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La pandemia y el fin de la era neoliberal

Por: Atilio A. Borón

La pandemia ha movido las placas tectónicas del capitalismo global y ya nada podrá volver a ser como antes. Es un tremendo desafío para quienes queremos construir un mundo post-capitalista porque, sin duda, la pandemia y sus devastadores efectos ofrecen una oportunidad única, inesperada, que sería imperdonable desaprovechar.

El coronavirus ha desatado un torrente de reflexiones y análisis que tienen como común denominador la intención de dibujar los (difusos) contornos del tipo de sociedad y economía que resurgirán una vez que el flagelo haya sido controlado. Sobran las razones para incursionar en esa clase de especulaciones, ojalá que bien informadas y controladas, porque si de algo estamos completamente seguros es que la primera víctima fatal que se cobró la pandemia fue la versión neoliberal del capitalismo.  Y digo la “versión” porque tengo serias dudas acerca de que el virus en cuestión haya obrado el milagro de acabar no sólo con el neoliberalismo sino también como la estructura que lo sustenta: el capitalismo como modo de producción y como sistema internacional. Pero la era neoliberal es un cadáver aún insepulto pero imposible de resucitar. ¿Qué ocurrirá con el capitalismo? Bien, de eso trata esta columna.

Simpatizo mucho con la obra y la persona de Slavoj Zizek pero esto no me alcanza para otorgarle la razón cuando sentencia que la pandemia le propinó “un golpe a lo Kill Bill al sistema capitalista” luego de lo cual, siguiendo la metáfora cinematográfica, éste debería caer muerto a los cinco segundos. No ha ocurrido y no ocurrirá porque, como lo recordara Lenin en más de una ocasión, “el capitalismo no caerá si no existen las fuerzas sociales y políticas que lo hagan caer.” El capitalismo sobrevivió a la mal llamada “gripe española”, que ahora sabemos vio la luz en Kansas, en marzo de 1918, en la base militar Fort Riley, y que luego las tropas estadounidenses que marcharon a combatir en la Primera Guerra Mundial diseminaron el virus de forma incontrolada.

Los muy imprecisos cálculos de su letalidad oscilan entre 20, 50 y 100 millones de personas, por lo cual no es necesario ser un obsesivo de las estadísticas para desconfiar del rigor de esas estimaciones difundidas ampliamente por muchas organizaciones, entre ellas la National Geographical Magazine . El capitalismo sobrevivió también al tremendo derrumbe global  producido por la Gran Depresión, demostrando una inusual resiliencia –ya advertida por los clásicos del marxismo- para procesar las crisis e inclusive y salir fortalecido de ellas. Pensar que en ausencia de aquellas fuerzas sociales y políticas señaladas por el revolucionario ruso (que de momento no se perciben ni en Estados Unidos ni en los países europeos) ahora se producirá el tan anhelado deceso de un sistema inmoral, injusto y predatorio, enemigo mortal de la humanidad y la naturaleza, es más una expresión de deseos que producto de un análisis concreto.

Zizek confía en que a consecuencia de esta crisis para salvarse la humanidad tendrá la posibilidad de recurrir a “alguna forma de comunismo reinventado”. Es posible y deseable, sin dudas. Pero, como casi todo en la vida social, dependerá del resultado de la lucha de clases; más concretamente de si, volviendo a Lenin, “los de abajo no quieren  y los de arriba no pueden seguir viviendo como antes”, cosa que hasta el momento no sabemos. Pero la bifurcación de la salida de esta coyuntura presenta otro posible desenlace, que Zizek identifica muy claramente: “la barbarie”.  O sea, la reafirmación de la dominación del capital recurriendo a las formas más brutales de explotación económica, coerción político-estatal y manipulación de conciencias y corazones a través de su hasta ahora intacta dictadura mediática. “Barbarie”, István Mészarós solía decir  con una dosis de amarga ironía, “si tenemos suerte.”

Pero, ¿por qué no pensar en alguna salida intermedia, ni la tan temida “barbarie” (de la cual hace tiempo se nos vienen administrando crecientes dosis en los capitalismos realmente existentes”) ni la igualmente tan anhelada opción de un “comunismo reinventado”? ¿Por qué no pensar que una transición hacia el postcapitalismo será inevitablemente “desigual y combinada”, con avances profundos en algunos terrenos: la desfinanciarización de la economía, la desmercantilización de la sanidad y la seguridad social, por ejemplo y otros más vacilantes, tropezando con mayores resistencias de la burguesía, en áreas tales como el riguroso control del casino financiero mundial, la estatización de la industria farmacéutica (para que los medicamentos dejen de ser una mercancía producida en función de su rentabilidad), las industrias estratégicas y los medios de comunicación, amén de  la recuperación pública de los llamados “recursos naturales” (bienes comunes, en realidad)? ¿Por qué no pensar en “esos muchos socialismos” de los que premonitoriamente hablaba el gran marxista inglés Raymond Williams a mediados de los años ochenta del siglo pasado?

