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Entrevista a Carlos García Gual: «Pararse a pensar se ha convertido en un deporte raro»

Redacción: Letras Libres

La editorial Turner ha reeditado ‘Audacias femeninas’, donde el experto en la Antigüedad clásica narra la historia de mujeres rebeldes de hace veinte siglos.

Carlos García Gual (Palma de Mallorca, 1943) es uno de los grandes conocedores del mundo helénico. Catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense y especialista en el mundo antiguo, es desde el pasado mes de febrero miembro de la Real Academia Española (RAE). Ahora se acaba de reeditar su libro Audacias femeninas (Turner), publicado originalmente en 1991 y al que le ha añadido tres nuevas historias de mujeres que manifestaron su rebeldía hace más de veinte siglos.

Publicó este libro en 1991, pero ahora lo ha actualizado con tres nuevas historias. Son dos tiempos muy diferentes.

Sí, en aquel momento fue un libro novedoso. Tuvo varias ediciones. Es un libro que me gustó escribir y tiene una fórmula que he aplicado en otros libros: pequeñas historias con personajes sueltos. Aquí las cinco figuras femeninas no son grandes personajes conocidos sino que están sacados de pequeñas historias, y ahora he añadido tres más.

Es un libro que me habían pedido que reeditara, pero no quise hacerlo hasta tener ya una parte nueva. El libro presenta a unas figuras que no son revolucionarias pero sí rebeldes y quería subrayar cómo en la situación tradicional de la mujer, sometida al silencio y servicio doméstico, los griegos protestaron contra eso. Y las mujeres, aunque fuera en plan de farsa, en algunas obras de Aristófanes, alcanzan el poder. Eso demuestra que sí había una cierta inquietud. Y los griegos siempre creyeron que las mujeres tenían la misma inteligencia que los hombres.

¿En eso son distintos griegos y romanos?

Desde la época helenística, las mujeres van cobrando cada vez más importancia. Muchas aprenden a leer y escribir, lo que antiguamente era un privilegio masculino. También hay diferencias entre las clases sociales. Las mujeres ricas que heredaban tenían a veces un gran poder en la sociedad, y eso pasa en Roma. Las que tenían más poder eran las viudas ricas… Y por ejemplo en Roma aparecen poetas como Ovidio, que ya escribe pensando en un público femenino. Y hay un género nuevo, como es la novela, en la que las heroínas tienen tanta importancia como el héroe.

De hecho, las mujeres que usted retrata no son las míticas Lisístrata, Medea o Clitemnestra, sino mujeres mucho más “normales”, que sí pudieron existir en aquellos años.

Son mujeres apresadas dentro de esa red social que las tiene sometidas, pero hacen agujeros. No eran revolucionarias como Lisístrata, pero buscan caminos de libertad. Y con una inteligencia y sensibilidad especial. Es muy interesante cómo alguna como Calírroe, que es raptada, vendida como esclava y va a parar a manos de un rico de Mileto, y después de la corte persa, se defiende continuamente de los ataques masculinos. Aunque hay que decir que los ataques masculinos de la época son muy cuidadosos. Es decir, el señor que la compra podría violarla, pero no lo hace, sino que se enamora de ella y está dispuesto a morir de amor si ella no le concede la mano. Y después el rey persa también se enamora de ella… Es curiosa esta sensibilidad porque estamos acostumbrados a un mundo más brutal.

Antes comentaba que en 1991 era un libro novedoso, pero ahora hay numerosos libros que hablan sobre las mujeres en la época romana o griega.

Es debido al espíritu de la época de sacar a las mujeres de las sombras y ponerlas en primer plano. Yo lo que hago es sacar a estas mujeres de unos textos antiguos como El libro de Apolonio, que es uno de los grandes libros del Medievo, aunque hoy ya nadie lo lee. Sin embargo, en la Edad Media fue muy leído. Lo curioso es que en los estudios que se han hecho posteriormente casi nunca se nombra a las dos mujeres importantes que salen en él y yo precisamente destaco esas dos figuras femeninas.

En la primera historia habla de una relación heterosexual en la que una mujer rapta a un hombre más joven que ella y esto es criticado por el círculo de hombres homosexuales.

Sí, es un caso muy curioso que cuenta Plutarco, que es ya de la época helenística. Plutarco es un poeta que habla muy bien de las mujeres, y ese es un rasgo de la época helenística, porque antes en el mundo clásico ser homosexual –entre hombres– era una cosa refinada y se veía muy bien –no se concebía que las mujeres tuvieran capacidad para tener relaciones amatorias–, pero en la época helenística esto ya no es así. Y en eso coincide con el cristianismo, donde también son muy importantes las mujeres, aunque estuvieran en segunda fila y los que mandaran fueran los hombres, los curas. Pero está ese tipo de mujeres ricas, viudas, que se dan cuenta de que tienen poder, dinero y ya no tienen a nadie que les mande.

En definitiva: lo que convenía era que se muriera el marido para poder hacer lo que a una le diera la gana.

Claro. Y que el marido fuera rico. Porque las que estaban peor de todas eran las viudas pobres y mayores.

En este libro se centra más en el periodo helenístico y en los griegos, pero habitualmente se publican más libros sobre la época romana de la República y el Imperio.

Conocemos más Roma en lo que toca a la vida cotidiana. Sabemos mucho más de los banquetes romanos que de los griegos, pero porque en los banquetes griegos lo único que hay es que hablan mucho, pero no se sabe qué comen. En cambio, un banquete como el que sale en el Satiricón es ya de multimillonarios y gran juerga. Luego también los romanos eran más espectaculares que los griegos. Los griegos tenían el teatro, pero es que los romanos tenían el circo. Ahora bien, los griegos eran más amigos de la discusión, el diálogo, el pensamiento… Los poetas romanos tienen más versos amorosos que los griegos, pero los griegos eran más refinados.

