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México: Clases contra la masculinidad tóxica en aulas sin alumnas

Redacción: El País

La Universidad Iberoamericana de Puebla se une al paro de mujeres de México con asambleas para que sus alumnos varones analicen el machismo con el que conviven todos los días.

Quetzalcóatl Hernández escucha atento a los alumnos que se reúnen el lunes en un salón de la Universidad de Iberoamericana de Puebla –Estado localizado en el altiplano central de México–, un centro de estudios jesuita. Son todos hombres jóvenes. En la amplia habitación no hay una sola mujer. Uno a uno levantan la mano para hablar de algo poco común en el mundo masculino: sus emociones. Hernández, coordinador del doctorado de Psicología, los escucha atentamente y de vez en cuando interviene para animarlos. Se muestra sorprendido porque no esperaba tanta asistencia. “Creíamos que vendrían solo 15 o 20 alumnos”, dice. La afluencia hizo que tuvieran que escoger un salón más grande. En el aula se escuchan frases como “aprender a ser hombres”, “buscar la masculinidad desde lo emocional”, “deconstruir masculinidades” o “normativas de la heteromasculinidad”. Daniel, un estudiante de Ingeniería, toma el micrófono para expresar su descontento por el ambiente que se vive en su carrera, dominada, dice, por la competitividad, el machismo y el desprecio a las mujeres. “Nos enseñan que como hombres tenemos que jodernos en la vida para lograr algo”, explica el joven. “No nos enseñan esto de los sentimientos, de apreciar la belleza o el arte”. Sus compañeros lo escuchan atentos y le aplauden cuando termina su intervención.

Este lunes ninguna académica, trabajadora o alumna ha asistido al campus, cuyas autoridades se sumaron al paro convocado por agrupaciones feministas, una acción significativa en uno de los Estados más conservadores de México. En los pasillos solo se ve a los jóvenes estudiantes asistiendo a las actividades que organizaron las autoridades académicas para construir “nuevas masculinidades”.

  • Hombres caminan en la estaci—n de metro Insurgentes una de las m‡s transitadas y concurridas de la ciudad frente de un cartel con consignas el d’a 09 de marzo de 2020 en Ciudad de MŽxico. Las mujeres mexicanas est‡n llamadas a hacer historia tambiŽn este lunes. DespuŽs de haber desbordado las calles de las principales ciudades del pa’s con la multitudinaria manifestaci—n del 8M, el pa’s afronta un paro inŽdito de la poblaci—n femenina este lunes. Los colectivos feministas hicieron un llamado a un paro para visibilizar a las mujeres mediante una ausencia que se prevŽ tan masiva como la protesta del domingo. Es la primera vez que se pondr‡ a prueba un acto de resistencia de esta naturaleza, que se ha convertido en acci—n pol’tica y econ—mica que rezuma el hartazgo por la inseguridad y la brecha entre hombres y mujeres.

“Queremos formar jóvenes consientes del mundo en el que viven. No podemos abstraer nuestra universidad de la realidad. Pretendemos incidir en los derechos humanos, la multiculturalidad y la igualdad de género”, explica Mario Patrón, rector de la Ibero, como llaman los estudiantes a su universidad. La acción de esta casa de estudios contrasta con lo que se ve en el resto de la Cholula, ciudad donde se halla la Ibero, donde se podía ver a muchas mujeres trabajando. “Hay estratos de esta sociedad que ven este problema y se suman, pero hay otros estratos conservadores tradicionalistas que recurren al simplismo”, dice el rector. Las autoridades locales han apoyado de alguna manera las actividades impulsadas por agrupaciones feministas, pero, acota Patrón, por la presión mediática y “con muy poco margen”.