Ante la propuesta de un “comunismo reinventado” el filósofo sur-coreano de Byung-Chul Han salta al ruedo para refutar la tesis del esloveno y se arriesga a decir que «tras la pandemia, el capitalismo continuará con más pujanza.” Es una afirmación temeraria porque si algo se dibuja en el horizonte es el generalizado reclamo de toda la sociedad a favor de una mucho más activa intervención del estado para controlar los efectos desquiciantes de los mercados en la provisión de servicios básicos de salud, vivienda, seguridad social, transporte, etcétera y para poner fin al escándalo de la híperconcentración de la mitad de toda la riqueza del planeta en manos del 1 por ciento más rico de la población mundial. Ese mundo post-pandémico tendrá mucho más estado y mucho menos mercado, con poblaciones “concientizadas” y politizadas por el flagelo a que han sido sometidas y propensas a buscar soluciones solidarias, colectivas, inclusive “socialistas” en países como Estados Unidos, nos recuerda Judith Butler, repudiando el desenfreno individualista y privatista exaltado durante cuarenta años por el neoliberalismo y que nos llevó a la trágica situación que estamos viviendo. Y además un mundo en donde el sistema internacional ya ha adoptado, definitivamente, un formato diferente ante la presencia de una nueva tríada dominante, si bien el peso específico de cada uno de sus actores no es igual.

Si Samir Amin tenía razón hacia finales del siglo pasado cuando hablaba de la  tríada formada por Estados Unidos, Europa y Japón hoy aquella la constituyen Estados Unidos, China y Rusia. Y a diferencia del orden tripolar precedente, en donde Europa y Japón eran junior partners (por no decir peones o lacayos, lo que suena un tanto despectivo pero es la caracterización que se merecen) de Washington, hoy éste tiene que vérselas con la formidable potencia económica china, sin duda la actual locomotora de la economía mundial relegando a Estados Unidos a un segundo lugar y que, además, ha tomado la delantera en la tecnología 5G y en Inteligencia Artificial.

A lo anterior se suma la no menos amenazante presencia de una Rusia que  ha vuelto a los primeros planos de la política mundial: rica en petróleo, energía y agua; dueña de un inmenso territorio (casi dos veces más extenso que el estadounidense) y un poderoso complejo industrial que ha producido una tecnología militar de punta que en algunos rubros decisivos aventaja a la norteamericana, Rusia complementa con su fortaleza en el plano militar la que China ostenta en el terreno de la economía. Difícil que, como dice Han, el capitalismo adquiera renovada pujanza en este tan poco promisorio escenario internacional. Si aquél tuvo la gravitación y penetración global que supo tener fue porque, como decía Samuel P. Huntington, había un “sheriff solitario” que sostenía el orden capitalista mundial con su inapelable primacía económica, militar, política e ideológica. Hoy la primera está en manos de China y el enorme gasto militar de EEUU no puede con un pequeño país como Corea del Norte ni para ganar una guerra contra una de las naciones más pobres del planeta como Afganistán. La ascendencia política de Washington se mantiene prendida con alfileres apenas en su “patio interior”: Latinoamérica y el Caribe, pero en medio de grandes convulsiones. Y su prestigio internacional se ha visto muy debilitado: China pudo controlar la pandemia y Estados Unidos no; China, Rusia y Cuba ayudan a combatirla en Europa, y Cuba, ejemplo mundial de solidaridad, envía médicos y medicamentos a los cinco continentes mientras que lo único que se les ocurre a quienes transitan por la Casa Blanca es enviar 30.000 soldados para un ejercicio militar con la OTAN e intensificar las sanciones contra Cuba, Venezuela e Irán, en lo que constituye un evidente crimen de guerra. Su antigua hegemonía ya es cosa del pasado. Lo que hoy se discute en los pasillos de las agencias del gobierno estadounidense no es si el país está en declinación o no, sino la pendiente y el ritmo del declive. Y la pandemia está acelerando este proceso por horas.

El surcoreano Han tiene razón, en cambio, cuando afirma que “ningún virus es capaz de hacer la revolución” pero cae en la redundancia cuando escribe que “no podemos dejar la revolución en manos del virus.” ¡Claro que no! Miremos el registro histórico: la Revolución Rusa estalló antes que la pandemia de la “gripe española”, y la victoria de los procesos revolucionarios en China, Vietnam y Cuba no fueron precedidos por ninguna pandemia. La revolución la hacen las clases subalternas cuando toman conciencia de la explotación y opresión a las que son sometidas; cuando vislumbran que lejos de ser una ilusión inalcanzable un mundo post-capitalista es posible y, finalmente, cuando logran darse una organización a escala nacional e internacional eficaz para luchar contra una “burguesía imperial” que antaño entrelazaba con fuerza los intereses de los capitalistas en los países desarrollados. Hoy, gracias a Donald Trump, esa férrea unidad en la cúspide del sistema imperialista se ha resquebrajado irreparablemente y la lucha allá arriba es de todos contra todos, mientras China y Rusia continúan pacientemente y sin altisonancias construyendo las alianzas que sostendrán un nuevo orden mundial.