Y nosotros somos más romanos que griegos.

Sí, sí. Estamos mucho más cerca. El primer imperio universal es el romano. Los griegos fueron gente de pequeñas ciudades. Pero nosotros somos un mundo de poderes como los romanos.

Un libro como el suyo nos acerca a aspectos marginales de estas culturas, pero también nos ayuda a conocerlas. Y en una época en la que, como usted ha dicho en ocasiones, las Humanidades no viven su mejor momento.

Este acercamiento a los clásicos lo que trata es de abrir horizontes para que nos demos cuenta de que muchas cosas ya las dijeron ellos. Y que hay muchos aspectos que siguen vivos. Estos personajes tienen algo de original, pero la gente no los conoce porque están en textos secundarios. La gente lee siempre lo mismo, la Odisea, etc., pero al margen de eso están los epicúreos, los cínicos, que son muy interesantes.

¿Qué aprendemos todavía hoy de los griegos?

De los griegos podemos aprender cómo amaban la libertad de pensamiento y de palabra, que eran muy curiosos. Buscaban la causa de las cosas, la raíz de la filosofía. Los egipcios estaban en el Mediterráneo antes que los griegos, pero no se interesaron por nadie. Y los griegos sí. La mayoría de culturas no han salido de su sitio; en cambio los griegos, que eran un pueblo de unas cuantas ciudades, con sus barcos se fueron a investigar el mundo. Los grandes geógrafos del mundo latino son griegos, la gente de ciencias también eran griegos. Esa cosa que hay en el griego que se pregunta, no por el ser que decía Heidegger, pero sí por qué hay detrás de las cosas. Y eso se está perdiendo en el mundo actual. Tenemos avances científicos, la tecnología…, pero la mayoría de la gente no siente esa inquietud de preguntarse uno mismo por las cosas. Y yo creo que esa inquietud es griega y está unida al afán de libertad y de conocer.

¿Cuál es la causa?

En la sociedad de masas la gente anda muy distraída con la cultura audiovisual, con las pantallas. Un chico que dedica seis horas a darle al móvil no tiene mucho tiempo para leer. Que la gente esté cuatro o cinco horas dándole a la maquinita… Intercambiando informaciones triviales…

Esta crítica ya se hizo en su día a la televisión, que era “la caja tonta’”.

Sí, pero la televisión no ocupaba todo el tiempo. Cuando voy en el metro miro a la gente y están todos dándole al móvil. Y no se miran los unos a los otros. La televisión estaba en casa. Tampoco es que sea un gran instrumento de cultura, y además, sí me parece reseñable el bajón cultural de las televisiones. Que el teatro haya sido sustituido por los programas de cocina es asombroso. Los horarios principales de la televisión están dedicados al chismorreo y a concursos de cocina donde salen desde artistas hasta pobres niños pequeños que parece que se tienen que matar por hacer un plato original. Es un mundo absurdo, pero estaba previsto que fuera así. Los pensadores de la Escuela de Fráncfort se dieron cuenta de que el marxismo no triunfaría porque la gente no iba a hacer la revolución si se contentaban con pequeñas cosas.

Y nos dieron un móvil.

Sí. Y mucha diversión. Vivimos en una sociedad en la que hay mucha diversión, por lo que pararse a pensar se ha convertido en un deporte raro.

A los griegos el ocio también les gustaba…

Sí, pero para discutir y hablar.

Lleva unos meses en la Real Academia Española. ¿Cómo se ha encontrado esta institución? Allí discuten, hablan…

La verdad es que últimamente las sesiones plenarias han estado centradas en fondos de economía y financiación, porque la Academia estaba muy mal. Pero ahora ha habido un cambio y el actual Gobierno se ha portado muy bien con la Academia. Y hay una idea de impulsar culturalmente la Academia, que no sea solo de diccionarios, sino algo más.

Para mucha gente, la Academia está distanciada de la sociedad. Se la ve como algo arcaico.

Bueno, una cosa curiosa es la cantidad de consultas que tiene la Academia. A lo mejor tienen 50.000 consultas cada semana. Creo que en los últimos tiempos, no es que se haya abierto, pero ha conseguido una cierta popularidad y la gente parece tener una cierta inquietud por las palabras.

Y también las redes sociales. Yo, que soy laísta, he preguntado varias veces por alguna duda al respecto. Esta es la parte buena de la cultura audiovisual que hablábamos antes.

Sí, sí. También hay que decir que eso ha hecho que el diccionario en papel haya sido un fracaso económico. Una de las cosas de las que vivía la Academia era el diccionario, pero ahora no se vende, lo cual es normal también. Ahora todas las consultas son por Internet. Este es un sitio en el que los que más pintan son los lingüistas. Yo estoy en un grupo donde hay tres o cuatro que son autores del diccionario… Pero bueno, tiene también sus creadores, novelistas, poetas…

Quería preguntarle por la universidad porque usted es catedrático en la Universidad Complutense de Madrid. Hemos visto ahora la polémica con las universidades catalanas y esta posibilidad de que los centros no apliquen la evaluación continua para que los alumnos que lo deseen puedan manifestarse sin perder exámenes. ¿Cómo le parece que están actuando algunas universidades catalanas?

Es un tema que me apena mucho. Esta situación de las universidades catalanas de unirse a la revuelta y facilitar aprobados o lo que sea a cambio de que los chicos vayan a manifestaciones es una aberración. Las universidades están al servicio de una cultura y de una investigación científica, que debe estar muy al día, y eso no tiene nada que ver con la política. Creo que todas esas relaciones con la política son perversas. Y generalmente las universidades han mantenido esa independencia. La universidad europea, y la norteamericana, ha mantenido una libertad. Y eso ya comenzó con las primeras universidades en la Edad Media cuando entonces lo que había era mucho clérigo, pero había una cierta independencia con respecto al poder político.

