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Los casos de cyberbullying aumentan durante la pandemia

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El discurso de odio entre niños y adolescentes aumentó un 70 % desde que los estudiantes comenzaron las clases en línea, señala un estudio.

Desde trabajar y estudiar en línea, socializar o hasta realizar compras o hacer trámites bancarios por intertet, parece que la vida de muchas personas se ha digitalizado desde marzo, mes en que la pandemia por COVID-19 empezó a disiparse por todo el mundo. Y aunque la aceleración de la digitalización tiene sus ventajas, ésta no ha llegado sin traer problemas.

Un problema que no ha guardado sana distancia en esta época de crisis ha sido el bullying. Según un reporte de L1ght, una empresa que detecta y filtra contenido abusivo y tóxico en línea, el discurso de odio entre los niños y adolescentes aumentó un 70 % desde que los estudiantes comenzaron sus clases en línea.

Además del coronavirus, otra crisis que ha hecho que aumenten los casos de ciberacoso (cyberbullying) es la desinformación. En Corea del Sur esta problemática se ha hecho evidente a raíz de la pandemia.

El caso de Corea del Sur: ciberacoso a nivel nacional

En Corea del Sur, una joven se contagió de COVID-19 y, sin saberlo aún, se reunió con miembros de su iglesia para organizar un programa para jóvenes. Al dar positivo, los detalles de su vida privada salieron a la luz debido al ciberacoso, que es común en el país gracias al nivel de escrutinio sobre la vida de la gente para combatir esta enfermedad. Fue así que las autoridades descubrieron y revelaron datos como su edad, sexo, el nombre de su congregación, los lugares más recientes donde estuvo y con quién estuvo. El bullying que provocó esta invasión de privacidad llegó a tal grado de inventarle un amorío con un miembro de la iglesia, todo esto mientras la joven se recuperaba en el hospital.

Además del coronavirus, otra crisis que ha hecho que aumenten los casos de ciberacoso es la desinformación.

A esta práctica de revelar información personal sobre alguien de manera maliciosa se le conoce como doxing. En este país asiático, el doxing y el ciberacoso son tan comunes que han llevado a varias estrellas al suicidio.

Aunque el gobierno surcoreano aprendió su lección y dejó de publicar la edad, sexo y lugar de trabajo de los infectados, el miedo a ser expuestos ha hecho que muchos se queden en casa. Esto sólo demuestra cómo el ciberacoso es un problema serio que se puede presentar en todos los niveles, no sólo en los alumnos más jóvenes.

¿Por qué ha aumentado el ciberacoso durante la pandemia? 

Parte del problema surge debido a que ahora gran parte de los trabajos y la enseñanza se realizan en línea, pero durante la cuarentena también aumentó el tiempo libre, el cual al no poder realizar actividades fuera de casa, se realizan principalmente en línea. Antes se podía ir a gimnasios, fiestas, clases o cualquier otra actividad fuera de casa, pero debido a la cuarentena, gran parte del entretenimiento y actividades de ocio se realizan por medio del internet.

Tener más tiempo digital de ocio sumado al estrés que ha aumentado debido a la crisis sanitaria, puede hacer que las personas se vuelvan más hostiles. En su reporte, L1ght descubrió un 40 % de incremento en la toxicidad en plataformas de juegos populares, como Discord. Además, debido a que un mayor número de personas está en línea, existen muchos más posibles agresores y víctimas potenciales.

El estrés puede llevar a muchas personas a desarrollar comportamientos de autoconservación y autodefensa, más si son provocados por una crisis mundial como la pandemia. Y aunque todas las personas estamos expuestas al estrés, es más probable que los jóvenes se vuelvan más hostiles en sus interacciones en línea, incluso con sus amigos.

Otra razón por la que ha aumentado el acoso en línea es porque la gente está aburrida. Tristemente, muchos jóvenes se involucran en acoso cibernético simplemente porque no tienen nada más que hacer. Este tipo de actividades alimenta su necesidad de atención, incluso si ésta es negativa.

El ciberacoso en niños y jóvenes

Uno de cada cinco niños de 10 a 18 años ha sido víctima del acoso en línea en los Estados Unidos. Securty.org realizó una investigación para descubrir si la pandemia aumentaría ese número, por lo que entrevistaron a más de 500 padres y madres estadounidenses con hijos en ese rango de edad.

El 21 % de los encuestados respondieron que sus hijos habían sido acosados cibernéticamente antes de la pandemia. De este porcentaje, el 56 % reportó que el bullying había ocurrido en los últimos seis meses.

Muchos jóvenes se involucran en acoso cibernético simplemente porque no tienen nada más que hacer.

El estudio también descubrió que era más probable que las víctimas tuvieran redes sociales. Por ejemplo, el 69 % de los padres contestaron que sus hijos tienen Snapchat, en comparación con el 55 % de los no acosados que sí usan esa plataforma. Entre las redes sociales donde se reportaron el mayor número de casos de ciberacoso se encuentra YouTube con un 79 %, seguido de Snapchat con un 69 % y TikTok con un 64 %.

¿Cómo ayudar a un alumno que sufre de bullying en línea?

Aunque desconectarse parece ser la solución más obvia, el primer paso debe ser reconocer al estudiante por su valor de reportar el acoso, según Kathryn Seigfried-Spellar, profesora asociada del departamento de Computación y Tecnología de la Información de la Universidad de Purdue.

“Los niños tienen miedo de ser víctimas de acoso cibernético y cómo reaccionan los padres y maestros al saber este hecho. Tienen miedo de que les quiten [el acceso a] la tecnología», señala Seigfried-Spellar. Por este motivo, es importante que los tranquilicemos asegurándoles que no serán castigados por hacer este tipo de denuncias y que no se les retirarán sus dispositivos, más en esta época donde el internet y las redes son su única ventana de socialización con sus amigos y acceso a la educación.

Uno de cada cinco niños ha sido víctima de acoso en línea en los Estados Unidos.