Su universidad, dice, pretende cambiar esa realidad. Aquí las chicas crearon el llamado Movimiento Pizarrón, que consintió en apuntar los nombres de maestros y compañeros que las acosaban, generando que la universidad despidiera a los maestros que, tras una investigación interna, pudieron constatar que sí acosaron a estudiantes. El lunes, los únicos rostros de mujeres que se vieron en los pasillos de la universidad eran el de jóvenes que han sido asesinadas en Puebla y en el resto de México, a la par de mensajes para poner alto a la violencia machista. “Estoy muy orgulloso”, dice Alejandro, estudiante de Ingeniería Biomédica de 20 años, al salir de la charla del académico Hernández. “Uno quiere creer que es una persona abierta, pero con esto se da cuenta de que tiene actitudes machistas. Esto nos ayuda a reflexionar para evitar estos pensamientos”.

La Ibero está en Cholula, una ciudad colonial a las afueras de la capital de Puebla que el lunes mostraba sus comercios abiertos como un día normal, con las mujeres despechando en heladerías, tiendas de ropa y peluquerías. Un ambiente diferente se ve en Puebla, la capital del Estado, donde los bancos, algunos restaurantes y comercios permitieron a sus trabajadores ausentarse. Es el caso de Cuétzalan Mío, una cadena de comida tradicional, que decidió no abrir ni una de sus cuatro sucursales. En uno de sus restaurante se podía leer un anuncio en papel de color púrpura con la leyenda: “Sumando esfuerzos nos unimos al paro nacional ‘Un día sin mujeres’”.

Un guiño oficial al aborto

Escritorio vacío en una de las oficinas del ayuntamiento de Puebla, en México.
Escritorio vacío en una de las oficinas del ayuntamiento de Puebla, en México.FRED RAMOS

Lo más destacado de la jornada, sin embargo, fue el cabildo simbólico que se realizó en el Ayuntamiento de la ciudad, en el que se presentaron solo mujeres. Las 13 regidoras, la secretaria del ayuntamiento y la presidenta municipal, Claudia Rivera, decidieron sumarse a la huelga en un acto casi de rebeldía en esta ciudad conservadora. Desde que asumió la jefatura municipal por Morena, el partido del presidente López Obrador, Rivera ha revolucionado su ciudad. La más reciente decisión fue colgar en la fachada de la Alcaldía —un palacio del siglo XIX— con las banderas de la diversidad sexual, transgénero, la púrpura del feminismo y la verde a favor del aborto, en un Estado donde este todavía está prohibido. “Ella está a favor de la libertad de las mujeres de decidir sobre sus cuerpos”, acota Rafael Quiroz, coordinador general de comunicación del Ayuntamiento.

Quiroz y sus colegas han tenido un día ajetreado. Ellos se han hecho cargo de todo el trabajo en sus respectivas dependencias. “Es un vacío notorio, nos sentimos extraños, pero lo entendemos y solidarizamos”, explica Quiroz, quien esta tarde viste una corbata púrpura y de la solapa de su saco cuelga una chapa del mismo color con que muestra a una mujer bajo la leyenda “ciudad incluyente”. Los pasillos del Ayuntamiento y los escritores lucían vacíos de mujeres, aunque en una de las dependencias dos trabajadoras decidieron presentarse. Tal vez eran las únicas en todo el edificio. “Es una decisión personal”, dice Jaqueline Alonso, analista de la Dirección de Agenda y Seguimiento. “Nos ponemos del lado de la causa. Es un grave problema social, pero no se va a solucionar con que vengamos o no al trabajo”, explica. “Es respetable que ellas [sus colegas] no vengan, pero creo que el problema de la violencia nos compete a todos”. A su lado, su jefe, Alejandro Morgan, escucha atento. Él, a diferencia de sus subordinadas, viste una playera púrpura con la leyenda ‘Basta de violencia en la calle. No hay descanso, la batalla continúa’. “Soy el director y tengo que poner el orden”, afirma Alonso.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2020-03-09/clases-de-masculinidad-toxica-en-aulas-sin-alumnas.html

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«Descabronizar» el planeta

Por: Miguel Lorente Acosta 

Sobre el machismo como cultura de la violencia en contraposición a la cultura de la igualdad del feminismo.