Y eso que en aquella época la separación Iglesia-Estado no era tan fácil.

Sí, pero la universidad se fue haciendo crítica en todas partes. Y ahora debería ser crítica en el plano cultural, pero no en el político. A mí no me ha sorprendido ver cómo están las cosas en Cataluña, me parece aberrante porque es una falta de libertad. La universidad se debería caracterizar por la libertad. Ya estuvo muy feo que hace años se impidiera hablar a determinadas personas por sus ideas políticas. La universidad es un sitio en el que debería poder hablar todo el mundo y uno puede ir o no ir si quiere. Pero ahora están jugando a darle un papel que no le corresponde.

La universidad española tiene otros problemas más acuciantes…

El problema de las universidades españolas, que es algo que no se dice, es que hay demasiadas y ahí intervino también la política creando más universidades en vez de favorecer la política de becas que hubiera sido mucho mejor. Así que están resultando bastante caras al Estado y tienen problemas económicos. Hoy en día la investigación científica es cara y es evidente que las universidades españolas no pueden competir con las norteamericanas. ¡Pero si el presupuesto de Harvard es igual que el de todas las universidades españolas!

Fuente: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/cultura/entrevista-carlos-garcia-gual-pararse-pensar-se-ha-convertido-en-un-deporte-raro

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Venezuela: Desafíos de la mujer venezolana ante el cerco económico

América del Sur/Venezuela/10-11-2019/Autor(a): Dailyn Ruano Martínez/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Dailyn Ruano Martínez*

La guerra económica y política de Estados Unidos contra Venezuela causa hoy un impacto directo e intencional, dirigido a crear una situación de inestabilidad y despolitización en los sectores más sensibles de la sociedad.

Tras el proceso de ganancias políticas y culturales dirigido al empoderamiento de las mujeres venezolanas durante 20 años, el movimiento que las respalda se vio obligado a ‘ajustar su agenda basada en el objetivo estratégico por la igualdad de género, y priorizar la lucha básica por la sobrevivencia’, destacó la militante feminista Rebeca Madriz.

Entrevistada por Prensa Latina, la abogada e investigadora explicó que el activismo feminista en Venezuela pasó de un proceso de ascenso, conquistas y fortalecimiento a un estadio de lucha por las necesidades más urgentes de la población.

‘Ninguna guerra es neutra, siempre expresa una carga y un efecto diferencial sobre las mujeres, y en el caso venezolano se manifiesta de forma muy clara debido a las medidas coercitivas y unilaterales impuestas por Estados Unidos’, aseveró la exviceministra de la Mujer y la Igualdad de Género.

En un escenario de guerra no convencional como el impuesto a la nación suramericana, se sacrifican las banderas y reclamos específicos de los diversos sectores sociales por aspectos fundamentales como la defensa de la soberanía de la patria, del proyecto histórico del socialismo bolivariano -proceso de un marcado carácter feminista-, acotó Madriz.

Subrayó que existe un objetivo visible dirigido a desmovilizar y despolitizar las fuerzas sociales afines al gobierno para mellar la unidad de los distintos frentes, crear una crisis social y justificar un cambio de régimen por vías antidemocráticas.

‘Cuando la urgencia por satisfacer las necesidades básicas obstaculiza el activismo, cuando las mujeres deben poner en un segundo plano su militancia para correr a una cola en el mercado, evidentemente existe la intención de golpear a la principal fuerza política de la Revolución; no lo han logrado, pero sí impacta en la cotidianidad’, precisó.

Como consecuencia del cerco impuesto a Venezuela para asfixiar la economía nacional, el acceso a necesidades básicas como agua, luz, comida y medicamentos -derechos humanos fundamentales- se erigen prioridades para las mujeres, en gran mayoría jefas de hogar, amas de casa y trabajadoras. La militante feminista indicó que las voces del movimiento feminista condenan en la actualidad las medidas coercitivas y unilaterales que persiguen las finanzas y restringen el acceso del país a los mercados internacionales, para impedir la compra de medicinas y alimentos.

RETOS IMPOSTERGABLES

La ofensiva económica dirigida a crear una situación de inestabilidad, frustración y confusión en la cotidianidad del pueblo venezolano genera la aparición y agravamiento de fenómenos sociales, retos impostergables para el movimiento feminista venezolano.

Aspectos neurálgicos como la violencia de género, la migración, la mortalidad materna, el embarazo en la adolescencia y la trata de personas sobresalen en una agenda de luchas de demandas históricas y actuales como consecuencia del sabotaje económico y asedio político.

Algunos elementos como el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos -situados en la agenda feminista en el camino hacia la igualdad de género- son vulnerados actualmente, lo cual constituye ‘una de las más grandes preocupaciones para la sociedad y mujeres en particular’, aseveró Madriz.

La significativa democratización en el nivel de acceso a métodos anticonceptivos, alcanzada hace algunos años, deviene en la actualidad otra de las causales del contexto dados sus elevados costos, detonante para el incremento de embarazos no deseados, sobre todo en edades tempranas.

De los partos que se producen anualmente en el país, precisó Madriz, el 22 por ciento son de menores de 19 años y de ellas el 15 por ciento menores de 13 años; cifras alarmantes que sitúan a Venezuela como uno de los países con altos índices de embarazo en la adolescencia.

‘Debemos incorporar a todos los actores sociales en el debate por la vía de las causales y el análisis de casos reales para convidar a la reflexión, porque tenemos la responsabilidad como nación de respaldar derechos y proteger a las mujeres afectadas con estas realidades’, insistió.

