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España: Así es el giro progresista de la asignatura de Religión

Igualdad entre hombres y mujeres, denuncia de la pobreza y ecologismo: la Conferencia Episcopal presenta el nuevo diseño de la materia, cuyo contenido elabora la Iglesia, e invita a la comunidad educativa a proponer mejoras

Los obispos han presentado este lunes su propuesta de nueva regulación de la asignatura de Religión, lo que se conoce como currículo, que abarca aquello que se debe aprender y evaluar en la materia, en un texto que implica un cierto giro hacia planteamientos más progresistas, con un mayor acento en la “erradicación” de la desigualdad entre hombres y mujeres y de la pobreza, así como de la importancia de la sostenibilidad, el valor de la diversidad en la sociedad y el diálogo intercultural.

En virtud del acuerdo entre España y la Santa Sede, los contenidos de la asignatura de Religión son diseñados por la Iglesia. La Conferencia Episcopal Española ha publicado en su web los tres documentos, uno para la etapa de Infantil (alumnos de tres a seis años), otro para Primaria (de seis a 12) y otro para la Educación Secundaria Obligatoria (ESO, de 12 a 16) en estado de “borrador” para recabar “aportaciones de mejora” de profesores, familias y otros representantes de la comunidad educativa antes de remitirlo al Ministerio de Educación. Estos nuevos currículos constituyen uno de los desarrollos de la nueva ley de educación, la Lomloe, también conocida como ley Celaá, que entró en vigor a principios de año. Los cambios en la materia empezarán a aplicarse el curso que viene.

La normativa, todavía en vigor, aprobada en 2015 para desarrollar la Lomce, la ley de educación que elaboró el exministro del PP José Ignacio Wert, se refiere en dos ocasiones, con la misma frase, a la igualdad entre hombres y mujeres, al señalar que la asignatura “favorece de manera directa la adquisición de habilidades para la prevención y resolución pacífica de todo tipo de conflictos y el conocimiento, comprensión y respeto de las diferentes culturas, así como de las diferencias entre personas, la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres y la no discriminación”. Los nuevos currículos se refieren a la cuestión más veces, con fórmulas diversas y una mayor contundencia.

El currículo de secundaria indica, por ejemplo, que una de las competencias específicas de Religión (es decir, una de las cosas que deben aprender los alumnos en la asignatura) “asume como propias todas las situaciones de exclusión o pobreza, de violencia o injusticia, de desigualdad entre varones y mujeres, para proponer la erradicación de esos problemas con la esperanza radical del bien común que expresa el Evangelio”. El documento de Primaria afirma que la asignatura “proporciona los criterios para el análisis y denuncia de todas las situaciones de marginación o desigualdad entre varones y mujeres” e incluye, entre los “saberes básicos” que debe contener la materia, el “reconocimiento del papel de las mujeres en la Biblia”. Y el currículo de Infantil incorpora, por su parte, entre las competencias de la asignatura “el reconocimiento de la plena igualdad entre niños y niñas, y la adquisición de hábitos de vida saludables que pueden fortalecerse desde la visión cristiana de la vida”.

Valores democráticos

El nuevo diseño de la asignatura también contiene un subrayado, inexistente en la redacción anterior, de la contribución que debe hacer la materia a la “erradicación” de la pobreza, la “denuncia de las situaciones de exclusión, injusticia o violencia”, la promoción de la “libertad de expresión” y la apreciación de los “valores democráticos”. La materia de Religión, indica el documento de Primaria, debe ayudar a los alumnos a prepararse “para el ejercicio activo de la ciudadanía y el aprecio a los derechos humanos, así como al pluralismo de las sociedades democráticas; supone haber comprendido con valores de respeto e inclusión las diferencias entre las personas y las sociedades, y las diferentes culturas y religiones”.

El nuevo currículo hace hincapié en el fomento de los valores encaminados a la “sostenibilidad del planeta” y la “ecología integral”, un concepto que combina la preocupación por la naturaleza y los sectores sociales más desfavorecidos, utilizado con frecuencia por el papa Francisco. Y manifiesta la alineación de la asignatura con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y con los Derechos Humanos.

En la nueva ley de educación la asignatura de Religión ya no tiene una asignatura alternativa para quienes no la estudien. Tampoco está previsto que Religión cuente a efectos de la nota media del expediente, es decir, para matricularse en una carrera o recibir una beca.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-10-04/erradicar-la-desigualdad-entre-varones-y-mujeres-y-cuidar-el-planeta-asi-es-el-giro-progresista-de-la-asignatura-de-religion.html

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Olimpiadas, ¿negocio o mecanismo de control?