El siguiente paso es apagar las cámaras. Esta situación es delicada, según Seifried-Speller. Muchos maestros sienten la necesidad de monitorear a sus alumnos en todo momento, con el objetivo de mantener la disciplina y el nivel de atención. Pero esto puede llevar a que un alumno olvide que está visible, cometa un error embarazoso y que otro compañero tome captura de pantalla para avergonzarle más adelante.

Fomentar la socialización en línea también es extremadamente útil para los alumnos, más en esta época donde es normal sentirse aislado. Linda Charmaraman, directora del Laboratorio de Investigación de Juventud, Medios y Bienestar de los Centros Wellesley para Mujeres, realizó investigaciones sobre cómo los jóvenes utilizan las redes sociales e Internet. La Dra. Charmaraman descubrió que más de la mitad de los jóvenes manda o recibe apoyo social y emocional en línea. También encontró que, en comparación con el año pasado, los jóvenes están más inclinados a publicar mensajes de ánimo o frases positivas para hacer que los demás se sientan mejor.

Otro punto importante a considerar si se quiere ayudar a combatir el bullying en línea es estar al corriente de los recursos e información sobre el ciberacoso en los medios digitales para conocer los términos que se utilizan y tener estrategias de prevención. Una de estas estrategias podría ser enseñar habilidades de ciudadanía digital para que aprendan sobre ciberseguridad y cómo ser respetuosos en línea.

Según Seigfried-Spellars, lo mejor es enseñar a los alumnos a tomar mejores decisiones. Si se hablan entre sí  y forman comunidad, aunque sea en línea, ayudará a que piensen en el o la compañera antes de enviar un mensaje tóxico. También los guiará a saber qué hacer en caso de ser testigos de ciberacoso.  Además, enseñarles habilidades de ciudadanía digital hará que se den cuenta que “pueden aprender que tienen la oportunidad de hacer algo de manera positiva o negativa en cada una de las cosas que hacen”.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cyberbullying-en-aumento-durante-la-pandemia

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En pandemia, el teatro hasta tu ventana

Texto: Keren Elizabeth Rodríguez / ZonaDocs
Fotos: A la deriva teatro

A la deriva teatro lleva sus funciones hasta las ventanas o puertas de las viviendas de niñas y niños. “Kamishibai en tu ventana, serenata para niñas y niños” suma 12 presentaciones durante la pandemia

En tiempos de pandemia, cuando las casas estaban cerradas y los niños y niñas encerradas, el teatro llegó a ellas y ellos. Se trata de “Kamishibai en tu ventana, serenata para niñas y niños”, un proyecto hormiga en palabras de la directora Susana.

Gracias al apoyo de Cultura UDG y el Programa Institucional Alas y Raíces, se pudo llevar a 12 familias serenatas los días 4, 10 y 11 de Octubre en las siguientes colonias: Los Tulipanes, Ferrocaril, El Rosario, Santa Paula, Jardines de la Cruz, Colinas de Atemajac, Chapalita, Auditorio, Colonia Independencia, Jardines del bosque, Providencia y  Misión del Bosque, esto en los municipios de Tonalá, Zapopan y Guadalajara.

Su objetivo fue atender la regulación emocional de los miembros de familia con una experiencia llena de juegos, canciones, bailes y una función llamada: “Asia, el zorrito y el largo invierno”, la cual habla sobre los cambios emocionales en el “invierno”, metáfora que se emplea para  hacer referencia a la pandemia que hoy todo mundo padecemos.

El creativo nombre del proyecto hace referencia al teatro japonés Kamishibai, donde cuentan una historia a través de imágenes.

Susana Romo mencionó que para ella es importante que cada individuo tenga un acercamiento único con las artes ya sea teatro, danza, escritura, entre otras.

Para poder participar en el proyecto se llevó a cabo una convocatoria en el cual niñas y niños enviaron  un correo electrónico a la derivateatro@hotmail.com en el debían de adjuntar un dibujo de la ventana de su casa; los primeros cuatro correos en cumplir los requisitos fueron los elegidos; las restantes funciones se realizaron a través de organizaciones que realizan proyectos de incidencia social.

La directora de “Kamishibai en tu ventana, serenata para niñas y niños” está muy feliz por los resultados, las sonrisas inolvidables y los testimonios de corazón que recibieron al llevar el teatro  a lugares donde los eventos culturales no siempre llegan.

Su mensaje para todas las niñas y niños es que encuentren su espacio en el mundo: “un espacio donde puedan jugar, hacer lo que aman y donde puedan aprovechar su presente y vivir al máximo”.

Este proyecto se realizó gracias a la música especial de Cristina Martínez y Sergio Arreola; el texto original de Osvaldo Jimenez; así como por el apoyo para su producción de Cultura UDG, el Programa Institucional Alas y Raíces.

Para A La Deriva Teatro llevar a las ventanas y corazón de niñas y niños su propio Kamishibai significó ofrecer una pausa emocional para las familias que se han visto más afectadas por la pandemia causada por el coronavirus.

Teatro para las y los más pequeños

El Festival Internacional de Teatro para los Primeros Años (FITPA) es un evento también realizado por A La Deriva Teatro que se enfoca en llevar el arte a niños y niñas de 0 a 6 años en Jalisco; en su quinta edición ha tenido que evolucionar y adaptar sus talleres, espectáculos, danzas y actividades a la llamada nueva normalidad.

Por ello, del 21 al 25 de octubre realizarán este festival de manera digital y contarán con la compañía de artistas y colectivos de teatro para bebés de Italia, Brasil, Chile, Argentina, entre otros países.

Su propósito será promocionar las artes, música, teatro, danza, pero sobre las crianzas respetuosas.

Para disfrutar de los 16 talleres y los cuatro espectáculos se contará con  la sala digital del Conjunto Santander de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara.

La directora de FITPA, Susana Romo, tiene como testimonio que cuando se quiere, se puede; por ello, anticipa que este evento será muy significativo para las familias jaliscienses, aún en el marco de la actual pandemia.

Es importante mencionar que este Festival tiene el objetivo de mejorar el desarrollo y calidad de vida de los niñas y niños a través de su acercamiento al teatro.

