantiles, revistas, juegos de mesa, fotografías familiares, etcétera, para reforzar las clases virtuales con objetos físicos, es decir, no digitales.

La educación transdigital es un concepto que surgió en contraposición a la teoría de la educación postdigital. Hay una diferencia obvia entre los conceptos postdigital y transdigital: el prefijo. Mientras un concepto usa el prefijo post, el otro concepto usa el prefijo trans. Precisamente, la educación transdigital explica que no hemos superado una etapa histórica con el uso de la tecnología digital, sino que estamos TRANSformando nuestros hábitos frente a la tecnología digital. Con la contingencia sanitaria del COVID 19 fue evidente lo anterior: padres y madres de familia tuvieron que desplegar una pléyade de acciones educativas que no solo involucraban a la tecnología digital, sino a la reorganización familiar, al rescate de objetos físicos e incluso a la técnicas didácticas más tradicionales, como el diálogo dirigido o la ayuda entre hermanos y hermanas.

Con esto quiero decir que la intermodalidad educativa también admite que hay muchos recursos no digitales que, habiendo sido diseñados con orientación didáctica o no, también ayudan a aprender. Y en algunos niveles educativos se nota con más claridad esta situación. En el nivel preescolar es obvio, pero en el nivel primaria y secundaria los contendidos digitales empiezan a ganar protagonismo. No quiere decir que estas alumnas y alumnos de primaria o secundaria no usen alternativas no-digitales para aprender, sino que suponen que el aprendizaje principal se basa en la tecnología digital.

En el nivel superior cometemos el error de basar todas las estrategias didácticas en la tecnología digital y, peor aún, despreciamos el papel fundamental que tienen la reorganización familiar, al rescate de objetos físicos e incluso a la técnicas didácticas más tradicionales, como el diálogo dirigido o la ayuda entre pares, para aprender.

Dr. ¿A Usted, le parece que durante el periodo de formarse a distancia se fortalecieron los aspectos ligados a la autonomía, a la ética de las y los estudiantes, de las y los profesionales de la educación y se promovió en las y los alumnos el desarrollo de capacidades de aprender a lo largo de toda la vida? ¿Qué dificultades y retos encuentra para el retorno a las actividades presenciales?

Honestamente, aún no sabemos qué cambios educativos habrán surgido entre docentes y alumnado durante la contingencia sanitaria. Intuimos que ahora tenemos un alumnado más autónomo porque tuvo que resolver problemas educativos sin intermediación de las autoridades; suponemos que las y los docentes también habrán enfrentado el desafío de migrar sus cursos presenciales a ciertas aplicaciones digitales, sin mucha ayuda de las instituciones educativas. Pero hace falta investigación empírica al respecto.

Precisamente, en una institución que tiene planes de continuidad académica este tipo de incertidumbres no cabrían porque se anticiparían a las diversas contingencias que podrían suspender las clases regulares. En mi opinión, el reto, e incluso, la obligación más importante cuando volvamos a las clases regulares será diseñar planes de continuidad académica. Transfomaciones de este tipo suponen un desafío que ya hemos expuesto como resultados de otras investigaciones. La gráfica adjunta explica con facilidad que, desde un punto de vista de la innovación educativa, nuestras instituciones siguen operando de manera vertical, aunque nos gusta decir lo contrario.

La transformación educativa debe ser motivada por el primer nivel de la pirámida institucional; posteriormente, es necesario que un segundo nivel diseñe esa transformación; después, un tercer nivel aplica los cambios y realiza ajustes oportunamente.

En concreto, ¿qué dificultades y retos encuentro para el retorno a las actividades presenciales? Diseñar un plan de continuidad académica para que esas actividades dejen de ser lo que hasta ahora han sido e incorporen todas las modalidades educativas disponibles en la institución e incluso aplicaciones que no son propiamente educativas, pero que sirven para aprender.

Para finalizar la entrevista Dr. En su opinión ¿Cómo diseñar un plan de continuidad educativa?

Me gustaría recordar antes que los planes de continuidad académica deberían tener una base conceptual. Esa base conceptual es la intermodalidad educativa. Desde el punto de vista de la intermodalidad educativa, ante una contingencia que afecta la educación regular, no se trata de vaciar los contenidos de los cursos presenciales en modelos virtuales o a distancia, porque el resultado casi siempre es un adefesio que no responde coherentemente ni a una ni a otra modalidad educativa.

En realidad, se trata de facilitar que el alumnado transite entre todos los modelos educativos disponibles en la institución, que transite entre instituciones educativas, e incluso que use recursos digitales que no son estrictamente educativos, pero que apoyan su aprendizaje. Pero esa versatilidad, ese tránsito a conveniencia entre modalidades educativas, requiere criterios y recursos institucionales.