Yo fui medallista campeona en dos Juegos Olímpicos en una especialidad que no viene al caso en este momento. Ahora, algunos años después, mirando para atrás toda esa historia, me pregunto consternada: ¿para qué toda esa estupidez? Fomentar el deporte no es, en absoluto, tener atletas de élite. No, no. Eso es una locura que tuvo lugar durante la Guerra Fría, y que no ha parado. ¿Para qué sacrificar a jóvenes con cinco, ocho, diez horas diarias de rigurosísimos entrenamientos durante los mejores años de su juventud? Parece el entrenamiento de astronautas. Ahí lo creo pertinente, me parece correcto: un astronauta, aunque no se vea inmediatamente, aportará algo a la humanidad. Es como un artista que ensaya horas y horas y horas, un virtuoso del violín, una bailarina clásica: algo deja a la gente. Ahí sí vale el esfuerzo. Pero, ¿para qué sirve nuestro esfuerzo de atletas? ¿Parte de la Guerra Fría? ¿Para demostrar que el país al que represento es “mejor” que todos? ¿Dónde quedó el amateurismo y el espíritu deportivo? Ahora solo negocios y competencia. ¿Y para eso hay que tomar drogas supuestamente legales, siempre a escondidas, someterse a monstruosas dietas, sacrificar el cuerpo? ¡Por favor! ¡Qué estupidez!”, dijo vez pasada una deportista olímpica.

Acaban de terminar los XXXII Juegos Olímpicos en Tokio, Japón. Con un costo de más de 25,000 millones de dólares, esta nueva edición resulta ser la más cara en la historia de las Olimpiadas de verano. ¿Quién gana con esto?

En forma creciente, los atletas entran en la lógica comercial. Hablar de «amateurismo» en el deporte hoy puede ser motivo de risas. Muchos jóvenes ni siquiera escucharon jamás el término «deporte amateur«. Pronunciarlo en medio de la fiebre «deportiva» que recorre el planeta (culto a la profesionalización y al mercado de atletas, así como al sacrosanto fútbol profesional que barre todo el mundo, con fichajes astronómicos), podría incluso pasar por un absurdo.

El espíritu amateur que se pusiera en marcha con la reedición moderna de los Juegos Olímpicos de la mano del Barón Pierre de Coubertin en 1896 en Atenas, ya no existe. El deporte, por cierto, no nació como actividad profesional; distintas sociedades, a su modo, lo han cultivado a través de la historia, siempre como culto a la destreza corporal. La profesionalización y su transformación en gran negocio a escala planetaria es algo que solo el capitalismo moderno pudo generar”, osó declarar hace unos años un funcionario del Comité Olímpico Internacional -COI-. Por supuesto, eso le costó la expulsión.

¿Por qué el deporte debe ser «profesional»? Aparentemente no hay respuestas; sería como preguntarse: ¿por qué tomar Coca Cola? Son cosas que, en principio, no admiten discusión. Sin embargo, definitivamente debemos seguir interrogándonos, discutir lo que parece obvio. Las cosas no son «naturales»; tienen historia (la historia la escriben los que ganan), por eso hay que seguir cuestionándonos todo. ¿Cómo se pasó del amateurismo a la hiper profesionalización? ¿Por qué hay que hacer controles antidoping a los atletas: es que acaso se supone que pueden ser tan deshonestos de intentar mejorar su rendimiento en base a estimulantes? Bueno…, parece que sí.

Seguramente la mayoría de la población mundial, preguntada sobre este monumental circo de los deportes profesionales, estaría de acuerdo con mantener la situación actual: agrada «consumir» deportes. O más aún: consumir espectáculos audiovisuales donde el deporte es la estrella principal, en general vía televisión, azuzando nacionalismos.

El campo socialista, décadas atrás, si bien fomentó una nueva actitud hacia el deporte, no contribuyó en mucho a disminuir la tendencia a su profesionalización; por el contrario, también la favoreció. El deporte profesional fue un ámbito más de batalla durante la Guerra Fría, y los disparates humanos a los que llegó la mercantilización capitalista tuvieron su símil (igualmente disparatado) en el mundo socialista. Hoy día China, con su enigmático «socialismo de mercado», parece ofrecer más de lo mismo. Las potencias son potencias en todo: ¡también en lo deportivo! Hay que demostrar que «se las pueden».

La práctica deportiva, en tanto desarrollo sistemático de habilidades y destrezas físicas, en tanto recreación sana, ocupa indudablemente un lugar importante entre las construcciones humanas; pero secundario si se la compara con el peso específico que ha ido adquiriendo su profesionalización. El deporte, o eso que vemos por televisión casi cada día, con programas específicos, o esa fiesta de las Olimpiadas o los Mundiales de Fútbol realizados sistemáticamente cada dos años, desde hace ya décadas, y cada vez más, se ha tornado 1) gran negocio, y 2) instrumento de control político-social. Y también, siguiendo la lógica de la que nos hablaba la cita inicial, campo de batalla por la supremacía global. ¿Por qué solo Estados Unidos, China o Rusia pueden ganar unas Olimpiadas? Porque solo esos países son las super potencias que marcan el rumbo del mundo.

