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Escuela de Pensamiento Libre: Una Utopía Posible. Documentos descargables (pdf)

Redacción: Escuela de Pensamiento Libre (blogspot)

Documentos

-ALVAREZ LÓPEZ, FÁTIMA; PRIETO BARBERO, LUIS ALBERTO (2018). «La escuela de Pensamiento Libre: Personas con Discapacidad. En Parecidos de familia. Propuestas actuales en Filosofía para Niños. Madrid: Anaya, pp.333-340.

https://drive.google.com/file/d/1ix4zo_ttAMxC3EVs4P0Vn61NAjwybVid/view?usp=sharing

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (20 de septiembre de 2017). «Ni más ni menos. El derecho a pensar de las personas con discapacidad intelectual». Revista Rescoldos. Asociación Cultural Candela.

http://www.asociacioncandela.org/2017/09/20/ni-mas-ni-menos/

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (2017). Reseña del libro «Pensamiento Libre para Personas con Discapacidad Intelectual» de José María Sánchez Alcón. En Pensar Juntos. Revista iberoamericana de Filosofía para Niños, nº1, pp. 131-133.

https://drive.google.com/file/d/1aOMzTs7xi7hHq-WO5z0Bis1RD9NR-0tE/view?usp=sharing

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2017). «El tiempo aromático del pensamiento cuidadoso. Pensamiento Libre y discapacidad intelectual». En Pensar Juntos. Revista iberoamericana de Filosofía para Niños, nº 1, pp. 41-51.

https://drive.google.com/file/d/1bcdoQkculbi5ocV7KeksJjPUO3vt5E42/view?usp=sharing

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (15 de enero de 2017). «Educar la mirada: la Escuela de Pensamiento Libre». En Web Centro de Filosofía para Niños-Comunidad Valenciana.

http://fpnvalencia.es/educar-la-mirada-fatima-alvarez/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2016). «Escuela de Pensamiento libre. Un viaje desde el estigma de la subnormalidad hasta el empoderamiento de personas entre personas». En Childhood&Philosophy, Vol.12, nº24 (2016), pp.417-441.

http://www.epublicacoes.uerj.br/index.php/childhood/article/view/22930/18068

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2016). «Filosofar desde la palabra herida». En CREARMUNDOS, nº 14, pp.354-359.

http://www.crearmundos.net/asociacion/as/revista_files/Revista%20Crearmundos%2014.pdf

– SÁNCHEZ ALCÓNCHEMA (30 de octubre de 2016)»Crítica de la razón alterada». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/critica-de-la-razon-alterada/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (4 de septiembre de 2016). «Soy imperfecto, luego existo». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/soy-imperfecto-luego-existo/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (1 de agosto de 2016). «Escuela de Pensamiento Libre: una comunidad cordial de conversadores perplejos». En Web Centro de Filosofía para Niños-Comunidad Valenciana.

http://fpnvalencia.es/comunidad-cordial-de-conversadores/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (29 de junio de 2016). «Idiota, imbécil: nombres propios de un estigma». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/idiota-imbecil-nombres-propios-de-un-estigma/

– MORCILLO, J.C.; SÁNCHEZ ALCÓN, Ch. (2015). «Conversando con Juan Carlos Morcillo». En Revista Internacional de los Centros Iberoamericanos de Filosofía para Niños y Niñas y Filosofía para Crianças, nº 10, pp.19-26.

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (28 de febrero de 2014). «No a la muerte civil de discapacitados intelectuales». En Levante-emv, Valencia, España.

http://www.levante-emv.com/opinion/2014/02/28/muerte-civil-discapacitados-intelectuales/1084908.html

– SÁNCHEZ ALCÓN, Ch., ETXEBERRÍA MAULEÓN, X. (2013). «¿Por qué no me miras como una persona entre personas?». En Otra educación es posible. Barcelona: Laertes, pp.121-141.

https://drive.google.com/file/d/1nBpgh97uDBebPBqPRXhfvy1nrte11OIq/view?usp=sharing

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– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2013). «Un tema de nuestro tiempo: pensamiento, moralidad y autodeterminación en personas con (dis)capacidad intelectual». En Diálogo Filosófico, nº 84, pp. 53-71.

https://drive.google.com/file/d/1NRpSd7qOMIyMU-4eRraWF8n06Rt3XZat/view?usp=sharing

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2012). «Territorios fronterizos de la filosofía». En Revista Padres y Maestros. Universidad de Comillas, nº 343,pp.19-22.

http://revistas.upcomillas.es/index.php/padresymaestros/article/view/513/418

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (11 de julio de 2011). «Es una metáfora, pero es posible un presidente de Estados Unidos con síndrome de Down». En Levante-emv, Valencia, España.

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/07/11/metafora-posible-presidente-estados-unidos-sindrome-down/823266.html

– SÁNCHEZ ALCÓN, J.M.(2011). Pienso luego soy…uno más. Programa de Pensamiento Libre para personas con discapacidad intelectual. Madrid: Pirámide.
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Recensión Libro:
http://webcache.googleusercontent.com/searchq=cache:m58ukbyk5E4J:rieoei.org/recensiones/0154Infante.pdf+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=es

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2010). «Lecturas para pensar la discapacidad intelectual de otra manera». En Libre Pensamiento, nº66.

http://librepensamiento.org/archivos/3451

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2010). «Del estigma de la subnormalidad al lenguaje de las capacidades. Una propuesta inclusiva basada en el pensamiento crítico. En Libre Pensamiento, nº66, pp.18-27.

http://librepensamiento.org/archivos/3444

Fuente: http://escueladepensamientolibre.blogspot.com/p/httplibrepensamiento.html

 

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Los intelectuales

Por: Marcelo Colussi

Los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de diversos modos; de lo que se trata es de transformarlo”. Carlos Marx

I

Aunque según Antonio Gramsci todo ser humano “despliega cierta actividad intelectual, es decir, es un “filósofo”, un artista, un hombre de buen gusto, participa en una concepción del mundo” , no hay dudas que los intelectuales “de profesión” constituyen un grupo especial. “Especial” no con un sentido peyorativo; en todo caso: grupo especializado, grupo con una tarea especial, particularizada, con una misión bastante sui generis . ¿Cuál es exactamente esa misión?

La pregunta en torno a qué es un intelectual y a su función es eterna. Desde que alguien se puso a pensar (y de esto hace ya un buen tiempo), desde ahí hay “intelectuales”. De todos modos, la pregunta sigue siendo válida. Por lo que queremos decir ahora en el desarrollo del presente texto podría afirmarse que dilucidar esa pregunta puede ser imprescindible, vital. Al tener claro qué es y qué hace un intelectual, se puede tener claro por dónde caminar en este siempre problemático ámbito del interrogarnos, del querer saber, en esta pulsión de conocimiento que parece definir a nuestra especie.

Un intelectual piensa. Verdad de Perogrullo por cierto. Como decía Gramsci, todos pensamos, todos somos algo filósofos. También piensan –mucho por cierto– quienes se dedican al campo de las llamadas “ciencias duras” (ciencias exactas, aquellas que, al menos en principio, no dejan mayor espacio a la duda), aunque nadie dedicado a estas disciplinas (ciencias puras o aplicadas: física, química, telecomunicaciones o ingeniería genética, para poner algunos ejemplos) es considerado un intelectual en sentido estricto.

¿Qué define entonces hoy el “ser intelectual”? Por supuesto ha de ser algo más que ciertos lugares comunes, ciertos estereotipos prejuiciosos: un bohemio que anda por las nubes, mezcla rara de artista y filósofo, con barba y fumando en pipa (curioso: el primer estereotipo que surge es masculino; ¿no hay imagen estereotipada de intelectuales mujeres? ¿Aquí también se presentifica el machismo?) A partir de ese prejuicio, es fácil terminar considerando al clan de los intelectuales ora como superior, una “raza” con cierta aureola que llama a su reverencia, ora como unos inservibles diletantes sin incidencia práctica real: “sociólogos vagos”, como los llamara un candidato presidencial ecuatoriano alguna vez, o “gente con el privilegio de poder dudar”, según se expresó un militar argentino. Lo cierto es que hay mucho de difuso prejuicio en su apreciación, y menos de una clara y precisa delimitación.

Con Javier Biardeau se los podría considerar, al menos, jugar alguno de estos papeles: “a) custodios de valores permanentes de la “civilización”, b) comprometidos con las luchas de su tiempo con base a un proyecto revolucionario, c) articuladores de la queja común, d) portavoces de los débiles, e) contradictores del poder, e) aseguradores del saber-experto, f) servidores de Amos de turno”.

Sin dudas no es fácil precisar con exactitud qué es y qué hace un intelectual; pero quizá más a base de intuiciones que de precisiones lógico-formales, estamos seguros de lo que no es. Pero, ¿por qué todas estas elucubraciones? No oculto el motivo de escribir estas líneas: es la reacción –visceral en buena medida ¿por qué negarlo?– a lo escuchado recientemente en una conferencia: que “ante el avance imparable de las ciencias, los intelectuales están llamados a su desaparición” (sic).

La idea (o más bien el prejuicio) en juego en esta afirmación es que la acción de los intelectuales es puro humo destinado a desvanecerse o, en todo caso, es algo colateral, sin mayor importancia, incomparable con la “seriedad” de las ciencias (léase para el caso: ciencias duras); es decir: algo así como pasatiempo banal. Está tan plagado de inconsistencias este discurso ideológico que ni siquiera vale la pena intentar desmontarlo parte a parte. No es esa la intención de este breve escrito; pero sí, a partir de una formulación tan ricamente cargada de formaciones político-culturales, podemos aprovechar la ocasión para puntualizar y definir de qué estamos hablando: ¿qué aportan los y las intelectuales? ¿De verdad van a desaparecer? ¿Por qué?

 II

Buena parte de quienes leen este artículo, y habitualmente leen el medio en que aparece, podrían considerarse “intelectuales” (varones y mujeres, entren o no en el estereotipo descrito arriba). ¿Qué los definiría así? Seguramente no el tener barba ni el fumar en pipa (es probable que esas características superficiales no las tenga ninguno –ni ninguna– de quienes ahora están leyendo esto). Se es “intelectual” por una posición en la vida, por una actitud y no tanto por una especialidad profesional. En esta era de hiper especializaciones donde los grados universitarios van quedando “pasados de moda” y se exigen post grados como carta de presentación –ya estamos en los post doctorados– para un mercado laboral cada vez más descarnadamente competitivo, mundo, valga recordar, que al mismo tiempo presenta un 15% de su población planetaria analfabeta, en esta era de (supuesta) excelencia académica creciente, no hay carrera de “intelectual”. Nadie se gradúa de tal. ¿Dónde se estudia eso? Jorge Luis Borges, sin dudas uno de los grandes intelectuales del siglo XX, erudito como nadie, tenía por todo título académico un bachillerato en Suiza; y Nicanor Parra, el gran poeta chileno, intelectual de fina sensibilidad humana y social, tenía por grado de sus estudios formales… profesor de matemáticas. ¿Cuándo se empieza a ser intelectual entonces? La historia está llena de intelectuales sin título profesional.

La pregunta insiste: ¿cuándo se comienza a ser un intelectual? ¿Qué cosa da esa categoría? El periodista Ignacio Ramonet, por ejemplo, el director de Le Monde Diplomatique, sin dudas es un intelectual. ¿Lo son también los otros periodistas que trabajan en ese medio? ¿Qué diferencia a un periodista de un intelectual? ¿O no hay diferencias? Aunque exista esa cierta inexactitud en la definición, así sea a tientas intuimos de qué se habla cuando se dice que alguien es un intelectual: es alguien que piensa, que piensa creativamente. Si bien puede tener directa ligazón con lo político, no es un político. La práctica política se relaciona directamente con el poder, en tanto lo intelectual tiene que ver, antes bien, con la búsqueda de la verdad, con la creatividad.

Al hablar del poder tocamos el corazón del asunto: un intelectual es alguien que, o funciona como servidor del Amo de turno, o es un contradictor del poder. En esa dinámica se despliega toda su actividad: como “profesional” de la cultura, del hecho civilizatorio en sentido amplio, le toca definirse por una de las dos alternativas: mantiene el orden dado, o lo cuestiona. No hay trabajo intelectual neutro . Hay intelectuales que actúan en la esfera política propiamente dicha, poniendo el cuerpo en forma directa: Lenin, Mao Tse Tung, Fidel Castro, o por el lado del pensamiento no-crítico, fundador y defensor del sistema: los iluministas franceses (Voltaire, Rousseau, Montesquieu, etc.), George Washington, Mario Vargas Llosa, pero esa no es la generalidad. Los intelectuales hacen su aporte modestamente desde un trabajo silencioso, no desde la tribuna pública.