Hasta ahora, hay un criterio que goza de cierto consenso al momento de diseñar planes de continuidad académica, y es el criterio de fases temporales. La imagen adjunta ayuda a ver este criterio con más claridad.

Esto quiere decir que, antes de la contingencia se realizan varias acciones, pero lo fundamental es instaurar un comité y un protocolo de acción del plan de continuidad académica; cuando inicia formalmente la contingencia, se realizan otras acciones educativas, pero lo fundamental es poder migrar controladamente hacia el plan de continuidad y realizar las adaptaciones necesarias con ayuda del comité; durante el periodo que dure la contingencia, las acciones principales son desarrollar el plan de continuidad, pero con la supervisión de las autoridades (esta supervisión no tiene un carácter punitivos, por su puesto, sino un carácter asistencial); finalmente, después de la contingencia es necesario evaluar todo el proceso y realizar los ajustes necesarios para estar preparados antes nuevas contingencias que, invariablemente, se presentarán.

Y así concluye, Alexandro Escudero al asegurar en entrevista, “Ahora se trata de dejar atrás la multimodalidad y avanzar hacia la intermodalidad educativa”.

COMIE [Consejo Mexicano de Investigación Educativa]. (2020, may 26). Docencia No presencial de Emergencia: lecciones aprendidas. [Archivo de video]. https://www.facebook.com/comiemx/videos/875118756343855/?q=comie&epa=SEARCH_BOX

García, E. E., & Calderón, R. (2009). Sistema de Educación Multimodal en la Universidad Veracruzana. In Universidad Veracruzana (Ed.), X Congreso Nacional de Investigación Educativa (pp. 1–10). Consejo Mexicano de Investigación Educativa. http://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v10/pdf/area_tematica_07/ponencias/1805-F.pdf

Escudero-Nahón, A. (2019). Intermodalidad educativa: propuesta de desarrollo conceptual con una revisión sistemática y una cartografía conceptual. Desafíos educativos3(6), 19-28.

Escudero, A., & Núñez, A. (2017). Impacto del fenómeno MOOC: la personalización en la educación superior. RIDE. Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo8(15), 279-310.DOI: http://dx.doi.org/10.23913/ride.v8i15.300

Guzmán, T. & Escudero, E. (2016). Proceso de diseño de un modelo de educación a distancia como estrategia de innovación educativa para la economía del conocimiento. Edutec. Revista Electrónica De Tecnología Educativa, (55), 1-15. DOI: https://doi.org/10.21556/edutec.2016.55.729

Fuente e imagen tomadas: http://www.educacionfutura.org/en-entrevista-con-alexandro-escudero-el-reto-es-transitar-de-la-multimodalidad-educativa-a-la-intermodalidad-educativa/

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Flexibilidad para la educación

Por: Luis Felipe Gómez Restrepo.

El sector de la educación superior, y particularmente el de las universidades, está haciéndose preguntas sobre el futuro post Covid-19. Vienen cambios sustanciales, pero todavía estamos entendiendo hacia dónde orientar la transformación, ¿cómo será la educación del futuro? La pregunta llama a la innovación y a reflexionar sobre cómo superar al menos dos posibles obstáculos: el primero, el de la rigidez y lentitud de las universidades en su estructura y funcionalidad, y el segundo, el de la poca flexibilidad tanto del Ministerio de Educación Nacional que habla de control y vigilancia, como de las agencias acreditadoras que han ido solidificando una visión sobre cómo justipreciar la calidad educativa.

La idea del control y de la vigilancia está en la Constitución Política, artículo 67: “…Regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación”. La experiencia que hemos vivido en estos meses nos indica un giro que sería más proactivo hacia el fomento y el acompañamiento a las instituciones. Vigilar y controlar produce un sistema educativo pasmado, poco autónomo e innovador. Hay que ganar en flexibilidad en el marco legal y reglamentario.

Respecto del segundo obstáculo, el problema está en las mismas instituciones educativas y en muchos de sus estamentos que tienen aversión al cambio y una tendencia a equiparar calidad con estandarización. Estas ideas han llevado a muchas instituciones a hacer siempre lo mismo para cumplir con estándares.