En un mundo donde absolutamente todo es mercancía negociable no tiene nada de especial que el deporte, como cualquier otro campo de actividad (la investigación científica, la sexualidad, la muerte, la guerra, la salud humana, el agua que bebemos, el aire que respiramos), sea un producto comercial más, generando ganancias a quien lo promueve (valor de uso y ¡valor de cambio! dijo un pensador decimonónico supuestamente superado hoy día). Desde ya esto, el valor de cambio, en sí mismo no puede ser reprochable en la lógica de mercado imperante. Simplemente reafirma el esquema universal que sostiene el mundo moderno, capitalista, donde todo es un bien para el intercambio mercantil.

En este contexto, del que hoy ya nada y nadie pueden escapar, la práctica deportiva ha llegado a perder -al menos en buena medida- su carácter de esparcimiento, de pasatiempo. Esto trajo como consecuencia su ultra profesionalización, con la aplicación de modernas tecnologías a sus respectivas esferas de acción. Todo lo cual ha mejorado, y sigue haciéndolo a un ritmo vertiginoso, su excelencia técnica. Día a día se rompen récords, se logran resultados más sorprendentes, se superan límites ayer insospechados.

De todos modos, la imperiosa pregunta que se abre es respecto al lugar que en todo ello ocupa la población. Los ciudadanos de a pie que no ganamos medallas olímpicas, que en todo caso podemos practicar un deporte amateur, más bien pasamos a ser meros espectadores pasivos (consumidores) de un espectáculo/negocio -montado a nivel internacional- en el que no se tiene ninguna posibilidad de decisión. La recreación termina siendo sentarse a mirar ante una pantalla. Con el rompimiento de marcas y fichajes cada vez más multimillonarios, ¿mejoran las políticas deportivas dedicadas a las grandes masas, a los jóvenes? ¿En qué medida influye este «circo», convenientemente montado, en la calidad de vida de los habitantes de la aldea global? ¿Promueve acaso una vida más sana, o no es más que una nueva versión -sofisticada- del antiguo «pan y circo» romano? (como alguien dijo mordaz: cada vez con más circo y menos pan).

Es aquí donde debe profundizarse la crítica. El desarrollo del perfeccionamiento deportivo («más rápido, más fuerte, más alto») no redunda en una popularización del ejercicio físico para todos. El lema de «mente sana en cuerpo sano», pese a las cifras astronómicas que circulan en los circuitos profesionales de los modernos coliseos, no conlleva forzosamente un mejoramiento de la actitud para con el deporte (por el contrario, si bien el cuidado corporal se ha disparado en estos últimos años y florecen los gimnasios, también crece mundialmente el consumo de drogas, ¡incluidos los deportistas profesionales!).

¿Será que mientras más se «consumen» deportes menos se piensa, menos se abren críticas? ¿No es absurdo que cada vez haya que perfeccionar más los controles anti-drogas en los atletas? Eso, como mínimo, debería llevar a cuestionarnos el circo, por no decir a darle la espalda y a profundizar la crítica de la lógica de mercado que lo propicia. Como dijo la medallista citada: «¿Para qué sirve nuestro esfuerzo de atletas? ¿Parte de la Guerra Fría? ¿Para demostrar que el país al que represento es «mejor« que todos?«

https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33https://www.facebook.com/Marcelo-Colussi-720520518155774/https://mcolussi.blogspot.com/

Fuente: https://rebelion.org/olimpiadas-negocio-o-mecanismo-de-control/

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Mundo: La UNESCO hace un llamado para atender las necesidades educativas de las personas con discapacidad: ¡Naveguemos por la inclusión!

Mundo/27-06-2021/Autor(a) y Fuente: es.unesco.org

  • A través de una campaña de comunicación digital, la UNESCO presenta y difunde lineamientos y mejores prácticas para garantizar la inclusión educativa en la región.

De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en la región de América Latina y el Caribe habitan más de 8 millones de niñas y niños menores de 14 años con alguna discapacidad; de estos, siete de cada 10 no asisten a la escuela.

En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) presenta la campaña de comunicación “Naveguemos por la inclusión”. Esta iniciativa difunde las recomendaciones elaboradas por la Organización para ayudar a autoridades, docentes y organizaciones de la región a responder a las necesidades educativas de las personas con discapacidad (PcD), así como visibilizar las dificultades que éstas enfrentan para acceder a los materiales educativos y potenciar su empoderamiento por medio de la formación abierta y a distancia.

