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Educación superior: un pesado barco que hace agua

Por: Mario Wuaissbluth

Esta columna fue co-escrita con Mathias Gómez y Cristián Miquel, investigadores de Educación 2020.

El sistema de educación superior es como un transbordador: no destaca pero es funcional y ha permitido mover mucha carga. Uno de sus logros es la alta cobertura alcanzada, aunque de muy dudosa calidad en promedio.

La reforma de la educación superior sería entonces un proyecto de construcción de una enorme y pesada nave, con muchos compartimentos, complejos mecanismos de control, llena de adornos y poca capacidad de maniobra para enfrentar las cambiantes condiciones del mar.

Su tramitación y debate se han entrampado por la tozudez y avidez de los involucrados, remando cada uno para su lado, defendiendo con colmillos y uñas su propia parcela. Así es como tenemos al CRUCH haciendo lo posible por mantener sus privilegios; dentro de este, el CUECH pidiendo un trato preferente para las Ues estatales, el G9 con el grito en el cielo por cada peso extra que las estatales recibirían por sobre las privadas; y las Ues privadas no CRUCH solicitando ser parte del club CRUCH, argumentando incluso que algunas Ues deberían salir de él por ser malas, lo cual no deja de ser cierto.

Por su lado las Instituciones Técnicas pidiendo – legítimamente – ser incorporadas en el debate y en las transformaciones, algunas de ellas apurando la ley que les permite convertirse en organizaciones sin fines de lucro y así entrar a la gratuidad, a la vez que hay otras quejándose de que esta ley pueda existir.

La guinda de la torta: políticas de Estado de largo plazo plasmadas en leyes transitorias como la ley de presupuesto, para la implementación de una gratuidad aun no bien definida,y una pantomima de eliminación del injusto Aporte Fiscal Indirecto sólo para este año 2017. En el horizonte, la amenazante posibilidad de que muchos de estos temas se definan en la “tercera cámara”: el Tribunal Constitucional. Si Ud. se ahogó leyendo hasta aquí es porque la situación es asfixiante.

Nuestro sistema de educación superior requiere urgente de un paso por los astilleros. No necesitamos construir un imponente trasatlántico, necesitamos barcos flexibles capaces de sortear las turbulentas y cambiantes aguas del mundo moderno.

La semana pasada el gobierno presentó a los rectores del CRUCH, un documento llamado “Protocolo de rediseño de la reforma a la educación superior”. Este detalle no es poca cosa. El documento parte por redimir el papel del CRUCH, un grupo de universidades unidas por una ley añeja que crea un Consejo de Rectores para administrar los recursos que se le entregaban… y para coordinarse, aunque hoy cueste creerlo.

Es un conjunto creado sin criterios objetivos de pertenencia ni tampoco una razón de ser clara, una especie de cartel que se mantiene por ley y tradición, representando las supuestamente mejores universidades, cosa que en su tiempo fue verdad, hoy claramente no. Hay que redefinir urgentemente el CRUCH para que incluya bajo criterios objetivos y razonables a las instituciones que sea pertinente.

Al CRUCH se debe ingresar (o salir) por mérito y no por privilegio. Un inclusivo, pensado para un nuevo ecosistema de instituciones de educación superior, incluyendo las técnicas.Es hora de que se piense en una orgánica que favorezca la coordinación y colaboración del sector, y no que alimente su segregación y el control de los recursos por parte de algunos de sus miembros. La frontera entre U, IP y CFT está y debe estar cada vez más difusa, facilitando trayectorias flexibles a los alumnos. ¿Dónde quedarán las universidades politécnicas que ofrecen los tres niveles?

Como lo ha señalado un documento internacional seminal (An Avalanche Is Coming, 2012), la universidad “tradicional” ya no existirá más, y se subdividirá en a) universidades de elite, b) universidades masivas, c) universidades de nicho, d) universidades locales, y e) mecanismos de educación continua para la vida, y a distancia. La falacia de los criterios “comunes” quedó crudamente demostrada en el caso de la U. de Aysén.