Ahora bien: la idea aquella por la que “la” ciencia hará a un lado a los intelectuales desplazándolos por inservibles, esconde una visión prejuiciosa (ideológica) de las ciencias, idea no crítica por cierto: idea que las asimila a instrumentos a favor de los poderes constituidos, sin cuestionamiento, el saber como servidor del Amo de turno. ¿De qué ciencia se está hablando? De cualquier actividad que sirva para mantener el orden establecido, desde las modernas tecnologías comunicacionales de manipulación social a la psicología militar, desde las técnicas de mercadeo a eso que en Estados Unidos se llamó alegremente “ingeniería humana”, hoy esparcido por todo el globo. Si ese cúmulo de saberes es lo que reemplazará al pensamiento crítico sobre lo humano, sobre lo social y sobre la historia, la perspectiva es muy preocupante. Y sabemos que esa es la tendencia en marcha, por eso se torna imprescindible seguir levantando voces a favor de un humanismo crítico y cuestionador. Es decir: de una intelectualidad comprometida con la verdad.

 III

Por supuesto que un intelectual puede ser parte vital del sistema. Ahí están los llamados “tanques de pensamiento”, los ideólogos que “piensan” los escenarios del mundo, que diseñan el orden cultural, los engranajes vitales al sistema que, ciencias de por medio, consolidan el estado de cosas. La “ingeniería humana” no es sino eso (¿Kissinger?, ¿Brzezinsky?, ¿Milton Friedman?).

Pero un intelectual también puede optar por otro proyecto. La función del intelectual es ayudar a abrir los ojos. Aunque en esto hay que tener cuidado: tampoco un intelectual es un iluminado que conduce al rebaño de zombis hacia la sabiduría. Esa es la otra versión del intelectual –y lo que alimenta esa visión, igualmente estereotipada y también errónea– de su aureola mágica. Si alguna responsabilidad ética le toca, es la de ayudar a quien no ha tenido la posibilidad de un desarrollo intelectual a poder ver lo que le está vedado. Si la cuota de saber de que dispone le sirve sólo como mero regodeo, supuesto tesoro del que se ufana terminando muchas veces en bizantinas discusiones estériles para demostrar cantidades de saberes en juego, eso justifica ese otro estereotipo que circula socialmente donde se lo ve como “alejado de la realidad, enfrascado en sus propias elucubraciones”. Esa actitud, con un tácito llamado a una “discusión teórica permanente” que esconde una parálisis en la acción concreta, es lo que ha llevado a desconfiar de su importancia, de su utilidad, considerándolo entonces un “vago inservible”.

Pero ni lo uno ni lo otro: así como un pragmatismo ciego sin teoría no puede sino estrellarse contra la pared, un devaneo teórico por el puro goce de especular no aporta nada. En definitiva, tanto uno como otro son inconducentes.

Las ciencias de las que nuestro conferencista se jactaba –aunque no sólo él, sino en buena medida la conciencia término medio que ha creado la modernidad– producen efectos, sin dudas. Si, por ejemplo, consumimos todo lo que consumimos es porque hay saberes técnicos que posibilitan operar y decidir los “gustos” de los consumidores: ¿por qué los logotipos de las marcas más conocidas mundialmente llevan todos, invariablemente, los colores rojo, amarillo y blanco? Un cierto saber técnico (disfrazado de científico) lo certifica. Y no hay dudas que eso es cierto, que produce impactos. En definitiva: que sirve para vender. Utilizar ese conocimiento para mercadear es, en la lógica de nuestro conferencista, lo que marca el rumbo de las ciencias sociales contemporáneas. ¿Lo podemos aceptar? Ahí es donde nace entonces el pensamiento crítico (o si se quiere decirlo de otro modo: la misión de la intelectualidad como contradictora del poder).

Justamente el problema que se le presenta hoy al pensamiento crítico, el que intentan desarrollar los intelectuales en tanto contradictores al sistema, es la forma en que el saber “oficial” de ese sistema va tomando forma. Como dijo Ralph Emerson, podemos estar de acuerdo con que “la tarea más difícil del mundo es pensar, pensar críticamente se entiende. Sin dudas, puesto que se trata de remar contra la corriente. Eso no es nuevo; siempre ha sido así, y cada pequeño avance en las ideas, en las teorías –¿podremos decir: en la civilización?– costó sacrificios indecibles, pagados con muerte, sufrimiento, escarnio, destierro. Pero ahora las cosas se complican porque el grado de “impacto” (palabra tan de moda) de esos saberes que recorren el mundo es tan fenomenal (por ejemplo, lo que más arriba presentábamos como demostración de la “infalible” psicología de la percepción, las “ciencias” de nuestro conferencista), y junto a eso la cantidad inconmensurable de datos y más datos que se producen con velocidades vertiginosas es tan inmanejable, que formular visiones globales y críticas de esos procesos se torna muy complicado.

Ser un intelectual crítico en un mundo manejado por poderes descomunales que hacen uso de cada pequeño avance tecnológico (se dice, por ejemplo, que vivimos en guerra perpetua, “guerra de cuarta generación” la llaman los ideólogos de la derecha, guerra psicológico-mediática, aunque no nos demos cuenta), abrir una visión alternativa ante ese “impacto” fabuloso que evidencian las ciencias sociales –ingeniería humana– que no se avergüenzan de ser las sirvientes del Amo de turno, es difícil, entre otras cosas, porque no se dispone de “éxitos” que mostrar desde este lado. Y además, manejar el grado casi infinito de datos e información que recorre el mundo es ya una tarea imposible en términos prácticos.

Pero para quienes siguen apostando por la visión humanista y crítica del mundo, para quienes no se fascinan con esa ingeniería humana tan “exitosa” y de tan alto impacto, algo nos puede dar esperanzas, al mismo tiempo que llena de sentido el trabajo intelectual, hoy cuestionado por este conferencista (y por tanta propaganda que, o lo sataniza, o lo denigra). Permítasenos presentarlo con un breve parangón histórico: la Revolución Francesa de fines del siglo XVIII no fue el origen del mundo moderno, de la burguesía como clase dominante con toda su ideología liberal de libre mercado; fue, por el contrario, la culminación de un proceso que se venía gestando desde siglos atrás, que arranca ya con la Liga Hanseática en el siglo XIII y es desarrollado por toda la intelectualidad europea que comenzó a promover ideas nuevas que posibilitaron el Renacimiento y el surgimiento de la ciencia moderna tal como hoy la podemos conocer; ideas-fuerza, valga decir, que se fueron transformando en los ideales político-filosóficos que para 1789 logran forma acabada. Pero lo que posibilitó la toma de la Bastilla y el guillotinamiento de la nobleza francesa como símbolo del inicio de una nueva era política, de nuevas relaciones de poder, fue el trabajo intelectual de innumerables pensadores que fueron creando las bases de esa “asalto al poder” dieciochesco.

En ese sentido podemos decir que el experimento socialista, del que conocimos en el siglo XX sólo los primeros balbuceos –extraordinarios en algunos casos, condenables en otros, pero siempre eso: primeros pasos– no es un punto de llegada: es un punto de partida, y sólo el trabajo intelectual de revisión crítica –no el debate estéril para el propio pavoneo, que quede claro–, sólo la lectura constructiva y la reformulación teórica profunda, honesta, buscadora de la verdad, podrá hacer de estos primeros pasos un momento en la construcción de esa sociedad menos injusta que sigue siendo el ideal del socialismo, aunque hoy se lo quiera hacer pasar por fenecido.

En ese sentido, entonces, los intelectuales tienen un gran reto por delante: seguir pensando y dándole forma a esa utopía que nos sigue haciendo caminar. Sin ser la guía, la vanguardia esclarecida –¡pobres de aquellos que se lo crean!–, los intelectuales no son “charlatanes de feria”. Son, por el contrario, bastiones de un pensamiento crítico que no ha muerto ni se puede dejar morir.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253638

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Universidades bajo el acoso de la corrupción

Por: Fernando Buen Abad

Un sistema corrupto no respeta ciencias ni conciencias. En la práctica, una multiplicidad de mafias burocráticas (que se adueñaron del gobierno) ejercen con toda impunidad su fuero de ignorantes y su estulticia de ladrones. Avasallan todo escudados en “políticas” y “protocolos” “de Estado”, diseñados para esquilmar, reprimir o aniquilar todo intento de desarrollo académico e intelectual que tenga por “alma mater” servir a los pueblos en su emancipación. Y hemos debido soportar tal canallada bajo el imperio de las amenazas y desplegué delincuencial, impúdico e impune, de funcionarios gubernamentales entrenados para fabricar esclavos de consciencia -con títulos universitarios- al servicio del “sistema”. “Mundo patas arriba”, clamaba Galeano.

Sálvense aquí todas las excepciones pero no por eso quede silenciado lo que es una demanda sentida e inmensa, que vive en el hartazgo y en la desesperación de los pueblos, porque no han existido políticas rigurosas capaces de impartir justicia verdadera a la hora de juzgar el papel del Gobierno en el tutelaje de la Educación Superior. No pocas veces se ha puesto en manos de funcionarios ignorantes, inoperantes y delincuentes el destino de la ciencia y el instrumental académico con que un Estado pretende desarrollar las capacidades intelectuales de los pueblos. No pocas veces hemos visto componendas, cohechos, malversaciones y persecuciones protagonizadas por los funcionarios responsables de la educación universitaria y no pocas veces hemos visto fraudes variopintos relacionados con la aprobación o el rechazo de planes de estudio, contenidos científicos y prácticas profesionales. Vivimos una crisis ética de alcances descomunales en el campo de las políticas publicas para la educación de los pueblos. Lo dicho… sálvense las excepciones.

No es una corrupción sólo de “mordidas”, “coimas”… o dinero. Es una corrupción de contenidos y de formas, de impostaciones y defraudaciones que abarcan desde el perfil de los funcionarios hasta su currículo o el papel que han jugado en el terreno de la educación. Muchos carecen de experiencia mínima (eso nada tiene que ver con sus títulos) y carecen de respeto alguno por su papel como defensores de una u otra metodología científica para el perfeccionamiento de Educación Superior. Pero incluso muchos de los que tienen todos los “papeles” y los oropeles, tampoco han sido “blancas palomas” y hemos padecido, con dolor intenso, los asaltos desembozados de peleles burócratas, bañados en prestigio de clase, pero infectados por el veneno del robo contra el presupuesto educativo que no es otra cosa que dinero del pueblo. Historia, por lo demás, tristísima.

Ya no podemos seguir guardando silencio aunque el miedo nos transite por los huesos. Ya no podemos seguir callando las canalladas de la corrupción gubernamental que, en todas sus escalas, ha dejado huellas indelebles para la historia de la educción en nuestros países. No podemos ni debemos tragarnos la denuncia por más amenazas o insultos recibidos (directa o indirectamente) por los funcionarios aludidos… ni podemos fingir “normalidad” cuando el fracaso general de la educación, en todas sus modalidades, salta a la vista como resultado de un modelo económico y político excluyente, racista, selectivo, injusto… expresado en contenidos manipulados para traficar modelos ideológicos opresores disfrazados “academia” o de “ciencia”.

No podemos ser cómplices del avasallamiento de grandes y buenas iniciativas gestadas en las refriegas del trabajo intelectual honesto, que quieren encontrar los mejores caminos para multiplicar y democratizar los mejores saberes. No podemos ser aliados del exterminio de la creatividad pedagógica y didáctica de los grandes proyectos educativos incluyentes que anhelan derribar los muros entre las nuevas tecnologías y las mejores filosofías del desarrollo humano y humanista. No queremos ser cómplices de la barbarie burocrática de funcionarios incapaces de entender la dinámica magnifica, ni la fuerza transformador de la educción, pensada para seres humanos cultos que anhelan ser libres. Basta de caciques burocráticos en las tareas de la educación, de la ciencia y del pensar riguroso.

No hay manera de imaginar países libres infestados con burócratas ladrones medrando con la educación de los pueblos. No hay manera de convertir las universidades en fuente nutricia de la transformación social si desde el gobierno se infiltran agentes de la corrupción económica e ideológica. No hay manera de anhelar una humanidad renovada en las fuerzas de sus fuerzas creadoras si las ciencias viven acosadas por mafias de burócratas empeñados en destruir toda buena nueva idea emancipadora de los pueblos. No hay manera de democratizar los saberes si hay gobiernos y funcionarios empeñados en destruirlos, ignorarlos o resecarlos con todo tipo de crímenes burocráticos.