La campaña se compone de videos, postales e infografías que ilustran los diferentes recursos educativos abiertos que facilitan la experiencia educativa de acuerdo con las distintas discapacidades que existen: auditiva, motriz, visual, dificultad de aprendizaje y dificultad del habla. A su vez, invita a diferentes actores a utilizar dichos recursos, fomentarlos e incluirlos en los planes de estudio, de manera que se amplifique y mejore el proceso de enseñanza-aprendizaje, con lo que se dará un primer paso hacia una inclusión sustantiva, verdadera e integral.

“Naveguemos por la inclusión” se presentó este 23 de junio en un acto virtual organizado por las Oficinas de la UNESCO en México y en Quito. El lanzamiento reunió a docentes, organizaciones, activistas, periodistas y actores clave, como el Subsecretario de Educación Especializada e Inclusiva del Ecuador, Daniel Crespo, y la Directora del DIF municipal de León, la Cristina Rodríguez.

“La tragedia no es la discapacidad, es la exclusión. Espero que esta campaña sea muy difundida y usada, y que ayude a quitar las barreras que excluyen”, compartió la periodista y activista, Katia D’Artigues, durante su participación. A través de la educación, la ciencia, y ahora las plataformas digitales, será más factible crear una cultura de paz y de mayor tolerancia hacia las personas con discapacidad, concluyó.

© UNESCO

El Director y Representante de la UNESCO en México, Frédéric Vacheron, explicó que esta campaña responde a la necesidad de promover medidas concretas para la inclusión y generalización sistemáticas de la accesibilidad mediante recursos educativos abiertos (REA), programas informáticos libres y de código fuente abierto (FOSS) y el libre acceso a la información científica en la educación abierta y a distancia.

Vacheron señaló que el objetivo central de la campaña será posicionar las ventajas de la inclusión educativa por medio de las TIC “para el desarrollo pleno del alumnado con discapacidad, sus herramientas y aplicaciones, las cuales están orientadas a brindar mejores oportunidades a este sector de la población y a sus familias”.

La información y los materiales de comunicación están disponibles en el microsito: https://es.unesco.org/naveguemosporlainclusion

Contacto de prensa:

Gabriela Velázquez:

«> g.velazquez-alvarez@unesco.org

Fuente: https://es.unesco.org/news/unesco-hace-llamado-atender-necesidades-educativas-personas-discapacidad-naveguemos-inclusion

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Activista jamaicana de alfabetización pone más libros en manos de niños aislados por restricciones por COVID-19

Por: Emma Lewis
Traducido por: Gabriela Garcia Calderon Orbe

«Debemos centrarnos siempre en el aspecto de la inclusión».


Con la mayoría de escuelas de primaria y secundaria de Jamaica cerradas desde marzo de 2020, cuando el país registró su primer caso de COVID-19, la pandemia ha dado a la educación un fuerte golpe. Los niños, sobre todo los niños de bajos recursos, han enfrentado problemas de conectividad por falta de conexión inalámbrica, dispositivos o ambos, y aprender se les ha vuelto más difícil si las circunstancias de su casa no son las adecuadas.

En su reciente informe parlamentaria, la ministra de Educación, Fayval Williams, reconoció que pese a los tremendos esfuerzos para no “perder” estudiantes con diversas iniciativas, más de 120 000 niños se han retirado del proceso educativo desde que la pandemia empezó.

Editora y presidenta saliente de la Asociación de la Industria del Libro de Jamaica (BIAJ), Latoya West-Blackwood. Foto por cortesía de West-Blackwood, utilizada con autorización.

Las clases presenciales se retomaron el 10 de mayo en más de 350 escuelas, que se limitaron a estudiantes que rendían exámenes. Se espera que las escuelas reabran en septiembre, pero no hay garantías de eso. El impacto que esta situación tiene en la alfabetización hizo que la presidenta saliente de la Asociación de la Industria del Libro de Jamaica (BIAJ), la editora Latoya West-Blackwood, empezara una iniciativa para alentar a los niños a leer, por placer.

A inicios de mayo, BIAJ se asoció con la Fundación Comunitaria GrassROOTS de Estados Unidos para donar 500 “paquetes de alfabetización” a 12 escuelas de primaria de Jamaica. En entrevista por correo electrónico, West-Blackwood explicó más del proyecto y su visión por la lectura.

Emma Lewis (EL): ¿Por que crees que promover el amor por la lectura en los niños es especialmente importante en este momento?