Hay que desarrollar criterios diferenciados para que todas estas modalidades, así como la educación técnica, puedan ser de excelencia, con aportes financieros del Estado en las modalidades pertinentes. Se necesita un MULTI CRUCH, para todas las instituciones de educación superior de excelencia en sus diferentes modalidades.

No se puede obviar la discusión sobre la educación pública impartida por el Estado, fuente mayor de peleas. Estas instituciones son espacios naturales para la creación de bienes públicos, la transmisión de la identidad ciudadana y es ahí donde más auténticamente podemos hablar de un “nosotros”. ¿Qué hacer? Construir las condiciones para liberar la pesada cadena que ha asfixiado a las instituciones de educación superior del Estado. Para esto es vital reducir mucho más la carga burocrática que sufren, y modernizar sus gobiernos institucionales. Las universidades del Estado no pueden funcionar como un ministerio, requieren de mucha mayor autonomía y versatilidad. Por otro lado, es comprensible que la matrícula pública aumente, pero para ello es vital tener un plan que plantee de manera gradual y escalonada esta meta.

Creemos posible concordar un plan para que, de aquí a 10 años, la educación pública universitaria pase del actual 27% al 33% de la matrícula, a través de convenios rigurosos, que apoyen a las mejores y que puedan terminar cerrando las peores si fuera el caso. Una suerte de “mega MECESUP”. Por ahora, un tercio de la matrícula en universidades del Estado suena como una meta factible y razonable. Por lo demás, no habría ni infraestructura ni profesores para crecer más rápido y con calidad.

Para todo lo demás, las reglas de financiamiento deben ser equitativas y con criterios claros para todas las universidades, institutos y CFT que lo ameriten, suspendiendo el escándalo de instituciones que han vivido del Estado aceptando estudiantes sin ningún requisito, absteniéndose de nivelarlos, y creciendo de manera desenfrenada y espuria (y con fines de lucro en muchos casos) en propiedades inmobiliarias y matrícula, mas no en calidad.

La gran flota de la educación superior debe operar bajo reglas generales y comunes para todas sus naves, pero a la vez tener espacio para adaptarse y flexibilidad para sus diferentes modalidades. El rediseño debe ser gradual, debe permitirse experimentar, evaluar y corregir, lo que es además un talento del siglo XXI, que hay que aplicar a la forma en que se hacen las políticas públicas. Es imprescindible aprovechar esta ocasión para legislar con calma para el futuro, no para arreglar con alambritos el pasado.

Fuente: http://www.latercera.com/voces/educacion-superior-pesado-barco-agua/

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Entrevista: Innovación tecnológica para integrar.

América del Sur/Argentina/08.11.2016/Autor: Mónica Beltrán/Fuente:http://nuevacatedra.com.ar/
La tecnología avanza día a día y cada vez son más los desafíos que se crean en el campo de la investigación e innovación tecnológica. En este sentido, el concepto de Internet de las cosas se va generalizando entre investigadores y aficionados a la tecnología. Por este motivo el XI Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática, organizado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) días atrás se propuso abordar integralmente el tema.

Nueva Cátedra entrevistó al presidente del Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática y decano de la Facultad de Tecnología Informática, Marcelo De Vicenzi, quien se refirió a la actividad, pero también de las políticas de estado en la materia. “No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad”, afirmó De Vicenzi.

El congreso ya tuvo varias ediciones anteriores, ¿por qué decidieron empezar a realizar y con qué objetivo?

– Quisimos hacer es lo que a nosotros nos hubiera gustado pasar. En el año 2003 empezamos con el sitio y pensamos que no nos podíamos quedar en el aula y que había que trascenderlo a lo sociedad. Armamos un congreso que es un observatorio de los avances de la tecnología y un momento de reflexión sobre la innovación. Este es un espacio donde todo es posible, donde la innovación es protagonista y donde no vivimos para la tecnología sino que la tecnología empieza a vivir con nosotros. Esto es la mezcla entre la realidad y lo virtual…

– Y por eso la creación del Centro de Altos Estudios en Tecnología Informática.