Esos burócratas corruptos que infestan no pocos territorios de la Educación Superior no sólo han esquilmado a las universidades con vocación de justicia social para el saber, sino que han manchado su prestigio, les han inventado expedientes espurios, han hecho campañas difamatorias, han manoseado la vida privada de los científicos, de los intelectuales y de los académicos más honestos y más plenos de sentido popular. Han escupido sobre las mejores obras revolucionarias en la metodología y han hecho reinar la calumnia como forma de sistemática de amedrentamiento y castigo contra todos los que no quieren ser cómplices ni siervos de la estulticia gubernamental.

Pero llegó la hora de los límites y toda la paciencia, que muchos han tenido, se agotó. Llegó la hora de confrontar abiertamente en todos los campos pertinentes o adyacentes. Llegó la hora de la denuncia renovada que se hermana con la gran tradición de otras denuncias y luchas, contra la corrupción en todas sus expresiones y contra la condena a la ignorancia, injusta y criminal, a que han sometido a los pueblos esos corruptos investidos como “funcionarios gubernamentales” para la educación del pueblo. Ya basta. Tenemos nombres y apellidos, tenemos casos concretos y fechas precisas, tenemos estudios a fondo y tenemos la solidaridad internacional de miles de científicos, intelectuales y académicos hartos también de la corrupción infiltrada contra la educación. Y, por si fuese poco, tenemos también la razón de nuestro lado.
Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Universidades-bajo-el-acoso-de-la-corrupcion-20190222-0003.html

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De la educación emocional: El neuroneoliberalismo capitalista fascista

Por: Miguel Andrés Brenner

No se puede tener éxito solo dependiendo de nuestras facultades intelectuales, sino que el manejo correcto de nuestras emociones son la piedra angular del éxito”

Daniel Goleman

Las conexiones existentes entre el sistema órbitofronal y el sistema límbico son tan cuantiosas que algunos neurocientíficos han bautizado este sistema con el nombre de ‘córtex límbico’, la parte pensante del cerebro emocional”

Daniel Goleman

SUMARIO

  • En el inicio presentamos una problemática, la referida a la educación emocional.
  • ¿Qué es la educación emocional?
  • Elementos de la Inteligencia Emocional.
  • Definición de Inteligencia Emocional.
  • ¿Cómo se educa emocionalmente?
  • Perspectiva crítica: prolegómenos.
  • Las emociones no se enseñan: mirada crítica.
  • ¿No habrá que hacer otra lectura? El neuroneoliberalismo capitalista fascista.
  • Conclusiones.

A modo de inicio

La casi totalidad de los docentes ignora el significado de lo que dentro del neoliberalismo capitalista se denomina “educación emocional”, más allá del significado que cada uno, por su propia cuenta y de manera equívoca, le otorgue a ese término. Por otro lado, ningún país, al menos hasta la fecha, hace de la misma una práctica efectiva a nivel del sistema escuela, independientemente de las experiencias acotadas y coyunturales que existen. Entonces, la pregunta de inicio es la siguiente: “¿por qué abordamos el tratamiento de la educación emocional si no se encuentra generalizada, si hay un desconocimiento global de la misma?” Atinamos la siguiente respuesta: “porque en los documentos del establishment, entre otros los del G-20 del 2018, se le presta crucial importancia, sin la que no sería posible educación alguna”. O sea, es ella la que da sentido a la escuela pensada desde los criterios del poder hegemónico, considerando que el mismo se asienta en un capitalismo de base financiera – especulativa y parasitaria-, globalizado y neoliberal, colonizador y depredador. Ése es su espíritu.

En nuestro país, Argentina, varias jurisdicciones han sido tomadas como punta de lanza en tal sentido, valga a saber:

  • La Provincia de Entre Ríos. Ley de Educación Emocional nº 754180/2016
  • La Provincia del Neuquén. Ley de Educación Emocional nº 11.267/2017
  • La Provincia de Misiones. Ley de Educación Emocional VI nº 209/2018
  • La Provincia de Corrientes. Ley de Educación Emocional nº 6398/2018
  • Otros: a) La Provincia de San Juan no tiene ley especial, pero se encuentra en el marco de la Ley Provincial de Educación. b) En la Provincia del Chubut se encuentra como proyecto de ley. c) La Provincia de Mendoza se encuentra en gestión para la elaboración de un proyecto de ley. d) En la Provincia de Buenos Aires aún no hay proyecto, pero funciona dentro del Programa Red de Escuelas de Aprendizaje que afecta a 2000 escuelas.
  • A nivel nacional existe la intención de formular un proyecto de ley, auspiciado por Lucas Malaisi, presidente de la Fundación Educación Emocional Argentina.1

Pero, ¿en qué consiste la educación emocional?

¿Qué es la educación emocional?

Daniel Goleman (1998: 210), en su libro La práctica de la inteligencia emocional afirma que, a la hora de tener éxito en la vida, la inteligencia cognitiva tiene un impacto de entre un 10 y un 20% y la inteligencia emocional entre un 80 y un 90%2. ¿Y cuáles son las emociones? En 1972, el psicólogo Paul Ekman 3 , a quien Goleman cita varias veces, sugiere que existen seis emociones básicas que son universales a lo largo de las culturas humanas : miedo , asco , enfado , sorpresa, felicidad, tristeza. Mientras Goleman, Daniel (1996: 242) en su obra “Inteligencia emocional” establece una clasificación algo diferente: ira, tristeza, miedo, alegría, amor, sorpresa, aversión y vergüenza. 4

¿Y qué es una emoción?: Una emoción es una reacción subjetiva que experimentamos ante algún estímulo, interno o externo, que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.5 

La definición dentro del encuadre de la Inteligencia Emocional, en vez de estímulo interno o externo, dice “ante un ambiente”, porque insiste más que nada en las “demandas del ambiente”. Es que, en realidad, lo que más importa son las demandas del ambiente a las que el individuo debe adaptarse, cuestión que veremos a lo largo de nuestra indagación.

Para comprender qué significa la educación emocional, ante todo, resulta relevante conocer cuáles son los elementos de la inteligencia emocional.

Elementos de la Inteligencia Emocional

El teórico más importante de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman (1996: 238-239), señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son los siguientes6:

  • 1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional). Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y sentimientos7 y cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a ellos mismos. Por ejemplo, puede incidir negativamente cuando no se toman decisiones al padecer de un estado psicológico poco equilibrado. O bien, tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados, como si estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca racionalidad.
  • 2. Autocontrol emocional (o autorregulación). El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas. Si fuéramos esclavos de la emoción del momento estaríamos continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos.
  • 3. Automotivación. Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos.
  • 4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía). Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos. Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la Inteligencia Emocional.
  • 5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales). Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral . Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones. Es una de las claves de la Inteligencia Emocional. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten de un modo que nos hace sentirnos de un modo determinado, en vez de empezar pensando en cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos ante lo que otros digan o hagan.

Definición de la Inteligencia Emocional

En términos genéricos podemos afirmar que…

  • La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad para manejarlos. Algunos ejemplos pueden ser saber escuchar a los demás, ser agradable en las relaciones, no derrumbarse ante la presión, irritarse con facilidad o tener buen humor, etc.
  • De ahí que el Nuevo Modelo adopte una nueva asignatura: la educación socioemocional basado en el coaching8: programa de los años noventa para implementar personas emprendedoras, resistentes al fracaso pero que se sienten plenas “socioemocionalmente”, y que están en la mejor de las disposiciones para salir día a día con buen rostro hacia su lugar de trabajo y aguantar todo tipo de insultos, represiones y días de explotación monótona.9

¿Cómo se educa emocionalmente?

Importa la aclaración siguiente: cuando dentro de este encuadre se dice “educación”, no se alude a la “enseñanza”, sino al “entrenamiento”. La educación emocional no se enseña, se entrena. Por otro lado, hay algo que excede a un tratamiento académico, en razón de que difícilmente puedan comprenderse lo que las “técnicas” son si no se las vivencia. Dado ello, ya que no siempre es posible la vivencia señalada, valga la recomendación, al menos, de percibirlas/apreciarlas en ejemplos que se visibilizan mediante videos, por ejemplo, los de youtube, alguno de los cuales son:

Veamos algunas técnicas.

  1. Autoestima y autoconocimiento
    • Las diferentes caras del yo: El primer paso es conocerse a uno mismo para después aceptarse tal y como somos. Por eso esta actividad se centra en ayudar a los más pequeños a reflexionar sobre cómo son en diferentes ámbitos: en la familia, la escuela, la relación con los demás, etc.
    • El ovillo: Todo un empujón de autoestima, ya que consiste en que los demás nos digan las cosas buenas que ven en nosotros. Muy adecuada cuando nuestros estudiantes no saben valorarse o tienen una baja autoestima.
    • Los tres saltos: Una técnica para recapacitar sobre lo poco que nos valoramos habitualmente a nosotros mismos y cómo frecuentemente podemos conseguir mucho más de lo que nos pensábamos en un primer momento.
  1. Control de las emociones negativas
    • Técnica de la tortuga: Una interesante opción para que los más pequeños aprendan a manejar su ira, que les ayuda a controlar el enfado en el momento en que crean que están a punto de tener un comportamiento negativo impulsivo.
    • Técnica del semáforo: Otra genial manera de aprender a gestionar las emociones negativas es esta técnica, que se basa en asociar los colores del semáforo con las emociones y la conducta.
  1. Empatía
    • El explorador de las emociones: Una actividad para ayudar a los pequeños a desarrollar la empatía y reconocer las emociones ajenas, planteado como un juego de pistas. ¡Lo pasarán en grande mientras aprenden!
    • El valor de la tolerancia: Este juego pretende que los estudiantes tomen conciencia de sus propios juicios y aprendan a respetar los de los demás, basado en debatir en torno a distintas situaciones discriminatorias o conflictivas.
  1. Asertividad
    • Disco rayado: Con esta técnica aprenderás a comunicar tus deseos y sentimientos de una forma tranquila, pero sin dejar que tus necesidades se sometan a las de otras personas, siempre desde la autoconfianza y el respeto al otro.
    • Tortuga, dragón y persona: Para enseñar a los más pequeños a comunicarse de forma asertiva, sin dañar a los demás, trabajando así la capacidad de perder el miedo a expresarse sin ser agresivos.
  1. Frustración
    • “No lo sé”: Técnica que pretende evitar el sentimiento de frustración o el miedo al ridículo que podemos sentir al no saber la respuesta a una pregunta, fomentando la curiosidad por el aprendizaje de cosas nuevas.10

Variados ejemplos más para el entrenamiento (apreciar la función de entrenar)

  • Plumas

En parejas se sientan en frente uno del otro. La persona que va a recibir el masaje cierra los ojos y la otra toma la pluma. Pasamos con la pluma por las distintas partes de su cara, haciendo formas y movimientos. También se pueden tomamos las manos y acariciarlas con la pluma. Después hay que cambiar los papeles.

  • Pelotas anti estrés

Pelotas blanditas para apretar fuerte cuando se está nervioso o enfadado, estrujándolas y dándoles diferentes formas.

  • Bote de la calma

Al mirarme piensa que tus pensamientos son como la brillantina. Si me agitas, la brillantina está revuelta. Si me calmo, la brillantina está tranquila en el fondo. Hay que mover la botella de la calma y concentrarse en cómo se mueve la brillantina y cómo pasa de un estado de nerviosismo y exaltación a la calma y tranquilidad.

  • Vela

Se enciende una vela y el estudiante simplemente observar su llama, enfoca su atención y libera la mente de cualquier otro pensamiento. Cuando la llama esté interiorizada en su cabeza que cierre los ojos y la visualice, que recuerda su color, su forma, cómo bailaba la llama. Si se ‘pierde’ que vuelva a abrir los ojos y se centre de nuevo en la llama.

  • Diamantes

Se coloca una bolsita de diamantes encima de la tripa y se observa cómo sube y baja cuando respiramos (si no se mueve es que no se está respirando bien). Luego, hay que sacar todos los diamantes de la bolsita y volver a meternos de uno en uno despacio, contándolos, observando sus colores, palpando su forma… ¿Falta alguno?

  • Soplador de pompas

Hay que respirar e intentar hacer pompas con calma. Mirar cómo vuela la pompa y seguirla.