Latoya West-Blackwood (LWB): Una cultura nacional de la lectura y el conocimiento siempre ha sido importante. La pandemia acaba de poner en la mira algunas cosas que siempre hemos necesitado abordar como sociedad. Desde 2011, la BIAJ, a través del Festival del Libro de Kingston, ha hecho campaña para fomentar la lectura por placer. La experiencia cultural podría haber hecho que los niños conocieran los libros y vieran la lectura como algo para “gente brillante”, o un medio para un fin cuando se trata de obtener buenas calificaciones o aprobar un examen.

Hemos organizado actividades […] para demostrar que las historias tienen un poder real. Los cuentos profundizan la comprensión del mundo desde todos los ángulos: el ambiente, las culturas, la gestión de conflictos y el autocuidado, o hasta una buena carcajada. Nuestra preocupación actual es por los niños que antes de la pandemia tenían un acceso limitado a la literatura, y que ahora han estado aislados durante más de un año de las bibliotecas o de adultos afectuosos que alimentaban el amor por la lectura.

Para quienes tienen la suerte de tener hogares seguros y acceso a los libros, la lectura ha sido una fuente de consuelo, alegría y un escape a las dificultades que ahora enfrentamos. Estamos agradecidos por asociaciones como la que hemos formado con la GrassROOTS Community Foundation […] que nos han permitido llegar a los niños de toda Jamaica.

Niños del Centro de Lectura de Trench Town leen un libro sobre Nelson Mandela en 2013. Algunas de las donaciones de paquetes de alfabetización se hicieron a los niños de la comunidad de Trench Town. Foto de Emma Lewis, utilizada con autorización.

EL: ¿Crees que se ha producido suficiente material de lectura para niños de color en el Caribe? Y si no, ¿qué falta?

LWB: ¿Nunca habrá suficientes libros? Para mí, no. Mi sueño sería que se produjeran muchos más títulos al año, se incorporara la última tecnología digital para ofrecer una experiencia emocionante y envolvente en todos los géneros, especialmente en rubros como historia, matemáticas, ciencia y cultura. La representación importa y hay muchas historias que contar: las que enseñan, las que inspiran y las que nos hacen reír sin grandes lecciones morales.

Publicar es un negocio y hay mucho espacio para que crezca una industria propia de Jamaica y el Caribe […] que fusione la pasión con el beneficio. Hay algunos libros bien producidos por editoriales como Blue Banyan Books y el Premio CODE Burt de Literatura para adultos jóvenes. Necesitamos más programas […] que impulsen el descubrimiento de nuevos talentos con la financiación y los esfuerzos de ventas necesarios para apoyarlos.

Voluntaria empaca libros para los paquetes de alfabetización. Fotografía por cortesía de Latoya West-Blackwood, utilizada con autorización.

EL: ¿Pero hay lectores jamaicanos?

LWB: Me preguntan eso a menudo y a veces parece que hemos creído el estereotipo [de que los jamaicanos no leen]. No tenemos una sólida cultura nacional de la lectura, pero ¿hemos examinado por qué? La lectura es un hábito. La lectura es mágica, sí, pero definitivamente no es difícil averiguar por qué hay dificultades con la lectura en nuestro país.

¿Cómo presentas a los niños con los libros? ¿Tienen acceso independientemente de su clase o sus capacidades? ¿Cuántas escuelas primarias de Jamaica tienen un espacio dedicado a la lectura y al debate? ¿Cuántas comunidades cuentan con bibliotecas bien provistas, con bibliotecarios formados y una lista regular de programas y actividades para involucrar a los ciudadanos? ¿Cómo esperamos que se fomente el pensamiento crítico? ¿Con exámenes? Las respuestas a estas preguntas serán aún más relevantes ahora, cuando se produzca una alteración masiva de la educación, un aumento de la desigualdad y un énfasis en el pensamiento y las habilidades de orden superior en un mundo impulsado por la tecnología.

EL: ¿Cómo ha impactado en los niños y la lectura el aprendizaje en línea? ¿Los dispositivos aumentan o restan a la alegría?

LWB: El aprendizaje en línea ha dado una plataforma segura para seguir aprendiendo mientras esperamos que se reabran las escuelas de forma segura. También está el desarrollo de nuevas habilidades digitales para profesores, estudiantes, padres y otros interesados. Veo que un sistema híbrido es el camino del futuro.

Para los niños que antes leían y siguen teniendo acceso a los libros, las páginas han sido un lugar seguro frente a la pandemia. Para otros, la situación ha empeorado; esos son los alumnos que nos preocupan. Hará falta un esfuerzo colectivo y sostenido para volver a atraer a esas mentes, porque no hay duda del lugar que ocupan los lectores en la era de la economía global impulsada por el conocimiento. No podemos dejar rezagado a ningún niño.