Como parte también del impacto del bloqueo económico y financiero y su incidencia en el sistema de salud pública se agrava el tema de la mortalidad materna cuyas cifras se acrecientan anualmente, una de las deudas históricas del movimiento feminista por erradicar ese flagelo. FORTALEZAS PARA EL AVANCE

A las mujeres venezolanas les ha tocado constatar cómo las demandas del movimiento feminista en las últimas dos décadas se tradujeron en políticas públicas para el bienestar del pueblo.

Desde el ascenso al poder político en 1999 del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez (1954-2013), se configuraron elementos de carácter legislativo y jurídico favorables para el proceso de empoderamiento de la mujer.

El dirigente socialista abrazó el feminismo y las distintas banderas de los sectores oprimidos y explotados en un loable esfuerzo para acompañar a las mujeres en sus luchas por la igualdad de género, contra la violencia y cualquier forma de discriminación.

Sin embargo, el principal desafío parte de lo cultural, de la erradicación de principios conservadores, estereotipos tradicionalistas, machistas y patriarcales que refuerzan sus bases en los tiempos difíciles de crisis económica, exacerbada por los efectos de las medidas coercitivas aplicadas por Washington.

El activismo feminista en Venezuela cuenta con fortalezas para superar las circunstancias, aseveró Rebeca Madriz al valorar el momento histórico actual como propicio para la sistematización de los avances alcanzados en materia de derechos en las últimas dos décadas y para la proyección de los retos más urgentes.

*Periodista y Msc. en Género y Comunicación

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=319624&SEO=desafios-de-la-mujer-venezolana-ante-el-cerco-economico
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Libro(PDF): «En tiempos de muerte: Cuerpos, rebeldías, resistencias. Tomo IV»

Reseña: CLACSO

Este libro presenta comprensiones plurales sobre nuestros cuerpos, rebeldías y resistencias. Precisamente son las mujeres y los pueblos zapatistas quienes nos han enseñado que resistir no es sólo aguantar sino crear, desde nosotras mismas, las alternativas a los actuales sistemas de muerte. De ello también trata este libro.

La mayoría de los textos se localizan desde la diferencia colonial, pero algunos también lo hacen desde los privilegios epistémico-políticos-sexuales y la intersección de clase-raza-etnia-género y lo generacional.

Nuestras miradas comparten un horizonte, pero a la vez son diversas: cada una abona, en su tiempo y en su modo, a las luchas alter y anti que damos en el contexto de las múltiples violencias y guerras que tenemos que librar en el quehacer cotidiano, familiar, comunal, organizacional, institucional, regional, mundial, planetario.

Con esta obra no se busca desmontar y destruir, que es lo que hace la academia moderno/colonial, sino partir de lo que nos aportan los distintos sentido(s) del mundo (Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí) a nuestro diario vivir en resistencia y rebeldía y, desde ahí, continuar tejiendo nuestro caminar autonómico para florecer colectivamente vida o, como dice Lorena Cabnal y las compañeras de la Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario Territorial, para (re)tejer la red de la vida.

Autores (as):  Xochitl Leyva Solano. Rosalba Icaza. [Coordinadoras]
Xochitl Leyva Solano. Rosalba Icaza. Betty Ruth Lozano Lerma. Rita Laura Segato. Irma Alicia Velásquez Nimatuj. Lorena Cabnal. Moira Millán. Emma Delfina Chirix García. Gloria Wekker. Andil Gosine. Virginia Vargas. Wendy Harcourt. Daniel B. Coleman. Batallones Femeninos. Loba Franca. Gisela Arandia. Valentín Val. Yuderkys Espinosa Miñoso. Aura Cumes. Paulina Trejo Méndez. Olivera, Itandehui Olivera, Itandehui. Patricia Botero. Teresa María Díaz Nerio. Ijeoma Umebinyuo. Camila Pascal. Isabel Tello. Sofía Carballo. [Autores y Autoras de Capítulo].

Editorial/Editor: Cooperativa Editorial Retos. CLACSO. Institute of Social Studies. Erasmus University Rotterdam.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina, México, Países Bajos

Idioma: Español

ISBN: 978-607-8533-58-9

Descarga: En tiempos de muerte: Cuerpos, rebeldías, resistencias. Tomo IV

Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1759&pageNum_rs_libros=1&totalRows_rs_libros=1338

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Curso en España: La mirada feminista. Perspectivas feministas en las producciones artísticas y las teorías del arte

Redacción: Masdearte

ARTIUM organiza la duodécima edición del curso La mirada feminista: Perspectivas feministas en las producciones artísticas y las teorías del arte. Dirigido por Xabier Arakistain, comisario de arte, y Lourdes Méndez, catedrática de antropología del arte de la UPV/EHU, el curso reúne anualmente a conferenciantes de diferentes países, disciplinas y generaciones que, desde perspectivas feministas, analizan o intervienen en el campo del arte.

Esas perspectivas para denunciar y combatir la discriminación, opresión y explotación de las mujeres mantienen que la categoría sexo estructura lo social, la mirada, el lenguaje, el arte, su campo y sus instituciones conjugando dimensiones estéticas y políticas. Asimismo, las perspectivas feministas analizan a los artistas en el entramado de relaciones sociales de sexo, etnia y clase vigentes en las sociedades en las que viven y, al hacerlo, desvelan los motivos del desigual reconocimiento alcanzado por las artistas y sus obras en el arte.

Este curso propone a un público amplio una panorámica de las principales aportaciones de artistas y teóricas feministas del arte, incidiendo en las problemáticas teóricas y políticas a las que hoy se debe hacer frente para seguir elaborando y difundiendo un arte y un conocimiento libre de sesgos androcéntricos y etnocéntricos.

PROGRAMA

Sábado, 16 de noviembre de 2019

10:30 horas
Presentación.
Xabier Arakistain y Lourdes Méndez.

11:00 horas
María Zambrano. Escribir el arte, pensarlo.
Rosa Rius, Profesora Honorífica de la Universidad de Barcelona.