El mayor cambio que se vive hoy en al ambiente es el de la Igualdad, tanto que los pilares sobre los que se levanta la estructura de nuestra sociedad se están derritiendo. Y como sucede con el cambio climático, hay quien lo niega para no enfrentarse a la verdad incómoda que amenaza su poder y privilegios.
El ejemplo lo tenemos cerca, en la Cumbre del Clima celebrada estos días en Madrid, una de las propuestas más destacadas es la de «descarbonizar» el planeta para disminuir las emisiones de carbono, especialmente en forma de dióxido de carbono. Un concepto novedoso, ese de «descarbonizar», cuya validez ha sido aceptada por la Fundéu al ser construido a partir de la palabra «carbono».
El machismo por su parte ha intoxicado la convivencia social y democrática con la emisión de sus malos humos y sus gajes tóxicos a lo largo de toda la historia, tanto que ha contaminado el aire que respiramos y ha impregnado con el hollín de su ceniza las miradas e identidades, para establecer con sus emisiones una especie de clima regulado por el termostato de sus intereses.
Ante esta situación el razonamiento es sencillo, si «descarbonizar» es reducir las emisiones de carbono, y «cabrón», tal y como recoge la primera acepción del Diccionario de la RAE, es quien «hace malas pasadas o resulta molesto», «descabronizar» es reducir la realización y emisión al ambiente de esas malas conductas y molestias que, incluso, llegan hasta la violencia. Un comportamiento característico del machismo para lograr imponer la desigualdad con la que defender sus privilegios, y para someter a las mujeres a los espacios y funciones que la cultura machista ha decidido.
El machismo es tóxico, y el ambiente milenario de «encabronamiento» que genera es el responsable de las olas de acaloramiento público y privado, de las inundaciones de la intimidad, y de las DANAS («Depresiones Afectivas en los Niveles del Amor») cíclicas que aparecen de manera sorpresiva con todo su daño y destrucción. Por lo tanto, la solución a esos problemas sociales pasa por actuar sobre ese ambiente tóxico, no sólo sobre el resultado de sus catástrofes.
El problema es más serio de lo que parece, por eso quienes «emiten» la violencia machista buscan negarla, si no fuera tan grave no se molestarían en intentarlo. La OMS (2013) recoge que el 30’1% de las mujeres del planeta sufrirán en algún momento de sus vidas violencia por parte de sus parejas o exparejas, y Naciones Unidas (2015) indica que entre 40.000 y 45.000 mujeres son asesinadas en el planeta cada año en el contexto de las relaciones de pareja y familia.
Por su parte, la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA, 2014) concluye en su informe que el 20% de las mujeres de la UE han sufrido violencia física en las relaciones de pareja, el 43% violencia psicológica, el 6% violencia sexual y el 55% acoso sexual. Y si nos acercamos a nuestras costas, las Macroencuestas (2011, 2015) y los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género nos indican que cada año unas 600.000 mujeres son maltratadas y unas 60 asesinadas. Y a pesar de esta objetividad en el resultado y de vivir la experiencia de cada día que conduce al mismo, el «encabronamiento» machista lo ignora y lo intenta negar.
 
Por ello necesitamos el aire fresco de la Igualdad con un doble objetivo.
1. Por un lado, descontaminar y limpiar la atmósfera de la cultura de todos los gases tóxicos emanados de las ideas, valores, creencias, mitos… machistas.
2.Y por otro, abrir la ventana del conocimiento para que entre el oxígeno de la Igualdad y haga respirable el ambiente.
Sólo así podrán desaparecer los efectos tóxicos que ocasionan esa mirada borrosa que difumina la realidad, las alucinaciones del machismo, y los delirios de grandeza que muchos toman como verdad.
No es sencillo, son muchos los hombres que viven de esos malos humos, y algunos son verdaderos adictos al machismo, como los hay a las emisiones de dióxido de carbono, en una dependencia que no es física ni psicológica, sino social. Es la dependencia al poder y a los privilegios, y se ve reforzada bajo la conciencia de que cuanto más injusta son las decisiones, más poder se tiene. Y aunque el resultado sea dañino, hay quien prefiere morir de éxito en una sociedad injusta que vivir feliz y en paz en Igualdad.
La sociedad ya ha cambiado y su avance es imparable, pero las reacciones de quienes viven bajo el poder de sus emisiones también está presente para intentar asfixiar al planeta y a la Igualdad. No es casualidad esta reacción, ni tampoco que sólo sea el feminismo quien tenga una respuesta global a toda la construcción tóxica y violenta del machismo para «descabronizar» el planeta por tierra, mar y aire.
El machismo es cultura, no conducta, y el feminismo busca una nueva cultura levantada sobre la Igualdad, no corregir algunos de los resultados y consecuencias. Porque el feminismo es «cultura de Igualdad».
Fuente: https://rebelion.org/descabronizar-el-planeta/
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Kenia: Universidad asegura que las mujeres estudiantes son violadas por ser “imprudentes”