Por último, no hay competencia entre los libros o contenido impreso y la tecnología. Es una mentalidad regresiva enfrentarlos, hasta con fines comerciales. La tecnología sigue moldeando y transformando cómo experimentamos el mundo. Lo mismo ocurre con la edición. Tenemos que centrarnos siempre en el aspecto de la inclusión.

Centro de Lectura de Trench Town en 2013, estas niñas leen un libro de la editorial local Blue Banyan Books. Se enviaron varios paquetes de alfabetización a la comunidad de Trench Town. Foto de Emma Lewis, utilizada con autorización.

EL: ¿Cuál es tu visión para la alfabetización en Jamaica? ¿Cómo se le puede dar un gran impulso en los próximos diez años?

LWB: Una parte fundamental de mi visión de la alfabetización en Jamaica se relaciona con el aumento de la financiación estratégica y la mejora de los resultados de aprendizaje de los niños, con dar a los alumnos de los primeros años (aquí es donde tiene que empezar el cambio) programas de alfabetización de calidad y basados en datos, en la escuela y fuera de la escuela. Tuve la suerte de trabajar con la doctora Jean Beaumont y su equipo EduConnect del proyecto Latinoamérica y el Caribe Leen, que ha dado a Jamaica y a otros países de la región un modelo de programas y evaluaciones de lectura eficaces (el Ministerio de Educación desempeña aquí el papel principal). También es necesario revisar y renovar la formación de los profesores (los profesores que no leen no pueden motivar a los alumnos para que lean bien), y la acción comunitaria (movilizar a los padres y otros interesados para que apoyen a los niños fuera del aula y hagan que la lectura sea divertida con materiales culturalmente relevantes). También es mi sueño ver a Kingston como Capital Mundial del Libro de la UNESCO.

Fuente: https://es.globalvoices.org

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Opinión: lenguaje inclusivo y lenguaje de accesibilidad

Por: Sofía García-Bullé

Ambos lenguajes responden a necesidades distintas de integración y justicia social.

A muchos de nosotros, en más de una ocasión, nos ha tocado hablar sobre el tema del lenguaje inclusivo en espacios públicos como lo son las redes sociales y muy seguido nos encontramos con una línea de argumentación muy concurrida. Frecuentemente la gente defiende la idea de que el lenguaje inclusivo se refiere a recursos como el braille o el lenguaje de señas.

Si bien la intención de visibilizar a un grupo demográfico como lo son las personas con discapacidad es más que válida, es notoria también la disonancia cognitiva según la cual ambas conversaciones (equidad de género y derechos de las personas con discapacidad) no pueden existir en el mismo espacio. Sumado a esto, este argumento muestra la confusión más grande que complica tratar ambos temas. No hay una distinción clara entre el lenguaje inclusivo y el lenguaje de accesibilidad.

¿Qué es el lenguaje de accesibilidad?

El lenguaje de accesibilidad, también conocido como accesibilidad de comunicación, se refiere a las denominaciones, recursos y sistemas lingüísticos para habilitar la participación de las personas con discapacidad en el día a día. Engloba diferentes temas, como el de cómo referirnos a las personas con alguna discapacidad con corrección y humanidad, métodos de comunicación específicos como la lengua de señas o el braille, el lenguaje de signos táctiles, el código morse, entre otros.

Si bien la inclusión de las personas con capacidades diferentes a la experiencia educativa y a otras actividades que son un derecho básico es uno de los fines de la accesibilidad, no sería del todo correcto llamarle lenguaje inclusivo. Su primer objetivo es habilitar a sus usuarios, darles una forma de ser funcionales bajo un contexto de capacidades diferentes, no de una identidad diferente.

¿Qué es el lenguaje inclusivo?

El lenguaje inclusivo en cuanto al género, lenguaje incluyente o lenguaje no sexista se refiere a la creación y uso de términos que visibilicen a los grupos demográficos con identidad de género y orientación sexual diferente. La propuesta para el uso de este tipo de lenguaje parte de la idea de que la lengua y la expresión forja la realidad de quienes la usan y conscientemente destituye, minimiza, desvaloriza e invisibiliza identidades femeninas, no heteronormadas y diversas.

El propósito del lenguaje inclusivo es llamar la atención hacia conversaciones necesarias sobre cuestiones normalizadas e internalizadas como el androcentrismo y el heterocentrismo. A diferencia del lenguaje accesible, la idea no es habilitar, es validar y normalizar grupos sociales históricamente disminuidos.

¿Por qué necesitamos dejar de contraponerlos?

A grandes rasgos, el lenguaje de accesibilidad sirve para que una persona pueda participar en determinada experiencia independientemente de sus circunstancias en cuanto a capacidades, mientras que el lenguaje inclusivo es para que dicha persona pueda sentirse parte de esa experiencia.