  • Gusano

Este gusano tiene ganas de salir, pero solo puede andar pasito a pasito y en línea recta. Hay que ayudarle soplando y mirar cuánto es capaz de recorrer.

  • Cubo de las emociones

¿Cómo te sientes? ¿Estás triste, nervioso, alegre…? Hay que tirar el dado, identificar qué emoción es, recordar una situación que te hizo sentir así y compartirla.

  • Ruleta posturas de yoga

Girar la ruleta y practicar sus diferentes posturas.

  • Comecocos emocional.

Un juego de papiroflexia para jugar a trabajar las emociones y a expresarlas de manera muy divertida. 11

Como aparece en variados textos12, siempre hay que tener en cuenta las siguientes pautas:

¿Cómo se pueden controlar las emociones?

  1. Intentar no pensar en lo que te preocupa. …
  2. Relajarte y respirar hondo… …
  3. Liberar la tensión por otras vías. …
  4. Presionarte para tener pensamientos positivos. …
  5. Intenta recordar tus virtudes y éxitos. …
  6. Distrae tu atención hacia un asunto concreto. …
  7. Piensa en tu futuro más inmediato.

Perspectiva crítica: prolegómenos

Cuando Esteban Bullrich (2016) fue Ministro de Educación y Deportes de la Nación Argentina afirmó la importancia de “ …crear argentinos que sean capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla.” 13 A tal efecto, aunque Bullrich en este caso no lo aclara explícitamente, se requiere de la educación emocional. Paradójicamente, el capital a efectos de la inversión requiere de certidumbre económica, jurídica, social y política.14 Es decir, la educación emocional apunta al individuo, mientras que el “fundamento” del mismo sería “el capital” bajo connotaciones de “certeza”. Dicho capital sería como una especie de “absoluto”, que ni ameritaría encontrarse bajo la crítica de la “muerte del Absoluto”. Esta apreciación implica una crítica a todas las filosofías contemporáneas que signan, sin más, nuestra época como de incertidumbre, pues en última instancia son ideológicas, como “falsa conciencia”, desde la que se producen discursos sugestivos, persuasivos, en tanto, a la vez, ocultan las relaciones de opresión del capitalismo vigente.

En el plano mundial, el G-20 se reunió en la Provincia de Mendoza, septiembre de 2018, para trabajar el capítulo específico de educación. A su vez, hacia fines de noviembre, en la Ciudad de Buenos Aires, aconteció el cierre de todas las diversas reuniones/áreas/capítulos dentro de ese marco. Entre otros, rescatamos tres párrafos:

“…muchos estados nacionales aún están aprendiendo a implementar las reformas y las medidas compensatorias necesarias para crear entornos escolares adaptables, donde los niños puedan aprender, construir y, sobre todo, aplicar habilidades cognitivas básicas y elevadas, así como habilidades socioemocionales15, para resolver problemas complejos en entornos desconocidos.”16

“…es relevante que los Estados miembros lleguen a un acuerdo sobre qué marco usarán para definir, realizar un seguimiento y evaluar las habilidades, en especial, las que se encuentran en el dominio socioemocional17. Por ejemplo, entre otros asuntos, los gobiernos deben determinar si se enfocarán en los métodos de evaluación biométricos18, psicométricos y experimentales de las habilidades socioemocionales19, la frecuencia con que se recopilarán estos datos, así como sus mecanismos de validez y fiabilidad.”20

Fomentar la inclusión de habilidades no cognitivas, tales como las habilidades socioemocionales21 a lo largo del currículo.”22

Obviamente, los “entornos desconocidos” no debieran serlo para el capital, en particular el financiero. Pero, dejemos para más abajo las críticas prioritarias a esta concepción.

Las emociones no se enseñan: mirada crítica

Las cualidades más significativas de la educación emocional tienen que ver con lo siguiente:

  • “Las emociones no se enseñan.” Predomina, aquí, el adiestramiento, tan criticado por el filósofo de la educación de origen norteamericano John Dewey. Dewey, John (1967: 39)23 explicita lo siguiente: “Cuando las cosas tienen un sentido para nosotros… sabemos lo que hacemos; cuando no lo tienen, actuamos de un modo ciego, inconsciente, ininteligente.” “…en la respuesta simplemente ciega, la dirección es también ciega. Podrá haber adiestramiento, pero no educación.” Valga la argumentación por cuanto al decir que las emociones no se enseñan, es porque se entrenan.
  • “Las emociones se entrenan, en principio hay que controlarlas para manejar las propias pulsiones.”24 Predomina, aquí, una visión psicologista de toda la realidad, donde el “individuo” sería la base de todo constructo25 social, político y económico.
  • “Conocer y manejar las propias emociones a fin de lograr el éxito en los propios objetivos y a su vez, conociendo las propias emociones poder manipular las emociones ajenas en función de la adaptabilidad meritocrática dentro del perfil emprendedurista. La manipulación puede suceder en espacios familiares, escolares, laborales, amorosos.” Predomina, aquí, la negación de la responsabilidad por el otro26, sin responsabilidad ético/ política/ social, en tanto se manipula a los otros para conseguir fines personales que, en última instancia, acreditarían el mérito individual.

Las emociones no deben considerarse como meramente individuales, se encuentran dentro de entramados ideológicos e intersubjetivos. Las emociones se encuentran cargadas se significados, de sentidos sociohistóricos. La pura emoción no existe, hay una organización ideológica que le da sentido.

Importan la competencia moral, profesional y la emocional en el modelo del buen gestor. El buen gestor de una empresa o una institución es el buen gestor de su propio yo. El imperativo es controlar y controlarse. Pero, un interrogante crucial es el que nos inquieta: ¿quién controla, por qué, a favor de quién y para qué?

El concepto de “inteligencia emocional”, ha venido en ayuda del capitalismo emocional: “aquello que uno siente” es la base misma desde la que uno conoce. Mediante la afirmación de que existen diversos tipos de inteligencias, y no sólo diversas estrategias para analizar un problema, en realidad lo que se ha logrado no es democratizar la inteligencia, sino crear una nueva estratificación social. Hoy los tests en psicología laboral pretenden medir “científicamente” las capacidades emocionales de los candidatos a acceder a determinados tipos de trabajos y se multiplican los “talleres de habilidades emocionales”, que sirven para dar trabajo a miles de psicólogos y para producir ideología destinada a cientos de miles de maestros y profesores en todo el mundo. Que sirven para culpabilizarles si no dan los resultados estandarizados que de ellos se esperan. Así la racionalización del mundo conquista el que (por el momento) era el último bastión de la subjetividad y las emociones han sido “normalizadas”; ya son aptas para ponerlas a trabajar en cualquier aspecto de la vida. Las emociones serían una mercancía más, así, al decir de Illouz, Eva (2007:138-139) “…la salud emocional se convierte en una nueva mercancía que se hace circular y se recicla en lugares económicos y sociales que adoptan la forma de un campo.”27 . Los problemas emocionales se gestionan según una lógica económica, de inversión, una pérdida o ganancia (ajeno al ideal romántico: gratuidad y pasión). Sin embargo, desde Daniel Goleman, tanto la inteligencia como la acción social tendrían una base emocional, y de ahí el requerimiento de su educación, la educación emocional.

Y en cuanto a la normalización de las emociones, valga el párrafo citado más arriba, producido en el marco del G – 20, Buenos Aires 2018: “…los gobiernos deben determinar si se enfocarán en los métodos de evaluación biométricos, psicométricos y experimentales de las habilidades socioemocionales, la frecuencia con que se recopilarán estos datos, así como sus mecanismos de validez y fiabilidad.”

La consideración neoliberal de las problemáticas sociales se desplazan al ámbito de las emociones. En el neoliberalismo la cuestión de la vulnerabilidad afectiva se resuelve en la “gestión de los afectos”. En tanto “el Mercado” predomine en la constitución de la subjetividad, se debilitan la cohesión social y las solidaridades. Ante ello, para el aprendizaje, el Estado descentraliza su responsabilidad en las emociones de los individuos.

Y en cuanto al adiestramiento, consideremos que en el discurso educativo hablamos con metáforas, en este caso la del “entrenamiento”. Entrenar, definición de la RAE.: como transitivo, ‘preparar [a personas o animales] en una práctica, especialmente deportiva’. Se entrena mediante la repetición mecánica. El entrenamiento de tipo físico, por ejemplo, es casi mecánico ya que consiste en llevar a cabo series de ejercicios previamente establecidas para desarrollar ciertas habilidades o aumentar la musculatura. Como lo habíamos anticipado, s egún John Dewey (1967) en “Educación y Democracia”, la diferencia entre adiestrar y educar es que en el adiestramiento no se comprende el sentido de la acción, mientras que sí se comprende en la educación. Dicho sentido, en última instancia, para el pensador norteamericano, involucra al fin de la educación, que es la plena participación de los ciudadanos en la democracia. Y, desde la perspectiva de Paulo Freire, dicho sentido quiere decir una comprensión crítico/creativa/liberadora, que se muestra en una opción significativo-práctica: “l a educación para qué, la educación en favor de quiénes, la educación contra qué”, pues “a las clases sociales dominantes no les gusta la práctica de una opción orientada hacia la liberación de las clases dominadas.” 28 O, dicho de otra manera, en el último libro que publicó algunos meses antes de morir en 1997, dedicado a los profesores de la escuela secundaria, “Pedagogía de la Autonomía”: “Nadie puede estar en el mundo, con el mundo y con los otros de manera neutral. No puedo estar en el mundo, con las manos enguantadas, solamente comprobando. En mí la adaptación es sólo el camino para la inserción, que implica decisión, elección, intervención en la realidad.” Y de ahí la negación del estudiar sin compromiso. Es por ello la relevancia de preguntas que inspiren la praxis educativa: “¿En favor de qué estudio? ¿En favor de quién? ¿Contra qué estudio? ¿Contra quién estudio?” (Freire, P.: 2004, 24-25)29

Lo que importa, como se reitera en tantos discursos del neoliberalismo pedagógico, son las “habilidades” y no tanto los contenidos, bajo el argumento que los contenidos en un mundo cambiante dejan de ser útiles al poco tiempo. El problema radica en que el “solo ejercitar es ciego”, mientras que su finalidad, dentro del neuroneoliberalismo capitalista fascista, se impone desde los intereses mercantiles que establecen los contenidos a partir de plataformas digitales que se comercializan. Parafraseando libremente una expresión kantiana, podemos decir que “el solo ejercitar es ciego, y los meros contenidos son vacíos”. Pero, lo más grave es que se disocian las emociones de la ética, por lo que desaparece el perfil ético político de la educación.

¿No habrá que hacer otra lectura? El neuroneoliberalismo capitalista fascista

El fascismo.

Este tópico amerita un conjunto de aclaraciones. En primer lugar, el apelativo fascismo en el contexto de la educación emocional.

El fascismo puede definirse de muchas maneras, todas ellas parciales. Según la época y el lugar, ha consistido en el secuestro del Estado por parte de intereses privados, o en el encuadramiento de la sociedad dentro de un esquema cuartelario, o en la creación de mecanismos más o menos brutales para eliminar el disenso frente al poder (es conocida la expresión: el mejor enemigo es el enemigo muerto). A veces estas características se combinan. En general, el fascismo requiere de un líder carismático, pero no siempre. Es una reacción agresiva de la mayoría contra las minorías, que no se basa en ideas, sino en sentimientos que hay que azuzar al máximo. El miedo, la raza, la patria, la bandera, la religión, la frustración, el pasado, que pueden suscitar violentas emociones colectivas. El fascismo que viene cuenta con la capacidad de destruir la democracia en nombre de la democracia.30

Thomas Hobbes, en el siglo XVIII, hace hincapié en el “miedo”, tan vigente en regímenes totalitarios o pseudodemocráticos. Sostiene que, ante el miedo, el individuo cede toda su voluntad al Leviatán a cambio de seguridad. Cada individuo, por miedo, se somete al Leviatán. Mirado desde el fascismo, este último requiere del “miedo”, y de ahí las políticas del miedo que, en última instancia son “miedo al otro”. En este aspecto, aún puede hablarse de “necropolítica”. Achille Mbembe (2011: 14-15) 31 acuña este término para aludir a la “economía de la muerte”. “S e alude en Necropolitica a la cosificación del ser humano propia del capitalismo, que explora las formas mediante las cuales las fuerzas económicas e ideol6gicas del mundo moderno mercantilizan y reifican el cuerpo: se estudia de que manera éste se convierte en una mercancía más, susceptible de ser desechada, contribuyendo a aniquilar la integridad moral de las poblaciones. Las personas ya no se conciben como seres irreemplazables, inimitables e indivisibles, sino que son reducidas a un conjunto de fuerzas de producci6n fácilmente sustituibles.” Es la política basada en la idea de que para el poder unas vidas tienen valor y otras no. No es tanto matar a los que no sirven al poder sino dejarles morir, crear políticas en las que se van muriendo. Según Mbembe (2011: 75) “…en nuestro mundo contemporáneo, las armas se despliegan con el objetivo de una destrucción máxima de las personas y de la creación de mundos de muerte, formas únicas y nuevas de existencia social en las que numerosas poblaciones se ven sometidas a condiciones de existencia que les confieren el estatus de muertos-vivientes.”32

La concepción implicada en la educación emocional es la del miedo al otro. La salud se considera como el estado de bienestar del individuo33. Y de ahí que sea necesaria ese tipo de educación, bajo la forma de entrenamiento. Y, como sostiene su conveniencia, Lucas Malaisi34, vale la pena “cuando el chico está sano, antes que enferme”, como si hubiera una especie de salud primigenia, antes del contacto del individuo con el medio social, con el otro.