Algunas luces para superar la rigidez que aprisiona el sistema educativo se difunde en webinars donde expertos mundiales arriesgan sus visiones de futuro. La experiencia vivida durante el confinamiento ha llevado a los límites a las instituciones retando el cumplimiento de su misión. Lo que se avizora a continuación ya empieza a suceder para Colombia y es similar en América Latina: uno, la ruptura de paradigmas de presencialidad que posibilitan mayor cobertura superando obstáculos de conectividad que parecían impasables; dos, se ha hecho muy importante la investigación para ayudar en la toma de decisiones proponiendo virtuosas alianzas entre Gobierno y las universidades impulsando la investigación relevante y de impacto; tres, se ha vuelto a remarcar la pertinencia como un criterio que orienta la producción de conocimiento y su difusión; cuatro, se ha dado un nuevo aliento al uso de medios virtuales para difundir contenidos teóricos, democratizándolos y poniéndolos al alcance de todos. También se ha reconocido la importancia de la presencialidad para impulsar el trabajo colaborativo, las prácticas y el aprendizaje experiencial; se explora cada vez más el modelo blended learning para la educación superior; quinto, se está redefiniendo la internacionalización como una manera de pensar global que permite una comprensión multicultural de la realidad, y muchas otras ideas emergentes. ¡Y apenas hemos comenzado a pensar!

Si queremos enfrentar el futuro, necesitamos hacer cambios muy grandes en la educación y en las universidades. Se están dando pasos importantes, las instituciones están aprendiendo, arriesgando, fortaleciendo capacidades que son importantes para un gran cambio necesario. La autocrítica de las instituciones y la flexibilidad del Ministerio de Educación serán dos componentes fundamentales. La innovación es urgente.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.co/opinion/columnistas/luis-felipe-gomez-restrepo/flexibilidad-para-la-educacion.html

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Rediseñando la experiencia universitaria entre medidas de distanciamiento social

Por: Paola Estrada Villafuerte

Las instituciones de educación superior se preguntan si abrirán sus puertas para el otoño y qué tanto afectarán las normas sanitarias en la vida universitaria como se conoce.

Sin la certeza de la modalidad educativa presencial en el campus, las autoridades universitarias deben averiguar qué rumbo tomará el siguiente semestre. En un panorama incierto consecuencia de la pandemia por COVID-19, las opciones se dividen entre redoblar reglas sanitarias, optimizar los esfuerzos hasta ahora realizados para entregar una educación en línea de calidad, retrasar el inicio del semestre en otoño o incluso cancelarlo. En cualquier escenario, lo único certero es que este ciclo escolar será muy diferente a los anteriores. Muy probablemente, sin importar la modalidad que las universidades decidan recurrir, el número de alumnos y alumnas disminuirá considerablemente. Entre crisis financieras, familiares enfermos, empleos perdidos y apoyos gubernamentales enfrentando otras prioridades, estudios prevén que las instituciones podrían ver una decrecimiento general del 20 % en el número de estudiantes inscritos.

«Casi todos mis estudiantes que han sido admitidos en universidades de primer nivel están reconsiderando sus planes para este próximo año académico, y algunos envían formularios de solicitud de año sabático para retrasar el comienzo de su primer año para que puedan tener la experiencia universitaria completa”, Christopher Rim, consultor de admisiones, CEO de Command Education para Business Insider. Este porcentaje se eleva si tomamos en cuenta el alumnado internacional que seguramente pondrá en pausa la búsqueda de una institución extranjera. BOSSA, Beijing Overseas Study Service Association, menciona que China, siendo el país principal de origen de estudiantes en el extranjero, se verá bastante afectado por la epidemia, puesto que “ha causado que entre el 40 % y 60 % de estudiantes sean bloqueados directamente en la solicitud de la universidad y visa”.

«Casi todos mis estudiantes que han sido admitidos en universidades de primer nivel están reconsiderando sus planes para este próximo año académico».

Sin embargo, algunas soluciones que se han sugerido para este sector en específico, como Elise Hodge plantea, es ofrecer a los alumnos internacionales un semestre híbrido. El alumnado  comenzaría los cursos de manera remota inscritos en las universidades deseadas y cuando sea ideal, podrán dar seguimiento a sus clases dentro del campus de manera regular. La Universidad de Arizona, por ejemplo, ha lanzado un Campus Global pensado en el alumnado internacional donde la universidad ofrecerá una mezcla de cursos virtuales y experiencias vivenciales en universidades asociadas que estén cercanas a los alumnos en sus lugares de residencia.

¿Qué planean las universidades? Diferentes escenarios para el otoño

Ciertas universidades se encuentran ya detallando los planes específicos para el siguiente semestre. En el estado de California, en Estados Unidos, el jefe del sistema de la Universidad Estatal mencionó que sus 23 instituciones comenzarán el semestre de otoño virtualmente. Esto no es sorpresa, ya que en una encuesta realizada por The American Association of Collegiate Registrars and Admissions Officers, se encontró que más de la mitad de las universidades en EE.UU. están considerando permanecer en esta modalidad por el resto del año.