La manera en que gestionamos ambas conversaciones, como si fueran temas opuestos y sin ninguna posibilidad de intersección o sinergia entre estos, es por demás perjudicial. Se deja completamente de lado la posibilidad de que pudieran existir personas que necesitan de ambos lenguajes, personas con capacidades que además no pertenecen a la comunidad heteronormada, por ejemplo.

Para dar atención oportuna, foro y recursos tanto a personas que necesitan recursos de accesibilidad como los que se benefician del uso del lenguaje inclusivo, es necesario abordar las dos conversaciones sin contraponerlas ni pensar que una forzosamente tendría que eliminar a la otra. Hay más que suficiente espacio para los lenguajes y recursos que ayuden a todos lo grupos demográficos que lo necesiten.

¿Has diferenciado en clase entre lenguaje de accesibilidad y lenguaje inclusivo? ¿Qué aprendizajes han surgido del diálogo con alumnos y compañeros? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec

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Inclusión e igualdad, claves de la educación virtual en pandemia

Por:

Si algo nos ha dejado claro el último año es que toda nuestra vida ha cambiado de un momento para otro, y cada vez es más evidente que muchas de esas transformaciones han venido para quedarse.

Lo vemos en la forma en que nos relacionamos con amigos y la familia, en el trabajo, en los cambios en nuestras prioridades vitales, y aunque no se hable tanto de ello, también en la educación.

Bien porque seamos docentes, estudiantes de cualquier nivel y ámbito educativo, como padres o madres, o por tener algún conocido estudiando: la pandemia ha hecho que la educación tal como la conocíamos hasta el año pasado nunca más volverá a ser igual.

Como ya explicaron las investigadoras María del Mar Sánchez y Paz Prendes, la educación virtual tiene sus propias reglas y dinámicas que la convierten en un modelo pedagógico que no es efectivo para emular el aprendizaje en entornos presenciales y síncronos tradicionales.

Desequilibrios educativos

Precisamente ese rápido, abrupto y desestructurado paso de la enseñanza presencial a la educación en confinamiento ha provocado profundos desequilibrios en el sistema educativo: desde la falta de acceso a ordenadores y conexión a internet hasta la ausencia de conocimientos y competencias por docentes y estudiantes para adaptarse adecuadamente al modelo en línea, pasando por los riesgos de una digitalización capitalista de la educación, entre otros.

Este panorama nos muestra la complejidad del traspaso de los modelos educativos presenciales a las diferentes modalidades en línea y, por tanto, la necesidad de una mirada amplia que permita analizar e intervenir de manera holística en la resolución de estos problemas.

Desde hace décadas, una rama importante de la sociología de la ciencia y la tecnología se dedica a desvelar la “magia” que hay detrás de los experimentos tecnocientíficos y las discusiones políticas, concluyendo que aquella compleja fórmula matemática para describir un agujero negro o la presentación final de una nueva y farragosa ley, en realidad son el resultado de una compleja relación laboral y académica entre científicos y becarios, el descarte de decenas de experimentos anteriores que salieron mal, la obtención (o no) de una nueva financiación o el éxito en el convencimiento de otros grupos para que apoyen la iniciativa.

Ni buena, ni mala, ni neutra

La conclusión de estos estudios es que necesitamos atender y comprender las pequeñas acciones locales en detalle para poder dar cuenta de fenómenos tan globales y complejos como los científicos o los políticos. Así lo acabaría resumiendo uno de los fundadores de la sociología de la ciencia, Melvin Kranzberg: la tecnología no es buena ni mala, pero tampoco es neutra, es decir, cualquier innovación o hito científico o político no es bueno ni malo a priori, necesitamos comprenderlo en su complejidad y en su contexto para poder valorarlo.

Este punto es relevante para analizar lo ocurrido durante este año con la educación y la pandemia. Extrapolando el argumento de Kranzberg a lo que ya hemos explicado y que todas y todos hemos vivido de diferentes modos, podemos afirmar que la educación virtual no es buena ni mala, pero tampoco es neutra. Y para analizar el cambio educativo sin reducirlo a ese proceso mágico y abrupto, necesitamos analizar la complejidad de los sistemas educativos y atender a las comunidades educativas locales.

Igual que ocurre con los análisis sociológicos de laboratorios o parlamentos, resulta ingenuo reducir el traspaso de la educación presencial a la virtual a la conexión de estudiantes y profesores a una pantalla y una conexión a internet.