– La universidad tiene 5 centros de investigación y uno de ellos es el de Tecnología Informática. Dedicamos una importante parte del presupuesto a  investigación, publicación y articulación con universidades. Trabajamos con otras universidades en pro de mejorar la calidad tecnológica. Tenemos tres laboratorios muy grandes y definidos. Tenemos Robótica Física, desarrolló impresoras 3d, una vincha que interpreta las ondas cerebrales, un software que interpreta los gestos y te permite interactuar con robots. El segundo es de Robótica Educativa y tiene como proyecto la visión del espacio. El último es el de Aprendizaje y analiza los sentimientos.

– También producen videojuegos…

– Todo videojuego sirve para divertirse, pero también tiene un fin terapéutico. Trabajamos con chicos que sufren de autismo y desarrollamos varios productos que los ayudaron a integrarse socialmente. Si bien depende del grado de autismo, los chicos generalmente reconocen una sola figura: al padre por la patente, por ejemplo, o por algo que lo representa. Hemos desarrollado un juguete para poder integrarlos a la sociedad. No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad. Ahí es donde juega un papel importante el centro de investigación.

– ¿Todos estos contenidos de innovación se combinan con otros más tradicionales?

– Todos los estudiantes que salen de ingeniería salen con conocimientos de hardware, de desarrollo de software, de telecomunicaciones y de management. Lo más importante es la ingeniería del software, cómo construirlo. Además tienen materias optativas donde el alumno puede reforzar su formación a la parte de análisis, de programación, de robótica o de main Friends. Más allá de eso complementan la información con actividades de extensión, transferencia e investigación que nosotros generamos. Tenemos más de 80 personas trabajando en el CAETI que no investigan pero forman parte del equipo.

– La primera parte del congreso estuvo dirigido hacia lo política, ¿cómo está Argentina en cuanto a desarrollo de este tipo de actividades?

– En la región estamos muy bien. Exportamos  tecnología por el equivalente al 4 o 4,5% del PBI. Vendemos tecnología nuclear a Australia, a Nueva Zelanda. En lo que es informática exportamos robótica, softwares y videojuegos. Somos una sociedad muy creativa y las escuelas de ingeniería e informática de nuestro país son muy buenas. Tenemos una muy buena formación básica tanto en matemáticas, como en física y somos creativos por excelencia. El viceministro Ceccato abrió el bloque de política y habló cómo estamos en el mundo: en algunos puntos mejor que Brasil, en otros entre Brasil y Chile, pero siempre estamos en la pole position. 

En lo que va de estos doce años, tenemos un Ministerio de Ciencia y Técnica. Empezamos a tener investigadores que se quedan y se triplicaron o cuadruplicaron la cantidad de publicaciones. De tener dos incubadoras importantes en tecnología, pasamos a tener un montón. Hubo progresos pero necesitamos más.

-¿Los empresarios tienen un acceso fácil a los conocimientos que genera la universidad? ¿Cómo se da ese vínculo?

– En las empresas grandes, lo que tiene que suceder es que para que aparezca un nuevo producto se tiene que amortizar el anterior. Uno se pregunta por qué una empresa tan grande todavía está vendiendo tecnología arcaica. Muchas veces, la política de la empresa privilegia la parte comercial sobre la innovación que es lo que hoy realmente necesitamos. Cuidan más el bolsillo que la producción.