Otras instituciones, como la Universidad de Notre Dame, planean abrir sus puertas para el otoño y aplicar regímenes rigurosos de sanidad, tales como el rastreo de contactos, protocolos de cuarentena y aislamiento, distanciamiento social y el uso obligatorio de máscaras en público. Al igual que Harvard, que también plantea abrir el campus pero se prepara para tener la mayoría de sus clases de manera remota. Sin embargo, aunque algunas universidades están anunciando su regreso en otoño, la decisión sobre si reabrirán o no los campus universitarios el siguiente semestre no será decisión de las universidades, serán las autoridades políticas y sanitarias de cada país quienes determinarán cuándo y cómo podrán reabrir los centros de educación superior.

Clases presenciales

En caso de que se decidiera abrir las aulas, este rumbo podría llegar a ser incluso aún más arriesgado y complicado que trasladarse totalmente a cursos en línea. The New York Times, en conjunto con autoridades institucionales, caminaron por algunas situaciones hipotéticas que podrían presentarse en este escenario. Estas iban desde “puntos de control de fiebre en las entradas a los edificios académicos, pasillos unidireccionales y asientos bloqueados en los salones para mantener a los estudiantes a seis pies de distancia hasta dormitorios convertidos en centros de cuarentena para cualquier estudiante expuesto al coronavirus”. Incluso se discutió la idea de implementar aplicaciones móviles, donde los alumnos tendrían que reportar a diario sus síntomas y sólo así serían otorgados un pase para ingresar a sus aulas.

«Si el otoño 2020 no puede suceder en el campus, necesitamos encontrar una forma de que ocurra efectivamente en línea”.

Sin embargo, esto no puede hacer frente a las situaciones que podrían generarse después del horario de clases. Con alumnos ansiosos por regresar a la vida universitaria y estudiantes de primer ingreso que desean experimentar la libertad que ofrece esta etapa, es casi imposible asegurar que estas medidas serán adoptadas como una nueva cultura de convivencia dentro del campus, dado que los estadios vacíos y fiestas via Zoom no son una alternativa tan llamativa.

¿Cancelar el semestre si los campus continúan cerrados?

Por otro lado, muchos comparten que la decisión más sensata es cancelar por completo el siguiente ciclo escolar, considerando que la experiencia en persona es esencial para la continuidad del periodo, «Un semestre de otoño en línea no es una posibilidad [… ] No tuvimos la opción de estar en línea a mediados de semestre […] pero sería académicamente irresponsable llevar el siguiente en línea. Se necesitan entre 70 y 80 horas a la semana para mantener una semblanza de instrucción. No sería físicamente posible sostener el mismo esfuerzo docente. Si se aplicaran los estándares académicos normales, un gran número de estudiantes fracasaría. Si no es posible reanudar la instrucción en persona en otoño, el único curso de acción responsable sería cancelar el semestre y cerrar las universidades”.

El reporte de Eduventures, explica que no hay duda que muchas autoridades institucionales se encuentren escépticos en poder emular la experiencia universitaria vía remota. También, que muchos profesores se sienten vindicados en su creencia de que la esencia de la universidad y el medio del campus son inseparables. «Sí, el campus físico facilita los fundamentos de la educación superior: comunidades de aprendizaje, diversidad de ideas, formación humana”, menciona el reporte, pero también explica que en este caso, «la decisión correcta no es darse por vencido, posponer o asentarse, sino recrear estos fundamentos de nuevas maneras. Si el otoño 2020 no puede suceder en el campus, necesitamos encontrar una forma de que ocurra efectivamente en línea”.

Expectativas aumentadas para un nuevo semestre en línea

Si las clases continúan por medio de educación remota, las expectativas en materia de calidad por parte de alumnos y familias aumentarán considerablemente siendo que las universidades tendrán todo el periodo del verano para resolver las complicaciones que pudieron haber surgido en la transición de emergencia en marzo.

“Si alguna vez habrá un momento para repensar la naturaleza de la educación universitaria, este es el momento».

Chris Hakala, quien dirige el Centro para la Excelencia en Enseñanza, Aprendizaje y Becas en Springfield College, dijo para Inside Higher Ed, “el tipo de aprendizaje remoto que la mayoría de los campus impartieron sobre la marcha durante la crisis esta primavera puede haber sido suficiente por el momento. Pero no fue tan bueno como la instrucción que la mayoría de las universidades normalmente imparten en persona o que está disponible para los estudiantes en muchos programas en línea de alta calidad”.