Para mayor información sobre este festival puedes checar su cartelera en su página en Facebook: https://www.facebook.com/Festival.FITPA/

Y para conocer el trabajo de A La Deriva Teatro, aquí te dejamos su perfil: https://www.facebook.com/A-LA-DERIVA-TEATRO-218894735088/

Este trabajo fue publicado originalmente en ZONA DOCS que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.

Fuente: https://piedepagina.mx/en-pandemia-el-teatro-hasta-tu-ventana/

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México: Pandemia por Covid-19 acelera el trabajo infantil

América del Norte/México/18-10-2020/Autora: Cristina Hernández/Fuente: www.publimetro.com.mx

La pandemia y la crisis económica ha acrecentado la necesidad de que los niños apoyen en sus familias para ganar el sustento diario.

La actual pandemia y la crisis económica han amenazado el futuro de una generación de niños en todo el mundo debido al trabajo infantil.

Con las aulas cerradas y padres que pierden su trabajo, millones de niños han debido sacrificar la lectura, la escritura y las tablas de multiplicar jornadas de sudor, ampollas y cada vez más reducidas esperanzas de una vida mejor.

De acuerdo con AP, en Kenia, lugar de ir a la escuela los niños pican piedras en las canteras.

 

Trabajo Infantil
Foto: Getty Images
En la India, miles de menores se han volcado a los campos agrícolas y a las fábricas.

Y en Latinoamérica, los pequeños producen ladrillos, fabrican muebles o limpian los campos de maleza tiempo completo.

Si fuera poco, el trabajo de niños y adolescentes pagado apenas por centavos o, en el mejor de los casos, unos cuantos dólares al día para ayudar a llevar comida en la mesa.

“El trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias”, refirió Astrid Hollander, directora de educación de UNICEF México.

Los gobiernos alrededor del mundo analizan cuántos estudiantes han abandonado sus sistemas escolares.

Tan sólo el cierre de las aulas afecta a casi mil 500 millones de niños en todo el mundo.

Expertos aseguran que es menos probable que los niños regresen a la escuela cuanto más tiempo estén suspendidas las clases presenciales.

Las repercusiones, especialmente para quienes ya están rezagados, pueden ser menores oportunidades laborales de por vida, menos ingresos potenciales y una mayor probabilidad de pobreza y embarazo precoz.

“Las repercusiones podrían percibirse en las economías y sociedades a lo largo de las próximas décadas”, advirtió en agosto Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

Para al menos 463 millones de niños, cuyas escuelas cerraron, no hay posibilidad de aprendizaje a distancia.

La doctora Alma Cosette Guadarrama, investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, explicó para Publimetro el panorama del trabajo infantil en México.

¿Cuál es el panorama del trabajo infantil en nuestro país?

– En cada una de las entidades federativas existen áreas específicas donde se ubica un mayor número de población en estado de pobreza y pobreza extrema donde se puede identificar el trabajo infantil.

Los índices de explotación del trabajo y trabajo forzado que son las dos formas de trata que existen en México en materia infantil, seguramente se iban a detonar como el caso de la violencia de género y otros problemas que aquejan a nuestra sociedad.

Trabajo InfantilFoto: Cuartoscuro

Lo importante de entender esto es que los niños y particularmente en México están desprotegidos, las condiciones de pobreza y la línea de pobreza y pobreza extrema, enmarca al estado mexicano como país, de tal manera que obliga al papá, mamá a enviar a los hijos a ayudarles a conseguir el sustento de la casa, evidentemente el hecho del confinamiento, quita la posibilidad de salir a trabajar y los que están en las condiciones de pobreza extrema, tener el sustento de todos los días porque viven al día.

Esto puede llevar a esta figura que es muy común en México en donde los padres llevan a los hijos al lugar en los trabajos que desarrollan, que generalmente son los trabajos informales, el comercio, etc. Puede caer en figuras de trata como el trabajo infantil o los trabajos forzados que están marcados en la ley para ganar el sustento en otros momentos que, a lo mejor, antes de la pandemia no era necesario.

¿Qué trabajos son los que desempeñan los niños y cuáles son las más peligrosas?

– La norma establece, desde el ámbito jurídico, que la minoría de edad se divide en dos etapas fundamentales, el niño o niña es aquel entre 0 y 12 años incumplidos, pero para cuestiones de trabajo serán 15 años, no pueden realizar labores consideradas como trabajo con alguna remuneración.

Esto está vedado en las familias mexicanas porque si bien el niño no recibe un salario, sí va y ayuda al papá, aquel que es comerciante, está vendiendo.

Lo que sale de este marco legal se convierte en trata de personas en dos modalidades, lo que es la explotación laboral (adolescentes entre 15 y 18 años) y el trabajo forzado (todos los demás).

Puede caer en los dos rubros, aquel adolescente que está realizando un trabajo o una actividad, pero no se le paga lo que marca la ley, no se le dan prestaciones, etc. Y ahí pueden caer los adolescentes entre 15 y 18 años incumplidos.

Todos los demás pueden caer en la segunda cuando se les obliga a través de alguna amenaza, amenaza psicológica, hacia un familiar de daño físico, para realizar una actividad.

El menor también puede caer en la mendicidad que, de acuerdo con nuestra ley, también constituye una forma de trata,

En el caso de comercio informal, como en apoyo de algunas cosas, en algunas ocasiones en las minas, al norte del país y fundamentalmente el comercio informal y en la mendicidad.

¿Cuáles son las consecuencias del trabajo infantil?

Trabajo InfantilFoto: Getty Images

— El niño empieza a conformar su personalidad, a entender la distinción entre bueno y malo, justamente en la primera infancia, es decir, entre los 0 y los 10 años de edad.

Si nos vamos a una cuestión más social, podemos decir que uno de los grandes efectos que puede tener el desarrollo del trabajo infantil, particularmente de los niños menores de 15 años, es la exposición a ciertos peligros, por ejemplo, los riesgos propios de la calle.