– Eso pasa en las grandes empresas

– Los empresarios, en general no están muy comprometidos con lo que es la investigación porque da resultados a mediano y largo plazo. No todos están acostumbrados a tener esa paciencia. Poco a poco hay un gran acercamiento a las universidades. Este año hemos sumado 50 o 60 convenios a los 300 que ya teníamos con empresas del mercado local. Se empezaron a definir más claro los roles: la empresa produce y desarrolla; la universidad es el laboratorio social, quien genera ese conocimiento. El triángulo virtuoso empresa-universidad-estado es el que tiene que funcionar. Que cada cual tenga sus roles. Hoy en el Siglo XXI, el éxito se da sobre la base de tener equipos que trabajen sobre inteligencia colectiva. No quiero decir que tengamos que pensar igual, sino que tenemos un objetivo común y que cada cual sepa su fortaleza para poder lograrlo. Las PyMEs hoy no tienen esa identidad, siguen siendo individualistas, porque si hace 20 que les va bien, por qué voy a romper el esquema. Esas son las empresas que lamentablemente hoy venden y mañana tienen que cerrar sus puertas porque no se adaptaron a las tecnologías.

 Fuente: http://nuevacatedra.com.ar/de-vicenzi-innovacion-tecnologica-para-integrar/
Imagen:http://nuevacatedra.com.ar/wp-content/uploads/2015/10/maxresdefault-659×386.jpg
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Reseña de Película: Siempre a tu lado.

Título original : Hachiko: A Dog’s Story.
Parker Wilson, un profesor universitario que da clases de música, recoge un día a un perro de origen japonés y raza Akita, al que encuentra abandonado en una estación. Como nadie lo reclama, se lo lleva a su casa. Parker va descubriendo entonces los entraсables lazos que pueden unir a una persona y a un animal. Remake de la película japonesa «Hachiko monogatari» (1987) dirigida por Seijirф Kфyama y basada en la historia real de un perro tan fiel a su dueсo que iba todos los días a esperarlo a la estación. Actualmente, en esa estación, existe una estatua de bronce erigida en su honor.
Genero: Drama
Año: 2009
Imagen: https://lamenteesmaravillosa.com/wp-content/uploads/2014/02/article_13934149143.jpg
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La revolución educativa ya llegó.

Por: Rodrigo Noriega.

En Sudáfrica, un grupo de estudiantes de la Universidad de Cornell de Estados Unidos desarrolló, conjuntamente con las autoridades educativas de ese país, un modelo de currículo educativo para el equivalente sudafricano de escuelas rancho. En esta especie de bohíos, sin electricidad ni tecnología avanzada, los estudiantes sudafricanos están aplicando un nuevo paradigma de aprendizaje basado en la experiencia. La revolución educativa llegó a Sudáfrica.

Periódicamente nos sorprenden los logros académicos de estudiantes panameños. La chica que estudia neurociencia en Harvard, el chico de escuela pública que regenta una fábrica de una transnacional en México, el muchacho del ghetto de San Joaquín quien obtiene una admisión para una de las mejores academias de formación de pilotos en Estados Unidos y solo le pide al IFARHU el apoyo para concretar sus sueños. El talento sobra en Panamá.

Hoy en día, al menos unas 100 escuelas tienen clubes de debate. Esta modalidad de formación interdisciplinaria, le enseña a los jóvenes a trabajar en grupo, a analizar un problema, a documentarse y estudiar estadísticas para construir un argumento. Esta actividad no solo los forma mejor sino que los prepara para la ciudadanía y la democracia. A diferencia del concurso de oratoria, los eventos de debates recompensan mucho más que saber hablar en público. Esto es solo el comienzo del proceso de transformación educativa. Poco a poco distintas iniciativas están construyendo la nueva educación, paralela y subyacente a la vieja educación formalista y autoritaria.

Hace unos meses conocí un niño de unos dos años de edad, proveniente de un hogar con limitaciones económicas importantes. Sin más, el niño tomó un celular y lo empezó a manipular. En cuestión de minutos estaba haciendo llamadas y dejando mensajes guiándose únicamente por las imágenes que tenía la pantalla del aparato. El niño quería leer las palabras que aparecían y le pedía a un adolescente que le explicara lo que allí decía. Esa posibilidad de aprendizaje era casi inexistente para la gran mayoría de los niños pobres de todo el mundo. Esa realidad puede cambiar si se ayudan a generar entornos más favorables para el aprendizaje y la exploración intelectual de la niñez del país. Por eso es que es más importe invertir significativamente en la educación preescolar, que ningún otro segmento académico.