África/Kenia/12 Marzo 2020/https://rpp.pe/

«En las tres violaciones reportadas el año pasado, se puede dibujar un caso claro de imprudencia por parte de nuestras alumnas», señaló la Universidad de Nairobi.

Uno de los principales centros de educación superior en Kenia, la Universidad de Nairobi, culpó a las estudiantes por ser violadas, al considerar que su comportamiento “imprudente” motivó los abusos sexuales. Asimismo, el centro de estudios señaló que el número de violaciones y robos en la capital de Nairobi a estudiantes se ha incrementado en los últimos años.

“En los tres casos de violaciones reportados el año pasado, se observa una clara imprudencia por parte de nuestras estudiantes mujeres”, señalaba el comunicado que fue enviado a todos los alumnos.

El documento también abordó un caso en particular, y aseguró que la víctima “se entretenía en varios lugares de la ciudad y decidió caminar sola y en estado de ebriedad”, cuando fue asaltada y violada en grupo por tres hombres.

El documento también aconsejó a los estudiantes a recordar los números de teléfono más importantes de su entorno, en caso de que extravíen su teléfono celular y les recomendó permanecer con amigos conocidos durante sus salidas nocturnas.

Fuente: https://rpp.pe/mundo/actualidad/kenia-universidad-asegura-que-las-mujeres-estudiantes-son-violadas-por-ser-imprudentes-noticia-1248245?ref=rpp

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Marchan Mujeres sin Tierra de Brasil contra la opresión

América del Sur/ Brasil/ 10.03.2020/ Fuente: www.telesurtv.net.

Además del Distrito Federal, las Mujeres sin Tierra se movilizan en todos los estados del país con marchas, ocupaciones, debates y capacitación.

En el contexto del primer encuentro nacional de Mujeres Sin Tierra, más de 3.500 féminas marcharon en Brasilia contra el racismo, el machismo, la violencia y todas las formas de opresión contra la clase trabajadora.

“Caminaremos juntos contra todas las formas de violencia, por el derecho a la diversidad, por la autonomía, por la libertad, por el derecho y la soberanía de nuestros cuerpos, por el derecho a existir”, consta en la convocatoria de la manifestación.

Precisa además que “estamos en defensa de los avances en derechos logrados por la clase trabajadora que han sido retirados. Lucharemos contra la violencia y el recorte de fondos promovido por el Gobierno de Bolsonaro para programas sociales, que debilitan y ponen en peligro la vida de las personas más pobres”.

MST Oficial

@MST_Oficial

✊🏾O Ato Unitário do em Brasília fez parte da programação do I Encontro Nacional das Mulheres Sem Terra.
🚩As Mulheres do MST marcharam ao lado de companheiras de mais de 50 organizações, numa luta contra o machismo, o racismo e o fascismo.

Ver imagen en Twitter

La concentración partió desde el Parque de la Ciudad hacia el Palacio de Buriti (sede del gobierno del Distrito Federal) y enrumbó después para la Fundación Nacional de las Artes, situada junto a la torre de televisión de Brasilia.