Cuando están ayudando en al comercio informal al comercio ambulante, en las ladrilleras, minas, exponerse a los riesgos de una sociedad donde el otro no considera y no valora a sus congéneres como persona, hay una deshumanización, una pérdida de valores como persona y esto conlleva a acciones que desde la psique del otro, a lo mejor son cuestiones normales, por ejemplo, los abusos sexuales, una persona que fue abusada lo considera normal y se convierte en abusador y eso conlleva una cadena.

Sobre todo las mujeres están expuestas a abusos sexuales, violaciones, todos los riesgos que son propios de la calle cuando no está el tutor o el padre al cuidado y protección de ese menor.

Esto conlleva a que nuestro tejido social se siga resquebrajando porque vamos a tener en un futuro comunidades conformadas por personas, por adultos, con traumas, con una serie de cuestiones que solamente están reproduciendo lo que vivieron en su infancia, eso conlleva a la construcción de sociedades totalmente fuera del marco de la ley.

Los parámetros y los estudios que ha hecho la OIT demuestran que un chico antes de la edad de 15 años se está formando y hay que proteger derechos básicos de él como es el juego, la diversión, que coadyuva a la conformación de adultos felices, de adultos conscientes, etcétera.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2020/10/15/amenaza-trabajo-infantil-pandemia.html

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¿Qué es la ‘fatiga Zoom’ y cómo evitarla en estudiantes?

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La educación en línea es nuestro mejor recurso ante la situación de aislamiento, pero también puede producir agotamiento si no se administra cuidadosamente.

La nueva normalidad nos ha obligado a adaptarnos a una manera diferente de impartir clases. El rol de la educación en línea ha sido trascendental para la continuidad de la educación en todos los niveles, pero esta transición ha tenido sus bemoles.

Desde acoso cibernético, zoombombing, disponibilidad de recursos tecnológicos, hasta problemas de horarios o carga de trabajo en casa para las madres y padres, la instauración de la educación en línea como principal plataforma didáctica no ha estado libre de obstáculos. Con meses dentro de este nuevo esquema surge otra problemática a tratar para asegurar una experiencia educativa de calidad: la fatiga Zoom.

La ‘fatiga Zoom’ o ‘fatiga por Zoom’ se define como un estado de hastío, cansancio y aburrimiento que puede sentir un usuario al atender múltiples juntas, clases o eventos en línea durante el día. Los efectos causados por esta fatiga pueden ser perjudiciales para un ambiente didáctico, especialmente si se presentan frecuentemente.

¿Cómo nos afecta la ‘fatiga Zoom’?

Algunos de los síntomas de la ‘fatiga Zoom’ son: dificultad para concentrarse, agotamiento físico, ansiedad al entrar a una llamada o durante la misma, irritabilidad, dolor de cabeza y cansancio ocular, entre otros.

El problema puede ser más serio cuando se trata de niños, que no tienen aún las herramientas para identificar que lo que les sucede es simplemente ‘fatiga Zoom’. En casos como estos los padres deben ser vigilantes ante la tolerancia de los niños a estar sentados frente a una pantalla.

Si un niño deja la sesión de clase en la que está para jugar con sus juguetes, tiene un episodio de ira o simplemente se niega a entrar a la sesión, podría no ser una situación de capricho, sino un caso real de agotamiento para el aprendizaje remoto o ‘fatiga Zoom’.

¿Cómo combatir la ‘fatiga Zoom’ en niños?

Uno de los aspectos que dispara el estrés en los niños al estar demasiado tiempo en sesiones en línea es que no pueden moverse mucho. Es recomendable utilizar los periodos de receso para que los niños descarguen un poco de la energía que no pueden usar mientras están sentados. Diez minutos de caminata, un par de ejercicios de yoga o pasar un rato breve jugando con su mascota, puede ayudar significativamente a reducir los niveles de estrés y mejorar la concentración de los niños.

Ejemplos de posturas correctas e incorrectas. Freepik/ ssstocker .

Ejemplos de posturas correctas e incorrectas. Freepik/ssstocker.

Crear un espacio adecuado para el aprendizaje pero que también permita la relajación, es crucial para que los niños estén más cómodos en las clases. Este espacio debe habilitar el uso de una computadora en una posición de sentado correcta que no implique ningún esfuerzo extra por parte del niño, con la pantalla a nivel de los ojos y a una distancia razonable de los mismos.

También es recomendable que esté libre de distracciones, pero que tenga elementos que el niño considere suyos y lo hagan sentir cómodo en este espacio.

Crear una agenda que tenga en cuenta los plazos necesarios para cumplir con las responsabilidades escolares, pero que sea flexible de acuerdo a las necesidades del niño, es instrumental para mantener a raya la ‘fatiga Zoom’. También es importante darle al niño un sentido de control y responsabilidad sobre su propia agenda. Trabajar con el hecho de que un niño tenga problemas para madrugar o necesite más pausas durante una jornada escolar es posible con un esquema 100 % en línea, además necesario para mantenerlos con una alto nivel de atención y motivación.

¿Cómo combatir la ‘fatiga Zoom’ en los estudiantes jóvenes?

Si bien los alumnos de grados más avanzados tienen mejores herramientas para identificar y manejar la fatiga por aprendizaje remoto, también es necesario que los maestros estén al pendiente aspectos que podrían dispararla, así como de estrategias para disminuirlo.

Para este propósito la retroalimentación es básica. Es necesario tener un canal de comunicación abierta con los estudiantes para saber cómo están emocionalmente y tomar decisiones con base en la capacidad y salud mental de los alumnos en tiempos de encierro. Como maestros, es recomendable dedicar un tiempo de la clase a conocer el estado de nuestros estudiantes y motivarlos a compartir sus inquietudes al momento de elaborar una agenda y marcar un ritmo de trabajo.

Diversificar y priorizar es clave. Al momento de estructurar la dinámica de la clase a lo largo de un semestre hay que preguntarse: ¿Es necesario que los alumnos estén interactuando en tiempo real para este tema o cuestión? ¿La puedo grabar para que la vean y la repitan a su ritmo?

Esta es una de las decisiones más importantes en un modelo 100 % en línea. Actividades como mesas de trabajo, diálogos o debates, necesitan presencia virtual en tiempo real, pero quizás lecciones sobre aspectos teóricos de español o historia, así como avisos generales de la escuela no necesitan impartirse al momento.