12:30 horas.
Descanso.

13:00 horas.
Conversación entre la artista Elena Mendizábal y la comisaria y directora de ARTIUM, Beatriz Herráez.

14:30 horas.
Descanso.

16:30 horas.
Sororidad y arte feminista.
Amy Tobin, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cambridge y comisaria en Kettle’s Yard.

18:00 horas.
Descanso.

18:30 horas.
Alzar un muro: Éxtasis.
Monica Bonvicini, artista y profesora de Escultura en la Universidad de Bellas Artes de Berlín.

20:00 horas.
Fin de jornada.

Domingo, 17 de noviembre

11:00 horas
Segunda ola del feminismo y rechazo del arte: el estilo italiano.
Giovanna Zapperi, historiadora del arte y profesora de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad de Tours.

12:30 horas
Descanso.

13:00 horas
Comisariado del duelo. Memoria, dolor y resistencia feminista reparadora.
Elke Krasny, profesora de Arte y Educación en la Academia de Bellas Artes de Viena.

14:30 horas
Descanso.

16:00 horas
Proyección de vídeos de Sanja Iveković.

16:30 horas
Mi DOBLE VIDA como artista feminista.
Sanja Iveković, artista.

18:00 horas
Fin de curso.

INSCRIPCIÓN:
Gratuita, online o en el teléfono 945 20 90 20.

PARA MÁS INFORMACIÓN:
www.artium.eus

Fuente: http://masdearte.com/convocatorias/la-mirada-feminista-perspectivas-feministas-en-las-producciones-artisticas-y-las-teorias-del-arte/

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Entrevista a Nuria Varela: “Ya no hay ningún rincón en el mundo sin feminismo”

Entrevista/31 Octubre 2019/Autora: Pilar Álvarez/El país

Varela escribió ‘Feminismo para principiantes’ cuando casi nadie hablaba del asunto. 15 años y 50.000 ejemplares después saca la segunda parte, contada casi en tiempo real

Nuria Varela (Mieres, Asturias, 1967) escribió un libro cuando casi nadie hablaba del asunto. Feminismo para principiantes ha vendido más de 50.000 ejemplares. Tras 15 años y un despertar feminista sin precedentes, publica Feminismo 4.0. La cuarta ola (Ediciones B). “Si no contamos nosotras nuestra historia, la perdemos y tenemos que fijarla, reflexionar y avanzar”, reclama en una entrevista con EL PAÍS este miércoles en la sala Matadero de Madrid. La periodista y escritora fue la primera directora de gabinete del primer Ministerio de Igualdad, que encabezó Bibiana Aído en 2008. Desde hace un mes y medio, es directora General de Igualdad del Principado Asturias. Y sigue escribiendo, una tarea a la que anima a todas sus amigas: “Tenemos mucha historia que no está contada. Sigue muy oculto lo que hacemos las mujeres en general y el feminismo en particular”.

Pregunta. Lo dice al inicio y al final del libro: “El silencio se ha roto”. ¿Sería la característica principal de esta cuarta ola?

Respuesta. Siempre hemos puesto el foco donde nadie lo había puesto , pero nunca se había roto en las voces de millones de mujeres del mundo. En el MeToo y en iniciativas como Cuéntalo. Estamos denunciando temas como la violencia sexual, de la que no hablábamos ni entre nosotras.

P. Pero romper ese silencio tiene costes muy altos para las mujeres.

R. Para las mujeres sigue siendo muy caro ser feminista y denunciar. A pesar de eso, están denunciando por millones en los tribunales, medios y redes. La sumisión nunca nos ha salvado. Lo que debería ser a estas alturas, y más en países democráticos, es que a las mujeres se les creyera. Todavía no las creen. Se cuestiona hasta el propio concepto de violencia de género, hay negacionistas. La impunidad sigue.

P. ¿Hasta qué punto son relevantes las jóvenes en esta cuarta ola?

R.Otra característica de la cuarta ola es la toma de conciencia tan temprana. En España tenemos grupos feministas en los institutos. Es muy bueno que tengan esa herramienta pronto. Pero me preocupa mucho un aspecto para el que nos faltan más datos. Esa toma de conciencia viene provocada porque están sufriendo mucha violencia sexual y en las primeras relaciones de pareja. Están dando la voz de alarma.

P. ¿Por qué ocurre?

R. La violencia contra las mujeres sigue ocurriendo porque no hemos conseguido entrar en el aula. Desde la educación infantil a la Universidad, estamos en los márgenes, con proyectos de coeducación pero no dentro. Todo el primer capítulo de la ley integral contra la violencia de género está dedicado a la educación. Lo que tiene que ver con la igualdad parece cosa de segunda. Todo el mundo está contra la violencia , pero no lo relaciona con la igualdad. No podemos acabar con la violencia de género si no trabajamos, educamos y vivimos en igualdad.

P. No hay relevo generacional en las manifestaciones, dice usted, porque nadie se ha ido. Abuelas y nietas con la pancarta.

R. Es lo más rico que tenemos, lo que más nos está aportando. Del feminismo es difícil irse. Una vez que tomas conciencia de género y te pones las gafas moradas es bastante complicado quitártelas.

P. Considera el 8 de marzo de 2018 un punto de inflexión. ¿Fue relevante el papel de la movilización española?

R. El feminismo español no fue relevante en la época sufragista , pero en siglo XXI es muy especial. Es mucho más político que el resto. Tardamos 17 días en hacer el primer congreso feminista desde que murió Franco. El feminismo ya estaba organizado, en los partidos, en la oposición. Nos enfrentamos a un régimen que negaba los derechos a todas las mujeres. Tuvimos que hacer el discurso y la investigación pero también cambiar las costumbres y la sociedad. El feminismo español tiene una historia propia que lo hace ser vanguardia. Pero otra característica de la cuarta ola es que es global: por primera vez no hay ningún rincón en el mundo donde no haya feminismo de una u otra manera.