Seguimos insistiendo en educar a la juventud de hoy, como nos educaron a nosotros, y no de la forma que ellos aprenden actualmente. Yo usé por primera vez una computadora en 1983 para hacer un trabajo de escuela. Antes de eso, solo conocía los videojuegos y las maquinitas de los distintos sistemas que ofrecía el mercado. En una revista se ofrecían computadoras portátiles tipo laptop que necesitaban ser ensambladas y cuya memoria dependía de una grabadora de casete. Para armar esa computadora portátil había que ir a la Electrónica Balboa. Después de unas cuantas semanas, el aparato necesitaba de largas sesiones de redactar códigos del tipo: “IF “X”=”0” THEN GOTO 210”.

Hoy en día casi ningún usuario escribe códigos de programación, y los equipos que usamos tales como celulares, tabletas y toda la demás gama de artículos electrónicos tienen más poder de computación que los que usó la NASA para enviar a la Misión Apolo a la Luna.

Los jóvenes de hoy ya están aprendiendo de la forma más avanzada que existe. Las mejores escuelas solo pueden aspirar a desarrollar en sus estudiantes las herramientas que le permitan sistematizar el uso de la información para transformarla en conocimiento. Sin embargo, la mayoría de las escuelas ni siquiera puede hacer eso. Hace más de 35 años la doctora Ligia Herrera, geógrafa humana, llamó la atención sobre el hecho de que Panamá tenía regiones desiguales de desarrollo, en las cuales hasta 30% de la población económicamente activa era analfabeta funcional. Es decir, que apenas podían leer o escribir su propio nombre, a la vez que su conocimiento matemático solo le permitía sumar y restar. Esta población únicamente podía ejecutar instrucciones muy simples y carecían de capacidad para manejar la complejidad de la vida moderna.

¿Qué proporción de nuestra población estará en esa situación actualmente? Posiblemente, tengamos un porcentaje similar lo que significaría que al menos un millón de personas en nuestro país caen en esa categoría. La esperanza y la realidad nos han demostrado que se puede superar este problema.

Hace una década, en Burunga (distrito de Arraiján, provincia de Panamá Oeste) se encontró que una familia estaba cazando animales de varias especies protegidas para venderlos a compradores inescrupulosos. La nieta de la doctora Ligia Herrera, la geógrafa Ligia Castro, quien dirigía la entonces Autoridad Nacional del Ambiente quiso averiguar porqué se dedicaban a esta actividad. El descubrimiento de que básicamente eran analfabetas funcionales fue una sorpresa. Tan próximos a centros urbanos y en pleno siglo XXI había panameños en esta situación. Por una vez los astros se alinearon y esta familia formó parte de un proyecto de alfabetización y de educación no formal. En aproximadamente nueve meses adquirieron los conocimientos y herramientas para aprender a usar una computadora y de esta forma se convirtieron en micro empresarios.

Ese es el tipo de medida que debió tomar el gobierno con todos los funcionarios que tenían salarios inferiores a los 600 dólares al mes. Usualmente ese nivel salarial representa un nivel educativo incompleto y, por consiguiente, una baja productividad. Imaginemos que esos 35 mil funcionarios completaran su educación al nivel más alto posible, y aprendieran a usar plenamente todas las herramientas informáticas. El consiguiente cambio social producto de una política así tendría muchos mayores beneficios que la opción utilizada.

Como sociedad tenemos muchos sesgos sobre la forma de educar que ya no corresponden con la realidad. Cualquier chico con un celular tiene acceso a las principales bibliotecas del mundo. Ese joven que pierde su tiempo en horas de obsesivo chateo y maniática interrelación con las redes sociales, podría estar usando ese tiempo en los tutoriales académicos totalmente gratis que abundan en internet, explorando los océanos virtuales que nos ofrece Google y desarrollando nuevas aplicaciones para el mundo que será de ellos.