De esa manera podrían llegarse, supuestamente, a manejar los “entornos desconocidos”. En el fondo, aparece el miedo al futuro, y dicho miedo donde el “otro” sería la fuente de la enfermedad social. Es que la posibilidad de un mundo mejor o utopía se troca en la posibilidad de un mundo peor o distopía, y ésta es la que habría que aprender a evitar. Esos entornos desconocidos se relacionan a la incertidumbre que sería provocada por los cambios tecnológicos ante los cuales, si el individuo no se encuentra preparado, la vida sería plena de no disfrute, de infelicidad, de inadecuación, de conflictos. Ya no una incertidumbre provocada por la inhumanidad del presente capitalismo, sino por los vertiginosos cambios tecnológicos ante los que el individuo se encontraría sin poder adaptarse a los mismos por mérito propio.

No por nada, Hannah Arendt (1988: 382) afirma: “… el miedo y la impotencia de la que surge el miedo son principios antipolíticos y lanzan a los hombres a una situación contraria a la acción política, así la soledad y la deducción lógico-ideológica de lo peor que procede de ella representa una situación antisocial y alberga un principio destructivo para toda la vida humana en común.”35

Y mencionando al totalitarismo, no es un dato menor el significado de la propaganda política según Joseph Goebbels, quien estableció sus once principios, todos ellos sustentados en la afectividad del receptor con la finalidad de movilizar su mente y cuerpo. La educación en el fascismo partía de la adhesión de la voluntad/afecto al régimen36, al Führer. No es aquí el Mercado quien digita el sentido de las emociones, sino un régimen político. Lo que más importa es la adhesión de los afectos, base constitutiva de las creencias acerca de la realidad.37

El fascismo neoliberal capitalista.

El temor o miedo es a la incertidumbre en la vida cotidiana, con un sin sentido o distopía. La pregunta “¿acaso soy yo el guarda de mi hermano?”38no se troca en su opuesto, sino en ausencia de la misma pregunta y, en última instancia, “culpabilizar al otro como chivo expiatorio, que en realidad es tan víctima como yo”. Tal víctima es ocasionada a partir del capital financiero, que circula imaginariamente -ficticiamente, fantasiosamente-, y cuya fantasía es más real que la realidad misma. El “capital ficticio”39“la circulación imaginaria del capital”, donde “el más dinero” surge del mismo dinero -movimiento que niega la plusvalía, pues parasitariamente corroe la producción de bienes materiales-. El capital ficticio, especulativo/parasitario, es posible a partir de la orientación otorgada a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Precisamente, desde ese capitalismo financiero debe comprenderse la base de despegue de la presente incertidumbre.

En dicho plexo aparece un nuevo tipo de alienación, alienación hiperbólica: el valor intimidad convertido en valor de cambio o mercancía, la carne humana (sarx, σάρξ –basar en hebreo-) convertida en “ajena a sí misma”. Los “big data” y la inteligencia artificial confluyen en la institución de un nuevo panóptico, ya no el de Jeremy Bentham explicitado por Michel Foucault, sino el “panóptico digital”, según el decir de Byung-Chul Han40. La intimidad se presenta como redituable al capital en dos sentidos: las tasas de ganancias y el control de la “carne, cerebro y nervios” (sentido semita de la expresión). Quiere decir que la intimidad ingresa subrepticiamente según determinados algoritmos en las redes del mercado a partir de la solicitud de una demanda cuyo requerimiento es la de una información que reditúe en la orientación y manipulación de los gustos, de los miedos, de las frustraciones y de las expectativas en función de la toma de decisiones, sea en materia de marketing comercial o político, sea en materia de espionaje ideológico41. Así, la supuesta soberanía del ciudadano en sus decisiones políticas queda imposibilitada desde el inicio. Nos encontramos en el período de la denominada “pos verdad”42. La plataforma sofística de la antigüedad griega era la razón humana, bajo la pretensión de verdad y persuasión, aunque ocultando la falsedad lógica. La plataforma de la “pos verdad” son las emociones, donde ya no hay intención de verdad y donde acontece por odio el quiebre de toda posibilidad de diálogo -fenómeno llamado “grieta”43 en los medios de comunicación-. En tales condiciones, donde acontece la manipulación de la información y la comprensión con base emocional, difícilmente el conocimiento del mundo en la vida cotidiana posibilite un diálogo liberador de las condiciones materiales y simbólicas de la opresión neoliberal capitalista44. Y es por ello que hacemos mención al fascismo neoliberal capitalista, para quien la educación emocional resulta muy funcional. Es que el miedo a la incertidumbre ante las condiciones de vida precarias y la disolución de la cohesión social, además, entre otros, la profusa existencia del “panóptico digital”, tienden a oscurecer las razones de la precarización y de la exclusión. Así, Henry Giroux (2018), en su texto “El fascismo neoliberal y el ocaso de lo social”, afirma que es característica distintiva del fascismo neoliberal la disolución de las esferas públicas y la reducción de todos los problemas sociales a fallas personales 45 .

Parafraseando libremente a Karl Clausewitz, podemos afirmar que el neoliberalismo de las democracias de “baja intensidad” es la continuación del totalitarismo por otros medios. Y en tal sentido, vale la desconfianza en la razón como base para una democracia liberal, razón tal que es reemplazada por las emociones. El mismo Wilhelm Reich en su libro “Psicología de masas del fascismo” nos aclara que e l movimiento nazi tiene un fuerte componente emocional “que no se sostiene con argumentos racionales” 46 .

El neuroneoliberalismo capitalista fascista.

¿Qué es eso de “neuro”?

En la consideración del fascismo neuroneoliberal47, aludimos a lo que Goleman denomina “Cerebro Emocional”48: “Aún está lejano el día que se pronuncie la última palabra sobre la neurología exacta de la emoción.”49 Una especie de racismo involucra toda su obra, en el que subyace el imperio del colonialismo cultural y un fascismo cultural, por cuanto todo hombre tendría un solo cerebro, “el cerebro universal”, más allá de su color de piel, de su clase social, de su estilo cultural, de su posicionamiento político, de sus condiciones de existencia en la vida cotidiana, de sus sufrimientos, angustias, pasiones, goces, alegrías en la miseria o en la riqueza material. Además, valga señalar, según el mismo Goleman, que la base de la inteligencia emocional se encuentra en ese cerebro, al que nosotros denominamos “cerebro universal”: “Una observación más detenida de la anatomía cerebral demuestra la función reguladora de los lóbulos prefrontales. Gran parte de los datos disponibles apuntan a cierta zona del córtex prefrontal como el asiento en el que confluyen todos – o la mayor parte- de los circuitos corticales implicados en la respuesta emocional.” “La neurona que conecta la amígdala con el córtex prefrontal llega a una región denominada córtex órbitofrontal, una zona decisiva para la valoración de las posibles respuestas emocionales y su posterior corrección.”50

Por ende, la base de la inteligencia emocional se encontraría, según Goleman, en ese “cerebro universal” que él denomina “cerebro emocional”. Hay aquí un reduccionismo de toda realidad humana a lo neuronal.

CONCLUSIONES

A modo de cierre, y también de apertura, señalamos muy brevemente los siguientes tópicos:

  • Las condiciones subjetivas en nuestro presente histórico tendrían una base emocional, sea en el problema de la inseguridad física, en de la inseguridad laboral, como en el de la inseguridad educativa.
  • Inseguridad física. En un contexto de inseguridad física se impulsa el concepto del excluido como causa principal del problema, propiciando un clima emocional adverso al mismo, como si fuera el constructor de las condiciones económico políticas que, paradójicamente, lo excluyen.
  • Inseguridad laboral. En un contexto de inseguridad laboral, de precariedad y de altas tasas de paro propias de la etapa neoliberal, se impulsa el concepto de emprendedor y de gestor de las propias emociones, el del sujeto creativo que debiera individualizar un problema colectivo y afrontarlo como “un reto”, en un marco emocional.51 Así, lo que importa es no cambiar el contexto económico político, sino variar la reacción emocional del individuo para amoldarse a esa realidad laboral que es producida para cada sujeto. Se desactivan, entonces, las críticas en sentido práxico, se desactiva la responsabilidad por el otro en un sentido liberador, se desactivan los sentimientos de solidaridad. La precarización laboral (eufemísticamente denominada “modernización” o “flexibilización”) requeriría de reformas neoliberales, donde el mismo trabajador es quien tendría que negociar individualmente con su empleador las condiciones de su trabajo, debilitando o anulando la acción sindical. No es casual que el economista argentino José Luis Espert sostenga que “hay que flexibilizar las condiciones laborales, eliminando paritarias y convenios colectivos por ser fascistas…”52. Lo que, por ende, habría que eliminar son las “corporaciones”53, con lo que el trabajador se encontraría abandonado ante todas las corporaciones neoliberales que, para Espert, no serían corporaciones. Y de ahí la necesidad de ser emprendedor y gestor, lo que podría lograrse solamente desde una educación emocional.
  • Inseguridad educativa. Dentro de un macro contexto de inseguridad física e inseguridad laboral que inciden en el sistema escuela, aparece la inseguridad educativa en lo que hace al bajo rendimiento escolar según los requerimientos del Mercado. Es por ello que la solución a la problemática recién mencionada sería la educación emocional. Andere, Eduardo (2017: 71) advierte que el crecimiento socioemocional de los estudiantes es algo que se priorizará en los sistemas educativos del mundo durante la segunda década del presente siglo. Y es que, para la educación afectiva, “la emoción funciona como pegamento para la memoria que detona el conocimiento”. 54

A partir del presente discurso puede comprenderse el por qué del título del trabajo

“DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL: EL NEURONEOLIBERALISMO CAPITALISTA FASCISTA”, y así poder encontrar, reflexionar desde la praxis y hacia la misma, criterios verdaderamente humanos para una educación integral donde las emociones se impliquen dentro de un espíritu liberador. Sin embargo, la contrapartida sería, desde el posicionamiento criticado, gestionar las propias emociones individuales para resolver problemas complejos en entornos desconocidos.

Notas:

1 ¿Será la educación emocional en un currículum incorporada transversalmente o como disciplina? Por otro lado, la ley aprobada en la Provincia de Misiones, Argentina, no involucra solamente a los alumnos. Art.5= 1.- Educación Emocional para el Manejo de las Emociones en los Educadores. 2.- Educación Emocional en la Relaciones Intrapersonales e Interpersonales. 3.- Educación Emocional en los educandos. 4.- Escuela para Padres de Educación Emocional. 5.- Educación Emocional en la comunidad.

2 http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/4A47FD8B-892C-4416-8E60- 4852DFEF384D/162698/6InteligenciaEmocional.pdf (consulta: 8/02/2019) Además, en otro texto, Goleman, Daniel (1998: 210). “La práctica de la inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós. “Mi propio análisis sobre miles de trabajos ha puesto en evidencia que dos terceras partes de las habilidades distintivas del desempeño laboral «estrella» descansan en las competencias emocionales (mientras el tercio restante se basa en habilidades cognitivas o técnicas), algo que, en el caso de los líderes más sobresalientes, llega a cifrarse entre el 80 y el 100%.” También formula la cuestión en su libro “Inteligencia emocional” que citamos más abajo.