Tanto el tiempo como el nivel de concentración de estudiantes, maestros y familias es limitado. En un contexto de aislamiento prolongado, debemos ser cuidadosos con ese recurso. Las lecciones grabadas ofrecen la ventaja de poder ser vistas en un horario más flexible, y revisarlas cuantas veces sea necesario hasta captar la idea. De la misma forma, liberan el tiempo y la disponibilidad del maestro para dedicarse a aclarar dudas en vez de tener que dividir la sesión entre presentar el tema y luego responder preguntas.

Ser conciso, breve y amigable también es determinante en el propósito de mantener la atención de los alumnos y hacer más fácil el proceso enseñanza-aprendizaje, de la misma forma ayuda a prevenir el desgaste por parte de maestros con jornadas largas.

¿Has tenido problemas para mantener la atención de tus alumnos en clase? ¿Alguno de tus alumnos ha presentado síntomas de ‘fatiga Zoom’? ¿Los has tenido tú? ¿Qué estrategias has utilizado para nivelar tu salón de clases ante estas circunstancias? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/fatiga-zoom-estudiantes

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Michel Desmurget: “Nuestros hijos son cada vez más ‘imbéciles’ a causa del consumo digital”

Por: Laura Román

Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia, se muestra muy crítico con el abuso de las pantallas por parte de niños y jóvenes, ya que afecta a su desarrollo cerebral. Una cuestión que va unida a la digitalización de la enseñanza, que la considera un ahorro de dinero para no invertir en personal cualificado, además de provocar un aumento de las desigualdades sociales entre los estudiantes.

El último libro de Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia, se titula ‘La fábrica de cretinos digitales. El peligro de las pantallas para nuestros hijos’. Y es que Desmurguet considera que el abuso de las pantallas por parte de niños y adolescentes es un problema de salud pública. Cree que hay que agitar las conciencias de los que piensan que si un adolescente se pasa hasta siete horas delante de un ordenador no ocurre nada en su cerebro. En su opinión, este consumo digital tiene un impacto negativo tanto en el desarrollo cerebral como en posibles problemas de obesidad, ansiedad o falta de concentración.

Y si se trata de agitar conciencias, Desmurget no tiene pelos en la lengua: “Nuestros hijos son así, literalmente (e incuestionablemente), cada vez más ‘imbéciles’ (y, no hay desprecio en esta palabra, sólo preocupación por sacudir las conciencias)”.

Pregunta: Su libro se titula ‘La fábrica de cretinos digitales. El peligro de las pantallas para nuestros hijos’. ¿Cuáles son las principales razones con las que sostiene dicha afirmación?

R: Hay dos razones principales. La primera es para agitar el ‘letargo’ periodístico. Me sorprende la imprudencia con la que la mayoría de los medios de comunicación está tratando este tema. Los estudios científicos muestran que nos estamos enfrentando a un gran problema de salud pública. Sin embargo, en contraste con esta realidad perturbadora, el discurso de los medios de comunicación sigue siendo pacíficamente tranquilizador (por no decir entusiasta).

En segundo lugar, las investigaciones realizadas desde hace 50 años (primero en la televisión, luego en los videojuegos y ahora en las redes sociales y los dispositivos móviles) demuestran que el consumo digital actual está devastando los pilares más esenciales de la inteligencia de nuestros hijos: el lenguaje, la concentración, la capacidad de memoria, la creatividad, la cultura (en relación a la serie de conocimientos que nos permiten comprender el mundo). Nuestros hijos son así, literalmente (e incuestionablemente), cada vez más ‘imbéciles’ (y, no hay desprecio en esa palabra, sólo preocupación por sacudir las conciencias).

P: ¿Cuáles cree que son los efectos más perjudiciales del uso de la tecnología entre los más jóvenes? ¿Y los beneficios a destacar?

R: No se trata de llevar a cabo una cruzada tecnofóbica. En muchas áreas, la ‘revolución digital’ ha demostrado ser muy beneficiosa: en la industria, investigación, medicina, comercio… Pero eso no es de lo que estamos hablando aquí. Todos los estudios demuestran que cuando se pone una pantalla de cualquier tipo (televisión, videoconsola, smartphone, tableta…) en las manos de un niño o adolescente, casi siempre son los usos recreativos más debilitantes los que salen ganando. En otras palabras: no se trata de ver cómo las generaciones más jóvenes podrían utilizar correctamente las herramientas digitales que tienen a su disposición, sino más bien analizar cómo las utilizan realmente.

«Los estudios científicos muestran que nos estamos enfrentando a un gran problema de salud pública»

De ese modo, se observa que el consumo recreativo nocivo (lo que ‘cretiniza’) acapara las prácticas digitales que sí son potencialmente beneficiosas. Aún así, tenemos que echar un vistazo a los números. El uso estrictamente recreativo (fuera de la escuela y de los deberes) asciende a un promedio de casi 3 horas diarias entre los niños de 2 años, casi 5 horas entre los de 8 y más de 7 horas entre los adolescentes. Es totalmente extravagante. Estos datos representan casi 30.000 horas durante toda la infancia, es decir, más de 30 años escolares.

P: Usted dice que el desarrollo intelectual de los niños comienza a verse afectado cuando están frente a una pantalla por lo menos 30 minutos al día. ¿Qué es lo que cambia en el cerebro del estudiante? ¿Qué otros efectos causa?

R: Todo lo que hacemos y aprendemos cambia la estructura y la función de nuestro cerebro. Algunas áreas se vuelven más gruesas, otras más delgadas; algunas conexiones se desarrollan y otras se desvanecen. Por ejemplo, el consumo de videojuegos de acción provoca un engrosamiento de ciertas regiones motoras relacionadas con el manejo de los ‘joysticks’. Por el contrario, el uso de pantallas causa retrasos en la maduración dentro de las redes lingüísticas, debido en parte a una disminución del tiempo dedicado a la lectura y a las interacciones intrafamiliares.