Una última reflexión. Creo que hay que calibrar la extraordinaria gravedad de los efectos económicos de esta pandemia que hará de una vuelta al pasado una misión imposible. Los distintos gobiernos del mundo se han visto obligados a enfrentar un cruel dilema: la salud de la población o el vigor de la economía. Las recientes declaraciones de Donald Trump (y otros mandatarios como Angela Merkel y Boris Johnson) en el sentido de que él no va a adoptar una estrategia de contención del contagio mediante la puesta en cuarentena de grandes sectores de la población porque tal cosa paralizaría la economía pone de relieve la contradicción basal  del capitalismo. Porque, conviene recordarlo, si la población no va a trabajar se detiene el proceso de creación de valor y entonces no hay ni extracción ni realización de la plusvalía. El virus salta de las personas a la economía, y esto provoca el pavor de los gobiernos capitalistas que están renuentes a imponer o mantener la cuarentena porque el empresariado necesita que la gente salga a la calle y vaya a trabajar aún a sabiendas de que pone en riesgo su salud.

Según Mike Davis en Estados Unidos  un 45 por ciento de la fuerza de trabajo “no tiene acceso a licencia paga por causa de una enfermedad y está prácticamente obligada a ir a su trabajo y transmitir la infección o quedarse con un plato vacío.”  La situación es insostenible por el lado del capital, que necesita explotar a su fuerza de trabajo y que le resulta intolerable se quede en su casa; y por el lado de los trabajadores, que si acuden a su trabajo o se infectan o hacen lo propio con otros, y si se quedan en casa no tienen dinero para subvenir sus más elementales necesidades. Esta crítica encrucijada explica la creciente beligerancia de Trump contra Cuba, Venezuela e Irán, y su insistencia en atribuir el origen de la pandemia a los chinos. Tiene que crear una cortina de humo para ocultar las nefastas consecuencias de largas décadas de desfinanciamiento del sistema público de salud y de complicidad con las estafas estructurales de la medicina privada y la industria farmacéutica de su país. O para achacar la causa de la recesión económica a quienes aconsejan a la gente quedarse en sus casas.

En todo caso, y más allá de si la salida a esta crisis será un “comunismo renovado” como quiere Zizek o un experimento híbrido pero claramente apuntando en la dirección del poscapitalismo, esta pandemia (como lo explican claramente Mike Davis, David Harvey, Iñaki Gil de San Vicente, Juanlu González, Vicenç Navarro, Alain Badiou, Fernando Buen Abad, Pablo Guadarrama, Rocco Carbone, Ernesto López, Wim Dierckxsens y Walter Formento en diversos artículos que circulan profusamente en la web)  ha movido las placas tectónicas del capitalismo global y ya nada podrá volver a ser como antes. Además nadie quiere, salvo el puñado de magnates que se enriquecieron con la salvaje rapiña perpetrada durante la era neoliberal, que el mundo vuelva a ser como antes. Tremendo desafío para quienes queremos construir un mundo post-capitalista porque, sin duda, la pandemia y sus devastadores efectos ofrecen una oportunidad única, inesperada, que sería imperdonable desaprovechar. Por lo tanto, la consigna de la hora para todas las fuerzas anticapitalistas del planeta es: concientizar, organizar y luchar; luchar hasta el fin, como quería Fidel cuando en un memorable encuentro con intelectuales sostenido en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana, en febrero del 2012, se despidió de nosotros diciendo: “si a ustedes les afirman: tengan la seguridad de que se acaba el planeta y se acaba esta especie pensante, ¿qué van a hacer, ponerse a llorar? Creo que hay que luchar, es lo que hemos hecho siempre.” ¡Manos a la obra!

Fuente: https://rebelion.org/la-pandemia-y-el-fin-de-la-era-neoliberal/

 

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Museos del mundo ofrecen visitas virtuales para superar cuarentenas

Redacción; La Jornada

No sólo hay malas noticias en tiempos de cuarentena por la pandemia del Covid-19. Como nunca había ocurrido, los recintos culturales más importantes del mundo ponen a disposición del público, de manera gratuita, lo mejor de sus acervos en sus páginas de Internet y aplicaciones para dispositivos móviles.

Si bien algunos ya ofrecían contenido en línea, la apertura sin restricciones a esos recursos digitales es inédita. De esta manera se hace menos pesado el confinamiento de quienes pueden ahora hacer detallados y profundos recorridos virtuales a través de los tesoros culturales de todas las épocas.