3 Ekman, Paul y Oster, Harrieh (1979). “Expresiones faciales de la emoción.” Fuente: Annual Review of Psychology, 30, 527-554.https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/65835.pdf   (consulta: 9/12/2018)

4 Goleman, Daniel (1996). “Inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós.

5 https://www.psicoactiva.com/blog/que-son-las-emociones/ (consulta: 10/12/2018) Ekman es citado por Goleman en varias oportunidades.

6 Goleman, D. (1996). Ib.

7 Las emociones se producen por espontáneamente y son el gozo, el placer, el miedo, la sorpresa, el disgusto, la ira y la tristeza; en cambio los sentimientos son respuestas desarrolladas cultural y ambientalmente a las circunstancias, por ejemplo, la preocupación, la frustración, el cinismo, la indiferencia y el optimismo. Guevara Niebla, Gilberto (2018) Las emociones en el aprendizaje. http://www.cronica.com.mx/notas/2018/1091151.html

8 El Coaching es un proceso en el que se ayuda a las personas y a los equipos a mejorar sus posibilidades y facilitarles el modo de funcionar de forma más eficaz, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Implica ayudar a superar barreras y limitaciones personales. Es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir cumplir metas o desarrollar habilidades específicas. Un proceso de coaching es un conjunto de sesiones, en donde un coach realiza una serie de entrevistas a un coachee o cliente. 1. Ayuda a definir los objetivos. 2. Más creatividad. 3. Mayor flexibilidad y adaptabilidad al cambio. 4. Mejora de las relaciones. 5. Empoderamiento. 6. Reduce el estrés y ayuda a gestionar el tiempo.

9 Valga aclarar que el discurso de quienes se especializan en la Inteligencia Emocional y su educación es muy simple, llano.

10 http://blog.tiching.com/10-geniales-tecnicas-grupales-para-la-educacion-emocional/ (consulta: 8/11/2018)

11 https://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/tecnicas-para-trabajar-las-emociones/87340.html (consulta: 8/11/2018)

12 https://www.slideshare.net/arielAguilarLaValle/manejo-de-las-emociones-ariel

https://www.pnliafi.com.ar/reacciones-emocionales/

13 Expresión formulada en el marco del panel «La Construcción del Capital Humano para el Futuro», en el Foro de Inversiones y Negocios, más conocido como Mini Davos, que tuvo lugar en el Centro Cultural Kirchner en septiembre de 2016.

14 Alfaro, Dante (2018). “Conocimiento y educación.” Buenos Aires. Inédito

15 En negrita, nuestro.

16 Costin, Claudia y Jales Coutinho, Allan Michel (2018: 60). “Reduciendo la Brecha entre la Educación y la Fuerza de Trabajo: estrategias para satisfacer necesidades cambiantes y mitigar futuras desigualdades.” Documento de trabajo para el G-20.

http://www.fundacionsantillana.com/2018/09/18/puentes-al-futuro-de-la-educacion-recomendaciones-de-politica-para-la-era-digital/ (consulta: 12 octubre 2018)

17 En negrita, nuestro.

18 Cuantificar supone dos momentos. Primero convenir y después medir. En primer lugar, hay una convención política y sociológica en la que intervienen no sólo criterios técnicos, sino contextos que explican qué y cómo se mide. Esta instancia implica generar acuerdos intersubjetivos entre actores, nacionales e internacionales, públicos y privados. El segundo momento es de corte más técnico, de la medición propiamente dicha. En el camino de las cifras se suele dejar de lado u olvidar aquel principio convencional que instituye a los datos estadísticos. Las estadísticas aparecen como objetos cerrados en sí mismos, sin registro de la cadena de decisiones, como algo listo para usar. Por eso se habla de fetichismo estadístico y de reificación, como representaciones fieles de la realidad, una concepción objetiva relacionada con el término medición. Producir estadísticas implica sacrificar las singularidades. Daniel, Claudia. “Estadísticas: de fuentes objetos de investigación”. http://observatorio.unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2018/09/Registro-panel-en-Unipe-13.09.18.pdf

19 En negrita, nuestro.

20 Costin, Claudia y Jales Coutinho, Allan Michel. Ibid. (2018: 68-70)

21 En negrita, nuestro.

22 Declaración final. Reunión ministerial de Educación del G20, 5 de septiembre de 2018, Mendoza, Argentina. https://redclade.org/wp-content/uploads/declaracion_de_ministros_de_educacion_g20.pdf (consulta: 19 de noviembre de 2018)

23 Dewey, John (1967). “Democracia y educación.” Buenos Aires, Editorial Losada.

24 Goleman, Daniel (1996: 220). “Inteligencia emocional.” Barcelona, Editorial Kairós. “Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas.”

25 Si bien utilizamos el término “constructo”, lo hacemos en virtud de su uso habitual. En realidad, merece una fuerte crítica. Es una metáfora que proviene de las técnicas constructivas, donde entran en juego la estática y la resistencia de materiales, sin contradicciones posibles que pueden hacer derrumbar el edificio o construcción. Ameritaría mejor el término “relaciones materiales y simbólicas en el ejercicio del poder”, pues favorece una interpretación dialéctica, con las contradicciones implicadas.

26 Entendemos “responsabilidad por el otro” en el sentido otorgado por el filósofo Immanuel Lèvinas.

27 Illouz, Eva (2007). “Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo.” Madrid, Katz Editores.

28 Entrevista a Paulo Freire el 29 de mayo de 1978, publicada bajo el título “La educación es siempre un quehacer político.”https://elpais.com/diario/1978/05/20/sociedad/264463223_850215.html (consulta: 10/02/2019)

29 Freire, Paulo (2004). “Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa.” San Pablo, Brasil, Editorial Paz y Tierra.http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/UNIDAD%207%20-%20Freire%20Paulo%20-%20Pedagog%C3%ADa%20de%20la%20autonom%C3%ADa.pdf (consulta: 10/02/2019)

30 González, Enric (2018). “El Fascismo que viene.” https://elpais.com/elpais/2018/11/30/opinion/1543593007_278724.html  (consulta: 10/12/ 2018)

31 Mbembe, Achille (2011). “Necropolítica”. España, Editorial Melusina.

32 La diferencia entre biopolítica y necropolítica es que mientras la primera quiere decir administra la vida y construir estilos de vida, la segunda quiere decir administrar la muerte y destruir hábitats y pueblos.

33 https://encontraremocional.com/tag/educacion-emocional/ (consulta: 9/02/2019); http://fundacioneducacionemocional.org/por-que-una-ley-de-educacion-emocional/ (consulta: 9/02/2019)

34 https://www.youtube.com/watch?v=Hi90lpnSh78&t=9s&app=desktop#searching (consulta: 9/02/2019)

35 Arendt, Hannah (1998). “Los orígenes del totalitarismo.” Madrid, Editorial Taurus.

36 Según Roberto Paxton, en su obra “La anatomía del fascismo”, los discursos ideológicos y los imaginarios de los regímenes fascistas buscaban el apoyo de las emociones colectivas exaltando la unidad biológica de la sangre, la estirpe, el pueblo o la raza.http://www.publicacions.ub.edu/bibliotecaDigital/cinema/filmhistoria/2006/REVISTAS/Ensayo_Elmitofascista_1.htm

37 Interesan, al respecto, los once principios, pero como botón de muestra, citamos el quinto y el décimo: 5º) “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”; 10º) Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. https://culturizando.com/los-11-principios-de-la-propaganda-nazi/ (consulta: 30/11/2018)

38 Todas las personas son el Mesías (…). el mesianismo no es, por tanto, la certeza de la llegada de un hombre que detiene la historia. es mi poder de soportar el sufrimiento de todos. es el instante en el que reconozco ese poder y mi responsabilidad universal. (levinas 1976, p. 139 /143) “Difícil libertad”.

39 Marx, C. El Capital. Tomo III, sección V. Capítulo XXV. http://www.archivochile.com/Marxismo/Marx%20y%20Engels/kmarx0012.pdf (consulta: 22-02-2018)

40 Han, Byung Chul (2013). La sociedad de la transparencia. Editorial Atamansha. https://editorialatamansha.files.wordpress.com/2015/12/la-sociedad-de-la-transparencia.pdf (consulta: 23-02-2018)

41 Todo lo que hacemos en cualquier plataforma digital deja un registro: las compras con tarjetas de crédito, nuestras publicaciones en redes sociales, nuestros hábitos de navegación tanto por medio de los buscadores como de las diferentes redes sociales.

42 Siempre hubieron falsedades circulando en los medios de comunicación. La particularidad del actual fenómeno de la pos verdad es que surge a partir de las redes sociales, donde lo que importa es la imposición de informaciones breves, rápidas, fugaces y viralizadas (según la metáfora del virus que se propaga al modo de una epidemia).

43 La grieta tiene que ver con el odio, la burla, la ridiculización del otro, el asco o la repulsión, el desprecio que se asocia al ultraje y la calumnia. Ello incide en la xenofobia, el racismo, el odio de clase, etc. Tiene que ver con la imposibilidad de todo tipo de reconocimiento, por ende, del mismo diálogo.

44 Breve relato de una anécdota. Una escuela dentro del Distrito de Almirante Brown, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Edificio compartido entre una escuela primaria y una escuela secundaria. El director de la escuela secundaria comenta que dentro del Programa Red de Escuelas de Aprendizaje en la escuela primaria (que comparte el mismo edificio con la escuela secundaria) se está realizando una capacitación para los maestros en educación emocional. Le sugiero poder comunicarme con algún/a docente de la misma a fin de preguntarle acerca de su experiencia. Como ese director conoce mi posición crítica, me responde: “Ni se te ocurra, los docentes están todos contentos, lo viven como un juego placentero, y hasta corrés el riesgo de que no te respondan o te respondan de mala manera.”

45 http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288298 (consulta: 2/12/2018)

46 https://ssociologos.com/2014/10/30/la-psicologia-de-masas-del-fascismo-como-llego-hitler-al-poder/ (consulta: 10/12/2018)

47 Neuroneoliberalismo se propone a partir del término “neuroliberalismo” acuñado por Biagini, Hugo y Fernández Peychaux, Diego (2015). “El neuroliberalismo y la ética del más fuerte.” Buenos Aires, Editorial Octubre. Se considera el individualismo como pasaporte al bienestar común. Se asocia la libertad a una moral semejante al código de los gladiadores: el mérito propio.

48 Goleman dedica específicamente al tema señalado varias páginas, desde la 249 a la 251 y de la 259 a la 262, con un tratamiento estrictamente neurológico, al modo de: “Las conexiones existentes en el sistema órbitofrontal y el sistema límbico son tan cuantiosas que algunos neurocientíficos han bautizado este sistema de ‘córtex límbico’, la parte pensante del cerebro emocional.” “Pero no solo existe una conexión estructural entre la amígdala y el córtex prefrontal sino que, como suele ocurrir, puede hablarse también de un auténtico puente bioquímico, puesto que la sección ventromedial del córtex prefrontal y la amígdala presentan una elevada concentración de receptores químicos sensibles a la acción de la serotonina.”

49 Goleman, Daniel (1996: 260). “Inteligencia emocional.” Ib.

50 Goleman, D. (1996: 261) Ib.

51 Juan Vázquez Rojo. Qué es el neoliberalismo. 17 marzo 2018. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239130

52 http://www.telam.com.ar/notas/201511/126212-balotaje-cambiemos-ypf-de-vido.html

53 Para Espert son fascistas.

54 Andere, M. Eduardo (2017). “Director de escuela en el siglo XXI. ¿Jardinero, pulpo o capitán?” México: Siglo XXI.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=252519

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El Mexe y la renovación del normalismo rural

Por: Felipe Cuevas Méndez

A las normales rurales se le sacrifica mediante su cierre. Además de que se reducen sus espacios o se libra una batalla subterránea por privatizarlas por nuevas vías, encarecerla y marginar de ellas a las hijas e hijos del pueblo en condiciones de pobreza.

Son un proyecto histórico educativo de trascendental importancia y actualidad para el pueblo mexicano, las normales rurales son proyectos que plantean la labor de recomunalidad en el seno del pueblo mexicano, su profesionalización incluye la lucha por la reconstitución del tejido social en las comunidades. En el caso de la Normal de El Mexe, siendo patente su contribución en la formación del magisterio hidalguense y nacional, también se percibe su ausencia con dolor y estragos educativos sociales después de que el gobierno neoliberal decidiera cerrar el Internado por razones represivas y antipopulares. La propia Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) reconoce la falta de maestros y maestras en Educación Básica, la carencia se refleja sensiblemente en la falta de especializaciones hacia áreas cada vez de mayor importancia para la educación de la niñez, los adolescentes y la juventud hidalguense.