Déjeme aclarar que lo digital también es ‘cultura’. Pero hay que admitir que no todas las ‘culturas’ son igualmente efectivas para el desarrollo cerebral. Existe mucha literatura científica que demuestra el impacto negativo del uso recreativo digital en el desarrollo somático (obesidad o problemas cardiovasculares), emocional (ansiedad o agresividad) y cognitivo (lenguaje o falta de concentración). Lo que puede suponer una bajada significativa en el rendimiento académico.

P: El uso de la tecnología en el ámbito escolar está cada vez más normalizado. ¿De qué forma se puede llevar a cabo un uso correcto de los dispositivos?

La pregunta no es cómo, sino por qué. ¿Debería enseñarse a los estudiantes a dominar ciertas herramientas informáticas relacionadas con la búsqueda de información, codificación, seguridad o software? Sin duda. ¿La tecnología digital tiene su lugar en el ámbito pedagógico del docente? Probablemente también, en el sentido de que ciertas herramientas de software, debidamente analizadas y validadas, pueden ser útiles para ciertos aprendizajes (por ejemplo, un software de visualización 3D para geometría o biología).

«El uso de pantallas causa retrasos en la maduración dentro de las redes lingüísticas, debido a una disminución del tiempo dedicado a la lectura y a las interacciones intrafamiliares»

P: ¿De eso se trata cuando hablamos de digitalizar la enseñanza?

En la mayoría de los países occidentales, al docente no se le proporciona herramientas digitales complementarias. Cuando se habla de digitalizar la educación, se trata de ahorrar dinero sustituyendo el tiempo humano cualificado por el tiempo de la máquina.

Por lo tanto, la tecnología digital está emergiendo, no como el progreso pedagógico que se nos describe, sino como una necesidad presupuestaria inevitable. Sin embargo, todos los estudios a gran escala que se encuentran disponibles (incluidos los estudios PISA) muestran, sin la menor ambigüedad, que la digitalización de la enseñanza aumenta las desigualdades sociales y, en general, empeora el rendimiento educativo. En otras palabras, aquí también son los niños menos favorecidos los que pagan por las restricciones económicas que ‘estrangulan’ nuestros sistemas escolares.

educación online

P: Debido a la pandemia, los estudiantes de muchas partes del mundo han tenido que realizar las clases via online, ¿Es posible adaptar el modelo educativo actual a un sistema online sin perjudicar a las capacidades de los estudiantes?

Desde un punto de vista práctico, la experiencia sólo ha confirmado lo que ya sabíamos: lo digital es mejor que nada, pero es infinitamente peor que un profesor cualificado y de carne y hueso. En Francia, el Primer Ministro, además, lo ha admitido abiertamente, explicando que la reapertura de las escuelas era «un imperativo de educación y justicia social».

El problema es que se ha comenzado a alzar la voz para alabar esta revolución digital que nos ha salvado del desastre y que, por tanto, debería perpetuarse a día de hoy. Resulta molesto, pero no necesariamente sorprendente si se tiene en cuenta que el objetivo final no es, como se ha señalado anteriormente, la mejora de la atención a los estudiantes, sino la reducción de costes en la educación. Así que para responder a la pregunta con precisión: sí, la transición del modelo educativo actual a un sistema en línea es posible, pero no sin fallos pedagógicos. Esa transición sólo puede hacerse en detrimento de los estudiantes (especialmente los menos favorecidos).

«Cuando se habla de digitalizar la educación, se trata de ahorrar dinero sustituyendo el tiempo humano cualificado por el tiempo de la máquina»

P: Al final de su libro ofrece siete normas esenciales para llevar a cabo con los niños y establece ausencia total de pantallas antes de los 6 años. ¿Cree que es posible en un mundo hiperconectado, tanto en casa como en la escuela?

Por supuesto que es posible, al menos en casa. Según datos de distintos estudios,  vemos que entre el 5 y el 10% de las familias mantienen escrupulosamente a sus hijos alejados de la exposición digital ‘recreativa’. Estas familias tienden a ser de los entornos sociales más favorecidos. Sorprendentemente, como han demostrado varios artículos recientes, muchos ejecutivos de las industrias digitales siguen la misma lógica y se centran en proteger a sus hijos de los productos que nos venden.

Poco antes de su muerte, Steve Jobs explicó que era un padre de «baja tecnología» y que sus hijos no tenían una tableta. Un ex editor de Wired estuvo de acuerdo, diciendo que había «visto de primera mano los peligros de la tecnología…. No quiero que eso le pase a mis hijos». Al final, el problema es bastante simple. Cientos de estudios de investigación muestran la peligrosidad de las exposiciones tempranas en términos de habituación y desarrollo. Por el contrario, ningún estudio (¡ninguno!) ha revelado ningún impacto negativo, a corto o largo plazo, en los niños que no usan las pantallas.

Sin embargo, y para finalizar, dos observaciones. En primer lugar, todo el mundo puede obviamente, de vez en cuando, ver dibujos animados en la televisión con sus hijos. En segundo lugar, incluso a edades tempranas, es fundamental explicar al niño la razón de las restricciones (porque interfiere con su sueño, le impide crecer y desarrollar bien su cerebro…). También en esta área, prevenir es mejor que curar.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/michel-desmurget-hijos-imbeciles-consumo-digital/
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Uruguay: ANEP y OSE promueven lavado de manos en escuelas públicas de todo el país

América del Sur/Uruguay/18-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy

Este año, la celebración cobró mayor importancia debido a la pandemia mundial de la Covid-19.

Es importante incorporar el lavado de manos como hábito de higiene a temprana edad, indicó el presidente del Codicen, Robert Silva, en la conmemoración del Día Mundial del Lavado de Manos, este jueves 15. Para promoverlo, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y OSE impulsan una campaña dirigida a docentes y alumnos de escuelas públicas. También es fundamental el rol de los maestros en este tema, destacó, informó la ANEP.

El 15 de octubre es la fecha elegida cada año por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para concientizar a la población acerca de la importancia del lavado de manos, con agua y jabón, para la prevención de enfermedades. Este año, la celebración cobra mayor importancia debido a la pandemia mundial de la Covid-19.