La escritora y periodista feminista, en un momento de la entrevista.
La escritora y periodista feminista, en un momento de la entrevista. LAURA P. MERINO

P. El 8-M puso el foco en los cuidados, de los que aún se hacen cargo sobre todo las mujeres.

R. En las políticas de igualdad nada es rápido, eso lo sabemos. Los cambios son muy profundos aunque en España vayamos tan rápidas.

P. ¿Rápidas?

R. Franco salió de la tumba hace apenas una semana. Mira el país que dejó respecto a la igualdad y a las mujeres y mira el que tenemos. Vamos muy rápido teniendo en cuenta de donde veníamos pero muy lentas con relación a donde queremos llegar. La crisis de cuidados es la más importante que tenemos encima de la mesa porque hace que el sistema sea insostenible. Hay que cambiar el análisis. Los grandes economistas, los políticos siguen sin ver que el gran agujero negro son los cuidados. Se pretende que las mujeres se incorporen al mercado laboral en las mismas condiciones en las que se incorporaron los hombres y que nadie cuide. Eso no es sostenible.

P. ¿Sería importante que hubiera más mujeres en puestos de poder para cambiar eso?

R. Lo más importante para los cuidados es que haya más hombres en las casas, no tanto más mujeres en los puestos de poder. Nosotras hemos salido pero ellos no han entrado. El PIB en Europa, por ejemplo, contabiliza la prostitución y no los cuidados. ¿Quién ha decidido eso?

P. Llegó Trump y hubo enseguida una marcha de las mujeres, la más multitudinaria desde Vietnam. Igual con Bolsonaro. Pero ambos siguen en sus puestos.

R. Creemos que toda la sociedad está a favor de la igualdad y no es así. Hay gente que considera que tenemos distintas obligaciones, derechos y roles. El discurso profundo de los derechos humanos no está interiorizado de forma mayoritaria. Por eso se vota a líderes que cargan contra el discurso de la emancipación de las mujeres. Ellas cuidan. Nosotros ganamos dinero. Ese discurso tan casposo, tradicional y dañino para las mujeres sigue muy normalizado entre buena parte de la población.

P. Vox, ahora en las instituciones, intenta horadar el discurso feminista. ¿Hasta qué punto es peligros para las conquistas de las mujeres?

R. Vox no es peligroso para el feminismo, es peligroso para la democracia. No hay democracia sin igualad.

P. Dedica su libro “a las niñas, a las adolescentes, a las mujeres jóvenes, a las que sin duda verán la caída del patriarcado”. ¿Lo cree de verdad?

R. Lo deseo con todas mis fuerzas. Una de las características de las revoluciones es que siempre son inesperadas. Yo confío mucho tanto en las mujeres como en el feminismo, que ha hecho cosas inimaginables, aunque a veces nos dejamos caer por el desánimo, porque hay retrocesos. Pero hay que recordar que venimos de no tener alma, inteligencia o conciencia. Lo que nos costó entrar en la Universidad, en la política, en la toma de decisiones… Confío en que las mujeres jóvenes lo consigan, no creo que el mundo de ahora sea sostenible.

«SABEMOS EL CAMINO PARA ACABAR CON LA PROSTITUCIÓN»

P. “Uno de los objetivos claros de la cuarta ola sería acabar con el sistema prostitucional”, dice usted en el libro. Pero es un tema conflictivo dentro del feminismo.

R. El feminismo siempre ha debatido mucho. Es un movimiento internacional, poco jerarquizado y organizado en red. Es tan sólido porque nunca ha rehuido el debate. Llevamos varias décadas con este de la prostitución. El cambio es que quizá el debate ha aumentado porque ya no podemos hablar de prostitución sino de un sistema prostitucional. Ha crecido exponencialmente los últimos años y vemos cómo se está llevando a millones de mujeres, sobre todo pobres, en buena parte del mundo. Y está siendo una de las economías criminales más potentes en todo el mundo. El debate ha cambiado. No es un debate menor, ni donde las posturas están más suavizadas. Estamos ante un fenómeno que mueve muchísimo dinero y que tiene muchísimas herramientas para inocularse en la sociedad, sobre todo entre la gente más joven que ha banalizado completamente eso. Desde el puto de vista de las mujeres que destruye y desde el punto de vista simbólico, es uno de los mayores problemas que tenemos, pero no un problema del feminismo que genere división sino un problema social de gran calado, por eso el feminismo está trabajando más. Y, por primera vez, tenemos una ley, la sueca [abolicionista que persigue y penaliza al cliente] que se ha aprobado, se ha evaluado y sabemos que está dando resultados. En el debate se han introducido elementos potentes porque el fenómeno es distinto y sabemos el camino para acabar con él.

P. También hay división sobre los vientres de alquiler.

R. Dentro del feminismo yo creo que no hay discusión en los vientres. Hay más discusión en algunos grupos LGTBIQ y, si me apuras, dentro de algunos grupos gais. Este tema es más bien la decepción o la tristeza de ver cómo un grupo afín con el que siempre hemos trabajado enfrentándonos al patriarcado, tiene de pronto una parte que se posiciona a favor de los vientres. Ahí las posturas dentro del feminismo son muchos más unánimes.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/10/30/actualidad/1572461654_163097.html

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Entrevista a Mariana Carbajal: “Quiero que los varones entiendan por qué estamos tan enojadas cuando salimos a la calle”

Entrevista/24 octubre 2019/Autora: Alejandra Agudo/El país

La periodista y escritora argentina Mariana Carbajal, una de las fundadoras del movimiento #NiUnaMenos, ha publicado ‘Yo te creo, hermana’, en el que recopila historias de violencia de género

Mariana Carbajal (Buenos Aires, 1969) empezó a escribir sobre violencia machista y criminalización del aborto cuando estos problemas apenas aparecían en los medios argentinos. «Tengo una nota en papel de 1998 muy similar a una reciente sobre una niña de 11 años que fue violada», asegura. «Quiero que me saquen lo que el viejo me puso adentro», repite la periodista y escritora las palabras de la pequeña a quien su agresor había dejado embarazada.