Dicho proyecto formativo y del conjunto de las Normales Rurales del país abiertas o cerradas desde hace varias décadas, tienen las condiciones que permitirían la apertura de su sistema de enseñanza pedagógica e investigativa altamente calificada a nivel licenciatura y posgrado para hijos e hijas del pueblo, tanto como para su magisterio. En general la línea educativa y pedagógica del normalismo rural potencia las perspectivas de contribuir a elevar la formación y cantidad de maestros y maestras para los niveles de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato de que tanto estamos necesitando en las diferentes regiones del país.

El normalismo rural es un bastión de la revolución mexicana, además, constituye un punto de apoyo para la formación de las consciencias en sentido crítico, revolucionario y popular; para lo cual debe mirarse el despojo al que fue conducido, afrontando el deber de impulsar su sentido y posibilidades de contribución a la educación popular en las actuales circunstancias históricas.

El Mexe

De esta forma particularmente El Mexe pronto podría aportar culturalmente en el ámbito de Normal Rural como institución universitaria de la educación y la pedagogía enfocada a la enseñanza popular atrayendo intelectualidades que aportasen a esas perspectivas. Las y los egresados de la normal, en conjunto con otras organizaciones sociales y comunitarias recibimos de primera mano la manifestación de necesidad y oportunidad de reabrir El Mexe para el pueblo, en condiciones en que realmente su proyecto tenga arraigo entre las generaciones de jóvenes, estimule su desarrollo y contribución hacia la sociedad y su cultura.

Para estos propósitos tomamos en consideración varias estrategias:

a) Posibilidades autogestionarias dado el espacio para la exploración y explotación agropecuaria en protección del medio ambiente, que además de complementar diversas necesidades, amplifican la red de conocimientos a desarrollarse desde sus instalaciones.

De esta manera se introducirían materias optativas en función con los potenciales productivos de los Internados, fomentando el sentido de cooperativismo, la recomunalidad y el trabajo de campo.

b) Por otra parte, el presupuesto estatal que se le conceda tendría que enfocarse con toda transparencia a cubrir algunas de sus prioridades ante académicos, trabajadores y alimentos, en tanto otros recursos pueden obtenerse de sus actividades agrícolas propias y otras posibles obras productivas. Se requeriría una verdadera contribución oficial en equipamiento didáctico y otros recursos necesarios.

El Mexe es una alternativa muy importante para los hijos e hijas del pueblo en las condiciones actuales de capitalismo salvaje que les despoja, expulsa y condena a una vida de miseria. El Internado permitiría a varios miles de jóvenes optar por un trabajo gratificador, digno y profundamente necesario al país. Pues sus egresados formados en el arraigo comunitario y la potenciación de la formación popular comunitaria acrecientan el desarrollo cultural local.

Por lo que se refiere a la Universidad Politécnica de Francisco I Madero, esta instancia podría fusionarse en la renovación de la educación Normal con nuevas implicaciones. Donde haya una trasfusión y complementariedad entre las asignaturas y formación politécnica con las áreas educativas para abrir nuevas posibilidades de profesionalización de los jóvenes estudiantes. Al tiempo que la formación de las siguientes generaciones de maestras y maestros se formen en el conocimiento politécnico muy necesario para su desempeño profesional en las comunidades.

Para que sea posible y sustentable en términos de una justa organización interna cuyo propósito sea fortalecer un nuevo sistema de enseñanza popular acorde con las necesidades emergentes en la población del estado, consideramos indispensable practicar una administración autónoma que sea una combinación colectiva entre autoridades, personal, estudiantes y comunidad.

Se necesitaría una consejería general, académica, estudiantil amplia que custodie el buen desempeño de su labor administrativa y pedagógica. Consejo integrado por el cuerpo académico, administrativo, trabajador, estudiantil, comunitario y organizacional de los sectores interesados en su adecuado funcionamiento. A la par de recuperar terreno en las diversas áreas pedagógicas a nivel licenciatura y de atender las carencias formativas que van manifestándose; podría crear programas de maestrías y doctorado en áreas específicas de educación crítica para un cuerpo externo de educandos principalmente venidos de la propia base magisterial urgida de acceso a estudios superiores.

Se priorizaría la formación de planes de estudio acordes con las necesidades educativas del estado y sus distintas vertientes de licenciatura en la enseñanza primaria (educación física, educación artística, educación secundaria, psicología educativa, educación indígena, investigación educativa, especialidades en las diversas ramas de la enseñanza básica, educación básica general, educación especial, historia, etc.), al paso que tiene expectativas de instruir en la enseñanza primaria y alfabetización verdadera de la población rural, además de dar cabida a nuevas carreras tecnológicas y de biodiversidad destinadas a la educación y producción en el campo mexicano.

La posible colaboración educativa de este centro y otro tipo de universidades permitiría resolver las lagunas y problemas recurrentes de actualización de los conocimientos o experiencias, siendo por tanto viable el establecimiento de puntos de contacto a estos niveles. Subsanando en este sentido las anteriores deficiencias programáticas tendientes al teoricismo, pensando en una adecuada combinación práctico-teórica-técnica comunitaria basada en las prioridades de la enseñanza real en el Estado.

A ciencia cierta existen compromisos para la reapertura de la Normal, en ese sentido, existe corresponsabilidad para la reconstitución de la Normal Rural en condiciones que le permitan sustentabilidad económica, pedagógica e integracionista en el seno de la sociedad hidalguense y mexicana.

Así mismo, conscientes de la falta de posibilidades de estudios superiores de posgrado para las maestras y maestros en la dirección de desarrollar nuestras concepciones pedagógicas y otras áreas educativas de importancia; en sus espacios se cabe integrar cursos, diplomados, maestrías y doctorados.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=246799

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Prólogo de «Pensamiento de Nuestra América. Autorreflexiones y Propuestas»

Autor: Atilio Borón

El Pasado 9 de junio cumplió 85 años Roberto Fernández Retamar, una de las más extraordinarias figuras de las letras y el pensamiento político y social de Nuestra América. Para conmemorar su natalicio comparto el «Prólogo» que escribiera en ocasión de la publicación de su esclarecedor Pensamiento de Nuestra América. Autorreflexiones y Propuestas , a comienzos del 2006.

PRÓLOGO

Uno.

Pocas veces se tiene la satisfacción de concretar la publicación de un texto como el que el lector se apresta a leer. Son muchas las razones que explican este regocijo: en primer lugar, porque Fernández Retamar es uno de los más exquisitos cultores de nuestra lengua y siempre resulta placentero para una institución como CLACSO, cuya misión es divulgar los resultados de las investigaciones y elaboraciones teóricas de los científicos sociales de América Latina, enriquecer su propuesta editorial con los escritos de quienes sin provenir de las ciencias sociales aportan nuevas perspectivas de interpretación de nuestra realidad social y, además, lo hacen con una estética deslumbrante que rara vez se encuentra en los tradicionalmente áridos escritos de los académicos. (1)
.
En segundo lugar, porque Fernández Retamar, poeta, ensayista y minucioso explorador de todos los recovecos de nuestra cultura, ilustra con su vida y su obra la permanente vigencia de una categoría social que los intereses dominantes y las modas intelectuales de nuestro tiempo trataron infructuosamente de borrar de la faz de la tierra: la del intelectual crítico. Ocurre que vivimos en una época en la cual las armas de la crítica son más importantes que nunca, enfrascados como estamos en una batalla de ideas encaminada a construir un nuevo sentido común y una nueva escala de valores que reemplacen la mercantilización total de la vida social que promueve el capitalismo y su corolario inevitable: la destrucción irreparable del medio ambiente y la biodiversidad, el etnocidio y el epistemicidio implícitos en el exterminio de las culturas tradicionales y la silenciosa aniquilación de los pobres y los humillados, sacrificados sin pausa y sin mengua en el altar del mercado.

Tercero y último –en una lista de “buenas razones” que podría extenderse mucho más– porque este libro, nacido del curso que su autor ofreciera a través del Campus Virtual de CLACSO, demuestra sobradamente la riqueza del pensamiento social latinoamericano. Como es bien sabido, tres siglos de sometimiento colonial unidos a casi dos siglos de neocolonialismo han dejado una huella que, sin calificarla de imborrable, es sin duda alguna muy honda, y que será muy difícil eliminar. Como consecuencia de lo anterior, las teorizaciones elaboradas en esta parte del mundo han sido consuetudinariamente valoradas como de inferior calidad a las otras, producidas “allá”, en la patria de los colonizadores.

Este libro es un formidable antídoto para combatir tan arraigado prejuicio, pues al pasar revista a los grandes florecimientos del pensamiento latinoamericano se toma conciencia de la formidable estatura alcanzada por la obra de algunos de nuestros intelectuales. Pese al carácter fragmentario y disperso de la obra de Simón Bolívar –inevitable si se tiene en cuenta que la misma no es producto de las cavilaciones de un reposado profesor de filosofía, sino el febril precipitado de un proyecto de emancipación continental del cual su autor era simultáneamente su jefe militar y político– la calidad y perspicacia de sus reflexiones sobre la vida política no son menores que las que caracterizan la obra de una serie de autores “canónicos” que no están ausentes en ningún curso de teoría política del siglo XIX. Nos referimos por ejemplo a figuras tales como James Mill, Jeremy Bentham o T. H. Green, en Gran Bretaña, o Benjamin Constant en Francia, de las cuales muy difícilmente podría decirse que hayan elaborado una visión del complejo mundo de la política más iluminadora que la que se desprende de los escritos del Libertador. Y lo mismo cabría decir de Domingo Faustino Sarmiento, quien con justa razón ha sido considerado como el Tocqueville latinoamericano; o de Joaquim Nabuco en Brasil, Francisco Bilbao en Chile, Simón Rodríguez en Venezuela, y tantos otros con los cuales Fernández Retamar conversa en este libro. Para no hablar de José Martí, quien comienza a referirse al imperialismo antes que Hobson y, por supuesto, antes que el propio Lenin; o de Mariátegui, verdadero re-creador del marxismo latinoamericano –en “América el socialismo deberá ser creación heroica, no calco y copia”, dijo el ilustre marxista peruano– en una época en que algunas de las mentes más lúcidas de Europa, con la notable excepción de Antonio Gramsci, lo habían convertido en un catecismo despojado de la savia vital que le habían infundido sus creadores. Autores latinoamericanos que, de haber nacido en Europa o Estados Unidos, seguramente serían estudiados asiduamente en las grandes universidades de hoy día, pero a quienes las contingencias que rodearon su nacimiento condenaron a un lamentable abandono, aún entre nosotros. Esta obra constituye un oportuno rescate ante ese olvido.

Dos

El camino que nuestro autor nos invita a recorrer –desde los albores de nuestras luchas por la independencia percibidos por vez primera en la rebelión de los esclavos de Haití en 1804, hasta la actualidad– está jalonado por los grandes acontecimientos que marcaron la historia de América Latina y el Caribe. Acontecimientos y, por supuesto, las transformaciones estructurales que caracterizaron al desarrollo del capitalismo en esta parte del globo y que tuvieron su correspondencia –siempre mediatizadas y jamás de manera mecánica o lineal– en el plano de las ideas. Estas condiciones de base alimentaron una seria y medular reflexión sobre lo que podríamos llamar “la condición latinoamericana” y las alternativas de superación del orden neocolonial instaurado luego de las guerras de la independencia. Como no podía ser de otra manera, las teorías y propuestas resultantes se caracterizan por una riquísima diversidad. Si en general los diagnósticos sobre el atraso y la postración de nuestros países presentan muchos rasgos en común en los más distintos autores, el espacio para el debate aún así es muy importante. Las divergencias son mayores a la hora de perfilar los contornos de la estrategia que podría desembarazarnos de las lacras de nuestro pasado: desde una “europeización” forzada de nuestras poblaciones, promoviendo sin ambages el genocidio de los pueblos originarios (en donde Sarmiento es el caso más nítido pero de ninguna manera excepcional en la región), hasta una propuesta proto-socialista y claramente antiimperialista como la que brota de la pluma de Martí y, ya en el siglo XX, de una pléyade de autores examinados en este volumen.