Definitivamente, las universidades deberán averiguar qué pasos tomar para elevar el nivel de calidad de las clases en línea que se estuvieron ofreciendo durante este semestre. Ya que las sesiones sincrónicas, lecturas remotas prolongadas y los documentos compartidos, no serán suficientes para retener a un alumnado necesitado de mejores métodos educativos. “Si alguna vez habrá un momento para repensar la naturaleza de una educación universitaria, este es el momento. Ante la pandemia actual, las universidades deben idear estrategias para adaptarse a un entorno extraordinariamente incierto, no solo para abordar la crisis inmediata, sino también a largo plazo”, dice Steven Mintz.

¿Cómo lograr esto?

Eduventures, plantea que para crear una educación remota efectiva se debe comenzar con la perspectiva que se tiene hacia esa modalidad. «Si los presidentes, el profesorado, el personal y los estudiantes, se acercan a un semestre remoto con la actitud de que el aprendizaje en línea es inherentemente deficiente y que ninguna cantidad de imaginación o esfuerzo cambiará eso, entonces el resultado será una experiencia estudiantil deficiente o ni siquiera alguna educación superior hasta que la pandemia haya pasado». El mismo estudio sugiere que para que las aulas virtuales puedan ofrecer sesiones de educación atractivas, se deberán acoplar ciertas medidas:

  • Aula invertida: En lugar de esperar que alumnos y profesores lean en conjunto el material de la clase durante las sesiones, se propone invertir el orden. Curar lecturas para que los estudiantes generen preguntas en casa y discutirlas en la sesión sincrónica.

  • Replantear el ritmo de la clase: Efectuar discusiones envolventes y efectivas con pocas lecturas, en lugar de esperar que los estudiantes mantengan el mismo ritmo de concentración con jornadas extendidas.

  • Sesiones asincrónicas: Para evitar el agotamiento del instructor, garantizar la variedad pedagógica y ayudar al impulso de la clase, el profesorado debería considerar además de sesiones en vivo, la contribución a las discusiones basadas en texto.

  • Interacción: Para generar intimidad e interacción entre estudiantes, la facultad podría facilitar la interacción grupal en vivo de los compañeros de clase al menos dos veces por semana para discutir el material de la clase.

  • Materiales: Utilizar recursos digitales ya disponibles en plataformas como Coursera.

  • Permitir que algunas clases sean dirigidas por alumnos: Crear un acercamiento distinto al permitir que los mismos compañeros de clase dirijan ciertas sesiones enfocadas en aclarar dudas.

Inside Higher Ed, por su parte, establece ciertos puntos claves para que este modelo funcione:

  • Educar alumnos de manera completa: La crisis debería recordarnos que nuestras instituciones no solo deben promover el desarrollo cognitivo de los estudiantes, sino también su bienestar, incluida su salud mental y bienestar físico.

  • Escuchar experiencias: Las instituciones deberán escuchar con mayor atención la retroalimentación creada por los alumnos y estar preparados para generar cambios según sea necesario.

También se sugiere crear una educación sistematizada, compacta y centralizada por áreas, esperando que el desarrollo de la clase en línea no quede en manos únicamente del profesor y sus preferencias. De esta manera se generaría un balance objetivo a la hora de ofrecer los cursos.

El reto de las clases extracurriculares, equipos deportivos y vida social en una educación online

Intentar recrear la experiencia universitaria podría ser el reto más significativo para la educación remota. Es innegable que para muchos estudiantes de 17 y 18 años, este factor –socialización informal, eventos atléticos, clases extracurriculares, conciertos, fiestas– es uno de los decisivos para continuar con su educación superior. “Si las universidades ignoran ese recurso y solo se enfocan en académicos limitados, convierten la experiencia universitaria tradicional en la experiencia de aprendizaje para adultos”, dice Doug Lederman.

Eduventures explica que mientras los equipos estudiantiles deportivos son un área difícil de cubrir en un ambiente en línea, se podrían generar entrenamientos especializados para los alumnos y guiados por los entrenadores. Mientras que las clases en línea no podrán reproducir “conversaciones casuales, reuniones en el pasillo y la experiencia en fraternidades”, también menciona que actividades extracurriculares como las artes, política, vida religiosa y el voluntariado, son todas candidatas a funcionar de manera remota durante este periodo. De igual manera, se puede incentivar la socialización en el alumnado por medio de recursos dirigidos a alumnos vulnerables, como el Buddy System, ya acogido en varias instituciones de manera presencial.

Lo que representará este periodo para la educación superior en general

Richard Garrett, investigador principal de Eduventures menciona, “La esencia de la educación superior no está definida por objetos físicos. Puede persistir entre el profesorado comprometido, el personal y los estudiantes. Solo tenemos que reimaginar cómo».