En Uruguay, el acto tuvo lugar en la escuela N° 94, José Roger Ballet, del barrio Palermo, en Montevideo. Estuvo dirigido a niños y adolescentes, dada la importancia de que este hábito sea adquirido a temprana edad. Desde hace tiempo, los maestros lo promueven entre los escolares, una tarea que se intensificó por la pandemia del coronavirus, mencionó Silva, en rueda de prensa, acompañado por el presidente de OSE, Raúl Montero.

En otro orden, el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP informó que se aguarda una respuesta del Ministerio de Salud Pública (MSP) para fortalecer las medidas sanitarias que permitan incrementar la presencialidad en las escuelas. Es necesario ser muy responsables y actuar con mucha cautela en cuanto a los tiempos, indicó.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/anep-y-ose-promueven-lavado-de-manos-en-escuelas-publicas-de-todo-el-pais-id793637/

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Mayerlín Vergara: “Los explotadores creen que pueden dominar los cuerpos de niños y niñas solo porque pagan”

Por: Helena Calle

¿Cómo educar a una sociedad para que no explote sexualmente a los niños, o no permita que suceda? Hablamos con Mayerlín Vergara, quien ganó el Premio Nansen (considerado el Nobel Humanitario) por su trabajo de dos décadas rescatando a niñas y niños explotados sexualmente en Colombia.

Las cifras no son exactas, pero se calcula que en el país, hay unos 35,000 niños, niñas y adolescentes que están siendo explotados sexualmente en este momento. De esos, prácticamente la mitad –un 45%– son menores de 11 años. Según la ONG Children Change, es difícil tener cifras exactas porque un gran número de casos no se reportan, o porque a menudo a estos niños se les entregan documentos de identidad con fechas de nacimiento falsas para que parezcan mayores.

¿Quiénes son los adultos alrededor de estos 35.000 niños? ¿Están siendo quienes los explotan? ¿Se están haciendo los de la vista gorda? Mayerlín Vergara se dio cuenta de que esto era un problema extendido y silenciado desde que tiene 18 años, cuando comenzó a dar clases de primaria en Cali y se dio cuenta de que la pobreza, la desigualdad y el hambre hacía aún más vulnerables a los niños a caer en manos de proxenetas.

Maye, como le dicen cariñosamente, es docente y una psicoorientadora de Sahagún (Córdoba) que lleva dos décadas atendiendo a niños, niñas y adolescentes de Colombia víctima de las redes de trata y explotación sexual que funcionan en Barranquilla, Cartagena y La Guajira en la Fundación Renacer, una ONG que se dedica a ayudar a niños víctimas de explotación sexual, muchos de los cuales son refugiados.

Parte de su experiencia y activismo dio como resultado dos medidas legislativas en la protección de los derechos de los niños: la pena mínima obligatoria de 14 años de prisión para personas condenadas por facilitar e instigar a la explotación sexual de niños y la Ley 1336, que ordena que hoteleros y empresarios adopten códigos de conducta y se ordena la extinción de dominio para empresas y hoteles que faciliten la explotación sexual de niños y niñas, se crea el delito de proxenetismo y se castiga la tenencia de pornografía infantil.

Fue galardonada la semana pasada con el Premio Nansen para los Refugiados por su trabajo ayudando a niñas y niños sobrevivientes de violencia sexual, y educando a una sociedad de adultos para que evite y denuncie la violencia sexual contra los menores a través de talleres, pedagogías y caminando los barrios, burdeles y bares en donde están estos niños. ¿Cómo se educa una sociedad para que cuide y no abuse de los niños que también la integran? Hablamos con ella.

¿Cómo se convirtió en activista contra las redes criminales de explotación sexual a niños?

Yo comencé como maestra en el Distrito de Agua Blanca, en Cali. Allí habian niños con muchas vulneraciones y maltrato, pero comencé a ver que ese salón quedaba muy chiquito, que había otros problemas con los niños afuera de mi aula. Y sentía que las tablas de multiplicar para muchos no era útil en medio de su contexto tan difícil, y me mudé a Cartagena. Ahí vi en la calle a dos niños consumiendo bóxer y pegamento y me partió el alma en dos. Ahí vi un anuncio en el periódico que buscaba una psicopedagoga para trabajar de noche con niños y niñas.

¿Para ese entonces sabía algo sobre explotación sexual?

Nada. Tenía mi bachillerato pedagógico de La Normal Nacional para Señoritas de Sahagún. A la persona que me entrevistó le dije que los niños necesitaban una persona que los escuchara y así comencé en la Fundación. Así comencé a conectarme con su dolor y con sus sueños. Eso era 1999. Comencé a estudiar sociología en la Universidad del Atlántico y trabajaba de noche con los niños.

¿Cómo describiría el trabajo que hace con los niños?

Tenemos un equipo con el que trabajamos en la calle. Nos vamos a las comunidades y a los escenarios que ya tenemos identificados como de rumba, en donde hay dinámicas de explotación sexual. Uno va en la madrugada o en la noche. Y hay distintas estrategias porque cada barrio o cada comunidad es distinto. Nos vamos encontrando con los niños en el parque, nos tomamos una gaseosa, y así. Ese diálogo es fundamental porque les hace ver que estamos genuinamente interesados en ellos. Es un diálogo con afecto y atención.

¿Y los adultos alrededor de estos niños, a dónde están mirando?

Las mamás, los papás y los docentes son quienes están en conexión directa con ellos, pero muchos no saben ver cuando estos niños están siendo explotados. Ya uno con los años va formando una red de protección en donde se reportan los casos y entre todos buscamos la manera de proteger a ese niño o niña, los llevamos a la casa hogar que tenemos, les hacemos saber que es un espacio seguro.

¿A dónde va usted en búsqueda de estos niños?

Afuera de los colegios hay proxenetas al acecho, o ahora es distinto porque existen las redes sociales. En pandemia sobre todo los abusadores reforzaron su presencia digital. A los niños de mi generación nos dijeron: “cuidado con la gente que le ofrezca dulces, cuidado con los extraños”. Hoy habría que decirle a los niños “ojo con los videojuegos, ojo con jugar en línea con quien no conoces. Un niño de 14 puede ser un tipo de 40 años, no envíes fotos de tu cuerpo, ni en vestido de baño”. Esa es una charla que pocos niños reciben.