Riqueza de perspectivas que no sólo se concretiza en el ámbito de lo que con cierta amplitud de espíritu podríamos calificar como “pensamiento crítico”. Porque, como bien observa Fernández Retamar, el pensamiento de derecha también tuvo importantísimos exponentes en la historia de nuestros países. Pocos dudarían en nombrar a Francisco de Miranda como uno de los precursores de la independencia sudamericana. Pero, como bien señala nuestro autor, las contradicciones de clase y de nación se entrecruzaban en la obra del genial venezolano de una manera harto complicada. Ante la posibilidad de conquistar la independencia mediante la supresión de la opresión clasista, Miranda no dudaba en sacrificar la primera con tal de conservar la segunda. Esta opción se justificaba por la supuesta “inferioridad” de las clases y capas populares y el papel “naturalmente” dirigente que le tenía reservado a la elite criolla. Miranda era un ardiente independentista, pero inficionado por un pensamiento social profundamente conservador. Y, en este punto, no estaba solo: el mexicano Fray Servando Teresa de Mier compartía esas ideas, como a su vez lo hacían los líderes de las Trece Colonias inglesas un poco más al norte, independentistas pero también rabiosamente esclavistas. En tiempos más cercanos, el pensamiento social latinoamericano ha demostrado la vitalidad de esta tradición: pensemos simplemente en Mario Vargas Llosa y, sobre todo, por la profundidad de su obra, en Octavio Paz. Articulados a los grandes centros del poder económico y financiero mundial y sus imponentes aparatos propagandísticos, ambos se convirtieron –como mucho antes Vasconcelos en México– en los más locuaces portavoces de la derecha en momentos en que nuestros países eran asolados por los experimentos neoliberales. Su popularidad se vio convenientemente cultivada en la medida en que ambos fueron rodeados del halo de virtuosismo y excelencia que la derecha reserva a los renegados, es decir, a antiguos izquierdistas arrepentidos de sus pecados de juventud y que, ya en sus años maduros, multiplican sus esfuerzos para corregir sus errores y ayudar a encaminar al mundo y las jóvenes generaciones en la dirección “correcta”. (2)

Tres 

Un prólogo a una obra tan rica como esta podría extenderse casi indefinidamente. Permítasenos pues evitar caer en tamaño error señalando, ya para concluir, un rasgo a nuestro entender importantísimo del pensamiento latinoamericano: su universalidad. En este y en otros ensayos, Fernández Retamar ha insistido en una idea seminal: nuestra condición de periferia del imperio nos obliga a ser universales. El “exotismo indoamericano” es uno de los peligros que, tal como acertadamente lo señala Michael Löwy, acecha al pensamiento crítico de nuestra región. Sin embargo, justo es señalar que en tal pecado han caído con harta más frecuencia europeos y norteamericanos que nuestros intelectuales críticos. Nuestra condición colonial y periférica no nos permite esos lujos. Así como Marx corregía la visión mesocrática de Hegel al concebir al proletariado como la clase universal por excelencia, nos parece que Fernández Retamar aporta elementos suficientes para entender las razones por las cuales el pensamiento emancipador de nuestro tiempo tiene su hogar en lo que Martí apropiadamente denominaba “nuestra América” y no en las metrópolis imperiales. La sutil, extensa y a la vez férrea tiranía del imperialismo no nos deja otra alternativa que pensar en términos universales, trascendiendo los “exotismos” y los particularismos. No se puede pensar seriamente a América Latina si no es desde el anti-imperialismo y el anti-capitalismo, anverso y reverso de un mismo y único tipo histórico de sociedad que ha colocado a nuestro planeta al borde de un holocausto. Cualquier pensamiento que omita abordar estos temas, en consecuencia, debe callar sobre todos los demás: hablar de democracia, derechos humanos o libertad, sin antes expedirnos sobre el permanente ataque que sobre estos valores perpetran el capitalismo y el imperialismo, descalifica como poco serio y superficial cualquier discurso, por bien intencionado que sea.

De lo anterior, de esta vocación inexorablemente universalista que caracteriza al pensamiento emancipador de América Latina, se desprenden numerosos problemas que mal podríamos tratar de examinar aquí. No obstante, hay uno que quisiéramos por lo menos dejar planteado: ¿por qué ha sido precisamente nuestra región, y no otras también sometidas a la dominación imperialista como África y Asia, la que ha sobresalido en este proceso de elaboración de un pensamiento emancipatorio, radical y antiimperialista? Descartadas las hipótesis lineales que erróneamente adjudican a la pobreza y la miseria virtudes revolucionarias, concientizadoras o contestatarias, tanto en el plano político como en el intelectual, ¿por qué ha sido América Latina el escenario en el cual se han venido plasmando estas ideas? ¿Por qué ha sido precisamente en estas tierras donde se revive la teoría del imperialismo, donde se elabora la teoría de la dependencia, donde surge la teología de la liberación, donde aparece la pedagogía del oprimido, donde resurge la teoría del estado; donde, por fin, el marxismo renace con más fuerza en momentos en que gran parte de los intelectuales progresistas de las metrópolis imperiales aceptaban resignadamente participar en sus funerales?

Creo que hay varias claves que deberían ser exploradas en un trabajo de más largo aliento. Por una parte, nuestra proximidad –geográfica, política, económica y social– con la Roma americana, para citar una vez más a Martí, es un elemento decisivo catalizador del pensamiento crítico. Si bien no hemos vivido en sus entrañas, como el Apóstol de la independencia cubana, conocemos muy bien al monstruo, lo tenemos muy cerca, y eso no puede sino favorecer una visión integral del capitalismo y del imperialismo, de su insanable naturaleza predatoria y su absoluta incapacidad para construir un mundo en donde imperen la justicia, los derechos humanos, la libertad y la democracia. En segundo lugar, porque Cuba está en América Latina, y sus luchas, su coherencia a lo largo de casi medio siglo, su inclaudicable vocación de construir el socialismo a pesar de los bloqueos, atentados y sabotajes de todo tipo pergeñados por el imperialismo, constituyen un ejemplo extraordinariamente pedagógico y una permanente fuente de inspiración para los interesados en la “autorreflexión” que nos propone Fernández Retamar. En tercer lugar, por la vitalidad de los movimientos sociales de la región que han venido oponiendo creciente resistencia a los proyectos del imperialismo. No fue por casualidad que Perry Anderson escribió que América Latina está a la vanguardia de la lucha mundial contra el neoliberalismo y el imperialismo. Las consecuencias intelectuales de semejante protagonismo no pueden por lo tanto sorprendernos.(3) Finalmente, una cuarta clave tanto o más polémica que las anteriores tiene que ver con lo siguiente: América Latina se ha convertido en la heredera privilegiada de las mejores tradiciones del pensamiento emancipador y libertario europeo, mismas que fueron relegadas al museo de antigüedades por gran parte de la intelectualidad del Viejo Continente. Por supuesto que esto no nos torna inmunes al riesgo simétrico al del “exotismo indoamericano” señalado por Löwy: el de un decadente “eurocentrismo”, que obstaculice irreparablemente la comprensión de nuestras propias realidades al percibirlas como torpes “desviaciones” de la historia ideal hegelianamente desplegada en tierras europeas.

Es un riesgo que debemos afrontar. Pero el otro, aún más grave, es el de arrojar totalmente por la borda la tradición intelectual europea, incluyendo al marxismo además del psicoanálisis y las revoluciones teóricas de proyección universal protagonizadas por Darwin y Einstein. Para desarrollar una fecunda síntesis teórica capaz de promover y facilitar los procesos emancipatorios, el pensamiento crítico latinoamericano deberá navegar por un estrecho erizado de toda clase de acechanzas pero también pletórico de grandes promesas. Por su utilidad para transitar por este azaroso recorrido, este libro de Fernández Retamar constituye un valiosísimo e indispensable mapa de navegación.

Buenos Aires, 21 de diciembre de 2005

1 En este sentido recomendamos muy enfáticamente al lector consultar la obra de Roberto Fernández Retamar, Todo Caliban (Buenos Aires: CLACSO, 2004), en donde el autor realiza una fascinante exploración de la cultura latinoamericana y las raíces profundas del colonialismo que aún hoy nos agobia. Claro está que cuando se lleva a cabo un proyecto de este tipo no sólo se iluminan los confines más recónditos de nuestra cultura, sino también los rasgos definitorios de nuestra sociabilidad. 

2 Tema este que ha sido objeto de un magnífico ensayo, otra vez producido por un hombre procedente de la literatura: el dramaturgo español Alfonso Sastre. Ver su obraLa Batalla de los Intelectuales (Buenos Aires: CLACSO, 2005). 

3 Ver Perry Anderson 2004 “El papel de las ideas en la construcción de alternativas”, en Boron, Atilio A. (comp.) Nueva Hegemonía Mundial. Alternativas de cambio y movimientos sociales (Buenos Aires: CLACSO) pp. 44-46. 

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199853

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México: Son indígenas, los mejores en robótica

Autor: Gutierrez Zamora/El Diario de Coahuila

En la región indígena del Totonacapan, más 25 mil habitantes se han volcado en apoyo a su equipo triunfador. Los integrantes del campeonísimo son reconocidos en las calles y comercios y los vecinos los saludan con alegría. Los niños se les acercan y sueñan con convertirse en esos jugadores.
En un país donde el futbol es el rey de los deportes, en el municipio de Gutiérrez Zamora el equipo preferido y ovacionado se llama UTGZ Robotics, un conjunto de estudiantes de primaria, secundaria, CBTis y universidad que en 11 años ha ganado todas las competencias nacionales e internacionales: suman 160 trofeos conquistados en las áreas de diseño, construcción, programación, habilidades, excelencia, campeón de campeones y el premio de analistas.
Se trata de la Academia Estatal de Robótica de Gutiérrez Zamora, compuesta por 88 alumnos conformados por la UTGZ Robotics Steam Academy, respetada por algunos y temida en el mundo. Jóvenes de comunidades rurales, indígenas y de la propia cabecera municipal han hecho morder el polvo a representantes de Estados Unidos, China, Nueva Zelanda, Líbano y Canadá, entre otros.
«Aquí el secreto es nunca darse por vencido. Las derrotas sirven para superarlas”, afirma el profesor Abel Yradier Gómez Parra, uno de los coordinadores de la academia que imparte clases de manera gratuita.
UTGZ Robotics es un modelo exitoso coordinado por la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora al que se unieron todas las escuelas públicas de la localidad para generar una política de construcción de robots ganadores y de generaciones de jóvenes con una mentalidad triunfadora.
En la temporada 2017-2018 han obtenido 22 premios internacionales, entre ellos el Build Award, el Worlds Championship para VEX U, el trofeo de campeón de división, trofeo de primer lugar y trofeo de tercer lugar para VEX IQ.
Uno de sus robots está compuesto por tres mil 500 piezas; otro por cinco mil y el más avanzado con 7 mil, con los que han logrado dar verdaderas palizas a sus competidores. Cada alumno, que pasa al menos tres horas al día en los talleres, tiene una función definida, desde el diseño en computadora, hasta la programación, construcción y dirección del robot en las competencias.
CONSTRUYENDO LÍDERES
Las niñas y niños, con sus uniformes planchados y limpios, portan libretas con ecuaciones matemáticas y físicas que al ojo de una persona ‘normal’’ son incomprensibles, pero para ellos, en su mente, son los robots que derrotarán a sus contrincantes.
Se busca, explica Yradier Gómez, generar una educación integral, no sólo desarrollar conocimiento, sino construir liderazgos, pues aquí hay niños de 10 años que son los jefes de cada proyecto anual que se fija la academia.
«Cuando un alumno es bueno se entrevista a sus papás y si te dicen que en casa acomoda la ropa, asea el cuarto, se baña todos los días, no le rezonga a la mamá y cumple con todo para ser persona de bien y llena de valores, entonces es principal en el grupo”, detalla.
Cada año se abre la convocatoria para estudiantes de primaria hasta universidad que busquen lugar en la academia. Se les dan cursos especiales sobre matemáticas, diseño, ingenierías y del grupo inicial se selecciona a los que participarán en un proyecto anual de construcción de robots. Algunos ingresaron cuando iban en primaria y hoy que van en la universidad siguen en la academia enseñando a los nuevos reclutas.
Uno de ellos fue Emmanuel Juárez Lorenzo, un joven indígena de 22 años proveniente de Coyutla. Nació con su lengua materna el totonaco, en la primaria debió aprender el español para comunicarse con sus compañeros y maestros y hoy estudia inglés, requisito para competir en un UTGZ Robotics.
  • 160 premios  ha ganado el grupo de jóvenes indígenas expertos en robótica.

Fuente: http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/tecnologia/2018/6/18/indigenas-mejores-robotica-738695.html

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