El museo japonés de Edo-Tokio (http://www.edo-tokyo-museum.or.jp) ofrece un recorrido en 360 grados por la maqueta que muestra aspectos de la vida cotidiana en la era Edo y por la réplica de un teatro kabuki, entre otros espacios.

Desde Londres, el Museo Británico (https://www.britishmuseum.org) anuncia: Durante las próximas semanas llevaremos a nuestro público nacional e internacional a través de nuestro sitio web, redes sociales y otros canales las muchas historias fascinantes que los objetos en el Museo Británico tienen que contar. Queremos entretener y sorprender con las grandes y pequeñas historias de 2 millones de años de historia humana hasta el presente.

También cuentan con un espacio de videos educativos para niños y jóvenes, con videos de actividades lúdicas.

No falta en esta oferta cultural un espectacular recorrido por la pirámides de Giza, Egipto, a través de la página http://www.3dmekanlar.com/en/the-pyramids.html, la cual también presenta vistas virtuales (con algunas opciones para usar lentes de tercera dimensión y hacer más realista la experiencia) a lugares históricos de Arabia Saudita, Siria, Turquía, Palestina, Marruecos, Macedonia, Kuwait, Bosnia, Yemen.

En ese portal, además de vistas de algunas ciudades europeas hay recorridos en 3D por mezquitas y otros recintos musulmanes en Francia, Grecia y Holanda, entre otros.

El Rijksmuseum de Ámsterdam, Holanda (https://www.rijksmuseum.nl/), propone varias maneras de navegar por su espectacular acervo. La más llamativa es la propuesta Masterpieces Up Close, cuyo objetivo es “recrear la experiencia de explorar casualmente un museo con una guía multimedia: imágenes de alta resolución de 360 grados. Los visitantes ‘caminan’ a través de la galería a su propio ritmo, amplían cada pequeño detalle de cada obra de arte y escuchan historias sobre 18 piezas maestras. La plataforma es accesible para todos al proporcionar vídeos cortos, audio y descripción de texto”.

Hay vídeos de charlas con los curadores, y en el canal de YouTube del recinto está la iniciativa RijksCreative, tutoriales que enseñan cómo usar las técnicas de los grandes maestros: dibujar como Rembrandt o hacer un autorretrato al estilo de Vincent van Gogh.

El museo Gugghenheim de Bilbao ofrece en su página de Facebook un recorrido ‘a puerta cerrada’ por la exposición Olafur Eliasson: en la vida real, de la mano de la curadora Lucía Agirre (https://www.facebook.com/ guggenheimbilbaomuseo/).

El parisino museo Louvre (https://www.louvre.fr), además de los recursos que ofrece en su página de Internet (visitas virtuales, información sobre su acervo, actividades educativas), comparte contenidos en Twitter siguiendo la etiqueta #LouvreChezVous, a través de la que los empleados del recinto, desde sus casas, informan acerca de sus actividades, como el jefe de conservación de antigüedades griegas Ludovic Laugier, quien también muestra a detalle en vídeo la Victoria de Samotracia, entre otras piezas.

Entre las opciones más entretenidas para disfrutar a distancia el museo Metropolitano de Nueva York (https://www.metmuseum.org) está el área dedicada a los niños (#MetKids), en la cual los pequeños curiosos pueden conocer las piezas clasificadas por periodos históricos, geográficamente o a través del rubro Grandes Ideas (inventos, criaturas, mitología, batallas, deportes y juegos, secretos, ciudades y países, magia y misterio, moda, espacios y plazas).

En México, el Museo Soumaya (http://www.museosoumaya.org) ofrecerá todos los días, a las 12 y a las 17 horas, recorridos virtuales por sus colecciones que incluyen antiguos maestros europeos, obras impresionistas y esculturas del siglo XIX y XX.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/ultimas/cultura/2020/03/30/museos-del-mundo-ofrecen-visitas-virtuales-para-superar-cuarentenas-7470.html

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La medicina no basta: por qué necesitamos ciencias sociales para frenar esta pandemia

Redacción: SINC

Junto a epidemiólogos, matemáticos o informáticos que analizan sin descanso el movimiento del coronavirus, otros expertos empujan para evitar que se expanda. Son los antropólogos, psicólogos o sociólogos, cuyo trabajo no ocupa titulares pero ha sido clave para frenar epidemias tan devastadoras como la del ébola.

Las medidas de distancia social y confinamiento afectan más a sectores vulnerables y las políticas deben tratar de compensar esas desigualdades para evitar repercusiones duraderas, advierten los científicos sociales. / Adobe Stock

Por muy duras que sean, las medidas de confinamiento para evitar el contagio funcionan. Así se desprende de una investigación publicada en The Lancet Infectious Diseases en la que los autores concluyen que la cuarentena de personas con COVID-19, junto al cierre de centros educativos y el distanciamiento en el lugar de trabajo son medidas efectivas para reducir el número de casos de la enfermedad.