¿La internet ha afectado su trabajo de calle con los niños?

No hay que satanizar el internet. Al final la explotación sigue sucediendo en la vida real. Peligroso es que haya niños desvinculados del sistema escolar, y que haya una alta permanencia en calle. Con estos niños hay problemáticas de uso de sustancias psicoactivas. Pero en ambos casos hay cosificación de sus cuerpos, impactos emocionales profundos. Los explotadores que compran los cuerpos de los niños y niñas los ven como objetos, los alquilan, creen que con dinero pueden dominar o manipularlos porque está pagando o dando algo a cambio.

¿Cómo cambiar esa cultura que ve normal comprar cuerpos de niños y niñas?

Es una tragedia la verdad. En ciudades como Cartagena, Medellín te das cuenta de que hay gente sensibilizada porque ha estado en formaciones, porque sabe lo que significa esto. Hace 20 años las autoridades decía “Ay no, aquí no pasa eso”. Pero ya han cambiado su enfoque. Quienes no están sensibilizados por lo general se les pasa por el frente un niño explotado sexualmente, no lo ve. Nunca ha estado cerca de una víctima, o de un espacio de formación. Por eso es tan importante la educación: es como si les quitaran una venda de los ojos. Tantos años viendo niños pasar por tal esquina, y darse cuenta de que estaban siendo abusados, es muy fuerte. Sobre todo porque la explotación sexual sucede en todas las ciudades del país. En todas.

O sea también te dedicas a educar a los adultos que hacemos parte de esta sociedad y que de alguna u otra manera estamos alimentando esta cultura de la explotación sexual, así sea con indeferencia…

Si ves a una niña del barrio que sale a las seis de la tarde y vuelve a las tres de la madrugada, eso no es normal. Que se les ve con cervezas en la mano, con ropa muy corta. Pero en el barrio se dice que es una puta, una prepago, o que le quita la plata a los señores mayores. Los niños no son trabajadores sexuales, son víctimas de explotación. Detrás de esas fachadas hay historias de dolor. Con las niñas y niños también hay que trabajar eso, que entienda que no es que se estuvieran divirtiendo sino que estaban siendo explotados sexualmente, que alguien se aprovechó de su vulnerabilidad, eso es muy fuerte. La sociedad debe entender que ser explotados no es algo que un niño elija, no hace parte de los proyectos de vida de los niños.

¿Pero un niño puede no darse cuenta de que está siendo explotado sexualmente?

Incluso como estrategia de supervivencia, sí. Es mucho el maltrato, la negligencia y el abandono. Incluso, a veces en las familias ocurren abusos sexuales y si no reciben atención, amor y afecto, pueden terminar siendo víctimas de explotación cuando otra persona se aprovecha de esta vulnerabilidad. Por eso es vital familias, docentes, hoteleros.

Cuénteme del caso de los hoteleros. Usted ha dedicado gran parte de su pedagogía a hablar con el sector turístico de ciudades como Cartagena.

Es sencillo como esto: si no hay un territorio sensibilizado, hay mucho subregistro. Y cuando se empieza a reflexionar alrededor de esto, se empiezan a desmontar estos imaginarios que decía antes y la gente comienza a denunciar y a atender a estos niños. Lo de los hoteleros fue una experiencia que comenzó en 2008 cuando Cartagena se certificó como un destino sostenible. Ese año se aprobó la Ley 1336, que ordena la extinción de dominio para empresas y hoteles que faciliten explotación y claro, había que empezar a hacer intervención. Se comenzó a movilizar el tema pero en Cartagena la gente decía que eso no pasaba. Así nació La Muralla Soy Yo, una estrategia que arma red contra la explotación sexual. Va desde la masajista, el hotelero, el taxista, el docente. Todos. Hay que desmontar ese imaginario de que uno ve a un turista con una niña pobre y pensar que le está ayudando porque la niña es pobre y tiene hambre. El señor está cometiendo un delito. Ya hay más de 100 empresas certificadas.

¿De qué se trata su trabajo con niños sobrevivientes en la Casa Refugio de Riohacha?

Allí los niños pueden saltar, gritar, llorar. Lo que queremos es que expresen lo que sienten, sin miedo a ser cuestionados o juzgados. Poder además que piensen en ello, que puedan procesas ese dolor porque les duele. Eso duele. Duele darse cuenta de que mi amiga no era mi amiga sino mi proxeneta.

¿Y con respecto a los niños migrantes?

La situación de la población refugiada ha sido de lo más dura que he visto en todos mis años. Es un doble impacto de la violencia sexual y además el haber salido de tu tierra, a un lugar que no es tu país, en donde ya de por si la gente siente que no tiene derechos. La Casa Refugio ha atendido ya 75 niños este años, la mitad refugiados, entre los 7 y los 18. Al año ya pueden tomar otros rumbos pero en algunos casos no se puede localizar a la familia y toca buscar otras opciones.

¿Qué sucede después de la explotación sexual para estos niños?

Luego viene la fase de tranquilidad, la de sentirse libres y amados y protegidos. Comienzan a creer en sí mismos, y entienden que hay una vida distinta a esa. Cuando hablamos de abuso sexual hablamos de un vecino un familiar que se aprovecha de afectos y emociones y de las figuras de autoridad. Tanto el abuso como la explotación sexual vulneran la vida de los niños, y en ningún momento estamos hablando de enfermos mentales, porque a veces esa es la excusa. Son personas comunes y corrientes que compran cuerpos de niños y niñas. Un niño con entornos sanos y autoestima puede darse cuenta de quienes son estos adultos. Hay que desnaturalizar esta cultura de la explotación sexual en Colombia y en todo el mundo, y es responsabilidad de todos. Desde la educación sexual hasta denunciar proxenetas y compradores, desde pensar qué música estamos bailando o cantando.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/entrevista-con-mayerlin-vergara-la-colombiana-que-gano-el-premio-nansen/

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