Definitivamente, las repercusiones en materia de educación que esta pandemia generará no serán acoplados de manera permanente, pero la manera en la que las universidades se acoplen a panoramas de emergencia sí quedará como un precedente para situaciones futuras donde tengamos que responder a escenarios de crisis. Como Elise Hodge menciona, “al ser flexible y ágil como organización, las universidades podrá ayudar a garantizar que los estudiantes puedan continuar su educación en tiempos de crisis, sin importar lo que depare el futuro”.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/universidades-planes-postcovid19

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Lecciones del COVID-19 en el sector educativo

Por: Paulette Delgado

El coronavirus tomó al mundo educativo por sorpresa y lo obligó a ajustarse a una enseñanza en línea en poco tiempo. ¿Qué lecciones podemos aprender al respecto?

Debido a la pandemia, tanto alumnos como educadores se vieron en la necesidad de adaptarse a las clases en línea rápidamente. Ahora, meses después, es momento de reflexionar qué impactos ha tenido el COVID-19 en la educación y qué lecciones se pueden aprender.

En primer lugar, es importante observar la curva de aprendizaje de China al ser los primeros en entrar en cuarentena.

¿Qué podemos aprender de China? 

El caso de China ha demostrado que es claro que ha aumentado el número de horas que los maestros y alumnos pasan frente a la pantalla, lo que no es lo ideal. Según investigadores de la Universidad de Pekín, 15 a 30 minutos son más que suficientes para tener una sesión efectiva, ya que las sesiones en línea necesitan mucha concentración durante las clases y esto puede agotar tanto al educador como al alumno. Sin embargo, el número de horas promedio que pasan en línea tanto alumnos como docentes en China es de tres horas.

El Departamento de Educación de Guangdong liberó una guía sobre cómo hacer que los cursos duren 20 minutos. Ellos recomiendan no sólo enfocarse en la pantalla, sino también encargar actividades prácticas para reducir la fatiga.

Otro problema que se ha acentuado en este país durante la pandemia es la brecha de acceso digital. No todos los alumnos tienen acceso a la tecnología necesaria para conectarse a las clases en línea, por lo que en el mes de febrero, el Ministerio de Educación de China prohibió introducir un currículo nuevo hasta el final del semestre. Al mismo tiempo, animó a los maestros a enfocarse en la salud mental, física y entretenimiento. Se dictaminó que para el 13 de abril, las escuelas podían empezar con un nuevo plan de estudios en línea.

La tercera lección que se puede aprender de China es el apoyo a sus maestros. La Escuela Internacional de Educación Yew Wah de Guangzhou, por ejemplo, se centró en apoyar la colaboración entre docentes y permitirles experimentar. Sus educadores trabajaron en equipo para abrir una plataforma de aprendizaje en línea en sólo una semana y están en constante comunicación compartiendo ideas y resolviendo dudas, lo cual los estudiantes tomaron como ejemplo de colaboración.

La siguiente lección de China es la importancia de comunicarse con las familias. El aprendizaje en línea es una ventana al aula, por lo cual es importante dejar que ellos opinen al respecto y se sientan escuchados. Siguiendo con el ejemplo de la escuela de Yew Wah, la institución encuestó a las familias después de 10 días de clases online, para conocer la opinión y el sentimiento general de madres y padres. La encuesta resultó en ideas útiles y sugerencias que se tomaron en cuenta, como por ejemplo, la duración de las sesiones en línea las cuales, tras la encuesta, fueron ajustadas a 10 minutos frente a la pantalla y 20 minutos con actividades asincrónicas.

Pero, ¿qué hay del resto del mundo? ¿Qué otras lecciones se pueden aprender de esta pandemia?

Lecciones durante la pandemia

Involucrar a las familias

Katy Farber, educadora con más de  20 años de experiencia y autora de tres libros sobre educación opina que las familias deben ser incluidas en el proceso educativo. Debido a que ahora están más involucradas en la educación de sus hijos, tienen mucho que aportar y los educadores y personal educativo deberían valorar su opinión y aportaciones.

Farber comenta que otra lección importante de esta pandemia es que la enseñanza debe ser más flexible y adaptarse a lo que el estudiante necesita. Cada día, tanto adultos como niños y adolescentes en todo el mundo se sienten afectados física y emocionalmente por la pandemia, por lo que el proceso de aprendizaje puede verse afectado por estos factores.