Además del Distrito Federal, las Mujeres sin Tierra se movilizan en todos los estados del país con marchasocupacionesdebates capacitación.

Como parte de encuentro, la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff destacó el coraje y la voluntad de luchar en todos los frentes del movimiento, en defensa de la soberanía y contra todas las formas de violencia.

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/marchan-mujeres-tierra-contra-formas-opresion-20200308-0018.html

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Sandra Muente contra el machismo: “Necesitamos educación sexual para todos y urgentemente”

Redacción: Diario Correo

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España: Una carrera para todas: las científicas nos cuentan sus logros y obstáculos

Europa/España/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC 

En esta serie de vídeos, con el lema #UnaCarreraParaTodas, investigadoras de distintos campos nos explican cómo viven su profesión, con dos preguntas: qué es lo que más les gusta y a qué dificultades se enfrentan. Porque el 11F, además de visibilizar su trabajo, queremos hablar de los problemas que encuentran y también las grandes satisfacciones.

Para celebrar el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en SINC lanzamos #UnaCarreraParaTodasuna serie de vídeos en los que mujeres del mundo académico y científico reflexionan sobre lo mejor de su trabajo y las dificultades más importantes que han afrontado en su trayectoria.

Hemos pedido a investigadoras y tecnólogas españolas que se graben a sí mismas en vídeo y nos respondan a dos sencillas preguntas:

—¿Qué es lo mejor de tu profesión?

—¿Cuáles han sido los mayores obstáculos que has encontrado?

Las respuestas que hemos recibido son muy diversas. Todas ellas transmiten pasión por sus profesiones y también reflejan problemas comunes: la conciliación del trabajo con su vida personal, las actitudes machistas, la dificultad de ser tomadas tan en serio como sus compañeros, la falta de financiación y las inseguridades hacia sus propios resultados.

Cada vídeo está encabezado por una pionera en el mismo campo de la protagonista, como la bioquímica asturiana Margarita Salas o la socióloga madrileña María Ángeles Durán, que abrieron el camino a las mujeres en la ciencia.

Comenzamos con María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que habla de cómo su trabajo en la ciencia le permite luchar contra enfermedades que matan, como el cáncer, y de las actitudes machistas que se encontró cuando alcanzó su cargo en la dirección de un centro de investigación, tradicionalmente ocupado por hombres.

Le sigue Teresa Martín, investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del CSIC. La socióloga, investigadora principal del grupo Men Roles Project, afirma disfrutar de un trabajo creativo y nada monótono, y lamenta las dificultades que ha encontrado a la hora de buscar financiación.

Durante estos días, hasta el 11 de febrero, publicaremos el resto de la serie, con las contribuciones de mujeres especialistas en paleoantropología, bioquímica, matemáticas, estadística, óptica, ciencia de materiales, etc. A todas ellas les agradecemos que hayan sacado un rato en sus jornadas laborales para participar en esta iniciativa.

El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia fue instaurado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de visibilizar el trabajo de las científicas y crear roles femeninos para las niñas, además de poner fin a los prejuicios y mejorar las perspectivas profesionales de las investigadoras. Cada año se organizan miles de actividades a escala internacional, coordinadas en España por la plataforma 11 de febrero.

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Una-carrera-para-todas-las-cientificas-nos-cuentan-sus-logros-y-obstaculos

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Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario

Reseña/06 Febrero 2020/elpais.com

Si los hombres se miran al espejo una de las cosas que verán será su herencia machista. Un puñado de ellos (algunos rostros populares) cuentan sus deslices para así tener más clara la enmienda

Lo dijo John Lennon hace más de cuatro décadas: «No podemos tener una revolución que no involucre y libere a las mujeres». Sin embargo, sigue siendo un reto para la sociedad actual librarse de una herencia machista que aún impera en ámbitos culturales, políticos y cotidianos. La educación y el entretenimiento (series, películas, libros…) que el ser humano ha consumido a lo largo de los años han dejado mella. Hoy, la mayoría es consciente de las actitudes machistas más flagrantes. La dificultad está en acabar con esos gestos de discriminación (algunas veces sutiles, otras no) que llevan a cabo incluso los hombres más concienciados. «El género masculino está trufado de actitudes inapropiadas hacia las mujeres. Es un hecho objetivo que el tratamiento que ellas reciben no es el mismo que el que recibimos nosotros. Un ejemplo que yo veo clarísimo por mi experiencia es que no se le da importancia a la trayectoria profesional de las mujeres», explica a Icon Javier Royo, autor del libro Homo Machus. De animales a hombres (Lumen).