La revolución educativa ya llegó a Panamá y no nos hemos dado cuenta. Probablemente, si no cambiamos el enfoque de nuestra educación permanezcamos atrapados por la visión rentista de los gremios docentes y perder la gran oportunidad de dar un salto cuántico como país. Todos vivimos en un universo digital, y así como la imprenta revolucionó el sistema escolar y al mundo hace más de 500 años, hoy las herramientas electrónicas han cambiado para siempre nuestra forma de aprender y de relacionarnos con el mundo. Que descanse en paz el viejo orden del conocimiento.

Fuente:

http://www.prensa.com/blogoterapia/panama-educacion-revolucion-disciplina_7_4581361819.html

Imagen: 

http://images.prensa.com/fotogalerias/electronicos-NASA-Mision-Apolo-Luna_LPRIMA20160922_0022_34.jpg

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En ceros, los recursos para atender “crisis” de pensiones en universidades

Las instituciones públicas tienen un déficit de 227 mil mdp por sus jubilados. Rectores de 10 universidades públicas del país se pronunciaron en contra del recorte de 37 mil millones de pesos para educación.

Los recursos para resolver la crisis de las pensiones en las Universidades Públicas Estatales (UPES) se perderán el próximo año.

De acuerdo con el presupuesto contemplado para la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 2017, no se tendrán apoyos para la atención de este déficit, a través del Fondo para la Atención de Problemas Estructurales de las UPES.

Según estimaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), las universidades públicas estatales tienen un déficit de 227 mil millones de pesos provocados por el pago a personal jubilado, sobre todo de exrectores y exdirectores.

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Los recursos otorgados por el gobierno federal, que ascendían a poco más de dos mil millones de pesos anualmente, servían para pagar la crisis de las pensiones que arrastran las institutos estatales.

Según se explica en los argumentos para la creación de este fondo, es por “el intenso proceso de envejecimiento del personal académico y administrativo y con la operación de los fondos de financiamiento de los sistemas de pensiones y jubilaciones. Así, la SEP asignará recursos para apoyar proyectos formulados por las Universidades Públicas Estatales dirigidos a incidir de manera definitiva en la solución de problemas estructurales, de manera específica y prioritaria en la adecuación apropiada de los sistemas de jubilaciones y pensiones. Los apoyos podrán ser canalizados para proyectos nuevos o para proyectos que den continuidad a los realizados en años anteriores”.

Pero según da cuenta el Proyecto de Presupuesto presentado por la Secretaría de Hacienda, se decidió cortar estos apoyos y no se tiene contemplado buscar más recursos.

Irma Gómez, oficial mayor de la SEP, informó que “el U081 se fue a cero este presupuesto. ¿Para qué se utiliza? Para el saneamiento financiero de las universidades, va destinado al programa de los retiros de los profesores”.

Explicó que “de 2012 a 2016 se han destinado 11 mil 350 millones de pesos, muchas universidades han buscado hacer renegociaciones y adecuaciones. Este sí es un programa que está en ceros y no estamos previendo buscar recursos de otras áreas”.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) advirtió en un foro el año pasado que estos recursos se tenían que aumentar o si no se podrían en riesgo la viabilidad financiera y la calificó como una “problemática insostenible”.

Autoridades de la ANUIES reconocieron que el presupuesto brindado por la Secretaría de Hacienda −de 2 mil 213 millones de pesos hasta el 2016− al Programa Apoyos para la Atención de Problemas Estructurales de las Universidades Públicas Estatales, correspondía solamente al 50 por ciento necesario para saneamiento financiero.

Fuente:

http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/en-ceros-los-recursos-para-atender-crisis-de-pensiones-en-universidades.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/jcr_tCzuEy9w6-v-3JcSIxjel4y4Oqefw5UrUPLTkdCEoaNJLIOH1Lvam7zd-m7-1KLIzw=s85

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La Significación de la Autonomía Universitaria

Por: Jorge Díaz Piña

La autonomía universitaria es parte de un imaginario social ( C. Castoriadis) adosado por el pensamiento liberal clásico (W. von Humbolt)  a la universidad en tanto institución,“el Estado debe permanecer siempre consciente del hecho de que precisamente estos centros llevan a cabo lo que él no es capaz de realizar y que, incluso, su intervención puede llegar a constituir un obstáculo” (Humbolt en La situación de la universidad.) Para entonces, era un alto funcionario del Estado alemán impulsor de la reforma educativa.