El estudio evalúa el efecto potencial de estas acciones en Singapur, uno de los primeros lugares que informó de casos importados. En un análisis publicado en la misma revista, los investigadores Joseph A. Lewnard y Nathan C. Lo de la Universidad de California (EEUU) ponen el foco en la dimensión ética de este confinamiento.

“Para superar este virus necesitaremos la experiencia de una amplia gama de disciplinas, desde las ciencias sociales y las humanidades hasta la medicina, la biología y la ingeniería”, dice Shah

“Es importante destacar que los líderes políticos deben promulgar políticas de cuarentena y distanciamiento social que no supongan sesgos contra ningún grupo de población. Los legados de las injusticias sociales y económicas perpetradas en nombre de la salud pública tienen repercusiones duraderas”, advierten.

Los científicos hacen referencia a las posibles reducciones de ingresos y pérdidas de empleo que afectan de forma desproporcionada a las poblaciones más desfavorecidas y piden políticas para reducir estos daños. Entre estos colectivos más vulnerables destacan las personas sin hogar, los reclusos, los mayores, las personas con discapacidad o los migrantes en situación irregular.

En emergencias sanitarias como la que estamos viviendo, los expertos en ciencias sociales se esfuerzan para que este tipo de medidas no dejen a nadie atrás. “Si queremos superar este virus necesitaremos la experiencia y los conocimientos de una amplia gama de disciplinas, desde las ciencias sociales y las humanidades hasta la medicina, la biología y la ingeniería”, indica a SINC Hetan Shah, director ejecutivo de la Academia Británica.

Medidas más humanas

En un artículo publicado en Nature a mediados de enero, cuando el coronavirus SARS-CoV-2 aún no había llegado al rango de pandemia, Shah recordaba que las epidemias son fenómenos biológicos, pero también sociales y destacaba el papel de la antropóloga Melissa Leach en su lucha contra el ébola. Para disminuir el riesgo de contagio y respetando todo lo posible las tradiciones de las comunidades, Leach propuso sustituir los rituales de entierro por otros más seguros, en lugar de eliminar las ceremonias por completo.

¿Cómo lo hizo? Ella y su equipo de la Plataforma de Antropología de Respuesta al Ébola reconocieron en Sierra Leona la importancia social de este ritual y hablaron con los líderes locales para sustituir las ceremonias físicas por otras no presenciales, logrando un acuerdo para retrasar algunas visitas tradicionales hasta después de la crisis.

Durante la crisis del ébola, el equipo de la antropóloga Melissa Leach fue crucial para reducir el riesgo de contagio: propuso sustituir los rituales de entierro por otros más seguros, en lugar de eliminar las ceremonias por completo

“Las medidas de salud pública se tambaleaban, a menudo, por razones sociales y culturales”, recordaba la antropóloga una vez superada la epidemia. “Fuimos capaces de nutrir las medidas de emergencia con las ciencias sociales ayudando a que fueran más efectivas”, resaltaba Leach, que dirige el Instituto de Estudios para el Desarrollo (Reino Unido).

En el caso de la pandemia actual, como recoge un editorial del LSE Impact Blog –un espacio de debate impulsado por la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres– las medidas de salud pública llevadas a cabo para prevenir la propagación del virus, desde el lavado de manos, al autoaislamiento o el cierre de ciudades, requieren de la investigación social para que sean efectivas.

“Las ciencias sociales tienen un papel fundamental para responder a este pandemia”, asegura Shah, y resalta los perfiles de dos profesionales de estas ciencias: los psicólogos y los economistas. Los primeros saben cómo fomentar comportamientos sociales que reduzcan la propagación del virus, mientras que los segundos pueden asesorar a la administración y a las empresas para encarar este bache económico.

Y no solo eso. En esta pandemia que lleva aparejada una oleada de bulos y desinformación, los psicólogos explican los mecanismos que están detrás de estas acciones y cómo nuestro cerebro está influido por los sesgos y por el miedo, lo que puede provocar que bajemos la guardia ante bulos o que procesemos mal los contenidos verídicos.

Imagen de archivo de agosto de 2014, durante la epidemia de ébola en Liberia. / EFE

Lecciones aprendidas de epidemias anteriores

Para afrontar la crisis actual, los científicos recomiendan analizar lo que se hizo en epidemias pasadas. Un documento publicado por la plataforma Ciencias Sociales en Acción Humanitaria –promovida por UNICEF y el Instituto de Estudios para el Desarrollo– recoge 15 lecciones aprendidas de epidemias de gripes y el SARS (una enfermedad respiratoria causada por otro coronavirus en 2003).

Muchas de ellas se pueden aplicar en estos momentos, como la transparencia informativa. Retener la información al público puede ser muy perjudicial puesto que si las personas no consiguen estos datos de las fuentes oficiales, confiarán en medios no fiables. En la pandemia de gripe A (H1N1) de 2009 se cuestionó la neutralidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque el público pensó que se había exagerado el riesgo en beneficio de las compañías farmacéuticas, que se beneficiarían con la acumulación de las vacunas.