Algunos juegan con ventaja

Para evitar la brecha digital o para garantizar la igualdad de oportunidades en el nuevo modelo educativo debemos tener en cuenta la existencia de condiciones que sitúan “en ventaja” desde la línea de salida a algunas personas frente a otras: la mayor habilidad con las nuevas tecnologías, la posibilidad de dedicarse a las labores educativas sin atender a la familia o a un trabajo, el apoyo económico y cultural de los convivientes a la óptima adecuación del estudiante al contexto virtual o la mayor capacidad para atender durante un largo periodo a las indicaciones de una pantalla.

No todas y todos los estudiantes y docentes tienen algunas de esas ventajas, porque no todas las personas somos iguales y, por tanto, el cambio en el modelo educativo debe partir del reconocimiento de esta diversidad.

Pero ¿cómo hacer esto? Si bien existen diversas maneras, enfoques y alternativas, todos ellos deberían pasar por la escucha de las necesidades que docentes, estudiantes, madres, padres, equipos directivos y técnicos educativos han tenido durante este proceso.

Nadie es más experto en un proceso educativo, en enseñar y aprender y en las características de sus estudiantes que aquel docente, aquella alumna o aquel tutor que diariamente hacen el esfuerzo por enseñar y aprender virtualmente en un contexto pandémico sobrevenido. Estos actores forman las comunidades educativas locales, y deben formar parte de las actuaciones políticas educativas que les están afectando e interpelando directamente.

Aprovechemos esta situación

Solo así se puede juzgar el papel de la educación virtual. No es buena ni mala (a priori), pero tampoco es neutra. Por tanto, nada es más prioritario que aprovechar este acontecimiento tan relevante a nivel mundial para hacer un análisis profundo con el fin de garantizar la inclusión y la igualdad en cada contexto y en cada comunidad educativa particular.

Ningún momento es mejor que el actual, en el que el reparto de los fondos europeos para superar la pandemia mediante la transformación digital nos brinda la oportunidad de hacer de la nuestra una sociedad más responsable, justa y democrática para con su sistema educativo y alineada con los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030.

Fuente: https://theconversation.com/inclusion-e-igualdad-claves-de-la-educacion-virtual-en-pandemia-158007

Imagen:  mmi9 en Pixabay

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México: Cuatro estudiantes mexicanos destacan en el Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020

América del Norte/México/14-05-2021/Autor(a) y Fuente: es.unesco.org

Los estudiantes de México tuvieron un papel destacado en el Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020 organizado por la UNESCO, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc) y la iniciativa AmeliCA, en el marco de la Semana de Acceso Abierto.

Juan García Hernández, estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, obtuvo el primer lugar en la Categoría La ciencia pública o privada: reflexiones hacia la equidad y participación; Esther Bravo Govea y Alan Francisco Colín Arce de la Universidad Nacional Autónoma de México, consiguieron el primer y segundo lugar en las categorías de Acceso a la información e inclusión de grupos vulnerables y Los estudiantes, los académicos y el Acceso Abierto, respectivamente. Por su parte, Juan Alfonso Cruz Vázquez, de la Universidad de Guadalajara, obtuvo el tercer lugar en la categoría Políticas de Acceso Abierto en las universidades.

El Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020 brindó una oportunidad para que académicos e investigadores jóvenes escribieran sobre el papel del Acceso Abierto en distintos ámbitos, así como sobre los mecanismos que se podrían implementar para hacer más equitativa y participativa la ciencia en Latinoamérica. Los temas que se abordaron dentro de los trabajos se dividieron en seis categorías temáticas.

En total se recibieron 68 trabajos desde 13 países distintos. México, envió 22, mientras que Colombia envió 9 y Argentina envió 8. El comité evaluador estuvo conformado por los Miembros del Grupo Trabajo CLACSO Conocimiento Abierto como Bien Común.

La UNESCO, CLACSO y la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de Redalyc y AmeliCA, realizarán el evento de premiación del Concurso Latinoamericano de Ensayo sobre Acceso Abierto 2020, donde se reconocerá a los ganadores de cada categoría, el próximo 28 de mayo.

La Semana del Acceso Abierto es un evento anual de comunicación académica sobre cuestiones relacionadas con el Acceso Abierto a la información, el cual brinda la oportunidad de reflexionar y discutir sobre los beneficios de la ciencia abierta, así como proponer, desde la academia y los interesados, nuevos mecanismos para garantizar el acceso público a la información.  En el 2020, el evento se celebró de manera virtual el día 23 de octubre. Se realizaron debates y jornadas de reflexión sobre el Acceso Abierto y cómo emprender acciones para construir equidad e inclusión en la ciencia.

Consulte la lista completa de ganadores del concurso de ensayo

Fuente: https://es.unesco.org/news/cuatro-estudiantes-mexicanos-destacan-concurso-latinoamericano-ensayo-acceso-abierto-2020

Imagen: https://www.clacso.org/concurso-latinoamericano-de-ensayo-sobre-acceso-abierto-2020/

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