Argumentaba que los centros universitarios: “liberados de toda forma estatal, no son más que la vida espiritual de los hombres, a quienes las condiciones exteriores o un impulso exterior empujan hacia la ciencia y a la investigación” (Ob. cit.). Esto se conjugaba con el rechazo a la instrumentalidad: “El Estado no debe tratar a sus propias universidades ni como gimnasios ni como escuelas especializadas, y no debe utilizar a la propia academia como si fuese una comisión técnica y científica” (Ob. cit.), y sostuvo que  si  alguien producía algo obedeciendo el mandato de otro “podremos admirar lo que hizo, pero despreciaremos lo que es” (Humbolt citado en Chomsky en Sobre democracia y educación)

La autonomía universitaria  simbolizó una espacialidad  institucional ( no un mero espacio o  territorio) que semiotizó una relación “dentro-fuera” con el Estado y la Sociedad Civil (ámbito de los intereses económicos para entonces) que  ha operado como identificación institucional de manera  imaginaria y mítica : ”espacio que vence las sombras”,  “templo del saber y la ciencia”, “territorio libre del pensamiento crítico”,  etcétera.

No obstante, esa autonomía inicial la perdió cuando cedió instrumentalmente ante el cerco del Estado burgués que dejó de ser retóricamente liberal, y del mercado laboral que  se desarrolló y fortaleció reduciéndola a ser primordialmente formadora de los profesionales o fuerza de trabajo requerida para atender las necesidades reproductivas del capital presentadas como de la sociedad en general.

Necesidades re-productivas del capital que se tradujeron también como pautas de una lógica o racionalidad (la Razón Instrumental) “neutra y aideológica”   para pensar y actuar científica y tecnológicamente en las universidades que las aceptaron acríticamente pese a su protección autonómica.

El gesto más simbólico que reivindicó socioculturalmente la autonomía de la universidad para “Latinoamérica” ( mejor Indoafrolatinoamérica) fue la Reforma de Córdoba (1918) en su lucha contra el orden oligárquico-clerical que la sujetaba.

En Venezuela, luego del simbólico decreto del Libertador sobre la autonomía de la universidad para liberarla de su sujeción clerical-colonial,  la autonomía es efectivamente reivindicada y legalmente reconocida luego del derrocamiento del dictador Pérez Jiménez en 1958 por su participación decisiva en esa gesta. Autonomía que es menguada por su posición opositora a los gobiernos de entonces (la oposición de hoy), con la aprobación de la Ley de Universidades en 1970  vigente y, luego reivindicada con rango constitucional en 1999 por el gobierno del presidente Hugo Chávez, para propiciar su reinstitucionalización.

Se pudiera concluir que la vigencia institucional de la autonomía universitaria,  en tanto condición imaginaria instituida o reinstituyente de la  universidad frente a sus relaciones con el  Estado, con los intereses y lógica capitalistas o con  los del pueblo, y con la democracia universitaria misma, dependerá de la correlación de fuerzas a favor o en contra de la significación hegemónica contextualizada sociohistóricamente  que se le asigne. De aquí la importancia de la  lucha por su significación.

 

Correo: diazjorge47@gmail.com

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Instituto Colombo Alemán de Paz

Por: Ignacio Mantilla

Como fruto de esta alianza se han llevado a cabo, entre otras actividades, cinco foros académicos en donde se abordaron los temas de mayor complejidad y controversia de los acuerdos de negociación entre el Gobierno y las FARC.