“En estos momentos debería haber científicos sociales que aconsejen a los gobiernos y a las agencias sobre sus estrategias, como está ocurriendo dentro de la OMS”, señala Annie Wilkinson

Para evitarlo, los expertos que han elaborado el documento recomiendan a las autoridades ser transparentes sobre lo que se sabe de la epidemia y, también, sobre las limitaciones de los datos. “Las instituciones, los gobiernos nacionales o la OMS deben ser transparentes sobre su compromiso con los expertos y la industria farmacéutica para explicar cómo manejan los conflictos de intereses”, plantean.

“En estos momentos hay o debería haber científicos sociales que aconsejen a los gobiernos y a las agencias sobre sus estrategias, como está ocurriendo dentro de la OMS, por ejemplo”, señala a SINC Annie Wilkinson, coautora del informe y antropóloga del Instituto de Estudios para el Desarrollo.

Otro aspecto es evitar estigmatizar a determinados colectivos, como ocurrió con los españoles en la gripe de 1918, denominada comúnmente como ‘gripe española’. En el caso de esta pandemia cuyo origen tuvo lugar en la provincia de Hubei (China), las autoridades y los medios de comunicación han conseguido no etiquetar a esa población, al utilizar los nombres promovidos por la comunidad científica: la COVID-19 para hablar de la enfermedad y el SARS-CoV-2 para referirse al virus.

La pobreza dificulta el confinamiento

Como hemos visto, y tal y como analizaba en un artículo de opinión Manuel Franco, profesor de Epidemiología de la Universidad de Alcalá en Madrid y de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins (EEUU), las diferentes medidas para contener la expansión del virus no afectan igual a toda la población y pueden aumentar las desigualdades.

En este sentido, a las autoridades sanitarias y a los antropólogos les preocupa la incidencia de esta pandemia en países en vías de desarrollo, especialmente en África, donde abundan países con sistemas sanitarios débiles y sin protección social.

A las autoridades sanitarias y a los antropólogos les preocupa la incidencia de esta pandemia en África, donde abundan países con sistemas sanitarios débiles y sin protección social

“Los desafíos de manejar esta pandemia son enormes en el continente africano, al incluir a algunos de los países de ingresos más bajos del planeta y donde las desigualdades globales de riqueza son más pronunciadas”, declara a SINC Tamara Giles-Vernick, jefa de la Unidad de Investigación de Antropología de la Emergencia de Enfermedades del Instituto Pasteur (Francia) y coordinadora de Sonar-Global.

A un posible aumento de los casos en los centros hospitalarios que ponga en peligro su funcionamiento, como está ocurriendo en algunos puntos de Europa, se suma la falta de agua en algunas regiones y núcleos rurales. Tampoco ayuda la carencia de sistemas de alcantarillado, de recogida de residuos o de limpieza urbana de la que adolecen determinadas zonas.

A pesar de estas limitaciones, Giles-Vernick recalca que es un error referirse a África como un único ente sin reconocer su diversidad, y pide evitar los prejuicios. “Veo algunos artículos en la prensa que apuntan a la ‘cultura africana’ como una barrera para el confinamiento efectivo, pero debemos ser extremadamente cuidadosos al atribuir a la ‘cultura’ lo que, sobre todo, puede ser un problema de pobreza y de sus consecuencias”, sostiene.

Las ciencias sociales muestran que no es la cultura, sino la pobreza, la principal barrera para lograr que se cumplan las medidas preventivas. Y eso es algo que aprovechan los virus.

Fuente: https://www.agenciasinc.es/Reportajes/La-medicina-no-basta-por-que-necesitamos-ciencias-sociales-para-frenar-esta-pandemia

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La primera película sobre la pandemia de COVID-19 y se titula Corona

Redacción: Cultura Ocio

Con la fuerte crisis social y sanitaria que está sufriendo el mundo a causa del coronavirus, era sólo cuestión de tiempo que el COVID-19 llegase al mundo de la ficción. Pero parece que hay alguien que ha sido sorprendentemente eficaz a la hora de desarrollar una idea, porque el primer filme de la pandemia, titulado Corona, ya está acabado y listo para su distribución en streaming.

Según informa The Hollywood Reporter, el guionista y director Mostafa Keshvari (Unmasked) comenzó a escribir la película cuando empezaron a llegar las primeras noticias del coronavirus desde China. La trama del filme está ambientada en un bloque de vecinos cuyo egoismo, prejuicios raciales y demás miserias salen a la luz cuando empiezan a enfrentarse entre sí por culpa del coronavirus.