Es importante tomar en cuenta que estamos viviendo una crisis sanitaria global, que nos impacta en todos los aspectos de nuestras vidas. Por lo tanto, establecer horarios inflexibles para la enseñanza no es el enfoque más práctico, los estudiantes deben tener la oportunidad de acceder al material en diferentes momentos y maneras que mejor se adapten a su situación particular.

La importancia de la salud mental

Otra enseñanza que nos ha dejado la cuarentena es la importancia de enfocarse en la salud mental. Debido a que el mundo está pasando por un momento caótico y traumático de manera colectiva, es más sencillo hablar sobre aislamiento, las emociones que esto ha provocado y cómo cada persona sobrelleva la situación de diferente manera. Esta apertura debería permanecer más allá de la pandemia, independientemente de cómo se vea la eduación en el futuro. En cada nuevo modelo o política educativa, debería tomarse en cuenta la salud mental no sólo de los estudiantes, sino también la del profesorado, personal no académico y de apoyo, así como también desarrollar estrategias que beneficien su bienestar mental.

Según Farber, es importante comprender que somos una comunidad, lo que significa que cada persona es responsable del otro. La cuarentena ha hecho que muchas personas sacrifiquen eventos importantes, su vida social, trabajo y demás, para evitar contagios. Este tipo de actitudes demuestran que todos estamos conectados y que las acciones colectivas son importantes y tienen una gran influencia sobre la salud y el bienestar de toda la comunidad. La educación del futuro debe aprender de esto y enfocarse en fomentar en los alumnos la responsabilidad, de manera que sean  miembros comprometidos con su comunidad que saben, además, trabajar de manera colectiva..

Por otro lado, el Foro Económico Mundial también dio a conocer las lecciones por aprender de la pandemia. El organismo reconoce que el sistema educativo global se remonta a más de 200 años y muchas veces no se enfoca en el bienestar emocional de los alumnos.

A consecuencia de la pandemia, la ansiedad, incertidumbre, miedo y sentimientos de aislamiento han aumentado, por lo que es importante enfocarse en brindar apoyo a los estudiantes y permitir que se conecten entre sí de manera informal, ya sea por chat o por videoconferencia durante las clases en línea, señala el Foro Económico Mundial.

Además, reconocen que existe una gran brecha tecnológica ya que no todos los estudiantes tienen acceso a la tecnología necesaria para tomar sus clases en línea. Esta desigualdad se ha exacerbado por la pandemia, por lo que gobiernos y escuelas deberían de unir fuerzas para garantizar una infraestructura que ayude a minimizar esta brecha.

Lecciones para la educación superior

Según Quacquarelli Symonds (QS), compañía británica que se especializa en educación y estudios en el extranjero, hay cinco lecciones clave que el coronavirus ha dejado a la educación superior:

  1. Las plataformas en línea son clave: Debido a la pandemia, muchas instituciones se vieron forzadas a trasladar sus lecciones al entorno en línea, utilizando plataformas o administradores  de aprendizaje como BlackBoard o Canvas. Esta tecnología permite al maestro subir recursos, impartir clases virtuales y darle seguimiento a sus alumnos. El CEO de Perlego, una biblioteca digital, señala que hubo un aumento del 300 % en los acercamientos de la educación superior y las instituciones de educación superior que buscan pasar al aprendizaje en línea.

    Este aumento repentino de demanda refleja la importancia de las instituciones por mantenerse al día sobre las plataformas en línea y estar constantemente capacitando a sus maestros para saber aprovecharlas. Según QS, varios países árabes habían rechazado la educación en línea en el pasado por preferir los métodos tradicionales, lo cual resultó en muchos problemas al inicio de la pandemia por su falta de preparación.

  2. El valor de la  movilidad internacional y las asociaciones: Ahora, las instituciones educativas se han percatando de la importancia de estar interconectados internacionalmente. En el caso de los estudiantes de intercambio, muchos se enfrentaron a la lucha de regresar a sus países en medio de fronteras cerradas para detener la propagación del virus.

    Esto resultó en que diversas universidades, como la Universidad de Melbourne, tuvieron que ir al rescate de sus alumnos internacionales para apoyarlos a regresar a sus países de origen. Y no sólo los programas internacionales se han visto afectados, los proyectos de investigación también. Muchos investigadores se han visto obligados a detener sus investigaciones, como es el caso de Richard Lenski, que llevaba 32 años investigando el crecimiento de poblaciones de bacterias Escherichia coli (E. coli).

    Por su parte, QS señala  que aquellas universidades con buenas conexiones internacionales se les hará más fácil el regreso a la nueva normalidad, incluyendo el ámbito de la investigación.