Carbajal fue una de las periodistas que fundó el movimiento #NiUnaMenos en Argentina para denunciar los feminicidios —en aquel país sucede uno cada 27 horas, según las últimas cifras extraoficiales que recopilan organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres— y pedir políticas públicas para frenarlos.

El detonante, rememora la reportera, fue una sucesión de asesinatos machistas que tuvieron gran repercusión en los medios de comunicación, sobre todo, el de Chiara Páez, una adolescente de 14 años que apareció enterrada en la casa de los abuelos de su novio. «Prendió la llama». Un grupo de comunicadoras feministas, en el que se encontraba Carbajal, organizó una maratón de lecturas con víctimas de violencia machista invitadas. «Fue cuando usamos por primera vez el lema #NiUnaMenos», relata. «Fue un grito colectivo».

Después, pensaron que había que ir más allá y llamar a la sociedad a las calles para protestar. «Invitamos a famosos a que se hicieran una foto con el hashtag para impulsar la convocatoria. Y la respuesta fue espectacular». Carbajal todavía se muestra sorprendida del apoyo que recibieron: numerosos deportistas, actores, artistas… se unieron a su causa.

Mientras todo eso sucedía, al hijo de Carbajal le diagnosticaron leucemia. La manifestación que habían convocado coincidía con su primera sesión de quimioterapia. Ante la elección difícil de asistir a la protesta o acompañar a su primogénito, él le dio la respuesta. «¿Cómo no vas a ir si has luchado por esto toda tu vida?», le dijo. «Me fui un rato a la marcha con esa carga», reconoce ella. De la movilización de aquel 3 de junio de 2015, Carbajal todavía recuerda lo emocionante que fue. «Por la cantidad de gente. Había niñas con sus mamás, con carteles hechos a mano. Fue impactante e inesperado».

En Argentina hay un feminicidio cada 27 horas, según las últimas cifras extraoficiales que recopilan organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres

Algunos de los reclamos que se hicieron en aquella multitudinaria movilización y las que la sucedieron se han materializado en políticas públicas. «Hasta entonces, se contaban solo los casos de feminicidios publicados en los medios. Ahora ya hay un registro a partir de las causas judiciales», comenta Carbajal. «Aunque todavía hay que hacer ajustes, porque no se contabilizan los asesinatos cuando el perpetrador se suicida, porque se extingue la responsabilidad penal». Otras muchas demandas están todavía por abordar.

A falta de leyes y políticas públicas para frenar la sangría de feminicidios, Carbajal celebra que la sociedad argentina ha tomado conciencia sobre este problema. «Y se empezaron a visibilizar otras violencias machistas como el acoso, las agresiones sexuales…», subraya. El #NiUnaMenos dejó entonces de pertenecer a un grupo de personas y se convirtió en un movimiento de muchos colectivos por todo el país. «Fue un empuje para la organización de las mujeres en los distintos territorios y ámbitos».

Pese a que Argentina cuenta con una larga tradición de movimientos feministas —desde hace 34 años organizan encuentros nacionales de mujeres —, el #NiUnaMenos supuso una revitalización, en opinión de Carbajal. Y otras causas en favor de los derechos de las mujeres han enraizado en el país latinoamericano después. La que más impulso ha tomado en los últimos años ha sido la defensa por el aborto legal, seguro y gratuito. El pañuelo verde que simboliza esta lucha ha trascendido su significado. «Las adolescentes, las hijas del #NiUnaMenos, lo llevan como un grito de libertad», afirma la periodista, que participó en un encuentro de organizaciones de la sociedad civil en La Antigua Guatemala para contar, precisamente, el impacto de las protestas en la ciudadanía y la política.

Nunca pensé que hubiera una contradicción entre mi profesión periodística y mi activismo feminista

Carbajal no ve incompatibilidad entre su activismo y la profesión periodística. «Nunca pensé que hubiera una contradicción. Mi activismo feminista es a través de los medios de comunicación, para ampliar las voces de los movimientos, de las víctimas», expone. Nunca, remarca, ha tergiversado la realidad. «Solo le he puesto una lupa gigante a estos temas para que se vieran».

También lo hace con sus libros. «El primero que publiqué, en 1999, fue La seducción permanente: verdades y mentiras de la cirugía estética«, recuerda. Diez años después, lanzó su segundo título, sobre el aborto. «Una década antes del debate que se dio en Argentina», anota. Y su Maltratadas, escrito en 2013 y publicado en 2014, también fue un adelanto de lo que estaba por venir con el #NiUnaMenos en el invierno argentino de 2015.

Este 2019, Carbajal ha publicado Yo te creo, hermana (Aguilar), sobre las violencias de género. «Todo lo que nos pasa por ser mujeres. Lo que nos hace el machismo», resume el contenido. Los relatos recogidos por la autora, en primera persona, tratan desde los abusos sexuales en la infancia hasta los llamados micromachismos, también en la profesión periodística. Con esta obra siente una responsabilidad especial porque es la primera que han leído sus hijos, el chico de 18 y la niña de 13.  «Quiero que sea una espejo en el que las mujeres se saquen la culpa. Y que los varones también entiendan por qué estamos tan enojadas cuando salimos a la calle», zanja.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/10/21/planeta_futuro/1571669036_406243.html

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Entrevista a Margo Glantz y Yolanda Segura: “El cuerpo femenino siempre está abierto a la agresión. La batalla no está ganada nunca”

Entrevista/24 octubre 2019/Autor: Pablo Ferri/El país

Una vez, cuenta Margo Glantz, un periodista «amigo» escribió una reseña de un libro que acababa de traducir, Historia del Ojo, de Georges Bataille, un clásico de la literatura erótica. En la reseña, el periodista dedicó un curioso adjetivo al trabajo de la autora. Escribió que su traducción era «piernabierta». Dice Glantz: «Yo creo que nunca a un hombre le habrían dicho eso de una traducción. Es muy definitivo en cuanto a un concepto de la escritura femenina». La autora mexicana, que en enero cumple 90 años, lo cuenta con una naturalidad sorprendente. A su lado, la también escritora Yolanda Segura, de 29, asiente como si entendiera el asunto tan bien como la otra.