Una reciente convocatoria, iniciativa del gobierno alemán, en cabeza de Tom Königs, delegado de Alemania para el proceso de paz colombiano, ha permitido reunir al grupo de universidades colombianas que conforman la Alianza y a un grupo de universidades alemanas en torno a un proyecto conjunto de cooperación académica internacional. En esta ocasión se busca crear el Instituto Colombo Alemán de Paz – ICAP, como una organización y “consorcio de universidades” con estructura académica definida para adelantar estudios de maestría y doctorado en temas relativos a la paz y con participación de académicos alemanes y colombianos.

Los investigadores que se formarán en estos programas recibirán la financiación requerida como estudiantes de maestría o de doctorado y podrán acceder a movilidad internacional, recursos para la consolidación de sus investigaciones, laboratorios, bases de datos y soporte económico permanente.

En Colombia la Universidad Nacional será la encargada de coordinar el trabajo de las universidades de la Alianza. Sin embargo, es importante mencionar que se invitará a más universidades, especialmente algunas con campus situados en regiones y zonas de conflicto, para que se vinculen en el trabajo académico y de investigación que desarrolle el ICAP.

Para el caso de las instituciones alemanas, la coordinación estará a cargo de la Justus-Liebig-Universität Giessen (desde el área de Derecho y Ciencias Políticas) y participarán además, la Freie-Universität Berlin (con su Instituto de Investigación en America Latina), la Georg August Universität Göttingen (también en el área de Derecho), el Instituto de Investigación por la Paz de Frankfurt (como parte de la asociación Leibniz), y la Albert-Ludwigs-Universität Freiburg que también se ha asociado a este importante proyecto para nuestro país.

La iniciativa colombo-alemana tuvo un importante impulso del anterior embajador en Alemania, Juan Mayr, y con satisfacción comprobamos que la nueva embajadora, María Lorena Gutiérrez, ha continuado el interés en el proyecto. El ICAP será financiado inicialmente por el Ministerio Alemán de Relaciones Exteriores a través del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). El ICAP se proyecta para los próximos 10 años, con una fase de desarrollo (2016-2019), seguida de una fase de institucionalización (2019-2023) y una fase de consolidación (2023-2026).

El ICAP tiene como objetivo construir una amplia red de cooperación entre instituciones y académicos para llevar a cabo investigaciones de alto nivel que aporten al país en su etapa de posconflicto. En este sentido, el ICAP se constituirá en el mayor centro de investigación internacional para el posconflicto colombiano, que mediante el intercambio de estudiantes y científicos, y el desarrollo de proyectos de investigación conjuntos promueva activamente el diseño exitoso de una sociedad en paz para Colombia. En otras palabras, el ICAP es una institución que pretende apoyar la implementación de una paz sostenible en Colombia mediante actividades de investigación, enseñanza y consultoría.

En nuestros primeros encuentros para la creación del Instituto Colombo Alemán de Paz, hemos empezado a discutir en detalle las categorías, titulaciones y demás elementos formales, de tal manera que podamos responder a la amplia gama de iniciativas que se han propuesto desde las distintas instituciones de educación superior vinculadas. Sólo a manera de ejemplo, podemos mencionar que ya desde el comienzo de la Alianza de Universidades por la Paz, hemos visualizado que el Instituto debe fomentar diversas actividades de extensión e investigación, así como observatorios de seguimiento, que deben asumirse bajo las categorías propuestas de enseñanza, estudios y consultoría. En cualquier caso, el ICAP aspira a tener incidencia y aplicación de sus investigaciones y proyectos en las regiones más afectadas por el conflicto armado colombiano.

La responsabilidad de las universidades es la de formar personas integrales y con capacidad para aportar a una sociedad próspera y en paz. En este sentido, esfuerzos como la Alianza de Universidades por la Paz y el Instituto Colombo Alemán de Paz deben recibir todo el apoyo, no solamente de nuestras instituciones, sino también de nuestros gobiernos.

Como Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, nuestro compromiso con la paz del país es claro y decidido. Por esta razón, lideraremos los esfuerzos de cooperación académica necesarios, que generen condiciones adecuadas para el logro de la paz duradera en Colombia.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/instituto-colombo-aleman-de-paz

Foto de archivo

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