  3. La importancia de tomar en cuenta  la naturaleza: Debido a la cuarentena, el acceso a la naturaleza y al aire libre es limitado, lo cual ha resultado en que muchas personas aprendan a valorarla. Es importante que las universidades fomenten en la comunidad universitaria el vínculo entre productividad, consumo y naturaleza.

    La luz del sol, por ejemplo, tiene un impacto significativo en la capacidad de trabajar eficazmente, según estudios. Además de mejorar el estado mental, de sueño, fortalecer su sistema inmunológico y estar más alerta, lo cual hace a las personas más felices y productivas.

  4. Valorar la comunidad: Es normal sentirse aislados al estar lejos de familiares, amigos, compañeros y maestros. Aún así, es importante recordar que pasar tiempo con otras personas está relacionado con la felicidad.

    La pandemia ha ayudado a la gente a recordar que son parte de una comunidad y la importancia de mantenerse en contacto. Las universidades deben de enfocarse en mantener una comunicación constante con sus educadores, colaboradores y alumnos, actualizándonos constantemente sobre lo que sucede y alentándolos a aprovechar las herramientas tecnológicas para conectarse con otras personas.

  5. Contar con tecnología actualizada: Contar con plataformas digitales y equipo técnico necesario no sólo ayudará a trasladarlos al entorno en línea, sino también pueden apoyar en el aspecto administrativo. Es importante que las instituciones educativas revisen constantemente si sus plataformas o tecnologías no se han vuelto obsoletas o los detiene de responder eficazmente en caso de crisis, como lo ha sido el coronavirus.

¿Cómo será el regreso a clases en la “nueva normalidad”? 

Aunque el ciclo escolar está terminando en muchas partes del mundo, es importante comenzar a cuestionarse qué pasará en agosto o septiembre, meses en los que diversos países alrededor del mundo plantean reabrir los centros educativos.

Ante la posibilidad de un regreso a clases presenciales, los líderes educativos deben formular diversas preguntas antes de abrir sus planteles. El Foro Económico Mundial indica que es necesario cuestionarse si están dispuestos a modificar el plan de estudios, el modelo educativo, e incluso, el tiempo de las lecciones para asegurar que los alumnos se puedan adaptar a la “nueva normalidad” en el aula, de manera que se puedan concentrar y participar en clase sin temor de contagiarse.

Por otro lado, la  pandemia ha desatado una crisis de ansiedad, miedo y sentimientos de aislamiento en los alumnos, por lo que se necesita que educadores y personal académico colaboren en la construcción de un sentido de comunidad a través del aprendizaje remoto. Este esfuerzo debería de permanecer una vez que se regrese a clases presenciales. El Foro Económico Mundial incluso invita a los educadores a cuestionarse si están dispuestos a darles las oportunidades para conocerse y conectarse mejor el uno con el otro y compartir sus sentimientos en un ambiente seguro. Esto puede ser creando espacios o tiempos específicos para hablar de su salud mental y capacitando a los docentes en este tema.

De acuerdo con datos de la OCDE, la mayoría de los gobiernos invierten solamente entre el 2 % y el 4.5 % de su PIB en educación. Será importante que se aumente la inversión en educación ya que los salarios de los docentes en muchos países son ínfimos y la inversión en programas de desarrollo profesional para personal docente. En este último aspecto, la capacitación de los maestros será esencial para que cuenten con los conocimientos y herramientas necesarias que les permitan adaptarse a los cambios que están por venir.

También será de suma importancia garantizar que todos los alumnos tengan acceso a la tecnología que se ha vuelto vital para el aprendizaje en línea durante la pandemia, esto no será fácil.  “Será difícil nivelar el campo de juego absolutamente, pero ¿cuánto esfuerzo se hará para nivelarlo más?”, señala el reporte del Foro Económico Mundial.

Sin duda, el COVID-19 ha venido a sacudir al mundo, ahora será cuestión de analizar las lecciones que se han aprendido durante este tiempo, y que deberá cambiar a partir de ahora. Es tiempo de invertir más en educación. Es  momento de hablar de manera más abierta sobre la importancia de la salud mental y el bienestar de alumnos, docentes y personal no académico. Es momento de replantearnos si los sistemas de evaluación que usábamos hasta ahora siguen vigentes para garantizar el aprendizaje efectivo.

Por último, aunque la pandemia y cuarentena llegaron sin previo aviso y las instituciones educativas tuvieron que  adaptarse rápidamente para asegurar la continuidad académica, debemos aprovechar esta crisis para hacer una pausa que nos permita analizar, reflexionar y replantearse la educación como la conocíamos hasta ahora.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/lecciones-covid-19-educacion

Imagen: Alexandra_Koch en Pixabay

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