Glantz y Segura, 60 años de distancia y una comprensión subterránea, conectada, de la agresión machista. Sentadas en la terraza de un hotel en Oaxaca, la conversación parece atraer esa conexión, amasada por el intercambio. Las dos han coincidido esta semana en la Feria del Libro de Oaxaca, FILO, que este año dedica buena parte de su programación al trabajo literario de las mujeres. Al trabajo y lo que hay detrás: las dificultades, las afrentas, la diferenciación que se pretende del canon masculino, competitivo por definición.

Glantz asegura que está «muy atenta» al momento histórico que vivimos, la nueva ola feminista, las reivindicaciones. «Me doy cuenta de que el cuerpo femenino siempre está abierto a la agresión. Por más que peleemos, la batalla no está ganada nunca. Eso lo decía mucho Simone de Beauvoir».

No se conocían en persona, pero Glantz, lectora voraz, explica que hace tres años leyó el primer libro de Segura, O reguero de hormigas, un poemario que gira en torno a la menstruación. Desde entonces quiso conocerla y ahora acaba de hacerlo en la FILO.

La conversación empieza por una frase que Segura y otras mujeres, todas jóvenes, incluyeron en un texto que guía esta edición de la FILO. Se titula Escrituras para reinventar la vida y plantea que la literatura es un territorio en disputa.

Pregunta. El texto dice: «La insurrección de las mujeres alrededor del mundo e intervenciones feministas recientes en el medio literario y las artes en general nos obligan a considerar la literatura como un territorio en disputa: ese espacio en el que se construyen algunos de los modelos de quiénes somos y, más importante aún, de quiénes podríamos ser». ¿Usted qué piensa de esto, Margo?

Margo Glantz. Me parece que siempre lo ha sido un poco. De alguna manera la literatura es siempre política. Inevitablemente es política la posición que uno tiene en la literatura.

Yolanda Segura. Sí, en el sentido de que no puedes desprenderte del cuerpo desde el que estás escribiendo. La corporalidad te obliga a considerar la dimensión política de lo que haces, desde dónde se articula el discurso. En ese sentido la literatura es un territorio en disputa. Es claro que hay un tipo de corporalidad, el hombre blanco heterosexual que tradicionalmente ocupa espacios literarios. Y en ese sentido la disputa es conseguir espacios para nosotras, sin quitarle espacio a los demás. No es arrebatar sino extender.

M.G.  A mí me costó trabajo ingresar al mundo literario por el tipo de escritura que practicaba. Había un profesor muy importante, un novelista, Agustín Yáñez. Él me decía que mi escritura era como cuentas sueltas y tenía que enhebrarlas. Y me costó mucho enhebrarlas, hasta que hice lo que yo quería y funcionó. Tardé muchísimo. Publiqué mi primer libro de ficción a los 47. Mis primeros dos libros los publiqué a cuenta de autor. No les parecían libros funcionales. Un editor muy importante, hijo de exiliados españoles, Díez- Cabero, me dijo, «Margo, ¿usted cree que le puedo publicar esas cosas? Son como juguetitos».

Y.S.  Ahora escuchándote, Margo, me preguntaba si te sentías sola en ese espacio.

M.G. Yo era profesora de literatura. Hacía ensayos y los publicaba en diarios y así. Había pocas mujeres que escribían, Elena Garro, Nelly Campobello, que tardó muchísimo en ser reconocida. Ella fue la única escritora de la revolución. Era maravillosa. Elena Garro tardó en publicar. Los Recuerdos del Porvenir salió en 1963, fue anterior a García Márquez. Estaba Amparo Dávila, Elena Poniatowska… Había poetas también, pero éramos escasas las que escribíamos y menos las que publicábamos.

Y.S. Es que justo lo que creo es que en este momento sí hay una comunidad de mujeres escritoras. Es más fácil el acceso, llegas y saludas a las que están en la fiesta, no es hacer la fiesta tú sola. Eso no significa que sea fácil ahora, pero está cambiando por el trabajo colectivo. Si fueran muchas individualidades trabajando juntas no sería lo mismo. Trabajar desde la unión y no la competencia. No podemos estar compitiendo, tenemos que darnos la mano.

P. Margo, y entre ustedes, ¿cómo era?

M.G. Yo fui muy individual en ese sentido. Era yo compañera de ellas, pero ninguna me apoyó mucho. Elena Poniatowska me hizo alguna entrevista en un momento en que yo era bastante tímida. Ella fue generosa, pero no fue como ahora, que hay una red de mujeres en América Latina, en España, mujeres que se apoyan unas a otras. En mi caso era aislado.

Y.S. Corrígeme si me equivoco, pero entiendo que había una onda de que, para entrar a ciertos espacios, como eran tan masculinos, había que modular el hecho de ser mujer. Que no se notara tanto. En mi propia experiencia, al principio, cuando trataba de acceder a los grupos, me decían que no se notara tanto que fuera mujer.

Fuente e imagen: https://elpais.com/cultura/2019/10/22/actualidad/1571772742_272231.html

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