El resto, como suele decirse, es historia. Corona se rodó en Vancouver a principios de año, antes de que el COVID-19 pasase a ser una pandemia global y comenzase el aislamiento en muchos países. De éste modo se ha convertido en la primera película inspirada en los sucesos reales del coronavirus, superando a otras producciones que ya están en marcha como la apocalíptica sátira Corona Zombie.

Siguiendo la estela de la premiada 1917, Corona está grabada en un único plano secuencia. Su historia, de corte independiente, transcurre en un ascensor, donde un grupo de individuos discute si una de las vecinas, que es de ascendencia china, es portadora o no del COVID-19. Las tensiones, de claro corte racista, son tan oportunas como acertadas, y la tensión se masca con cada segundo que pasa.

Mientras las grandes producciones de Hollywood como Jurassic World 3, Fast & Furious 9, La Sirenita o más recientemente Spider-Man 3 se han pospuesto sin tiempo indefinido a causa de la pandemia, los creadores independientes ya trabajan en distintas obras que tratan de analizar la nueva situación sin precedentes a la que está sometida el mundo, y sus consecuencias sociales a corto y largo plazo.

Corona, aún sin distribuidor y por tanto sin fecha de lanzamiento anunciada, ha sido la primera película del COVID-19. Pero sin duda habrá muchas más en el futuro.

Fuente: https://www.culturaocio.com/cine/noticia-primera-pelicula-pandemia-covid-19-titula-corona-20200401180744.html

 

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Burundi: los sindicalistas docentes movilizados para sensibilizar a la población sobre los riesgos vinculados al COVID-19 exigen una acción urgente

Burundi: los sindicalistas docentes movilizados para sensibilizar a la población sobre los riesgos vinculados al COVID-19 exigen una acción urgente

Africa/Burundi/PrensaIE

Con el fin de evitar la llegada y la propagación del COVID-19 en Burundi, los docentes sindicalistas difunden entre la población las medidas preventivas adoptadas por el gobierno y piden que se adopten medidas adicionales.

Rémy Nsengiyumva, presidente del Syndicat Libre des Travailleurs de l’Enseignement du Burundi (STEB), ha indicado que su sindicato ha organizado reuniones de sensibilización sobre las medidas preventivas declaradas por el Gobierno.
Los representantes del país han adoptado las siguientes medidas en las escuelas y las comunidades:
  • Evitar abrazarse y darse la mano, una medida difícil de aplicar en la cultura de Burundi.
  • Lavarse las manos y colocar sistemas con agua y jabón en los lugares donde se reúne la población.
  • Llamar a un número gratuito en caso de sospecha.
Sin embargo, Nsengiyumva ha señalado que su sindicato considera estas medidas insuficientes. Por ejemplo, todavía no se han cerrado los establecimientos educativos ni se han prohibido las reuniones públicas. Pero el Gobierno es el único que tiene poderes para aplicar estas medidas.
«Pedimos la participación de los sindicatos y la colaboración con el Gobierno para elaborar algunas de las propuestas. Principalmente, queremos proponer que se cierren los establecimientos educativos antes de que ocurra lo peor», ha insistido el dirigente de STEB.
Además, el sindicato está muy preocupado por la posibilidad de que la pandemia llegue al país. De hecho, Nsengiyumva ha señalado que «no será fácil, dados los medios de que disponemos y si nos fijamos en los estragos que la pandemia ya ha provocado en los países desarrollados».
En su opinión, si el gobierno y la población no se toman en serio la pandemia, tendrán que ser los sindicatos los que tomen las riendas para sensibilizar a la sociedad burundesa.
Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16713/burundi-los-sindicalistas-docentes-movilizados-para-sensibilizar-a-la-poblaci%C3%B3n-sobre-los-riesgos-vinculados-al-covid-19-exigen-una-acci%C3%B3n-urgente
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Coronavirus. ¿Enemigo? ¿Guerra?

Por: Miguel Andrés Brenner

En estos días me pregunto: ¿por qué al coronavirus-pandemia se lo denomina “enemigo”? Enemigos son los humanos destruidos por otros seres humanos, en cualquier aspecto de la vida.

Así, Caín es enemigo de Abel.

Así, los EE.UU. entablan una GUERRA comercial contra China, enemiga.

Entonces, podríamos preguntarnos si en la milenaria China es una costumbre comer, por ejemplo, murciélagos: ¿por qué se originó el COVID-19 justo ahora, en el plexo de esta “guerra”? No tengo información fehaciente como para dar respuesta al interrogante planteado.

Recordemos que los EE.UU. desarrollaron armas biológicas contra Vietnam durante la década del sesenta del siglo veinte, que mataba flora, fauna y vidas humanas.

Elisabeth Badinter, en su libro “¿Existe el amor maternal?”, nos mostraba que en ciertas ciudades de la Europa occidental durante los siglos XVII y XVIII, cuando no se conocía el aborto, se descuidaban a los niños pequeños hasta matarlos o desfigurarlos. También, Jean Fourastié, en su libro “La moral prospectiva”, nos mostraba que en esos siglos habían ciudades en Francia donde de cada cien niños nacidos no llegaban al año de vida la mitad de ellos. Matar no significa producir vida como tampoco reproducirla. Cuando se mata, ¿hay enemigo? ¿Habían demasiados niños? ¿Eran como enemigos?