El ilustrador (Zaragoza, 1972) está convencido de que visibilizar el machismo y hablar de los abusos que se dan a diario es clave para acabar con él. En su libro confiesa que empezó a dibujar sobre la discriminación hacia la mujer «sin conocer realmente la profundidad de semejante océano». Royo, que entiende el machismo como un monstruo que educa en los estereotipos, que cosifica, que minusvalora y acosa a las mujeres, anima a los hombres a revisarse para perder el miedo a enfrentarse a él. «Me encuentro con muchos casos de chicos que me confiesan tener pavor a meter la pata al hablar con mujeres sobre feminismo. Cuando esto ocurre, lo que les aconsejo es que hablen con libertad, pero con un filtro previo para no soltar cualquier barbaridad», afirma este maño que empezó a dibujar estas viñetas a raíz del juicio de la manada. «Homo Machus surgió sin pretensiones de hacer un libro. Las ilustraciones me salieron de forma natural en un momento en que la sociedad empezó a culpabilizar a la víctima de esta violación múltiple», señala Javier Royo.

El resultado del ejercicio gráfico de Royo es un libro de ilustraciones que aboga porque el feminismo sea cosa de todos: mujeres y hombres. «Los hombres somos esclavos del machismo por culpa de los valores que se nos han inculcado. Somos nosotros los que debemos, por ejemplo, dejar de ver el cuerpo de la mujer como un objeto».

Tal y como ha comprobado el propio autor, su trabajo ha servido para remover a los hombres que lo leen. «Aunque no estén de acuerdo con todo lo que aparece, todos los chicos con los que he hablado, tanto en las presentaciones del libro como a través de las redes sociales, me han confesado que de una forma u otra se han quedado tocados y les ha hecho reflexionar», apunta.

La sexóloga Ruth González Ousset informa a Icon de que lleva una década encontrándose en su consulta con hombres que se bloquean cuando dan con una mujer liberada. «El hombre ve como una amenaza que la mujer demande cosas como el empleo de juguetes en la relación sexual. Creen que hay un problema y por eso siempre se ha tratado de apagar el deseo sexual de la mujer», señala la terapeuta, que en consulta ha lidiado con muchos hombres que se sienten amenazados por el feminismo. «No se dan cuenta de que el foco no es ese. La realidad es que las mujeres queremos a los hombres más cerca que nunca», defiende Ousset. Javier Royo coincide y afirma que el machismo es una epidemia mundial que, sin embargo, «no tiene ese tratamiento por el simple hecho de que no la sufren los hombres».

En Icon hablamos con 17 hombres que nos cuentan qué gestos son fruto de esa herencia machista en la que nos hemos criado como sociedad…

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Gonzalo Sierra (gestor, 52 años): «Yo estaba en contra de la paridad en principio. Tenía ese argumento que dice que lo importante es ser capaz, no hombre o mujer. Me cabreaba especialmente en el tema de los festivales de música ¿Por qué iba a haber los mismos hombres y mujeres en un cartel si los aficionados a la música no somos machistas? Si en los festivales había más chicos que chicas era simplemente, pensaba, porque hay más músicos que músicas. Estaba completamente equivocado. Cuando algunos festivales empezaron a implantar la paridad obligatoria, y tuvieron que esforzarse en encontrar grupos de chicas, la discriminación positiva nos demostró varias cosas que habíamos olvidado. Primero, que había tantas chicas como chicos que hacían música. Segundo, que además eran tan buenas como los chicos, si no mejores. Simplemente se las valoraba menos por ser mujeres. Por supuesto eso es extrapolable a cualquier otro ámbito laboral».

– Rayden (rapero, actuó en la última gala de los Goya, 34 años): «Noto que ahora cuido mucho más el uso del lenguaje. Eso y que antes era el primero en reír chistes machistas a amigos y ahora soy la persona que dice: ‘Oye, cortaos que esto no tiene gracia».

– Pedro Martínez (periodista, 26 años): «Llevo ocho años fuera de casa de mis padres, pero siempre que voy sigo consintiendo que sea mi madre la que haga las tareas de la casa. Ella se dedicó a los cuidados de la casa y de sus hijos mientras mi padre trabajaba porque fue un acuerdo que pactaron entre los dos. Pero ahora que todos somos mayores, no vivimos en casa y mi padre está jubilado, mi madre sigue encargándose de todo y me siento mal por actuar así de forma inconsciente cuando estoy con ellos».

– Nacho González (informático, 35 años): «Antes de ser padre no le daba importancia a que la baja paternal fuera obligatoria y no era consciente de cómo perjudica a las mujeres que el hombre decida no cogérsela. Tengo un hijo de casi un año y cuando avisé a mi jefe de que me iría las semanas que me correspondían de baja por paternidad lo encajó muy mal. El problema es que en mi trabajo ningún hombre se coge más de dos semanas cuando es padre. Noté que a mis compañeros les sentó realmente mal que no quisiera renunciar a mi derecho a estar con mi hijo sus primeras semanas y alguno incluso llegó a decirme que eso era cosa de las mujeres y que precisamente por eso preferían trabajar con otros hombres».

– Javier Gutiérrez (actor con dos Premios Goya, 49 años): «Los hombres antes éramos más permisivos con los chistes machistas y yo creo que con la cantidad de asesinatos machistas que hay la tolerancia, al menos por mi parte, debe ser cero. Y no solo con estos chistes sino con comentarios machistas. Creo que no soy el único y que ahora los hombres estamos más concienciados. Yo me lo tomo muy en serio y no consiento ningún comentario que pueda resultar ofensivo hacia la mujer».

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Julio García (abogado, 32 años): «Siempre que quedo para comer o tomar una copa con una mujer, aunque solo sea una amiga, pago yo. Nace de mí el instinto de pagar y me sale de forma automática. Sin embargo, cuando pienso en ello asumo que puede resultar ofensivo».

– David Moya (responsable de comunicación, 25 años): «Antes era incapaz de entender que por una simple mirada una mujer podía sentirse incómoda o acosada. Sin embargo, me abrió lo ojos algo que me pasó un día en el gimnasio. Allí otro chico no dejaba de mirarme de una forma bastante ansiosa y me preguntó si me iba a la ducha con él. Es triste, pero hasta que no sentí en mis propias carnes eso no fui capaz de entender lo que una mirada podía provocar. Yo creo que nunca he lanzado miradas con esa intención, pero recuerdo que antes de ser consciente del machismo en el que nos educamos estaba en fase de negación y una amiga me dijo: ‘¿Crees que las mujeres no nos sentimos inferiores por el simple hecho de serlo? Ve caminando por la calle y mira a los ojos a todos los hombres con los que te cruces y la mayoría te aguantaran la mirada, incluso muchos lo harán de forma desafiante. Haz lo mismo con las mujeres y la mayoría agacharán la cabeza’. Lo hice, y así fue».

– Leiva (músico, ex-Pereza, 39 años): «El rock es un género machista y hay que asumir que vivimos en una sociedad machista en general. El que crea que está limpio de cualquier expresión o chiste machista probablemente se equivoque. Yo mismo descubro que expresiones mías de canciones de hace años son machistas, aunque no fuera intencionado. Hay que hacer un ejercicio diario de no colaborar con los micromachismos».