En Europa Occidental hay demasiados viejos. La natalidad es escasa porque perjudica tiempo para el placer del consumo al cuidar a tantos críos. Y por el avance de la medicina, la población vieja crece. Y los Estados o privatizan la salud y la paga quien puede, o gastan más en salud, con lo que se genera déficit fiscal. ¿No es acaso funcional matar a los viejos?

¿Puede ser un virus un enemigo o bien se está proyectando un modo de ser humano sobre un objeto no humano?

Emilio Durkheim, con quien no comparto su concepción de sociedad, en su libro “Formas elementales de la vida religiosa”, nos muestra algo muy interesante: el totemismo en las sociedades arcaicas tiene valor y valor sagrado, pues es la comunidad la que se proyecta sobre el tótem. O sea, en última instancia, lo sagrado en el tótem es la propia comunidad.

¿Qué se proyecta sobre el coronavirus-pandemia? ¿No será, acaso, aquello de lo humano que excluye, que oprime? ¿No será, acaso, la misma condición humana calificada como execrable?

Carlos Marx, en el primer capítulo de los llamados “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, ofrece la explicación más hermosa de lo que el ser humano significa: “vida que crea vida”.

¿No será que el capitalismo actual de base financiero/especulativo/parasitario, neoliberal y globalizado, colonizador y depredador, racista y patriarcal es quien mata y los excluidos/oprimidos serían sus enemigos, material de descarte?

https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html?rel=lom&fbclid=IwAR2evwQ1f2DtDjk3BGXQ7uMGi3Ma-FQQGmCvRzVupFNxLM01lYszrgsxCM8

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Colombia: Nueva apuesta para fortalecer la educación virtual en colegios públicos

América del Sur/ Colombia/ 02.04.2020/ Fuente: www.semana.com.

 

Desde el pasado 16 de marzo cerca de 10 millones de estudiantes de colegio de todo el país no asisten a clases presenciales debido a las medidas de prevención para evitar la propagación del coronavirus. Esta situación, inédita para el sistema educativo nacional, generó grandes desafíos y evidenció algnas falencias para la implementación de la educación virtual.

El primer gran reto es el del acceso a la tecnología. Millones de menores no cuentan con computador, y si lo tienen, no necesariamente están conectados a la red. Según el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, alrededor de la mitad de los estudiantes de colegios públicos estarían en esa situación. Solo el 37 por ciento reportó tener ambas herramientas. 

Teniendo en cuenta este panorama y buscando avanzar en el acceso y utilización de las tecnologías en la educación, este martes el presidente Iván Duque firmó el documento Conpes ‘Tecnologías Para Aprender’.

El documento, que fue elaborado por los ministerios de las TIC, de Educación, y el Departamento Nacional de Planeación, es una apuesta del Gobierno para llevar tecnologías digitales a los niños, niñas y adolescentes de todos los rincones de Colombia, «para ello, invertiremos 231 mil millones de pesos”, señaló la Ministra de TIC, Sylvia Constaín.

Los cuatro desafíos del Conpes

La nueva política nacional está dirigida a los estudiantes de educación preescolar, básica y media del sector oficial, y contempla cuatro desafíos:

Primero, aumentar el acceso a tecnologías digitales en las sedes educativas oficiales para la creación de espacios de aprendizaje innovadores, para diversificar e incrementar la dotación de tecnologías y mejorar su infraestructura eléctrica, entre otros.

El segundo desafío propuesto es mejorar la conectividad a internet en las sedes educativas oficiales, para potenciar el uso de las tecnologías e incrementar el número de sedes conectadas. La meta es lograr mayor eficiencia en dicho servicio.

El tercer aspecto tiene que ver con la apropiación de las tecnologías en la comunidad educativa, para promover la innovación mediante el fortalecimiento del acompañamiento a los docentes, el desarrollo de estrategias para fomentar el uso en la comunidad educativa, y la formulación de estrategias según el contexto y necesidades educativas de las regiones y los estudiantes, entre otras.

Por último, el nuevo documento Conpes plantea fortalecer el monitoreo y evaluación para la medición del uso, acceso e impacto de las tecnologías en las prácticas educativas, “la sociedad y sus dinámicas han cambiado. La forma de interactuar y aprender ya no es la misma, por lo que las tecnologías deben ser un elemento disruptivo que transforme las metodologías para enseñar y aprender en nuestro sistema educativo”, concluyó la ministra TIC.

Fuente de la noticia: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-nueva-apuesta-del-gobierno-para-fortalecer-la-educacion-virtual-en-colegios-publicos/660678

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