– Javier Alonso (consultor de comunicación, 36 años): «A menudo, sigo cometiendo un micromachismo, ya sea en el trabajo o con amigas, de lo que obviamente no estoy orgulloso. Uso muchas coletillas del estilo ‘mira, bonita…’ cuando voy a reprochar algo y me gustaría corregirlo».

– David Negrín (músico, 36 años): «Hace unos meses, en un periodo de falta de ideas musicales, tiré de notas de audio antiguas para buscar un poco de inspiración. Estas notas son estrofas o estribillos que se me ocurren, ideas tarareadas e improvisadas en las que suelto lo primero que me viene a la cabeza. Pues entre estas notas tengo alguna improvisación que al escucharla el otro día me asustó bastante y sentí mucho alivio por no haberlas terminado y que quedaran en un cajón. No eran historias reales, pero me hizo reflexionar hasta el punto de reescuchar todo lo que he grabado y analizar todas mis letras. Después de hacerlo me he dado cuenta de que antes confundía el despecho con falsa superioridad, aunque por suerte creo que puedo seguir cantando el 90% de mis temas sin sentirme extraño».

Yo confieso: 17 hombres relatan gestos machistas que aún cometemos a diario
Ilustración: Javirroyo

– Quique González (músico, 46 años, último disco, Las palabras vividas): «Puede que mi canción Miss camiseta mojada me chirríe hoy porque es cierto que este tipo de concursos cosifican al personaje de la canción. Aunque el tema tiene un tono humorístico y creo que se entiende así. Lo que está claro es que es importante que todos hagamos el ejercicio de revisarnos un poco».

– Alberto Rodríguez (ingeniero, 30 años): «Hace unos años, cuando estaba con mi novia, experimenté un episodio de celos que no me gustó nada. Ella estaba hablando con un tío y fui allí a marcar territorio. Desde entonces controlo mucho no dejarme llevar por los celos. Creo que sobre todo ocurre por un tema de educación: nos han vendido un amor exclusivo y romántico que no es real».

– Raúl Jiménez (informático, 50 años): «Hay una cosa que hago mucho, aunque ahora que soy consciente trato de hacerlo menos. Siempre que coincido con otro hombre al que no conozco y con el que tengo que entablar algún tipo de conversación trivial empiezo sacando el fútbol como tema de conversación para romper el hielo. Lo hago asumiendo que por ser hombre le tiene que gustar este deporte, algo que por supuesto no hago cuando la persona con la que tengo que hablar es una mujer».

– Julián (filósofo, 37 años): «Durante un tiempo trabajé como camarero y hacía dos cosas que hoy veo claramente que eran fruto de la educación machista en la que todos hemos crecido. La primera es que cuando una pareja me pedía la cuenta siempre le llevaba el ticket al hombre para que pagara. La segunda es que cuando una pareja pedía una cerveza y un refresco automáticamente le ponía la cerveza al hombre, dando por hecho sin preguntar que era para él y no para ella. Si hoy trabajara en un bar, tengo claro que no volvería a cometer estos errores».

– Javier Royo (autor de Homo Machus, 48 años): «Yo ahora escucho más, pero antes practicaba un mansplaining de libro. Cuando tenía una conversación con una mujer le explicaba algo que ella ya me había dejado claro que sabía. Soy consciente de mi error desde hace bastante tiempo y hago el ejercicio de no dar lecciones».

– Abraham Boba (cantante del grupo León Benavente, 45 años): «Lo más importante es que se ha generado la posibilidad de repensar nuestra postura como hombres. Pongo un ejemplo. Cuando propuse poner el título a nuestro último disco, que se llama Vamos a volvernos locos. Pensé en poner: Vamos a volvernos locas. Creo que el mero hecho de plantearse esto me parece positivo» (nota: León Benavente lo forman cuatro hombres).

– Juan Pablo Cancho (profesor, 52 años): «Mi novia decidió hace unas semanas no depilarse las axilas. Al principio me sentó mal y decidí disuadirla. No lo concebía. Luego pensé que, por supuesto, no tenía derecho a exigirle nada».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/04/icon/1580813417_292517.html

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